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Presupuesto de Perú pone prioridad en salud, educación y agricultura

Por: https://www.swissinfo.ch

El presupuesto público de Perú para el 2022 se financiará con recursos ordinarios y colocará la prioridad en salud, educación y agricultura, sectores que requieren cambios urgentes según el Gobierno del mandatario Pedro Castillo.

El ministro de Economía, Pedro Francke, explicó en rueda de prensa que la propuesta de «cambios con responsabilidad» defendida por Castillo busca «ponerle prioridad a educación, salud y agricultura», sectores golpeados por la pandemia del covid-19, pero también por años de abandono del Estado.

En ese sentido, el proyecto de presupuesto enviado por el Ejecutivo al Congreso, para su debate y aprobación, tiene un incremento de 5,8 % para salud, de 7,9 % para educación y de 10,4 % para agricultura que será financiado principalmente con más de 118.000 millones de soles (28.000 millones de dólares) de recursos ordinarios.

De los más de 197.000 millones de soles (48.000 millones de dólares) del presupuesto público para el 2022, el 61 % corresponde a montos que se descentralizan a los gobiernos regionales y locales en el país.

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SECTORES MÁS CRÍTICOS

Con centros de salud que sólo disponían de 100 camas UCI a inicios de la pandemia y escuelas cerradas desde el 2019 por temor a los contagios por el covid-19, el sector rural tiene también «una enorme brecha de desigualdad» para asegurar su conectividad, señaló Francke.

A pesar de que Perú ha recuperado hasta julio último los niveles de Producto Interno Bruto (PIB) pre-pandemia y que ha alcanzado un ritmo de vacunación que se incrementa mes a mes, Francke reconoció que se vive «un contexto bastante incierto».

Las proyecciones de crecimiento del PIB para el 2021 se mantienen en 10,5 % y el promedio para 2022 es de 4,8 %, pero que irá «ralentizándose en los próximos años», aunque siempre por encima del promedio en Latinoamérica, indicó el ministro.

Los proyectos inversión privada, especialmente de minería e infraestructura, se irán favoreciendo con el ingreso de operaciones de varias unidades, y el gobierno impulsará la reactivación del turismo y restaurantes, parte de los servicios que representan el 37 % del PIB, agregó Francke.

La mejora de la recaudación tributaria en lo que va del año permitirá un incremento de 19,9 % de los ingresos del gobierno general, frente al gasto no financiero de 22,9 %.

REDUCIR LA DEUDA PÚBLICA

El ministro resaltó también que «una lógica de responsabilidad fiscal es mantener la deuda pública a un nivel limitado» y aseguró que se prevé un endeudamiento menor que el año pasado.

Perú registró un déficit fiscal de 8,9 % en 2020, que bajará a 4,7 % en 2021, en tanto que su deuda pública se encuentra en 35 % del PIB, tras un año pasado de fuerte endeudamiento para responder a la crisis económica por la pandemia.

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Respecto a las reformas constitucionales que el presidente Castillo dijo que impulsará durante su gobierno (2021-2026), Francke aclaró que su despacho no tiene «ninguna propuesta al respecto» y que no está trabajando ningún tema de reforma en materia económica, además de subrayar que las reformas están basadas por el diálogo.

Sobre la permanencia del director del Banco Central de Reserva, Julio Velarde, el ministro recordó que «el presidente ha sido explícito en su propuesta que se quede en el cargo», y que, entre septiembre y octubre, el Ejecutivo nombrará a los funcionarios que integrarán el nuevo directorio.EFE

https://www.swissinfo.ch/spa/perú-econom%C3%ADa_presupuesto-de-perú-pone-prioridad-en-salud–educación-y-agricultura/46910802

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Solo el 5,5% de quienes abandonan el secundario lo completa en escuelas para adultos

Telam

Esto se desprende del informe «Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, ¿un derecho que llega a todos?», realizado por el Observatorio Educativo y Social de la Universidad Pedagógica Nacional.

Uno de cada cinco egresados de la escuela secundaria culmina estos estudios en la Educación para Jóvenes y Adultos, sin embargo, solo 5,5% de los estudiantes que abandonan sus estudios decide concluirlos bajo esta modalidad, advirtió un informe del Observatorio Educativo y Social de la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe).

«Es un dato relevante el hecho de que uno de cada cinco egresados de nivel secundario argentino haya hecho la Educación para Jóvenes y Adultos (EPJA), mientras la atención que el sistema educativo le presta a esta necesidad no está a la altura ni en financiamiento, ni en formación docente, curricular o en apoyos para revertir la la brecha digital, entre otras cosas», señaló a Télam la coordinadora del equipo de EPJA de la Unipe, Florencia Finnegan.

Los datos se desprenden del estudio «Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, ¿un derecho que llega a todos?», realizado por las especialistas Delia González, Daniela Valencia junto a Finnegan y el Observatorio Educativo y Social de esa institución.

El informe resalta que «la población objetivo se encuentra aún cuantitativamente lejos de acceder» al sistema educativo para adultos «lo cual pone en evidencia la magnitud del desafío que enfrentan las políticas estatales en este sentido».

A lo largo del período 2010-2019, la tasa agregada para el conjunto de la modalidad varía en torno al 5%.

«Es una representación cuantitativa y aproximada, solo un 5,5% de la población del nivel secundario que no lo terminó, asiste a la EPJA, el resto no lo está terminando», aclaró Finnegan.

La Educación para Jóvenes y Adultos constituye, según reseña el informe, un circuito educativo orientado al cumplimiento de la escolaridad obligatoria fuera de las edades teóricas pautadas por la normativa.

Sobre el recorrido histórico de EPJA, Finnegan resaltó la relevancia que le dio la Ley de Educación Nacional 26.206 al restituirla al estatus de modalidad educativa en 2006 para «garantizar la alfabetización y el cumplimiento de la obligatoriedad escolar […], a quienes no la hayan completado en la edad establecida reglamentariamente, y a brindar posibilidades de educación a lo largo de toda la vida».

El estudio releva también la creciente brecha digital en hogares de alta y media vulnerabilidad, en base a los resultados de la Evaluación Nacional de los Procesos de Continuidad Pedagógica realizada por el Ministerio de Educación de la Nación en 2020.

Allí se advierte que el 87% de niñas, niños y adolescentes de entre 4 y 19 años de hogares con alta vulnerabilidad socioeconómica, no cuentan con computadora en sus casas y el 89% tienen acceso a internet a través de un celular.

En tanto, solo 19% de quienes pertenecen a hogares con baja vulnerabilidad no disponía de ese dispositivo en su casa y el 100% tenía acceso al uso fijo de internet en su hogar.

Estos datos se combinan con un retroceso de 41% de la escolaridad del nivel primario del EPJA entre 2010 y 2017, caída que revirtió la tendencia en el último año relevado.

El 87% de niñas, niños y adolescentes de entre 4 y 19 años de hogares con alta vulnerabilidad socioeconómica, no cuentan con computadora en sus casas y el 89% tienen acceso a internet a través de un celular

Por el contrario, el volumen de estudiantes del nivel secundario se incrementó de manera sostenida a lo largo del período, alcanzando en el último año, un 11% más que en 2010.

En el último año relevado, 2019, unos 176.435 alumnos cursaban la primaria en esta modalidad y, más del triple, 580.402, el secundario, lo que representa un 15% del total de alumnos del nivel, considerando a la educación común.Sobre estos datos, se aclara que que son variados los factores socioeconómicos que influyen a la deserción del nivel primario.

«Muchos tienen dificultades económicas, viven en el campo y además cuentan con alguna discapacidad, lo cual dificulta la continuidad de los estudios sino es accesible», aclara la especialista.

«Queremos visibilizar la propia dinámica del sistema de EPJA, si bien hay una finalidad académica de producir conocimiento científico, es una puesta política aportar toda la información sobre esta modalidad educativa y resulta estratégico para trabajar en la democratización de la educación», dijo la coordinadora de EPJA de la institución.

En cuanto a posibles políticas públicas que focalicen en mejorar esta modalidad educativa, Finnegan remarcó «fortalecer las plantas docentes en centros de jóvenes y adultos, y el personal que atiende problemáticas psicopedagógicas».

«Todo requiere financiamiento, desde generar espacios hasta diversificar y flexibilizar la modalidad EPJA, por ejemplo, pensar en otras alternativas a la nocturnidad, debido a que hay datos que confirman mayor porcentaje de asistencia de mujeres cuando las cursadas son en su territorio, en horarios donde sus hijos van a la escuela», apuntó la especialista.

Otro punto que resalta el estudio es que la oferta se encuentra mayormente a cargo del Estado: en 2019, en promedio, el 99% de quienes asistieron al nivel primario de EPJA lo hizo en escuelas de gestión estatal, una cifra que alcanza el 92% para los estudiantes de escuelas secundarias.

https://www.telam.com.ar/notas/202108/566841-secundario-abandono-escuelas-adultos-educacion.html

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Un baño de realidad. No esta de más mostrar la vulnerabilidad de los docentes

El País 

Guillem Sala acaba de publicar El castigo (Tusquets), una novela que refleja con exactitud los ambientes educativos en que han de desenvolverse no pocos habitantes de los extrarradios urbanos de Cataluña, y lo hace con una lucidez que echamos de menos en los ensayos que se suelen publicar, afectados unos por una vocación apocalíptica que no conduce a nada concreto, o afectados otros (la mayoría) por una ideología floral y emotivista totalmente desconectada de la realidad.

Que es precisamente lo que no ocurre con la novela de Sala. Su relato, escrito con un lenguaje tan estudiado como crudo, rompe una serie de estereotipos sobre el profesorado y el alumnado, y de verdad era muy sano que empezaran a resquebrajarse algunas ideas fijas y totalmente cansinas. Ni los docentes son esa subespecie calificada de franquista u opresora que obliga a los jóvenes a memorizar datos durante una cantidad inhumana de horas cada día, ni son una colección de funcionarios vagos, antipáticos, grises y mediocres que disfrutan humillando al personal; ni los jóvenes son esas criaturas de luz semiangélicas de la propaganda oficial, ni tampoco los demonios desatados que pintan otros. Profes y alumnos no son más que gente involucrada en un proceso de raíz común: el aprendizaje.

Se escribe mucho y malo sobre la salud mental del alumnado, no estaba de más mostrar la vulnerabilidad de los docentes. También se escribe mucho y fatal de cómo impulsar la equidad en nuestros centros. Al fin y al cabo la educación no es una ciencia exacta y a veces las cosas salen bien, y a veces no tanto. Lo cierto es que en la novela es la profesora Sandra la que lleva una vida desordenada y heterodoxa, culminada con una tragedia.

Guillem Sala le da la vuelta a no pocos tópicos: se dice hasta la saciedad que los alumnos son vagos; pues no, es la profesora Sandra la vaga número uno. Las aulas son lugares donde se producen interesantes simbiosis. Ni el profesorado es tan distinto al alumnado, ni el alumnado tan malvado, ni el profesorado tan opresor y sordo. Si no se cruzan en el camino de los derechos del alumnado y del profesorado leyes absurdas o paredes de burocracia o normativas excesivas, lo que acaba ocurriendo en las clases es altamente creativo y motivo de optimismo para todo aquel que crea en el papel transformador de la enseñanza.

Esto queda bien reflejado en el relato, así como otros detalles que vienen a desmentir el sentido de las leyes ignaras que vienen imponiéndonos. Se ha popularizado que lo bueno es no hacer gran cosa, no esforzarse ni interesarse por los contenidos culturales, y practicar una versión soft de la educación sancionada por los políticos y unos supuestos imperativos sociales, pero resulta que el Izan, que es un cani de Santa Coloma, un pícaro moderno, y no precisamente un Einstein, distingue perfectamente entre un centro en el que “enseñan cosas” de otro “en el que solo riñen”.

Y eso ocurre porque si se dejara al profesorado desarrollar los contenidos (esos que nuestra ideología predominante tanto gusta de expulsar para sustituirlos por la alienación conformista), el alumnado no sólo se interesaría más por el aprendizaje, sino que también recibiría menos reproches, puesto que es en los lugares donde no se aprende nada, donde se baja más el nivel, es donde se producen más conflictos de convivencia.

No es bueno que el alumnado sepa cosas de la vida de los docentes, pero a veces una actitud franca es un puente para desmantelar tarimas imaginarias, y si el docente se muestra humano y contradictorio (aunque siempre ha de ser justo) la tendencia es que el alumnado responda con una humanidad correspondiente y recíproca. En grupos bien avenidos, pese a la pereza y los horarios interminables, es posible aprender si uno mantiene las antenas en la realidad y no en las teorías fantasmáticas que se imparten en algunas facultades.

Estos espacios comunes de exploración común son los que rescata Sala del habitual océano de tópicos.

En El castigo no hay victimismos pero sí víctimas y victimarios: Hayat, la chica de primero de ESO que recibe el abuso sexual por parte de su compañero, el Izan, es quien se lleva la peor parte. Lo que queda al descubierto es la enorme hipocresía que preside el tinglado tal y como está organizado: diseñado sólo para mantener las apariencias. Podríamos pensar que resulta exagerado. El tema es espinoso, realmente tabú, pero por desgracia, como ocurre con tantas otras cuestiones, no podemos dejarlo de lado.

Los docentes se resisten a impartir educación sexual porque tienen miedo de ser señalados o denunciados. Este es un problema grave: cada vez son menos las maestras valientes que se atreven a desafiar el neovictorianismo imperante para informar a su alumnado de lo que es una sexualidad respetuosa, afectiva y necesaria en una democracia. Nuestra sociedad confunde demasiadas veces la educación sexual con la propaganda de la promiscuidad. Seguramente, la información serena sería precisamente lo contrario que el exhibicionismo imprudente. El emotivismo social mal entendido hace el resto, generando el apocalipsis imaginario que demasiado público tiene en mente.

Un botón de muestra: una vez, en una reunión para familias, un padre levantó el dedo para decir a las profesoras de educación física que promover la ducha tras el ejercicio físico era facilitar las agresiones de los pederastas. Este es el nivel. La histeria, el alejamiento de la realidad. Lo cual provoca que los docentes huyan del tema como de la peste, que sea realmente ingrato explicar según qué materias en un ambiente hostil a la escuela que confunde los derechos democráticos con los caprichos ideológicos más primitivos y el catastrofismo cuñadista.

Quizás el populismo sea precisamente eso: la acción directa verbal y engañosa, la apariencia de democracia y la sustitución de la realidad por el ideologismo fácil, totalmente acrítico, y por la mera apariencia de modernidad.

Algo de lo que no peca este libro, basado en una economía de recursos narrativos realmente adecuada, que ha sido escrito desde una perspectiva equilibrada y realista, casi cinematográfica, sin manipulaciones ni dramatismos.

Como muestra Guillem Sala, la brutalidad y la marginalidad están demasiado arraigadas en una Cataluña y una España que están regresando a algunas de las peores dinámicas del subdesarrollo, por falta de inversión pública. Su extrarradio miserable es el mismo que el de las novelas de Paco Candel, o las de Pío Baroja. Si la sociedad fuera menos cainita, si nuestro mercado laboral fuera menos brutal, quizás empezarían a mejorar las cosas en los institutos y se podría elevar el nivel medio cultural del ciudadano. En cambio, lo que hacemos es totalmente cortoplacista: maquillar, ocultar nuestra desigualdad apoyándonos en utopías fantásticas. A nadie se le ocurre que una posible salida para todos sea la creación de empleo calificado: parecemos muy cómodos en nuestro país de tercera regional.

La sexualidad machirula y psicopática es una de esas lacras seculares que quizás estén volviendo con fuerza, si es que se fueron. En este sentido, he visto cosas como tutor que podrían deprimir hasta al más curtido, pero la ética más elemental me impide relatar estas historias reales. Quedémonos con este relato verista. No hace falta descender al sensacionalismo. Sala conoce al dedillo el entramado institucional y jurídico del país, y también sus ausencias, limitaciones y deserciones. Basta con señalar que el relato de Guillem Sala es real como la vida misma, y que algún día deberíamos empezar a abandonar las modas modernas para ocuparnos en serio de la juventud real que ha de crecer en nuestras barriadas reales.

https://elpais.com/educacion/2021-08-30/un-bano-de-realidad.html

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La educación se moderniza tan lentamente que nunca dejará de estar anticuada

Por: María Antonia Casanova

Se admite casi de modo unánime que las innovaciones o los simples cambios en educación resultan, quizá, excesivamente costosos, a juzgar por lo poco que se mueven las prácticas docentes en las aulas. En definitiva, por la lentitud de los procesos de asimilación de nuevas opciones didácticas –genéricamente hablando– por parte de los docentes, para actualizar sus intervenciones y ponerlas al día con lo que exige la sociedad de cada momento, ofreciendo posibilidades diversas al alumnado para su adecuada formación de cara a incorporarse a un mundo con características y requerimientos concretos.

La sociedad evoluciona rápidamente, no cabe duda, y si la educación institucional no quiere perder su papel fundamental en el desarrollo y evolución de la persona, debe ponerse en marcha a paso ligero para no perder el tren en este proceso de avance que se visualiza como esencial para el futuro de la ciudadanía en sistemas democráticos en los que la participación activa es imprescindible.

Algunos ejemplos nos pueden servir de evidencia de ese desfase temporal en la actualización escolar con el que comenzamos este texto. Veamos.

Comenius, en 1630, publica su Didáctica magna, en la que propone, entre otras muchas innovaciones, la enseñanza cíclica, que se incorpora a nuestro sistema educativo en enero de 1981, después de 300 años.

Podríamos quedarnos en el examen de la obra de Comenius, porque anticipa importantes avances en educación, especialmente en lo referente a la mujer, pero no es el objeto de estas líneas, aunque se recomienda la lectura de este autor.

Teorías escuchadas muchas veces

Si revisamos los temas que resultaban problemáticos y de actualidad en el siglo XVII (por ejemplo), tanto en textos de pedagogos con prestigio reconocido, como en los de los “maestros del arte de escribir” (lingüistas, pero maestros, al fin), se observa que aparece la importancia de la familia en la educación, la formación de los maestros, las vacaciones escolares, el número de alumnos por aula, la educación de la mujer, el papel de la inspección… Nos suena, ¿verdad?

Parece que la discusión sobre determinadas cuestiones educativas no termina nunca. No acabamos de aprender de la ciencia y de la experiencia para llegar a resolverlas, a pesar de los muchos avances que han tenido lugar en todos los campos.

El aprendizaje por proyectos data de 1918

Damos un salto hasta 1918, año en que Kilpatrick propuso formalmente el método de proyectos como metodología favorecedora del interés de los estudiantes para aprender, al promover la investigación y el trabajo en común, motores del fomento de la curiosidad de niños y jóvenes.

Al aparecer las competencias clave en nuestro sistema educativo, a partir de la LOE, muchos centros optaron por el trabajo y aprendizaje basados en proyectos. Perfecto. Lo grave es que la mayoría de docentes pensó que era un descubrimiento actual. Después de 100 años tras su invención, al fin llegó a las aulas.

Las nuevas tecnologías ya son viejas

La informática aparece, inicialmente, hace unos 80 años. No obstante, muchos colegas continúan hablando de nuevas tecnologías al referirse a su aplicación en educación. No sería importante, si no fuera verdad en algunos casos. La situación de pandemia y confinamiento puso de manifiesto la falta de actualización y alfabetización mediática de buen número de docentes, para los que, en efecto, seguían (y siguen) siendo nuevas estas tecnologías.

Si pasamos al campo de la evaluación de aprendizajes, recordemos que la evaluación continua (no los exámenes continuos) está implantada en España desde 1970, en su Ley 14/1970, de 4 de agosto, General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa. Bien, pues todavía hay que insistir en sus beneficios y en la conveniencia de su generalización, al menos en las etapas de educación obligatoria, no selectiva por principio.

El magisterio se resiste a abandonar el modelo de evaluación mediante pruebas puntuales y escritas, para pasar a la evaluación permanente de procesos, de carácter formativo, que permite tomar decisiones inmediatas para superar cualquier disfunción que pueda presentarse, favoreciendo así el aprendizaje personalizado y de éxito en la mayoría del alumnado (educación inclusiva). Han pasado 50 años sin conseguir generalizar el modelo.

La actualidad exige el trabajo en equipo, porque es imposible que una sola persona abarque los saberes que la humanidad ha acumulado y sigue haciéndolo a ritmos inigualables a los de otras épocas.

Esta situación requiere de especialización en determinados campos, pero para avanzar se hace precisa la colaboración de muchos conocimientos, es decir, de muchas personas que han debido formarse –además de los saberes específicos de su carrera profesional– en investigación, trabajo cooperativo, creatividad, pensamiento divergente y crítico, control de emociones, apertura a la innovación, etc.

El acceso a la información no es el problema

Todo debe derivar en un modelo educativo diferente al de siglos pasados en los que la transmisión de información resultaba fundamental. Hay que ser conscientes de que acceder a un conocimiento concreto, en estos momentos, implica solamente introducir la palabra precisa en un buscador informático y en segundos se dispone de millones de datos relacionados con lo solicitado. La información no es el problema de nuestra sociedad, lo es la capacidad de discernimiento referida a la enorme cantidad de información recibida.

Es hora de avanzar sin miedo, de progresar en métodos, organización, evaluación, contenidos, metas realmente significativas para el sistema que lo sean también para la población. Si no se consigue un modelo que capte el interés y despierte la curiosidad de quienes se forman en él, difícilmente resultará funcional para la vida que nos toca abordar en este tiempo cambiante, inseguro, con la incertidumbre como futuro.

Si la formación inicial del magisterio continúa llevándose a cabo con métodos tradicionales, el maestro, al llegar a su aula por primera vez, reproducirá lo que hicieron con él cuando ingresó en la escuela; es decir, cada maestro que se incorpora como nuevo docente retrocede veinte años con respecto a la fecha de su titulación. Sale de la carrera sin haber adquirido las competencias que actualmente se precisan para educar. Y así continuará si no cambian las cosas radicalmente.

Se necesitan competencias para el mundo actual

La educación debe garantizar la adquisición de competencias que aseguren a la persona el dominio sobre la toma de decisiones que deberá realizar día a día con cierta seguridad de acierto. Para ello no es válido un sistema memorístico y rutinario, creador de sujetos sin criterios propios ni independencia de juicio, sino otro que ayude a la autonomía y a la creatividad, con las que emprender la vida mejor para cada sujeto en cada circunstancia.

¿Tardaremos muchos años en tomar las decisiones necesarias? ¿Hasta cuándo estaremos haciendo perder el tiempo a las generaciones jóvenes? ¿Todavía no sabemos lo suficiente como para poner en marcha un sistema acorde con la realidad actual?

Esperemos que en esta tercera década del siglo XXI seamos capaces de adecuar la educación a las necesidades de la persona y de la sociedad.

Fuente de la información e imagen: https://theconversation.com/la-educacion-se-moderniza-tan-lentamente-que-nunca-dejara-de-estar-anticuada-165227

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América Latina: Experto en educación sobre el cierre de escuelas: “Vamos a tener una generación con más dificultades de entenderse”

El consultor Jorge Vargas brindó datos sobre la educación en América Latina. Detalló las graves consecuencias en la futura generación que presenta actualmente problemas en el aprendizaje de la lectura y escrita tras el cierre de las escuelas.

El consultor internacional del Banco Mundial, Jorge Enrique Vargas, doctor en ciencias sociales y experto en Educación, sostuvo en el programa ‘Retos de la educación en tiempos de pandemia’, de RPP Noticias, que las experiencias exitosas de retorno a las clases presenciales son “básicamente en Europa, en Asia y algunos países africanos”.

Vargas indicó que en dichas regiones “optaron por una estrategia con tres componentes”, los cuales precisó:

Primero, “brindar una gran información a las familias sobre la manera cómo se va a llevar la educación presencial, los riesgos que existen y el modo en cómo se van a enfrentar. Segundo, “capacitar enormemente a los maestros y directivos para que puedan manejar el retorno masivo a clases. Tercero, “crear un dispositivo de vigilancia y acompañamiento permanente que cuando identificas un riesgo, inmediatamente cierras la escuela, revisa los problemas, los soluciona y retorna la escuela”.

EL APRENDIZAJE EN AMÉRICA LATINA

El experto en Educación precisó que “el aprendizaje de la lectura y escritura es el aprendizaje de la comunicación humana, es la manera de entendernos, de expresar, de dialogar”.

En esa línea, brindó datos sobre la educación en América Latina, que apuntan a que la generación de niños y niñas en la región tendrán graves problemas en su desarrollo de ciudadanía.

“Antes de la pandemia, había un 55 % de niños y niñas que tenían dificultades para leer un texto breve y también dificultades de expresión. En marzo del 2021, se encontró que esa dificultad de entender un texto breve había llegado al 71 %, hoy se estima que puede ser de alrededor del 79 % de los niños y niñas de América Latina”, indicó.

“O sea, solamente el 20 % de los niños y niñas de América Latina están en condiciones de entender un texto breve. Eso tiene una consecuencia terrible, porque quiere decir que vamos a tener una generación con más dificultades de entenderse, de dialogar, de enfrentar conjuntamente la construcción de su realidad y, por lo tanto, de desarrollar una ciudadanía más activa y constructiva”, añadió.

Fuente: https://rpp.pe/peru/actualidad/experto-en-educacion-sobre-el-cierre-de-escuelas-vamos-a-tener-una-generacion-con-mas-dificultades-de-entenderse-noticia-1353779

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Violencia, pobreza y desempleo preocupan más a los chilenos

La delincuencia, la pobreza y el desempleo son hoy las principales preocupaciones de los chilenos, reveló un estudio de la consultora internacional Ipsos.

Según el más reciente informe de esa empresa ‘Preocupaciones del mundo: agosto’, realizado en 28 países a más de 19 mil personas sobre los problemas que actualmente más preocupan a la población, en el caso de Chile la pandemia de Covid-19 quedó relegada al sexto puesto en las prioridades.

Solo el 26 por ciento de los consultados en este país ubicaron la Covid-19 como su principal temor, que es el crimen y la violencia, con 41 por ciento de las respuestas, con lo cual Chile se ubica en el cuarto lugar solo superado por Suecia, México y Sudáfrica.

En segundo lugar con 38 por ciento aparecen la pobreza y desigualdad, y le sigue el desempleo con 31 puntos porcentuales y que mostró con respecto a julio un incremento de tres por ciento como principal preocupación.

En cuarto y quinto puestos figuran el acceso a la educación y la corrupción financiera y política con 27 y 26 por cientos, respetivamente.

Miguel Pinto, subgerente de Estudios Públicos de Ipsos, explicó sobre esos resultados que con la baja sostenida de contagios de la Covid-19 en el país era ‘bastante esperable que la preocupación por la pandemia cayera’.

Añadió que durante este mes ‘por primera vez el coronavirus desde marzo de 2020 ocupa un lugar tan bajo en la lista, dando paso a un aumento de la preocupación por los efectos de la crisis económica que trajo consigo y en particular al tema del empleo’.

Asimismo el estudio de Ipsos reveló que el 60 por ciento de los entrevistados en Chile opina que el país ‘va por mal camino’, aunque esa percepción disminuyó nueve puntos con respecto al sondeo correspondiente a julio.

Pinto consideró al respecto que ‘si bien nos mantenemos como uno de los países donde hay mayor sensación de pesimismo, hemos comenzado a revertir una tendencia que veníamos viendo desde octubre de 2019’.

Explicó que ‘el respiro que nos dio la pandemia y algunos indicadores económicos positivos hacen que tengamos una mirada menos negativa durante este mes’.

Fuente: https://www.radiobayamo.icrt.cu/2021/08/26/violencia-pobreza-y-desempleo-preocupan-mas-a-los-chilenos/

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La decisión está en los padres de familias…

Por: Abelardo Carro Nava

La SEP ha sido rebasada. De eso no hay duda. Su limitada visión, planeación, organización y evaluación de las actividades para un regreso seguro ha dejado mucho que desear…

Al inicio de esta pandemia conocimos los efectos del SARS-CoV2 en los seres humanos que viven, o vivían en otros países, mediante los medios de comunicación; luego, en febrero de 2020, México registró el primer caso confirmado por este virus; semanas después, se decretó la contingencia sanitaria en el territorio nacional por el incremento de casos positivos hecho que, como se sabe, detuvo la inercia de varias actividades políticas, económicas, sociales y culturales – entre ellas las de naturaleza educativa – pues, según se dijo, se trataba de evitar la propagación de esta enfermedad a través del contacto entre los individuos. Poco se sabía de tan inverosímil “bicho” y el mundo convulsionó intempestivamente.

En medio de la incertidumbre y el desasosiego que produjeron las primeras semanas y meses de un confinamiento, las actividades escolares siguieron su curso. Padres de familia, alumnos y maestros, con una infinidad de problemáticas que han sido escritas y difundidas por propios y extraños a través de diversos medios y espacios, buscaron la forma de continuar los procesos formativos en cada uno de los niveles en los que se encontraban insertos.

Las autoridades educativas entumecieron durante ese tiempo; su respuesta, tardía como lo fue, evidenció lo que hasta el hartazgo se ha dicho en diversos momentos de la historia de México: son inmensas las precariedades del Sistema Educativo Nacional (SEN) y las brechas de desigualdad existentes entre los mexicanos.

Mienten quienes piensan o afirman que este Sistema Educativo se detuvo durante los primeros meses de ese necesario confinamiento pues, aunque las escuelas cerraron sus puertas, la educación abrió otras, por el momento, desconocidas.

Mienten quienes afirman que el magisterio fue plenamente apoyado en diversos rubros por parte de sus respectivas autoridades educativas, locales y federales.

Es cierto, las maestras y los maestros no recibieron una orientación profesional o académica, con una base fincada en la pedagogía y la didáctica, que les permitiera tomar decisiones sobre ese qué hacer y cómo hacer para que, de la noche a la mañana, se adentraran a un mundo donde la era digital, a través del empleo de diversas plataformas, no era del todo conocida.

No está por demás señalar, de nueva cuenta, que la Secretaría de Educación Pública (SEP) no despertó durante todo este tiempo. Vivió el sueño romántico de un amor y vocación que lo puede todo. Es más, no fue creativa, ni echó a andar la imaginación y, mucho menos, a toda la maquinaria conformada por una serie de “asesores” o “expertos” para que diseñaran un plan educativo nacional acorde a las necesidades y contextos de los alumnos, profesores y padres de familia.

No, no hizo nada de eso, en su lugar desembolsó más de 400 millones de pesos para costear la trasmisión de algo que fue denominado “Aprende en Casa”, aunque justamente en casa, en los miles de hogares mexicanos, durante ese mismo tiempo, se vivieron diversos momentos: pérdida de empleo, contagios y más contagios, fallecimiento de seres queridos. La tele ¿educa?, pero la vida ¿no educa? Aún me pregunto.

De esta forma, entre subidas y bajadas de números, entre colores de un semáforo epidemiológico que no indicaban mucho que digamos, los niveles de contagio disminuyeron. Las portadas de los periódicos impresos y digitales le dieron vuelo a tal suceso puesto que, a pesar de todas las desavenencias, México superaba las dos “primeras olas” ¿con éxito?

Así, sin un plan nacional para un regreso seguro a las escuelas, con bombo y platillo, la SEP anunciaba la reapertura de los centros escolares en las entidades del país cuyo color, de acuerdo con ese semáforo epidemiológico, estuvieran verde. Poco duraron los festejos; días después de la tan anunciada apertura de los planteles escolares, éstos cerraron sus puertas. Diversas razones fueran las que los llevaron a tomar esta decisión, destacaron: el incremento de contagios y las precariedades, de todo tipo, en las instituciones educativas.

Ni tarde ni perezoso, los alumnos regresaron a sus hogares y los padres de familias retomaron sus actividades cotidianas pues, los comités de participación de salud escolar dejaron de operar. De hecho, aún me pregunto si en algún momento funcionaron conforme a los protocolos diseñados por los expertos dado que la manera en que tendrían o podrían apoyar los mentores con tres hijos en la misma escuela cuya asistencia a ésta difería a lo largo del día, generó serias dificultades. ¿En qué momento este padre o madre de familia tendría el tiempo necesario para que realizara otras acciones que les permitieran llevar un sustento a casa si tenían que participar en el comité de salud escolar referido? En fin.

El ciclo escolar terminó, y un dejó de angustia e incertidumbre apareció. ¿De qué manera iniciaría el próximo año escolar?, ¿cuál sería el plan nacional que darían a conocer las autoridades educativas si es que tenían pensado o contemplado un posible regreso a las aulas?

Vacaciones, al fin un receso.

Casi sin darnos cuenta una tercera ola de contagios llegó, y llegó con fuerza. Se acercó rápidamente a nuestros hogares. De hecho, de la noche a la mañana supimos ¿otra vez? de personas que se contagiaron, ahora, de la variante Delta; nuestros vecinos, gente de nuestra comuna, nuestros familiares, y muy probablemente nosotros mismos corrimos la misma suerte.

Desde luego, algunos tuvieron o han tenido la oportunidad de ser tratados en sus hogares. Otros, por el contrario, tuvieron que ser hospitalizados para recibir ese tratamiento médico que les permitiera una pronta mejoría y, unos más, lamentablemente fallecieron. Lejos de las cifras que cada día se exponen en los medios de comunicación, no debemos olvidar que ellos fueron hombres y mujeres, de carne y hueso. Con virtudes, con defectos, pero al fin de cuentas, seres humanos.

Hoy, casi casi por decreto presidencial se determina el regreso masivo a las escuelas para que las clases presenciales sean un hecho a partir del 30 de agosto, pues así llueve, truene o relampaguee, los planteles escolares deben reabrir sus puertas.

Hoy, sin un plan nacional para ese tan anunciado y anhelado regreso a la presencialidad, y en medio de un caos y la incertidumbre que la misma SEP ha generado, el magisterio y los padres de familia vuelven a dar muestras de su capacidad para afrontar los retos, cualesquiera que éstos sean, para adecuar los espacios físicos de sus instituciones educativas, para diseñar esquemas de trabajo que permitan generar aprendizajes en sus alumnos, para implementar medidas contextualizadas para asegurar su salud y bienestar de todos los involucrados, para dialogar, valorar y decidir lo más pertinente de acuerdo a su entorno.

La SEP ha sido rebasada. De eso no hay duda. Su limitada visión, planeación, organización y evaluación de las actividades para un regreso seguro ha dejado mucho que desear. Como sabemos, de 10 acciones para este regreso solo quedan 9, porque nadie le “consultó” al presidente sobre la carta que no fue carta pero que sí fue carta pues el mismo gobierno y la Secretaría de Educación la difundieron ampliamente, ¿cuántas acciones más quitarán al final de este proceso?

Los irrisorios insumos para las jornadas de limpieza en las escuelas son anécdota y parte del breviario cultural “memista” en las redes sociales. La SEP no estuvo, no está, ni estará lista. Los problemas la rebasaron y eso que hay una maestra al frente de esta dependencia, ¿se imagina si no estuviera?

No, no se puede ni se debe regresar a lo mismo; no es posible. Simplemente la educación y la escuela tal y como la conocíamos, ha cambiado. Tendremos que asumir este hecho.

Sí, la decisión de enviar a sus hijos a las escuelas está en los padres de familia. Una decisión nada sencilla y sí harto compleja, sobre todo, cuando los estudios indican que también los niños pueden contagiarse, pero sin que dicha escuela sea una fuente de contagios. Una cosa inexplicable que solo se entiende a través de la ciencia.

Sí, la decisión de enviar a sus hijos a la escuela está en los padres, y créame, el magisterio en estos días ha hecho hasta lo imposible para que los espacios físicos y virtuales cuenten con lo mínimo necesario para que los niños continúen su proceso educativo.

Espero que a ese magisterio no se le juzgue y, mucho menos, se le culpe de lo que al interior de las aulas pueda suceder, pero también, que se respete la decisión de cada padre de familia que decida llevar o no a su hijo a la escuela y las posibles consecuencias que de ello se desprendan. El gobierno ha decidido lavarse las manos; toca el turno de entendernos, comprendernos y apoyarnos, porque ni el presidente, ni la secretaria de educación, ni los demás funcionarios que a diario suben fotografías a sus redes sociales mediante las cuales dan “muestras de apoyo” a maestros y padres de familia, pisarán los salones y las escuelas a diario. La comodidad de sus oficinas es muy distinta; de eso no hay duda.

Tengo claro pues, que educación, disciplina y trabajo conjunto entre los diferentes actores educativos y no educativos que concurren cotidianamente a las aulas, son aspectos necesarios para lograr un avance significativo y para disminuir los riesgos que ello representa. Un asunto que se antoja difícil pero no imposible, sobre todo cuando observamos la forma en la que se trasladan hacia su escuela los pequeños y sus mentores en la Ciudad de México, por ejemplo.

¿Podremos hacer algo al respecto?

Sí, es cierto, la decisión de enviar a sus hijos a los planteles escolares está en los padres, ellos, al final de cuentas, conocen las escuelas…

Fuente: https://profelandia.com/la-decision-esta-en-los-padres-de-familias/

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