Page 201 of 2587
1 199 200 201 202 203 2.587

España: La pandemia ha incrementado las desigualdades educativas afectando principalmente a los más desfavorecidos

Por: servimedia.es

La pandemia ha incrementado las desigualdades educativas afectando principalmente a los más desfavorecidos, según concluye el informo ‘Indicadores comentados del sistema educativo español 2021’ que acaban de publicar las fundaciones Ramón Areces y Sociedad y Educación.

El documento expone que la pandemia de la Covid-19 ha puesto de manifiesto “las numerosas deficiencias y desigualdades de nuestros sistemas educativos: desde la banda ancha y los ordenadores que requiere la enseñanza online hasta los entornos de apoyo necesarios para el aprendizaje, y de ajustar los recursos a las necesidades”.

Todos los indicadores apuntan que la pandemia ha impactado de forma muy negativa en el ámbito educativo aumentando las desigualdades y afectando particularmente a los estudiantes más desfavorecidos.

Este informe, el séptimo de la serie, ofrece una selección, actualizada a 2021, de los datos e indicadores de situación más relevantes sobre el sistema educativo español, a partir de fuentes estadísticas y estudios nacionales e internacionales.

Está dividido en cinco bloques que comprenden las cifras de la educación en España, recursos educativos, resultados educativos, educación y mercado de trabajo y por primera vez se incluye un bloque dedicado al contexto educativo vivido durante la pandemia de la Covid-19.

Incluye, además, 13 comentarios realizados por expertos nacionales e internacionales sobre distintos aspectos de la realidad educativa.

En su comentario titulado, ‘Garantizar una recuperación post-pandemia igualitaria’, Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE, analiza el impacto de la pandemia en los sistemas educativos a partir del informe de la Special Survey, ‘The State of School Education-One year into the covid pandemic’, realizado por la OCDE.

Schleicher pone de manifiesto que los países que presentan un peor rendimiento educativo son los mismos que han perdido más días lectivos durante la pandemia.

“Lo que estosignifica’, afirma, «es que esta crisis no se ha limitado a incrementar la desigualdad educativa dentro de cada país, sino que es probable que haya incrementado también la brecha de rendimiento entre países”.

BAJO RENDIMIENTO

Aunque distintos informes (por ejemplo, Comisión Europea, 2020; UNESCO, 2020) ya habían señalado que los cierres escolares incrementan la desigualdad entre los niños pertenecientes a contextos familiares desfavorecidos, también ha perjudicado a los alumnos con bajo rendimiento, según se recoge en el comentario firmado por Ludger Woessmann y su equipo.

En este comentario los autores dan cuenta del daño específico que la falta de apoyo docente ha provocado en los alumnos con bajo rendimiento. A partir de una encuesta aplicada en Alemania sobre el empleo del tiempo, el comentario muestra cómo durante el cierre de las escuelas con motivo de la pandemia, el tiempo diario de aprendizaje se ha reducido a más de la mitad, pasando de 7,4 horas diarias antes de los cierres a 3,6 durante ese periodo.

Esta reducción ha sido significativamente mayor en el caso de los alumnos con bajo rendimiento, que han sustituido en número no proporcional el tiempo de estudio por actividades que se consideran contraproducentes para el desarrollo de los niños –tales como los videojuegos y ver la televisión–, antes que por actividades beneficiosas como la lectura o el ejercicio físico

El informe señala que durante el cierre de las escuelas los recursos digitales se han convertido en el salvavidas de la enseñanza; la pandemia ha obligado a profesores y alumnos a adaptarse rápidamente a la enseñanza y el aprendizaje online. Prácticamente todos los países se han apresurado a mejorar las oportunidades de aprendizaje digital tanto de los alumnos como de los profesores, y han promovido nuevas formas de colaboración entre profesores. No obstante, concluye que la crisis ha cogido desprevenidos a muchos sistemas educativos, incluido el español.

https://www.servimedia.es/noticias/1914065

Comparte este contenido:

Educación y emancipación. A propósito de un libro de Marina Garcés

Marc Casanovas

Los primeros años de este siglo se estrenó una película que transitó con bastante éxito por algunas salas de cine de arte y ensayo de nuestro país. Posteriormente me ha costado encontrarla en los inevitables catálogos que aparecen de forma recurrente sobre cine y educación en revistas especializadas o en redes sociales sobre el tema. Y, sin embargo, de un tiempo a esta parte, cada vez que me siento ante un teclado para escribir algo sobre el tema, no puedo evitar que este film se me aparezca como un punto de partida útil para la intelección de nuestro presente educativo y social.

La película en cuestión se ambienta, no puede ser de otro modo, en un suburbio de París. Rodeado por los característicos edificios de protección oficial que a base de montañas de cemento y estética carcelaria han devenido un testimonio arquitectónico global por derecho propio; no solo de su más que dudoso funcionalismo, sino de toda una concepción tecnocrática de lo que significó el derecho a la ciudad, la modernización y la integración social. Esto, combinado con las décadas de abandono y neoliberalismo posterior, confiere a este paisaje urbano un aire de ruina y catástrofe posbélica que, sin embargo, la frescura e ingenio de las y los jóvenes que protagonizan la película consiguen transfigurar hasta el punto de que al final adquieren el encanto de las ruinas de un viejo anfiteatro griego. 

Un anfiteatro en las ruinas del viejo Estado social, escenario que las y los adolescentes de la película utilizan para ensayar una obra teatral que preparan para el instituto de su barrio: El juego del amor y del azar, de Marivaux. De tal modo que en las calles y parques del barrio se acaban superponiendo los dramas cotidianos de dichos jóvenes con los de la propia obra teatral. La escurridiza o cómo esquivar el amor (2003), de Abdellatif Kechiche, es una película extraña para su género: en ella no encontramos profesores abnegados luchando contra la exclusión social, alumnos díscolos que poco a poco comprenden el carácter salvífico de la educación para romper con su condición…; La escurridiza no es un relato edificante de integración social; como tampoco está en la senda de los manifiestos antisistema que irían de Cero en conducta a La Haine.

Esta película no impresiona por la fuerza icónica de sus símbolos, ya sean estos héroes arquetípicos de la educación inclusiva o de la rebelión redentora, sino por la sutileza didáctica de su alegoría. Como en el mejor teatro brechtiano, la inclusión de un marco ficticio dentro del otro no tiene por objeto principal transparentar los hilos sociales que mueven a los personajes que recorren la superficie de la pantalla, sino los hilos y las concepciones que mueven (como una marioneta) al espectador en su vida cotidiana una vez ha salido de la sala de cine y se enfrenta a la realidad (es decir, a las ilusiones y prácticas ideológicas que sustentan esta misma realidad). 

Decíamos que la obra de teatro que ensayan los chicos y que deviene el subtexto de los dramas cotidianos de estos mismos jóvenes (pero también del propio espectador) es El juego del amor y del azar, de Marivaux. Una comedia del siglo XVIII donde el enredo amoroso se articula a través de un juego de disfraces y equívocos varios entre señores y criados. Pero a pesar de la gracia y ligereza rococó del dramaturgo francés, combinada con el carácter plebeyo y popular de los criados, al final de la obra el frío cálculo burgués y su ilusión de igualdad meritocrática se impone. Y cualquier atisbo de azar o trasgresión se desvanece; el determinismo social aflora en forma de verdadero amor, volviendo a poner las relaciones de clases y los afectos desbordados en su sitio: el señor con la señora y el criado con la criada.

Marina Garcés arranca con una propuesta provocadora: la figura del aprendiz como marco de referencia para pensar la educación

Y es este determinismo social el que denuncia la película. Un determinismo que se impone a través (y gracias) a una ilusión de igualdad y libertad que en realidad no es tal. Por ello, gracias a la alegoría y la trampa de la doble ficción, el espectador cae de lleno en esta ratonera. Y desde allí puede empezar a objetivar cómo opera esta ilusión de igualdad en su vida cotidiana una vez abandonada la sala. Una Ilusión que, parafraseando a Marx, no es un simple hecho de conciencia (una falsa representación o creencia subjetiva que se proyecta sobre la sociedad), sino una ilusión objetiva y social que estructura y organiza el juego de las relaciones sociales de tal modo que todo el entramado confirma a sus jugadores en cada fibra de su ser (ahora forzados a jugar este juego de amor y de azar en las ruinas del Estado social) la culpa y responsabilidad individual de su propio fracaso.

Precisamente de esta culpa, de esta responsabilidad y de este fracaso (y de cómo transformarlas radicalmente) nos habla Marina Garcés en Escuela de aprendices: de los dispositivos narrativos y científicos, de los mecanismos de reconocimiento, de las fronteras invisibles, de las prácticas políticas y sociales que las afianzan e institucionalizan como un tatuaje en los cuerpos y las almas de las y los oprimidos: “La servidumbre no consiste en ser un fracasado o un perdedor, sino en estar dominados por el código del éxito o del fracaso” (Garcés, 2020: 114).

Por eso, ya desde el mismo título, Marina Garcés arranca con una propuesta provocadora: la figura del aprendiz como marco de referencia para pensar la educación. No como figura sociológica, pero sí reivindicando las resonancias plebeyas de un término que choca ya de entrada con cualquier forma de elitismo (querido o no) a la hora de abordar todo proceso pedagógico. Un proceso pedagógico que toma los contornos híbridos de un anfiteatro griego y un ágora en medio de la vida cotidiana y la catástrofe ecosocial de nuestro tiempo. Pero no para sustraerse de esta vida cotidiana ni de esta catástrofe que la informa, sino para articular democráticamente en su seno miradas y voces, la acumulación de recuerdos, de relatos personales y colectivos (de clase, raza, género, etnicidad…) que las actuales formas de poder político y social sumen en el silencio adaptativo de una escuela formalmente neutra: “Aprender a leer no es aprender las letras, sino aprender a decir las propias opresiones para cambiar la posición en el mundo. Las texturas de la servidumbre cambian con el tiempo, modifican sus formas, sus artes y sus maneras de hacer, pero no su lógica, que es la construcción de un olvido compartido” (Garcés, 2020: 116).

Por ello, ya en el primer capítulo, Marina Garcés polemiza con fuego amigo (por decirlo así): con la distinción de Jaques Rancière entre escuela y aprendizaje. Pues el filósofo francés queriéndose sustraer, con toda la razón y a toda costa, de las formas de alienación inscritas en la división social del trabajo en pro de una educación emancipadora, acaba obviando, no obstante, las dificultades concretas a las que debería enfrentarse esta apuesta educativa. Y, por tanto, acaba hablando de una escuela emancipada que no es de este mundo (totalmente al margen del orden social y productivo) o que, si lo es, derivaría en la práctica en privilegio de unos pocos (perdiendo su carácter democrático y emancipador). Como dice la autora: “La igualdad del escolar, de principio universal, puede convertirse en un factor de distinción si el aprendiz queda excluido de ella” (Garcés, 2020: 22).

La estrategia de Garcés a la hora de pensar los elementos constitutivos de una pedagogía crítica y emancipadora es desde un buen principio muy diferente. La autora no parte de los momentos de excepción o desafiliación respecto al orden social por parte de los y las de abajo, sino de los cotidianos conflictos y contradicciones (de esa normalidad deshumanizante que otro momento de excepción muy distinto y que atraviesa el libro –la crisis de la covid-19– ha puesto más en evidencia que nunca). Una normalidad que determina los procesos educativos reales, sean estos formales o informales, y sus luchas: reproducción de las relaciones sociales dominantes, por un lado; potencial para la emancipación, la autonomía personal y la transformación social, por el otro. La filósofa se sumerge en ellos a partir de la figura del aprendiz como enclave epistemológico, pero también ético y político, para reflexionar sobre la pedagogía en su conjunto.

Así, desde la reelaboración filosófica (y fenomenológica) de esta figura del aprendiz, Garcés encuentra el terreno común sobre el cual podríamos levantar una práctica pedagógica emancipadora situada y plausible. Una posibilidad que recorrerá todos los capítulos siguientes. Pues es desde ahí donde podemos activar la imaginación para pensar una educación desde el lugar del otro, oír sus voces, su realidad y sus necesidades; una educación como un taller de aprendices desde donde se puedan ensayar formas de vida en común y futuros alternativos a los dominantes. Lo cual implica que todo proceso educativo es estructuralmente dialéctico: transforma al que aprende y al que enseña. Ambos deben aprender y enseñar marcos de experiencia distintos que ponen en juego formas de afectación y significación de un mundo que, no obstante, es compartido. 

Una vez asentado este giro copernicano (que encuentra su fundamento político para una educación entre iguales en este compromiso con la mirada del otro), la autora puede pasar un cepillo a contrapelo a las formas de la pedagogía dominante. Empezando con aquellas tan en boga en la doxa del progresismo neoliberal actual que parecerían tener cierto aire de familia con el planteamiento de la propia autora cuando dicen poner el alumno en el centro del proceso educativo. Pero lo hacen desde un punto de vista individualista, donde las determinaciones sociales, políticas, laborales, culturales…, que configuran la experiencia del mundo de ese alumno son obviadas o, en su defecto, tratadas como problemas de adaptación del alumno a un orden de cosas ya dado y naturalizado.

Como decíamos, en el caso del aprendiz, y gracias al giro epistemológico operado por la autora, la figura del educando y su mundo adquieren un rol realmente activo en el proceso educativo. De manera que es desde ahí donde podemos pensar una educación entre iguales que permita reformular las preguntas fundamentales de la pedagogía. Pasando de la pregunta habitual de ¿cómo educar? a la de ¿cómo querríamos ser educados? y las que se desprenden de la misma: ¿hacia dónde?, ¿desde qué instituciones y relaciones?, etc. Con ello, la crítica radical a las formas de subjetivación y falsa participación que vehiculan las instituciones públicas a través de las nuevas formas de gubernamentalidad neoliberal y sus evidencias pedagógicas (paradójicamente, la tendencia a integrar casi todas las ciencias sociales y humanas en la reflexión pedagógica ha ido ligada a un cientifismo creciente y peligrosamente dogmático”) devienen un lugar de tránsito obligado en el libro: “porque bajo formas amables en cada centro educativo de cada barrio, pueblo o ciudad. Matas miradas, deseos, rarezas, silencios, imaginaciones, formas de saber y de amar: cancelas posibilidades de vida” (Garcés, 2020: 32).

Marina Garcés aborda la pedagogía a la vez como una poética (cómo nos afectamos del mundo) o lo que Freire llamaría la palabra-mundo y que la autora ilustra a través de la poética materialista de Pasolini, y una política (cómo reelaboramos entre iguales esta experiencia del mundo para transformarla). La plausibilidad de este enfoque pone en juego el fundamento del propio proyecto filosófico y político de la autora en un sentido más amplio: su reivindicación de una Nueva ilustración radical. Pues si cualquier intento de poner la educación al servicio de un proyecto político, como señalaba Hanna Arendt, es esencialmente autoritario (ya que el principio de la práctica política democrática solo se puede dar entre iguales), entonces la plausibilidad del enfoque de Garcés depende precisamente de hasta qué punto el giro copernicano que plantea la figura del aprendiz puede romper esta separación fija entre el que enseña y el que aprende en el seno de todo proceso educativo: ahí se juega el fundamento de una educación emancipadora:

Decíamos que una educación emancipadora sería aquella que tiene como condición que cualquier aprendizaje implique aprender a pensar por uno mismo junto a otros. Este principio ilustrado se ha entendido a menudo de manera teórica, intelectualizada e individualista. Desde la continuidad entre los modos de hacer, en cambio, toma otro sentido: aprender a pensar por uno mismo significa desarrollar una capacidad de comprensión de la propia existencia en relación con las cosas del mundo y con aquellos que están, que han pasado o que llegarán a él (Garcés, 2020: 29).

A continuación, Garcés se pregunta: ¿cómo generar pues una gramática común para una educación entre iguales? A través de autores como Levinas, Primo Levi, Gunter Anders, Marx o Ágnes Heller, la autora recorre la desproporción entre una modernidad y un desarrollo tecnológico que ha desatado unas fuerzas descontroladas, depredadoras y de exterminio…, y la vergüenza impotente de una humanidad sometida a sus propias creaciones. La conciencia racional de esta vergüenza de lo que la humanidad ha hecho consigo misma y su destino común rompe soberbias (determinadas jerarquías del saber) y nos vincula en una experiencia compartida que, más allá del escándalo moral, puede ser punto de partida de un aprendizaje colectivo; fundamento de una educación comunitaria que comprende la necesidad de un cambio radical.

Y la conciencia de esta transformación radical debe actuar, en primer lugar, sobre las formas de acoger la existenciadominantes en los procesos educativos. Pues estas formas son las que perpetúan y reproducen las causas de esta “vergüenza de ser humanos”. Es el caso de lo que la filósofa llama la “pedagogía extractivista”. Esta, al evaluar a cada individuo según su “potencial”, genera su propio reverso: el residuo, que tantas veces ha llevado a esos campos de exterminio (físicos, epistemológicos, naturales, sociales…) antes mencionados. 

En este sentido, y de la mano de maestros y pedagogos como Philippe Meirieu, Fernand Deligny, Abel Castelló, sociólogas como Saskia Sassen o filósofas que van desde Spivak, Foucault y Deleuze a Diderot (entre otros), la autora denuncia el actual sistema educativo y sus procesos de subjetivación. Un sistema educativo que, pese a su compromiso formal con la equidad, jerarquiza las existencias y distribuye los futurosen función de unas expectativas predeterminadas y a partir de dos ficciones fundamentales: “La ficción liberal de la igualdad de oportunidades que hace del individuo un sujeto formal de derechos dentro de un mercado de opciones de vida supuestamente neutro”, y la nueva ficción neoliberal antes mencionada: “Que concibe cada individuo como un recurso único y diferenciado que se mide según su potencial escondido” (Garcés, 2020: 51).

Un sistema educativo que, pese a su compromiso formal con la equidad, “jerarquiza las existencias y distribuye los futuros” 

Pasando pues de un sistema liberal clásico (donde las oportunidades eran externas al individuo) a la interiorización biopolítica del mismo a través de un catálogo competencial funcional al mercado y su lógica segregadora, la filósofa denuncia este catálogo de capacidades (y su ilusión democrática) que estructuran la individualidad del aprendiz, dejando como residuo o material desechable todo aquello que no encaja con esa maquetación competencial y conformando con ello una nueva forma de dominación: “La autoridad no ha desaparecido. Ha sido transferida de la enseñanza a los procedimientos. En este tránsito, el descrédito social, moral y económico de los profesores de todos los niveles ha sido una operación deliberada y de efectos rápidos” (Garcés, 2020: 119).

A través de esta organización competencial, pues, el sistema educativo se convierte en un régimen de expulsión permanente. Pues los mundos comunes y su construcción colaborativa se diluyen de forma estructural. Extendiendo esta lógica a la educación para toda la vida y la industria tecnológica que la acompaña, se disuelve así todo marco institucional y frontera entre escuela y mercado (también llamado de forma más piadosa sociedad civil). Pero también entre maestra y coach o asistente social (según el contexto y la clase social), en pro de una visión atomizada de la educación. La pedagogía extractivista constituye en este sentido una pesadilla distópica, el reverso exacto de la sociedad sin escuela de Iván Illich. 

De ahí (pese al pulso libertario y antiautoritario que atraviesa el libro) la reivindicación de la escuela y de la figura de la maestra ignorada (otra vez en diálogo polémico con Rancière) y en confrontación directa con la nueva revolución pedagógica que viene de la mano de la industria: “Hablar de una escuela de aprendices no es invocar una escuela sin maestros ni maestras, como sueñan hoy las plataformas de educación a la carta. La escuela de aprendices es una figura imaginaria que nos tiene que permitir pensar los conflictos y las alianzas educativas desde un determinado punto de vista” (Garcés, 2020: 63).

De manera que la frágil relación entre pedagogía y emancipación deviene una tarea en permanente reconstrucción. Y la diferencia de miradas y saberes que reivindica la autora en la construcción de una educación emancipada y entre iguales es una diferencia en el sentido auténtico de la palabra: una diferencia respecto a lo que nos es común. Y por tanto es este vínculo conflictivo (y su pluralidad epistemológica) a la hora de nombrar el mundo, el que debemos preservar en instituciones que puedan gestionarlo democráticamente. Y no la diferencia que articula la atomización individualista y la adaptación competencial en su asalto actual a la escuela y su disolución nihilista de fronteras entre mercado y educación. 

Por eso, Garcés reivindica los marcos institucionales (debidamente transformados, debidamente democráticos) que lo hacen posible: “Cuando actualmente se radicaliza el cuestionamiento de la escuela desde tantos frentes, la principal razón para defenderla es precisamente esta: es el lugar en el que la sociedad, en su conjunto, puede hacerse cargo de la disputa en torno al saber, sus implicaciones sociales y sus consecuencias políticas” (Garcés, 2020: 62).

Alianza entre aprendices para activar la imaginación política, para pensar y experimentar otros futuros y otras poéticas del tiempo

Y por eso, la autora, frente a la nueva ingeniería social de la pedagogía neoliberal, pero también frente a las grandes pedagogías del hombre nuevo o las nostalgias de una autoridad perdida, postula una “pedagogía frágil” y respetuosa con la diferencia en la línea de Philippe Meirieu. “Una alianza de los aprendices” (que somos todos); ese proceso de subjetivación (su política y poética) que permite la educación entre iguales: “Su sentido es hacer iguales a los desiguales desde una alianza que convierte la educación en el arte de reunir existencias de diferentes edades, trayectorias y condiciones en una acción que las iguala sin equipararlas ni estandarizarlas: tomar juntos el riesgo de aprender” (Garcés, 2020: 134). Porque comprometerse con esta alianza es apostar por intentar levantar aquí y ahora esta escuela cada día y confrontar en su conjunto las actuales relaciones de dominación y la experiencia del mundo que conforman.

En el último capítulo, “Disputar los futuros”, Marina Garcés recapitula sobre el carácter estratégico que adquiere esta alianza entre aprendices para activar la imaginación política, para pensar y experimentar otros futuros y otras poéticas del tiempo donde quepamos todas; más allá de una escuela adaptada a las servidumbres de un presente que ha clausurado su relación con futuros alternativos al actual desastre civilizatorio.  

Finalmente, el libro se cierra con un epílogo donde podemos ver el texto de una intervención de la autora. Ilustrado en colaboración con una artista plástica y para la escuela de arte y diseño de La Massana de Barcelona. En esas pocas páginas se puede apreciar que, no solo en el contenido del texto, también en la forma aforística que toma, se resume su visión de la educación como una poética y una política al mismo tiempo.  

Marina Garcés es muy conocida en los medios activistas políticos y culturales, especialmente de la ciudad de Barcelona, donde colabora habitualmente con los movimientos sociales de la ciudad. Su propia obra combina esta doble faceta de reflexión filosófica con vocación de intervención política y cultural. Lo cual confiere a sus ensayos un estilo muy personal, fruto también de su propia concepción de la política como una forma de subjetivación colectiva anónima y de experimentación existencial más allá de las mediaciones representativas al uso. 

Todo ello la podría situar (en un sentido amplio y no identitario) en la tradición activista de la autonomía. Sus referencias filosóficas y políticas son, sin embargo, mucho más amplias y heterogéneas. Desde Merleau-Ponty al pensamiento feminista y decolonial pasando, claro está, por Deleuze, Foucault, Bifo, Virno…, pero abriéndose a un gran abanico que comprende desde Nicolás de Cusa, Spinoza o la filosofía de la ilustración, la literatura, el arte, la sociología crítica… Por todo ello, sus ensayos tienen un marcado carácter narrativo, donde se combina la fenomenología existencial y la crónica personal, la prosa poética y el análisis político y social; la experiencia irreductible del yo con la apelación a un nosotros indeterminado y colectivo donde, pese al tono amable y acogedor de su prosa, reverberan los ecos insurreccionales de un Comité Invisible o Wu Ming.

Aunque toda su obra está dotada de una gran coherencia y de unos temas y preocupaciones constantes, por lo que respecta a Escuela de aprendices, se podría situar en conexión directa con su ensayo Nueva ilustración radical (2017). Un excelente alegato para la actualización del proyecto ilustrado de autonomía personal y emancipación colectiva, pero pasando sus puntos ciegos por la criba de la crítica radical a la modernidad capitalista y sus monstruos irracionales hasta el presente.  

Escuela de aprendices es una obra de difícil clasificación. En la tradición de las pedagogías críticas, de Freinet a Paulo Freire pasando por las nuevas educaciones populares y las críticas libertarias, poscoloniales y feministas de la educación que han retomado esta tradición crítica. Sus reflexiones interpelan tanto a un público filosófico especializado como a docentes, movimientos por la educación pública y activistas en general. Resulta difícil situar el texto en un campo concreto dentro de la, a veces, contradictoria trinchera de la lucha por la educación pública (no lo pretende). Su campo de intereses y temáticas va más allá. Su dispositivo teórico busca politizar el conjunto de la vida cotidiana (también Fuera de clase (2016)); abarcar todas las voces posibles de ese nosotrosanónimo del que hablábamos. De hecho, si el libro nos conmueve es por su esfuerzo constante de movilizar recursos personales y herramientas de la academia para contribuir a la conformación de una política del oprimido. En definitiva, un texto de intervención política y cultural con vocación integral.

educacion-y-emancipacion-a-proposito-de-un-libro-de-marina-garces

Comparte este contenido:

Colombia: Proyecto de educación superior gratuita para personas en condición de discapacidad avanza en el Congreso

Por:  Lizeth García Bejarano/rcnradio.com

Busca la exención del valor de la matrícula y que las instituciones destinen mínimo el 3% de sus cupos para esa población

La Comisión Primera de la Cámara de Representantes aprobó por unanimidad en primer debate el proyecto de ley, con el que se promueve el acceso a la educación superior pública gratuita a las personas en condiciones de discapacidad.

La representante Adriana Magally Matiz, coautora y coordinadora ponente de la iniciativa, indicó que el proyecto busca otorgar beneficios a las personas con discapacidad.

El primer aspecto es la gratuidad para lograr el ingreso a la educación técnica y a la educación superior pública, evitando esas barreras económicas que hoy tiene esta población. Pero, además fomentando la educación inclusiva”, dijo.

Le puede interesar: ‘Gobierno tiene unos candidatos favoritos y naturalmente no estamos en ese llavero’, Paloma Valencia

En ese sentido, explicó que el articulado propone la exención del valor de la matrícula para la población en condiciones de discapacidad que ingresa a una universidad en las modalidades técnica profesional, tecnológica y superior pública; además de regular que las instituciones de educación superior deben asignar, reservar y destinar mínimo el 3% del total de los cupos ofertados en cada una de las carreras o programas para las personas con discapacidad.

“Aquí se hace necesario recordar el panorama de las personas con discapacidad en nuestro país. En el año 2020 el Dane llevó a cabo un estudio que denominó “panorama general de la discapacidad en Colombia” y dentro de ese estudio se pudo determinar que actualmente en nuestro país existen 3.134.000 personas con dificultades para realizar actividades básicas diarias», dijo.

Agregó que «de esas personas, 1.700.000son personas que tienen dificultad en los niveles 1 y 2».

“Las estadísticas nos muestran que las personas tienen poco acceso a la educación superior pública y cuando hablamos de temas de posgrado, casi que es imperceptible que estas personas tengan ese derecho”, sostuvo.

Cabe mencionar que la iniciativa le restan tres debates en el Congreso para ser Ley de la República.

https://www.rcnradio.com/politica/proyecto-de-educacion-superior-gratuita-para-personas-en-condicion-de-discapacidad-avanza

Comparte este contenido:

OIT advierte sobre desajustes entre educación y mercado laboral

Por: Prensa Latina
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirmó hoy que sólo alrededor de la mitad de los trabajadores en 130 países ocupan puestos correspondientes a su nivel de educación, el resto está sobreeducado o infraeducado para su empleo.
Pese a los esfuerzos por mejorar el nivel educativo de las personas en todo el mundo, los avances en el aumento de los niveles de escolaridad, especialmente entre las mujeres y las niñas, no se traducen en las correspondientes mejoras en los resultados del mercado laboral, precisó un informe sobre el tema.

Al mismo tiempo, muchos empresarios afirman tener dificultades para encontrar empleados con las competencias que necesitan para ampliar su negocio e innovar con éxito, un fenómeno que señala una importante desconexión entre la educación y el mundo del trabajo, explicó la estadística superior de la OIT Valentina Stoevska.

De acuerdo con el estudio tanto la infraeducación como la sobreeducación reflejan un uso inadecuado del capital humano y, si son persistentes, estos desajustes pueden suponer un elevado costo económico y social para los trabajadores, los empresarios y la sociedad en su conjunto.

Para respaldar las políticas encaminadas a reducir esos desequilibrios es necesario evaluar en qué medida la instrucción de los empleados se corresponde con el nivel que exigen sus puestos laborales, y también comprender las causas y las consecuencias de una educación suficiente o insuficiente entre los distintos grupos poblacionales.

Esta información es esencial para la planificación macroeconómica, el desarrollo de los recursos humanos y la formulación de políticas adecuadas, afirma el texto.

La OIT plantea que en la mayoría de los países existe una discrepancia significativa entre la proporción de trabajadores con estudios superiores y los puestos que requieren ese nivel, en particular en las naciones de bajos ingresos, lo cual demanda acciones para elevar el nivel de educación de quienes ocupan plazas altamente cualificadas.

Agrega el informe que los asalariados tienen más probabilidades de ser emparejados que los autónomos.

https://www.prensa-latina.cu/index.php/component/content/?o=rn&id=477372&SEO=oit-advierte-sobre-desajustes-entre-educacion-y-mercado-laboral
Comparte este contenido:

Chile: Cámara rechaza el kínder obligatorio

Por: adprensa.cl

  • Diputados votaron contra el veto que permitiría reponer la obligatoriedad del nivel, pese a que en primer trámite habían aprobado el proyecto por unanimidad.
  • El proyecto respondía a un mandato constitucional e iba en línea con la Agenda 2030 de la Unesco.

La Cámara de Diputados rechazó el veto que buscaba reponer la obligatoriedad para el Kínder, idea matriz del proyecto que había sido eliminada en el Senado pese a que la Cámara, en primer trámite, había aprobado el proyecto por unanimidad. Con esto, la iniciativa quedó rechazada pese a que buscaba cumplir con un mandato constitucional y a que la creación de una educación parvularia gratuita y obligatoria es una urgencia país, por la relevancia de la formación inicial de niños y niñas.

“El kínder obligatorio es un proyecto que apunta con total precisión al máximo bienestar de nuestros niños, que se dirige a corregir desde la base las inequidades que luego se manifiestan en nuestro sistema educativo, que permite efectivamente emparejar la cancha y darle a todos las mismas oportunidades. Hoy día, diputados de oposición optaron por darle la espalda a esos niños”, señaló el ministro de Educación, Raúl Figueroa, al finalizar la votación en sala.

El ministro apuntó además a estos parlamentarios afirmando que “una oposición mezquina optó por darle la espalda a esos niños; un candidato a la presidencia optó por darle la espalda a esos niños. Parte importante de la bancada de la Democracia Cristiana optó por darle la espalda a esos niños. ¿Por qué? Porque estamos en un momento electoral y lamentablemente no han sabido leer lo fundamental que es para Chile tener una educación parvularia que apunte a darle a cada uno de esos niños las oportunidades que se merecen (…) miles de niños deberán seguir esperando porque son víctimas de un cálculo mezquino que ciertamente no tiene cabida en el debate educacional en Chile”.

El kínder obligatorio es un mandato constitucional aprobado en 2013 y busca aumentar de 12 a 13 años la escolaridad obligatoria. Luego que la Cámara de Diputados lo aprobara por unanimidad, el Senado rechazó la obligatoriedad lo que lo obligó a pasar a Comisión Mixta donde se reafirmó esta posición. Por esta razón, y en el entendido que este nivel es fundamental para el desarrollo integral de las trayectorias educativas, el 20 de agosto pasado el Ejecutivo envió a la Cámara de Diputados el veto que buscaba reincorporar la idea matriz del proyecto de ley, es decir, la obligatoriedad del kínder.

El veto rechazado contemplaba, además de reponer la obligatoriedad, la obligación del Estado de velar por una evaluación y un plan de acompañamiento realizado por los establecimientos educacionales para aquellos niños y niñas que, por diversos motivos, no han podido cursar el segundo nivel de transición. De esta manera, se les aseguraba la continuidad en el sistema educativo.

Al mismo tiempo, entregaba un aporte de $4 mil millones para nueva infraestructura y capacitación para equipos educativos con enfoques pertinentes al nivel que releven el juego, descubrimiento, resolución de problemas, alfabetización emocional y creatividad, respetando su proceso de construcción mental. En definitiva, mejorar la articulación de kínder con primero básico evitando la escolarización que había sido una de las observaciones de la oposición.

Por otro lado, Chile tiene un compromiso internacional, ya que en 2015 firmó, como parte de los 193 países miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que establece como meta que los países garanticen, al menos, un año de educación preescolar de calidad, gratuita y obligatoria.

Impacto de la pandemia

El proyecto de kínder obligatorio se hizo urgente debido a las consecuencias de la pandemia para el sistema educativo, especialmente en Educación Parvularia.  En el último año, 39.498 alumnos de 1° básico a 4° medio desertaron del sistema escolar, sin embargo, la situación es aún más crítica en los más pequeños: desde 2019 la cantidad de niñas y niños de prekínder que abandonó el sistema se duplicó, pasando de 1.878 a 3.960, mientras que en kínder se produjo un aumento de la deserción de un 130% entre 2019 y 2021, pasando de 1.965 a 4.687.

Las mismas cifras reflejan que si bien en 1° básico también aumentó la deserción en un 44%, en este nivel académico la tasa de incidencia se mantuvo relativamente estable, pasando de 0,9% a 1,3%.

Si bien la matrícula en este nivel es alta, superando el 93%, existe un 66% que tiene inasistencia crónica. Es decir, faltan más de 4 semanas al año. Esta inasistencia crónica, más el creciente abandono, hacían fundamental para el gobierno su aprobación.

La subsecretaria de Educación Parvularia María Jesús Honorato afirmó que, “estos datos nos llevan a pensar que la voluntariedad del kínder es determinante para la señal que reciben las familias respecto a la importancia del nivel. Por eso es tan grave que los diputados lo hayan rechazado”.

Si bien la matrícula en este nivel es alta, superando el 93%, existe un 66% que tiene inasistencia crónica. Es decir, faltan más de 4 semanas al año. Esta inasistencia crónica, más el creciente abandono, hacían fundamental para el gobierno la aprobación del proyecto.

https://www.adprensa.cl/congreso/camara-rechaza-el-kinder-obligatorio/

Comparte este contenido:

Educación para la liberación a 100 años del natalicio de Paulo Freire

Por: Colombia Informa 

Este domingo se cumplieron 100 años del nacimiento del educador, filósofo y revolucionario brasilero Paulo Freire. Su pensamiento sigue con vigencia, invitando a la reflexión pedagógica y social en el mundo. Freire luchaba por “una educación que nos enseñe a pensar y no por una educación que nos enseñe a obedecer”.

Fue un convencido de la transformación social en el Brasil de mediados de la década de los sesenta, cuando decidió iniciar en Angicos (Rio Grande do Norte) un proceso de alfabetización de 300 corteros de caña en 40 horas de clase. Esa era una tarea difícil que lo llevó a plantear un método que respondiera a este contexto. Es así como partió del mundo que conocían sus estudiantes para explorar el vocabulario y hacerlo cercano a ellos. No se trataba de concebir que el educador transmitiera un saber (de arriba hacia abajo) a sujetos pasivos que no se preguntaran lo que veían, sino de socializar ese conocimiento para transformarlo durante el proceso de aprendizaje. Era un proceso de educación que invitaba a pensar, criticar y crear.

Tras el golpe militar en Brasil, Freire fue encarcelado y obligado a exiliarse. Su recorrido por distintos contextos nutrió sus reflexiones en términos no solo de alfabetización, sino de la pedagogía en general.  Se radicó en Chile, donde trabajó en programas de educación para adultos, impulsados desde el Instituto Chileno para la Reforma Agraria. Previo a los años de la llegada a la presidencia de Salvador Allende, escribió Pedagogía del Oprimido, la cuál sería su obra celebre. En este texto sintetizó su diálogo con el marxismo, partiendo de la idea de clases y la relación entre colonizador y colonizados. Asimismo, sirvió como fundamento para la pedagogía crítica.

La práctica bancaria de la educación

En Pedagogía del oprimido, Freire hizo una crítica a la educación tradicional de los opresores (la cual que llamó “educación bancaria”). En dicho tipo de educación, el maestro es el sujeto de la educación y el educando es el receptor que recibe todos los contenidos de la sabiduría. La tarea del maestro es llenar a los educandos con los contenidos de sus conocimientos. El buen educador es el que mejor vaya llenando los recipientes en los depósitos de los estudiantes. Y será el mejor educando el que se deje llenar dócilmente los recipientes y los aprenda con mucha memorización. Esta educación sirve a la clase dominante y deja a los oprimidos en la oscuridad.

Pero Freire no se limitó a la crítica del sistema educativo imperante, sino que propuso una nueva educación que debía dar más importancia a los educandos en el proceso enseñanza-aprendizaje. Los educandos deberían convertirse en educandos-educadores, y los educadores en educadores-educandos. Este principio concebía toda una nueva dinámica educativa, pues los educadores no son mensajeros de los opresores sino ejercen una “educación problematizadora”, con actos permanentes de descubrimiento de la realidad.

A partir de esas reflexiones, Freire planteó un reto no solo para la educación sino para todos los ámbitos de la vida. Desde aquel tiempo, le habló a la realidad desigual de toda Nuestra América y también le habló a la Colombia de hoy, donde menos del 40 % de la población tiene el privilegio de acceder a la educación universitaria. Afirmó que:

“Cada vez nos convencemos más de la necesidad de que los verdaderos revolucionarios reconozcan en la revolución un acto de amor, en tanto es un acto creador y humanizador. Para nosotros, la revolución que no se hace sin una teoría de la revolución y por tanto sin conciencia, no tiene en ésta algo irreconciliable con el amor. Por el contrario, la revolución que es hecha por los hombres es hecha en nombre de su humanización”.

Reflexión sobre la práctica

Freire comprendió muy bien cuando Marx señaló que “los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.” Es desde allí, Freire planteó que la pedagogía no es otra cosa que praxis. Esta praxis consiste, ante todo, en una reflexión acerca de la práctica y del contexto desde unas opciones emancipadoras, para favorecer la construcción de un sujeto social protagónico que toma sus particularidades de acuerdo con contextos muy definidos y con historias de sus colectividades.

La pedagogía crítica de Freire tiene como fin la liberación de las y los oprimidos, porque es una apuesta ética y política sustentada por fines de reconocimiento, empoderamiento y democracia de los sujetos que se reconocen desde sus diferencias y desigualdades en condiciones de género, clase, etnia, sexo y en condiciones de subalternidad.

La lectura de Paulo Freire sigue siendo necesaria no solo en los campos educativos o ligados a la pedagogía, sino para la vida misma. Es indispensable para quienes concebimos un mundo sin cadenas de opresión y ni explotación. Un mundo para todas las personas sin brechas de desigualdad, un mundo en donde la vida digna y el bienestar sean la bandera.

http://www.colombiainforma.info/educacion-para-la-liberacion-a-100-anos-del-natalicio-de-paulo-freire/

Comparte este contenido:

Paraguay: Expertos debatirán sobre los desafíos actuales de la educación

Por: ultimahora.com

«Educar, la mejor manera de construir» es el nombre del conversatorio que se realiza este jueves en el marco del evento Encuentro Asunción 2021, en el que participarán especialistas en educación.

El conversatorio contará con la participación de autoridades y expertos del ámbito educativo nacional, como el ministro de Educación, Juan Manuel Brunetti; Luis Fernando Ramírez, miembro del Conec y presidente de la Asociación de Instituciones Educativas Privadas del Paraguay (AIEPP); y Nelson Federico Mora, máster en Políticas Públicas por London School of Economics, Reino Unido; coordinador general del Programa Nacional de Becas en el exterior Don Carlos Antonio López (Becal).

También se contará con la participación del invitado internacional, el padre José Medina, máster en Educación por la Universidad de Harvard; director del colegio Cristo Rey en la ciudad de Boston, Estados Unidos.

La propuesta de Encuentro Asunción edición 2021 plantea una mirada sobre el tema educativo, “en un momento histórico en el que la expresión ‘emergencia educativa’ está, más que nunca, cargada de significado para todos, para estudiantes, docentes, familias y el Estado”, argumentan desde la organización del evento.

“Encuentro Asunción invita a conocer y compartir las experiencias de personas que, desde el ámbito personal y profesional, hacen frente con esperanza y creatividad a este complejo y desafiante contexto actual”, indican los impulsores de la iniciativa.

Añaden que en este momento se evidencia la necesidad de acrecentar, no solo las técnicas y los conocimientos sino, sobre todo, “un sujeto capaz de decir ‘yo’ plenamente, capaz de asumir la realidad en primera persona, y que, por esta razón, colabore en la obra del bien común”.

El evento se realizará este jueves a las 20:00, en el auditorio Mercedes Jané del Instituto Municipal de Arte (IMA), ubicado sobre la calle Presidente Franco y Montevideo.

El acceso es gratuito, previo agendamiento, hasta completar el aforo permitido. Más informes, al (0981) 503-373, con Claudia Dos Santos. Para asistir al evento es necesario realizar el agendamiento electrónico accediendo en bit.ly/encuentroasu

Igualmente, el debate podrá ser visualizado a través de las cuentas de Facebook y Youtube de la organización Encuentro Asunción.

El encuentro Asunción es una asociación sin fines de lucro, que desde el año 2015 realiza actividades culturales bajo un lema anual de interés común. Las propuestas de la entidad se constituyen en espacios de diálogo abierto y recíproco que surgen como tentativa de respuesta al impacto producido por la realidad.

https://www.ultimahora.com/expertos-debatiran-los-desafios-actuales-la-educacion-n2962567.html

Comparte este contenido:
Page 201 of 2587
1 199 200 201 202 203 2.587