La sociedad se acomoda en la indiferencia, como en un confortable sillón.
Regresando al sabio consejo de las páginas del diccionario, podemos establecer con cierta certeza que “la ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. Que su concepto proviene del término griego ethikos, que significa “carácter”. Que una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido.” Es decir, se trata de una cualidad supuestamente intrínseca del ser humano como parte de una sociedad dentro de la cual tiene responsabilidades y compromisos.
Por ello resulta incomprensible y decepcionante la realidad del entorno social y cultural en países del tercer mundo como los nuestros, en donde predomina el egoísmo, la pérdida de sensibilidad humana y la indiferencia con tal de eximirse de participar en acciones capaces de restablecer el orden, proteger los valores, luchar contra la injusticia y propiciar la construcción de marcos legales sólidos y estables. En América Latina hemos experimentado la violencia política, pero también hemos recuperado libertades a partir de movimientos ciudadanos que han sido capaces de revertir el curso de la historia y darnos otra esperanza de progreso y paz.
Esto significa que cuando la sociedad se mantiene alerta y consciente de su papel, es capaz de transformar un sistema de represión y muerte en uno de desarrollo y esperanza. Por esta razón, cuando uno de nuestros países cae en la aceptación del abuso constante de sus entes más poderosos, provoca un terrible desasosiego; una sensación de náusea, un golpe en pleno esternón. Es ahí en donde se manifiesta el desinterés por el destino de un país y de una sociedad de la cual pretendemos desvincularnos emocionalmente para refugiarnos en nuestro pequeño espacio de dudosa seguridad. ¿Cómo no dudar de si este conglomerado humano tiene un corazón que late bajo esa coraza de indiferencia?
Las noticias aparecen, se repiten durante algunos días abundando en detalles nuevos, y luego nada. Simplemente hay otra, tan impactante como la anterior, minuciosamente descrita con ese lenguaje profesional que practicamos a diario los periodistas elevándolo a las alturas de la perfecta esterilización emocional. Todo pasa y el olvido se instala pronto. ¿Acaso tenemos la culpa de haber anestesiado la conciencia colectiva? Ha de ser así: una cuestión de clase, color o tono de voz, un rasgo del carácter o un gen oculto en un minúsculo infinitesimal cromosoma, porque de otro modo sería simple maldad.
¿Es que esta comunidad humana sabe lo cara que resulta la indiferencia? ¿Sabrán las niñas raptadas por una red de trata que había vecinos conscientes de su situación pero no intervinieron porque no era asunto suyo? ¿Quizás pensaban que pertenecían a quienes las explotan así como otros creen que los niños abusados les pertenecen a padres que los torturan?
La denuncia no es una cultura socialmente aceptada, es una de las ataduras de la historia, en donde la ética se disuelve. La idea de ser responsable en la construcción de una sociedad justa no termina de calar en mentes ni corazones almidonados de prejuicios. Si no se actúa para rescatar a una víctima de violencia, menos aún para rescatar a un país de la corrupción. Más fácil es hacerlo para reclamar por el estruendo de una fiesta. Menos comprometedor. Mucho menos.
Somos reflejo de nuestros valores, pero también de nuestros prejuicios.
El Coordinador para Chile de Cultura de la UNESCO se refirió al diagnóstico publicado esta semana luego de diez años de trabajo y abordó sus conclusiones, cuando desde la Organización advierten sobre las persistentes inequidades que impiden el desarrollo de la educación artística en el país.
El diagnóstico “Voces de la Educación artística en Chile. Análisis de un proceso participativo” publicado recientemente por el Foro Nacional de Educación Artística, realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile, reflejó una serie de brechas de la educación artística que afecta a la población más vulnerable del país.
Específicamente, en el informe se detallan cuatro brechas que deben subsanarse para potenciar esta especialidad y se refieren, en primer lugar, a la existencia de problemas de acceso desigual a la cultura y a la educación artística; seguido por un sesgo centralista en la toma de decisiones que afectan, principalmente, a las regiones del país; un tercer aspecto aborda las brechas disciplinarias de las artes; y, en cuarto lugar, el hecho de que el sistema educativo en Chile presenta debilidades estructurales para el desarrollo de esta materia artística.
En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, el Coordinador para Chile de Cultura de la UNESCO, Nicolás del Valle, explicó que este Foro se cultiva en el marco de esta colaboración entre la Unesco y el Estado chileno a través de sus Ministerios de Educación y Cultura, luego de un proceso de más de una década destinado a promover la educación artística en el sistema educativo formal, pero también en los ámbitos de educación no formal asociados a los espacios culturales como museos, bibliotecas, archivos, centros culturales, festivales del tipo culturales, entre otros casos.
“Este trabajo de más de diez años coincide con el llamado de la Unesco, a nivel global, para conmemorar la Semana Internacional de la Educación Artística en todos los países. En este contexto, el Estado chileno liderado, en ese entonces, por el Ministerio de Educación y el Consejo Nacional de las Culturas y de las Artes tomó esa convocatoria de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y comenzó a celebrar la Semana de la Educación Artística en mayo de cada año. Y eso termina en que, este año 2022, se cumplen diez años de esa conmemoración”, detalla del Valle.
Nicolás del Valle.
Y señala que otro ámbito que se abordó en el Foro “radica en los severos impactos socioeconómicos de la pandemia del Covid-19 sobre el sector educativo y el sector cultural en específico”. Además, el Coordinador para Cultura agrega que “la Unesco ya ha constatado, primero a nivel global pero también a nivel nacional, que los impactos han sido muy severos. En ese sentido, era necesario revisar y diagnosticar de manera colaborativa con las personas, las comunidades y los agentes interesados cuál era la situación de la educación artística en concreto luego del impacto de esta pandemia”.
Además, Nicolás del Valle menciona que un tercer antecedente para elaborar este informe “es que, justamente, el 2022 pierde la vigencia el documento de Política Nacional de Cultura, que es entre 2017 y 2022. Al mismo tiempo, las políticas sectoriales relacionado con lo audiovisual, libros, fomento al lector, entre otras, también tienen que ser reformuladas para los próximos años”.
En ese sentido, sostiene que estos hechos presentan “una ventana de oportunidad para proveer algunas orientaciones de política pública y toma de decisiones en el marco de esta reformulación de las políticas nacionales, para poder concebir y poner de relieve el rol y el papel que cumple la educación artística”.
Y en cuanto a las brechas disciplinares de las artes, el documento señala que éstas también afectan la educación artística en el país. En ese sentido, profundiza sobre la valoración política y social de las artes, y sostiene que la figura del artista es inferior en Chile, si se compara con otras profesiones u oficios, lo que se refleja en la precariedad, bajos salarios, la informalidad de los contratos laborales, la ocupación intermitente y, como un resumen de lo anterior, la falta de seguridad social y laboral, a pesar de algunos avances en la materia.
En la misma línea, en el informe también se critican los bajos recursos que son destinados al financiamiento de las artes y la cultura en el país, que reflejan una asimetría en el valor de las disciplinas, situación que se agrava con el rol secundario que las artes, actualmente, tienen en el currículo, en la cultura escolar y en el diálogo con las comunidades. En ese sentido, existe un vacío el relación a los métodos de evaluación de la educación artística, y una brecha entre las disciplinas que priorizan, principalmente, las artes musicales y visuales.
Fotografía: “Voces de la Educación artística en Chile. Análisis de un proceso participativo”
En las conclusiones finales, los participantes de la investigación apuntan a que los cambios políticos y sociales que actualmente atraviesa el país son instancias que proporcionan una oportunidad única para el mejoramiento de la institucionalidad cultural y del sistema educativo, que permita el cumplimiento de sus objetivos y el desarrollo sostenible.
Asimismo, destacan que la Convención Constitucional posee las facultades que permiten reconocer a la educación artística como un derecho garantizado por el Estado de Chile, así como el carácter pluricultural de la Nación. Incluso, señalan que el Proceso Constituyente es una oportunidad para la autonomía y para que las regiones de país elaboren, de manera específica e individual, contenidos educativos que se ajusten a sus territorios e identidades locales.
En este contexto, los documentos resultantes del proyecto tienen como objetivo informar la discusión pública, y al ser consultado sobre un eventual rol del Proceso Constituyente que permita revalorizar la educación artística, Nicolás del Valle señala que “evidentemente estos documentos puedan informar la toma de decisiones al interior de la Convención Constitucional. Son insumos para la discusión pública para tomadores de decisión en diferentes ámbitos”, y agregó que esta importancia se rige “no solamente en un Gobierno central ni en los Gobiernos regionales o locales, sino también tomadores de decisiones en un espacio cultural, en un establecimiento educativo o también en la elaboración de normas en la propia Convención Constitucional”.
Incluso, el Coordinador para Chile de Cultura de la Unesco destacó que estos documentos “reconocen a la educación artística como un derecho cultural, como un elemento clave”, y aseguró que éstos no sólo reconocen el derecho a la educación como un derecho social, sino también al conjunto de derechos culturales que se encuentran en estamentos normativos a nivel internacional.
“Esto también es interesante porque, primero, se promueve a la educación artística como un derecho universal y, segundo, también se promueve como un factor necesario para poder realizar el derecho social de la educación”, subraya Nicolás del Valle, y añade que “estos documentos proveen de una visión, de un paradigma educativo en torno a la educación artística, y esta concepción de la educación artística está asociada a un enfoque de derechos. Es una concepción de la educación mucho más integral que actualmente está siendo considerada por los convencionales al interior de la Convención”.
Son muy extensas y diversas las bibliografías especializadas; son incontables las convenciones, asambleas y convenios internacionales; abundan las reuniones nacionales, las leyes y los acuerdos… se ha dicho mucho, muchísimo. Una y mil veces ha quedado de manifiesto la importancia y la trascendencia de garantizar el derecho de los pueblos a una Cultura y Comunicación libres, diversas y soberanas; se ha advertido el peligro de la dependencia y la infiltración en estructuras de la vida social tan sensibles y estratégicas y se ha subrayado la prioridad política acuciante que va expandiéndose geopolíticamente tratándose de la expresión de los pueblos genuina, compleja y multicolor. Y sin embargo crece la monopolización de las herramientas de producción y de las semánticas. Crece el control sobre los canales de distribución y sobre las instituciones educativas. El modelo odioso del “discurso único” ha dado pasos agigantados desde el final de la Segunda Guerra Mundial y lo que debiera haberse consolidado como derecho inalienable, se ha reducido a mercancías. Sálvense todas las excepciones.
Algunos países mantienen posiciones “intermedias” y tratan de avanzar con modelos de cultura y comunicación fragmentados, poco duraderos y generalmente decorativos. Otros países han liberado el terreno para que las industrias mediáticas y culturales hagan de las suyas al antojo del “mercado”. Y, los menos, han comprendido la responsabilidad de garantizar a sus pueblos una producción cultural soberana, coherente con la soberanía económica, tecnológica y política. Algunos ejercicios jurídico-políticos han elaborado leyes y reglamentos de gran valor para asegurar la libertad y genuinidad de la Cultura y la Comunicación como productos de la democracia participativa.
Pero ni con los mejores aportes se ha conseguido fundar una corriente mundial en defensa de la Cultura y la Comunicación emancipadoras y, todo lo contrario, nuestros atrasos en tales materias hoy constituyen una de nuestras más grandes debilidades y derrotas. Estamos entregando “malas cuentas”.
Ha proliferado un número enorme de buenas ideas. La UNESCO hace informes periódicos sobre iniciativas diversas y no son pocos los frentes de militancia que, aún minoritarios, se esfuerzan por impulsar un movimiento de acción directa para luchar contra la manipulación simbólica que se ejerce en los territorios de la Cultura y los latifundios mediáticos. Aquí y allá hablan los expertos, los profesores y los estudiosos. Hay discursos históricos y poemas emocionantes. Hay documentales, series televisivas y podcasts con materiales inéditos y con hallazgos estremecedores. Pero la realidad no se transforma como debiera ni en su semiosis, ni en su extensión, ni en su velocidad.
Tenemos dificultades teóricas y metodológicas. Algunos frentes fijan como meta de coyuntura la “resistencia”. Otros, más golpeados (o colonizados), abogan por la supervivencia individual y se amoldan a los subsidios, las becas, las prebendas o las canonjías. Algunos aguardan, hegelianamente, que el gobierno de los ilustrados derrame sapiencia y eso ennoblezca al pueblo. Otros francamente se entregan a la Cultura y la Comunicación de élite (como Octavio Paz y su palafrenero Vargas Llosa) y descreen en la fuerza de los pueblos como motor, incluso cultural y comunicacional, para su emancipación. No faltan los teóricos muy atentos al mundillo de las parrafadas doctas y muy indiferentes a la realidad cruda de un mundo donde sólo el 20% de los seres humanos posee la riqueza que produce el 80%. Estas “posturas”, cada una o combinadas, constituyen algunas de las “políticas” que priman en el escenario de las condiciones objetivas y subjetivas. Y a eso hay que añadir los tintes de las modas que una vez son adoradoras de las “artesanías” o de las “riquezas culinarias”; otras veces aman con pasión a las tecnologías y frecuentemente se deslumbran con la obra de algún artista o intelectual bien cotizado en los mercados. Y le llaman amor a la Cultura y a la Comunicación. Algunos elegidos cuentan con becas para lustrar sus “políticas culturales” reformistas, tarde o temprano.
De las condiciones reales de existencia de los trabajadores de la Cultura y la Comunicación, poco o nada se interesa el aparato burocrático, ni las iglesias, ni el voluntariado empresarial “culto”. No les interesa si los productores de Cultura y Comunicación ejercen plenamente sus derechos laborales o si cuentan con coberturas jubilatorias, médicas o recreativas. Si tienen apoyo para elevar los niveles semánticos, técnicos o estéticos. Si hay oportunidades y condiciones para sindicalizarse y defender, además de sus intereses laborales, los intereses de la clase trabajadora. En suma ascender al punto en que el productor de Cultura y Comunicación se conciban como clase trabajadora. Todo lo contrario la concentración monopólica en Cultura y Comunicación, como extensión práctica de la ideología de la clase dominante, se esmera puntillosamente en impedir, bloquear, disuadir o destruir toda forma de organización; en todo terreno. Eso también se ha vuelto cultura dominante.
Esto es un campo problemático, estructural y super-estructural, de primera importancia y son abundantes las advertencias sobre los peligros y las consecuencias de seguir manteniendo parque jurásico de monopolios parásitos que nos agobia y que, además de costosísimos, operan con espejismos e ilusionismos anestésicos para que las víctimas, además de financiar las máquinas de guerra ideológica del enemigo, aprenda a aplaudirles sus victorias alienantes. El colmo de los colmos. Hay “fundaciones culturales” que los gobiernos neoliberales entregaron al neoliberalismo bancario, y las usan para todo tipo de desfalcos intelectuales y financieros. Abominable.
Urge un mapa de las fuerzas en lucha por una Cultura y Comunicación emancipadoras. Urge un frente único que nos una en una batalla de trascendencia y complejidad enormes. Nos urge lo mejor de nuestra praxis pero organizada, puesta en rumbo de acción para desmantelar el aparato demencial de colonización capitalista que está atacando desde las raíces de nuestras identidades hasta formatearnos conductas, gustos serviles a la explotación económica, política, cultural y emocional. Nos urgen organización eficaz y eficiente, con instrumentos político-científicos para una Revolución Semiótica. Para la emancipación de la semiosis y la democratización de las herramientas de producción de sentido.
Dr. Fernando Buen Abad Domínguez, Director del Instituto de Cultura y Comunicación y Centro Sean MacBride Universidad Nacional de Lanús. Miembro de la Red en Defensa de la Humanidad. Miembro de la Internacional Progresista. Rector Internacional de la UICOM. Miembro de REDS (Red de Estudios para el Desarrollo Social)
El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud reconoció como pandemia la enfermedad ocasionada por el virus SARS-CoV-2, el terreno cultural salió de la escena tradicional y la industria del arte debió asumir nuevos derroteros.
Los artistas debieron plantearse un cambio radical y de primera mano que garantizara la subsistencia espiritual y económica, diera visibilidad a su trabajo y al mismo tiempo, fuera un acicate para el alma ante la alerta de una crisis mundial contra todo pronóstico.
La propagación del virus exigió cuarentenas, distanciamiento social, amenazas a los sistemas sanitarios y financieros, pérdidas de vidas humanas. Sin embargo, el caos dio paso a la innovación ante el cierre de museos, cines, teatros, la cancelación de festivales, conciertos y la diezmada vida cultural de las naciones.
Desde entonces emergieron alternativas para construir un entorno más incluyente y transversal. El confinamiento devino desafío creativo que llevó a elaborar materiales y proyectos, y profundizar en la recuperación de las artes y su nueva concepción.
Los llamados NFT (Non-Fungible Token) o cripto arte lograron efervescencia durante este tiempo, al igual que las exposiciones inmersivas, uno de los formatos con evidente alza con el cual el arte cobró una perspectiva diferente e interactiva por intermedio de sonidos, luces, imágenes y colores.
También los espectáculos con hologramas cobraron auge y adeptos, pues fue una peculiar forma de que los melómanos pudieran apreciar en la escena a sus cantantes preferidos, algunos muertos, desde la proeza tecnológica de la tercera dimensión.
La música se aferró a las nuevas tecnologías para garantizar su supervivencia. El streaming devino válvula de escape para solventar la depresión del mercado musical y mantener su vigor y solvencia.
También la danza, el teatro y la industria audiovisual se auxiliaron de mecanismos virtuales para llegar hasta los hogares de los espectadores, entretenerles e irradiar en sus pantallas la realidad desde una perspectiva optimista y conciliadora.
RESQUICIOS CULTURALES
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, la Covid-19 generó una crisis de proporciones devastadoras que impacta directamente en las industrias creativas y del patrimonio y, a su vez, exacerba vulnerabilidades y desigualdades del sector.
Si bien las nuevas herramientas de comunicación permitieron emprender iniciativas culturales y artísticas, la pandemia demostró las brechas de los sistemas donde no todos tienen acceso a la conectividad, ni a la divulgada diversidad cultural.
De acuerdo con el crítico cubano Rolando Pérez, en muchos casos, sobre todo en los países del nombrado Primer Mundo, el número de ofertas no aumentó la pluralidad, sino que la manipuló y se apropió comercialmente de ella, mientras hizo disminuir las opciones de las culturas nativas.
Sobre el tema, el expresidente de Colombia Ernesto Samper Pizano, en una reunión del Grupo de Puebla dedicada a valorar las iniciativas de la cultura en pospandemia, afirmó que con esta crisis “nos anticiparon el futuro”.
Pero, ¿cómo debería ser ese futuro? Lo más importante, incluso para la cultura, es la integración de América Latina y la construcción de una ciudadanía sobre el mayor patrimonio: la diversidad, aseguró.
Por su parte el exdirector artístico del teatro Colón, Argentina, Marcelo Lombardero, aseveró que el mayor desafío de la pospandemia en términos culturales para el continente es desprenderse de la mirada neoliberal.
El neoliberalismo tiende a confundir el hecho cultural con un evento, pero el hecho cultural significa la unión de las fuerzas vivas de la sociedad en un trabajo que genera vínculos, alegó el artista e investigador.
Lombardero señaló como esencial la importancia de diferenciar el arte popular con el arte comercial llevando la mirada del multiculturalismo que permite el crecimiento y florecimiento de la cultura.
Por último, convocó a tener en cuenta el rol de las instituciones culturales, para qué, por qué y para quién están; justamente, desde una mirada de reconstrucción del tejido social.
CUBA RESILIENTE
En Cuba, este planteamiento es premisa y bandera. La pandemia potencia la innovación y el espacio virtual ofrece visibilidad a la cultura comunitaria, revela nuevos talentos, proyecta iniciativas novedosas que emergen desde los hogares, la raíz y el calor del barrio y los actores sociales.
Al decir del periodista cubano Ricardo Alonso, la cultura cubana no quedó silenciosa, sino que brilló más que nunca con luz de arte y pensamiento.
No faltó desde la comunidad el escritor, el actor, el cantante, el pintor, el bailarín o el realizador audiovisual, la canción o el poema dedicado a exaltar la voluntad y consagración de científicos y personal de salud.
Tal y como expresara el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, en los difíciles años del llamado Período Especial: La cultura es lo primero que hay que salvar. Y en 2021, salvó. El crítico Pedro de la Hoz coincide con muchos analistas en la función decisiva que desempeñó el movimiento artístico en el año que acaba de concluir.
Igualmente, reconoció que es preciso reponerse ante las limitaciones vigentes, aprendiendo de lo mucho que aún tiene por ofrecer la experiencia de hacer arte y generar cultura (en toda su dimensión conceptual) en tiempos de pandemia.
Bien pudieran servir de sumario las palabras del investigador Emilio Antonio Duarte cuando planteó que la política cultural de la Revolución cubana debe ser diseñada (y en eso trabaja) con base a la ciencia y la tecnología, teniendo en cuenta la relación dialéctica entre tradición cultural e innovación.
En su artículo sobre lecciones para una Cuba pospandemia, Duarte reiteró la necesidad de involucrar para el logro de estos fines a todos los actores sociales que enriquecen la nación independiente, soberana y su identidad cultural.
arb/yrv
(*) Periodista de la Redacción Cultura de Prensa Latina
Thioune reside desde hace 20 años en Canarias. En su reciente libro «Yakar» repasa los problemas para viajar desde su país, el peso de la colonización y la importancia de que se conozca la riqueza de su continente africano.
«Mi tierra es más que malas noticias», defiende Khaly Thioune (Senegal, 1976), un artista que reside en Gran Canaria desde hace 20 años y que no pierde la esperanza de que algún día Senegal y el África «sea vista por los africanos, americanos y europeos como lo que es: un continente lleno de cultura, historias y saberes». Salió de Bambey, su pueblo natal, cuando terminó el colegio y se trasladó a Dakar para estudiar con mucho esfuerzo y sacrificios económicos en la Escuela Nacional de Arte, una aventura en la que también le acompañó su hermano Aly. Ambos siempre tuvieron claro que querían vivir del arte, que entiende como vehículo de transmisión de cultura y de educación. «La música sirve para trabajar la interculturalidad, enseñar mejor África a los europeos y enseñar mejor Europa a los africanos para que podamos vivir en un ambiente de solidaridad, paz y enriquecimiento», explica. En la actualidad existen aún muchos prejuicios que combatir y por ello insiste en que su continente tiene mucho que enseñar.
Khaly Thioune llegó a Canarias pasando primero por París, pero su experiencia no fue fácil. Cuando él y su hermano Aly estaban finalizando sus estudios en la Escuela Nacional de Arte les surgió la oportunidad de seguir estudiando en la capital de Francia. Tenían la preinscripción aceptada pero obtener el visado no es sencillo porque a los ciudadanos senegaleses para salir de su país se les exige demostrar que cuentan con una determinada cantidad de dinero (unos 3.000 euros), algo que no le ocurre a las personas de Europa, que pueden viajar por donde quieran con su pasaporte. «Es una inmigración seleccionada, porque solo pueden viajar las personas con dinero», asegura. Esta odisea para poder llegar a Francia por avión es detallada por el artista en su reciente libro Yakar, una palabra escrita en wolof y que en español significa esperanza, esa esperanza que no pierde pero por la que recuerda que hay que seguir luchando cada día. Gracias a esa hospitalidad que aún se respira en los países africanos logró recaudar el dinero que necesitaba para demostrar a la embajada que tenía solvencia para viajar. Un dinero que más tarde fue devolviendo poco a poco.
La llegada a París no era tan de color de rosa como le pintaban en su país, donde Khaly lamenta que se difunden muchas mentiras y se idealiza Europa. «Te llegan a decir que podrás tener hasta cinco trabajos», explica. En la capital francesa los días transcurrían en la escuela de arte y en el barrio donde se hospedaba. En su libro explica que le llamaba la atención la segregación que existía y el hecho de que hubiera tantas personas negras en ese país, lo cual es fruto de la colonización, de la que lamenta que en África aún no se han liberado del todo. Khaly cree que para conseguir que los países de su continente lleguen a tener el respeto y el lugar que merecen debe cambiar el modelo educativo. En Senegal la educación se imparte en la lengua de la potencia que lo colonizó, Francia, y aunque su país logró la independencia en 1960 sigue habiendo huellas de esa época que se mantienen en la actualidad. «Llegó la colonización y no nos dio tiempo a valorar nuestra cultura. Cambiaron todo y nos impusieron su cultura, su idioma y su moneda», expresa en su libro, donde añade que «nos enseñaron a creer que la única civilización era Europa y nos empujaron a avergonzarnos de nuestra cultura». Por ello, en la entrevista con este periódico destaca que «el modelo tiene que cambiarse en África, tenemos que estar muy pendiente de lo que queremos enseñar a nuestros hijos». Una realidad que aunque admite que es dolorosa de reconocer tiene que cambiar.
El artista es muy crítico con Occidente pero también con los propios africanos, ya que consideran que tienen que luchar y despertar ya que el yugo al que aún Europa somete a estos países cuenta con la complicidad de presidentes africanos y periodistas que guardan silencio. «África necesita más información, conocer nuestros derechos para poder defendernos y vivir la igualdad», apunta. De hecho, unas de las frases llamativas del libro es en la que afirma: «Conocí más África estando en Europa» y explica que esto ocurre porque no «nos han enseñado la realidad de África» y porque desde fuera se aprecia con otra perspectiva y ha podido valorarlo más.
Romper barreras a lo desconocido
En el año 2002, cuando ya estaba asentado junto a su hermano en la escuela artística francesa donde continuaban sus estudios, decidieron viajar a Gran Canaria para visitar a un hermano de ambos que vivía ahí desde hacía años, Mbaye Thioune. En Gran Canaria les llamó la atención que en la televisión solo se hablaba de «pateras», una palabra que no habían escuchado hasta ese momento. Además, percibían cierta desconfianza hacia ellos por parte de las personas de la isla, lo que les llevó a pensar que lo mejor era volver a Francia cuanto antes. En la estancia en la isla se percataron de las condiciones en las que vivían algunos de sus paisanos, en un edificio Astoria, uno de los pocos lugares donde conseguían el alquiler de una habitación, ya que otro de los problemas a los que se enfrentan aún en la actualidad las personas migrantes es al de no encontrar un piso de alquiler por los prejuicios que aún existen. Durante esa visita acompañaron un día a Mbaye a la oficina de empleo. Khaly explica que aún recuerda a la persona que les atendió y cómo se interesó por él y su hermano Aly y los estudios que estaban realizando en París. Ahí fue cómo les surgió la oportunidad de posponer la finalización de esos estudios para impartir clases con un contrato que les brindaba el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria; el objetivo era impartir clases en la Universidad Popular sobre cultura y arte africano.
Los primeros días fueron duros por esa barrera que aún percibían por parte del alumnado, pero poco a poco esa barrera se fue rompiendo y fueron tejiendo lazos y conociéndose los unos a los otros. Es la prueba que ofrece Khaly de lo que es capaz de cambiar el arte. La barrera se produce por «el desconocimiento el uno del otro por la información falsa de la tele», subraya. De hecho, lamenta que los medios de comunicación solo cuenten las noticias negativas de África y no muestran su realidad en conjunto. «Eso hace que crezcan los miedos de la gente, porque no lo ven con normalidad, ven la inmigración como una amenaza», apunta. «Es muy importante hacer una buena información, la información tiene que cambiar para que la gente pueda saber la realidad de África», pero añade que al contrario ocurre igual y que en África hay muchas veces una concepción un poco diferente de la realidad de Europa. En este punto recuerda el lema que había en Senegal durante la crisis de los cayucos de 2006: «Barcelona o la muerte», decían, mientras muchos jóvenes perdieron la vida tratando de llegar a España.
Por ello, insiste en que las leyes tienen que cambiar, pero en que también se necesitan oportunidades para los jóvenes africanos en sus países. «Tenemos que darles, oportunidades, información y valorarlos», insiste Khaly, que espera que su libro sea útil para que el viaje de esos jóvenes hacia la «prosperidad, no se convierta en dolor, en un sueño roto o en una pesadilla» y que «los jóvenes africanos tomen el timón del rumbo de África para que se convierta en lugar donde haya prosperidad y se sacuda, de una vez por todas del yugo que Europa le ha puesto». Yakar está escrito para remover conciencias y para hacer reflexionar a las dos partes; a los propios africanos, a los americanos y a los europeos, para que conozcan más África y a los africanos. El autor confía además en seguir en que «la música es una puerta importante» para fomentar la interculturalidad y en ello seguirá trabajando para construir puentes reales entre los continentes.
Del inesperado Nobel de Literatura al poco pacífico presidente de Etiopía o el desaparecido arzobispo sudafricano, pasando por la descubridora de la variante ómicron del coronavirus o la primera mujer jefa de Estado en Tanzania… esta decena de personas ha hecho historia este año.
Al terminar cada año, el blog África no es un país recuerda a algunos de las mujeres y hombres africanos que fueron noticia en los últimos 365 días, una lista inevitablemente corta que recorre los ámbitos de la política, el deporte, la ciencia o la cultura; un repaso a la actualidad del continente en 2021 a través de sus rostros más destacados.
Y Abiy Ahmed se fue a la guerra
La imagen de Abiy Ahmed, primer ministro de Etiopía, vestido con uniforme militar y arengando a sus tropas en el frente de guerra será, sin duda, una de las más icónicas de 2021. No solo porque dicha fotografía resume la paradoja del ardor guerrero de quien fue elegido Premio Nobel de la Paz hace dos años, sino porque este conflicto tiene en vilo a todo el continente. La llegada al poder de Ahmed en 2018 fue el comienzo del fin del complejo sistema de equilibrios étnicos y políticos que había imperado en Etiopía durante dos décadas y los grandes perjudicados fueron aquellos que habían ocupado la cúspide de dicho entramado, los dirigentes del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF) que no tardaron en oponerse a las reformas de su laureado primer ministro.
Ahmed declaró la guerra en noviembre de 2020 pero las hostilidades habían comenzado meses antes con los tigrayanos en franca rebeldía en su feudo del norte del país. El primer ministro etíope mostró un excesivo optimismo cuando tres semanas más tarde declaró el final del conflicto tras la entrada en Mekele de las tropas federales. Los rebeldes se echaron al monte, reorganizaron sus fuerzas y lanzaron una contraofensiva que llegó a situarse a unos 200 kilómetros de la capital, Adís Abeba. Fue entonces cuando el premio Nobel decidió ir al frente para coordinar a su Ejército, que logró ir recuperando terreno hasta forzar la retirada de los tigrayanos de las regiones de Afar y Amhara hace apenas unas semanas. La guerra de Etiopía, en todo caso, está lejos de haber terminado.
Ngozi Okonjo-Iweala, primera mujer al frente de la OMC
El 15 de febrero, la Organización Mundial de Comercio (OMC) hacía historia al nombrar a la primera mujer y a la primera persona nacida en el continente africano al frente de este organismo. No fue fácil. La candidatura de la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala había sido bloqueada nada menos que por el presidente estadounidense Donald Trump, quien apostaba por la ministra de Comercio de Corea del Sur, Yoo Myung-hee, alegando que la africana no tenía suficiente experiencia pese a que había ocupado puestos de responsabilidad en el Banco Mundial durante más de dos décadas, había sido ministra de Finanzas y Asuntos Exteriores de su país y había integrado una larga lista de consejos de administración y juntas directivas de empresas, ONG y organismos internacionales. La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca permitió desbloquear el nombramiento de Okonjo-Iweala.
Economista formada en Estados Unidos, no solo destaca por su impresionante currículum sino por su capacidad de gestión y liderazgo. En los distintos cargos que ha ocupado, uno de los últimos presidenta de la Alianza Mundial para las Vacunas y la Inmunización (GAVI), ha destacado por su lucha contra la corrupción y por su interés en promocionar a jóvenes y mujeres. Su intención es promover profundas reformas en la OMC para avanzar hacia un comercio más justo y precisamente lo que define como “nacionalismo y proteccionismo” de las vacunas contra la covid-19 es uno de los primeros retos a los que se debe enfrentar.
Idris Déby, muerto en el frente de batalla
El 20 de abril, el portavoz del Ejército de Chad hacía un anuncio sorprendente: el presidente Idris Déby, poderoso aliado de Occidente en África central y uno de los jefes de Estado más influyentes de la región, había muerto a consecuencia de las heridas sufridas mientras combatía a un grupo rebelde que había entrado en el país desde la vecina Libia. En realidad, Déby había fallecido dos días antes y su cuerpo había sido trasladado en un helicóptero hasta Yamena, la capital. Sin embargo, los pilares del régimen necesitaban tiempo no solo para digerir la noticia sino para organizar un golpe de Estado que les permitiera seguir en el poder sin tener en cuenta el relevo establecido en la Constitución.
Déby murió como había vivido, en permanente combate contra sus enemigos. En 1990 entró como líder guerrillero en Yamena y, tras derrocar a Hissène Habré, se convirtió en nuevo presidente de Chad, puesto que ocuparía con puño de hierro durante tres décadas. Frente a las constantes rebeliones que le amenazaban o ante el avance del yihadismo de Boko Haram, Déby no dudaba en acudir al frente a dirigir a sus tropas. De hecho, había logrado convertir a su Ejército en el más temible de la región gracias al dinero del petróleo, mientras en el interior reprimía a la oposición y ganaba una elección tras otra. Tras su muerte es su hijo, el general Mahamat Idris Déby, apodado Kaka, quien ostenta el poder al frente de una junta militar.
Sifan Hassan o el arte de correr
El pasado 7 de agosto la atleta de 28 años Sifan Hassan, nacida en Etiopía y nacionalizada holandesa, se convirtió en la primera deportista de la historia en conseguir tres medallas en carreras de fondo en unos Juegos Olímpicos. Dos oros en 10.000 y 5.000 metros y un bronce en 1.500 han llevado a esta joven que huyó de su país natal con 15 años y se convirtió en refugiada en Europa hasta el Olimpo del deporte mundial. Tras pasar por un centro de acogida de menores se asentó en Eindhoven con el sueño de convertirse en enfermera, pero sus extraordinarias dotes para el deporte la llevaron por otro camino.
Ostenta los récords de Europa de 10.000, 5.000, 1.500 y medio maratón y los récords mundiales de la milla, cinco kilómetros en ruta, 10.000 y la hora. La proeza de Hassan en los Juegos Olímpicos 2020 de Tokio, aplazados a 2021 por la pandemia, tiene mucho que ver con un carácter formado en la adversidad. En la última vuelta de la semifinal de 1.500 sufrió una caída y tuvo que acelerar para lograr la clasificación. La refugiada que huyó de su país en 2008 se ha convertido en una auténtica estrella en su país de adopción.
Alpha Condé, más dura fue la caída
Sentado en un sofá con cara de pocos amigos, vestido con pantalones vaqueros, descalzo y una camisa mal abrochada y rodeado de militares. A su pesar, esta será la imagen que pasará a la historia de un Alpha Condé, de 83 años, que fue durante más de una década presidente de Guinea-Conakry y que acabó saliendo por la puerta de atrás. El 5 de septiembre, un golpe de Estado acabó de cuajo con el hombre que estaba llamado a consolidar la democracia en su país y cuyo empeño por mantenerse en el poder terminó por hacer retroceder a Guinea hasta la casilla de salida de los tiempos oscuros de la dictadura militar.
Cuando el histórico opositor Alpha Condé ganó las elecciones de 2010 se convirtió en el primer presidente democrático de la sufrida Guinea-Conakry. Sin embargo, su carácter arisco, sus maneras de tratar a la oposición y su fracaso a la hora de desarrollar a su país fueron abonando el terreno para un final abrupto. Tras reformar la Constitución y ganar las elecciones en 2020, procesos ambos que estuvieron salpicados de decenas de muertos y cientos de presos, Condé tenía los días contados. Los hombres del teniente coronel Doumbouya no encontraron mucha oposición en su camino hacia el Palacio de Sekhoutoureya y la mayoría de los guineanos celebró la caída en desgracia de su presidente.
Samia Suluhu está a los mandos en Tanzania
El 19 de marzo, Samia Suluhu Hassan aparecía en la televisión pública tanzana con rostro serio. Le tocaba anunciar el fallecimiento del presidente del país, John Magufuli, oficialmente por problemas cardíacos. Como vicepresidenta, esta economista nacida en Zanzíbar en 1960 y con una larga carrera política se convertía en la primera mujer jefe de Estado en Tanzania, la segunda en ejercicio en toda África junto a la etíope Sahle-Work Zewde. Sin embargo, como ella misma ha asegurado en varias entrevistas, no debe favores a nadie y ha llegado hasta el cargo por su trabajo y sus competencias.
Tras cursar estudios de Administraciones Públicas y Finanzas entre su país, India y Reino Unido, Mama Samia (como se la conoce en Tanzania) comenzó su servicio público en su Zanzíbar natal como diputada y ministra regional para dar luego el salto como parlamentaria a la Asamblea Nacional. Su reconocido trabajo en la reforma de la Constitución y su talante conciliador hicieron que el presidente Magufuli la nombrara vicepresidenta del país en 2015. Sin embargo, era ella quien solía acudir a las cumbres internacionales y quien fue ganando peso como figura política emergente. Frente al negacionismo ante la covid-19 y las bravuconadas de su antecesor, Samia Suluhu propone otra forma de gobernar.
El esperado regreso de Laurent Gbagbo
Diez años después de su humillante salida de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo regresaba a su país aclamado por miles de seguidores. El 17 de junio las calles de Abiyán se convirtieron en una fiesta para recibir a quien fuera presidente del país entre 2000 y 2011, derrocado tras unas polémicas elecciones y un conflicto que costó la vida a unas 3.000 personas y conducido ante la Justicia Internacional para, una década más tarde, resultar absuelto de los crímenes que se le imputaban. Pero Gbagbo no tiene intención de mirar hacia atrás y lo dejó claro cuando, un mes después de su vuelta, se reunía con su rival, el presidente marfileño Alassane Ouattara, en un clima distendido y de reconciliación. Aún hay presos políticos y heridas abiertas, pero Costa de Marfil ya mira hacia adelante.
El veterano profesor de Historia de 76 años ha decidido romper su vínculo con el Frente Popular Marfileño, que él mismo fundó, y crear el Partido de los Pueblos Africanos, una formación panafricanista y de izquierdas que pretende llegar en pleno estado de forma a las elecciones presidenciales de 2025. Sin embargo, Gbagbo esconde de momento sus cartas y mantiene el suspense acerca de sus intenciones. ¿Se presentará a dichos comicios o dará un paso a un lado? “Yo decidiré de qué manera voy a continuar en la batalla”, dijo en un mitin reciente.
Angelique Coetzee, la descubridora de ómicron
A mediados de noviembre, la doctora sudafricana Angelique Coetzee recibió en su consulta a un varón de unos 30 años con dolores de cabeza y corporales. Aunque en ese momento la incidencia de la covid-19 era muy baja, decidió hacerle un test. Al dar positivo, alertó a sus colegas: “Algo va mal, estos síntomas no coinciden con la variante delta”. Varias pruebas después, los científicos sudafricanos alertaban al mundo de la existencia de la ómicron, que hoy se extiende por todo el mundo. Para Coetzee, presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica, la reacción de cierre de fronteras a Sudáfrica fue precipitada y no estaba justificada, pues la nueva variante ya estaba circulando por esos mismos países que prohibían vuelos. En su opinión se trata de una mutación menos grave que la delta, según la evolución que ha vivido en Sudáfrica.
Abdulrazak Gurnah, el Nobel sorpresa
Fue la gran sorpresa literaria del año. El ganador del Premio Nobel de Literatura, el tanzano Abdulrazak Gurnah, no estaba en las quinielas del galardón ni su nombre sonaba como aspirante en los círculos editoriales. “Cuando me llamaron, pensé que era una broma”, aseguró el propio Gurnah a los periodistas. Autor de diez novelas y varios relatos cortos, cuando era joven decidió emigrar a Reino Unido para finalizar sus estudios. En la Universidad de Kent se doctoró y allí ejerció como director del departamento de inglés durante muchos años hasta su jubilación. La Academia Sueca le concedió el Nobel “por su penetración inflexible y compasiva de los efectos del colonialismo y los destinos de los refugiados en el abismo entre culturas y continentes”.
La lucha climática de Vanessa Nakate
A sus 25 años, la ugandesa Vanessa Nakate se ha convertido en una de las activistas climáticas más conocidas de África. Carismática y reivindicativa, inspirada por Greta Thunberg, en enero de 2019 comenzó a manifestarse delante del Parlamento de Uganda para protestar por su inacción ante el cambio climático y para defender las amenazadas selvas del Congo. Tras participar en la COP25 celebrada en España acudió al Foro Económico Mundial en Davos donde coincidió con otros activistas climáticos. Allí, la agencia Associated Press publicó una foto de grupo y recortó a Nakate. “No me han borrado a mí, sino a todo un continente”, dijo entonces. La agencia se acabó disculpando. La revista Time la incluyó en 2021 como una de las 100 líderes del futuro.
Desmond Tutu, el arzobispo que se enfrentó al ‘apartheid’
La vida del arzobispo emérito Desmond Tutu se apagó el pasado 26 de diciembre apenas dos meses y medio después de cumplir los 90 años. Premio Nobel de la Paz en 1984 y después presidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, pocos sudafricanos contribuyeron de una manera tan destacada a la caída del apartheid y a la construcción de la nueva Sudáfrica. Activista comprometido con la no violencia, destacó por su verbo libre y su constante defensa de los oprimidos. Además del combate contra la segregación racial y pese a ser la cabeza visible de la Iglesia Anglicana en África austral, no dudó en defender el uso del preservativo, la homosexualidad y la eutanasia, además de múltiples causas internacionales como la creación de un Estado palestino o la lucha del Dalai Lama en el Tíbet. Su talante risueño e irónico y su ánimo conciliador quedarán para la historia.
Una de las imágenes del año: hasta 12.000 migrantes, en su mayoría haitianos, fueron retenidos en un campamento improvisado bajo un puente que entre Texas y México, en septiembre.
Si 2020 fue el año de la pandemia, 2021 ha sido el de la vacunación.
También el año de las restricciones y, más recientemente, el de la llegada de Ómicron, la nueva variante del coronavirus, cuyos primeros casos ya se confirmaron en América Latina.
Pero el covid-19 fue solo uno de los eventos noticiosos que protagonizaron el año en la región.
Hacemos un repaso a 2021 en América Latina a través de 15 imágenes.
Reapertura de las escuelas tras un año sin presencialidad
En febrero, y con todavía mucha incertidumbre, muchas escuelas reabrieron sus aulas en América Latina.
En la imagen, en el Colegio Ramona Gil en Chimaltenango, 60 km al oeste de la Ciudad de Guatemala, un niño con mascarilla y protector facial asistía al acto de inicio de clases, el 22 de febrero.
Más de 137 millones de estudiantes en América Latina estuvieron sin recibir educación presencial durante todo un curso, según el informe de Unicef «Educación en pausa», publicado en noviembre de 2020.
Los niños y adolescentes latinoamericanos perdieron más de 170 días de aprendizaje, una cifra cuatro veces superior a la media global de 40 días.
Accidente en la Línea 12 del metro de Ciudad de México
Juan Luis Díaz Galicia murió en un accidente de tren luego de que una línea elevada del metro colapsara en la capital de México.
La fotografía muestra a algunos de sus familiares en su funeral en Ciudad de México, el 5 de mayo de 2021.
26 personas fallecieron y decenas resultaron heridas tras el desplome de un tramo de vía elevada de la línea 12 entre las estaciones de Olivos y Tezonco, en el sureste de la capital.
Según investigaciones posteriores, la causa fue una «falla estructural».
Paro Nacional: el «estallido social» de Colombia
«A diferencia de protestas anteriores en Colombia, el estallido social que se inició a finales de marzo ha tenido un fuerte carácter antiempresa«, escribió nuestro corresponsal Daniel Pardo.
Los manifestantes protestabann contra la desigualdad, la falta de oportunidades en educación y empleo y la precariedad e informalidad laboral.
La ola de protestas derivó en fuertes choques entre manifestantes y policías.
El presidente de Haití Jovenel Moïse, asesinado en su residencia
El miércoles 7 de julio, un grupo de hombres armados asaltó la presidencia privada del presidente de Haití Jovenel Moïse, en Puerto Príncipe, la capital del país.
El mandatario de 53 años murió tras recibir varios disparos. Su esposa, Martine, resultó herida en el ataque y fue trasladada a un hospital de Miami, en Estados Unidos.
La viuda del presidente dijo al diario The New York Times que los atacantes revisaron archivos de su esposo mientras ella yacía sangrando en el suelo. S
Según una investigación que el diario estadounidense publicó en diciembre, en los meses previos a su asesinato, Moïse había tomado una serie de medidas para luchar contra traficantes de drogas y armas.
La policía detuvo a exmilitares colombianos, a los que acusó de cometer el magnicidio.
Marchas históricas contra el gobierno en Cuba
El 11 de julio Cuba vivió las mayores protestas de su historia reciente.
Se trató de una ola de indignación espontánea organizada a través de las redes sociales que llamó la atención del mundo por inusual en una isla poco acostumbrada a las manifestaciones contra el poder.
Miles de personas por toda la isla se lanzaron a las calles al grito de «libertad» y «abajo la dictadura» en un país donde las manifestaciones contrarias al gobierno están prohibidas.
La canción «Patria y vida» se convirtió en un himno de quienes salieron a protestar contra el gobierno.
Copa América 2021: la Argentina de Messi le gana a Brasil
Es una imagen de euforia: la selección Argentina celebrando su victoria contra Brasil en la final de la Copa América 2021, en el estadio Maracaná, en Río de Janeiro.
Fue el primer título importante para la Albiceleste desde 1993 y el primer trofeo con la selección de mayores para Lionel Messi.
«Necesitaba sacarme la espina de poder conseguir algo con la Selección, había estado muy cerca muchísimos años. Sabía que algún momento se iba a torcer, se iba a dar y creo que no hay mejor momento que este», dijo Messi a la prensa luego del partido.
Pedro Castillo es elegido presidente de Perú
Pedro Castillo asumió la presidencia de Perú el 28 de julio con un discurso largo y sobrio en el que prometió mejoras sociales y planteó una serie de reformas económicas.
«Este Gobierno ha llegado para gobernar con el pueblo y para construir desde abajo. Es la primera vez que nuestro país será gobernado por un campesino. (…) Yo también soy hijo de este país fundado sobre el sudor de mis antepasados», dijo el presidente.
Muchos adelantaron que enfrentará fuertes resistencias, tras una elección y una batalla posterior que mostraron la división del país.
Impactante sequía del río Paraná en Argentina
Fue la mayor sequía en 77 años del segundo río más largo de Sudamérica, después del Amazonas: el Paraná, en Argentina.
«La sequía que afecta al río Paraná, que ya hace dos años está en sus niveles más bajos en casi ocho décadas, está teniendo graves consecuencias en esas naciones», dijo la corresponsal de BBC Mundo en el Cono Sur, Veronica Smink.
«El río, que en promedio tiene un caudal de unos 17.000 metros cúbicos por segundo, este año cayó hasta los 7.000 m3/s, apenas por encima del valor mínimo histórico de 5.800m3/s, registrado en 1944».
Agentes fronterizos a caballo persiguiendo a migrantes en Estados Unidos
La Casa Blanca consideró las escenas como «terribles».
Los videos e imágenes de varios agentes fronterizos de Estados Unidos a caballo persiguiendo y cargando contra migrantes con un aparente cordón cerca del río Grande, en una zona aledaña al pequeño municipio de Del Río, en Texas, generaron polémica en el país.
Las escenas se produjeron en medio de una nueva crisis de inmigración en la frontera, que llevó a que hasta 12.000 migrantes —en su mayoría haitianos— fueran retenidos en un campamento improvisado bajo un puente que conecta Del Río con Ciudad Acuña, en México [la foto que encabeza la nota].
25N: miles de mujeres contra la violencia machista en México (y en el mundo)
El jueves 25 de noviembre, mujeres de todo el mundo salieron a las calles a marchar por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
La imagen fue tomada en México, donde miles de mujeres mostraron su indignación contra los feminicidios, las desapariciones y la violencia machista.
Desde 1990 los asesinatos a mujeres en el país han aumentado cada año sin freno hasta llegar a un máximo de 3.957 homicidios en 2021.
Crisis carcelaria en Guayaquil, Ecuador
«En el penal del Litoral, en el norte de Guayaquil, el tiempo se mide en muertos», escribió el periodista de BBC Mundo Matías Zibell desde Ecuador.
BBC Mundo lo visitó días después de la masacre del 29 de septiembre y días antes de la masacre del 12 de noviembre. Entre una jornada y otra no se detuvieron los enfrentamientos en la penitenciaría.
Entre ambas fechas, el presidente Guillermo Lasso decretó un estado de excepción carcelario (el 29 de septiembre, tras registrarse casi 120 muertes) y un estado de emergencia nacional (el 18 de octubre).
Las dos jornadas suman casi 190 muertos. Uno de ellos fue Jorge Leonardo González, cuya condena había terminado hace tiempo, contó su esposa.
Nicaragua: la esperada cuarta reelección consecutiva de Ortega
Este domingo Ortega, quien cumplirá 76 años a final de noviembre, fue elegido presidente por quinta vez, la cuarta de manera consecutiva, en un contexto similar al de hace cinco años.
De acuerdo al Consejo Consejo Supremo Electoral de Nicaragua (CSE), con más del 97% de las actas escrutadas, el partido del actual presidente Daniel Ortega, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), obtuvo un 75,92% de apoyo.
«El poder no está en juego, no hay competencia electoral», dijo a BBC Mundo el analista político Eliseo Núñez. «Ortega controla todo y en 2021 con mano de hierro», destacó.
Récord Guinness a «la orquesta más grande del mundo», en Venezuela
Con más de 12.000 músicos, el Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela ingresó al Libro Guinness de los Récords como la orquesta «más grande del mundo».
La fotografía fue tomada en la Academia Militar del Ejército Bolivariano en el Complejo Militar Fuerte Tiuna, en Caracas, el 13 de noviembre.
Venezuela ya acumula otros Guinness, incluidas bellezas naturales como el Salto Ángel, la caída de agua más alta del mundo, o el «Relámpago del Catatumbo», el sitio con mayor cantidad de tormentas eléctricas del planeta.
Triunfo de la izquierda de Gabriel Boric en Chile
Tan pronto se empezó a conocer el resultado de la contundente victoria del candidato de la izquierda Gabriel Boric en las elecciones presidenciales de Chile, sus simpatizantes se lanzaron a las calles para celebrar.
Multitudes abarrotaron las calles en el centro de la capital, Santiago y otras ciudades, tras lo que fue una histórica jornada que tuvo la participación electoral más alta desde la elección presidencial de 1993.
Con una diferencia de casi 12 puntos porcentuales, Boric se impuso a su rival, el abogado de derecha radical José Antonio Kast, en las elecciones del domingo 19 de diciembre.
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