Page 14 of 54
1 12 13 14 15 16 54

El regreso al ‘cole’

Por: lahora.com.ec

Varios países han reiniciado la asistencia voluntaria a clases. En Francia, la medida recibió el apoyo de la asociación de pediatría, con el argumento de que reincorporar a los niños paulatinamente a la escuela, a la enseñanza, y a la sociedad es el mal menor frente, incluso, a los riesgos que conlleva salir de casa en tiempos de coronavirus.

Pese a estar a pocas semanas de terminar el año escolar, en el país europeo se ordenó el reinicio de una jornada reducida, de asistencia voluntaria, para niños de escuela pre primaria y primaria. Las autoridades, que también relajaron las medidas de aislamiento social esta semana, permitieron la apertura de museos, centros culturales y ciertas líneas de transporte público. La prueba apunta a prevenir, dentro de lo posible, el rezago académico que se produjo inevitablemente tras varios meses de inasistencia a clases. Si bien en aquel país el problema de la desconexión no es tan grave como en los países en vías de desarrollo, existe una significante población de niños inmigrantes, cuyos padres no dominan el idioma. La medida intenta contrarrestar las barreras que impone la educación en casa para los más pobres;  es decir, combatir la discriminación e inequidad.

El debate de la educación es central en las economías desarrolladas, especialmente en lo referente a prevenir que los más vulnerables se queden al margen. En contraste, en Ecuador se recortó el presupuesto de la educación temprana, a la asistencia a niños con capacidades especiales, y otros programas del Ministerio de Educación; y nadie dijo nada.

Lo más revolucionario que una persona puede hacer es decir en voz alta lo que realmente ocurre.”

Rosa Luxemburgo (1871-1919) Teórica marxista polaca

Cuba no señala como imprescindible que el estado tome en su poder todos los medios de producción.”

ERNESTO ‘CHE’ GUEVARA (1928-1967) Médico y guerrillero argentino-cubano.

Fuente: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102318523/el-regreso-al-cole-

Comparte este contenido:

‘Lazzaro feliz’: el Macondo del mediterráneo | Crítica

Redacción: Milenio

En muchos sentidos, la de Lazzaro Felice es la historia de los explotados del mundo que, ya se dijo, heredarán la Tierra. La directora italiana Alice Rohrwacher ha conseguido crear un personaje entrañable con un tema en apariencia pesado: la santidad. Pero no, no hay en esta película nada pesado. Al contrario. Lazzaro feliz muestra por qué esta joven directora ganó el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 2014 con otra película liviana y espiritual: Le meraviglie. Muchas cosas hay que destacar en Lazzaro feliz. La más notoria es, sin embargo, el actor que interpreta a Lazzaro. Rohrwacher encontró a Adriano Tardiolo trabajando en un despacho contable. Cuando ella le propuso contratarlo, él dijo: “lo voy a pensar”. Pero ella lo necesitaba de inmediato así que insistió. Afortunadamente. Tardiolo no tenía experiencia como actor y, sin embargo, ofrece los registros necesarios para dar sabor a este hombre que ama como los antiguos santos de la Toscana: con simplicidad. Inviolata, el pueblo de Lazzaro, ha sido secuestrado por una mujer a quien llaman Serpiente. La marquesa de Luna dice fumando desde lo alto de su torre: “así es el mundo, yo exploto a estos y ellos explotan a ese pobre diablo”. Te recomendamos: El mundo de Salvador Elizondo Lazzaro parece salido de una hagiografía medieval. Y tiene, como los cuentos de aquel tiempo, un sentido del humor muy propio de la sangre italiana de la directora con una gota de la profundidad en el pensamiento de su parte alemana. De ella, de la parte alemana, se desprende el que parece ser el fondo del asunto, la parábola del amo y el esclavo de Hegel. El amo es el joven marqués que se hace servir por Lazzaro, quien, como anuncia Hegel, es el único libre y, claro, feliz. La historia, sin embargo, no cae en el panfleto ni promueve (como tampoco hizo Hegel) la emancipación de los oprimidos del mundo. Cuenta más bien su historia en el transcurrir de la Historia. Así, la película no sólo muestra la explotación de los campesinos por parte de un sistema feudal; narra también en forma sutil el cruce del Mar Rojo, la esperanza de la resurrección de la carne (por algo el personaje se llama Lazzaro) y el horror que representa, en el imaginario de Rohrwacher, el auténtico lobo del hombre: los bancos.

Formalmente, vale la pena destacar el uso del sonido. La directora juega con la sonoridad en forma muy llamativa; con el ulular del viento, el aullido de los lobos y los niños que van y vienen por los trigales murmurando, “Lazzaro, Lazzaro”. Se burlan de su bondad que es como la del Parsifal de Wagner, el inocente del pueblo y el único, claro, que puede salvarnos a todos (en este sentido, el final resulta inquietante). Como toda gran película, Lazzaro feliz tiene muchas influencias. La más notoria es probablemente la de Emir Kusturica quien, en su película Underground, también consiguió deleitarnos con la historia de Europa en tono de fábula. Aquí están también los grandes del cine de Italia: Pasolini y sus preocupaciones religiosas identificadas con la justicia social, y Fellini y ese realismo mágico que tan bien supo traducir Gabriel García Márquez. En el momento más emotivo de la película, la narradora (una muchacha que lo sabe todo sobre los santos) revela el auténtico secreto del muchacho: “tiene olor a santidad”. Es por ese olor y este tema que la película tiene el encanto de otro santo ficticio: el stárets Zósimo de Los hermanos Karamazov.

https://www.milenio.com/cultura/laberinto/lazzaro-feliz-2018-macondo-mediterraneo-critica

Comparte este contenido:

«Es muy duro crecer en un ambiente de discriminación»: así es la psicología especializada en LGTBI y en raza en España

Redacción: El País

Hablamos con psicólogos y con pacientes para conocer sus experiencias.

Como otras personas que padecen ansiedad o depresión, Adela G. (24 años) decidió buscar ayuda psicológica. Durante dos años, visitó a varios especialistas que, como cuenta la propia Adela, no parecieron ayudarla. «Uno incluso me diagnosticó en cinco minutos trastorno límite de la personalidad (TLP)», un complejo desorden mental que tiene que ver con comportamientos inestables y cambios frecuentes de estados de ánimo.

Ninguno supo ver que las emociones que experimentaba Adela eran fruto de una compleja lucha personal por definir su identidad de género y su orientación sexual. Finalmente, y por recomendación de una amiga, la joven madrileña acabó visitando a una psicóloga especializada en tratar a personas LGTBI. «Ella me acompañó en el proceso de esa búsqueda identitaria y me tranquilizó bastante cuando me dijo que no tenía TLP», cuenta Adela .

Massiel Valdez (30 años) también busca su lugar en el mundo y lo hace de la mano de otra psicóloga que trabaja bajo una perspectiva de raza y a la que accedió también por recomendación. «Es muy duro crecer en un ambiente de discriminación, ser siempre la diferente te hace sentirte muy sola», dice Massiel recordando su infancia en España –donde llegó con siete años desde República Dominicana–. «En mi colegio era la única niña racializada y sufría bullying constante, delante incluso de adultos que no hacían nada al respecto».

No fue hasta la adolescencia cuando Massiel identificó esa discriminación como racismo. «En una sociedad donde la inmigración de personas no blancas no está normalizada, esa sensación de ser diferente persiste, recordándote continuamente que no eres de aquí, aunque lleves casi toda tu vida en este país». Ella considera que la sociedad no está realizando los esfuerzos necesarios para integrar a personas de otras razas y etnias, por lo que la joven lleva un tiempo debatiéndose entre quedarse en España, junto a su madre, o volver a República Dominicana.

El racismo y la LGTBifobia siguen presentes en la sociedad, tal y como denuncian asociaciones como SOS Racismo o el Observatorio Madrileño contra LGTBIfobia en informes elaborados anualmente. Una discriminación que influye en muchos casos en la salud mental de las personas racializadas y LGTBI. Ante esta situación, algunos profesionales de la psicología están ampliando su formación para incorporar una perspectiva racial y de diversidad sexual y de género.

Si bien cualquier profesional puede formarse adecuadamente, los psicólogos consultados para este reportaje pertenecen al colectivo para el que prestan ayuda psicológica. Sus vivencias personales les hicieron comprender la necesidad de ofrecer una terapia especializada. «Pertenecer al colectivo te permite tener más empatía con estas realidades», afirma Cristina Pineda (38 años), psicóloga LGTBI en la clínica CEPSIM. Sin embargo, esa pertenencia no garantiza un correcto tratamiento de los pacientes. «Hay que formarse, adquirir herramientas, aprender conceptos básicos como que la orientación sexual no se elige o que la identidad de género se construye», añade Cristina.

Massiel Valdez (izquierda) y Cristina Pineda (derecha). Fotos cedidas

¿Qué se trata en estas terapias?

La psicóloga antirracista Marian Nvumba (40 años y residente en Bilbao) nos habla de que hay muchos motivos que pueden llevar a que las personas racializadas sientan autorrechazo o, en otras palabras, un racismo interiorizado. «Están la falta de referentes, el enaltecimiento de lo blanco por encima de todo lo demás, la discrimación continua por tu raza o tu origen, la estereotipación de las personas migrantes o refugiadas…», afirma Marian.

También es común encontrar este miedo u odio hacia la transexualidad u homosexualidad propia en las consultas LGTBI. Jordi Gómez (47 años) lo experimentó en primera persona al descubrir, tras muchos años casado con una mujer, y con dos hijos fruto de ese matrimonio, que era gay. «Entré en una depresión por ello, y era incapaz de aceptar mi homosexualidad o de verme relacionándome con otros hombres», cuenta el propio Jordi desde Sabadell.

Como explica a Verne el psicólogo Gabriel J. Martín, especializado en psicología afirmativa (como se conoce de manera oficial a la terapia con pacientes LGTBI) para hombres homosexuales que ejerce en Barcelona, «la homofobia interiorizada se ve reflejada de varias formas: el no estar a gusto con uno mismo, la relación con los demás, la falta de confianza… la autoestima de esas personas está muy tocada cuando llegan a consulta».

Tras varias sesiones con su psicóloga LGTBI, Jordi consiguió aceptar su homosexualidad; tocaba entonces comunicárselo a su círculo más cercano. «Trabajé mucho ese aspecto con mi psicóloga. Recuerdo que mi madre se lo tomó fatal. Después de varios años sigue sin aceptarlo, pero quienes de verdad me sorprendieron fueron mis hijos de nueve y siete años. Se lo tomaron con una gran naturalidad, me dieron toda una lección de tolerancia», cuenta emocionado Jordi, que hoy vive con su pareja y lleva una vida «totalmente normalizada, gracias a esa terapia».

Marian Nvumba (izquierda) y Jordi Gómez (derecha). Fotos cedidas

Las consultas sobre relaciones de pareja también son muy comunes en las terapias especializadas en LGTBI. Estela García (28 años) lleva asistiendo a una desde septiembre, cuando se mudó a Madrid desde Barcelona. Acude para aprender algunas cosas sobre cómo manejar su relación. «Con mi psicóloga trabajamos la identificación de conductas esterotipadas sobre las relaciones, generalmente basadas en el sistema heterosexual. Mi intención es corregirlas y así poder vivir una relación con mi novia lejos de esos estereotipos», cuenta. «Pero también tratamos otros temas más generales como mi adaptación a la ciudad, o cómo me está afectando el no encontrar trabajo».

Como explica la psicóloga Ana Adán, de la clínica Tú y yo Psicólogos LGTB, las relaciones psicoafectivas de las parejas homosexuales son diferentes de las parejas heterosexuales. «Las parejas homo se desarollan en ausencia de modelos, conviven en contextos homofóbicos, están sometidas a una visión externa llena de estereotipos y dentro de ellas se da lo que llamamos disparidad homofóbica, que somete a las parejas homo a más dificultades, estrés y conflictos que a las hetero», aclara Adán.

Incluso a la hora de abordar las relaciones de pareja homosexuales, Adán encuentra dinámicas distintas entre gays y lesbianas. «Las mujeres aún recibimos una educación en la que se da mucha importancia a estar en una relación, lo que hace que las participantes en una relación lésbica puedan vivirla con más dependencia, intensidad, sobreprotección, conocimiento excesivo de la otra y sobrecomunicación», afirma Adán.

Otra de las cuestiones que sale a menudo en las terapias es la de la violencia intragénero, que Adán califica como «la gran invisibilizada». Se trata de un tema delicado dentro del activismo LGTBI, ya que la violencia entre personas del mismo género se ha utilizado a menudo «para deslegitimar y desdibujar la lucha» contra la violencia machista. Pero tanto psicólogas especializadas, como la propia Ana Adán o Paula Alcaide, o personas que la han sufrido, coinciden en la necesidad de no ocultarla.

¿Cómo se especializa un psicólogo en terapia LGTBI o antirracista?

«La historia de una persona está determinada por cómo es leída racialmente y hay que tener esto en cuenta para abordar cualquier tema. Si no, en lugar de ayudarla terapéuticamente, se puede infligir mucho dolor», explica la psicóloga dominicana Jeannette Tineo (46 años) a Verne en conversación telefónica desde Madrid. Sin embargo, no existen muchas opciones profesionales para especializarse en la atención a personas racializadas, como tampoco abundan para cuestiones LGTBI.

Jeannette Tineo. Foto cedida

La psicología LGTBI o psicología afirmativa no cuenta con una formación oficial y universitaria en España, aunque en los últimos años es cada vez más frecuente encontrar cursos especializados en psicología afirmativa en diversidad sexual y de género ofertados por asociaciones o instituciones como el Colegio de Psicólogos de Madrid. «La formación avanza al ritmo que avanza la sociedad, aquí todavía queda mucho por hacer en cuanto al reconocimiento y normalización de la diversidad sexual y de género», apunta Cristina Pineda.

Esta formación suele basarse en las directrices establecidas por la IPsyNet (International Psychology Network for Lesbian, Gay, Bisexual, Transgender, and Intersex Issues), una red creada por la American Psychological Association (APA, la asociación estadounidense de psicología) de la que Gabriel J. Martín es representante en España. La institución americana fue la primera en impulsar la psicología afirmativa en la década de los setenta del siglo pasado, recomendando a los profesionales de la salud que dejasen de tratar la homosexualidad como una enfermedad, aunque la Organización Mundial de la Salud no la retiraría de su lista de enfermedades mentales hasta casi dos décadas después, en 1990. La transexualidad se mantuvo en esa lista hasta 2018.

La necesidad de abordar el impacto que el racismo ejerce en la salud mental de las personas racializadas también fue planteada en el siglo pasado por teóricos como el psicólogo y filósofo francés antillano Frantz Fanon, conocido también por su divulgación a favor de la liberación nacional de los pueblos coloniales. Su discurso influyó profundamente en las generaciones posteriores de pensadores y activistas antirracistas.

Sin embargo, como argumenta la psicóloga Tineo, «el hecho de que ni siquiera exista un debate social sobre el racismo en España hace que la vía a este tipo de formación se vea como algo prácticamente inimaginable». Para la psicóloga dominicana Yania Concepción (31 años), la psicología académica se basa en estudios y conocimientos únicamente de las personas blancas e ignora otras realidades como las de personas racializadas. Introducir esta especialización en la formación universitaria «conllevaría destapar lo racista que es la propia academia, como lo es la sociedad en general», añade Concepción.

«De momento, especializarse en una psicología antirracista pasa por ser activista y autoformarse: leer a Fanon, Grada Kilomba y tantos otros autores que ofrecen una mirada diferente a la europeísta blanca», recomienda Nvumba. «Y para aquellos profesionales que no sean racializados pero quieran ejercer bajo esta perspectiva, les recomendaría que al principio buscaran la supervisión de un psicólogo que sí lo sea», concluye.

Fuente: https://verne.elpais.com/verne/2020/05/14/articulo/1589438991_464630.html

Comparte este contenido:

Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia

Por: Otras Voces en Educación

El Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, se celebra el 17 de mayo de cada año para denunciar la discriminación de la cual son objeto todas las personas con preferencias sexuales diferentes a las convencionales como es el caso de los homosexuales, los transexuales, los bisexuales y las lesbianas en todo el mundo.

El 17 de mayo fue escogido para conmemorar esta fecha por la decisión que tomó la Organización Mundial de la Salud en 1990, cuando se desclasificó la homosexualidad como un trastorno mental. El Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia (IDAHOT, por sus siglas en inglés) fue creado en 2004 para llamar la atención sobre la violencia y la discriminación que sufren las personas LGBTI.

En 2020, el tema elegido para la campaña es «Rompiendo el silencio», un lema que trata de alzar la voz para que las personas no tengan que ocultar nunca su condición sexual, no se avergüencen de quiénes son y para que todas las opciones sean aceptadas por la sociedad.

No podemos olvidar que las leyes punitivas siguen penalizando los comportamientos, las identidades y las expresiones de las personas LGBTI en 72 países, perpetuando así la discriminación, la exclusión, la desigualdad y la violencia.

El progreso es posible, pero requiere alianzas más fuertes y estratégicas para promover la seguridad, combatir la violencia y la discriminación, abogar por el cambio de leyes y políticas, y cambiar los corazones y formas de pensar.

Alzar nuestras voces contra la homofobia, la transfobia, la bifobia y la intersexfobia este 17 de mayo nos ofrece una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con el respeto a la dignidad humana y la defensa de los derechos humanos. Tenemos la obligación de hacer todo cuanto esté en nuestras manos para garantizar la justicia y la protección para todas las personas, y que nadie se quede atrás.

 

Comparte este contenido:

La ONU rechaza oleada de discriminación por pandemia

Redacción: Redmas

La pandemia sigue impulsando “una oleada de odio y xenofobia” alrededor del mundo, dijo el viernes en un comunicado António Guterres, secretario general de la ONU, quien sin citar países ni individuos llamó a no escatimar esfuerzos para ponerle fin a esta situación.

  • El representante también señaló que los discursos de discriminación que están circulando en Internet, alimentadas por teorías de la conspiración antisemitas, se han extendido ocasionando fuertes ataques contra musulmanes.

Además, el jefe de la ONU repudió que se haya “vilipendiado a los migrantes y refugiados como fuente del virus”, y que en consecuencia se les haya denegado el acceso a la atención médica.

  • Guterres rechazó la difusión de memes que sugieren que las personas mayores, que se encuentran entre las poblaciones más vulnerables al virus, son también las más prescindibles.

“Los periodistas, los denunciantes de irregularidades, los profesionales de la salud, los trabajadores humanitarios y los defensores de los derechos humanos están siendo atacados por el simple hecho de hacer su trabajo”. 

La organización hizo un llamamiento a la alfabetización digital por parte de instituciones educativas. Y pidió a medios de comunicación, particularmente a compañías de medios sociales “eliminar los contenidos racistas, misóginos y otros contenidos perjudiciales”.

Fuente: http://www.redmas.com.co/internacional/la-onu-rechaza-oleada-de-discriminacion-por-pandemia/

Comparte este contenido:

OPINIÓN | El Toro Meco: resistir en las montañas de concreto

Por: Tlachinollan

Como migrante indígena he tenido la fuerza para cruzar el desierto y la capacidad para conseguir un trabajo en Nueva York. Mi vida cambió totalmente: dejé Yuvinani para vivir en Brooklyn. Pensé que me olvidaría de la Montaña y que me iría mejor con los gabachos. Con los 7 años que llevo viviendo en esta ciudad, me pesa mucho la soledad. Los fines de semana nos reunimos para convivir y la verdad, toda la plática es sobre nuestro pueblo. Allá está nuestro corazón, porque aquí nuestro cuerpo solo está para ganar dólares. En la semana no existimos para la gente con la que trabajamos.

Ponemos todo nuestro empeño en lo que hacemos y nos abstraemos de la realidad. Cuando llego al departamento me tiro a dormir. Todo es monotonía y mutismo. Vivo como un extraño en un mundo que no es el mío. Me he tenido que adaptar al maltrato de muchas personas que por su color se sienten superiores. No hay forma de escapar a las miradas que me desprecian y me discriminan.

Vivo atormentado porque tengo que pagar muy cara mi estancia en Nueva York, no solo por los gastos que realizo, sino por lo que cuesta vivir como extranjero, experimentando en todo momento que no tengo derechos y que soy parte de la multitud de migrantes que supuestamente somos los causantes de todos los males. Es el estigma que tenemos que cargar como la escoria de la sociedad. Su perversidad es pisotear nuestra dignidad, doblegar nuestra resistencia y domesticarnos como seres sin razón.

Las horas que paso sin hablar me han nutrido de ideas que me remiten a la cultura de mi pueblo. Ese vacío que hay en mi mente y en mi corazón, lo lleno con los recuerdos gratos de mi familia que vive en el campo. Camino ensimismado por las avenidas de Nueva York, como un autómata que sube y baja del metro, sin cruzar palabras en medio de la multitud. Mis pies ya se acostumbraron a caminar sobre el asfalto y a usar el transporte público para llegar a tiempo a mi trabajo. Cuando escucho el inglés y se me dificulta entenderlo, entro en crisis, por no dominar el idioma que me abriría otras puertas. Se repite la misma historia que viví en Tlapa, cuando mis compañeros de la escuela se reían cuando hablaba español. Me sobrepuse a las burlas y sobre todo a los remedos que me hacían por no pronunciar bien algunas palabras. En la mirada me dicen todo, cuando trato de comunicarme en inglés. Ya no es la misma burla, enfrentas más bien la actitud de personas que nos quieren hacer sentir como ignorantes, como seres que no estamos a su altura para establecer una comunicación. Eso carcome mi dignidad, porque nos tratan con el látigo de su desprecio.

Ya me acostumbré a no ver el cielo ni las flores. Ahora mi Montaña son estos rascacielos de concreto; la expresión del poderío de una nación, la arrogancia de quienes tienen dinero y la supremacía de una raza que se siente superior a las demás. He podido navegar a contracorriente, mantenerme en medio de este maremágnum y salir a flote, reafirmando mi identidad como hijo de la lluvia. Lo más valioso de mi estancia en esta mega urbe es haberme reencontrado con mis paisanos, sobre todo de compartir nuestros proyectos y de reconstituir nuestra pequeña comunidad.

Hemos formado una organización que le llamamos “El Toro Meco”, es una canción popular que habla orgullosamente de Yuvinani, de la gente que tiene valor y que sabe capotear la vida. El ritmo y la letra se ha hecho famosa en toda la Montaña, porque en los bailes la gente se zarandea de gusto. En Brooklyn nos hemos organizado como jóvenes de la Montaña, coordinados con algunos de Puebla, Michoacán y Tlaxcala. La promoción de la cultura de nuestros pueblos es lo que nos une. Estamos recuperando el uso de nuestros idiomas y varios nos estamos capacitando para ser peritos interpretes en las Cortes de Nueva York. Muchos compañeros y compañeras enfrentan procesos legales en condiciones sumamente desiguales. Hay varios paisanos que están en la cárcel acusados injustamente. No tuvieron la oportunidad de ser escuchados en su propio idioma. Por eso, nos estamos preparando para que en las Cortes los jueces conozcan nuestra forma de pensar, de creer y de actuar y que no estigmaticen nuestras culturas.

La llegada del coronavirus nos agarró desprevenidos, porque nunca pensamos que de la noche a la mañana nos íbamos a quedar sin trabajo. La enfermedad está agarrando parejo y ya no hay lugar en los hospitales para que atiendan a los enfermos. Muchos compañeros prefieren quedarse encerrados en su casa, tomando algunas yerbas para bajar la calentura. Me atrevo a decir, que si tuviéramos temazcal en Nueva York, todo mundo lo usaría y nos curaríamos de muchas enfermedades. Hay mucho miedo de ir al hospital, no solo porque no hay camas, sino porque ya no te dejan ver a tu familiar. Con la pandemia, las personas que fallecen tienen que incinerarse. Está prohibido trasladar cuerpos a nuestro país.

Estamos preocupados porque varios amigos y amigas han fallecido y no tenemos forma de ayudarlos. Las funerarias están cobrando más de dos mil dólares por la incineración. No hay una fórmula efectiva para conseguir dinero, porque nos quedamos sin trabajo. Como organización nos dedicamos a elaborar bolsas ecológicas, pero ahora con el COVID – 19, estamos haciendo cubrebocas, como una forma de recaudar dinero y obtener algún ingreso. Tenemos que enfrentar los embates de esta pandemia. Nos sentimos solos, porque no vemos el apoyo de las autoridades mexicanas. Hemos utilizado la plataforma GoFundMe para obtener fondos en beneficio de las familias que no han logrado cubrir el pago de la incineración. A través de varias iglesias y escuelas estamos encontrando el apoyo alimentario. Nuestras familias en la Montaña, están viendo la forma de ayudarnos. Nos recomiendan los remedios caseros para no dejarnos derrotar por el coronavirus.

Aún no sabemos cuántos de nuestros paisanos han fallecido, porque seguimos encerrados. Solo por las redes sociales sabemos que hay más de 30 personas de la Montaña que han perdido la vida. Como la canción del Toro Meco, tenemos que hacerle frente a esta pesadilla. No nos vamos a dejar vencer, tenemos que organizarnos mejor. Si logramos llegar a esta megalópolis y pudimos encontrar un rincón dónde vivir, recuperaremos nuevamente las fuerzas que nos han heredado nuestros abuelos, quienes siempre tuvieron bríos para llegar a la cima de la Montaña. A imagen del Toro Meco, capotearemos al coronavirus y resistiremos en estas Montañas de concreto.

Abel Barrera Hernández

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org/opinion-el-toro-meco-resistir-en-las-montanas-de-concreto/

Publicado originalmente en Desinformémonos

Comparte este contenido:

Libro (PDF) Economía del género : el valor simbólico y económico de las mujeres

Reseña: CLACSO

Estudios previos habían mostrado que las mujeres se incorporan con menor frecuencia al mercado laboral de la industria del software. La autora se pregunta, entonces, si esta será una consecuencia de que las niñas son socializadas más para la maternidad y el cuido, que para el desempeño profesional. De ser así, prosigue la autora, ¿se encuentran las mujeres, que efectivamente ingresan al mercado laboral, en ventaja o en desventaja? ¿Cómo son valoradas simbólicamente, sobre todo en un contexto en que la industria de alta tecnología prioriza cualidades asociadas a las mujeres? ¿En qué áreas de trabajo se desempeñan? ¿Cómo hacer para que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades y derechos? Para explorar empíricamente estas interrogantes, la autora consideró tres niveles de análisis, prácticas, representaciones e instituciones, presentes en la oferta y la demanda en tres empresas especializadas en tecnologías. La hipótesis que orienta el trabajo sugiere que las mujeres están en desventaja en el mercado laboral y ello condiciona las posibilidades de desempeño en un sector económico estratégico pese, incluso, a las políticas, públicas y privadas, que promueven la igualdad de género.

Autor/a:  Flórez Estrada, María  

Editorial/Editor:  Editorial UCR

Año de publicación: 2007

País (es): Costa Rica

Idioma: Español.

ISBN :   978-9968-46-054-5

 

Descarga:   Economía del género : el valor simbólico y económico de las mujeres

Fuente  e Imagen:   http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=miedo&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

Comparte este contenido:
Page 14 of 54
1 12 13 14 15 16 54