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¿De tal palo tal astilla? Las profesiones que más se heredan de padres a hijos en España

Redacción: 

En España existe un alto grado de desigualdad en el acceso a la universidad, en la herencia de la ocupación de padres a hijos y en el sueldo entre personas con el mismo nivel educativo

Las ocupaciones que me más se heredan de padres a hijos son los pequeños y grandes empresarios, las profesiones liberales (abogados, médicos) y las ocupaciones de baja cualificación del sector primario y servicios (jornaleros, fontaneros)

Hay una brecha de clase en la que los hijos de profesionales liberales y empresarios obtienen las mayores ventajas en el mercado de trabajo en comparación con hijos de la clase obrera con el mismo nivel educativo

En las sociedades aristocráticas la posición social era directamente heredada por linaje familiar, tradición o propiedad. En las sociedades contemporáneas el lugar que ocupamos en la jerarquía socioeconómica depende menos de la familia o clase social en la que nacemos y más del nivel educativo que alcanzamos. La educación es uno de los factores más valorados en el mercado de trabajo a la hora de acceder a empleos con mayor estabilidad, perspectivas de promoción y sueldo. Por lo tanto, el sistema educativo público es uno de los instrumentos más importantes a la hora de perseguir la igualdad de oportunidades y fomentar la movilidad social.

España ha experimentado grandes cambios desde la transición a la democracia con el surgimiento del estado de bienestar, la implantación de leyes educativas comprensivas y una mayor inversión en gasto social, con la consiguiente expansión del nivel educativo de los españoles. Sin embargo, todavía existen grandes desigualdades por clase social tanto en el riesgo de fracaso escolar como en las posibilidades de cursar estudios universitarios, y estas desigualdades no han cambiado mucho en las últimas décadas.

A pesar de las grandes desigualdades educativas que existen en España, la educación todavía podría cumplir un papel meritocrático si, por ejemplo, dos personas que han alcanzado el mismo título educativo (v.g. una licenciatura o grado en ingeniería) pero que vienen de orígenes familiares dispares (una viene de una familia de clase obrera, su padre es albañil y su madre limpiadora, y la otra de una familia de abogados) consiguieran un empleo y sueldo similar. Al igual que se habla de la brecha de género cuando se comparan los (desiguales) resultados en el mercado de trabajo entre hombres y mujeres con igual nivel educativo y productividad, en este caso podríamos denominarlo como brecha de clase. Este ejemplo sirve para ilustrar el hecho de que las desigualdades sociales no acaban en el sistema educativo, sino que también existen otros canales por los que las familias con más recursos económicos (patrimonio y negocios), sociales (contactos e información privilegiada) y culturales (habilidades no cognitivas como la capacidad de presentación) transmiten ventajas a sus hijos e hijas de generación en generación.

¿Pero son estos canales de transmisión intergeneracional de la desigualdad injustos? Aquí entramos en un farragoso debate filosófico o normativo sobre la justicia social y los límites de intervención del estado. Los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos e intentarán transmitirles todo tipo de ventajas. Por tanto, si se quiere conseguir la igualdad de oportunidades efectiva, la familia es incompatible con este ideal. Como esta posibilidad de abolir la familia como institución social es absurda e indeseable, hay canales de transmisión intergeneracional de la desigualdad que pueden considerarse más o menos justos. Sin lugar a dudas, la transmisión directa de riqueza y la cooptación a través de redes sociales o enchufes pueden ser considerados como canales injustos. No en vano, los estados intervienen en este proceso a través de los impuestos y la redistribución. En cambio, que los padres inculquen a sus hijos habilidades, aspiraciones y preferencias específicas sobre un campo de estudios, profesión o carrera profesional a seguir, o que les transfieran su pequeño negocio familiar de toda la vida (bar, tienda, quiosco) está menos claro y depende más de la posición ideológica del lector.

En este post vamos a ver una radiografía de la desigualdad social en España identificando cuáles son las profesiones de padres y madres que transmiten más ventajas a sus hijos e hijas en el sistema educativo y en el mercado de trabajo (1). De esta forma, podemos tratar de aislar qué recursos familiares son más importantes a la hora de alcanzar un título universitario y llegar a las profesiones de mayor prestigio y sueldo.

Las profesiones parentales con más y menos hijos universitarios

En el gráfico 1 podemos ver qué porcentaje de hijos e hijas según la profesión parental llega a la universidad. En la parte de arriba, entre peones agrícolas y conductores de camiones se encuentran las profesiones de los padres en las que sus hijos tienen menos oportunidades de conseguir un título universitario. Por ejemplo, si naciste en una familia de jornaleros en el campo andaluz, tus posibilidades de ir a la universidad son ínfimas, un 4%. Similar suerte corren los hijos de familias que trabajaron en el sector primario (pesca, minería), en la construcción, o en el sector servicios de baja cualificación (empleados domésticos, limpiadores, cocineros y conductores de camiones). Los hijos de padres en estas profesiones alcanzan tasas de graduación universitaria entre el 8% y el 17%, cifras considerablemente por debajo del nivel medio de la población (24%), tal y como marca la línea roja vertical.

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En cambio, como puede apreciarse en la parte de abajo del gráfico 1, los hijos de padres profesionales liberales (ingenieros, abogados, médicos y profesores) alcanzan tasas de graduación universitaria muy altas de entre el 64% el 83%, en torno a tres veces más de la media de la población (24%). Los hijos de profesores de universidad se llevan la palma. 8 de cada 10 hijos de profesores universitarios consiguen un título universitario. Estas grandes desigualdades educativas pueden ser explicadas por tres factores fundamentales: la concentración de estudiantes de origen aventajado y mejor rendimiento en las mismas escuelas y barrios, la desigual distribución de recursos económicos y culturales entre las clases sociales y las desiguales actitudes con respecto a la educación. Con esto último queremos decir que para los padres que ejercen como profesionales liberales, si quieren mantener su estatus social en la siguiente generación, lo mínimo que esperan es que sus hijos alcancen un título universitario. Por tanto, empujarán a sus hijos en el sistema educativo incluso cuando saquen malas notas.

Las profesiones que más se heredan de padres y madres a hijos e hijas

En un reciente artículo publicado en el diario The New York Times en el que se analizaba la sucesión de profesiones en los Estados Unidos, se mostraba que las profesiones más heredadas de padres a hijos eran los trabajadores del acero, los legisladores, panaderos, abogados y médicos, mientras que los directivos medios, los administrativos y los trabajadores de los servicios seguían en menor medida los pasos de sus padres. El gráfico 2 muestra un análisis similar al de los Estados Unidos con un ranking de herencia de la profesión de padres a hijos para el caso español. Este índice se interpreta, por ejemplo, como que las personas que trabajan cómo médico son 17 veces más propensas a tener padres médicos en comparación con el resto de la población. Dicho de otra manera, los médicos tienen 17 veces más posibilidades de heredar la profesión de sus padres con respecto al caso en que las profesiones de padres e hijos se distribuyeran al azar.

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Como muestra el gráfico 2, en España el mayor nivel de herencia intergeneracional de la profesión se encuentra entre aquellas profesiones que conllevan la propiedad o gestión de pequeños negocios y grandes empresas. Este resultado no es sorprendente dado el gran porcentaje de negocios familiares (bares, restaurantes, tiendas de comercio al por menor) y de pequeñas y medianas empresas en España. Lo que sí parece más preocupante es que los hijos de directores y presidentes ejecutivos de grandes empresas trabajen de esta misma profesión y, probablemente, en la misma empresa. De la misma manera, los hijos de abogados pueden beneficiarse de la cartera de clientes de sus progenitores, hacer prácticas y entrar a trabajar directamente en el bufete familiar.

En este ranking también encontramos profesiones liberales con exigentes oposiciones y barreras de entrada como puede ser el caso de los médicos y, sobre todo, de los jueces y magistrados. El tener padres que hayan pasado por unas oposiciones y que conozcan desde dentro el sistema puede otorgar grandes ventajas a sus hijos a la hora de seguir sus pasos. De la misma forma, encontramos en lo alto del ranking a guardias civiles, profesión que también cuenta con un sistema de oposiciones y selección que incluso da ventajas a los candidatos cuyos progenitores ejercen o ejercieron en estas mismas profesiones. Por último, a lo largo del ranking hay profesiones del sector primario de baja-media cualificación en la pesca, la ganadería, el campo (jornaleros) y la minería. Este tipo de profesiones se caracterizan por desempeñarse en ambientes rurales en los que el acceso a la educación superior es limitado, como vimos en el gráfico 1, y las oportunidades del mercado de trabajo son escasas fuera de estos nichos. Por último, cabe destacar oficios clásicos como fontaneros y encofradores en los que el saber técnico puede ser transmitido.

La brecha de clase entre personas con el mismo nivel educativo

Aunque hemos visto que hay un alto grado de herencia o reproducción intergeneracional de la profesión en España, esto podría ser explicado por las desigualdades en el acceso a la educación que vimos en el gráfico 1. Es decir, los hijos de médicos tienden a ser médicos en mucha mayor proporción que el resto de la población porque también tienen más posibilidades de estudiar en la universidad. Por tanto, vamos a ver si las personas que han alcanzado el mismo nivel de estudios consiguen acceder a la misma clase social y ganan el mismo dinero independientemente de la profesión de sus progenitores (2).

El gráfico 3 muestra una comparación extrema de las ventajas que obtienen los hijos de clases medias-altas tales como directores generales de grandes empresas, jueces o profesores de universidad, en comparación con los hijos de albañiles, una de las profesiones obreras más numerosas de los padres. Teniendo en cuenta que tanto los hijos de las clases altas como de los albañiles en este análisis han conseguido el mismo nivel de estudios, el gráfico 3 muestra grandes desigualdades entre estas clases sociales. Los hijos de economistas, jueces, abogados y profesores de universidad tienen entre un 12% y un 20% más posibilidades de acceder a la clase directiva y profesional, y ganan entre 250 y 375 euros más al mes que los hijos de albañiles con el mismo título educativo. Estas son las profesiones de los padres que otorgan mayores ventajas a sus hijos por canales sospechosos de ir en contra de la justicia social (conexiones, transmisión directa del negocio, información privilegiada sobre procesos de selección y oposiciones), al funcionar independientemente del sistema educativo. El caso de los directores y gerentes de (pequeñas y medianas) empresas del comercio al por mayor y al por menor es ilustrativo, ya que los hijos de pequeños empresarios consiguen ventajas en términos de sueldo, probablemente al trabajar en el mismo negocio familiar, pero no en cuanto al acceso a la clase media-alta.

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Estos resultados sugieren que la educación no está funcionando como igualador social o como garante meritocrático ya que, entre individuos que han alcanzado el mismo título educativo, aquellos que provienen de familias más privilegiadas tienen ventajas sustanciales en el mercado de trabajo. Queda por saber si estas ventajas son debidas a que los individuos que vienen de familias privilegiadas estudian en instituciones educativas de mayor prestigio, porque son más productivos, porque sus padres les transmiten conocimientos específicos de la profesión, porque los empleadores tienen un sesgo o discriminan en favor de estos, porque las familias privilegiadas ayudan a sus hijos a través de contactos o cooptación, o les transmiten directamente sus recursos patrimoniales, económicos y financieros.

Conclusión

Resumiendo, en este artículo hemos visto que en la España actual existen grandes desigualdades en el acceso al factor más importante para el estatus socioeconómico (clase social y sueldo), el nivel educativo. Son los hijos e hijas de profesionales liberales quienes disfrutan de mayores oportunidades de conseguir un título universitario. También hemos visto que existe un alto grado de herencia de la ocupación entre padres e hijos, y que son las ocupaciones que conllevan la propiedad o gestión de pequeños negocios y grandes empresas, las profesiones liberales con sistemas exigentes de selección (jueces, magistrados, médicos) y las ocupaciones de baja cualificación del sector primario y servicios las que más se transmiten entre generaciones. Por último, hemos visto una brecha de clase en la que los hijos de profesionales liberales (abogados, profesores de universidad, economistas) y empresarios son los que obtienen mayores ventajas en el mercado de trabajo en comparación con hijos de la clase obrera (albañiles) con el mismo nivel educativo. Por tanto, parece que, como indicaba Pau-Marí Klose en otro post en este diario, las clases-medias altas en España son capaces de acaparar las oportunidades tanto en el sistema educativo como en el mercado de trabajo, lo que conduce a situaciones indeseables para el bienestar del conjunto de la sociedad.

Notas

(1) Para realizar estos análisis hemos recopilado y analizado datos de los barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas llevados a cabo entre 2013 y 2018 seleccionando a aquellos hombres y mujeres activos de entre 28 y 65 años con información válida sobre la profesión de sus padres y/o madres. Hemos tomado como referencia la profesión del progenitor de los encuestados con el estatus socioeconómico más alto. Sin embargo, debido a las dificultades históricas de las mujeres para acceder a la educación y seguir una carrera profesional en España, solo en torno al 8% de las profesiones parentales corresponden a la madre. Por tanto, de aquí en adelante usamos los términos genéricos profesión parental, profesión del progenitor o padres.

(2) En este análisis usamos una clasificación de educación desagregada en las siguientes 16 categorías para no sobreestimar el efecto de la clase social de origen:

(1) Analfabetos / Leen-Escriben; (2) Menos de 5 años de escolarización; (3) Educación Primaria; (4) FP grado inicial; (5) Educación Secundaria; (6) FP de grado medio; (7) Bachillerato; (8) FP de grado superior; (9) Arquitectura o ingenierías; (10) Diplomatura; (11) Estudios de grado; (12) Estudios de licenciatura; (13) Arquitectura o ingenierías superiores; (14) Máster oficial universitario; (15) Doctorado; (16) Títulos propios de posgrado.

Fuente: https://www.eldiario.es/piedrasdepapel/astilla-profesiones-heredan-padres-Espana_6_810578950.html

 

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Finlandia suprimió la educación privada y con ello disminuyó las desigualdades

Redacción: El Economista

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Afrodescendientes y Discriminación

Redacción: Fedora Carbajal

Si bien hay evidencia de que la discriminación existe, sus mecanismos de transmisión no necesariamente se alinean con las explicaciones que provienen de la economía

La integración de la población afrodescendiente a la sociedad uruguaya se ha dado históricamente en base a desigualdades. La discriminación existe y es un problema sistémico en los países latinoamericanos. La desigualdad de oportunidades se relaciona con desigualdades no aceptables y con características que no están bajo el control de un individuo (como la etnia, el lugar de nacimiento, el sexo de una persona, etc.) y su importancia en parte se fundamenta en su alta relación con la desigualdad de ingresos cuando los individuos llegan a la vida adulta. La existencia de igualdad de oportunidades en una sociedad, solo es posible si se eliminan las desventajas existentes por la existencia de discriminación. Existe discriminación cuando ante circunstancias idénticas los miembros de un grupo minoritario son tratados de forma menos favorable respecto a aquellos de un grupo mayoritario, aún cuando comparten características similares.
Si bien hay evidencia de que la discriminación existe, los mecanismos por los cuales esta se transmite no necesariamente se alinean con las explicaciones tradicionales que provienen de la economía (la discriminación basada en preferencias y la que se fundamenta en estadística). Sin embargo, en los últimos años, trabajos desde el campo de la psicología y de la evaluación experimental han avanzado en la comprensión de cómo se construye el prejuicio.
En este sentido, uno de los estudios experimentales pioneros y que se ha difundido en diferentes países para detectar si existe discriminación en el mercado laboral consiste en repartir Currículums Vitae (CVs) ficticios para cubrir vacantes laborales en llamados que efectivamente existen en la realidad (los que son publicados en los clasificados de un periódico de referencia, por ejemplo). Para ello se envían para cada vacante de forma aleatoria un conjunto de CVs idénticos respecto al nivel educativo alcanzado y la experiencia laboral, entre otras características relevantes, y se diferencian únicamente en algún elemento distintivo de la etnia o rasgo fenotípico del individuo (por ejemplo, a través de incluir una foto diferente en cada CV o un nombre o apellido identitario de una etnia específica). Estudios en Perú y Colombia, por mencionar algunos países latinoamericanos donde se aplicó este diseño, muestran evidencia de que los afrodescendientes reciben menos llamadas para entrevistas de empleo que los no afrodescendientes. Esto muestra mecanismos de discriminación explícitos o implícitos.
En Uruguay desde que se cuenta con información sobre ascendencia racial en la principal fuente de datos para estudios relativos a condiciones socioeconómicas, la Encuesta Continua de Hogares (ECH) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se han encontrado diferencias sistemáticas en términos de las remuneraciones que perciben trabajadores afrodescendientes respecto a los de ascendencia blanca, implicando que los primeros perciben ingresos alrededor de un 25% a 35% menores. Esto en parte se explica por diferencias en ocupaciones, ramas de actividad donde se emplean y tipo de empresas o instituciones donde están ocupados y por características propias de los trabajadores como es la educación y la experiencia laboral. Sin embargo, hasta un 32% de la brecha de ingresos laborales la explicaría lo que podría estar asociado a la discriminación. Asimismo, al desagregar empleos según sean de baja o alta remuneración, se ha encontrado que la discriminación se reduce en empleos de baja calificación lo cual implica que los afrodescendientes son segregados a este tipo de ocupaciones.
Adicionalmente, los afrodescendientes presentan mayores niveles de informalidad, subempleo y concentración en tipos de ocupación con menor calificación; mayor carga de trabajo no remunerado (principalmente las mujeres afro); mayor proporción de embarazo adolescente, resultados educativos menos favorables en términos de menos años de escolaridad promedio (los jóvenes afro alcanzan alrededor de dos años menos de educación), menor acceso a los niveles educativos más altos, mayor rezago educativo y deserción; mayores tasas de pobreza monetaria y de incidencia de pobreza multidimensional, hogares con mayor proporción relativa de niños y jóvenes y con necesidades básicas insatisfechas; mayor cobertura en la salud pública y peor percepción del estado de salud en general; se concentran (a excepción de Montevideo) como se observa en la Figura 1 en departamentos del país con menor Índice de Desarrollo Departamental de CINVE (Artigas, Cerro Largo, Rivera y Tacuarembó).
Fuente: elaboración propia en base a Censo de Población y Vivienda 2011 (INE) y CINVE (2018).
Nota: el Índice de Desarrollo Territorial (IDT) se elabora en función de las dimensiones: 1) seguridad ciudadana y sistema de derecho, 2) Sociedad incluyente, preparada y sana, 3) Mercados de factores eficientes y dinámicos, 4) Infraestructura física y tecnológica.
Sin embargo, estos antecedentes no son suficientes para determinar cuáles son los mecanismos donde mayormente opera la discriminación hacia la población afrodescendiente y en qué grado efectivamente existe discriminación en el mercado laboral uruguayo. Uruguay tiene que tomar muy seriamente la tarea de generar información y evidencia fuerte que permita dirigir las políticas públicas a eliminar la desigualdad de oportunidades que sufre la población afrodescendiente y diagnosticar la magnitud de la discriminación.
Para esto es necesario una serie de medidas. En primer lugar, se deben medir mejor las características étnicas de las personas, ya que la aproximación utilizada en la actualidad a través de la autoidentificación étnica es imperfecta. Esto es clave para la discusión y evaluación de políticas públicas ya que serán utilizadas como criterio de selección e identificación en acciones afirmativas, como por ejemplo por la Ley 19.122 que establece como obligatoria la contratación de personas afrodescendientes en un 8% de los puestos de trabajo en empleos. En segundo lugar, se debe recabar información de forma representativa, sistemática y periódica, en cada uno de los sectores de actividad y el sector público, que permita tener un mejor diagnóstico y por lo tanto, ofrecer políticas focalizadas para mejorar la condición de vida de la población afro más vulnerable. Finalmente, es necesario generar evaluaciones experimentales de la existencia de discriminación que ofrecen evidencia directa contundente sobre el fenómeno en Uruguay.
Afrodescendientes y Discriminación
Fuente: https://www.elobservador.com.uy/afrodescendientes-y-discriminacion-n1265785
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Infiltraciones ideológicas colonizantes

Autor: Fernando Buen Abad Domínguez

Una ilusión manipuladora -no confesada- se desliza como si fuese el non plus ultra de toda Comunicación y Cultura. Se trata de un estereotipo ideológico que anhela controlar conciencias y conductas, al estilo nazi-fascista, como si se tratase de un logro táctico y estratégico para dirigir a las masas, milimétricamente , en lo objetivo y en lo subjetivo. Una especie de poder “iluminado” por el “Poder” para acarrear al “rebaño” por el camino de la subordinación placentera. Deseo perverso empeñado en comerciar con las conductas de los pueblos. Si lo saben, mal… si no lo saben peor.

Algunos anhelan que “una frase”, “una imagen”, “un mensaje”… tengan el poder, por sí, para de convencer a los destinatarios de ser y hacer lo que quieren los genios de la comunicación fabricantes de publicidad o propaganda, así se disfrace de periodismo, cine, televisión, radio o “ influencers ” en internet con sus “redes sociales”. El fetichismo de la comunicación individualista y mercantilizada.

Desde su perspectiva, la ideología de la clase dominante se las ingenia para imponer su reduccionismo satanizador contra la clase trabajadora como el enemigo del “bienestar”. En los trabajadores forjan un enemigo único. Contra los trabajadores se reúne a todas las fuerzas disponibles para constituirse en un sector acosado por la rebeldía de la clase subordinada. Entonces cargan sobre los pueblos los errores y defectos propios mientras se victiman y emprenden ataques inventando amenazas. Inventan su concepto de lo “popular” bajo el supuesto de que el pueblo no es inteligente y los mensajes han de ser ideados para no exigir esfuerzo intelectual y siempre sea fácil de olvidar. Tal como indicaba Goebbels: “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

Para los Goebbels de gabinete no hay límite a la exageración y la desfiguración. Todo acontecimiento es susceptible de ser convertido en “amenaza grave”. Es el viejo negocio de asustar al burgués propio para que financie ciegamente toda represión. Se educa los mass media con la idea peregrina de que “…debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente”… “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”. Incluso de la repetición hasta la náusea, pretenden hacer su renovación. Para eso se empeñan en imponer “información” y silogismos efímeros dichos como si fuesen verdades eternas. Eso se logra sólo con el desarrollo de un modelo de indiferencia tozuda ante todo lo que los pueblos denuncian y repudian. Y todo eso a condición de que parezca verdad. No importa cuántas fuentes haya que silenciar o cuántas falacias haya que infiltrar para garantizar el reino del engaño. Cultura “fake”.

Tal filosofía de la manipulación sólo funciona al precio de silenciar a los pueblos. Cortarles toda posibilidad de comunicación independiente al discurso hegemónico a su lógica y su estética. Y, principalmente, tal filosofía de la comunicación hegemónica ha de operar sobre las bases de su propia tradición dominante y de la necesidad de trascender los planos de lo material para convertirlos en cultura y en arte que los pueblos subordinados deben aprender a disfrutar. Eso incluye amar a toda la parafernalia alienante, sus ídolos y sus héroes, sus fiestas y sus ritos como si fuesen propios. Gozar la subordinación, disfrutar la esclavitud y principalmente enseñar a los pueblos a agradecerla con aplausos y con raiting . Dicho de otro modo, consolidar una cultura de la subordinación que se divierte sumiso con cualquier chatarra material e ideológica que le imponga el aparato de comunicación y cultura dominante. Y convencerse de que es lo mejor que la humanidad ha conseguido, que debe defenderlo con su vida y ha de heredar a su descendencia.

Tal paradigma de la dominación cultural y mediática, con su ilusionismo de genios goebbelianos , es un un dispositivo ideológico amasado, larga y corporativamente, en la progresión, hasta hoy imparable que implica acumulación de las herramientas de producción de sentido y la dominación de los campos semánticos que reducen los contenidos de casi todo pensamiento a sofismas de mercado dogmatizados. Al servicio de esto compiten desaforadamente personas y empresas para convencernos (y convencer a sus clientes) de que sus “campañas” y sus “ideas” son la solución mágica a la crisis de sobreproducción que ahoga al capitalismo y a los focos de rebeldía y revolución que proliferan, por todo el planeta, como signos claros de hartazgo ante los estragos del capitalismo contra la humanidad y contra el planeta todo.

Pero el ilusionismo de los discípulos de Goebbels termina cuando la realidad toma la palabra. No pocos de sus feligreses desesperan si las fórmulas de la dominación no funcionan como dicen sus manuales. Y es que olvidan la inteligencia dinámica del pueblo trabajador que es infatigable en su resistencia simbólica aunque luche en condiciones asimétricas. Incluso las “victorias” comunicacionales hegemónicas se diluyen en lo efímero de sus intereses y sus fundamentos convertidas en fuente de creatividad para que los pueblos produzcan humor, sarcasmos, ironías, cancioneros, dramaturgias y todo tipo de guerrilla semiótica que, más temprano que tarde, ayudan a conjurar los efectos de las ofensivas hegemónicas a condición de que medie una lucha (o un conjunto de luchas) desde el campo laboral, el campo de las ciencias, el campo de las artes o de cualquier género desigual y combinadamente.

El mito del genio goebbeliano en Comunicación y Cultura es una mercancía más que el sistema se vende a sí mismo -y a sus víctimas- para hacerse pasar por invencible. Eso no implica que sea inocuo ni implica que sus maquinarias sean fáciles de vencer. Lo que implica es que, además de mostrarnos muchas de nuestras debilidades, evidencia la urgencia de trabajar para desmontar todas sus parafernalias y dejar en claro que el único verdadero genio creador de las estrategias más efectivas, a largo plazo, es el pueblo en lucha emancipadora. De esa lucha emergen y han emergido siempre las estrategias y las herramientas más poderosas que, en todas sus variables, constituyen un patrimonio extraordinario al tiempo que un desafío permanente. Acaso, una de nuestras mayores derrotas y deudas, consiste en no haber sabido compendiar todas esas victorias en un mapa general que nos permita reconocernos victoriosos en semejante lucha. También nos han balcanizado en conocimiento sobre nuestras propias fortalezas y victorias. El colmo.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=243621

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¿Esta Costa Rica entre los 10 países más desiguales del mundo?

Por La Nación

Miguel Gutiérrez Saxe

La pregunta cobra relevancia por dos razones: recién la BBC publicó la afirmación sobre esta mala posición del país en desigualdad y actualmente se debate la que puede llegar a ser la primera reforma fiscal relevante desde 1995. Una reforma largamente postergada, compleja y que debe repartir sacrificios.

Medir. Hay un acuerdo relativo sobre la importancia de ocuparse de la desigualdad y, además, sobre su medición. Los indicadores más usuales son los del ingreso con datos de las encuestas de hogares, las que, por su naturaleza, subregistran los ingresos más altos. El más convencional es el índice de Gini, aunque la desigualdad de ingreso es tan solo una brecha entre muchas. En otros países –no de manera regular en Costa Rica– el Gini se calcula según los ingresos antes y después de impuestos y transferencias públicas a los hogares. Esta última es la mejor aproximación.

América Latina se ha caracterizado por ser la región más desigual del mundo y Costa Rica no escapa a ello, según la Cepal. Ese rasgo estructural se ha mantenido durante mucho tiempo en la región, incluso en coyunturas de alto crecimiento económico. A inicios del presente siglo, en la mayoría de los países latinoamericanos se inició un proceso de reducción de la elevada desigualdad de los ingresos, pero luego de la crisis del 2008 esta se desaceleró.

Costa Rica tiene ahora mayores capacidades humanas, pero lleva más de dos décadas de estancamiento de la pobreza según ingreso, alto nivel de desempleo y creciente desigualdad

En general, la principal fuente de ingresos de la gente se origina en el mercado de trabajo. Por eso, entre los principales factores para explicar la reducción de la desigualdad en la región se destacaron la activación de políticas para mejorar los salarios mínimos, más empleos formales, la extensión de la cobertura contributiva de la seguridad social, el aumento en la participación de las mujeres que incrementó el número de perceptores de ingresos por hogar y una mejor llegada de los programas sociales mediante las transferencias monetarias a hogares de menores ingresos.

¿Y en Costa Rica? Durante ese periodo de disminución de la desigualdad en América Latina, Costa Rica, por el contrario, la vio crecer, por lo cual pasó de ser uno de los países más equitativos en la distribución del ingreso a estar en rangos similares al promedio latinoamericano. El Gini en el 2016 fue de 0,52, sin cambios significativos desde el 2011, lo que refleja un estancamiento en niveles altos de la desigualdad.

Otro indicador de la desigualdad es el porcentaje del ingreso total que acumula cada quintil (20 %) y decil (10 % de hogares). Estas relaciones agregan claridad: en el 2016, los ingresos promedio del quintil (20 %) de mayor ingreso fueron 12,9 veces mayores que los del primer 20 %, cantidad que no ha variado significativamente desde el 2013. Visto por grupos de 10 %, el décimo tiene un ingreso 26,8 veces mayor que el primero (el promedio para países de la OCDE es 9 veces). Si se considera el ingreso del 2 % de los hogares más ricos y se contrasta con el del primer 10 %, en el 2016 el indicador asciende a 44 veces. Eso según el Informe Estado de la Nación más reciente.

La disminución de la desigualdad la pone el ingreso social. Para el promedio de la región, según la Cepal, el coeficiente de Gini solo baja 3 puntos tras los impuestos directos, en tanto que la provisión pública de servicios educativos y de salud lo reduciría adicionalmente en unos 6 puntos; en Costa Rica, estima que el efecto conjunto es una reducción en el coeficiente de 12,1 puntos, duplicando educación y salud el efecto de los impuestos.

Por su parte, en los países de la OCDE el efecto redistributivo de las transferencias monetarias y del impuesto sobre la renta personal alcanza en promedio 17 puntos porcentuales, mientras que la redistribución efectuada mediante el gasto público alcanza 7 puntos. En la OCDE, los impuestos son más progresivos por lo que contribuyen más a la igualdad.

En una perspectiva a largo plazo, y con la categoría de clase social a la que da seguimiento el Informe Estado de la Nación, los datos cantan algo más. Este seguimiento pone en evidencia el estancamiento relativo de los ingresos reales de todas las clases sociales desde 1987, con la excepción de los sectores de expertos y medianos propietarios y de la clase alta.

También en el país son evidentes otras dimensiones de la desigualdad socioeconómica, entre ellas las referidas a la baja incorporación de las mujeres al trabajo reconocido y remunerado, y sus niveles inferiores de ingreso para cualquier categoría ocupacional (entre un 20 % y un 30 %). Y por etnia, especialmente grave por la exclusión social radical de los pueblos indígenas, difícilmente visible por su tamaño en las encuestas. Las desigualdades socioeconómicas territoriales son serias y su atención requiere de intervenciones públicas mejores y más robustas.

El análisis detallado no es halagüeño. Las regiones costeras y fronterizas muestran baja prosperidad económica, sostenibilidad ambiental y progreso social en relación con la región central. Eso significa, entre otras cosas, inseguridad ciudadana, atención médica básica deficiente, bajo nivel de escolaridad, demanda insatisfecha de vivienda, infraestructura física insuficiente o inconexa y de baja calidad, problemas de agua y saneamiento, pocas oportunidades económicas y una población menos conectada con el mundo.

Por ejemplo, mientras en el 2016 el 16,1 % de los hogares de la región central estaba bajo la línea de pobreza, en todas las demás regiones del país el porcentaje de hogares pobres fue superior al 23 % y en alguna zona llegó hasta el 31 % (documento de fundamentos del Acuerdo Nacional).

Costa Rica tiene ahora mayores capacidades humanas, pero lleva más de dos décadas de estancamiento de la pobreza según ingreso, alto nivel de desempleo y creciente desigualdad. La composición de los ingresos del gobierno no es progresiva, no aporta mayor cosa para la mejora de la igualdad. La diferencia la pone la política social que sí es altamente progresiva, aunque apenas compensa el efecto de lo económico en la desigualdad.

En 1981 el país vivió una crisis originada en problemas fiscales, con un Ejecutivo débil y un Legislativo que no quiso actuar: cayó la producción, el empleo y el ingreso real. La inversión social se vino a la mitad. Recuperarnos tomó varias décadas. No podemos repetir el gigantesco error.

 

Fuente del artículo: https://www.nacion.com/opinion/columnistas/esta-costa-rica-entre-los-10-paises-mas/ZGG7TBFWUZEMNOORUNSAAXKUKE/story/

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Somos Valientes’, la inspiradora serie documental sobre niños y niñas de México

México/09 de Junio de 2018/Híper Textual

‘Somos Valientes’ es una serie documental que busca educar por la paz a través de los testimonios de niños y niñas mexicanos valientes. Se trata de un proyecto encabezado por la periodista, escritora y activista, Lydia Cacho.

Lydia Cacho, periodista, escritora y activista mexicana inició en 2016 el proyecto Somos Valientes, descrito en su sitio web como «un proyecto educativo multimedia centrado en el modelo de educación para la paz». Hace poco fue lanzada una docuserie del mismo, se trata de una primera temporada conformada por 5 episodios en donde se documenta, conoce y sensibiliza sobre varios grupos de niños pertenecientes a asociaciones con un enfoque educativo para la paz.

Cada episodio está dedicado a un estado de la República Mexicana, así, conoceremos los testimonios de niños de Chiapas, Ciudad de México, Sinaloa, Yucatán y Jalisco.

México es un país diverso y complejo, con realidades distintas y, desafortunadamente, con grandes desigualdades tanto económicas, sociales, sanitarias y de educación, así como con un alto índice de violencia presente a lo largo del territorio mexicano. Otro grave problema es el de la invisibilización e ignorancia de estas situaciones.

Por eso el testimonio de Somos Valientes es muy valioso. Porque nos muestra esas realidades que muchas veces no vemos o no sabemos que existen y, por tanto, no nos damos cuenta del valor de los programas y asociaciones que trabajan por cambiar el rumbo de las cosas; no vemos la impresionante y sorprendente labor que hacen a diario estos niños y niñas de México y muchos otros más que podremos descubrir a través de este proyecto.

La docuserie es conmovedora, inteligente, respetuosa con los testimonios valisísimos de los niños quienes dan muestra de una sensibilidad, valentía, liderazgo, conciencia (emocional, social y ecológica) dignas de admiración y respeto. Nos hablan desde el corazón, desde su experiencia, nos cuentan las veces que «han sido valientes» y sus relatos son profundamente entrañables y admirables.

Sin duda se trata de un proyecto al que vale la pena seguir, apoyar y, por lo pronto, conocer. Además de los 5 episodios de la docuserie, en el sitio web de Somos Valientes encontramos material de apoyo de los temas tratados con los niños como: el miedo, la preocupación, la violencia de género y muchos otros valores y temas de gestión emocional. Ahí mismo podemos conocer las instituciones que trabajan con los niños que conocimos en los episodios, su labor, su trabajo y, claro, la forma de apoyarlas. Lydia Cacho reveló en la presentación de Somos Valientes que tiene planeada una segunda temporada en Colombia, otro país aquejado por la violencia y las desigualdades sociales.

El enfoque de educación para la paz es un concepto del que podemos aprender a través de este proyecto. Educar para la paz es definido como:

Trabajar por un proceso educativo que signifique contribuir a alejar el peligro de la guerra, poner fin al expolio de las zonas empobrecidas del planeta, enseñar desde y para la no-violencia, aprender a considerar el conflicto como un vehículo de cambio si sabemos resolverlo sin recurrir a la violencia, integrar al alumnado en un proceso de transformación de la sociedad hacia la justicia y a la armonía.

Las distintas instituciones que conocemos a través de los niños y niñas protagonistas de esta serie documental son muestra de este interesante enfoque, en donde los chicos crecen y son educados con una visión consciente de su entorno, de las personas y de su realidad, que aunque difícil y compleja, en donde puedan encontrar opciones para su presente y futuro.

Se trata de un proyecto, a la par de bonito y entrañable, valioso, inspirador y educativo. Además de su sitio web puede seguirlo en TwitterFacebook e Instagram.

Fuente: https://hipertextual.com/2018/06/somos-valientes-serie-documental

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Cómo dueles, Guatemala

Por: Prensa Libre/Marielos Monzón/06-06-2018

Solamente un día después del entierro de Claudia Patricia Gómez, la joven migrante de San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango, asesinada por un patrullero gringo en la frontera de los Estados Unidos, volvemos a ver de cerca otras muertes que nos interpelan. Nuevamente un fenómeno natural en un país como el nuestro se cobra la vida de compatriotas que tienen con Claudia un denominador común: la pobreza y la exclusión de sus familias y de las comunidades en las que les tocó nacer.

Lo ocurrido con Claudia, que intentó abrirse un camino en Guatemala y no lo consiguió, y lo que pasó el domingo con decenas de niños, niñas, jóvenes y adultos de las áreas aledañas al Volcán de Fuego que murieron quemados y soterrados, o están heridos o desaparecidos, nos habla de la clase de sociedad que somos. Una que expulsa a su niñez y juventud por falta de oportunidades, por violencia y por la negación de sus derechos más elementales; una que condena a las grandes mayorías a la muerte porque su situación de vulnerabilidad les coloca en un peligro permanente. Una donde hay un grupito que lo tiene todo a costa de que miles estén sumidos en la miseria; desigualdad que le dicen.

En la portada de Prensa Libre del sábado 2 de junio había una pregunta desgarradora: ¿Es Guatemala el peor país para ser niño? La nota de Andrea Orozco nos daba la respuesta. De acuerdo con un estudio de la organización Save The Children, el nuestro es el peor lugar de América Latina para nacer y crecer. De 28 países evaluados, Guatemala está en el último puesto cuando se analizan las amenazas que afectan a las niñas y a los niños: exclusión en los servicios de salud y educación, trabajo infantil, matrimonio y embarazo adolescente y violencia extrema —hasta marzo de 2018, 126 pequeñas/os murieron decapitados, estrangulados, víctimas de la violencia armada y de armas blancas—.

Es más, “Guatemala se caracteriza por la discriminación contra las niñas”, resalta el documento, que habla también de la tasa de mortalidad infantil (30%, según datos de la última encuesta de salud materno-infantil) y de cómo de cada 10 niños/as que se ven obligados a trabajar, solamente tres reciben un pago. Este es el rostro de un sistema construido sobre la base de los privilegios de las élites, sobre el racismo y la exclusión. Esta es la cara detrás de la migración forzada de miles de niños, niñas y adolescentes que huyen de la tragedia de haber nacido pobres y chapines.

La OIM reportó en 2017 la muerte de 249 migrantes en la frontera entre México y EE. UU. Hasta marzo de 2018 se registraron 77 muertes y 18 desapariciones. Solo en 2017 fueron capturados 14 mil 827 niños, niñas y adolescentes no acompañados que salieron de un país que los expulsa, los estigmatiza y los excluye a otro que también les discrimina y les trata con violencia.

No son pobres porque quieren. Tampoco se van porque quieren, los estamos echando. ¿Y qué hace la institucionalidad pública para protegerles? ¿Qué la cancillería y la presidencia, que no tienen tiempo más que para su pleito personal con la Cicig? ¿Qué, como sociedad, además de las campañas de acopio de víveres cada vez que ocurre una tragedia?

Nada de fondo, todo puro maquillaje hasta que la realidad nos estalla en la cara otra vez. Si no fuera por misioneros como los que sostienen las casas del migrante, por organizaciones que atienden a pequeñas víctimas de violencia o por aquellas que activan la solidaridad en momentos críticos, la situación sería —porque se puede— aún peor. Nos dueles, Guatemala.

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