«El año 2022 será crucial en la lucha por el Derecho a la Educación y también al Agua; no podemos permitir que nuestras niñas, niños y adolescentes se queden sin clases por el saqueo del agua por parte de los grandes empresarios», plantea Carlos Díaz Marchant, Presidente del Colegio de Profesoras y Profesores de Chile anunciado la articulación, este año, de la Red por el Derecho al Agua y la Educación.
Educación ambiental
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Roberto Cuéllar Martínez: Costa Rica, el país sin ejército que lidera la guerra contra el cambio climático
Hay que reeducar ante la infame prioridad del dinero, las artimañas del poder y ante la destrucción degradante a causa del cambio climático. Desde Centroamérica, este país con renta baja y pocos recursos sigue impartiendo enseñanzas de vida, humana y natural.
El 1 de diciembre de 1948, poco antes de la Declaración Universal de Derechos Humanos, Costa Rica sorprendió al mundo al abolir su ejército y extirpar de un solo tajo cualquier tendencia militarista en la política. Así, sin movilizar ni un tanque de guerra, a lo largo de siete décadas ha sido protagonista de una reafirmación democrática peculiar, a la vez que revolucionaria, en el desarrollo progresivo de sus conquistas sociales y ahora ambientales.
Este acto, genuinamente disruptivo, abrió la senda para reconstruir la ética social y refundar los principios identitarios del pensamiento, la convicción de libertad y la actuación democrática del ser costarricense. Sin duda, esta ha sido la médula que aún sustenta las decisiones transformadoras en paz con la naturaleza, madre y maestra de la convivencia humana.
Al observar lo que sucede en el mundo en términos medioambientales (la insólita devastación de los bosques y las selvas, la contaminación de los océanos, la polución que envenena las sociedades, el deshielo de los glaciares y su influencia en la ralentización de las corrientes oceánicas, la escasez del agua y el riesgo de la reducción en la producción de alimentos, entre otras manifestaciones de terror), se logra inferir que otra guerra no armamentista, aunque igual de devastadora, amenaza a la humanidad.
Desde 1990, el país logró pasar del 47% al 60% de la cobertura boscosa por medio del pago por servicios ambientales. Y es ahora, efectivamente, un territorio más verde con la mayor guarda forestal en Centroamérica. Lo ha hecho sin ejército y con más educación entre el campesinado, a través de excepcionales modificaciones curriculares en el sistema educativo para asegurar una sólida conciencia ambiental entre las actuales y futuras generaciones. Así como a partir de 1950 se canjearon las armas por violines y cuarteles por escuelas, Costa Rica transformó el espacio verde al otorgarle progresión social e imponer gravámenes a los combustibles fósiles en la debida preservación de la masa forestal.
La educación en el país promueve hábitos de consumo diferenciados, fomenta la sensibilidad ecológica y lo hace por medio de prácticas inscritas en los currículos, con adecuada información científica desde la primera edad escolar
En esta obligación erga omnes (contra todos), Costa Rica vuelve a sorprender, porque en medio de la demoledora pandemia no ha dejado atrás los derechos emergentes ambientales, como lo es principalmente el del agua para la vida digna. Hasta 1990 algunos de los países vecinos les calificaron de comunistas por sus avances sociales, y ahora, con severos ajustes fiscales y en medio de la enorme crisis de salud, se empeña progresivamente en proteger más del 25% del territorio en parques nacionales y forestales, meta revolucionaria que emprendió en 1975. Tanto es así que China recién ha puesto atención a la construcción de sistemas de áreas protegidas en referencia a la experiencia costarricense.
En ese sentido, la cultura por la biodiversidad llena de vigor a la escuela. Y aquí cabe destacar el derecho a la educación como eje de sostenibilidad en la preservación de los bienes naturales, antes, durante y después de la pandemia.
Para afrontar esta crisis, Costa Rica una vez más ha puesto en perspectiva su principal bastión revolucionario: la educación como eje democrático, participativo, social, productivo y sostenible. Se han impuesto cambios en la formación integral ambientalista con equidad y en derechos, acciones que acompañamos decididamente la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Una muestra es el proyecto de cambio curricular y participativo orientado a la educación rural y ambiental que se realiza en la periferia del emblemático Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco —15 mil hectáreas bautizadas como la “montaña sagrada del agua”, única en Centroamérica—, justo cuando en este 2022 conmemoraremos el Año Internacional del Desarrollo Sostenible de las Montañas. El proyecto contribuye efectivamente al empoderamiento del aprendizaje sobre derechos humanos y el entorno sostenible de la mano de los gobiernos locales y supervisiones educativas de 45 centros escolares aledaños.
Así, cabe destacar que la educación en el país promueve hábitos de consumo diferenciados, fomenta la sensibilidad ecológica y lo hace por medio de prácticas inscritas en los currículos, con adecuada información científica desde la primera edad escolar. Y es que la misma Constitución Política señala el derrotero social, político y económico de una “Costa Rica natural”, al definir con precisión que “toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado”.
Esta meta humanista muy apremiante y tan propia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 (en especial de los Objetivos 4º y 13º), y de la transformación educativa que proponemos, solo se logrará incluyendo en el centro del currículo una crítica a los mitos de la modernidad: el consumismo y el dinero. Asimismo, replanteando los esquemas pedagógicos sobre la base de una ética ecológica, de manera que la infancia y juventud escolar crezcan en la solidaridad, la responsabilidad y en la necesaria preservación del planeta Tierra. Hay que reeducar ante la infame prioridad del dinero, las artimañas del poder y ante la destrucción degradante a causa del cambio climático. Desde Centroamérica, la pequeña Costa Rica, con renta baja y pocos recursos, sigue impartiendo enseñanzas de vida —humana y natural— que recordaremos siempre, porque cada lección es liberadora, como aquella magistral que dictó la caducidad del ejército en diciembre de 1948.
Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/red-de-expertos/2021-12-27/costa-rica-el-pais-sin-ejercito-que-lidera-la-guerra-contra-el-cambio-climatico.html
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Más conciencia, menos compromiso: ¿tenemos la educación ambiental que realmente necesitamos?
Los centros educativos y las oenegés necesitan aplicar nuevas estrategias y planes que promuevan un mayor compromiso ciudadano en ámbitos como el consumo o el transporte.
«La forma en la que podemos promover el acercamiento entre el ser humano y la naturaleza es estando en el propio medio natural», esto es prioritario para conocer nuestro entorno, cuenta Federico Velázquez, presidente de la Asociación Española de Educación Ambiental (AAEE).
Adentrarse en la naturaleza, conocer lo que oculta, leer un libro a la sombra de un árbol, pisar con tus propios pies la hierba y experimentar el descubrimiento de nuevas especies. Son simples acciones que nos llevarán a comprender y conocer mejor la biodiversidad que nos rodea, pero ¿funciona mejor que una clase teórica?
Para los más pequeños «la percepción y la observación es fundamental», explica Velázquez. Necesitan experimentar el asombro, tocando, sintiendo, escuchando y poniendo a punto todos los sentidos. Esto es, para él, lo que actualmente debería tener en cuenta la educación ambiental dentro y fuera del aula.
![Todos los expertos coinciden en que la vacuna para aprender a respetar la biodiversidad es la educación](https://s1.eestatic.com/2021/10/28/enclave-ods/622948846_213076798_1024x576.jpg)
Todos los expertos coinciden en que la vacuna para aprender a respetar la biodiversidad es la educación
Manuel Cortés, médico especialista en medicina preventiva y salud pública y activista medioambiental, hace un llamamiento a las familias para que practiquen más actividades al aire libre con sus hijos, porque «simplemente abrazar a un árbol es maravilloso«, explica entre risas.
Recuerda que en su infancia todo el mundo se subía a los árboles. Ahora, eso se ha perdido. Por este motivo, son necesarias nuevas alternativas que lleven –de nuevo– a ese contacto directo, a una sensibilización en «modo verde», como le gusta llamarlo a él.
Fue en 1983, con la I Jornada sobre Educación Ambiental en España, cuando se llevó a debate la importancia de esta herramienta para afrontar los desafíos medioambientales que se iban imponiendo en nuestro planeta.
Desde este momento, como indica el informe Hacia una educación para la sostenibilidad de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS), la educación ambiental en España requiere una gran reflexión.
Como dice el estudio, la Agenda 2030 debe adquirir la importancia que necesita en esta materia para así afrontar los nuevos retos marcados a la vez que se ejecuta una estrategia que no sólo transmita mensajes de cambio, sino que debe ser protagonista del mismo «ofreciendo alternativas concretas».
«El 45% de los documentos educativos a escala nacional hacen poca o ninguna referencia a temas medioambientales», según la UNESCO
Con esa intención nació hace más de dos décadas la AEEA. El objetivo de esta organización, como cuenta su presidente, es promover la educación ambiental a través de diferentes vías: proyectos de investigación, cursos y talleres, entre otras. Y es que aplicar nuevos instrumentos que permitan ir más allá de los libros es esencial.
Aunque actualmente la población está más concienciada en cuestiones como el reciclaje o el ahorro de agua, para Velázquez todavía queda mucho recorrido en cuestiones de movilidad, consumo y ocio: «Estamos todavía muy al inicio y vamos con cierto desfase a las exigencias que tiene el medio ambiente hoy«, afirma.
Para este doctor en Química, hay cuatro áreas determinantes que deberían tenerse en cuenta en la educación ambiental: vivienda, utilizando recursos de ahorro y eficiencia; transporte, dando prioridad a desplazamientos a pie, bici o transporte público; alimentación, promoviendo el bajo consumo de carne y los productos locales; y consumo, reduciendo y cuestionando.
«Debemos ser sencillos y críticos frente a la publicidad y la moda», asegura.
¿Qué pasa en los centros educativos?
«El 45% de los documentos educativos examinados a escala nacional hacen poca o ninguna referencia a los temas medioambientales», según el informeAprender por el planeta publicado por la UNESCO en 2021.
Sin embargo, el mismo estudio desvela que los países miembros de la organización han progresado en cuanto a políticas educativas y planes pedagógicos: el 83% de los examinados abordaban cuestiones medioambientales al menos una vez. Pero esto no es suficiente.
«En los libros de texto la unidad de medio ambiente sigue siendo la última en tratarse», confirma Velázquez
Expertos coinciden en que la educación ambiental en las escuelas necesita una estrategia de calidad, implicada socialmente y en línea con cada uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Para REDS, «un centro educativo que camina hacia la sostenibilidad es una comunidad escolar que busca nuevas formas de ver nuestro futuro común«.
Sin embargo, todavía no se están aplicando nuevas herramientas ni se está haciendo lo suficiente. «En los libros de texto, la unidad de medio ambiente sigue siendo la última«, confirma Velázquez. Y eso no es todo: si falta tiempo, suele ser la que sigue quedándose fuera.
La Ley 3/2020 de Educación, aprobada en diciembre de 2020, indica que el sistema educativo no puede quedarse atrás en los desafíos que plantea el cambio climático en el planeta.
Por este motivo, hace referencia al papel de los docentes y cómo estos deben promover la cultura de la sostenibilidad ambiental y la cooperación social, además de desarrollar programas de estilos de vida sostenible y fomentar el reciclaje y el contacto con los espacios verdes. Pero, ¿cómo se aplica?
Para que la educación ambiental cumpla con los requisitos que exige el medio ambiente, es necesario que dentro del aula se trate transversalmente en todas las asignaturas, ya sea en matemáticas, tecnología o literatura.
En cada una de esas áreas se puede aportar una visión particular de esta problemática y hasta que en los centros educativos no se aprenda a trabajar así, «quedará mucho por hacer», presiente Velázquez.
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Los más pequeños necesitan experimentar el asombro, sintiendo, escuchando y poniendo a punto los sentidos
Cortés, como médico pero también como escritor, lo trabaja desde la literatura. Gracias a sus publicaciones, que versan sobre la crisis medioambiental y los derechos humanos, acude a colegios con el objetivo de concienciar a los más jóvenes. Con su discurso intenta huir del alarmismo porque, según él, «puede tener un efecto contrario al que pretendemos».
Trabajar el impacto medioambiental a través del cuento, por su valor pedagógico y cultural, es clave para este médico leonés. Y es que este tipo de relatos son para todas las edades, pero trabajarlo con los jóvenes dentro y fuera de las aulas puede ser una alternativa novedosa.
En este sentido, una de las recomendaciones de la UNESCO es que el compromiso de las escuelas con el medio ambiente de un paso más y apoye acciones medioambientales e involucre en esa acción «a las escuelas y directores».
Una implicación conjunta
La educación ambiental no sólo debe aplicarse a niños y jóvenes, también necesita del aprendizaje de los más mayores. Pero, ¿están los menores más implicados que los adultos?
Cortés cuenta que es posible que Gabriel García Márquez tuviera razón en que es difícil convertir a un adulto en ecólogo; prefería convertir a los niños.
Los jóvenes, al estar más informados, están más sensibilizados pero el compromiso es menor
Es indiscutible que, debido a la conexión tecnológica constante, podemos acceder cuándo y dónde queramos a todo tipo de información. Esto es un punto a favor para los más jóvenes. Velázquez considera que al estar más informados, también están más sensibilizados, pues son más libres. «Ya veremos qué criterios aplican cuando tengan que comprarse una vivienda o un coche», dice.
Asimismo, asegura que el problema es el compromiso, porque «desgraciadamente ya no es tan alto». Lo ejemplifica haciendo referencia a su asociación, donde la media de edad es intermedia. Todavía hace falta que los menores se impliquen más en organizaciones sociales o movimientos ciudadanos.
Las oenegés han conseguido mantener a lo largo de los años estrategias de educación ambiental que han funcionado, pues «nunca hasta ahora se ha dispuesto de datos tan claros, precisos y veraces sobre los problemas socio-ambientales», explica REDS en su informe.
Asimismo, este tipo de organizaciones promueven el compromiso a través de diferentes acciones: hay nuevos temas y perspectivas que se están tratando dentro de ellas como la economía circular, la resiliencia, el ecofeminismo o el urbanismo ecológico.
Pero no se puede trabajar esta metodología solamente dentro de las aulas. La calle es también fundamental para crear una sociedad civil consciente y comprometida, capaz de respetar la biodiversidad y devolverle la vida al planeta.
https://www.elespanol.com/enclave-ods/historias/20211102/conciencia-compromiso-educacion-ambiental-realmente-necesitamos/622688382_0.html
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Día mundial de la Ecología: ¿Cuál es el rol de la educación ambiental?
Por: sobretiza.com/Evelyn Sigot
El 1 de noviembre se celebra el día mundial de la Ecología y de los Ecólogos, con el objetivo de destacar la importante labor de los ecólogos y buscando concientizar a la comunidad mundial. Durante esta jornada, se busca reconocer la importancia de conocer y valorar las relaciones que existen entre los seres vivos y sus medios, al tiempo que se busca concientizar a las poblaciones sobre la importancia de mantener una relación armónica con el ambiente. En ese sentido, ¿por qué es importante reivindicar la educación ambiental?
Esta fecha fue instituida con el propósito de reconocer a la Ecología como disciplina científica, valorar el trabajo de los profesionales ecólogos y concientizar a la humanidad sobre la importancia de mantener una relación armónica con el ambiente en que vive, asegurando su cuidado y preservación.
La ecología fue cobrando importancia a lo largo de los años, en especial con el advenimiento de los llamados de atención sobre el cambio climático, la desaparición de especies, tanto por la pérdida de los bosques tropicales, la regulación climática e hidrológica, la contaminación de las aguas, los suelos y el aire, entre otros factores.
Con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas y el Acuerdo de París sobre el Clima, se hace visible la importancia de la ecología en la toma de decisiones a nivel mundial. Equilibrar el manejo de los recursos naturales y los procesos de crecimiento económico es una cuestión que necesita de los organismos internacionales, el sector público, la sociedad civil y el sector privado.
Ley ambiental y educación en Argentina
El 3 de junio de 2021 se publicó en el Boletín Oficial la Ley 27.621 para la Implementación de la Educación Ambiental Integral en la República Argentina, la cual tiene por objeto establecer el derecho a la educación ambiental integral como una política pública nacional conforme a lo dispuesto en el artículo 41 de la Constitución Nacional y de acuerdo con lo establecido en el artículo 8 de la Ley General del Ambiente N°25.675; el artículo 89 de la Ley de Educación Nacional N°26.206; y otras leyes vinculadas tales como Ley Régimen de Gestión Ambiental del Agua N°25.688; Ley de Gestión de Residuos Domiciliarios N°25.916; Ley de Bosques Nativos N°26.331; Ley de Glaciares N°26.639; Ley de Manejo del Fuego N°26.815; y los tratados y acuerdos internacionales en la materia.
La Ley 27.621 establece las definiciones de Educación Ambiental Integral (EAI), Estrategia Nacional de Educación Ambiental Integral (ENEAI), Estrategia Nacional para la Sustentabilidad en las Universidades Argentinas (ENSUA), Estrategia Jurisdiccional de Educación Ambiental Integral (EJEAI), Coordinación Ejecutiva de la Estrategia Nacional de Educación Ambiental Integral (CENEAI) y Coordinación Ejecutiva de la Estrategia Jurisdiccional de Educación Ambiental Integral (CEJEAI).
Asimismo, la norma establece los siguientes principios de la educación ambiental integral:
Abordaje interpretativo y holístico
Respeto y valor de la biodiversidad.
Principio de equidad.
Principio de igualdad desde el enfoque de género.
Reconocimiento de la diversidad cultural: el rescate y la preservación de las culturas de los pueblos indígenas.
Participación y formación ciudadana.
El cuidado del patrimonio natural y cultural.
La problemática ambiental y los procesos sociohistóricos.
Educación en valores.
Pensamiento crítico e innovador.
El ejercicio ciudadano del derecho a un ambiente sano.
Tras la sanción de la Ley 27.621 para la Implementación de la Educación Ambiental Integral (EAI), las provincias argentinas tendrán la tarea de establecer marcos de implementación en sus jurisdicciones.
Comienza el debate de la Educación Ambiental Integral en las provincias
¿Qué es la Ecología?
El término ökologie fue acuñado en 1869 por el naturalista y filósofo alemán prusiano Ernst Haeckel, a partir de las palabras griegas oikos (casa, vivienda, hogar) y logos (estudio o tratado), por ello ecología significa: el estudio del hogar.
La Ecología es una ciencia que estudia las interrelaciones entre los seres vivos y el medio que los rodea, por lo tanto, su complejidad y diversificación dependen de los elementos que conforman el medio y los actores involucrados en su estudio.
Por ello, al hablar de ecología es importante reconocer dos aspectos, por un lado, el académico en tanto disciplina científica y al trabajo de los ecólogos, así como también la concientización ciudadana, a través de la educación.
Cambio climático y ecología
Las investigaciones revelan que el daño ambiental y ecológico es cada vez más grande. Día Mundial de la Ecología y de los Ecólogos.
A esto hay que sumarle el crecimiento demográfico que demandará cada vez más recursos, lo cual incrementará la explosión demográfica y la pobreza extrema, y dificultará el servicio seguro de agua potable y el saneamiento en algunas poblaciones.
Se estima que, siguiendo el ritmo de destrucción ambiental actual, para 2050 se podrían perder más del 50% de los ecosistemas naturales. Y frente a este y otros datos, el llamado a repensar nuestros estilos de vida y costumbres dañinas para el medio ambiente se hace cada vez más fuerte.
Día mundial de la Ecología: ¿Cuál es el rol de la educación ambiental?
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La educación ambiental puede cambiar el mundo
cambio16.com
“La educación no cambia el mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo”. Esta frase del pedagogo brasileño Paulo Freire sintetiza la importancia de la enseñanza para la sociedad. ¿Podremos mejorar la salud del planeta a través de la educación ambiental?
La educación ambiental puede cambiar el mundo. Lo transforma de manera individual, reforzando el perfil de cada persona a través del fomento de valores, pero, sin duda, también de manera global. Solo así seremos capaces de construir un mundo mejor. No se trata de una frase hecha o de un eslogan. Es una realidad que, con el retorno a las aulas, adquiere un mayor significado. En especial en este nuevo e ilusionante curso escolar en el que la pandemia, las medidas y los protocolos de protección seguirán estando presentes.
La crisis motivada por la pandemia de la COVID-19 ha modificado nuestra perspectiva. Dieciocho meses en los que el mundo ha sido testigo de uno de los procesos de cambio más rápidos de la historia, que ha dejado muchos retos, pero también muchas lecciones a su paso. Por este motivo, es importante poner en marcha los aprendizajes que hemos adquirido tras esta situación. El que nos ocupa hoy es la relación directa que hay entre el cuidado del medioambiente y la salud.
De hecho, existen muchas coincidencias entre la situación provocada por el coronavirus y el deterioro que padece, muchas veces de manera sigilosa, la Tierra. Por ello, debemos aprovechar los avances en materia medioambiental que se han con seguido de manera rauda debido a los efectos tan fulminantes del coronavirus. Es un impulso que debemos ver como un filón que hay que aprovechar para intentar paliar el resto de las situaciones que provocan daño a nuestro planeta.
Solo a través de esta relación podremos entender la realidad actual. María Neira, directora de Salud Pública de la OMS señalaba hace algunos meses en esta dirección que teníamos que empezar a considerar «ya el respeto al medioambiente y entender por qué estamos aquí”. Porque el entendimiento es la fase previa al conocimiento. Una afirmación que solo se puede alcanzar a través de la educación.
En este sentido, la propia OMS calcula que un 23% de la mortalidad es atribuible a factores medioambientales. Respecto a la población mundial, esta cifra supone 12,6 millones de muertes cada año, distribuyéndose de manera desigual alrededor del planeta. Y es que la salud humana está estrechamente relacionada con nuestro entorno. Los alimentos que comemos, el aire que respiramos, el agua que bebemos y el clima que hace posible que vivamos. El estado de esos elementos, según el lugar en el que habitemos, determinarán la calidad de nuestro bienestar.
Unos datos que coinciden con la publicación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, en el sexto informe de evaluación, que ha ocupado recientemente las portadas de numerosos medios de comunicación. El organismo señala de manera muy precisa hacia dónde se encamina el planeta si no tomamos medidas inaplazables.
En cualquier caso, aún hay tiempo para la esperanza. De hecho, el texto señala que estamos a tiempo de revertir “el peor escenario en 30 años si actuamos ya” reduciendo nuestras emisiones de gases de efectos invernadero. Puede sonar lejano, pero es la única alternativa que tenemos. No podemos esperar más.
DAR LA ESPALDA AL MEDIOAMBIENTE PERJUDICA A TODOS
El aumento de estos gases en la atmósfera, por lo tanto, ha tenido, tiene y seguirá teniendo un grave impacto en nuestro entorno y, en un futuro, en la calidad de nuestras vidas. Un ejemplo han sido los fenómenos atmosféricos que se han producido durante este verano. Desde olas de calor, que cada año siguen alcanzando registros históricos, pasando por fuertes inundaciones e incendios que han generado un importante desastre a su paso en países del centro de Europa o incluso en países del arco mediterráneo, como Italia, Turquía o Grecia, y del que nuestro país tampoco se ha salvado.
Desafortunadamente, hace pocas semanas, pudimos ver como ardían más de 20.000 hectáreas de bosque y pasto en la provincia de Ávila. Recientemente, también hemos sido testigos de la muerte de oxígeno, un problema con graves consecuencias ambientales, y también sociales.
El cuidado del medioambiente, por lo tanto, no es una opción, sino una necesidad que nos apela a todos. Para ello, es importante la concienciación. O, dicho de otra manera, la educación, ya que es evidente que tenemos que cambiar determinados hábitos de vida como nuestra manera de producir y consumir, exprimiendo el planeta como si no tuviera límites.
EDUCACIÓN AMBIENTAL, PUNTA DE LANZA DE LA LEGISLACIÓN
Ante este escenario, surge una pregunta. ¿Y ahora qué hacemos? La respuesta es clara. La educación se posiciona como una herramienta fundamental en el proceso de construcción social que tenemos ante nosotros. La educación con propósito, por lo que en este caso hay que potenciar aspectos relevantes para nuestra propia sostenibilidad como especie, como todo lo que tiene que ver con el medioambiente y su situación actual.
Desde el ámbito institucional, ya se están dando pasos en este sentido. Ejemplo de ello es la nueva Ley de Educación, que pretende, entre otros aspectos, promover una cultura basada en la sostenibilidad ambiental para que el alumno pueda acceder a los aprendizajes y competencias necesarios para promover el desarrollo sostenible, y que los docentes reciban capacitación específica relacionada con la Agenda 2030.
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Del guiño verde al primer encuentro nacional de Teachers For Future
Por: Pablo Gutiérrez de Álamo
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Los próximos 1 y 2 de octubre se celebra el primer encuentro nacional organizado por Teachers For Future. Lo hará en Madrid con el objetivo de compartir información, conocimiento y prácticas alrededor de la educación ambiental y ecosocial.
Parece casi un sueño si se echa la vista atrás. Hace ya unos años, un grupo de docentes preocupados por el medio ambiente y la sostenibilidad se reunían entorno al blog El Guiño Verde para hacer sus aportaciones de información, prácticas y experiencias en torno a estos temas. Un tiempo después, «explotaba» una marea mundial de grandes dimensiones que, parecía, estaba liderada por la juventud, encarnada por Greta Thunberg. De ese caldo de cultivo surgió Teachers for Future Spain (Profes para el futuro). Y aunque la pandemia de los últimos 18 meses se ha comido buena parte de todo, han seguido trabajando incansablemente este tiempo.
Y lo han hecho en dos frentes. Uno, la redacción de una propuesta curricular «para una educación ecososial frente a la emergencia climática» y, dos, la organización del primer encuentro nacional de Teachers For Future, que se celebra al final de esta semana en el Real Jardín Botánico de Madrid.
En él contarán con la presencia de científicas, divulgadores y activistas de diferentes ramas y, también, con maestras y profesores de medio país y que han estado involucrados muy activamente en la confección de la propuesta de currículo ecosocial que la organización tuvo oportunidad de compartir con representantes del Ministerio de Educación hace algún tiempo.
Concepción Arlandis es maestra de infantil en un colegio público. Ángel Silvente, profesor de secundaria en un instituto. Ambos trabajan en la Región de Murcia y han participado activamente en la redacción de la propuesta curricular y en la conceptualización del encuentro.
Ambos lo tienen claro, el encuentro surge de la necesidad de conocerse. Teachers For Future nace como tal en la primavera de 2019, recuerda Arlandis. Lo hace de un núcleo más pequeño que, de una u otra forma, tiene como una de sus preocupaciones más claras el medio ambiente y la educación ambiental. A finales de ese mismo año, tras haber presentado ya su manifiesto, algunos de estos miembros se conocen en Madrid durante la celebración de la Cop25.
Y después, llegó la pandemia y todo tuvo que posponerse. El trabajo que han venido realizando, en la práctica totalidad, desde 2019, ha sido telemático, aunque ya desde muy temprano querían organizar «una quedada, por decirlo así», confirma Arlandis. Un encuentro para «cargar pilas», comenta Silvente.
Finalmente, a principios de este año pudieron ponerse en marcha a dar los primeros pasos para organizarlo, sobre todo cuando las cifras de la pandemia parecían hacerlo posible. Los próximos 1 y 2 de octubre se han citado, pues, para compartir experiencias y conocimiento. Para saber de otras realidades escolares, pero no solo. También para hablar de problemáticas sociales relacionadas con el cambio climático, como las migraciones climáticas; o para aprender sobre el uso de los espacios, la renaturalización de los centros; escuchar la visión de las familias y un largo etcétera.
Dos días de mucho ajetreo en los cuales, comenta Silvente, también habrá que tomar decisiones sobre cuáles son los pasos siguientes que Teachers debe afrontar para llegar más lejos.
El cambio curricular
Entre todo el esfuerzo que han desarrollado en este tiempo, destaca la redacción de la propuesta curricular. Un documento de 128 páginas en el que han colaborado decenas de docentes desde infantil hasta secundaria. Un documento que tiene la virtud de haberse ido confeccionado en paralelo a los trabajos que se estaban desarrollando en el Ministerio de Educación de preparación del nuevo currículo de la Lomloe.
Este viaje paralelo ha servido para que la propuesta, ya presentada en su momento al Ministerio, haya tenido un carácter muy técnico y en una línea muy parecida a la que estaba redactando el Departamento que, en aquel momento, dirigía Isabel Celaá.
El documento entra con todo detalle en propuesta de contenidos y competencias que pueden trabajarse en las diferentes áreas de conocimiento tanto en infantil como en primaria, al tiempo que, en secundaria, ofrece ejemplos de en qué materias se pueden incardinar determinadas cuestiones.
Tanto Arlandis como Silvente tienen claro que la propuesta curricular debe ser transversal y desbordar lo netamente curricular, entendido esto como contenidos que se imparten en un área, o una hora determinadas. Silvente comenta por teléfono que hubo cierta discusión en el grupo sobre si debía plantearse la creación de una materia concreta o si deberían repartirse los saberes a lo largo y ancho del currículo escolar. Se optó por esta posibilidad.
La propuesta pretende ser tan abierta y «universal» como para salir del marco de las materias y mirar hacia otra dirección muy importante como es la de la organización de los centros. Organización en el sentido de lugar en el que se realizan compras y gastos como los de agua y electricidad. Los centros como agentes de cambio que deben predicar no solo con la palabra, sino con el ejemplo. Así lo entiende Silvente.
Las administraciones deben hacer su parte aquí; las autonómicas y las municipales, ya que son las que manejan los presupuestos de los centros, ya sean de infantil y primaria o los de secundaria. Administraciones que deberían apostar por la reducción de residuos, por la eficiencia eneregética o por la renaturalización (o naturalización, según el caso) de los espacios escolares. Un campo, al menos, que en los últimos años ha ido ganando más y más peso.
Por delante, les queda el arduo trabajo de contactar con las diferentes comunidades autónomas para intentar hacer la mayor incidencia posible. «Nacimos pasa eso, para empujar a las administraciones», comenta Arlandis. Es el momento, ahora y el próximo año, en el que se van a confeccionar, primero, los decretos de enseñanzas mínimas que, después, verán su traducción en las autonomías. Es el momento de hacer la incidencia para colar la emergencia climática, de nuevo, en la agenda de los representantes políticos.
Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/09/27/del-guino-verde-al-primer-encuentro-nacional-de-teachers-for-future/
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La UNESCO se suma a Galápagos Infinito: niñas y niños navegando hacia la educación inclusiva por la sostenibilidad
UNESCO
Las y los estudiantes de Galápagos del 7mo de básica participan en ‘Galápagos Infinito‘, un programa de educación experiencial que tiene como objetivos acercarlos al mar, promover su conexión con la naturaleza y generar un mayor conocimiento de sus islas. La iniciativa suma ahora el apoyo de la UNESCO para el desarrollo de misiones digitales y presenciales, acompañando así esta experiencia de aprendizaje significativo que proporciona herramientas, información y estímulos para edificar la vivencia de jóvenes científicos en roles creativos y de liderazgo.
El programa, creado por la Fundación Naveducando, el Consejo del Régimen Especial del Gobierno de Galápagos y la agencia de comunicación de riesgo Pacífico, pretende inspirar a la próxima generación de conservacionistas ambientales y culturales para la protección y defensa del archipiélago. “Galápagos Infinito” es una misión de redescubrimiento que permite a niños y niñas aprender sobre el mar, ciencia, biología, astronomía, animales, volcanes, navegación, entre otros temas apasionantes, conectándolos con su hábitat desde un enfoque educativo para el desarrollo sostenible.
Este 17 de junio, niños y niñas compartirá una misión digital única. Se conectarán para conocer virtualmente a la tripulación científica a bordo de una embarcación de investigación, que cuenta con un robot submarino que bajará a explorar las profundidades del mar en el Pacífico Oriental. Enlace para la misión: https://youtu.be/6GrbdQyAoqk
Para mayor información sobre el programa Galápagos Infinito visita https://galapagosinfinito.com/