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En el Día de Internet Seguro, UNICEF hace un llamamiento para que se tomen medidas urgentes para proteger a los niños y su huella digital

COMUNICADO DE PRENSA

Más de 175.000 niños se conectan todos los días por primera vez a internet, un nuevo niño cada medio segundo, según dijo hoy UNICEF. El acceso digital expone a estos niños a una gran cantidad de beneficios y oportunidades, pero también a una serie de riesgos y daños, entre ellos el acceso a contenido perjudicial, la explotación y el abuso sexual, el ciberacoso y el uso indebido de su información privada, advirtió la organización dedicada a la infancia.

“Todos los días, miles de niños se conectan por primera vez, y esto les expone a una avalancha de peligros que sólo ahora estamos empezando a apreciar, y que estamos lejos aún de poder abordar”, dijo Laurence Chandy, Director de Datos, Investigación y Políticas de UNICEF. “Si bien los gobiernos y el sector privado han logrado algunos avances en la formulación de políticas y enfoques para eliminar los riesgos en línea más graves, debemos hacer mayores esfuerzos para comprender y proteger plenamente la vida en línea de los niños”.

En todo el mundo, 1 de cada 3 usuarios de Internet es un niño; sin embargo, tal como se describe en El Estado mundial de la Infancia 2017: Niños en un mundo digital, no se toman las suficientes medidas para protegerlos de los peligros del mundo digital, salvaguardar el rastro de información que crean sus actividades en línea y aumentar su acceso a un contenido en línea seguro y de calidad.

El informe deja claro que la obligación de proteger a los niños en el mundo digital recae en todos, incluidos los gobiernos, las familias, las escuelas y otras instituciones. Sin embargo, la publicación señala también que el sector privado, especialmente las industrias de la tecnología y las telecomunicaciones, tiene la responsabilidad, única y muy importante, de influir en la forma en que la tecnología digital repercute sobre los niños, una responsabilidad que no se han tomado lo suficientemente en serio. Es preciso aprovechar el poder y la influencia del sector privado a fin de promover la creación de estándares éticos para la industria en relación con los datos y la privacidad, así como otras prácticas que beneficien y protejan a los niños cuando están en línea.

UNICEF pide que se renueve el sentimiento de urgencia y la cooperación entre los gobiernos, la sociedad civil, los organismos de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales dedicadas a la infancia y, lo que es más importante, el sector privado, para situar a los niños en el centro de la política digital mediante una serie de medidas:

1. Coordinar la respuesta mundial, regional y nacional. Debemos profundizar la colaboración entre los responsables políticos, las fuerzas del orden y la industria tecnológica para integrar los principios de la seguridad en el diseño de tecnología y trabajar juntos para encontrar soluciones que se mantengan a la par con cierto tipo de tecnología digital que tiene el poder de potenciar y ocultar la trata ilegal de personas y otros tipos de abusos infantiles en línea.

2. Salvaguardar la privacidad de los niños. Es preciso alcanzar un compromiso mucho mayor del sector privado y los gobiernos para proteger y no hacer mal uso de los datos de los niños, y respetar su encriptación; la aplicación completa de las normas internacionales en la recopilación y el uso de datos sobre niños en línea; y enseñar a los niños cómo protegerse de las amenazas contra su propia privacidad.

3. Empoderar a los niños en línea por medio de un acceso más equitativo y la alfabetización digital. A los niños se les debe enseñar cómo mantenerse informados, comprometidos y seguros en línea, entre otras cosas por medio de una mayor colaboración entre los gobiernos y los expertos en tecnología para adoptar las medidas siguientes: elaborar plataformas de tecnología de la información y la comunicación y planes de estudios que abarquen desde la escuela primaria hasta la secundaria; prestar apoyo a las bibliotecas en línea y ampliar la capacidad de las bibliotecas públicas para enseñar aptitudes digitales; invertir en la capacitación de docentes en tecnología digital; enseñar a los niños cómo reconocer y protegerse de los peligros en línea y la desinformación; y hacer de la ciudadanía digital un componente central de la instrucción sobre la alfabetización digital.

4. Aprovechar el papel único del sector privado. Existe una necesidad urgente de establecer y aplicar normas éticas sobre datos y privacidad en las empresas con el fin de proteger y beneficiar a los niños en línea, lo que incluye la elaboración de productos desde un punto de vista ético y la realización de una labor de marketing que mitigue los riesgos para los niños.

5. Invertir para obtener mejores datos sobre el acceso, las oportunidades y los riesgos que conectarse en línea supone para los niños. Necesitamos obtener mejores datos sobre el acceso y las actividades de los niños en línea, de modo que podamos aprovechar estos datos para establecer marcos normativos y políticas que reconozcan las distintas necesidades y derechos de los niños; fortalecer la coordinación y el intercambio de conocimientos a nivel mundial para abordar los desafíos del mundo digital; profundizar la colaboración con organizaciones dedicadas a la infancia; y participar de manera más sistemática con los encargados de formular políticas y los legisladores.

“En el tiempo que se tarda en hacer clic en un enlace, un niño en algún lugar comienza a crear un rastro digital que aquellos que no necesariamente piensan en el mejor interés del niño pueden seguir y potencialmente explotar”, dijo Chandy. “A medida que aumenta el número de niños cada vez más pequeños que comienzan a utilizar internet, la necesidad de llevar a cabo una discusión seria sobre cómo mantenerlos seguros en línea y asegurar su huella digital se hace cada vez más urgente”.

Fuente: https://www.unicef.org/spanish/media/media_102560.html

Imagen de archivo OVE

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Educación digital no es alfabetización digital

Por: Carlos Magro.

La transformación digital está difuminando la distinción entre lo real y lo virtual, entre lo natural, lo humano y lo artificial. «No hay un solo instante en la vida de las personas que no sea modelado, contaminado o controlado por algún dispositivo», sostiene Giorgio Agamben. Hemos cambiado para siempre la forma en que nos comunicamos, nos informamos, trabajamos, nos relacionamos, amamos o protestamos, decía hace unos años Manuel Castells. Más que cambiar entre un estado online u offline cada vez es más claro que vivimos en un estado onlife permanenteVivimos hiperconectados, dice Jordi Jubany.

«Toda tecnología tiende a crear un nuevo mundo circundante para el hombre», afirmaba Marshall McLuhan allá por 1962. La tecnología no es solo un conjunto de herramientas. No es neutra. Es, sostiene Luciano Floridi, una fuerza ambiental, antropológica, social e interpretativa que está afectando a la concepción sobre nosotros mismos (quiénes somos), a las interacciones con los demás (cómo socializamos), a cómo interpretamos la realidad (nuestra metafísica) y a las interacciones con esa realidad (nuestras acciones). Los objetos tecnológicos están fuertemente entremezclados con la sociedad (Sheila Jasanoff). Influyen y dan forma a nuestras acciones, en la misma medida en que nuestras acciones dan forma a los objetos tecnológicos. No solo cambian lo que hacemos, sino también lo que somos. Al diseñarlos fomentamos y amplificamos ciertos comportamientos, y limitamos y reducimos otros. Definen nuevas formas de hacer y nuevas relaciones sociales y económicas. También, por supuesto, nuevas formas de aprender y de enseñar.

Nos ha faltado profundidad y complejidad a la hora de pensar el impacto de la tecnología sobre nuestras vidas. Con demasiada facilidad hemos caído en posiciones simplistas y muy polarizadas. Nos hemos mostrado profundamente utópicos, al tiempo que hemos enarbolado la bandera del más radical ludismo tecnológico. Evitar este dualismo estéril, dice Neil Postman, pasa por hacer de la tecnología un objeto de indagación, problematizando tanto su aceptación y uso como su rechazo e ignorancia. Necesitamos nuevas metáforas que nos ayuden a afrontar las nuevas situaciones. Necesitamos otros modos de imaginar y articular las relaciones entre el individuo, sus instrumentos y la sociedad. Necesitamos una ciudadanía crítica y reflexiva digitalmente (DigCom 2.1). Necesitamos una ciudadanía que, como sugería Iván Illich, controle sus herramientas.

Repensar y desarrollar nuevas formas de educación son algunos de los desafíos más importantes de nuestro tiempo. El reto no es si usar o no la tecnología, sino repensar la educación con ella. Obtener lo mejor de las tecnologías pasa, como sostiene Neil Selwyn, por estar preparados para pensar en lo peor, pero también por ser capaces de imaginar lo mejor.

La tecnología siempre ha sido importante en la educación. Nuestra actual organización escolar debe mucho a la más eficiente tecnología educativa de todos los tiempos: el libro de texto. Es importante, por lo tanto, no dejarnos llevar por la habitual amnesia educativa, y recordar que siempre ha existido una estrecha relación entre educación y tecnología, pero también que la historia de la tecnología educativa está llena de futuros que nunca han sido presentes.

Carlos Magro abrió la «Jornada de formación para docentes Universo Internet», el proyecto de alfabetización digital crítica del CCCB

Hace tiempo que las tecnologías entraron en la educación, pero en la mayoría de las ocasiones lo han hecho de una manera desigual, fragmentada y desde una concepción restringida y limitada de las mismas, modificando apenas los procesos de enseñanza. Encontramos tecnología en los despachos y en las aulas, en los procesos administrativos y de comunicación con las familias. Los profesores las utilizan cada vez más para preparar sus clases y los alumnos para buscar información y elaborar trabajos. Pero, en la mayoría de los casos, siguen quedando fuera del proyecto pedagógico del centro y del núcleo central del proceso de enseñanza-aprendizaje. La tecnología permanece en la periferia. Sigue pendiente desarrollar una pedagogía con, para y en la red.

Constatar que el cambio educativo a través de la tecnología ha resultado, hasta ahora, una promesa incumplida no nos debe llevar a ser pesimistas sobre el potencial transformador de la tecnología en educación ni, por supuesto, abandonar la pretensión de educar con y en tecnologías. Máxime cuando, como decíamos, las actuales tecnologías, lejos de constituir simplemente una caja de herramientas, definen un nuevo entorno de aprendizaje que, entre otras consecuencias, está ampliando el concepto de alfabetización, modificando nuestra relación con los contenidos, demandando nuevas formas de enseñanza-aprendizaje y difuminando las fronteras entre el aula y el hogar, lo formal y lo informal.

Constituyen un nuevo entorno que debe ser dominado por alumnos y profesores. La solución no pasa por prohibirlas. La brecha entre el uso social (informal) y el uso escolar (formal) de la tecnología tiene que cerrarse. «La tecnología es parte de nuestras vidas, las ensancha y al mismo tiempo genera sus propias complejidades. Educar para la vida es la misión de la escuela y la que tenemos, nos guste más o menos, es una vida con tecnología con sus luces y sombras. Ignorarla no es una opción, pero adoptarla sin espíritu crítico tampoco» (Tíscar Lara).

Preparar para la vida en este nuevo entorno digital supone desarrollar, entre otras cosas, las competencias necesarias para entender y aprovechar las tecnologías digitales, no solo como un conjunto de destrezas y habilidades de carácter técnico, sino como una combinación de comportamientos, conocimientos especializados, conocimientos técnicos, hábitos de trabajo, disposiciones y pensamiento crítico.

No somos ni nativos ni inmigrantes digitales. Los niños tampoco son nativos digitales que necesiten, por lo tanto, poco apoyo para sacar lo mejor de los medios digitales. Son muy pocos, realmente, los que reciben suficiente orientación en la escuela o en el hogar y muchos, por el contrario, los que carecen de las habilidades necesarias para un uso creativo de la tecnología. Más que el acceso a la tecnología, nuestro principal problema es el uso que somos capaces de hacer de ellas. Hoy la brecha digital es la que separa a aquellos que son capaces de utilizar la tecnología de manera reflexiva, activa, creativa y crítica, de aquellos otros que la utilizan de forma pasiva, consumista e irreflexiva. Una brecha que no es nueva y que reproduce, e incluso amplía, las tradicionales y aún existentes desigualdades educativas provocadas por el capital cultural, social y económico. Nos siguen faltando competencias, reflexivas, críticas y didácticas, relacionadas con las tecnologías. Necesitamos alumnos, docentes, centros educativos y ciudadanos con alfabetización digital.

Hablar hoy de educación digital es, por lo tanto, algo más que hablar de alfabetización digital. Es entender, como decíamos, que el nuevo contexto digital en el que vivimos afecta a todos los parámetros del proceso de enseñanza/aprendizaje: dónde, cuándo, con quién y de quién, cómo, qué e incluso para qué se aprende. Es asumir que los cambios deben darse simultáneamente en el currículo, la evaluación, las prácticas de enseñanza y aprendizaje, la organización escolar, el liderazgo, las infraestructuras, los espacios, los tiempos y el desarrollo profesional docente. Hablar de educación digital es hablar de ciudadanía digital y de empoderamiento de los estudiantes. De participación activa de los estudiantes en el aprendizaje (ABP, Flipped Classroom, Gamificación, Movimiento Maker) y de conexiones con el mundo «real» (comunidades de aprendizaje, aprendizaje servicio…). De pedagogías digitales y de docentes que comparten prácticas en red (aulablog). De pensamiento computacional (IBI) y desobediencia tecnológica (Cristóbal Cobo). De creatividad y producción de conocimiento. De innovación y de colaboración. De hacer con tecnologías, pero también de hacer tecnologías. De pensar con tecnologías y de pensar en tecnologías.

Hablar de educación digital es hablar de competencia digital de los centros educativos (DigComOrg de la Unión Europea; MOOC Intef DigCompOrg), de competencia digital docente (DigCompEdu de la Unión Europea, Marco Común de Competencia Digital Docente-INTEF) y de competencia digital de los alumnos (ISTE 2016Digital Skills for Life and Work. UNESCO. 2017).

En los últimos años, hemos empezado a ver aproximaciones detalladas sobre cómo desarrollar realmente en el currículo la competencia digital (Desarrollo de las competencias informacional y digital. Gobierno de AragónModelo Competencia Digital de Gales). Se han publicado instrumentos, como el Portfolio de la Competencia Digital Docente de INTEF, para medir la competencia digital de los docentes, y herramientas para ayudar a los centros educativos a reflexionar sobre la implementación de tecnologías digitales en sus prácticas educativas de autoevaluación como SELFIE. La tradicional brecha entre la teoría y la práctica empieza a cerrarse. Estará cerrada del todo cuando dejemos de hablar de educación digital para hablar, sin más, de educación. Resolver el reto de la integración de la tecnología en la educación es resolver el reto de la educación.

Las tecnologías representan una oportunidad para transitar, por fin, desde modelos de enseñanza puramente transmisivos hacia modelos de aprendizaje activo. Son una segunda oportunidad para las pedagogías progresistas (Seymour Papert). Pueden servir para fomentar el aprendizaje experiencial, las pedagogías activas, el aprendizaje cooperativo y las pedagogías interactivas. Pueden servir para formar a ciudadanos críticos, inquisitivos y participativos, incluso ciudadanos molestos, y no simplemente alumnos que pasen de curso, aprueben exámenes y saquen buenas notas.

La gran oportunidad que ofrecen las tecnologías nos coloca ante la responsabilidad de comprenderlas y aprovecharlas de manera correcta. Requieren una aproximación que, al mismo tiempo, nos permita imaginar y construir una sociedad de la información inclusiva que fomente la igualdad, la participación y el bienestar humano. La educación tiene una responsabilidad importante en el desarrollo de nuestra capacidad para pensar de manera independiente y crítica nuestro uso de la tecnología digital y la digitalización de la sociedad.

La transformación digital nos puede llevar a muchos sitios. Puede llevarnos por caminos altamente distópicos o todo lo contrario. Dónde llegaremos, tanto en el ámbito educativo, como en la sociedad en general, dependerá en gran parte de nosotros. Dependerá, en última instancia, de nuestra capacidad de construir visiones de futuro valientes, coherentes, inspiradoras y realistas. De nuestra capacidad para pensar, construir y habitar este nuevo entorno no como un espacio de competitividad e individualismo, sino como un espacio común y compartido que debe preservarse en beneficio de todos. La pregunta que tenemos que hacernos, parafraseando a Richard Rorty, es si puede nuestro futuro estar mejor hecho que nuestro presente, y qué podemos hacer para hacer mejor las cosas.

Fuente de la Foto: Lucélia Ribeiro | CC BY-SA.

Fuente del artículo: http://lab.cccb.org/es/educacion-digital-no-es-alfabetizacion-digital.

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La imagen tecnológica como cierre de la apertura del ser-en-el-mundo

Por: Jorge Díaz Piña. 

Martin Heidegger, considerado el filósofo más relevante del siglo XX (pese a su lamentable aceptación de la rectoría de una universidad alemana durante el régimen nazi-fascista de Hitler, lo que –según nuestro parecer— por más controversial que sea, no obsta para valorar su contribución intelectual, la cual reivindicaremos para producir una lectura crítica frente a las producciones representacionales o imaginativas de las Tecnologías de Información y Comunicación, TICs, o plataformas multimedia), en su texto La época de la imagen del mundo, destaca que lo fundamental de la Edad Moderna radica en la imposición de la imagen como representación del entorno-mundo (“lo ente”). Es el caso de la positivista ciencia moderna, guiada por la “voluntad de poder” y “voluntad de verdad”, para la cual el objeto o ente se manifiesta o reconstruye con objetividad cuando es re-presentado por medio del método científico, es decir, solo aquellos entes que pueden ser ajustados metodológicamente al representar de lo que “es” científicamente, en tanto imagen, tienen validez y legitimidad como verdad o certeza.

De allí que el “ser” del ente se ubique aparentemente en su re-presentación o imagen cientifizada. Por ello, la ciencia moderna trata de representar causas y efectos de las cosas al asegurar el objeto al método científico. Esto degrada al ente ya que como objeto de la ciencia, se toma solo en cuenta aspectos parciales o se construyen características que pueda controlar el método, descartando otros.

Así mismo, ocurre con la técnica o la tecnología, la re-presentación o imagen (oral, escrita, auditiva, figurativa, visual, etcétera) que induce de las cosas en su ausencia, por ejemplo, a través de los medios digitales como la televisión, con relación a la reducción de la distancia entre las cosas en el espacio, no es cercanía o relación originaria con las cosas. Por el contrario, es prevalencia de lo indistante, porque se vuelve una percepción revertida tecnológicamente frente a lo más cercano imaginariamente, ya que por más cercano en apariencia, se disipa lo más claro o esencial de los entes, que no radica en la presencia inmediata de la imagen antepuesta, sino en la relación con los lugares en este caso (habitar, morada, convivencia, comunidad, arraigo, pertenencia, lejanía, otredad, etcétera), la significación que poseen como cosas en el mundo, en su contexto real. Que se aliena cuando la cosa es una esencia aplicable a la sola presencia representada.

Con semejantes características ocurre parecidamente con el periodismo digital, que al igual que el tradicional se basa en representaciones e imágenes de hechos o sucesos convertidos en información, pero que se diferencia entre otros aspectos, por la instantaneidad e inmediatez de aquella junto con la sobreinformación o saturación informativa de las TICs fijas y móviles. Que conduce a su consumo preferencial o al gusto por el receptor a través de Internet y que es denominada “información personalizada”. Cuyo efecto sobre el receptor, es el de posicionarlo como un espectador que percibe una espectacularización del mundo, una relación informacional superficial y efímera sin implicación real; un receptor “informado” que en vez de pasar la página de un diario noticioso de papel, cambia de escena o imagen mediática, o produce un comentario o sugerencia “light” en ocasiones de interactividad lúdica mediática.

En la relación de las cosas con los hombres y las mujeres, se juegan las posibilidades de ser-en-el-mundo por su significatividad para ellos, por el mundo al que remiten, a su contexto significativo en cuanto apertura de aquellos al mundo para que sean, para ser.
Con la tecnología se corre el riesgo de alejarse del acceso a una verdad más original del mundo de las cosas; no obstante, la esencia de la tecnología, según Heidegger, en su texto La pregunta por la técnica, su desocultamiento o revelamiento de aspectos de las cosas para su dominio por la voluntad de poder y de la voluntad de verdad, podría ayudar a dar sentido al Dasein (“ser-ahí”, arrojado al mundo de las posibles opciones como existenciario ante la evadida y preocupante única posibilidad segura de ser-para-la-muerte). Dar sentido a los seres humanos en sus posibilidades de ser al proyectar-se existencialmente sobre las cosas del mundo en su significación real o verdadera, y no simulada o re-presentada apariencialmente en sus imágenes, ya que están emplazados a ser con las cosas si se ocupan del cuidado de sí mismos en su apertura al mundo como algo que les atañe, de su responsabilidad o destinación de “hacerse cargo” evitando su distracción por la errancia (“ir de un lugar a otro sin arraigo”), la avidez de novedades (“consumir lo de moda”) y las habladurías (“repetir lo que se dice sin fundamento ni criterio propio”).

Supliendo de ese modo, la inautenticidad del ser moderno, el Dasein, que se ha extraviado debido al sometimiento del “señorío de los otros”, del poder. Por la posesión y consumo de cosas que le parece le hacen falta, debido a la publicidad de los medios de comunicación, su poder de significación y sentidización, que actúan a través de la seducción distractora de la representación apariencial o imagen alienante de las cosas que lo poseen y lo consumen, olvidando que el mismísimo ser en su autenticidad es lo que falta. Sin embargo, al igual que se planteó para la técnica, los medios de comunicación o las TICs, pese a que han hecho de la necesidad de comunicarse simbólicamente un sucedáneo por medio del mero intercambio de señales y mensajes para la mínima ficción convivencial principalmente, pueden ayudar a favorecer esa autenticidad del ser, a condición de que conviertan su producción de representaciones o imágenes enajenantes en entramados abiertos de significación representacional para la elaboración propia del horizonte de interpretaciones y comprensiones críticas en común e individualmente, de las cosas del mundo por parte de los sujetos.

De allí que las TICs, a condición de ser reconvertidas tecnológica y simbólicamente, pueden ser parte de las formas del cuidado de sí al propiciar la libre por no alienada, resignificación del sentido fundamental de la vida, su reproducción convivencial sin depredación, en el actual presente histórico.

En Heidegger, es indisociable la voluntad de poder en el proyecto del “ser” de la Modernidad capitalista, y la esencia de la técnica como desocultamiento, como voluntad de verdad sobre los entes, entre estos, la naturaleza y los seres humanos, en tanto representación producida por la vía científico-tecnológica, buscando dominar así las condiciones que le permitieran asegurarse en la escogencia instrumental (medios-fines) de las racionales posibilidades existenciales. Pero en esa búsqueda instrumentalista se ha perdido como ser, y se ha sometido a sí mismo enajenadamente por las imágenes de las representaciones que ha creado con su proyecto de conocimiento y de poderío que lo ha sobrepasado, desligándose de la vida. Produciendo además, con el revelamiento que hace la tecnología, el desencanto que conlleva ante la desaparición de los misterios y del sentido fundamental de la vida al propiciar, por una parte, la secularización o desdivinización y, por otra parte, la apatía y el escepticismo. Haciendo de la vida una simple y vacía contemplación recreadora a través de las TICs, no de ella, sino de sus representaciones o imágenes distractoras. Desvinculándose de ese modo, del mundo de la vida y desentendiéndose o desresponsabilizándose de los otros; encerrándose en sí mismo, sin apertura a ser-en-el-mundo, a la fraternidad socializadora y a las nuevas instituciones democráticas radicales.

*  diazjorge47@gmail.com

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Seis errores en la educación de los niños que dificultan el aprendizaje

Por: Álvaro Bilbao.

La educación infantil academicista y excesivamente volcada hacia las nuevas tecnologías puede perjudicar el desarrollo de los niños y niñas de menos de tres años. Así lo explicó el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, autor de «El cerebro de los niños explicado a los padre», en el pasado congreso de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) celebrado en Madrid con la presencia de medio millar de maestros.

El principal objetivo de este congreso, que tiene dos ediciones al año, es poner en común nuevas técnicas de trabajo en el aula y reivindicar el papel que tiene esta primera etapa educativa en la formación de la personalidad de los más pequeños. Según Bilbao, el papel del educador es respetar y potenciar las diferencias genéticas de cada niño y niña, ayudando a construir mejores cerebros y a modular sus rasgos, fomentando la confianza en ellos mismos.

Según Juan Sánchez Muliterno, presidente de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI), «el desarrollo del cerebro del niño para que afronte con plenas garantías la etapa adulta tiene entre los 0 y los 3 años su momento más decisivo. Como asociación, reclamamos que los gobiernos reconozcan de una vez por todas la importancia de la educación infantil y que frenen el intrusismo en el sector con madres de día o guarderías ilegales que no acogen bien a los más pequeños. Por el contrario, defendemos la máxima excelencia profesional de los educadores».

Durante su ponencia en el congreso de AMEI, Álvaro Bilbao alertó de seis puntos negros en la educación de los más pequeños que, si no se tienen en cuenta y se evitan, pueden limitar el desarrollo de todas las capacidades de niños y niñas:

1. No utilizar el refuerzo positivo: Reconocer las cosas que el niño hace bien le ayuda en su proceso de aprendizaje al igual que la propia maduración cerebral, la experimentación, la observación y la instrucción recibida en la escuela. Según Bilbao, lo que importa es el proceso, más que la meta, así que hay que valorar el esfuerzo que hacen las criaturas cuando se intentan concentrar o piden una cosa por favor. Aunque el resultado no sea 100% satisfactorio en ese momento, es importante celebrar la evolución para que el niño no relacione esfuerzo con frustración.

2. Dar mensajes negativos: Repetirle a un niño que es gruñón, vago o agresivo acaba sedimentándose en el hipocampo, la parte del cerebro que almacena la memoria y los conocimientos. El efecto pedagógico de esto es contraproducente, ya que el pequeño puede acabar creyéndose lo que le dicen que es y aceptar ese rol.

3. Sobreproteger: Según Bilbao, los niños hacen lo que sienten que es fundamental en la familia. Por ejemplo, leer, no dejar comida en el plato o respetar a los demás. Su alta capacidad de observación del comportamiento de los adultos les hace aprender. Si su educador o familia se muestra inseguro y sobreprotector con respecto a él, estará estimulando la amígdala del niño, que activa el miedo y la inseguridad, en vez de la corteza prefrontal, que alberga la confianza y el afrontamiento.

4. Adulterar el ritmo madurativo natural: Es, para Álvaro Bilbao, uno de los problemas más comunes en la actualidad. «Los sistemas excesivamente academicistas provocan desmotivación porque no han desarrollado el instinto por aprender, que viene del disfrute», afirmó. En este sentido, recomendó a los maestros encontrar qué hace a cada niño especial para que “aprenda a aprender en función de las aficiones”.

5. Sobreestimular en la era digital: los niños necesitan pocos estímulos y bien desarrollados, abundó Bilbao, pero la sociedad de consumo actual no da lugar al reposo y provoca niños sobreestimulados. Puso como ejemplo el mundo digital, donde se multiplican los refuerzos positivos: puntuaciones, adrenalina, diseño gráfico de alta calidad… Además, para Bilbao, las tablets impiden que los niños aprendan a través del tacto, algo que sigue siendo fundamental porque, en edades tempranas, no tienen desasociados el mundo físico y mental como un adulto.

6. Caer en el no educar como forma de educar: las criaturas requieren mucho afecto, un ritmo tranquilo y confianza en ellos mismos. Según el experto, los educadores, tanto maestros como familiares, tienen que ayudar a los más pequeños a conectar los tres cerebros del ser humano: el cerebro reptil, que es el más instintivo; el mamífero o emocional, que se basa en la motivación y la memoria y busca acercarse a las cosas que han provocado satisfacción con anterioridad, y el racional, en el que se engloban la escritura, el razonamiento o la creatividad. Para Bilbao, la empatía y el juego son formas idóneas para conectar estos mundos mentales y educar.

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Proceso formativo de andragogía utilizando whatsapp como medio educativo

Por:  Flavio de Jesús Castillo Silva

Resumen

El presente documento tiene como propósito compartir la experiencia de la metodología empleada en un proceso formativo con más de treinta participantes radicados en doce diferentes países (México, Guatemala, Cuba, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Venezuela, Colombia, Perú, Brasil y Alemania), en idioma español y con el uso de la red social WhatsApp como medio educativo sustituyendo cualquier otra plataforma más formal como Moodle, Blackboard u otra.

Palabras claves

Andragogía, proceso formativo, educación a distancia, red social

Abstract

The purpose of this document is to share the experience of the methodology used in a training process with more than thirty participants based in twelve different countries (Mexico, Guatemala, Cuba, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panama, Venezuela, Colombia, Peru, Brazil and Germany), in spanish language and with the use of the WhatsApp social network as an educational medium, replacing any other more formal platform such as Moodle, Blackboard or other.

Key words

Andragogy, training process, distance education, social network

Desarrollo

El profesional del siglo XXI en general tiene más actividades reales y creadas que por consecuencia el día le parece muy corto para realizar todo lo que se le presenta diariamente planeado o no, el mantener una agenda llena provoca que tenga pocos momentos para participar en procesos formativos que le permitan actualizar, renovarse o introducirse a diferentes áreas de conocimiento, por lo que se queda en algunos casos hasta en el intento.

Como aliado de dicho profesionista del presente siglo están los smartphones, teléfonos móviles inteligentes, mismos que año tras año se auto superan y por consecuencia, existe en el mercado una guerra despiadada entre marcas con sus modelos. En estos teléfonos, de las aplicaciones que más aprecian y utilizan los usuarios son las denominadas “redes sociales”, específicamente el Facebook y WhatsApp encabezan la lista por años y ambas coincidentemente del mismo propietario: Mark Zuckerberg.

Por otro lado, el docente universitario ha denotado, incluso con videos publicados en diferentes redes sociales como Facebook y Youtube, la predisposición al uso de la tecnología por parte de sus estudiantes haciendo contradictorio el proceso de aprendizaje incluyendo las tecnologías de la información y comunicación (TIC), lo consideran como distractor debido a que tienen la premisa que el celular es sinónimo de redes sociales y en muchas ocasiones, dichos docentes ocultan a través de la restricción del uso de dispositivos móviles su ignorancia o inseguridad en poder operar actividades didácticas con el uso de los celulares.

Las redes sociales han acercado a las personas sin importar las distancias ni el tiempo, han creado una necesidad de comunicación hacia el exterior que cada vez ha hecho que tengan tanto éxito, ya que ha sido motivo de compartir experiencias de alegría o tristeza, asuntos significativos o de cosas triviales como ir a comer tal o cual platillo, independientemente de los sentimientos, emociones y sensaciones, las redes sociales han creado una increíble o fatal dependencia a los dispositivos móviles que algunos han muerto en accidentes automovilísticos o caminando debido al constante visaje hacia la pantalla del dispositivo móvil esperando un nuevo mensaje o una nueva notificación.

Metodología

Basado en una necesidad de formación acerca de la Andragogía, cuya característica prevalecía que eran más de treinta participantes de doce países (México, Guatemala, Cuba, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Venezuela, Colombia, Perú, Brasil y Alemania), considerando las condiciones que prevalecían tanto en cantidad de participantes hispanoparlantes como de lugares geográficamente dispersos con distancias variables y que difícilmente podrían reunirse para una formación presencial y muchos de ellos desconocidos entre sí, el contenido del proceso formativo se determinó basado en la experticia del facilitador: (1) introducción a la Andragogía, (2) el adulto, (3) praxis andragógica, (4) evaluación andragógica.

Se decidió utilizar la red social WhatsApp para que fuese el medio para desarrollar el proceso formativo tomando en cuenta que es una de las redes más utilizadas en el mundo, por otra parte, experimentar alternativas en ambientes virtuales de aprendizaje sin el uso de una plataforma tecnológica como Moodle, Blackboard  u otra, asimismo, se pudiese aprovechar la ocasión para ilustrar una estrategia didáctica que contribuya a minimizar la predisposición de los docentes universitarios que por falta de orientación hacia las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) tajantemente han prohibido el uso de los dispositivos móviles y puedan revalorizar su uso en el aula.

Para tal desafío educativo y basado en lo indicado por la Andragogía, se comenzó con la parte de pre-planeación (Castillo, 2014), la cual consistió en la propuesta de contenidos, la elaboración de una antología digital, asimismo, se diseñaron algunos materiales didácticos que podrían ser utilizados. En la parte de gestión del curso, se abocó a registrar a cada participante en el smartphone destinado para este proceso formativo y verificar que cada uno de ellos realmente pudiesen estar en WhatsApp, para ello, especialmente para los nuevos participantes se les enviaba un mensaje de bienvenida y se esperaba el acuse correspondiente de dicho mensaje, en el caso de los participantes ya contactados por diferentes circunstancias se consideró no necesario confirmarle.

Considerando que la fase de pre-planeación fue finalizada de acuerdo a lo esperado, se dio comienzo en la tercera semana de mayo del 2017 el proceso formativo con WhatsApp, para ello, se hizo un grupo en este medio con los participantes y se les dio un espacio de tiempo para que se presentasen entre ellos, con la finalidad de minimizar situaciones distractoras como envío de memes o cosas similares, se optó por crear un grupo igual al original denominado TABLERO que sirvió para la comunicación informal dentro de los participantes y el grupo original denominado ANDRAGOGÍA, sería el punto de encuentro académico.

Para la primera sesión se hizo un video de presentación y de una introducción a los diferentes andragogos, sin embargo, por el peso del video y la limitante del ancho de banda de la red empleada, se optó por enviarlo en audio con el formato MP3, la estrategia en lo general se basó en: (1) antología digital entregada en un conjunto de enlaces y PDF, (2) una micro intervención expositiva y (3) trabajo colaborativo en los equipos conformados para este proceso formativo.

Para ello, después de haber hecho la presentación del audio, se les pidió a los participantes que conformasen equipos de trabajo, sugiriéndoles que de preferencia fuesen de diferentes países, ya seleccionados los integrantes de cada equipo, se les pidió que hicieran un grupo en WhatsApp y que me incluyeran, en la mayoría de equipos todos sus integrantes tuvieron atributos de administrador del equipo inclusive el facilitador.

Asimismo, basados en la praxis andragógica de Castillo (2014) y siendo parte de la coplaneación, se les pidió que cada equipo decidiera la manera en que representarían a través de productos de aprendizaje las evidencias de sus aprendizajes, por lo que cada equipo tuvo que presentar su contrato de aprendizaje acerca de la manera en que atenderían su proceso formativo, dicho contrato de aprendizaje es un instrumento inherente a la Andragogía por el cual, los participantes en equipos deciden qué productos de aprendizaje realizarán (seleccionados por ellos mismos), los criterios de proceso y de producto, porcentajes de valor y fechas de entrega de cada producto, considerando en todos los casos una actividad determinada por el facilitador denominada “actividad integradora” que se menciona más adelante.

Cada lunes de cada semana que durase el proceso formativo, el facilitador daría una conferencia relativa al tema correspondiente, para esta actividad, el facilitador hizo un guion de dicha participación en una tabla a dos columnas, en donde en la columna izquierda iría una imagen de una diapositiva hecha en PowerPoint y en la columna derecha el texto que explicaría la imagen, así se constituiría la parte expositiva debido a los limitantes de ancho de banda antes mencionados.

Figura 1. Fragmento del guion de la primera sesión del proceso formativo de Andragogía utilizando WhatsApp como medio educativo.

Continuando con lo mencionado en la praxis andragógica de Castillo (2014), la ejecución del proceso formativo lleva una gran participación al interior de los equipos, sin embargo, en todos los contratos de aprendizaje hay una actividad integradora que bien puede definirse como el medio por el cual se aplican los conocimientos desarrollados por los participantes durante el proceso formativo y que generalmente se hace a través de una técnica de aprendizaje colaborativo, como puede ser un caso y un escenario de aprendizaje en problemas, entre otros.

Un proceso igual de importante fue la fase de la evaluación en donde estuvieron presentes la autoevaluación, la coevaluación y la evaluación unidireccional o del facilitador. Basados en ellos se logró determinar la calificación final correspondiente a cada participante de cada equipo.

Conclusión

El proceso formativo en su fase de preplaneación, fue acertada en su elaboración, la antología dio una base teórica necesaria para solventar cualquier actividad dentro del proceso formativo, el guion pensado basado en las propias limitaciones tecnológicas, sobre todo en el ancho de banda de la red, asimismo, los materiales didácticos fueron ad hoc al medio educativo.

Con respecto a la fase de coplaneación, se solventaron situaciones principalmente de comunicación incluyendo cuestiones semánticas, ya que aún que en los diferentes países latinoamericanos son hispanoparlantes, hay palabras que tienen diferentes significados por lo que se cuidaron ese tipo de detalles, por otra parte, se tuvieron dificultades en el uso de la plataforma (WhatsApp) porque no todos tenían el mismo nivel de manejo.

Para la fase de ejecución del proceso formativo, los equipos denotaron de igual manera ciertas dificultades en la elaboración de sus productos de aprendizaje debido al poco manejo de técnicas colaborativas en internet, eso provocó que hubiese postergación de tareas y deserción en los equipos, y a pesar de que fue una actividad totalmente gratuita, el grado de compromiso hacia el curso fue disminuyendo según las sesiones. La actividad integradora como parte previa para el proceso de evaluación y con la situación antes planteada, fue una actividad que fue reportada por un mínimo de equipos y por consecuencia, la fase de evaluación no fue realizada como debió haber sido de acuerdo con la teoría.

El WhatsApp como plataforma para un proceso formativo tanto asíncrono como síncrono, es una herramienta poco explorada por los facilitadores universitarios y de posgrado, que considerarla como un medio educativo puede ser de fácil acceso, de bajo costo y con una riqueza de recursos que orientados a la educación pueden sorprender en su aplicación.

Referencias

Castillo, F. (2010). Andragogía: una base para la formación del recurso humano. México: ASMAC.

Castillo, F. (2014a). Andragogía. Procesos formativos entre adultos. México: Carteles Editores.

Castillo, F. (2014b). De profesionista a Profesor en 12 horas. México: Soluciones Educativas.

doctor.flaviocastillo@gmail.com

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Un acercamiento a la Sociedad Mexicana de Computación en la Educación (SOMECE)

Por: Miguel Ángel Gallegos Cárdenas

La revolución informacional que el mundo comenzó a vivir en los años 50, traería como consecuencia cambios en la sociedad, y en los sistemas educativos. El final el siglo XX, traería consigo la era de la información (Castells, 2000).

En México, estas transformaciones también se hacían presentes en la sociedad. A la fecha, existen varias fuentes sobre el inicio y evolución de la computación en nuestro país. Un valioso recuento de la disponibilidad y uso de la tecnología, fue el documento elaborado por un grupo de investigadores del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE), el cual detalla el devenir de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la educación básica (Flores, 2002).

Aunque, según la revista de la UNAM “[…] el 8 de junio de 1958, comenzó la historia de la computación en México (y en general, de Latinoamérica), cuando la UNAM puso en operación la IBM-6501”. [1] Seguramente, dadas estas revoluciones de tecnología, en México, un grupo de visionarios de la educación –en 1984–, pondrían en marcha la organización del primer Simposio Internacional de Computación en la Educación Infantil y Juvenil. Comprender el uso de la computación en la educación sería el gran tema de este encuentro. Ahí se daría el nacimiento de un gran proyecto nacional.

Este simposio, conservaría el mismo esquema, hasta que en 1992 abriría sus puertas a todos los niveles y modalidades educativas. Lo que le favoreció para tener presencia en gran parte del territorio nacional. El gran impulso –que tendría esta reunión de especialistas en tecnología educativa– sería proporcionado de manera paralela, por el nacimiento – el 28 de mayo de 1986– de la Asociación Civil denominada “Sociedad Mexicana de Computación en la Educación”, siendo su primer presidente el Dr. Marco Antonio Murray-Lasso.

El consejo directivo de esta asociación, lo conforman, además del presidente, un vicepresidente, un secretario y un tesorero, con vigencia de cuatro años. Por la presidencia de esta asociación han transitado varias personalidades distinguidas del mundo académico, como son: Dr. Jorge Isaac Bustamante Ceballos, Dr. Víctor Manuel Guerra Ortiz, Dra. Yolanda Campos Campos, Mtro. Alfonso Ramírez Ortega, Dr. Enrique Ruiz-Velasco Sánchez, Dr. Germán Escorcia Saldarriaga, Mtra. Elvia Luz Monasterio Aranda, Dra. Claudia Marina Vicario Solórzano, Mtra. Verónica Belinda Estrada, Lic. Luis Lach Herrera y actualmente el Ing. Alfredo García Zavala, que junto con un gran equipo de trabajo, han asumido el enorme reto de dar continuidad a esta importante iniciativa nacional.

Un justo reconocimiento a todos los expresidentes y sus consejos directivos que han sabido sacar adelante la importante labor de esta noble asociación.

Hace 31 años SOMECE había nacido con la realización de aquellas actividades, que gradualmente integrarían la participación de diversos actores educativos, como la Secretaría de Educación Pública Federal, las Secretarías Estatales de Educación, Universidades e instituciones de los Estados, el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Academia Mexicana de Ciencias, entre muchas otras instituciones, organizaciones y empresas que gentilmente contribuirían al crecimiento y desarrollo de esta asociación.

Así, año con año –a reserva de algunas excepciones– esta asociación organiza desde aquella fecha el Simposio Internacional SOMECE, el cual convoca a la comunidad especialista e interesada en las prácticas e innovaciones de tecnología en la educación.

En estos encuentros especializados, los asistentes comparten, interactúan y se retroalimentan unos a otros sobre sus experiencias educativas. Todos ganan, todos aprenden; desde los asistentes hasta los participantes, ponentes y conferencistas. Y qué decir de las instituciones y organizaciones que contribuyen de alguna u otra forma, viendo reflejados sus esfuerzos para contribuir a la innovación educativa nacional que la era digital en que vivimos, cada vez demanda más.

Desde la creación de SOMECE, se lleva a cabo una reunión anual, que sirve de antesala al Simposio, la cual a partir de 2017 se denominó Encuentro SOMECE. Esta actividad serviría de preámbulo al Simposio en turno. En estos Encuentros, se llevan a cabo conferencias, paneles, talleres y demás actividades para reflexionar y promover sobre la tecnología en la educación.

Un ejemplo es el pasado Encuentro SOMECE 2017, llevado a cabo los días 27 y 28 de octubre en las instalaciones de la Universidad ORT, en la Ciudad de México. Evento en que tuve la oportunidad de asistir y ser partícipe de una gran cantidad de actividades. Entre ellas puedo mencionar las conferencias: docencia en la cultura digital, tecnologías exponenciales y habilidades exponenciales, y navegando rumbo al futuro. Además, de los talleres: Learning Creative Edukreativos y Realidad Aumentada (RA), entre muchas otras.

Al finalizar este encuentro, se anunció el “XXXI Simposio Internacional de TIC en la Educación SOMECE 2018: Hacia una cultura digital para la transformación individual y social”, a celebrarse en el mes mayo en las instalaciones de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco. Habrá que estar atentos a la convocatoria, ya que, se espera, sea un evento que reúna a los más distinguidos especialistas nacionales e internacionales en tecnología educativa.

Cabe destacar que SOMECE es una de las pocas asociaciones civiles sin fines de lucro, que promueve el uso de las TIC, vincula a las organizaciones públicas y privadas, conforma grupos de estudio, organiza eventos académicos, presentaciones de libros, conferencias, charlas y demás actividades que fomentan las buenas prácticas de tecnología educativa.

Un respetuoso aplauso a esta organización y a todos sus integrantes, que han construido a lo largo de estas tres décadas –y naturalmente seguirán construyendo en el devenir de nuestros días– una de las organizaciones más importantes e influyentes en la incidencia de tecnología y computación en la educación en México.

Cabe mencionar que, los miembros de la SOMECE, son profesionistas de gran prestigio, pertenecientes a instituciones públicas y privadas, que suman sus energías para trabajar de manera filantrópica en favor de la educación, aportando sus esfuerzos para seguir haciendo de esta asociación una pieza clave en la contribución, integración e innovación de la tecnología en la educación, buscando siempre hacer honor a su lema: “Por la incorporación racional de la tecnología en la educación”.

Referencias:

Castells, M. (2000). La sociedad red. La era de la información: economía, sociedad y cultura. 2ª. Edición.

Flores, G. (2002). Disponibilidad y uso de la tecnología en la educación básica. ILCE. México.

http://www.somece.org.mx

http://www.revista.unam.mx/vol.9/num9/art63/int63-1.htm

[1] http://www.revista.unam.mx/vol.9/num9/art63/int63-1.htm

 

(*)  miangaca@hotmail.com

 

 

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Uruguay: El pensamiento computacional, un arma para mejorar la educación

Uruguay/Noviembre de 2017/Fuente: El Observador

La clase se divide en grupos. A cada equipo se le entrega una receta para elaborar brochettes de frutas. La receta dará distintas combinaciones de frutas posibles. Luego, los equipos tendrán que escribir en una hoja dos tipos de brochettes que se pueden elaborar siguiendo el algoritmo -es decir un conjunto ordenado de instrucciones que permite completar una tarea-. Este ejercicio llamado «Cocinero robot» busca que los alumnos puedan identificar diferentes posibilidades de ejecución de un algoritmo y que practiquen el «ensayo y error».
Lo que se aplica es el denominado «pensamiento computacional». Se trata de una forma de enseñar que apunta a que los estudiantes aprendan a plantearse problemas y sus soluciones, cumpliendo una secuencia determinada de pasos en el proceso.
«Acercarse a la tecnología, es un desarrollo emocional. El chico se da cuenta de que él es capaz, que puede crear cosas y eso genera su empoderamiento. La creatividad es un músculo que requiere de muchos fracasos y hay que ejercitarlo constantemente», expresó Roberto Saint Martin, un ingeniero mexicano fundador de Robotix, la escuela de robótica para niños más grande América Latina, y que estuvo en Montevideo la semana pasada.
Saint Martin participó el miércoles 8 de noviembre de la presentación de la publicación «Pensamiento Computacional. Un aporte para la educación de hoy», que fue elaborado en conjunto por la Fundación Telefónica Movistar y la organización Gurises Unidos. El manual ofrece herramientas y ejercicios para que los docentes enseñen con esta técnica.
Ambas organizaciones trabajan juntas desde hace algunos años en este campo. Saint Martin recordó que en el año 2013 algunos alumnos que participaron del proyecto fueron seleccionados en un concurso de la NASA y quedaron el segundo lugar. «Esos niños siguieron adelante pese a los retos en su vida, no es que fuesen genios, ellos fueron creciendo error tras error hasta lograr un objetivo», afirmó.
La educación tradicionalmente está enfocada en que los problemas y las soluciones ya están predefinidos. El desarrollo del pensamiento computacional no se centra en el uso de las tecnologías, sino que busca producirlas, es decir solucionar problemas. Un problema es un hecho real o imaginario que incomoda al intelecto produciendo la necesidad de una solución. Ayuda a tomar decisiones de una manera ordenada, secuenciada y lógica, sin ambigüedades.
A juicio de Saint Martin aunque se hable de tecnología, en realidad se habla de «empoderamiento; es como un medicamento que cura».
El trabajo en conjunto entre la organización y la fundación implicó una investigación previa para que después se pudiese llevar adelante en las clases con diferentes proyectos. «Esto es un proceso continuo de cambio, aquellas propuestas que tuvieron un buen resultado o que lograron los objetivos que buscamos, fueron las que fuimos sistematizando», explicó Mauro Scopise, integrante de Gurises Unidos y uno de los creadores del proyecto.
Por su parte, el director de la organización, Gonzalo Salles, aseguró a El Observador que están convencidos de que el pensamiento computacional «es una herramienta que ayuda y desarrolla habilidades y competencias» que son fundamentales para la educación.
Como parte de la investigación, en el año 2015 trabajaron con las escuelas 299, 119 y 63, el liceo 42, de Montevideo, y la escuela 181 de Las Piedras, en Canelones. En el 2016 continuaron trabajando con la escuela 299 y sumaron la propuesta al liceo 65 y al 33, a la UTU Malvín Norte, al centro juvenil Santa María y al aula comunitaria número 5 de Montevideo.
En esta propuesta participaron hasta el momento, seis mil estudiantes, 500 docentes de todo el país y 70 centros educativos de Maldonado, Montevideo y Treinta y Tres.
El resultado de ese trabajo fue el manual en el que se rescatan aquellas propuestas educativas que resultaron efectivas para que otros docentes las usen como referencia.
La idea de usar el pensamiento computacional en la educación, como expresó el psicólogo Roberto Balaguer, quien participó en la creación de la guía, es que «hay enormes desafíos estructurales por delante y el pensamiento computacional seguramente no sea capaz de resolverlos a todos, pero al menos les dará a los niños y a los adolescentes herramientas que los harán sentir menos indefensos, mejor provistos para enfrentar esos desafíos».
Los jóvenes interactúan, se comunican y aprenden a través de diversas formas que incluyen el uso de las tecnologías. En 2016, el 83% de los hogares uruguayos tenían acceso a internet y actualmente el 96,7% de los adolescentes y jóvenes entre 14 y 19 años son usuarios, según la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic).
«Son propuestas para aplicar en el contexto real. Pudimos ver cómo chicos que a veces quedan afuera del sistema, ahora se interesaron en esto y tienen una motivación. Es una temática que hace que se sitúen en el aula de otra forma frente a la tecnología. Ellos pueden ser más críticos con la tecnología», sostuvo Clara Darino, una de las creadoras del proyecto en Gurises Unidos.
Por su parte, Jorge Delgado del departamento de Información de Primaria, adelantó que dados los buenos resultados, en el 2018 buscarán llegar a unos 200 maestros más. «La formación es una necesidad para ver de qué manera las tecnologías aportan a la educación», dijo. La idea de Gurises Unidos es ampliar el trabajo con docentes y estudiantes, explicó Emilio Bonetti, coordinador de la organización.
Fuente: https://www.elobservador.com.uy/el-pensamiento-computacional-un-arma-mejorar-la-educacion-n1140760
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