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Entrevista a Carol Arcos Herrera. Maternidades y feminismo

Entrevista a Carol Arcos Herrera
Maternidades y feminismo

 

El desconcierto

 

Conversamos con Carol Arcos Herrera, doctora en Estudios Latinoamericanos y académica del Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos (CECLA) de la Universidad de Chile, quien actualmente se encuentra en la última etapa de un proyecto FONDECYT titulado “Maternidad y nación en Chile: reversos liberales en la cultura impresa del siglo XIX”. A partir de este proyecto, la académica ha logrado concebir lo que será su próxima publicación, «Maternidades republicanas. Deseo, política y poder en el Chile de siglo XIX».

 

La maternidad es sin duda uno de los temas más conflictivos para el pensamiento y el activismo feminista, pues en él se entrelazan posturas que, en cierta medida, podrían resultar disímiles. La maternidad entendida por siglos como la obligación primaria de toda mujer ha sido puesta en cuestión por un importante número de feministas, quienes han defendido y pregonado por una maternidad sujeta a la elección consciente y libre de ser madres y no a una respuesta única, es decir, a la imposición generada por el orden patriarcal.

Carol Arcos ha realizado clases tanto de pre como de postgrado y los cursos de los que se ha hecho cargo han tenido que ver, en su mayoría, con autorías femeninas latinoamericanas y feminismos latinoamericanos. Desde su consideración, las sesiones con sus estudiantes de la Universidad de Chile han sido de total y absoluta relevancia para el desarrollo de sus proyectos e investigaciones, así como también su participación en el pasado como editora de la sección “Feminismos y sexualidades” del diario español Rebelion.org.


En tu proyecto FONDECYT “Maternidad y nación en Chile: reversos liberales en la cultura impresa del siglo XIX”, hay una perspectiva que resulta evidente, me estoy refiriendo al feminismo y es en cuanto a esto que me interesa saber cómo surge en ti el interés por abordar la concepción de “maternidad” desde el pensamiento y la teoría crítica feminista

– En primer lugar, me gustaría situar brevemente mi lugar de hablada y el enfoque general del proyecto para que se entienda la significancia que tienen los feminismos en él. Se trata de un proyecto que busca historiar el problema de la maternidad o maternidades, desde el punto de vista de la cultura, en el Chile republicano, más específicamente en un siglo XIX largo (1810-1910). Sin embargo, no es un proyecto que nazca del ámbito de la historiografía. Siempre me ha interesado mucho la historiografía y el trabajo de historiadoras e historiadores, pero no creo ser una ni me interesa. Este es más bien el trabajo de una «historizadora», como acostumbro a llamar a este lugar particularmente heterogéneo desde el que escribo. Un cronotopo entre la literatura, la historia y la filosofía que mediante variadas constelaciones de textos busca trazar un relato acerca de un problema central para las mujeres y el feminismo.

¿Y cómo figura el problema de la maternidad en esta posición tuya?

– En el marco del circuito que establece la reciente cultura impresa y la preeminencia del proyecto moderno del liberalismo en Chile, durante el siglo XIX, abordo la maternidad como una experiencia particular de género y sexualidad que se institucionaliza a lo largo del siglo y cristaliza el reverso de las escrituras fundacionales. Preguntarse por la maternidad en el siglo XIX, no solo en Chile sino también en el resto de América Latina, es interrogar el discurso neurálgico que redefinió la relación entre las mujeres y la soberanía del Estado-nación y, asimismo, renovó su lugar subalterno actualizando genealogías y modelos de feminidad coloniales, pero inaugurando formaciones modernas que proyectarán el camino para las políticas del siguiente siglo.

Uno de los grandes nudos gravitacionales de los discursos que ponen en circulación los feminismos regionales en América Latina dice relación con la maternidad, trama simbólica y material que funciona paradojalmente en una “política del cuerpo” (Federici, Calibán y la bruja) que, por una parte, orquesta un «disciplinamiento» y domesticación del trabajo y vida femenina y, por otra, permite un territorio de resistencia que disloca dicho ideal de dominio del cuerpo forjado por el liberalismo en alianza con la ciencia y la técnica como soporte de las sensibilidades modernas (Musachi, Mujeres en movimiento). Bien sabemos que las mujeres entran en los discursos nacionalistas decimonónicos, no todas claro está, sino principalmente aquellas pertenecientes a la elite criolla, como madres cívicas, como cuidadoras garantes de la nuda vida (en el sentido que propone Giorgio Agambem) de la patria-patriarcal.

La función materna se desarrolla en el contexto de emergencia y paulatina preeminencia de una ideología de la domesticidad y del sistema de valores burgueses, alentada por el liberalismo de cuño ilustrado, que relegará a las mujeres al ámbito de lo privado, terreno de lo afectivo, del cuidado y mantenimiento de la vida. Sin embargo, es también en los márgenes y disputas con esa ideología cuando las feministas construyen un sentido para pulsiones y conflictos que las mujeres en América Latina hasta ese entonces no habían simbolizado conscientemente. Desde las primeras manifestaciones feministas, justamente visibles en el siglo XIX mediante el reclamo de emancipación mental de las mujeres por parte de varias escritoras, hasta la emergencia de la primera ola, cuando a partir de 1890 el feminismo se articula desde miradas anarquistas y socialistas para decantar más tarde, alrededor de 1920-30, en un discurso de derechos que levantará la propuesta sufragista; la maternidad es un nudo político (en el sentido que entiende la palabra nudo Julieta Kirkwood) que instalará a las mujeres como objetos y sujetos de controversia.

En este sentido, la maternidad operaba en el marco simbólico que relegaba a las mujeres a sus funciones domésticas y reproductivas, pero a la vez ese mismo discurso se volvía condición de posibilidad del feminismo decimonónico. Entonces, cómo dejar de tratar la cuestión de la maternidad si, por un lado, es tan central en la erección de un discurso moderno hegemónico sobre las mujeres, la mujer doméstica, y, por otro, está tan presente en la reflexión y las prácticas que las mujeres feministas pondrán en juego en las dinámicas del marco liberal o en rebeldía frente a él. Se trata de una compleja y poderosa cesura simbólica susceptible de «historizar» mediante toda una red de economía política, cultural, material y vital, que deviene en variadas representaciones que circulan y se consumen en también variados ámbitos, de ellos a mí me interesa el de la cultura impresa en particular.

¿Entonces esta es la articulación que desarrollas entre maternidad y feminismo?

– La relación entre maternidades y feminismos no solo tiene que ver, para mí, con esta importante historia de las mujeres y el feminismo, sino que también con mi propio territorio político-teórico feminista al abordar este problema de lo que prefiero llamar trabajo materno. Cuando hablo de trabajo materno estoy pensando en el debate que se ha venido dando desde la teoría feminista marxista (principalmente, considero en este ámbito los trabajos de Silvia Federici) y la economía feminista a partir de los noventa (autoras tales como Amaia Pérez Orozco, Esther Velásquez, Valeria Esquivel, entre otras).

Estas perspectivas heterodoxas respecto de los análisis económicos tradicionales, centrados grosso modo en las lógicas del mercado y la reproducción del capital, han contribuido a actualizar el debate acerca del nudo producción/reproducción ya presente en el feminismo de los setenta del siglo XX, pues recogen las premisas acerca del trabajo doméstico y conceptos analíticos específicos de aquel feminismo, como por ejemplo la división sexual del trabajo, para además agregan otros nuevos como organización social del cuidado y trabajo del cuidado.

Algunos de los asuntos centrales de estos enfoques, entonces, se refieren al modo en que las sociedades resuelven la reproducción cotidiana de la vida con el fin de resaltar el trabajo afectivo-reproductivo, concomitante con ello también la necesidad de incorporar la variable de género a la reflexión económica para analizar la diferente posición que ocupan hombres y mujeres como agentes económicos y sujetos de políticas económicas; complejizando, asimismo, las relaciones al interior de los hogares y su nexo con la ganancia y la acumulación de capital.

Sé que también el psicoanálisis es una herramienta teórica importante para tu proyecto, ¿cómo abordas esta perspectiva?

– Sí, justamente, para mi perspectiva crítica son sumamente importantes los trabajos desde el terreno de entrecruce entre psicoanálisis y feminismo, principalmente los de Julia Kristeva, Silvia Tubert, Elisabeth Roudinesco, como también mi lectura feminista de Freud, Klein y Lacan. El psicoanálisis me interesa desde el punto de vista de una teoría de la cultura y técnica de lectura en su conexión con la crítica feminista, que me ha permitido indagar en el complejo parental o la pregunta edípica. Exploración tan necesaria para pensar en la maternidad y paternidad alrededor de la familia «heteronormativa» del siglo XIX, como receptáculo en donde se inscribe el deseo sexual en la doble ley de la alianza (matrimonio) y la filiación (los hijos), que tiene en su base el principio de prohibición del incesto. La valoración paulatina del matrimonio por amor nos habla de una revolución de la afectividad, que en Chile y América Latina es posible de observar sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo, la que se tradujo en la elaboración de una moral civilizada en cuyo marco era posible la expansión también civilizada de la sexualidad femenina y masculina.

En el título de tu trabajo mencionas un concepto que me parece sumamente relevante, estoy hablando de los reversos liberales. Me gustaría, en primera instancia, que nos hablaras de esa noción en el contexto del liberalismo del siglo XIX en Chile, a la vez que nos contaras, luego, cómo se relaciona esto con la maternidad.

– La hipótesis general que propongo en mi trabajo es que la instalación moderna del concepto de maternidad y su cristalización a fines del siglo XIX en Chile, se deviene a lo largo del mismo a través de una lógica «biopolítica». Dicha lógica en nombre de la vida: su afirmación, conservación y proliferación; estatiza y nacionaliza lo materno como una forma, por una parte, de regulación y racionalización de la procreación “en favor de la patria” y por otra de «ontologización» de lo femenino como cuerpo individual y cuerpo político.

En este sentido, hablo de reversos liberales para definir las biopolíticas de un discurso nacionalista que constituirá, paulatinamente y en el proceso de conformación del Estado republicano, una ciudadanía fronteriza o incompleta, la otra cara de la República, que verá en la maternidad una función productiva para la patria.

¿Podrías profundizar un poco en esa idea de una biopolítica en relación con la maternidad?

– Esta trama histórica que denomino biopolítica de lo materno, y que está por supuesto relacionada con la idea de trabajo materno a la que me refería antes, pues considero que en el centro del problema de la vida y el nacimiento está la tópica simbólica y material que «semantiza» el cuerpo de las mujeres. Las madres del Estado tienen la labor, el trabajo, de parir y cuidar el nacimiento de la nación, por su parte, el Estado tiene la atribución de proteger y administrar la vida de las mujeres mediante mecanismos globales que reubican sus cuerpos en procesos biológicos de conjunto, son las mujeres quienes favorecen la fecundidad y equilibrio de la población.

Cuando hablo de biopolítica de lo materno me estoy refiriendo a que el fenómeno del nacimiento, no solo concebido como el hecho de parir, sino también de pertenencia a una comunidad de sentido nacional, está íntimamente imbricado con la maternidad como experiencia moderna de las mujeres y su proceso de nacionalización y estatización a lo largo del siglo XIX y sobre todo en sus últimas décadas.

¿Pero lo femenino y lo maternal se construyen históricamente como un lazo indisociable?

– Lo femenino y lo maternal mantienen relaciones lógicas complejas y no son del todo indisociables; sin embargo, es, por una parte, el lazo de obligatoriedad patriarcal y la idea de subjetividad femenina biologizante que sostiene y, por otra, la naturalización que conlleva y no permite comprender la maternidad como un trabajo en la compleja red de relaciones sociales y económicas, lo que estoy discutiendo a partir de la noción de biopolítica de lo materno y su expresión más material en el trabajo materno. Pero también en este umbral biopolítico que es la maternidad como trabajo reproductivo es en donde yo veo, por ejemplo, que las escritoras chilenas, y por qué no también latinoamericanas, ensayarán las primeras mutaciones de lo decible e imaginable respecto de las mujeres y su sexualidad.

Más adelante me gustaría volver sobre el rol de las escritoras en el siglo XIX, pero ahora quisiera que siguieras ahondando en la idea de los reversos liberales.

–Un lugar central en esta dinámica histórica lo ocupa el proceso de hegemonía ideológica y estatal del liberalismo, racionalidad que institucionaliza y homogeniza la maternidad como la experiencia de género y sexualidad de las mujeres por antonomasia, otorgándoles una función productiva en el nuevo orden social y político republicano. El trabajo materno, desde este despliegue, preservaría, nutriría y educaría para la vida social en la nueva nación que se busca conformar. De ese modo, la posibilidad biológica de reproducción y de dar a luz de las mujeres se convierte en un precepto social que naturaliza las prácticas de género e implica ciertos discursos que dan garantía a ese ordenamiento, dentro de ellos aquel que cobrará mayor relevancia en la cultura impresa de la época tiene que ver con el eterno maternal, vale decir, el significado «biologizante» del cuerpo femenino a través del que se afirma que el amor o instinto maternal es universal y deseable para/por todas las mujeres.

Abunda la literatura prescriptiva para las mujeres en la época, sobre todo a partir de la década del 40 cuando la asunción del discurso liberal-ilustrado en el ámbito de la cultura es más clara y comienzan a circular ideas que se comprometen con la educación femenina, la “ilustración del bello sexo” como se acostumbraba a decir en la época, inaugurando el deseo republicano de la maternidad cívica. En este ámbito, las figuras prevalentes para la ideología nacional son la madre letrada o el ángel del hogar, las que valoran social y cívicamente a las mujeres por sus funciones reproductivas y el trabajo doméstico que ejercen en su rol de madres de ciudadanos. Estos «ideologemas» representativos dan cuenta de una racionalidad que promueve un nuevo orden político liberal, que en Chile no logra hegemonía estatal hasta la década del 60, y el anhelo de sancionar a través de la familia los valores burgueses que le sirven de base.

Gran parte de tu investigación se centra en figuras importantísimas del quehacer literario femenino de la época, algunos nombres como Mercedes Marín del Solar, Rosario Orrego, Celeste Lassabe, Martina Barros, Delfina Hidalgo y Carmen Arriagada, entre otras, parecen constituir otro eje central en tu trazado. En relación con ello, ¿cómo visualizas la conformación de la figura de la mujer letrada y escritora por esos años? ¿y cuál es la razón de tu especial atención en la prensa escrita?

– Este trabajo vuelve sobre algunos de los problemas que abordé en mi tesis doctoral “Autorías femeninas fundacionales: escritoras chilenas y brasileñas del siglo XIX (1840-1890)” (Universidad de Chile, 2014). En él me interesaba estudiar la problemática emergencia de la figura de la autora en los circuitos de cultura letrada en Chile y Brasil. En términos generales, este ciclo lo denominé autorías femeninas fundacionales, en un sentido genealógico, y daba cuenta de la inscripción paradojal de las escritoras respecto de los poderes enunciativos e interpretativos hegemónicos, los que las llevan a utilizar ciertas estrategias retóricas y discursivas para posicionarse como sujetos de discurso y por qué no también políticamente desde el domus –como espacio privilegiado de gestión femenina en la nueva lógica liberal que se institucionaliza a lo largo del siglo– hacia una participación en la sociedad civil como madres del Estado. Escritoras chilenas como: Mercedes Marín, Rosario Orrego, Quiteria Varas, Lucrecia Undurraga, Hortensia Bustamante, Victoria Cueto, Delfina Hidalgo, Martina Barros y Celeste Lassabe; y brasileñas como: Juana Manso, Narcisa Amalia, Presciliana Duarte de Almeida, Maria Benedita Câmara Bormann, Júlia Lopes de Almeida, Anália Franco, Josefina Álvares Azevedo e Inês Sabino, desde mi perspectiva, «presentificaban» la autoría como una forma particular de subjetividad moderna en las mujeres, la que se caracteriza por un modo de figuración que se establece desde un “entre lugar” respecto de la cultura escrita e impresa en el siglo XIX. Espacio contradictorio que ahora preferiría llamar, a partir de Silvia Rivera Cusicanqui, taypi (comunión problematizada) al pensar en el malestar de las escritoras brasileñas y chilenas hacia el cambio de siglo, por ejemplo, en lo que respecta a la maternidad, entendida esta como trabajo reproductivo en un nuevo ciclo del capitalismo mundial y neocolonial que pondrá en función en la región el proceso de modernización finisecular.

Bien, ¿y en qué ha cambiado tu posición al respecto hoy en día?

– Ese era el eje central de mi argumento en ese entonces, no obstante, su sentido menos evidente, y que es aquel que quiero seguir hoy en este nuevo proyecto con respecto a Chile, tenía que ver con la idea de rastrear los inicios del feminismo a través de la noción de autoría y sus efectos de sentido cuando comienza a madurar la demanda de emancipación por parte de las escritoras, fundamentalmente a fines de siglo. Las mujeres feministas en diferentes momentos han alterado la grafía de lo simbolizable, al provocar mutaciones efectivas de diverso carácter tanto en las políticas nacionales y regionales como en las relaciones materiales, sexuales y raciales. Campos de disputa por el poder/saber/desear/hacer que las mujeres escritoras del XIX perturbaron con su malestar e insolencia ante los interdictos patriarcales.

Respecto de la prensa, que era algo que estaba en tu pregunta de hace un rato, esta fase fundacional de la escritura de mujeres para un público y en lo público se caracteriza por su constante actividad literaria en la economía impresa de la época, sobre todo en periódicos y revistas que son los soportes más usuales y legitimados. Las escritoras no solo daban a la prensa sus escritos, sino que también aparecen como gestoras culturales, ellas tenían medios propios, por ejemplo, Rosario Orrego, Lucrecia Undurraga, Celeste Lassabe.

Finalmente me gustaría que comentaras el desarrollo del movimiento feminista hacia fines del siglo XIX en América Latina y especialmente en Chile. Además, no puedo dejar pasar la oportunidad de preguntarte por la actualidad. Haciendo mención principalmente a las discusiones recientes respecto a cuestiones tan trascendentales para las mujeres y el feminismo como es el aborto, ¿cuál es tu visión respecto a los movimientos feministas y a la maternidad en América Latina en pleno 2017?

– El ejercicio de la palabra por parte de un grupo significativo de escritoras chilenas y latinoamericanas, del que veníamos hablando, se presenta como un hito fundamental en la historia de las mujeres y del feminismo en América Latina. Yo parto por ahí con la historia del feminismo moderno, es decir, cuando estas escritoras comienzan a demandar educación para las mujeres, bajo el rotulo inaugural de la emancipación, nombres como Martina Barros y Lucrecia Undurraga en Chile, Juana Manso y Juana Manuela Gorriti en Argentina, Clorinda Matto y Carolina Freire en Perú, Presciliana Duarte de Almeida e Inés Sabino en Brasil, Adela Zamudio en Bolivia, entre muchas, muchas más. Estas autoras ajustan cuentas con el deseo de familia y maternidad hegemónico, ensayando nuevas arenas de simbolización.

¿Qué lugar social ocupaban estas mujeres escritoras?

– Si pensamos en la instancia de la letra y su circulación en el siglo XIX, son principalmente las mujeres de la élite criolla quienes son apeladas por este tipo de discurso público y también quienes se sienten más seducidas por la importante posición social que deben y pueden ocupar ahora. El deseo de la madre regulado por la ley del pater familias y el Estado impondrá a las mujeres ciertas costumbres arregladas como muestra de una maternidad civilizada, tales como ser castas antes del matrimonio, ser virtuosas y por ello rechazar el lujo, aprender a administrar la economía doméstica, ser solícitas y sumisas con sus maridos y además, en el ámbito más público, ejercer la caridad con los más vulnerables. No obstante, no todas las mujeres de la élite asumirán este mandato sin prerrogativas, muchas de ellas mediante la escritura de novelas, ensayos, poesía y la publicación de medios impresos inscribirán no solo un discurso emancipador, sobre todo a partir de la década del 70 en adelante, sino también disputarán su entrada en la cultura escrita como autoras.

¿Y cuándo el feminismo como movimiento?

– El feminismo como proyecto mancomunado de liberación deviene a fines del siglo XIX y comienzos del XX, como sabemos, desde la experiencia de proletarización de las mujeres trabajadoras. Las ideas anarquistas tendrán una amplia circulación, articulándose en torno a ellas los primeros colectivos feministas, cuya figura faro será la anarquista catalana Belén de Sárraga (1874-1951), quien viaja por toda América Latina propugnando el feminismo y el anticlericalismo. La experiencia ampliada de la familia patriarcal o «patricéntrica», figurada a lo largo del XIX a partir de las construcciones de género y sexualidad patricias, es interrogada desde este primer feminismo, codificando las variaciones del cronotropo del padre. Ahora bien, la idea de la familia romántica no era del todo una vivencia cotidiana para las mujeres del “bajo pueblo”, quienes muchas veces debían levantar una familia monoparental y vivir la experiencia del “huacherío” de sus hijos como marca de la infamia. No obstante, la carencia del concepto familiar hegemónico posibilitó que estas mujeres ensayaran vías de liberación y desarrollo social, cultural y económico mediante el trabajo productivo y la participación en agrupaciones sindicales, mutualistas y específicamente feministas, a la vez que cuestionaban la división sexual del trabajo afectivo y del cuidado al interior del matrimonio y el sacramentado hogar mariano de la oligarquía.

Este primer feminismo, desde mi perspectiva, da una vuelta importante a la noción que venía trabajando de biopolítica de lo materno en los márgenes de una comunidad falócrata. La nacionalización e institucionalización de la maternidad es puesta en cuestión para ensayar formas diferentes de femineidad y articulaciones alternativas de la familia moderna, a través de una nueva noción política que se sumaba a la agenda anarquista y socialista, la del feminismo. El ideario de este feminismo inicial abogaba por el reconocimiento de la capacidad intelectual y laboral de la mujer, y el derecho a participar de la vida cívica y política de los países de la región, todo lo cual se asumiría en la necesaria organización de las mujeres en contra de la desigualdad “entre los sexos” y a favor de la lucha de clases. Un caso ejemplar, en este sentido, es la obrera tipógrafa Carmela Jeria, quien publica el primer periódico anarco-feminista en Valparaíso, La Alborada (1905-1907).

Ya en el siglo XX, ¿cómo ves la situación de ciudadanía fronteriza de las mujeres?

– Para que la situación de ciudadanía fronteriza de las mujeres cambiara en algo debieron pasar varias décadas más. Alrededor de los años de 1920 y 30, el sufragismo será el núcleo aglutinador hacia donde se dirigirá la primera ola del feminismo latinoamericano, bajo el territorio del feminismo liberal agenciado desde las clases medias y altas. Esta segunda fase de los feminismos latinoamericanos a comienzos del siglo XX perderá la radicalidad que caracterizaba a los feminismos anarquistas y socialistas, para configurar lo que se ha llamado en Brasil, por ejemplo, “feminismo bien comportado”, es decir, un feminismo de damas respetables que negocian dentro de los límites del liberalismo. El discurso «maternalista» se volverá hegemónico luego de la Segunda Guerra Mundial en la lucha por alcanzar la ciudadanía, sobre todo en aquellos países en que el voto todavía estaba negado a las mujeres. Así, por ejemplo, en México el igualitarismo cede su lugar a la reivindicación de una ciudadanía específica de las mujeres, vale decir, una proyección en la sociedad de sus cualidades o capacidades maternas, ellas eran quienes podían lograr el efecto moralizador tan caro a la política. Hermila Galindo, una de las figuras más relevantes para la discusión sobre el sufragismo en México, publicó el semanario La Mujer Moderna (1915-1919), órgano de politización feminista, y colaboró en la organización de los Congresos Feministas de Yucatán, los que reunieron a profesoras de primaria en torno a la búsqueda de reformas en la legislación civil en el período posrevolucionario. Si bien el discurso de Galindo abogaba por el igualitarismo, también sustentaba el derecho al sufragio en la idea de la responsabilidad social de las mujeres como madres. Son muchas las mujeres o organizaciones de este feminismo liberal que ajustarán cuentas con el deseo de maternidad republicana: en Perú, María Jesús Alvarado; en Brasil, Bertha Lutz; en Uruguay, María Abella o Paulina Luisi; en Argentina, Julieta Lanteri o Alicia Moreau; en Chile, Elena Caffarena o Amanda Labarca, entre muchas más.

¿Cuáles serían estas dos fases?

– Como bien sabemos, el feminismo se reactiva a nivel continental a fines de la década de los setenta. Luego de un largo período que Julieta Kirkwood llamó “silencio feminista”, se articula una segunda ola feminista o neofeminismo, como prefiere llamarlo por ejemplo Nelly Richard; en cuyo territorio destacan los feminismos de la resistencia política en las dictaduras militares o cívico-militares del Cono Sur. El feminismo en este nuevo escenario adquiere la fuerza de un movimiento político regional, se celebran los primeros encuentros feministas de América Latina y El Caribe, también el decenio de las mujeres de Naciones Unidas será un nudo de discusión importante para la diversidad de feminismos; no obstante, una de las características que singulariza a este nuevo momento tiene que ver con la articulación de conocimiento teórico feminista y la inauguración de conceptos como patriarcado y género que vienen a desentrañar el anquilosado espectro del eterno maternal. En Chile, un colectivo clave fue el Círculo de Estudios de la Mujer del que la propia Kirkwood fue una de sus fundadoras. Quiero destacar y solo muy brevemente, que la función mortuoria de la «gubernamentalidad» moderna vuelta hipérbole en el terrorismo de Estado, es pensada por las feministas en este nuevo ciclo de lucha a través de una retórica política de los cuerpos que se pregunta por las vidas que importan o que merecen morir en los sistemas simbólicos y materiales de dominación. Creo fundamental que las feministas latinoamericanas abran esta pregunta en el pleno proceso de financiarización descarnada de la vida que el neoliberalismo comenzará a poner en juego, lo que no hace más que demostrar que lo personal es político.

En los noventa no solo asistimos a la institucionalización del feminismo en la academia o a su «oenegización» de nuevo cuño como demanda tan fuerte la feminista boliviana María Galindo a las que ella llama “tecnócratas de género”. El debate en torno a la autonomía feminista es un nudo que encontramos en el feminismo ochentero, pero que de los noventa en adelante –sobre todo a partir de la experiencia del colectivo feminista boliviano Mujeres Creando o el feminismo comunitario indígena de Julieta Paredes, como también el de Las Cómplices, orquestado por chilenas y mexicanas– se ha posicionado como el espacio necesario para poder idear y practicar el feminismo como fuerza «despatriarcalizadora», anticapitalista, antirracista y anticolonial, como también una agencia crítica contra la heterosexualidad obligatoria, todo lo cual nos habla de una nueva fase.

En la diversidad de estos feminismos, veo el deseo de un pachakuti feminista, retomando palabras de la gran socióloga y activista aymara Silvia Rivera Cusicanqui, como el horizonte de expectativas hacia donde debe dirigirse la lucha antipatriarcal y anticolonial. El tejido simbólico en torno a la biopolítica de lo materno se trama, sobre todo en Bolivia, desde las diferencias de género, clase, raza y espacio geopolítico, inaugurando un pensamiento feminista creativo y provocador que pone en jaque la posibilidad de Estados neoliberales o “posneoliberales” con perspectiva de género.

Y brevemente, ¿qué pasa en Chile?

– No puedo dejar de advertir que el peso que en Chile tiene la biopolítica de lo materno explica, entre otras razones claro está, la permanente saturación de los discursos pro-vida en la lucha que hoy damos por el derecho legítimo al aborto o contra los códigos misóginos que perpetúan el femicidio. Biopolítica cruzada por las dinámicas del capital transnacional, que requiere de nuevos ciclos de acumulación originaria o quema de brujas, como señala la feminista italiana Silvia Federici, en la región.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=224309&titular=maternidades-y-feminismo-

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India: Mujeres musulmanas piden a la Corte Suprema en India que prohíba el divorcio instantáneo

India/27 marzo 2017/Fuente: Infocatolica

Varias mujeres divorciadas han solicitado al Tribunal Supremo de la India que prohíba la forma de divorcio conocida como divorcio instantáneo, en la que un hombre puede divorciarse de su esposa con solo pronunciar la palabra «talaq», que significa divorcio en árabe, tres veces.

Una de las mujeres que hace la demanda es Seema Parveen, casada a los 14 y divorciada a los 16 estuvo sometida a un brutal matrimonio donde su esposo la amenazaba con arrojarla desde el balcón de su casa. Se puso furioso cuando le dio a luz una hija y no un hijo.

Ahora con 42 años se ha divorciado tres veces de tres hombres diferentes y ninguno le dio apoyo financiero ni para ella ni para su hijo, lo que ha obligado a tener que volver a la escuela y trabajar para poder mantenerse.  Su tercer esposo la golpeaba, la encerraba en una habitación y le hacía pasar hambre. Posteriormente se divorció de ella por medio de un mensaje de texto enviado por teléfono.

Cuando se le pregunta por qué se someterá a tales malos tratos, Parveen responde «¿Adónde iré ?, mi padre está muerto, no hay nadie que me cuide, pero tengo derechos a la pensión de mi marido, Y no voy a renunciar a eso».

El Tribunal Supremo de la India considerará si el «talaq» es parte integrante del Islam y, por lo tanto, una práctica constitucionalmente protegida bajo la libertad de religión. La Junta de Derecho Personal Musulmán, que gobierna extraoficialmente a la comunidad, dice que talaq es válida como ley divina y se opone a cualquier reforma.

Antecedentes

Países como Paquistán, Túnez y Egipto han frenado la práctica y han movido el divorcio a la órbita del estado y el poder judicial.

En cambio, en otros países musulmanes como Omán, al suroeste de Asia, el matrimonio se ha banalizado a tal punto que los jóvenes se divorcian de sus esposas enviándoles mensajes vía redes sociales. Recientemente Un imam omaní ha alzado su voz en contra de la tendencia de las nuevas generaciones a divorciarse con un mero texto a través de esas redes.

«Los jóvenes en Omán ahora se divorcian enviándose mensajes a través de sus teléfonos. Usar ese método para dar por terminado un matrimonio va contra los principios islámicos», advirtió el jeque Yusuf al Hamdani durante un reciente sermón del viernes en la Mezquita Central de Mascate.

Fuente: http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=28935

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La mitad de las mujeres de África Subsahariana no accede a servicios de salud

África Subsahariana/27 marzo 2017/Fuente: ecodiario

La mitad de las mujeres del África subsahariana no tiene acceso a servicios básicos de salud materna y reproductiva, según un informe del Instituto de Salud Global de Barcelona.

El estudio «Desigualdades en las oportunidades y los resultados de salud de mujeres y niños: un informe de África Subsahariana», que hoy se presenta en el Congreso, analiza los datos más actuales disponibles de veintinueve países.

La investigación pone de manifiesto las desigualdades dentro los países y a nivel regional respecto al acceso a quince oportunidades de salud analizadas en mujeres en edad reproductiva, de 15 a 49 años.

En sus conclusiones, destaca que los niveles de cobertura bajos y poco equitativos generan una situación de exclusión para millones de mujeres que actualmente no acceden a los servicios esenciales de salud materna y reproductiva.

La desigualdad se concentra entre las mujeres más pobres, las que tienen un nivel educativo más bajo y las que viven en zonas rurales, de acuerdo con el análisis.

El empleo de nuevos sistemas de medida como el Índice de Oportunidad Humana (IOH, o Human Opportunity Index, HOI, en inglés) permite determinar los principales factores que contribuyen a las desigualdades, indica la autora principal del informe, Clara Pons.

Las oportunidades que atañen a la salud materna -especialmente el parto asistido por un profesional- y reproductiva -la contracepción- son las que se distribuyen de manera más desigual entre las mujeres en edad fértil.

La situación económica y las circunstancias asociadas, como el nivel educativo o el lugar de residencia, son las principales causas de desigualdad.

El informe ahonda en el grupo de adolescentes, de 15 a 19 años, «un colectivo altamente vulnerable con los peores resultados en cuanto al acceso a servicios de salud reproductiva y logros académicos».

En este caso, los factores que contribuyen a una mayor desigualdad son el estado civil (estar casada), el nivel económico y la situación laboral (estar trabajando).

Ante la exclusión de amplios grupos de mujeres y niñas de las intervenciones esenciales en materia de salud en el África subsahariana, el estudio considera prioritario universalizar los servicios básicos en salud materna y reproductiva centrándose en los grupos más pobres de mujeres para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

También destaca la necesidad de un enfoque multisectorial, puesto que los factores que más contribuyen a las desigualdades en salud materna y reproductiva suelen ser factores externos a los sistemas de salud, como la pobreza, la educación o el matrimonio infantil.

El informe hace hincapié en la necesidad de situar la equidad en el centro de todas las estrategias, lo que requiere movilización política, financiación sostenida para fortalecer los sistemas de salud, así como nuevas herramientas y conocimiento sobre salud materna, infantil y adolescente en los países del África subsahariana.

Fuente:http://ecodiario.eleconomista.es/salud/noticias/8240452/03/17/La-mitad-de-las-mujeres-de-Africa-subsahariana-no-accede-a-servicios-de-salud.html

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¿Saliste hoy? En Egipto las mujeres sufren un constante acoso sexual

Por: Nourhán Elshamy

Desde acoso en las calles a políticas machistas que denigran a la mujer. Egipto no es el paraíso que ven los turistas.

Aunque soy egipcia no tengo amigos, ni conocidos de mi país, pero sí tengo conocidos del norte al sur, de este al oeste de toda la tierra, menos en mi país, aunque hubo un día que tuve y muchos, pero todo ha cambiado por empezar a pensar. La mayoría no ha salido de la educación tradicional en la que nos inculcaban que pensar es pecar, por lo que ellos tienen su razón para alejarse de mí: las personas como yo solo traen problemas. Me pregunto ¿por qué tener una cabeza que piensa es demasiado raro y peligroso? Y sobretodo se trata de quién piensa: una mujer, yo, uan mujer que según la educación egipcia debería tener tapada la cabeza.

Pero cuando hablo con cualquiera de mis conocidos de cualquier país del mundo encuentro esa mentalidad abierta, no de aceptar siempre mis ideas, pero sí de respetarlas, y no digo que son mejores que los de mi país, no es cuestión de ser mejor o peor, sino que la diferencia está en el temor. Los de aquí temen mucho, y con el temor les enseñaron a estar callados, ciegos, sordos. Tampoco digo que yo soy la héroe, la que no teme de nada, quizás yo temo mucho más.

Respecto a mis amistades extranjeras, ellos me hacen siempre la misma pregunta en nuestras conversaciones: «¿saliste hoy?», una pregunta que me sorprende. Parece normal, salir es un acto normal de la vida de todo ser humano, salir de día o de noche, es algo simple, pero par mí no es algo simple, ni tampoco agradable, y en cambio sí muy peligroso. ¿Por qué?, pues porque cada vez que salgo, sufro de acoso sexual, así tan simple, no hay ningún día de mi vida que haya salido sin acosos,en la calle, en las escuelas, en los institutos, en las universidades, dentro de cada oficina de trabajo, en el mercado, en los jardines, etc. El acoso sexual no es tan simple como su definición según Wikipedia: la intimidación o coerción de naturaleza sexual, o la promesa no deseada o inapropiada de recompensas a cambio de favores sexuales. No sé por dónde he de comenzar, pero debo regresar al principio. Cuando tenía 14 años estaba en una escuela que era solo para chicas, durante 3 años, cada mañana, no quería irme a la escuela diciendo a mi madre un montón de excusas, ¿por qué? Pues todos los días a la salida de la escuela a las 14:00 de la tarde, siempre había un hombre a 10 metros más o menos de la puerta de escuela, ese hombre estaba haciendo gestos asquerosos, teniendo la cremallera de sus pantalones abierta, con su miembro fuera. No entendía qué es esto, ni tampoco por qué nadie hizo nada, estaba en un punto donde toda la gente podía verlo con claridad, pensé que estaba loco, y no sabía qué hacer, solo me daba mucho miedo, y templaba, y no quería volver a ir de nuevo a esa escuela. Recuerdo un día estando en la casa de una amiga más valiente que yo que contó todo a su mamá, y de repente y sin aviso la madre empezó a pegar mi amiga muy fuerte, gritando “¿Por qué miraste a ese hombre?, deberías ir por otro camino” no entendí que mal hizo mi amiga, pero aprendí que tenemos que esconder la cabeza como el avestruz. Por cierto, desde entonces mi amiga no fue nunca más a esa escuela, ni ninguna otra.

Mucha gente pensará que es una rara y poco habitual situación, pero en todas las salidas de las escuelas de chicas en Egipto, y no solo a las salidas, en cualquier calle, en el metro, en las esquinas, de día y noche se ven los hombres caminando con sus penes fuera, hombres en sitios públicos masturbándose. Gente religiosa cuyo paraíso está creado solo para ellos, como me enseñaron en la escuela.

Con los años por fin me fui a la universidad, la casa de las ciencias y culturas, pero mi alegría no se ha cumplido. No hablaré de los abusos dentro de la universidad, pero de mi camino de la casa hasta la universidad, 25 minutos de miedo, asco y estrés, son unos minutos pero muy largos: chistes sucios, agresión física, insultos y miradas fijas en cada punto de mi cuerpo. No soporté el sentimiento de la culpa que sentía… y aun no sabía qué hice, pero en Egipto la teoría es que la ropa de la mujer incita a ser acosadas. Auqnue en realidad, aquí, en cualqueir esquina se pueden ver a grupos de chicos acosando a perras callejeras, a mujeres de 60 años, incluso a las que llevan burka y solo se las ven los ojos. Así que la teoría falla y puede que el problema aquí sea ser mujer, simplemente. Y lo peor es que no puedes denunciar, aunque hay muchas leyes, pero nada funciona además si cualquier mujer insista en denunciar y luchar por sus derechos, por desgracia que no llegará a nada, y si una sufre de violación, en muchos casos la única solución será que se case con el violador, porque ya no es virgen, nadie la aceptará.

En el parlamento egipcio nos salió uno de los grandes parlamentarios del país quien debe trabajar para mejorar la vida, pero de lo que se ocupa es de pedir que las estudiantes, antes de continuar su educación universitaria, deben mostrar un papel obligatorio, más importante para él que las notas altas: el test de virginidad  y quien rechace hacerlo no podrá cumplir su educación. No se puede comprender qué relación hay entre continuar los estudios y lo que la mujer tiene entre las piernas!

Al decir eso a mis conocidos me dicen que yo exagero mucho, y muchos de ellos han venido aquí y vieron una vida tranquila y muy bonita, y sí hay muchas mujeres tapadas pero también hay otras que llevan lo que quieren, pero la respuesta es muy sencilla: el 99.9% vive en ciudades pobres sin seguridad, sin servicios, sin nada. Los turistas ven a ese 1% que tiene la seguridad, el poder, y todos los servicios. Yo y muchas otras mujeres no tenemos el lujo de participar en clases de baile, ni deporte, ni tampoco puedo salir a correr por la mañana. Pero eso no significa que no extrañe el salir, a veces después de estar en mi habitación meses y meses, el sol entra y me llama por la ventana, y me invita a dar una vuelta por las calles del Cairo, las que tienen esa mezcla de lo antiguo y moderno, los que se abrazan convirtiendo en un verso de belleza el que te alegra la mirada, y de tomar un café en una de las terrazas fabulosas que están a la orilla del Nilo, que ilusión, pero antes de salir de mi barrio, regreso corriendo a mi habitación, diciendo gracias al fundador del internet por poder ver mi país al menos por la red, y por tener café en mi cocina.

Los perjuicios del acoso sexual: la depresión que causa la desconfianza, la que causa el aislamiento social, el que causa a la furia, la que causa la parálisis de sueño, la que causa el insomnio, el que causa alta presión arterial, la que causa la histeria, la que causa finalmente el suicidio…

Solo lo que pido es salir a la calle tranquila, sin estrés ni miedo, sentarme en el autobús sin girarme la cabeza 360º para ver por dónde me van a atacar, quiero pasar el fin de semana en un jardín leyendo un libro en paz, sin que me toquen ni me digan insultos, no es piropo es abuso. Al 99% de las mujeres en Egipto les ocurre diariamente. ¿Sabéis cuántas mujeres se suicidan diariamente por no poder soportar el estrés en el que viven? ¿Sabéis cuántas mujeres las violan durante el mediodía? ¿Pero dónde están y qué hacen las feministas? Pues tan ocupadas saliendo en huelgas.

Fuente: http://www.mundiario.com/articulo/sociedad/saliste-hoy-egipto-mujeres-sufren-constante-acoso-sexual/20170207182815078633.html

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Crece asesinato de mujeres en México

México/20 marzo 2017/Fuente: Prensa Latina

El feminicidio en México tiene un marcado ascenso, reconoce hoy la Fiscalía Especializada en Atender Violencia Contra las Mujeres por Razones de Género.
Según la fuente en lo que va de año se reporta la muerte de 22 mujeres por violencia, cifra que supera la media de años anteriores.

De acuerdo con datos de la prensa nacional más de 10 mil mujeres han sido asesinadas desde 2012.

Mientras los crímenes por la lucha entre los carteles de la droga y la delincuencia en distintos estados del país marcan cifras récord.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública apuntó que solo en enero pasado se reportaron mil 938 homicidios.

Este incremento se da después que el gobierno, en agosto 2016, lanzó un programa para disminuir los asesinatos en los 50 municipios más críticos.

Lo más alarmante para los estudiosos es que nunca se habían cometido tantos homicidios al comenzar el año. arc/rga

Fuente noticia: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=72147&SEO=crece-asesinato-de-mujeres-en-mexico

Fuente imagen: https://www.awid.org/sites/default/files/thumbnails/image/banner_-_19_august_2015.jgp

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España: Las mujeres de Illana (Guadalajara) toman el mando para celebrar su día

España/Marzo de 2017/Fuente. El Digital

La celebración del Día Internacional de la Mujer en Illana (Guadalajara) se trasladó al sábado 11, durante el cual se desarrollaron por parte del Ayuntamiento toda una serie de actos dedicados a las vecinas de la localidad.

Con participación de mujeres tanto del núcleo urbano como de las urbanizaciones y colaboración de la representación local de la asociación AFAMMER, la jornada comenzó con una misa en la Iglesia Parroquial en honor a todas ellas.

El acto institucional se desarrolló en el Lavadero Municipal, ocasión que se aprovechó para inaugurarlo tras las recientes obras de restauración. Un escenario emblemático de la villa que representaba «el trabajo y la lucha incansable que han llevado a cabo las mujeres para pasar de la imagen de mujer únicamente doméstica que se tenía no hace tantos años a ser verdaderas protagonistas por méritos propios de los ámbitos profesional, cultural, económico e intelectual», informan en nota de prensa.

Allí, el alcalde, Francisco Javier Pérez del Saz, tras producirse la lectura de un manifiesto reivindicativo por la igualdad real de hombres y mujeres, destacó el papel fundamental que han tenido siempre las mujeres en Illanapara el desarrollo del pueblo y dos de las presentes tomaron el bastón de mando al ser elegidas alcaldesa y vicealcaldesa en representación de todas las mujeres.

A la hora de la comida los actos se llevaron a cabo en el salón de actos del Centro Social. Las asistentes degustaron una rica paella tras la visualización de un vídeo de homenaje elaborado para la ocasión en el que se subrayaba el trabajo incansable de las illanitas a lo largo de las generaciones. Después de la comida, todas recibieron un obsequio y disfrutaron de toda una serie deactividades lúdicas y festivas que contribuyeron a amenizar la celebración.

El concejal responsable del área, Rafael Alonso, hizo patente el compromiso por parte del Ayuntamiento, que tiene que ser de todas las instituciones y toda la sociedad, de trabajar en pro de la eliminación de las desigualdades y que ha de empezar por la educación y la concienciación en valores.

Todos los asistentes hicieron un clamor unánime de condena a cualquier tipo de discriminación hacia la mujer y al drama de la violencia de género.

Fuente: http://www.eldigitalcastillalamancha.es/las-mujeres-de-illana-guadalajara-toman-el-mando-para-celebrar-su-dia-238325.htm

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España: Sin educación no hay igualdad

Españ/09 marzo 2017/Fuente: elperiodico

La escuela ha ayudado a avanzar en la igualdad de género en los últimos años, pero el resultado es todavía insuficiente, advierten los expertos.

Hoy es el Día de la Mujer. Las mujeres están llamadas a seguir una convocatoria de paro de media hora y afloran de nuevo las estadísticas que reflejan que la brecha salarial continúa presente, que la igualdad sigue estando demasiado lejos. La sociedad se pregunta de nuevo qué hacer y fija sus ojos en la educación. La clave para sentar las bases de la igualdad y que nos enseña que queda mucho por aprender.

Rótulos neutros para indicar cuál es el despacho del director o directora y cuál el de la jefa o jefe de estudios, tareas iguales para alumnos y alumnas (si toca recoger y limpiar el aula, todos trabajan lo mismo), incentivos para que las chicas que son brillantes en Ciencias venzan los estereotipos y se animen a estudiar carreras tecnológicas o ingenierías. Y lo mismo con los chicos, ¿qué tiene de malo que un chaval estudie danza?

«La escuela es fundamental. Cuanto antes empiecen los niños a abordar la igualdad de género y a combatir los clichés, a tratar a todos sus compañeros con equidad y tolerancia, mejor». Lo dice, con toda la firmeza del mundo, una de las estudiantes que este año terminan el ciclo de Promoción de la Igualdad de Género en el instituto público Can Vilumara de L’Hospitalet de Llobregat. Ana, que así se llama la alumna, forma parte de la segunda promoción que saldrá del centro con una titulación específica en estos estudios.

Desde que en 1976 se planteó por primera vez en Catalunya que niños y niñas fueran juntos a clase de manera normalizada (hasta entonces, las aulas mixtas eran una excepción), los avances hacia la coeducación o educación en igualdad de condiciones para hombres y mujeres han sido relevantes. «Pero insuficientes», constataba recientemente Mercè Otero, docente, feminista y miembro del colectivo Ca la Dona.

¿Cómo se enseña la igualdad?

Cuentos de chicas que no son princesas
Ensenyament propone a los maestros para la jornada de hoy que trabajen en clase historias protagonizadas por mujeres que superen los estereotipos.

Más mujeres en los libros de texto
Los profesores de Tecnología piden a las editoriales cambios en las portadas de los libros de texto de la asignatura. Siempre que sale una figura humana es un hombre, lamentan.

No solo fútbol en el patio
Son varias las escuelas que han restringido el uso de balones en sus horas de recreo. La medida no solo permite dar espacio al juego femenino, sino también diversificar el ocio de todos.

Aún hay, indicaba Otero, momentos y lugares en los que se perpetúan los roles tradicionales de género. «Existe todavía una brecha en los juegos que se imponen en la hora del patio, en el lenguaje que se emplea en el aula y en los ejemplos personales y referentes que se utilizan cuando se explican las asignaturas, ya sea Matemáticas o Historia», señaló.

El sexismo académico sigue, por ejemplo, guiando a las chicas hacia los estudios más sociales, los que propician el trato humano, mientras que la tecnología sigue siendo coto casi exclusivo de los chicos. No hace falta llegar hasta la universidad para comprobarlo: en el curso 2015-2016, el último del que el Ministerio de Educación tiene datos oficiales, un 93% de las estudiantes de ciclos de formación profesional (FP) del área de la Imagen Personal eran chicas; en la rama de Textil y Confección representaban a un 86,2% del alumnado y en Servicios Sociales, a un 85,5%. En Electricidad y Electrónica, en cambio, solo había un 2,5% de estudiantes femeninas y en Instalaciones y Mantenimiento, un 1,8%.

LA DIFÍCIL ADOLESCENCIA

Mercè Otero, que participó en los años 80 en la redacción del Libro Lila de la educación en Catalunya, asegura que, pese a los muchos esfuerzos y los importantes pasos dados en los últimos tiempos, «la escuela es todavía androcéntrica«. Entre otras cosas, apunta, porque no ha habido suficiente formación del profesorado en este sentido. «Nadie se ha preocupado por saber qué pasa y cómo tratar a los alumnos en la difícil franja de la preadolescencia y la adolescencia, nadie ha explicado a los profesores de secundaria cómo explicar o cómo tratar a cada uno de sus alumnos según sus especificidades», lamenta.

No es fácil bregar con estudiantes que se encuentran en plena revolución hormonal, en fase de formación de una identidad propia y con unos modelos (en casa, en la tele, en Instagram) que muchas veces son lo contrario de la igualdad y la tolerancia. Por eso, una de las últimas actividades que han realizado los estudiantes del ciclo de Promoción de la Igualdad de Género del Can Vilumara ha sido impartir una formación a sus propios profesores (también a los que dan clases en ESO y en bachillerato), para que «tengan unas herramientas, unas nociones, ni que sean básicas, para saber cómo tratar estos temas», subraya Livia, otra de las estudiantes del ciclo.

«El problema es que los profesores, cuando estudiaron sus carreras, nunca tuvieron ninguna asignatura específica sobre cómo tratar la diversidad de género, ninguna diversidad de hecho», añade la joven, que también es maestra. «Y acaban reproduciendo lo que ellos vieron, a su vez, cuando eran alumnos», remacha Marta, otra de las jóvenes que termina este año el ciclo. Está claro, coinciden las chicas, que cada docente tiene sus propios apriorismos, que de un modo u otro se reflejarán siempre en sus clases. «Es lo que denominamos el currículo oculto«, señalan.

¿QUÉ TELE MIRAN?

El cambio no lo debe de hacer solo la escuela. En la educación -en el sentido amplio del término- también intervienen agentes como la familia, los consumos culturales y, por supuesto, los contenidos que circulan por las redes sociales. «Hay cosas, muchas cosas, que se están haciendo bien, pero todavía hay muchos ejemplos de malas prácticas, empezando por algunos de los dibujos animados que miran los niños en televisión», apunta Mònica, alumna también del ciclo. «Todos deberíamos ser corresponsables», sentencia.

Tanto el plan para la igualdad de género en el sistema educativo, impulsado por la Conselleria d’Ensenyament en el 2015, como la Xarxa d’escoles i instituts per la igualtat de tracte i la no discriminació de Barcelona, auspiciada por el ayuntamiento de la capital catalana, hacen énfasis en la necesaria implicación de las familia.

«Estudiar un curso como este abre la mente. Sabía que había machismo, yo misma había vivido algunas situaciones, pero nunca imaginé que quedara aún tanto por hacer», concluye Marga, también estudiante del Can Vilumara.

Los alumnos de Promoción de la Igualdad de Género llegan desde orígenes muy distintos. «Hay quien viene procedente del bachillerato y quien accede después de haber estado un tiempo trabajando», detalla la profesora Montse Sánchez, coordinadora del ciclo. «Hay un alumno que está aquí después de haber hecho un grado de videojuegos y comprobar cómo se trata allí la igualdad de género», comenta. Su cometido será, entre otros muchos, seguir adelante con la difícil labor de concienciar y hacer que cambien muchas mentalidades.

Algunos datos sobre la mujer en el sistema educativo

La tasa de abandono escolar femenino registrada el 2016 en España ascendió al 15%, cuatro puntos por debajo de la masculina. Son también 10 puntos menos que el 25,1% que hubo el año 2008.


Casi el 81% de los maestros que el curso pasado trabajaban en España eran mujeres. En educación secundaria, su presencia se reducía al 59,7% y en la universidad, al 40,5%.


Poco más de un tercio de los alumnos con altas capacidades son chicas. Si no hay paridad, explican los expertos, es porque ellas se esconden o disimulan para no distinguirse del grupo.

Fuente:http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/dia–de-la–mujer-educacion-igualdad-genero-5882855

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