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Genios y prodigios matemáticos

Por: Ignacio Mantilla

Hace 205 años, el 25 de octubre de 1811, nació Evariste Galois, el famoso matemático francés que hizo grandes y fundamentales aportes a la matemática.

Sus trabajos fueron trascendentales para el desarrollo del álgebra, más específicamente para las áreas conocidas como Teoría de Grupos y Teoría de Cuerpos. A partir de Galois el Álgebra deja de ser un área dedicada a encontrar solución a ciertas ecuaciones para convertirse en el área encargada del estudio de nuevas estructuras algebraicas.

La fama de Galois se deriva también del hecho de haber obtenido sus extraordinarios logros matemáticos a muy temprana edad. En efecto, siendo un escolar se despierta en él un gran interés por encontrar la solución de las ecuaciones polinómicas y por el problema de hallar una fórmula general para la resolución de estas ecuaciones de quinto o mayor grado por medio de radicales (problema imposible de resolver, como lo demostró el matemático noruego N. H. Abel hacia 1824). Es este interés investigativo el origen de toda su obra.

Como estudiante, Galois mostraba poco gusto por el aprendizaje de la matemática con los métodos clásicos de interminables y rígidos ejercicios en latín y griego, basados en trivialidades. Sus profesores lo describían como un niño raro y disperso. Intentó entonces ingresar a la prestigiosa Êcole Polytechnique de París y reprobó el examen; pero tuvo una gran fortuna, quizá la única: conocer un buen profesor, Louis Paul Richard (1795-1849), quien se interesó en el muchacho y supo apreciar su sobresaliente talento y genialidad. Prácticamente a la edad de 17 años, Galois ya había dado los pasos básicos para llegar a sus más importantes planteamientos matemáticos.

Quiso abandonar su trabajo académico y dedicarse de lleno a la causa de la revolución. Por  fortuna el sorprendente trabajo del joven investigador llegó a manos de Augustin Louis Cauchy, el matemático más importante e influyente de Francia en aquella época.

Hasta hoy son hechos y causas confusas, los que condujeron al joven Galois a batirse en un duelo; muere el 30 de mayo de 1832, un día después del desafortunado duelo, a la edad de 20 años, como consecuencia de la herida en el estómago causada por un arma de fuego.

Es una curiosa coincidencia que dos jóvenes y geniales matemáticos, Abel y Galois, dedicados ambos, entre 1820 y 1830 en forma independiente, a resolver el mismo problema, hayan muerto a tan temprana edad (Abel, murió a causa de la tuberculosis, a los 26 años).

No creo que la edad tenga que ver de manera fundamental en la capacidad matemática de las personas, pero sí es característico en los genios, que las grandes ideas surjan a temprana edad. Es conocido también, por ejemplo, el caso de otro gran matemático, Karl Friedrich Gauss, quien a los 18 años hizo trascendentales aportes matemáticos y fue considerado un «niño prodigio» para las matemáticas.

Hay una anécdota muy famosa según la cual, cuando Gauss tenía 9 años y asistía a la escuela en su ciudad natal de Brunswick (Alemania), su profesor, de apellido Büttner, quiso entretener a los niños el tiempo suficiente para poder escaparse a realizar una diligencia, así que les dejó la tarea de calcular la suma de los números de 1 a 100; es decir, 1+2+3+…+100.  Antes de que el maestro pudiera salir siquiera del salón, el pequeño Gauss le dio la respuesta correcta. El niño había escrito debajo de la expresión, la suma una vez más, pero en el orden contrario: 100+99+…+1, de tal manera que al sumar término a término tenía 100 sumandos iguales (1+100)+(2+99)+…+(100+1). Por lo tanto, el resultado era simple: 100 veces 101. Como lo anterior corresponde a sumar dos veces la expresión inicial, la respuesta debe ser la mitad: (100)(101)/2. Había descubierto por su propia cuenta que la suma de los n números 1,2,…n es n(n+1)/2.

Existen hoy en día dos grandes premios reconocidos mundialmente, para estimular el talento matemático. Por un lado, está el Premio Abel de Matemáticas, también llamado el Nobel de las Matemáticas, es un galardón concedido anualmente por el Rey de Noruega a un matemático destacado. El gobierno noruego creó el Premio en 2002, precisamente en el bicentenario del nacimiento del matemático noruego, Niels Henrik Abel. La Academia Noruega de Ciencias y Letras proclama cada año al merecedor del premio Abel, tras una selección hecha por un comité de cinco matemáticos de varios países. La recompensa económica para el premiado es de unos 700 000 euros. El premio pretende dar difusión y publicidad a las matemáticas y aumentar su prestigio y atracción, especialmente entre los jóvenes. Importantes matemáticos, como John Nash o Andrew Wiles fueron galardonados recientemente.

Por otro lado, tenemos la Medalla Fields, el más prestigioso galardón de las matemáticas. Se trata de una distinción que concede la Unión Matemática Internacional cada cuatro años. Estas medallas se entregan a uno o más matemáticos. Su nombre le fue dado en honor del matemático canadiense John Charles Fields y solo se le concede a matemáticos con edades no superiores a los 40 años. Este requisito es naturalmente un estimulante incentivo para los jóvenes que se dedican a las matemáticas. Pero lo anterior no debe desalentar a los mayores de 40 para hacer nuevos aportes a esta fascinante ciencia exacta o para buscar novedosas e insospechadas aplicaciones.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/genios-y-prodigios-matematicos

Imagen: http://iqmatematicas.com/

 

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República y proyecto de Nación: pasado y futuro

Por: Marco A. Gandasegui Hijo

Hay una pregunta de fondo: ¿Contribuyó la creación de la República —el 3 de Noviembre de 1903— al proyecto de nación de los panameños? La respuesta a la pregunta no la podemos encontrar en el estudio de los personajes o solo en los textos existentes sobre los acontecimientos de aquella fecha. Es necesario someter a un exhaustivo examen la historia centenaria de la República para determinar si hemos avanzado en la consolidación de nuestro proyecto de nación o si, por el contrario, nos hemos estancado o si hemos retrocedido.

En el caso de Panamá, el 3 de Noviembre de 1903 existía un grupo de panameños decidido a hacer realidad un proyecto de país que le permitiera a esa elite tomar plena posesión de la ruta de tránsito y disfrutar de su enorme potencial económico. Hemos usado el término ‘proyecto de país’ y no proyecto de nación, ya que no está muy claro si estas eran las intenciones de los próceres. Ricaurte Soler calificaría a este grupo social separatista como ‘clase antinacional’.

El proyecto de emporio comercial de los conspiradores del 3 de Noviembre fracasó. EE.UU. tomó posesión de la posición geográfica y de la ruta de tránsito. Pero los ‘próceres’ dejaron las bases para construir la República. Otros grupos sociales iniciaron la lucha por la recuperación de la ‘soberanía’ perdida y por el ‘proyecto de nación’. Así lo entendió Diógenes de la Rosa, quien le planteó al país la necesidad de dejar atrás las pequeñeces del debate en torno al 3 de Noviembre y que comenzáramos todos a construir la nación panameña. Con más pesimismo, también lo planteó Roque Javier Laurenza.

En más de cien años de República hay que preguntarse nuevamente, como lo hicieron De la Rosa y Laurenza: ¿tenemos la capacidad para dirigir a un pueblo dispuesto a caminar hacia la consolidación de un proyecto de nación? La respuesta es afirmativa. Por un lado, persisten las dudas sobre las circunstancias que marcaron el nacimiento de la República el 3 de Noviembre de 1903. Por el otro, hay que decir con claridad y fuerza que en los cien años de República se han despejado las dudas sobre la existencia de un pueblo panameño que impulsa un proyecto de nación en permanente proceso de construcción.

Hay que mencionar tres hitos en la lucha por constituir el proyecto de nación de los panameños. En primer lugar, el rescate de la República producida por los liberales populares encabezados por Belisario Porras. La alianza entre el arrabal de Santa Ana y los pequeños agricultores de Azuero le dio vida nacional al país y recompusieron los pedazos dejados por el fracaso de los conspiradores de 1903. En segundo lugar, la reincorporación a la nación por parte de la llamada pequeña burguesía de Acción Comunal y el liderazgo posterior de su caudillo Arnulfo Arias.

Tercero, el populismo de Omar Torrijos que creó un amplio abanico social que incluyó a la clase obrera, las organizaciones campesinas y los empresarios nacionales. Las luchas estudiantiles y la gesta del 9 de Enero sirvieron de antecedente e inspiración para que la alianza populista recuperara la soberanía perdida.

La alianza de estas cuatros clases sociales —empresarios nacionales, capas medias, obreros y campesinos— le permitió a la nación negociar el fin de la colonia norteamericana en territorio panameño, la evacuación de las bases militares y la transferencia del Canal.

No existe, en la actualidad, claridad sobre qué grupo social debe encabezar el país. La alianza entre las cuatro clases sociales que logró negociar con éxito los Tratados Torrijos-Carter parece haberse desvanecido. Los campesinos y obreros, que identificaron su proyecto de nación, se encuentran a la defensiva. Los empresarios han perdido el ímpetu y, a la vez, el discurso nacionalista que los caracterizó durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX. Regresaron al poder, a fines del siglo XX, los conspiradores del 3 de Noviembre de 1903, sin proyecto de nación, protegidos por las bayonetas norteamericanas.

Este grupo, formado por conspiradores y especuladores, toma decisiones sobre el país, sin proyecto de nación. Sus flancos están abiertos a los ataques tanto externos como internos. En este 3 de Noviembre corresponde a los panameños reflexionar no solo sobre el pasado de la República, sino también sobre el futuro de la Nación.

Fuente: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/republica-proyecto-nacion-pasado-futuro/23969060

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España: El ministro de Educación, Cultura y Deporte visita la exposición de documentos cervantinos en el Archivo General de Simancas

Europa/España/Octubre de 2016/Fuente: MECD

Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deporte ha visitado esta mañana la exposición ‘Este que veis aquí…..Cervantes en Simancas y en los Archivos Estatales’ que acoge el Archivo General de Simancas en Valladolid. Esta muestra forma parte de las actividades programadas por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para celebrar el IV Centenario de la muerte de Cervantes.

Tras visitar la exposición, el Ministro ha declarado a los medios de comunicación que “la exposición es magnífica. Está hecha con simpatía e ironía y retrata la vida de una persona que representa muy bien lo que es el español, con sus luces y sus sombras, pero siempre con la voluntad de salir adelante”.

Méndez de Vigo ha señalado que “este año en España han habido muchísimos eventos y acontecimientos para recordar al autor de ‘Don Quijote de la Mancha’ y otras tantas novelas” y ha indicado que los actos del 400 aniversario de la muerte del escritor “han servido para introducirnos las ganas para volver a leer o empezar a leer a Cervantes”.

Por este y otros motivos, “es bueno que los españoles honremos a aquellos que nos han hecho disfrutar de la vida, como lo hizo Cervantes, y que nos demos cuenta de que España es un país importante, con grandísimos autores”, ha dicho el Ministro.

El titular de la cartera gubernamental de cultura ha sido acompañado en la visita por la delegada del Gobierno en Castilla y León, Mª José Salgueiro; el alcalde de Simancas, Alberto Plaza; el comisario de la exposición y experto cervantista, Alfredo Alvar; el subdirector general de Archivos, Severiano Hernández y el subdirector del Archivo General de Simancas, José María Burrieza.

70 piezas documentales manuscritas con 10 testimonios autógrafos
La exposición está compuesta por 70 piezas documentales manuscritas que incluyen 10 emocionantes y conmovedores testimonios autógrafos del escritor, así como 15 magníficas representaciones originales, casi todas coetáneas, de los espacios recorridos por Cervantes y de los imaginados y soñados en territorios de las Indias a las que el autor quiso ir. Todo este material pertenece a los distintos Archivos Estatales y nunca había sido presentado al público en su totalidad anteriormente.

Audiovisuales y guías descargables de la página web del Ministerio (www.mecd.gob.es) complementan la exposición para hacer más fácil y participativa la visita del público.

La muestra estará abierta al público en el Archivo General de Simancas hasta el mes de marzo de 2017.

Fuente: http://www.mecd.gob.es/prensa-mecd/actualidad/2016/10/20161026-salamanca-cervantes.html

Imagen de archivo

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Espacios públicos, ¿cotos privados?

Por: Pedro de la Hoz

Toda ciudad cuenta con espacios públicos: plazas, parques, arterias viales, pero también centros culturales, recreativos, de servicios y otros ámbitos en los que está presente el intercambio social. En unos, más que en otros, pero en todos sin excepción, opera y se manifiesta una dimensión cultural que es a su vez reflejo de conductas cívicas, actitudes éticas y nociones estéticas.

Una sociedad como la nuestra, o con mayor exactitud a la que aspiramos, debe precisar el alcance conceptual de lo que esos espacios representan tanto en el plano simbólico como funcional, y en un orden mucho más puntual, hallar correspondencias entre la manera de gestionarlos y su incidencia en la calidad de vida de las comunidades donde se insertan.

Cuando hablo de gestión no me refiero únicamente a la administración aun cuando en ciertos casos sea deficiente y hasta negligente, sino al uso que se les dé a partir de la comprensión de su necesidad como bien público. A la administración se debe exigir cumplir con lo que toca, pero sin el compromiso y la participación ciudadana nada será posible.

Permítaseme colocar un ejemplo. En el cen­tro de El Vedado se levanta un monumento que honra a Mariana Grajales, la madre de los Maceo. Por años parque y monumento vinieron a menos en cuanto a estado físico, hasta que por interés y voluntad de la Oficina del Historiador de la Ciudad y el órgano de gobierno de la capital se restauró la escultura y rehabilitaron el mobiliario y las áreas verdes del parque.

Pero tales acciones solo se completaron cuando al darle nueva vida a ese espacio, de memoria sagrada para la Patria, se comprometieron con su cuidado a los actores de la comunidad, léase el Consejo Popular, la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, la Federación de Mujeres Cubanas y el preuniversitario Saúl Delgado. Lo que se veía y padecía poco tiempo atrás —retozos sobre la estatua, balonazos que se estrellaban contra esta, pintadas en los pasajes, maltrato a los bancos, escándalos producidos por la ebriedad— se ha reducido a la mínima expresión y cuando sucede se toman las medidas pertinentes.

Mantenimiento, protección y llamadas de atención pesan, pero lo decisivo pasa por in­formar, orientar, educar, compulsar y comprometer: crear conciencia entre los vecinos y es­tudiantes acerca de los valores de ese espacio público.

Hace dos años, Eusebio Leal decía: «Hoy existe una conciencia más amplia en la población del carácter patrimonial de su ciudad, no solamente del centro histórico. La patrimonialidad de La Habana desborda con creces el Centro Histórico, y existe también una gran preocupación por su preservación, para que no aumente, más bien se detenga, la degradación urbana, la descalificación de los espacios públicos».

No hay ningún municipio del país, por pequeño que sea, en el que deje de existir un sitio relacionado con nuestra historia. De lo que se trata es de potenciarlos como parte de la memoria colectiva del presente y el futuro.

Pero también debemos ocuparnos de aquellos espacios de uso cotidiano, donde transcurre una parte importante de nuestras vidas. Qué santiaguero no siente orgullo de la calle En­ramadas, o de la trama cultural de la calle He­redia. A ninguno habrá que decirle cómo comportarse, mantener limpio el ambiente, dar muestras consuetudinarias de civilidad y respeto.

Lo que no puede ocurrir es algo que observé el año pasado en el Parque de la Libertad, de Matanzas, donde la apertura de una zona de conexión inalámbrica (wifi) se traducía en el agrupamiento de decenas de personas sobre los símbolos del lugar, o lo que en fecha más reciente ví en el parque Ignacio Agra­monte, de Camagüey, en el que no hay mo­mento del día y parte de la noche sin la emisión de músicas urbanas de pésima calidad reproducidas por bicitaxistas a todo meter.

En este último caso es deplorable que un esfuerzo tan afanoso como el que llevan a cabo las autoridades locales y la Oficina del Historiador de la Ciudad —entre el 2016 y 2017 se acomete un programa inversionista de notable magnitud para el cuidado, mantenimiento y protección del patrimonio tangible de la villa— se empañe por indisciplinas sociales.

Ni que en una trama cultural que sobresale a escala nacional, como la Calle de los Cines, que alienta un inédito proyecto para la educación de los jóvenes en el universo digital con fines estéticos, se convoque, en el cine Ca­sablanca, a una llamada discofiñe, donde la música dista de ser de la mejor calidad.

Es quizá la utilización de la música en los espacios públicos la asignatura de más baja calificación en el país. Pareciera territorio de nadie, aunque se sabe que se halla a merced del gusto o el mal gusto de los operadores de audio. Suele confundirse animación con estridencia. Vaya usted a la pizzería de la Marina Hemingway un fin de semana para que se aturda con el volumen indiscriminado de los reguetones más pedestres.

No es cuestión de género, aunque cabría en otro momento analizar de dónde viene y de qué va el reguetón. Rock, pop, salsa, o esas indefiniciones que ahora pasan por mú­sicas tropicales, en vivo, en grabaciones o en pantallas, a todo volumen y arbitrariamente programados, agreden oídos y degradan sensibilidades, ya sea en espacios gestionados por el estado o por el emergente sec­tor no estatal.

Al Instituto Cubano de la Música le cabe el encargo de establecer regulaciones y normas válidas para ambos sectores, pero se ha dilatado en demasía su dictado. No se trata de prohibir ni aplicar absurdas o inviables restricciones, sino humanizar el disfrute de la diversidad sonora de nuestro entorno.

Si hemos llegado al consenso, explícito en la actualización de los Lineamientos Eco­nó­micos y Sociales aprobados por el 7mo. Con­greso del Partido y asumidos por los diputados que nos representan en la Asamblea Nacional del Poder Popular, de que estamos en la obligación de promover y reafirmar la adopción de los valores, prácticas y actitudes que deben distinguir a nuestra sociedad, no podemos darnos el lujo de desatender el tema que nos ocupa.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2016-10-18/espacios-publicos-cotos-privados-18-10-2016-23-10-56

Foto de archivo

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Universidad de Lenguas y Culturas:¿Pequeñas Naciones Unidas en China?

Asia/China/23 Octubre 2016/Fuente: prensa-latina/Autor:Damy Vales (corresponsal)

Beijing (PL) La Universidad de Lenguas y Culturas de Beijing (BLCU) suele ser conocida como las »Pequeñas Naciones Unidas» en China debido a la gran cantidad de estudiantes extranjeros que acoge, a quienes brinda un fructífero patrón educacional internacional.

Resulta una experiencia muy enriquecedora entrar a esa ‘pequeña ciudad’ fundada en 1962, y respirar ese aire de sapiencia y a la vez intelectual de los jóvenes de múltiples países que por allí transitan, o de los eruditos profesores nacionales y foráneos que conviven en ese sitio.

El centro, que tiene el objetivo principal de enseñar la lengua y la cultura chinas a los estudiantes extranjeros, forma también a discípulos nacionales en idiomas y otros temas pertinentes de las humanidades y las ciencias sociales.

También, esta institución que por muchos años fue única de su tipo en el gigante asiático, capacita profesores de chino para enseñar ese idioma como lengua extranjera.

Luego del impulso a la masificación de la educación superior a partir de los años 90, hoy existen muchas otras universidades en casi todas las grandes urbes de China con ofertas similares.

De ese modo, la licenciatura y la maestría o postgrado en ‘Enseñanza de chino a extranjeros’, así como doctorados y curso de superación en varios idiomas, ya no sólo se encuentran en BLCU.

Sin embargo, sigue siendo un reconocimiento para esta entidad que a principios de la década de 1950, cuando la enseñanza del chino como lengua extranjera todavía estaba en su etapa inicial, fuera la primera en preparar una generación de profesores de BLCU para que tomara parte activa en esa labor pionera.

En junio de 1962 se estableció el primer plantel de educación superior, orientado especialmente a los alumnos foráneos, la ‘Escuela Superior Preparatoria para Estudiantes Extranjeros’.

Ya en 1964, la academia fue nombrada oficialmente ‘Instituto de Lenguas de Beijing’ y más tarde, en junio de 1996, rebautizada como ‘Universidad de Lenguas y Culturas de Beijing’.

BLCU en más de 50 años, desde su creación, ha educado a unos 130 mil estudiantes de alrededor de 176 países o regiones que conocen la lengua y la cultura chinas muy bien.

Cada año, más de 12 mil alumnos de diversas naciones, razas o lenguas se suman a los cerca de seis mil discípulos chinos en el campus.

Como una universidad con vocación internacional, con 13 departamentos de educación, esta facultad tiene establecidas colaboraciones amistosas con 280 centros de enseñanza superior y entidades de más de 50 países y ha cofundado 16 Institutos Cervantes por el mundo.

Además, BLCU contrata a profesores honorarios e investigadores de reconocimiento internacional, que debido a su vasta experiencia, hacen posible que el centro sea capaz de liderar la investigación lingüística y enseñanza del idioma chino a todos sus alumnos de comunidades cosmopolitas.

Localizada en la capital china, y con un área de 38 hectáreas, esta institución está equipada con todas las instalaciones necesarias para el aprendizaje con aulas climatizadas, laboratorios, áreas deportivas, piscinas, restaurantes para diferentes gustos como el chino, occidental, japonés, coreano, del sudeste asiático y musulmán (halal), y dormitorios.

Estudiar en BLCU ofrece explorar oportunidades sin límites pues además de las habituales clases, da entrada a la participación en eventos deportivos mundiales, competencias televisivas o viajes a otros territorios como parte del proceso de aprendizaje.

Desde una carrera completa hasta cursos de superación de corto, mediano y largo plazos, esta universidad brinda siempre sus mejores servicios con un llamado al mejoramiento de la raza humana y a la coexistencia pacífica entre todas las culturas del mundo.

BIEN POR BLCU, PERO ¿DIFÍCIL O BENEFICIOSO APRENDER CHINO?

El chino original no utiliza letras, sino símbolos o caracteres. Algunos dicen que hasta 10 mil y existe un diccionario que recoge más de 100 mil, no obstante expertos de la actualidad consideran que basta aprender tres o cuatro mil para poder hablar ese idioma, tarea ya bastante complicada.

Resulta válido aclarar que el idioma chino es el término utilizado para referirse a la macrolengua sinotibetana representada bajo un concepto aglutinador a lo que en realidad es una rama de lenguas emparentadas entre sí pero mutuamente ininteligibles, las siníticas, siendo el habla mandarín en su variante pequinesa la forma utilizada como estándar del chino.

Éste se refiere especialmente al ‘idioma de los han’, la mayor etnia china, y es la principal familia lingüística entre las lenguas de Asia.

Sin embargo, a mediados del siglo pasado el gobierno estableció un sistema oficial de escritura con caracteres latinos, llamado Pinyin. Este procedimiento tiene mucho éxito y es fundamental en el aprendizaje del mandarín para los extranjeros, que ya no tienen que aprenderse los logogramas para poder comunicarse en alguno de los dialectos chinos.

A pesar de la dificultad que supone aprender el chino, en las últimas décadas la apertura comercial del gigante asiático y otras reformas han permitido a China crecer a velocidades ciertamente aplaudibles creando una fuerte influencia en el bienestar de los ciudadanos, y en la arena económica y política nacional y del mundo.

Una vez convertida en la segunda potencia mundial económica, se vuelve altamente recomendable aprender esa lengua para avanzar en las inversiones y el comercio con este milenario territorio, el cual aunque muy lejos de tener el idioma que domine el mundo por su dificultad, sí se vuelve necesario para el acercamiento con este pueblo que defiende su ancestral cultura.

Fuente de la noticia: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=35039&SEO=universidad-de-lenguas-y-culturaspequenas-naciones-unidas-en-china

Fuente de la imagen: http://images.visitbeijing.com.cn/20130416/Img214825568.jpg

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Días de octubre

Por: Graziella Pogolotti

Para los antillanos, octubre ha sido un mes particularmente de ciclones. Al­gu­nos de estos huracanes entraron en la leyenda, transmitida de padres a hijos. Los habaneros constituyeron una cultura en torno al fenómeno meteorológico.

Todo empezaba con el claveteo de puertas y ventanas. Según las posibilidades de cada hogar, se acopiaban comestibles, velas y luz brillante. Luego, se em­prendía un recorrido para evaluar las consecuencias del desastre y enhebrar al anecdotario para conversaciones en los lugares frecuentados por el vecindario.

El paso periódico de huracanes parece una advertencia de la naturaleza, maltratada por la humanidad de manera irresponsable. Su gruñido nos recuerda que está ahí y que de ella dependemos. Para los cubanos, este mes tempestuoso tiene una carga histórica fundamental. Un 10 de octubre, Carlos Ma­nuel de Céspedes inició la lucha por la independencia. En el mismo acto, dio la libertad a sus esclavos. Estaba a pun­to de cumplirse un siglo del acontecimiento cuando caía en Bolivia Ernesto Guevara. Ambos sucesos eslabonan un largo proceso histórico. El análisis de cada uno demuestra que lo político y lo social son inseparables. Similar conexión existe entre el destino de cada una de nuestras naciones y el conjunto de la América Latina, sobre todo en época de agigantamiento de la asimetría entre el poder hegemónico y los países que emergen del neocolonialismo. En este batallar colectivo, no es descartable el papel de las personalidades en la conducción de los movimientos de libe­ración.

Ingenio de pequeña dimensión, La Demajagua se convirtió en símbolo re­dentor. Sin embargo, después de tanto batallar, en 1902 nacía una república lastrada por la impronta neocolonial. Los cubanos de entonces sufrieron una amarga decepción. Algunos escépticos se acomodaron a la nueva situación. En la república de generales y doctores, algunos oportunistas se unieron al ca­rro republicano. Otros con grados conquistados en los años de guerra, sacaron provecho de los méritos acumulados. Existieron también los insobornables, punto de partida de un reacomodamiento de fuerzas y del diseño de distintas estrategias para proseguir la lucha en las nuevas condiciones. Las ideas orientaron acciones que definieron los programas forjados en el enfrentamiento a Machado y Batista.

A pesar del abandono gubernamental, de la carencia de una legislación que protegiera los bienes de la nación y la venta incontrolada de documentos por quienes afrontaban necesidades pe­cuniarias, con el siglo XX comenzaron a fundarse instituciones de carácter pa­trimonial. Los lo­cales eran inapropiados, pero de alguna manera se preservaron bienes en el ám­bito de la Bi­blioteca Nacional, el Ar­chivo Nacional y el Museo Nacional. Con el triunfo de la Revolución, se produjo un intenso trabajo de rescate sustentado en un esencial cuerpo legislativo. Ha sido in­suficiente, sin embargo, la popularización del entendimiento de la importancia de los bienes documentales. Asis­timos a veces al triste espectáculo que ofrecen libros valiosos tirados junto a contenedores de basura. Así mismo, la ignorancia ha conducido a la desaparición de testimonios del proceso político, económico, social y cultural de la nación.

Entender la historia exige engarzar los grandes acontecimientos con el vivir cotidiano de los grupos sociales en los distintos territorios. Por ese motivo interesan los registros notariales de matrimonio y transmisión de herencias, el movimiento de pasajeros por los distintos puertos, los anuncios publicados en la prensa, los manuales utilizados en la enseñanza a través del tiempo, los programas de manos de espectáculos. En la América Latina toda, importa saber qué libros circularon legal e ilegalmente, factor clave para saber de qué manera en el intercambio entre el acá y el allá, entre el subcontinente sojuzgado y las metrópolis dominantes, se fue consolidando un pensamiento propio, ma­triz del independentismo y la emancipación. Rodríguez Morey se atrincheró en el conglomerado heterogéneo que constituye el antecedente y origen de nuestro Museo Nacional. Por el archivo y la biblioteca pasaron intelectuales cu­banos con conciencia patriótica. La re­ciente publicación de la Órbita de José Antonio Ramos, a cargo de la investigadora Cira Romero, rin­de homenaje a un singular testimoniante de la república neocolonial que sufrió amarga decepción ante el espectáculo de la república corrupta y dependiente. Lúcido buscador de verdad, escribió ensayos, novelas, obras de teatro. Aferrado siempre a sus reservas morales, sus ideas atravesaron un lento y orgánico proceso de radicalización.

Instalada en el Castillo de la Fuerza, la Biblioteca Nacional se convirtió en el último refugio de una vo­luntad de servicio a la patria. Pocos lectores concurrían al vetusto local. Pe­ro allí se conservaron bienes que revelaron to­da su riqueza después del triunfo de la Revolución. Libros, periódicos, manuscritos, grabados, mapas habían tenido albergue, protección y resguardo en es­pera del momento en que hornadas de investigadores y estudiantes in­vadieron las salas del edificio erigido en la Plaza de la Revolución.

El patrimonio documental de la na­ción desborda las fronteras capitalinas. Las bibliotecas y archivos provinciales conservan tesoros muchas veces subestimados. La codicia de los mercaderes se ha valido de la penuria económica de algunos para extraer del país valiosos documentos. Quienes así actúan, saben lo que están haciendo en términos mercantiles y en detrimento de va­lores fundamentales de la nación. Aun­que permanezcan aparentemente dormidos durante años, algún día, alguien tropezará con ellos. Le ofrecerán la llave para penetrar en un territorio ignorado, pródigo en respuestas y abierto a nuevas interrogantes.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2016-10-10/dias-de-octubre-10-10-2016-00-10-56

Imagen: http://noticias.eltiempo.es/2015/09/30/octubre-de-2015-que-nos-espera/

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¿Qué sentido tiene la bandera de una nación?

Por: Eusebio Leal Spengler

Con profunda pena hemos venido observando que la enseña nacional, la gloriosa bandera de la estrella solitaria que no ha sido jamás mercenaria, está a la venta entre otros productos de la artesanía como si se tratara de una de ellas o de un objeto común.

Ante esto debemos meditar: ¿Qué sentido tiene la bandera de una nación? Asociada al Himno, a los actos cívicos, a la representación de todo un pueblo en conmemoraciones, festividades patrias o a media asta en ceremonias de duelo; protagonista cuando nuestros deportistas alcanzan la gloria olímpica y observan en silencio cómo asciende a lo alto del mástil; cuando se encuentran los jefes de Estado o cuando ondea simbolizando a la patria al lado de otros pabellones. ¡Cuánta sangre y sacrificios, cuántos murieron abrazados a ella, cuántos la soñaron en tierra extraña!

Fue creada en los Estados Unidos por el exgeneral al servicio de España Narciso López, nacido en Venezuela, cuya estrábica carrera política no puede opacar el mérito de haberla imaginado en compañía de Miguel Teurbe Tolón y de su esposa y prima hermana Emilia, quien fue la primera en bordarla, y de su secretario, el novelista cubano Cirilo Villaverde, autor de Ce­cilia Valdés y testigo presencial de los hechos.

Se dice que en 1849 —año previo a la confección de la bandera—, en un día estival, en el cielo de un atardecer de Nueva York, López  vio los colores de la enseña nacional, así como aquel triángulo equilátero, símbolo de la fraternidad masónica. Esos elementos encarnaban los pensamientos más puros de la revolución que recorría el mundo: libertad, igualdad y fraternidad; cinco franjas, y en el centro del triángulo, como un rayo de luz en el cielo que se abría, la estrella marcaba el porvenir de Cuba. Triángulo que debía ser rojo y no azul, aunque desafiara las leyes de la heráldica.

Ostentaba los colores republicanos de Norteamérica inspirados en los de la Revolución Francesa de 1789; colores que hoy son también los de otras naciones del mundo. Al unísono con la enseña de los cubanos surgiría la de Puerto Rico, cuyas aspiraciones independentistas quedaron frustradas hasta hoy.

Enarbolada en años difíciles, cuando aún las supremas aspiraciones de las vanguardias políticas del pueblo cubano no habían alcanzado su plenitud y no pocos se inclinaban porque la estrella solitaria fuese una más en la constelación americana, resultaría necesario recorrer un árido sendero y derramar la sangre de los precursores que se anticiparon al acto magnífico del 10 de octubre de 1868 en La Demajagua o a la solemne celebración de la Asamblea Constituyente de Guáimaro en abril de 1869.

También surgió de esos anhelos libertarios el escudo sostenido en la unión de bastos donde reposa el gorro frigio con idéntica estrella solitaria. No era otro que el tocado que llevaban los cargadores en los barrios periféricos de París y Marsella, la palma real y la isla de Cuba representada entre los peñones del cabo de San Antonio y la península de Yucatán y la llave como símbolo de la libertad prometida y tras ella el sol naciente. A su alrededor hojas de laurel y acanto en ramas símbolos de la gloria combativa y del mérito alcanzado en el campo de batalla.

¡Cuántos cadalsos, cuántas lágrimas, cuántos exilios, cuánta tristeza! para que ahora la estampen en un delantal para la cocina, en una ridícula camiseta y en otras incalificables y vulgares formas.

En nombre de todo ello hago un patriótico y ardoroso llamamiento a nuestros conciudadanos y al menos aquí en el Centro Histórico de La Habana, Patrimonio Mundial, se apeguen las costumbres públicas a las leyes vigentes y no se pisotee ni se ponga precio.

Recordad las emotivas palabras del insigne poeta que al regresar a la patria evoca el valor de la bandera cuando aún podían verse a la entrada del puerto las canteras y la vieja cárcel y el pedazo de pared donde fueron ejecutados los estudiantes de 1871:

“Si deshecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día…

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!”

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2016-09-08/que-sentido-tiene-la-bandera-de-una-nacion-08-09-2016-21-09-41

Imagen: http://poderciudadanoradio.com/2015/07/bandera-de-cuba-se-iza-este-lunes-en-u-s-a/

 

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