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Filosofía de la Educación en Fidel Castro Ruz: Continuidad y ruptura dialéctica

Cuba / 26 de agosto de 2018 / Autor: Felipe de J. Pérez Cruz / Fuente: Moscovita

El papel de la personalidad histórica de Fidel en la Revolución Educacional Cubana revela su constante ocupación e impulso político al sistema nacional de educación.  Quizás lo más extraordinario y poco conocido es que Fidel en este campo desarrolló una extraordinaria obra creativa desde el punto de vista teórico, en búsqueda constante de viejas y nuevas contradicciones, en el ejercicio  de la más incisiva crítica y autocrítica. Se trata del ejercicio de una praxis de construcción revolucionaria, sólidamente asumida, desarrollada y dialécticamente superada, sobre la que resulta sumamente interesante reflexionar. En la base de esta praxis está la formación histórico-filosófica que Fidel adquiere en su trato íntimo con el pensamiento del Héroe Nacional José Martí Pérez (1853-1895.

La personalidad en la Historia

 

Con el pensamiento del Héroe Nacional José Martí Pérez (1853-1895) por estandarte, el joven Fidel Castro Ruz (1926-2016) había iniciado  desde mediados del pasado siglo XX su propio proyecto de lucha popular y antimperialista frente a la conducción antinacional y corrupción de la política burguesa. La propia praxis revolucionaria en el vórtice de los acontecimientos, le permiten madurar como pensador revolucionario, diseñar y poner en ejecución un audaz proyecto educativo cultural revolucionario, que forjó en su seno las fuerzas populares que pusieron fin al capitalismo en Cuba.

 

A nivel histórico-filosófico Fidel parte del interés de los revolucionarios cubanos de una y otra generación, de uno u otra filiación ideológica, de convertir la educación popular en vehículo de desenajenación, y en arma de lucha por la liberación nacional. Encuentra en el inconcluso proyecto educativo cultural revolucionario martiano[1] -parte sustantiva de la idea de país y república del Apóstol-, las claves para plantearse la transformar la sociedad neocolonial, la escuela y la educación cubana a mediados del siglo XX.

 

Fidel estudia lo más progresivo del positivismo latinoamericano, en Enrique José Varona y José Ingenieros. El humanismo y el conocimiento serán los  puntos focales de partida de la concepción que Fidel Castro desarrolla del hombre en sus nexos dialécticos con la naturaleza, la sociedad y sus semejantes[2].

 

El marxismo ya con un camino recorrido en la cultura y la política  cubana, completa y dispara la perspectiva filosófica y política de Fidel. Por el camino que ya había transitado el joven comunista Julio Antonio Mella (1903-1929), fundador del socialismo martiano, marxista y leninista cubano, Fidel muy joven también, logra una enriquecedora síntesis dialéctica del legado martiano y la tradición democrática, popular y revolucionaria, y en búsqueda consecuente arriba a una fértil articulación dialéctica con la revolución del pensamiento que iniciaron Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895) fundadores del marxismo, con los aportes trascendentes de Vladimir Ilich Lenin (1870-1924) y sus más genuinos seguidores en el movimiento revolucionario  comunista latinoamericano y mundial.

 

El Martí de Fidel

 

La concepción antropológica de  Martí precisamente si situó en un momento de tránsito que se aproxima y comparte la visión marxista de hombre, y esta confluencia constituye uno de los ejes de articulación que Fidel percibe y desarrolla. Así la antropología educativa en el pensamiento filosófico de Fidel parte de una concepción del hombre resumida en:

 

  • Amor infinito hacia los seres humanos, que se manifiesta en su entrega total a la causa justa de los humildes por la dignificación, la igualdad y la justicia social.
  • Confianza en la educabilidad del hombre y la mujer, en sus potencialidades para ser educado y educar.
  • Concepción de la educación y la cultura como medio de riqueza espiritual, realización y reproducción social de los individuos y la sociedad.
  • Ocupación constante por la elevación y crecimiento del hombre y la mujer mediante el trabajo honrado y la lucha revolucionaria.

 

Tampoco pasó inadvertida para Fidel la coincidencia de los conceptos martianos y marxistas de cultura y educación unidos a la acción práctica revolucionaria, por transformar la realidad, se vinculan estrechamente al progreso social, al desarrollo y a la emancipación  lo que caracterizan de modo sustancial la visión revolucionaria de ambas perspectivas.

 

Fidel crece en el clima político de la Universidad de La Habana, donde para finales de la década del cuarenta del pasado siglo afloraban aún todas las contradicciones y excresencias que habían sucedido a la pérdida de la Revolución nacional liberadora en 1934.  Fidel en tal escenario se nutrió del pensamiento anti dogmático de Mella, y también de la agudeza revolucionaria de Antonio Guiteras Holmes (1906-1935), quienes le anteceden en pensar y pelear la Revolución socialista. Fidel retoma de Mella y Guiteras la necesidad de la defensa de los principios revolucionarios en continuidad y ruptura creadora; claridad praxiológica y valorativa, que le ratifican la certeza martiana de buscar todo lo progresivo, sin asunciones miméticas, en crecimiento del tronco robusto del ser nacional, de su  historia y circunstancias particulares. Esta posición lo enfrentaría a la ortodoxia del llamado marxismo-leninismo de matriz soviético estalinista.

 

La cosmovisión martiana con la que Fidel se acercó al marxismo, el énfasis en la eticidad y la moralidad que están presente en Martí y en toda la tradición del pensamiento revolucionario cubano, que él reivindica desde sus primeras acciones como líder del estudiantado universitario y de  la juventud cubana, le posibilitan arribar al socialismo científico desde un fuerte sustrato axiológico, y le permiten sustraerse de las vulgarizaciones economicistas y dogmatizantes del marxismo y el leninismo, que  predominaban en la teoría y la práctica de la URSS y de los partidos comunistas a mediados del siglo XX.

 

Lejos del anticomunismo y de los sectarismos que envenenaban la unidad de los y las patriotas de la época, el joven líder vio en los comunistas sus émulos y aliados potenciales en la batalla liberadora, y con todas las fuerzas y elementos sanos del país se propuso retomar el programa martiano y cambiar la historia. Más que entramparse en debates doctrinales, se ocupó en  tejer consensos, forjar unidad y hacer Revolución.

La Historia me absolverá

 

La concepción filosófica martiana y marxista del hombre y la mujer de la nueva época y los presupuestos de eticidad y moralidad revolucionaria que los sustentan tienen su primera y pública expresión en el movimiento revolucionario que organiza Fidel Castro Ruz, con el que se inició la insurrección revolucionaria el 26 de julio de 1953.  Martí es el ideólogo por excelencia del movimiento cuyas integrantes se autoafirman como Generación del Centenario en atención a que se constituyen y actúan en el año 100 del nacimiento del Héroe Nacional. Martí es públicamente declarado por Fidel autor intelectual del asalto a las fortalezas militares de la dictadura, y su pensamiento nutre la “La Historia me absolverá”, documento programático que a partir de 1955 –también asumido como Programa del Moncada-, uniría a todos los patriotas cubanos en el propósito de derrotar a la dictadura pro imperialista. Un estudio fino del texto, su organización temática y proyección confirma que ya el marxismo era guía y enfoque para la acción fidelista.

 

En su histórico alegato de La Historia me Absolverá, Fidel expuso los seis problemas básicos que debía resolver la Revolución de llegar al poder: salud, desempleo, vivienda, industrialización, tierra y educación.  Fidel parte de la crítica al negativo condicionamiento que el sistema neocolonial creaba para la educación[3]. Al respecto señalo la medida que se tomaría una vez logrado el objetivo de la liberación: «…un gobierno revolucionario procedería a la reforma integral de nuestra enseñanza, poniéndola a tono con las iniciativas anteriores, para preparar debidamente a las generaciones que están llamadas a vivir en una patria más feliz[4].

 

En La Historia me absolverá se aprecia a nivel histórico – como afirma un colectivo de autores del Proyecto Pedagogía del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas (ICCP)-, el primer plan nacional para transformación de la educación, encaminado a lograr que la misma fuera activa, democrática y popular[5]. La pauta estratégica que Martí traza con su relación dialéctica entre cultura y libertad y el derrotero táctico sobre el derecho y el deber en relación con la educación de todos los ciudadanos, recorre y organiza esta primera propuesta programática fidelista

 

El programa fidelista, aún antes de la derrota definitiva de la dictadura, comenzó a hacerse efectivo en las zonas liberadas por el Ejército Rebelde. Tras el desembarco del Granma, en los tiempos en que la guerrilla estaba constantemente perseguida, los combatientes guiados por Fidel cargaban como preciada munición una notable biblioteca ambulante, y se organizaban en las horas de descanso, sesiones para auto prepararse y alfabetizar a los campesinos que se integraban a la tropa rebelde. A pesar de la gran movilidad de las guerrillas que operaban en las sierras y llanos orientales, durante la Guerra de Liberación[6], no desatiende la tarea de fundar escuelas rurales para los niños de las zonas donde operaban.

Cuando aún los prejuicios anticomunistas enquistados en la psicología social colectiva hacían imposible hablar de socialismo marxista, el pensamiento revolucionario de José Martí fue suficiente para enrumbar la política educacional fidelista, y nutrir los postulados de la Reforma Integral de la Educación, promulgada 23 de diciembre de 1959.

 

Continuidad y ruptura dialéctica

 

En Fidel, la continuidad con la Filosofía de la Educación martiana está en la centralidad del humanismo y de la eticidad que le es inmanente. La ruptura para la incorporación progresiva, se presenta en la asunción de la dialéctica materialista, y en el enfoque de clase. Fidel concibe a la educación, como una responsabilidad indelegable de la sociedad, de la familia, del Estado, y de cada ciudadano.

 

El método fidelista es la dialéctica materialista entendida como instrumento de y para la perfectibilidad humana, en unidad dialéctica con lo ontológico, lo gnoseológico, lo lógico, lo axiológico, lo antropológico y lo praxiológico. Su finalidad  es la de propiciar la superación de la enajenación mediante la fundamentación y promoción de la transformación revolucionaria de la realidad, a través del paradigma comunista de sociedad donde cada vez más se deberán corresponder la esencia y la existencia del hombre. Tal universo comenzó formarse en Fidel desde la cosmovisión martiana por su naturaleza social; su adecuación a los fines de la lucha revolucionaria y su contenido ético-formativo de una nueva socialidad, tras asumirse como marxista, retorna  a Martí una y otra vez, para encontrar las esencias particulares latinoamericanas y caribeñas, y la especificidad cubana.

 

Fidel incorpora a nivel conceptual, el presupuesto marxista de la superación de la enajenación. Martí precisa y fundamenta la transformación revolucionaria de hombre, la mujer y su realidad, Fidel medio siglo después de la caída en combate del Héroe Nacional, sabe que la república con todos y para el bien de todos, solo se alcanzará a través de un tipo de sociedad que se platee el fin de la explotación del hombre por el hombre, donde cada vez más se correspondan la esencia y la existencia de cada hombre y mujer, de sus familias y comunidades.

 

La idea de la lucha por la desenajenación en tanto motivación humanista y misión principal de la labor educativa, tiene en Fidel como elemento central el mundo moral de los individuos: “El sentimiento – sostiene Fidel en junio de 1960 – es una riqueza mayor que las otras riquezas de orden material…, sobre todo si son sentimientos…de puro amor a nobles propósitos, de puro amor a su patria”[7].

Desde la pedagogía del amor Fidel fijó tempranamente –en perfecta coincidencia con su hermano de la Revolución Ernesto “Che” Guevara de la Serna (1928​-1967)-la posición cubana sobre el hecho de que el socialismo no solo era un problema del desarrollo de las riquezas materiales, sino también – y muy esencialmente – un problema de desarrollo de la conciencia humana[8]. Así frente a las posiciones entonces predominantes en la dirección de la URSS y de otros países socialistas, el socialismo cubano se propuso “crear riqueza con conciencia” .Y en esta dirección resultará esencial el tema de los valores.

 

El líder cubano insiste en la necesidad de “conocer que los valores sí constituyen la verdadera calidad de la vida, la suprema calidad de vida, aun por encima de alimento, techo y ropa...[9].

La axiología educativa del martiano Fidel se despliega en tres dimensiones principales: En la eticidad del acto pedagógico, en el valor educativo del ejemplo y la educación en valores. Enfatiza  el líder de la Revolución en la formación de los valores revolucionarios, de los valores humanistas y solidarios, del valor del trabajo y de las tradiciones proletarias y de los valores ciudadanos[10].

 

José Martí le aportaría el método de masas que caracterizaría al movimiento educacional cubano: “Al venir a la tierra, todo hombre tiene el derecho a que se le eduque, y después, en pago, el deber de contribuir a la educación de los demás”[11]. Así se movería la sensibilidad de todos los y las patriotas, y se les convocaría para brindar su aporte personal a la obra educacional. “Andando, enseña a andar” exhortaba optimista[12], Martí, y  para una Revolución que comenzaba esta máxima resultaba inspiradora.

 

En la concepción martiana de Fidel el papel del maestro resulta decisivo. Para Fidel lo esencial era «lograr que no quedara un solo niño sin maestro«. No importa si no tenían el edificio, las clases se podían dar en una casa, aun debajo de un árbol, porque «lo más importante de la escuela era el maestro”[13].

 

La democratización de la educación es entendida como amplitud y oportunidad del acceso, en las relaciones democráticas y horizontales que se establezcan, en el proceso, y el compromiso participativo de los sujetos sociales implicados: el maestro, los alumnos, la familia, la comunidad y todo el entretejido de la sociedad civil, económica y política.

 


[1] Ver del autor: Raíces históricas del proyecto educativo martiano. Revista Historia de la Educación Latinoamericana, Boyacá, Colombia, Vol. 13, No. 17, julio-diciembre, 2011, p 199-236.

[2] Refiero solo lo que considero esencial. La formación de Fidel, según el mismo ha narrado fue espoleada por su voracidad como lector y un significativo espíritu de aprendizaje y superación personal.

[3] Fidel Castro Ruz: La Historia me Absolverá. Edición Anotada. La Habana: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 1993, p 23.

[4] Fidel Castro Ruz: La Historia me Absolverá. Edición Anotada. La Habana: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 1993, p 64.

[5] Josefina. López Hurtado, y otros: Fundamentos de la Educación”, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2000, p 121-122

[6] Entre el 2 de diciembre1956 y el 31 de diciembre de1958.

[7]Fidel Castro Ruz, Fidel Castro, Obra Revolucionaria, La Habana, 1960, No. 10, p 10

[8] Fidel Castro: Discurso en el acto de fin de curso de la Escuela campesina Ana Betancourt, Ediciones OR, La Habana, No. 29, 1967, p 13.

[9] Ver: Discurso pronunciado por el Presidente de la República de Cuba, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 26 de mayo del 2003 en la Facultad de Derecho. Buenos Aires, Argentina. Documento.

[10] Ver: Nancy Chacón Arteaga  y otros: Dimensión Ética de la Educación cubana. Pueblo y Educación. La Habana, 2006.

[11]José Martí: Ob. cit., Tomo 21, p.289. 21

[12]José Martí: Ob. cit., Tomo 21 p. 351.

[13] Fidel Castro Ruz. “Discurso de clausura del Primer Congreso Nacional de Maestros Rurales”. Versión taquigráfica de las Oficinas del Primer Ministro. Centro de Documentación del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, La Habana.

 

Filosofía de la Educación en Fidel Castro Ruz: La hegemonía ideológico-cultural

Felipe de J. Pérez Cruz

 

La labor educacional de Fidel Castro Ruz ratifica que la educación como aparato de construcción de hegemonía en el seno de la sociedad civil, deviene en componente de la revolución de la ideología y la cultura. Expresa la capacidad de dirección moral y cultural de la clase o el grupo dirigente que trabaja – lucha – por construir el imprescindible consenso ideológico espiritual para el logro de sus fines.

 

Cuando se estudia la dinámica histórica de la Revolución Cubana, puede constatarse como Fidel concedió a la educación un protagonismo especial en la lucha política, en particular en la lucha ideológica: “las ideas libraron sus batallas junto a los acontecimientos, definirá en 1975, al inaugurar el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba[1].

 

La tarea histórica

 

Fidel comprendió que la solución de la contradicción principal entre la nación y la dictadura pro imperialista de Batista, tras el triunfo del 1 de enero de 1959, planteaba nuevamente en el escenario cubano, la esencialidad de la solución del problema fundamental del país: el logro de su definitiva liberación nacional frente a los mecanismos de sujeción neocolonial y expoliación económica, impuestos por los Estados Unidos en más de medio siglo de relaciones de dependencia y dominación.

 

Para Fidel el reto cubano no solo comprendería la liberación propiamente dicha y su constante defensa, frente a un imperio obcecado y criminal, siempre beligerante, nunca resignado a la pérdida de sus privilegios expoliadores en la Mayor de las Antillas. Sino que su más trascendente escenario sería el de llevar adelante la construcción de un genuino proyecto de desarrollo humano, de despliegue de todas las potencialidades de los cubanos y cubanas, en la concreción de una nueva sociedad, con capacidad económica, política y cultural para auto sustentarse, resolver las crecientes necesidades espirituales y materiales de sus hijos, y aportar al contexto latinoamericano y universal los valores culturales, intelectuales y productivos de su pueblo. En esta dirección histórica la Revolución con el liderazgo de Fidel comienza a transitar desde sus primeros días de victoria, en tanto se trabajópor sentar las bases de una cultura democrática, popular y socialista.

El desarrollo del movimiento de masas que dio al traste con la dictadura pro imperialista, para dar paso a la solución de las tareas históricas de la liberación nacional y el tránsito socialista, tendría que llevar en su seno, necesariamente, como imprescindible elemento desenajenador, un movimiento educacional y una genuina Revolución en la Educación y la Cultura, con capacidad para rescatar y desarrollar la tradición ideológico cultural revolucionaria de la escuela cubana, y el pensamiento de las vanguardias políticas, científicas y artísticas. La importancia y la urgencia de desatar ese movimiento fueron asumidas por Fidel. No fue casual que el primer gran movimiento masivo de naturaleza político ideológica, que lidera tras el triunfo revolucionario de enero de 1959, fuera precisamente un movimiento educacional[2], cuya consigna central fue la sentencia martiana que define que “ser cultos, era la única manera de ser libre[3].

 

La casualidad tampoco explica por qué los dos primeros grandes temas que abre Fidel a debate nacional y coloca como objetivos prioritarios de la educación revolucionaria, desde el mismo enero de 1959, sean los de la lucha contra la discriminación racial y de género. Los ancestrales prejuicios contra los cubanos negros y mestizos, y la cultura sexista y machista heredada, fueron temas sometidos desde entonces a una severa y sistemática crítica. Para el líder revolucionario “el primer gran problema de la Revolución es cómo se combate y cómo se vence la influencia de las viejas ideas, de las viejas tradiciones, de los viejos prejuicios y como las ideas de la revolución van ganando terreno y convirtiéndose en cuestiones de conocimiento común y de clara comprensión para todo el pueblo»[4].

Más que en discursos, hechos

 

Fidel ve la necesidad de estructura un sistema de influencias educativas que partan de la praxis de los niños y jóvenes en sus circunstancias, en el estudio y el trabajo, para llegar al reconocimiento y construcción de su propia historia, como resultante del conocimiento de las luchas pasadas, presentes y futuras. En tal criterio precisa que la educación de la nueva generación corresponde al más amplio espacio de sociedad y a su vez a los propios niños y jóvenes, a los que  otorga responsabilidad social y le da misiones específicas, complejas e importantes en las que tiene que crecer como ser humano, estudiar, trabajar y crear.

 

Una constante en el hacer pedagógico de Fidel estuvo en reforzar la idea de la continuidad generacional en la obra revolucionaria,  la sensibilización afectivo-cognitiva de los niños y jóvenes con su pasado, presente y futuro. En el Acto de inauguración del Palacio de los Pioneros, 6 de enero de 1962 precisaba: “¡Para que los niños sean felices se ha luchado, para que los niños sean felices han tenido que dar su vida muchos patriotas, desde Martí, Maceo y todos los que han muerto!”[5]. El 20 de julio de 1975, inaugura el Campamento de PionerosJosé Martíde Tarará, en La Habana, y señala: “Y cuando decimos José Martí, a su nombre están unidos todos los que lucharon en las distintas épocas por la libertad, por el bienestar y la felicidad de nuestro pueblo”[6].

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El estudio de los hechos que jalonan la historia revolucionaria confirma que la práctica política entendida como práctica pedagógica, resulta decisiva en el hacer fidelista. Esa práctica para el cambio cualitativo en la conciencia de las masas, transita por una intensa relación en el que el educador por excelencia es el propio proceso revolucionario. Para Fidel “toda revolución es un extraordinario proceso de educación. Por eso, Revolución y educación son una misma cosa”, anunciaba Fidel al intervenir el 9 de abril de 1961 en el ciclo de conferencias de la Universidad Popular “Educación y Revolución”[7].

El hecho de ser Fidel el líder del proceso revolucionario en su conjunto, favoreció la simultaneidad, interacción y multilateralidad del esfuerzo educacional con el conjunto de las acciones revolucionarias a escala social, con la planificación y desarrollo de los programas de transformaciones, y produjo resultados de impacto  trascendental.

Preparar al hombre y la mujer para la vida

 

El combate por la hegemonía ideológico cultural parte del principio martiano de preparar al hombre desde, durante y para la vida, de hacerlo resumen del tiempo histórico que le ha correspondido vivir, de ser parte integrante, activa y transformadora de su sociedad. Con el propósito de alcanzar este propósito Fidel desarrolló una pedagogía problémica del estudio y el trabajo. En criterio de Fidel “el trabajo no debe ser una actividad profesional,…no debe ser una medio de  vida, sino que el trabajo debe ser parte de la formación,…, de la educación del joven…  ha de ser el trabajo el gran pedagogo de la juventud...”[8].

 

La concepción de la combinación del estudio con el trabajo se abre a un amplio concepto de educación para la vida”. Continúa con un énfasis particular en la educación formal, en los hábitos de convivencia y cortesía. Junto a la importancia de desarrollar un espíritu de caballerosidad en el hombre, Fidel resaltaba la importancia de desarrollar un espíritu de urbanidad en todos los niños, varones y hembras, el saber comportarse correctamente en cada lugar.  En Fidel lo justicia social y la dignificación humana  poseía además una dimensión estética: “son realmente tan hermosos los hábitos de solidaridad y de respeto, que nuestra sociedad revolucionaria no debe jamás renunciar a ellos”[9], afirmaba.

 

La visión de formación integral de las nuevas generaciones se continúa con la incorporación de la educación física, el deporte y la educación artística. Estas áreas de la educación se conciben como parte sustantiva del propósito de lograr una mujer  y un hombre con una cultura general integral.

 

A iniciativa de Fidel Cuba a partir del curso 1964-1965 generalizó la educación física desde el primer grado de la enseñanza primaria[10].Para dar respuesta al trabajo artístico- cultural masivo de la sociedad Fidel impulsó la formación de Instructores de Artes a partir de abril de 1961. Tras los deteriores de la base material de estudios en el período especial, desarrolló a partir del 2000 un nuevo programa de formación de instructores de arte. En la actual concepción se aspira que la escuela llegue a convertirse en la institución cultural más importante de la comunidad, que los resultados de su labor se reflejan en el seno de la familia y su trabajo se proyecte más allá de la institución cultural y se vincule con el resto de las instituciones culturales y sociales de la comunidad.[11]

 

El 15 de enero de 1959 Fidel expresó: «El futuro de nuestro país tendrá que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, de hombres de pensamiento»[12]. Y tal afirmación se ha desarrollado como paradigma de la Revolución Cubana. La incorporación a los programas docentes de los conocimientos y tecnologías de avanzada, fue preocupación constante de Fidel[13]. Si hoy el país dispone de un pujante sistema de ciencia, tecnología e innovación, con capacidad de respuesta para hallar soluciones certeras a las disímiles problemáticas que plantea la producción y la ingeniería social socialista, ello se debe al aporte decisivo que ha tenido la estrategia educacional fidelista.

 

Fidel, como líder de la Revolución, fundador del Estado socialista y del nuevo Partido comunista de todos los revolucionarios cubanos, fue el educador por excelencia de la vanguardia y del pueblo. Las concepciones fidelistas hechas conciencia colectiva, devenidas en retos a la práctica y teoría pedagógica adelantaron los propios acontecimientos, sirvieron de modelo y acicate, de referencial de criticidad y pivote de desarrollo. Desde Fidel y con Fidel se pensó se hizo y se acertó en Revolución Educacional y teoría pedagógica, en Fidel se hallaban las inconformidades y los puntos de criticidad propositiva frente a los errores e insuficiencias de la obra revolucionaria. De ahí la certera concepción del profesor Rolando Buenavilla Recio sobre la condición de Fidel como educador social[14].

 

En plena dialéctica histórico concreta, puede afirmarse que las concepciones revolucionarias fidelistas han trascendido a las masas a partir de su labor educativa[15]. En  tal perspectiva Paulo Freire definió a Fidel –también a Ernesto Che Guevara y Amilcar Cabral- como pedagogo de la Revolución[16].

 

 

 


[1] Fidel Castro Ruz: Informe del Comité Central al Primer Congreso del Partido, Editado por el Departamento de Orientación Revolucionaria, La Habana, 1975, p 34.

[2] Ver del autor: Las coordenadas de la alfabetización, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2000, p 71.

[3] José Martí Pérez; Obras Completas, Editora Nacional de Cuba, la Habana, 1965, tomo 8, p.290.

[4] Fidel Castro Ruz: Discurso en la inauguración del seminternado de primaria “Juan Manuel Márquez, Ediciones COR, No. 5, La Habana, 1968.

[5] Fidel Castro Ruz: Acto de inauguración del Palacio de los Pioneros, 6 de enero de 1962

[6] Fidel Castro Ruz: Inauguración  del Campamento de Pioneros José Martí de Tarará, en La Habana, 20 de julio de 1975

[7]Fidel Castro: Obra revolucionaria, No 30, La Habana, 1961, p 22

[8] Fidel Castro Ruz: Fidel habla a la juventud, Selección: 1960-1998. Casa Editora Abril- Editora Política. La Habana, 1998, p 12

[9] Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto central conmemorativo del XV Aniversario de la Unión de Pioneros de Cuba y XIV Aniversario de la Unión de Jóvenes Comunistas, celebrado en el teatro «Lázaro Peña», el 3 de abril de 1976

[10] Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto clausura del curso de Educación Física a los maestros de enseñanza primaria, en el Estadio Latinoamericano, La Habana, el 4 de septiembre de 1964.

[11] Ver: Paula M. Sánchez Ortega: La educación artística en Cuba; antecedentes y actualidad, Atenas, Matanzas, Vol. 4 Nro. 22 (2013)https://atenas.reduniv.edu.cu/index.php/atenas/article/view/51/75

[12] Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro Ruz, Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en el acto celebrado por la Sociedad Espeleológica de Cuba, en la Academia de Ciencias, el 15 de enero de 1960.

[13] La Universidad Cubana cuenta con 80 centros dedicados a tiempo completo a la investigación, generación y transferencia de tecnología de punta. Vinculados a estas y otras instituciones de investigación está el 69 por ciento de las y los profesores universitarios. En general todos los docentes de la educación superior, tienen contemplado en su fondo de tiempo el trabajo de investigación científica. En total más de 250 mil docentes del Ministerio de Educación (MINED) y el Ministerio de Educación Superior (MES), están incorporados desde sus aulas a la actividad científica.  El 42 por ciento de ellos la efectúa en forma extracurricular.

[14] Rolando Buenavilla y otros: Concepción teórico metodológica para el estudio de Fidel Castro Ruz como educador social, Pedagogía 2017, Sello Editor Educación Cubana, La Habana, 2017.

[15] Olga Fernández: “Integridad y dialéctica del pensamiento de Fidel”, en La mujer en la Revolución y la Revolución en la mujer. Coloquio sobre el pensamiento y al obra de Fidel Editorial de la Mujer, La Habana, 1996, p 27.

[16] Paulo Freire, Esther Pérez y Fernando Martínez: Diálogos con Paulo Freire, Colección de Educación Popular, Editorial Caminos, La Habana 1997, p 20.

 

Filosofía de la Educación en Fidel Castro Ruz: La praxis pedagógica

 

Felipe de J. Pérez Cruz

 

Las Ciencias de la Educación en Cuba tienen frente a la obra de Fidel un importante campo de estudios y sistematizaciones, de urgencia en su realización si se trata de aportar al diseño y realización de las actuales políticas educacionales del socialismo cubano. La tarea a realizar resulta compleja en el orden filosófico, historiográfico y metodológico. Estamos ante un colosal universo de ideas y realizaciones en constante movimiento. En una evaluación de 1990 sobre lo alcanzado en la educación Fidel afirma: “Si comparamos las ideas que teníamos antes del triunfo de la Revolución con las que tenemos ahora, hay un abismo, porque se fueron desarrollando nuevas y nuevas ideas en este campo, que es lo que hoy constituye la suma de todas nuestras instituciones y programas educacionales[1].

 

La Pedagogía

La Pedagogía, no está sometida únicamente a las variaciones de los procesos político – sociales y a los escenarios principales de la lucha de clases. Fidel siempre estuvo atento a cómo la educación también encuentra en las prácticas pedagógicas formas de permanencia y de cambio –de avance, de estancamientos y también de retrocesos-que no necesariamente  obedecen siempre al ritmo de los acontecimientos políticos. Fidel se preocupó por mantener siempre un intercambio propiamente pedagógico, con los maestros, con los pedagogos, con los estudiantes, padres y madres y pueblo en general.

Para Fidel la Pedagogía “es la ciencia de inculcar el máximo de conocimientos; debe enseñar sobre todo, al individuo a pensar[2]. Precisamente esa fue la orientación pedagógica que explicó a los primeros maestros voluntarios e, agosto de 1960[3].

 

Fidel continúa con la fertilidad de la visión martiana, la tradición de lo mejor de la pedagogía marxista. Comparte la consideración de la unidad de educación y la instrucción, de la enseñanza y el aprendizaje, de la combinación estudio-trabajo como articulaciones de y para la perfectibilidad humana. Su discurso y hacer confirma que la educación es un proceso esencialmente liberador, que tiene un carácter complejo y multilateral.

 

Fidel asume la consideración martiana que entiende el proceso pedagógico[4], como proceso de enseñanza aprendizaje -de organización de la actividad cognoscitiva y su realización efectiva en los sujetos del proceso-, y el proceso de educación – de formación objetiva de sentimientos, principios ideológicos, valores morales, políticos y culturales, actitudes y normas de conducta social. Fidel entiende también lo propiamente educacional como calidad y contenido de la Educación, y como fenómeno de socialización.

 

En la tradición pedagógica marxista Fidel reconoce el concepto formación como categoría de superior nivel de generalización teórica[5], y se pronuncia por lograr el resultado mejor, más multifacético e integral para todos y todas, en la consideración de que lo formativo no es un punto de llegada sino un proceso vital que nos acompaña con cualidad natural de trascendencia. En Fidel el propósito de la formación educacional fue desarrollándose en  la medida que avanzó la propia obra revolucionaria. Hoy se sintetiza en lograr profesionales, trabajadores y ciudadanos que sean portadores  de una cultura general integral. Para Fidel en tanto martiano y marxista, no hay formación sin praxis revolucionaria, y para tal resulta decisiva la lucha por ampliar los horizontes de la justicia social como base de la dignificación humana, de la dignidad nacional, laboral, personal.

Educación científica

A los maestros voluntarios les explica la importancia de desarrollar una pedagogía científica, y desterrar  todo lo dogmático, mecánico y escolástico heredado de la época neocolonial: “Las clases se pueden dar a veces hasta debajo de un árbol y, sinceramente, si a mí, por ejemplo, me pusieran otra vez, me dieran la oportunidad de ir a la escuela, me gustaría más las clases las clases en el campo que las clases en pupitre. A los muchachos les gusta caminar, les gusta pasear, les gusta investigar y ustedes deben despertar, o estimular todas esas inclinaciones”[6]. Tal enfoque y la exhortación a los maestros y maestras para que innoven acompañara la pedagogía fidelista, cuatro décadas después  en el año 2000, en el acto de graduación de las Escuelas Emergentes de Maestros de la Enseñanza Primaria, ratificará: “hay mucho que innovar en la educación”[7]

La enseñanza  además tiene que ser de calidad, entendida, como “…aquella en que los sujetos del proceso crean, recrean, producen y aportan de manera eficaz los conocimientos, valores y procesos que contribuyen a perfeccionar la sociedad en su conjunto en todas las dimensiones posibles[8].

Fidel se pronunció por el despliegue de la inteligencia y las capacidades creativas y científicas de los sujetos de la educación[9].En el orden didáctico en tiempos de la Revolución Científico Técnica y de la Revolución infocomunicacional, Fidel expresó una pedagogía de la praxis socio-tecnológica, de la incorporación creativa de la tecnología de punta. En cuanto a los sujetos principales del proceso defendió en una perspectiva socialista la interacción democrática del profesor y los alumnos, y el empoderamiento en igualdad de ambos a nivel institucional. Impulsó, además, a construir y practicar una pedagogía internacional aplicada con éxito en más de 50 países.

La escuela y los maestros

A la escuela como institución central del sistema educacional Fidel le prestó una sistemática atención. Reflexiona junto  a los asistentes a las diversas concentraciones y actos relacionados con la inauguración de escuelas, cómo es que él las concibe: Posee todo un ideario al respecto que va desde la concepción de los Círculos Infantiles hasta la Universidad[10]. Fue generador de nuevos tipos de escuela de carácter vocacional y politécnico, y se preocupó por las condiciones higiénicas y de organización. “La escuela no es, por supuesto el edificio, la escuela es una comunión entre el maestro y los niños de cada lugar”[11], sintetizaba.

 

La prioridad que da al tema escolar como gobernante, su concepto de la responsabilidad estatal y gubernamental con la escuela como institución, está en una perspectiva de corresponsabilidad social y familiar, por ello afirma: «La educación no se inicia en las escuelas; se inicia en el instante en que la criatura nace. Los primeros que deben ser esmeradamente educados son los propios padres…»[12].

 

Para Fidel la calidad en la educación requiere, en primer lugar, de la ejemplaridad y la profesionalidad del maestro y la maestra. Quienes asumen la dirección del proceso pedagógico deben expresar más que en el discurso, en su conducta las cualidades, los modelos de pensamiento y actuación que pretenden formar. Hombres y mujeres patriotas, comprometidos con su tiempo, con la obra revolucionaria, con espíritu de superación, trabajadores disciplinados, estudiosos, autodidactas, propensos a la investigación y la búsqueda constante de perfeccionamiento de su labor, de sus alumnos y de ellos mismos[13].

 

La filosofía fidelista de la educación

La filosofía fidelista de la educación puede ser entendida a partir de comprender la misma como una teoría universal y una praxis consecuente sobre los problemas de la cultura y la educabilidad de los niños y niñas, de los y las jóvenes, del  hombre, la mujer, de la sociedad sus diversos sujetos y de esta como totalidad, de la transformación revolucionaria de todos y todas en una perspectiva de lucha anticapitalista, antimperialista y socialista. En el orden político, Fidel defiende una Pedagogía para la Revolución y la emancipación de las conciencias y las circunstancias.

 

Para Fidel lo educacional existe en nexo íntimo y tránsito recíproco con los conceptos de cultura, ciencia, política y eticidad. Y tiene su concreción objetiva en la calidad de la vida espiritual y material que alcance, en la emancipación de las relaciones humanas, en la desenajenación de las circunstancias y de los sujetos colectivos e individuales. Por ello su filosofía de la educación como sistema teórico y escuela de pensamiento, se expresa en sus reflexiones acerca de las bases y significados de la educación, como vehículo de desenajenación y formación integral de los seres humanos, su modo de vida y filosofía moral

 

En tanto la ya subrayada centralidad de la ética, la Pedagogía de Fidel ha sido eminentemente una Pedagogía del ejemplo personal, del dialogo de principios desde los valores del humanismo, la justicia social y la dignificación de cada niño o niña, joven, hombre y mujer, de la búsqueda consciente de la perfectibilidad de la sociedad y de los individuos en Revolución. En su pensamiento pedagógico sobresale una infinita confianza en la niñez y la juventud, en el hombre y la mujer cubanos.

 

La filosofía martiana y marxista de la educación de Fidel Castro puede expresarse en un conjunto principios estrechamente interconectados:

 

  1. El carácter social de la educación
  2. El carácter liberador, desenajenador de la educación
  3. El carácter axiológico de la educación
  4. El carácter patriótico de la educación
  5. El carácter popular de la educación
  6. El carácter democrático de la educación
  7. El carácter científico de la educación
  8. El carácter socio tecnológico de la educación
  9. El carácter estético de la educación

10. El carácter de dignificación personal de la educación

11. La educación como derecho y deber de todos los ciudadanos

12. La  educación como tarea de masas

13. La unidad de la función instructiva y educativa en el acto docente

14. La combinación de la enseñanza teórica con la práctica

15. La combinación del estudio y el trabajo

16. La integración de la educación física

17. La integración de la educación artística

18. La integración de la educación sexual y de género

19. La integración de la educación formal

20. La integración de la educación medioambiental

21. La vinculación de la escuela con la comunidad

22. La educación  laica

23. La coeducación

 


[1]Fidel Castro Ruz Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la clausura de «Pedagogía 90», efectuada en el teatro «Karl Marx», el 9 de febrero de 1990. (A menos que se declare todas los discursos de Fidel que utilizaremos pueden consultarse en: Discursos e intervenciones del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba, http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/)

[2]Ídem. Ant.

[3]Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto de graduación de los maestros voluntarios a su regreso de la Sierra Maestra, celebrado en el Teatro Auditórium, La Habana, el 29 de agosto de 1960

[4] Asumo lo pedagógico como sinónimo de  lo educacional. Sin embargo el alcance  epistemológico que le otorgamos  al término proceso pedagógico, nos permite considerar  además de lo propiamente docente educativo, otros  procesos educativos extra docentes o paradocentes. Ver: Orlado Valera: El debate teórico entorno a la Pedagogía, 1999.

[5] La formación como proceso pedagógico para el marxismo se asume como integral y liberadora (desenajenadora). Así se expresa el concepto de totalidad de Marx.

[6] Fidel Castro Ruz: Discurso en el acto de graduación de maestros voluntarios en  el teatro Auditórium, La Habana, 29 de agosto de 1960

[7] Fidel Castro Ruz: Discurso en el acto de graduación de las Escuelas Emergentes de Maestros de la Enseñanza Primaria. Granma, La Habana, 2002, p. 5

[8] Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado en el acto de graduación del  Destacamento Pedagógico “Manuel Ascunce Domenech”, efectuado en  Ciudad Libertad, La Habana, el 7 de julio de 1981

[9] Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el teatro Chaplin, efectuada el 17 de septiembre de 1966

[10] Odalys Barrabia Monier: Fidel Castro y su contribución a la orientación de la pedagogía cubana entre 1959-61.

[11] Fidel Castro Ruz: Discurso en el acto de graduación de maestros voluntarios en  el teatro Auditórium, La Habana, 29 de agosto de 1960

[12] Fidel Castro Ruz: Las ideas son el arma esencial en la lucha de la humanidad por su propia salvación. La Habana: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2003, p, 26.

[13] Fidel Castro Ruz: Ideología, conciencia y trabajo político 1959-1986, Editora política,  La Habana, 1987,  p.48.

 

Fuente del Artículo:

https://moscovita.org/mosconews/filosofia-de-la-educacion-en-fidel-castro-ruz-continuidad-y-ruptura-dialectica/

ove/mahv

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Quiéreme y así querré cambiar el mundo

Por: Jaume Funes

La educación ética de las personas adolescentes pasa porque puedan experimentar las normas, vivirlas y hacerlas suyas. También porque adquieran interés por lo que ocurre a su alrededor y tengan autonomía.

Los primeros días del mes de mayo llega a las librerías mi último libro sobre los mundos adolescentes (Quiéreme cuando menos lo merezca… porque es cuando más lo necesito, Columna Edicions). Más allá de que lo considere un tipo de testamento adolescente (tengo miedo de no estar al día en una realidad aceleradamente cambiante que necesitas nuevas voces), se trata de un libro que sistematiza las miradas y las atenciones que los niños y las niñas adolescentes necesitan (el resumen de cuatro décadas de estar con ellas y ellos).

Entre ellas, están las miradas y las respuestas éticas. De una manera específica, he dedicado dos capítulos singulares a reflexionar sobre la ética adolescente y sobre su necesidad de buscar explicaciones al mundo en el que viven.

Educar adolescentes no es tan solo hacer una larga gimcana dominando un conjunto e habilidades educativas. Es, fundamentalmente, un reto permanente de educación en valores. No, no podemos dejar la ética a un laco, como si fuese un tema momentos tranquilos, perdidos. Forma una parte central de la posibilidad de devenir adultos últiles en sus vidas.

Los y las niñas en edades adolescentes están inmersos en procesos de construcción personal, no asumen o aceptan lo que viene de arriba, si no que experimentan, han de escoger y decidir, se mueven alternativamente entre polos contradictorios, les invade el malestar o la falicidada indefinida. En este recorrido, unas u otras opciones suponen más o menos sufrimientos propios y ajenos, formas de ser y de convivir con más o menos compatibilidad con su entorno, salidas de la adolescencia o resultados finales hacia diferentes tipo de ciudadanos y ciudadanas jóvenes. En la mayoría de sus cruces, de sus dilemas y dificultades, no es posible ayudarlos sin utilizar los valores. Cuando las familias o los educadores pensamos en estar a su lado y ser útiles en sus vidas, nos preguntan no sobre cómo podemos hacerlo, sino con qué sentido, con qué pretensión, nos interrogan (deberían hacerlo) sobre la hipotética bondad o maldad de nuestros consejos y orientaciones.

No vale, por tanto, cualquier propueta. Hemos de pensar en una “ética evolutiva”. Un conjunto de valores, regllas y lógicas culturales que son especialmente válidas para un tiempo de la vida, que permiten probar respuestas a los dilemas de un ciclo vital. Habrá de tener cinco características:

  1. Una ética adolescente no puede ser normativa. Es decir, no podemos intentar simplemente transmitirles nuestras normas. Siempre estarán hablando de ética vital, de formas de ser, actuar y comportarse que han de conectar con su vida.
  2. No pude ser simplemente transmitida. Los adolescentes no aceptarán la ética como una cosa inevitable para vivir en sociedad. Ha de ser activamente descubierta y construida, ensayada, convertida activamente en algo propio.
  3. No puede ser racional, obedecer a principios y postulados sistematizados a partir de la razón. Hemos de pensar en la ética emocional, porque son sujetos inmersos en olas de emociones y sentimientos.
  4. No puede ser una propuesta para la seguridad, sino una aportación a la educación para la gestión de los riesgos. La ética ha de servirles para tomar decisiones, no para crear un entorno artificial de “pecado” a su alrededor.
  5. Finalmente, no puede ser una propuesta étia de la individualidad. Cualesquiera valores de referencia que propongamos han de tener que ver con alguna comunidad. Todavía son personas que pueden y han de educarse en relación con otros.

Desde otra perspectiva, cuando aplican esta ética a la comprensión del mundo, lo hacen don dos pretensiones:

  • Evitar que falta de criterior los conviertan en ciudadanos que acepten pronto vivir según los dictados del percado;
  • evita que se conviertan en personas frágiles de pensamiento, que con mucha facilidad formen parte de los fanatismos más diversos.

En el libro trato de insistir en que, de la misma manera que se define al buen adolescente como un buen escolar, también pensemos que lo es el adolescente que no cuestiona mucho la realidad que le envuelve. Se espera que el buen adolescente ha de tener buenas notas y ser socialmente conformista. Los otros, no se consideran buenos adolescentes, pero lo suelen ser bastante más y devienen en mejores jóvenes y ciudadanos.

Destino el último capítulo del libro a sugerir cómo algunos días nuestra preocupación adulta debería de cambiar de signo. Si la mayor parte del tiempo nuestra preocupación se centra en los líos en los que se meten, en algún momento deberíamos estar preocupados por si los hijos no se meten en líos. Las familias más angustiadas deberían de ser aquellas con hijos conformistas que hacen nada, en ningún momento, si solos ni acompañados, por cambiar alguna cosa del mundo en el que viven, aunque sea el de su amigo o sus compañeros de clase.

No educamos éticamente, no hacemos posibles otros jóvenes si nuestros adolescentes pueden llegar a convivir con la injusticia y no mueven un dedo por reducirla.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2018/07/04/quiereme-y-asi-querre-cambiar-el-mundo/

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5 cortometrajes con los que trabajar valores en el aula

17 Mayo 2018/Fuente: El Diario la Educación

El cine, además de parte de la cultura, es una gran herramienta para trabajar valores en el aula. Os proponemos cinco títulos para hablar de amistad, igualdad de género, migración, creatividad e inclusión.

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https://vimeo.com/194276412

Dirigido por Daniel Martínez Lara y Rafa Cano Méndez, este trabajo ganó un premio Goya en 2016 al mejor cortometraje de animación. Desde entonces, puede verse de manera libre en Internet, en los canales de Vimeo y Youtube, donde acumula más de 5 millones de reproducciones. Una popularidad que es del todo merecida: esta pequeña joya de la animación desprende genialidad y belleza. Aúna varios ingredientes que la convierten en una obra brillante: destreza en su ejecución, sensibilidad en la presentación de los personajes y lucidez en su mirada crítica al sistema educativo.

La actualidad educativa está marca da por un debate continuo sobre el concepto de innovación. Se ha puesto sobre la mesa que la escuela actual adolece de creatividad y que los cambios educativos que actualmente se están gestando deben encaminarse hacia un modelo de aula que deje más espacio a la libre creación e imaginación del niño. A través de la historia de Copi, un oficinista que vive en una ciudad gris poblada de anodinos habitantes, y su hijo Paste, un niño alegre y sensible a la música y al arte, se expone de manera clara y comprensible para todos los públicos, en tan sólo ocho minutos, por qué es fundamental y urgente el cambio en esta dirección en los currículos escolares.

Para Martínez Lara “la educación infantil para niños menores de 7 años está excesivamente centrada en el currículum (lectura, escritura e inglés); esos conocimientos son muy importantes, pero quizá a esa edad deberían estar aprendiendo a ser creativos, cómo vivir en grupo y otros valores más necesarios que saber los números en inglés”. El realizador plantea una “reflexión sin querer adoctrinar” no sólo sobre el papel de la escuela, sino también sobre la tarea de los progenitores. “Cuando te conviertes en padre, te planteas si deberías atreverte a no hacer lo que la sociedad impone. Para tu hijo lo realmente necesario es saber que hay alguien al otro lado que le entiende”.

El cazo de Lorenzo

Ser diferente no tiene por qué significar algo negativo. Al contrario, puede ser una fuente de ventajas y oportunidades para crecer. Este mensaje tan positivo se desprende del corto El cazo de Lorenzo (La petite casserole d’Anatole) dirigido en 2014 por el realizador francés Éric Montchaud y basado en el popular libro de Isabelle Carrier del mismo nombre, que ha cosechado premios en festivales internacionales y una nominación a los premios César.

La historia se construye a partir de una metáfora: el pequeño protagonista, Lorenzo, tiene una peculiaridad, siempre carga con un cazo que un día le cayó del cielo sin motivo aparente. Debido a esta característica, Lorenzo tiene que esforzarse mucho más para poder hacer lo que los demás realizan de manera habitual, y además suele ser motivo de burla, lo que le provoca un fuerte malestar. Un día opta por esconderse de todos, pero consigue superar su dolor gracias a la presencia de una persona amiga, que le ayudará a potenciar sus cualidades y le mostrará la manera de vivir con el cazo sin que ello le resulte una gran molestia. Una obra que puede dar pie a debates muy interesantes con los alumnos en los que hablar de cuestiones como la inclusión o la diferencia.

Espace

https://vimeo.com/107788715

“A la hora del recreo los niños de los cursos de Primaria juegan a fútbol en la pista grande y las niñas, a quienes les encanta jugar con los críos pequeños, se quedan en la zona de juegos de Infantil”. Escuché esta afirmación en unas recientes jornadas de puertas abiertas de una escuela de Barcelona. Fue pronunciada de manera inocente, como una jovial anécdota, por una maestra que enseñaba su escuela a las familias de los futuros alumnos de P3, pero podía haber sido pronunciada por cualquier otra maestra o maestro en cualquier otro lugar.

Muchos querríamos que educar en la igualdad en la escuela actual significase que afirmaciones como estas, pronunciadas una y otra vez, no nos resultasen inocentes. Querríamos que nos chirriasen. Porque el espacio de juego también educa. Y esto es algo que muchos niños y niñas ya saben. Una de ellas es la protagonista del cortometraje documental Espace (espacio), dirigido por la realizadora francesa Eléonor Gilbert en 2014. La pequeña tiene muy claro que hay un aspecto que en su colegio merece ser mejorado. Con la ayuda de un croquis, nos explica cómo se reparten el espacio y los juegos entre niños y niñas en el patio de recreo, y de qué manera todo ello le va a suponer un problema a diario. A pesar de haberlo intentado varias veces, la niña no va a encontrar solución alguna a este problema, que pasa totalmente desapercibido para los demás; ni los niños ni los adultos parecen sentirse concernidos.

El viaje de Said

https://vimeo.com/16037500

Coke Riobóo, el autor de este corto, trabajaba como músico y técnico teatral hasta que descubrió la animación con una cámara de vídeo Súper 8 que le habían prestado, tras verse obligado, a los treinta años, a permanecer todo un verano en casa encerrado sin dinero porque se había quedado en paro. Empezó grabando bolas de plastilina que perseguían cigarros, y el espíritu gamberro que ya afloraba en esos primeros experimentos le ha acompañado a lo largo de su obra. El viaje de Said, rodado con plastilina sirviéndose de la técnica del stop motion, le hizo merecedor de un Goya en 2007 al mejor cortometraje de animación.

Cuando se aborda el visionado de este cortometraje es importante no perder de vista el sentido del humor que subyace en la obra de Riobóo. Nos habla de inmigración, de historias muy duras que ocurren cada día a ambos lados del Estrecho, de sueños truncados, de vidas jóvenes que caen en la trampa y el engaño, pero lo hace desde una perspectiva muy personal, sacando a relucir un componente kitsch, colorido y un pelín canalla. En aulas tan multiculturales como las actuales, este corto puede ser un buen punto de partida para que los alumnos y alumnas hablen sobre sus propias experiencias migratorias, y si las expectativas que tenían antes de venir se corresponden con las vivencias que luego han experimentado.

El ciervo y la conejita

https://vimeo.com/52744406

¿Qué ocurre cuando nuestros mejores amigos cambian de intereses o inquietudes? ¿Podemos seguir siendo amigos aunque se parezcan menos a nosotros? ¿Una amistad se puede ver enriquecida por la diversidad de puntos de vista y enfoques ante la vida? Cuestiones como estas se plantean en La conejita y el ciervo (Rabbit and deer/ Nyuszi és Öz), un cortometraje que aborda la complejidad de las relaciones humanas de una manera sofisticada, al combinar diversas técnicas de animación como el 2D, el 3D y el stop motion, lo que genera un original envoltorio visual.

El corto relata la historia de una conejita y un ciervo de papel que pasan muy buenos momentos juntos hasta que el ciervo consigue un cuerpo de tres dimensiones, lo que les enfrenta a nuevos dilemas. El autor de este trabajo realizado en 2013 y premiado en festivales de medio mundo, el joven cineasta húngaro Péter Vácz, ha explicado que la obra se inspira en su propia experiencia personal y en concreto en una vieja relación de amistad y pareja que pasó por diversas fases, ya que ambos evolucionaron de maneras distintas.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/alfabetizacionaudiovisualenlasaulas/2018/05/07/5-cortometrajes-con-los-que-trabajar-valores-en-el-aula/

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Organizan congreso internacional sobre educación en valores en Argentina

Argentina/03 de abril de 2018/Fuente: https://www.aciprensa.com

Un congreso internacional reunirá en Argentina a diversos expertos en investigación, docencia y responsables de políticas, para dialogar sobre la importancia sobre la educación en carácter y valores.

El evento, titulado “Educación del Carácter en Latinoamérica: Retos y Oportunidades”, se realizará el 13 y 14 de junio de 2018 en la IAE Business School de la Universidad Austral, en Pilar, Argentina.

El congreso es impulsado por “’Investigar y promover la educación del carácter en escuelas de secundaria en Latinoamérica”, un proyecto de investigación conjunto de la Facultad de Educación y Psicología y el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra, y es financiado por la Templeton World Charity Foundation.

De acuerdo a los organizadores, el evento internacional busca “impulsar la colaboración entre educadores latinoamericanos y del resto del mundo sobre el presente y futuro de la educación del carácter y la integración en la práctica en el aula”.

“Asimismo, el evento pretende fomentar el debate científico sobre los resultados del proyecto de la Universidad de Navarra sobre formación del profesorado y educación del carácter; el impulso de la investigación sobre educación del carácter; y la promoción de nuevas iniciativas de investigación en Latinoamérica sobre estas cuestiones”.

Entre los expertos que participarán en el congreso se encuentran James Arthur y Kristján Kristjánsson, director y subdirector respectivamente del Jubilee Center for Character and Virtues en la Universidad de Birmingham, Reino Unido; Marvin W. Berkowitz, profesor McDonnell de Educación del Carácter y codirector del Center for Character and Citizenship, en la Universidad de Missouri-San Luis, Estados Unidos; Pedro Luis Barcia, expresidente de la Academia Nacional de Educación y de la Academia Argentina de Letras; y Marisa Meza Pardo, profesora de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

El evento está dirigido a padres, educadores, investigadores y responsables de políticas educativas.

Hasta el 15 de abril de 2018 se podrá postular a ayudas económicas para quienes deseen participar en el congreso.

Para más información sobre las ayudas económicas, puede hacer click AQUÍ.

Fuente de la Información:

https://www.aciprensa.com/noticias/organizan-congreso-internacional-sobre-educacion-en-valores-en-argentina-87168

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Libro: (PDF) Aulas Felices: Psicología positiva aplicada a la educación

España / Autores: Ricardo Arguís Rey, Ana Pilar Bolsas Valero, Silvia Hernández Paniello, Ma. del Mar Salvador Monge / Fuente: PSYCIENCIA

“AULAS FELICES” es un programa educativo basado en la Psicología Positiva y dirigido a alumnos de Educación Infantil, Primaria y Secundaria. Es gratis y de libre difusión. Pretende aportar recursos para trabajar en las áreas y también en tutoría, potenciando las Competencias Básicas más transversales, así como la Acción Tutorial y la Educación en Valores.

Link para la descarga:

https://psyciencia.com/wp-content/uploads/2013/03/Aulas-felices.pdf

Fuente de la Reseña:

(PDF) Aulas Felices: Psicología positiva aplicada a la educación

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El 65% de las familias prefieren que la religión no esté en la escuela ni sea evaluable

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

Un estudio de la FAD sobre las AMPA asegura, además, que el 60% cree necesaria una materia de valores. Las AMPA se encuentran en situación económica y materialmente precaria.

Estas son algunas de las conclusiones del reciente estudio publicado por la FAD: Las AMPAS en el sistema escolar española: como son, qué necesitan y en qué creen. Una investigación realizada mediante encuestas a 161 AMPA que representan a unas 21.000 familias de todo el país.

El estudio pretende hacer una radiografía de la situación de la participación de las famlias en los colegios, de cuáles son sus creencias, intereses y dificultades de funcionamiento y relación con los centros educativos.

La mayoría de las asociaciones de madres y padres de centros educativos, independientemente de la red a la que pertenezcan, tienen una relación bastante positiva con el centro educativo en el que se encuentran. Eso sí, su situación es de bastante precariedad.

Creencias

Efectivamente las familias creen que la educación en valores necesita más espacio dentro de la educación. El 53,4% opina que tienen poco espacio dentro del sistema educativo, y el 60% ve la necesidad de que exista una asignatura específica de valores. Algo a lo que se suma el que el 65% de las familias no está de acuerdo con que la educación en valores es solo responsabilidad de las familias.

Además de entender que es necesario alcanzar el pacto por la educación, así lo cree el 95% de las AMPA encuestadas, también opinan, en un 70% que los alumnos deberían tener más protagonismo en la gestión de su propio aprendizaje, a lo que se sumaría un 62% cree que debería incorporarse al colectivo en las decisiones sobre el funcionamiento del centro educativo.

Dificultades

La falta de capital, de personal, de tiempo y de apoyo por parte de la Administración, del propio centro, de muchas familias y de los docentes, se encuentran entre las mayores dificultades que encuentran las AMPA de los colegios.

Unas familias que participan en buena medida en los consejos escolares de sus centros, pero que lo hacen, principalmente, en la realización de actividades extraescolares o en jornadas de puertas abiertas y que quedan un poco más descolgadas a la hora de participar en actividades más relacionadas con el funcionamiento de sus centros, como la escolarización, por ejemplo. Una situación en la que ahondó la LOMCE al dejar el papel de los consejos escolares en meramente consultivo, vaciándolos del poder de decisión que tenían.

Se trata de asociaciones en las que, principalmente, existe un pequeño grupo motor de menos de 10 madres y padres (en un 80% de los casos son las madres las que participan más, frente a un 20% de los caos en los que la implicación es paritaria, nunca son ellos quienes participan más, unos datos tozudos”, en palabras de Eulalia Alemany, directora téncnica de FAD), que ha de hacerse cargo de todo sin recursos suficientes, sin apoyos ni económicos ni personales ni de las administraciones (como el ayuntamiento de su localidad) ni del propio centro además, con cierta necesidad de formación en ámbitos como la gestión y de una mayor flexibilidad horaria.

Los expertos hablan de la importancia de la implicación de la familia en la vida del centro, así como de la formación que dentro de escuelas e institutos puedan conseguir madres y padres para la mejora, no solo de los resultados escolares propios y de sus hijas e hijos, también de la convivencia en los centros educativos.

“Las familias tienen poco tiempo, explicaba Eulalia Alemany, para compaginar el horario laboral y el escolar. No tienen flexibilidad para participar más”.

Tipologías

Dado que el estudio se ha hecho con AMPA de centros públicos, concertados y privados, desde la FAD han podido elaborar una tipología de asociaciones de familias, con cuatro grupos principales.

El más numeroso lo formarían las AMPA laicas, inclusivas y participativas, que representan más o menos el 36% de todas las que forman parte del estudio. Están más presente en la escuela pública (prácticamente el 96%), piden más recursos para la educación pública, que se eliminen los deberes en casa y se realicen en el aula, y que la religión salga del currículo.

También creen que la educación en valores no es monopolio de las familias y que es necesario que haya una asignatura específica puesto que ahora no se le dedica el tiempo suficiente en la escuela. Apuestan por la diversidad en el aula, puesto que ayuda a combatir estereotipos, aunque habría que equilibrar su representación en centros públicos y privados.

Tras esta, la segunda tipología sería la del AMPA de colegio católico, concertado, con un 23% de representación. Apuestan por los deberes, el esfuerzo, los contenidos y el trabajo del profesorado.

Se trata de asociaciones que confían más en la capacidad del centro para el funcionamiento normal, para solucionar los problemas de convivencia qu se desarrollen, que no ven tan necesaria la participación del alumnado en la vida ordinaria de la escuela o instituto.

Después vendrían las AMPA de una escuela pública, funcional y directiva (22%). Se trata de la contraparte de la anterior. Con una visión más crítica de la diversidad y de la necesidad de un mayor equilibrio entre pública y privada en el reparto de este alumnado.

Comparten con los anteriores una visión más directiva del centro, en el que se trabaja más los contenidos y se confía en la institución, aunque, al contrario, perciben la falta de dotación de los centros a la hora de abordar cuestiones como los idiomas o las tecnologías. Curiosamente, es uno de los grupos que menos participa en las actividades del centro, como la mediación de conflictos o en las formaciones dirigidas a las familias.

Por último, está la escuela exclusiva, de pago y religiosa, en la que se encuentra el 19% de las AMPA. Un grupo que claramente defiende a la escuela concertada, con cierto tono exclusivo y religioso.

Considera la diversidad una dificultad que empeora los resultados escolares, provoca conflictos y es una sobrecarga para el profesorado. Además, consideran que la educación en valores es algo que debe permanecer en el ámbito de la familia, sin cabida en el sistema educativo. Eso sí, la educación ha de formar parte del currículo.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/02/14/el-65-familias-prefieren-que-religion-no-este-en-la-escuela-ni-sea-evaluable/

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Amalia Inchaustegui de Hernández: “Es tarea de todos mejorar la educación dominicana”

“La satisfacción del docente es ver que sus alumnos aprendan, por eso es un investigador”.

Con la formación del hogar, la educación y exigencia del centro, se puede transformar a un pueblo.

Para lograr que el país continúe mejorando la calidad educativa, es recomendable la colaboración de todos los sectores, donde puedan escoger un ministro de educación que haga un trabajo continuo, pero que no llegue al puesto por cargo político, sino por su preparación y vocación. De acuerdo a Amalia Inchaustegui de Hernández, directora por 19 años del Colegio Santa Teresita de Santo Domingo, el país cuenta con personas capacitadas para realizar el trabajo que amerita hacerse en el sistema educativo, incluso dentro del mismo Ministerio de Educación (Minerd).

¿Cómo valora la educación en el país?

El afán por tener estudiante competente a nivel académico ha hecho que se descuide un poco la parte de la formación de valores. Incluso se dice que es en el hogar donde se les enseñan los valores a los niños, es decir, que es ahí donde aprenden a ser honestos y respetuosos. Ahora bien, nuestro parecer es que la responsabilidad de la escuela va por encima de la del hogar, en el sentido de que si a un maestro le llega un niño donde sus padres no les enseñaron esos valores, la escuela debe enseñarle, porque es ahí donde muchas escuelas hoy en día se están lavando las manos como Poncio Pilato, y dicen que los valores deben aprenderlos en el hogar. Sin embargo, junto con la educación van incluido los valores; ahora bien cuando los valores del hogar se unen a los de la escuela, caminamos mejor. Cuando los padres van en la misma sintonía que la escuela, caminamos mejor y estamos felices. La responsabilidad de la escuela está por encima de la del hogar. Pero también la labor está con esos niños que carecen de valores y que carecen de cariño, porque no viven con sus padres, sino con otro familiar.

¿Cómo capacitan a los maestros?

En la capacitación nosotros le brindamos la oportunidad a los maestros de que puedan escoger cursos donde ellos se sientan motivados; pero para mí lo más importante es el acompañamiento día a día. Desde hace unos años nosotros observamos a los maestros impartiendo docencia y esa cultura no la teníamos, ahora bien, cuando les informamos algunos de ellos se asustaron, pero luego se adaptaron porque eso fue parte de un sistema de gestión de calidad en la educación que nosotros implantamos en el colegio.

¿Qué opinión le merece la calidad educativa en el sistema educativo dominicano?

Lamentablemente en las estadísticas y estudios internacionales, nuestro país, como calidad educativa, no está muy posicionado, sin embargo, yo espero que con el esfuerzo de todos podemos ir mejorando esos resultados que son objetivos. Sí, sabemos que existe una gran gama de ofertas educativas donde hay algunos centros públicos y privados que están dando muy buena oferta educativa, y están graduando estudiantes competentes, pero también, hay otros que no están logrando los objetivos de lo que viene siendo el bachiller de este siglo, donde tiene que ser críticos, autocríticos, saber resolver problemas, crear, saber trabajar en grupo, y otros.

¿A qué se debe esa falla que hay en la educación dominicana?

Creo que todos tenemos un grado de responsabilidad, pero considero que el Estado tiene un 75% de la culpa, porque ellos atienden a un 75% de la población, ya que los colegios privados son un 25%, y mientras la política esté insertada en el sistema educativo, los pasos que se den van a ser muy cortos, incluso con todo y el esfuerzo que se ha hecho a partir del 4%, y todo eso porque no existe un seguimiento, porque todo el que sube quiere hacer lo mejor, pero cuando esta desarrollando un plan, hay cambio de gobierno y quitan al ministro, y ahí está la falla.

¿Qué se puede hacer para mejorar la calidad?

Para mejorar la calidad educativa se necesita la colaboración de todos los sectores, para que el ministro que llegue a educación haga un trabajo continuo, porque a nivel de preparación, el país cuenta con personas capacitadas para hacer lo que haya que hacer, incluso dentro del Minerd. Sin embargo, a pesar de todo se está haciendo el esfuerzo para mejorar, y uno de esos esfuerzo es la evaluación por desempeño.

¿Qué valoración le merece que algunos colegios hayan pasado al Minerd?

Eso es algo muy positivo porque es un sistema de co gestión, en el cual el ministerio y el colegio se hacen socios, y mediante ese sistema el Minerd le da un apoyo económicamente al colegio, pero el colegio mantiene su independencia a nivel de valores y de programación. Esto ayuda mucho a la clase media de la ciudad donde los padres quieren brindarle una mejor educación centrada en conocimiento y formación en valores.

¿Por qué ese colegio es una escuelita para los maestros?

Nosotros decimos con frecuencia que este colegio es una escuelita para los maestros, porque cuando ellos llegan a este centro le damos formación y estamos muy pendientes de que logren dar lo mejor de ellos con una excelente preparación, que si no la tienen, nosotros le ayudamos, para que sean mejores. La formación permanente y continua del docente es algo que no termina nunca.

¿Cuando se fundó el colegio y cuáles logros ha tenido?

Este colegio fue fundado en el año 1931 por tres hermanas, Lourdes, Minetta e Itha Roques Martínez, jóvenes revolucionarias de esa época. Desde sus inicios tuvo como misión formar personas competentes con valores éticos, morales, patrióticos y espirituales, en la que sus estudiantes y el personal docente, puedan desarrollar su potencial y se inserten en la sociedad para crear un mundo mejor. El primer logro que tuvimos fue tener el primer colegio mixto en el país; otro logro fue que desde temprana edad del colegio, recibimos en el centro, niños no videntes; y el año pasado se graduó de bachiller la primera mujer con Síndrome de Down. Hemos sido innovadores becando estudiantes deportistas, porque fuimos de los primeros colegios que becaron niñas en volibol. Además fuimos de los primeros colegios que asumimos el modelo de Naciones Unidas.

¿Qué mensaje usted pueda dar para lograr una mejor sociedad?

Todos unidos debemos colaborar para lograr la sociedad que queremos y para que la educación sea mejor, porque cada cual en su micro mundo puede servir como un agente de cambio. Los padres deben dedicarles mayor tiempo a sus hijos, porque es en el hogar que nacen los valores, luego unirse a la escuela para junto poder lograr lo mejor de sus hijos. El sector privado, darle apoyo a las actividades que son de educación, patrocinar eventos deportivos y culturales. Con relación a las empresas, que estas puedan colaborar en el crecimiento educativo de los hijos de sus empleados. Es una labor de todos. Y a nivel del gobierno que el sector de educación pública pueda tener esa independencia de lo que es el resto de la maquinaria gubernamental para que le pueda dar seguimiento a todos los proyectos plasmado en el pacto educativo.

Fuente: http://www.elcaribe.com.do/2018/01/22/es-tarea-de-todos-mejorar-la-educacion-dominicana/

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