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Colombia: Estudiantes de la U. del Valle realizan huelga de hambre para pedir que no se cobre matrícula de este semestre

América del Sur/Colombia/21-06-2020/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

Más de 5.254 estudiantes firmaron una petición para pedirle al rector de la institución, Edgar Varela, que aplique la “Matrícula Cero” ante la inminente deserción en las sedes Cali y regionales. Aseguran que las directivas no han sido claras en cómo va a ser el cobro de esta.

Los estudiantes de las universidades públicas han realizado una serie de peticiones a las directivas para que el segundo semestre de 2020 no sea cobrado. La principal razón es que por la pandemia por el coronavirus, algunos de ellos o sus familias han atravesado por problemas económicos. La Universidad de Córdoba, por ejemplo, anunció que los 10.800 alumnos no tendrán que pagar este semestre luego de que el rector de la institución llegara a un acuerdo con la Gobernación de Córdoba, la Alcaldía de Montería y el Ministerio de Educación Nacional.

Luego de ver que este modelo de “Matrícula Cero” podía ser viable en las instituciones de educación superior públicas, los estudiantes de la Universidad del Valle decidieron realizar una serie de estudios técnicos que avalaran la propuesta y donde se plantearon, además, otros escenarios con fuentes de financiación alternas. “Diferentes organizaciones estudiantiles enviaron derechos de petición a las directivas. Sin embargo, en las sedes regionales ya se ha venido cobrando esta matrícula, ya han iniciado clases de manera normal y hay una gran cantidad de estudiantes que no la han podido pagar”, cuenta Eric Salazar, estudiante de Comercio Exterior de la Universidad del Valle.

En cuanto a la sede de la universidad en Cali, y hay un calendario académico donde sale el cobro del segundo semestre de 2020. Allí aparecen dos fechas para el pago oportuno de esta, una con descuento y la otra con tarifa plena. Salazar explica que el rector de la institución, Edgar Varela, dijo que ningún estudiante se va a quedar fuera de las aulas por no poder pagar la matrícula y que quienes no puedan pagar a tiempo, se realizará una matrícula con oficio, pero, hasta el momento, no hay claridad de cómo va a ser este cobro.

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Estudiantes adelantan desde este jueves en la mañana un plantón pacífico al frente de la sede Melendez.

Mientras las directivas se pronuncian ante la propuesta, varios estudiantes adelantan desde este jueves en la mañana un plantón pacífico al frente de la sede Melendez. “Algunos alumnos se declaran en huelga de hambre indefinida porque las directivas universitarias se han negado a darnos una respuesta clara sobre qué va a pasar con las matrículas el siguiente semestre”, añade Tascón.

La huelga de hambre es indefinida. Los estudiantes explican que cesara hasta el momento en que haya un compromiso público y un acto administrativo firmado por los entes en los que apare zcan los compromisos de las exigencias que se están haciendo. “Pedimos que se garantice una matrícula gratis, al menos, a los estratos 1, 2 y 3 de toda la universidad”, añade Salazar .

Por medio de la iniciativa “Matrícula Cero”, los líderes estudiantiles de la Universidad del Valle pretenden mitigar la deserción estudiantil provocada por el impacto económico que causó la pandemia. Buscan que los 27.383 estudiantes de pregrado que tiene en la actualidad la institución accedan al próximo semestre de manera gratuita.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/estudiantes-de-la-u-del-valle-realizan-huelga-de-hambre-para-pedir-que-no-se-cobre-matricula-de-este-semestre/

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OPINIÓN | Guerrero rojo

Por: Tlachinollan

En la cúspide de la curva del coronavirus, a nivel nacional llegamos a 90 mil 694 casos de personas contagiadas y a 9 mil 930 decesos. En el plano estatal se registraron mil 893 casos y 275 defunciones. El viernes 29 de mayo en el estado tuvimos el número más alto de contagios que ascendió a 185 casos. El municipio de Acapulco sobresale con mil 182 casos, seguido de Chilpancingo con 189, Iguala 116 y Taxco 54. Se reportan 56 municipios con casos positivos, 23 municipios vecinos sin contagio, y solo dos municipalidades, Cochoapa el Grande en la Montaña y Azoyú en la Costa Chica, aparecen sin contagio y sin vecindad. Son las cifras del Guerrero rojo, de la alerta máxima para contener el contagio que puede desbordarse, no solo en los municipios de mayor densidad poblacional, sino en las regiones donde no se han tomado medidas efectivas, por parte de las autoridades municipales en coordinación con las autoridades de salud, para persuadir a la población de que permanezca en sus domicilios.

El escenario que se vislumbra en el estado, en cuanto a número de contagios, seguirá al alza. El plan A si le podemos llamar así, de contar con camas suficientes para atender a los pacientes que requieren hospitalización, es el que nos han venido mostrando las autoridades del estado. Mientras los pacientes sean de esos municipios la situación puede estar relativamente controlada, en cuanto al acceso a los servicios hospitalarios. Sin embargo, el mismo presidente de la república manifestó en la conferencia mañanera del miércoles 27 de mayo su preocupación por la situación de Acapulco: “Es el único sitio, el único lugar, Acapulco, en donde tenemos que estar muy pendientes y ampliar de inmediato la capacidad de hospitalización, ya lo estamos haciendo”. Mientras no se implementen mayores medidas preventivas en los focos rojos donde proliferan los contagios, las camas del Puerto no alcanzaran para los pacientes que requieran hospitalización. Es decir, que aún el plan A, no ha pasado la prueba porque la curva de la pandemia aún no llega al techo en nuestro estado.

Lo preocupante es cómo implementar un plan B, tomando en consideración a la población que se encuentra dispersa en las diferentes regiones del estado, donde las pruebas de PCR no se aplican y, por lo mismo, tanto las autoridades de salud como los habitantes desconocen el número de personas contagiadas. Ante la carencia de infraestructura hospitalaria, el mismo personal médico ha optado por regresar a los pacientes a sus domicilios, aplicándoles únicamente un cuestionario para ubicar a las personas que presentan algunos síntomas. La misma población se resiste a acudir a los hospitales para diagnosticar su estado de salud. En estas circunstancias, la apuesta se circunscribe al ámbito meramente voluntarista, que no tiene ningún sustento en la realidad. En este contexto la mayoría de las personas construye en el imaginario que el contagio no llegará al extremo de cobrar vidas humanas. Pesa más el sentido religioso del milagro, que la postura objetiva y responsable de tomar medidas preventivas, para no cruzar el umbral de una enfermedad mortífera.

La realidad parece desbordar cualquier proyección sobre el comportamiento de la pandemia. Empezamos a constatar que el contagio se ha expandido a 79 municipios del estado, sin tener la certeza de que Cochoapa El Grande y Azoyú, sea una población que esté libre de contagio. En más de la mitad de los municipios no hay personal médico que esté en condiciones de detectar los casos y canalizarlos a los centros hospitalarios. Más bien estamos ante un panorama desolador por las condiciones precarias que enfrenta la población y que difícilmente podrá mantenerse en casa ante la amenaza de no comer ese día. Muchas familias indígenas están saliendo de sus comunidades porque no encuentran una respuesta inmediata de las autoridades para hacer frente para garantizar su alimentación. No hay forma de obtener un ingreso. Los mismos programas sociales que están aplicándose en el país son insuficientes, porque estamos ante una grave recesión económica que empieza a golpear con mayor fuerza a los sectores más depauperados del país.

El plan B, es cómo garantizarle camas a la población que se encuentra alejada de los centros hospitalarios, y que difícilmente podrán ser trasladados de sus comunidades o municipios porque no hay módulos de triage que puedan atenderlos y tampoco ambulancias para sus traslados. Normalmente, las personas enfermas de las comunidades rurales, para que puedan acceder a una ambulancia tienen que pagar el combustible y en varias ocasiones los viáticos del chofer. Difícilmente estás familias puede sufragar el gasto, por eso optan por regresarse a su comunidad. La descoordinación que existe entre las autoridades municipales y el sector salud, impide que muchos enfermos puedan tener la oportunidad de ser trasladados a hospitales de tercer nivel.

Por esta pandemia tenemos conocimiento que la Secretaria de Hacienda y Crédito Público ha congelado los capítulos 2,000 y 3,000 de todas las dependencias. Eso quiere decir, que no tendrán recursos para su operación, hasta que no entreguen sus recortes presupuestales del 75 por ciento. Por lo mismo, cualquier dependencia le dirá a la población que no cuenta con recursos para apoyarlos en sus necesidades más básicas. Si antes de la pandemia los presidentes municipales se quejaban de los recortes presupuestales, como mayor razón ahora que se avecina el fin del trienio las arcas estarán vacías. Como siempre los ciudadanos y ciudadanas que depositaron su confianza en las autoridades tendrán que batallar para su sobrevivencia.

El dinero se ha canalizado a la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Secretaria de Salud y la Secretaría del Bienestar. No sabemos cómo van a canalizar esos fondos millonarios. La respuesta generalizada será que los recursos se destinaran para enfrentar la crisis sanitaria, principalmente. Las cifras millonarias que manejarán estas dependencias difícilmente llegarán a la población que es extremadamente vulnerable al COVID – 19.

Quisiéramos saber cómo se va a apoyar a los pacientes que requieran trasladados a los centros hospitalarios; cómo se brindará ayuda a las familias que han perdido a un ser querido a causa del COVID – 19 y que implica gastos funerarios especiales. Cómo se apoyará a las mujeres que son víctimas de la violencia, y que enfrentan la amenaza del coronavirus y del hambre. Cómo se va a garantizar un tratamiento médico adecuado a los adultos mayores, para no confinarlos en sus precarias viviendas, resignándose a la muerte.

¿Será la SEDENA y la Marina, en lugar del INPI quiénes se encargarán de atender ahora las necesidades más urgentes de la población indígena y afromexicana? ¿Será las Secretarías de Salud y de Bienestar, las que se avocaran a brindar apoyos a los pacientes que requieran traslados a los centros hospitalarios? o ¿Qué asuman la responsabilidad de sufragar los gastos funerarios de las personas que fallezcan por COVID – 19?

Es preocupante que a punto de llegar a la cúspide de esta pandemia no estemos preparados para implementar un plan B. Así como vemos que un número de habitantes se niega a ver con realismo los efectos devastadores de esta pandemia, así percibimos a varias autoridades que solo vislumbran una sola ruta para aplanar la curva del coronavirus. Tampoco quieren mirar a profundidad la crisis económica que se avecina y que puede desbordar los ánimos de una población que se siente desamparada. Que puede darse un descarrilamiento de esta etapa de la nueva normalidad, que estará marcada por más muertes, más enfermedades, más pobreza y más hambre.

El mapa del país coloreado en rojo, no parece ser una metáfora sino una realidad marcada por la incertidumbre, el miedo, el caos, la desesperación y el fin trágico. La fortaleza de una sociedad que no sucumbe ante las recurrentes crisis económicas que ha tenido que sortear para salir adelante y la solidaridad vigorosa que se ha mostrado ante las catástrofes naturales, son el gran reservorio del país donde emanarán nuevas formas de organización comunitaria, para reconstruir el tejido social que se ha roto, por un modelo económico depredador que quiso suplantar al Estado, colocando al mercado como el paraíso terrenal, y al individuo como rey de la creación.

El colapso no lo generó una Tercera Guerra Mundial, sino el coronavirus que se incubó en la ruindad de los poderosos y que se anido en sus mismos palacios para evidenciar que el capital está sostenido con pies de barro. Es inadmisible que ante tanto poderío económico de los países ricos ahora se encuentran desorbitados y amenazados por un enemigo invisible. Hoy las noticias en el mundo son las curvas de contagio que hay en todo el orbe, son las cifras de muertos por COVID – 19 y los millones de personas que se encuentran contagiadas en todo el globo terráqueo.

Las consecuencias de las políticas malévolas que le apostaron a la acumulación del capital a través de las guerras, las invasiones, los despojos y la privatización de los bienes comunes nos tienen ahora con el semáforo rojo, en medio del peligro, con la acechanza de la muerte, como pacientes potenciales, para que, de la noche a la mañana, aparezcan en la lista de espera de una cama de cuidados intensivos, para la atención de pacientes graves por COVID – 19. Esperamos que la fase 4 sea el retorno a la nueva normalidad y no el tránsito a un estado de catástrofe, donde el país sea inundado de rojo por la mayor tasa de mortalidad en el mundo. En Guerrero tenemos que luchar para no asfixiarnos por la violencia, la pobreza y el coronavirus.

Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”

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OIT: Covid-19 tiene un efecto devastador sobre los empleados jóvenes

Noticia/28 Mayo 2020/prensa-latina.cu

Más de uno de cada seis jóvenes quedó desempleado desde el inicio de la pandemia Covid-19, alertó hoy un informe la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Según el Monitor de la OIT: Covid-19 y el mundo del trabajo, la expansión de la epidemia tiene un efecto devastador y desproporcionado en los trabajadores jóvenes pues además de los que pierden sus puestos, los que permanecen empleados ven reducidas sus horas de trabajo en un 23 por ciento.

Asimismo, revela el estudio, el aumento sustancial y rápido del desempleo juvenil desde febrero afecta más a las mujeres que a los hombres.

‘La pandemia está causando un triple shock en los jóvenes. No solo está destruyendo su empleo, sino que también está interrumpiendo la educación y la capacitación, y colocando obstáculos importantes en el camino de aquellos que buscan ingresar al mercado laboral o moverse entre empleos’, esclarece el análisis.

Igualmente, la investigación recuerda que con un 13,6 por ciento, la tasa de desempleo juvenil en 2019 ya era más alta que la de cualquier otro grupo cuando había alrededor de 267 millones de jóvenes sin empleo, educación o formación en todo el mundo.

De acuerdo con la información del organismo, que también actualiza la estimación de la disminución de las horas de trabajo en el primer y segundo trimestres de 2020, en comparación con el cuarto trimestre de 2019, se reportan como perdidas un 4,8 por ciento de las horas de trabajo en el lapso de enero a marzo.

El número estimado de empleos extinguidos en el segundo trimestre se mantiene sin cambios en 305 millones.

Así, los territorios de las Américas, con más de un 13 por ciento; y Europa y Asia Central (con 12,9 por ciento), presentan las mayores pérdidas en horas trabajadas en el segundo trimestre.

‘La crisis económica de COVID-19 golpea a los jóvenes, especialmente a las mujeres, más duro y más rápido que cualquier otro grupo. Si no tomamos medidas significativas e inmediatas para mejorar su situación, el legado del virus podría estar con nosotros durante décadas’, consideró en el texto el Director General de la OIT, Guy Ryder.

Si su talento y energía se ven marginados por la falta de oportunidades o habilidades, dañará todos nuestros futuros y hará que sea mucho más difícil reconstruir una economía mejor post-Covid, advirtió.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=369274&SEO=oit-covid-19-tiene-un-efecto-devastador-sobre-los-empleados-jovenes
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¿Vamos a seguir educando como si no pasase nada?

Por: Luis González Reyes

Si lo que tenemos por delante son tiempos de fuertes convulsiones sociales y ambientales, cobra todo el sentido abordar en las aulas una educación ecosocial que permita a nuestro alumnado conocer y sensibilizarse frente a la crisis sistémica, además de actuar como agente de cambio ecosocial.

Una época de cambios radicales

En lo que va de año (y no va mucho), hemos vivido cuatro fenómenos absolutamente excepcionales: los incendios en Australia, la tormenta DANA, la pandemia de la Covid-19 y la crisis económica que está generando.

Los incendios en Australia han sido de una magnitud en extensión y en virulencia extremadamente inusual en los últimos 12.000 años. Detrás hay varias causas, pero sobre todas destaca el cambio climático.

Cuando los veíamos desde nuestras pantallas, en general pensábamos: “Esto no nos va a pasar aquí”. Y nos equivocamos. Las probabilidades de que se produzcan incendios de este tipo en nuestra península son cada vez más altos.

También flotan ideas (tal vez inconscientes), del tipo de “esto no es tan importante”. Y nuevamente nos equivocamos, pues los bosques cumplen muchas funciones ecosistémicas absolutamente centrales para el sostén de nuestra existencia.

La tormenta DANA, que hundió por la nieve los invernaderos de Almería y destrozó la infraestructura costera de Levante, es de esas extremadamente extrañas. En este caso, detrás no hay muchos fenómenos, sino fundamentalmente uno: el cambio climático.

Los pensamientos mayoritarios a nivel social pudieron parecerse a: “Esto no se va a volver a repetir”. Pero es un pensamiento erróneo, pues los escenarios de calentamiento global indican que su frecuencia será cada vez mayor. De hecho, es probable que podamos vivir más de una tormenta de este tipo encadenadas, con todo lo que ello implica.

Las sociedades también hemos tenido la expectativa de que “esto lo podemos arreglar”, que con cemento y máquinas pesadas se reparan las infraestructuras sin mayor problema. En realidad, es un pensamiento que no entiende el momento de crisis múltiple en el que estamos, ni las capacidades limitadas del ser humano, ni los impactos de un cambio climático que va a seguir agravándose aunque tomemos las medidas más drásticas de reducción de emisiones (y si no las tomamos, obviamente se agravará más y más rápido).

En cuanto a la Covid-19, en noviembre de 2019, no pensábamos que una pandemia iba a parar medio mundo. Incluso cuando paró China, seguimos pensando que eso nunca sucedería aquí. Pero ha sucedido. Detrás vuelve a haber muchas causas, pero una determinante es la degradación ecosistémica masiva que sufre el planeta.

Ahora los pensamientos mayoritarios ya son distintos a los de los incendios y la DANA (y creo que mucho más acertados): “Esto sí es importante”, “esto nos puede volver a pasar” y “esto no está nada claro que lo podamos arreglar”.

Por último, hay que hablar de la actual crisis económica. En 2007-2008 se inició una de esas crisis económicas profundas del capitalismo que suceden una vez cada siglo. La anterior había sido el crac de 1929 y la Gran Depresión de la década de 1930. Tan solo doce años después afrontamos otra crisis sistémica profunda. Es más, una crisis en la que todo apunta que va a ser de mayor calado. Para explicarla, una vez más, tenemos que usar distintas causas. Una mucho más determinante de lo que la mayoría de personas cree es haber alcanzado el límite máximo de disponibilidad de petróleo.

Sorprendentemente, los pensamientos sociales se pueden parecer a esto: “Esto pasará, podemos reactivar el crecimiento”.

Esta crisis económica, que en realidad es continuación de la de 2007-72008, no va a pasar porque es parte de un proceso imparable de degradación de nuestro orden socioeconómico. Esta degradación tiene detrás (entre otros factores), el cambio climático, la degradación ecosistémica y la reducción en la disponibilidad material y energética. Lo que estamos viviendo en estos pocos meses del año no es una acumulación de casualidades increíbles, sino indicadores claros de que estamos asistiendo al colapso del capitalismo global y de la civilización industrial.

Un colapso socioeconómico y ecosistémico no es un hecho súbito, algo que suceda de golpe como el desmoronamiento de un edificio. Sino un proceso que dura décadas. Habrá momentos de cambios rápidos, como este 2020, otros más lentos e, incluso, otros (temporales) de vuelta a estadios anteriores. Probablemente, nos iremos acostumbrando a “nuevas normalidades” cada vez más alejadas de lo que vivimos a principios del siglo XXI (y no precisamente en el sentido de un desarrollo ultratecnológico).

Esto no es una suerte de “determinismo ambiental”. Una cosa es que haya órdenes sociales imposibles por las condiciones ambientales existentes en el futuro cercano (por ejemplo, sin petróleo en abundancia no es factible mantener grandes urbes), y otra muy distinta es cómo serán esos órdenes sociales posibles, que están totalmente abiertos. Es más, están más abiertos de lo que lo han estado en los últimos dos siglos, al menos.

En este proceso, las convulsiones sociales van a ser muchas y el sufrimiento de amplias capas de la población está casi garantizado. Por ello, una apuesta por la justicia y la democracia tiene más relevancia ahora que nunca.

Con la pandemia de la Covid-19, hemos vivenciado que lo que creíamos imposible está sucediendo. Los aprendizajes que hemos tenido, desgraciadamente a golpe de shock, han sido muchos y ricos. Hemos aprendido que para vivir necesitamos muchísimo menos que lo que nuestro entramado produce. Hemos descubierto que se puede poner el cuidado de la vida por encima de la generación de beneficios. Hemos vivenciado como en realidad sí se puede parar la economía. En todo caso, son aprendizajes frágiles, como están mostrando muchos de los pensamientos que afloran sobre la crisis económica y que, por lo tanto, necesitamos fijar.

¿Cómo se tienen que reformular nuestras prácticas educativas en este contexto?

La mayoría de reflexiones que se están produciendo en el mundo educativo giran alrededor de lo metodológico. En concreto, de la docencia a distancia. Creo que necesitamos contar con ella, pero no pensemos que la hiperconectividad va a durar siempre. Detrás tiene un consumo energético y material muy alto. Y, además de una emergencia climática, ecosistémica y energética, también la tenemos material. Empiezan a estar menos disponibles elementos centrales en el desarrollo de las TIC, que irán haciendo que cada vez haya menos conectividad, no más.

No estoy diciendo que no usemos las TIC ahora con profusión, sino que sería una mala estrategia pensar que van a estar ahí siempre y centrar las reformas metodológicas en su existencia.

Desde mi punto de vista, es más importante repensar los objetivos educativos que perseguimos. Si lo que tenemos por delante son tiempos de fuertes convulsiones sociales y ambientales, cobra todo el sentido abordar en las aulas una educación ecosocial que permita a nuestro alumnado conocer y sensibilizarse frente a la crisis sistémica, además de actuar como agente de cambio ecosocial. Pero probablemente esto no será suficiente, sino que necesitan aprender lo que va a ser necesario para sobrevivir en los tiempos por venir, que van a ser muy distintos de los presentes. Por ejemplo, a cultivar en las nuevas condiciones climáticas, a crear proyectos colectivos de satisfacción de necesidades básicas que sean replicables y/o escalables por las mayorías sociales, o a reparar herramientas sencillas y básicas. Esto son solo tres ejemplos de los muchos que se pueden ofrecer.

Por favor, no sigamos educando como si nuestro mundo no se estuviese transformando profundamente.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/25/vamos-a-seguir-educando-como-si-no-pasase-nada/

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La educación alternativa en América Latina

Por: Miguel Ángel Pérez Reynoso

A finales de la década de los ochenta nuestro continente vivió los estragos de la crisis económica más severa en la historia reciente, que había iniciado algunos años antes. A la década de la ochenta la reconocen los expertos como la década perdida en educación, había pasado el movimiento estudiantil de 1968 en nuestro país, pero muchos países del cono sur entraban a la triste etapa de dictaduras o vivían la asfixia de sus consecuencias. En la década de los noventa inicia el despliegue de las propuestas educativas basadas en esquemas neoliberales (adelgazamiento del Estado, ahorro y austeridad, tendencia a privatizar el servicio educativo, elitización del acceso a la educación superior, etc.). de esta manera los gobiernos formales de los países latinoamericanos comenzaron a adoptarse o a fomentar las nuevas condiciones de colocar a la educación en la esfera de lo inalcanzable.

De esta manera, los gobiernos de los países de la región comenzaron a renunciar a una parte de su compromiso histórico por garantizar la atención educativa a hombres y mujeres desde los grados básicos de instrucción hasta la Universidad. Fue Chile el país del gran experimento neoliberal. En paralelo surgieron iniciativas alternativas provenientes de grupos de intelectuales de avanzada o de colectivos de la sociedad civil, los cuales se fueron organizando así, de manera alternativa, con apoyo en el financiamiento de algunas fundaciones internacionales o de grupos altruistas, que prefirieron gastar o invertir su dinero en proyectos educativos alternativos.

De esta manera se comenzaron a desplegar desde este momento infinidad de inactivas pedagógicas y sociales a las cuales también se les conoció bajo el rótulo de educación popular, educación social, educación alternativa o educación contra cultural.

En cada país surgieron personajes icónicos basados en la solidez de su pensamiento y en la penetración de sus propuestas, una de las características de estas iniciativas es el carácter colectivo en la forma de darles soporte, curso de acción y seguimiento, y al final surgió una propuesta la cual permitía sistematizar las distintas iniciativas de educación popular.

En todo este marco de propuestas tenemos la presencia de un personaje clave que sirvió de motor y de inspiración en las mismas ha sido el pedagogo brasileño Paulo Freire. El pensamiento freiriano, a partir de sus textos clásicos: “Pedagogía del oprimido” y “Educación como práctica de la libertad”, no sólo generó un marco de referencia diferente al de las hegemonías gubernamentales sino también una metodología de atención y de relación educativa, que también ha sido profundamente alternativa. Es más, es en la metodología de atención en el encuentro cara a cara entre educadores y educandos el rubro que sirvió como detonante para demostrar que gran parte de las propuestas educativas de los gobiernos fracasaban era precisamente ahí en su carácter vertical, impositivo y autoritario. En su texto de las metodologías horizontes Olac Kalmeier, “En diálogo. Metodologías horizontales” propone la importancia de horizontalizar el encuentro entre los  educandos y los educadores y ahí los roles cambian: ambos son educandos y educadores.

En nuestro país destacan las propuestas de un modelo alternativo de escuela de Gabriel Cámara de la llamada Comunidad educativa, él demuestra a partir de esta iniciativa que es posible crear otro modelo de escuela y de atención educativa basado en la flexibilidad en la tarea y del compromiso educativo compartido.

Las comunidades de base del llamado clero progresista, junto con algunos jesuitas por la liberación, también contribuyeron a desescolarizar el proceso educativo y a adaptarse a las necesidades de la gente en su contexto y en su situación social concreta.

En América latina también algunos gremios u organizaciones sindicales sirvieron para lanzar iniciativas educativas de avanzada como la CTERA en Argentina y las iniciativas progresistas de algunos sindicatos de maestros en países de América del sur. No ha sido así para el caso mexicano, en nuestro país la organización sindical de educadores –el SNTE-,  ha estado copada en algunos esquemas de cacicazgos sindicales basados en la corrupción y en la alianza con los sectores del poder.

Otro rasgo en las iniciativas de educación alternativa en América latina, que se han desplegado a lo largo el continente, han sido la transversalización de la tarea educativa.  El compromiso de educar se ha ligado con iniciativas como la defensa de la tierra como es el caso de Brasil, del cuidado y preservación el medio ambiente en Bolivia y Ecuador, de mantener un compromiso educativo con los grupos originarios del territorio como es el caso del modelo zapatista en el sureste de nuestro país con el modelo Rayito de sol, o el movimiento Mapuche en Chile, de iniciativas ecológicas y de preservación del medio ambiente y de iniciativas de producción comunal agropecuaria, forestal y pesquera basadas en la cooperación, la solidaridad y el bien común. O el caso de la resistencia política en contra de imposiciones imperialistas como sucede en Cuba, Venezuela y Bolivia.

No existe un manual o un texto global que le de claridad a todo lo que aquí he dicho las iniciativas del llamado movimiento de Educación Alternativa son aisladas, particulares focalizadas y en resistencia; porque son iniciativas para cuestiones muy particulares, pero hace falta el gran texto, el Libro Blanco de la educación alternativa y popular para con clave latinoamericana.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-educacion-alternativa-en-america-latina/

Imagen: https://pixabay.com/

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Después de la pandemia

Por: Miguel Guerrero

Antes de la situación en la que el mundo  se encuentra por el COVID-19, se escuchaban quejas sobre la situación económica del país, en el sentido de que estábamos en crisis. La percepción era evidencia de un pesimismo en ciertos sectores influyentes de nuestra vida económica, cuya valoración del quehacer nacional se basa muchas veces en la marcha de sus propios negocios. A mi modo de ver, no vivíamos una crisis económica, pues cada día se abrían nuevas operaciones industriales, el turismo estaba en auge y la actividad comercial a todas luces se expandía con la apertura de nuevos y gigantescos  centros comerciales.

Nuestro problema no era de esa índole ni el país estuvo nunca bajo amenaza de una recesión. La verdadera crisis era, y ahora lo será mucho más, de carácter social, con tasas de desigualdad preocupantes dentro de un proceso de concentración de recursos reducido a círculos de pequeñas élites económicas muy creativas con un control creciente de la riqueza nacional. Buena parte de los nuevos y florecientes negocios  de las últimas dos o tres décadas provienen de esos grupos, sin que se hayan generado cambios importantes en la estructura social, debido a los bajos salarios y a un sistema de seguridad social que no los promueve.

Será a partir de esta pandemia que tendremos la amenaza de una crisis económica verdadera, por lo que será necesario estimular el consumo y la inversión interna tanto pública como privada para evitarla, reduciendo los niveles angustiantes de pobreza y marginalidad. La continuidad de las políticas económicas adoptadas antes y durante la pandemia será esencial al mantenimiento de nuestra estabilidad económica y financiera.

Los cambios radicales en esos planes y políticas ahuyentarían la inversión y destruirían la indispensable confianza en la solidez de nuestro potencial que ha sido el sostén de nuestro crecimiento.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8813088-despues-de-la-pandemia/

Imagen: https://pixabay.com/illustrations/dollar-exchange-rate-world-economy-544949/

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Día del Maestro, las contradicciones

Por: Lev Moujahid Velázquez Barriga

El contexto en el que se celebra el 15 de mayo está lleno de contradicciones; la autoridad educativa no ha terminado de reinstalar a los que fueron cesados por los efectos punitivos de la reforma educativa del pasado sexenio, la Unidad de Medida Actualizada (UMA) para calcular las jubilaciones de los docentes golpea el poder adquisitivo de trabajadores retirados, las medidas hacendarias para el reajuste del impuesto sobre la nómina han calado en detrimento de los salarios que de por sí ya estaban a la baja en los años anteriores, la reivindicación salarial no llegó y no lo hará en el marco de la crisis económica que se está agudizando por la pandemia; para botón de muestra, en entidades federativas como el estado de México argumentaron que no había recursos suficientes para entregarles completo el estímulo del Día del Maestro.

Unas semanas antes de la expansión del Covid-19 se dejaban ver los síntomas latentes de la precariedad en la que se encuentran los docentes en el país; recordemos el caso de la maestra de Yucatán que en múltiples ocasiones salió idónea en la evaluación para el ingreso, pero nunca llegó su basificación y estalló emocionalmente cuando le informaron que otra vez no había llegado su pago, lo cual había sido una situación recurrente en años; sin embargo, ya en plena pandemia, en Colima, quienes ingresaron como Servicios Profesionales Independientes y no como maestros, denunciaban que su periodo de contrato se acortaría, de facto perderían el empleo de manera anticipada con la suspensión de clases.

No sólo estamos frente a un régimen de precariedad magisterial que prevalece, también ante otro de tercerización laboral que ha sido implementado en algunas entidades del país, en el que no hay relación de trabajo con la autoridad educativa ni tampoco derecho a prestaciones; se trata de la oferta de servicios personales que no acumulan antigüedad y en la que se prescinde de recibir salario en periodos vacacionales. En la educación privada es lo más común, ha estado ahí por años y ahora pesa sobre los docentes de las escuelas particulares la zozobra de no contar con un sustento, aunque los colegios sigan cobrando las mensualidades.

Estos maestros y maestras que perduran años con pagos intermitentes por largos periodos, esperando un contrato que nunca llega, los que laboran por outsourcing sin derechos y por temporadas, no son la excepción, sino la nueva generación de docentes precarizados de la escuela pública y la generación de siempre en la escuela privada, que de manera exponencial ahondaron sus carencias con la pandemia y la suspensión de clases; en el mejor de los casos continúan con sus grupos, tropezando con la renta de datos, plataformas de paga y desplazamientos de casa en casa para llevar materiales didácticos al mismo tiempo que buscan opciones para sobrevivir sin salario o con ingresos a medias por no estar de forma presencial en las escuelas particulares.

Al régimen de la precariedad y tercerización, se suma el hostigamiento de la autoridad educativa hacia los docentes para la entrega de evidencias, unas veces acompañado de un sistemático acoso laboral a través del constante bombardeo de documentos oficiales emitidos por las dependencias educativas estatales con exigencias absurdas que no corresponden con la realidad objetiva, y otras con los llamados personales de los directivos al seguimiento de la estrategia de educación a distancia, así como a los procesos de certificación, so pena de ser merecedores de algún descuento salarial, incluso de ser sujetos de cese en el servicio docente.

Por si no fuera ya un negro panorama el de la precariedad, las escuelas normales públicas y la comunidad educativa que las conforma, siguen siendo objeto de aniquilamiento por inanición, así como de persecución judicial, administrativa y laboral. Con diagnósticos lejanos de toda realidad, las nuevas convocatorias de ingreso reducen la matrícula y por consecuencia el número de egresados que se integrarían a las escuelas; la respuesta por defender estos espacios, con el fin de mantener oportunidades profesionales para los jóvenes que se quieren integrar a la docencia, fue un tiroteo por parte de la policía michoacana en el que resultaron heridos varios integrantes de la Organización de Normales del Estado de Michoacán, otros fueron encarcelados, uno de ellos consignado y una docena expulsados de sus escuelas por la autoridad educativa.

Y para culminar con esta negra celebración y falso reconocimiento a los maestros mexicanos, citaré el caso de seis catedráticos de la escuela de Tiripetío, la primera normal rural de América Latina, que unos días antes del 15 de mayo fueron destituidos de sus cargos directivos y notificados hasta sus hogares de que habían sido cesados; la razón política es porque han desarrollado una propuesta curricular alternativa, inicialmente avalada como proyecto piloto por la dirección general a la que pertenece la institución, en ella recogieron el espíritu originario del normalismo, pero además colocaron las necesidades formativas propias del siglo XXI. El delito más grave que cometieron es haberse opuesto a la dictadura de opereta del gobernador Silvano Aureoles, la cual se replica en los funcionarios a cargo del despacho de la Secretaría de Educación en Michoacán y al proyecto de formación de la subjetividad neoliberal y neocolonial de los docentes en tiempos de la Nueva Escuela Mexicana.

Fuente: https://profelandia.com/dia-del-maestro-las-contradicciones/

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