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El culto a los libros de texto

Por: Carlos Ornelas

En la propuesta de la Secretaría de Educación Pública del “Nuevo marco curricular y plan de estudios de la educación básica mexicana”, pone a lo común como el eje articulador de los futuros planes y programas de estudio y a la comunidad, no a la escuela, como el espacio del proceso de enseñanza y aprendizaje. A pesar de la retórica llena de adjetivos y frases mañaneras, apunta críticas de cierto valor, aunque las apuestas de cambio no parece que vayan a mejorar la educación.

Censura las reformas educativas (neoliberales) y a los libros de texto vigentes: “Los contenidos básicos en las diferentes reformas curriculares desde 1992 a 2017 han tenido más peso que la definición del currículo nacional, trayendo como consecuencia que…”. Y luego plantea la apuesta para el futuro inmediato: “Se elaboren libros de texto dirigidos a las y los maestros, cuando deben centrarse en las y los estudiantes”.

En efecto, colegas que trabajan en el campo del currículo y de la formación de docentes argumentan que el culto a los textos como fuente de verdad, en cierta forma, sacraliza al conocimiento oficial. Los maestros propenden a recalcar lo que mencionan los libros y, salvo excepciones, no ponen en duda la veracidad de esos juicios. Y esto les sucede también a los futuros maestros durante sus años de estudio, con el agravante de que los formadores de maestros califican de mediocres la mayoría de los textos.

Qué quede claro. No objetan los libros de texto, nacionales ni extranjeros, ya que son indispensables para cualquier sistema educativo. Lo que critican es que se les tome como los veneros privilegiados de conocimiento y se niegue cualquier otra aspiración para aprender. Esto ha traído como consecuencia que los niños y jóvenes se acostumbren a repetir y memorizar ciertos contenidos, en lugar de plantearles problemas y disponer mecanismos para que pongan en juego sus recursos intelectuales para resolverlos. Eso genera pasividad en la enseñanza, conduce no al aprendizaje, sino a la recitación de palabras e ideas que no llegan a convertirse en conceptos en la mente de los estudiantes. A esto se agrega que no son agentes activos en el proceso de aprendizaje, ya que no se les enseña a desentrañar los secretos de la naturaleza, las formas del lenguaje, los problemas de las matemáticas ni los elementos que gobiernan a la sociedad, sino que se les ofrecen recetas que deben aprender casi de memoria. Y la memorización, hasta donde se sabe, es lo único que se califica en las escuelas mexicanas.

Conocimientos digeridos, memorización y falta de experimentación son los rasgos dominantes en los métodos de enseñanza que implican que, aunque se cumplieran los objetivos académicos, se cubriera todo el programa y los estudiantes recordaran bien los contenidos, la calidad de la educación sería mejor, aunque aumentaran los índices de aprobación de materias.

La apuesta de la Cuarta Transformación no propone un cambio fundamental, reproduce el culto a los libros de texto: “…el plan, los programas de estudios, los libros de texto y demás materiales educativos oficiales para la educación básica en todos sus niveles, grados y modalidades, tendrán un enfoque intercultural que cruce todo el mapa curricular, sus procesos formativos, la evaluación, la gestión escolar, los materiales y tecnologías educativas”.

La novedad es que en la elaboración —dice el proyecto— participarán las comunidades indígenas y afromexicanas, y considerará la opinión de aquellos que representan la diversidad de género, clase, sexualidad, capacidad. También invita al magisterio.

El propósito: construir un nuevo conocimiento oficial que sacralice las tradiciones comunitarias al tiempo que degrade a la escuela y a los libros de texto que, aunque parcos, rinden frutos.

Fuente e Imagen: http://www.educacionfutura.org/el-culto-a-los-libros-de-texto/

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Raquel Díez: «Hay más dificultad de trabajar temáticas de igualdad con las familias que con el alumnado, que las naturaliza»

Por:

  • Raquel Díez es maestra. Ahora mismo imparte en educación infantil. Además, es licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas y es una apasionada de la escritura. A esto se suma su compromiso con la igualdad, que la llevó a hacerse coordinadora de Igualdad en diferentes centros educativos en Andalucía. Todo esto es el cóctel que hizo que hace unos años comenzara una colección de álbumes ilustrados que, junto a los materiales y actividades didácticas que los acompañan, le hayan supuesto la recepción del Premio Rosa Regás que adjudica la Junta de Andalucía a los materiales coeducativos.

Letras Coeducativas es el nombre del proyecto que aglutina, no solo cuatro títulos de álbumes ilustrados que ha escribo Raquel. Detrás de estos hay una plataforma web en la que ella misma se ha dedicado a crear todo tipo de material didáctico para que puedan usar las familias y el profesorado. Una colección pensada para trabajar desde infantil hasta el último curso de primaria y en la que se tratan diferentes asuntos como la igualdad, la lucha contra los estereotipos de género, o la libertad afectivo-sexual de sus personajes.

Raquel Díez es la responsable en buena medida tras escribir El príncipe Serafín, un álbum para el que le costó encontrar editorial. «Me decían que era raro», comenta la autora. El personaje principal no tiene definida explícitamente su orientaciún sexual, algo que, según comenta Díez, niñas y niños suelen naturalizar sin demasiado problema pero que en el mundo adulto, a veces, cuesta más. Hablamos con ella de estos y otros asuntos relacionados con su labor y la igualdad entre hombres y mujeres.

Hace poco que te han dado el premio Rosa Regás en la Junta de Andalucía a la colección Letras Coeducativas ¿nos puedes contar en qué consiste?

A parte de ser maestra soy escritora de literatura infantil y, además, hace muchos años que soy coordinadora de igualdad en muchos de los centros en los que he estado. Las personas que trabajamos en igualdad necesitamos una especie de instrucciones para trabajar en los centros, el plan de igualdad estratégico, que tiene unos objetivos y contenidos, y es una serie de temáticas que tenemos que abordar en los centros.

Pero el profesorado se ve desbordado de trabajo en muchas cosas, a parte de la programación académica. Cuando nos enfrentamos a estas cosas tenemos el problema de que no tenemos tiempo. Se me ocurrió utilizar unos títulos de la biblioteca para, a través de la literatura trabajar en igualdad. Abordar, a nivel de centro, todos los contenidos. ¿Cómo lo hago? Se me ocurrió hacer unos títulos y que cada uno estuviera dedicado a una etapa: infantil, a los dos ciclos de primaria.

A raíz de trabajar los libros, he creado una plataforma en mi web con el proyecto que es lo que ha sido premiado. Llevamos muchos años de trabajo detrás. He ido elaborando materiales y recursos conforme a los contenidos de los planes de igualdad de los centros. En la plataforma se encuentran recursos didácticos tanto para el alumnado como el profesorado. Utilizo metodologías como los juegos interactivos, lecturas activas, videocuentos, concursos… Y, a parte, fichas didácticas y propuestas para el profesorado, un monón de recursos.

Creía que el premio era tan solo por los libros, pero veo que hay mucho detrás…

El premio está diseñado en dos modalidades. Una es para proyectos que no han sido publicados y que pueden ser materiales sobre igualdad que ha elaborado el profesorado en los centros. Y la otra es para materiales ya publicados, referentes a temas coeducativos. Como además de los libros hice todo un proyecto didáctico con los materiales, entiendo que se ha elaborado todo ese trabajo.

¿Cómo es que te haces coordinadora de igualdad? ¿Por qué?

La primera vez que cogí el plan de igualdad yo estaba un poco perdida, como está mucha parte del prfesorado que, de hecho, requiere mucha formación en igualdad. Incluso en los mismos conceptos sobre qué es el feminismo la sociedad todavía tiene conceptos erróneos. El profesorado necesita una formación en igualdad. Yo, a raíz de ser coordinadora, he recibido unos cursos y me he formado en esta materia. He estado todos estos años aprendiendo y siento la necesidad de formar al profesorado, sobre todo, para trabjar estas temáticas y hacer que la sociedad avance. A día de hoy, nuestra generación tiene cierta limitación en los conceptos. Hay, incluso, más problema de trabajar estas temáticas en las familias que en el alumnado, que lo naturaliza. Las nuevas generaciones lo ven todo con más naturalidad.

Leía unas declaraciones tuyas sobre los problemas que a veces teníais con las familias por estas cuestiones. No sé si has notado cambios a lo largo de estos años, a peor…

Empeorado no, afortunadamente. Aunque siempre hay casos aislados; no son la gran mayoría, ni mucho menos. Cada vez que avanzan las generaciones los temas se ven con naturalidad. Pero es verdad que hay reticencias por parte de las familias. Hay casos, aunque no sean la generalidad. Hay falta de conciencia y, sobre todo, no se termina de normalizar en las familias y esto sería muy necesario porque los niños y las niñas sufren. Se dan problemas de convivencia en los centros por las discriminaciones sexistas, desafortunadamente. Son cosas en las que tenemos que estar constantemente trabajando. Es una cosa constante, una realidad educativa. No puede mirar para otro lado porque está ahí, como está ahí cualquier otra cosa de la vida cotidiana.

¿No te cansa un poco esa especie de trabajo de Sísifo de repetir cada cierto tiempo las mismas cosas?

Sinceramente me gusta lo que hago. La enseñanza es así, dinámica. Aunque repitas contenidos los puedes trabajar de múltiples maneras. Si analizas el proyecto, se trabaja la motivación del alumnado, la innovación para el profesorado que puede hacer que se motive para trabajar desde un punto de vista globalizado y no parcelado en las áreas.

¿Cómo consigues este trabajo?

Yo lo consigo a través de la literatura. La lectura de un libro es algo fácil de trabajar en cualquier área. No solo trabajamos la narrativa escrita sino también la audiovisual. Como te comentaba, hay muchos recursos lúdicos, interactivos y audiovisuales de cara a motivar en las metodologías activas. Gracias al centro de interés de un libro, se pueden trabajar millones de contenidos desde las diferentes áreas.

Entrando en harina ¿cuáles son los temas que tratas en los libros?

Los libros están editados por una editorial valenciana: Onada Imagina. Una editorial que ha confiado en el proyecto desde el principio. El primero de los libros fue El príncipe Serafín. Pero empiezo por el libro de infantil (3-6) que es Pepota y Pepino. El premio lo siento compartido tanto con la editorial como con las ilustradoras que me acompañan. Además del trabajo didáctico que yo he podido hacer, ellas han colaborado con todo lo demás del ámbum ilustrado. Las imágenes son muy importantes en este trabajo. En el caso de Pepota y Pepino el libro está ilustrado por Desirée Acevedo. En él, rompemos con los esterotipos sexistas en la socialización primaria en el niño y la niña. Pepino es un niño que lleva zapatos rosas, que le gusta la cocina, es más asustadizo mientras Pepota es más aventurera. Él lee, juega a la comba, ella hace el pino. Damos un concepto de niño y niña muy diferente al del niño de azul y la niña de rosa. Se trabaja también el lenguaje no sexista. Los textos son divertidos, cortos, con mucha rima. El libro está pensado para el 3-6 años como todos los materiales y fichas.

Luego tenemos Me encanta mi papá, que es para el primer ciclo de primaria. Este se centra en una imagen que huye de los estereotipos de género y muestra los diferentes modelos familiares como, por ejemplo, el de un padre que además de tener su trabajo, cuida del niño, plancha, hace la compra lleva al niño al colegio, lee cuentos, ayuda con la tarea… Las ilustraciones son de Sylvia Vivanco, que es la otra ilustradora del proyecto. El libro está libre de estereotips sexista, con textos muy rítmicos.

El tercer libro es Mi mamá es única, también con Sylvia Vivanco. En él se ensalza la figura de la mujer como madre cuidadora y también como trabajadora. Se fomenta la inclusión de la mujer en la sociedad, con trabajos que tradicionalmente se han visto como de hombres. Va presentando estos trabajos como la policía, la conductora, la arregla todo, la correcaminos, la deportista…

Por último está El príncipe Serafín. Este es un libro muy especial, el primero que saqué y que dediqué a la censura literaria, por el trabajo que costó que saliera….

¿Qué es lo que sucedió?

Hay que ser feliz más allá de los dictados sociales. El libro lo dediqué a la censura, a los protocolos, al conformismo, a los tabúes, al convencionalismo, a la exclusión. Para mí fue un acto de reveldía, en el libro hice lo que me dió la gana. Costó mucho poder publicar el libro, porque las editoriales lo veían raro. En España han salido de temáticas parecidas, pero este es el primer álbum ilustrado que presenta esta figura con este tipo de masculinidad.

Serafín vive obsesionado con el matrimonio porque lo dicta la tradición. Decide poner un anuncio para encontrar pretendientes y pretendientas y se viste con sus mejores galas. Aparecen en las páginas del libro una serie de personajes, como la Vampira Casimira; el Brujo Don Pirujo; la Rana Juana, que le acosa para que le bese (se trabaja el aprender a decir no); también está el Sireno Macareno, que busca un matrionio de conveniencia… El principe se va encontrando con todo tipo de estereotipos y acaba la cosa con la Pirata Renata. Serafín se enamora de ella pero ella no quiere casarse con nadie y le anima a luchar por su sueño, que es bailar. Y se da cuenta de que su felicidad no está dentro de un vínculo amoroso sino en lo que realmente le hace feliz.

La historia ensalza la libertad; naturaliza también la sexualidad del personaje. No se sabe si es heterosexual u homosexual. ¿Por qué le tenemos que catalogar? Él busca a la persona, un vínculo amoroso que cree que le hará feliz. Él se relaciona y punto. No me gusta estereotiparlo.

Además de los libros tienes otro materia, ¿no?

En la web hay propuestas didácticas de cada libro, se le explica al profesorado cómo puede ir trabajando en cada ficha. Son propuestas y actividades también para el alumnado. Todo esto se puede descargar desde la web. También hay talleres coeducativos con los materiales. Y en cada taller encuentras las actividades, los juegos interactivos, imágenes. Y también están los recursos para el profesorado que, además, tiene una sección propia dentro de la web. Propuestas didácticas, fichas, actividades interactivas, el vídeocuento, las obras teatrales, desarrollos teatrales…

La enseñanza, la creatividad, la escritura es algo que me gusta y cuando algo te gusta sacas tiempo de donde no lo tienes

¿De dónde sacas el tiempo para hacer todo esto?

Pues me paso el tiempo haciendo estas cosas, probándolas en clase; por las tardes me organizo la programación con cuentos. Ahora estoy dando Música y esto me lleva a pensar un proyecto con la música. Voy buscando un poco en función de mis necesidades. Muchas veces no nos gustan los materiales que tenemos a mano o no nos parecen fáciles, de manera que yo los creo. Realmente trabajo para mí. Y para aportar. Todos estos recursos de la web son gratuitos, se los puede descargar cualquiera.

Me he formado en diseño de páginas web, en audiovisuales y, además de maestra, soy licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas y estuve trabajando en una empresa de publicidad. Para mí todo lo que es la creatividad es un mundo que me fascina. La enseñanza, la creatividad, la escritura es algo que me gusta y cuando algo te gusta sacas tiempo de donde no lo tienes.

¿Cómo te ha caído el premio de la Junta?

Es un reconocimiento a tu labor y se agradece. Porque muchas veces nos hartamos de trabajar y yo gano lo mismo que cualquiera. No gano nada, realmente. Los recursos están ahí para quien los quiera utilizar, yo comparto mi trahajo y realmente nadie me paga por hacer esto. El reconocimiento me cae bien: lo que hago le sirve a las personas y encima me lo reconocen como un buen trabajo. Es bonito y un orgullo. Que lo que hago gusta, funciona, está ayudando. Y a mí, con que a una persona le valga, me quedo contenta. Pienso que es una ayuda, sobre todo pensando en los y las niñas. No solo están para aprender matemáticas, lengua y ciencias. Tienen que aprender valores de tolerancia y la vida social.

No sé cómo lo percibes pero me parece que en los últimos años hay más tensión sobre el profesorado para que no habléis de según qué cosas para evitar problemas con las familias, con la administración… Algo que parece que estaría superadísimo…

Los docentes tenemos que justificar todo lo que hacemos, aunque nos obliga la ley a trabajar esta temática. Por ley los centros tienen que trabajar estas cosas. La inspección educativa también revisa los planes de Igualdad porque es oblgiatorio trabajar estos contenidos. Y aún así, el profesorado tiene que justificar por que lo hace.

O la educación emocional que es tan importante. Estamos con los contenidos sin cambiar. Año tras año hacemos los mismos contenidos, con los mismos libros de texto. Los sinónimos, los antónomos, todos los años lo mismo, de 1º a 6º. ¿Dónde está la educación emocional o el funcionamiento del cerebro? Si no sabes cómo funciona el cerebro, o lo que es una repsuesta asertiva y una agresiva… Si no le dedicas tiempo a esto en los colegios, la mayoría no lo van a hacer porque no hay formación.

Este tipo de contenidos me parecen necesarios. Necesarios para nosotros mismos: conocernos como personas es lo más importante. A raíz de conocernos y saber cómo motivarnos, vas a saber estudiar, vas a querer ser lo que quieras.

Y tener la capacidad de creer que puedes hacerlo. Que hay muchas personas sin autoestima ninguna. Que piensan “esto no es para mí, yo no tengo oportunidades”, y no. Tenemos un sistemas en que, aunque todavía hay muchas desigualdades, todavía podemos empezar una educación y llegar muy alto, que todavía tenemos becas para estudiar.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/01/24/hay-mas-dificultad-de-trabajar-tematicas-de-igualdad-con-las-familias-que-con-el-alumnado-que-las-naturaliza/

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“Aprende en Casa II”: Apuntes para un balance

 Juan Carlos Miranda Arroyo

Ayer hice una búsqueda sobre estudios o reportes de investigaciones educativas recientes, donde se abordan algunos elementos de evaluación del programa “Aprende en Casa II” que, como sabemos, es el dispositivo de educación a distancia (basado principalmente en el uso intensivo de medios tecnológicos) que las autoridades educativas federales diseñaron para dar continuidad al ciclo escolar 2020-2021, tanto para educación básica como media superior.

Un primer artículo académico identificado es el publicado por Zaira Navarrete-Cazales, Héctor Manuel Manzanilla-Granados y Lorena Ocaña-Pérez, que lleva como título: “La Educación Básica a distancia en el contexto de la pandemia en México. Potencialidades y limitaciones.” (1) Reproduzco en lo que sigue, por su desglose analítico, algunos fragmentos del texto.

“En este artículo se analizan las potencialidades y limitaciones de la Educación Básica a distancia implementada por el Gobierno Federal y la Secretaría de Educación Pública para dar continuidad a la educación en el marco de la emergencia sanitaria provocada por el SARS COV-2.

Desde una investigación de tipo cualitativo, de corte documental, se dan respuestas a las siguientes preguntas: a partir del desarrollo de la pandemia y su evolución en México:

¿Cuáles han sido las medidas que se tomaron para dar continuidad a la Educación Básica?

¿Cuáles han sido los medios utilizados para dar continuidad a la Educación Básica?

¿Cuáles son las ventajas y desventajas que brinda la educación básica a distancia para dar cumplimiento a los objetivos planteados por la Secretaría de Educación Pública?”

“Se encontró que, la urgencia por cubrir el vacío que dejaron las escuelas, a través de las pantallas, no ha tomado en cuenta los múltiples factores que entraña un cambio de la educación presencial a la educación a distancia. México ha acumulado una serie de intentos, en diversos programas que pretendían integrar la tecnología en la educación; desde 1997 y hasta 2016, se llevaron a cabo seis programas de educación digital impulsados por el Gobierno Federal, los cuales no pudieron cumplir cabalmente su objetivo…(debido a que carecían) “de un respaldo didáctico y sobre todo sin un sistema de mantenimiento y actualización que garantizara mejores resultados.”

Programa Aprende en casa II, carente de potencial pedagógico.

Así continúa el análisis del reporte referido: “…el sitio web Aprende en casa II parece ser otra propuesta que no ha contado con la planeación adecuada para su elaboración y diseño, en la premura de su puesta en marcha se limitó su potencial pedagógico a ser un sitio de descarga de archivos y de visualización de videos, carente de directrices que proporcionen al docente la oportunidad de generar material propio dentro del sitio, o de llevar a cabo la comunicación con sus alumnos en el entorno seguro del mismo sitio.”

“Aprende en casa II, no cuenta con una estructura formal que delimite el acceso a los contenidos (de aprendizaje), de acuerdo con el nivel educativo (en el) que el alumno se encuentra cursando; y que permita un acceso rápido y sencillo a los materiales, en el orden formativo que marca el plan (y los programas) de estudios vigentes; el sitio necesita de un modelo de evaluación o retroalimentación que permita al alumno comprobar sus avances, o de un modelo interactivo que permita el aprendizaje por ensayo y error”.

En esta parte del texto, los autores de la investigación comentada o referida manifiestan algunas preferencias a favor de experimentar con viejos modelos de “instrucción”, que contienen una fuerte influencia de las teorías y métodos “conductistas”, sin embargo, no por ello dejan de resultar interesantes sus sugerencias didáctico-metodológicas.

“La capacitación docente, continúa siendo un punto pendiente en la agenda educativa, los cursos de capacitación de Google no cubrieron las necesidades formativas de los docentes y la SEP no ha programado cursos presenciales que den a los docentes las herramientas necesarias para impartir una educación a distancia, realizar una planeación y evaluación correspondiente de los alumnos a su cargo, pero sobre todo que permita acortar o eliminar la brecha digital de los docentes, y que éstos a su vez realicen la alfabetización digital de sus alumnos, sobre todo en los años iniciales de primaria.”

“El uso de la Televisión y la Radio como herramientas educativas, es utilizada actualmente en la mayoría de los países como parte del aprendizaje a distancia. Dirigido principalmente a aquellos alumnos que no cuentan con conexión a internet, computadora o dispositivos móviles, en México se lleva a cabo la emisión televisiva y radiodifundida de Aprende en Casa, con programas realizados por algunos docentes elegidos por la SEP para cubrir los contenidos de los Planes de estudio.

Sin embargo, la dupla maestros-televisoras se ha convertido en una relación difícil, considerando que las televisoras, años atrás, contribuyeron al linchamiento mediático de los docentes, generándose una polémica en torno:

1) al papel que jugaría la televisión en la siguiente edición del programa educativo a distancia federal.

2) ante las decisiones de la SEP, en donde el docente tiene la libertad de diseñar su planeación y actividades, el ritmo y el rumbo serán marcados por las televisoras, despojando al profesor de la facultad de seleccionar los contenidos de acuerdo con las necesidades del grupo atendido; se insiste en que no se elimina el papel del docente, pero parecería estar sujeto en mayor medida al orden que marque la televisión”.

Una propuesta

“Los metadatos obtenidos en una plataforma educativa bien estructurada, permitiría obtener datos estadísticos que van desde lo individual (para determinar el grado de avance de cada alumno), hasta lo global (ver los niveles de aprendizaje por escuelas, estados, etc.), lo que representa tener cifras actualizadas susceptibles a evaluación para garantizar la mejora continua, readaptando los contenidos que no brindan los resultados esperados e incluso replantear una secuencia didáctica completa para dar atención a niños con necesidades especiales de educación, y este ajuste puede hacerse por ejemplo: al terminar cada trimestre, de tal manera que al siguiente ciclo escolar ya se cuente con el material óptimo y adecuado para brindar una educación de calidad.”

Con reportes de investigación educativa como el que ahora reproducimos, en sus contenidos principales, es posible iniciar algunos apuntes pertinentes para ponderar los beneficios y las dificultades del programa educativo “Aprende en casa”.

Dicho balance requiere de la participación combinada de las y los docentes, así como de las y los directivos escolares, padres y madres de familia, junto con estudiantes, autoridades educativas y especialistas en temas de educación y nuevas tecnologías de la información, el conocimiento y la comunicación.

Fuente consultada:

(1) Zaira Navarrete-Cazales, Héctor Manuel Manzanilla-Granados y Lorena Ocaña-Pérez. (2020) La Educación Básica a distancia en el contexto de la pandemia en México. Potencialidades y limitaciones. Educiencia. 6 (10): pp. 06-19, (julio-diciembre 2020). UAT.

https://educiencia.uat.edu.mx/index.php/Educiencia/article/view/191/130

jcmqro3@yahoo.com


Publicado en SDPnoticias

Fuente e Imagen: https://profelandia.com/aprende-en-casa-ii-apuntes-para-un-balance/

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El Derecho a desaprender

 Juan Carlos Miranda Arroyo

En un artículo de publicado en 2007, Medina, Clèries y Nolla (1), afirman que el “desaprendizaje como método reflexivo de cuestionamiento crítico de la realidad, ayuda a examinar las estructuras teóricas que cada sujeto ha asimilado, frecuentemente de manera acrítica, durante su trayectoria formativa y profesional. Este examen crítico de las formas habituales de pensar y actuar en el mundo no pretende erigirse como guía del proceso de transición hacia formas de conciencia más verdaderas y fundamentadas. Lo que se busca, por el contrario, es realizar un ejercicio constante de interrogación de lo evidente y de aceptar los límites del pensamiento y las incertidumbres del presente.”

Considero oportuno indagar sobre este concepto del “desaprendizaje” (aun cuando se aplica en profesionales de la salud), porque introduce también un debate relevante en el campo de la educación: ¿Cómo hemos aprendido a lo largo de la vida profesional? En particular, dicho concepto contribuye a la necesaria discusión sobre los contenidos de la formación continua de docentes, directivos escolares y asesores técnicos de la escuela pública (sobre todo Básica y Media Superior): ¿Cómo y por qué hemos sido formados profesionalmente así y no de otra manera? ¿Hemos practicado sistemáticamente la autocrítica y la reflexión profunda sobre nuestros pasos por las escuelas formadoras de profesionales de la educación, y cómo se extiende ello hacia nuestras prácticas profesionales actuales?

En el terreno de las políticas públicas en este ámbito, es decir, en la formación continua de las figuras educativas en servicio, conviene retomar estos cuestionamientos, porque es frecuente que los contenidos y métodos de la formación continua se centren en la actualización lineal o acrítica, sin entrar a las profundidades de la práctica cotidiana (sus contradicciones), ni en el interrogatorio a fondo sobre el porqué de esos métodos y contenidos formativos.

“El desaprendizaje –dicen Medina, Clèries y Nolla- es una extrapolación a los campos profesionales de la noción de “deconstrucción” del filósofo francés Jacques Derrida, pensador postmoderno que ha suscitado las más grandes adhesiones y las más virulentas críticas, y se puede entender como un proceso (auto) formativo, individual y/o colectivo de búsqueda de nuevos significados y de sentidos innovadores. El desaprendizaje o deconstrucción es un proceso de inversión de los horizontes de significado que cada sujeto ha sedimentado, en ocasiones, de forma acrítica durante su trayectoria formativa y profesional. Implica examinar críticamente el marco conceptual que estructura la percepción de la realidad y el modo de interpretar el mundo. Desaprender es ejercitar la sospecha sobre aquello que se muestra cómo “aparentemente lógico”, “verdadero y coherente”. Es suspender la evidencia de los modos habituales de pensar y describir las prácticas profesionales.”

Ubicándonos en el terreno de los caminos alternativos a seguir, es decir, acerca de cómo se puede llevar a cabo uno o varios procesos de “desaprendizaje” en la formación de profesionales de la educación (docentes, directivos escolares y demás figuras educativas), Medina, Clèries y Nolla proponen visualizar al “desaprendizaje” como método (2).

“Uno de los aspectos más relevantes del desaprendizaje es que permite, partiendo de las propias experiencias, evocar el camino que ha conformado las construcciones personales e identificar las lagunas, los vacíos y las contradicciones de los marcos categoriales. Permite examinar los determinantes sociales y personales que conforman la arquitectura conceptual y perceptual. El desaprendizaje es, por tanto, un proceso de subjetivación que implica el partir de sí. Esto significa valorar el propio saber y pensamiento surgido de la experiencia vital y poner en cuarentena los enfoques técnicos que supuestamente tienen una base científica, pero (que) ignoran los procesos vitales y la complejidad de los vínculos humanos que se gestan a diario en los contextos de enseñanza y práctica…”

Partir de un criterio basado en la experiencia profesional, (algo que se ha ejercido con relativa frecuencia en la Universidad Pedagógica Nacional, en México: me refiero al análisis de la práctica docente y directiva), para emprender la reflexión implicada en los procesos del “desaprendizaje”, es un elemento válido para conducir hacia procesos de “reaprendizaje” que, a su vez, conduzcan hacia la eventual transformación de las propias prácticas profesionales, tanto en el aula como en el terreno de la gestión educativa (a nivel de la supervisión de zona escolar) y de la gestión escolar (a nivel del liderazgo académico en cada centro de trabajo o escuela).

Los pasos que sugieren los autores citados en este breve comentario, para llevar a cabo los procesos de “desaprendizaje” en el ámbito de las prácticas profesionales, son: 1) Reconocimiento de la realidad y definición del aspecto a desaprender. 2) Identificación de las «huellas» personales. 3) Elaboración del “mapa” individual y/o colectivo. 4) Búsqueda de “interpretaciones-comprensiones-acciones” alternativas. 5) Desaprendizaje (desandamiaje). 6) Planificación de la práctica transformadora; inicio de la reconstrucción. 7) Seguimiento de las acciones. 8) Retorno a la realidad transformada; realidad II. Y 9) El inicio de un nuevo desaprendizaje.

“El primer principio del desaprendizaje –señalan los especialistas catalanes-, consiste en suspender el juicio e introducir la duda en la estructura de los pensamientos y representaciones simbólicas. Este trabajo intelectual implica una fuerte crítica a verdades establecidas y a los modelos “tradicionales” de vida profesional, y supone un ejercicio estratégico que permite encontrar las verdades particulares y significativas.”

Algunas de las preguntas o ejes sugeridos para realizar el análisis autocrítico de las prácticas profesionales, que están incluidas en la propuesta citada, son las siguientes: ¿Qué aspectos de mi práctica me generan insatisfacción? ¿En qué teorías o modelos se apoyan esos aspectos? ¿Existen otras teorías o modelos alternativos? ¿Hay algún aspecto de los esquemas teóricos que manejo con los que me siento insatisfecho o (que) considere poco útiles para mi práctica? ¿Cómo los aprendí? ¿Cómo los uso? ¿Son “evidentes” (o tangibles) las evidencias en las que me baso para tomar decisiones profesionales? ¿Cómo se presenta en mí y entiendo hoy el/la aspecto a desaprender (cómo lo entiendo, cómo lo percibo, qué conozco de él: certezas y dudas)? ¿Cómo ha sido construido en mí el/la aspecto a desaprender? (experiencia formativa, lecturas, práctica profesional, etc.). Identificar elementos y componentes de lo que quiero deconstruir.

Posteriormente, una vez puesta en práctica la reflexión crítica inicial, se sugiere realizar las siguientes actividades: Buscar información bibliográfica (documentos primarios, secundarios, bases de datos, índices, etc.). Consultar a expertos. Realizar la sistematización conceptual. Y seguir con las preguntas: ¿Qué elementos o enfoques nuevos incorporo a mis concepciones? ¿Qué aspectos ya conocidos desestimo? ¿Cuáles mantengo? ¿Qué aspectos voy a transferir a mi práctica profesional? ¿Mediante qué procesos y procedimientos? ¿Cómo evaluaré los cambios y transformaciones operadas? ¿Qué espacios y momentos serán usados para la evaluación? ¿Cómo percibo ahora mi realidad profesional? ¿Qué fortalezas y debilidades hay en las transformaciones que se están operando?

Queda claro, entonces, que “Desaprender” no es olvidar o entrar a la curva del olvido, ni significa una “caída” en el aprendizaje. Es un proceso diferente, de revisión autocrítica sobre lo aprendido. Y que, para poner en operación como procesos reflexivos, se requiere de vincularse con especialistas en el dominio de este método.

Así, la presente descripción general sobre el método y los procesos del “desaprendizaje”, tiene la intención de abrir caminos hacia nuevos horizontes en el campo de la formación continua de las figuras educativas, (o de otros profesionales de sectores públicos, no educativos). Todo ello, sobre el argumento de que no sólo es necesario “actualizar” o “capacitar” linealmente a las figuras educativas de la educación pública (obligatoria y no), sino que es necesario explorar algunas alternativas que conduzcan hacia un efectivo ejercicio de los derechos laborales y de la profesionalización. O quizá, dicho en otras palabras, para que las y los profesionales de la educación también ejerzan su derecho a “desaprender”.

Fuente consultada y nota:

(1) El desaprendizaje: propuesta para profesionales de la salud críticos. Educación Médica 2007; 10(4): 209-216.

(2) Este método también se puede llevar a diferentes contextos educativos, como son los de la formación de jóvenes de bachillerato, de educación superior y de posgrado.

jcmqro3@yahoo.com


Artículo publicado en SDPnoticias

Fuente: https://profelandia.com/el-derecho-a-desaprender/

Imagen: Gerd Altmann en Pixabay

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La evaluación del primer periodo en educación preescolar

 Abelardo Carro Nava

El tránsito del hogar a la escuela, es uno de los momentos más importantes en la vida de los seres humanos. Indiscutiblemente, este periodo influye de manera significativa en cada uno de los niños que, de un instante a otro, se desprenden de su entorno inmediato para integrarse a uno que es prácticamente desconocido para ellos: la escuela. Sí, la escuela, ese espacio donde, a diferencia del hogar, todo ocurre de otra manera porque en ella descubre: nuevas relaciones, nuevas expresiones, nuevas sensaciones, nuevas emociones; en fin, todo un cúmulo de sucesos que, indudablemente, repito, son parte importante del crecimiento y desarrollo de los pequeños.

¿Cómo olvidar las incontables expresiones que se observan en los rostros de los chicos cuando llegan a su primer día de clases en el jardín de niños? Llanto, incertidumbre, desconfianza, indiferencia, ansiedad, miedo, angustia, desesperación, entre otras tantas más, son parte de ese proceso que les significa el desapego del hogar y, por el cual, comienzan un camino diferente, lleno de experiencias que solamente la socialización puede favorecer e impulsar. ¿Acaso no es por medio de esa socialización que el pequeño se descubre a sí mismo en razón de los demás? Desde luego, la concurrencia en el preescolar es trascendental en la vida de los pequeños porque en éste, aprende a vivir socialmente con sus compañeros, lo cual tiende a incrementar, su participación en actividades de grupo con una gran cantidad y variedad de contactos sociales que van más allá de lo que, Linguido y Zorriano (1981), denominan ser “espectadores”.

En este sentido es importante hacer notar, que el enfoque de la educación preescolar ha cambiado conforme ha pasado el tiempo; de un enfoque pedagógico centrado en los cantos y en los juegos en los que el desarrollo de la motricidad fina y gruesa eran su piedra angular, se modificó para dar paso a una formación integral a través del desarrollo de los aspectos cognitivos y emocionales de los alumnos (SEP, 2018); ello no significa que dichos cantos y juegos que, como sabemos, favorecen esos aspectos motrices hayan sido eliminados; por el contrario, siguen siendo parte de un proceso que, de manera integral, forma al educando.

Visto de esta forma, si consideramos que la socialización es fundamental para que el niño, progresivamente, vaya desarrollando sus facultades naturales y, si sabemos que el nuevo enfoque pedagógico de la educación preescolar pretende la formación integral del educando, ¿de qué manera se han visto afectadas tales cuestiones con la pandemia y confinamiento que ha provocado el Covid19? Como parece obvio, la primera ha tenido un giro importante, puesto que las actividades escolares que propiciaban esa socialización y de manera presencial se desarrollaban en cada uno de los jardines de niños, se trasladaron, en el mejor de los casos, a la casa, mediante el empleo de una computadora o celular. ¿Esto generó nuevas formas de interacción? De eso hablaré un poco más adelante. Por lo que respecta a la segunda, el de la formación, también se ha visto alterada porque, como sabemos, el hecho de quedarse en casa dejó al descubierto las grandes desigualdades existentes en cada uno de los hogares mexicanos, motivo por el cual, las educadoras y educadores, implementaron una serie de estrategias para que sus alumnos iniciaran o continuaran con su proceso formativo. Al respecto es de destacarse, la entrega de guías o cuadernillos en las casas o escuelas de los pequeños y el envío de correos electrónicos, o a través de WhatsApp, con las actividades que tendrían que hacer los chicos en casa, con el apoyo de sus familiares; esto, a partir de los contenidos que están marcados en el documento Aprendizajes Clave para la Educación Integral y, desde luego, contemplando lo que a través de la televisión se trasmite para este nivel educativo.

¿El abordaje de estos contenidos, a través de una educación a distancia, ha favorecido el aprendizaje de los alumnos que cursan el preescolar? Pienso que no del todo; porque el trabajo que realizan las educadoras y educadores en cada uno de los jardines de niños: es insustituible y transcendental para el desarrollo integral de los pequeños.

¿De qué manera la educadora o educador propicia que el niño entienda preguntas que le permitan identificar objetos en el aula?, ¿de qué manera la educadora o educador propicia que su alumno resuelva problemas a través del conteo y con acciones sobre las colecciones?, ¿de qué manera la educadora o educador logra que su educando escuche cuentos para asociarlos con sus sentimientos? Si, ¿de qué manera se logra todo ello? Desde luego, la formación inicial que pudieron haber obtenido las maestras y maestros en su escuela normal colabora con este propósito, pero también, la experiencia que día a día se va dando en la escuela, en el aula. Si, ese espacio lleno de experiencias enriquecedoras y de un enorme significado que, con el paso de los años, se van sedimentando.

Luego entonces, sigo sosteniendo que evaluar el primer periodo (ver el artículo que publiqué la semana pasada en este y otros espacios y que lleva por nombre “Los dilemas de la evaluación del primer periodo”) considerando como unidad de medida los aprendizajes esperados, tal y como lo propone el Secretario de Educación, es una gran equivocación. Ya lo he dicho y lo vuelvo a repetir: la casa no es la escuela y la escuela no es la casa.

Tengo claro que nadie estaba preparado para todo lo que se desprendió de la contingencia sanitaria por la pandemia mundial que estamos viviendo; también tengo claro, que los momentos educativos que vivimos son totalmente diferentes de los que ocurren en el aula, entonces, ¿qué le lleva a pensar a este funcionario que los chicos están aprendiendo conforme a los aprendizajes esperados?, ¿sabrá todo lo que implica y significa trabajar con niños cuya edad oscila entre los 4 y 5 años?, ¿acaso pensará que todos los padres de familia tienen el conocimiento didáctico-pedagógico que se requiere para trabajar con los niños los contenidos de un plan de estudios?

Ciertamente, como padres de familia tenemos una responsabilidad y obligación importante en la educación de nuestros hijos. Eso no lo dudo. Sin embargo, este hecho no es ni por un tantito, idéntico al acto educativo que se vive en un salón de clases de un jardín de niños.

Obviamente, resultado de una planeación y del desarrollo de cada una de las sesiones en las que se organizó el trimestre, la educadora o educador, tienen la posibilidad de evaluar o, mejor dicho, de valorar el desempeño de sus alumnos. En tal ejercicio, cobra sentido, un elemento que me parece fundamental para comprender que, en estos momentos, evaluar mediante el logro de los aprendizajes esperados, es un gravísimo error. Me refiero pues a la observación; si, esa observación que en el día a día le permite al docente dar seguimiento y continuidad (a través del registro) al desempeño de sus educandos. Situación que, como parece bastante obvia, no puede hacerse en estos momentos.

¿Qué otros elementos, tiene la educadora o educador, para valorar los logros de sus chicos en términos de los aprendizajes esperados? Las tareas, trabajos, carpetas o portafolios, entre otros; actividades que, desde mi perspectiva son complementarias de lo que se realiza en el aula; esto, porque como sabemos, cuando se encomienda una actividad en casa suelen suceder algunas cosas: a) que los padres de familia supervisen el trabajo y estén atentos u orienten el desarrollo de la actividad que hace el niño; b) que no estén atentos ni supervisen el trabajo porque desconocen sobre el tema, aunque puede ser que reciba orientación por parte de un adulto o hermano; c) que dichos padres terminen haciendo el trabajo que les fue dejado a los pequeños; d) o que simplemente no lo hagan ni lo entregan (Carro, 2020).

En este sentido, si coincidimos en que lo descrito en el párrafo anterior es parte de esa realidad que está muy presente en este nivel educativo, ¿de qué manera podrán evaluar las educadoras y educadores este primer periodo?

Pienso que, independientemente de que la SEP emita un nuevo Acuerdo o ciertos aspectos que modifiquen el 12/06/2020 (DOF, 2020), los colectivos docentes podrían fijar esos criterios de evaluación mismos que les permitan realizar una valoración del avance logrado por sus alumnos. Una valoración que se acerque a la realidad de los pequeños. Esto, porque considero, que hay una diferencia muy importante entre aquellos niños cuyos padres, durante estos meses, han tenido la posibilidad de estar prácticamente al 100 por ciento con sus hijos al tener un trabajo estable, bien remunerado y con las mejores condiciones que cualquier niño podría tener para trabajar desde casa; de otros cuyos padres han tenido que salir a buscar el sustento fuera del hogar, o bien, que los hayan acompañado en esas labores con la idea de tener algo que comer en casa.

Visto desde esta forma: no, no es buena idea tomar en cuenta la opinión de un funcionario que nunca ha estado frente a un salón de clases en un jardín de niños. Los colectivos docentes, con su experiencia y conocimiento, seguro estoy que habrán de tomar las mejores decisiones porque, más allá del reporte burocrático que tienen que entregar a sus directivos en próximas fechas, no debe perderse de vista que, una evaluación, tiende a brindar una serie de elementos que permiten tomar decisiones para mejorar el quehacer docente en razón de los aprendizajes de sus alumnos.

Con negritas:

¿Se imagina usted el significado que reviste el que un niño comience su un proceso educativo a través de una computadora, celular o televisor?, ¿de qué manera explicar esta nueva interacción?, ¿estaremos en la antesala de una nueva socialización en este nivel educativo? Digo, los niños que en este ciclo escolar se incorporaron al Sistema Educativo solo han conocido, en el mejor de los casos, a su maestra y a sus compañeros mediante un aparato electrónico.

Al tiempo.


Referencias:

SEP. (2017). Aprendizajes Clave para la Educación Integral. Plan y Programas de Estudio para la Educación Básica. Ciudad de México.

DOF. (12/06/2020). Por el que se establecen diversas disposiciones para evaluar el ciclo escolar 2019-2020 y cumplir con los planes y programas de estudio de educación básica (preescolar, primaria y secundaria), Normal y demás para la formación de maestros de educación básica aplicables a toda la República Mexicana, al igual que aquellos planes y programas de estudio del tipo medio superior que la Secretaría de Educación Pública haya emitido, en beneficio de los educandos. Recuperado de: https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5594561&fecha=05/06/2020

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Hay riesgo de desarrollar una «educación bancaria» al utilizar la televisión como vehículo transmisor de contenidos: Investigadores

Por:  Erick Juárez Pineda

A partir del 24 de agosto, fecha de inicio del ciclo escolar 2020-2021, treinta millones de estudiantes de 16 grados escolares, que van de preescolar a bachillerato, proseguirán sus estudios a distancia por medio del programa «Aprende en casa II». La novedad es que ahora se firmó un acuerdo con cuatro cadenas de televisión nacional privada (Televisa, TV Azteca, Imagen y Multimedios) para que los cursos se puedan transmitir en sus canales, añadiéndose a las 36 televisoras estatales y al sistema público federal (Canal 11, Canal 14 e Ingenio TV).  

Aunque esta iniciativa de la Secretaría de Educación Pública (SEP) mitiga el problema de los estudiantes mexicanos en cuanto al acceso a las tecnologías para continuar con las cursos escolares (92.5 por ciento de las familias cuentan con un televisor en sus casas), expertos en educación y pedagogía del ITESO consideran que la medida debe ser acompañada de un seguimiento del aprendizaje de los alumnos por medio del uso complementario de otras herramientas tecnológicas, un mayor involucramiento de los padres de familia, así como el desarrollo de habilidades que vayan más allá de la asimilación de los contenidos que se transmitan por la televisión.  

Hacia una pedagogía plena

Uno de los riesgos de utilizar la televisión como vehículo transmisor de contenidos es que se desarrolle una educación bancaria, es decir, un modelo pedagógico en el que los educadores son depositantes de conocimientos a sus alumnos, que funcionan como receptores o archivadores pasivos de conocimientos.  

“El niño escucha o ve el programa, aprenderá algo, pero de eso a que se promueva un aprendizaje más activo o por descubrimiento, hay muchas dudas”, manifestó Juan Carlos Silas, académico del Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES) del ITESO.  

El confinamiento por la pandemia de Covid-19 ha desnudado las carencias de un sistema educativo que no ha desarrollado en los niños y adolescentes la capacidad de autonomía, de investigar por cuenta propia o de gestionar sus propios saberes, de acuerdo con lo expresado por Claudia Arufe, académica de la Licenciatura en Ciencias de la Educación del ITESO. De allí la necesidad de ejercer un nuevo modelo de educación integral que vaya más allá de la memorización de conceptos.  

“Se está hablando de los contenidos de libros de textos, pero ¿qué pasará con las otras facetas de desarrollo como la educación física, la socioemocional o la convivencia?, todos estos procesos inherentes a lo educativo se están obviando”, consideró.  

Flor Lizbeth Arellano, coordinadora de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, destacó que pese al cierre de las escuelas por la pandemia hay que mantener el espíritu de las mismas como un medio de socialización e incorporarlo a programas como “Aprende en casa II”.  

“Que la educación a distancia no se centre solamente en los contenidos, sino que abarque otras dimensiones de la vida de nuestros estudiantes, sobre todo el contexto de la pandemia y sus efectos socioemocionales”, dijo.  

El papel de la familia y los profesores

De acuerdo con una investigación aún en curso, coordinada por la Secretaría de Educación Jalisco y con participación del DPES del ITESO, la contingencia sanitaria incrementó el grado de involucramiento de los padres de familia en las actividades educativas de sus hijos. Esta actitud deberá permanecer al transmitirse los programas del ciclo escolar 2020-2021 por televisión.  

«En los hogares surgieron nuevos roles de mamás-educadoras. La mayoría de los padres de familia valoran más el papel del profesor y reconocen la importancia de implicarse en la educación de sus hijos», señaló Arellano. 

En el caso de los profesores, la coordinadora de la Licenciatura en Ciencias de la Educación del ITESO aseguró que la mayoría ha impulsado procesos de retroalimentación no presenciales por medio de grupos de WhatsApp o Facebook.

También se convirtieron en profesores de tiempo completo al estar disponibles para resolver dudas de los cursos vía telefónica. Estas herramientas son un complemento para los programas que se transmitan por televisión.  

Sin embargo, los maestros no recibieron la atención debida d sus demandas para mejorar los procesos virtuales de educación y sólo se han convertido en receptores de la nueva política pública de la SEP, consideró Silas, quien también es coordinador del Doctorado Interinstitucional en Educación del ITESO 

«Se les pidió en sesiones del consejo técnico que compartieran y reflexionaran sobre lo que estaban aprendiendo, qué actividades o ejercicios lograron que sus alumnos aprendieran mejor, pero no hay una gran recuperación de esas experiencias”, compartió. “Es descorazonador porque pasaron horas reflexionando y anotando, pero no se está tomando en cuenta esa reflexión».  

Las desigualdades no desaparecen

Esteban Moctezuma, titular de la Secretaría de Educación Pública, argumentó que el convenio de transmisión con las televisoras privadas permitirá llegar a la gran mayoría de los estudiantes mexicanos para garantizarles el acceso a la educación.

La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información (ENDUTIH) de 2019 parece dar la razón al funcionario: nueve de cada 10 mexicanos tienen televisor, contra 44.3 por ciento que dispone de una computadora. Además, menos de la mitad de quienes viven en zonas rurales (47.7 por ciento) cuentan con acceso a internet. 

Todavía hay problemas por resolver como familias hacinadas con varios miembros que estudian y cuentan con una sola herramienta tecnológica a disposición de todos; las tensiones que se viven por temas como la pérdida de empleos por la crisis económica derivada del Covid-19, o zonas rurales donde la señal digital no llega.  

Arufe compartió que hay casos de éxito como Ecuador, donde los programas escolares por televisión se acompañan de cápsulas de radio, fichas pedagógicas para consolidar el aprendizaje visualizado y contenidos impresos a disposición de los estudiantes.

«Si sólo se viese la televisión, el plan no funcionará y se vulnerará el derecho a la educación», sentenció.  

De acuerdo con Arellano, en zonas como el norte de Jalisco se utiliza la radio comunitaria como estrategia educativa en comunidades aisladas. Durante el ciclo escolar 2019-2020 recién terminado, otra vía de transmisión de conocimientos fue la impresión de cuadernillos con tareas que se dejaban en puntos centrales en las poblaciones donde vivían los alumnos, por ejemplo en las tienditas.  

«En una zona marginada como Nextipac hubo el caso de una jovencita de secundaria sin internet ni smartphone. La comunidad fue solidaria y los mismos compañeros, al darse cuenta de que su amiga no se conectaba, la invitaban a sus casas para conectarse a internet y hacer la tarea», contó.   

La experiencia de las telesecundarias

Las telesecundarias, desde 1968, se han consolidado como una alternativa para ofrecer educación básica a las comunidades rurales y empobrecidas de México. En 2020, 18 mil 743 planteles brindaban educación a casi un millón 500 mil estudiantes. Este modelo educativo puede ayudar a que el programa «Aprende en casa II» tenga éxito, consideró Silas.  

«La educación multigrado, con un solo profesor atendiendo varios grados, se piensa que es de baja calidad, pero cuando se pone a dialogar a niños de diferentes grados sobre temas que debe aprender cada uno se forma una comunidad de aprendizaje entre los alumnos, con resultados muy interesantes”, explicó.   

De acuerdo con la SEP, el modelo pedagógico de la telesecundaria consiste en un programa de televisión de 15 minutos, más 35 minutos de trabajo en clase orientado por el docente.  

Fuente e Imagen: http://www.educacionfutura.org/hay-riesgo-de-desarrollar-una-educacion-bancaria-al-utilizar-la-television-como-vehiculo-transmisor-de-contenidos-investigadores/

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