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¿Qué es el positivismo tóxico?

Por: Paulette Delgado

Mantener una actitud positiva excesiva puede ser dañino para la salud, además de afectar las relaciones interpersonales.

En las redes sociales es normal ver mensajes que nos invitan a tener una “actitud positiva” durante la pandemia. Y aunque es importante ser optimistas, es imposible mantener siempre una actitud positiva, ya que enfocarse exclusivamente en lo positivo no es tan bueno como parece, incluso puede llegar a ser “tóxico”.

Las psicólogas estadounidenses Samara Quintero y Jamie Long, definen la positividad tóxica como “la sobregeneralización excesiva e ineficaz de un estado feliz y optimista en todas las situaciones. El proceso de positividad tóxica resulta en la negación, minimización e invalidación de la auténtica experiencia emocional humana”. Quintero y Long explican que ser siempre positivos se vuelve negativo cuando esta actitud se usa para reprimir emociones como el resentimiento, tristeza o enojo. El psicólogo Konstantin Lukin profundiza sobre este punto señalando que, al negar las emociones negativas, estas se pueden hacer más grandes y se convierte un ciclo donde van creciendo y acumulándose, ya que no son procesadas, hasta que la situación se vuelve insostenible.

El Dr. Lukin explica que las emociones son información que nos avisa lo que está sucediendo en ese momento, pero no nos indican cómo actuar o reaccionar. Además, perjudica las relaciones interpersonales. En el caso de la enfermedad por COVID-19, si una persona tiene mucha ansiedad y miedo, ver una actitud de “todo estará bien”, “no pasa nada” o similar por parte de sus seres queridos, puede hacer que se aleje por verla poco accesible emocionalmente o miedo a que rechace sus emociones. “Imagina tratar de tener una relación significativa con alguien que ignora la tristeza o la ansiedad”, dice Lukin.

Signos del positivismo tóxico

Las doctoras Samara Quintero y Jamie Long presentan algunas maneras comunes en las que se presenta la positividad tóxica:

  • Escondiendo o enmascarando los verdaderos sentimientos.

  • Fingiendo que todo está bien.

  • Sentirse culpable de sus emociones negativas.

  • Minimizar las experiencias de otras personas con frases como “todo estará bien”, “hay que ser positivos” o similares.

  • Consolar a otro dándole perspectivas, es decir, diciendo “podría ser peor”, en lugar de validar sus emociones o experiencias.

  • Atacar, humillar o castigar a alguien por expresar frustración, ansiedad, tristeza o cualquier cosa que no sea positividad.

  • Ignorando los sentimientos diciendo cosas como “así pasa”.


¿Por qué es nociva la positividad tóxica?

Produce vergüenza

Según las expertas, la vergüenza es un paralizante ya que es de los sentimientos más incómodos. Esperar a que alguien siempre se encuentre bien o tenga una perspectiva positiva puede alentar al otro a guardar silencio sobre lo que está pasando o lo que está sintiendo por vergüenza. Además, puede hacer que otras personas se sientan como una carga y tengan que fingir que todo está bien en lugar de ser honestas.

Suprime otras emociones

A lo largo de los años, se han llevado a cabo diversos estudios que hablan sobre los efectos de suprimir emociones “negativas”, como aquellos realizados en 1987, 1997, 2010 y 2018. Estos estudios demuestran que negar los sentimientos u ocultarlos puede producir estrés, así como impedir que alguien desarrolle herramientas para controlar las emociones o pensamientos angustiantes.

“Si estás enojado —y los sentimientos de enojo no son reconocidos—, se entierran profundamente en nuestro cuerpo. Las emociones reprimidas pueden manifestarse más tarde en ansiedad, depresión o incluso enfermedades físicas”, escriben las doctoras Quintero y Long.

Además, estos estudios demostraron que es importante tener palabras o expresiones faciales, como llorar,  para describir cómo se sienten y ayudar a regular la respuesta al estrés. Un estudio realizado en 1997, por ejemplo, demostró que los participantes a los que se les pidió fingir estar bien después de ver videos perturbadores, señalaron contener mucho estrés, en comparación a aquellos que demostraban cómo se sentían.

Las autoras también mencionaron que suprimir las emociones puede llevar a las personas a crear una personalidad falsa al no querer mostrar partes de ellas mismas. Esconderse de esa manera, según Quintero y Long, es negar la verdad, y esa es que en la vida hay momentos tristes, dolorosos y difíciles. Aceptar esto, y sentir las emociones ayuda a verbalizarlas y sacarlas del cuerpo, contribuyendo a mantenernos sanos y sin tensiones.

Produce aislamiento 

Crearse una personalidad falsa puede llevar a que se pierda la conexión con uno mismo, y con los demás. Las autoras lo describen de la siguiente manera: “¿Alguna vez has estado cerca de una persona dulce, linda, que «solo piensa en pensamientos felices»? ¿Qué tan cómodo te sientes al hablar sobre las emociones profundas que sientes? Aunque esa persona podría tener las mejores intenciones del mundo, el mensaje que está enviando sin darse cuenta es: «solo se permiten buenos sentimientos en mi presencia». Al sólo presentarse como alguien positivo y alegre, esta es la imagen que la otra persona puede tener de nosotros. Ya sea que se trate de un conocido o uno mismo, este tipo de actitud sólo produce que los demás nos vean como alguien inaccesible ya que sólo se puede ser una persona positiva a su lado, provocando, incluso, el aislamiento.

¿Cómo evitar el positivismo tóxico?

Para empezar, es necesario aceptar las emociones como información o una guía, y dejar de pensar que las emociones son negativas, ya que connota un rechazo automático. Como explica la autora Karla McLaren, “tratar las emociones como negativas o positivas siempre conduce a lo que mis amigos programadores de computadoras llaman el problema GIGO (Garbage in, Garbage out) o “Basura dentro, Basura fuera”, en español. Si ingresas una cadena de código incorrecta en tu programa, este programa no funcionará o hará algo muy complicado. Basura dentro, basura fuera.

Aceptar que existen estas emociones ayudará a sobrellevarlas y a disminuir su intensidad. El Dr. Lukin lo describe como quitarse un peso de encima, ya que además de poder procesarlas, puede llevarnos a ser más abiertos con nuestros seres queridos y hablar de cómo nos sentimos, en lugar de siempre pretender que todo está bien. Además, las emociones ayudan a transmitir información a otras personas, por ejemplo, si en estos momentos por la cuarentena nos sentimos nerviosos, hablarlo con otra persona puede ayudarnos a encontrar confort o apoyo, en lugar de rechazo.

Ser positivos no es algo malo, es bueno tratar de ver el lado positivo de las cosas, más en estos tiempos de COVID-19, pero es igual de importante aprender a escuchar qué información quieren transmitirnos nuestras emociones y escucharlas y reconocerlas, incluso si son negativas. Dejar de intentar ser siempre positivos y aprender a procesar los sentimientos nos ayudará a comprenderse mejor a uno mismo y a los demás.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/positivismo-toxico

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Represión y censura

Por: Leonardo Díaz 

Dos noticias aparentemente inconexas coincidieron el pasado 4 de mayo. La primera: Profesores de Derecho se pronuncian sobre restricciones a la libertad y uso de la fuerza durante emergencia, se refiere a la postura de unos abogados docentes sobre los abusos de las fuerzas policiales cuando hacen cumplir las órdenes oficiales del confinamiento. La segunda, La ONU urge a proteger la libertad de prensa durante la pandemia  informa sobre las declaraciones del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, sobre los peligros de las restricciones a la libertad de prensa en el contexto de la pandemia del COVID-19.

Ambas informaciones son dos caras de un mismo problema: los límites del estado de excepción dentro de una sociedad democrática.

La actitud autoritaria valida el daño a la dignidad de las personas bajo la excusa de la protección ciudadana. Los dos mecanismos emblemáticos de los Estados autoritarios para llevar a cabo dicha “protección” son la represión y la censura. Mediante la primera, se emplea el daño fisico y psicológico contra el cuerpo humano para disuadir a la ciudadanía de emplear los espacios físicos como escenario para movilizaciones que debiliten el control político. Mediante la segunda, se cierran los medios de acceso a los significados que los ciudadanos necesitan para interpretar sus experiencias sociales, en otras palabras, se lleva a cabo un silenciamiento hermenéutico.

Lo que caracteriza a los Estados autoritarios es la normativización de prácticas que, en el seno de una sociedad democrática, se ejecutan dentro de ciertos límites, en circunstancias excepcionales (peligro de salud pública, posibilidad de disolución política), durante un período muy limitado de tiempo y siempre como producto de un debate parlamentario previo que les otorgan legitimidad.

Recalco el hecho de que dichas prácticas se hacen dentro de unos límites, es decir, a pesar de las circunstancias excepcionales, el Estado de una sociedad democrática debe intentar ejercer las acciones especiales dentro de unos límites establecidos por el respeto al marco constitucional, a los derechos humanos y a la naturaleza dialogante de una sociedad abierta.

Por tanto, no es aceptable que, bajo la excusa de la pandemia del COVID-19, un Estado permita el uso desproporcional de la fuerza física contra la ciudadanía, el abuso de poder, o infrinja castigos no contemplados en la ley para las infracciones ciudadanas.

Como inaceptable resulta, también, el intento de ocultar información y distorsionarla, o entorpecer el trabajo de quienes tienen la función de proporcionarla. La información fidedigna y el acceso abierto a la lectura de los significados sociales constituyen los recursos más eficientes con que cuenta una sociedad democrática para resolver las situaciones problemáticas.

Fuente:  https://acento.com.do/2020/opinion/8814259-represion-y-censura/

Imagen: https://pixabay.com/photos/censorship-limitations-610101/

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La tarea: ¡La madre de todas las batallas!

Por: Abelardo Carro Nava

¿Qué nos hace pensar que el cumplimiento de una tarea necesariamente refleja el aprendizaje logrado de un niño? O, mejor dicho, ¿en qué momento, la tarea, se convirtió en sinónimo de aprendizaje de los pequeños? Preguntas por demás sencillas pero que, en cierta medida, nos invitan a reflexionar en lo que cientos de maestros, padres de familia y niños están pasando en estos días donde, para acabar pronto, la contingencia sanitaria por el Covid-19 nos ha hecho ver y comprender que la escuela, y todo lo que ocurre dentro de ella, tiene un enorme significado.

Y es que, como bien sabemos, el proceso de enseñanza y de aprendizaje va más allá del cumplimiento de una tarea. De hecho, en anteriores entregas que tan amablemente me han publicado en este y otros espacios, he dado cuenta de ello; sin embargo, ese proceso no ha sido del todo comprendido por quienes, en este momento, tienen la responsabilidad de conducir los destinos de la educación de nuestro país. Me refiero, exclusivamente, a las diversas autoridades educativas que son parte del Sistema Educativo Mexicano (SEM). Tal parece que, indicarles a los maestros que les pidan a los alumnos el cumplimiento de más tareas para que éstos a su vez las resuelvan, genera más aprendizajes. Formula, a todas luces, incorrecta y harto equivocada.

¿Por qué sucede esto? Mi explicación se basa en varios puntos que, desde luego, si ustedes me lo permiten, iré desglosando a lo largo de este texto.

Por principio de cuentas, como órgano de control administrativo y normativo, la Secretaría de Educación Pública (SEP), desde hace mucho tiempo, ha evidenciado la poca o nula confianza que le tiene al magisterio mexicano. Pareciera ser que los maestros y maestras, no tienen un dejo de creatividad y pensamiento en cuanto a la función que a éstos les toca desempeñar como parte de su quehacer docente.

Al respecto, no niego que hay muchos mentores que difícilmente realizan sus actividades si la Secretaría o sus autoridades no se las piden o requieren, sin embargo, tampoco niego que hay quienes dan un poco más de lo que su función les exige. En cualesquiera de los casos, estos docentes, generalmente se hallan entre la espada y la pared, es decir, entre lo que “deben” hacer y lo que “quieren” hacer, dado el conocimiento que éstos poseen de los alumnos que tienen en sus manos.

Para nadie es desconocido que, si un profesor pretende echar a andar una propuesta innovadora – pedagógica y didácticamente bien sustentada – y, como resultado de ello, desarrolla una serie de actividades que no necesariamente corresponden a las que dicta la Secretaría o sus autoridades inmediatas, éstos, lo llaman a “cuenta” para que se “alinee” a las disposiciones oficiales o, de plano, para que deje de hacer lo que está haciendo porque, a decir de estos últimos, su propuesta es inadecuada aunque no haya un sustento alguno. Sobre este asunto, recuerdo muy bien que, hace algunos años, cuando la reforma peñanietista estaba a todo lo que daba y la evaluación al desempeño docente se aplicaba a rajatabla, muchos mentores recibieron, por parte de la SEP, una “retroalimentación” que difícilmente retroalimentaba. Imaginemos cuál sería el sustento que esta dependencia tendría u ofrecería para detener el o los proyectos que los profesores diseñaran.

En segundo lugar, sin entrar a tremendos “tecnisismos”, quiero abordar un poco el sentido de la palabra “tarea”. Y es que como bien sabemos, esta palabra se relaciona, de manera inmediata, con un deber. No en pocas ocasiones habremos escuchado decir a nuestra madre o padre: “tienes que hacer la tarea, no lo olvides”; o bien, cuando el profesor o profesora, justo antes de despedirnos, nos llegó a expresar: “de tarea, realizar los ejercicios de la página 115 de su libro de español”. Luego entonces, al ser concebido de esta forma, es claro que un deber conlleva una responsabilidad y cumplimiento por lo que, ya sea en la casa, en la biblioteca del pueblo o con los amigos en un cibercafé, el alumno cumple este cometido. En este sentido, ¿sabe usted cuántas materias lleva un alumno en la escuela? En efecto, a partir de las asignaturas que cursa es que, dependiendo el contenido, el profesor toma la decisión de dejarles tarea. Esto, con el propósito de favorecer y dar continuidad a su proceso formativo y de aprendizaje en un contexto no formal como el que representa su aula/escuela.

De esta forma, quiero hacer énfasis en esos elementos valiosos para que el profesor encomiende una tarea; éstos pueden ser: el contenido que está abordando, el nivel congnitivo/cognoscitivo de sus alumnos, las condiciones (incluyendo el contexto) en el que viven los pequeños y otros. Así, no debemos de perder de vista que, derivado de esos elementos y la decisión que el maestro haya tomado en su momento, éste pone en la mesa diferentes tipos de tarea para que sus estudiantes puedan realizarlas; retomaré tres que me parecen las más relevantes: a) de práctica, son aquellas en las que se refuerzan las habilidades o conocimientos recién adquiridos en clase como guías de ejercicios, cuestionarios, resúmenes, resolución de problemas, entre otras; b) de preparación, son aquellas en las que se intenta proveer información de lo que se verá en la siguiente clase, pueden ser leer, buscar información bibliográfica, obtener materiales para hacer un trabajo en el aula, etcétera; c) tareas de extensión, son aquellas en las que se fomenta el aprendizaje individualizado y creativo al enfatizar la iniciativa e investigación del estudiantes, éstas son tareas a largo plazo, proyectos continuos y paralelos al trabajo en el salón, etcétera (Roland Laconte 1981, citado en Ochoa 2012).

Como seguramente usted imaginará, el cumplimiento de esa tarea arroja un producto o evidencia, misma que el docente, se encargará de revisar para realimentar/retroalimentar lo que, a su juicio, considere pertinente. Es claro pues, que esa evidencia puede o no demostrar el logro de un aprendizaje en términos de un contenido. Pongo un ejemplo muy sencillo, si la consigna fue dibujar un animal marino porque el contenido se relaciona con este tema; puede ser que el chico, después de haber realizado una investigación, decidió dibujar una tortuga marina, ya sea vista desde arriba o lateramente; en sentido estricto, la tarea la cumplió este niño y, en consecuencia, el aprendizaje se logró porque, además de la investigación, se dibujó a ese animal marino; sin embargo, imaginemos que un alumno no haya contado con los recursos, tal vez tecnológicos que empleó el otro estudiante, para investigar los tipos de animales marinos y, por ello, dado su conocimiento, dibujo una lombriz de tierra. También, en sentido estricto, la tarea se cumplió, es decir, el pequeño entregó su producto, pero el aprendizaje… ¿se logró? Ahí es donde la intervención docente se vuelve fundamental porque, a través de ella, y de algunos cuestionamientos que éste formule, podría lograr que su educando reflexionara sobre los tipos de animales marinos que existen, la diferencia que hay entre éstos y los terrestres, etcétera. En consecuencia, producto/evidencia no es sinónimo de aprendizaje.

Habría que pensar entonces, por qué la SEP, y buena parte de las autoridades educativas de los estados, exigen, diariamente, un sinfín de tareas escolares al igual que un número infinito de evidencias que, como he dicho, no necesariamente reflejan el logro de un aprendizaje.

En la semana pasada, publiqué un artículo que titulé “Hacer poco es mucho, pero la SEP no lo entiende”; consecuentemente considero que, si se le brinda la confianza necesaria a los docentes, éstos podrían, en la medida de sus posibilidades y recursos, adecuar las acciones que desarrollarían para que sus alumnos aprendieran en casa. ¿Se imagina aquel maestro de secundaria que tiene a su cargo más de 200 alumnos? Es demencial que se le pida que grabe un video que demuestre que está trabajando con sus alumnos, que realice una carpeta de “experiencias” de cada uno de éstos, que tenga la posibilidad de planear para que, si no es que todos, se conecten desde sus hogares para que trabajen a través de una plataforma, y un lago etcétera más.

¿Acaso el maestro o maestra no es padre o madre de familia?, ¿acaso no tienen que atender u orientar a sus hijos porque sus maestros también les han dejado tarea?, ¿acaso no tienen vida propia para desayunar, comer, cenar, pasar un tiempo con su familia, para hacer labores domésticas o en el campo, o para disfrutar de unos minutos de descanso?

Sí, además de la guerra que están librando médicos y enfermeras en nuestro país, la tarea, se ha convertido en la madre de todas las batallas que buena parte de la población está librando en estos momentos, y la SEP, tampoco ha entendido, entiende, ni entenderá esto.


Referencias:

Laconte, R. (1981). Citado en Rodas Ochoa, M.C. (2012). Las tareas escolares extraclase y su incidencia en el rendimiento de los estudiantes del tercer año educación general básica de la escuela Aurelio Ochoa Alvear de la Parroqui Tuti Cantón Cuenca (Doctoral dessertation)

Fuente: https://profelandia.com/la-tarea-la-madre-de-todas-las-batallas/

Imagen: https://pixabay.com/photos/children-drawing-education-4526384/

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Webinar: Enseñar en tiempos de pandemia con la Dra. Mariana Maggio

Por: Departamento de Educación a Distancia – UNCA.

La Dra. Mariana Maggio, reconocida docente de la Universidad de Buenos Aires brindó una charla mediante video conferencia cuyo eje temático fue “Enseñar en tiempos de pandemia”. Este evento, que contó con numerosos seguidores, se realizó bajo la modalidad de Webinar y fue organizado por el Departamento de Educación a Distancia de la UNCA.

Fuente de la reseña: https://www.youtube.com/watch?v=cx0UBfj40E8

 

 

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En Haití la opción es entre morir de hambre hoy o por Covid-19 mañana

Centro América/ Haití/ 12.05.2020/ Fuente: www.panorama.com.ve.

El fuerte crecimiento de los precios que acompaña la epidemia agravará aún más la recesión económica que vive el país.

El nuevo coronavirus causó pánico en las autoridades de Haití y las organizaciones de derechos humanos en razón de la extrema debilidad del sistema de salud, pero las consecuencias económicas de la pandemia podrían ser aún más devastadoras que las sanitarias entre la población mayoritariamente pobre.

Con ocho muertes, según el último balance oficial divulgado el jueves 30-A, la Covid-19 está recién en sus comienzos en Haití, donde el confinamiento y el distanciamiento social constituyen un lujo inaccesible para gran parte de los habitantes, que viven de la economía informal.

Los comerciantes callejeros de Petionville, una comuna ubicada en las alturas de Puerto Príncipe, la capital, protagonizaron manifestaciones contra el vano intento de la alcaldía de limitar su actividad a tres días por semana.

Las compras nerviosas que siguieron al anuncio, el 19 de marzo, de los primeros casos de Covid-19 en el país, luego decayeron, y hoy los clientes son muy mesurados en sus compras, más aún teniendo en cuenta que sus ingresos se han desplomado.  

Los cereales constituyen dos tercios de los aportes energéticos diarios de los haitianos más pobres. Sin embargo, el precio del arroz aumentó más del doble en algunos mercados del interior del país en relación al año pasado.

La coordinación nacional de seguridad alimentaria destaca que la inflación se ha acelerado desde marzo.

El fuerte crecimiento de los precios que acompaña la epidemia agravará aún más la recesión económica que vive el país desde el último otoño boreal.

«Con la crisis que se avecina, es esperable que el crecimiento caiga 4% como consecuencia del colapso del sector agrícola, cuya demanda se reduciría considerablemente», reconoció el primer ministro Joseph Jouthe durante una cumbre sobre las finanzas del país que este año se realizó de manera virtual.

– Peligro de hambruna –  

La agricultura pesa apenas 21% en el PBI, pero concentra la mitad de los empleos, subraya el economista Etzer Emile.

Los campesinos haitianos, poseedores de explotaciones extremadamente pequeñas, han visto sus ingresos reducirse enormemente, lo que ha agravado sus dificultades para preparar la próxima cosecha, amenazada además en algunas regiones por la sequía.

Mucho antes que la pandemia de Covid-19 paralizara la economía mundial, Naciones Unidas había calculado que 40% de los haitianos tendrían necesidad de una ayuda humanitaria de urgencia en el presente año.

Esas proyecciones, realizadas en octubre de 2019, establecían que a partir de marzo de 2020 alrededor de tres millones de habitantes del país estarían en situación de insuficiencia alimentaria severa, el escalón previo a la hambruna en la clasificación empleada por la ONU.

Sólo las remesas enviadas por los haitianos que viven en el extranjero, que totalizan más de 3.000 millones de dólares al año en promedio, han evitado que el conjunto de la población caiga en la pobreza extrema.

Hasta ahora, esa suma representaba un tercio del PIB.

«Los haitianos dependen de las transferencias de dinero para la alimentación, la educación e incluso los funerales», señala el economista Kesner Pharel.

Instalada en su mayoría en Estados Unidos, la diáspora haitiana ha sido golpeada de lleno por el desempleo masivo que afecta a la primera potencia mundial.

El Ministerio de Economía y Finanzas de Haití prevé que en los próximos meses esa ayuda financiera se reduzca en una cuarta parte.

«Se suele decir que cuando la economía estadounidense se resfría la haitiana sufre una pulmonía. Los millones de empleos perdidos en Estados Unidos van a provocar una agravación de la extrema pobreza aquí, sin dudas», dijo Pharel.

Fuente de la noticia: https://www.panorama.com.ve/mundo/En-Haiti-la-opcion-es-entre-morir-de-hambre-hoy-o-por-Covid-19-manana-20200502-0045.html

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¿Cuándo y cómo reabrir el sistema educativo en Colombia?

Por: Ángel Pérez.

Una de las decisiones más difíciles que tendrá que tomar el Gobierno nacional, así como los alcaldes y gobernadores, en el proceso de desconfinamiento, será cuándo y cómo garantizar la reapertura de las instituciones escolares, para reanudar las clases.

Para entender la complejidad de la decisión, en términos de impacto poblacional, abrir el sistema de la educación básica, media y superior significa que más de 13 millones de personas saldrán de sus casas, el 26% del total de la población de Colombia; 12 millones de estudiantes y cerca de un millón de personas entre docentes, personal de apoyo a las labores educativas y administrativas, más quienes trabajan con las empresas del sector y son proveedores del transporte escolar, alimentación y otros servicios, anexos al funcionamiento de las instituciones educativas.

En Colombia tenemos la fortuna de ir un mes, o más, atrás de otros países, con respecto al proceso de encerramiento y de desconfinamiento, este tiempo nos permitirá evaluar la decisión que ya tomaron otros países de empezar la reapertura del sistema educativo. No tenemos afán, podemos seguir funcionando durante este semestre con los estudiantes en casa: en condiciones normales los estudiantes del calendario A de la educación básica y media estarán finalizando el primer semestre a la mitad del mes de junio, igual ocurre con los estudiantes del calendario B y de la educación superior, quienes terminan año escolar o semestre.

En el mundo se planteó la necesidad de abrir el sistema educativo por lo menos por tres razones: la primera por el indudable retraso que sufrirán en el proceso educativo los estudiantes más pobres, quienes viven en peores condiciones de hacinamiento, sin acceso a las TIC; segundo, la salud, el estado emocional de los estudiantes y hasta problemas nutricionales se pueden afectar por las condiciones de encierro en las que permanecen algunos niños y adolescentes y; tres, una vez se reabran otros sectores de la economía los padres deben salir a trabajar y la mayoría de niños tendrán escaso soporte, o con quien estar en casa, una parte de los padres coordina su trabajo de acuerdo con el horario escolar.

En el mundo algunos países ya reabrieron las escuelas, por etapas, y se proyecta en diferentes países continuar este proceso durante el mes de mayo. En este sentido y de acuerdo con lo que está pasando en otros países propongo los siguientes pasos para reabrir el sistema educativo de manera planeada y con gradualidad:

  1. Gobierno nacional (Ministerio de Educación Nacional, MEN) debería crear un grupo asesor donde estén expertos en salud, en manejo emocional de los niños y representantes de las entidades territoriales, así como docentes y rectores para que determinen lineamientos y acciones de corto plazo, que preparen al sistema educativo para su reapertura.
  2. De manera inmediata, el MEN, las secretarías de educación y los equipos directivos de los colegios deben preparar las sedes educativas, donde sea posible empezar clases (no en todas se podrá): arreglar baños, equiparlos con elementos de aseo, y hasta modificar aulas especiales, auditorios, bibliotecas y el mobiliario, si es necesario, para mantener el distanciamiento entre los niños y los docentes. Propongo que para los colegios públicos los recursos para estas reparaciones locativas se distribuyan de manera directa a las instituciones escolares, además se otorguen facultades especiales a los rectores para contratar los ajustes y arreglos de los baños, así como la dotación de dispensadores de jabón y otros elementos para la higiene y seguridad de la comunidad educativa. Acá se genera empleo y no se requerirá personal muy calificado
  3. La nación y las entidades territoriales deben respetar la autonomía de los colegios y confiar en sus directivos y maestros, ellos definirán los grupos, prioridades y formas de regresar a los colegios, de acuerdo con unos plazos razonables, que decidirá, según las circunstancias de la pandemia, el grupo asesor del gobierno nacional: Por ejemplo, empezar con gradualidad la primera semana de agosto.
  4. Para arrancar las clases se pueden dividir en subgrupos, como lo hizo Dinamarca, pueden ser grupos de 5 a 7 niños por día, para atender 35 niños en promedio a la semana, insisto dependerá del tipo de colegios y del número de sedes, estudiantes, maestros y cantidad de grupos; durante un tiempo el sistema funcionaría de manera presencia uno o dos días a la semana, combinando educación en casa y a distancia, con las TIC o con guías. Propongo que empiecen con los estudiantes sin acceso a las TIC.
  5. Los estudiantes deberán tener su propio escritorio o pupitre, todos ubicados a dos metros de su vecino más cercano.
  6. Los maestros trabajarán con el mismo grupo de estudiantes durante el día y no cambiarán de aula, ni de estudiantes.
  7. Los niños utilizan tapabocas y solo juegan con niños de su clase, en grupos pequeños.
  8. Hasta donde sea posible, los maestros no se reúnen en la sala de profesores;
  9. Todos (niños y profesores) deberán lavarse las manos al menos una vez por hora, durante las 5 o 6 horas de duración de la escuela.

Además, el pediatra y epidemiólogo Quique Bassat, que formó parte del grupo de expertos de la Asociación Nacional de Pediatría que asesoró al Gobierno español sobre cómo debe ser el desconfinamiento de los niños, afirmó que «los requisitos dependerán del punto en que se encuentre la pandemia, adelanta cuatro elementos: distancia social; lavado de manos con gel hidroalcohólico al entrar y salir de clase, posible uso de mascarillas, y turnos en la hora del comedor, un momento que resulta especialmente delicado, y también en la llegada y salida de los centros educativos».

Fuente del artículo: https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/columna-angel-perez-11-de-mayo-cuando-y-como-reabrir-el-sistema-educativo/286113

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2.300 millones de euros invertirá el Reino Unido para potenciar el uso de la bicicleta tras la pandemia

Europa/ Reino Unido/ 12.05.2020/ Fuente: www.elnacional.com.

El gobierno del Reino Unido anunció este sábado una inversión de 2.000 millones de libras (2.300 millones de euros) de aquí a 2025 para potenciar los desplazamientos a pie y en bicicleta, a fin de facilitar el retorno al trabajo tras la pandemia de coronavirus.

En la rueda de prensa diaria, el ministro de Transporte, Grant Shapps, precisó que el capital se invertirá en mejorar los carriles para las bicicletas y las vías públicas, así como en hacer pruebas con patinetas eléctricas, con la intención de fomentar «un cambio en los hábitos» de los ciudadanos a largo plazo.

Shapps advirtió que, al principio del desconfinamiento, el transporte público no podrá operar a su plena capacidad, e incluso cuando lo haga, las medidas de distanciamiento social significarán que habrá espacio para menos pasajeros.

El ministro reveló los planes para el transporte antes de que mañana el primer ministro, Boris Johnson, detalle su plan de desescalada del confinamiento impuesto el pasado 23 de marzo, si bien ya ha avisado que actuará «con cautela» para evitar un segundo brote de la pandemia.

«Será un proceso gradual, no habrá un simple salto hacia la libertad«, advirtió Shapps.

Los últimos datos oficiales, difundidos hoy, indican que las muertes por covid-19 en el Reino Unido se sitúan en 31.587, tras sumar 346 en 24 horas, con lo que el país se mantiene como el más castigado por esta enfermedad en Europa.

El ministro instó a la población a respetar el aislamiento y «quedarse en casa» hasta que Johnson dé a conocer mañana la hoja de ruta, que, según la prensa, podría autorizar la apertura de centros de jardinería a partir del miércoles y flexibilizar las normas de ejercicio diario.

No negó que, tal como adelanta este sábado el periódico The Times, el jefe del Ejecutivo vaya a anunciar también la imposición de una cuarentena de 14 días a los viajeros que lleguen a territorio británico de cualquier país menos la vecina Irlanda.

Recordó que este tipo de cuarentena ya se aplicó anteriormente a los viajeros procedentes de ciertos lugares de China, Italia, Corea del Sur e Irán, con lo que simplemente se trataría de extender la medida.

Ante las conjeturas de una posible reapertura de los colegios, los sindicatos de educación han advertido hoy de que no debe hacerse hasta que los científicos aseguren que no hay riesgo de propagación del virus y se cumplan una serie de requisitos para garantizar la seguridad del personal y los alumnos, como mejorar la limpieza y proveer material de protección personal.

Aunque promete proceder con cautela, Johnson, que padeció el covid-19, afronta crecientes presiones del sector empresarial y de sus propios diputados para reabrir cuanto antes la economía, después de que el Banco de Inglaterra pronosticara una contracción del producto interno bruto del 14% este año.

Fuente de la noticia: https://www.elnacional.com/mundo/2-300-millones-de-euros-invertira-el-reino-unido-para-potenciar-el-uso-de-la-bicicleta-tras-la-pandemia/

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