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China: Xi pide gobernanza basada en ley y virtud

Asia/China/11 Diciembre 2016/Fuente y Autor:Spanish.xinhuanet.com

El presidente chino Xi Jinping, también secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y presidente de la Comisión Militar Central, hizo estos comentarios el viernes durante una sesión de estudio colectivo a la que asistieron miembros del Buró Político del Comité Central del PCCh en Beijing, capital de China. (Xinhua / Ju Peng)

BEIJING, 10 dic (Xinhua) — Xi Jinping, secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), hizo un llamado para que se gobierne el país con base en la ley y la virtud, para modernizar el sistema y la capacidad de gobernanza.

Xi hizo estos comentarios el viernes durante una sesión de estudio colectivo a la que asistieron miembros del Buró Político del Comité Central del PCCh.

El estudio colectivo, el 37° de su tipo, se enfocó en la gobernanza con base en la ley y la virtud en la historia china.

Zhu Yong, profesor de la Universidad China de Ciencia Política y Derecho, expuso el tema, y los miembros del Buró Político sostuvieron deliberaciones.

Al indicar que «la ley es una virtud puesta por escrito, y la virtud es una ley que nace de los corazones de las personas», Xi declaró que ley y virtud poseen el debido estatus en la gobernanza de Estado, ya que ambos cumplen el papel de regular la conducta social, ajustar las relaciones sociales y mantener el orden social.

Xi hizo hincapié en el papel de apoyo de la virtud para el Estado de derecho, subrayando que hay que aplicar el «nutritivo efecto» de la virtud, además de integrar y coordinar el sistema de virtudes con las normas legales socialistas.

El Estado de derecho debe representar una parte importante de la educación en virtud, dijo Xi, sugiriendo fomentar la confianza en la ley, en el Estado de derecho y en las reglas, y guiar a las personas para que voluntariamente asuman sus deberes legales, así como las responsabilidades para la sociedad y la familia.

Además, el Estado de derecho debe representar los ideales morales, proporcionando así apoyo institucional confiable para la virtud, indicó Xi.

«Las leyes y regulaciones deben promover las virtudes, mientras los valores fundamentales socialistas deben entretejerse en la legislación, la aplicación de la ley y los procesos judiciales», afirmó Xi.

Pidió utilizar las herramientas del Estado de derecho para resolver los asuntos morales prominentes, y hacer mayores esfuerzos legislativos para sancionar específicamente violaciones de la virtud.

Xi subrayó la importancia de la educación de todos en el Estado de derecho y la virtud, expresando la esperanza de que a través de la educación, todas las personas se desarrollen creyendo con firmeza, acatando y manteniendo el Estado de derecho socialista, además de ejercer los valores socialistas fundamentales.

Los funcionarios líderes desempeñan un papel «crucial» en la gobernanza del país con base en la ley y la virtud, declaró Xi, exhortándolos a servir como ejemplo en el estudio y observación de la ley, y en la práctica de la virtud.

Fuente de la noticia: http://spanish.xinhuanet.com/2016-12/10/c_135895747.htm

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Ciencia y Tecnología en tiempos de pobreza.

Por: Manuel Martínez Morales.

¿Por qué preguntarnos aquí y ahora por la relación entre ciencia, tecnología y sociedad? ¿Acaso no existen asuntos de mayor importancia sobre los cuales discutir o disertar en estos tiempos de penuria? Tal vez revisando lo aseverado por quienes han reflexionado a profundidad en estas cuestiones sea posible orientarnos. “La ambición última de la ciencia entera es fundamentalmente, como creo, dilucidar la relación del hombre con el universo”, dice Jacques Monod, Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1965 y autor de El Azar y la Necesidad: Ensayo sobre la Filosofía Natural de la Biología Moderna. Mas esta relación del hombre con el universo se da mediada por la historia y por las relaciones de los hombres entre sí, la relación está condicionada por el ser social del hombre; no es una relación puramente individual. Observo el universo a partir de mis sentidos cultivados, socializados; me oriento en el mundo empleando el lenguaje; exploro la naturaleza utilizando la ciencia y los instrumentos técnicos a mi alcance, elementos culturales por excelencia.

Intento imaginar como perciben el universo material y el mundo social los hombres y mujeres que se cuentan entre los cincuenta millones de mexicanos que viven en la pobreza extrema. El nombre de Monod y las brillantes teorías de la biología contemporánea son ajenos a ese universo que se experimenta en la carencia de lo más elemental: comida, techo, vestido, salud, educación. La pobreza material induce un deterioro general del individuo; conlleva la pobreza cultural de quien la sufre, limitando sus posibilidades de desarrollo personal y de participación social. El hambre, las enfermedades y la ignorancia crónicas convierten a los hombres en guiñapos, susceptibles de ser sometidos y manipulados con facilidad.

Hay que insistir en que la ciencia y la técnica per se, no tienen ni pueden tener como objetivo el abatimiento de la pobreza o la consecución de mayor igualdad social. Las desigualdades y la pobreza desaparecerán sólo si se transforman las relaciones entre los hombres. Mas en un proceso de auténtica transformación social, la ciencia y la técnica juegan un papel subsidiario pero indispensable, ya que el conocimiento técnico-científico puede contribuir a acelerar los procesos de transformación en diversos ámbitos (en la producción industrial y agrícola, en la planificación económica, en la educación, etcétera). También la difusión y la divulgación del pensamiento científico acercan al hombre -como señala Monod- a comprender su relación con el universo y con los demás hombres, enriqueciendo sustantivamente su vida concreta y cotidiana.

El filósofo Martin Heidegger afirma contundentemente que “la técnica es el olvido del ser”, para luego precisar: “La esencia de la técnica moderna lleva al hombre al camino de aquel desocultar, por el que lo real deviene por todas partes y de una manera más o menos perceptible, constante.” Aunque en el camino de este desocultar, advierte el filósofo, se presenta un peligro supremo para el hombre: extraviarse en la apariencia y volverse, el hombre mismo, en una constante más. “Entretanto, el hombre ya no se encuentra más, ni en parte alguna, precisamente a sí mismo, es decir, a su esencia”. (Filosofía, Ciencia y Técnica, Ed. Universitaria, Santiago de Chile, 1997)

¿Por qué meditar sobre la ciencia y la técnica? ¿Acaso la técnica, como producto de la actividad de los hombres, no es algo inmediato y transparente? Debe meditarse sobre la esencia de la técnica, sostiene Heidegger, precisamente porque esa esencia no está dada en los objetos técnicos ni puede ser definida tampoco en el seno de límites exclusivamente antropológicos. Afirmaciones que se asocian a la idea de que con el desarrollo de la técnica occidental el hombre reta a la naturaleza; la ciencia moderna se ha desarrollado en contra de Dios y de los dioses.

Entonces, la cuestión de la técnica debe ser un tema central en nuestros días, pues por primera vez desde el origen del hombre, los procesos se globalizan y comienza la integración de miles de culturas diversas a un solo polo organizador, que es fundamentalmente económico y técnico, inaugurando una nueva forma de organización social que se practica y se impone a nivel planetario.

La visión de Heidegger no deja de ser apocalíptica. Con gran sentido profético, el filósofo sentenciaba hace muchas décadas: “Más inquietante que la conquista del espacio, se anuncia la transformación de la biología en biofísica. Esto significa que el hombre puede ser producido conforme a un fin determinado, con no importa qué objeto técnico.”

Resumiendo lo hasta aquí expuesto podemos decir, un tanto simplificadamente, que hay dos visiones contrapuestas sobre la ciencia y la técnica; la visión “optimista”, de la que Monod sería un exponente, según la cual la ciencia ayuda al hombre a esclarecer su relación con el universo e implícitamente se infiere que la práctica científica contribuirá, si es bien “aplicada”, al beneficio social. Esta posición es eminentemente teórica e instrumentalista: la ciencia es neutral, no es en si misma buena o mala, el uso que le dan los hombres es el que orienta en un sentido o en otro las aplicaciones de la ciencia. Por otro lado, la visión “pesimista” sobre la ciencia, según la cual la ciencia y la técnica entrañan un peligro supremo para el hombre -palabras de Heidegger-, se aleja del instrumentalismo y, a pesar de su tono metafísico, plantea un verdadero problema práctico: el hombre enfrentado a una de sus obras cumbres: el saber técnico-científico. Pero en un caso y otro, se encuentra presente la dimensión social de la ciencia y de la técnica. En estas dos concepciones se hace patente que ciencia y tecnología, al igual que el lenguaje y las artes, son construcciones sociales condicionadas histórica y culturalmente.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/ciencia-y-tecnologia-en-tiempos-de-pobreza/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/11/plumaslibres1.jpg

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Camino hacia la sabiduría.

El sabio auténtico es el que sabe responder a los reclamos permanentes de la realidad.

Por: Victor M. Mora Mesen.

Si bien me resulta llamativa la expresión “educación subversiva”, me pregunto qué tiene que ver este concepto con la socialización con miras a la democracia. Subvertir implica trastornar o alterar el orden establecido. Pero si creemos en el sistema democrático y en su práctica, ¿cómo la subversión y la socialización se conjugan en la tarea educativa?

Me parece que este es el verdadero quid de la cuestión en estos tiempos de confusión social. Habría que definir cuál es el tipo de subversión que se quiere promover y cuáles son sus objetivos. En otras palabras, cuál es el “orden establecido” que se quiere transformar, alterar o cambiar.

Como se puede apreciar, la cuestión central va más allá de decidir un tipo de evaluación, de permitir o no permitir ciertas reglas académicas, de usar o no el pelo largo, o bien, usar o no uniforme.

La educación tiene que ver con valores, pero enraizados en una realidad que se quiere transformar para hacerla más humana. Eso quiere decir que la educación no es mera transmisión de conocimientos, sino un itinerario de aprendizaje en función de la sabiduría.

Sabiduría. Existe un conjunto de libros en el Antiguo Testamento llamados “sapienciales”, su origen e intencionalidad composicional son muy variados. Algunos estudiosos han considerado que ellos contienen un esfuerzo “laico” de discusión sobre lo humano y la relación con Dios. La razón de esta categorización es que estos textos someten a dura crítica todo: las relaciones humanas, la economía, la política, la racionalidad, las prácticas religiosas, el discurso teológico, pero, sobre todo, se interesan por encontrar una forma de vida “buena”.

Su intención no es hablar de cómo obtener éxito, riqueza o fama, sino que se preocupan por entender la lógica de la historia y de la experiencia personal a la luz de una comprensión amplia de la realidad.

A esto llamo “sabiduría”: una forma de vivir, de ser, de existir en relación con otros en armonía. No se puede ser sabio solo porque se tienen conocimientos; el sabio auténtico es el que sabe responder a los reclamos permanentes de la realidad. Pero ¿dónde se encuentran esos reclamos? En primer lugar, en la experiencia vital (lo que se siente, se piensa, se conoce); en segundo lugar, en los resultados de las propias o ajenas acciones sobre los otros (las decisiones tomadas, las influencias ejercidas, los condicionamientos, los intereses particulares y las políticas públicas); y, en tercer lugar, en las ideas y las creencias que se tienen sobre el sentido último de la vida (porque cada uno, a su manera, crea un imaginario y define unas coordenadas esenciales desde las cuales juzga y entiende sus actos).

Estos tres ámbitos no son solo legítimos, sino necesarios para valorar y sopesar la tradición recibida de los antepasados, las ideas nuevas que se crean en nuestros ambientes sociales y la proyección hacia el futuro de nuestra sociedad. Por eso, la educación tiene varias columnas que sostienen su edificio complejo: la comprensión de los fenómenos naturales, el estudio de la historia, la creación artística y literaria, el estado actual de la discusión académica e intelectual, la comprensión de lo público según el ordenamiento actual, la profundización en las consecuencias colectivas que tiene nuestra conducta personal y la puesta en discusión de las razones últimas de nuestra existencia.

Múltiples conocimientos. La educación tiene que hablar de moral, de urbanidad, de política, de filosofía, de ciencia, de tradición, de simbolismo, de literatura, de arte, de creatividad, de deporte, de técnica, de trabajo manual; pero también de responsabilidad, de reconocimiento de la propia fragilidad, de resiliencia, de criticidad, de seriedad y de disciplina.

La educación, más que “subversiva”, tiene que ser integral; porque la subversión es solo un momento secundario de la reflexión, cuando las personas llegan al convencimiento de que algo tiene que cambiar. Si la subversión es el motu de lo educativo, se parcializa y se denigra a sí misma.

Las razones por las cuales esto ocurre son simples: la educación nos tiene que hacer conscientes de que somos corresponsables los unos de los otros y que el desarrollo de nuestras capacidades tiene como horizonte mayor el crecimiento de lo humano.

Siendo conscientes de la historia, descubrimos las miles formas en las que las diferentes ideologías operan, crecen e intentan afianzarse en nuestro intelecto. Ser crítico, incluso de la propia manera de pensar, es sin duda alguna una expresión de libertad, pero eso no quiere decir que se deseche todo lo que no es nuevo.

Para lograr semejantes objetivos, la tarea educativa tiene que ser capaz de exigir, por diferentes medios, una conducta que haga referencia a una ética. Esta ética tiene que estar definida y sustentada en razones válidas, pero también tiene que ser lo suficientemente abierta para comunicar las posturas opuestas o sus propias debilidades.

El punto final de resolución en el estudiante no puede ser otro que la propia experiencia, razonada y comprendida en sus múltiples conexiones intercausales. Ese es el gran reto de todo educador, ser el provocador del pensamiento sustentado, lógico y realista. En otras palabras, el itinerario educativo puede estar inspirado en una ética particular, pero esta no puede ser impuesta apodícticamente.

La educación va más allá. ¿Cuál es la diferencia entre una inspiración educativa y una imposición educativa? La diferencia radica entre cómo llegar a ser sabio o cómo ser reproductor de ideas. Sí, porque hasta la subversión puede ser una imposición educativa. En cambio, hablar de la educación como un camino de sabiduría implica diálogo, respeto, consciencia, procesos y provocación.

Diálogo, porque educar implica un encuentro entre personas. Diálogo, porque si queremos una sociedad más humana, este tiene que caracterizar todas las relaciones sociales entre los actores del proceso educativo.

Uno de nuestros más grandes errores es considerar que la educación se reduce a las aulas, cuando va mucho más allá (conserjes, personal de mantenimiento, administrativos, padres de familia, son también agentes de diálogo).

Respeto, porque un principio básico es que cada uno de nosotros es persona. Si la educación no parte de una toma de conciencia de esta verdad, termina por falsear todo intento de humanización auténtico.

La conciencia de lo que uno es se forja solo en la relación con otros, vista y entendida desde la criticidad más aguda. Por eso, la educación tiene que ser procesal, pero no permisiva. Cada etapa del desarrollo exige una cuota de diálogo, de respeto y de conciencia específicas. No procurar hacer evidente este nivel de crecimiento es, sin excepción, un fallo educativo de primera línea. Pero la educación tiene que ser provocación a ser algo más, no puede ser mera adecuación al individuo, porque crearía personas incapaces de ir más allá de lo que han logrado.

Criticidad. Los padres de familia y los educadores institucionales tienen que tener una actitud permanente de conversión. No se puede educar si no es asumiendo una profunda criticidad de las propias acciones e ideas.

La gran tentación es hacer creer a los hijos o estudiantes que ellos se merecen lo que ahora tienen y que toda posición superior que alcancen es una ganancia.

¡Cuánta vida desperdiciada por semejante máxima, plagada de estupidez! Crecer en humanidad tiene que ser el norte que oriente la educación, de lo contrario, caeríamos en la mera reproducción de todo (sea bueno, malo, conservador, subversivo, intolerante o individualista).

Ser humano es preguntarse por lo último, por lo que da sentido a todo. Claro, semejante proceso educativo implica correr el riesgo de generar “locos” que asumen estilos de vida tan novedosos que asustarían a muchos. Pero si destruimos el espíritu de aventura humano, ¿hacia dónde iremos?

En este sentido, la educación puede provocar la subversión, pero solo cuando los procesos hagan a la persona madura y consciente de su lugar en el mundo. Solo así podría tener sentido.

Fuente: http://www.nacion.com/opinion/foros/Educacion-camino-sabiduria_0_1594440559.html

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México: Programa “Lazos” educación con valores

12 Noviembre 2016/Fuente: codiceinformativo/Autor:Karen Munguía

Educar con valores: honestidad, perseverancia y paz, todo por un mejor país, un país en el que las personas aprendan a convivir, esa ha sido la enseñanza que ha recibido Karen Bautista Briones, de 11 años de edad a través del programa “Lazos”.

Habitante de La Estacada, una comunidad lejana de Santa Rosa Jáuregui, ubicada a espaldas del Parque Industrial Querétaro (PIQ), estudia el sexto grado de la primaria en la escuela Vicente Guerrero y su sueño es cambiar al país a través de la educación.

“Nos pone muchos valores para aprender a respetarnos y cambiar un poco al país, para un mejor país. Mediante actividades nos enseñan valores, nos ponen ejemplos para que nosotros podamos ayudar también”, dijo.

Para su padre, Abel Bautista Ruiz, este programa educativo ha apoyado económicamente a muchas familias de La Estacada, de donde proviene, donde ha vivido desde niño; aunque reconoció que no ha asistido a las pláticas para padres, sí destaca la gran labor que realizan mediante la educación, un rubro que permite a los niños y jóvenes de su comunidad alejarse “de malos pensamientos” y sentirse orgullosos de sus logros.

Lazos es una organización civil que nace en 1995 con el objetivo de brindar educación de calidad y formación en valores, a través de una educación integral basada en los valores de niños y jóvenes de escasos recursos; para ello, se cuenta con un programa de donativos o apadrinamiento, para que con el dinero que se recaude impactar a un número mayor de personas.

En Querétaro, tan solo en el ciclo escolar 2015-2016, 28 mil 203 niños y jóvenes de nivel primaria y secundaria, de 122 escuelas, han sido beneficiados a través de la organización civil Lazos; además de que 21 mil padres de familia y mil 100 profesores han sido capacitados para fortalecer la enseñanza de los menores.

En el marco del aniversario XX de la organización, Benajamín Juárez Flores, director de operaciones de Lazos, dio a conocer que el 13 por ciento de los niños beneficiados por Lazos supera a sus pares en cuanto a la capacidad para resolver problemas, una muestra clara del modelo educativo sofisticado con el que cuentan y que se refleja en miles de estudiantes.

Lazos, dijo, significa una oportunidad de desarollo educativo, mediante el cual, además, se han entregado cientos de paquetes escolares a los alumnos beneficiados, además de realizar las obras necesarias para mejorar la infraestructura de las instituciones inscritas en el programa.

Lazos tiene presencia en 29 estados de la república mexicana en las zonas bajío, centro, noroeste, norte, metropolitana, pacífico, oriente y sureste, en entidades como Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Yucatán, Veracruz, Oaxaca, Tlaxcala, Zacatecas, Ciudad de México, Jalisco, Chiapas, Guerrero, entre otros.

Fuente de la noticia: https://codiceinformativo.com/2016/11/programa-lazos-educacion-con-valores/

Fuente de la imagen: https://codiceinformativo.com/wp-content/uploads/2016/11/FullSizeRender-11-1024×768.jpg?83380

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Reseña de Película: Al frente de la clase .

A veces los seres humanos no somos capaces de reconocer el valor que tenemos como personas y mucho menos el valor que tienen los demás al igual que nosotros y las cosas que podemos llegar a alcanzar si en realidad lo queremos y luchamos por ello.

La película Frente a la clase trata acerca de la vida de Brad que era una persona con síndrome de Tourette, este síndrome hacia que el emitiera sonidos y movimientos extraños, aunque se manifiesta de distintas formas pero en este caso se manifestaba de dicha manera, al emitir eso extraño Brad no era capaz de controlarlo y eso provocaba que los demás lo vieran como un sujeto raro lo cual hizo que el conviviera en un ambiente donde fue víctima de discriminación en cada lugar donde el situaba era excluido desde pequeño lo veían de manera indiferente con relación a las demás personas, incluso en su propia familia su padre pasaba quejándose y regañando a su hijo cada vez que tenía un ataque de este síndrome, su madre siempre se preocupo por el y buscaba en distintos lugares atención para tratar la enfermedad de su hijo, asi fue creciendo en ese ambiente lo que hizo que no se desenvolviera normalmente en la sociedad y teniendo como resultado una baja autoestima por no poder manejar su padecimiento en distintas ocasiones.
A medida Brad iba creciendo desde pequeño fue creando una pasión por ser un educador, el enseñar a los demás era lo que a él más le gustaba esto hizo que él se preparara académicamente y alimentando siempre su conocimiento, luego el busca trabajo en muchos lugares, muchas personas dudaron en que él iba a conseguir un centro donde laborar y poner en práctica su preparación, así fue como al final le dan la oportunidad de ejercer su profesión lo que lo hizo de una excelente forma tal que llego a obtener un reconocimiento por su buena dedicación.
Esta película nos deja una gran enseñanza de vida mostrándonos que todos a pesar de nuestras dificultades somos merecedores de oportunidades, mas aun cuando nos esforzamos tanto por lograr lo que nos gusta hacer, a no excluir a los demás si no que seamos promotores de oportunidades tanto como para nosotros así como para las otras personas sin importar sus dificultades, cada uno tenemos un valor único y esencial que no se le iguala a nadie, Brad a pesar que dudaron tanto de él, se esforzó aun mas por lograr lo que tanto deseaba y lo hacía con tanto esmero y dedicación que era una persona digna de admirar y un ejemplo a seguir, sin importar los tropiezos, las miles de veces que fue rechazado el no se canso de seguir, logrando que al final su esfuerzo fuera recompensado, como educandos también nos deja una enseñanza y más que todo un ejemplo positivo acerca de la actitud de el hacia sus alumnos y el desempeño que a diario dedicaba a su trabajo que más que una labor era su mayor pasión.
Imagen: 
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Juventud, cultura y universidad

Por: Pedro Rivera Ramos

Décadas hace que gran parte de la juventud panameña y dentro de ella, la universitaria, viene manifestando cambios cualitativos y sensitivos, no solo en aspectos que habitualmente no suelen despertar tanta preocupación social, como modas, música y gustos estéticos; sino en valores y ética, en identificación de la cultura emancipadora, en su rendición al consumo casi patológico, en una pérdida gradual del sentido e importancia de la colectividad y en una apatía peligrosa hacia el desarrollo del pensamiento crítico o el cuestionamiento otrora, hasta irreverente.

Es muy común entre nuestros jóvenes, el desdeño y desconocimiento sobre hechos y personajes históricos que han marcado indeleblemente la vida nacional; sin embargo, pueden delirar durante horas sobre las hazañas deportivas de un jugador desechable del momento o del último chisme de la farándula criolla o extranjera.

Lo que aquí acontece no es exclusivo de nuestra juventud. Esos rasgos pueden ser observados con facilidad en muchas otras latitudes. Factores internos y externos, junto a un formidable mecanismo mediático soportado básicamente en una cultura de la imagen, así lo han configurado y decidido. Hoy, lamentablemente para nuestros jóvenes estudiantes, todo lo que no sea estrictamente curricular, carece casi por completo de significado e importancia. Igual suerte viene padeciendo la adquisición del conocimiento en su carácter crítico y desmitificador, así como la valoración social de la utilidad de la educación superior.

Eso explica, en gran medida, la apatía e indiferencia que muestra gran parte de nuestro estudiantado hacia actividades extracurriculares, con independencia de la calidad o el buen gusto que pueda exhibir la obra cultural. El estudio y su finalización solo adquieren legitimización social, cuando garantiza la inserción inmediata al mercado del trabajo y los réditos generados pasan a ser exclusivamente para beneficio y disfrute personales.

Ahora solo se estudia pensando esencialmente en el símbolo de la instrucción y los beneficios mercantiles; renunciando así, a todo lo que pueda servir para revelar las grandes potencialidades que en el ámbito cultural, espiritual y humano, se encuentran en nuestra especie. Atrás han quedado las preocupaciones sociales legítimas de antaño, el romanticismo inserto en utopías humanas, la identificación plena con proyectos nacionales de emancipación y soberanía. El mundo de la frivolidad, el hedonismo, el utilitarismo y la insolidaridad, se han apoderado de las almas y corazones de vastos sectores de nuestra juventud y conspiran desde hace ya mucho tiempo, contra una educación más ética, comprometida y liberadora; que en el caso de la universitaria, debe estar encaminada hacia la creación, de un sujeto transformador desde una perspectiva social y humanística.

Al mundo que de veras existe y que indudablemente debe ser transformado, le urge que los jóvenes, y principalmente los estudiantes, adquieran consciencia de la extraordinaria responsabilidad que tienen por delante. Sin pretenderlo, les ha correspondido vivir en un país y en un planeta donde se incrementa la riqueza tan rápido como crecen las desigualdades e injusticias. Mucho pueden aportar si deciden luchar contra los contrastes inaceptables o las inequidades intolerables de nuestra vida cotidiana.

Para comenzar, nuestra juventud, y especialmente la estudiosa, debe ser capaz de revestir sus argumentos de toda la dimensión crítica posible; respetando otredades y pluralidades culturales, defendiendo con tenacidad sus ideales y principios y renunciando siempre, a la seducción del pernicioso conformismo o de la desmovilización ideológica.

No hay duda alguna de que la Universidad de Panamá es una institución compleja que tiene la misión y el compromiso de desempeñar roles muy diversos en nuestra sociedad. Debe formar profesionales suficientemente competentes, que sean capaces de intervenir con éxito en la solución de los grandes problemas que apremian a nuestro país. Pero es al mismo tiempo un pilar fundamental de nuestra identidad como Nación y su principal centro de producción intelectual y científico. Es aquí donde florece la cultura nacional y donde mejor interaccionan la academia con las necesidades y urgencias de las comunidades.

Por tanto, la Universidad no está ni puede estar confinada exclusivamente a dispensar enseñanza, como muchos a veces quisieran que fuera su única ocupación. Ella está obligada a penetrar con independencia en los contextos sociales existentes y a pronunciarse con responsabilidad ante los problemas políticos, económicos, sociales y éticos de la Nación. Ese rol histórico al que nunca debe renunciar, debe ser transmitido sin cortapisas a todos los jóvenes que se agitan en sus aulas en busca del saber.

Por eso toca a la Universidad de Panamá, en su condición de principal centro de estudios y cultura de la Nación, identificar, reconocer y actuar sobre estas manifestaciones de escepticismo, desmovilización e inercia que, con tanta frecuencia, solemos encontrar entre la inmensa mayoría de nuestro estudiantado. Es preciso que este gigantesco trabajo, que sin dudas debe emprenderse desde el terreno cultural y con la urgencia que las realidades exigen, tenga al aula de clases como el espacio más sustantivo donde estas conductas inicien su transformación más radical. Para ello se requiere cuanto antes el desarrollo de los instrumentos pedagógicos apropiados, la creación de las estructuras pertinentes y la generación de las instancias culturales necesarias, con el fin de abordar con la contundencia debida esta tarea de primer orden.

No obstante, este escenario que parece sumamente sombrío y desalentador, contiene, es justo reconocerlo también, a un sector minoritario de estudiantes universitarios que, por distintas razones, se ha rehusado a ser asimilados totalmente por la propaganda de la superficialidad, la inmediatez y la banalidad. En su lugar ha optado por cultivar sensibilidades sociales; estremecerse y actuar ante las injusticias y las desigualdades; preocuparse por las consecuencias perjudiciales del cambio climático; identificarse con procesos de renovación política y contra la guerra; desarrollar sus inclinaciones artísticas y literarias. Por eso que resaltar una visibilización mayor de sus talentos, como ejemplos a imitar por otros jóvenes, ha de ser una prioridad impostergable, si queremos realmente contribuir a transformar cualitativamente a nuestra juventud.

De modo que es imprescindible que se mejore y fortalezca la formación del estudiante desde una perspectiva humanista, solidaria y asentada en los más grandes valores universales. Como también es crucial que se renuncie, entre otras cosas, a cualquier forma abierta o disfrazada de cooptación de dirigentes o intervención o tutelaje de las organizaciones políticas estudiantiles. Es evidente que tal proceder, en cierta manera, ha contribuido a acelerar el colapso de las mismas y a la desprotección peligrosa de la propia Nación, al privarla de su sector social que en el pasado reciente de nuestra historia, ha sido el más consecuente y aguerrido a la hora de encabezar la defensa de los grandes intereses nacionales.

Fuente: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/juventud-cultura-universidad/23965987

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Nicaragua: Contra el bullying, la solución en nuestras manos.

Atentos los padres ante el comportamiento de los hijos para establecer patrones y actuar a tiempo en caso de que sean víctimas de este tipo de maltrato.

Centro América/Nicaragua/11.10.2016/Autor y Fuente:http://www.lavozdelsandinismo.com/

Los medios de comunicación de nuestro país y las autoridades del Gobierno Sandinista han desarrollado en los últimos años campañas importantes para reconocer y evitar el llamado bullying, término que ha proliferado para definir el acoso escolar y cualquier toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce, especialmente, entre escolares de forma reiterada y que se ha convertido en una lacra para la sociedad.

Pero solo el término cambió porque en realidad este mal ha afectado a la humanidad durante buena parte de su historia.

Mucho se ha hablado y explicado sobre este fenómeno que hoy prolifera en diferentes formas: el bullying verbal, el bullying indirecto, la agresión o el bullying cibernético.

Pero para hablar de bullying se deben analizar, primero, los perfiles que definen al acosador y al acosado. En el primer caso, uno de los primeros aspectos que lo distinguen es la necesidad de tener el dominio sobre otro para sentirse poderoso y ser reconocido. Generalmente carece de habilidades sociales y no muestra ningún tipo de empatía hacia el resto del grupo.

Vive, en el mayor por ciento de los casos, en medio de un hogar disfuncional y con proporción a la violencia, por lo que carece de autocrítica y manipula a su antojo la realidad. Por lo tanto, a la larga también se convierte en una víctima que necesita ayuda especializada.

En el segundo caso, el del acosado, una de las características con las que se le suelen identificar son la sumisión, la baja autoestima y la falta de personalidad segura.

Presenta una incapacidad absoluta para defenderse por sí mismo ya que, en el mayor porcentaje de casos, ha sido sobreprotegido por la familia y carece de autonomía. Hay casos más complicados y resulta cuando el acosado sufre de algún padecimiento o discapacidad física.

El agresor o acosador molesta a su víctima de distintas maneras y, a veces, ante el silencio, el miedo o la complicidad del resto de los compañeros. Es habitual que el conflicto empiece con burlas que se vuelven sistemáticas y que pueden derivar en golpes o agresiones físicas.

Los casos de bullying revelan un abuso de poder. El acosador logra la intimidación del otro que lo percibe como más fuerte, más allá de si esta fortaleza es real o subjetiva. Poco a poco, el niño acosado comienza a experimentar diversas consecuencias psicológicas ante la situación, teniendo temor de asistir a la escuela, mostrándose retraído ante sus compañeros, etc.

El fenómeno se ha convertido en una de las principales preocupaciones entre los pequeños y los adolescentes por lo que se hace imprescindible prestar atención a signos que pueden indicar que nuestros hijos están sufriendo acoso escolar.

Uno de los signos más característicos son los cambios de humor muy bruscos y el miedo a asistir a la escuela, razón por la que exponen excusas sin sentido. Ello conlleva, indudablemente, a que se reduzca notablemente el rendimiento escolar, un detalle también a tener en cuenta.

Lo más común es que se hable sobre bullying en niños, pero la verdad es que en cualquier momento de nuestra vida, en el trabajo, la familia, amigos y hasta en el lugar donde vivimos estamos expuestos a sufrirlo.

Pero, ante esta terrible realidad, ¿qué hacer? ¿Cómo actuar con nuestros hijos si tenemos la más mínima sospecha de que está padeciéndolo?

Y aunque sin dudas se produce una considerable rebaja en la autoestima, los especialistas recalcan que es muy importante hacerle ver a los niños que él no es el culpable de la situación y que en ningún caso la violencia es el camino para arreglar las cosas

Expliquémosle que todo el mundo va a tener su opinión, todos van a tener algo que decir y, si solo nos preocupamos ello, conseguiremos únicamente un enorme dolor de cabeza. Lo que importa es como nos sintamos con nosotros mismos, no solo como hacemos sentir a los demás.

En estos casos es importante que tu hijo sepa lo valioso que es, que no ha hecho nada para merecer estos abusos y sobre todo que te cuente cada una de las cosas que le pasan en su diario vivir. Trata de construir una relación sincera y honesta con tu familia.

Y una regla antigua pero que nunca pasa de moda: que intente tratar a los demás como le gustaría que lo trataran a él. Podría sonar bastante básico, pero, en lo que se refiere a la naturaleza humana, la respuesta más simple suele ser la correcta. Es así de sencillo.

Aunque la problemática del bullying crece cada día como un alud, nadie, absolutamente nadie, tiene que ser sometido a cualquier tipo de maltrato. Pero lo primordial responde a conseguir que la armonía sea una buena aliada en la lucha para conseguir una interacción más positiva en la vida real y en las hoy tan concurridas redes sociales.

Fuente: http://www.lavozdelsandinismo.com/curiosidades/2016-10-08/bullying-la-solucion-nuestras-manos/

Imagen: http://www.lavozdelsandinismo.com/wp-estaticos/2016/10/BULLYING.jpg?80dc4b

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