Túnez se convertirá próximamente en el primer país del mundo árabe en introducir la educación sexual en las escuelas, expresó hoy el director ejecutivo de la Asociación Tunecina de Salud Reproductiva, Arzak Khaneetch. En declaraciones al medio local de noticias Sabah Al-Nas, Khaneetch dijo que la educación sexual se introducirá en Túnez en diciembre, para estudiantes a partir de los cinco años.
Es muy importante que los niños sean introducidos a la educación sexual para que sean conscientes de sí mismos y de los que los rodean, manifestó.
En este sentido, explicó que su organización se asoció con el Fondo de Población de las Naciones Unidas y el Instituto Árabe para los Derechos Humanos para comenzar esta iniciativa bajo el auspicio del Ministerio tunecino de Educación.
De acuerdo con el dirigente, la educación sexual se integrará en diferentes partes del plan de estudios, en lugar de tener una asignatura que esté completamente dedicada a la disciplina.
Llevaremos a cabo el plan en función de las edades de los niños, y haremos hincapié en el consentimiento y la seguridad, agregó Khaneetch.
Por último, señaló que el plan de estudios se simplificará específicamente para los más pequeños, enfocándose en mensajes de conciencia para protegerlos del acoso, y las lecciones serán cultural y religiosamente sensibles.
La ausencia de educación sexual en las conservadoras sociedades árabes ha derivado en varias iniciativas cibernéticas, que intentan responder a las inquietudes de los habitantes de estos países, deseosos de llenar el vacío que imponen la tradición y la religión.
Una de ellas es ‘Maaluma’ (información, en árabe), una plataforma egipcia que publica artículos sobre salud sexual reproductiva, además de ofrecer un sistema de preguntas y respuestas donde los internautas áraboparlantes pueden plantear sus dudas de forma anónima.
Sin embargo, lo que propone Túnez es totalmente revolucionario para esta cultura, donde la ignorancia sobre el tema muchas veces provoca embarazos no deseados y la aparición de enfermedades de transmisión sexual.
Millones de niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe ven incumplidos sus derechos sexuales y reproductivos. Merecen atención para no quedar a la zaga del desarrollo.
A pesar del progreso global hacia la igualdad de género en las últimas décadas, las adolescentes siguen siendo un grupo extremadamente vulnerable que se está quedando atrás. Se estima que 16 millones de niñas entre 15 y 19 años dan a luz cada año en el mundo, y hasta el 90% lo hace dentro del matrimonio.
América Latina y el Caribe es una de las regiones donde las niñas y adolescentes todavía se enfrentan un mayor número de desigualdades. A pesar de los esfuerzos y una mejor visibilidad en los últimos años para alcanzar una mayor igualdad de género, la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las jóvenes siguen siendo un tema desatendido y están lejos de ser distribuidos de manera equitativa, tanto regionalmente como dentro de los países. Las adolescentes son un grupo particularmente vulnerable en lo que respecta a la salud y los derechos sexuales y reproductivos.
La adolescencia, definida como el período de 10 a 19 años, se caracteriza por importantes desarrollos físicos y psicosociales con un impacto relevante en su futuro. Sin embargo, la violación de los derechos sexuales y reproductivos de las adolescentes debido a modelos tradicionales, creencias religiosas e ideas de género desarrolladas históricamente a menudo conduce a matrimonios y uniones tempranas, y altas tasas de embarazo adolescente. Esto tiene un impacto significativo a largo plazo en el bienestar socioeconómico, así como en las oportunidades educativas y laborales para las mujeres jóvenes.
A pesar de una notable disminución general de la fertilidad en América Latina y el Caribe en las últimas tres décadas —de 3,95 nacimientos por mujer en 1980-1985 a 2,15 en 2010-2015—, la adolescente solo disminuyó mínimamente durante el mismo período y sigue siendo la segunda más alta del mundo después del África subsahariana. Además, ha sido la única región del mundo donde la fertilidad de las adolescentes menores de 15 años incluso aumentó ligeramente.
Sin embargo, estas tasas de fertilidad relativamente altas no afectan a todas por igual en América Latina y el Caribe:
Los números varían significativamente entre países y dentro de ellos. Según los informes actuales, hay 63 nacimientos por cada 1.000 mujeres de 15-19 años en América Latina y el Caribe, en comparación con los 42 que se producen en todo el mundo. Sin embargo, encontramos grandes diferencias regionales entre países de altos ingresos como Chile (41), donde la tasa de fecundidad adolescente se sitúa por debajo del promedio mundial, y países de ingresos medios bajos como Nicaragua y Venezuela (ambos 85), que duplican el promedio global.
Los datos también revelan que el embarazo entre adolescentes ocurre principalmente en los grupos de población más pobres y vulnerables de cada país. Las niñas de hogares en el quintil de riqueza más bajo tienen tres o cuatro veces más probabilidades de verse afectadas por un embarazo temprano, en comparación con las niñas del quintil de riqueza más alto. Otros factores de riesgo son la falta de educación primaria, la vida en áreas rurales o la pertenencia a una comunidad indígena.
El embarazo temprano obstaculiza el desarrollo, ya que a menudo resulta en la interrupción de la escolaridad, el aislamiento social y la inseguridad financiera, y por lo tanto perpetúa los círculos de pobreza y dependencia. Además, el embarazo adolescente está relacionado con graves consecuencias para la salud de la madre y el niño. La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que las complicaciones del embarazo y el parto continúan siendo la principal causa de muerte entre las niñas de 15 a 19 años a nivel mundial.
Las tasas de embarazo no deseado entre las adolescentes bajarían en un 58% si se satisface la necesidad de planificación familiar de cada niña
Una de las principales razones de la alta tasa de embarazo adolescente es la necesidad insatisfecha de planificación familiar entre las niñas. De los 27,5 millones de niñas de 15 a 19 años que hay en América Latina y el Caribe, hasta nueve millones necesitan anticonceptivos porque están casadas o son sexualmente activas y no quieren tener un hijo al menos durante los próximos dos años. Solo el 62% de ellas tiene acceso a métodos anticonceptivos modernos, mientras que el otro 38% tiene una necesidad insatisfecha de anticoncepción. El mayor número de necesidades insatisfechas se encuentra en América Central (49%), seguido por el Caribe (40%) y América del Sur (34%).
La falta de métodos anticonceptivos efectivos conduce a un alto número de embarazos no deseados: datos recientes revelan que casi el 80% de los embarazos entre niñas de 15 a 19 años no son intencionales y aproximadamente la mitad de estos terminan en aborto. Debido a las leyes restrictivas del aborto en América Latina, una gran parte de esos abortos no son seguros y pueden tener graves consecuencias para la salud. Sin embargo, el aborto inseguro ocurre predominantemente entre las niñas más pobres y vulnerables, ya que los abortos seguros en clínicas privadas a menudo están relacionados con altos costes y, por lo tanto, siguen siendo un privilegio para los grupos más ricos.
Como muestran estudios recientes, las tasas de embarazo no deseado entre las adolescentes bajarían en un 58% si se satisface la necesidad de planificación familiar de cada niña, y reduciría significativamente las consecuencias, como abortos inseguros e involuntarios y muertes maternas.
En los últimos años, las desigualdades en el acceso a la salud y los derechos sexuales y reproductivos entre niñas y adolescentes se están volviendo cada vez más visibles en el debate sobre la salud pública en América Latina y el Caribe. En 2018, la Organización Panamericana de la Salud presentó el Plan de acción para la salud de la mujer, el niño, la niña y adolescentes 2018-2030, que tiene como objetivo reducir las tasas de embarazo en adolescentes y promover el acceso universal a la anticoncepción, entre otro.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible estableció el acceso universal a la atención de la salud sexual y reproductiva como un objetivo, utilizando la tasa de fecundidad adolescente como indicador para medir el progreso. Sin embargo, se necesitan más datos y estudios para comprender mejor la dinámica y las causas multifactoriales de las desigualdades, si queremos alcanzar esos objetivos globales y regionales.
En este sentido, desde ISGlobal y junto con mis compañeras Anna Lucas y Clara Pons, estamos trabajando en un nuevo estudio sobre las desigualdades en las oportunidades de salud de mujeres y niñas en América Latina. Para ello, utilizaremos una metodología desarrollada por el Banco Mundial para medir las desigualdades, el Índice de Oportunidades Humanas, que también se aplicó en nuestro estudio anterior sobre las desigualdades en salud materna en África Subsahariana. Nuestro objetivo principal es contribuir, desde una nueva perspectiva, al análisis de la variedad de factores que inciden en la distribución desigual de los servicios de salud materna y reproductiva en la región, incluyendo entre los grupos de niñas y mujeres más jóvenes.
Ellas merecen atención y no deben ser dejadas atrás. Debemos priorizar sus necesidades y derechos en acciones regionales y globales para incluirlas en el progreso global hacia un mundo más equitativo.
La activista masai Nice Nailantei Leng’ete trabaja con Amref Salud África para conseguir que haya ritos alternativos del paso de la infancia a la madurez que no incluyan la mutilación genital femenina
Lo que nunca podría haber imaginado Nice Nailantei Leng’ete (Kimana, Kenia,1991) es que escapar dos veces al ritual de su ablación con ocho años salvaría a otras 17.000 niñas de ser mutiladas genitalmente. «Sabía que no quería que me lo hicieran a mí cuando veía como a otras chicas que eran circuncidadas las obligaban a dejar la escuela y las casaban enseguida; sabía que no podría hacer realidad mi sueño», cuenta la embajadora de la organización Amref Salud África, que trabaja para conseguir que haya ritos alternativos del paso de la infancia a la madurez que no incluyan la mutilación genital femenina. En su lugar, entregan libros y dan clases de educación sexual en la escuela para niños y niñas.
«Te despiertan a las cuatro de la mañana, te dan una ducha fría, con la que dicen te van a anestesiar para el ritual, y no puedes moverte, llorar o quejarte del dolor o avergonzarás a tu familia. Para huir, corrimos por el bosque porque no podíamos hacerlo por la carretera principal, hasta la casa de una hermana de mi madre y allí nos refugiamos hasta que nos hicieron volver». Así relata Nailantei Leng’ete como escapó la primera vez de la cuchilla junto a su hermana mayor. La segunda vez solo escapó ella. «Mi hermana me dijo: ‘No podemos seguir corriendo eternamente. La otra vez nos pegaron, a saber que más nos harán esta vez'», explica Nailantei Leng’ete que decidió refugiarse en casa de su profesora Caroline —»una fuente de inspiración para mí», comenta— hasta que tuvo la suficiente entereza para volver y enfrentarse a su abuelo con ocho años y decirle que no quería ser mutilada, una práctica que la alejaría de la escuela para siempre, y que la casaría con un hombre mayor que ella no había elegido.
De niña a mujer sin ablación y sin abandonar la escuela
Nice Nailantei Leng’ete es la única de su larga familia de hermanos, hermanastros y primos de su comunidad que tuvo acceso a una educación superior. No haber pasado por la emuatare, como llaman los masái al rito de pasar de niña a mujer con el filo de una cuchilla, le valió poder seguir estudiando, a pesar de que también le granjeó muchos recelos y malestar dentro de su entorno. «Ayudé a muchas chicas a huir de su ceremonia de mutilación porque sentía que así no sería la única señalada», explica la joven que en 2018 fue considerada por la revista TIME como una de las 100 personas más influyentes del mundo.
A pesar de que Kenia prohibió la mutilación genital femenina en 2011, el 21% de las mujeres del país entre 15 y 49 años han sido víctimas de la ablación. En la etnia masái, a la que pertenece Nailantei Leng’ete, el porcentaje aumenta hasta el 78%, siendo la etnia samburu, la más afectada, con un 86%. Después de plantarle cara a su abuelo, a esta joven huérfana de padre y madre desde los siete años, y galardonada con la Beca Mandela Washington 2016 para jóvenes líderes africanos, le llegó el turno de enfrentarse a los morans —el consejo de hombres jóvenes de su comunidad— los que después de un año empezaron a escuchar sus consejos, y le premiaron con un bastón negro, un distintivo que solo lo habían recibido hasta ese momento personas del género masculino. “A pesar de que he recibido muchos premios, es el que más ilusión me ha hecho, por ser un reconocimiento de mi misma comunidad”, explica con una sonrisa. «Necesitamos a los hombres para que nos apoyen a hacer el cambio. Los niños de hoy en el futuro serán maridos, padres y formarán la sociedad del futuro que debe pensar que eso no es lo correcto”.
En la etnia masái todas las grandes decisiones de una mujer las toma un hombre: cuando se mutila, cuando se casa, con quien contrae matrimonio, sí va a la escuela o si no. Pero Nailantei Leng’ete quería que esto cambiase, pero no huyendo, como hizo ella. “Correr no es la solución, la mutilación genital femenina hay que erradicarla hablando con las comunidades”, sentencia.
«Paciencia es una de las cosas que uno aprende cuando trabaja con el cambio de mentalidad en una comunidad; También el respeto: hay que permitirles hablar y expresarse. Los cambios no se producen en un día, hay que darle tiempo a la gente porque son cambios profundos», explica la activista, que subió al teatro Campoamor de Oviedo a recoger el premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional con el que Amref fue galardonado.
«Cuando hablas a la gente de las consecuencias de la ablación te dicen que es mentira, que no han visto a ninguna mujer con dificultades en su parto por haber sido mutilada, así que es necesario combatir los falsos mitos con hechos y datos», por lo que Nailantei Leng’ete propone, como una de las medidas para acabar con la mutilación genital femenina, la de dar una actividad alternativa a todos aquellos que viven de esta práctica, y que no sea su ingreso principal. «Es un trabajo integral para conseguir mejores resultados», asegura.
Nailantei Leng’ete, junto con Amref Salud África, ha comenzado un proyecto panafricano en el que, con la idiosincrasia de cada una de los distintos países, se actue para erradicar la ablación en Senegal, Etiopía, Tanzania, Uganda… “Con años de experiencia en el que el proyecto ha sido un éxito podemos ser ejemplo para otras comunidades», explica. Nailantei Leng’ete tiene siempre preparado un consejo que les da a cada una de las niñas que le ha venido a pedirle ayuda: «Podemos ser lo que queramos si lo soñamos. Nada podrá pararte, ve allí y brilla, consigue lo que sueñas”.
La educación sexual de las nuevas generaciones es una preocupación compartida tanto por las familias como por las escuelas
La educación sexual de las nuevas generaciones es una preocupación compartida tanto por las familias como por las escuelas. El acceso masivo a internet desde muy corta edad a través de los dispositivos móviles obliga a las instituciones a afrontar una cuestión trascendental que algunas sociedades de tradición cristiana han demorado durante demasiado tiempo: ¿cómo dar respuesta a las inquietudes que surgen en los niños y niñas crecidos en la dualidad entre un entorno hipersexualizado y los tabús heredados de la moral sexual religiosa?
España es uno de los pocos países europeos que aún no ha adoptado las recomendaciones de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (UNESCO) o la Organización Mundial de la Salud (OMS) para proporcionar un enfoque pedagógico integral sobre la sexualidad a través de la escuela, aunque los argumentos para poner en marcha este tipo de proyectos educativos son difícilmente rebatibles.
UNESCO en español
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¡La educación sexual integral de calidad es UN DERECHO esencial para fomentar la salud y el bienestar, el respeto de los derechos humanos y la igualdad de género!
Por un lado, numerosas investigaciones demuestran que en los territorios en los que se imparten estos contenidos de manera obligatoria –entre ellos, prácticamente todos los países de nuestro entorno excepto Italia– el inicio de las relaciones sexuales es más tardío y más seguro. La OMS indica que disminuyen los comportamientos de riesgo de los adolescentes y aumenta el uso de métodos anticonceptivos. Adicionalmente, la falta de información tiene efectos nocivos, ya que cuando los menores no ven satisfecha su curiosidad en materia de sexo ni en clase ni en casa, recurren con una alarmante facilidad al porno online.
“Los chavales de 13 a 18 años tienen el móvil lleno de porno”
ELENA CRESPIPsicóloga, sexóloga y autora del libro ‘Habla con ellos de sexualidad’
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), casi el 90% de los menores de 10 años tienen acceso a internet, y uno de cada cuatro tiene un smartphone propio. No sorprende, en consecuencia, que estudios recientes revelen que los menores españoles tienen su primer contacto con la pornografía a los ocho años de edad: “En estas edades tan tempranas aún no les interesa, lo encuentran asqueroso, e incluso tienen sentimiento de culpa cuando se encuentran con esos contenidos, pero algunos ya empiezan a masturbarse con 9 años; a partir de los 12, cuando ya casi todos tienen móvil, se acaba definitivamente la edad de la inocencia; y los chavales de 13 a 18 años tienen el móvil lleno de porno, conocen muchas más webs adultas que los mayores”, explica Elena Crespi, psicóloga y sexóloga que acaba de publicar el libro ‘Habla con ellos de sexualidad’ (Lunwerg Editores).
Más allá de los riesgos relacionados con la salud y los embarazos no deseados, muchos sociólogos han relacionado el “alto contenido violento” de la pornografía online con el patrón que se reproduce en algunos episodios de violencia sexual en grupo que se han producido recientemente en nuestro país, como el caso de ‘la Manada’ y otros similares. “El problema no es que vean porno, porque eso ya es inevitable, sino que su socialización sexual sea solo esa; que nadie debata con ellos y ellas lo que significa besarse o abrazarse; que no se les explique que el sexo no es un instinto animal y que deben aprender a gestionar su deseo; que en una relación no hay placer sin libertad, y que su felicidad y sexualidad tiene que ver con la felicidad y la sexualidad del otro”, lamenta Jaume Funes, educador y autor de varios ensayos sobre la psicología de los adolescentes.
Ante la falta de una ley estatal que imponga las directrices a seguir en los planes de estudio, las únicas iniciativas en marcha surgen de las comunidades autónomas, aunque de momento son escasas y tienen poco recorrido. Por otra parte, las administraciones que han intentado integrar este tipo de enseñanzas en el currículo escolar se han encontrado con múltiples trabas. Es el caso de Skolae, un programa pionero en nuestro país estrenado en 2017 por el Gobierno Foral de Navarra. De momento ha llegado a 116 escuelas, y el nuevo gobierno socialista pretende implantarlo en todos centros educativos a pesar de la gran controversia política y social que ha suscitado.
Catalunya también ha iniciado en el presente curso escolar su propio programa piloto de educación sexual y afectiva, bautizado como Coeduca’t. En una primera fase se llevará a cabo en 300 escuelas e institutos públicos de todas las etapas educativas obligatorias, desde P3 hasta cuarto de ESO. El conseller de Educación, Josep Bargalló, anunció hace un par de semanas en el Parlament que el objetivo es que llegue a todos los centros públicos en tres años, pero ya a partir de enero los docentes dispondrán de los materiales trabajados con entidades especializadas a través de un espacio web en xtec.cat.
Los contenidos se han elaborado sobre la base de las conclusiones obtenidas de la investigación ‘La educación afectiva y sexual: un derecho, una prioridad’ (pdf), que hace dos años reveló los déficits de los modelos pedagógicos actuales y del abordaje de la materia en los centros educativos, a menudo se limitada a intervenciones externas puntuales, como charlas o talleres. “Lo que ha ocurrido hasta ahora en Catalunya es que cada uno ha hecho la guerra por su cuenta: por un lado, los equipos directivos de los centros decidían qué contenidos impartir y con qué métodos; por otro, las AMPAS organizaban talleres asesorados por asociaciones externas; y en otras escuelas no se ha hecho nada. Esta situación provoca que se perpetúe la desigualdad de acceso a la formación en sexualidad”, explica Jordi Baroja, director del Centre Jove d’Atenció a les Sexualitats (CJAS).
Un amplio estudio realizado por el grupo de investigación AFIN de la UAB, en el que han participado 600 niños, 112 profesores y 78 padres y madres, pone de manifiesto el desconocimiento de los alumnos y las dificultades de familias y maestros a la hora de tratar el tema. “Según los resultados de nuestro estudio, los niños y niñas no saben qué es el clítoris, ya que la mayoría de los libros con los que trabajan muestran el aparato reproductor femenino en vez del aparato genital; todos saben cómo es un pene, pero muy pocos saben dibujar una vulva”, revela Estel Malgosa, una de las investigadoras.
Asimismo, existen grandes diferencias de género en los relatos sobre sexualidad y reproducción que hacen niños y niñas de 8 a 12 años: “Ellas se centran en el embarazo y en una dimensión más relacional; ellos, en las relaciones sexuales y en el placer masculino”, explica Malgosa. Pero la ignorancia es patente. “Muchos niños de 11 y 12 años no tenían información alguna sobre los cambios que se producirán en breve en su cuerpo, como la regla, el flujo vaginal o las eyaculaciones”. Y preguntados para qué sirve la pornografía, un grupo de niños de 6º de Primaria responden: “para aprender”.
Para paliar esta falta de información, el Departament d’Educació ha construido, con la ayuda de entidades especializadas, un itinerario curricular que integra la formación afectivosexual en la escuela con un enfoque interdisciplinario y transversal. “El objetivo es plantear una aproximación integral que cubra todas las dimensiones de la sexualidad, que no sólo tiene que ver con la reproducción y la prevención de riesgos, lo único que se enseña hoy en día”, reflexiona el director del CJAS, uno de los organismos que ha contribuido en la elaboración de los materiales.
Algunos niños y niñas de la última etapa de Primaria no reciben información alguna sobre sexualidad, ni en casa ni en el cole. b-d-s / Getty
La transmisión de conocimientos será gradual y evolutiva, y se tratarán conceptos como la autoestima, la salud sexual, la igualdad de género, los modelos de familia o la diversidad sexual. “Se trata de construir un mapa de competencias básicas que se impartirá tramo a tramo, desde los 3 hasta los 15 años. El objetivo es garantizar que al final de su escolarización los alumnos dominen los conocimientos afectivosexuales básicos, exactamente igual que con las matemáticas”, prosigue el director del CJAS.
Educación en casa
“La educación sexual y afectiva comienza en casa, empezando por no perpetuar los roles de género de la sociedad patriarcal”
JORDI BAROJADirector del Centre Jove d’Atenció a les Sexualitats (CJAS)
Esta formación reglada, sin embargo, no sustituye la educación que los niños reciben en casa: “No es cierto que el porno sea la primera entrada de los niños en la sexualidad. En realidad los educamos desde que nacen. Continuamente les estamos enviando mensajes: cuando paseamos desnudos por casa o, por el contrario, si somos muy pudorosos; cuando no llamamos a los genitales por su nombre y utilizamos eufemismos como pirulina o flor para referirnos al pene y la vulva; cuando cambiamos de canal a la mínima muestra de erotismo en televisión y, en cambio, no lo hacemos ante escenas de extrema violencia en películas o telediarios; incluso no abordar el tema en absoluto es también un mensaje claro”, concluye la sexóloga Elena Crespi.
“Venimos de un contexto muy censurador, centrado en la idea reproductiva de la religión y en un modelo falocentrista en el que se educa a la niñas desde el miedo (¡Ten cuidado con esto y aquello!) y en cambio nadie les dice a los niños: ¡No te pases, no acoses!”, argumenta Crespi. Baroja coincide: “Hay que ser consciente de que la educación sexual y afectiva comienza en casa. Podemos empezar por no perpetuar los roles de género propios de la sociedad patriarcal y no asociar el sexo a un tabú, sino al placer. Ya no son tiempos de esperar a que sean adolescentes para que la madre le hable a su hija de la menstruación y el padre le ponga al chaval un preservativo encima de la mesa. Lo más probable es que ya lleguemos tarde”.
Los expertos recomiendan abordar las cuestiones relativas a la sexualidad mucho antes de la pubertad. Highwaystarz-Photography
Bajo el nuevo currículo, por primera vez, el distrito enseñará a los estudiantes sobre identidad de género y orientación sexual.
AUSTIN, Texas- La junta del Distrito Escolar Independiente (ISD, por sus siglas en inglés) de Austin aprobó por unanimidad un controvertido nuevo plan de estudios sobre educación sexual.
El plan de estudios abarca los grados tres a ocho. Bajo el nuevo currículo, por primera vez, el distrito enseñará a los estudiantes sobre identidad de género y orientación sexual. Las lecciones también ayudarán a los niños a identificar a un adulto en el que puedan confiar.
Además, hablarán sobre las opciones si quedan embarazadas y los alumnos de séptimo grado aprenderían cómo usar un condón. Durante la tarde de este lunes, a medida que se realizaba la reunión, padres a favor y en contra de la medida protestaron.
Los líderes del distrito dijeron que los padres tendrán la opción de excluir a sus hijos de las lecciones del plan de estudios de educación sexual.
Fuente de la Información: https://www.univision.com/local/austin-kakw/austin-isd-aprueba-nuevo-curriculo-de-educacion-sexual?spa=true
Las charlas sobre el consentimiento en las aulas condujeron a conversaciones sobre el control del propio cuerpo y el derecho a información precisa y sin prejuicios sobre la salud y la sexualidad. Y esto ha llevado a los debates sobre educación sexual integral. VSTOCK LLCGETTY IMAGES/VSTOCK RF
La Junta de Educación de California actualizó su marco estatal en mayo para enseñar educación sexual integral que priorice la precisión médica y la sensibilidad hacia las diversas sexualidades.
En Virginia, una medida promulgada en marzo requiere que la educación sexual en la escuela incluya instrucción sobre tráfico de personas.
La temporada legislativa estatal de 2019 está produciendo una gran cosecha de proyectos de ley de educación sexual en el país, con al menos 79 iniciativas presentadas en las legislaturas de 32 estados y el Distrito de Columbia, según un informe reciente del Guttmacher Institute, una organización enfocada en la investigación de la educación sexual y reproductiva y de defensa de la salud. La mayoría de los proyectos de ley se han dirigido a expandir la educación juvenil en torno a una sexualidad y relaciones saludables, y a reducir el alcance de la filosofía de “solo abstinencia” que se había convertido en parte de muchas clases de educación sexual en las últimas cuatro décadas.
En vísperas de la votación hoy sobre un proyecto de ley que convertiría impartir o incluso promover la educación sexual a personas menores de 18 años en un delito punible con hasta tres años de cárcel, Draginja Nadazdin, directora de Amnistía Internacional Polonia, ha declarado:
“Esta ley temerariamente retrógrada fomentaría el miedo y la ignorancia, y pondría a la juventud en peligro. Su impacto llegaría mucho más allá de las aulas, al crear un efecto disuasorio en docentes, activistas e incluso progenitores que quieran hablar con los chicos y chicas sobre sexo.”
Esta ley temerariamente retrógrada fomentaría el miedo y la ignorancia, y pondría a la juventud en peligro.
“La educación sexual es fundamental para informar a los y las jóvenes sobre su cuerpo y sobre la importancia de cosas como las relaciones sanas, el consentimiento, la anticoncepción y la prevención de las enfermedades de transmisión sexual.”
La política debe quedar fuera del aula.
“En Polonia, donde el acceso al aborto sólo es legal en unas circunstancias limitadas, la importancia de la educación sexual es aún más fundamental. Este proyecto de ley, que equipara la homosexualidad con la pedofilia, pone de manifiesto la inquietante homofobia que subyace bajo esta norma legislativa.”
“La política debe quedar fuera del aula, y pedimos al Parlamento que rechace esta ley.”
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
El Partido Ley y Justicia (PiS), partido en el gobierno, ganó las elecciones parlamentarias del pasado domingo. Sin embargo, perdió su mayoría en la cámara alta del Parlamento, el Senado, donde la Coalición Cívica obtuvo 51 escaños, frente a los 49 del PiS.
Polonia ha ratificado el Convenio de Estambul, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, y tiene la obligación internacional en materia de derechos humanos de proporcionar acceso a información y educación sobre sexualidad y de rebatir los estereotipos de género en la sociedad.
El proyecto de ley se presentó después de una campaña homófoba de seis meses de duración que equiparaba a las personas LGBTI con los pedófilos.
La ley podría poner en peligro la campaña de Amnistía Polonia “¡Hablemos del sí!”.
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