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ONU: Embarazo adolescente es el mayor problema de la población de Honduras

Centro América/Honduras/21 Octubre 2017/Fuente: Proceso

La persistente desigualdad de género y el alto número de embarazos adolescentes son los mayores problemas que afronta Honduras en temas de población, alertó hoy un informe del Fondo de Población de la ONU (Unfpa).

«El embarazo adolescente es sin duda una de las mayores expresiones de desigualdad y pobreza», destaca el informe 2017 «Mundos aparte: La salud y los derechos reproductivos en tiempos de desigualdad», presentado hoy en Tegucigalpa por la representante del Unfpa, Cecilia Maurente.

La maternidad precoz continua «siendo un serio problema» en Honduras, donde uno de cada cuatro partos es de una menor de 19 años, afirmó Maurente a Acan-Efe.

Según el informe 2017, Honduras tiene una tasa de 101 nacimientos por cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años, la segunda «más elevada» de América Latina, la cual se ha mantenido «estática» en los últimos diez años.

Revela además que el 17 % de los adolescentes hondureños consideran que no tienen acceso a los servicios de planificación familiar.

Maurente indicó que la pobreza, desigualdad de género, violencia y falta de acceso a la educación son las principales causas para los embarazos adolescentes en el país, donde la mayoría de esas gestaciones tienen su origen en violaciones, muchas de ellas por sus familiares.

Señaló que estos factores afectan el desarrollo social de miles de niñas en el país centroamericano, donde cerca del 61 % de los 8,7 millones de habitantes vive en pobreza y 5 de cada 10 hogares en pobreza extrema.

«A esa adolescente embarazada le será muy difícil volver a estudiar y por lo tanto, para encontrar otras oportunidades reales de empleo le va a ser difícil», subrayó.

Ante estos problemas, la experta de Unpfa apuntó que Honduras debe «invertir más» en educación y salud infantil.

El informe destaca que en Honduras, las mujeres pobres, con menos educación y que viven en el área rural tienen «un menor acceso a servicios de salud, sexual y reproductiva», lo que supone «una importante diferencia entre la fecundidad observada y la fecundidad deseada».

Resalta además que la desigualdad de género incide en «todas las esferas de la vida y está correlacionada, en gran medida, con la desigualdad económica».

Solo el 43 % de las mujeres hondureñas en edad de trabajar tienen un empleo frente al 74 % de los hombres, y el ingreso mensual de los hombres es 1,1 veces mayor que el de las mujeres, añade.

La paridad es algo también aún muy lejano en Honduras, pues únicamente el 26 % de los parlamentarios y el 6 % de los alcaldes son mujeres, según los datos del Unfpa.

Otro de los grandes obstáculos para la igualdad sigue siendo la violencia contra la mujer en Honduras, especialmente contra niñas y adolescentes.

Según el documento, el 22 % de las mujeres del país centroamericano ha sido víctima de violencia física o sexual a lo largo de su vida.

Por ello, es necesario garantizar el «acceso a los servicios educativos» y «de salud adecuados» y proveer educación reproductiva integral.

En el informe 2017 se recomienda «eliminar las barreras» que impidan a los adolescentes acceder a la información y los servicios de salud sexual y reproductiva.

La Onu también sugiere «adoptar políticas progresivas» encaminadas a «acelerar el aumento de los ingresos entre el 40 % más pobre de la población», «eliminar los obstáculos económicos, sociales y geográficos» que impiden que las niñas tengan acceso a la educación y «acelerar la transición» del trabajo no estructurado al empleo «formal decente».

Fuente: https://www.proceso.hn/actualidad/7-actualidad/onu-el-embarazo-adolescente-es-el-mayor-problema-de-la-poblacion-de-honduras.html

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Los 10 peores países para ir a la escuela si eres niña (y qué país latinoamericano es el mejor del mundo)

Por: BBC-Mundo/13-10-2017

Las discusiones en las escuelas de los países más desarrollados son a menudo sobre sus prioridades, como a qué materias se les debería dar más importancia, qué alumnos necesitan un apoyo extra o en qué se necesita invertir más presupuesto.

Pero para las familias que viven en la mayoría de países en vías de desarrollo, las preocupaciones sobre la educación de niñas y niños suelen ser tan básicas como ¿será posible mandar a nuestros hijos a la escuela?

Los datos de Naciones Unidas sugieren que en la última década hubo «casi cero progreso» para solucionar el acceso a educación en algunos de los países más pobres del mundo.

Por otro lado, en un informe publicado por la misma organización a finales de septiembre y que examinó la calidad de la educación, las conclusiones fueron sorprendentes: más de 600 millones de niños que están en las aulas no están aprendiendo casi nada.

Y en las dificultades para acceder a la educación, por supuesto, también influye el género.

En muchos países del mundo, se espera que las niñas trabajen -generalmente, en el hogar o cuidando de sus otros hermanos- en lugar de ir a la escuela. Y muchas se casan siendo adolescentes, acabando con cualquier posibilidad de recibir una formación.

Mujer en NigerDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEn Níger, cuatro de cada cinco mujeres adultas son analfabetas.

Por ello, no deja de ser paradójico que mientras las niñas de los países occidentales ricos suelen estar por delante que los niños en lo que a logros académicos y calificaciones se refiere, las que viven en los países más pobres tienen más posibilidades de acabar fuera de la escuela.

Por eso, con motivo del Día Internacional de la Niña fijado por la ONU el 11 de octubre, la campaña para el desarrollo One publicó una clasificación con los lugares donde resulta más difícil para las niñas obtener una educación.

Zonas de conflicto

En los diez países que encabezan el ranking -9 de los cuales se encuentran en África-, es mayor el número de niñas que no acuden a la escuela que el de niños.

Se trata de países con condiciones frágiles, donde muchas familias viven bajo el umbral de la pobreza, sin acceso a salud o una nutrición adecuada, y en ocasiones duramente afectadas por desplazamientos motivados por guerras o conflictos.

refugees in ChadDerechos de autor de la imagenUNICEF
Image captionLos conflictos en Chad interrumpieron la educación de millones de niñas en el país.

Según la ONU, las niñas que viven en zonas de conflicto tienen el doble de posibilidades que los niños de perderse su educación.

Esta clasificación está basada principalmente en datos del Instituto de Estadística de la UNESCO sobre criterios como la proporción de niñas sin plaza en la escuela primaria y en la secundaria, la proporción de aquellas que completan ambos niveles, el número medio de niñas que acuden a la escuela, las tasas de analfabetismo entre mujeres, el nivel de formación de los profesores de cada país, el número de alumnos a cargo de cada profesor o el gasto público destinado a educación.

Los países con peor educación para las niñas

Sudán del Sur:

la guerra y la violencia destruyeron multitud de escuelas y obligó a miles de familias a abandonar sus hogares.

  • 2. Rep. Centroafricana:cada profesor tiene a 80 alumnos de media a su cargo.
  • 3. Níger: el número de mujeres alfabetizadas entre 15 y 24 años es de solo el 17%.
  • 4. Afganistán: tiene una amplia brecha de género y más niños en la escuela que niñas.
  • 5. Chad: los numerosos problemas sociales y económicos obstaculizan el acceso de las niñas a recibir educación.
  • 6. Mali: solo el 38% de las niñas termina la escuela primaria.
  • 7. Guinea: el tiempo medio de educación recibida por las mujeres mayores de 25 años fue de menos de un año.
  • 8. Burkina Faso: solo el 1% de las adolescentes concluye la secundaria.
  • 9. Liberia: casi dos tercios del alumnado que debería estudiar en primaria están fuera de la escuela.
  • 10. Etiopia: dos de cada cinco niñas se casan antes de los 18 años.
Foto: Getty images

En el caso de algunos países como Siria no existen suficientes datos fiables para ser incluidos en el listado.

  • Niña en una escuela de Sudán del Sur.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionCasi tres cuartas partes de las niñas de Sudán del Sur, el país más joven del mundo, ni siquiera llegan a la escuela primaria.

¿Y en América Latina?

La situación de los territorios latinoamericanos es, según esta clasificación, notablemente mejor. Haití, en el 30º puesto, es el país de la región peor clasificado, donde menos de la mitad de las niñas terminan la escuela primaria.

En el otro extremo de la lista se encuentra, precisamente, otro país caribeño. Cuba, reconocido mundialmente por su modelo educativo y calificado por la UNESCO como «un ejemplo para el mundo», es considerado también el que tiene los mejores indicadores del planeta sobre el acceso de las niñas a la escuela.

Niña cubana leyendo en claseDerechos de autor de la imagenAFP
Image captionEl modelo educativo de Cuba es siempre un referente mundial.

Según los datos de One, el 99,7% de las niñas cubanas finalizan la educación primaria y el 86,4% la secundaria.

Países de América Latina con peor educación para las niñas

(puesto en clasificación mundial)

Haití

(30º)

  • Guatemala (31º)
  • Honduras (46º)
  • Brasil (52º)
  • Bolivia (57º)
Foto: AFP

Falta de profesores cualificados

La escasez de profesores suele ser un problema común para mejorar la educación de los países más pobres.

El año pasado, la ONU dijo que se deberán contratar otros 69 millones de docentes antes de 2030 si se quieren cumplir los objetivos mundiales fijados en el ámbito educativo.

«Más de 130 millones de niñas aún están fuera de la escuela, es decir, más de 130 millones de potenciales ingenieras, empresarias, profesoras y políticas cuyo liderazgo se está perdiendo el mundo», dijo la presidenta de la campaña One, Gayle Smith.

Para Smith, el fracaso en la educación de las niñas es una «crisis global que perpetúa la pobreza».

*Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-41588118

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Brecha educativa en España: las mujeres son apenas el 12% en algunas carreras técnicas

España/14 septiembre 2017/Fuente: El Independiente

El informe «Panorama de la Educación 2017» de la OCDE alerta del sesgo de género en la educación en España.

La educación sufre una fuerte brecha de género en España. Lo refleja el informe “Panorama de la Educación 2017” (Education at a Glance) que acaba de publicar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a nivel mundial.

En las carreras de ingeniería, producción industrial y construcción sólo una de cada cuatro estudiantes son mujeres, una cifra que se reduce aún a la mitad – un 12% – en las carreras de tecnologías de la información y comunicación. Siete puntos menos que la media de la OCDE.

“Las autoridades públicas españolas tienen como objetivo reducir la brecha de género mediante servicios de orientación e información que aseguren la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres a la hora de escoger un área de estudio”, señala el informe, que subraya que este asunto es el común denominador de la mayoría de los 35 países que participan en este documento.

La proporción de mujeres y hombres se invierte sin embargo en las carreras relacionadas con el sector educativo, donde ellas tienen una “presencia desproporcionada”, según el informe: son el 79%, un punto más que la media de la OCDE. Ellas también son mayoría en las carreras relacionadas con la salud y el bienestar, representan el 72%, algo menos que el 75% de media de la OCDE.

En las carreras de educación ellas tienen una “presencia desproporcionada”, según el informe

De todos los titulados universitarios o en formación profesional de grado superior en España, el 26% lo ha hecho en carreras del área STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas). Esto es tres puntos más que en la media de la OCDE, un porcentaje que además aumenta entre los doctorados, en España lo son en estas áreas el 50%, frente al 43% de media de la OCDE.

Mayor cualificación, mejores perspectivas laborales y socioeconómicas

El “Panorama de la Educación 2017” incide en que una mayor cualificación es sinónimo de mejores perspectivas laborales y socioeconómicas. En España, la tasa de empleo de los universitarios es del 76%, frente al 68% de los que han estudiado bachillerato y el 60% de quienes no han completado el bachillerato. Unos porcentajes que en la OCDE son del 83%, 76% y 59%.

Tres de cada 10 personas que no han completado la educación secundaria superior están sin empleo en España

En relación, el paro también es más acusado entre las personas con menor cualificación, una proporción que es más acusada en España. Tres de cada 10 personas que no han completado la educación secundaria superior están sin empleo en España (frente al 17% de la OCDE). Una proporción que baja al 20% entre quienes tienee bachillerato (9% en la OCDE) y el 16% de los que tienen estudios superiores (7% en la OCDE).

El informe hace también hincapié en que los estudios de ciencias se ven recompensados en el mercado laboral, áreas muy afectadas por las diferencias de género.

Más ninis y menos estudiantes de FP

En España, los jóvenes adultos entre 25 y 34 años con formación profesional de grado superior tienen una tasa de empleo superior (74%) que aquellos con una cualificación general (63%). Las tasas medias en los países OCDE son del 80% y del 70% respectivamente. Pese a esto, España tiene una de las tasas más bajas de matriculados en FP de la OCDE (12 frente al 26%).

De hecho, un tercio de los jóvenes españoles de entre 25 y 34 años no tiene completada la educación secundaria, casi el doble que la media de la OCDE (16%). Aunque es un porcentaje que, destaca el informe, no ha evolucionado mucho desde 2005, sí muestra una significativa diferencia (23 puntos) sobre los adultos de entre 55 y 64 años con educación secundaria.

Un tercio de los jóvenes españoles de entre 25 y 34 años no tiene completada la educación secundaria, casi el doble que la media de la OCDE

Por otro lado, el porcentaje de alumnos en España de entre 18 y 24 años que permanecía escolarizado en 2016 era del 58% (OCDE 52%). El 18% de este grupo de edad (OCDE 32%) no estaba escolarizado, pero sí trabajando, y un 23% ni trabajaba ni estaba escolarizado en ningún programa educativo o de formación (OCDE 15%). Este último dato se mantiene e incluso crece respecto al informe anterior, donde la proporción de este colectivo era del 22,8%.

Compaginar estudios y trabajo no es tampoco común entre los estudiantes españoles. Tan sólo un 0,4% de los alumnos lo hace, frente al 17% de la OCDE.

España alcanza la “plena escolarización” en educación infantil

En educación intantil, España ha alcanzado prácticamente la totalidad de escolarización (95% a los tres años y 97% a los cuatro), un porcentaje muy superior al 78 y 86% respectivos de la OCDE.

Unas etapas en las que el 51% de los alumnos españoles acude a un centro público, un porcentaje algo superior al 45% de media de la OCDE. En las primeras etapas ese porcentaje asciende al 68% en España, un punto más que la media de la OCDE.

España, entre los 10 países tasas universitarias de menos de 4.000 euros

España se encuentra entre los dos tercios de los países de la OCDE que aplican tasas universitarias (y ofrecen datos sobre costes), pero está entre los 10 que lo hacen por debajo de los 4.000 euros. En países como Australia, Canadá, Chile, Japón, Corea, Nueva Zelanda y Estados Unidos las tasas son muy superiores, pudiendo alcanzar los 8.000 euros.

La OCDE indica que en España, a pesar de que la legislación básica establecen los mismos límites inferior y superior para las matrículas de tanto los grados universitarios o equivalentes como para las matrículas en másteres o titulaciones equivalentes, “los másteres tienen un coste un 50% mayor que los grados universitarios de cualquier área de estudio”. Sin embargo, sostiene que estos precios se hallan entre los más bajos de los países que aplican tasas de matrícula en este nivel educativo.

Fuente: https://www.elindependiente.com/vida-sana/2017/09/12/panorama-de-la-educacion-2017-espana-ocde/

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Brasil sigue sufriendo desigualdad de raza y género

Brasil/31 agosto 2017/Fuente: Debate

Brasil sigue lidiando con altos niveles de desigualdad por raza, género y clase social, según reveló un estudio divulgado hoy por el Instituto de Estudios Sociales y Políticos (IESP) de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ).

Los datos revelaron que las mujeres negras se encuentran en desventaja en comparación con otros grupos y que, a pesar del desarrollo económico observado en Brasil en los últimos años, las desigualdades no fueron mitigadas.

El informe analizó datos desde 2011 hasta 2015 de la Investigación Nacional por Muestreo de Domicilios (PNAD), realizada por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

Según la investigación, personas negras y mestizas componen la mayoría de los brasileños, suman hasta el 55 por ciento de la población.

Foto: Internet

No obstante, en cuanto a ingresos, nivel de educación y clase social, este grupo (negras y mestizas) se encuentra en desventaja en comparación con los blancos, que alcanzan altos indicadores.

En general, las mujeres negras suelen ocupar los más bajos niveles.

De acuerdo con el estudio, los ingresos de la mujeres negras son los más bajos, 253 dólares mensuales en promedio, mientras que las mujeres blancas cobran en promedio 472 dólares mensuales.

En cuanto a los hombres blancos, éstos ganan casi el doble que las mujeres negras, con un promedio de 491 dólares mensuales.

La abogada Carla Lima quien fue la primera de su familia en graduarse de la universidad, como muchas otras mujeres negras, cree que tiene que trabajar más para demostrar su capacidad y mantenerse en la profesión que eligió.

«Esa cantidad extra de trabajo, esa necesidad de mostrar eficiencia, y decir: ‘llegué aquí porque me lo he merecido’, duele mucho», señaló Lima durante la presentación del estudio.

En cuanto a la educación, la investigación reveló que persisten las desigualdades.

Asimismo, el estudio demostró que no hay movilidad social entre las razas, es decir, que es muy difícil para un individuo negro subir en la escala social o mejorar su patrón de vida y preservarlo.

Además, el trabajo advirtió que es probable que las desigualdades se profundicen en tiempos de crisis, por ejemplo, el desempleo afecta mayormente, en la actualidad, a la población negra, seguida por la mestiza y la blanca.

«La tendencia histórica en sociedades marcadas por la desigualdad, como la nuestra, es que las élites pierdan menos en tiempos de crisis y lucren más en tiempos de prosperidad», afirma el documento que aboga por preservar políticas públicas dirigidas específicamente a brasileños negros.

Fuente: https://www.debate.com.mx/mundo/Brasil-sigue-sufriendo-desigualdad-de-raza-y-genero-20170830-0006.html

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Entrevista: Alario propone esfuerzo, formación e investigación contra ‘techo de cristal’

23 Julio 2017/Fuente: lavanguardia/Autor: Adrián Arias

Después de más de seis años al frente de la Cátedra de Estudios de Género de la Universidad de Valladolid, María Teresa Alario aún cree que existe en la sociedad un «techo de cristal» que impide a hombres y mujeres ser iguales, y que solo se liquidará con «esfuerzo, formación e investigación».

Al poco de hacerse público el principio de acuerdo político para sellar un pacto de Estado contra la violencia de género, una de las voces más autorizadas en Castilla y León, que ha dedicado gran parte de su vida docente a la investigación de esta lacra social, reflexiona en una entrevista con Efe sobre la situación de la mujer.

De partida, subraya que la total eliminación de este mal social «es casi una utopía» que tardará en ser real «varias generaciones», pues ya la UNESCO estimó que harían falta unos trescientos años para que la mujer alcance un estatus paritario al de los hombres, aunque «la historia se caracteriza por no ser lineal y estable».

Por este motivo, Alario tiene claro que hay que ir ganando batallas poco a poco, pues la lucha contra la violencia de género debe ser entendida como «un proceso» en el que se especifiquen y materialicen las actuaciones, pues la «autorregulación lleva a la inacción», por lo que este pacto de estado ya es un «gran paso».

Son procesos y batallas que la Universidad de Valladolid comenzó ya a planear allá por el año 2000 cuando se puso en marcha la Cátedra de Estudios de Género, hoy está integrada por 42 investigadores de campos como el sanitario, jurídico, social o humanidades como es el caso de Alario, doctora en Historia del Arte.

Y es, desde este conocimiento de lo estético y artístico, de donde Alario bebe para indagar en sus estudios de género, convencida de que estas investigaciones deben ser un proceso que implique a muchas y diversas disciplinas del saber, pues la tarea y el objetivo es de «inmensas proporciones», ha advertido.

Este reto no es otro que el de acabar con la «concepción milenaria patriarcal» instaurada en todas las sociedades del planeta, unas por «consentimiento como en la nuestra», y otras por «coerción como en Arabia Saudí», ha puesto de ejemplos.

Habitamos una sociedad patriarcal donde se está comenzando a predicar que los hombres y mujeres «son iguales cuando es falso», ya que aún existe un «techo de cristal» por el que las mujeres pueden ver a través de él pero que no traspasar, y que provoca que, por ejemplo, ellas tengan «peores puestos y salarios más bajos».

Para quebrar este cristal de la desigualdad, Alario está segura de que la formación y la educación son las piezas angulares que sustentan la lucha contra la violencia de género, pues los niños y adultos deben comprender que «los hombres y mujeres son diferentes, pero esto no justifica la existencia de jerarquías en los géneros».

Esto es algo que hay que enseñar a los jóvenes, que en muchos casos cargan desde muy pequeños con los prejuicios y los estereotipos de género, y que luego acaban derivando en casos de agresiones y violencia que no siempre se manifiestan por igual en todo el territorio nacional.

Por ejemplo, en Castilla y León, en los últimos años los investigadores han detectado un descenso en el número de denuncias, sin embargo, el número de víctimas aumentó en dos de 2015 a 2016, de cuatro a seis mujeres asesinadas, lo que evidencia que bajo la punta del iceberg «hay una realidad que se nos escapa, oculta y que hay que investigar».

Hay que indagar, entre otros factores, por qué en comunidades más rurales como Aragón, Castilla-La Mancha y Castilla y León se producen menos denuncias, algo que está ligado al hecho de que en estas zonas las mujeres tienen «normalizados y asumidos» algunos comportamientos machistas, lo que hay que revertir, ha apuntado.

Para ello, la Universidad de Valladolid ofertará a partir de este curso y con «gran esfuerzo», pues la financiación «es escasa», el título de especialista en Estudios de Género y Gestión de Políticas de Igualdad, una formación «muy demandada» por profesionales como sanitarios, trabajadores sociales, educadores o periodistas.

Es en este campo de los medios de información, ha opinado, donde aún queda «mucho trabajo por hacer», pues se siguen cometiendo «errores y contradicciones» como una «falta de contundencia» a la hora de catalogar estos casos como «asesinatos» y eliminar de ellos la publicidad o zona de contactos, que no hacen más que «denigrar» la imagen de la mujer.

Son medidas necesarias, todas ellas, como la de crear una figura del gestor de la igualdad comarcal, encargado de velar por los derechos de la mujer de forma cercana en las comunidades autónomas, pues la forma más efectiva de que las mujeres denuncien y estén seguras es vivir «junto a ellas y conocer su situación», ha concluido Alario

Fuente de la entrevista: http://www.lavanguardia.com/vida/20170722/4313284754/alario-propone-esfuerzo-formacion-e-investigacion-contra-techo-de-cristal.html

Fuente de la imagen: http://static3.elnortedecastilla.es/www/multimedia/201707/18/media/cortadas/teresa-alario-kinH-U40375027567xPF-624×385@El%20N

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Entrevista: «La auténtica revolución del siglo XXI es la pedagogía feminista»

Entrevista a: Mercedes Sáches Vico

La docente Mercedes Sánchez Vico, responsable de un proyecto de Género a través de la Imagen y de dos producciónes audiovisuales ‘Ellas: Mujeres que han hecho historia, pero que no están en la historia’ y ‘Las Educadoras’, participa en Jerez dentro del foro Mujeres en el espacio del Mediteráneo y explica la relevancia de la coeducación.

Mercedes Sánchez Vico fue considerada una loca por llevar a cabo una pedagogía feminista en sus clases de Secundaria. Hoy, desde que creara su proyecto educativo de Igualdad de Género a través de la Imagen y realizara dos producciónes Ellas: Mujeres que han hecho historia, pero que no están en la historia y Las Educadoras, atesora seis galardones y reconocimientos variados por su gran labor coeducativa. Hace apenas dos meses que ha recogido el primer premio Rosa Regás por su contribución a la hora de promover la igualdad de género en el IES Eduardo Janeiro de Fuengirola. La entrevista se produce durante su visita a Jerez como ponente en el Foro de Mujeres en el espacio del Mediterráneo para hablar el proceso pedagógico que lleva a cabo en el instituto malagueño. “Todo el mundo se piensa que soy de Málaga, pero soy jienense”, aclara al inicio de la entrevista.  “Andaluza, mujer, feminista…”, continúa.

Se considera feminista entonces.

Sí, sí, claro.

Es que me llama la atención que en el primer documental que produjo y en el tráiler del segundo, no aparece la palabra feminismo.

Bueno, damos ya por sentado que la mujer, evidentemente y de manera obvia, debe de ser feminista. Y de hecho todas las mujeres que intervienen en el proyecto de Las Educadoras son feministas. Y el primero, Ellas: Mujeres que han hecho historia… lleva ya el mensaje feminista intrínsecamente, es decir, yo no entiendo la educación sin la pedagogía feminista. Yo creo que ahora mismo es lo que está revolucionando la enseñanza y lo que mueve los hilos de absolutamente de todo.

¿Cuánto tiempo lleva en la lucha de visibilizar a la mujer en la educación?

Yo en la docencia llevo cerca de 26 años, pero lo llevo en la sangre desde que era pequeñita. Creo que desde el primer momento en que empecé en la educación, no la concebí si no era transformando y educando en valores. En la lucha por la igualdad de género, aproximadamente de manera muy activista, hace 20 años. Y hace diez que cree el proyecto educativo de Igualdad de Género a través de la Imagen como asignatura.

¿Cuándo se dio cuenta de que la desigualdad entre géneros existe?

Desde pequeña. A mí se me exigía que hiciera las tareas de la casa y a mi hermano no. Y yo me rebelaba contra ello. Tuve unos padres fabulosísimos y además me educaron para que yo tuviera una formación educativa. Sin embargo, no tenían claro que los chicos tenían que participar en la corresponsabilidad de las tareas de la casa. Y yo por el hecho de nacer mujer, sí tenía que hacerlo. Yo me decía, ¿por qué por unos genitales yo sí tengo que hacer unas determinadas cosas que mi hermano no?

Una familia de mente abierta, pero nacida, educada en una sociedad machista.

Exactamente, educados bajo un patriarcado evidente y una educación machista en la que indiscutiblemente sí intentaron siempre que yo estudiara. Es más, mi propia madre siempre me dijo que fuera independiente. Que no

dependiera de nadie, ni económicamente ni nada. Sin embargo había determinadas fronteras que a ellos todavía les costaba mucho atravesar. Mi madre incluso llegó a reconocerme alguna vez que efectivamente yo podía llevar razón, pero que esas cosas no se podían cambiar. Pensó que esas cosas no se podían cambiar. Y es cuando yo dije que sí se podía transformar el mundo. De hecho mi lema es: Coeducar, coeducar y coeducar para transformar el mundo.

¿Y qué es la coeducación?

Es educar en valores en igualdad para que se llegue a una regulación y a una equidad real entre chicos y chicas. Sobre todo en cuanto a lo que es su educación, la visibilización de la mujer, la erradicación de la violencia de género y en cuanto lo que son sus orientaciones sexuales. Es educar para conseguir una igualdad plena entre hombres y mujeres.

El docente entonces, va más allá del contenido de la materia y busca nutrir al alumnado en valores sociales.

Debería. Todos los docentes, den la asignatura que den, transversalmente, siempre deberían educar en género. De hecho la propia ley ya te lo exige, pero todavía creo que estamos a años luz de poder conseguir eso de una manera total y absoluta. Tenemos algunas veces una igualdad legal muy buena, unas leyes que nos dicen que debemos hacer determinadas cosas, pero todavía están muy distantes de lo que es luego una igualdad real.

¿Se ha encontrado con compañeros reticentes y que se han opuesto a lo que usted imparte en sus clases?

¡Hombre! En mis inicios yo y otras personas en mi misma situación éramos las locas de los institutos. No le daban ninguna importancia. Es más, no consideraban ni que fuera fundamental la labor que queríamos ejercer y la revolución, porque esa es la palabra que queríamos llevar al campo de la pedagogía.

¿Cuál era la etiqueta?

Por ejemplo: Ya están las locas estas de nuevo, ya tienen otra idea. En mi caso y en el de otras compañeras, claro que sí. Pero la auténtica revolución del siglo XXI es el feminismo, la pedagogía feminista. Lo que va a hacer que hoy en día, todavía en pleno siglo XXI, haya cosas que transformar. Porque nos están vendiendo lo que es el espejismo de la igualdad, pensar que hemos conseguido la igualdad. Cuando nos dicen: ¿Pero las mujeres todavía por qué os quejáis si ya vivimos en una sociedad igualitaria? Falso. Estamos en pañales. Yo siempre le digo a mi alumnado, que estamos empezando. Queda mucho por hacer. La propia OMS ha dicho que hasta finales del siglo XXI en los países más avanzados del mundo no se llegará realmente a una igualdad real. Y esa revolución que tiene que hacer el feminismo en el siglo XXI todavía, y que lo ha hecho ya en el siglo XX, es la verdad. Ahora mismo es la fuerza y el instrumento más potente que tenemos para conseguir eso. La igualdad se aprende. Nos han educado en desigualdad desde la más tierna infancia, desde que nacemos ya nos ponen el rosa y el azul. Pues igual que nos enseñan en desigualdad, tenemos que enseñar en igualdad. Y si conseguimos llevar eso hasta sus últimas consecuencias, pues conseguiremos cerrar los juzgados de guardia de violencia de género. Educando en igualdad, ganamos hombres y mujeres, porque el patriarcado y el machismo hacen mucho daño también a los hombres.

¿Es el sistema educativo la herramienta que perpetúa esos roles de género?

Creo que desde que nacemos, la forma en que sociabilizamos es lo que ya nos genera los estereotipos o esos roles de género. Cuando el niño o la niña llegan a la escuela ya llegan con esos roles. Esa sociabilización está en la cultura.

Pero usted trata únicamente la igualdad en el instituto, ¿qué pasa con el colegio, qué pasa en infantil?

Se debería de hacer desde la más tierna infancia. Desde el segundo cero. Debería ser una serie de valores que se transmitiera en el aula nada más entrar el niño y la niña en el sistema educativo. Algo crucial, porque cuando llegan al instituto el trabajo todavía es mucho más duro.

Hay que deconstruir.

Tienes que deconstruir absolutamente todo. Es aprender a desaprender. Lo que nos han dicho que es el amor realmente no es amor, lo que nos han dicho lo que en realidad es una relación de pareja, no lo es… Es muy duro porque la coeducación tiene que salir de debajo de la piel, de dentro. Y claro, tienes que romper con muchos miedos. La coeducación abre puertas y nos ayuda a construirnos también como seres humanos. Y también a ser mejores personas. Por eso es tan completo y extraordinario el campo de la coeducación, aunque todavía no se le esté dando el lugar y la importancia que debería de tener.

¿Cómo reacciona el alumnado ante estos asuntos?

Los chicos, en un principio, a la defensiva; no todos, porque no me gusta generalizar, pero yo creo que es importante dejarlos ya que lo han educado también desde esos roles de género. Sienten que tienen que defenderse. Sin embargo, cuando se relajan, porque empiezan a ver que no se trata de una lucha ni de una batalla que hay que ganar. Los chicos están completamente castrados en el campo emocional. No pueden llorar, no pueden experimentar sus emociones, no pueden mostrar físicamente su afecto como pueden hacer las chichas… Todo eso lo ha traído el patriarcado y el machismo. Cuando empiezan a entender que efectivamente su propia castración emocional viene también de ese patriarcado que les va a impedir una paternidad plena, un mundo de efectividad total y absoluto hacia sus amigos, sus propios hijos, su relación de pareja… Empiezan a darse cuenta de que efectivamente tienen que cambiar de actitud. Es más, muchos de mi alumnado masculino, cuando terminan de estudiar el proyecto, me dicen: Mercedes soy feminista. Y eso es extraordinario.

¿Y cómo reaccionan sus alumnas?

Las chicas en líneas generales mucho menos a la defensiva, pero es verdad que muchas de ellas también, porque ha habido en los últimos años un retroceso, tienen que deconstruirse como mujeres. Nos han contado cuentos desde pequeñitas, de princesas, donde siempre tenemos que ser salvadas por príncipes azules. Nos tenemos que salvar nosotras mismas. Es deconstruir todo ese mundo también infantil en el que nos han educado: princesitas, cocinitas, el cuidado… Nos enseñan a ser cuidadoras, frente al hombre que se le ha negado este rol. Deconstruir la manera en la que le han educado a ella para que la mujer se empodere, sea asertiva, tome sus propias decisiones, sea valiente… Tiene muchas ganas de actuar y de hacer cosas, pero evidentemente tiene que entender que es fundamental la coeducación. Un cambio a la par. Tienen que ir a la par, chicos y chicas, en esa transformación.

Fuente: http://www.lavozdelsur.es/sanchez-vico-la-autentica-revolucion-del-siglo-xxi-es-la-pedagogia-feminista

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Deshacer la telaraña del género: un reto en la mejora de la formación de maestros

Por: Isabel Carrillo Flores

En la formación de maestros se vive un exceso de tolerancia ante las desigualdades de género. Las ausencias en los planes de estudio de asignaturas y contenidos sobre igualdad y género se acompañan de otros problemas no resueltos.

El día 1 de mayo ha vuelto a poner de manifiesto que, si bien desde algunos sectores se anuncia una mejora económica, esta no traspasa el mundo del trabajo que continúa su tendencia de precariedad. Entre los grupos de personas en situación más precaria están las mujeres. La igualdad no es para ellas. Esta realidad se recordó el pasado 22 de marzo, cuando se celebró el décimo aniversario de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres. Algunas noticias valoraron que era poco lo que se podía celebrar respecto a la traducción práctica de la normativa y que el cambio no se ha producido.

Este es un hecho tangible en las universidades y en la formación de maestros, como se puso de relieve en el XXXV Seminario Interuniversitario de Teoría de la Educación sobre Democracia y la Educación en la Formación de Maestros, que dedicó una de las ponencias al género. En este espacio se expusieron los resultados de un estudio sobre 44 universidades españolas que imparten los grados de Educación Infantil y Educación Primaria, constatando una anecdótica presencia de contenidos sobre igualdad y género. Solo 11 universidades incorporan asignaturas con contenidos explícitos. En 9 de ellas la asignatura es obligatoria.

Si bien las universidades han ido desarrollando las unidades de igualdad y se han creado centros de estudio de mujeres y género y organizado grupos de investigación, el discurso de la igualdad no ha impregnado de forma plena ni las concepciones ni las prácticas docentes. La telaraña del género presente en las sociedades del mundo globalizado también adorna los centros universitarios y pasa que, tanto por lo que se hace como por lo que no se hace, se contribuye a reproducir una cultura arraigada en el binomio sexo-género que se opone al principio de justicia. No sirven las razones de las pedagogías de la igualdad y la diferencia, ni tampoco las de la propia normativa, por lo que los contenidos de la ley quedan en el papel y, ante el no cumplimiento, parece que no pasa nada, o más bien lo que pasa es una no reacción o reacción de tono bajo por parte de la propia comunidad universitaria reforzada por la permisividad política.

Las ausencias en los planes de estudio de asignaturas y contenidos sobre igualdad y género se acompañan de otros problemas no resueltos. Entre otros, la escasa inclusión de referencias bibliográficas de aportaciones de mujeres en asignaturas no específicas de género; la naturalización de la feminización del oficio de maestros, especialmente en infantil y primaria; la debilitación del análisis específico de las situaciones de desventaja que viven las mujeres a nivel global, como es el caso de una mayor negación del derecho a la educación de las niñas, o la perpetuación de una normativa de género que niega las identidades plurales. Estos hechos se acompañan y se refuerzan mediante los usos de un lenguaje que excluye la diferencia sexual. La consecuencia es que en la formación de maestros se vive un exceso de tolerancia ante las desigualdades de género.

No hay educación neutral. Las ausencias muestran vacíos que expresan lo que intencionalmente está y lo que también se procura que no esté. Ser conscientes del trasfondo ideológico abre la posibilidad de (re) pensar política y éticamente la formación universitaria de maestros, para que las personas que deciden caminar por la educación, y desarrollarse en el oficio de maestros, necesariamente tienen que vivir procesos formativos que muestren las partes visibles e invisibles de los impactos negativos de género, una realidad injusta que no es normal, ni natural, y resulta intolerable. Las desigualdades de género no son de segundo orden y no deberían quedar excluidas de la toma de decisiones política y pedagógica.

En esta orientación desde el Programa de Mejora e Innovación en la Formación de Maestros (MIF) el grupo de trabajo de Género ha elaborado el documento Relaciones de poder, violencias y otras formas de relación abusiva. La transversalidad del género que propone que en los grados de formación de maestros de infantil y primaria se revisen los fundamentos y orientaciones pedagógicas con el fin de adoptar un enfoque ético, de derechos humanos y de justicia social. Es una propuesta abierta y flexible que plantea definir en la formación cuatro bloques de contenidos referentes a dimensiones de la educación que se complementan entre sí.

  • La dimensión relacional de la educación, que se ocupa del significado de las relaciones educativas como relaciones de poder en una doble orientación. Por un lado, como relaciones que pueden ser abusivas y hacer uso de violencias. Por otra parte, como reconocimiento de que el poder no solo es lo que se nos impone, oprime y subordina, sino también lo que poseemos. Este poder, que muchas veces desconocemos, es expresión de apoderamiento que puede orientarse individual y colectivamente a la transformación de las desigualdades.
  • La dimensión de interrelación de las diferencias que supone corregir en los planes de estudio el hecho de hablar de la diferencia sexual sólo como un dato biológico fija, porque no lo es. Es necesaria una formación que explique como desde el momento de nacer este dato queda asociada a un género que prescribe como ser y como actuar, y como la diferencia sexual en interacción con otras prescripciones que imponen la clase, la etnia, la cultura, el edad, el territorio donde se vive, entre otros, obligan a adoptar identidades no libremente deseadas.
  • La dimensión política y ética de la educación es otro de los contenidos a incorporar en la formación, alejando, como ya se ha dicho, la sombra de las falsas neutralidades. El compromiso ético docente debe ser compromiso por la equidad y la responsabilidad individual y colectiva. En esta orientación el compromiso ético debe formar parte de un oficio que se impregna de los valores de los derechos humanos y contribuye a transformar las desigualdades, no a reproducirlas.
  • La dimensión práctica de la educación es el espacio de confluencia de los ejes anteriores. El objetivo es proyectar una formación en la acción compleja que no aísla las asignaturas en espacios impermeables a contenidos que se considera son ajenos, menores o no necesarios en la formación, como a menudo ocurre con los contenidos relativos a las teorías de género y los feminismos. En las transiciones de la teoría a la práctica y de la práctica a la teoría hay que abrir las fronteras disciplinarias para conformar pensamientos y acciones integradoras, y este proceso requiere un cambio en las concepciones sobre los principios organizadores del conocimiento que generan estas fronteras.

La igualdad tiene aún mucho camino por recorrer, también en la formación de maestros. No todo está dicho y está hecho para incorporar términos como coeducación, equidad, o inclusión -aunque este último término no es habitual en los discursos sobre diferencia sexual-.

El debate no está cerrado y se hace necesario reactivar espacios de reflexión compartida en las universidades y en las escuelas, en la formación inicial y en la formación permanente, durante el curso y en las escuelas de verano, que permitan mostrar aquellas partes no visibles del género que históricamente no han sido resueltas. En esta orientación, la reciente publicación Deshacer la telaraña del género desde la educación quiere contribuir al análisis crítico del juego de las apariencias de la igualdad formal. También quiere desvelar la toma de conciencia sobre el hecho de que las realidades no están determinadas y que hay que deshacer el entramado de las resistencias de género que se oponen a las transformaciones justas. Este es un reto irrenunciable para la mejora de la formación de maestros.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/12/deshacer-la-telarana-del-genero-un-reto-en-la-mejora-de-la-formacion-de-maestros/

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