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ESPECIAL: Sin clases presenciales, Argentina desarrolla alternativas para mitigar impacto de COVID-19

América del Sur/13-09-2020/Autor(a) y Fuente: spanish.xinhuanet.com

Argentina, sin clases presenciales desde el 16 de marzo por la pandemia de la COVID-19, desarrolló diversas estrategias para que alumnos de todos los niveles puedan continuar sus estudios desde el hogar, como programación audiovisual a través de medios públicos y cuadernos impresos para contrarrestar la falta de acceso a la tecnología.

La situación epidemiológica en el país, que este miércoles registró 12.259 nuevos casos de COVID-19, el mayor número para un sólo día desde el tres de marzo, cuando comenzó el brote en Argentina, determinó la imposibilidad del regreso de las clases en 21 de las 24 provincias.

El gobernador de la provincia de Córdoba (centro), Juan Schiaretti aseguró el miércoles que «no hay fecha cierta» para el retorno del ciclo lectivo presencial y lamentó que «los más vulnerables van quedando con menos posibilidades de aprender».

«El ministro de Educación de la Nación (Nicolás Trotta) había expresado su deseo de que en agosto pudiéramos retomar las clases presenciales. Algunas provincias lo intentaron, pero la realidad del aumento de casos nos está marcando que ese deseo no se va a cumplir», afirmó el funcionario al anunciar la compra de 20.000 computadoras portátiles que serán entregadas a escuelas de sectores vulnerables.

El Consejo Federal de Educación (CFE) aprobó el 2 de julio un protocolo para el regreso a clases con un sistema que alterna la enseñanza presencial y a distancia, denominado «bimodal», pero únicamente se puso en marcha en las provincias de Formosa (norte), Catamarca (noroeste) y San Juan (oeste), para un total de 47.000 alumnos, principalmente de áreas rurales.

La provincia de La Pampa (centro) será la cuarta en volver a clases, el lunes próximo, cuando regresarán a las aulas unos 12.000 alumnos, poniendo el foco en quienes no han mantenido vínculo pedagógico con la escuela.

Voceros del Ministerio de Educación repasaron ante Xinhua las medidas adoptadas ante la pandemia para que más de 15 millones de alumnos de todos los niveles puedan seguir estudiando: «Se lanzó el portal digital SeguimosEducando.com, un instrumento con material pedagógico digital, contenidos de producción propia y cedidos por editoriales, para dar respuesta a las necesidades de la comunidad educativa».

El Ministerio de Educación estableció la gratuidad de la navegación en la plataforma educativa desde todos los teléfonos móviles, la producción y emisión de programación audiovisual estructurada en base a núcleos de aprendizaje prioritarios a través de canales de televisión y radiodifusoras nacionales y la impresión y distribución de 36 millones de cuadernos para comunidades educativas sin acceso a internet.

La docente Jesica León, quien dicta la materia «Política y Ciudadanía» en la Escuela Secundaria Nº 80 de la localidad de Pontevedra, una zona de escasos recursos de la ciudad de Merlo, 35 kilómetros al oeste de Buenos Aires, destacó, en diálogo con Xinhua el valor de esos cuadernos, que «mi contacto con los alumnos es por teléfono móvil, pero el curso está bastante limitado en lo tecnológico, entonces la mayoría se maneja con cuadernos, es la única alternativa al alcance de la mayoría de ellos».

León es, además, ayudante en la cátedra «Didáctica Especial» del Profesorado de Ciencias Jurídicas en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, donde la realidad es otra: «Allí es más usual el uso de Zoom y otras herramientas útiles para la educación a distancia. En la educación universitaria ha sido más fácil adaptarse a la nueva modalidad».

Josefina De Rosa es socióloga y docente en la escuela secundaria Santa Teresa de Jesús, en el barrio de Palermo, un distrito elegante de la capital argentina: «La institución hizo un estudio muy exhaustivo de las herramientas con que contaban los alumnos para seguir con la educación en línea. Además se realizó una amplia capacitación a los docentes para el uso de diversos recursos para dictar clases a distancia», dijo a Xinhua.

El ministro Trotta dijo el sábado pasado en una reunión de Ministros de Educación del Grupo de los Veinte (G20) que se «requiere el diálogo y el consenso con todas las autoridades del sistema escolar y con la comunidad educativa» para avanzar con el regreso a clases presenciales.

«Un principio que tiene especial relevancia en el campo de la educación es que ningún sistema educativo tiene las mejores ni las únicas respuestas a cómo actuar frente al coronavirus. Estamos aprendiendo. Y el aprendizaje es siempre una acción colectiva», afirmó el funcionario ante sus pares del G20.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-09/10/c_139358132.htm

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Francesco Tonucci: “Es el momento de repensar la escuela, el buen maestro ha de ver qué han aprendido los niños”

El psicopedagogo italiano lanza cinco propuestas para reinventar la educación en tiempos de incertidumbre, en el ciclo inaugural del curso escolar en Cataluña, donde Bargalló defiende un retorno presencial.

Francesco Tonucci, psicopedagogo italiano, investigador y experto en niños, fue una de las voces más críticas con las familias y los profesores que reivindicaron seguir con el currículum escolar en casa cuando la covid paralizó el mundo. Cuenta que en Italia se asumió el lema “la escuela no para” y los niños siguieron estudiando en casa la fotosíntesis o la Guerra de los Treinta Años, cuando en la calle se hablaba de China y de un nuevo virus al que habían bautizado SARS-CoV-2. ¿Cómo podía ser que los niños siguieran con los programas escolares diseñados a principios de curso cuando por primera vez en la vida moderna un virus lo había parado todo?

Tonucci es un firme defensor de que en el aula se aprende los contenidos que los niños llevan a la escuela. Y a diferencia de lo que vienen denunciando padres y profesores, a través de las redes sociales, es un amante de la incertidumbre. “La incertidumbre es una actitud privilegiada de conocimiento”, dice. “Se investiga sobre lo que no conocemos”, alega en su defensa. Durante el confinamiento, propuso considerar los hogares como un laboratorio donde los niños podían aprender a poner lavadoras, tender la ropa o hacer pasteles. Lo cierto es que la harina y la levadura se agotaron en los supermercados, aunque un grueso de las familias seguían reclamando los deberes tradicionales. Hace años que Tonucci denuncia que la escuela no funciona y ahora insiste en aprovechar la pandemia para reinventar la educación.

La educación en tiempos de incertidumbre

La peste moderna irrumpió en plena primavera pedagógica. Y para ayudar a repensar la escuela, el departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña ha invitado esta mañana a Tonucci a compartir sus reflexiones a través de una ponencia virtual para inaugurar oficialmente el curso 2020-2021. Su charla es la primera de un ciclo que lleva por nombre “La educación en tiempos de incertidumbre”. Tonucci ha defendido la vuelta al colegio bajo el principio de que es el lugar donde todos lo niños tienen igualdad de oportunidades.

El objetivo de un colegio no es conseguir que todos los niños saquen un 10 en matemáticas, si no ayudar a los alumnos a encontrar y desarrollar sus aptitudes, ha resumido. En otras palabras, el referente el pedagogía Howard Gardner lo llama inteligencias múltiples. Mientras que el escritor Gabriel García Márquez habla de que el objetivo de la educación es que cada niño encuentre su juguete favorito.

¿Cómo es un buen maestro?

Tonucci ha defendido que cada niño tiene derecho a un buen maestro. Y como buen maestro ha recordado a un buen amigo: Mario Lodi. Ha explicado que en Italia, los profesores acompañan a los alumnos entre 1º y 5º de Primaria. El maestro Lodi acostumbraba a escribir una carta a los padres un mes después de conocer a sus alumnos. Si no detectaba nada extraño, les venía a decir que todos los niños tienen una inteligencia normal y que todos aprobarían los próximos cinco cursos. Si no lo hacían, la responsabilidad era del profesor y de la escuela por no haber desarrollado sus aptitudes.

Con este ejemplo, Tonucci lanza una reflexión para las escuelas. “El colegio que no aprueba a sus alumnos, sobre todo, a los últimos de la clase, es un colegio que fracasa”, denuncia. En otras palabras, “si la escuela no promueve a todos los alumnos, es como un hospital que cura a los sanos y rechaza a los enfermos”.

Cinco oportunidades de la pandemia para cambiar la escuela

Tonucci ha lanzado cinco consejos para que las escuelas aprovechen la pandemia como una oportunidad. En primer lugar, llama olvidarse de recuperar el tiempo perdido y retomar viejas costumbres“Los profesores han de darse cuenta de todo lo que han aprendido los niños durante este tiempo, con la soledad, con la pérdida de un familiar, con la lejanía impuesta de los abuelos, al convivir con sus padres e inventar cosas nuevas para no aburrirse”, ha citado.

En segundo lugar, propone un nuevo pacto educativo más amplio en el que participe toda la comunidad y la responsabilidad de educar sea compartida.

En relación con esta idea de que la escuela es el lugar donde el mundo se desarrolla, ahora que los niños pueden salir de casa, plantea que las ciudades y pueblos se ofrezcan a las escuelas como aula. Defiende la creación de una zona de respeto alrededor de los colegios para que las utilicen como área de recreo, para hacer educación física o clases al aire libre.

En cuarto lugar, cuando la pandemia lo permita, propone modificar las escuelas tal y como las conocemos. Critica que no tiene sentido que los alumnos pasen ocho horas sentado en el mismo lugar haciendo de todo y plantea cambiar los colegios con aulas por colegios con talleres y laboratorios, donde los niños de desplazan, para que cada alumno encuentre su juguete preferido, como dice García Márquez. “¿Por qué no hacer química en un laboratorio, ciencias naturales en un huerto, mecánica en un sotano o lectura en la biblioteca?”, pregunta. Y en cuanto sea posible, también, mezclar edades.

Finalmente, insiste a los profesores en que los niños son los protagonistas de la educación, no los destinatarios. “Tienen derecho a expresar su opinión y a gobernar juntos las escuelas”, subraya.

El conseller de Educación defiende la educación presencial

El conseller de Educación, Josep Bargalló, que ha seguido la conferencia con atención, ha cogido el guante de Tonucci y ha trasladado un mensaje a las familias. Entiende que hay padres que tienen miedo pero ha insistido en que “el riesgo de volver a la escuela es inferior a otras actividades que hemos hecho este verano como ir a la playa porque la escuela es un entorno controlado”.

Bargalló ha asumido que el confinamiento atacó el derecho de los niños a la educación porque se les aisló. El conseller entiende que el derecho a la educación no es asumir los conceptos que se recogen enla programación. En la línea que ha expuesto Tonucci dice que el derecho a la educación real tiene que tener en cuenta el juego y la sociabilización. “Esto no se consigue telemáticamente”, ha remachado.

Fuente: https://www.larazon.es/cataluna/20200903/2znibl23gbhjjilwvccstkf2fu.html

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Estudiantes palestinos de Cisjordania comienzan nuevo año escolar

Asia/Palestina/11-09-2020/Autor(a) y Fuente: spanish.xinhuanet.com

HEBRON, 7 septiembre, 2020 (Xinhua) — Estudiantes reciben un control de temperatura en una escuela en la ciudad cisjordana de Hebrón, el 7 de septiembre de 2020. Estudiantes palestinos de Cisjordania comenzaron el 6 de septiembre el nuevo año escolar después de una suspensión de seis meses. (Xinhua/Mamoun Wazwaz)

MEDIO ORIENTE-HEBRON-ESCUELA

HEBRON, 7 septiembre, 2020 (Xinhua) — Estudiantes se dirigen a una escuela en la ciudad cisjordana de Hebrón, el 7 de septiembre de 2020. (Xinhua/Mamoun Wazwaz)

MEDIO ORIENTE-HEBRON-ESCUELA

HEBRON, 7 septiembre, 2020 (Xinhua) — Imagen del 7 de septiembre de 2020 de estudiantes en una escuela en la ciudad cisjordana de Hebrón. (Xinhua/Mamoun Wazwaz)

MEDIO ORIENTE-HEBRON-ESCUELA

HEBRON, 7 septiembre, 2020 (Xinhua) — Estudiantes se divierten en una escuela en la ciudad cisjordana de Hebrón, el 7 de septiembre de 2020. (Xinhua/Mamoun Wazwaz)

Fuente e Imagen: http://spanish.xinhuanet.com/photo/2020-09/09/c_139350698.htm

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México: SNTE e IPN firman convocatorias para beneficiar a 6 mil maestros

América del Norte/México/11-09-2020/Autor(a) y  Fuente: www.jornada.com.mx

Ciudad de México. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) firmaron nueve convocatorias que beneficiarán a más de 6 mil docentes de esa casa de estudios.

En el acto, realizado en las instalaciones del Instituto, el secretario general del SNTE, Alfonso Cepeda Salas, destacó que “difícilmente, en las condiciones actuales de crisis económica y limitaciones presupuestales, bajo gobiernos de otra tendencia, hubiéramos alcanzado los acuerdos que hoy estamos anunciando”.

Por ejemplo, añadió, el gobierno federal y las autoridades educativas no han cancelado becas ni apoyos a los estudiantes, y se invierte más en materiales educativos y actualizando al magisterio rápidamente para el uso de nuevas tecnologías.

Además, recordó que todos los trabajadores de la educación mantienen intactos su empleo, ingresos, prestaciones y derechos de salud, así como pensiones; situación que es reconocida y admirada por sindicatos de 171 países integrados en la Internacional de la Educación, a la cual pertenece el SNTE.

En un comunicado, el líder gremial enfatizó que los maestros de los diferentes niveles y modalidades educativas están haciendo todo lo posible para que nadie quede fuera de la educación. “Nos toca salir a rescatar, a recuperar a cada alumno, a cada alumna, que por cuestiones económicas o de salud, o por cualquier circunstancia, haya abandonado la escuela”, dijo.

Por su parte, el director general del IPN, Mario Alberto Rodríguez Casas, reconoció la voluntad y capacidad del sindicato y de su dirigente nacional, para concretar las convocatorias firmadas este día, que -dijo- “marcan un antes y un después en las condiciones laborales del personal docente del Politécnico”.

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Colombia: Con esta app las universidades le apuestan a la reapertura segura

América del sur/Colombia/10 septiembre 2020/semana.com

A través de UCCare, aplicación hecha por estudiantes y profesores de la Universidad Icesi, esa institución ya se alista para retomar las primeras clases presenciales. Así funciona la app que también se pondrá a disposición de otras universidades.

Si bien el debate de regresar a las aulas en medio de la pandemia se ha centrado principalmente en los colegios y jardines, en las instituciones de educación superior también trabajan arduamente para que los estudiantes regresen al campus, dado que para muchas carreras es vital el componente práctico y presencial.

Teniendo en cuenta esto, docentes y estudiantes de la Universidad Icesi desarrollaron ‘UCCare‘, una aplicación para plataformas web y móviles con sistema operativo IOS y Android.

Este desarrollo permitirá a Icesi y cualquier otra institución que quiera usarla, sin fines comerciales, contar con un mecanismo ágil y efectivo para gestionar, entre los miembros de la institución, el riesgo de transmisión de una enfermedad, como la covid-19.

¿Cómo funciona?

UCCare tiene dos módulos principales: uno para los miembros de la comunidad y visitantes, y otro para el personal de bioseguridad de la institución. A estos últimos les permite identificar y proponer el aislamiento a personas infectadas o sospechosas de infección, que puedan poner en riesgo a otros miembros de la comunidad, a través de la actualización de síntomas para activar cercos epidemiológicos.

La aplicación controla, también, la salida y el ingreso de personal, además de gestionar comunidades para identificar los contactos cercanos en las actividades dentro del campus.

“Este desarrollo nos permitirá cumplir más rigurosa y efectivamente con los protocolos de bioseguridad, cuando llegue el momento en que podamos regresar presencialmente a la universidad y continuar con nuestras actividades académicas”, explicó Norha Villegas, directora del programa de ingeniería de sistemas de la Icesi.

La aplicación está disponible inicialmente para estudiantes, docentes, colaboradores y visitantes de la Universidad Icesi, quienes deberán usarla en su celular como requisito de ingreso al campus.

“Más adelante estará disponible para que pueda ser usada sin fines comerciales por otras organizaciones que requieran gestionar el riesgo de transmisión en sus comunidades cuando se realizan actividades presenciales”, concluyó Villegas.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/con-esta-app-las-universidades-le-apuestan-a-la-reapertura-segura/702269

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Los docentes adaptan contra el reloj los ya discutidos contenidos escolares

Por: Ana Torres Menárguez

La seguridad de los centros educativos está consumiendo casi todas las energías y concentrando el debate público en esta vuelta a las clases en mitad de una pandemia que no deja de ofrecer cifras preocupantes; ya hay más de medio millón de casos en toda España. Pero una vez decidido que es imprescindible reabrir las escuelas, tal y como defiende la ONU, para evitar una “catástrofe generacional”, sobre todo entre los alumnos más desfavorecidos y con menos conexión a Internet, hay que resolver otro gran problema: ¿qué y cómo se va a enseñar a los alumnos en estas circunstancias excepcionales?

La realidad es que, mientras los docentes trabajan a marchas forzadas para adaptar los programas académicos, centrándose en contenidos esenciales e integrando los temas imprescindibles para seguir adelante que no se llegaron a ver el año pasado, se hace más presente que nunca el debate, arrastrado desde hace años, sobre si el currículo educativo español es demasiado extenso, enciclopédico y anticuado. “Es una ficción, todos saben que es inabarcable; el currículo prescrito en la ley no se corresponde con el que finalmente aprenden los alumnos en el aula”, opina el profesor Carlos Magro, presidente de la asociación Educación Abierta.

Los educadores que estos días andan adaptando las clases de los colegios e institutos a la realidad de la pandemia no son ajenos a esa cuestión. “Nuestro currículo es muy denso, hay demasiado contenido y desde las sociedades matemáticas llevamos años peleando para que se reduzca, como poco un 20%”, señala Lluís Bonet, docente del instituto público Mare Nostrum de Alicante, antes de volver a temas más inminentes: “Se dice que los deberes están hechos, pero en los centros solo se ha hablado de las medidas de prevención higiénicas y sanitarias; está claro que hay que prever más allá de la distancia social en las aulas, pero lo pedagógico sigue en un segundo plano”, decía el jueves pasado, poco antes del inicio de las clases. Su gran preocupación es cómo van a seguir las lecciones desde casa los estudiantes de 2º de ESO y de los cursos posteriores, ya que solo irán al centro el 50% de ellos en días alternos.

A grandes rasgos, los centros de infantil y primaria y los de secundaria coinciden en un punto: este curso se centrarán en los contenidos esenciales. Durante el tercer trimestre del pasado curso, todos los centros siguieron las recomendaciones acordadas por el Ministerio de Educación y los consejeros autonómicos de no seguir avanzando en el temario para no dejar atrás a quienes tienen menos recursos y apoyo familiar. En junio, los docentes hicieron informes individualizados, dejando por escrito las calificaciones finales de cada alumno y sus carencias. Ahora, durante el mes de septiembre, deben elaborar las programaciones académicas —tienen autonomía para hacerlo—, teniendo como base los contenidos prescritos por el ministerio y las consejerías; el Estado fija el 65% y las autonomías el resto, salvo en las que existe lengua cooficial, donde el Gobierno fija el 55%.

“Vamos a optar por integrar lo que no se trabajó solo en las áreas en las que es imprescindible, como Inglés. En primaria, los contenidos de la mayoría de asignaturas se repiten en los diferentes cursos, y en ese sentido estamos muy tranquilos”, explica Vicent Mañes, presidente de la federación de asociaciones de directores de infantil y primaria, que aglutina a los responsables de unos 2.600 colegios de toda España. Pone un ejemplo: “Si en Inglés queremos trabajar la circulación en las ciudades, tenemos que recuperar los verbos de movimiento que no pudimos ver en el tercer trimestre”. Mañes recuerda que siempre diseñan las programaciones a partir de las evaluaciones finales del año anterior y de los datos de evolución de los alumnos. Pero en esta ocasión, reducirán los objetivos curriculares, con menos temas, y lo que quede pendiente lo integrarán en los próximos años, “ya libres de pandemia”, anhela.

El patio del colegio San Sebastián de El Bolao (Madrid).
El patio del colegio San Sebastián de El Bolao (Madrid).

El “gran reto” que afrontan los docentes de estas etapas es el de formarse para seguir integrando las herramientas tecnológicas en su metodología, porque hasta ahora “era un recurso auxiliar a lo manual”. “En infantil y primaria el niño se tiene que ensuciar con la arena, usar el pegamento… Con la pandemia hemos aprendido que esto tiene que complementarse con las herramientas digitales que permitan a los alumnos trabajar de forma más autónoma en casa”, añade.

En el caso de algunas autonomías, como la valenciana, la consejería lanzó cursos de formación en TIC para más de 5.000 profesores durante el mes de julio con el objetivo de que aprendieran a usar la plataforma Moodle Aules, un entorno de trabajo digital que permite compartir tareas y comunicarse con los alumnos de forma sencilla.

“El ritmo en los institutos va a ser más lento”, afirma Esteban Álvarez, presidente de la asociación de directores de secundaria de Madrid. Como en primaria, ellos adaptarán las asignaturas a los contenidos esenciales. “En los diferentes cursos de la ESO, los conceptos se repiten con diferente grado de dificultad, de modo que lo que no podamos ver este curso, lo incluiremos en las programaciones del próximo”, añade. Como en el resto de comunidades, el primer mes de clase se va a destinar a planes de refuerzo, en los que se recordará lo más relevante del curso anterior. Su gran preocupación es segundo de Bachillerato. “No podemos mantener el mismo temario ni ritmo que cuando todos los alumnos acudían de forma presencial; necesitamos que el Ministerio de Universidades y las consejerías vuelvan a adaptar la selectividad como hicieron el pasado julio, que en lugar de proponer opciones cerradas, dejaron que el alumno pudiera desarrollar entre una amplia gama de temas”, clama Álvarez.

Conjunto enciclopédico

Pero todo ese trabajo no puede abstraerse del otro debate más amplio sobre los contenidos escolares, pues la pandemia y el cierre prematuro de los centros ha puesto sobre la mesa un obsoleto sistema educativo, demasiado hinchado y con unos métodos de enseñanza con dificultades para funcionar sobre raíles tecnológicos. Docentes, estudiantes, familias y políticos reconocen que el conjunto de asignaturas en España es enciclopédico y que el país va a la cola en cuanto a la modernización del modelo de escuela, por detrás de otros como Portugal, que después de adelgazar los contenidos ha conseguido reducir la tasa de abandono escolar temprano al 12,6% (aún por encima del 10,6% de media de los países europeos), frente al 17,2% de España.

El objetivo es ir hacia los llamados aprendizajes significativos, los que dejan huella. El biólogo y psicólogo cognitivo Héctor Ruiz, director de la International Science Teaching Foundation —con base en Londres y Barcelona en la que analizan la forma en la que los niños aprenden las ciencias en diferentes países—, coincide con los docentes en la idea de sobredimensión. “La memoria no funciona como un músculo; la retención de datos sin profundizar en ellos no ayuda al pensamiento crítico”, expone. “Aprender listados de nombres no te va a dar una ventaja a la hora de entender cualquier otro contenido; para tener la capacidad de resolver problemas hacen falta conocimientos profundos, es la única forma de conectar diferentes campos”.

En el Ministerio de Educación son conscientes del problema y quieren dar un vuelco al currículo. “Sabemos que los programas para cada uno de los cursos están recargados y queremos ir a un modelo más ligero que se centre en lo fundamental”, señala el secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana. Prefiere no hablar de porcentajes o de qué asignaturas podrían suprimirse, pero sí adelanta que los centros tendrán la posibilidad de fusionar las asignaturas por ámbitos, como ya ha hecho Portugal, catalogada por la prensa internacional como “la estrella emergente en educación” por sus avances en el informe PISA (que mide las competencias en matemáticas, comprensión lectora y ciencias de los alumnos de 15 años de los países de la OCDE) y considerada como la nueva Finlandia.

Algunos docentes ya hackean el sistema desde hace años. Reaccionan con unos contenidos realistas, a sabiendas de que, un curso más, no serán capaces, o no querrán, llegar al final del temario propuesto por la Administración. “El enfoque, como cuando yo estudiaba, sigue siendo memorístico, almacenar en el cerebro los títulos de las obras sin entender los motivos que llevaron a esos autores a escribirlas; desactiva toda curiosidad por la lectura”, explica Rosa Linares, profesora de Literatura en el instituto público Leonardo Da Vinci de Majadahonda, en Madrid. Junto a un grupo de profesoras unidas en el colectivo Guadarrama, cree que no basta con dar a los estudiantes de secundaria las nociones generales de la historia de la literatura española, que tienen carencia de referentes internacionales, y que no se trabajan las habilidades de expresión y comunicación. “No se dan cuenta de que con ese currículo conseguimos el efecto contrario al que buscamos: fomentar de por vida el hábito de lectura”.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/educacion/2020-09-09/los-docentes-adaptan-contra-el-reloj-los-ya-discutidos-contenidos-escolares.html

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Vuelta a clase: estos son los desafíos emocionales y psicológicos de alumnos y profesores

Por: Pablo Meneses

Además de las medidas sanitarias, la enseñanza presencial durante la pandemia presenta nuevos retos que requieren de una capacidad de adaptación constante

Distanciamiento social. Mascarillas. Educación híbrida, presencial, online. Burbujas de convivencia. Gel hidroalcohólico, desinfección, confinamiento y protocolos de actuación. El debate sobre la vuelta a los centros educativos de los 8,2 millones de alumnos no universitarios matriculados en España está marcado por la preocupante evolución de una pandemia que continúa expandiéndose sin freno aparente. Un retorno que presenta, además, numerosos desafíos emocionales y psicológicos que alumnos y profesores tendrán que afrontar en los próximos meses, y que les exigirán una permanente capacidad de adaptación.

Es en este contexto de cambio que la Universidad de Cambridge celebra estos días el Cambridge Live Experience 2020, un congreso online y gratuito en el que, a lo largo de tres días (8, 9 y 10 de septiembre), más de 20.000 docentes de todo el mundo asisten a 55 webinars que pretenden orientar, inspirar y apoyar a los profesores en su retorno a las aulas. Para abordar esos desafíos emocionales y psicológicos, EL PAÍS ha conversado con cuatro de sus ponentes: Andy Cope, especialista en bienestar y crecimiento personal; Kate Brierton, psicóloga clínica; Nahla Al Malki, consultora ELT; y Ricardo Morales, coordinador de servicios académicos de Cambridge University Press en México.

Aulas de apoyo emocional

Más allá de las medidas de contención sanitarias, los docentes han empezado a recibir en sus clases a unos alumnos cuyas vivencias estos meses han sido muy diferentes. Algunos habrán disfrutado del contacto con la familia y de una menor presión académica, mientras que otros habrán pasado por experiencias difíciles y potencialmente traumatizantes. Para la mayoría, el mayor reto será ahora mantenerse motivados por aprender a pesar de la incertidumbre acerca de cómo la pandemia afectará a sus estudios y a su vida, con la posibilidad de nuevos confinamientos y una vuelta a las clases en remoto.

Por eso, “una de las tareas más importantes de los profesores será la de ayudar a todos estos estudiantes a regularse emocionalmente y a que se sientan capacitados para seguir adelante. Hay que escuchar y validar cada experiencia individual; un sentimiento o emoción nunca está equivocado, porque no podemos controlar cómo nos sentimos”, sostiene Kate Brierton, psicóloga clínica en Compassionate Cambridge. Usar el lenguaje para generar un sentimiento de pertenencia, añade, es también útil, con frases como “estamos juntos en esto y nos podemos ayudar unos a otros”, que pueden evitar que los menores se sientan solos y sin ayuda.

Una de las posibles estrategias es la de crear aulas sensibles al trauma, con entornos que proporcionen apoyos a todos los estudiantes, incluyendo los más vulnerables, “con una rutina constante y predecible, y una atmósfera tranquila y silenciosa, sin demasiado ruido ni ajetreo. Los profesores pueden ser conscientes de su comunicación no verbal, moviéndose más lentamente por la clase, evitando los movimientos bruscos y hablando con un tono regular y reconfortante”, afirma Brierton. “Y en lugar de inclinarse sobre los estudiantes, lo que podría provocar la reacción de un estudiante traumatizado, bajar a su altura para hablar con ellos”. Si un estudiante se siente angustiado, es recomendable disponer de un espacio, fuera del aula, donde el alumno o alumna pueda tomarse el tiempo que necesite para tranquilizarse.

¿Cómo reconocer señales de estrés emocional en los alumnos?

Cualquier cambio en su conducta con respecto a antes de la pandemia puede indicar la existencia de estrés emocional, ya sea a través de un aislamiento social, de comportamientos desafiantes o de otros síntomas como dificultades con grupos de compañeros, cambios en el peso o incluso señales de fatiga. “Los profesores deben también vigilar la posible aparición de autolesiones o señales de trauma, como hipervigilancia, reactividad emocional, flashbacks o disociación, que puede manifestarse con el menor soñando despierto”. Los niños más pequeños pueden desarrollar una dependencia excesiva de los familiares adultos, estar nerviosos en situaciones nuevas o mostrar síntomas somáticos, como dolores de cabeza o de estómago.

Una oportunidad para redefinir la nueva normalidad

El papel de los profesores en la recuperación educativa e incluso emocional de los alumnos es, por tanto, clave. Pero para ello, apunta Brierton, “es necesario que antepongan su propia salud. Cuidarse a sí mismos es vital en estos momentos: comer bien, dormir lo suficiente, practicar ejercicio…”. La enseñanza es una profesión que demanda mucha energía, y que es física y mentalmente extenuante. “Si no te sientes bien físicamente, si no tienes la energía suficiente, es muy difícil que puedas dar lo que no tienes. Hay que cuidar la salud física y mental… Si el sueño y el ejercicio vinieran en pastillas, curarían la mayoría de los problemas del mundo”, argumenta Andy Cope, especialista en bienestar, conferenciante y autor de The Art of Being Brilliant.

Y después, aunque parezca complicado en esta nueva normalidad de la covid-19, es necesario mantener una actitud positiva, porque las emociones son contagiosas: “Como profesor en un aula, si estás estresado, preocupado o con ansiedad, adivina qué es lo primero que tus alumnos van a percibir inmediatamente de ti. Es imposible no tener un impacto, y por tanto hay que encontrar la manera de que este sea positivo”, explica Cope. “Solo el 10 % de tu felicidad se debe a circunstancias externas; el resto viene de cómo piensas, y sobre esa parte podemos aprender a tener el control” e impactar no solo nuestras vidas sino las de quienes nos rodean. Hay estadísticas que lo corroboran: tener un buen amigo feliz nos hará un 14 % más felices; si se trata de un hermano o hermana, seremos un 17 % más felices; y si tienes un vecino feliz, tú serás un 37 % más feliz, según explican Nicholas Christakis y James Fowler en Connected: The Amazing Power of Social Networks & how they Shapeour Lives.

Hemos entrado, y estamos cansados de oírlo, en una nueva normalidad. Pero lo bueno (y también lo malo) es que nadie sabe exactamente cómo es, y eso precisamente brinda una oportunidad para que todos (y no solo los docentes) decidan por su cuenta cómo será esta. “No sé tú, pero yo no quiero volver a mi vieja normalidad, porque en ella estaba cuatro horas diarias en la carretera, sufría de estrés y ansiedad…”, reflexiona Cope. Y respecto a las escuelas, se pregunta: “¿No sería fantástico si pudiéramos salir de la covid-19 en una posición mejor de la que teníamos cuando entramos? ¿Si incorporáramos el bienestar a los centros educativos, incrustándolo en el aula de manera que cuando venga la próxima pandemia, o lo que sea, estemos en una mucha mejor posición para lidiar con ello mental y emocionalmente?”

El secreto, para Cope, está en la psicología positiva, en ese puñado de personas que podemos encontrar en nuestra vida que mantienen la energía, la pasión, la sonrisa y la positividad en todas las circunstancias, incluso en medio de una pandemia global como la que nos afecta; en qué hacen para sentirse así de bien y en qué podemos aprender de ellos. “Eso es lo importante de la psicología positiva: que tiende a ser una conducta aprendida, y te recuerda las cosas que tú puedes hacer para tomar el control”. Por ejemplo, la ratio de tres a uno: en el aula, el profesor debería proponerse ser tres veces más positivo que negativo; y si estoy en la sala de profesores, y escucho a la gente compartiendo tres cosas positivas (risas, alabanzas, ánimos) por cada cosa negativa, estaré bastante seguro de que el ambiente es adecuado.

“Pero no queremos hacerlo simplemente bien, queremos hacerlo excepcionalmente”, argumenta. Por eso, recomienda que la proporción sea aún mayor. “Una de las cosas que puedes hacer es escucharte a ti mismo, de manera que por cada aspecto negativo que compartas, lo equilibres con otros seis positivos, seis cosas buenas, seis alabanzas a un colega que ha hecho algo bien, seis momentos de risa… Y, de hecho, las investigaciones actuales en el aula apuntan incluso a una ratio de ocho a uno. Si estoy en el aula y escucho ocho cosas positivas por cada negativa, podré estar seguro de que esa clase tiene la energía necesaria”.

La regla de los cuatro minutos

Otro consejo es lo que Cope denomina la regla de los cuatro minutos, porque es más o menos el tiempo que tarda una persona en percibir cómo te sientes. Para un profesor, eso significa que tienes que dar lo mejor de ti mismo los primeros cuatro minutos: cuando entras en la sala de profesores, con energía, entusiasmo y positividad; los primeros cuatro minutos de clase, para que luego todos respondan positivamente; los primeros cuatro minutos de una reunión de claustro, o al irse a casa desde el trabajo… “Si todos podemos completar bien esos cuatro minutos, y ser genuinamente alegres y positivos, nos daremos cuenta de que creamos una energía en la gente que nos rodea”.

Separados físicamente, pero participativos

El distanciamiento social impuesto por el coronavirus ha modificado también la forma de impartir clase o de participar en las actividades lectivas, al forzar un espacio físico entre los alumnos que hace más difícil el trabajo en grupos. Sin embargo, esto no significa que no haya estrategias a las que los docentes puedan recurrir: “Los profesores deben reflexionar sobre sus propias creencias respecto al aprendizaje, y como conseguían implicar a sus alumnos antes de la pandemia”, esgrime Nahla Al Malki, consultora de ELT y formadora de CELTA. “Si parten de esas prácticas originales y de esos principios de aprendizaje, rápidamente encontrarán sus propias estrategias para superar las medidas de distanciamiento”.

Así, la participación de los alumnos puede potenciarse facilitando un aprendizaje basado en la investigación, con clases invertidas (flipped classrooms) o la colaboración entre compañeros y en grupo, y desarrollando un sentido de la responsabilidad y de propiedad sobre su propio proceso de aprendizaje. No serán, en un sentido estricto, nuevas estrategias, sino que usarán herramientas nuevas: por ejemplo, a través de soluciones TIC o celebrando debates en espacios abiertos.

En cualquier caso, es importante no caer en el error de que el distanciamiento necesariamente hará que los profesores impartan exclusivamente clases magistrales: “Estas lecciones pueden ser útiles en contextos concretos o para ciertas asignaturas, pero desde luego no debe ser nunca la forma en que los estudiantes experimenten todo su aprendizaje. Los alumnos deben implicarse a un nivel más profundo para desarrollar sus habilidades, y aprovechar plenamente lo que sea que estén aprendiendo”, cuenta Malki.

Encontrar la resiliencia necesaria

En este contexto tan atribulado, es importante que tanto profesores como alumnos puedan considerar que el de la pandemia no deja de ser un proceso en el cual se viven diferentes etapas, como señala Ricardo Morales, coordinador de servicios académicos de Cambridge University Press en México: el impacto o trauma inicial ante una situación inesperada; la reacción, que consiste en adaptarse al nuevo entorno y buscar soluciones que permitan reconvenir la estabilidad; y el crecimiento: aprender de lo acontecido y tomar todo lo positivo que esta nueva situación ha traído. Es ahí en dónde la resiliencia toma un rol importante: “Considerar que no todo lo que se ha vivido ha sido catastrófico; por el contrario, se han adquirido nuevos conocimientos, habilidades y destrezas que nos ayudarán a mejorar en las siguientes etapas de la vida”.

Fuente: https://elpais.com/economia/2020/09/09/actualidad/1599648299_945483.html

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