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La precarización del trabajo docente agudizada por la crisis sanitaria

Por: Ivan Montero y Gabino Javier Ángeles Calderón


“Un maestro de escuela, por ejemplo, es un trabajador productivo cuando, además de cultivar las cabezas infantiles, se mata trabajando para enriquecer al empresario”.
— Marx, K. El Capital, 1867.

Hay una relación orgánica entre las transformaciones del sistema educativo y los ciclos del capital, no son entes autónomos por sí mismos. En otras palabras, no se puede profundizar la comprensión de las mutaciones de la educación desvinculándola del movimiento del capital en que se inscribe.

Por ejemplo, una de estas relaciones orgánicas de origen se aprecia en las Cláusulas educacionales contenidas en la legislación fabril de la primera mitad del siglo XIX en Inglaterra, [1] las cuales consistieron en una serie de barreras que la sociedad impuso al capital industrial para limitar la explotación hacia niños y niñas. Estos últimos tenían que asistir a la escuela como condición para trabajar en la fábrica, por lo cual se montó un sistema educativo improvisado y precario, dadas las condiciones de pauperización de este país en aquel periodo.

Si bien la educación se ha constituido como una instancia social que pareciera ya no estar condicionada por los ciclos del capital, [2] en la coyuntura actual vuelven a manifestarse los nexos orgánicos entre educación y capital. [3]

Las recientes mutaciones del sistema del capital

La crisis del capital de los años setenta, empujó a una restructuración productiva a nivel mundial; a su vez, para ello, se requirió una nueva morfología del trabajo. [4]

Esta recomposición no habría podido darse sin la revolución industrial que fundaron las telecomunicaciones. De la mano de estas fuerzas productivas, se han podido fragmentar procesos económicos a nivel mundial (industria, comercio, finanzas, servicios). [5]

Ejemplo de ello es la industria automotriz estadounidense, la cual mudó algunos procesos productivos al norte y bajío de México. Otro caso arquetípico es la producción del iPhone la cual, ya para 2012, se realizaba en un 90 % por fuera de Estados Unidos. [6] Estos procesos recibieron el nombre de deslocalización industrial, en términos globales se estima que el 75 % de las mercancías son producidas “por fuera” de la fábrica local, [7] mudanzas del norte al sur, del centro a la periferia, la cual se ha sustentado en la superexplotación del trabajo (eufemísticamente llamada competitividad) para abaratar costos.

Como es obvio, no sólo en la industria se han presentado estas mutaciones, también en la distribución y el consumo, en los servicios. Ejemplo de ello es la aparición de los trabajadores de las apps o los llamados callboys.

Sin embargo, para que el capital pudiera establecer esta recomposición, tuvo que romper con la antigua organización del trabajo. Se hizo necesario un tipo de trabajador acorde a los nuevos ritmos de esta industria global, uno que ya no realiza funciones monótonas y estandarizadas, con jerarquías rígidas, sino de un trabajador multifuncional, flexible, precario.

La consecuencia inmediata fue la ofensiva que el capital lanzó contra el trabajo.

El periodo de la llamada Guerra Fría tiene ese significado, barrió con las resistencias del trabajo [8] para, sobre esta derrota, imponer una nueva división internacional del trabajo y sus respectivas modalidades de dominación e ideología.

El neoliberalismo consolidó esta ofensiva con un conjunto de políticas laborales, financieras, comerciales, energéticas, (“reformas estructurales”), que el Estado ha ido imponiendo.

Desde entonces, por todos lados ha proliferado la informalidad, la precarización laboral y el desempleo: trabajadores por honorarios, servicios profesionales, eventuales, outsourcing, despidos masivos. Los trabajos inestables, con bajos salarios, jornadas de trabajo desdibujadas y sin derechos laborales constituyen una tendencia de la nueva morfología del trabajo.

La precarización del trabajo docente

El desarrollo de las telecomunicaciones ya había impactado en el medio educativo. La impartición de clases en línea, el uso de plataformas como Coursera o EdX, son ejemplo de ello, además de innumerables canales de YouTube dedicados a la enseñanza.

Sin embargo, las grandes facilidades que ofrecen las tecnologías de la información como herramientas en el ámbito educativo para el desarrollo humano, a su vez, aparejan un tipo de docente precarizado; es decir, con derechos laborales disminuidos o inexistentes y formas de contratación inestables.

La impartición de clases mediante plataformas digitales les permite a los empresarios de la educación y a los Estados abaratar los costos, pues ante la oferta insuficiente y el exceso de demanda por la masificación de la educación, [9] la solución es disminuir costos en la parte del capital constante: [10] edificios, equipo, mantenimiento, insumos, etcétera.

Por un lado, esto implica transferir estos gastos al trabajador de la educación, el cual emplea su casa, su equipo (computadora, celular) y paga los insumos para poder realizar su trabajo (internet, luz, mantenimiento, telefonía). Por otro lado, esto también implica subordinar al trabajador docente, por medio de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, así como para el aprendizaje y el conocimiento (TIC y TAC), a una mayor intensidad y extensión del trabajo.

Esta recomposición del capital en la educación se está profundizando durante el presente confinamiento.

Según la UNESCO, aproximadamente el 80 % de la población estudiantil a nivel mundial ha sido afectado por el cierre de las escuelas, esto es 1370 millones de estudiantes; mientras que los profesores afectados suman más de 60 millones. En la región latinoamericana, la población estudiantil afectada asciende al 95 %. [11]

Ante esta situación, los sistemas educativos de todo el mundo están empleando, masivamente, las telecomunicaciones y la informática para impartir clases (el llamado teletrabajo), aunque en un mundo sustantivamente desigual, millones no cuenten con los recursos mínimos para readaptarse a esta nueva situación. [12]

El capital produce y reproduce nuevas formas de exclusión social.

Es en estas coordenadas que las mutaciones del capital descritas en líneas arriba, también trastocan el ámbito educativo y profundizan la precarización laboral del trabajo docente. El “nuevo” tipo de docente es sometido a los nuevos ritmos de trabajo tecnológico, en donde su otrora estabilidad, impuesta por su jornada de trabajo (ahora desdibujada), queda en entredicho.

Con la crisis sanitaria actual y las medidas para contener la expansión del virus, el confinamiento aceleró la incorporación de millones de docentes y alumnos a una educación dependiente de las telecomunicaciones y la informática.

Esta situación se nota, por una parte, con el creciente uso de plataformas de videoconferencias como Zoom, al grado de que, en el mes de mayo, esta empresa ya “valía” siete veces más que las aerolíneas más grandes del mundo (ver gráfico).

En general, el uso de las aplicaciones para videoconferencias se ha disparado, exponencialmente, en los últimos meses. Zoom y Google Meet se ubican la lista de las apps más descargadas en agosto.

Por otro lado, a pesar del aumento del número de personas que usan internet, según datos del Banco Mundial, en términos redondos, para 2017, tan solo el 50 % de la población lo utilizaba. El acceso a estos servicios, al ser privatizados por el capital, no depende únicamente de la cobertura territorial, sino del poder adquisitivo del salario de la población trabajadora que debe pagar por ellos. Por lo que, en las zonas periféricas del capitalismo mundial se genera mayor exclusión.

¿Quién puede pagar el servicio de internet, quién puede contar con un equipo de cómputo adecuado, quién puede adquirir un teléfono celular con los requisitos mínimos para acceder a una educación virtual? Una serie de cuestiones a las que se suman la llamada obsolescencia programada o la tendencia de la tasa decreciente del valor de uso; es decir, el corto tiempo de vida útil de los productos tecnológicos.

Neoliberalismo y educación

El proyecto del capital, plasmado en formas de Estado neoliberales, organismos internacionales, acuerdos internacionales y estrategias políticas, sociales, culturales —aplicadas con distinto ritmo y profundización dependiendo la lucha de clases y las resistencias sociales en los distintos países y regiones—, también afecta a la educación.

Actualmente, la embestida ya no sólo consiste en la consigna liberal y reaccionaria del derecho a educar a los hijos propios, con el fin de moldear sus subjetividades de acuerdo con los valores y saberes propios de las familias burguesas, tradiciones, por cierto, gestionadas por los grandes centros educativos privados y religiosos.

Hoy en día, bajo la expansión neoliberal y mercantil de la valorización del valor, la educación es vista como un campo de oportunidades muy redituable para el capital comercial —escuelas privadas—, financiero —becas, seguros, planes de financiamiento— y las empresas transnacionales como Google, Microsoft, Zoom, etcétera.

Por otro lado, no hay que olvidar que la escuela pública masificada es parte de los aparatos ideológicos del Estado, pue no sólo moldea subjetividades y crea identidad nacional, sino también adiestra en los saberes requeridos por el proceso de trabajo capitalista. La antes mencionada restructuración productiva, entre las que se encuentran las nuevas formas de flexibilización laboral y la toyotización, ha llevado también a reformas educativas.

No debe pasar inadvertido que los esquemas de competencias y educación para la vida, impulsadas desde la UNESCO y los grandes organismos internacionales como la OCDE, amén de su proyecto ideológico y de valores neoliberales, tiene como propósito superar el adiestramiento fordista y sustituirlo, como se dijo anteriormente, por un trabajador polivalente, entrenado para trabajar en equipo, capaz de resolver problemas e innovar, comprometido con la empresa, etc. Todas ellas habilidades enfocadas a elevar la productividad del trabajo.

Conclusión

Uno de los ejes de lucha de las y los trabajadores de la educación, tiene que construir alternativas, que permitan romper con la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el actual trabajo asalariado docente, cuyas condiciones de precarización están agudizándose debido a la crisis sanitaria.

Con el impresionante desarrollo de las telecomunicaciones y la informática, es perfectamente posible pensar en que las ventajas tecnológicas no vayan aparejadas con un deterioro de las condiciones laborales ni la exclusión social, pero esta alternativa excede los estrechos marcos del sistema del capitalismo mundial. Es necesario construir una sociedad de trabajadores asociados libres, en donde estas fuerzas productivas estén bajo control de las y los trabajadores en colectivo y puedan satisfacer las necesidades de la población.

En este sentido, el conjunto de las y los trabajadores debemos luchar contra la precarización laboral, por la centralización y la nacionalización y de los servicios de telefonía e internet bajo control de sus trabajadores, así como que las empresas educativas (públicas y privadas) y el Estado doten de equipos de cómputo indispensables para el desempeño docente, así como un aumento salarial que permita mejorar la vida de quienes, desde sus casas, ahora imparten clase.

Una política en materia educativa de las y los trabajadores debe incorporar estas exigencias. De lo contrario, la condición privatizada de los servicios de telecomunicaciones e internet tendrá como consecuencia la privatización en la educación.

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NOTAS AL PIE
[1Véase, Marx, K., El Capital, T1., vol. 2, “Legislación fabril. (Cláusulas sanitarias y educacionales). Su generalización en Inglaterra”, Siglo XXI editores.
[2A pesar de las desventuras de las interpretaciones estructuralistas, fue Althusser quien enfatizó el carácter determinado/sobredeterminado de las instancias; es decir, que por mucho que estas parecieran autónomas, siempre hay conexiones orgánicas entre ellas, determinadas por el modo de producción capitalista. Poulantzas, retomando esta propuesta, realizó estudios del Estado capitalista mostrando que la dominación del capital no necesariamente es directa, el Estado no es un instrumento de clase, sino mediada (un Estado capitalista con autonomía relativa, según su terminología), es decir hay diversos mecanismos y dispositivos que permiten una dominación política impersonal del capital que encabeza el Estado. Véase, Althusser, L. La revolución teórica de Marx; Poulantzas, N. Poder político y clases sociales en el estado capitalista.
[3Un estudio más profundo muestra que las relaciones orgánicas entre educación y capital no sólo se manifiestan en términos económicos, el propio saber moderno, la fragmentación de sus disciplinas, sus puntos de partida y llegada, contienen ya la impronta del capital, véase, Pérez Soto, C. Desde Hegel: para una crítica radical de las Ciencias Sociales.
[4Para un análisis más profundo véase Antunes, R. Los sentidos del trabajo: ensayo sobre la afirmación y la negación del trabajo, Editorial Herramienta.
[5Una lectura sobre estas mutaciones se puede apreciar en Marini, R. M. Proceso y tendencias de la globalización capitalista, disponible en: http://www.marini-escritos.unam.mx/089_globalizacion_capitalista.html#_ednref33
[6Cfr., The New York Times, “How the U.S. Lost Out on iPhone Work”, disponible en: https://www.nytimes.com/2012/01/22/business/apple-america-and-a-squeezed-middle-class.html
[7Cfr., Antunes, R. Ídem., p. 41.
[8El Estado de contrainsurgencia planteado por Ruy Mauro Marini, como producto de la contrarrevolución en Latinoamérica, se inscribe en esta ofensiva, véase, Marini, R. «Estado de Contrainsurgencia», disponible en: http://www.marini-escritos.unam.mx/055_estado_contrainsurgencia.html#3
[9No debe olvidarse que la educación se ha constituido como un Derecho Humano por la UNESCO.
[10Los conceptos de capital constante y capital variable, permiten desgajar los componentes del proceso laboral capitalista en la producción de mercancías. El capital constante se refiere a los medios de producción, el factor objetivo, mientras el capital variable a la fuerza de trabajo, el factor subjetivo. Véase, Marx, K. Ídem, vol. 1, editorial Siglo XXI, pp. 252-253.
[11Cfr., ONU, “Más de 156 millones de estudiantes están fuera de la escuela en América Latina debido al coronavirus”, disponible en: https://news.un.org/es/story/2020/03/1471822
[12En México, por ejemplo, solo el 60 % de los estudiantes cuenta con internet. Cfr., Ídem.
Fuente:  https://www.laizquierdadiario.mx/La-precarizacion-del-trabajo-docente-agudizada-por-la-crisis-sanitaria
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España: El discurso más ‘apocalíptico’ del ministro de Universidades: «El mundo está en peligro… este mundo se acaba»

«Yo creo que el mundo está en peligro, el mundo tal y como lo hemos conocido. No digo que se acabe (el mundo), pero este mundo sí, este mundo se acaba, este mundo que hemos vivido se acaba. Y habrá otro mundo que está gestándose y renaciendo».

Estas apocalípticas declaraciones provienen del ministro de Universidades, Manuel Castells, que este jueves compareció ante la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades en el Congreso de los Diputados, a petición propia y del PP, Ciudadanos y Vox, para informar sobre las medidas previstas para el inicio del curso académico 2020-21 en las máximas condiciones de seguridad para los alumnos, profesores y personal de las universidades.

Polémica sobre la contratación de médicos

Conspiraciones aparte, Castells consideró en su comparecencia que no faltan médicos, como alega la Comunidad de Madrid, sino que el problema es cómo se les contrata, y le parece un «escándalo» las condiciones precarias que se mantienen a muchos MIR (médicos internos residentes).

Cuando se habla de que hace falta convalidar títulosde médicos de otros países ante la crisis sanitaria, como ha pedido por ejemplo Madrid, Castells opinó que «no es cierto», que hay «muchísimos médicos», pero que en dicha comunidad muchos tienen condiciones precarias y se tienen que ir a la medicina privada, a otra región o al extranjero.

Castells  explicó que su departamento está realizando un «proceso acelerado» de convalidaciones sanitarias, que alcanzan las cerca de 1.900 en 2020 y a las que se suman este viernes medio centenar de MIR y 300 de la semana pasada.

 Fuente: https://www.20minutos.es/noticia/4393947/0/ministro-universidades-el-mundo-se-acaba/?autoref=true

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Entrevista a el ministro de Educación de Francia, Jean-Michel Blanquer: ‘La educación no se puede sacrificar en tiempos de crisis’

Entrevista/17 septiembre 2020/https://www.rfi.fr/

Tras dos semanas del regreso a clases para los alumnos franceses, el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, conversó con Radio Francia Internacional y la agencia española EFE sobre el mantenimiento de la enseñanza a pesar de la crisis sanitaria por el covid-19. Para Blanquer, la escuela debe ser la garante de la igualdad en el acceso a la enseñanza, aunque se han tenido que cerrar más de 30 establecimientos y 520 clases en todo el territorio, tras la aparición de casos del nuevo coronavirus.

En entrevista en su despacho en el Ministerio de Educación, Jean-Michel Blanquer respondió en un castellano fluido a las preguntas de RFI y de EFE, e hizo un balance de las primeras dos semanas de clases para las escuelas primarias, bachilleratos y liceos de Francia.

La situación sanitaria en Francia es tensa, con un claro repunte de los casos de covid-19, a razón de 7.000 nuevos contagios diarios. A pesar de esto, el gobierno francés decidió mantener la vuelta a clases en todo el territorio, así como la reanudación de la actividad económica, considerando que “los franceses deben aprender a vivir con el virus”.

¿Qué balance hace Usted de estos primeros días de clase? Desde el 1º de septiembre se han tenido que cerrar unos 30 establecimientos y más de 520 clases, debido a la presencia de casos de covid.

J.M. Blanquer: El balance es bastante positivo. Los alumnos y profesores regresaron a las escuelas, lo cual era nuestro desafío principal. Después de la primera crisis que tuvimos, entre marzo y junio, la población se ha acostumbrado a las medidas sanitarias impuestas. En cuanto a las escuelas que hemos cerrado, lo habíamos previsto. Si se presentan casos, debemos cerrar de forma preventiva, para evitar nuevos contagios. Pero han sido 30 planteles, de las 60.000 escuelas en todo el país. Seguramente va a haber más. Tenemos un sistema de pilotaje cotidiano, que nos permite tener esta vigilancia, compatible con nuestro objetivo de abrir las escuelas para todos los niños.

¿Cómo y quién toma la decisión de cerrar una escuela?

J.M. Blanquer: Tenemos un protocolo sanitario a nivel nacional para esto. Pero además, trabajamos con las autoridades locales, sanitarias, el Prefecto que representa al Estado, y el rector que representa al Ministerio de Educación. En general, se activa el protocolo si se presentan tres casos de covid.

¿Qué solución de enseñanza se ofrece a los niños cuyas escuelas deben clausurarse por covid?

J.M. Blanquer: Digamos que hay tres posibilidades. La inmensa mayoría de los niños franceses están siguiendo una enseñanza normal, de forma presencial. Hay escuelas que separan a los niños en pequeños grupos. Si hay casos de covid, se pone en marcha la enseñanza a distancia para los grupos afectados. Y ha habido casos, en los que hemos tenido que cerrar toda la escuela, bachillerato o liceo. En ese caso, la enseñanza se hace a distancia. Hemos creado un sistema nacional de enseñanza a distancia llamado “Ma clase à la maison” (Mi clase en casa) que hemos mejorado tras la experiencia de confinamiento entre marzo y junio.

Francia es uno de los países que decidió que la escuela tenía que ser una prioridad. Otros países, como España, han sido más reticentes y han retardado la vuelta a clases. ¿Debería haber una coordinación europea?

J.M. Blanquer: No solo europea, sino mundial. Mi posición es muy clara al respecto: la educación no es algo que se debe sacrificar en este tipo de situaciones. Tenemos un riesgo de catástrofe educativa a nivel mundial, es decir, que haya millones de alumnos que dejen la escuela y que no vuelvan. La política de mi ministerio ha sido tratar de disminuir esta posibilidad al máximo en Francia. Pero debemos hacerlo a nivel europeo y mundial. Desde hace décadas, se está obrando por el acceso a la enseñanza, y muy particularmente para las niñas en ciertos países donde están excluidas. Lamentablemente muchas niñas quizás no regresen a las aulas después de esta crisis. El regreso a clases con el covid tiene ventajas e inconvenientes. Pero la juventud y la enseñanza son nuestras prioridades, por lo que nos compete buscar soluciones.

El covid es una epidemia que ha afectado a todos los países del mundo. Actualmente la situación sanitaria es muy complicada en varios países de América Latina, una región que Usted conoce muy bien. ¿Está siguiendo la evolución de la situación en esos países?

J.M. Blanquer: Si, la he seguido porque quiero mucho a América Latina y tengo relaciones estrechas con muchos ministros y responsables de educación. Recientemente hablé con la ministra colombiana para conocer la situación y la estrategia que ellos han implementado. Cada país ha tenido su propia estrategia. Lo importante en estos casos es la cooperación que pudiera decidirse entre los países, que aprendamos de las experiencias de cada uno. Una pista de reflexión posible es cmo colaborar en materia enseñanza a distancia, considerando que en todos los países latinoamericanos, salvo en Brasil, se habla el mismo idioma.

Fuente: https://www.rfi.fr/es/francia/20200911-la-educaci%C3%B3n-no-se-puede-sacrificar-en-tiempos-de-crisis

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El ministro de Educación de Brasil explicará ante el Congreso cómo será el retorno a las clases presenciales

América del sur/Brasil/17 Septiembre 2020/monumental.co.cr

La comisión de fiscalización del Congreso brasileño que supervisa las acciones del gobierno de Jair Bolsonaro frente a la pandemia de coronavirus recibirá este jueves al ministro de Educación, Milton Ribeiro, quien deberá explicar las estrategias que lleva adelante su cartera para lograr el retorno a las clases presenciales.

Según el presidente de la comisión bicameral, Confúcio Moura, Ribeiro deberá presentar los protocolos planeados para la reapertura de escuelas y explicar las prioridades de su gestión, ya que asumió el cargo en julio, el cuarto titular en lo que va del gobierno de Bolsonaro.

Si bien en las calles del país la actividad ha resurgido notablemente, con las playas muy concurridas en los fines de semana, los colegios públicos continúan cerrados y sin fecha, en muchos casos, para su reapertura. Hasta el momento, solo los alumnos de la red pública del estado de Amazonas asisten a las aulas de manera presencial.

Como en todo lo relacionado con la crisis sanitaria en Brasil, cada uno de los 27 gobiernos regionales tiene su propio cronograma y políticas frente a la pandemia.

Río de Janeiro permitió solo la apertura de las escuelas privadas, aunque la mayoría no lo ha hecho y la decisión fue objetada en la justicia, mientras que Sao Paulo liberó desde este martes apenas las clases de refuerzo en los centros con la previsión de retomar las aulas normales a partir del 7 de octubre.

Otras administraciones, como la de Rio Grande do Norte, solo prevé la vuelta a las clases presenciales en las escuelas públicas a partir de 2021.

Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Brasil se encuentra entre los países que más tiempo lleva con los colegios cerrados con motivo de la pandemia, de un total de 46 naciones analizadas. Además, el “club de los países ricos” advirtió que Brasil afrontará un desafío adicional con respecto a este asunto debido al alto número de alumnos por clase, lo que puede favorecer la aparición de rebrotes.

El nombramiento de Ribeiro, quien también es pastor evangélico y profesor, satisface al ala conservadora de Bolsonaro.

Fuente: https://www.monumental.co.cr/2020/09/16/el-ministro-de-educacion-de-brasil-explicara-ante-el-congreso-como-sera-el-retorno-a-las-clases-presenciales/

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El currículo es nuestro

Por:Guadalupe Jover

  • Si las autoridades educativas se desentienden, habremos de tomar aún con más firmeza las riendas del currículo y elaborar programaciones y materiales que sean realistas con las condiciones de docentes y estudiantes y coherentes con las necesidades formativas de chicas y chicos.

Si por un momento pareció que la grave crisis sanitaria con que cerramos el curso 2019-2020 iba a obligar a poner en marcha algunas de las medidas que llevamos tiempo reclamando -reducción de ratios, mejora de infraestructuras, revisión y transformación del currículo, etc.-, pronto nos dimos cuenta de que las cosas no iban a ser así. Las condiciones con que afrontamos el retorno a las aulas en este curso 2020-2021 no pueden ser más adversas. Adversas en cuestiones estrictamente sanitarias -espacios abarrotados en que son imposibles las denominadas burbujas- y adversas en lo puramente educativo.

En la Comunidad en que trabajo, la madrileña, se ha optado por la “semipresencialidad” del alumnado a partir de 3º de ESO: en vez de reducir las ratios y aumentar las plantillas, se ha preferido reducir el derecho a la educación de chicos y chicas. Partirlo por la mitad. El profesorado, con su horario íntegro en el instituto atendiendo a “las otras mitades de cada grupo”, sigue con su jornada laboral intacta y dispondrá de tan solo de 7 horas y media de dedicación fuera del centro. Si antes no salían las cuentas, imaginemos ahora.

Cercenado su derecho a la educación, ya sabemos quiénes saldrán perdiendo una vez más. Los riesgos de absentismo, exclusión educativa y “fracaso escolar” del alumnado más vulnerable no harán sino dispararse. Los docentes seguiremos sin medios -sin tiempos siquiera- para intentar paliar esta sangría. No ha habido voluntad política de dar un golpe de timón cuando más falta hacía.

Y en este comienzo de curso, apenas resolvamos cómo nos las apañamos organizativamente, sobrevendrá el problema de los currículos: ¿Este año se podrá dar todo el temario? ¿Hay que centrarse primero en los aprendizajes no consolidados el curso anterior? ¿Habría que podar el currículo? Cualquier docente tiene claras las respuestas, pero quizá lo que hay que cambiar son las preguntas.

A la primera pregunta, si se podrá “dar” todo el temario, la respuesta es un NO rotundo. Ni este año ni ninguno. Concebidos desde una mirada enciclopedista, los temarios de las asignaturas son inabarcables. La selección inevitable la dicta la tradición docente, embalsamada en los libros de texto, y las rutinas de evaluación. Año tras año se “da” lo que se ha dado siempre y se queda en el tintero lo que no viene acompañado de esa pátina de prestigio social. Como si desarrollar la competencia lectora, pongamos por caso -en lugar de adiestrar en sofisticados análisis sintácticos- fuera “bajar el nivel”.

Pero es que, además, lo relevante no es el temario que se da o no se da, sino lo que alumnas y alumnos aprenden. La mera concepción del quehacer en las aulas como un conjunto de “temas” agavillados en el libro de texto por los que hay que galopar en frenética carrera es ya en sí misma un síntoma de que tenemos una conversación pendiente. Las programaciones de aula son -o deberían ser- otra cosa.

A la segunda, si hay que “recuperar” los aprendizajes no consolidados por nuestro alumnado en el curso anterior, la respuesta es un SÍ claro. Ahora y siempre. De hecho, ese es el sentido de la evaluación inicial. Y no, como ocurre en algunas comunidades, la entrega de un boletín a alumnado y familias. La evaluación inicial debiera servir para conocer cuanto antes en lo personal y en lo académico a nuestro alumnado -imposible con 200 o 300 estudiantes al cargo-, con el objetivo de poder ajustar la programación a sus intereses y a sus dificultades. Las programaciones de aula no pueden ser impermeables al contexto escolar.

Bien es verdad que en Secundaria no podemos estar al mismo tiempo en misa y repicando, quiero decir, en consulta y en el laboratorio, por lo que algo habremos de tener preparado de antemano. Pero una cosa es haber provisto la despensa y aun diseñado posibles menús, y otra ser insensibles a las peculiaridades de los comensales y a las circunstancias en que nos reunamos. Los libros de texto no suelen favorecer esta flexibilidad.

En cuanto a la tercera, si hubiera habido que podar el currículo de cara a este agitado e incierto curso, la respuesta es que SÍ, claro. Pero no solo para este curso, sino para cualquiera de los que estén por venir. Porque no se trata tanto de podar -de quitar temas o alguna de las 10 asignaturas que tiene cada estudiante en un curso-, como de transformar el currículo, de concebirlo en un marco diferente que permita miradas globalizadoras sobre cuestiones esenciales y una progresiva autonomía en los aprendizajes.

Si las autoridades educativas se desentienden, habremos de tomar aún con más firmeza las riendas del currículo quienes estamos a pie de aula y elaborar programaciones y materiales que permitan su desarrollo en cualquiera de los escenarios posibles -presencial o a distancia- y que además sean realistas con las condiciones de docentes y estudiantes y coherentes con las necesidades formativas de chicas y chicos. No podemos presuponer que harán por su cuenta lo que otros cursos era objeto de un cuidadoso acompañamiento educativo en las aulas. No podemos pretender que descanse sobre las familias la responsabilidad que compete a la institución escolar. Y tampoco podemos morir en el intento. Las condiciones laborales con que afrontamos los últimos meses del pasado curso son insostenibles en el tiempo.

¿Entonces, qué? Los cambios curriculares no van a llegarnos desde arriba. Habremos de construirlos desde abajo, en un difícil equilibrio entre responsabilidad y audacia. Es posible dar una nueva orientación a nuestras programaciones de aula, aun dentro de los márgenes que la ley establece. Y, cuando haya que reventar sus costuras, hagámoslo abiertamente. Justifiquémoslo por escrito y presentémoslo a la inspección. No podemos seguir programando como si nada hubiera ocurrido. Y eso, hasta nuestras autoridades educativas lo saben. Este año, más que nunca, nuestro alumnado es lo primero. Escuchémoslo.

Como tantos otros colegas, he dedicado buena parte del verano a preparar este curso tan lleno de incertidumbres. Aquí dejo, como contribución a esa gran conversación que nos debemos, un avance de programación y de materiales de aula para 4º ESO desde el área que me ocupa, la de Lengua y Literatura: Aprender a comunicar(nos).

Mi propósito ha sido pergeñar un itinerario -tiempo habrá de modificarlo y completarlo- coherente con los objetivos que la ley nos indica: la mejora de las habilidades comunicativas del alumnado y el desarrollo de los denominados ejes transversales del currículo (educación intercultural, ecológica, coeducación, educación en Derechos Humanos). Confío en que a alguien le sean de utilidad.

Mucho ánimo, colegas. Y mucha salud.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/09/08/el-curriculo-es-nuestro/

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Marruecos decide que el próximo curso escolar se realice a distancia

África/Marruecos/27 Agosto 2020/elpais.com

Resumimos en este hilo, desde el inicio de la crisis, las últimas noticias sobre el impacto sanitario y socioeconómico de la pandemia

En la tarde de este domingo 23 de agosto, África registra ya 1,2 millones de casos positivos de coronavirus después de haber sumado casi cinco mil en las últimas horas. Los muertos llegan a 27.719. El mayor número de enfermos se registra en Sudáfrica, con 607.045 positivos y 13.000 fallecidos. Marruecos, con más de 52.000 personas infectadas y 888 que han perdido la vida, se ha convertido en noticia del día cuando su Gobierno ha anunciado que el próximo curso escolar 2020-2021, que comienza el 7 de septiembre, se va a realizar a distancia en todos los niveles de los sectores públicos y privados.

Docenas de médicos en al menos dos de los 47 condados de Kenia se ha declarado en huelga por el retraso de los salarios, la falta de EPIs y de seguro médico. Kenia tiene 30.636 casos confirmados y 487 muertos. Los médicos que contrajeron la covid-19 se han visto obligados a pagar de su bolsillo por su propio tratamiento, afirma Allan Ochanji, vicepresidente del Sindicato de Médicos de Kenia. «Tenemos colegas que han tenido que pagar las facturas, a pesar de que contrajeron la covid mientras estaban de servicio». Los médicos de Nairobi, la capital, también advirtieron el viernes que se declararían en huelga dentro de una semana si no se cumplían sus demandas. Nairobi tiene el mayor número de casos de coronavirus.

Pese a ser el país con más casos, el ritmo de incidencia se ha ralentizado en Sudáfrica, por lo que se ha levantado la prohibición relacionada con la covid-19 sobre la venta de alcohol y productos de tabaco. La prohibición, que ha sido controvertida y que ningún otro país introdujo de manera conjunta, entró en vigor cuando Sudáfrica entró en un estricto cierre nacional el 27 de marzo de 2020 para detener la propagación del coronavirus. A la par, Sudáfrica ha puesto en marcha un nuevo ensayo para testar en el país una potencial vacuna contra la covid-19, en este caso un tratamiento del laboratorio estadounidense Novavax que se probará en paralelo al experimento de la vacuna de la Universidad de Oxford, iniciado en junio pasado.

Quitado el viernes:

En Túnez, las infecciones por covid-19 casi se han duplicado desde que el pasado 27 de junio reabriera sus fronteras marítimas y terrestres, han advertido las autoridades sanitarias. Según las mismas, en el último mes y medio se han detectado 983 nuevos casos positivos, 424 de ellos importados del exterior y 559 locales. Además, se han producido seis nuevos decesos, lo que eleva a 56 el número de fallecimientos en el país desde que comenzara a registrarse la enfermedad de forma oficial. A la preocupación de las autoridades locales por el ascenso de los contagios se suman las críticas de numerosos médicos y enfermeros locales que denuncian que la mayor parte de los casos no se contabilizan o se tratan como una simple gripe. “Especialmente en los hospitales y clínicas de las provincias del sur, que tienen menos medios y recursos” y que ofrecen un número de contagios extrañamente bajo, explicó a EFE un galeno en la ciudad costera de Monastir.

Ghana, un país en el Golfo de Guinea con unos 28 millones de habitantes, no es ajena a la caótica situación que ha provocado el coronavirus. La pandemia ha dejado ya más de 43.000 casos positivos y casi 300 muertes, aunque ambas cifras caducan con una periodicidad diaria. Pero no todo el mundo la sufre con la misma aspereza. Las personas ciegas han visto incrementadas las dificultades en una nación en la que hablar de problemas y barreras es casi una constante para cualquiera.

El número medio de infecciones diarias de covid-19 en África disminuyó la semana pasada, una señal «positiva», anunció el jueves el director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de la Unión Africana. La media en África la semana pasada era de 10.300 nuevos casos por día, frente a los 11.000 la semana anterior, indicó John Nkengasong, en una rueda de prensa en Adís Abeba.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/08/17/planeta_futuro/1597644244_000340.html

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La UNESCO prevé que 24 millones de alumnos en todo el mundo abandonen los estudios por la crisis sanitaria

Estima una reducción de las matrículas en educación superior de hasta el 3,5%, porcentaje que representa 7,9 millones de alumnos.

La UNESCO advierte de que 24 millones de estudiantes en todo el mundo, desde el nivel de preescolar hasta el ciclo superior, podrían no volver a la escuela en 2020 como consecuencia de los cierres provocados por el COVID-19, según el informe ‘Education in the time of COVID-19 and beyond’, que ha sido presentado este martes.

El documento se presenta en el marco de #SalvarNuestroFuturo, campaña plural coordinada por 10 organizaciones, entre otras la UNESCO, que se ha propuesto sensibilizar acerca de la situación de emergencia que atraviesa la educación en el mundo e instar a que se aumenten las inversiones en el sector, para construir mejores sistemas educativos, más inclusivos y resilientes, de cara al futuro.

Según el informe, la mayoría de los alumnos en situación de riesgo, unos 5,9 millones, se encuentra en Asia Meridional y Occidental, mientras que otros 5,3 millones de estudiantes corren el mismo peligro en el África Subsahariana. Ambas regiones ya se enfrentaban a graves problemas educativos antes de la pandemia, por lo que la UNESCO considera probable que su situación empeore considerablemente.

La educación superior podría experimentar los mayores índices de abandono, así como una reducción de matrículas de hasta el 3,5%, lo que redundaría en una pérdida de 7,9 millones de alumnos. El segundo nivel más afectado sería la enseñanza preescolar, en la que se ha previsto una pérdida de matrículas del 2,8%, es decir, unos 5 millones menos de niños escolarizados.

Y según las mismas proyecciones, el nivel de primaria podría perder el 0,27% del alumnado y el de secundaria el 1,48%, lo que equivaldría a 5,2 millones de niñas y 5,7 millones de niños que dejarían los estudios en ambos niveles.

Las estadísticas compiladas por la UNESCO muestran que casi 1.600 millones de alumnos de más de 190 países –el 94% de la población estudiantil del mundo– se vieron afectados por el cierre de las instituciones educativas en el momento más álgido de la crisis, una cifra que hoy se ha reducido a 1.000 millones. Alrededor de 100 países todavía no han anunciado en qué fecha volverán a abrir sus escuelas.

«Estas conclusiones ponen de relieve la urgente necesidad de velar por la continuidad del aprendizaje para todos, especialmente de los más vulnerables, ante esta crisis sin precedentes», declara la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay.

148.000 millones de dólares de déficit

En el informe se pide a las autoridades nacionales y la comunidad internacional que aúnen esfuerzos para situar a la educación en la vanguardia de los planes de recuperación y proteger las inversiones en el sector educativo.

Precisamente, según los cálculos de la UNESCO, la pandemia ampliará en un tercio el déficit en la financiación necesaria para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en Educación, acordados por la comunidad internacional para 2030, en los países de ingresos bajos y medios-bajos, una brecha que en la actualidad alcanza ya la «impresionante» cifra de 148.000 millones de dólares estadounidenses.

Para esto, la UNESCO convocará, antes de que termine el año en curso, una sesión especial de la Coalición Mundial para la Educación.

El informe también pone de manifiesto que el cierre de escuelas no solo afecta a la educación, sino que también impide el suministro de servicios esenciales para los niños y las comunidades, entre otros el acceso a una alimentación equilibrada, y limita la capacidad de los padres para acudir al trabajo. Asimismo, las medidas de clausura incrementan el riesgo de que las niñas y mujeres puedan padecer violencia doméstica.

«La tarea de evitar que esta crisis del aprendizaje se transforme en una catástrofe generacional debería ser una prioridad para los dirigentes del mundo y para todos los interesados del sector educativo», señala el informe, al insistir en la función de la educación como motor del progreso económico, el desarrollo sostenible y la paz duradera.

«Nos enfrentamos a una catástrofe generacional»

Durante la presentación del documento, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido de que la pandemia ha causado el trastorno más grave registrado en los sistemas educativos en toda la historia y amenaza con provocar un déficit de aprendizaje que podría afectar a más de una generación de estudiantes.

«Ya nos enfrentábamos a una crisis de aprendizaje antes de la pandemia –afirma Guterres–. Ahora nos enfrentamos a una catástrofe generacional que podría despilfarrar un potencial humano incalculable, socavar décadas de progreso y agravar las desigualdades más arraigadas».

Propuestas para atenuar los efectos de la pandemia

El informe contiene, asimismo, recomendaciones orientadas a atenuar los efectos de la pandemia en cuatro ámbitos. El primero de ellos es eliminar la propagación del virus y formular planes integrales para la reapertura de los centros escolares, que abarca las medidas sanitarias y de seguridad, la atención a las necesidades de los niños marginados, el planeamiento conjunto y la celebración de consultas con docentes, padres y comunidades.

El segundo punto es proteger la financiación de la educación y colaborar para atenuar las repercusiones negativas, seguido de incrementar la resiliencia de los sistemas educativos con miras al desarrollo justo y sostenible, prestando atención a la equidad y la inclusión, con medidas orientadas a abordar las necesidades de los estudiantes más vulnerables y marginados, y a garantizar que las presiones económicas y las costumbres relativas al género no impidan que las niñas vuelvan a la escuela.

Por último, la UNESCO insta a replantear la educación y dinamizar el cambio positivo en materia de enseñanza y aprendizaje, en el que las soluciones deben abordar las pérdidas en materia de aprendizaje, evitar el abandono escolar, en particular de los más marginados, y velar por el bienestar social y emocional de alumnos, profesores y demás personal docente.

Entre otras prioridades figuran la mejora del apoyo que se presta a la profesión docente, la supresión de las barreras que estorban la conectividad, la inversión en tecnologías digitales y la flexibilización de los itinerarios de aprendizaje.

Fuente: https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/10707057/08/20/La-UNESCO-preve-que-24-millones-de-alumnos-en-todo-el-mundo-abandonen-los-estudios-por-la-crisis-sanitaria.html

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