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Porque arrieros somos…

Por Ilka Oliva Corado

¿Qué gobierno democrático latinoamericano les dirá “mi casa es su casa” a los migrantes haitianos? ¿Cuál es pues el humanismo de los grandes defensores de la memoria histórica latinoamericana ahora que sus hermanos haitianos los necesitan?

En Guatemala, por ejemplo, un pequeño potrero donde pululan racistas, clasistas, xenófobos, homofóbicos y corruptos, ser negro es peor que ser indígena, el negro está en el último lugar no sólo de las clases sociales, también de los derechos humanos. Nadie quiere tener un amigo negro, un empleador negro, un docente negro, una esposa negra, hijos negros. Y aunque parezca increíble porque los pueblos indígenas también han sido explotados y excluidos, estos tampoco quieren relacionarse con los negros, no jodan, ¡sería el acabose!

Los negros solo sirven para una cosa, mueren por tener un amante negro, pero jamás tendrían una esposa negra mucho menos hijos negros y con esto no hablo solo de Guatemala, esto es a nivel mundial, pero en la Latinoamérica de mente colonizada es algo muy visible.

Mucho se habla de ser negro en Estados Unidos, porque claro, hay que darle palo a Estados Unidos por donde se pueda ya que nosotros somos incapaces de enfrentarnos  al espejo y ver lo racistas que somos, es mejor siempre echarle la culpa a otro.  Nosotros, canallas, callamos lo que es ser negro en Latinoamérica, que lo cuenten las comunidades afros de Colombia y la pobreza a la que han sido sometidas durante décadas, a la violencia, las desapariciones forzadas y el robo de tierra descarado del gobierno que los obliga a la peregrinación. Que lo cuenten las favelas en Brasil no sólo en tiempos de Bolsonaro. Carolina Maria de Jesus tuvo las agallas de relatar cómo es vivir en la favela y ser sometido a la pobreza y exclusión, hoy en día las imágenes hablan por sí mismas y aún así no hay reacción.

Imágenes, si así tratan a los migrantes en las fronteras cuando hay cámaras imaginemos lo que hacen con ellos cuando nadie los está viendo para denunciarlos, no me refiero sólo a Estados Unidos, que no lo estoy defendiendo sólo trato de exponer que nosotros los grandes humanistas latinoamericanos también tenemos una doble moral de cuero grueso y utilizamos a nuestra conveniencia el lomo reventado del indocumentado cuando de sacarle ventaja se trata. Porque quién se ha preguntado cómo se llama el joven que recibe el amague del látigo del agente de La Patrulla Fronteriza, ¿si tiene familia?, ¿qué lo llevó a dejar su país y llegar hasta Texas?, ¿cómo fue su recorrido?, ¿por qué no encontró refugio en ningún país latinoamericano? Sólo expusimos el machón negro que entre más oscuro mejor y le arrancamos de tajo la identidad y dejamos la imagen clara del hombre blanco con el látigo, ahí milagrosamente se nos refrescó la memoria y resultamos conocedores de la historia de opresión de los negros en Estados Unidos, ¡pero oh dolor, no la de los afros en Latinoamérica!

Porque ahí nomás en República Dominicana, país de prietos que se creen caucásicos como el resto de Latinoamérica, por supuesto, en 2013 en tiempos de un gobierno humanista a los hijos de haitianos indocumentados nacidos en el país se les quitó la nacionalidad dominicana, fueron más de 250 mil que quedaron en el limbo. Ahí no brincó la Latinoamérica humanista, hasta cuando lo quiso hacer Trump en Estados Unidos. ¿Doble moral acaso o desmemoria?

Pero volviendo al tema migratorio, en México, en agosto, el director de una Estación Migratoria en Tapachula ( del Instituto Nacional de Migración) fue captado pateando en la cabeza a un migrante que viajaba con la caravana de centroamericanos que buscaban llegar a Estados Unidos. López Obrador salió diciendo que ya había sido removido de su cargo cuando por ahí se filtró la foto. Pero en Latinoamérica no se le dio palo a AMLO por esa imagen desgarradora, ni  por las políticas de su gobierno en asuntos de migrantes indocumentados, que en realidad no han variado mucho en comparación con los gobiernos neoliberales de años anteriores. Mientras en Texas se les cerraban las puertas a los migrantes haitianos, del lado de México sobrevolaba un helicóptero y eran atrapados por costaladas para ser deportados en calienta a su país de origen. Pero la imagen de las docenas de autobuses en Coahuila a solo metros del campamento no fue expuesta, porque pues, se trata del “hermano” López Obrador que en la reunión de la Celac dijo a los participantes, (donde cabe rescatar con un aplauso de pie la participación de Cuba y Venezuela, porque las cosas no son en blanco y negro) que “México es casa de todos”. Menos de los migrantes indocumentados, claro está.

En fin, mientras palabras van y palabras vienen, son mundos de haitianos atravesando Latinoamérica, ¿qué gobierno humanista que denuncia el neoliberalismo y la política externa de Estados Unidos les dirá que en su país tienen las puertas abiertas para que tengan casa, trabajo y paz? Que eso es lo que llegan buscando a Estados Unidos los migrantes indocumentados sin importar su color. ¿Qué gobierno democrático latinoamericano les dirá que “mi casa es su casa” a esos negros de los que se sienten tan orgullosos cuando hablan de la Haití valiente que se paró para eliminar la esclavitud?

¿O somos de los cretinos que tiran la piedra y esconden la mano? ¿En dónde está la devoción al Che Guevara, a Martí, a Chávez, a Monseñor Romero, a Evita, a Jacobo Árbenz, a Salvador Allende, Perón, a Las Adelitas, a Emiliano Zapata, a Mariátegui, ¿a Sandino?, ¿al Fidel del que tanto campaneo hacen? ¿Cuál es pues el humanismo de los grandes defensores de la memoria histórica latinoamericana ahora que sus hermanos haitianos los necesitan? ¿O existen sólo cuando Estados Unidos los violenta en la frontera? No se trata sólo de abrir las fronteras para que pasen, eso es lavarse las manos, se trata de involucrase, ofrecerles un lugar para vivir, trabajo y derechos.

Porque arrieros somos y un día ojalá así sea, la sangre haitiana de la Mamá África florezca en cada rincón de la Latinoamérica racista que hoy le voltea la espalda y el creolé lo hablen con orgullo los descendientes de quienes hoy son humillados en las calles polvorientas de la América Latina de mente colonizada.

Fuente: https://rebelion.org/porque-arrieros-somos/

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La debacle educativa tras el golpe en Myanmar

Por: Khai Ring

El 1° de febrero de 2021, el ejército birmano derrocó al gobierno elegido democráticamente y detuvo a la Consejera de Estado, Aung San Su Kyi, bajo cargos falsos. En medio de la crisis del Covid-19, los niños y niñas del estado de Chin no tienen clases desde hace un año y medio. Mientras las Fuerzas Armadas utilizan las escuelas como bases militares y acosan a las organizaciones educativas no gubernamentales, los padres, maestros y estudiantes ven a la desobediencia civil como un mecanismo de resistencia: “No necesitamos una educación militar esclava”.

 Seis meses después del golpe, la disposición de la Junta Militar para asesinar, mutilar y detener menores continúa siendo estremecedora. Desde junio, la Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP) ha calculado que el número de víctimas menores de 18 años asciende a 72. Once de esas muertes han sido el resultado de heridas en la cabeza producidas por armas de fuego, lo cual indica la presencia de francotiradores en las marchas y protestas.

Más de 1000 niños han sido detenidos y dos fueron condenados a muerte luego de haber sido acusados de matar a un partidario del golpe. Los juicios se llevan a cabo en el marco del Estado de Sitio impuesto en marzo, el cual transfirió poderes ejecutivos y judiciales a los mandos militares regionales. En consecuencia, no se respeta el debido proceso. La AAPP registra dos niños asesinados en el estado Shan, uno en Kayah, uno en Mon y tres en Chin. Sin embargo, probablemente el número de muertes infantiles sea mucho más alto dada la dificultad de recolectar información en zonas habitadas por minorías étnicas, donde las edades de quienes fueron asesinados por la artillería militar y los ataques aéreos continúan sin confirmarse.

Los crímenes cometidos contra los menores son los actos más viscerales y obscenos perpetrados por la Junta Militar y quedarán grabados en la consciencia del Estado. A esto, debemos sumarle los niños desprovistos de atención médica y sin acceso a la educación. El Comité de los Derechos del Niño de la Organización de la Naciones Unidas ha mostrado su preocupación ya que una generación entera de menores se está viendo perjudicada por la crisis.

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Asamblea escolar. En Paletwa, algunas escuelas están cerradas desde 2017 debido al conflicto en curso. Foto: DMG Newsroom
RECHAZO A LA EDUCACIÓN ESTATAL

Chin suele ser descrito como el estado más pobre y menos desarrollado de Myanmar. Aquí, la educación siempre ha sido una preocupación desde el punto de vista de los derechos humanos. Junto al confinamiento por el Covid-19, el golpe provocó que los niños no tengan clases desde hace más de un año y medio. En el distrito de Paletwa Township, la interrupción educativa y el cierre de escuelas han provocado un fuerte descenso de la educación formal.

Cuando el 1° de junio, el gobierno militar ordenó la reapertura de las escuelas del país, el 90% de los niños no asistieron. Los padres se negaron a enviarlos a las escuelas de la Junta Militar: “No necesitamos una educación militar esclava”. Los docentes permanecieron comprometidos con la huelga nacional y el Movimiento de Desobediencia Civil, y muchas escuelas del estado Chin continuaron ocupadas por las Fuerzas Armadas.

En Chin, la situación de la educación se encuentra estrechamente relacionada a la idea de revolución. De los 9.667 docentes que trabajan en las 1.515 escuelas estatales, más de 4.000 han sido despedidos por la Junta Militar por haberse unido al Movimiento de Desobediencia Civil. Cuando las instituciones educativas abrieron sus puertas, no asistió ningún niño de los municipios de Kanpetlet, Mindat, Tonzang y Thantlang. El rechazo de los docentes y de los habitantes de Chin no es novedoso. El sistema educativo es considerado una imposición colonial: una herramienta de la opresión y de la asimilación cultural denominado “burmanización”.

Las estadísticas de rendimiento educativo en Chin muestran que la educación pública no termina de beneficiar a gran parte de un país que cuenta con 35 idiomas indígenas. La imposibilidad de enseñar en los dialectos maternos, la falta de financiación y una estructura educativa obsoleta han llevado a que las comunidades del estado Chin se encuentren en los niveles más bajos de escolaridad del país. Desde 2015, el porcentaje de aprobados fluctúa entre el 14% y 21%, muy por debajo del promedio nacional ubicado en el 33%.

La idea de que la educación es una esfera clave de la desobediencia civil a un gobierno dominado por la etnia bamar se encuentra fuertemente enraizada. La Fuerza de Defensa Chin en Mindat, una milicia compuesta por indígenas, ha dejado en claro cómo será evaluada la asistencia a la escuela durante el gobierno militar. En este sentido, el Viceministro de Educación del Gobierno “paralelo” de Unidad Nacional, Sai Khaing Myo Tun, declaró que a los docentes que no formen parte de la desobediencia civil les hacía falta “fuerza moral”.

Esta mirada es compartida por las organizaciones de la sociedad civil de Chin, tal como lo refleja el líder Salai Tuan Min: “A partir del golpe, todas las actividades llevadas a cabo por organizaciones de la sociedad civil se han detenido. Algunos de los docentes se encuentran en huelga, otros con órdenes de arresto y algunos se están escapando. Como el lugar donde residen en las comunidades no es seguro, tratan de esconderse y escapar para salvar sus vidas. La educación es bastante secundaria comparado con esto”.

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Niños comiendo en un campamento para desplazados en el municipio de Mindat. Foto: Comité de Gestión de Mindat.
UNA BRECHA EDUCATIVA INTERGENERACIONAL

El 1° de agosto se cumplieron seis meses del golpe. Mientras las escuelas continúan siendo utilizadas por el ejército birmano como bases militares, los docentes debieron darse a la fuga y, los pueblos y aldeas han sido evacuadas. Asimismo, el Covid-19 está arrasando los municipios del norte. Ante la ausencia de datos oficiales, las organizaciones de la sociedad civil de Chin contabilizan alrededor de 80 personas fallecidas desde agosto y más de 2.000 contagios desde febrero. Auxiliar con respiradores a los casos más graves se ha convertido en un desafío debido al deteriorado sistema de salud y las dificultades de acceso humanitario.

La falta de educación impacta psicológicamente en los niños indígenas y en el desarrollo de la región a largo plazo. Durante el asedio al pueblo de Mindat en mayo y junio, el ejército birmano utilizó las escuelas como base; atacó la infraestructura civil y bombardeó casas; detuvo y disparó arbitrariamente a la población; utilizó civiles como escudos humanos; y cortó el suministro eléctrico y de agua del pueblo. Todas estas acciones produjeron el desplazamiento de más de 10.000 personas.

El investigador de políticas educativas en Myanmar Salai Thawngsan señala: “Aquellos que deberían estar en las escuelas están huyendo y escondiéndose para salvar sus vidas. Sus opiniones podrán cambiar, pero será difícil hacer que piensen en regresar a la escuela como antes. Nunca volverán a ver a la educación como una actividad normal. Ven a la educación y la asistencia a las instalaciones escolares como un modo de apoyar las actividades militares”.

Mientras en Chin no abundan los recursos naturales, las reformas a las políticas de titularidad de tierras y el cambio climático han perjudicado los métodos tradicionales de sustento como la rotación de cultivos. Por lo tanto, el pueblo Chin había comenzado a ver a la educación como una herramienta de ascenso social y una estrategia de desarrollo local. “El estado Chin no es como otros lugares. Obstruir la educación es una forma de destruir nuestro futuro. Sin educación es difícil sobrevivir en Chin. En el pasado, el pueblo podía recurrir a la rotación de cultivos. En cambio, los jóvenes no tienen el conocimiento tradicional. ¿Qué podrán hacer sin educación?”, se pregunta Salai Thawngsan. La preocupación es que por el conflicto, la falta de educación y la imposibilidad de vivir de la tierra como lo hicieron sus padres, las nuevas generaciones migren hacia Malasia, Tailandia o India.

¿UN NUEVO AMANECER?

El gobierno paralelo ha diseñado un programa educativo domiciliario para aquellos padres que no quieran enviar a sus hijos a las escuelas administradas por la Junta Militar. El programa va a existir en dos formatos, virtual y presencial, con el objetivo de alcanzar un mayor número de estudiantes. A largo plazo, se está diseñando un nuevo plan curricular que se apoya en la idea de una democracia federal, en oposición al actual sistema unitario del gobierno militar. El plan educativo también mantiene el pago de salarios a aquellos docentes que son parte del Movimiento de Desobediencia Civil.

No obstante, Salai Thawngsan sostiene que la utilización de plataformas virtuales, las clases por Zoom y los materiales descargables propuestos por el gobierno paralelo no funcionarán en el estado Chin ya que la conectividad a internet es muy baja y la disponibilidad de electricidad es limitada: “No tenemos una red de contención para la educación. Tenemos a las organizaciones de la sociedad civil, pero no pueden trabajar. Al mismo tiempo, la conectividad es muy precaria, lo cual hace que la situación sea peor que en otras partes del país. Si bien el foco del gobierno paralelo es la virtualidad y la tecnología, en el estado Chin es muy difícil el acceso”.

Actualmente, el Consejo Consultivo Nacional de Chin, conformado por organizaciones que se oponen a la Junta Militar, no ha mostrado un plan para solucionar la crisis educativa. Junto al gobierno paralelo, debe enfocarse en el aprendizaje en regiones remotas y, reforzar los diálogos con los docentes y la sociedad civil. “Cada comunidad del estado Chin necesita pensar cómo educar a sus niños. De lo contrario, no habrá esperanza para el futuro. Incluso la comunidad religiosa debe priorizar este objetivo. No podremos hacerlo en cada aldea, pero necesitamos seleccionar lugares donde las aldeas puedan tener un acceso seguro”, señala Thawngsan.

Existe un refrán que se ha popularizado en las redes sociales: “La noche es más oscura antes del amanecer”. Aunque el país parezca estar en su hora más oscura, la comunidad educativa debe estar preparada para el retorno de la democracia. La sociedad post-golpe debe cumplir la promesa de “no dejar a nadie atrás” y permitir que los niños accedan a nuevas oportunidades a través de la educación.

Khai Ring, de la etnia Chin, es Director de Investigación y Políticas de una organización de la sociedad civil enfocada en la educación. Su trabajo se enfoca en el desarrollo de políticas públicas y el aprendizaje basado en las lenguas maternas indígenas.

Fuente de la información e imagen: https://www.iwgia.org

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Los ayoreos apelan a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para salvar su bosque de la destrucción

Fuentes: Survival

La supervivencia del último pueblo indígena no contactado de América fuera de la Amazonía está en riesgo.

Los ayoreos bloquearon previamente la carretera trans-Chaco para llamar la atención sobre la inacción del gobierno por la destrucción de su bosque.

El pueblo indígena Ayoreo-Totobiegosode del Chaco paraguayo, que vive en uno de los bosques con mayor índice de deforestación del mundo, ha apelado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para salvarlo de la destrucción total. Sus familiares no contactados huyen de un rincón a otro de lo que queda del bosque, buscando refugio de las excavadoras que avanzan sobre su territorio.

Desde 1993, cuando presentaron una petición formal de la titularidad de su tierra, los ayoreos han intentado proteger su bosque de la rápida expansión de la frontera agrícola.

En 2013, ante la falta total de voluntad política en Paraguay para hacer cumplir la ley y detener la destrucción de sus tierras, los ayoreos solicitaron la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

En 2016, a propuesta del propio gobierno, accedieron a entablar negociaciones formales por sus títulos territoriales, pero cinco años y 42 reuniones después, su tierra continúa en manos de empresas agroganaderas y la destrucción de su bosque avanza sin freno. Las fotografías satelitales revelan que los ayoreos viven actualmente en una isla de bosque rodeada de monocultivos y ranchos de ganado.

Ante esta situación, los ayoreos acaban de anunciar que se retiran de las negociaciones, y han solicitado de nuevo a la Comisión Interamericana que ordene a las autoridades paraguayas que les devuelvan su tierra y expulsen a las empresas agroganaderas que se han apoderado de ella.

El bosque de los ayoreos está siendo deforestado a un ritmo vertiginoso
El bosque de los ayoreos está siendo deforestado a un ritmo vertiginoso © Earthsight

 

Aunque la mayoría de los ayoreo-totobiegosodes fueron contactados a la fuerza por misioneros evangélicos estadounidenses hace algunos años, un número desconocido permanece sin contacto viviendo en una pequeña isla de bosque que está en riesgo de ser completamente destruída.

Este año, un grupo de ayoreos no contactados se comunicó, hasta en dos ocasiones, con algunos de sus parientes contactados mediante gritos y canciones, para expresar su miedo ante la destrucción de sus tierras, antes de volver a esconderse en el bosque.

El líder ayoreo-totobiegosode Porai Picanerai, quien fue contactado de manera forzada por la Misión Nuevas Tribus en 1986, dijo: Mi gente que vive en el monte [los no contactados] sufren mucho y están en peligro porque ya tienen muy poco espacio donde moverse y vivir. Hay mucha gente extraña ocupando nuestras tierras y quemando el monte para producir ganado”.

Porai también añadió: “Tras haber participado en la mayoría de las 42 reuniones he comprobado nuevamente que el Estado no cumple con las comunidades indígenas, que no cumple su palabra, que miente y no tiene voluntad de proteger a mi gente y devolver las tierras que siempre habitamos y cuidamos”. Y concluía: “Solo recurriendo a otras autoridades como la CIDH conseguiremos que el Estado haga algo por mi gente”.

La investigadora de Survival International Teresa Mayo dijo hoy: “Los ayoreo-totobiegosodes han concluido el proceso de negociación porque el gobierno lo ha estado dilatando mientras permitía la destrucción desenfrenada del bosque ayoreo. El Estado sabe que simplemente “no haciendo nada” condena a muerte de manera efectiva a los ayoreos no contactados y, si un gobierno ve el exterminio de un pueblo como la solución a su “problema”, estamos hablando de genocidio».

© GAT/ Survival

Fuente: https://www.survival.es/noticias/12666

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Por educación de las niñas en Afganistán, talibanes se reúnen con emisario del Reino Unido

Por: Semana.com

La educación de las niñas bajo el régimen talibán está siendo materia de estudio de parte del Reino Unido, y en Afganistán están dispuestos a ceder con tal de abrirse al mundo.

Líderes talibanes se reunieron este martes en Kabul con un emisario del Reino Unido, en momentos en que el nuevo régimen busca desesperadamente romper su aislamiento diplomático y tranquilizar a la comunidad internacional, sobre todo en cuanto a la educación de las niñas.

Hasta ahora ningún país ha reconocido al nuevo régimen islamista, que tomó el poder en Afganistán hace 50 días. Pero ante el temor de que estalle una grave crisis humanitaria en ese país, totalmente dependiente de la ayuda internacional tras 20 años de guerra, se multiplican las maniobras diplomáticas para intentar encontrar compromisos.

El enviado del Reino Unido para Afganistán, Simon Gass, se reunió con dos altos responsables talibanes, el ministro de Relaciones Exteriores, Amir Khan Muttaqi, y el viceprimer ministro Abdul Ghani Baradar, señaló el Foreign Office en un comunicado.

Abordaron “la crisis humanitaria en Afganistán, la manera de impedir que el país vuelva a convertirse en un foco del terrorismo internacional y la necesidad de permitir a los afganos y a los extranjeros partir del país si lo desean”, señaló la cancillería británica.

Un estudiante se sienta dentro de un aula después de que las universidades privadas reabrieran en Kabul el 6 de septiembre de 2021. - Las mujeres que asisten a universidades privadas afganas deben usar una bata abaya y un niqab que cubra la mayor parte de la cara, han ordenado los talibanes, y las clases deben estar segregadas por sexo - - o al menos dividido por una cortina. (Foto de Aamir QURESHI / AFP)Las mujeres que asisten a universidades privadas afganas deben usar una bata abaya y un niqab que cubra la mayor parte de la cara, han ordenado los talibanes, y las clases deben estar segregadas por sexo – – o al menos dividido por una cortina. (Foto de Aamir QURESHI / AFP) – Foto: AFP

El portavoz del ministerio afgano de Relaciones Exteriores, Abdul Qahar Balkhi, publicó tuits y fotos de la reunión en la que, dijo, se llevaron a cabo “discusiones detalladas sobre la reactivación de las relaciones diplomáticas bilaterales”.

El Foreign Office fue mucho más prudente y señaló que durante las conversaciones se habló también del “trato a las minorías, y de los derechos de las mujeres y las niñas”. Los occidentales condicionaron cualquier relación duradera con los talibanes al respeto de los derechos de las mujeres. Hasta ahora, los talibanes han hecho algunos gestos, pero mínimos.

En la provincia de Kunduz, en el norte de Afganistán, las niñas pudieron regresar a algunas escuelas, anunciaron el martes un responsable afgano y profesores, pero esta medida no se aplica al resto del país.

Un portavoz del movimiento publicó un video de decenas de niñas regresando a las aulas. La mayoría de ellas llevaban el uniforme escolar tradicional de las niñas afganas, una larga túnica negra y un pañuelo blanco en la cabeza, pero otras iban vestidas con un niqab negro. En las imágenes se las ve sentadas en bancas, agitando la bandera de los talibanes. Varios profesores y directores confirmaron a la AFP la reapertura de varias escuelas de la región.

A Taliban fighter walks past a beauty salon with images of women defaced using spray paint in Shar-e-Naw in Kabul on August 18, 2021. (Photo by Wakil KOHSAR / AFP)La imagen de la mujer ha sido fuertemente censurada en Afganistán. (Photo by Wakil KOHSAR / AFP) – Foto: AFP

”Cerrado para las niñas”

Pero más allá de este comienzo de curso cuidadosamente orquestado, un funcionario del ministerio de Educación en Kabul, Mohammad Abid, dijo a la AFP que las reglas no habían cambiado. “Las escuelas secundarias siguen cerradas para las niñas”, afirmó. Las escuelas afganas reabrieron a mediados de septiembre, pero sólo para los niños.

Las mujeres tienen acceso únicamente a la educación primaria y a universidades privadas, pero sólo si llevan el velo integral y no se mezclan con los hombres. La comunidad internacional ha condenado estas medidas y temen que los talibanes estén imponiendo el mismo tipo de régimen fundamentalista y brutal que cuando estaban en el poder entre 1996 y 2001.


Varias mujeres participan en una protesta para exigir respeto a sus derechos en Afganistán bajo el gobierno talibán, el viernes 3 de septiembre de 2021, en Kabul. (AP Foto/Wali Sabawoon)

Talibanes aseguran que las niñas en Afganistán volverán a estudiar “lo antes posible”

Desde su regreso al poder a mediados de agosto, los talibanes han intentado tranquilizar a la población afgana y a la comunidad internacional diciendo que serán menos estrictos que en el pasado, pero no convencen a nadie.

Amnistía Internacional denunció el martes el asesinato de 13 hazaras [un grupo étnico de lengua persa] en la provincia central de Daykundi el 30 de agosto, que calificó de “crimen de guerra”. Once de los asesinados eran antiguos soldados del gobierno y, según los testimonios recogidos por la organización de derechos humanos, nueve de ellos fueron ejecutados tras rendirse.

https://www.semana.com/mundo/articulo/por-educacion-de-las-ninas-en-afganistan-talibanes-se-reunen-con-emisario-del-reino-unido/202146/

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Las impactantes fotografías de Médicos Sin Fronteras de los conflictos y desastres naturales más agudos de las últimas décadas

Médicos Sin Fronteras celebra su 50 aniversario con un libro de fotografías, titulado «La memoria del olvido», que hace un repaso a su labor durante algunos de los principales conflictos y desastres naturales de las últimas décadas.

La cámara de Juan Carlos Tomasi, quien lleva más de dos décadas documentando el trabajo de MSF, pone el foco también en movimientos masivos de población y en historias más cercanas y humanas de mujeres y niños en lugares remotos donde se desarrollan los programas de asistencia médica de la organización.

«Yo creo que es un libro que invita a la reflexión, que hace una pausa, para que podamos darnos cuenta de que detrás de cada historia no hay mundo, hay 1.000″, dijo el fotógrafo en la presentación del libro.

«En Médicos sin Fronteras el testimonio forma parte de nuestro mandato. Tenemos que explicar, tenemos que contar, tenemos que narrar lo que vemos en los contextos donde nos movemos», añadió.

Esta es una muestra del largo recorrido de MSF desde su nacimiento en fotos y palabras de Tomasi.

Palestina

FUENTE DE LA IMAGEN,JUAN CARLOS TOMASI

Pie de foto,Yenín, territorios palestinos, 2002.

El 3 de abril de 2002, las fuerzas israelíes del Tzáhal irrumpieron en el antiguo campo de refugiados de la ciudad Cisjordana de Yenín.

En dos meses, según los registros del hospital de la ciudad, murieron 52 palestinos.

Durante los ataques, que duraron 15 días, más de 150 edificios fueron destruidos, dejando a cientos de familias sin hogar.

Darfur

FUENTE DE LA IMAGEN,JUAN CARLOS TOMASI

Pie de foto,Darfur, Sudán, 2004.

A comienzos de 2004, la tragedia de Darfur se agravaba a pasos agigantados.

MSF envió un equipo a esta calurosa región sudanesa.

Después de compartir mesa y tés durante unos meses, me hice colega de uno de los responsables de la Policía de Tráfico de la ciudad.

Nos entendíamos en un italiano horrible.

En su vida de civil, era un astuto comerciante de animales. Un día tormentoso, lo acompañé al mercado de camellos.

Caquetá, Colombia, 2007.

FUENTE DE LA IMAGEN,JUAN CARLOS TOMASI

Pie de foto,Caquetá, Colombia, 2007.

Serge Le Duc, coordinador del proyecto de MSF en Florencia, conversaba con un capitán en un retén del ejércitode Colombia en una carretera del sur del país, para que autorizara el acceso a un equipo de la organización.

El hecho de tener una base en Florencia, la capital de Caquetá, permitía a los equipos mantener la proximidad con las áreas rurales de este departamento y organizar brigadas de atención primaria a las poblaciones que permanecían atrapadas por el conflicto y a las que era muy difícil llegar.

Guerrero, México, 2019

FUENTE DE LA IMAGEN,JUAN CARLOS TOMASI

Pie de foto,Guerrero, México, 2019

Guerrero sigue siendo uno de los estados más azotados por la violencia en México, y muchos pueblos de la Sierra Madre han quedado aislados por la rivalidad entre grupos armados.

Estas comunidades llevaban años bloqueadas: no habían tenido acceso a hospitales o centros de salud, ni habían recibido la visita de personal médico, ni habían podido conseguir medicamentos.

Las familias no podían bajar a la ciudad a abastecerse y los comerciantes ambulantes no podían subir.

A menudo, el confinamiento duraba meses.

 

Puerto Príncipe, Haití, 2009

FUENTE DE LA IMAGEN,JUAN CARLOS TOMASI

Pie de foto,Puerto Príncipe, Haití, 2009

En Haití, las temidas pandillas juveniles o chimères nacieron como milicias populares, organizadas para apoyar al presidente Jean-Bertrand Aristide.

Tras su segundo derrocamiento en 2004, en los populosos barrios pobres de Puerto Príncipe, como Martissant y Cité Soleil, siguieron los choques armados para exigir su regreso del exilio.

Las clínicas de MSF atendían de manera gratuita, pero, al igual que en el caso de la educación, el 90% de los servicios de asistencia médica en Haití estaban en manos privadas.

Batangafo, República Centroafricana, 2013.

FUENTE DE LA IMAGEN,JUAN CARLOS TOMASI

Pie de foto,Batangafo, República Centroafricana, 2013.

Debido a la casi total desaparición del sistema de salud, la presencia de organizaciones humanitarias en República Centroafricana resultaba imprescindible.

Tanto para cubrir las necesidades médicas generales como para responder al elevado riesgo de crisis relacionadas con el paludismo, la desnutrición infantil o las epidemias.

Han sido varias las visitas que he efectuado a lo largo de los años al hospital de MSF en Batangafo, que, para las poblaciones con las que trabajamos, ha sido y continúa siendo un lugar de referencia en todo el país, a pesar de las escaladas de violencia, los golpes de Estado y los conflictos.

Kabul, Afganistán, 2001.

FUENTE DE LA IMAGEN,JUAN CARLOS TOMASI

Pie de foto,Kabul, Afganistán, 2001.

(En 2001), pocos días después de la caída de los talibanes en Kabul, aterrizamos en Bagram con un cargamento de material para abrir un proyecto en el centro del país.

Mientras gestionábamos los permisos para viajar, tuve tiempo de visitar una de las maternidades de la ciudad, en la que estábamos trabajando.

 

Ntarama, Ruanda, 2009.

FUENTE DE LA IMAGEN,JUAN CARLOS TOMASI

Pie de foto,Ntarama, Ruanda, 2009.

Ntarama es una antigua iglesia católica donde fueron asesinadas más de 5.000 personas el 15 de agosto de 1994, durante el genocidio de Ruanda.

Cuando la violencia estalló en todo el país, cientos de tutsis buscaron refugio junto a sus familias en los templos a los que iban a rezar cada domingo.

Sin embargo, esta vez la iglesia no los salvó de ser asesinados.

Quince años después, tras un periplo por el Congo junto a Mario Vargas Llosa, visitamos el lugar, convertido en un espacio conmemorativo.

Durante muchas horas, lo vi invadido por la tristeza y creo que no le escuché palabra alguna.

Sucre, Bolivia, 2006

FUENTE DE LA IMAGEN,JUAN CARLOS TOMASI

Pie de foto,Sucre, Bolivia, 2006

Mientras el personal de MSF pasaba consulta a niños y adultos en una pequeña casa de adobe y efectuaba analíticas de sangre para identificar la enfermedad de Chagas, una maestra enseñaba a leer a un grupo de mujeres a las que ya se había atendido.

Era una actividad social complementaria.

(Beira, Mozambique, 2000).

FUENTE DE LA IMAGEN,JUAN CARLOS TOMASI

Pie de foto,Beira, Mozambique, 2000.

Durante las inundaciones de Mozambique, en la gran mayoría de los viajes, el helicóptero transportaba material logístico y médico, aunque a veces también hacía las funciones de ambulancia.

En más de una ocasión, en algún pequeño hospital o en algún centro de salud aislado, nos encontramos a personas heridas en estado crítico.

No había personal médico, ya que, con la subida del agua, los equipos sanitarios locales no podían viajar por carretera.

Bouca, República Centroafricana, 2013.

FUENTE DE LA IMAGEN,JUAN CARLOS TOMASI

Pie de foto,Bouca, República Centroafricana, 2013.

En Bouca, República Centroafricana, los equipos de MSF tuvieron que ser evacuados después de recibir serias amenazas por parte de los grupos armados que controlaban la zona.

Fueron testigos de ataques contra la población, ejecuciones sumarias, asesinatos, agresiones a machetazos e incendios de barrios enteros.

Miles de personas se escondieron y buscaron refugio en los bosques y campos aledaños a sus pueblos.

No se atrevían a regresar, por miedo a las venganzas y la represión.

La situación se complicó con la llegada de la estación de lluvias y la proliferación de mosquitos.

Cuando MSF volvió a los centros de salud y los desplazados regresaron, se comprobó que gran parte de los niños y adultos habían enfermado de malaria.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-58751972

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Michelle J. Bellino : “No podemos enseñar la paz sin abordar la injusticia histórica”: experta en educación y civismo

Michelle J. Bellino participará en el seminario web de UNESCO Educar sobre el Holocausto y los genocidios en América Latina y el Caribe. En esta entrevista reflexiona sobre la contribución de la educación a los procesos de reconciliación. 

Santiago, 1 de octubre de 2021 (UNESCO) — El siglo XX y el comienzo del siglo XXI han estado marcados por atrocidades masivas como el Holocausto, y otros crímenes sucedidos en América Latina y el Caribe, que dejan de manifiesto la urgencia de abordar la temática con un enfoque integral desde los niveles global, regional y nacional.

En este contexto, la UNESCO ha organizado el seminario web Educar sobre el Holocausto y los genocidios en América Latina y el Caribe para promover la Educación para la Ciudadanía Mundial (ECM) como una prioridad de la Agenda Educación 2030.

Tiene el fin de ayudar a los docentes a desarrollar las habilidades necesarias de sus estudiantes para convertirse en pensadores críticos, ciudadanos globales activos, responsables, que valoren la dignidad humana y el respeto por todos, rechacen el antisemitismo, el racismo y otras formas de prejuicio que pueden conducir a la violencia y al genocidio.

El seminario web busca contribuir a la formación de pensadores críticos, ciudadanos globales que valoren la dignidad humana y el respeto por todos.

Una de las invitadas a las sesiones de este seminario es Michelle J. Bellino, profesora asociada en la Facultad de Educación de la Universidad de Michigan, quien ha centrado su investigación en la educación y el desarrollo cívico de los jóvenes, y que ha puesto especial atención a los contextos afectados por conflictos armados y desplazamientos forzados.

En su trabajo, ella explora cómo las experiencias con la violencia, el asilo y los procesos de paz y justicia influyen en la participación de los jóvenes en las escuelas y en la sociedad, en sus aspiraciones futuras, así como en el acceso a la educación y la inclusión.

¿Cómo puede lograr la educación sobre los pasados violentos contribuir al desarrollo de los procesos de reconciliación?

Primero, pienso en la oportunidad de clarificar la historia, establecer una verdad complicada reconociendo que gran parte de lo que sucede durante los períodos de violaciones de derechos humanos ocurre en las sombras, por lo que es necesario reconocer las acciones, las motivaciones y el impacto del daño.

En mis investigaciones en sociedades postconflicto encuentro que es muy común silenciar la historia del pasado violento en el aula, en favor de enfocarse en el futuro, para pensar en crear la paz. Hay muchas razones por las que esto pasa, incluso con maestros que tienen toda la intención de cubrir temas difíciles, pero que no cuentan con recursos apropiados o apoyo profesional.

Michelle J. Bellino, profesora de la Universidad de Michigan, investiga el desarrollo cívico de los jóvenes, en especial los contextos afectados por conflictos armados y desplazamientos forzados. 

No podemos lograr la enseñanza de la paz sin abordar la injusticia histórica y el sector educativo tiene que tomar en cuenta su papel en esa historia, por ejemplo, preguntándonos cómo contribuyó a la violencia y a la división a través del acceso desigual, un currículo sesgado u otras formas.

Típicamente se piensa en otras entidades de justicia transicional para establecer la verdad y hacer el trabajo de reconciliación. Tendemos a ser muy buenos para pensar en la educación al final de los procesos de justicia transicional, pensando cómo las escuelas son lugares importantes donde los niños aprenden acerca de la ciudadanía y la democracia. Nos resulta más difícil pensar en la educación como parte de los procesos de justicia transicional, incluso de reconciliación, lugares donde a través del diálogo se hace la justicia transicional y se apoya el fortalecimiento del camino a la paz.

¿Cómo contribuye la educación sobre el Holocausto a comprender otros sucesos históricos ocurridos en América Latina y el Caribe marcados por atrocidades masivas y graves violaciones a los derechos humanos?

Aunque el Holocausto es un caso muy particular, creo que un estudio profundo de cómo las condiciones permitieron una violencia tan extrema y un nivel de participación tan amplia en la sociedad pueden iluminar condiciones y formas de comportamiento humano que aparecen en muchos contextos de conflicto. El objetivo pedagógico es doble: por un lado, estudiar el caso del Holocausto en su propio contexto histórico y político; y por otro, pensarlo como una entrada para hacer conexiones e iluminar otros casos.

Debemos preguntarnos cómo la educación contribuyó a la violencia y a la división a través del acceso desigual o un currículo sesgado.

Por ejemplo, me llama la atención en el análisis comparativo la frecuencia con la que vemos condiciones similares que permiten que la violencia se arraigue: deshumanización, inequidad sistémica y exclusión.

Y una vez más, aunque las escuelas no siempre juegan un papel tan explícito en la configuración de la dinámica del conflicto, como vemos en el caso de la Alemania nazi, aparece una cuestión tan importante acerca de cómo se educó y socializó a los jóvenes en la jerarquía racial.

Había lecciones obligatorias sobre “conciencia racial” donde se enseñaron a los jóvenes sobre sus obligaciones raciales con la nación, vinculando a la ciencia de la raza defectuosa con un sentido de nacionalismo.

Al respecto me surge una pregunta: ¿Cómo podemos mirar desde este papel adoctrinador muy claro hacia formas más sutiles e implícitas en las que el currículo educativo, la pedagogía y las estructuras trabajan para dividir y excluir, tanto en tiempos de conflicto como de paz?

¿Cómo cree usted que la educación sobre el Holocausto y el genocidio puede ayudar a los jóvenes a convertirse en pensadores críticos, ciudadanos globales activos y responsables que valoren la dignidad humana y el respeto por todos?

Cuando estudiamos episodios de genocidio no podemos verlos como eventos aislados ni contenidos dentro de fronteras nacionales, más aún ahora porque las dinámicas del conflicto armado han cambiado a causa de la migración transnacional y movimientos (pacíficos y violentos) que cruzan fronteras.

Podemos arriesgarnos a enseñar sobre violaciones de derechos humanos y períodos de violencia masiva como si fueran aberraciones, como si surgieran de nada, pero en muchos casos hay años o siglos de opresión y sistemas opresivos que marginaron y contribuyeron a un sentido de identidad excluyente y opositora. Estas fuerzas se originan desde adentro del Estado y afuera en el contexto mundial.

Para mí, la ciudadanía global implica el reconocimiento de que todos estamos comprometidos cuando examinamos la injusticia en un contexto particular, preguntándonos al mirar el pasado: ¿Cuáles fueron las condiciones que permitieron eso? ¿Cuándo y en qué forma lo pudimos interrumpir?.

La ciudadanía global implica el reconocimiento de que todos estamos comprometidos cuando examinamos la injusticia en un contexto particular.

Y mirando al presente y hacia al futuro ¿Cuáles son las condiciones institucionales que necesitamos para crear justicia y así prevenir más violencia? Me importa mucho esta pregunta y creo que es importante hacerla en nuestras clases, para que los estudiantes puedan decidir por sí mismos qué tipo de ciudadanos necesitamos para apoyar la democracia, los derechos humanos y la paz.

¿Cómo sueña la educación del futuro?

Lo sueño como un espacio donde las diversas identidades y estatus (ciudadano y no ciudadano, desplazado, refugiado) son inherentemente reconocidos por sus derechos (su derecho a la educación, su derecho a aprender en su lengua materna, su derecho a la participación política, etcétera) y también por tener contribuciones y perspectivas valiosas.

También como un espacio para preguntar abiertamente, un espacio donde podamos hacer preguntas que no tienen respuestas definitivas, un espacio para dialogar y navegar la diversidad con respeto, así podamos apoyar el desarrollo de ciudadanos democráticos que respeten la pluralidad y reconozcan la injusticia en todas sus formas, y que reconozcan la necesidad de incluir a quienes han sido y siguen siendo marginados sistemáticamente.

Fuente: https://www.onu.org.mx/no-podemos-ensenar-la-paz-sin-abordar-la-injusticia-historica-experta-en-educacion-y-civismo/

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Hacia un entorno digital más justo, igualitario y seguro para América Latina

Por: Jamila Venturini y J. Carlos Lara 

Mientras América Latina enfrenta persistentes amenazas a la democracia, una creciente desigualdad económica global –intensificada por más de un año de pandemia–, sumada a una crisis climática de consecuencias catastróficas, las tecnologías digitales están en el centro de la agenda pública. En un contexto de intenso cambio, la misión de Derechos Digitales en defender los derechos humanos y poner las tecnologías al servicio de la justicia e igualdad, se torna más relevante que nunca.

Es en ese contexto que, reconociendo los 15 años de experiencia de Derechos Digitales, hemos decidido asumir el honor y desafío de liderar un fabuloso equipo que reúne algunas de las personas más comprometidas y capaces de toda la región con la misión de promover la equidad, la dignidad y la seguridad de todas las personas en su relación con la tecnología.

Reafirmamos Derechos Digitales al servicio de realidades complejas y cambiantes, en lo que consideramos más importante para la construcción de un futuro distinto al que se presenta: la protección de los derechos humanos. El reconocimiento y la inclusión de voces que han sido históricamente excluidas de las discusiones sobre tecnologías y la ardua lucha por la equidad y la justicia estarán al centro de nuestra preocupación.

Al interior de la organización, trabajaremos para permitir que florezca la creatividad y colaboración que siempre han caracterizado a Derechos Digitales. Desde orígenes y trayectorias tan distintas, nuestra diversidad es potencia. En este sentido, queremos mantener y generar  un espacio de trabajo seguro, amigable, receptivo y alineado con nuestra misión.

Asumimos el desafío de dirigir esta organización con el propósito que Derechos Digitales sirva para proteger e impulsar el trabajo de incontables defensoras y defensores de los derechos humanos que cotidianamente se enfrentan con poderes políticos y económicos. Frente al ciego optimismo tecno-solucionista que marca los últimos tiempos, seguiremos produciendo conocimiento situado sobre los impactos de las tecnologías y su regulación en los distintos países y en la denuncia enérgica de las amenazas y los abusos a los derechos humanos. Nuestra visión es la de una región donde la tecnología y su regulación no sean nuevas maneras de profundizar desigualdades, sino que se encuentren al servicio de nuestros pueblos, para consolidar las democracias y para facilitar el ejercicio derechos fundamentales.

Somos conscientes del enorme desafío que es liderar una organización de sociedad civil en el Sur Global y asumimos esta responsabilidad con humildad y deseo de aprendizaje y crecimiento. Nos queda un largo camino, mas sabemos que contamos con el respaldo de un equipo sólido, de potentes aliadas regionales y globales, y de una convicción inclaudicable.

Fuente: https://www.derechosdigitales.org/16735/hacia-un-entorno-digital-mas-justo-igualitario-y-seguro-para-america-latina/

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