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¿Por qué enseñar justicia retributiva y restaurativa en el aula?

Por:

En las clases de civismo y ética es crucial la educación en distintas vertientes de justicia y sus aplicaciones en el mundo moderno.

Desde el 2017 hemos visto el surgimiento y repunte de diversos movimientos sociales que han hecho de estos tres años un periodo sumamente activo en términos de la búsqueda de la equidad y la justicia social. Instancias de activismo como #MeToo y #BlackLivesMatter han sido la punta de lanza para una tendencia de crítica y reevaluación sobre las estructuras sociales que generan violencia sexista, racial, xenofóbica, homofóbica y transfóbica.

Pero este despertar epistemológico tuvo un precio que nos ha llevado a reflexionar sobre la validez de los métodos y proceder de estos movimientos. Si bien su necesidad es indiscutible, existe una razón por la cual los movimientos de justicia social están siendo cuestionados. El motivo de este desafío no es propiamente una negación de que la equidad que pretende traer consigo es necesaria, es más bien que la idea de justicia que tenemos, aún antes de entrar a su dimensión social, es un concepto que entendemos superficialmente.

Si no fuera así, sabríamos que estamos usando justicia de retribución como base de los movimientos sociales más importantes hoy en día, y que este tipo particular de justicia no es suficiente para conseguir los objetivos que persiguen los grupos activistas, para esto habría que tener un mayor dominio de la justicia restaurativa. ¿Pero qué significa esto? ¿Hay más de un tipo de justicia? ¿En qué consiste cada uno?¿Por qué necesitamos los dos?

Estos serían cuestionamientos de gran utilidad que deberían enseñarse  en las escuelas y universidades. Si eres maestro de ética, civismo, ciencias sociales o solo buscas una forma de proporcionar a tus alumnos un mejor entendimiento de cómo funciona el activismo, la justicia y cómo ha resultado esta última ola de movimiento social, los conceptos de justicia de retribución y justicia restaurativa te resultarán útiles.

Justicia de retribución: un sistema de relevancia histórica

La justicia de retribución se define como una respuesta directa hacia una conducta criminal que se enfoca el castigo sobre los infractores y la compensación para las víctimas. En teoría, la mayoría de los casos considera la severidad de castigo en proporción a la seriedad del crimen. Este es el tipo de justicia con el que estamos más familiarizados, y en el que se basan el grueso de los códigos penales desde sus inicios históricos.

Si bien se pueden encontrar instancias de justicia restaurativa en los códigos antiguos penales y modernos, las bases que tenemos para entender la justicia hoy en día, que serían documentos como el Código de Hamurabi o La Ley de las 12 tablas, fueron estructuradas de acuerdo a un entendimiento punitivo de la justicia.

El principio filosófico sobre el cual se escribieron estos códigos penales designaba un crimen como una violación a los derechos de otra persona. Bajo este contexto, las víctimas tendrían que ser compensadas por el daño sufrido, intencional o no, y los infractores tendrían que ser castigados en consecuencia de sus acciones incorrectas.

Estas primeras instancias de justicia impartida por el Estado y sus consecuentes evoluciones, fueron eficaces en desplazar las disputas generacionales entre familias o clanes como la forma más aceptada administración de justicia. Gracias a esto, en distintas civilizaciones se pudieron instaurar códigos basados mayoritariamente en justicia retributiva bajo la tutela de un poder judicial. Esto ayudó a que se estableciera un sistema de leyes que partiera de la intención de un orden social y no de un deseo directo de venganza o ajuste de cuentas. Sin este cambio en el mundo antiguo no habría sido posible concebir ni perseguir la idea de equidad social que tenemos hoy en día.

Pero los principios y evoluciones de la justicia de retribución vienen de las necesidades de un mundo que se cobraba justicia “ojo por ojo”. Por eso, en el ambiente social que marca el siglo XXI comienza a presentar limitaciones que se traducen en trabas y hasta tropezones en los esfuerzos de los movimientos sociales de actualidad.

Para un contexto tan complejo como el de aquí y ahora, la justicia de retribución no logra abarcar todas las ramificaciones necesarias para cubrir la agenda de movimientos sociales  de actualidad. Si lo que se busca dentro del ejercicio del activismo en 2020 son mecanismos para rendición de cuentas, instancias de aprendizaje, diálogo, entendimiento, trabajo en conjunto y superación de situaciones sistémicas sin la invalidación o deshumanización de afectados o infractores; un marco teórico que sólo considera delito, pena y compensación se queda corto.

Sin duda, el trabajo planteado por los activistas actuales es en extremo retador, sin embargo, para completar su conjunto de herramientas, es necesario traer al centro otro tipo de aproximación a la justicia que no se limite a considerar solo crimen y castigo.

Justicia restaurativa: una nueva aproximación al equilibrio social

Una justicia basada en el castigo para los infractores y la compensación para las víctimas es buena para establecer un orden social, pero no presenta utilidad si lo que se busca es el progreso a una sociedad más equilibrada, empática y con conciencia propia. La justicia restaurativa, también llamada justicia reparadora o justicia compasiva, se compone de elementos que expanden el alcance de la justicia de retribución.

Este tipo de justicia se conforma de un sistema en el que las partes involucradas o que poseen un interés sobre cierto delito o acción incorrecta, deciden cómo lidiar con las consecuencias inmediatas de este y sus repercusiones para el futuro.

La justicia restaurativa ve un crimen como algo más que el rompimiento de la ley, también dimensiona el daño que esta acción causa a las personas involucradas, las relaciones interpersonales entre infractores y afectados, así como el impacto en la comunidad a la que pertenecen. El proceso restaurativo se entiende como un medio de gestión para la resolución de conflictos. Más que castigar y compensar, se enfoca en comprender, conciliar y solucionar. El diálogo es su base y su objetivo principal es restablecer la paz social fracturada por un conflicto o acto criminal.

Gordon Bazemore, profesor, catedrático y director del Instituto de Justicia en Comunidad para la Universidad Atlántica de Florida, así como Lode Walgrave, catedrático de la Red Internacional de Investigación de Justicia Restaurativa para jóvenes, puntualizan certeramente el resultado final ideal de la justicia restaurativa: hacer justicia a través de la restauración o reparación del daño causado por el delito.

La justicia restaurativa permite a los involucrados acordar en conjunto una manera de actuar a posteriori, que tome en cuenta los impactos y las necesidades de todas las partes. Tanto infractor como afectado. Esta es la parte más difícil de entender, de cómo funciona este tipo de justicia o porqué podría ser útil para la resolución de conflictos modernos. Estamos históricamente condicionados a pensar en el crimen como la violación de los derechos de otra persona, y como consecuencia, los derechos de quien comete el crimen deben ser reducidos o anulados en cierta capacidad para encontrar un balance.

Esto no nos permite ver la raíz de las acciones incorrectas o los crímenes y si bien sirve como medida de control, no nos ayuda a prevenir que determinado crimen o acción incorrecta vuelva a repetirse, castigo y corrección no son lo mismo que aprendizaje. 

En algunos casos, el disparador de crímenes, como el robo, puede ser la pobreza sistemática. La razón para crímenes como destrucción de propiedad pública o manifestaciones no pacíficas puede ser un hartazgo hacia un sistema de seguridad pública y síntomas sociales tan marcados que imposibilitan al Estado de brindar una vida digna y libre de violencia a todos sus ciudadanos. Estos actos traen consigo un desorden social, y sí pueden ser tipificados como crímenes, pero al aplicar un enfoque mayoritariamente retributivo, ¿estamos resolviendo el problema que generó el crimen en primer lugar?, ¿estamos evitando su reincidencia?, ¿estamos aprendiendo algo?

Por otro lado, existe mérito y utilidad en remover de una posición de poder a personas que han causado daño sistémico, que han contribuido consciente y voluntariamente para crear estructuras que favorecen el ejercicio de la violencia. Idealmente, esto es lo que grupos de activistas en movimientos como #MeToo y #BlackLivesMatter pretenden hacer, pero no puede lograrse sólo con el uso de la justicia de retribución que se ha estado usando desde hace milenios y que no dimensiona completamente las aristas de las necesidades sociales actuales.

Si no hay en el centro de la conversación instancias tanto de retribución como de restauración, caemos en el riesgo de no ser efectivos en la obtención de una rendición de cuentas para los infractores o de no lograr un aprendizaje que prevenga las infracciones que se quieren erradicar en primer lugar.

La necesidad de aproximaciones nuevas a la justicia que incluyan un uso proporcionado y utilitario de ambos rubros es crucial para evitar un estancamiento y desacreditación de los movimientos sociales, así como para asegurar la continuidad de un avance hacia la sociedad más justa y equitativa que pretenden lograr a través de su activismo. En las clases de civismo y ética, ¿has aprendido o enseñado sobre diversos tipos de justicia?, ¿crees que saber más sobre esto es necesario para tener un mejor entendimiento de cómo avanzar hacia una sociedad mejor? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/teoria-justicia

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Educación en línea, Virtual, a Distancia y Remota de Emergencia, ¿cuáles son sus características y diferencias?

Por: Fernanda Ibáñez

Aunque en ocasiones son utilizados como sinónimos, es importante conocer las diferencias entre la educación en línea, la virtual, a distancia y la educación remota de emergencia.

La incertidumbre general en la que el mundo se encuentra hoy en día nos ha obligado a a hacer cambios radicales en muchos sectores de nuestro país. Uno de ellos es la educación, la cual fue sometida a actualizarse de la noche a la mañana en estado de emergencia mundial. Se han visto diferentes métodos aplicados a las clases, como la educación en línea, la virtual, a distancia, y remota de emergencia, por mencionar algunos. Pero, ¿existen diferencias entre ellos? Yo personalmente descubrí que la educación virtual y la educación en línea son dos tipos de enseñanzas diferentes, pero fácilmente podríamos pensar que son sinónimos. Considero beneficioso informarnos acerca de sus diferencias, descubrir qué tipo de educación estamos llevando a cabo o recibiendo nosotros actualmente, qué tipo de educación reciben nuestros hijos o familiares y descubrir sus ventajas y desventajas para rescatar de cada una lo mejor.

Educación en línea

Se define como aquella en donde los docentes y estudiantes participan e interactúan en un entorno digital, a través de recursos tecnológicos haciendo uso de las facilidades que proporciona el internet y las redes de computadoras de manera sincrónica, es decir, que estos deben de coincidir con sus horarios para la sesión. Este método suele tener como área de oportunidad la dimensión social, ya que puede que el docente tenga que hacer un esfuerzo extra para lograr una unión grupal, ya que se tendrá que llegar a un clima de libertad y confianza entre el estudiantado para lograr sus metas pedagógicas. Para la educación en línea podemos tomar como ejemplo a las clases que se imparten mediante sesiones de Zoom, y posteriormente las actividades se suben a plataformas como Canvas o Blackboard para revisión.

Rol del docente: Los docentes que participan en la educación en línea suelen recibir el nombre de “tutores”, porque a diferencia de en un aula física, el rol de ellos dentro del aula virtual es acompañar y asistir al alumno en su proceso de aprendizaje.

Herramientas: Schoology, Edmodo, Blackboard, Zoom, Google Hangouts y Google Scholar, etc.

 Ventajas

  • Apertura: Se amplía el acceso a la información al mismo tiempo que este método reduce las barreras geográficas, ya que cualquier persona independientemente de su ubicación, puede unirse a los cursos.

  • Flexibilidad: Favorece la autogestión de los tiempos de dedicación.

  • Eficacia: Este método promueve el desarrollo de la autonomía personal, para que el alumno pueda gestionarse.

  • Acompañamiento personalizado: La educación en línea se distingue por hacer un acompañamiento personalizado al alumno, aún con trabajos grupales.

  • Economía: Se reducen los gastos de uso de espacios físicos, además de traslados.

  • Comunidad: Se promueve más el debate y el diálogo, además de una comunidad vinculada a los conocimientos académicos.


Educación virtual

Este modelo requiere recursos tecnológicos obligatorios, como una computadora o tableta, conexión a internet y el uso de una plataforma multimedia. Este método, a diferencia de la educación en línea, funciona de manera asincrónica, es decir, que los docentes no tienen que coincidir en horarios con los alumnos para las sesiones. Este método es parecido a la educación a distancia, pero estrictamente con recursos tecnológicos solamente. Los materiales del curso o documentos se subirán a la plataforma elegida para que los alumnos puedan revisarlos, y normalmente se discuten dudas en foros públicos para todo el grupo.

Rol del docente: Se comparten materiales de consulta y trabajo mediante plataformas, donde los estudiantes podrán subir sus actividades para revisión y posteriormente podrán recibir retroalimentación para ver sus áreas de oportunidad.

Herramientas: Plataformas como Canvas, Blackboard, Edmodo, Schoology o por correo electrónico.

Ventajas

  • Flexible: Gracias a que el método se puede manejar de manera asincrónica, los alumnos tienen más espacio personal para tener horarios flexibles y manejar su tiempo personal y profesional como prefieran.

  • Eficacia: Se maneja de manera sesión-retroalimentación, por lo que esto ayuda a que los temas avancen con rapidez, se eviten distracciones y los alumnos vayan al mismo ritmo.


Educación a distancia

A diferencia de la educación virtual, la educación a distancia puede tener un porcentaje de presencialidad y otro virtual, sin embargo, esto puede variar dependiendo de la institución en donde se imparta. Los alumnos tienen control sobre el tiempo, el espacio y el ritmo de su aprendizaje, porque no se requiere una conexión a internet o recursos computacionales, como en otros métodos. Los materiales que se utilizan son normalmente físicos, como cuadernos, plumas, colores, o memorias USB, CD, entre otros. Incluso, muchos programas envían el material educativo y las lecciones por correo postal. Un ejemplo que podemos ver de esta modalidad en la actualidad es la educación a distancia por canales de televisión abierta que se ha estado aplicado por parte de la Secretaría de Educación Pública en México, al principio de la cuarentena y también en otros casos se puede apoyar con la radio.

Rol del docente: Cuando se entregan los recursos de aprendizaje como actividades, USB, o CD, los docentes tienen la responsabilidad de calificarlos y acreditarlos, al igual que dar retroalimentación. Esta puede ser de manera telefónica, por correo electrónico o mensaje de texto. De igual manera, algunos docentes tienen el rol de grabar la sesión o clase que se vaya a pasar por televisión o radio.

Herramientas: Televisión, radio, correo electrónico, correo postal, recursos físicos como cuadernos, libros, libretas, lápices, etc.

Ventajas

  • Flexibilidad: Para los tiempos personales del estudiantado ya que ellos mismos gestionan su tiempo y organización escolar y personal.

  • Accesibilidad: Los programas educativos a distancia tienen más alcance y llegan a personas de todos los niveles socioeconómicos gracias a la sencillez de los recursos tecnológicos que se requieren para las clases.


Educación remota de emergencia

Este concepto nació a raíz de la crisis mundial en marzo de este año gracias a la COVID-19. La educación se vio ante una situación de extrema dificultad ya que tuvo que adaptar sus métodos en un plazo de tiempo muy corto para poder seguir impartiendo clases a todos sus estudiantes. El objetivo principal de este tipo de educación es trasladar los cursos que se habían estado impartiendo presencialmente a un aula remota, virtual, a distancia o en línea. En un reporte publicado por The Learning Factor en Perú titulado “Enseñanza Remota de Emergencia”, se describe que diferentes países al igual que instituciones respondieron diferente al cambio educativo, y cómo este término de educación remota de emergencia es completamente nuevo, ya que los roles y las herramientas no se encuentran definidos. En Estados Unidos, por ejemplo, unas instituciones educativas están trabajando de manera presencial con restricciones, y otras con el método descrito anteriormente como “en línea”. Por lo que depende de cómo el país o la institución haya decidido manejar la crisis es cómo se definiría su tipo de educación remota de emergencia.

Rol del Docente: Puede variar dependiendo del método que se utilice.

Herramientas: Varían dependiendo del método.

Ventajas

  • Este método prioriza la situación de emergencia y ve por el bienestar de sus estudiantes.

  • Este nuevo término agrupa a todas las acciones provenientes de los gobiernos, empresas, organizaciones no gubernamentales y personas para encontrar soluciones y mantenerse actualizado constantemente, por lo que puede cambiar repentinamente si la situación de emergencia cambia.

Nuestro mundo se encuentra en una etapa de reconstrucción donde cualquier tipo de aprendizaje es bienvenido, es por eso por lo que temas como estos son relevantes para todas las personas, porque afectarán el futuro de las generaciones actuales. La educación a distancia se ha vuelto muy relevante y las nuevas tecnologías se han convertido en nuestra mano derecha en el proceso, ya que nos ayudan a mantenernos conectados sin tener interacciones físicas. Este nuevo capítulo para la educación quedará recordado para futuras generaciones, es por eso por lo que es importante ser doblemente conscientes de las decisiones que tomamos y de cómo abordaremos los retos que se nos presenten en un futuro.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/diferencias-educacion-online-virtual-a-distancia-remota

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Entrevista a José Antonio Marina: «Hacer una ley de educación con la que está cayendo es estar en la luna»

El filósofo y pedagogo se muestra «cabreado» con la ‘Ley Celaá’, diagnostica un «síndrome de inmunodeficiencia social» a nuestra ciudadanía y no cree que vayamos a salir mejores de la pandemia

Filósofo, escritor, pedagogo y humanista son solo cuatro de las palabras que definen a José Antonio Marina. El toledano es una de las voces más acreditadas del pensamiento en nuestro país, dedicando su vida a investigar la inteligencia y el poder de la educación.

 

A sus 81 años, el filósofo sigue más activo que nunca y este jueves participará en el Encuentro de Centros de Enseñanza que organiza ESIC, como conferenciante de Thinking Heads.

 

Marina se muestra “cabreado” con la ‘Ley Celaá’, diagnostica un “síndrome de inmunodeficiencia social” a nuestra ciudadanía y no cree que vayamos a salir mejores de la pandemia. En El Confidencial charlamos con el pedagogo sobre el miedo, las falsas promesas de los políticos, la nueva ley de educación, el futuro de la enseñanza, los efectos negativos del covid-19 en el aprendizaje y el efecto de la pandemia en el desarrollo social de los más pequeños.

 

PREGUNTA. Decían que de esta íbamos a salir mejores y valorando las pequeñas cosas que teníamos, pero varios meses después del comienzo de la pandemia la crispación y el hartazgo se han adueñado de la sociedad. ¿Cómo cree usted que saldremos de ésta?

 

RESPUESTA. Igual que hemos entrado, las sociedades cambian con mucha lentitud. Lo que va a salir es una sociedad económicamente empobrecida y deprimida, algo que espero que dure poco.

 

Siempre he sido muy escéptico sobre la idea de que la pandemia nos iba a hacer mejores personas y valorar más las cosas que antes no nos parecían importantes.

 

P. Mucha gente lleva sintiendo todos estos meses vulnerabilidad y miedo. ¿Puede tener algo bueno este miedo?

 

R. Hay gente que tiene muchísimo miedo, no solo de la enfermedad, también al futuro económico, que está en el aire.

 

Cuando uno se acostumbra demasiado a ciertos miedos se relajan los sistemas de protección

 

El gran problema es que cuando uno se acostumbra demasiado a ciertos miedos se relajan los sistemas de protección, algo que está pasando con conductas como la falta de preocupación respecto al peligro de la pandemia. Mantener una postura equilibrada, ni ser temerario ni hipocondríaco, es clave. Debemos hacer un esfuerzo para darnos cuenta de los peligros reales, ni minusvalorados ni obsesionarnos con ellos.

 

P. La llamada al civismo y la responsabilidad individual ha sido una constante en los últimos meses, pero en algunos casos ha fracasado: botellones, gente sin mascarilla por la calle, sin respetar la distancia social en bares… ¿podríamos decir que ha fallado la educación social que recibimos?

 

R. Sí, ha fallado. El problema es que no tenemos una educación cívica muy arraigada como, por ejemplo, la que hay en los países del norte de europa que tienen una formación ciudadana mucho más estable que la nuestra.

 

Nosotros no hemos cuidado la educación cívica por una razón, durante muchos años hemos insistido en que la moral cívica era una bobada, que la moral o era religiosa o no había moral. Cuando la religión pierde vigencia nos quedamos en una situación de anomia.

Foto de Archivo. (Enrique Villarino)
Foto de Archivo. (Enrique Villarino)

Tenemos que fomentar los hábitos ciudadanos. Se intentó hacer con la asignatura de Educación para la Ciudadanía, pero el debate sobre esta materia fue sumamente torpe, sectario y absurdo. Daba la sensación de que estábamos muy poco maduros para conservar una ética social.

 

Llevo mucho tiempo diagnosticando una enfermedad social al que he llamado ‘síndrome de inmunodeficiencia social’. La inmunodeficiencia fisiología hace que un organismo no produzca anticuerpos para defenderse de las infecciones, pues con la sociedad española sucede igual, tampoco produce anticuerpos sociales para defenderse de las enfermedades sociales como la corrupción de alta o baja intensidad. No algo delictivo como tal, sino de la gente que no cumple bien sus deberes, de una especie de dejadez y descuido; y sobre todo que soportamos a mucho sinvergüenza. Todas estas cosas producen una sociedad que tiene muy pocos sistemas de defensa.

 

P. Aunque en aquel momento el debate sobre Educación para la Ciudadanía fuese “torpe, sectario y absurdo”, ¿considera que ahora estamos suficientemente maduros como sociedad para formular nuevos planteamientos educativos sobre educación cívica?

 

R. Sin duda alguna. Pero no de una manera tan precipitada como se está haciendo con la nueva ley de educación, que no se ha hablado con nadie, por lo tanto va a tener una vigencia muy corta como el resto de leyes educativas.

 

Hemos vuelto otra vez a pensar que todo Gobierno tiene que hacer su ley de educación, y a la vista está que nunca ha servido para nada. Todos los gobiernos han caído en la ingenuidad de pensar de que si se cambia una ley, se cambiaba la educación y eso no es verdad. La educación se cambia cuando cambia lo que sucede dentro de las aulas y una ley muchas veces ni llega a las aulas. Hay que acercarse a las aulas, formar a los docentes, a los equipos directivos, estar en contacto con los padres y formar un ambiente de apoyo a la escuela, cosas que no se hacen por ley.

 

El efecto escuela en el éxito o fracaso no llega al 40%. El éxito viene de la procedencia económica y social de los alumnos. Tenemos que ayudar a las familias, porque las escuelas no lo pueden hacer todo. Y eso no se consigue con una ley, sino con un trabajo mejor organizado de movilización de los profesores y de la sociedad; pero sobre todo no perdernos en debates del siglo XIX y que son los que han estado impidiendo siempre que se pueda hacer un pacto educativo.

 

Otra vez estamos debatiendo si la educación debe ser concertada o no concertada, si la religión debería estar en la escuela, si tenemos que tener un currículo igual en toda la nación. Esto son cosas que las naciones avanzadas lo tienen ya superado y nosotros estamos todavía pataleando en el mismo pantano ideológico.

 

P. ¿Qué otros fallos tiene la ‘Ley Celaá’?

 

R. Principalmente el que ya hemos hablado, como no se ha acordado con nadie, no va a tener recorrido. Cuando cambie el Gobierno, cambiará la ley otra vez.

 

Durante mucho tiempo he trabajado por un pacto educativo, pero ahora no es el momento del pacto educativo. Ahora tenemos que ir mucho más allá, tenemos que hacer un pacto por una sociedad del aprendizaje en la que todos los agentes sociales se den cuenta que, o todos nos ponemos a aprender y no solo en la escuela, o toda España se va a quedar muy atrasada.

Se está poniendo de manifiesto que estamos sometidos a la ley universal del aprendizaje, que dice que toda persona, institución o empresa para sobrevivir necesita aprender, al menos, a la misma velocidad a la que cambia el entorno; y si quiere progresar debe ir a más velocidad. Esto tienen que hacerlo empresas, políticos y las administraciones públicas porque el mundo cambia con mucha rapidez, algo que estamos viviendo especialmente ahora con la pandemia.

 

Ahora, únicamente en el terreno escolar necesitamos organizar los currículos de otra manera, introducir las nuevas tecnologías en los procesos de aprendizaje, saber cómo se puede organizar lo que el alumno tiene que aprender y lo que puede encontrar en un ordenador.

 

Tenemos que hacer un aprendizaje rápido de lo que está funcionando en otros países. Todos los países están en estado de emergencia educativa y tenemos que ver quién lo ha hecho bien, quién lo está haciendo mejor y no quedarnos ahora en enseñanza concertada o pública. Debemos observar las buenas escuelas gestionadas por un sistema público o privado, pero que estén dentro de la enseñanza pública, que sigan las indicaciones de una buena política educativa donde seguimos teniendo mucho fracaso escolar.

 

P. Dicen que los meses de telecolegio y las clases anómalas que se están viviendo ahora mismo en las escuelas están provocando un nivel de asimilación de conocimientos menor. ¿Cómo atacamos esas faltas de conocimiento en el futuro?

 

R. La pandemia ha traído consigo efectos negativos en los conocimientos adquiridos por los chicos, pero se pueden recuperar con mucha facilidad. Lo que me preocupa realmente es que se han perdido los hábitos de estudio, de trabajo, de comunicación y de sociabilidad, que son prácticas difíciles de recuperar.

 

Desde junio venimos alertando a las autoridades de la necesidad de diseñar de manera distinta este curso 2020/2021 porque veníamos de tres meses de confinamientos. Lo primero que teníamos que hacer en este primer trimestre del curso era ver cuál era la situación de nuestros alumnos, porque había muchos que se nos han perdido y no sabemos donde están; por eso el primer trimestre debería haber sido de recuperación para que cada uno pudiera recuperar lo perdido. Esto no se hizo y los alumnos cuya familia no valorarse el aprendizaje, sin hábitos de trabajo en casa, ni los medios tecnológicos necesarios o un espacio en casa donde trabajar telemáticamente, y que además están en colegios que no han trabajado el colegio telemático bien, esos sí que van a tener realmente unos prejuicios muy serios.

 

En estos meses hemos tenido que mandar alimentos a algunas familias de nuestros alumnos

 

Por ejemplo, pertenezco a Trilema, una fundación que gestiona seis colegios. En estos meses no solo nos hemos tenido que encargar de la adaptación, en algunos casos también hemos tenido que mandar alimentos a las familias de nuestros alumnos. Asique imagínate hasta qué punto las dificultades económicas están influyendo en el resultado de nuestros alumnos.

 

En este momento, con la que está cayendo, que el Ministerio se dedique a hacer una ley de educación… es que están en la luna. Ahora tendrían que estar mañana, tarde y noche yendo a las escuelas, viendo lo que se está haciendo en las escuelas, ayudando a los profesores, a los padres, colaborando con el resto de administraciones públicas y haciendo que los servicios de bienestar social estén coordinados con las escuelas. Y en lugar de estar haciendo todo esto lo dejan y se van a lo fácil que es ‘vamos a hacer una ley de educación’, como comprenderás yo estoy muy cabreado con esto.

 

P. La enseñanza se ha adaptado a toda prisa con la escuela telemática, clases semipresenciales… ¿Cuál cree que es el futuro de la educación?

 

R. Acabo de publicar un libro que es el resultado de un programa de investigación que se llama ‘El proyecto centauro’. Los niños que están en las escuelas van a tener la experiencia de un cambio realmente brutal en ciertas cosas, sobre todo, por el desembarco de un sistema potentísimo de inteligencia artificial que nos van a obligar a cambiar una parte importante del desarrollo de la inteligencia de nuestros alumnos. Van a estar trabajando con una tecnología muy sofisticada, donde lo que se va a defender no es lo que se sabe, porque eso va a estar con un acceso muy fácil, sino lo que comprenden.

Fotografía de archivo. (Héctor G. Barnés)
Fotografía de archivo. (Héctor G. Barnés)

Toda la escuela tiene que estar muy centrada en formar a personas que sean capaces de comprender toda la información que tiene alrededor y de tomar decisiones; y ese es un modo distinto de educar la inteligencia. Lo que tenemos que prever es cómo se puede llevar a los currículos educativos.

 

El 60% de los puestos en los que van a trabajar los alumnos que ya están aquí no se han inventados, pues las herramientas que van a utilizar no se han inventado, ni los conceptos, ni cuáles van a ser sus problemas. La educación va a ir por delante y tendremos que enseñar a los alumnos una serie de cosas muy bien diseñadas para que tengan capacidad de aprender con rapidez, capacidad de aprender y que tengan fuerza de carácter para tomar decisiones en un mundo en que mucha gente va a querer tomar decisiones por ellas. Ese es un reto de educación que no se está tomando enserio.

 

En este momento la investigación más puntera sobre educación no la hacen las universidades, ni los sistemas educativos, lo están haciendo las grandes tecnológicas. Están investigando muchísimo porque quieren ser los grandes educadores del universo, pero no porque haya una conspiración, es que es un gran negocio.

 

Por ejemplo Microsoft está trabajando en los asistentes personalizados automáticos, vamos que los alumnos van a tener un profesor que va a ir aprendiendo con ellos. Cuando eso empiece a llegar a las escuelas no vamos a tener más remedio que comprarlo y da la sensación de que nadie se está tomando enserio el asunto.

 

La educación se debería elegir desde el mundo educativo, no el empresarial y eso lo estamos dejando a parte. Y no nos tomamos en serio el asunto, el problema que tenemos es que a nadie le interesa la educación. En las encuestas del CIS no aparece como prioritario para la ciudadanía la educación y a los políticos tampoco les interesa.

 

P. ¿Perjudicará al desarrollo social de los más pequeños esta forma de socializar con menos contacto físico o la relación con menos niños?

 

R. Eso puede depender de lo que dure esto. Si se prolonga es posible que sí, en ese caso, deberíamos pensar cómo enfrentar este problema que se puede presentar; y ahí tiene que entrar la cooperación entre las familias y la escuela.

Fotografía de archivo. (EFE / Marcial Guillén)
Fotografía de archivo. (EFE / Marcial Guillén)

Hace 10 años lancé la Universidad de Padres para llamar la atención de lo importante que es que la comunicación entre escuela y familia sea más intensa, sobre todo en determinadas edades. Las edades de los estudiantes de Infantil, Primaria y el primer curso de Secundaria son fundamentales para resolver los problemas de sociabilidad y los emocionales. En estas edades se están configurando los hábitos del miedo, la timidez, la agresividad, la tenacidad y la relación con los demás, que se van configurando para bien o para mal dentro de los primeros años de la escuela. Haber resuelto algunos problemas antes de pasar a Secundaria como la timidez, la agresividad o los miedos es muy importante.

 

En la pandemia, por esta situación de aislamiento, estos problemas se están agravando y debemos tenerlo previsto e intentar hacer planes en el campo educativo al respecto.

 

P. La generación ‘millennial’ lo ha tenido todo, han viajado cuando han querido, han salido de fiesta como han querido… Pero los niños de la generación actual viven bajo un ‘régimen’ en el que hay que respetar muchas normas, ¿será una generación más disciplinada?

 

R. No lo creo, porque son hábitos muy concretos que solo vivirán en una parte concreta de la vida. El auténtico problema de las generaciones jóvenes no viene por ahí, viene por la relación con las redes sociales, ese es el problema serio que tenemos por varias razones.

 

Primero, el interés por las redes sociales está dando demasiado interés al yo público de los chicos. Ahora lo importante es estar en las redes, tener muchos ‘likes’ y hay mucha influencia de la estructura de la personalidad, que a mi juicio no es buena. Las redes sociales están tomando demasiada preponderancia dentro del comportamiento individual.

 

Estamos creando una especie de servidumbre de la red que limita muchísimo la capacidad de toma de decisiones y de libertad de nuestros chicos

 

En segundo lugar, las formas de contacto, con mensajes muy cortos, están endureciendo y simplificando la comunicación. En mensajes muy cortos puedes decir muy poco, insultos, consignas o chistes, pero no puedes decir argumentos. Asimismo tener como contacto una pantalla, que te puedes salir como quieras, sin tener un punto de cortesía, hace que las relaciones estén muy brutalizadas.

 

En ‘El proyecto centauro’ una de las cosas importantes que hacemos es llamar la atención sobre las redes sociales. Estamos creando una especie de servidumbre de la red que limita muchísimo la capacidad de toma de decisiones y de libertad de nuestros chicos, ahí es donde está el problema. Tenemos que fortalecer la personalidad de nuestros alumnos para que no quede difuminada su influencia por las redes.

 

P. Los españoles estamos acostumbrados a las falsas promesas de los políticos, una de las últimas que hemos escuchado es que la vacuna del covid-19 llegaría en Navidad. ¿Pueden afectar especialmente las mentiras a la sociedad en esta época?

 

R. Un problema muy serio, que no es solo de España, es la absoluta falta de confianza de la ciudadanía en los políticos y eso es gravísimo. Yo creo que los políticos se deberían tomar en serio que tiene que recuperar la credibilidad, porque sino hay un desfase entre los políticos que van por un lado y los ciudadanos que van por otro.

Foto: La bancada socialista y la de UP arropa a José Luis Ábalos durante la sesión de control al Ejecutivo de este 26 de febrero. (EFE)

La sociedad actualmente está completamente desconectada, en parte, afortunadamente. Por ejemplo, la agresividad que hay en el Parlamento es completamente política, los ciudadanos somos más tranquilos, pero si esa gresca continua en el Congreso acabará contagiandonos.

 

Hay que hacer una llamada de responsabilidad a los políticos para que no se comporten así. El Parlamento se hizo para que se puedan pelear los argumentos y no tengan que pelear las personas. Ahora da la impresión de que es continuamente una pelea personal con insultos, descalificaciones y falta de clase.

 

Que entre las tres primeras preocupaciones de los españoles estén los políticos es una cosa detestable, deberían hacérselo mirar

 

El hecho de que entre las tres primeras preocupaciones de los españoles estén los políticos es una cosa detestable, que demuestra que deberían hacérselo mirar. Los políticos están para solucionar problemas, no para convertirse en un problema. La clase política está defraudando a la ciudadanía y la ciudadanía no se fía de ella.

 

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/educacion/2020-11-16/entrevista-jose-antonio-marina_2833880/

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Escuelas Bosque: una solución para las instituciones educativas pospandemia

Por: Fernanda Ibáñez


Las Escuelas Bosque es un modelo de educación al aire libre donde los alumnos aprenden mediante el juego, la exploración y el apoyo a la toma de riesgos.

¿Alguna vez has tomado clases al aire libre? Creo que muchas personas hemos experimentado una o dos clases de este estilo en nuestros años de educación primaria, cuando la maestra nos avisaba que íbamos a hacer alguna actividad fuera del salón, y nadie podrá negar cómo cambiaba la atmósfera del aula. Este es el enfoque principal del fenómeno conocido como las “Escuelas Bosque” (Forest Schools). La Asociación de Escuelas Bosque en el Reino Unido las define como un estilo de aprendizaje basado en la cultura al aire libre donde los alumnos pueden aprender mediante un proceso a largo plazo que incluye el juego, la exploración y el apoyo a la toma de riesgos, con el objetivo de que puedan desarrollar confianza personal y fortalecer su autoestima mientras conviven en un ambiente natural.

Este proceso educativo llegó al Reino Unido en 1993, inspirado en el método educativo escandinavo, el cual contaba con una educación en la naturaleza. Este modelo está concentrado en los niveles de preescolar y primaria menor, las sesiones por clase pueden ser de dos horas mínimo, con un periodo escolar de 24 semanas en dos semestres, sin embargo, estas especificaciones pueden variar dependiendo de la institución en la que se impartan. Actualmente existen Escuelas Bosque alrededor del mundo, con la mayor concentración en Europa, principalmente en Inglaterra y Escocia, y otras instituciones en España, Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, entre otros.

Algunas de las ventajas que los alumnos encuentran en este método, a diferencia del tradicional, es que aprenden bajo un contexto donde el aprendizaje les es necesario para resolver un problema, por lo que se ven inspirados en absorber este aprendizaje. También se busca mantener un balance esencial en sus lecciones, para asegurarse de que los docentes puedan atender a las necesidades de sus alumnos al mismo tiempo que reflexionan acerca de las prácticas escolares.

La toma de riesgos es esencial en el proceso de aprendizaje.

La fundadora del Instituto de Escuelas Bosques para Maestros, Jean Lomino, dijo en una entrevista que uno de los factores diferenciadores principales para ella entre la educación actual y la que ella practica, es la activación del alumnado. “Si entro a un aula y veo a los alumnos escribiendo en sus escritorios lo encontraría como un problema, porque el aprendizaje debería de ser experimental”.

Además, Lomino comentó que la toma de riesgos es esencial en el proceso de aprendizaje pues da más libertad al alumnado para cometer errores, a diferencia de la educación tradicional que se lleva a cabo en el aula, donde los errores serían castigados. Los alumnos de las Escuelas Bosque aprenden de sus errores y esto los hace sentirse menos presionados y más felices en sus clases.

Cada institución tiene sus innovaciones añadidas. Para la escuela a cargo de Jean Lomino es el mindfulness, donde todos los involucrados en la escuela toman parte de esta práctica, ya sea el alumnado, personal docente,  o familias.

Enseñanza al aire libre para disminuir el riesgo de contagios

¿Cómo podría este modelo educativo crecer en el contexto de la pandemia? El gobierno británico emitió un comunicado este verano donde invitan a la población a participar en más actividades al aire libre, con sus respectivas restricciones, para evitar los contagios. Las Escuelas Bosque en este país han podido resumir sus clases, con grupos de 15 alumnos y con un líder por grupo. Muchas instituciones han sido alentadas a hacer estos mismos cambios, a tomar sus clases con las mismas especificaciones pero fuera de las aulas, ya que el riesgo de contagio en exteriores es considerablemente menor, y los alumnos no se verán obligados a posponer sus estudios o a tomarlos en formato virtual.

Los países latinoamericanos podrían adoptar las Escuelas Bosque como una solución para las instituciones educativas, además de que aportaría soluciones a otros problemas como  la obesidad infantil, reducir el tiempo en pantalla que los menores pasan diariamente, y desarrollar habilidades que no podrán encontrar en un aula física o virtual. Podemos tomar como ejemplo a Dinamarca, ya que fue uno de los primeros países en retomar las clases en el mes de abril, para niños menores de 11 años, que se consideraban que eran aquellos dependientes al cuidado de sus padres para tomar clases virtuales desde sus casas.

“Se escalona el horario de entrada y de salida de los escolares y se reduce el número de horas en el colegio”, comentó Michelle Unzué en su blog “Velas y Vikingos”. Madre de dos, española, viviendo actualmente en Dinamarca, Unzué describe su experiencia ante la pandemia y la educación de sus hijas. También señala que las escuelas trabajaban bajo cuatro tandas de horarios que no coincidían entre ellas, divididas por edades y grados. Para las entradas y las salidas del colegio, a los padres y madres no se les permitía entrar por sus hijos, sino que los maestros eran los que llevaban a los niños. Uno de los objetivos principales de las escuelas era buscar llevar la gran mayor parte de las clases al aire libre, si las condiciones meteorológicas lo permitían.

La Asociación Edna de Educación en la Naturaleza, en España, se encarga de impulsar proyectos y actividades de educación en la naturaleza de calidad. Ellos cuentan con una “Guía Edna” que tiene como objetivo demostrar un protocolo orientativo elaborado con base en evidencia científica, con conocimiento profundo en el sector, y recomendaciones oficiales de las autoridades españolas, para guiar a aquellas instituciones que busquen adaptar sus actividades a formato externo y trabajar en la naturaleza.

Gracias a iniciativas como las Escuelas Bosque, y al cumplimiento de las medidas preventivas ante la COVID-19, los contagios se han podido controlar sin la necesidad de posponer las clases, sino simplemente adaptándolas a entornos al aire libre como parques, patios o incluso calles peatonales, no tienen que ser realizadas en bosques o parques naturales necesariamente, sino que pueden adaptarse a las características particulares de cada ciudad. Para esto es necesario adaptarnos nosotros, cambiar nuestra dinámica escolar y aprender a trabajar bajo cualquier tipo de clima, encontrar los recursos a nuestro alcance para aprovechar al máximo las posibilidades que tenemos y sacar una vez más este problema adelante.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/escuelas-bosque-pospandemia

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El rol del entrenamiento docente para una educación inclusiva

Por: Paola Villafuerte


Nuevo reporte de la UNESCO resalta la importancia de preparar a las profesoras y profesores para la implementación del aprendizaje equitativo en el aula.

Los períodos de crisis suelen acentuar las grietas de desigualdad que están presentes en nuestros círculos sociales. Ocurre ahora en el sistema educativo, donde la pandemia ha tenido repercusiones delicadas en el balance equitativo del aprendizaje. Desde la diversidad de género, familias, nacionalidades, religiones, discapacidades y lenguajes de nuestros estudiantes, las instituciones deben asegurarse de ofrecer métodos de docencia que aseguren aulas inclusivas.

La UNESCO explica que una educación con estas características significa que “todos los estudiantes, sin importar quiénes sean, pueden aprender juntos en la misma escuela”. Conceptos como este se tornan trascendentales a la hora de ofrecer una currícula de calidad que aborde contextos sociales distintos, como para los miles de estudiantes que no cuentan con una red a internet eficaz o para quienes el apoyo de tutores no es una opción disponible.

El artículo, Teaching, Learning and Inclusive Education: The Challenge of Teachers’ Training for Inclusion, menciona que esta pluralidad de circunstancias “requiere una atención educativa adecuada, […] por lo que se debe volver hacia la diversidad como tema clave para la educación de todos los estudiantes”.

Un aprendizaje de este tipo necesita profesoras y profesores capaces de identificar estos elementos para, a partir de ahí, ofrecer un rango abierto de opciones educativas para cada alumno. Esta preparación requiere de instituciones dispuestas a ofrecer un entrenamiento constante y retroalimentación valiosa que permita integrar nuevas habilidades pedagógicas al salón de clases.

“Si no se adoptan medidas urgentes y no se incrementan las inversiones, la crisis del aprendizaje podría convertirse en una catástrofe educativa”, explica la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, en el comunicado donde se afirma que “para reforzar la resiliencia del profesorado en tiempos de crisis, todos los docentes deberían adquirir las competencias digitales y pedagógicas necesarias para enseñar a distancia”.

El papel de la formación docente en la educación inclusiva

A pesar de lo indispensable que es la formación docente, expertos aseguran que entre directivos instituciones de países de ingreso medio y alto, se dedica menos de la cuarta parte del tiempo a tareas y reuniones relacionadas con los planes de estudio y la docencia. La Hoja informativa sobre el Día Mundial de los Docentes 2020, informa que el porcentaje más alto se registra en Shanghái (China), con un 27 %, y el más bajo en los Países Bajos, con un 11 %. Además, se conoce que son pocos los casos en los que a los profesores de estos países se les otorgue un mentor.

Recordemos que estos y muchos otros países se comprometieron en el 2015 a la Agenda  2030 impulsada por las Naciones Unidas, que establece en su cuarto ODS (objetivo de desarrollo sostenible) asegurar sistemas de educación inclusivos. Aunque se han logrado culminar algunos objetivos, aún hay un largo camino por recorrer. Si las instituciones desean hacerle frente a la brecha equitativa que se ha aventajado durante la crisis sanitaria de este año, es primordial secundar sistemas que sean un soporte sólido para nuestras profesoras y profesores.

“Si no se adoptan medidas urgentes y no se incrementan las inversiones, la crisis del aprendizaje podría convertirse en una catástrofe educativa”.

El pasado 5 de octubre, la UNESCO publicó el nuevo documento ‘Enseñanza inclusiva: preparar a todos los docentes para enseñar a todos los alumnos’. Aquí se afirma que sólo cuatro de 10 países tienen políticas que aseguren una capacitación a sus docentes en materia de inclusión, por lo que se exhorta a los directivos acoplarse a medidas necesarias para avanzar en estos índices.

Además, dentro de aquellas instituciones donde sí existen estas políticas, suele no mencionarse a profundidad el tipo de prácticas que se llevan a cabo para asegurar un aprendizaje equitativo: el análisis realizado para el Informe de seguimiento de la educación en el mundo 2020 basado en PEER afirma que sólo un tercio del 10 % de los países mencionados anteriormente, cuentan con recursos informativos sobre este entrenamiento.

Este seguimiento es incluso menos accesible en aquellos países donde muchos docentes no han recibido ni siquiera un entrenamiento básico. Es bajo estas circunstancias que otros factores menoscaban aún más el rendimiento de las y los profesores.

En Madagascar, por ejemplo, se afirma que la proporción de alumnos por docente es de 240:1. Un hacinamiento en las aulas de tal grado no permite un acercamiento personal y hace aún más difícil la unión en el aula. “La elevada proporción de alumnos por docente calificado, que da lugar a clases con gran número de alumnos, disminuye  la capacidad de  los docentes al reducir el tiempo dedicado a cada alumno”, explica el documento de la UNESCO.

Por otro lado, la inclusión educativa en las instituciones no debería reducirse a un número limitado de entrenamientos especializados en uno o dos grupos estudiantiles particulares, sino acoplarse como un fundamento docente. Incluso cuando esta herramienta suele enfocarse en abordar el aprendizaje de alumnos con discapacidad, se afirma que “los estigmas persistentes, el diseño escolar poco propicio y la falta de formación docente y materiales de aprendizaje adecuados sobre educación inclusiva dificultan aún más su acceso a la escuela y al aprendizaje”.

No obstante, la UNESCO hace una mención pertinente a los avances realizados para la implementación de políticas y programas educativos centrados en la equidad e identidad de género. En países latinoamericanos como Chile, Colombia y Ecuador se han elaborado contenidos transversales de esta materia dentro de sus políticas para el entrenamiento docente.

Mecanismos de apoyo

Un desarrollo como el anterior es sólo posible si los cuerpos de profesoras y profesores cuentan con un respaldo activo de directivos e instituciones. Los marcos jurídicos y normativos que las integran deben ser cimentadas en un apoyo pedagógico inclusivo. Además, es imperativo que las aulas estén equipadas con material de aprendizaje diversificado para las necesidades de los estudiantes.

El mismo documento mencionado hace hincapié en el rol crucial que ejercen los auxiliares docentes, directores y coordinadores para su desarrollo profesional. Su colaboración dentro de un ambiente educativo que propicie la inclusión también en estas áreas representa una herramienta unificadora para el mismo tipo de clima que se desea trasladar al aula.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/entrenamiento-docente-educacion-inclusiva

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Los dilemas de la evaluación del primer periodo

 Abelardo Carro Nava


Sabemos que los maestros son los que mejor conocen el avance de sus alumnos. También sabemos que, en el proceso de enseñanza y de aprendizaje (E-A), influyen varios aspectos para que éste se logre, por ejemplo: el contexto, la familia, sus recursos económicos, los diferentes niveles cognitivos de los chicos, la planeación que el profesor realiza, la serie de recursos y materiales didácticos que éste emplea; en fin, como decía, todo un cúmulo de situaciones que son parte del referido proceso.

Una cosa más que, desde luego conocemos, es que la pandemia ocasionada por el Covid-19, propició que las actividades escolares que se desarrollaban de manera presencial en las escuelas tuvieran que suspenderse y, con ello, se dio paso a otra serie de actividades, también “escolares”, a través de algo que se denominó “educación a distancia”, hecho que implicó que los mentores: a) elaboraran cuadernillos o guías para que se los entregaran a sus estudiantes en sus escuelas o en sus casas, con la finalidad de que éstos los trabajaran; b) enviaran mensajes vía Whatsapp o correo electrónico, con las actividades que los niños tendrían que realizar con el mismo propósito que el inciso anterior; d) que siguieran y, posiblemente, consideran en su planeación, los programas televisivos que la Secretaría de Educación Pública (SEP) echó andar desde el mes de marzo y cuya continuidad se dio en agosto de este año; e) aprendieran o perfeccionaran su conocimiento para que impartieran sus clases de manera virtual, situación que los obligó a contar con un equipo (computadora o celular) e internet o “datos” suficientes para que se lograra este objetivo; entre otros.

Ahora bien, ¿qué sucedió con los alumnos y con su aprendizaje a partir de la contingencia sanitaria que decretó el gobierno mexicano? En primer lugar, como parece obvio, ya no se presentaron a las escuelas porque, lógicamente, este espacio sería el lugar donde el virus se propagaría desmesuradamente. Se quedaron en casa, lo cual, desde mi perspectiva, abre una amplia gama de variables en cuanto a lo que significa, o significaría, asegurar que hasta la fecha ha habido una continuidad en su proceso formativo puesto que, como sabemos: 1) no todos los estudiantes cuentan con una computadora, internet, celular o televisión en casa; 2) pero también, el que los padres de familia hayan estado, o no, al pendiente de las actividades que los profesores les encomendaron a sus hijos, o bien, de los horarios en los que se trasmitían los programas televisivos; 3) el que estos padres hayan estado atentos, o no, del envío de esas tareas y/o actividades por correo electrónico, whatsapp o en las escuelas en las que entregaron los cuadernillos y guías; etcétera. Esto, sin contemplar, que muchos de estos chicos pudieron, o no, considerar prioritarias las actividades escolares dado que, como se sabe, la pandemia no sólo impactó en el sistema educativo nacional (SEN), sino también en el ámbito económico y, consecuentemente, en los millones de hogares mexicanos; situación que pudo haber provocado, que un número considerable de éstos, haya trabajado en algún sector informal de la economía para ayudar con los gastos de la casa.

Lo anterior me permite deducir, que el aprendizaje que los estudiantes pudieron, o no, haber adquirido durante esta etapa de confinamiento y durante este primer periodo escolar, se ha visto influenciado por varias cuestiones, como las expuestas. Entonces, en sentido estricto, durante este lapso de tiempo: ¿los alumnos han aprendido? Si nos remitimos a la definición más simple que nos brinda la Real Academia Española (RAE) obtendríamos que el aprendizaje, “es la acción y efecto de aprender algún arte, oficio u otra cosa”. Consecuentemente, la pregunta que formulé líneas atrás tendría como respuesta un rotundo sí porque, como lo señalaba, de las actividades que pudieran estar haciendo en casa o fuera de ella, con seguridad, “algo” aprendieron.

Ahora bien, si replanteamos la pregunta y cuestionamos si los chicos adquirieron los conocimientos que, mediante la acción educativa, se brindaron a través de una educación a distancia, mi respuesta no sería tan contundente. Esto, en razón de los aspectos que he referido y que influyen en el proceso de E-A porque, de manera concreta, no se estarían cumpliendo del todo los aprendizajes esperados que, conforme al modelo educativo o plan de estudios vigente, se tienen contemplados.

En este sentido habría que recordar que, el Secretario de Educación, Esteban Moctezuma, en reiteradas ocasiones ha señalado que los niños están logrando los aprendizajes esperados durante la pandemia; pero, a todo esto, ¿qué se entiende por aprendizaje esperado? Según el documento Aprendizajes Clave para la Educación Integral (2017), éste “es un descriptor de logro que define lo que se espera de cada estudiante. Le da concreción al trabajo docente al hacer comprobable lo que los estudiantes pueden [hacer], y constituye un referente para la planificación y evaluación en el aula. Los aprendizajes esperados gradúan progresivamente los conocimientos, habilidades, actitudes y valores que los estudiantes deben alcanzar para acceder a conocimientos cada vez más complejos” (p. 655).

He aquí el meollo del asunto porque, como bien sabemos, si durante las clases presenciales los aspectos que permiten valorar el logro (aprendizaje esperado) de los alumnos se llegan a complicar (por muchas de las razones ya expresadas), durante esta pandemia, la situación se ha complicado. De ahí que el criterio que pueda tomar el profesor para asignar un valor en el primer periodo del ciclo escolar 2020-2021, tenga como base, los avances que haya tenido el estudiante que está a su cargo desde el inicio de dicho ciclo.

¿Cuáles serían los criterios a considerar para valorar el logro alcanzado en esos avances? Desde mi punto de vista, las evidencias de las actividades o tareas realizadas de acuerdo al contenido trabajado o encomendado y que fueron enviadas por los estudiantes y/o padres de familia por medios electrónicos, de manera virtual o mediante cuadernillos o guías. ¿Y la asistencia a las clases virtuales, las participaciones en éstas y los exámenes aplicados? De eso hablaré un poco más adelante porque, en sentido estricto, si recordamos que una evaluación formativa tiene como rasgo primordial valorar el proceso que siguió la obtención de una evidencia/producto, el docente como tal, tendría la posibilidad de valorar estos avances con relación a lo siguiente: a) alumnos que entregaron los trabajos conforme a los criterios establecidos por el profesor basados en el aprendizaje esperado; b) alumnos que entregaron los trabajos, pero su realización y culminación, medianamente cumplieron con el criterio establecido; c) alumnos que entregaron los trabajos, pero sin que éstos cubrieran los criterios establecidos por el docente con base en los aprendizajes esperados; e) alumnos que no entregaron los trabajos pero que sí recibieron las actividades o tareas pero no los enviaron; f) alumnos que no los entregaron porque no se sabe nada de ellos aunque fueron inscritos al inicio del ciclo escolar por sus padres.

Vista estos parámetros o indicadores, podría pensarse que la asistencia a clases virtuales, la participación en éstas, los exámenes aplicados, las carpetas de experiencias o evidencias elaboradas para este periodo, el periodo de reforzamiento propuesto por la SEP, entre otras cuestiones, podrían ser un complemento que podría colaborar en esa valoración. Esto lo considero de esta forma porque, insisto, los maestros son los que mejor conocen a sus alumnos o, porque su misma experiencia y conocimiento, les permite fijar los criterios para realizar una evaluación que se apegue a un cierto grado de objetividad, aunque, como se sabe, toda evaluación es subjetiva por naturaleza.

Menuda tarea tendrá sobre sus hombros el docente en las próximas semanas, porque si bien es cierto que se espera que la SEP emita, en los siguientes días, un Acuerdo que modifique o sustituya al 12/06/2020 (por el que se establecen diversas disposiciones para evaluar el ciclo escolar 2019-2020), también es cierto que, independientemente de este documento, éstos tendrán en sus manos la decisión de reportar una evaluación sobre lo que, bajo su criterio, es la más pertinente para sus alumnos dado el seguimiento que han tenido de éstos y de los logros alcanzados que pudieran, o no, verse reflejados en sus avances escolares.

Al respecto, no sé si la asignación de un número a un estudiante de educación primaria (por ejemplo) reflejará el logro alcanzado por éste. Lo que sí tengo claro es que la SEP, y el propio Secretario, cometieron un grave error, como lo han venido haciendo desde hace ya un buen tiempo, al considerar que lo que se vive en el aula sucede de la misma manera en la casa. Consecuentemente, el problema de fondo radica en evaluar pensando que estamos en la escuela cuando en realidad nos encontramos en casa o a la distancia o, dicho de otra forma, el problema está en evaluar conforme a los aprendizajes esperados cuando las condiciones no son las más idóneas para ello.

Finalmente deseo señalar, que mención aparte tiene la evaluación del primer periodo para la educación preescolar porque, quienes hemos tenido la oportunidad de estar cerca del trabajo que realizan las educadoras, sabemos que un elemento fundamental para efectuar una valoración del avance del pequeño es la observación y el registro de lo que éste desarrolla en el aula y en el jardín de niños. Creo que muchos conocemos que, cuando la educadora encomienda una actividad en casa, suelen suceder algunas cosas: a) que los padres de familia supervisen el trabajo y estén atentos u orienten el desarrollo de la actividad que hace el niño; b) que no estén atentos ni supervisen el trabajo de los chicos, aunque puede ser que reciba orientación por parte de un adulto o hermano; c) que dichos padres terminen haciendo el trabajo que les fue dejado a los pequeños; d) o que simplemente no lo hagan ni lo entregan. ¿De qué manera se evaluarán los aprendizajes esperados en este nivel?

Espero aportar algunas ideas en mi próxima entrega, pero vaya dilemas ¿no cree?

Con negritas:

  • Busqué en diversos medios los Lineamientos del sistema de seguimiento o apoyo con el objetivo de procurar la permanencia y continuidad académica de los alumnos de educación preescolar, primaria y secundaria que, de conformidad con el Acuerdo 05/06/2020, la SEP tendría que emitir y no los encontré. Sería bueno que se dieran a conocer porque, a partir de ello, los profesores podrían contar con un protocolo o herramienta que les permita tomar una decisión en cuanto a los alumnos de los que se sabe que fueron inscritos pero que no entregaron sus evidencias de aprendizaje en este primer periodo.
  • En caso de que se emita un nuevo Acuerdo o que modifique el 12/06/2020, sería bueno que la SEP diera la información suficiente y necesaria sobre los criterios para evaluar la asignatura Vida Saludable y las modificaciones que habrá de sufrir las boletas de calificaciones; digo, en necesario que, con antelación, se haga llegar esta información porque, como conocemos, al cuarto para las doce llega dicha información y el docente trabaja sin descanso.

Referencias:

SEP. (2017). Aprendizajes Clave para la Educación Integral. Plan y Programas de Estudio para la Educación Básica. Ciudad de México.

DOF. (12/06/2020). Por el que se establecen diversas disposiciones para evaluar el ciclo escolar 2019-2020 y cumplir con los planes y programas de estudio de educación básica (preescolar, primaria y secundaria), Normal y demás para la formación de maestros de educación básica aplicables a toda la República Mexicana, al igual que aquellos planes y programas de estudio del tipo medio superior que la Secretaría de Educación Pública haya emitido, en beneficio de los educandos. Recuperado de: https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5594561&fecha=05/06/2020

Fuente: https://profelandia.com/los-dilemas-de-la-evaluacion-del-primer-periodo/?fbclid=IwAR14ddzC6T0aeAYpnM7emMPkUpQ2TFA9MIh1XL29zdxrE8CZc1wkQsyefZM

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Miedo y autocensura entre los profesores franceses: “Hay colegas que no se animan a hablar del Holocausto judío”

Tras la decapitación del docente de historia Samuel Paty, muchos otros maestros cuentan de las presiones que reciben y del silencio para evitar problemas.

Francia rindió este miércoles un homenaje nacional a Samuel Paty, el maestro de Historia y Geografía de secundaria cuya decapitación el viernes en un atentado conmocionó al país. Este ataque pone nuevamente en debate la laicidad en las escuelas y las condiciones en las que trabajan los profesores en ciertos colegios franceses.

Todo el país llora el asesinato de Samuel Paty. El maestro de Historia y Geografía recibe este miércoles 21 de octubre la máxima distinción en Francia: la legión de honor. Un reconocimiento que acoge con emoción particular la comunidad de profesores, profundamente traumatizada por lo ocurrido el viernes pasado.

“Al entregarle la legión de honor se reconoce que murió ejerciendo su oficio, al servicio de uno de los valores fundamentales de la República, es decir la libertad de expresión”, precisa Michel Cernay, quien fue profesor de Historia y Geografía en secundaria durante 35 años, en Francia y en América Latina.

En entrevista con RFI, el maestro ahora jubilado explica que su profesión se ha vuelto cada vez más difícil de ejercer. “Hay colegas que no pueden hablar del Holocausto de los judíos porque inmediatamente algunos alumnos responden que se trata de propaganda israelí. Dicen que la Shoá no existió”, cuenta.

Precisa que este tipo de situaciones la han vivido hasta el 15% de los profesores y que estas presiones no ocurrían hace dos décadas. “Los maestros se vuelven discretos con el tema porque no quieren generar conflictos en las aulas”.

Paty fue decapitado por un refugiado checheno, tras una campaña en su contra en las redes por haber mostrado en su clase caricaturas de Mahoma.Paty fue decapitado por un refugiado checheno, tras una campaña en su contra en las redes por haber mostrado en su clase caricaturas de Mahoma.

Michel Cernay vive en Niza, una de las seis administraciones académicas, junto con la de Versailles donde trabajaba Samuel Paty, donde más se han registrado lo que el ministerio de Educación llama “atropellos a la laicidad”. El profesor jubilado ahora hace parte del Observatorio de la laicidad y organiza talleres en colegios sobre lo que significa esta noción tan francesa.

¿Medidas drásticas?

Se establece que la escuela es laica y se limita a enseñar la historia de las principales religiones. La ley de 1905 separa el Estado de todos los cultos. “Osea que el Estado no puede intervenir en religiones pero protege todos los cultos dentro del marco del código civil y penal”, dice Cernay. “Esto es lo que enseñamos en las escuelas: las razones por las cuales una joven no puede ir a la escuela con velo, o un joven con kipá, o alguien católico con un crucifijo de 20 centímetros colgado al cuello”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, participó del homenaje en el que se le otorgó a Paty la orden post mortem de caballero de la Legión de honor, máximo distinción honorífica francesa. El presidente francés, Emmanuel Macron, participó del homenaje en el que se le otorgó a Paty la orden post mortem de caballero de la Legión de honor, máximo distinción honorífica francesa.

La pregunta central para los maestros en Francia hoy es: ¿cómo implementar mejor el concepto de laicidad? Los profesores han hecho reclamos y algunos son drásticos. “Se necesita que las autoridades apoyen la enseñanza del programa oficial. Pero eso significa que en algún momento hay que enfrentarse a los padres, hay que ir a negociar con el imán del barrio para que calme a sus feligreses”, dice Cernay.

Apunta que en su ciudad la municipalidad de derecha propuso instalar de manera permanente en las escuelas agentes de policía para mantener un orden laico. “Es exagerado, pero sí hay padres de alumnos que se oponen no solo a las caricaturas religiosas, pero también por ejemplo a la teoría de la evolución de las especies, se necesita que tal vez un uniformado pida a los padres que se callen”, afirma el ex maestro.

Miles de personas se reunieron el martes frente al colegio donde enseñaba Samuel Paty, en la ciudad de Conflans-Sainte-Honorine, cerca de París, para cumplir un minuto de silencio y marchar por la ciudad.

Fuente: https://www.infobae.com/america/mundo/2020/10/21/miedo-y-autocensura-entre-los-profesores-franceses-hay-colegas-que-no-se-animan-a-hablar-del-holocausto-judio/

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