Page 27 of 30
1 25 26 27 28 29 30

Joan Girona: “Lo que más influye en el aprendizaje es el entorno familiar”

Por: blog.tiching.com/ 18-04-2018/ Joan Girona

Durante muchos años la educación ha sido garantía de una mejora en la vida de las personas. ¿Podemos continuar considerando que es un ascensor social?
En mi época sí lo era. Estudiar una carrera y tener estudios te garantizaba tener un lugar de trabajo mucho mejor que aquel que no lo hacía. Ahora no es así. Estudiar ayuda, aumenta las competencias, pero no te asegura en absoluto un futuro mejor.

¿Qué consecuencias tiene esto?
Pues, de forma inmediata, que muchos adolescentes se desanimen. Acaban la ESO y no encuentren sentido o motivación a continuar ligados a los estudios. Ven a personas cercanas con carrera que están repartiendo pizzas, y los que trabajan de lo suyo lo hacen con condiciones precarias.

¿Cómo podemos motivarles para revertir esta situación?
Yo creo que es muy difícil si solo planteamos el estudio con el fin de trabajar, y no como un elemento de cambio de la sociedad. Los profesores deberían estar implicados en esto, en hacer de la educación la punta de lanza de una sociedad que crezca, que madure, que sirva para vivir mejor y no solo para ganar dinero con una profesión.

¿Qué elementos cree que acentúan la desigualdad en el colegio?
Lo que crea más desigualdad, obviamente, es la situación de llegada de los chicos y chicas al instituto. Cada uno viene con su mochila vital. Quien tiene una familia que quiere y puede ocuparse del futuro de sus hijos parte de una situación mucho mejor que uno que no se encuentra en esta situación.

¿Y en las aulas se acentúan estas desigualdades?
Hay prácticas que las pueden acentuar, sí. Los deberes escolares, por ejemplo, crean más brecha entre estos dos tipos de niño. Porque el que tiene una familia pendiente, recibirá ayuda y atención para realizar sus tareas, podrá trabajar en un lugar tranquilo y los hará bien. Un adolescente en cuyo hogar se vive tensión por la situación económica o social en la que se encuentra la familia no podrá trabajar de la misma manera.

Hogar y escuela son determinantes entonces para el desarrollo de los chicos y chicas.
Las pruebas PISA por ejemplo, si algo han demostrado es que lo que más influye en el aprendizaje es el entorno familiar y no la escuela. Hay que incidir en conseguir que la gran desigualdad que existe a nivel económico y social se reduzca al máximo. Esto no significa que la escuela no pueda hacer cosas. Los profesores deben preocuparse, por ejemplo, de que todas las salidas que organice la escuela sean aptas para todos los bolsillos y que ningún niño quede marginado al respecto. Hay que buscar alternativas para que ningún niño se sienta desigual en el colegio.

¿Qué margen tienen los profesores para intentar compensar las desigualdades?
Los profesores pueden preocuparse por hacer una atención personalizada a los alumnos, y dedicar más tiempo a aquellos que tienen una situación más desfavorable de partida. El que está suficientemente estimulado e interesado porque en casa le motivan no necesitará tanta atención como el que no vive una situación óptima en su hogar.

¿No hay peligro de caer en el trato desigual?
No se trata de igualdad, si no de equidad. No podemos dar a todos lo mismo porque no todos tienen las mismas necesidades. Este es un trabajo que los profesores pueden y deben hacer. De todas formas, lo que no es asumible es que cada vez hayan más alumnos por profesor, esto dificulta mucho la atención personalizada. Deberíamos exigir que haya menos alumnos por aula, pero no hay suficiente fuerza social para lograrlo.

¿Por qué cree que no hay suficiente fuerza? ¿La sociedad no lo percibe como una prioridad?
En general la gente cree que como los niños en los colegios están bien cuidados y contentos, no hay problema. Preocupa mucho más la sanidad que la educación. Lo que se hace dentro de los colegios e institutos no es motivo de preocupación de una mayoría.

¿Internet acentúa las desigualdades? No todos los niños tienen la misma facilidad para acceder a internet fuera de las horas lectivas.
Otro tema de desigualdad. Siempre habrá un porcentaje de familias que no tendrán acceso a internet. Yo diría que la mayoría de centros tienen aulas de informática, ordenadores, internet… deberían mantener estos espacios abiertos más allá de las horas lectivas para que los estudiantes tuvieran acceso. Esta sería una manera de paliar esta desigualdad. Lo pueden hacer las bibliotecas, los centros cívicos, etc. Hay alternativas para que todo el mundo pueda tener acceso a ello.

¿Y respecto a los dispositivos mòviles? Existe un fuerte debate sobre si utilizarlos en clase o no.
Este es un problema delicado. Se habla mucho, por ejemplo, de utilizar los dispositivos móviles en las aulas, pero en la mayoría de centros están prohibidos. Esto es un error. Nuestros niños y niñas de hoy en día han nacido en una sociedad digital, es absurdo que les eduquemos al margen de esto. Soy partidario de que las nuevas tecnologías deberían estar presentes en las aulas como los libros, los lápices o la pizarra.

Pero no todos los chicos y chicas tienen acceso a estas tecnologías porque son caras.
Hay centros en los que a los alumnos se les pide adquirir una tableta en primero de la ESO. Esto les sirve para los 4 siguientes cursos y ya no tienen que comprar ni libros de texto, ni libretas, etc. Vale la pena la inversión.

¿Qué le diría a los profesores que no lo ven claro?
El profesorado ha tenido que aprender sobre la marcha y les da reparo utilizarlas en el aula. Sobretodo por si los alumnos saben más que ellos. Los niños saben utilizar la técnica de estas cosas, nuestra función es que las entiendan y que sepan para qué usarlas. Buscar algo en un rastreador es fácil, pero discernir qué respuestas son más válidas que otras no lo es. Hay que darles criterio para escoger, para seleccionar.

Los chicos y chicas en situación de vulnerabilidad económica y social a menudo también tienen falta de atención emocional. ¿Pueden los profesores hacer algo al respecto?
“Mis padres me han dejado de querer” oía muchas veces en el colegio. La situación de muchas familias hace que muchos padres al final del día no tengan aliento para manifestar a sus hijos lo mucho que les quieren. Esto es muy duro, sobre todo para los niños y niñas. Empezamos a concienciarnos de esta situación. Los profesores no solo hemos de enseñar contenidos y materias, junto con las familias somos los adultos de referencia de estos chicos y chicas. Todo aquello que digamos y hagamos les impacta.

¿Por ejemplo?
La forma en que les recibimos en clase o cómo les despedimos, cómo ensalzamos sus logros o corregimos sus errores. En todo transmitimos emociones, por lo que hay que saber hacerlo de forma justa y consciente. Acogemos personas, niños y adolescentes, que están sufriendo, que viven, que tienen ilusiones y miedos. Hay que tenerlo presente durante el día a día. Y de la misma forma que les comentamos si un ejercicio lo han hecho bien o mal, deberíamos preguntarles si les ha gustado hacerlo, si se han sentido inseguros o si lo harían de otra forma.

¿Qué consejos daría a los profesores?
Los docentes deben pensar que son referentes de las criaturas, más de lo que hacen que de lo que dicen. Les afecta y les influye la actitud con la que les tratamos y de esto debemos ser conscientes. Los profesores enseñamos, pero también educamos. La instrucción se puede aprender en cualquier sitio, pero la relación del adulto y el niño solo la podemos transmitir en el colegio, en este caso.

Los docentes siguen siendo, por lo tanto, un referente.
Sí, y esto nos lleva a otra reflexión, y es que la educación está muy feminizada. Hay pocos profesores hombres y esto deberíamos revertirlo. Los niños y niñas deben tener los dos referentes en la escuela.

¿Hay una relación directa entre el nivel socioeconómico de las familias y la conflictividad en los centros?
Yo creo que no, porque conflictos hay en todas partes. Si bien es cierto que, por ejemplo, los centros privados o concertados intentan esconder esos casos al máximo. Sí que es cierto que desde que hay crisis, la inestabilidad de los alumnos ha cambiado y eso se puede notar en las aulas.

¿Pero conflictos hay en todas partes?
Por supuesto. Nos falta comprender cómo son los adolescentes, que se rebelan contra la autoridad, contra los límites. Un adolescente que en toda la ESO no se ha rebelado nunca debe tener algún problema en su proceso de madurez.  Pero no se enfadan con la persona, se enfadan con el límite que les has puesto. Si nos concienciáramos de esto, seguramente la reacción de muchos profesores serían menos visceral y los conflictos disminuirían mucho.

¿Por qué se forman guetos?
Los guetos se producen por la mentalidad social y las políticas de la Administración. Los alumnos deberían distribuirse desde una oficina central de educación y de esta forma paliaríamos un poco la formación de escuelas gueto. Pero si en los centros se concentran números elevados de inmigrantes o de niños de etnia gitana, muchas familias optan por cambiar a sus hijos de escuela porque creen que esto les perjudica.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/joan-girona-lo-que-mas-influye-en-el-aprendizaje-es-el-entorno-familiar/

Comparte este contenido:

Inakuwa: Educación para acabar con la pobreza

Tanzania/24 de Marzo de 2018/

Acabar con la pobreza. Este es el objetivo de una ONG creadea recientemente por estudiantes dle Colegio Estudio. En Tanzania, ayudarán a la emancipación de las mujeres.

No es nada nuevo que el mundo está lleno de desigualdades, y que, por ello, es necesario que haya gente en el planeta que dedique parte de su tiempo a hacer de él un lugar mejor. Es por eso que un pequeño grupo de universitarios ha creado una asociación sin ánimo de lucro que trabaja para llevar la educación a cada rincón del mundo. Inakuwa, cuyo significado en suajili es creciendo, busca el desarrollo y la autonomía de las personas más desfavorecidas a través de cursos lúdicos, prácticos e instructivos.

“Inakuwa es una oportunidad de terminar con las diferencias que marca nuestra sociedad actual, diferencias que imposibilitan tener una oportunidad a muchas mujeres, niños y hombres para demostrar de lo que son capaces”, afirma Pablo Colomina, vicepresidente de la asociación.

Durante un mes, se impartirán clases de alimentación y cocina, agricultura, economía, arte, medicina, educación sexual e inglés

A pesar de ser una entidad muy reciente, ya que se constituyó en octubre de 2017, en julio ya se podrá ver en pie uno de sus principales proyectos del 2018. El primer plan se llevará a cabo en Rau, Moshi, Tanzania, en colaboración con la ONG Jiendeleze Women, al cual acudirán once voluntarios. En esta localidad hay un centro al que van diariamente 60 mujeres para mejorar la situación de opresión a la que se ven sometidas. Durante un mes, se impartirán clases de alimentación y cocina, agricultura, economía, arte, medicina, educación sexual e inglés.

 Este equipo de jóvenes, cuyo único fin es la igualdad de todas la personas, son estudiantes de todas la ramas, medicina, ingeniería, cine, psicología, historia del arte, y es esta variedad lo que hace posible un desarrollo cultural abordado desde diferentes áreas.

“La concienciación de los más jóvenes acerca de la situación actual en la que viven miles de personas es el primer paso para poder revertir esa situación, por eso creo que Inakuwa es una oportunidad preciosa para intentar poco a poco hacer del mundo un lugar mejor”, reitera Colomina.

Desde el principio, un grupo de estudiantes del Colegio Estudio tenía claro que quería hacer un voluntariado en Tanzania, y se puso manos a la obra para organizarlo, pero después de unas semanas, los jóvenes se dieron cuenta de que podían dar más, hacer más, crear una asociación, con tan solo 19 años. Mes y medio después Inakuwa cuenta con 7 miembros en la junta directiva y más de una veintena de voluntarios

Amantes de la ciencia

Se definen a ellos mismo como “artistas, estudiantes y amantes de la ciencia, de la medicina, del derecho, de la música… somos personas soñadoras, entusiastas, diferentes, inconformistas…”

“Creo que eso es lo que hago normalmente, demostrar que los límites son construcciones, y que no todo vale. Sí hay diferencia entre lo bueno y lo malo. No podemos quedarnos indiferentes”, expresa María Caso, presidenta de la Asociación Inakuwa.

Aunque su primer gran proyecto se realizará en Tanzania, esta no es su única iniciativa. Su intención es ofrecer estos cursos también en España a todas aquellas mujeres que también lo necesiten, porque la desigualdad no solo existe en otros continentes, también está presente a la vuelta de la esquina.

Además, en abril de este año, se llevara a cabo el I Congreso. Todo el dinero recaudado tanto en las entradas como en merchandasing será destinado a la organización.

Durante el día que se lleve a cabo, el 21 de abril, se impartirán una serie de charlas siempre con el hilo conductor y la temática de la mujer en la historia, en la literatura, en las artes y en la ciencia. A pesar de que el público al que va dirigido el congreso es principalmente adulto, los jóvenes tendrán su papel como voluntarios. “Este congreso, será definitivamente un un punto de inflexión para Inakuwa”, expresa Ana Diez, vocal de la Asociación Inakuwa.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-03-20/pobreza-desigualdad-ong-colegio-estudio-tanzania-mujeres_1538354/

Comparte este contenido:

España: Más de 600 personas profundizan sobre los derechos humanos en la educación (UNICEF)

España/26 de Marzo de 2018/Levante

«Edusiona’t» reúne en el Palacio de Congresos de Castelló a docentes, familias, instituciones y entidades de la Comunitat Valenciana ? Jóvenes de la provincia participan en un mural audiovisual.

 

Representación de alumnos y alumnas, durante el encuentro.acf

En La III Jornada de Participación e Intercambio de la Comunidad Educativa «Edusiona’t: los derechos humanos» se celebró ayer en el Palacio de Congresos de la capital de La Plana, con el principal objetivo de compartir los intereses y preocupaciones sobre derechos humanos de los profesionales de la educación, especialmente de las ONGD que llevan a cabo proyectos educativos, mostrar el trabajo que hacen las entidades educativas valencianas y reflexionar sobre los retos de la educación en el siglo XXI.

La jornada, que se desarrolló durante toda la mañana, contó con la presencia de cerca de 600 personas, entre docentes, familias, entidades e instituciones que trabajan en los derechos humanos y la educación, así como con la participación del conseller de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, Vicent Marzà, y la vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra.

El encuentro empezó a las 10 de la mañana con la conferencia inaugural «Jugamos y aprendemos: educar en la no violencia», a cargo de la docente Hanan Al Hroub, maestra palestina y Global Teacher Prize 2016, y Doora Al Hroub, estudiante de Ramallah (Palestina).

En las jornadas se presentaron también el Mosaico de los Derechos Humanos, un mural audiovisual confeccionado con clips grabados por el alumnado de un total de 30 colegios de la Comunitat Valenciana -entre ellos, varios de la provincia de Castelló- y que conmemora el 70 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Voluntad política

Al respecto, el conseller explicó que el Consell es «consciente de que la lucha por los derechos humanos requiere de voluntad política» y que, por ello, su «tarea como gestores es poner las estructuras de poder al servicio de la consecución de estos derechos».

En este sentido, la vicepresidenta Mónica Oltra destacó que «solo una ciudadanía educada y empoderada en sus derechos y libertades, y también en sus corresponsabilidades y obligaciones hacia la sociedad, podrá ser capaz de hacer frente a los complejos cambios sociales, económicos y ambientales a los que estamos asistiendo, así como asegurar el mejor futuro para ellos y para el planeta».

«Porque un pueblo culto es un pueblo que nunca nadie podrá tiranizar», añadió.

El conseller agradeció a los asistentes su tarea por promover estos valores y destacó la importancia de los centros educativos en materia de fomento de los derechos humanos, ya que «son un canal perfecto para transmitir a las generaciones más jóvenes la universalidad de estos derechos» y para mostrar al alumnado que deben «ser implacables en la lucha contra las discriminaciones y la desigualdad», expresó.

Por su parte, Oltra también quiso felicitar a «toda la comunidad educativa por su implicación» y ha explicado que esta jornada servirá como foro de debate para avanzar en la educación de los derechos humanos, «seguramente el monumento ético más importante de la humanidad», recalcó la vicepresidenta. Asimismo, expresó su inquietud por el «preocupante retroceso en derechos humanos al que se está asistiendo en Europa con el recorte de derechos con la crisis como excusa». Por eso, remarcó, educar en derechos humanos «es crear ciudadanos responsables y libres», concluyó para cerrar la III Jornada de Participación e Intercambio de la Comunidad Educativa.

Fuente: http://www.levante-emv.com/castello/2018/03/25/600-personas-profundizan-derechos-humanos/1696102.html

Comparte este contenido:

«La universidad tiene que decir verdades que son duras de oír»: Pablo Navas

América del sur/Colombia/06 enero 2018/Autor y fuente: Semana

SEMANA habló con el rector de la Universidad de los Andes sobre las universidades del futuro, el problema de la financiación en Colombia y los retos que tiene la academia.

Semana: ¿Qué tiene que preservarse de la universidad actual para la universidad del futuro?

Pablo Navas: Creo que la universidad siempre ha tenido un reto que en el futuro seguirá igual de vivo, cómo balancea la pertinencia con la impertinencia. La pertinencia nos la están reclamando todos los días: la industria dice que toca capacitar a los egresados para que tengan las habilidades para los trabajos que tenemos hoy, pero la impertinencia tiene que venir de adentro. Y la impertinencia en sus dos acepciones: la acepción de que no es impertinente estudiar a García Márquez ni un cementerio chibcha, y la impertinencia de una universidad que es impertinente con el Estado y con la sociedad. Y dice verdades que son duras de oír y las dice no por razones ideológicas o políticas sino por los resultados de un análisis sistemático y académico.

Semana: ¿Cuál es la mayor preocupación que tiene la universidad del futuro?

P.N.: En el caso de Colombia, siendo prácticos, es el tema de quién va a pagar por la educación superior. La educación de calidad independientemente de todos los esfuerzos que hagamos en hacerlos más eficientes y utilizar tecnologías que nos permitan hacer más accesible. La universidad de calidad es costosa, y como queremos que todo colombiano tenga las mismas oportunidades, tenemos que financiar a aquellos que tienen que estar en las mejores universidades públicas o privadas pero que no tienen los recursos. Eso es un tema que no hemos solucionado.

Semana: ¿Hay que bajar los precios de las matrículas?

P.N.: Podría decir eso. Creo que el reto más que bajar los precios, es ver cómo les financiamos los recursos a aquellos que no tienen cómo pagar unas matrículas altas. Creo que no hay que subsidiar a una persona que tiene con qué pagar, lo que tenemos es que generar el sistema financiero que facilite que a la universidad todos entren con la misma oportunidad.

Semana: ¿Es peligrosa la cercanía de la universidad con la empresa?

P.N.: No. En lo más mínimo. Tiene que haber una enorme cercanía, siento que en Colombia nos falta cercanía. En doble vía. Una en poder aportarle al sector externo las personas que van a ayudar a que se desarrolle, y otra, en que la universidad necesita el apoyo del sector externo en infinidad de maneras y formas incluyendo el económico.

Semana: ¿Qué es lo esencial para formar el pensamiento crítico?

P.N.: Diría que eso está en el ADN de la Universidad de los Andes. Allá pedimos que sean críticos. Y en ese sentido es una competencia que es evaluada y que hay acciones explícitas y consientes para desarrollar en el estudiante el pensamiento crítico.

Semana: Si la inteligencia artificial supera a la humana, ¿cuál será el papel de los seres humanos?

P.N.: Trasciende lejos la inteligencia artificial. Lo hemos visto en las relaciones humanas. Los más inteligentes no necesariamente son los más felices ni son los que necesariamente contribuyen más a la sociedad, ni necesariamente son los que aportan de su manera a la cohesión social. Creo que vivir en comunidad y pasar por esta vida sintiendo que hay verdadera satisfacción y felicidad trasciende de lejos a la inteligencia.

Semana: Con el crecimiento acelerado de la tecnología ¿se salvarán las humanidades?

P.N.: Somos muchos los que inclusive pensamos que deben tener una incidencia mayor que la que tienen hoy, de hecho, en 2018 en Los Andes habrá toda una reforma académica en donde las humanidades están en primera fila.

Semana: Usted resaltaba la importancia de trabajar cooperativamente entre universidades ¿Qué se han perdido las universidades por no hacer ese trabajo en conjunto antes?

P.N.: Yo creo que oportunidades para que los estudiantes se beneficien de experiencias, profesores, compañías, relaciones en otras universidades. En la medida en que se establezcan relaciones con otras universidades simplemente lo que se está haciendo es abrir una nueva gama de oportunidades, no solo desde el punto de vista académico sino vivencial.

Semana: La desigualdad en la educación nace en la primaria y secundaria, ahí se evidencia quién tiene más y quién tiene menos ¿cómo se soluciona eso en un mundo donde los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres?

P.N.: Lamentablemente eso lo dicen las estadísticas. Creo que como política de Estado yo sería partidario e insistiría mucho en la educación en primera infancia y primaria. Porque si descuidamos eso cuando lleguen a secundaria ya hay una diferencia que es insalvable. Sin embargo, hay muchachos de sitios deprimidos y complejos que aun así llegan y sacan resultados positivos en la prueba de Estado, a veces mejores que los de muchachos de colegios favorecidos. La sociedad les ha invertido 16 o 17 años pagados por el papá o el colegio público y demostraron que merecen ir a una buena universidad. Es un crimen social dejarlos por fuera. Por eso defiendo el programa Ser pilo paga, porque coge esos estudiantes y les da una oportunidad que no habían tenido anteriormente.

Semana: ¿Y no sería mejor que el Estado le diera una mejor financiación a las universidades públicas?

P.N.: Ser pilo paga en tres años fundó otra Universidad Nacional. Va a haber 40.000 estudiantes de primera categoría en Colombia. Dígale a un niño que se gradúe el año entrante que espere unos siete años a que eso ocurra. Mirar las estadísticas es fácil, sobre un escritorio fortalecer la universidad pública es lo que todos queremos. Yo soy el primer defensor de eso. Pero la realidad hay una capacidad instalada de universidades de altísima calidad en el sector privado que estaban siendo desaprovechadas. Lo que hizo el Estado, a mi juicio con una gran inteligencia, fue aprovechar esos recursos y dárselos a unas personas que no los estaban recibiendo en la Universidad Nacional.

Yo critíco a la universidad pública en esto: la Universidad Nacional recibe solicitudes de 86.000 estudiantes y rechaza 80.000 ¿alguien se ha preocupado por los 80.000 que rechaza la Universidad Nacional cada semestre? de esos hubo cabida para algunos… Es bienvenida la financiación a la universidad pública, pero es un error decir o lo uno, o lo otro.

Imagen: http://www.eltiempo.com/contenido///entretenimiento/musica-y-libros/IMAGEN/IMAGEN-13944280-2.jpg

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/entrevista-a-pablo-navas-sobre-la-universidad-del-futuro/550474

Comparte este contenido:

Racismo e izquierda: la clasificación de la tribu

Por: Santiago Alba Rico

La última entrega de mi amigo antagonista Helios F. Garcés cierra, como estaba acordado, este debate, pero lo cierra también porque, de algún modo, no admite réplica. Consiste en una acusación sumarísima con pujos de “objetividad” parajudicial (el “discernimiento” o “criba” incontestable de los que son racistas y los que no lo son) y en un programa vago y muy “izquierdista” que deja en la sombra lo que este debate debería haber aclarado: quién es el sujeto o sujetos de las luchas, cuáles los procedimientos y las alternativas, y qué significa “verdadera descolonización”. A la acusación, arrinconado en mi cuerpo, sucumbo; el programa, en su vago izquierdismo, lo suscribo sin apenas objeciones.

La última entrega de mi antagonista amigo Helios F. Garcés me deja sin defensa; me vuelve, de hecho, indefendible a mis propios ojos. En rendirse uno tarda tres líneas; en convencerse toda la vida. No se trataba ni de una cosa ni de otra, pero confesaré que un debate en el que el adversario intelectual, al que lógicamente se considera equivocado, no se limita a equivocarse, sino que, al hacerlo, se vuelve “racista” y cómplice por añadidura de todos los crímenes coloniales, es un debate muy incómodo. Me declaro vencido: no soy “negro” y además no renuncio a mis ancestros “blancos”. ¿Quiénes son? Múltiples y promiscuos: de Espartaco a Silvia Federici, de los hermanos Graco a Robespierre, de Sócrates a Olympe de Gouges, de Francisco de Asís a Kant y Marx, de Francisco de Vitoria a David Harvey, de Sor Juana Inés de la Cruz a Edward Said y John Berger… entre otros muchos. También algunos reaccionarios como Joseph de Maistre, que nos mostró, de otra manera que Kant, los “límites de la razón”; o Chesterton, quien habló de la tradición como de “la democracia de los muertos”, en una línea muy parecida, por cierto, a la de la antropóloga indígena Silvia Rivera Cusicanqui (“los muertos viven, hablan y orientan a los vivos, y permiten identificar los límites éticos que no puedes rebasar”).

Creo con Chomsky en la “naturaleza humana”, en “algo” que nos distingue de un perro y de una silla y que es “universal”: la capacidad lingüística, repartida, como los dones de Zeus, a todos los humanos por igual. La capacidad lingüística implica la capacidad y, aún más, la necesidad –la comezón– de hacer clasificaciones. Lo propio del ser humano es clasificar; lo propio de la “tribu”, como átomo social de la humanidad, es distribuir los cuerpos en cuadros taxonómicos que, una vez establecidos, deciden (criban) la normalidad y la anomalía, el dentro y el afuera y, en la mayor parte de los casos, la vida y la muerte. No es un hecho baladí el que históricamente, en todas las sociedades conocidas, hayan sido ciertas clases, ciertos géneros y ciertas “razas” las que han impuesto sus clasificaciones y por lo tanto el grado y calidad de “corporización” de los individuos, su acceso a bienes y servicios y sus posibilidades de supervivencia. Que los ricos, los hombres y los “blancos” (incluyendo en este rubro la labor formateadora de los japoneses en Asia) hayan impuesto su actividad taxonómica con pretensiones de “naturaleza” y “generalidad” sólo indica todo el daño que la capacidad lingüística universal puede hacer cuando se “particulariza” y se “tribaliza”, en términos económicos, políticos y sociales, al servicio de un sector privilegiado y sus intereses excluyentes. Esa práctica clasificatoria tribal –que corporiza negativamente ciertos cuerpos– alcanza su colofón global bajo el capitalismo, un orden sin precedentes bajo cuya vocación de infinito “la distinción entre el ser humano, la cosa y la mercancía tiende a desaparecer y borrarse, sin que nadie –negros, blancos, mujeres, hombres– pueda escapar a ello”. Es lo que el filósofo camerunés Achile Mbembe, profesor en Johannesburgo, autor de una Crítica de la razón negra a la que pertenece esta cita, describe como “el devenir negro de la humanidad”.

Ahora bien. La capacidad lingüística universal, que permite –y exige– esta voluntad clasificatoria, permite también –y demanda– las revueltas anti-clasificatorias. Lo he escrito en otro sitio: el ser humano es el único animal que hace clasificaciones y es también el único animal que se rebela contra ellas. Es lo que el francés Gaston Bachelard y el árabe Mohamed Al-Yabri llamaban con otro nombre “rupturas epistemológicas”, alojadas potencialmente en todas las tribus y todas las culturas en la medida misma en que son, además de históricas, lingüísticas. Uno de los momentos “ancestrales” de “rebelión taxonómica” o “ruptura epistemológica” que más me gustan dentro de mi “tradición” (el equivalente casi contemporáneo, contra la tribu, del descubrimiento de la geometría, tan bellamente descrito por Plutarco y tan bellamente comentado por Michel Serres) se produce en plena guerra del Peloponeso entre los dos imperios helénicos de la antigüedad, el de Atenas y el de Esparta. Estamos en el año 427 a. de C. y Atenas ha conquistado la isla de Mitilene, aliada hasta entonces de los espartanos. Los vencedores, guiados por su cultura democrática, se reúnen en asamblea para discutir y votar si deben o no matar a todos los hombres de la isla y esclavizar a sus niños y sus mujeres. Según el relato de TucídidesCleón defiende el exterminio de los mitiléneos; Diódoto la clemencia. Uno y otro, en todo caso, apoyan sus argumentos en el horizonte de los intereses tribales de los atenienses. Uno a favor de la severidad, el otro a favor del perdón, tanto Cleón como Diódoto responden a la única pregunta que entiende –y casi permite plantear– el orden clasificatorio de su época y su tribu: ¿qué es “lo conveniente” para nosotros, los ciudadanos de Atenas? Pues bien, es en el marco de esa guerra, en la que participó como hoplita, en una asamblea muy parecida a la de Mitilene, es en ese momento –digo– cuando Sócrates levanta la mano y, ante el asombro escandalizado de todos, cambia la pregunta y declara en voz alta: “No, no se trata de averiguar qué es ‘lo conveniente’ para nosotros sino de conocer qué es ‘lo justo’ para todos”. Como sabemos, la tribu ateniense mató a Sócrates por insistir en hacer esta pregunta; y como sabemos una Constitución democrática digna de ese nombre es siempre el resultado de una deliberación colectiva, si se quiere ficticia, en torno a “lo justo” y no a “lo conveniente”; el resultado, es decir, de una deliberación colectiva anti-tribal.

Ese momento “ancestral” de ruptura clasificatoria en el orden político, paralelo al de la geometría en el orden científico, va a marcar el devenir histórico de la tribu europea. Explotando la geometría, virgen inocente, y en nombre de la justicia (en su variante cristiana o positivista), Europa va a conquistar y destruir buena parte del mundo. Hoy la geometría violada, al servicio de un capitalismo global, complace por igual a EEUU y a Arabia Saudí, a Rusia y a China; y la justicia nombrada, victoriosa en la retórica, sirve para un roto y un descosido: sobre todo para rotos y descosidos. Ahora bien, nadie acusaría a la geometría de haber bombardeado Hiroshima o destruido el gueto de Varsovia; y no deberiamos acusar al gesto de Sócrates de fundar el colonialismo, el racismo y el machismo. Al contrario. Todos los avances que se han hecho “conforme a Derecho” –diría el “racista” Carlos Fernández Liria— se han hecho a partir de ese gesto, incapaz de neutralizar, desde luego, la vocación de infinito del capitalismo y la actividad clasificatoria de la tribu europea, pero que se conserva tan separado de ellas como el aceite del agua. Que la discusión sobre “lo justo” se mantenga siempre abierta, que muchas veces se confundan interesadamente “lo justo” y “lo conveniente” y que se cometan atroces injusticias en nombre de lo “justo” (lo que es, por cierto, la normalidad de todo etnocentrismo) sólo indica una cosa: que “lo justo” no ha vencido y que Sócrates, asesinado en Grecia, sigue siendo asesinado todos los días en Siria, en Iraq, en Afganistán, en nuestras fronteras, en nuestros CIEs y en nuestros parlamentos. Pero este alucinante, escandaloso, extraterrestre “cambio de pregunta”, compatible –como todo– con el colonialismo y el racismo, es imprescindible para liberarnos de ellos. Sócrates no es europeo: hay Sócrates con nombres árabes y kurdos y chinos y rusos y gitanos y cameruneses repartidos por todo el mundo. No se me ocurre qué favor mejor podríamos hacer al capitalismo –y al tribalismo europeo–, asesino de Sócrates, que el de ayudar a matarlo otra vez mediante una presunta “episteme liberadora” que se limita a afirmar que “lo conveniente” para los “negros” es “más justo” que “lo justo” para los “blancos”.

Helios F. Garcés, que no responde a mis preguntas porque soy blanco y por lo tanto altanero, me hace una pregunta a su vez: ¿qué va a hacer la izquierda para combatir el racismo? Yo no puedo hablar en nombre de la izquierda, que no existe, ni tampoco, al contrario que él, de un colectivo de activistas. Cuando accedió a debatir conmigo ya sabía quién era yo y que sólo me represento a mí mismo; por eso me ha parecido abusivo, y contradictorio con su honorable práctica política, que haya cedido a la tentación, para no responderme, de “clasificarme” y “corporizarme” en un paquete. Me salgo de ese paquete y respondo por mi cuenta. Suscribo, como he dicho, la mayor parte del programa abstracto que propone en su artículo: “lucha política y no identitaria” contra “el racismo policial, la segregación racial en las ciudades y en el sistema educativo, contra la discriminación laboral y sanitaria, el racismo penal y penitenciario, la ley de extranjería, la existencia de los CIE”; descolonización de los proyectos políticos; ruptura de los “guetos simbólicos” y promoción de “las mareas amplias”; incluso me gusta –y mucho– la frase relativa a los “atrasos” y los “progresos” (aunque sigue siendo tan vaga que no sé si coincidiremos en el “ellos” allí señalado ni en el objeto a defender: yo considero, por ejemplo, un atraso ir en coche y un progreso ir a pie, un atraso los brokers y un progreso las madres, un atraso Carrefour y un progreso los huertos, un atraso la comida basura y un progreso el matrimonio homosexual).

Sólo añadiría dos cosas más, también vagas, como es propio de una persona que combate el racismo con la mirada y con el teclado. La primera es que para combatir el racismo desde la izquierda es necesario distinguir no racialmente a los “iguales” de los “no iguales”. Si el marxismo olvidó que el racismo no se disolvía con la disolución de la contradicción capital/trabajo, no podemos olvidar, al revés, que esa contradicción, productora de racismo, no se disuelve con la contradicción “racial”. Como recuerda Jorge Moruno, “la crítica a los límites de la modernidad es la crítica a su principal mediación social: el trabajo (moderno)”. Si algo quiere decir “interseccionalidad” debe ser esto: revisar sin descanso quiénes son nuestros “iguales” y quiénes nuestros “desiguales” a partir de las distintas fuentes de “desigualdad” que atraviesan el mundo. La desigualdad económica no sólo racializa –porque corporiza– sino que cabalga, reconfigura e intensifica todas las otras “desigualdades”.

La otra respuesta tiene que ver con una esperanza que los textos de Garcés me quitan en parte. Me refiero a la esperanza de que los sufrientes en todo el mundo –los “negros” si se quiere– arranquen a Sócrates de las manos de los colonialistas europeos, que tan criminalmente lo han utilizado, y hagan realidad por fin su programa “ilustrado” (el de esa “rebelión clasificatoria” que el pensamiento decolonial deforma en un pastoso “todos los blancos son pardos”). Y como Garcés no me deja citar a Fanon, dejaré que lo haga en mi lugar –y en mi nombre– un filósofo negro antirracista que se considera su heredero. Me refiero al ya mencionado Achille Mbembe, quien dice lo siguiente al ser preguntado por la tentación “esencialista” del antirracismo “negro”: “El problema es cuando el esencialismo nos impide continuar el camino que gente como Fanon consideraba el horizonte de nuestras luchas. ¿Cuál es ese horizonte? El que abre el camino a una nueva condición, donde la raza ya no importa, donde la diferencia ya no cuenta, porque todos nos hemos vuelto simplemente seres humanos: el pasaje de la indiferencia a la diferencia”. Nunca superaremos la necesidad clasificatoria ni alcanzaremos jamás una sociedad en la que los cuerpos sean transparentes –lo que además no es deseable– pero conviene recordar que toda lucha contra las clasificaciones raciales es una lucha contra los clasificadores: contra los intereses particulares –de clase, género y “raza”– que hasta ahora han impedido la verdadera diferencia: es decir, la universalidad de los derechos.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=233807

Comparte este contenido:

OCDE: Las desigualdades entre los mayores crecerán en los próximos años

Por: Ángel Calvo

Las desigualdades entre las personas mayores crecerán en el futuro, con mayores riesgos de pobreza a edades avanzadas debido al rápido envejecimiento de la población y a factores como los recorridos profesionales «irregulares» de las nuevas generaciones.

Esta es una de las principales conclusiones del informe publicado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que señala que los nacidos a partir de los años 1960 ya no experimentarán un aumento de sus ingresos medios respecto a anteriores generaciones, como ocurría en la mayoría de países en las últimas décadas.

Si bien se espera que la esperanza de vida siga subiendo, su vida laboral ya está marcada por una mayor inestabilidad, lo que significa periodos de desempleo y de condiciones contractuales más precarias, lo que repercutirá negativamente en las pensiones, en particular de las personas con menor nivel educativo.

Además, el sistema de pensiones va a estar sometido a una presión superior por la aceleración del envejecimiento, ilustrada por la llamada tasa de dependencia.

En 1980 había 20,5 personas de media en la OCDE mayores de 65 años por cada 100 en plena edad laboral (de 20 a 64 años), una proporción que subió a 28 en 2015 y que debería elevarse a 53,2 en 2050.

Japón, que ya es ahora el país con mayor tasa de dependencia, con un 47 %, seguido por Italia (37,9 %), Grecia (36,1 %) y Finlandia (36,1 %), lo seguirá siendo a mediados de siglo, con un 77,4 %.

En segunda posición se situará España con un 75,5 %, y luego vendrán Italia (73,9 %), Portugal (72 %), Corea del Sur (71,8 %) y Grecia (71,6 %).

Detrás de eso está, junto a la caída de la tasa de fecundidad, el aumento de la esperanza de vida, que no es lineal para toda la población sino que depende mucho desde muy temprano del nivel educativo, de la salud, del empleo o de los ingresos.

A modo de ejemplo, un hombre con educación universitaria de 25 años tiene una esperanza de vida de 7,5 años más que otro de la misma edad sin estudios (entre las mujeres la diferencia es de 4,6 años).

Esa fractura educativa tiene su correlato en la vida activa, ya que alrededor del 30 % de los hombres de 50 a 64 años con bajo nivel educativo declaran tener limitaciones para trabajar por problemas de salud, algo que sólo le ocurre al 10 % de los universitarios de esa edad.

La OCDE constata que las desigualdades en los ingresos se están ensanchando con las nuevas generaciones, mientras que hasta ahora sus condiciones económicas mejoraban globalmente.

Desde mediados de la década de 1980, los ingresos del grupo de 60 a 64 años han subido un 13 % más que para el de 30 a 34 años, y esa tendencia ha sido particularmente marcada en países como Italia, España, Francia y Dinamarca.

Pero las evidencias sobre quienes vienen detrás auguran un deterioro de esa situación, entre otras cosas por las circunstancias en que se produce la jubilación.

De hecho, sólo un 44 % del grupo de 55 a 64 años con bajo nivel de estudios tienen trabajo, mientras que el porcentaje es del 70 % entre los que han hecho estudios superiores.

La OCDE subraya que las generaciones nacidas en los años 1960, ahora en la cincuentena, tienen ingresos que ya no son superiores a los nacidos una década antes cuando tenían su misma edad. Lo mismo ocurre con las generaciones de los años 1970.

La cuestión reside en saber si esto es el reflejo de la recesión que se desencadenó hace ahora una década, o si se confirma que es una corriente de fondo.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20171018/432159581488/ocde-las-desigualdades-entre-los-mayores-creceran-en-los-proximos-anos.html

Comparte este contenido:

Estados Unidos: Millones de niños van a la escuela pero no aprenden, afirma el Banco Mundial

Estados Unidos/02 de Octubre de 2017/El Carabobeño

Millones de niños en el planeta van a la escuela, pero no aprenden ni siquiera lo básico para escapar de la pobreza, afirma el Banco Mundial, al advertir de una “crisis de aprendizaje” en la educación global que acentúa la desigualdad social.

Aunque en muchos casos completan la educación primaria e incluso secundaria, los estudiantes no logran calcular el cambio correcto cuando compran algo, no pueden comprender una receta médica o interpretar una campaña publicitaria, según un informe del BM publicado el martes.

La escolarización sin aprendizaje no solo es una oportunidad perdida en términos de desarrollo, sino una enorme injusticia para millones de personas en países de ingresos medios y bajos, concluye la institución en el reporte “Aprender a cumplir la promesa de la educación”, en el que insta a tomar medidas urgentes.

“Esta crisis de aprendizaje es una crisis moral y económica”, dice el presidente del BM Jim Yong Kim, al señalar que los beneficios de la educación en términos de mejores ingresos y mejor salud, dependen del aprendizaje.

“La escolarización sin aprendizaje es una oportunidad desperdiciada. Más que eso, es una gran injusticia”, añade.

El reporte, que sugiere líneas de acción para superar estas deficiencias, señala con preocupación que esta crisis de aprendizaje está ampliando las brechas sociales en lugar de reducirlas.

Según el BM, “los jóvenes que ya están en desventaja debido a la pobreza, los conflictos, a su género o una discapacidad alcanzan la edad adulta sin las habilidades más básicas”.

Nicaragua, Uruguay, Brasil

El estudio cita fallos de alfabetización en Kenia, Tanzania y Uganda, donde tres cuartos de los escolares de tercer grado leían una frase sencilla, pero no la entendían. O de la India rural, donde en quinto de primaria la mitad no podía restar correctamente 46 – 17.

También menciona preocupantes realidades en Latinoamérica. En Nicaragua, dice, solo la mitad de los escolares de tercer año sumaban correctamente 5 + 6. En Uruguay, los niños pobres de sexto grado son evaluados como “no competentes” en matemáticas, cinco veces más que los niños ricos.

Y en Brasil, a pesar de mejoras educativas, el estudio advierte que al ritmo actual llevaría unos 75 años alcanzar el promedio de los países ricos en matemáticas. En lectura, se necesitarían 263 años.

Según los indicadores internacionales de lectura, matemática y escritura, las calificaciones del estudiante promedio en un país pobre son inferiores a las del 95% de los alumnos de los países de ingresos altos.

Esto supone que muchos estudiantes de alto desempeño en países de ingresos bajos y medios se ubicarían en los niveles inferiores en un país más rico.

Estas estadísticas no tienen en cuenta, además, a los 260 millones de niños en todo el mundo que directamente no van a la escuela.

 “Prioridad nacional”

Sin embargo, “cuando los países hacen del ‘aprendizaje para todos’ una prioridad nacional, las normas de educación pueden mejorar dramáticamente”, apunta el informe.

Como ejemplo, recuerda que Corea del Sur tenía una tasa de alfabetización extremadamente baja a principios de los años 1950, pero a través de un programa de alta calidad en educación primaria y secundaria creado en 1995 logró que los jóvenes obtuvieran las mejores calificaciones internacionales en los últimos años.

Vietnam tiene otro caso exitoso: en 2012, estudiantes de secundaria lograron el mismo nivel en matemáticas, ciencia y lectura que sus pares de Alemania en las pruebas PISA de la OCDE.

También menciona el caso de Perú, atribuyendo los buenos resultados de aprendizaje general entre 2009 y 2015 a la “acción política concertada” sobre la educación.

El informe sugiere tres recomendaciones.

Primero, las naciones deben medir el aprendizaje para poder identificar problemas y marcar objetivos claros.

Segundo, los países deben hacer atractivas las escuelas, con profesores bien formados y motivados, tecnologías adecuadas y una buena gestión.

Tercero, generar conciencia social sobre la importancia del aprendizaje, de manera de crear la voluntad política necesaria para lograr cambios en la educación, que deben involucrar a la comunidad.

“Una reforma de la educación es urgentemente necesaria y requiere persistencia, así como la alineación política del gobierno, los medios de comunicación, los empresarios, los maestros, los padres y los estudiantes. Todos tienen que valorar y exigir un mejor aprendizaje”, concluye el peruano Jaime Saavedra, director senior de educación del BM.

Fuente: https://www.el-carabobeno.com/millones-ninos-van-la-escuela-no-aprenden-afirma-banco-mundial/

Comparte este contenido:
Page 27 of 30
1 25 26 27 28 29 30