Presentamos una entrevista realizada a Abel Fernández, referente estudiantil de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Asunción, Paraguay. En el vecino país el movimiento estudiantil, en unidad con sectores de trabajadores y jubilados desde febrero iniciaron una gran lucha contra las políticas de ajuste del presidente derechista Santiago Peña, quien recientemente estuvo en el Foro Llao Llao, junto a Javier Milei y lo dueños del país: el empresariado concentrado de Argentina.
Los estudiantes de Paraguay realizaron -desde febrero- masivas marchas que tuvieron su pico en abril, contra la ley “Hambre Cero” del derechista partido Colorado en el poder. Una ley sancionada sin debate ni consulta en el Congreso Nacional, que con un nombre demagógico encierra el desfinanciamiento de diversos programas sociales, sobre todo el llamado “Arancel Cero”, que como resultado de la lucha de los estudiantes había sido proclamado ley en plena pandemia y garantizaba el acceso a la educación universitaria de estudiantes que provenían de colegios nacionales y los subvencionados por el Estado, es decir: de bajos recursos. El programa “Arancel Cero” estaba financiado por el Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (FONACIDE) y garantizaba que del pago que Brasil realiza a Paraguay por la venta de energía de la hidroeléctrica Itaipú, más del 70% estuviera destinado a las universidades con aquel fin, además de diferentes programas y políticas sociales, mientras el 28% se destinaba al Tesoro Nacional para inversión en infraestructura. Esto explica la masividad de la lucha estudiantil y por qué otros sectores del pueblo trabajador paraguayo, como los jubilados, se unieron a los estudiantes para pelear por el “Arancel Cero”.
Como veremos en esta entrevista, las políticas de Santiago Peña tienen mucha similitud con el plan de Javier Milei. En Argentina más de un millón de personas respondieron ganando las calles de norte a sur, contra el ataque a la universidad pública, en Paraguay los estudiantes también ganaron las calles enfrentando el desfinanciamiento de planes sociales y de la universidad.
¿Podés contarnos cuál es la situación hoy en Paraguay y por qué están luchando los estudiantes universitarios, cuáles son sus demandas?
Respecto a la situación que hay en Paraguay actualmente, los estudiantes universitarios hemos salido a las calles con distintas reivindicaciones. Pero esto al igual que lo que sucede en Argentina, debe ser comprendido de un contexto social o contexto histórico más amplio. El hecho de que se estén dando en Paraguay actualmente situaciones que demuestran un completo autoritarismo y una especie de dictadura parlamentaria, con una mayoría avasalladora que incluso llega a reclutar tránsfugas de distintos partidos. Partidos que supuestamente eran de oposición pero que hoy en día en el Senado y en Diputados renuncian a sus partidos, los partidos que los llevaron ahí por presentarse como una oposición, y pasan al oficialismo de la Asociación Nacional Republicana, o sea a los colorados, pero más específicamente al cartismo [por el expresidente Horacio Cartes, NdE]. Estos diputados y senadores, o incluso intendentes, renuncian en sus partidos para sumarse a las líneas del cartismo. Es decir que en el Parlamento, allí donde se hacen las leyes, tienen mayorías compradas para hacer lo que quieren con el Estado. Esta situación nos llevó a que en 8 meses de asumir el gobierno cartista [se refiere al Gobierno de Santiago Peña, NdE] hayan logrado derogar una ley, que es algo que a los universitarios nos conmocionó mucho, que es la ley del FONACIDE [Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo, NdE]. Se trata de una de las primeras leyes en Paraguay que fue un proyecto de Estado, no proyecto de gobierno, no un caudillismo de cinco años, sino una ley que es para perdurar en el tiempo, para fomentar la investigación, las becas, los aranceles de la universidad pública, inversión a escuelas, alimentos escolares, inversión para infraestructuras en municipios, para medicina (como trasplantes de órganos trasplantes de tejidos y apoyo para pacientes oncológicos).
En síntesis, es una ley pensada para ayudar a sectores vulnerables a lo largo del tiempo, para poder cambiar la situación de nuestro país. Esta ley FONACIDE era financiada con los pocos fondos reales que Paraguay tiene. Paraguay es un país pequeño y tenemos pocos recursos. Actualmente la soja, que es uno de nuestros mayores productos de exportación, está a la baja; la carne vacuna también se encuentra a la baja, mientras que el petróleo está subiendo y Paraguay no tiene fuentes o recursos de petróleo, así que dependemos plenamente de su compra, y los recursos hidroeléctricos (ya sea Itaipú o Yacyretá, siendo Itaipú el que genera más excedente o royalty por venta) son prácticamente las únicas fuentes de financiamiento que nosotros tenemos.
Hay que entender también que nuestro presidente ha hecho más de 30 días de viajes al exterior, en sus 8 cortos meses de gobierno, promocionando al Paraguay como un paraíso fiscal donde no existen impuestos, y realmente en Paraguay los impuestos son muy bajos.
Beneficios para pocos y poca recaudación e inversión en infraestructura, salud, educación, para todo el resto de la población. Entonces estamos en una coyuntura de poca recaudación fiscal, que nosotros en Paraguay le denominamos «fuente 10», y por otro lado está la existencia de los excedentes de Itaipú, que le llamamos «fuente 30» (y el FONACIDE se financiaba con esta «fuente 30»). Ahora con la ley Hambre Cero de este Gobierno (que casualmente las iniciales son HC, como el ex presidente Horacio Cartes, acusado de corrupción en Estados Unidos y con causas en Colombia y Brasil), han desmantelado el FONACIDE y han desmantelado 10 años de una política de Estado. Se trata de una ley que fue aprobada en el Congreso sin debate, aprovecharon su mayoría, callaron las voces de la oposición, y la aprobaron en tiempo récord.
Entonces con esta ley Hambre Cero ellos desarticularon un proyecto de Estado para establecer un proyecto de gobierno que va a ser gestionado por el Tesorero del Partido Colorado (el partido oficialista) que tiene una trayectoria de corrupción impresionante. Entonces, él va a ser el que administre prácticamente los únicos recursos verdaderos que tenemos en Paraguay con la supuesta meta de distribuir y hacer llegar la alimentación a todos los niños y niñas de la educación básica y secundaria, lo cual según estadísticas y según los estudios que se estuvieron haciendo con investigadores, no va a alcanzar el dinero y, nosotros consideramos, que van a empezar a sacar de cualquier otro lado sin que nos demos cuenta y van a feudalizar la alimentación escolar. ¿Qué queremos decir con eso? Que por ejemplo, la gobernación del departamento central, que es la Gobernación con mayor población en todo Paraguay y cuyo gobernador es opositor a la ley Hambre Cero, no está considerado dentro del reparto como forma de castigo político.
Es decir que van a distribuir la alimentación a donde el Gobierno crea que «corresponda», es decir, entre sus aliados políticos. Esto les va a permitir también robar bastante dinero de nuestra única fuente legítima para los próximos dos años donde va a haber elecciones municipales.
Ante esta situación, lo que hoy se está dando y la lucha de los estudiantes universitarios se basa en volver a conseguir asegurar los fondos de los proyectos que quedaron desfinanciados con la aprobación de la criminal ley Hambre Cero. Los estudiantes universitarios reivindicamos la necesidad de políticas de Estado, no políticas del gobierno de turno. Políticas que financien la educación, la investigación, las becas, programas de salud, como los trasplantes de órganos, apoyar a los pacientes oncológicos, o los programas de ollas populares y maestras mochileras (que son docentes que van hacia los sectores más vulnerables).
En síntesis, nosotros buscamos que se vuelvan a financiar los proyectos de un programa de Estado que duró 10 años y que fue financiado con efectividad mediante la «fuente 30» durante ese tiempo. De la misma manera vamos a seguir peleando contra la ley HC porque consideramos que es una ley criminal.
Santiago Peña lleva adelante políticas de ajuste al pueblo trabajador. ¿Nos podés contar cuáles son esas políticas y cómo los afecta?
Santiago Peña lleva adelante políticas como la creación de la Superintendencia de jubilaciones que generó un malestar en los jubilados [que busca poner bajo un solo ente la supervisión de las ocho cajas jubilatorias que existen en el país y que también fue aprobada en tiempo récord y sin la participación de los afectados, NdE].
Esto se da al mismo tiempo que se niegan, por ejemplo, a aumentar los impuestos para sectores como el tabaco (que en nuestro país son los más bajos de la región, un 22%). Hay que tener en cuenta que aquí en Paraguay se producen cantidades como 10 veces mayores a las necesarias de cigarrillos y que hay noticias de narcotráfico, de que los cigarrillos sirven como moneda de cambio para distintas cosas, y el mayor financista, hoy presidente del Partido Colorado, es Horacio Cartes, que es dueño de enormes tabaquerías en todo el país. Quizás tenga que ver, quizás no, pero a los estudiantes universitarios nos parece interesante observar eso.
También es necesario añadir que la clase trabajadora está siendo amedrentada. Estamos además en un país con el 60% de trabajo informal, donde no existen derechos laborales, donde la cultura del sindicalismo es mal vista y es incluso atacada, donde el derecho a la protesta es amedrentado, donde se apunta a los referentes estudiantiles y sindicales y a cualquiera que levante la voz contra las políticas que está llevando a cabo el gobierno.
Tenemos entendido que otros sectores se unieron a la lucha, como los jubilados, ¿cuáles son sus demandas y si hay otros sectores que también salen a luchar?
Varios sectores se solidarizaron con nosotros como los jubilados, que ya fueron los primeros afectados por la creación de la Superintendencias. Nosotros nos solidarizamos con ellos cuando se aprobó esa ley súper rápido. Entonces los jubilados se solidarizaron con nosotros y empezamos a unirnos. Los campesinos también se acercaron a nosotros. Movimientos como el Frente Sindical Clasista, los gremios de los mayores Institutos de Salud del país, médicos, enfermeros, jubilados, padres de familia, docentes entre otros, se suman a nuestros movimientos y a nuestras marchas y reivindicaciones porque entienden que son las mismas. Todos perseguimos una mayor justicia social, políticas de Estado, derechos para los trabajadores, que la clase obrera pueda acceder a la universidad pública, laica y de calidad. Por otra parte nosotros como universitarios no podemos ser indiferentes a todo lo que ocurre, debemos unirnos a todos los afectados y luchar entre todos juntos para conseguir un país más justo.
¿Tienen algún tipo de coordinación, cómo van decidiendo los pasos de la lucha?
La lucha en la Universidad surgió de manera totalmente orgánica [se refiere al hecho de que surgió desde los estudiantes, desde abajo. NdT.] dadas las condiciones en las que nos encontramos.
Quizás Stroessner [Alfredo Stroessner, dictador paraguayo que gobernó desde 1954 hasta 1989. NdE.] se fue pero la dictadura jamás se fue, así que el coloradismo se perpetúa en el poder con la mediocridad y el clientelismo en todos los sistemas, en los sistemas de salud, educación, en los municipios, gobernanzas, etcétera. Así que también lo hicieron en los sistemas académicos.
Por eso, como se decía en la Revolución de los Claveles en Portugal, hay que entender que o cerramos la universidad y empezamos de nuevo o reconocemos que el enemigo está adentro. ¿Qué quiero decir con todo esto? Nuestro Centro de Estudiantes, nuestros representantes frente al Consejo Superior Universitario, que sería la segunda instancia de representación antes de llegar a los decanos y rectores nos traicionaron, se alinearon firmes al oficialismo cartista y vendieron a sus compañeros, esa es la verdad, nos vendieron porque ellos sirven a este clientelismo que existe y se extiende a todos los aspectos de la sociedad paraguaya. Por lo tanto, no les importó que sus compañeros íbamos a perder el arancel cero, no les importó que los jubilados tuvieran los ahorros de su vida en peligro, no les importó los pacientes oncológicos, no les importó la investigación, las becas, nada les importó. Porque esa sumisión al Partido Colorado les aseguraba, quizás, un puesto en el gobierno en el futuro o distintas prebendas que da el clientelismo Colorado. Así que nuestro enemigo está adentro y eso nos empujó -y realmente estoy alegre de eso-, estoy contento porque de esa situación tan difícil que se nos presentaba de no tener representatividad, de organizarnos por nuestra propia cuenta, actualmente los estudiantes que hicimos la toma, que estamos articulando con los otros sectores, nos denominamos autoconvocados. Las tomas, las medidas de fuerza, las manifestaciones, las mesas de investigación, las mesas de diálogo, todo surgió de manera orgánica en un ejercicio de democracia porque aprendimos sobre la marcha, nos equivocamos, pero ejercimos una democracia directa, asamblearia.
En la Facultad de Arquitectura existe el ágora, que es donde hacíamos las asambleas, y obviamente su nombre hace una referencia a los antiguos espacios de Grecia. Las circunstancias nos empujaron a hacer un ejercicio crítico de lo que es la democracia de verdad y a luchar y salir a las calles, tomar la facultades, unirnos a los demás que sufren las penas de un Estado corrupto, para alzar nuestra voz y luchar por lo que es justo, ante una circunstancia donde se ve todo tan difícil. Incluso los que te representan te fallan y te traicionan, te apuñalan por la espalda. Uno debe ser capaz de buscar que todas las voces escuchen y no ser cómo el presidente Santiago Peña que constantemente repetía que simplemente los estudiantes éramos una minoría ruidosa. Entender que en la democracia siempre va a haber minorías y mayorías, pero no porque sea una minoría sus reivindicaciones valen menos. Muchas minorías a lo largo de la historia pelearon por cosas que en un momento parecían simple ruido para el pensamiento colectivo mayoritario de la época. Por ejemplo, la esclavitud: hoy en día no podemos entender cómo durante tantos siglos estuvieron sin abolir ese crimen a la humanidad.
Hoy luchamos por educación, luchamos por salud, luchamos por derechos de los trabajadores, la posibilidad de manifestación, cosas que ya están dadas en otros países, pero aquí en la región, lastimosamente, siguen siendo amedrentadas. Lo cual debería no desmoralizarnos, sino motivarnos a pelear con más fuerza ya que si otros pudieron conseguir victorias sociales significativas, Latinoamérica lo puede hacer, a través de los estudiantes, a través de los trabajadores. Eso se demuestra en que, sin siquiera pensarlo, las manifestaciones y movilizaciones en Argentina [se refiere, sobre todo, a la manifestación del 23/4 que reunió a un millón de personas por el presupuesto universitario, pero que concentró las demás demandas contra el gobierno de Javier Milei NdeT.] también se dieron en Paraguay.
Fuente: https://www.izquierdadiario.es/Entrevista-Hoy-luchamos-por-educacion-por-salud-por-los-derechos-de-los-trabajadores