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La educación que queremos | Desaprendizaje

¿Cómo queremos ser educados? En esta primera entrega de la serie LA EDUCACIÓN QUE QUEREMOS, Andrés García Barrios da rienda suelta a su imaginación para contestar esta pregunta tan sencilla y trascendental a la vez.

Por:  Andrés García Barrios

Me llega de casualidad una vieja nota escrita por Karina Fuerte, editora en jefe de este Observatorio IFE, en la que, bajo el título ¿De qué sirve saber si no sabemos cómo vivir?, menciona el libro Escuela de Aprendices, de la filósofa y ensayista española Marina Garcés. El artículo comienza citando la pregunta clave que guía la composición del libro: ¿Cómo queremos ser educados? La idea me cautiva de inmediato. ¿Cómo queremos ser educados? Nunca había pensado en esto, en que uno puede hacerse esta pregunta.

La educación ―según siempre nos han dicho y nos hemos dicho― es una decisión de las familias, de los maestros, de quienes la otorgan… y no una elección y menos un deseo de quienes van a recibirla. Nunca lo ha sido. ¡¿De verdad nos están preguntando cómo queremos ser educados?! ¡¿Nos lo estamos preguntando?! La sorpresa me lleva de inmediato a un “¡Qué bien suena esto!”, y no tardo en dar rienda suelta a mis fantasías de cómo me gustaría que fuera la educación en mi país, en el mundo entero. En un vuelco de imaginación me remonto a mi infancia y le digo a mis padres cómo quiero que me eduquen; después voy con mis maestros y les digo lo mismo, paso a paso. Así, bruscamente me entrego a esta reinvención de toda mi historia hasta llegar al presente, en que sigo aprendiendo, dejándome llevar sólo por la pregunta ¿Cómo quiero ser educado?

Ni siquiera se trata de qué educación creo que la gente debe recibir; en mis pensamientos no entra la idea de deber ni cabe la pregunta de cuál pienso que es la mejor manera de alcanzar ciertos objetivos escolares, ciertos propósitos, de obtener determinadas habilidades… No, nada de eso. Simplemente se trata de querer, de cómo se me antoja que me eduquen.

Así pues, comienzo aquí esta carta a Santa Claus, a ver si ―siendo apenas febrero― para la próxima Navidad recibo la sorpresa de que la educación es ya, así como la quiero, como la estoy deseando y pidiendo (de verdad desearía que mi “querer” fuera tan fresco como el de un niño; no puedo dejar de recordar la maravillosa respuesta que dio mi hijo a la pregunta de qué quería ser cuando fuera grande: “Quiero ser niño”, contestó; sin embargo, mi deseo de adulto no puede ser sino una mezcla de fantasías frescas combinadas con ciertos argumentos razonados e incluso con algunas ideas intrusas, de esas que llamamos “realistas” y que no son sino desilusiones de adultos malinformados acerca de los milagros que nos pueden acaecer a los seres humanos).

Así pues, doy pie a esta serie de artículos a los que titularé LA EDUCACIÓN QUE QUEREMOS, donde espero poder expresarme con total libertad, es decir, sin entrar en consideraciones sobre si estas fantasías filosóficas que salen de mi cabeza son de verdad posibles.

Desaprendizaje

Lo primero que se me ocurre cuando me hago la pregunta que plantea Marina Garcés, es que quiero una escuela donde haya mucho amor. Como dicen Edgar Morin y sus coautores del libro Educar en la era planetaria: la educación necesita “de lo que no está indicado en ningún manual pero que Platón ya había señalado como condición indispensable de toda enseñanza: el eros, que es al mismo tiempo deseo, placer y amor, deseo y placer de transmitir, amor por el conocimiento y amor por el alumnado. Donde no hay amor, no hay más que problemas de carrera (académica), de dinero para el docente, de aburrimiento para el alumno”. Sin embargo, el lector o lectora, habrá de convenir que la palabra amor es complicada porque admite innumerables definiciones y porque, en la práctica, podríamos llegar a exclamar de ella lo que alguna vez, trágicamente, se dijo de la Libertad: “Amor, cuántos crímenes se han cometido en tu nombre”. Así pues, decido dejar el amor para más adelante y sigo pensando, o más bien, sintiendo: ¿qué educación quiero?

Me acuerdo entonces de cuando era un joven estudiante de la carrera de teatro y, lo mismo que todos mis compañeros, idolatraba a uno de los héroes del momento, el director polaco Jerzy Grotowski, cuyo libro Hacia un teatro pobre formaba parte de nuestro programa académico y era sumamente popular en el medio escénico independiente (al que la mayoría anhelábamos integrarnos pronto). Lo de “pobre” no hacía referencia ni a la clase social ni a la falta de recursos económicos (aunque en la Polonia de aquellos días dedicarse al teatro independiente sí era someterse a este tipo de privaciones), sino a un concepto del arte teatral donde sólo se daba valor a la expresión actoral y se prescindía de casi todo otro recurso: música, escenografía, iluminación, vestuario, maquillaje, efectos sonoros, y en general toda la parafernalia escénica. Lo que había era actores vestidos apenas con ropa de calle o alguna prenda muy modesta, haciendo uso de sus gestos, de su voz, de sus movimientos extraordinariamente expresivos (iluminados por una luz propia, podríamos decir), y de vez en cuando de algún objeto sumamente simple (una tela, un palo o algo así).

Yo y mis compañeros ―y en general la gente en México― no teníamos acceso a ver las obras de Grotowski, ni siquiera filmadas, y debíamos contentarnos con algunas fotografías incluidas en el libro, donde los actores hacían gestos impresionantes que parecían verdaderas máscaras sobre sus rostros. Sin embargo, recuerdo que lo que más me impactó de la lectura, fue uno de los conceptos que Grotowski mencionaba como la clave que estaba detrás de esta magia: durante su entrenamiento, los actores no debían “aprender” nuevas técnicas expresivas sino por el contrario debían trabajar con un rigor vital para desprenderse de todo tipo de vicios de expresión e impulsos corporales así como de tendencias mentales y culturales que, como todos nosotros, cargaban encima y les impedían dar verdadera vida a su expresión escénica. Había que deshacerse de cosas y no añadirlas. En palabras de Grotowski: “La nuestra (no es) una colección de técnicas sino la destrucción de obstáculos”.

Otra idea complementa lo anterior. En una vieja entrevista que puede verse dando clic aquí, Grotowski menciona que, en el régimen estalinista impuesto sobre Polonia, había una gran censura sobre los espectáculos pero no para los ensayos, los cuales se ejercían en total libertad. Esta privacidad fue un elemento que favoreció la esencia de su trabajo: Grotowski convirtió los ensayos en los momentos más importantes del proceso: en ellos ocurrían los encuentros humanos más importantes (de los actores con el director y de los actores entre sí) y se alcanzaban las formas más elevadas de exploración artística. Como también los espectáculos resultantes eran extraordinarios, el Teatro Laboratorio de Grotowski se convirtió en uno de los pilares del arte de su tiempo en todo el mundo.

Pues bien, la educación que yo quiero comparte esos dos elementos que he descrito. Desde chico, acarrea uno tantas ideas preconcebidas, necesidades impuestas, obligaciones sin sentido, confusiones conscientes e inconscientes, etiquetas y estigmas sociales, posturas físicas y hasta enfermedades y trastornos adoptados, que lo mejor que nos puede ocurrir es toparnos con una maestra, un medio o una escuela donde nos ayuden a quitarnos todo eso y nos alienten a pensar por y para nosotros mismos, a sentir con autenticidad, a expresar con frescura y a volver a los impulsos del propio cuerpo y no tanto a las fórmulas de comportamiento social. Una escuela así sería un verdadero laboratorio donde uno aprendería a quitarse resistencias y a identificar con libertad aquello que más nos conviene. Claro que «quitarse resistencias” se dice fácil ―como si fuera cosa de voluntad―, y sin embargo eso que hemos ido acumulando en nuestro interior desafortunadamente no ha dejado una huella clara de su paso, haciendo difícil andar atrás el camino para reencontrarnos con un estado menos afectado de nosotros mismos, menos cargado de lineamientos e información. Pero es aquí donde entra el segundo aspecto del teatro de Grotowski, el que se refiere a la importancia del proceso más que del resultado.

Un ambiente en donde uno no tiene que “cumplir” con nada, donde no tiene que producir algo para otros y donde no será evaluado de inmediato por sus resultados, es un ambiente mucho más propicio para encontrarse consigo mismo, con sus deseos y necesidades auténticas. Se trata de un ambiente basado en la confianza y sin la persecución y el juicio de una mirada exterior (idealmente en el salón de clases debería imperar aquello de que “lo que ocurre en el aula se queda en el aula”, lema más propio de los espacios terapéuticos; por eso, otro gran director de escena, Peter Brook ―quien escribe el prólogo de Hacia un teatro pobre― se abstiene de narrarnos lo que vio durante unas sesiones de entrenamiento dirigidas por Grotowski, por discreción hacia la delicada búsqueda personal que los participantes llevaban ahí a cabo).

Se me dirá, con cierta razón, que aprender a construir puentes, a realizar una cirugía a corazón abierto o a programar computadoras no es cuestión de “quitarse resistencias” sino de aprender habilidades nuevas. Por supuesto, la escuela también es un sitio donde añadiremos cierto tipo de conocimiento. Grotowski mismo no confía sólo en el impulso natural del cuerpo como expresión artística; es decir, para él tampoco se trata sólo de quitarnos resistencias y ya. Sabe que ese impulso debe ser modelado si se quiere “crear” una obra de arte. Sin embargo, ese “modelaje” debe sustentarse (en su acepción de sustento, de nutrición) en algo esencial, en una parte nuestra verdaderamente personal, para evitar caer en clichés, en estereotipos sociales (David Mamet, otro gran director y escritor de teatro y cine, sugiere que ese tipo de conocimiento arbitrario  que suelen brindar las escuelas, es de plano inútil, “…tan inútil como enseñar a un piloto a aletear con los brazos en la cabina para hacer que el avión se eleve”).

En la escuela que yo quiero, el conocimiento que adquirimos se nutre de nuestra verdadera personalidad, es decir de una visión fresca de nosotros mismos, lo menos prejuiciada posible (lo menos maquillada, vestida, iluminada… en una palabra, lo menos producida posible), convirtiéndose en un verdadero sostén para la vida. Con esta frescura fue como el actor Riszard Cieslak creo al personaje protagonista de El Príncipe Constante, obra del español Pedro Calderón de la Barca dirigida en Polonia por Grotowski. La obra trata de un hombre que por lealtad a sí mismo y a su fe, muere en prisión después de años de miseria y tortura. Para recrearlo en escena, sin embargo, el director propuso a Cieslak sustentar todo su trabajo en un recuerdo de adolescencia en el que el actor había vivido instantes de la más profunda sensualidad y alegría.  Este luminoso recuerdo funcionó “como una balsa en un río” sobre la cual navegó la tragedia del constante príncipe.

Lo que aprendemos debe ayudarnos a florecer en cualquier circunstancia. Sólo así tendrá verdadero valor. Como docentes, debemos pensar que los estudiantes vienen ya equipados con las cualidades y capacidades para aquello a lo que quieren dedicarse, y es sobre esa base que debemos ayudarles a construir su futuro. El futuro nunca debe sustituir a lo que existe en el presente. La evaluación de lo aprendido nunca debe ser más importante que el momento maravilloso de aprender algo, sobre todo cuando nos ayuda a quitarnos falsas ideas de la realidad o creencias equivocadas de nosotros mismos.

Quizás el aprendizaje no sea más que un estado de tránsito hacia un sitio en que nos reunimos con lo más auténtico que tenemos. Como escribí en la juventud, en un momento de exaltación poética:

Una mente indigestada de ideologías debe pensar detonaciones, estruendos que la obliguen a escuchar: filosofía. Démosle un poco de este pensamiento que la destrabe y por dieta de enfermo alguna geometría de gran belleza.  Pero una vez que se eche a andar, la mente deberá guarecerse prontamente en el bosque caótico, donde las voces vienen de todas partes y ninguna quiere imponer su acento. Allí, bajo la enramada de ruidos, despertarán sus instintos y un pensar propio de gran fuerza le abrirá las compuertas del cuerpo. Pues toda mente busca el cuerpo, donde no hay diferencia entre el pensar y el silencio.

Para terminar, me permito recomendar al lector un libro del psicólogo y cogno-científico inglés Guy Claxton, que es una especie de tratado sobre el desaprendizaje, sobre todo en materia de hábitos de pensamiento. Su nombre es intrigante y divertido (Cerebro de liebre, mente de tortuga), pero su subtítulo es un verdadero explosivo para nuestras creencias más arraigadas y una invitación a quitarnos algunos de nuestros más grandes obstáculos: Por qué aumenta nuestra inteligencia cuando pensamos menos. Esta simple frase se ha convertido para mí en un recordatorio constante de que necesito mucho menos de lo que cargo encima.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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En verano: leer para no desaprender

Por: ABC

La mejor actividad que pueden hacer los niños durante sus vacaciones es leer un rato cada día para eludir el fenómeno llamado «pérdida estival».

Tras diez meses en las aulas, los alumnos afrontan un largo paréntesis vacacional que redunda en una pérdida de conocimientos motivada por el parón que, en términos de aprendizaje escolar, supone el período de descanso. ¿Qué hacer para contrarrestar este efecto? «La mejor medicina contra la «pérdida estival» es leer un ratito cada día», argumenta Héctor Ruiz Martín, investigador en psicología cognitiva del aprendizaje, director de la International Science Teaching Foundation (ISTF) e impulsor de los proyectos educativos Science Bits y Math Bits.

Este fenómeno de «desaprendizaje» lleva a los alumnos a experimentar cierta regresión respecto a lo aprendido durante el curso. «Y es una pérdida que afecta a todos los alumnos. Según los estudios disponibles, lo hace especialmente en tres aspectos: en cuestiones de cultura general, en matemáticas y en competencia lectora. Sobre todo, en estos dos últimos», Añade Ruiz.

Recientemente, la International Association for the Evaluation of Educational Achievement (IEA) advertía, a través de un informe realizado entre 600.000 niños de 9 y 10 años de todo el mundo, para medir su rendimiento en matemáticas y ciencias, que los alumnos españoles se encuentran, desde hace años, medio curso académico por detrás de la media de países de la OCDEUn aspecto que puede afectar severamente su desarrollo profesional futuro y que se ve agravado por la «pérdida estival».

Leer acorta diferencias

«Lo más preocupante –razona el experto de referencia en ámbito educativo– es que diversos estudios reflejan que la pérdida en el ámbito de la lectura es la que más afecta de manera desigual a los alumnos, en función de sus oportunidades y hábitos».

Al contrario, estudios como el Summer Learning and the effects of schooling de Barbara Heyns revelan que los niños que leen más libros en verano son los que más desarrollan su competencia lectora, sean del grupo socioeconómico que sean. «Asimismo, el uso de las bibliotecas públicas es el mejor predictor de las ganancias en vocabulario», añade Héctor Ruiz.

Más aún, el estudio de 2014, Scholarly culture and academic performance in 42 nations, basado en los datos obtenidos en las pruebas PISA muestra que uno de los mejores predictores de la competencia lectora de los niños es la cantidad de libros que tienen en casa. «Este factor es predictivo, incluso cuando se tienen en cuenta las diferencias socioeconómicas y el nivel educativo de las familias. De hecho, es el factor con mayor poder de predicción de los anteriores», argumenta el investigador.

Un experto de referencia

Héctor Ruiz es un experto de referencia en el ámbito educativo. Autor de varios libros sobre psicología cognitiva del aprendizaje, ha sido docente tanto a la secundaria como la Universidad. Su carrera científica se ha desarrollado en centros de investigación de los EE. UU. como la Universidad de Washington o el Jet Propulsion Laboratory de la NASA (California).

En los últimos 15 años ha liderado proyectos de didáctica y comunicación de la ciencia, así como de tecnología educativa, que han impactado en centenares de miles de alumnos en Europa y América. Además, ha sido asesor educativo de varios gobiernos e instituciones educativas en España, Asia y Latinoamérica.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-verano-leer-para-no-desaprender-202108200045_noticia.html

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Breve afrobetización cimarrona para desaprender y reaprender (I)

Awòn tó mò iyánù òrìsà yío fórò sábè ahán sò. (Aquellos que conocen los misterios de los orishas hablan con lengua pesada). -Proverbio yoruba

El maestro Juan García solía decir, por apremio de crear una voz colectiva, “la palabra está suelta”. ¿Qué sería de las voces sin las palabras? Las palabras descubren, los silencios encubren (no siempre, es cierto); las palabras describen y se escriben para perpetuar historias; las palabras necesitan del soporte sonoro (la voz) o de los grafemas (escritura), quizás de algoritmos (procesos de datos) o son teoremas (conjunto de palabras para descifrar las medidas del mundo); la palabra es el sonido de toda libertad. O de la libertad en todas sus expresiones. El maestro J. García hizo el trinomio perfecto de nuestras andaduras, las de antes, las de ahora y las que se harán: desaprender, para aprender y si aquello no es suficiente, reaprender. Las palabras tienen significados y significantes, por ejemplo, el cimarronismo no es lo que creían los esclavizadores ni aquello que mal entiende, por estos días, la sociedad dominante (o babilonia o la burguesía), sino el conjunto de principios emancipatorios. O más claramente dicho: cimarronismo es la potencia ideológica de nuestras insatisfacciones. O poniéndole matemática a las luchas que nos faltan: C= Rb x Re. Rebeldía es Ry Resistencia es Re. O puede sumarlas, elevarlas a la potencia requerida, pero no restarlas o dividirlas. Y hasta ponerla logaritmo logx = n de donde R= x. Traducción: un logaritmo en base R (rebelde o en resistencia) de x es igual a n, pero solo si elevado a n da por resultado x. El resto es suyo, amable lector o lectora. La letra x es todo lo que se quiera desde una filosofía emancipatoria, unas acciones de rebeldía (motivar la calle), hasta un proceso definitivo de resistencia.

Pero vamos a la afrobetización instantánea con una sola de azúcar:

Afrodescendientes: somos más de 150 millones, en las Américas, con nuestras ciencias y saberes que aún nos tienen aquí, con nuestras músicas parientes, con nuestras sagradas broncas por nuestra ciudadanía sin adjetivos, con el axê de nuestros tiempos de andar y versificar las andaduras, con nuestros procesos ontológicos desconocidos para las otras vecindades americanas. Somos los pueblos americanos de origen africano.

Black Lives Matter: Patrisse, Alicia y Opal inventaron el cimarronismo comunicacional del siglo XXI. Etiqueta ontológica completa y decisiva. El otro nivel de la militancia.

Cimarrón o cimarrona: El Poeta Antonio Preciado hizo esta definición a finales de los años 60, del siglo pasado. Dice así: “vengo de andar, de largo a largo, más de mis propios días, porque para llegar, si no me alcanzan, voy tomando prestadas las semanas”1. Aún está vigente.

Cimarronismo: es la potencia ideológica de nuestras insatisfacciones políticas, de nuestras rebeldías y de nuestra resistencia. Es nuestra Historia convertida en proceso político emancipador.

CUPA III: Tercer Congreso Unitario del Pueblo Afroecuatoriano. Continuidad organizativa del cimarronismo ecuatoriano.

Decenio (de los afrodescendientes): ¿Reconocimiento? ¿Justicia? ¿Desarrollo? En el caso del Ecuador, 169 años después todavía las comunidades negras reclaman por aquello y no basta una migaja de tiempo. Bob Marley tiene razón: uprising!

Esclavización: tiene la palabra suelta y demás Robert Nesta Marley: If you know your history, Then you would know where you coming from, Then you wouldn’t have to ask me, Who the heck do I think I am. (Si conocieras tu historia, entonces, sabrías de dónde vienes, y así no tendrías que preguntarme, quién diablos me creo que soy)2. No somos descendientes de esclavos, mujeres y hombres, más bien de personas que se liberaron de la esclavización. Sin enmendar la plana de la hermana mayor Makota Valdina (Valdina Pinto de Oliveira, 1943-2019).

Esmeraldas: en singular siendo plural. Es un mineral nombrado como ciclosilicato de berilio y aluminio, una vaina graficada así: Be3Al2(SiO3)6. Los colonialistas españoles se compraron la mandanga de un falso alquimista, el cual juraba que allá las esmeraldas crecían en los árboles y esos verdes pedruscos eran más valiosos que los de Etiopía. Nada, llamaron a ese territorio Esmeraldas y resultó un palenque más resistente que el mineral. Las armas fueron cosas inútiles para someter a esa gente africana e indígena.

“El verde de la provincia de Esmeraldas no es obra del azar, no es producto de la bondad de la naturaleza como siempre se nos ha dicho. Nosotros las comunidades negras, sabemos muy bien que el verde de Esmeraldas es el resultado de unas filosofías, de unas prácticas muy particulares de nuestro pueblo para usar los recursos naturales de la montaña madre”3.

Feminismo (negro): desaprendan y reaprendan con la hermana Betty Ruth Lozano Lerma: “ser negra no es solamente una cuestión de raza. Lo es también de posición social (ser empobrecida e inferiorizada), de situación histórica (descender de africanas y africanos esclavizados en América) y antropológica (poseer una cultura forjada en un contexto de resistencia a la dominación), y también de identidad (ser identificada o autoidenficarse como negra), es decir, que el color de la piel tiene un valor social y donde vayas serás identificada como negra y pobre […]”4

Franco, Marielle: (anima bendita). Fue asesinada el 14 de marzo de 2018, a las 9 y 30 de la noche. Una rosa del asfalto, frase suya, nacida en el asfalto ahí también, exactamente ahí, fue baleada. Cimarrona mayor, sin dudas, más que alma en pena.

George Floyd: de su “no puedo respirar”, del 25 de mayo de 2020, en Minneapolis, al histórico “dame un respiro” de millones de abuelas y madres afroamericanas, de antes y ahora. Ambas demandas expresan el cansancio cultural de las comunidades negras urbanas americanas (favelas, villorrios, guasmos, ghettos, barriadas) y de las comunidades rurales reminiscencias de palenques, cumbes y quilombos. O como lo cantó Marvin Gaye: “Madre, madre, hay demasiadas como tú llorando. Hermano, hermano, hermano, hay demasiados de vosotros muriendo. Sabes que tenemos que encontrar la forma de traer algo de amor aquí hoy, sí5.

Haití: En mi proclama a los habitantes de Venezuela y en los decretos que debo expedir para la libertad de los esclavos, no sé si me será permitido expresar los sentimientos de mi corazón hacia V. E., y legar a la posteridad un monumento irrecusable de su filantropía. No sé, digo, si debería nombrar a V. E. como el autor de nuestra libertad. Yo suplico a V. E. que se sirva manifestarme su voluntad al respecto6. Palabras del Libertador, pero solo palabras, al fin y al cabo. Por acá se debió esperar… El concertaje se declaró oficialmente terminado en la segunda década del siglo XX.

Hip hop: ¿Qué es el Hip Hop? ¿Una idea urbana compartida? ¿Una forma de ver el mundo? ¿Búsqueda de tu ser auténtico a través del arte? ¿Es un principio metafísico? ¿Búsqueda de tu ser auténtico? ¿Es el nombre de nuestra fuerza creativa? ¿Es nuestro estilo de vida y nuestra conciencia colectiva? ¿Cultura del Hip Hop? Acaso, ¿porque la cultura es el carácter de una entidad viva? Salvo los signos de interrogación, las frases fueron tomadas de The gospel of Hip Hop, de pH Powers House Books, Brookliyn, N. Y., 2020, pp. 23, 24 y 257. El Hip Hop es la geopolítica de las calles, de las barriadas; porque el mundo cultural cabe en las voces cimarronas de unos cuantos jóvenes. O sea, ellos son la esencia de la anti-marginalidad.

Izquierda: al cimarronismo afroamericano y de la diáspora le ha ido mejor con la izquierda, pero también hay desencuentros mayores, por su eurocentrismo, por ser más marxistas que Karl y porque, hasta la fecha de esta lectura rebeliónica, apenas entienden el A-B-C de la diversidad cultural. En fin, “la izquierda es partidaria de la cultura de masas. La derecha de la cultura de misas”, dijo el humorista Jaume Perich.

Invisibilidad: los esclavizadores para invisibilizar a nuestros Ancestros cambiaron el genérico etíope por ‘negro’. Después solo eran percibidos cuando pasaban del valor de uso al valor de cambio. Y al revés. Ralph Ellison en su libro El hombre invisible, desde el inicio, aclaró esta presunta oscuridad: “Soy invisible simplemente porque la gente se niega a verme”. Se refiere a la ‘otra gente’.

Jazz: No cometa el error de aquel que alguna vez, en plan de tomarle el examen a Louis Armstrong, le preguntó, con el dedo índice a una pulgada del rostro del Maestro: “¿qué es el jazz?” Como el que se las sabe completas, pero prefiere el contrapunteo filosófico respondió: Man, if you have to ask what it (jazz). You’ll never know. Translation de este jazzman: “Hombre, si tienes que preguntar qué es (el jazz). Nunca lo sabrás”. El jazz es liturgia de la música, pero es liturgia para emancipar el intelecto en correspondencia con su historia. Axê.

Juan García (El Maestro): Nada, esto es para palabras mayores.¡La palabra está suelta, para el Poeta Antonio Preciado! “A un hombre como él, así de espejo para tantos rostros, y así de Juan, de nombre hace tiempo visible a la cabeza de tanto anonimato; a un García en verdad singular, tan así de plural, tan compartido en una muchedumbre de otros apellidos; a alguien así de hormiga tan sencilla que nunca quiera creerse el camino ya andado, a un ser así por fuerza se le escribe más de lo que se puede decir con las palabras…”8

Kemit: el científico senegalés Cheikh Anta Diop, en 1954, causó bienaventurados estropicios en el imperio de cristal de los racistas europeos. Si no escuchen con atención: “¿De dónde vendría ese nombre de Cam? ¿De dónde lo habría sacado Moisés? Del mismo Egipto, donde Moisés nació, creció y envejeció hasta el Éxodo. En efecto, sabemos que los egipcios llamaban a su país Kemit, que quiere decir “negro” en lengua egipcia. Resulta natural, pues, reencontrar en hebreo la palabra kam como equivalente de “calor, negro, quemado”. […] Los habitantes de Egipto simbolizados por su color negro, Kemit = Cam de la Biblia, serán malditos en la literatura del pueblo que habían oprimido”9. Seremos curiosos: ¿Y en dónde entra Elizabeth Taylor?

Martina Carrillo: un día de enero de 1778, ella y seis cimarrones más (tres mujeres y tres hombres) caminaron las millas de la rebeldía desde la hacienda La Concepción (actual provincia del Carchi) hasta Quito a reclamar tres vainas innegociables de la legislación monárquica: alimentación, vestimenta y día libre. El presidente de la Real Audiencia de Quito, José Diguja, aceptó el reclamo y los devolvió con el pedido a Francisco Aurreco Echea, administrador de la hacienda, que se lo tome por el lado amable. No ocurrió así, Martina Carrillo falleció después soportar 300 latigazos.

Marvin Gaye: Mother, mother
There’s too many of you crying
Brother, brother, brother
There’s far too many of you dying
You know we’ve got to find a way
To bring some loving here today, yes
10.

(Fragmento de la canción What’s going on, de Marvin Gaye).

Negritud: Fácil, es color político, cultura emancipatoria y conciencia filosófica. O también color emancipatorio, cultura filosófica y conciencia política. O color filosófico, cultura política y conciencia emancipatoria. Todo ello en el andar y caminar antirracista de las comunidades negras americanas y de la diáspora africana.

Ñángara: o ñángaras, son aquellos (o aquellas) que creen en la generosidad de la sociedad dominante. O que el racismo es una “enfermedad del alma”. Pero eso es curable con sobijos de lecturas fanonianas. O leyendo a Malcolm X o bell hooks. O con lecturas frescas de los escritos de Juan García, Betty Lozano, Santiago Arboleda, Catherine Walsh, John Antón, Jesús Chucho García, Roberto Zurbano. Y muchos más. (O en el palenke virtual Rebelión).

Oliver Cox: “Para (Oliver) Cox el racismo es una estructura inventada por el sistema capitalista que le es funcional porque despliega prejuicios sobre el color, la cultura y los hábitos de ciertos pueblos para organizar y justificar su explotación. Considera que estos prejuicios fisiológicos y culturales fueron escogidos por su funcionalidad a la hora de poder distinguir distintas clases de trabajadores, unos más explotables que otros”11. Punto.

Palenke: este portal www.rebelion.org

Patrice Lumumba: “Sabemos que África no es ni francesa, ni inglesa, ni estadounidense, ni rusa, África es africana. Sabemos cuáles son los objetivos de Occidente. Ayer nos dividieron en tribus, clanes y aldeas… Quieren crear bloques antagónicos, satélites…” (Discurso de P. Lumumba, en la apertura de la Conferencia Panafricana en Leopoldville el 25 de agosto de 1960).

Proverbio africano: ¡Tremendo axioma, damas y caballeros! Mientras los leones no sean los narradores de la odisea, la historia de la cacería siempre glorificará al cazador.

Quilombo: por acá, por la costa afropacífica, se llamó palenque, en otros lados palenke, en Venezuela cumbe. El mismo destino: tomarse un respiro, que no tuvo el hermano George Floyd. Un breve respiro de libertad sin las prisas de las persecuciones de los esclavizadores. ¿Y por qué no? Un chance para dialogar con orixâs e intuir “cuántas vidas harían falta” para el día definitivo de la liberación.

Razón negra, crítica de la: “Actualmente, en muchos países, causa estragos un “racismo sin razas”. Para practicar mejor la discriminación y volverla al mismo tiempo conceptualmente impensable, se moviliza “la cultura” y “la religión” en lugar de “la biología”. A la vez que se pretende que el universalismo republicano es indiferente a la idea de raza, se encierra a los no-blancos en sus supuestos orígenes, …” (Crítica de la razón negra, Achille Mbembe, Barcelona, Nuevos Emprendimientos Editoriales, S. L., 2016, p. 34). ¿Leyeron con atención? Chévere, entonces, vayan al libro.

Resistencia (cimarrona): El swing del Abuelo Zenón: “Las memorias sobre actos de resistenciade nuestros mayores no son un peso muerto que las actuales generaciones tienen que cargar por el gusto de cargar, sobre todo si tenemos en cuenta que los hombres y mujeres que los protagonizaron, son sangre de nuestra sangre”12. Hablando rápido y preciso: la historia deja de ser una marea de relatos si no se convierte en acción y tiempo políticos. Ahora el flow se complementa poniéndola en el corazón del problema: “la resistencia a lo que se impone desde el poder y desde la sociedad dominante, es el único camino franco que los excluidos podemos tomar, para no perder los referentes de nuestras culturas de origen”13. ¡Aleluya!

Santería: burla colonialista y vulgarización del conjunto de creencias religiosas afroamericanas, principalmente de Cuba, Venezuela, Puerto Rico, Panamá y otros países del Caribe. En Cuba se llama a un sistema de cultos Regla de Ocha.

Thomas Sankara: estas palabras certeras fueron su kriptonita y realmente empezó a caminar por una cuerda finita. Escuchen, por favor esta atrevida verdad: “Consideramos que la deuda se ha de analizar empezando por su origen. Los orígenes de la deuda se remontan a los orígenes del colonialismo. Quienes nos han prestado dinero son los mismos que nos colonizaron. Son los mismos que gestionaban nuestros Estados y nuestras economías. Son los colonizadores los que endeudaron a África con los prestamistas, sus hermanos y primos. Nosotros somos ajenos a esta deuda. Por lo tanto, no podemos pagarla”. (Discurso de Thomas Sankara, el 29 de julio de 1987, en Addis Abeba. En octubre de ese mismo año fue asesinado).

Ubuntu: “Ubuntu es la forma plural de la palabra africana “bantú”, acuñada por Wilhelm Bleek para identificar un vínculo lingüístico similar entre los hablantes africanos. Ubuntu significa “humanidad”, y está relacionado tanto a “umuntu”, que es la categoría de la fuerza humana inteligente, que incluye espíritus, la muerte y la vida humana, como a “ntu”, que es el ser divino como metadinámico (en el sentido activo que metafísico). Desmond Tutu pertenece al pueblo Xhosa, y el sentido que le da a “Ubuntu” viene del proverbio Xhosa: “Ubuntu ungamuntu ngabanye abantu”, lo cual se traduciría como “cada humanidad individual se expresa idealmente en la relación con los demás”, o “la persona depende de otras personas para ser persona”14.

Venas las, abiertas de África: “Se ha observado una anomalía desde los primeros números. Por ejemplo, en 2015, el continente recibió 31.000 millones de dólares por las remesas de emigrantes, pero al mismo tiempo perdió 32 por los beneficios de expatriación de empresas extranjeras que operan en su territorio. En el mismo año recibió $ 19 mil millones como ayuda para el desarrollo, pero devolvió 18 por intereses sobre préstamos regresivos. Los desembolsos más difíciles son, no obstante, los ilegítimos. Por ejemplo, se estima que, a través del sistema de facturación, las multinacionales están transfiriendo abusivamente $ 67 mil millones en paraísos fiscales cada año. Sin mencionar el comercio ilegal de madera, peces y especies protegidas, que implica en el continente una pérdida anual de $ 28 mil millones. Por último, el informe británico incluye entre las pérdidas otros 36.000 millones de dólares para combatir el cambio climático causado por los países ricos. La conclusión es que, en 2015, frente a las ganancias financieras de $ 161 mil millones, África tuvo un desembolso de 202 mil millones, dando por resultado convertirse en acreedor neto de $ 42 mil millones”15.

Walsh, Catherine: Los cinco axês de la hermana Catherine Walsh: Uno: “No me identifico como académica, sino como intelectual-militante”. Dos: “Tu modo de trabajar y pensar se vislumbra en todo lo que escribes, enseñas, comunicas”16 (Michael Handelsman). Tres: En los últimos años, he sentido la necesidad de situarme más claramente dentro de mi propia subjetividad como mujer militante, indagar y pensar desde mis gritos, los gritos y las prácticas de resistencia y re-existencia femeninas, desde y con el hecho de que hoy, en muchas partes del mundo, son las mujeres quienes están liderando las luchas de, por y para la vida”17Cuatro: “La interculturalidad es algo por construir y no una meta por alcanzar”18Cinco: “En su andar académico-militante con movimientos sociales, un eje de reflexión acción para la profesora Catherine es la descolonización del conocimiento, central a la humanización y a la gestación de nuevas subjetividades individuales y colectivas, con capacidad crítica decolonial-intercultural. Esto último, concebido como un proyecto en construcción, una opción de vida. En este marco, la reconstrucción de genealogías de pensadoras y pensadores del y desde el sur es crucial para cartografiar “geopolíticas del conocimiento otras”, por fuera o en tensión con el canon colonial del conocimiento oficializado en la academia y en los sistemas educativos”19 (Santiago Arboleda).

Walter Rodney: (Georgetown, Guyana, 1942-1980). “El Black Power no es racialmente intolerante. Es la esperanza del hombre negro quien debería tener poder sobre su propio destino. Esto no es incompatible con una sociedad multirracial, donde cada individuo cuenta por igual. Debido a que es el momento en el cual el poder se distribuye equitativamente entre varios grupos étnicos, entonces la importancia de hacer la distinción entre los grupos se perderá. A lo que nos debemos oponer es a la imagen actual de una sociedad multirracial que vive en armonía. Eso es un mito diseñado para justificar la explotación sufrida por los más negros de nuestra población, a manos de los grupos de piel más clara”20. Sin darles más vueltas, esto es groove cimarrónico de estos tiempos. Necesario.

X, Malcolm: Sus padres lo dejaron como Malcolm Little, luego fue el Rojo de Detroit (Detroit Red), Malcolm X (cuando descolonizó su santo y seña) y después peregrinar a La Meca, fue El-Hajj Malik El-Shabazz. “Lejos de ser poco sofisticado, Malcolm es un líder cultural que habla a los seres humanos del futuro. Lo que dice nunca será “caduco”. Y tampoco cómo lo dice. Los discursos de Malcolm son obras maestras de composición, “composición espontánea”, semi improvisaciones sobre un guion inicial. Cada discurso es una historia rotunda de afirmación, autodisciplina y estilo frente al enemigo. Estabas en el fango y has salido, todos pueden salir. La lucha por la memoria y la reconquista de la dignidad. George Washington intercambió su esclavo por un barril de melaza, pero tu abuelo no era un barril de melaza. Tu abuelo era Nat Turner. Tu abuelo era Toussaint L’Ouverture. Tu abuelo era “el negro del campo”, pensaba fugarse y matar a su patrón. Tu abuelo es el que no se inclina”21. ¡Si esto no es rap, entonces, que diablos es!

Yanga (o Nyanga): Cimarrón mayor de México. Organizó y lideró rebeliones la mayoría exitosas. El día que los colonialistas españoles decidieron que estaba bueno ya de rebeliones negras y prepararon la Mamá de todas las batallas, ahí conocieron y aprendieron a respetar a su enemigo. Aunque al principio se la pusieron difícil por la superioridad de tropas y armamentos, aún faltaba que se cumpliera el tercer factor del Arte de la guerra: el terreno. Los otros cuatro (doctrina, tiempo, mando y disciplina) nunca fueron desperdiciados. Cuando se metieron en el terreno ahí conocieron el valor real y definitivo de la libertad ajena. Conclusión: se devolvieron a la diplomacia para un ‘vivan en su territorio y déjennos vivir en el nuestro’. Concluyeron 30 años de guerras y guerrillas cimarronas.

Zenón, el Abuelo: El Abuelo Zenón suelta su filosófica sentencia: Las historias de nuestro pueblo, sus actos de resistencia para ser diferentes no empiezan con nosotros, por eso no deben terminar con nosotros. Nuestras vidas actuales son herencia de la vida de los hombres y mujeres que nos antecedieron, pero también reflejos de sus actos de resistencia, por eso, nuestro deber es conocerlas y trasmitirlas a las nuevas generaciones para que no mueran para que no se olviden22.

“En algún momento de mi vida recibí de parte de mi abuelo materno Zenón Salazar el encargo de darle tierra. Él llegó del otro lado de la raya (lo que algunos llaman Colombia) y se quedó de este lado para compartir la vida con Débora Nazareno, mi abuela materna, que era descendiente de los antiguos esclavizados de Playa de Oro. El abuelo tenía muy pocos bienes materiales, pero ofreció darme como herencia sus múltiples saberes y pocos secretos que guardaba en su cabeza. Fue en este tiempo, y a lo largo de muchas conversaciones, cuando comprendí la importancia que la tradición oral tiene en el encargo de trasmitir a las nuevas generaciones lo que somos como pueblo. En este tiempo de esperas, en el que un anciano espera la muerte y un joven reordena la vida, interioricé la importancia para las nuevas generaciones de aprender de los y las mayores. Es lo que ahora reconocemos como el aprender Casa Adentro”23, contaba a quienes quisimos escuchar el maestro Juan García. El Abuelo Zenón fue (es) una de las voces comunitarias de la costa afropacífica colombo-ecuatoriana.

1 Dos solos de tambor de Cuamé Bamba, título del poema, del libro De sol a sol, Antonio Preciado, Quito, LIBRESA, 1998, p. 118.

2 Traducción libre del autor.

3 Pensar sembrando/sembrar pensando con el Abuelo Zenón, Juan García Salazar y Catherine Walsh, Quito, Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador y Abya Yala, 2017, p. 89.

4 Aportes a un feminismo negro decolonial, Betty Ruth Lozano Lerma, Quito, Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador y Ediciones Abya Yala, 2019, p. 64. Las cursivas son de este jazzman.

5 Mother, mother There’s too many of you crying Brother, brother, brother There’s far too many of you dying You know we’ve got to find a way To bring some loving here today, yes. Letra de la canción What’s going on, de Marvin Gaye, en inglés. Tomada de: https://www.letraseningles.es/letrascanciones/traduccionesLO/Marvin%20Gaye-What’s%20Going%20On.html

6 Fragmento de una carta de Simón Bolívar dirigida a Alejandro Petion, fechada en Los Cayos, Venezuela, el 8 de febrero de 1816, con la expresión de su gratitud y se compromete a honrar en documentos futuros la ayuda filantrópica recibida del presidente de Haití. Tomado de Bolívar y Petion, 13 cartas, Fundación Centro Nacional de Historia, República Bolivariana de Venezuela, 2015, p. 21.

7 https://cabezasdetormenta.noblogs.org/files/2014/01/IHH_KRS_ONE_Gospel_of_hip_hop.pdf

8 Del poemario Jututo: algunos de los míos, 1996.

9 Naciones negras y cultura, Cheikh Anta Diop, Barcelona, Ediciones Bellaterra, S.L., 2012, pp. 64-66.

10 Madre, madre,
hay demasiadas como tú llorando.
Hermano, hermano, hermano,
hay demasiados de vosotros muriendo.
Sabes que tenemos que encontrar la forma
de traer algo de amor aquí hoy, sí
.

(Fragmento de la canción Qué está pasando, de Marvin Gaye).

11La teoría del sistema-mundo es negra y caribeña: capitalismo y racismo en el pensamiento crítico de Oliver Cox, Daniel Montañez Pico, Tabula Rasa. Bogotá – Colombia, No.28: 139-161, enero-junio 2018, ISSN 1794-2489, p. 149. Se puede acceder en: http://www.scielo.org.co/pdf/tara/n28/1794-2489-tara-28-00139.pdf

12 Pensar sembrando/sembrar pensando con el Abuelo Zenón, Juan García Salazar y Catherine Walsh, Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador y Ediciones Abya Yala, 2017, pp. 108-109.

13 Óp. Cit., pp-105-106.

14 Ubuntu is the plural form of the African word Bantu, coined by Wilhelm Bleek to identify a similar linguistic bond among African speakers. Ubuntu means “humanity” and is related both to umuntu, which is the category of intelligent human force that includes spirits, the human dead, and the living, and to ntu, which is God’s being as metadynamic (active rather than metaphysical). Tutu is from the Xhosa people, and his sense of ubuntu derives from the proverbial Xhosa expression “ubuntu ungamuntu ngabanye abantu”, which, translated roughly, means “each individual’s humanity is ideally expressed in relationship with others” or “a person depends on other people to be a person. Tomado de Reconciliation. The Ubuntu theology of Desmond Tutu; Michael Battle, The Pilgrim Press, Cleveland, Ohio, 2009, p.39. La traducción de es de Jean-Bosco Kakozi Kashindi, para su artículo titulado: Una comparación entre ‘ubuntu’ como antología relacional en la filosofía africana bantú y el planteamiento “nosótrico”.

15 Las venas abiertas de África, Franceso Gesualdo, Pressenza International Press Agencyhttps://www.pressenza.com/es/2017/09/las-venas-abiertas-de-africa/

16 Gritos, grietas y siembras de nuestros territorios del sur Catherine Walsh y el pensamiento crítico decolonial en América Latina, Alicia Ortega-Caicedo y Miriam Lang (editoras), Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador y Ediciones Abya Yala. 2020, p. 21.

17 Óp. Cit., p. 258.

18 Óp. Cit., p. 23.

19 Óp. Cit., p. 62.

20 El Black Power. Su relevancia en el Caribe. Walter Rodney, (1969), 2017, p. 12. En F. Valdés García (Coord.), Antología del pensamiento crítico contemporáneo West Indies, Antillas Francesas y Antillas Holandesas. (pp. 201-212). Buenos Aires: Clacso. Tomado a su vez de Cuando los leones hacen la historia: el marxismo negro de Walter Rodney, Roberto Almanza Hernández,Tabula Rasa. Bogotá – Colombia, No.28: 79-105, enero-junio 2018, p. 89.

21 La primera vez que vi a Malcolm, por Wu Ming 1, (publicado en L’Unità, el 20 de febrero de 2005).

22Pensar sembrando/sembrar pensando con el Abuelo Zenón, Juan García Salazar y Catherine Walsh, Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador y Ediciones Abya Yala, 2017, p. 21.

Fuente: https://rebelion.org/breve-afrobetizacion-cimarrona-para-desaprender-y-reaprender-i/

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El Derecho a desaprender

 Juan Carlos Miranda Arroyo

En un artículo de publicado en 2007, Medina, Clèries y Nolla (1), afirman que el “desaprendizaje como método reflexivo de cuestionamiento crítico de la realidad, ayuda a examinar las estructuras teóricas que cada sujeto ha asimilado, frecuentemente de manera acrítica, durante su trayectoria formativa y profesional. Este examen crítico de las formas habituales de pensar y actuar en el mundo no pretende erigirse como guía del proceso de transición hacia formas de conciencia más verdaderas y fundamentadas. Lo que se busca, por el contrario, es realizar un ejercicio constante de interrogación de lo evidente y de aceptar los límites del pensamiento y las incertidumbres del presente.”

Considero oportuno indagar sobre este concepto del “desaprendizaje” (aun cuando se aplica en profesionales de la salud), porque introduce también un debate relevante en el campo de la educación: ¿Cómo hemos aprendido a lo largo de la vida profesional? En particular, dicho concepto contribuye a la necesaria discusión sobre los contenidos de la formación continua de docentes, directivos escolares y asesores técnicos de la escuela pública (sobre todo Básica y Media Superior): ¿Cómo y por qué hemos sido formados profesionalmente así y no de otra manera? ¿Hemos practicado sistemáticamente la autocrítica y la reflexión profunda sobre nuestros pasos por las escuelas formadoras de profesionales de la educación, y cómo se extiende ello hacia nuestras prácticas profesionales actuales?

En el terreno de las políticas públicas en este ámbito, es decir, en la formación continua de las figuras educativas en servicio, conviene retomar estos cuestionamientos, porque es frecuente que los contenidos y métodos de la formación continua se centren en la actualización lineal o acrítica, sin entrar a las profundidades de la práctica cotidiana (sus contradicciones), ni en el interrogatorio a fondo sobre el porqué de esos métodos y contenidos formativos.

“El desaprendizaje –dicen Medina, Clèries y Nolla- es una extrapolación a los campos profesionales de la noción de “deconstrucción” del filósofo francés Jacques Derrida, pensador postmoderno que ha suscitado las más grandes adhesiones y las más virulentas críticas, y se puede entender como un proceso (auto) formativo, individual y/o colectivo de búsqueda de nuevos significados y de sentidos innovadores. El desaprendizaje o deconstrucción es un proceso de inversión de los horizontes de significado que cada sujeto ha sedimentado, en ocasiones, de forma acrítica durante su trayectoria formativa y profesional. Implica examinar críticamente el marco conceptual que estructura la percepción de la realidad y el modo de interpretar el mundo. Desaprender es ejercitar la sospecha sobre aquello que se muestra cómo “aparentemente lógico”, “verdadero y coherente”. Es suspender la evidencia de los modos habituales de pensar y describir las prácticas profesionales.”

Ubicándonos en el terreno de los caminos alternativos a seguir, es decir, acerca de cómo se puede llevar a cabo uno o varios procesos de “desaprendizaje” en la formación de profesionales de la educación (docentes, directivos escolares y demás figuras educativas), Medina, Clèries y Nolla proponen visualizar al “desaprendizaje” como método (2).

“Uno de los aspectos más relevantes del desaprendizaje es que permite, partiendo de las propias experiencias, evocar el camino que ha conformado las construcciones personales e identificar las lagunas, los vacíos y las contradicciones de los marcos categoriales. Permite examinar los determinantes sociales y personales que conforman la arquitectura conceptual y perceptual. El desaprendizaje es, por tanto, un proceso de subjetivación que implica el partir de sí. Esto significa valorar el propio saber y pensamiento surgido de la experiencia vital y poner en cuarentena los enfoques técnicos que supuestamente tienen una base científica, pero (que) ignoran los procesos vitales y la complejidad de los vínculos humanos que se gestan a diario en los contextos de enseñanza y práctica…”

Partir de un criterio basado en la experiencia profesional, (algo que se ha ejercido con relativa frecuencia en la Universidad Pedagógica Nacional, en México: me refiero al análisis de la práctica docente y directiva), para emprender la reflexión implicada en los procesos del “desaprendizaje”, es un elemento válido para conducir hacia procesos de “reaprendizaje” que, a su vez, conduzcan hacia la eventual transformación de las propias prácticas profesionales, tanto en el aula como en el terreno de la gestión educativa (a nivel de la supervisión de zona escolar) y de la gestión escolar (a nivel del liderazgo académico en cada centro de trabajo o escuela).

Los pasos que sugieren los autores citados en este breve comentario, para llevar a cabo los procesos de “desaprendizaje” en el ámbito de las prácticas profesionales, son: 1) Reconocimiento de la realidad y definición del aspecto a desaprender. 2) Identificación de las «huellas» personales. 3) Elaboración del “mapa” individual y/o colectivo. 4) Búsqueda de “interpretaciones-comprensiones-acciones” alternativas. 5) Desaprendizaje (desandamiaje). 6) Planificación de la práctica transformadora; inicio de la reconstrucción. 7) Seguimiento de las acciones. 8) Retorno a la realidad transformada; realidad II. Y 9) El inicio de un nuevo desaprendizaje.

“El primer principio del desaprendizaje –señalan los especialistas catalanes-, consiste en suspender el juicio e introducir la duda en la estructura de los pensamientos y representaciones simbólicas. Este trabajo intelectual implica una fuerte crítica a verdades establecidas y a los modelos “tradicionales” de vida profesional, y supone un ejercicio estratégico que permite encontrar las verdades particulares y significativas.”

Algunas de las preguntas o ejes sugeridos para realizar el análisis autocrítico de las prácticas profesionales, que están incluidas en la propuesta citada, son las siguientes: ¿Qué aspectos de mi práctica me generan insatisfacción? ¿En qué teorías o modelos se apoyan esos aspectos? ¿Existen otras teorías o modelos alternativos? ¿Hay algún aspecto de los esquemas teóricos que manejo con los que me siento insatisfecho o (que) considere poco útiles para mi práctica? ¿Cómo los aprendí? ¿Cómo los uso? ¿Son “evidentes” (o tangibles) las evidencias en las que me baso para tomar decisiones profesionales? ¿Cómo se presenta en mí y entiendo hoy el/la aspecto a desaprender (cómo lo entiendo, cómo lo percibo, qué conozco de él: certezas y dudas)? ¿Cómo ha sido construido en mí el/la aspecto a desaprender? (experiencia formativa, lecturas, práctica profesional, etc.). Identificar elementos y componentes de lo que quiero deconstruir.

Posteriormente, una vez puesta en práctica la reflexión crítica inicial, se sugiere realizar las siguientes actividades: Buscar información bibliográfica (documentos primarios, secundarios, bases de datos, índices, etc.). Consultar a expertos. Realizar la sistematización conceptual. Y seguir con las preguntas: ¿Qué elementos o enfoques nuevos incorporo a mis concepciones? ¿Qué aspectos ya conocidos desestimo? ¿Cuáles mantengo? ¿Qué aspectos voy a transferir a mi práctica profesional? ¿Mediante qué procesos y procedimientos? ¿Cómo evaluaré los cambios y transformaciones operadas? ¿Qué espacios y momentos serán usados para la evaluación? ¿Cómo percibo ahora mi realidad profesional? ¿Qué fortalezas y debilidades hay en las transformaciones que se están operando?

Queda claro, entonces, que “Desaprender” no es olvidar o entrar a la curva del olvido, ni significa una “caída” en el aprendizaje. Es un proceso diferente, de revisión autocrítica sobre lo aprendido. Y que, para poner en operación como procesos reflexivos, se requiere de vincularse con especialistas en el dominio de este método.

Así, la presente descripción general sobre el método y los procesos del “desaprendizaje”, tiene la intención de abrir caminos hacia nuevos horizontes en el campo de la formación continua de las figuras educativas, (o de otros profesionales de sectores públicos, no educativos). Todo ello, sobre el argumento de que no sólo es necesario “actualizar” o “capacitar” linealmente a las figuras educativas de la educación pública (obligatoria y no), sino que es necesario explorar algunas alternativas que conduzcan hacia un efectivo ejercicio de los derechos laborales y de la profesionalización. O quizá, dicho en otras palabras, para que las y los profesionales de la educación también ejerzan su derecho a “desaprender”.

Fuente consultada y nota:

(1) El desaprendizaje: propuesta para profesionales de la salud críticos. Educación Médica 2007; 10(4): 209-216.

(2) Este método también se puede llevar a diferentes contextos educativos, como son los de la formación de jóvenes de bachillerato, de educación superior y de posgrado.

jcmqro3@yahoo.com


Artículo publicado en SDPnoticias

Fuente: https://profelandia.com/el-derecho-a-desaprender/

Imagen: Gerd Altmann en Pixabay

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Libro: ¿Cómo Enseñamos en la Universidad?

Bibliographic Details
Main Authors: Tusa Tusa, Contardo, Tusa Jumbo, Fernanda
Format: Libros
Published: Machala : Ecuador2016
Subjects:

Reseña: El sólo tener la opción de pensar acerca de la institución universitaria, y en ella, referirse a una de las funciones esenciales, tratándose de la docencia, es de por sí, un mérito, concedido por aquellas circunstancias, de convivir con ella, una buena parte de su historia, de sentir juntos, las desesperanzas, que han sido muchas, y también los logros, que han sido pocos. Al poner a consideración estas ideas, no tengo otro primordial motivo, que compartir y debatir las contradicciones de la docencia universitaria, en uno de sus importantes vínculos, las estrategias de enseñanza. Soy de los convencidos de que, la reflexión conjunta, finalmente deriva, las rutas pertinentes de esta gran institución. De las cuatro décadas de vida universitaria, en ninguna como en la última, se viene experimentando la necesidad del cambio, de un cambio que no está en el compás de nuestro ritmo, sino exógenamente circunstanciado, y tan raudo, que nos pisa nuestros talones. Para enfrentarlo, no contamos con muchas certezas, porque las que aprendimos en el pasado, de poco nos valen, y en una actualidad de desconciertos e incertidumbres, lo más importante es estar alerta y dispuesto para aprender, y más que aprender, a desaprender (E. Punzet, p.34). El problema no está en cómo incorporar las nuevas ideas, sino en como deshacerse de las viejas. El pasado es un fardo mental que nos hace ver el devenir en el espejo del pasado.

Descargar en : http://repositorio.utmachala.edu.ec/bitstream/48000/6628/1/2%20COMO%20ENSE%c3%91AMOS%20EN%20LA%20UNIVERSIDAD.pdf

Fuente; https://www.bibliotecasdelecuador.com/Record/oai:http:–repositorio.utmachala.edu.ec:48000-6628/Description#tabnav

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Padres, alumnos y docentes enfrentan los retos de adaptarse a la educación en línea

Por: Paulette Delgado

Padres de familia, docentes y alumnos  deben “desaprender” en esta época.

Debido al cierre de escuelas, oficinas y negocios a raíz de la contingencia por el nuevo coronavirus (COVID-19), muchos padres de familia, docentes y alumnos se encuentran tratando de adaptarse a la nueva “rutina” y los retos que implica aprender en línea. Ante esta situación, es muy importante que los padres y maestros se mantengan en constante comunicación y encuentren la mejor manera de que sus hijos continúen aprendiendo desde casa.

Laura K. Reynolds, decana de la Facultad de Educación, Desempeño Humano y Salud de la Universidad de Carolina aconseja que, aunque parece que los padres han tomado el rol de educadores, los maestros deben seguir presentes y mantenerse conectados tanto como sea posible. La directora incita a los padres a ser pacientes y evitar disciplinar a sus hijos durante las actividades escolares. Especialmente si los hijos están acostumbrados a que sus profesores usen un reforzamiento positivo, más que regaños.

Jacqueline Sperling, psicóloga clínica, apoya esta idea explicando que todos estamos pasando por un cambio muy abrupto que puede producir miedo y ansiedad. Una de las mejores maneras de contrarrestar ese sentimiento de inseguridad es con consistencia, por ejemplo, si antes una familia tenía una regla de cuánto tiempo los hijos podían pasar viendo la televisión, esa regla debería permanecer igual en la medida de lo posible. También invita a los padres a permitir que sus hijos tengan videollamadas para socializar con sus amigos para evitar que se sientan solos, aunque tengan cuatro años y sus conversaciones no tengan sentido, señala. Ambas expertas coinciden en que el uso de videollamadas puede beneficiar mucho a los alumnos en el tema de socialización.

Por otro lado, Reynolds insiste que los maestros deben apoyar a los padres de familia y recordarles que hay muchas formas en que sus hijos aprenden. Los niños pueden aprender mediante «juegos imaginarios, jugando libremente en el patio trasero, jugar en un fregadero lleno de agua o garabatear y dibujar”, señala Reynolds. “Cuando parece que no está sucediendo nada, los procesos cognitivos de los estudiantes están involucrados y hay un crecimiento y un aprendizaje que están sucediendo”. Es importante recordar que los niños aprenden jugando y es necesario usar la imaginación. Una manera creativa de enseñar fracciones, por ejemplo, es en la cocina al seguir una receta.

Los alumnos no necesitan pasar ocho horas en la “escuela”

Aunque mantener una rutina y consistencia, es aconsejable, diversos factores como la posibilidad de tener acceso a la tecnología necesaria, padres de familia ocupados trabajando desde casa, familiares enfermos y otras diversas circunstancias, intentar implementar un horario escolar tradicional de manera virtual puede ser imposible. Algo que tanto papás como alumnos deben “desaprender” en esta época es que no es lo mismo un horario virtual que uno tradicional. Además de los factores antes mencionados, el ritmo de aprendizaje a distancia es diferente, dado que la estructura de un día normal es muy diferente que cuando se está en casa y más cuando, ante la contingencia, todos los miembros de la familia tienen que convivir las 24 horas en casa.

En la escuela, los niños y adolescentes tienen un horario estructurado: la hora del recreo, el tiempo “perdido” que pasan caminando por los pasillos de la escuela de un aula a otra, hablando con sus compañeros u otras situaciones que no pasan en un programa escolar virtual. Entonces, ¿cuánto tiempo deben dedicar los estudiantes al estudio en casa? La psiquiatra Colette Poole-Boykin aconseja que para saber cuánto tiempo debería pasar un niño concentrado en una tarea, se debe de multiplicar la edad del niño por 2 a 5 minutos, y el resultado  es la cantidad de tiempo que pueden mantenerse concentrados. Usando esta regla, la Dra. Poole-Boykin sugiere que los estudiantes de primaria deben aprender de una a dos horas al día, los de secundaria de dos a tres horas y los de bachillerato de tres a cuatro horas al día como máximo.

El otro lado de la educación en línea

Otro reto del que se habla poco en referencia a la educación en línea es que esta modalidad resalta la desigualdad socioeconómica que viven millones de familias. Lamentablemente, muchos estudiantes no cuentan con la tecnología, el espacio ni el ambiente necesario para poder cumplir con sus expectativas académicas. Además de estas barreras, se encuentra el miedo y la angustia que genera el hecho de que muchos padres de familia se están quedando sin empleo o familiares se están enfermando o muriendo.

María del Carmen Morillas es una madre de familia que vive en su pequeño departamento con cuatro hijas y su esposo. En entrevista para  El Confidencial, comentó que sus hijas tienen de 11 a 15 años y que sólo tienen una computadora para todos, lo que dificulta el aprendizaje de sus hijas. Por suerte, les instalaron el internet hace poco y pueden tener acceso a las lecciones, comenta. Además, viven en un piso de 60 metros cuadrados, lo que tampoco ayuda a tener un espacio designado e ideal para aprender. Aún así, sobrellevan la situación haciendo la mayor parte de las tareas a mano y enviando fotografías a través del móvil como prueba a sus maestros.

Marta Físico, maestra de secundaria, comentó en el mismo medio que muchos de sus estudiantes son de clase baja por lo que algunos no pueden acceder a las clases que da en Google Classroom, pero algunos se apoyan en el dispositivo móvil de sus papás para cumplir con sus tareas. Noelia Otero, jefa de estudios de un colegio público dijo para El Confidencial que un 20 % de sus alumnos son víctimas de la brecha tecnológica ya que no cuentan con computadora e internet. Otro reto al que se han enfrentado es que las medidas de emergencia que se instauraron ante la pandemia del coronavirus, los tomó a todos por sorpresa, poniendo en evidencia que muchos docentes no tienen las habilidades tecnológicas y la formación necesaria para enseñar en línea, así como administraciones escolares que no cuentan con plataformas digitales idóneas para la enseñanza online. Ante estos retos, muchos educadores han recurrido a herramientas como Google Classroom para apoyarse y lograr dar clases a distancia.

Ante todos estos cambios que estamos viviendo a nivel mundial, se vuelve aún más importante la constante comunicación y cercanía entre padres de familia, educadores, administradores y alumnos, para saber cuales son los retos que están enfrentando y cómo superarlos juntos. Pero sobre todo, es importante que tanto padres como docentes tomen en cuenta que no todo tiene que salir perfecto, que está bien tener días malos y equivocarse. Todos estamos aprendiendo en este proceso.

¿Cuáles son los principales retos a los que te has enfrentado como mamá, papá, docente o alumno?

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/educacion-online-retos-escuela-en-casa

Imagen: Chuck Underwood en Pixabay

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Oiga profe /Pedagogías Decoloniales/Catherine Walsh (Video)

Estados Unidos – Colombia – Ecuador / 28 de octubre de 2018 / Autor: UTV Esmedios UNIMINUTO / Fuente: Youtube

La profesora Catherine Walsh, experta en pedagogías decoloniales nos habla de la necesidad de sacudirnos del peso histórico impuesto por Occidente a través del colonialismo, que, además, hoy se sustenta sobre nuevas formas coloniales a través de la globalización.

 

 

 

Fuente: https://youtu.be/j6FNfOdh7tU

ove/mahv

 

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