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Colombia: El Ministerio de Educación revela las 10 universidades con más quejas en el país

Colombia/Caracol.com/ 11 de Mayo de 2016

Algunas de las quejas más recurrentes son por actuaciones de los órganos de gobierno, la devolución y el cobro de matrículas, y los procesos de evaluación y de calificaciones.

La viceministra de Educación Superior, Natalia Ariza Ramirez, reveló los problemas de los que más se quejaron los colombianos sobre la prestación del servicio de Educación Superior durante el año 2015.

Dijo que se recibieron cerca de 2.500 quejas sobre gestión institucional de los órganos de gobierno y dirección, con un 12.8% del total de los reclamos; por demora en la devolución de la matrícula a los estudiantes, el 7.9% de las notificaciones; por alza en los valores de las matrículas, el 7.2 %, y los demás inconvenientes en los procesos de evaluación con un valor de 7.2%.

Las 10 instituciones de educación superior sobre las que el Ministerio de Educación Superior recibió el mayor número de quejas durante el año 2015 son:

El Ministerio de educación dispuso en su sitio web www.mineducacion.gov.co una herramienta tecnológica para que los colombianos que deseen puedan interponer sus quejas y reclamos por el servicio que reciben en los programas de Educación Superior.

Fuente:http://caracol.com.co/radio/2016/05/11/nacional/1462970693_029560.html

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Chile: Movilización del 11 de mayo primer empuje para desarrollar la lucha nacional

Fuente: Adital/kaosenlared/ 11 de Mayo de 2016/ Dauno Tótoro

La marcha estudiantil del 11 de mayo se enmarca en un escenario político agitado. El estudiantado organizado puede dinamizar dicha situación, apoyando prácticamente al pueblo chilote en lucha, desarrollando sus propias movilizaciones. Para esto hay que avanzar a las formas más democráticas de organización.

La CONFECH, la CONES y la ACES han convocado a una nueva movilización a nivel nacional para el 11 de mayo. Esta sería la tercera jornada masiva de movilización callejera del mes, luego del 1ero de mayo (día internacional de los/as trabajadores/as) y del 5 de mayo (marcha convocada por la CONES).

Dicha marcha se enmarca en un momento complejo y dinámico: en el sur, los pescadores artesanales, trabajadores de la industria del salmón y en general el pueblo de Chiloé han salido a las calles por el desastre medioambiental generado en sus costas. El gobierno de la Nueva Mayoría ha respondido exclusivamente con negativas a sus exigencias y con la más dura represión.

Se han viralizado imágenes de micros de Fuerzas Especiales, carros lanza aguas, zorrillos y efectivos policiales siendo trasladados en aviones, embarcaciones e incluso ambulancias. Sólo mano dura en defensa de los empresarios y sus intereses es lo que tiene Bachelet para entregarle al pueblo trabajador.

Al mismo tiempo, el debate educativo está candente. En el marco general de una beca de gratuidad que deja a cientos de miles afuera, que mantiene en la incertidumbre a otro enorme puñado de estudiantes, y que no garantiza una gratuidad efectiva, manteniendo el mercado educativo, el gobierno y la derecha buscan con celeridad que el proyecto ingrese rápidamente al Congreso.

Es que están desesperados por legislar para que nada cambie. Son un Parlamento totalmente ajeno a las necesidades del movimiento estudiantil, plagado por escandalosos casos de corrupción.

En ese marco es donde se desarrolla la convocatoria a movilización. Pero esta misma ha sido precedida por importantes luchas, como la toma de la Facultad de Derecho de la U de Chile, que a pesar de que la Izquierda Autónoma, que dirige dicho Centro de Estudiantes, se ha negado a apoyar la movilización, ha sido mantenida por varios días, triunfando en las votaciones y exigiendo la reincorporación de 5 compañeros/as expulsados arbitrariamente de la escuela.

Francisco Flores, miembro de la agrupación local de estudiantes La Hazaña, militante de la ACR y vocero de la toma, declaró que «Llamamos a que el Pleno FECh y los Centros de Estudiantes de la U de Chile solidaricen con nuestra movilización, que levanten declaraciones y acciones en apoyo, porque sólo la unidad nos llevará al triunfo”.

Mayo será un mes agitado, y tenemos que aprovechar esta coyuntura para desarrollar fuertemente un proceso de movilizaciones y de coordinación desde la base. Para esto, algunas medidas que podemos tomar como movimiento estudiantil y que apuntan en ese sentido pueden ser el desarrollo de la coordinación territorial, a través de Cordones, como se viene intentando en el Cordón Macul, como espacios dinamizadores de la movilización, o la apertura de los zonales de la CONFECH para que asistan delegados de base de las diversas carreras, a plantear sus problemáticas, y en función de estas, agendar nuevas fechas y métodos de movilización, que robustezcan la lucha nacional, y liguen en los hechos, lo local con lo nacional.

El desarrollo e impulso de nuestra movilización, que nos devuelva a las calles, y que debe fortalecerse con tomas y paros de nuestros espacios, como centros de organización política, nos permitirá, en los hechos, ir desarrollando un plan de lucha a nivel nacional, que pueda organizarse y discutirse mediante encuentros de delegados de base por Universidades.

Dichos encuentros permitirían el desarrollo de nuevas iniciativas y nuevos insumos para las discusiones de las asambleas, generando un proceso de discusión y movilización muchísimo más vigoroso.

Es que las actuales Federaciones y la CONFECH, han mostrado no estar a la altura. Estatutos que impiden la participación de la base, síntesis o actas de decenas de páginas que casi nadie leerá y un lenguaje técnico poco entendible, además de una práctica política por parte de las dirigencias de la CONFECH que avalan y mantienen este estado de cosas, han llevado a que se presenten en los hechos la necesidad de refundar nuestros espacios organizativos por mecanismos más democráticos.

Hay que sacar a las Federaciones de la inmovilidad, haciendo que pesen las asambleas, discusiones, decisiones e iniciativas de la base.

El potenciamiento de nuestra lucha, será además, un aliciente, y un potente gesto de solidaridad para con los pescadores artesanales, trabajadores salmoneros y el pueblo chilote, que vienen desarrollando una destacable lucha contra el gobierno (nacional y regional) y sus fuerzas represivas.

La marcha del 11 de mayo podemos utilizarla como un dinamizador, que nos permita avanzar a superar la movilización por hitos. En ese camino además, podremos solidarizar en la práctica con Chiloé, y desarrollar un proceso de democratización de nuestros propios espacios organizativos.

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Venezuela: Rectora García Arocha: Cerrar las puertas de la UCV no es la manera de protestar

Venezuela/10 mayo 2016/Autor: Unión Radio/ Fuente: http://informe21.com/

La rectora instó a los trabajadores universitarios a defender sus derechos con un mecanismo distinto al cierre de los accesos de la de estudios

Este martes, sectores vinculados a los sindicatos de trabajadores de la Universidad Central de Venezuela trancaron la  de la casa de estudios en protesta exigiendo mejoras salariales y convocaron a un paro para este jueves. Al respecto, la rectora Cecilia García Arocha manifestó estar en desacuerdo con este mecanismo de protesta porque a su juicio, “trae como consecuencia un retraso en el crecimiento y desarrollo de las actividades universitarias”.

Durante el programa de Sheina Chang y Gustavo Gómez Morón que transmite Unión , la rectora consideró necesario utilizar otros mecanismos para llamar la atención del gobierno, responsable del aumento salarial al sector universitario.

García Arocha señaló que no ha sido posible establecer el diálogo con el Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y  y aseguró tener información sobre el retraso de los recursos para esa institución, aun cuando se cumplió con todos los trámites para su solicitud.

Asimismo, lamentó el retraso en el pago de los salarios del personal docente y administrativo a raíz de la burocatrización en la cartera de Educación Universitaria, a lo que se le suma el régimen especial de días no laborables. “¿Por qué en otras partes del mundo que también hay un fenómeno igual no ocurre esta crisis? Porque tomaron las precauciones de mantenimiento e hicieron otras actividades”, sostuvo.

Fuente de la Noticia:

http://informe21.com/actualidad/rectora-garcia-arocha-cerrar-las-puertas-de-la-ucv-no-es-la-manera-de-protestar

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La Escuela en Democracia: Entrevista a Pedro García Olivo, para el periódico anarquista “El Amanecer”

PEDAGOGÍA TRÁGICA, EDICIONES OCASO Y RATA NEGRA EDICIONES CONVERSANDO CON PEDRO GARCÍA OLIVO

Ediciones Ocaso, Pedagogía Trágica y Rata Negra Ediciones, colectivos de la Región Chilena, estuvieron conversando con Pedro García Olivo sobre la cuestión de la Escuela y su reforma en el contexto de las nuevas y viejas democracias.

idea 1
Recogemos, a continuación, los primeros desarrollos de la entrevista:

LA ESCUELA EN LA DEMOCRACIA
Perspectivas para la denegación de toda forma de Escuela
(Pedagogía Trágica, Ediciones Ocaso y Rata Negra Ediciones conversando con Pedro García Olivo)
Entrevista para el Periódico Anarquista “El Amanecer”
Colaboran : Pedagogía Trágica, Ediciones Ocaso y Rata Negra Ediciones
Junio 2015 / Región Chilena
Pregunta núm 1
Universidad y Anarquismo

Siendo la Universidad un campo de concentración, donde circulan tanto amos como esclavos (académicos y estudiantes), estos últimos aún insisten en recurrir a ella como una salida o bien como un punto de encuentro: talleres, foros, encuentros, actividades, etc.
Usted también ha sido partícipe de ella, sea desde el espacio académico de formación y más tarde como un odiador (…).
Cabe preguntarse lo siguiente: ¿Es válido hacer desde allí un daño al aparato educativo y cómo ve usted esta enorme contradicción de seguir recurriendo o buscando en ella una especie de movilidad social o si, lo prefiere, una especie de concientización de masas?
En mi opinión, las demandas de educación pública, de calidad y gratuita, son un signo de la postración contemporánea del pensamiento crítico y de la praxis antagonista. La escuela pública, universal, como pretendido “derecho”, es una exigencia clásica del Capitalismo consolidado. El Sistema requiere escuelas, o bien estatales o bien para-estatales (privadas, concertadas, semi-públicas,…), con una preferencia creciente por los proyectos no-directivos, a menudo de inspiración libertaria… Acabo de participar en la Semana de las Educaciones Alternativas de Bogotá, evento sufragado con fondos públicos, desde los aparatos políticos y las cuotas de poder de la izquierda, de la socialdemocracia, del progresismo reformista. Se evidenció allí un interés mayúsculo de las administraciones, siguiendo pautas emanadas del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional, de la Unesco y de cierta tecnocracia educativa muy influyente a escala global (pensemos en E. Morin, con su celebrado y siniestro manifiesto: “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”) y de los modelos propuestos por las potencias hegemónicas, en “reformar” la Escuela, en alejarla de los prototipos autoritarios clásicos, que ya no sirven para reproducir el Sistema, y en organizarla desde las pautas de “lo alternativo”, lo “no-directivo”, lo “activo y participativo”, lo “dialógico”, lo “democrático”, lo “asambleario”, etc.

La “Escuela alternativa” por la que se clamaba en ese encuentro (que se inscribe en una larga seria de eventos semejantes, en todos los continentes) será mañana la “Escuela oficial”, y de hecho ya lo es hoy en parte de Europa: es la Escuela por fin readaptada a una fase del Capitalismo que ya no requiere, sin más, “obreros dóciles y votantes crédulos”, sino “ciudadanos asertivos, emprendedores, organizativos; gentes creativas, imaginativas, asociativas” siempre —y este es el aspecto crucial— desde la aceptación franca de lo dado, desde la instalación plena en el sistema o, al menos, desde el deseo irrefrenable de acomodación. Para este nuevo perfil demandado por la máquina política y económica ya no sirve la escuela tradicional; se precisa una Escuela Renovada, y hay un interés mayúsculo, en las agencias económicas y en los poderes políticos, en promoverla.

Pero, como aconsejaba Maquiavelo, tal “exigencia del Sistema” no ha de ser meramente impuesta: conviene que sea el pueblo, la ciudadanía, el común de las gentes, quienes la demanden, quienes “luchen” por ella, movilizándose, llenando las calles, enfrentándose incluso con la policía, recibiendo golpes y padeciendo cárceles, soñando “conquistarla”. Cuando el clamor popular sea notable, y todo el mundo aspire a la reforma, el Príncipe, en un gesto de sensibilidad social y de amor a sus súbditos, “concederá” aquello que, desde el principio, deseaba “decretar”. No habrá “impuesto” nada: se dirá que ha cedido ante una aspiración ciudadana, o que la ha atendido al menos.
Este es nuestro caso: las demandas de Educación Pública Universal, de Escuelas Renovadas, de Pedagogías Aternativas, de Reformismo Metodológico, etc., son alentadas hoy por los poderes establecidos, aunque se permitan el guiñol de una represión de los demandantes, aunque encuadren frente a ellos policías y otras escuadras brutales. Estamos, aquí, en el ámbito de la “conflictividad conservadora”, de la “desobediencia inducida”, de lo que Foucault llamó “ilegalismo útil”, política e ideológicamente rentable.
Un mínimo punto de radicalidad en el cuestionamiento del dispositivo de enseñanza conduce a no aceptar la estatalización de la educación; a no tolerar la figura “demiúrgica” del Profesor, la hipóstasis del “encierro formativo” y el discurso anestésico-narcótico de las pedagogías todas, incluidas las nominalmente libertarias.
La segunda parte de vuestra pregunta plantea una cuestión compleja, que no tengo resuelta de un modo satisfactorio… Como “cementerio del espíritu”, que decía A. Artaud, es muy poco lo que cabe esperar de la Universidad para la crítica no sobornable y los anhelos de transformación. Pero cabe discutir el alcance de ese “muy poco”….
Yo nunca he simpatizado con las estrategias “entristas” o “de infiltración”, que hablaban de la necesidad de “tomar” progresivamente los centros de poder, para de algún modo desnaturalizarlos y volverlos contra su funcionalidad originaria. He visto ahí meras racionalizaciones del deseo de instalación, de la voluntad de acomodo. Los profesores de la Escuela de Frankfürt, con Adorno y Horkheimer a la cabeza, nos han ilustrado tristemente sobre la misera de dicha táctica: aspirar, decían, a la “pequeña desviación”, a la “diferencia mínima”, desde los mismos aparatos del Estado, incluida la Universidad, como refugio último de la esperanza emancipatoria.

Un gran radicalismo verbal se conjugaba en ellos con la completa adaptación a la maquinaria política y cultural capitalista (de ahí su asentamiento en la Universidad, su éxito académico, su poderosa estructura editorial, sus confortables viviendas, su aburguesamiento existencial,…). Detesto esa suerte de cinismo, esa división esquizoide entre el pensamiento y la vida; y no me parece sincera su apuesta por una ingresión rebelde en el sistema universitario… En España, hemos tenido los casos, quizá aún más lamentables, de celebrados “anarcofuncionarios”, empoltronados en la Universidad, viviendo de su enemigo declarado: el Estado. El anarquista que trabaja para el Estado, dando clases por ejemplo, encarna la máxima contradicción concebible, el cinismo más vergonzante: no se engaña en absoluto, no es víctima de una ilusión, de una mentira interior (si fuera presa de un auto-engaño, en el sentido de Nietzsche, si “creyera” en su oficio, aún le cabría cierta disculpa), pues lo sabe todo, sabe para quién se vende, a cambio de qué se le paga, la ignominia de su ocupación y de su vida, y sigue no obstante adelante…

En “El carácter destructivo”, W. Benjamin ofrece una descripción que se hace cargo admirablemente de la psicología de estos sucios personajes… En efecto, en un texto quizás ambiguo, este frankfürtiano díscolo describió un tipo de carácter, una estructura de la personalidad, que, en mi opinión, halla entre los “profesores izquierdistas” de nuestros días no pocos exponentes: el “carácter destructivo”. Esta psicología, que termina anegando el pathos destructivo en la conformidad y hasta en la reacción, que encuentra su referente social en la pequeña burguesía descontentadiza (o en los sectores revoltosos de la clase media, por utilizar otra expresión), y que también caracteriza a un segmento de la clase empresarial, se distingue por la insistencia en el rechazo visceral y en las propuestas demoledoras desde un cierto acomodo, desde una inocultable seguridad, desde un estar a salvo de las consecuencias previsibles de aquel rechazo y de aquella demolición.

El “carácter destructivo” aboga por una conmoción en la que no arriesga personalmente nada, unos trastocamientos que en nada afectan a su mundo. No se compromete verdaderamente, no se involucra hasta el fin, en las luchas que proclama, en los conflictos que suscita, en las convulsiones a que asiste. Su beligerancia, su radicalismo, su disconformidad, es, exactamente, de índole ritual, escenográfica, y tiene que ver, por un lado, con cierta “subida del telón” profesional y, por otro, con una particular conformación de su carácter —con un desdoblamiento de su psicología que reconcilia, como decía, la sed de crisis con el conservadurismo secreto, el apetito de infierno con el amor de Dios, los gestos de la negación insobornable con el soborno de una afirmación no-declarada.

En tanto “carácter destructivo”, el universitario progresista se incapacita para la verdadera praxis transformadora, disuelve e inoculiza su aparente insumisión en una parafernalia de ritos catárticos, en una gesticulación simbólica de hombre que niega las cosas de este mundo porque no peligra su bienestar en este mundo y que parece amar el desorden por el exceso mismo del orden que ha instaurado sobre los asuntos de su vida. Ritual y casi hipócrita, la ‘destrucción’ por la que suspiran muchos profesores contestatarios vale lo mismo que una consigna de rebelión escrita en la arena de la playa por un hombre desocupado que toma el sol entre bostezos: no es sincera, y la borrará cualquier pequeña ola…

Pero me ha parecido también que, en situaciones concretas, puede resultar interesante desatar discursos críticos, anti-escolares, anti-universitarios, en la misma Institución. Por un lado, el pensamiento des-sistematizado sale así, de alguna manera, de su gueto natural, de sus circuitos a veces sectarios, y alcanza a receptores, a públicos, en los que puede realmente “estallar”. Se trata de una cierta transgresión del orden del discurso, que se da raras veces, y en la que yo gusto de involucrarme.

Plantear, por ejemplo, con toda rotundidad, sin medias tintas, un discurso desescolarizador en la propia Universidad, ante estudiantes desprevenidos, de cuya formación se han excluido sistemáticamente tales perspectivas (dos o tres línea concedidas a la figura de I. Illich, como máximo, en las clases de pedagogía), puede resultar conmocionante y puede lanzar a muchos jóvenes tras la pista de textos y experiencias que ni se imaginaban. Ya sabéis que yo abandoné hace años la enseñanza, mi propia condición de “educador mercenario”, experto en pedagogías alternativas que encantaban por cierto a las autoridades educativas y a la propia Inspección, procurando vivir de unos huertos en el medio rural-marginal, dando la espalda progresivamente al mercado y al Estado, en una experiencia terminal de la libertad posible. Por ese lado di el culo a la Universidad, y procuré soltar un pedo en su rostro… Pero, como mi autosuficiencia no es aún absoluta, y hay alimentos que no puedo producir, más el gasto de esta conexión mínima a Internet que me permite hablar con vosotros y con los amigos, para no volverme loco de soledad, a fin de cuentas, por esta imposibilidad temporal de la autarquía, decía, de vez en cuando me dejo contratar por alguna Universidad para desatar en su seno, como pedradas contra lo establecido, discursos anti-escolares.

Los vínculos que he ido estableciendo con estudiantes que me escucharon asombrados y empezaron a replantearse alguna cosas, me hace creer que esa esporádica transacción (no me ocurre más de una o dos veces al año) arroja también unos “efectos colaterales” que son dignos de atender. También es posible, amigos, que me esté auto-engañando en este momento; y, de hecho, no tengo claro este asunto, lo confieso.

A veces determino no pisar nunca más una Universidad, no volver a dar charlas incluso, en ninguna parte, recuperando el ideal de Antístenes el Quínico: “Esconde tu vida”, “borra tus huellas”, “prescinde de todo público”… Pero, en otras ocasiones, me seduce más la beligerancia de Diógenes el Perro, su discípulo, con sus espectáculos provocativos, disgregadores, su necesidad (¿patética?) de auditorio… Oscilo de un extremo a otro, porque no hay medio camino practicable. Me callo por meses, y luego hablo demasiado —también en Universidades.
Tiendo, en conjunto, a negar la practica docente en la Universidad, si se alientan fines antagonistas; pero no me cierro en banda a la utilización selectiva, circunstancial, de sus espacios, en la medida en que se preserve la autonomía e independencia de los convocantes y de los convocados…

Fuente de la entrevista: http://pedrogarciaolivo.blogspot.com/

Fuente de la imagen; http://images.ara.cat/2015/11/01/societat/dels-que-del-perque-no_1459664116_25150359_1447x963.jpg

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Bogotá, déficit de cupos para educación superior

www.fecode.edu.co

La administración de Enrique Peñalosa demuestra un desinterés por la educación pública en todos sus niveles, además, sus políticas podrían desfinanciar a la Universidad Distrital.

Estudiantes de las zonas rurales de Bogotá  tienen garantizado su acceso a la educación superior gracias a un convenio con la Universidad Distrital. Sin embargo, mientras esto pasa, en el Plan Distrital de Desarrollo se recortan 10 mil cupos para los estudiantes de la capital.

El eslogan de la educación se ha convertido en un caballito electoral muy eficiente que a la hora de poner en práctica raja a muchos. En Bogotá, por ejemplo el alcalde Peñalosa prometió 35 mil cupos en educación técnica y universitaria y en el anteproyecto del plan de desarrollo solamente se están anunciando 25 mil, es decir, 10 mil jóvenes verán cómo sus oportunidades de ingresar a la universidad se cierran  por falta de presupuesto.

“Bogotá gradúa anualmente aproximadamente, entre la educación pública y la educación privada, 70 mil bachilleres, es decir, en campaña ya había un déficit de 35 mil cupos y en el plan de desarrollo va a haber un déficit de 45 mil”, expone el concejal Celio Nieves.

Se crearán 25 mil cupos priorizando estratos 1 y 2  egresados de colegios distritales y en condición de vulnerabilidad. En la ciudad se invierten anualmente 2.8 billones de pesos en este rubro. Se buscan ingresos para el metro y para viviendas de interés prioritario y ¿la educación donde queda? Además de cemento hay que invertir en conocimiento.

Pero mientras por un lado se recorta, por otro se garantiza en la Universidad Distrital cupos para los estudiantes rurales de la ciudad, a quienes la calidad educativa en sus regiones los pone en desventaja para acceder a este derecho. No por ellos sino por falta de compromiso de la Secretaría de Educación y el Ministerio  en el mejoramiento continuo de los procesos en el sector rural.

“La universidad tiene que diseñar estrategias de acompañamiento y garantizar la permanencia de los estudiantes, y para ello debe utilizar recursos pedagógicos”, planteó Francisco Cajiao, analista.

Las 5 áreas rurales de la ciudad accederán a estos cupos. Sin embargo aún no se ha hablado del transporte y la manutención, porque son jóvenes que viven muy, muy distantes a la universidad. No será otra vez la Distrital la que deba asumir esta deuda del gobierno con esta población para garantizar el derecho.

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Uruguay: Un análisis de la educación y el empleo

www.elpais.com.uy/09-05-2016/ Por: NÉSTOR GANDELMAN

Espero no confundir al lector con el título de esta nota. No pretendo referirme a los problemas del sistema educativo. Tampoco referirme a la pérdida de empleos del 2015, ni a las perspectivas del 2016. Quisiera comentar dos hechos relativamente conocidos del mercado laboral, cruzar ambos y analizar su implicancia.

Lo haré basándome en simples cálculos hechos sobre los microdatos de la Encuesta Continua de Hogares que elabora el INE.

Formación.
La literatura económica ha tenido un largo interés en la relación entre el nivel educativo de los trabajadores y sus ingresos salariales. El trabajo de referencia obligada es Schooling, Experience and Earnings de Jacob Mincer de 1974. En este trabajo el profesor Mincer propone una metodología de simple aplicación que permite estimar los retornos a la educación. El mero concepto de retornos a la educación nos lleva a pensar que la educación además de un bien de consumo es un bien de inversión. Una persona invierte en educarse y de esta manera mejorar sus oportunidades laborales. Al pensar en la educación como inversión surge naturalmente la pregunta de sus costos; hay costos directos (matrículas, libros, materiales de estudio, vestimenta adecuada) y costos de oportunidad asociado a las cosas que se deben dejar de lado por asignar el tiempo al estudio.

Los retornos son los mayores ingresos laborales que obtiene una persona por estar educada. En trabajos empíricos, los economistas con especialidad en mercados laborales han tomado cuidado de controlar distintos aspectos que pueden afectar la relación entre educación y salarios. Ejemplo de esto último son los estudios de discriminación de género, étnica o racial.

Permítanme en esta nota presentar simples promedios. En el 2015 el salario por hora promedio de los trabajadores cuyo máximo nivel educativo es primaria fue de $ 471. El salario por hora promedio de quienes tenían secundaria incompleta fue de $ 530. Trabajadores con secundaria completa cobraron en promedio $ 724, quienes tienen algo de estudios universitarios cobraron $ 763 por hora y para quienes tiene estudios universitarios completos el ingreso promedio por hora fue $ 1.210. Esto implica un premio salarial del 13% por iniciar secundaria, del 54% por completar secundaria, del 62% por iniciar estudiar terciarios y de 157% por terminarlos. Los premios son aún mayores mirando los últimos 20 años.

Sector público.

Para importantes sectores de la población trabajar en el sector público es preferible a trabajar en el sector privado. Confieso que me cuesta aceptar esta idea pero entiendo algunas de las razones que se esgrimen. Mal que nos pese, en tiempos de recesión, el sector privado ha llevado a cuestas el peso del ajuste en mucho mayor medida que el sector público. No solo los empresarios han cargado con los costos de la desaceleración económica sino también los trabajadores del sector privado. Esto se traduce tanto en temas salariales, de intensidad laboral o simplemente mayor probabilidad de estar desempleado.

Existe otra razón por la cual el sector público es visto como una salida laboral interesante, el salario promedio por hora en el sector público es mayor que en el privado. En el 2015, el salario por hora promedio del sector privado fue $ 603 mientras que promedio en el sector público fue $ 837, un 40% superior. En los últimos 20 años el sector público ofreció remuneraciones promedio por hora entre un 35% y un 60% superiores al sector privado.

Y llegamos al nudo de esta nota. El premio por trabajar en el sector público y el premio a la educación no van de la mano. El mayor nivel salarial que ofrece el sector público se concentra especialmente en los individuos de menores niveles educativos. Dentro de quienes tiene como máximo nivel educativo primaria, trabajar en el sector público les implicó en el 2015 un salario por hora 40% superior a trabajadores de formación equivalente en el sector privado. Para quienes tienen secundaria incompleta o secundaria completa, el sector público les ofreció 37% y 24% mayor remuneración que el sector privado. La imagen cambia al entrar en los estudios universitarios. Quienes tienen algo de universidad encontraron una remuneración apenas 7% mayor en el sector público mientras que quienes completaron sus estudios universitarios encuentran que el sector público los remunera 26% menos que el sector privado.

Los distintos niveles de remuneraciones según nivel educativo son esperados, razonables y deseables como incentivo para que los jóvenes se formen. Por otro lado, la diferencia salarial promedio entre quienes trabajan en el sector público y privado es un hecho de la realidad de dudosa conveniencia.

Conjuntamente, la heterogeneidad en los diferenciales público-privado por nivel educativo plantean interrogantes sobre la captación y manejo de recursos humanos del sector público.

En los niveles de mayor formación, en los niveles más exigentes y entre quienes pueden realizar tareas de mayor complejidad es donde el sector público es menos competitivo. No debería de extrañarnos que los profesionales más capacitados estén en el sector privado.

Finalmente, el mensaje sobre el sueño del empleo público también es claro. Existe y los datos salariales lo confirman para los menores niveles educativos. Para quienes quieren (y pueden) aspirar a niveles educativos superiores el sector privado es más atractivo.

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Argentina: Una semana con paros y reclamos en las universidades públicas

www.lanacion.com.ar/09-05-2016/

Uno de los gremios docentes empieza hoy una huelga de seis días; el jueves se prevé una marcha para protestar contra el aumento salarial propuesto por el Gobierno

Con paros, movilizaciones, clases en la calle y la expectativa puesta en la posibilidad de que el Ministerio de Educación de la Nación mejore la oferta salarial a los docentes, las universidades públicas de todo el país comienzan hoy la semana más convulsionada en lo que va del año. De hecho, las seis federaciones de gremios docentes consideraron insuficiente el 31% de aumento que ofreció el Gobierno y lanzaron una serie de medidas de fuerza que empiezan hoy con un paro de seis días convocado por Conadu Histórica. Sin embargo, de no mediar una propuesta superadora, confluirá el jueves próximo en un paro conjunto y una movilización de las seis centrales sindicales, algo que no ocurre desde 2001.
En el Ministerio prefirieron no hacer consideraciones sobre las de protestas, pero descartaron el hecho de poder constituir hoy una séptima reunión paritaria. Antes de sentar a las seis federaciones (Conadu, Conadu Histórica, Fedun, Fagdut, Ctera y UDA) deben definir en qué aspectos pueden mejorar el ofrecimiento de un 15% en mayo, 5% en octubre y 11% en diciembre. De todos modos, desde la cartera que dirige Esteban Bullrich resaltaron que la propuesta incluye adelantar el primer aumento a mayo cuando el acuerdo alcanzado con el gobierno anterior lo fijó en junio, y además afirmaron que la oferta es por 10 meses, por lo que el año próximo se reabriría la paritaria antes del comienzo de clases y no como ocurre desde 2013, cuando para desacelerar la inflación se firmó una negociación por 16 meses.

Los referentes de las seis federaciones se reunieron el martes pasado en la sede de Conadu y se volverán a encontrar mañana, en principio, para ratificar un paro conjunto con movilización al Ministerio el jueves próximo. Reclaman una recomposición salarial acorde a la lograda por los docentes en la ciudad (35,6 por ciento), en la provincia (34,6 por ciento) e incluso la pautada por Bullrich a nivel nacional cuando el ministro definió que el sueldo mínimo pase de $6060 a $8500 en julio (40 %). Suman a sus reclamos las necesidades de un mayor presupuesto para el funcionamiento de las 53 universidades públicas, jaqueadas en lo inmediato por subas de luz y gas que alcanzan el 700 por ciento. «Va a ser una semana muy movilizada para visibilizar el conflicto», consideró Federico Montero, secretario de Prensa de Conadu, la central con una mayor representatividad docente y que mañana y pasado mañana organizará clases públicas en la calle y el jueves un paro por 48 horas.
Además de Conadu, que ya impulsó cuatro paros en lo que va del año, otras tres federaciones convocaron a la huelga el jueves próximo. Son Fedun, Conadu Histórica y Fagdut (docentes de la UTN). Sergio Romero, secretario general de UDA, adelantó que de no mediar una oferta superadora «sin dudas se llamará a un paro ese día». La rama universitaria de Ctera, en tanto, confirmó que el jueves se movilizará, pero aún no anunció una huelga. Ante ese escenario, los gremios, que tienen diferencias entre sí, califican la jornada del jueves como «histórica» y sin antecedentes desde 2001, cuando se univeron para reclamar contra l recorte presupuestario propuesto por el entonces ministro de Economía,Ricardo López Murphy.

Sin dudas el nivel de conflictividad y la intensidad de los paros irá creciendo con el correr de los días y afectará las clases de muchos de los 1.480.000 alumnos de las universidades públicas y de los 30.000 estudiantes que asisten a escuelas que dependen de esas casas de estudios. Hoy, el paro de Conadu Histórica, el número 15 en lo que va del año, tendría alto acatamiento en facultades como la de Filosofía y Letras de la UBA. También en el Colegio Nacional de Buenos Aires, donde suman 22 días de clases, 15 de paro y un día sin actividad por los cortes producidos por la visita de Obama. «Sinceramente no tenemos expectativas de que el ministerio nos convoque a la mesa paritaria antes del miércoles», pronosticó Antonio Rosello, secretario adjunto de Conadu Histórica.
Aunque nadie lo diga abiertamente, las federaciones gremiales tienen a favor de sus reclamos cierto silencio de los rectores. Quienes conducen las universidades no cuestionaron el plan de lucha. Sobre el acatamiento que tienen los paros y la jornada del jueves, el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y rector de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, Guillermo Tamarit, señaló: «Hasta ahora el impacto de las medidas de fuerza es difícil de medir por la diáspora de organizaciones gremiales. Pero el jueves parece ser un día donde coinciden muchos de los reclamos y parece haber mucha determinación. Por lo tanto no creemos que antes del jueves haya una solución. Es muy difícil desandar el camino». Tamarit, a su vez, tiene la difícil tarea de ser el principal interlocutor entre las universidades públicas y el ministerio en torno a cómo se distribuirá la ayuda de $ 500 millones anunciada por Bullrich para compensar principalmente los aumentos de tarifas, una ayuda que varios rectores del conurbano ya consideraron insuficiente y que divide a los rectores en torno a cómo debería realizarse esa distribución. De todos modos, la sábana pareciera ser ciertamente corta: la Universidad de Buenos Aires ya avisó que solo por la suba de tarifas este año necesita $ 150 millones.

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