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México: CNTE-Chiapas, en «alerta máxima»

América del Norte/ México/Agosto del 2016/Noticias/exekuoinfo.com

Maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) emplazaron al gobierno federal a que el próximo 22 de agosto derogue la Reforma Educativa o de lo contrario la disidencia iniciará una de las fases de protestas «más agresivas» que hayan realizado desde el pasado 15 de mayo.

Al cumplirse tres meses de protestas en la entidad, profesores de las secciones 7 y 40 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) anunciaron para hoy la toma de edificios de educación de los sistemas federal y estatal.

Queda todavía pendiente la demanda central: la abrogación de la reforma educativa, que es la razón y motivo de la lucha magisterial, puntualizó Gómez Bahamaca.

Señaló que el magisterio tiene «toda la voluntad de encontrar una salida política al conflicto y ante las amenazas veladas que en los últimos días ha hecho la Secretaría de Gobernación de hacer uso de lo que llama fuerza pública y aplicación del estado de derecho, le respondemos que a más de 90 días de paro tenemos capacidad de respuesta y no nos vamos a echar para atrás».

Por su parte, Manuel Mendoza Vázquez, secretario general de la CNTE, insistió que los docentes alistan «un menú de acciones» si el gobierno federal no ofrece una respuesta concreta a las demandas de la Comisión Única de Negociación.

Con 92 días de movilizaciones, el paro se ubica como el movimiento docente más extenso, luego de que en 2013 se registró una suspensión de clases por 87 días, también por factores opositores a la Reforma Educativa.

El líder magisterial en los Altos adelantó que a partir de mañana los disidentes ocuparán y bloquearán la Torre Chiapas, un edificio que alberga distintas oficinas de los tres órdenes de gobierno, además tomarán el inmueble de la Secretaría Estatal de Educación, las oficinas de Planeación Educativa, las instalaciones de Educación Federalizada y del Instituto Nacional de Evaluación.

Se concentraron en tiendas como Aurrerá, Bimbo, Home Depot, Soriana, Sam’s Club, Elektra, Walmart, Chedraui y Coca-Cola desde las 8:00 horas.

 Leon Brazil
Fuehttp://exekuoinfo.com/2016/08/cnte-chiapas-en-alerta-m-xima/
Fuente:  http://cdn.proceso.com.mx/media/2016/08/CNTE-1-702×468.jpg
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Libro: Podemos cambiar el mundo

América del Sur /Chile/ Agosto del 2016/ Reseña/www.contrainjerencia.com

Podemos cambiar el mundo de Camila Vallejos Dowlig

Resumen:

Ofrece información de primera mano sobre las épicas jornadas protagonizadas por la juventud chilena, que trascienden el ámbito de la educación y las fronteras nacionales, y se convierten en un símbolo de rebeldía contra las fuerzas de la derecha latinoamericana que tratan de iniciar un nuevo ciclo de concentración de la riqueza y aumento de la exclusión social.

Camila Antonia Amaranta Vallejo Dowling dice, en la a presentación del libro: “Vengo de aquellos lugares de los cuales poco y nada se dice, porque poco y nada se sabe. Y vengo a luchar. Basta de aplicar mecanismos de ingreso a la educación superior que segregan a los pobres; basta de subestimar disciplinas o de erigir a la universidad en una empresa lucrativa que desangra las economías familiares; basta de promover la apatía, el individualismo y la competencia profesional. Exigimos que la educación se reconozca como derecho social universal ante el cual el Estado debe responsabilizarse y aumentar el financiamiento público a las universidades estatales. Buscamos la democratización del conocimiento al servicio de la comunidad y no de la rentabilidad privada. Nuestro reclamo no se queda en las aulas. Trasciende sus ventanas para transformar el mundo”.

Fuente : http://www.contrainjerencia.com/?p=77590

Fuente imagen : http://www.contrainjerencia.com/wp-content/uploads/2013/11/vallejo.jpg

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¿Es posible una Cultura de colaboración entre el profesorado?

Europa/ España/ Agosto del 2016/ María Clemente Linuesa/ www.mecd.gob.es

 

Por: María Clemente Linuesa

 

 La implantación de la Reforma de los noventa en España ha intentado potenciar una política de autonomía en los centros escolares, a los que insta a elaborar proyectos educativos propios. En este artículo voy a a analizar varios aspectos de esta nueva forma de trabajo: en primer lugar, qué significados puede adoptar el concepto de autonomía de los centros como política descentralizadora y cuál es su relación con el concepto de colaboración. En segundo lugar, relataré a través de distintas técnicas de obtención de datos cómo se ha llevado a cabo la elaboración de los Proyectos Curriculares de Centro en la práctica y si ha supuesto una forma nueva de trabajo para el profesorado. Por último, concluiré valorando si es posible, a pesar de los problemas analizados, que progrese una cultura de colaboración entre los docentes y bajo qué condiciones debe potenciarse.

 

La Reforma Educativa de 1990, en su intento de adecuar la institución escolar a la sociedad, propone distintas transformaciones, unas son de carácter formal, por ejemplo una nueva estructura del sistema educativo, un nuevo currículum escolar básico, etc. Pero también propone cambios funcionales que atañen a las tareas que tiene que llevar a cabo el profesorado tanto en el diseño como en el desarrollo curricular. Uno de esos cambios del que me ocuparé en este trabajo se refiere a la exigencia hecha a los profesores de planificar su acción educativa a través de proyectos comunes: los Proyectos de Centro.

 Lo que me propongo analizar son algunos aspectos de este inédito y reciente cometido de la labor docente. En primer lugar, enmarcaré el sentido y significado de esa nueva actividad curricular. En segundo lugar, analizaré cómo se ha llevado a cabo en estos años la planificación en centros, tanto en la enseñanza primaria como en la secundaria, a partir de sendos trabajos de investigación realizados en los dos niveles educativos’. Terminaré con una valoración del sentirlo y posibilidades de  la deseada nueva cultura escolar: la colaboración de los docentes.

AUTONOMÍA Y COLABORACIÓN: SU SENTIDO PARA LA EDUCACIÓN

 Diseñar el currículum en los centros no tiene ninguna tradición en nuestro país. Es una actividad relativamente novedosa para el profesorado, que, aún cuando surge como es normal en el terreno de la innovación educativa, la Reforma la hace suya. Los propios documentos de ésta avalan la necesidad de elaborar proyectos de centro con una serie de consideraciones: la creación de equipos, que presumiblemente mejorarán la eficacia y la competencia docente; la reflexión sobre la práctica educativa, como aspecto relevante en la formación del profesorado y mejora del currículum y finalmente la necesidad de atender las peculiaridades de cada contexto particular. En estos tres pilares: equipos, reflexión y contexto se justifica la necesidad y al tiempo la exigencia de que el profesorado realice la nueva tarea de diseñar un proyecto realista y adaptado a cada situación. Los proyectos de centro tienen dos versiones o modalidades: el proyecto educativo, y el proyecto curricular de etapa.

El primero recoge las ideas asumidas por toda la comunidad escolar en relación a las opciones educativas fundamentales y la organización general del centro. Los proyectos curriculares de etapa serán decisiones particulares de cada una de las etapas que se impartan en el mismo; deberán estar sustentados en aquél y las decisiones propias de esos proyectos curriculares se referirán a qué enseñar (objetivos y etapa), cuándo hacerlo (secuenciación de objetivos y contenidos), cómo enseñar (estrategias metodológicas), qué, CÓMO, cuándo evaluar y medidas de atención a la diversidad (MEC, 1992).

La propia Administración es quien toma la decisión de que los profesores constituyan equipos, realicen proyectos no sólo particulares para su aula o área de conocimiento, sino para el centro como lugar común. Además, dicta normas sobre qué y cómo debe ser un proyecto de centro, asunto éste sobre el que volveré después. Escudero Muñoz (1994) publicó en esta misma revista un amplio trabajo sobre cómo se trazó desde instancias administrativas la idea del desarrollo curricular a través de los proyectos de centro, así como los significados ideológicos que a esa propuesta pueden otorgarse.

La filosofía de esta nueva manera de configurar la enseñanza, tal como la propone la Reforma, está claramente en la línea teórica; otra cosa será la práctica de dotar al centro de autonomía para que analizando sus peculiaridades y necesidades se lleven a cabo propuestas educativas que generen igualdad para los alumnos que integran el sistema educativo. No hay que olvidar las características propias de cada centro que, de no ser observadas como punto de  partida, no harían más que generar desigualdades dentro de dicho sistema.

En el documento del MEC (1994) sobre centros educativos y calidad de la enseñanza justamente al destacar la idea de igualdad de oportunidades como un eje de la calidad de la enseñanza la sustenta entre otros factores, en la autonomía del centro. Se señalan dos aspectos, que sin duda son aceptados de forma general como importantes indicadores de la calidad de la enseñanza: la educación en valores y el grado de consecución de la igualdad de oportunidades, y se destacan cuatro factores que tienen una influencia inmediata y directa en la misma, la autonomía y organización de centros, su dirección y gobierno, el profesorado y la evaluación e inspección. (MEC 1994, 10).

La autonomía en los centros está apoyada en diversos argumentos, uno de los más relevantes es la tendencia a la descentralización, lo que no sólo se aplica al nivel administrativo, desde las administraciones centrales a las autonómicas, por ejemplo; sino también a instancias más netamente escolares ligadas a la práctica, como son los centros, a los que se otorga ciertos grados de autonomía para tomar decisiones.

El concepto de descentralización, que ostenta un alto grado de imprecisión según Lauglo (1996), podemos entenderlo como una fórmula que permite diseminar la toma de decisiones desde instancias más o menos próximas al vértice del poder central hacia otras más locales, como puede ser, dentro del sistema educativo, el centro escolar. Lauglo (1996) subraya tres valores que suelen aludirse para justificar la descentralización: dispersión legítima de la autoridad, calidad de los servicios prestados y uso eficiente de los recursos. Weiler (1996), por su parte, manifiesta que la idea de descentralización, unida a la de autonomía, participación, igualdad cle oportunidades es una aspiración desde hace algún tiempo, no sólo en los sistemas educativos, sino también en los ámbitos políticos y económicos.

 En lo educativo, esta idea se defiende con tres argumentos similares a los que enuncia Lauglo, en la obra citada: redistribución del poder. Eficacia de recursos disponibles y descentralización de contenidos educativos. Los conceptos de autonomía y descentralización, no obstante, pueden tener lecturas diferentes. La más positiva está claramente unida a la visión de  la participación democrática y del protagonismo en la toma de decisiones de todos los agentes educativos.

Lauglo (1996) resalta la impronta que las ideas de democracia participativa tuvieron en la educación desde de los años setenta. Surgió un gran interés por mejorar la educación desde abajo, buscando soluciones concretas a los problemas que se generan en cada situación, uniendo así la descentralización a la idea de mejora y calidad; aunque lo que se reivindicaba sobre todo era la cíe participación.

En este sentido quiero recordar el papel jugado en España por los movimientos de renovación pedagógica durante los setenta y parte de los ochenta en ese deseado cambio hacia una mayor autonomía y participación. Esta demanda fue un germen para la democratización de los centros, sobre todo en relación con la dirección y gestión de los mismos. Una segunda visión pretende dar significado y expresión a la noción de diversidad, cuyo sentido no se garantiza en diseños generales.

Esta interpretación permite el ajuste o acomodación de las decisiones curriculares a contextos muy singulares. La idea tiene que ver un docente que necesita disponer cle una gran autonomía para tomar las decisiones que mejor se adapten a su situación, despreciando, en cierto modo, la perspectiva de una educación general e igual para todos. Currículum y organización al servicio de los destinatarios de la educación. Es el rechazo a un currículum general y homogéneo y en su versión más crítica y supone la denuncia a la existencia de un currículum hegemónico, al que hay que sustituir por otros que sean acordes con los intereses de clase, género e incluso raciales de los alumnos.

La justicia (social) requiere un currículum contrahegemónico, diseñado para materializar los intereses y las perspectivas de los menos favorecidos. En la práctica, esto significa que el currículum debe ser decidido por profesores que trabajen en diferentes situaciones. (Connell, 1997, 64) Por último, tendríamos el punto de vista neoliberal que entendería la autonomía y descentralización como factores para la competencia entre centros.

Aunque no vamos a entrar en profundidad en este aspecto ideológico, queremos subrayar que se han realizado análisis de gran interés sobre la manipulación que desde instancias neoliberales se hacen sobre términos y conceptos cuyo origen ideológico es bien distinto, como en el trabajo de Gimeno (1994) o el cíe E Beltrán (1994), quien desenmascara lecturas «nuevas» de conceptos como: participación, comunidad, profesionalismo, descentralización, responsabilidad, autonomía, democracia, cultura, evaluación, propios del discurso progresista de los años sesenta y que según el autor la nueva derecha reinterpreta para justificar políticas neoliberales y legitimar sus propuestas en educación. Igualmente revelador es el planteamiento de Lauglo (1996) sobre los efectos de esta visión basada en la utilización de criterios de mercado para justificar la autonomía otorgada a las escuelas.

 Tras una revisión de otras formas por las que asumir la descentralización, ofrece un análisis detallado de los «riesgos» de llevarla a cabo bajo los principios del liberalismo, entre los que destaca: que las escuelas se muestren tan sólo interesadas en matricular a los alumnos aventajados; que se llegue a una clara desigualdad de oportunidades y con ella a una inevitable descompensación e incluso división social y que la competencia rompa la cooperación entre centros.

Además, hay que reconocer la casi imposibilidad de que se pudiera dar una oferta al menos parecida a todos los ciudadanos entre otras causas por sus lugares de residencia. Podemos, pues, entrever un sentido incluso negativo en la idea de descentralización, si esta opción por la autonomía del centro deriva en la práctica en una política de competitividad, desigualdad e insolidaridad que todo sistema educativo debería evitar. Se trata, en este caso, de una noción de descentralización basada en los resultados y no en los medios; sustentada en el contexto no como punto de partida desde el que se tenga en cuenta las diferencias de los sujetos, sino como lugar donde se valoren resultados sin apreciar los distintos medios socioculturales.

¿Estas desviaciones hacia fines espurios deben hacernos pensar que la autonomía de los centros no es deseable, que es nefasta para la justicia escolar, que es una trampa para la igualdad ante la educación, que es un invento más propio de la empresa capitalista, que de quien busca en la educación un lugar de equilibrio social? Evidentemente no.

Sin duda la descentralización va con los tiempos, buscando en la autonomía formas más eficientes de trabajo. Aunque como decía la idea de descentralización se refiere a bastantes aspectos del sistema educativo, como por ejemplo la regionalización administrativa, en mi trabajo me centraré tan sólo en lo que concierne a la autonomía de los centros escolares y la relación que esto tiene con otra idea, la de colaboración.

Desde luego, la imagen de autonomía para los centros es tentadora porque supone reconocer la competencia de los profesores para tomar decisiones relevantes, realizar la selección cultural a través de proyectos educativos singulares; porque subraya la solvencia profesional del profesor, protagonista no sólo de acciones, que otros pudieran dictar, sino de la toma de decisiones adecuadas y pensadas para su práctica; porque puede ser fuente de decisiones para la propia formación del profesor, y sobre todo, es tentadora por su repercusión para los alumnos, ya que conlleva la posibilidad de acercar las decisiones a la realidad, de manera que ésta sea el marco interpretativo de la práctica educativa.

La autonomía puede ser, pues, portadora de valores importantes para la escuela; sin embargo, es preciso reivindicarla unida a la idea cíe colaboración máxime cuando nos estamos refiriendo al diseño educativo en los centros, integrados por un número importante de personas que toman decisiones sobre la enseñanza.

 Estos conceptos unidos pueden propiciar centros llenos de vitalidad y realismo, descartando la pasividad y competitividad, fomentando acciones educativas ricas no sólo para los alumnos destinatarios primeros de cualquier decisión, sino para los propios profesores, pues como dice Pérez Gómez (1998) la colaboración tiene dos aspectos fundamentales que se implican mutuamente: el contraste cognitivo que fomenta entre los participantes y el clima de confianza que propicia para abrirse a nuevas alternativas. La colaboración conlleva una serie de aspectos que apreciamos como valiosos para el profesorado, que Hargreaves (1996).

Enuncia, y de los que señalaremos los que nos parecen más relevantes: apoyo moral de unos profesores a otros, superando los fracasos y frustraciones; aumento de la eficiencia, eliminando esfuerzos duplicados; mejora de la eficacia, si se mejora la calidad de los profesores, sin duda será mejor la calidad de la docencia; reducción del excesivo trabajo al compartirlo; certeza situada, la colaboración sustituye las falsas certezas, que a veces son una especie de escudo individual, por certezas sacadas de la sabiduría profesional colectiva, fruto del debate y la confrontación de las mismas.

También reduce la incertidumbre de la propia acción individual; asertividad política, al tener más confianza en las decisiones, se está en mejores condiciones de afrontar, incluso provocar innovaciones; mayor capacidad de reflexión, sin duda, la cooperación y el diálogo incitará a los profesores a reflexionar sobre su acción educativa, al establecerse la comparación y el intercambio cíe puntos de vista; perfeccionamiento continuo. La colegialidad en las organizaciones parece algo natural por el mero hecho de tratarse cíe un conjunto de sujetos que se ven implicados en la consecución de un asunto en común.

En este sentido la escuela al ser una organización, y además educativa, parece abocada a ser un lugar donde la colaboración fuera una característica desu funcionamiento. Sin embargo, la realidad no confirma este deseable rasgo; de hecho, parece funcionar más bien con la suma de individualidades que con proyectos comunes, todo bajo la poderosa bandera de la independencia personal, que ampara frecuentemente una suerte de individualismo, desde el que cada uno en su clase es un libre y soberano para hacer su tarea como crea oportuno’. Además, no todas las formas de colaboración parecen igualmente válidas.

De hecho la noción de colaboración no es una categoría cerrada, sino que más bien parece un concepto con diversos grados cuyos extremos estarían flanqueados, de un lacio, por lo que llamaremos colaboración espontánea y del otro, por la denominada colegialidad burocrática o artificial. Como afirma Hargreaves (1996) tanto la colegialidad como la colaboración presentan tantas facetas que no deben tratarse como conceptos inequívocos, lo que hay son distintas formas de colaboración que tienen consecuencias distintas. En el apartado siguiente nos ocuparemos de ir definiendo estas categorías de colaboración, para al tiempo explicar, con las pruebas que tenemos, cómo se ha implementado esta forma de trabajo en los centros a partir de la Reforma.

LA REALIDAD DEL DISEÑO CURRICULAR EN CENTROS A PARTIR DE LA REFORMA DE LOS NOVENTA

 Hay varios datos que nos van a permitir afirmar con cierta contundencia que el diseño curricular en centros no ha tenido las consecuencias pretendidas por los legisladores, al menos en términos generales. En todo caso, no creo que se haya logrado un cambio en la línea cle autonomía y colaboración deseadas. Ello se ha debido a una serie de problemas, situaciones y rasgos que han caracterizado su implantación en los centros durante estos años, motivos que constataré en este apartado. Para efectuar este análisis voy a utilizar varias fuentes: Me basaré en la categorización que hacen Hargreaves (1996) y Pérez Gómez (1998) sobre las referidas formas de colegialidad (burocrática y espontánea) e iré dando cuenta de a cuál de ellas se ha ido imponiendo en la realidad de los centros.

 Para apoyar mis razones utilizaré dos fuentes de datos, fruto, cle mi propia investigación; por un lado, opiniones directamente obtenidas de un grupo de discusión entre profesores que habían realizado el Proyecto Curricular de Centro; por otro, los datos de un cuestionario realizado en el curso 1997-98, cuando en Primaria ya se estaban llevando a cabo las revisiones de los proyectos cle centro y en Secundaria se hacían por vez primera, en él se recoge la opinión de los profesores sobre distintos temas relativos al PCC.

 Una de las principales razones para afirmar que el diseño de proyecto de centros no ha tenido las consecuencias esperadas es que la idea de realizar un nuevo tipo de planificación en grupo, que fomente la colaboración como fuente de mejora e incluso de enriquecimiento para el profesorado, no ha surgido de la iniciativa de los grupos de profesores, sino que ha sido una petición u orden de la Administración, por lo cual toma la forma de lo que se denomina colegialidad artificial (burocrática) Hargreaves (1996) y Pérez Gómez (1998).

La colegialidad burocrática no evoluciona espontáneamente a partir de la iniciativa de los profesores, sino que es una imposición administrativa que exige que los docentes se reúnan y trabajen juntos. (Hargreaves 1996, 221) Las características de la colegialidad burocrática podemos concretarlas siguiendo el perfil que han señalado estos autores, cuyos rasgos iremos comparando e interpretando con el modo en cómo se realizaron los proyectos curriculares en nuestros centros, en la primera exigencia de colaboración entre el profesorado, hecha en el desarrollo de la Reforma.

La primera nota es que está claramente reglamentada por la Administración, no parte de la iniciativa espontánea de los profesores, sino que se exige a éstos que se reúnan y trabajen (planifiquen, sobre todo) juntos.

Es obligatoria en tanto que exige trabajar con los compañeros, esto incluso puede hacerse de forma directa, imponiendo la obligación sin más, o de forma indirecta, en el sentido que el trabajar juntos pueda traer algún tipo de ventajas de promoción o de otro tipo. Fija en el tiempo y en el espacio, la colegialidad artificial se lleva a cabo en tiempos y espacios fijados de antemano, hasta el punto de que esto forma parte cle la reglamentación administrativa, pretendiendo asegurar de forma obligatoria la colaboración. Estas cualidades podrían aplicarse, sin duda, al modo en cómo se realizaron los Proyectos Curriculares en los Centros.

En los de Primaria, en los que se solicitó esta tarea en primera instancia, señalaremos que su realización reprodujo los rasgos propios cle la colaboración burocrática. La Administración exigió a los profesores a fecha fija la confección de Proyectos de Centro, para ello otorgó un tiempo concreto, incluso suspendiendo las clases por la tarde durante el mes de mayo, con el fin de que los profesores dispusieran de tiempo dentro de su jornada laboral. Se estableció un calendario por fases, secuenciando qué tipo de decisiones se tomarían en distintos momentos (MEC, 1992). Otra importante característica es la cle estar orientada a la implementación de lo que normalmente otros han ordenado, sea en forma de programas o de normas.

 También en el caso de la realización de los PCC este rasgo se cumplió cle forma fidedigna: en primer lugar, la propia legislación que emana de la Administración dicta expresamente todo un documento didáctico sobre el diseño curricular, en el se exponen las fuentes para la elaboración del mismo y un apartado que se enuncia como decisiones para realizar el diseño curricular; donde se proponen unos ejes, que son como la columna vertebral de todo diseño y que son seguidos por el profesorado como un esquema establecido que hay que rellenar. Nos permitimos recordar ese guión en el que deben constar: qué ense- ñas; cuándo enseñas; cómo enseñar, qué, cómo y cuándo evaluar y medidas de atención a la diversidad (MEC, 1992).

A través de un Real Decreto se dictaminó la necesidad de elaborar estos proyectos, estableciendo lo siguiente: En relación con este cometido, parece conveniente que la Administración educativa regule la elaboración y aprobación cle Proyectos Curriculares y ofrezca directrices que orienten a los profesores para facilitarles, tanto la elaboración de Proyectos y Programaciones, como el desarrollo de los mismos en el aula.

 Las propuestas para llevar a cabo determinadas innovaciones en el sistema educativo suponen a veces la toma de decisiones sobre otros muchos asuntos colindantes sin los cuales es imposible la realización de cambios o mejoras y la consecuencia es que generan cansancio, escepticismo, la desazón de pensar que no se pueden realizar o que no mejoran la práctica, lo que mata las ilusiones de quienes (probablemente muchos todavía, pero cada vez menos) creen en la institución educativa como un lugar cie búsqueda constante de una mayor profesionalidad. Si la concesión de autonomía a los centros es una poderosa razón para hacerlos mejores, el empeño debe ponerse en preparar para ello y crear las condiciones para hacerlo posible, además debe analizarse su verdadero sentido y el peligro de sus posibles desviaciones no deseables.

En esta línea, Fullan (1994) cuestiona por ficticia y superficial lo que él llama la gestión 215 basada en el centro si ésta no se sustenta en ciertos cambios internos en el mismo, que se refieren a dos asuntos: una nueva cultura de colaboración en la escuela y una redefinición del papel del profesorado y de su desarrollo profesional, cuyo sentido esboza en ese trabajo.

 La imagen pesimista que venimos dibujando, tanto en posibles desviaciones ideológicas que hemos enunciado, como en la constatación de hechos, no nos aboca irremediablemente hacia la negación del valor que tendría la realización de proyectos en los centros con todo lo que ello implica, como es rescatar la primigenia ideología de esas prácticas, y crear una cultura de la colaboración entre el profesorado.

Como señala Gimeno: Merece la pena trabajar la cultura de la colaboración democráticamente entendida en los centros, porque es la forma de salir de la anomia indeseable desde el punto de vista profesional para los docentes y por las repercusiones negativas que tienen en la descoordinación cle la educación que reciben los alumnos, además de por la imagen externa de calidad que provoca. (Gimeno, 1994) La colaboración tiene ventajas y valores que no podemos desestimar en la diná- mica de los centros y en la formación del profesorado, entre ellos debemos destacar tanto las de orden intelectual como las de orden afectivo.

La cultura colaborativa lleva a procesos de enriquecimiento propiciados por el diálogo, el debate, y hasta la confrontación y discusión, de donde provienen, quizá sus dificultades, pero que sin duda son menores que sus beneficios. Además, permiten la puesta en común de las propias incertidumbres, y dudas que el proceso educativo, lleno de valores, suscita.

El compartir los problemas comunes es una manera de aprender a resolverlos, el miedo al fracaso es fruto muchas veces, de la soledad; la colaboración permite un clima de confianza y de apertura a experiencias ajenas que otorga confianza al profesor. Por ello, ante la pregunta sobre si tiene sentido hacer proyectos de centro creo que puede contestarse en sentido afirmativo, no sólo porque se hayan formulado teorías que constaten lo interesante de tal asunto o porque, como señala Sirotnik (1994).

La escuela sea el auténtico motor que impulsa la evolución de la educación a través cíe lo que llama la actividad reflexiva, sino porque además hemos podido observar cambios en grupos de profesores de algunos centros que, aunque comenzaron colaborando por motivos meramente burocráticos, puesto que iniciaron sus proyectos a petición de la Administración y no por un interés propio, van evolucionando lentamente hacia una colaboración real, libremente elegida, fruto de un interés por  mejorar su práctica escolar y profesional.

 

¿ES POSIBLE UNA CULTURA COLABORATIVA EN EL PROFESORADO?

Trás el análisis efectuado tanto de los aspectos teóricos como de los casos prácticos nos preguntamos si puede darse un salto desde la colegialiclacl artificial a la colegialidad espontánea. En definitiva si es posible una cultura de colaboración entre el profesorado y, en su caso, bajo qué condiciones debe darse. Trataremos cle ofrecer algunas respuestas a estas cuestiones en lo que sigue.

ALGUNOS EJEMPLOS DE COLABORACIÓN ESPONTÁNEA

A pesar de las características claramente burocratizantes con que se ha iniciado esta forma de trabajo en colaboración, en algunos casos ha sido un punto de arranque hacia una perspectiva nueva que apuesta por la participación y el trabajo en común. En esa idea de cultura participativa, hay que constatar que algo va cambiando, lo que nos produce cierto optimismo sobre la posibilidad cde crear culturas colaborativas.

En lo que sigue daré cuenta cle algunas iniciativas en centros de Salamanca donde hemos podido apreciar cómo algunos profesores, tras hacer un proyecto burocrático y dejarlo «reposar», es decir, cumplida la misión burocrática encomendada por la Administración, han decidido emprender tareas realistas, concretas y exentas de burocracia, concretando sus proyectos hacia problemas o áreas de especial interés para su centro.

 Podemos dar cuenta de la existencia de tal tendencia en algunos colegios que mencionaremos, aunque sin duda habrá más. Tales escuelas han decidido la realización de proyectos concretos, que a medio plazo produzcan algún cambio beneficioso en una o a lo sumo dos temáticas cle especial relevancia para ellas, bien porque hayan constatado problemas, fallos o deficiencias, bien porque debido a motivos sociales sea de interés desarrollar propuestas que mejoren algunas de las condiciones de sus alumnos, en aras de una mayor igualdad cle oportunidades.

Podríamos decir que el proyecto burocrático cla paso a un auténtico reto de colaboración que producirá mejoras en los procesos educativos de sus alumnos y, sin chucha, en el desarrollo profesional de los propios profesores. Los ejemplos que voy a describir a continuación han surgido espontáneamente desde la propia escuela, y han elegido como núcleo de sus proyectos inmediatos problemas, deficiencias, de su realidad, en definitiva aspectos relevantes para mejorar la práctica escolar y con ello la calidad de su centro.

Uno de esos centros de Primaria de la ciudad de Salamanca es el colegio ~no Blanco. Los profesores empiezan a constatar, que a partir de 3″ cle primaria se produce un deterioro ostensible en el área de lenguaje, por lo cual deciden crear en el colegio un seminario permanente de estudio sobre este tema, en el que se implican de forma voluntaria profesores de Educación Infantil y Educación Primaria.

Los seminarios tienen carácter abierto, y en ellos los profesores analizan los motivos que pueden causar la situación que nos preocupa y estudian propuestas y soluciones (por el momento no se ha avanzado hacia otras fases, dado lo reciente de la experiencia). Se ha invitado a participar a especialistas en el tema, quienes les asesorarán en lo que los profesores demanden, enriqueciendo así las discusiones de sus problemas, de sus experiencias, como una fuente más de conocimiento y colaboración básicamente de naturaleza científico-teórica. Este proyecto que se forjó en el curso 1997-98 se desarrollará, por el momento, sin límite de tiempo a lo largo de cursos sucesivos.

 Otro proyecto de enorme interés es el surgido en el colegio público Nuestra Señora de la Asunción, también de la ciudad de Salamanca. En este centro eligen un tema prioritario para ellos: plan de mejora de la convivencia, un programa para desarrollar los procesos de socialización de los niños, la creación cle habilidades sociales y la aceptación de las normas como modo de una convivencia democrática.

Se trata de un centro situado en la periferia de la ciudad con una población socialmente algo deprimido y sobre todo heterogéneo, donde hay una presencia importante de minorías étnicas, que sin duda generan una problemática más compleja en las relaciones, por lo que ésta es una cuestión prioritaria para ellos.

Metodológicamente el primer paso en ese proyecto fue un diagnóstico preciso de la situación del centro, marcándose como objetivo la mejora de la convivencia. Los profesores se reúnen en sesiones de trabajo periódicamente, estudiando el tema y discutiendo soluciones.

También asisten a éstas profesores invitados según el asunto que traten en cada sesión. Fruto del trabajo de análisis y reflexión colegiada se proponen decisiones concretas de mejora en cuya puesta en marcha se comprometen los profesores. Posteriormente se valoran los cambios realizados, avanzando en el estudio y desarrollo del programa.

BASES Y CONDICIONES PARA UNA CULTURA DE LA COLABORACIÓN La colaboración real y productiva se ha presentado como una labor con muchos obstáculos y trabas que hay que superar como, por ejemplo, cierto grado de incertidumbre; el hecho de que miembros del centro se autoexcluyan; insuficiencia de tiempo en la jornada laboral para llevarlo a cabo; falta, quizás, de un sistema de trabajo colectivo que también tendrá que construirse; inestabilidad de algunos profesores en el centro etc. Sin embargo, un factor muy importante hace fuerte esta iniciativa: nace de forma espontánea, no promovida por instancias administrativas de ningún tipo, ni siquiera por compensaciones laborales, ni pecuniarias, sino que emana de una valoración positiva que los profesores ven en el trabajo colaborativo y una apuesta por la construcción de propuestas reales y necesarias para el centro.

 

Por lo demás quiero señalar algunos aspectos que estimo deben darse para hacer posible la colaboración entre docentes:

En primer lugar, un cambio de mentalidad entre el profesorado, en relación a ciertos rasgos que sustentan una buena colaboración (Hargreaves 1996) y sería interesante que los profesores observaran. Un cultura colaborativa espontánea y voluntaria surge de los docentes, aunque no cabe clucla que puede y debe estar facilitada por la Administración y sobre todo por la dirección del propio centro. Conlleva ser omnipresente en el tiempo. y en el espacio, aún cuando se reserven espacios para tareas concretas, la colaboración requiere una predisposición a tratar los temas de forma espontánea en cualquier situación, sin encorsetamientos espacio-temporales, en realidad es una implicación con las personas que tienen un objetivo común. Por último, hemos de admitir la imprevisibilidad como característica, la colaboración unas veces da unos frutos y otras da otros distintos en cantidad y calidad, pero siempre serán frutos reales, no ficticios.

Finalmente, subrayar que el valor de la autonomía y la colaboración no cambiará ni mejorará el centro si, además de lo expuesto, no se incentiva a los profesores para ello, se renuevan sus condiciones de trabajo o se aumentan los medios que requiere esa nueva cultura participativa. Ni las palabras ni los documentos curriculares o legislativos cambian solos las cosas en la escuela, la renovación depende de manera incuestionable de la preparación y actitud de los profesores. El desarrollo profesional del docente, que consiste en concebir la práctica docente como un proceso constante de aprendizaje, experimentación y reflexión compartida, provocará la elaboración cle proyectos que interesarán y satisfarán, no sólo a los estudiantes, sino a los propios docentes, protagonistas de su propio desarrollo creador.

Bibliografía

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BELTRÁN LLAVADOR, F.: « ¿Lee a John Dewey la nueva derecha?», en Cuadernos de Pedagogía, 231 (1994), pp. 80-86.

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PÉREZ GÓMEZ, A.: La cultura escolar en la sociedad neoliberal. Madrid. Morata, 1998.

SIROTNIK, K.: «La escuela como centro del cambio», en Revista de Educación, 304 (1994), pp. 7-30. WEILER, H.N.: «Enfoques comparados en descentralización educativa», en M. A. PEREYRA y otros (Comp.), Globalización y descentralización de los sistemas educativos. Barcelona, Pomares Corredor, 1996.

 

Fuente: http://www.mecd.gob.es/revista-de-educacion/numeros-revista-educacion/numeros-anteriores/1999/re320/re320_10.html

Fuente imagen : https://encrypted-tbn3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRXgygeCEBZNTMKhX8ALpMedTec-sHn3L4y9TwOSlhzLK_HrjM6AA

 

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Entrevista A Camila Vallejo Dowling

América del Sur / Chile/Agosto del 2016/Carmina Vallejo Dowling/biblioteca.clacso.edu.ar

En respuesta a  ¿ Qué paso con esa generación que perdió el miedo en Nuestra América latina  y el Caribe ? puntualmente en Chile, con aquellos lideres y lideresas desde las bases estudiantiles que  llevaban La bandera de la libertad en el reconocimiento de la patria, en los movimientos estudiantiles  se hace mención en esta entrevista a  la actual Diputada del parlamento Chileno  del partido Comunista Camila Vallejo Dowling.

por: Hernán Ouviña

El investigador y académico argentino Hernán Ouviña entrevista a la ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo Dowling, a propósito del movimiento estudiantil que sacudió a la sociedad y al sistema político chilenos durante el año 2011. Camila Vallejo –una de las principales voceras de este movimiento, que impactó por haber trascendido el ámbito de las demandas particularistas e instalado un debate en la sociedad chilena en torno al modelo económico y político heredado de la dictadura–, habla de los antecedentes, la génesis y los logros del movimiento estudiantil, pero también de los desafíos y las tareas pendientes de este esfuerzo transformador en curso. Destacando la transversalidad de las demandas enarboladas por el movimiento estudiantil y las características novedosas de los protagonistas de esta lucha respecto a ciclos de protesta anteriores, Vallejo analiza las perspectivas del movimiento en un escenario político sustancialmente distinto al de los últimos años, donde el bloque hegemónico no se ha roto, pero comienza a mostrar sus fisuras.

¿Podrías contarnos cuándo y cómo se inicia el conflicto estudiantil en Chile?

Esto es parte de un proceso de acumulación, tanto de discusiones como de fortalecimiento de distintas organizaciones dentro del movimiento estudiantil, o sea que no es algo espontáneo, aunque se trate de mostrar como un estallido social que sale de la nada. El movimiento estudiantil siempre ha existido en Chile y ha tenido diferentes expresiones desde la dictadura en adelante.

Si uno analiza las demandas más fuertes que han sostenido estos movimientos han sido un poco lo que hemos levantado hoy día. A comienzos de año se levantan desde la universidad, impulsadas por la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH), tres demandas históricas: el financiamiento a las instituciones públicas, para que se fortalezcan y se termine así con el autofinanciamiento impuesto con la dictadura; la democratización, que viene de la reforma de 1968 y refiere al cogobierno y a generar instancias más participativas dentro de los estamentos; y la eliminación de las restricciones al acceso, que es algo impuesto por los gobiernos de la concertación en adelante.

Con esto último me refiero a la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y a los mecanismos estandarizados de evaluación, que han reproducido la desigualdad y han profundizado un filtro de clase para el ingreso al sistema terciario y de educación superior. A esto se suman las demandas que levantaron los estudiantes secundarios con la “revolución pingüina”, que atacaron los problemas más estructurales, que tienen que ver con cambios constitucionales, con que el Estado sea garante y responsable de la educación pública y por lo tanto se vea obligado a financiarla; con la exigencia de la desmunicipalización, que es algo que se instaló también bajo la dictadura, y además de esto, el fin al lucro.

Todas estas movilizaciones que se han levantado han sido movilizaciones frustradas por la falta de respuesta, porque tampoco lograban constituir una correlación de fuerzas más favorable, es decir, pasar de lo estudiantil a lo más social. Hoy se devela que en respuesta al pronunciamiento del gobierno de derecha, de las reformas que quedaron pendientes de la “revolución pingüina” en educación superior, estalla este movimiento a partir de las universidades, con una movilización inicial que tuvo lugar en la Universidad Central de Chile, una universidad privada, y que fue algo histórico.

 Con esta iniciación del movimiento se empiezan a sumar distintos actores, que ya tenían mucha frustración acumulada de los procesos anteriores y vuelven a levantar esas mismas banderas de lucha y de a poco se empiezan a sumar más organizaciones, estudiantes universitarios del consejo de rectores, con instituciones privadas que comienzan a involucrarse en discusiones de la CONFECH, los estudiantes secundarios, los profesores, y de a poco empiezan a sumarse también los trabajadores.

 Las movilizaciones, además, responden a un proceso de acumulación y frustración de los movimientos estudiantiles, y se suma un factor determinante que es el descontento general de la población frente a un modelo que ya no le hace sentido. Es decir, la crisis de la educación es parte de la crisis de un modelo general, neoliberal, que repercute en la educación pero que en general reproduce la desigualdad, no solamente a través de la educación sino también del sistema económico y el sistema político.

¿Qué enseñanzas sacaron del proceso de la “revolución pingüina?

Yo creo que se reafirma un poco la desconfianza hacia la clase política. Durante la “revolución pingüina” no diría que se cometió el error de entrar a un proceso de negociaciones, o una mesa de trabajo, porque eso en sí mismo como forma no es malo, el problema está en que no se generaron las condiciones necesarias, dentro de ese espacio, de la correlación de fuerzas y de preparación para poder disputar en el fondo la batalla de las ideas e instalar con más fuerza las demandas.

Y además, porque se bajaron las movilizaciones cuando se tuvo que negociar, entonces cuando uno no está movilizado deja de ser un negociador con capacidad de negociar. Eso dejó una marca en el movimiento estudiantil que permitió que nosotros, hoy, no caigamos tan fácil en instancias de cooptación de la clase política y estemos más preparados para una posible instancia de mesa de trabajo o de negociación con el gobierno.

Es decir, una movilización más fuerte, que no sea solamente estudiantil sino que involucre a la sociedad en su conjunto, y además, estar más preparados en momentos de plantear las ideas. En todo este proceso de movilización hemos logrado madurar nuestras propuestas, reafirmarlas en cuanto argumento, y además ganar la legitimidad de la sociedad en su conjunto. Resumiendo, la experiencia de la “revolución pingüina” nos ha ayudado mucho a no ceder tan rápidamente, y a generar el espacio suficiente para concitar el apoyo ciudadano y la articulación de fuerzas dentro de movimiento social.

¿Cómo ves la posibilidad de que el gobierno apele a la desactivación del movimiento, sobre la base de la apertura de una “mesa de diálogo” o de comisiones que, probablemente, se prolonguen en el tiempo de manera indefinida?

Evidentemente el gobierno va a intentar eso, y lo ha intentado desde hace mucho tiempo con una primera acción clave, una estrategia que se usa siempre, que es la de generar divisiones. Esto de invitar a uno y no a los otros, o de marcar diferencias de posturas al interior de las organizaciones, hacer mecanismos de persuasión, hacer voladores de luces [realizar maniobras de distracción] respecto a las opiniones del gobierno, muy distintas unas de otras para generar confusiones, y esta instancia de apertura al diálogo, muy distinta a lo que venían planteando los ministros, diciendo que va a dialogar cuando el diálogo se iba a centrar en el Congreso y no con los actores.

Entonces, genera un panorama de confusión, pero que de alguna manera también es una oportunidad. Hay que aprovechar esta instancia y tener iniciativa política también. Lo que se espera es generar el espacio, que en el fondo constituye una oportunidad para el movimiento, y para eso se necesitan ciertas garantías: primero, que se mantenga esta unidad del movimiento que es a lo que todos apuestan.

 La gente en la calle dice que lo importante, mas allá de las reivindicaciones particulares, es que se mantenga unido el movimiento, y mucha gente dice que ya hemos ganado demasiado con este proceso. Es como engendrar, como un embarazo. Estamos desesperados por ver que salga a luz, pero esto recién se está engendrando.

 Ahora, concientes de eso, nosotros creemos que hay que poder diferenciar los avances concretos de nuestras demandas dentro del marco de lo posible, con un gobierno de derecha; y saber también, con la maduración suficiente, proyectar el movimiento en lo político y en lo más estructural de fondo. Es decir, entender que es necesario un movimiento organizado que tenga vocación de poder para lograr los cambios estructurales, porque con la clase política que tenemos no se logran.

En este escenario, este espacio de diálogo puede ser una oportunidad para recoger ciertos triunfos para el movimiento, de modo que no constituya algo testimonial y pueda volver el próximo año a disputar con mayor fortaleza aún. Pero para todo esto, se necesitan garantías mínimas: que el gobierno ceda y el proceso de diálogo sea lo más transparente posible –para que no pase lo que pasó en 2006–, y que además se garantice la unidad del movimiento y nosotros logremos generar consenso, porque la gente está muy expectante de todo lo que está ocurriendo, no solamente los estudiantes sino la sociedad en su conjunto, y por lo tanto tiene que estar en conocimiento de lo que se discute.

Teniendo en cuenta estas garantías, el proceso puede ser provechoso, tanto si hay una respuesta positiva, como si hay una negativa, porque esto último pondría en evidencia que el gobierno no tiene la voluntad política para avanzar en la resolución del conflicto, sino que mantiene una posición de intransigencia y de aislamiento, porque no es representativo de la gran mayoría de la población.

En términos reivindicativos se comenzó planteando algunas cuestiones que tenían que ver con temas más de fondo, que si bien resultaban estructurales, remitían al plano educativo. Hoy en día, con el nivel de masividad y la extensión de la conflictividad a otros sectores sociales y políticos, ¿cuál es el salto, en términos de exigencias y reivindicaciones, de planteamientos que a la vez logren incorporar a esos otros actores en lucha?

¿Se han levantado demandas transversales que rompan con la dinámica meramente sectorial y estudiantil?

Hay demandas transversales que han surgido, pero consecuentes con lo que se plantea con la educación, por lo que no son mecánicamente separables sino muy coherentes entre sí. Se plantea la reforma tributaria como solución al financiamiento de la educación, pero entendiendo que la educación no es solamente un derecho universal sino que es una inversión social.

Toda la sociedad, toda la gente invierte en la educación a través del Estado, que recauda impuestos, para el desarrollo cultural, social y material que requiere el país. Entonces hay una demanda política que va con una reforma económica estructural de la redistribución del ingreso y de la riqueza, y ¿quién paga esto? Pues a través de una mayor carga hacia las grandes empresas, que están teniendo un nivel de utilidades impresionante y eso no va a parar al desarrollo del país, se va para afuera o para el bolsillo de unos pocos.

 Está también la demanda de la Constitución Política, porque para nosotros Pinochet sigue vivo, debido a que todavía su legado perdura en una Constitución nunca se cambió. Y esa reivindicación, finalmente, abarca todo: el cuestionamiento a la institucionalidad política, a la reforma de carácter democratizador que requiere el funcionamiento político de nuestro país, y que además implica un nuevo rol de Estado en el ámbito político, cultural y productivo, para que exista mayor igualdad.

Todo esto implica mayor distribución de la riqueza, mejor distribución del poder, una reforma en los medios de comunicación, etc. Y esa reivindicación es la que le da mayor proyección política al movimiento, y es transversal porque involucra a los ambientalistas, a los trabajadores, a los empleados públicos, a las familias, a los abuelos con el tema de la previsión, etc.

Se trata de un proceso incipiente en el despertar de la sociedad chilena, aunque falta mucho por avanzar en el fortalecimiento de la participación, la organización y la discusión para que realmente se genere un poder constituyente, porque demandarlo en Chile hoy es muy apresurado para la maduración del movimiento, es regalarse a la clase política para que, si se arma una constituyente, sean ellos mismos quienes terminen decidiendo todo.

Entonces, el desafío del movimiento es que se vaya esparciendo a otros sectores donde no ha llegado. Aquí en Chile, por ejemplo, el nivel de sindicalización es muy bajo, de un 7%. La organización estudiantil, que hoy día se está creando con este movimiento en el ámbito privado, recién en dos o tres años será realidad, se verán sus frutos. Hace falta por lo tanto generar espacios de organización y de fortalecimiento, para que desde las bases de la sociedad chilena surja una propuesta, una nueva Constitución Política. Eso, hoy día no está, falta ese trtabajo que es un trabajo profundo y que va a hacer que la gente tome conciencia de que es necesaria una disputa al poder.

No basta con plantear una propuesta programática alternativa a la Concertación, a la derecha, sino que eso debe expresarse en gente que esté dispuesta a llevarlo a cabo. Todo esto es un gran desafío ya que la juventud ve como negativa la participación directa en política, ser candidato, hacer una renovación generacional de la política todavía no está muy en el inconsciente colectivo, entonces creo que es la reivindicación más importante y transversal de este movimiento.

Llama mucho la atención una las mantas colgadas en un liceo tomado que dice “Somos la generación que nació sin miedo”. ¿Cómo ves el despertar también de los jóvenes en este sentido, de romper con esa parálisis en el plano subjetivo, es decir, de dejar de tener miedo a la participación y a la represión política? Somos una generación que no vivió directamente las consecuencias del golpe militar, porque si uno se fija, por ejemplo, en los padres, en las madres o incluso las abuelas que salen a las calles, que plantean lo mismo que estamos planteando, como el tema de la renacionalización de los recursos naturales, pero no lo decían por el miedo a revivir el período de la Unidad Popular y que esto se vuelva a tener que enfrentar a una nueva dictadura militar.

Nosotros no, no tenemos ese miedo en el gen, y además, somos jóvenes y los jóvenes somos la levadura, como dice la canción. De alguna forma somos la generación que perdió el miedo, que sabe de la represión pero sabe también cómo enfrentarla, que se cree con el poder suficiente para plantarse políticamente, que es algo que no se veía el año pasado o el año antepasado.

La gente decía que los jóvenes somos apolíticos, pero confundían el apoliticismo con el apartidismo, o con el manejo de ciertos partidos de la política. Y un fenómeno particular que se da actualmente es que hay una mayor cantidad de inscripciones en partidos o en colectivos. Esto demuestra un salto cualitativo en esta generación que pierde el miedo, y que quiere tomar estas armas en sus manos para ser constructor del futuro.

Como dirigente estudiantil, pero además como militante comunista, ¿cuáles consideras que son los desafíos de una izquierda anticapitalista renovada? Y, ¿qué autocrítica harías al respecto, y qué habría que replantearse como organización política?

Es cierto que se hacen muchas críticas a los partidos tradicionales, sin embargo ese cuestionamiento es muchas veces muy simplista, porque, por lo mismo, por lo tradicionalista, uno tendría que cuestionar nuestras propias instituciones representativas, como la Federación de Estudiantes de Chile (FECH), que tiene más de cien años de historia y es una institución tradicional. Pero eso no significa que haya que eliminarla, destruirla, o plantear algo nuevo, sino que hay que mejorarlas internamente, porque son nuestras herramientas.

 El Partido Comunista efectivamente tiene que replantearse muchas cosas. Y seguramente, por los años de vida que tiene ha cometido errores, pero también ha sabido enfrentarse a los desafíos de la historia y volver a resurgir. No olvidemos que después de la dictadura direcciones políticas enteras fueron eliminadas.

Entonces, es un partido que tuvo que reconstituirse no solamente en la militancia, en lo orgánico, sino también en lo político. A pesar de eso, creo que ha sido el único partido, o herramienta de la izquierda, que ha tenido una proyección política clara: táctica, estratégica y de programa político. Y, nos guste o no, creo que ha sido un referente para la izquierda, para ella misma plantearse positiva o negativamente, y esa es la crítica que yo también hago a los otros sectores de la izquierda: la poca consolidación entre ellos mismos, o sea, las divisiones que se van produciendo en su seno.

En períodos cortos de la historia, desde algunos de estos sectores de la izquierda, ciertos procesos o luchas se han planteado muy en función del accionar del Partido Comunista, de lo que hace o no hace. Es decir, cualquier cosa que pase, si ellos son parte de un proceso, y algo sale mal, se dice que es culpa del Partido, porque obviamente se encuentra en una posición más de conducción que el resto.

Por otro lado, yo creo que el error del Partido, es no haberse volcado –más allá de los movimientos sociales, en esta política de viraje que ha tenido el Partido de acercarse a ellos– a dialogar de mejor forma con esos sectores que cuestionan, muchos con críticas destructivas, pero otros con críticas constructivas. Entonces, de lo que se trata es de encontrarse con estos espacios para realmente generar una alternativa.

 Además, si bien en el Partido se dice que a un sector de la Concertación hay que tensionarlo, se tiene claro que la tensión no debe ser de nosotros hacia allá, sino de ellos hacia acá. Que efectivamente construyamos un polo que permita un acercamiento de sectores de la Concertación, que atraiga a los sectores más simpatizantes de la postura antineoliberal, que ya se están evidenciando de alguna forma con este conflicto.

 Ese es uno de los desafíos que tiene que asumir el Partido Comunista, justamente en un momento donde la Concertación está siendo fuertemente cuestionada. Nosotros no queremos ser parte de eso, nunca lo hemos querido ser, y esto muchas veces se ha malentendido. Entonces, el desafío es cómo hacemos para construir una tercera alternativa, que no sea algo testimonial y la gente termine votando por el mal menor dentro de los dos bloques mayoritarios.

Por último, ¿qué opinión te merecen los recientes levantamientos populares en África y Europa, así como la actual coyuntura latinoamericana, una coyuntura que hasta hace muy poco tiempo, y en buena medida, parecía tan contrastante con respecto a la realidad neoliberal chilena?

Yo creo que en el concierto internacional uno siempre puede ver estos conflictos en su carácter sistémico, que plantea una crisis del capitalismo global. En todas las sociedades se están cuestionando los modelos imperantes y las formas tradicionales de hacer política, de tomar decisiones principalmente, cuyos abusos históricos ya son insostenibles. Sí, creo que hay diferencias, ya que todos los procesos tienen sus particularidades y en Chile, evidentemente, no se levanta un movimiento de inmediato planteando un problema estructural, un cuestionamiento directo al sistema en general. En Chile se partió de algo muy particular que luego fue extendiéndose, y eso creo que fue lo positivo, esa capacidad táctica estratégica de plantear los temas. Entonces, no se pierde el foco de la demanda educacional, pero el movimiento logra ampliarse y hacer entender a la gente que este problema particular corresponde a un problema estructural.

En Latinoamérica esto fue muy diferente, porque Chile es el país más neoliberal del mundo y la contradicción es mucho más grande. Sin contar a países, como por ejemplo Colombia, Puerto Yo creo que en el concierto internacional uno siempre puede ver estos conflictos en su carácter sistémico, que plantea una crisis del capitalismo global.

En todas las sociedades se están cuestionando los modelos imperantes y las formas tradicionales de hacer política, de tomar decisiones principalmente, cuyos abusos históricos ya son insostenibles. Sí, creo que hay diferencias, ya que todos los procesos tienen sus particularidades y en Chile, evidentemente, no se levanta un movimiento de inmediato planteando un problema estructural, un cuestionamiento directo al sistema en general. En Chile se partió de algo muy particular que luego fue extendiéndose, y eso creo que fue lo positivo, esa capacidad táctica estratégica de plantear los temas.

 Entonces, no se pierde el foco de la demanda educacional, pero el movimiento logra ampliarse y hacer entender a la gente que este problema particular corresponde a un problema estructural. En Latinoamérica esto fue muy diferente, porque Chile es el país más neoliberal del mundo y la contradicción es mucho más grande. Sin contar a países, como por ejemplo Colombia, Puerto Rico, etc., el resto de los países de Latinoamérica, sin ser revolucionarios, tienen gobiernos progresistas o socialdemócratas. Y en Chile nunca pasamos a esa etapa con los gobiernos de la Concertación, nunca tuvimos gobiernos socialdemócratas.

 En ese escenario, los movimientos estudiantiles, y en general los movimientos sociales, han podido tener un mejor diálogo con los gobiernos. Yo he estado por ejemplo en Brasil, y obviamente los movimientos tienen cuestionamientos a los distintos programas y a las políticas que han tenido tanto Lula anteriormente como ahora Dilma, pero uno se da cuenta que hay una mayor facilidad para el diálogo y la participación desde los movimientos sociales; en los últimos años hay una instancia de diálogo que antes no existía y que ha permitido avanzar al menos un poco en ciertas conquistas parciales.

En cambio en Chile eso no se evidencia, porque quedó un legado de la dictadura muy fuerte y que no se ha derrumbado. Tuvo que haber un proceso tan fuerte y tan masivo como éste que protagonizamos los estudiantes, para que se volviera a plantear la necesidad de democratización del país, que se había planteado con la vuelta de la democracia, pero que nunca se cumplió.

En nuestro país, recién después de casi treinta años, se ha podido volver a plantear –sobre todo por el impulso de la juventud que logró que se pierda el temor– que era lógico que, para volver a la democracia, teníamos que cambiar la Constitución que había sido implementada por la fuerza y que se discutió y redactó por cuatro personas de la junta militar, y además con ideas venidas desde afuera. Este fue un experimento que ya no resulta, y ha quedado en evidencia que es preciso desmantelarlo y construir algo nuevo. Entonces, creo que hay algo general que tiene que ver con el modelo neoliberal y con el capitalismo global, que está siendo profundamente cuestionado por nuestras sociedades, pero atendiendo en el análisis a las particularidades históricas que tiene cada país.

Fuente: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/osal/20120417105250/OSAL31.pdf

Fuente imagen:http://camilavallejodiputada.cl/wp-content/uploads/2014/10/camilita.jpg

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Una educación superior de calidad y gratuita

Centroamérica/Panamá/14 de Agosto de 2016/Autor: Ricardo Pacheco Tack/Fuente: La Estrella de Panamá

Una de las principales metas de las próximas administraciones de la Universidad de Panamá es rescatarla del deplorable estado de descrédito social en que se encuentra actualmente e incrementar sustancialmente el nivel académico y por extensión, la competitividad del país.

Siempre he sostenido que la educación en todos sus niveles debe ser libre, laica, de calidad y gratuita, incluso para los hijos de familias acomodadas económicamente. La administración universitaria saliente ha venido quejándose continuamente de los recursos económicos a su disposición, 234 millones de balboas en el 2016, lo cual demuestra en parte su incapacidad de gestión al no hacer los correctivos correspondientes; no obstante, con un uso adecuado y racional del presupuesto asignado, podría garantizarse el funcionamiento normal de la institución, siempre que el mismo sea destinado a rubros sensitivos a partir de una planificación consistente con las metas.

La universidad debe ser para aquellos alumnos que se esfuerzan por cumplir con sus obligaciones como estudiantes, que luchan constantemente por superarse integralmente como persona y no para aquellos que solo se conforman con la nota mínima del pase y mucho menos para los ‘estudiantes profesionales ‘ con 20 o más años de permanencia en la Universidad de Panamá.

En el esquema que sugiero, debe considerarse:

1) Establecer los requisitos mínimos que debe cumplir todo alumno de primer ingreso en comprensión, abstracción y rendimiento, lo cual puede ser evaluado a través un examen objetivo de ingreso acorde a los conocimientos que deben poseer los egresados de la educación media.

2) Planificar un curso propedéutico integral que conduzca a la nivelación de estudiantes que no lograron pasar su examen de ingreso. Aunque algunos docentes argumenten que ‘se alarga la carrera ‘, ‘nos quedamos sin alumnos ‘ o ‘sin horas ‘.

3) Determinar con la mayor rigurosidad los costos de la formación de los profesionales en cada una de las carreras ofertadas. Costos que incluyan no solo el salario de los profesores, sino también el de los materiales y equipos empleados, al igual que su mantenimiento. La preparación de calidad de un médico, físico, abogado, agrónomo, historiador, operador turístico, etc. tienen costos diferentes. Aquí no vale la división del presupuesto global entre número de alumnos.

4) Determinar el valor móvil de cada crédito por disciplina de estudio.

5) Fijar el tiempo máximo de permanencia en la institución.

El estudiante que ingresa por vez primera NO PAGA UN SOLO CÉNTIMO DE MATRÍCULA; si al final del semestre, ha aprobado todas sus asignaturas, se matricula automáticamente en el siguiente semestre sin costo alguno y así, sucesivamente durante toda la duración de la carrera. En este sistema, la colegiatura de los estudiantes que cursan regularmente sus estudios, sin fracaso alguno, sería totalmente gratuita. Esto sería un estímulo a la dedicación del estudiante y no lo que ha venido sucediendo por años donde muchos estudiantes crónicos, ‘líderes ‘, quedan insertos en alguna planilla.

Un estudiante que no haya aprobado una asignatura tendrá derecho a presentarse, dos veces y en forma gratuita, a un examen de rehabilitación o convalidación, según sea el caso.

Si el estudiante no supera los exámenes indicados, tendrá derecho a matricularse nuevamente en la materia no aprobada, pero pagando el valor del crédito. En caso de que no quiera asumir el costo de los créditos, podrá retirarse de la institución abonando la tercera parte del valor por cada crédito certificado. Esto último permitiría recuperar parte de la inversión estatal, en caso de que el alumno quiera utilizar los créditos en una universidad privada, de pago.

Aquellos estudiantes carentes de recursos económicos que cumplan con las condiciones exigidas por la Universidad y con sus responsabilidades académicas ingresarían en un programa de becas que podría extenderse a toda la carrera.

Con unos estudio universitarios gratuitos, se incentivaría a todos los egresados del secundario que desean superarse académicamente y además, antes de ingresar a la Universidad el alumno y sus familiares deben conocer bien las responsabilidades que implica estar en una institución de educación superior y así de a poco iremos dejando atrás lo que muchos catalogan como una ‘escuelona ‘.

Este sistema se podría implementar hasta los estudios de postgrado, tal como sucede en otros países del norte de Europa y países del Cono Sur.

Fuente: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/educacion-superior-calidad-gratuita/23955802

 

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Sudáfrica: 0% university fee increase for 2017 will be unsustainable

África/Sudáfrica/14 de Agosto de 2016/Autor: Dineo Bendile/Fuente: EWN

RESUMEN: El Consejo de Educación Superior ha recomendado un aumento en todos los ámbitos relacionadossegún la inflación para las universidades de Sudáfrica en 2017. A principios de este año, el ministro de Educación Superior Blade Nzimande pidió al consejo para que le asesore sobre un marco regulador para la gestión de los aumentos de tasas tras numerosas protestas de los estudiantes. Ahora el cuerpo ha presentado un informe al Nzimande, donde se dice que un aumento de tasas cero por ciento el próximo año será insostenible. El Consejo de Educación Superior ha aconsejado a las universidades para acordar un aumento de tasa uniforme que será implementado en el año 2017. Se cree que un aumento de la manta en el nivel del índice de precios al consumidor es el método más favorable para su uso. Según el informe, este método equilibra los intereses de los estudiantes con la sostenibilidad del sector de la educación superior. Sin embargo, muchas asociaciones de estudiantes que han hecho presentaciones ante la comisión de investigación sobre la educación superior gratuita esta semana todavía mantienen el rechazo hacia el aumento de tasas el próximo año.

The Council on Higher Education has recommended an across the board inflation-related increase for South Africa’s universities in 2017.

Earlier this year, Higher Education Minister Blade Nzimande asked the council to advise him on a regulatory framework for managing fee increases following numerous student protests.

Now the body has submitted a report to Nzimande, where it says a zero percent fee increase next year will be unsustainable.

The Council on Higher Education has advised universities to agree on a uniform fee increase which will be implemented in 2017.

It believes a blanket increase at the level of the consumer price index is the most favourable method to use.

According to the report, this method balances the interests of students with the sustainability of the higher education sector.

The council says universities are better off negotiating as one unit than having individual exchanges with students over increases.

However, many student bodies that have made presentations to the commission of inquiry into free higher education this week still maintain they want no fee increase next year.

‘THERE’S NO MONEY’

Yesterday, National Treasury said it hadn’t budgeted for another zero percent fee increase in the higher education sector next year.

Treasury said it hadn’t made any plans for the decision to be rolled over to 2017 but it had planned for fee increases to resume next year and will now continue with involvement in fee discussions.

Treasury Deputy Director General Michael Sachs said, “We’ve budgeted on the basis that we will return to the situation of normal fee increases.

“But of course we’re prepared to respond to changes if they’re there.”

Sachs said continuing with no fee increases will mean sourcing money from other aspects of the Budget.

With Treasury saying it’s not willing to take out loans to spend more on higher education, it said the only other alternative is to increase taxes.

Lobby group Students for Law and Social Justice (SLSJ) said it believed students should only pay university fees based on what they can afford.

The group made its presentation to the commission of inquiry into free higher education yesterday afternoon.

Like other student groups, it was also calling fees to remain flat despite National Treasury saying it hadn’t budgeted for this next year.

Representatives from SLSJ said they didn’t agree with calls for higher education to be free for everyone.

Nikhiel Deeplal said the rich, who can afford to pay, must do so to ease the burden of government having to subsidies universities.

“The rich must be able to subsidise the poor, therefore remove the billions that are being pumped into State institutions and we give it to individual students.”

The group believed its proposed method will work better than the current system which sees National Student Financial Aid Scheme funding given to poor students, while those who don’t qualify are disadvantaged.

Fuente: http://ewn.co.za/2016/08/13/Council-on-Higher-Education-recommends-inflation-related-increase-for-universities

 

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Guyana seeking to get UG School of Medicine re-accredited

América del Sur/Guyana/14 de Agosto de 2016/Fuente: The Daily Observer

RESUMEN: Una delegación de la Autoridad del Caribe de Acreditación para la Educación en Medicina y otras profesiones de salud (CAAM-HP) visitará Guyana, como parte de un movimiento para restaurar la acreditación a la Facultad de Medicina de la Universidad de Guyana (UG), así lo anunció el Ministro de Educación Dr. Rupert Roopnaraine. La Escuela UG de Medicina perdió la acreditación, en julio de 2015, a raíz de la demora de la institución en la presentación de un informe sobre el progreso de la escuela de CAAM-HP, miembro de la Comunidad del Caribe (CARICOM). La escuela de medicina  perdió la acreditación después de que la autoridad encontrara que algunas de las cuestiones que había destacado en una de sus visitas anteriores a la escuela no fueron atendidas. Entre las  mejoras está la de infraestructura; una revisión del plan de estudios; y la firma de un Memorando de Entendimiento (MoU) entre el Ministerio de Salud Pública, Facultad de Medicina de la UG y la Corporación Pública Hospital de Georgetown (GPHC) para la financiación de la escuela. El organismo regional también otorga una acreditación temporal en determinadas condiciones a las escuelas de medicina en el Caribe. La Escuela de Medicina de la UG se concedió la acreditación a corto plazo para los periodos de 2008 a 2012 y 2013 para el año 2015.

A delegation from the Caribbean Accreditation Authority for Education in Medicine and other Health Professions (CAAM-HP) will visit Guyana, as part of a move to restore accreditation to the medical school at the University of Guyana (UG), Education Minister Dr Rupert Roopnaraine has said.

He told the National Assembly that “we are anticipating that at the end of November, the team will complete it works”.

Parliament has committed GUY$109.6 million (One Guyana dollar =US$0.16 cents) to support the re-accreditation endeavour.

“…it is very important that we get the accreditation and all its details right,” Roopnaraine told   legislators, adding that the supplemental covers the cost associated with the six-member visiting team.

The UG School of Medicine lost accreditation, in July 2015, following the institution’s delay in submitting a report on the school’s progress to CAAM-HP, the accrediting body for medical, veterinary, and dental schools in the 15 -member Caribbean Community (CARICOM).

The school of medicine lost accreditation after the authority found that some of the issues that it had highlighted on one of its earlier visits to the school were not addressed. These included infrastructural improvements; a review of curriculum; and the signing of a Memorandum of Understanding (MoU) among the Ministry of Public Health, UG’s School of Medicine, and the Georgetown Public Hospital Corporation (GPHC) for funding of the school.

The regional body also grants temporary accreditation under certain conditions to medical schools in the Caribbean. The UG School of Medicine was granted short-term accreditation for the periods 2008 to 2012 and 2013 to 2015.

Fuente: http://antiguaobserver.com/guyana-seeking-to-get-ug-school-of-medicine-re-accredited/

 

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