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El futuro incierto de los comedores escolares en la era del coronavirus

Por: Ana Camarero

Más allá de asegurar que los niños y niñas reciben una alimentación correcta y saludable, tiene que ofrecer un espacio educativo, protector y de bienestar

Hace algunos meses, caminar al lado de un colegio a la hora de la comida despertaba algunos de nuestros sentidos. El olfato recibía los aromas que se escapaban de sus cocinas y podíamos descubrir que las lentejas eran las protagonistas del plato del día e incluso el gusto parecía saborearlas. El oído escuchaba el “guirigay” de las voces agudas y festivas de niños y niñas de distintas edades, procedencia social, cultural y económica, que provenían de sus comedores. Y nuestros ojos, se distraían viendo el trasiego de los estudiantes dentro de las instalaciones. Todas estas experiencias dejaron de producirse el 14 de marzo con el cierre de los colegios por el coronavirus.

En España, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, en el curso 2018-2019 (últimos datos disponibles), 2.220.177 estudiantes acudieron a los comedores escolares, de los cuales el 88,6% correspondía a alumnos de Infantil y Primaria. En la prestación de este servicio hay importantes diferencias entre comunidades autónomas, siendo País Vasco, Madrid, La Rioja, Andalucía, Cantabria, Navarra, Asturias, Galicia, Baleares y Castilla y León, las que tienen un mayor número de comedores escolares. Estos espacios desempeñan, entre otros, una función nutricional y educativa importante, contribuyen en la adquisición de hábitos alimentarios y son marco de socialización y convivencia.

La directora de Educo España, Macarena Céspedes, explica que “el comedor escolar es un instrumento para garantizar la equidad educativa. Eso quiere decir que, más allá de asegurar que los niños y niñas reciben una alimentación correcta y saludable, tiene que ofrecer un espacio educativo, protector y de bienestar para los niños y niñas”. Macarena Céspedes también habla de otros elementos que los denominados “espacios no formales” procuran a los niños y niñas de las distintas etapas educativas que acuden a ellos. Entre otras cosas, “que puedan participar en las actividades educativas que se hacen durante esa franja horaria, que puedan aprender sobre educación nutricional, que tengan un espacio en el que desarrollar sus habilidades sociales, que puedan relacionarse con otros compañeros o que se establezcan vínculos más fuertes entre las familias y la escuela, entre otros”.

Antes de la crisis de salud provocada por el coronavirus, el 6,5% de la población menor de 18 años estaba en situación de pobreza infantil en España con privación material severa, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). En este concepto, uno de los puntos que se incluye es que “no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días”. Nacho Guadix, responsable de Educación de UNICEF España, declara que, en nuestro país, aunque todavía no se conoce el impacto que ha podido tener la clausura de los comedores escolares en este curso escolar por el coronavirus, sí se han observado “algunas consecuencias, como la pérdida de hábitos y la sustitución por menús no saludables”. Además, Nacho Guadix manifiesta que, “en España, “la principal contribución energética de la dieta es la comida del mediodía, que tiene lugar en el comedor escolar”.

Desde las organizaciones son conscientes de que una posible “no apertura” de los comedores escolares de los colegios podría afectar a los niños y niñas más vulnerables cuyas familias están pasando serias dificultades económicas y no pueden afrontar los gastos de alimentación y manutención. En ese sentido, la directora de Educo España apunta que “en el comedor escolar se les asegura una comida saludable y completa al día. Si no pueden acudir al comedor escolar, esa comida ya no está asegurada”. Además, continúa Macarena Céspedes, “el comedor escolar es un espacio seguro, donde niñas y niños están protegidos, aprenden, se relacionan y acceden a actividades extraescolares. Si no hay comedor esto también desaparece y muchos niños y niñas se verán abocados a quedarse en casa, probablemente solos, mientras sus padres y madres trabajan”.

Hoy en día, las previsiones sobre qué pasará con el servicio de comedores son una incógnita. Antonio Llorens Tubau, presidente patronal Food Service España y presidente de Serunion, señala que “hay una gran incertidumbre sobre cómo y cuándo se iniciará la actividad en los comedores escolares de todo el país, ya que todo está pendiente de la evolución de la pandemia y de las normativas que se establezcan de cara al próximo mes de septiembre. Nuestra estimación actual es que los comensales podrían bajar entre un 30% a un 50%, unos porcentajes verdaderamente preocupantes para nosotros”. Desde la patronal se dice que la posibilidad de que el próximo curso no hubiera servicios de comedor en los colegios “sería catastrófico para todo el sector de Restauración Colectiva y para la conciliación de las familias”. Por ello, apunta Antonio Llorens Tubau, “no contemplamos esa posibilidad. Confiamos en la responsabilidad de todos/as para contener la pandemia, a la espera de una vacuna y/o tratamiento adecuado, lo que de buen seguro ayudará a retomar poco a poco la normalidad y volveremos a tener a niños y niñas alimentándose durante la semana en los comedores escolares; eso sí, en unas circunstancias distintas para garantizar al máximo su salud y seguridad”.

Unicef España realiza algunas recomendaciones específicas ante la posible apertura de los comedores escolares de los centros educativos:

  • Los centros educativos deben poder garantizar la higiene y seguridad en la preparación de los alimentos y/o en su distribución al alumnado y personal del centro.
  • Todas las personas que manipulan o sirven alimentos para el consumo en el centro deben lavarse las manos con frecuencia, usar equipos de protección adecuados y conocer las normas de manipulación de alimentos.
  • Los utensilios de cocina, los platos, los vasos y los cubiertos deben ser desinfectados regularmente y su almacenamiento y distribución debe planificarse de manera que haya la mínima manipulación posible
  • Los horarios de las comidas tienen que escalonarse para evitar las aglomeraciones. Hay que dejar tiempo entre los distintos turnos para limpiar y desinfectar.

Ante la necesidad de que los colegios tengan que volver, durante el próximo curso, a cerrar sus puertas, Macarena Céspedes añade que habría que tener en cuenta otras medidas extraordinarias, “como el funcionamiento de los comedores para elaboración y reparto de la comida a los alumnos de forma segura”.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/06/21/mamas_papas/1592723101_514437.html

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Construyamos un sistema educativo

Por: Jorge Yzusqui.

 

La crisis sanitaria ha tenido un impacto negativo en muchos sectores y la educación privada no ha sido ajena a esta difícil coyuntura. Miles de alumnos de colegios, universidades e institutos privados se han retirado de las aulas y ello ha originado una baja considerable en la recaudación y un incremento en la morosidad, generando un impacto negativo en sus finanzas que las ha obligado a tomar medidas extraordinarias para evitar cerrar sus puertas de manera definitiva. Esto al margen del gran perjuicio para los estudiantes y para el país por el tiempo perdido de miles de niños y jóvenes.

Muchas de estas instituciones han reducido sus pensiones, han otorgado planes de financiamiento, programas de becas y se han adaptado a esta nueva coyuntura, enfocados en garantizar los aprendizajes y la formación de estudiantes, pues cada acción a realizar debe tenerlos a ellos como protagonistas.

Esta crisis no debe pasar por alto los esfuerzos que vienen realizando las instituciones educativas privadas, que se han consolidado como una alternativa atractiva para miles de familias. En el sistema educativo escolar peruano, 27% de los estudiantes a nivel nacional y 50% en Lima, asisten a una escuela privada y en la educación superior, el 60% estudian en centros privados.

Por lo tanto, el sistema educativo del país se sostiene en los ámbitos públicos y privados, y tiene que trabajar en conjunto con nuestras autoridades, padres de familia y el Congreso con un solo objetivo: no destruir, sino construir un sistema educativo que nos permita formar a los futuros líderes del país para que no se repitan historias de corrupción ni de falta de ciudadanía y liderazgo.

Fuente del artículo: https://peru21.pe/opinion/construyamos-un-sistema-educativo-noticia/?ref=p21r

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España: Pandemia, crisis ecosocial y educación

Pandemia, crisis ecosocial y educación

La “transición” en la enseñanza

23/06/2020 | Maitane Arri, Marije Etxebarria y JoseManu Gutiérrez

Lur ha vuelto a clase esta mañana. Hacía más de dos meses que no pisaba ese espacio cotidiano de conocimiento, normas, amistades, docentes, camaradería, amores, etc. Una vuelta a un territorio lleno de emociones. Pero, esta vez, las impresiones son encontradas. Ahora, llega a la puerta, tiene que esperar su turno, a la distancia reglamentada, contenta y expectante, viendo el nuevo look de sus compas con la mascarilla, buscando miradas, guiños cómplices que va aprendiendo desde que llevan la boca tapada, un poco tensionada por cómo van a ir las cosas los próximos días y el nivel de exigencia que se les va a pedir. Parece que quedan lejos los abrazos, los manotazos, las confidencias al oído, la alegría, el enfado, las connivencias a partir de un gesto. Parecen mucho más lejos, aquellos días cuando hicieron una ilusionante y divertida campaña contra la pasividad ante el cambio climático, sumándose al llamado de Greta Thunberg. Parece un recuerdo de otra vida anterior. En medio, encierro. Reclusión en el hogar. Hay quienes se han adaptado a las nuevas rutinas familares, a trabajar con el ordenador. Hay quienes han sufrido acoso familiar en casa, quienes no disponían de recursos digitales para responder a las tareas, quienes tenían ayuda para llevar a cabo los aprendizajes y quienes no, quienes tenían que compartir los medios con sus familias porque también otras personas del núcleo familiar teletrabajaban.

Lur siente nuevas emociones y recuerda las viejas. Y, ¿en medio? Una mezcla apenas explicable de miedo, tristeza, ausencia, desmotivación, angustia, ansiedad, fastidio –sobre todo cuando ha pasado su cumpleaños sola con su familia y en su habitación, esperando nerviosamente la retahíla de mensajes y vídeos para felicitarla en estas nuevas circunstancias– y, además, duelo. La amama de Lur sufrió 32 días en la UCI antes de fallecer y no pudieron verla ni acompañarla en los últimos instantes.

El mundo, que para Lur, más o menos a gusto, era seguro (tenía sus límites, sus normas, sus cuidados, etc.) se cayó de un día para otro y se sumergió en la incertidumbre. ¿Qué había pasado? ¿Por qué? ¿Por qué a nosotras? ¿Qué va a pasar? ¿Cómo estará amama? ¿Cuánto vivirá? ¿Cómo será la vuelta a la vida anterior? ¿Cómo me siento? ¿Cómo se sienten mis compas?

Lur ha vivido-sufrido esta situación. Y el sistema educativo que le obliga a ir a su centro escolar le impuso refugiarse en casa y aumentar de repente su autonomía para responder a los nuevos retos. Y ese sistema educativo ¿qué le ha ofrecido? Trabajar los contenidos (sinnúmero) desde casa, con ayuda de docentes que también se encontraban en estado de shock y, según los casos, con limitadas habilidades digitales, más la ayuda que le pudieran ofrecer en el hogar.

¿Eso es educación? No. Podrá ser enseñanza a distancia, tele-enseñanza, enseñanza digital, etc., pero no educación. Las emociones son imprescindibles en educación, en el aprendizaje, y las que se han instaurado durante la pandemia son emociones negativas. ¿Qué administración educativa ha puesto énfasis en el cuidado y gestión de las emociones y en los sentimientos, es decir, en lo que más necesitaban nuestras estudiantes, en vez de obstinarse en terminar el temario a cualquier precio? Además, entre otras, ¿dónde han quedado los proyectos colaborativos, las comunidades de aprendizaje, los grupos de trabajo inclusivos, etc.? Y tantas y tantas cosas.

Pero es que uno de los objetivos de la educación, según la ley vigente, “es introducir nuevos patrones de conducta que ubiquen la educación en el centro de nuestra sociedad y economía (…) en la economía actual, cada vez más global y más exigente en la formación de trabajadores y empresarios (…) incide inevitablemente en la empleabilidad y en la competitividad”. Y aquí está la clave. El sistema educativo ha estado muy lejos de ser la institución segura, inclusiva, equitativa y ética que se le supone como servicio social, porque sus fines declarados son servir a las necesidades de la economía de mercado y de la competitividad de las empresas, no a las de las personas y a las de la comunidad donde vivimos.

Nos encontramos, pues, a una Lur que, gran parte de sus próximos años, estará inmersa en la educación del sistema hegemónico, donde los valores, los conocimientos, las inquietudes, las actitudes o las lecturas de la realidad van a estar supeditados al actual modelo de producción y consumo. Y, siempre, con el fin de que adquiera los “nuevos patrones de conducta” al servicio de la economía hegemónica.

La trágica crisis sanitaria forma parte, es una emergencia sistémica, de la gran crisis ecosocial que sufre la mayoría de las formas de vida del planeta y que nos ha traído al Antropoceno. Una crisis ecológica y social causada por el modelo económico vigente que trata de ensalzar y reforzar la ley educativa de referencia. Superar esta crisis global evoca inevitablemente la exigencia de trabajar para las necesarias transiciones sociales y ecológicas que construyan nuevas sociedades más justas, más equitativas, más ajustadas a los ciclos de la biosfera… y, en consecuencia, más resilientes ante próximos eventos. Y aquí es donde vuelve a aparecer la educación, la necesaria transición educativa que forme ecociudadanía empoderada y desarrolle resiliencia para responder a los retos del futuro.

Al contrario que el objetivo citado, la transición educativa debe poner la vida en el centro de la educación, en el núcleo de la actividad y del currículo escolar. Una vida, frágil, finita, que se nos muestra en la ecodependencia e interdependencia de las personas. Estos principios deben ser los pilares de una nueva educación ecosocial que guíe el desarrollo integral del alumnado y que atienda a los problemas locales y globales, así como a los sujetos y colectivos ocultados en el currículo (cambio climático, pérdida de biodiversidad –uno de los factores de la pandemia–, crisis de cuidados, otras economías posibles, salud pública, transición energética… y personas con necesidades específicas, mujeres, migrantes, desahuciadas, sin techo, precarias, explotadas…). Todo ello basado sobre los preceptos ecosociales de justicia y equidad social, de sostenibilidad en el uso de los bienes comunes y de democracia participativa.

La transición educativa ecosocial ofrece espacios a la inclusión y al empoderamiento, a la propuesta de alternativas y al desarrollo de acciones ecosocialmente transformadoras. Y esto exige la integración en el sistema educativo de una nueva competencia, que debería ser la más antigua: la competencia ecosocial para la sostenibilidad. El conjunto de capacidades, habilidades y actitudes que revela una manera de concebir y expresar la crisis ambiental y una participación real en las ineludibles transiciones futuras. La competencia ecosocial para la sostenibilidad gravita alrededor de varios ejes: que cada persona se conozca, se comprenda y se adapte adecuadamente a sí misma, a su grupo y al mundo en el que vive; que adquiera los conocimientos de ciencias naturales y sociales necesarios para estar preparada ante nuevas contingencias; que conozca cómo se desarrolla la vida y los límites y flujos energéticos, materiales y biofísicos de nuestro planeta; que sea consciente de la profunda crisis ambiental, de sus impactos sociales y de la inevitabilidad de profundos cambios sistémicos; que contribuya al desarrollo de una sociedad plenamente democrática, participativa, solidaria, inclusiva y plural; que analice críticamente los problemas, busque alternativas y plantee soluciones imaginativas para ser un agente social activo para el cambio.

Lur, de esta manera, habría vivido en mejores condiciones el confinamiento y la vuelta a clase, a sus relaciones y habría sido un agente activo en su comunidad. Por Lur y por la necesaria transición social y ecológica, educación ecosocial hacia la sostenibilidad.

23/06/2020

Maitane Arri, Marije Etxebarria y JoseManu Gutiérrez (Euskal Gune Ekosozialista)

Fuente de la Información: https://vientosur.info/spip.php?article16099

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Sudáfrica: más de 500 alumnos y docentes del Cabo Oriental dan positivo en COVID-19, 154 escuelas cerraron

Redacción: Allafrica

Más de 550 alumnos, maestros y personal de apoyo han dado positivo por Covid-19 en el Cabo Oriental, mientras que 154 escuelas provinciales han sido cerradas temporalmente, dijo el viernes el departamento de educación.

El portavoz del departamento de educación provincial, Loyiso Pulumani, dijo que 270 de los infectados eran alumnos, 271 maestros, mientras que 16 eran personal no docente.

Pulumani advirtió que se esperaba que el número de escuelas cerradas superara los 154 ya que solo seis oficinas distritales del departamento de educación presentaron sus informes sobre el impacto de Covid-19.

Hay un total de 12 oficinas de distrito en la provincia a cargo de 5 037 escuelas.

Los 557 casos positivos se registraron en escuelas de 10 distritos, dijo Pulumani.

Dijo que las estadísticas fueron enviadas al departamento el jueves por la noche.

«El aspecto positivo de toda esta situación es que el examen que se realiza en las escuelas garantiza que las personas que son positivas se identifiquen de manera temprana y aislada, lo que garantiza que la cantidad de infecciones se mantenga bajo control. Todos los días en las escuelas hay exámenes y mantienen registros a diferencia de en casa «.

La última escuela que cierra es CM Vellem en Joza Township de Makhanda, después de que un maestro dio positivo por el virus.

El director AA Ndyolashe dijo a los padres en una carta el jueves que la escuela volvería a abrir el 30 de junio.

«Nos gustaría instar a los alumnos a permanecer en casa, usar máscaras y lavarse las manos regularmente. Esto es para permitir que la escuela se someta a una limpieza profunda y descontaminación para prepararse para el martes».

Las escuelas de Eastern Cape han estado bajo el foco de atención esta semana después de que 204 alumnos y personal dieron positivo en la Escuela Secundaria Makaula en KwaBhaca.

Fuente: https://allafrica.com/stories/202006260570.html

 

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Unicef alerta sobre efecto de Covid-19 en población infantil de India

Asia/India/25 Junio 2020/prensa-latina.cu

La representante de Unicef Yasmin Ali Haque dijo en un reporte difundido hoy que la Covid-19 impide las oportunidades de desarrollo y aprendizaje, y el derecho a sobrevivir y prosperar de millones de niños en la India.
Las familias más vulnerables necesitan planes de protección social que les ayuden a acceder a la atención de salud, la escolarización de los niños y pagar la nutrición y otros servicios esenciales. Desde marzo pasado, la pérdida masiva de empleos e ingresos provoca más dificultades a las familias más pobres, se reflejó hoy en el periódico The Statesman.

La masiva migración inversa de las ciudades al campo, como resultado de la pérdida de 118 millones de puestos de trabajo y las dificultades económicas derivadas de la pandemia y las medidas de contención, causó dificultades extremas a millones de personas, agregó el informe de Unicef.

El cierre de escuelas afectó a 247 millones de niños de la enseñanza primaria y secundaria y a 28 millones de infantes de la enseñanza preescolar en la India. Esto se sumó a los más de seis millones de menores que estaban fuera de la escuela antes de la crisis de la Covid-19.

El gobierno contrató múltiples vías para la continuidad de la educación, incluidos portales web, aplicaciones móviles, canales de televisión y radio y se hacen esfuerzos para proporcionar libros de texto a los niños que asisten a la escuela en sus hogares, incluso en zonas remotas del país.

También, el Consejo Nacional de Investigación y Capacitación Educativa preparó un calendario académico alternativo hasta duodécimo grado para orientar el aprendizaje en el hogar.

Pero los datos disponibles indican que sólo una cuarta parte de los hogares de la India tiene acceso a internet y hay una gran brecha entre zonas rurales y urbanas y entre los géneros.

En tanto, el aumento de las dificultades económicas amenaza con incrementar el matrimonio infantil, el trabajo infantil, la violencia doméstica y de género, y el empobrecimiento.

Los niños de la calle enfrentan mayores riesgos de trata y de abuso y explotación sexuales.

La experiencia de anteriores emergencias sanitarias muestra que los menores corren más riesgos de explotación, violencia y abuso cuando se cierran las escuelas, se interrumpen los servicios sociales y se restringe la circulación.

En India unos 20 millones de niños menores de cinco años sufren de emaciación y más de 40 millones están crónicamente desnutridos. Más de la mitad de las mujeres indias de 15 a 49 años de edad están anémicas.

Un estudio que publicó la revista Lancet Global Health Journal señaló que la reducción de la cobertura de los servicios de salud, la interrupción de las actividades de inmunización y el aumento de la emaciación infantil causarán en los próximos seis meses la muerte de 300 mil niños en la India.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=376471&SEO=unicef-alerta-sobre-efecto-de-covid-19-en-poblacion-infantil-de-india
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Bajar la ratio y afianzar una educación inclusiva para “que nadie quede atrás”: la opinión de las familias y los estudiantes

Por: Katherine Gajardo Espinoza y Enrique Diez

A raíz de los debates y la confrontación de posiciones que supusieron buena parte de esas políticas educativas adoptadas durante el tiempo de confinamiento, decidimos realizar una investigación a partir de una encuesta a la que han respondido 3.400 familias y estudiantes de toda España durante los meses de marzo y abril de 2020. Queríamos saber la visión de una parte de la comunidad educativa que se suele tener en cuenta mucho menos de lo que sería necesario.

La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 obligó a la suspensión de la educación presencial en numerosos países, entre ellos España. Ante esta situación sobrevenida, las administraciones educativas establecieron una serie de medidas e instrucciones de cara a finalizar el curso actual y comenzar el siguiente curso escolar 2020-2021.

A raíz de los debates y la confrontación de posiciones que supusieron buena parte de esas políticas educativas adoptadas durante el tiempo de confinamiento, decidimos realizar una investigación a partir de una encuesta a la que han respondido 3.400 familias y estudiantes de toda España durante los meses de marzo y abril de 2020. Queríamos saber la visión de una parte de la comunidad educativa que se suele tener en cuenta mucho menos de lo que sería necesario.

Uno de los primeros resultados de esta investigación, titulada “Educar y Evaluar en tiempos de coronavirus”, muestra que se quiere un retorno a las clases para el próximo curso escolar, no en turnos alternos como se propone por algunas administraciones educativas, sino con más profesorado y menos alumnado por aula, para poder hacer una enseñanza más personalizada y atender a la diversidad, respetando además la distancia social mientras sigan los efectos de la crisis del coronavirus, pero recuperando la cercanía personal y la convivencia emocional.

Figura1. Nivel de acuerdo con la acepción “A partir del próximo curso escolar debería haber más profesores y profesoras y menos alumnos y alumnas por aula para resguardar la atención personalizada y respetar la diversidad”

De los resultados se extraen cinco ideas fundamentales: 1) la brecha digital se suma y amplifica la brecha social, aumentando la desigualdad en épocas de crisis; 2) las tecnologías, que han sido un aliado esencial en la crisis, no son una alternativa a la relación educativa presencial, pero son una herramienta cada vez más enriquecedora para apoyar el proceso de enseñanza-aprendizaje; 3) es necesario repensar el actual currículum enciclopédico para discriminar lo prescindible de lo imprescindible y priorizar los contenidos relevantes; 4) evaluar no es calificar, es entender cómo ha sido el proceso de aprendizaje para ayudar a cada alumno y alumna a seguir mejorando y al profesorado cómo apoyarles, y 5) es necesario que una de las prioridades educativas sea también “cuidar a las personas” y primar su bienestar integral, para “que nadie se quede atrás”.

La labor de compensación educativa que realiza la educación pública de forma presencial se ve radicalmente reducida y recortada en tiempos de confinamiento. A la brecha digital (familias sin recursos tecnológicos ni conexión: un 38% manifestaban tener dificultades para seguir el curso académico) se le suman otras muchas brechas que aumentan la desigualdad y amplifican la falta de oportunidades para los sectores más vulnerables: la brecha de las condiciones materiales y de espacios adecuados para trabajar en el hogar, la brecha de capital cultural y de formación del entorno familiar, la brecha económica de la precariedad o el paro o la brecha emocional que supone el impacto de la crisis y el estrés de todas sus consecuencias vividas en confinamiento. Muchas brechas que la escuela intentaba amortiguar y compensar presencialmente, pero que ahora se han visto multiplicadas en la soledad del confinamiento.

Una segunda conclusión es destacar el valor de la educación online como una herramienta complementaria a la educación presencial pero no sustitutoria de esta. El contacto, la relación directa, la comunicación, la interacción, la convivencia y la emoción son claves y esenciales en el proceso de enseñanza y aprendizaje en el periodo escolar de la vida. La fría interacción de una pantalla, nada tiene que ver con la calidez emocional de un encuentro. Sabiendo que la capacidad de autorregulación para mantener la motivación y ser constante en continuar una educación a distancia es reducida, sobre todo en estudiantes de menores edades, pues las evidencias muestran que incluso entre población más adulta menos del 5% de los inscritos completan los cursos online abiertos y masivos ofrecidos por Universidades como Harvard y el MIT.

Una tercera conclusión es la demanda (67,3%) de centrarse en los conocimientos necesarios y fundamentales, en esta situación excepcional, en vez de seguir avanzando en el temario. Esto nos puede llevar a replantear los actuales currículos enciclopédicos que la LOMCE y las editoriales han impuesto en la dinámica escolar y aprender a discriminar lo prescindible de lo imprescindible en los contenidos, priorizando aquellos realmente relevantes. Ya no solo en un momento de crisis, sino como replanteamiento general en la educación.

Una cuarta conclusión es apostar por una evaluación para el aprendizaje y la mejora. El 76% de las personas participantes rechazan el seguir haciendo exámenes sobre nueva materia durante el confinamiento y el 65,4% apoyan claramente un modelo de evaluación «continua, formativa e integradora» en positivo, es decir, donde se tenga en cuenta la valoración de los trimestres presenciales, o se valoren las tareas realizadas en confinamiento en todo caso para mejorar la nota (73%), no penalizando en cualquier caso al alumnado en esta situación tan anómala. Y se centre en el diagnóstico de las dificultades de cara a orientar la acción educativa y la atención a la diversidad de cara al inicio del curso siguiente.

Finalmente, los resultados apuestan claramente por iniciar el curso planificando medidas de apoyo y refuerzo (85%) a partir del diagnóstico de las dificultades que han tenido; que se desarrollen actividades dedicadas a abordar pedagógica y emocionalmente la situación vivida (89%) como también se resalta en otras investigaciones; así como una reducción del número de alumnado por clase y el aumento consiguiente de profesorado (81%: 76% completamente de acuerdo y 15% de acuerdo). Está claro, por tanto, que hay una abrumadora mayoría de familias y estudiantes que, frente a la intención del Ministerio de Educación y de las Comunidades Autónomas de un sistema mixto que combine la escolaridad presencial con la ‘online’, la comunidad educativa reclama más recursos para cambiar el modelo educativo con una orientación más comprehensiva e inclusiva.

Obligar a hacer la mitad del curso escolar en casa, además, supone dificultar la conciliación de las familias con su vida laboral, aumentar la tensión de convertir a las familias en tutores y orientadores escolares, sin tener formación ni recursos para ello, o no contribuir a paliar la brecha social y cultural que la escuela contribuye a compensar en cierta medida. Esto parece obedecer no a criterios pedagógicos, sino a prioridades economicistas derivadas del recorte de 9.000 millones de euros que los últimos gobiernos han aplicado a la educación.

Lo que refleja esta investigación, en definitiva, es que esta crisis sí puede ser una oportunidad si se decide, por fin, destinar los recursos públicos al bien común para poder desarrollar una educación personalizada presencial y cercana, atenta al desarrollo de cada estudiante, con retroalimentación constante y donde se puede atender a la diversidad de una forma realmente inclusiva, poniendo en marcha las medidas individualizadas necesarias nada más detectar las posibles dificultades de cada alumno o alumna.

La comunidad educativa pide a los responsables políticos que miren hacia el futuro y replanteen de una vez por todas el modelo de escolaridad “hacinada”, heredado de la época industrial, perpetuado con la única finalidad de concentrar y ahorrar costes en educación, en lo que siempre se debería haber concebido como una inversión.

Necesitamos políticas educativas que apuesten por plasmar presupuestariamente la viabilidad real de la educación inclusiva que proclaman en los discursos. Esto pasa por destinar en España el 7% del PIB a la educación pública e inclusiva, como llevan haciendo tanto tiempo los países más avanzados educativamente, para “que realmente nadie quede atrás”.

No se pueden seguir priorizando las razones económicas en vez de las educativas. Un plan de reconstrucción de este país necesita cambiar radicalmente de prioridades. Y la educación es el futuro de un país. No solo el presente, sino sobre todo el futuro.

Se puede ver la investigación completa publicada en:
https://hipatiapress.com/hpjournals/index.php/remie/article/view/5604

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/06/23/bajar-la-ratio-y-afianzar-una-educacion-inclusiva-para-que-nadie-quede-atras-la-opinion-de-las-familias-y-los-estudiantes/

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Académicos chilenos piden la renuncia del ministro de Ciencia

Redacción: TeleSUR

La petición se hizo pública mediante carta abierta, la cual ha sido suscrita por más de 100 personalidades del universo científico y ciudadanos en general.

Investigadores, docentes universitarios y científicos de Chile emitieron una carta abierta denunciando las manipulaciones de las que han sido objeto los datos estadísticos de la pandemia en el país. También pidieron la renuncia del ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Andrés Couve.

El documento cuestiona la lesividad ética que representa el ocultamiento de información sensible para la salud humana.

“El valor y la legitimidad que tiene la ciencia se basa en la responsabilidad, la integridad y la transparencia. Alterar evidencia, ocultar datos, encubrir tendencias o avalar estos comportamientos bajo cualquier pretexto son prácticas reñidas con esa ética”, expresa.

“Esto se agrava si hay vidas humanas involucradas. En el área de la salud, se les enseña a los estudiantes el principio primum non nocere: lo primero es no dañar. Por ello, las faltas que provocan daño y pérdida de vidas humanas son éticamente inaceptables”, agrega la misiva.

Los firmantes también se pronuncian en cuanto a la responsabilidad, no solo del exministro de Salud, Jaime Mañalich, sino de Couve, al frente de la autoridad científica del Gobierno. Achacan a este último haber respaldado las prácticas manipuladoras de datos, cuya falta de ética fue reconocida por el propio Mañalich al presentar su renuncia.

El documento también recoge varias expresiones de Couve apoyando el sistema de recolección y presentación de los datos de la pandemia empleado por el ministerio de Salud, con las que los académicos pretenden ilustrar la posición del funcionario ante este proceder que catalogan de “malas prácticas”.

“Una sociedad sana no puede tolerar el comportamiento antiético de algunos, y muy especialmente de la máxima autoridad científica del país, particularmente cuando ello se traduce en sufrimiento y muertes que, como siempre, afectan a los más pobres y postergados. Por todo ello, consideramos que Andrés Couve no puede seguir en su cargo”, concluye la carta.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/academicos-chilenos-piden-renuncia-ministro-ciencia-20200615-0017.html

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