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El aburrimiento es político

Por: Carlos Aldana

Cuando la educación se reduce a la realización de actividades que no son desafiantes, va pasando el tiempo, se van logrando los avances escolares, pero se sigue ejercitando una educación que no transforma, que no crea ciudadanía, que no afecta los cimientos de los poderes.

El tono único, el mono-tono, el tono que nunca cambia, es el sonido más escuchado en las aulas de docentes tradicionalistas y apagados. De aquellos y aquellas que han perdido no solo el sentido de su tarea como educadores, sino también han perdido el gusto por el cambio, por la aventura, por la emoción de lo nuevo. Que han perdido la sonrisa didáctica que es tan fundamental para crear relaciones que transformen la vida de docentes y discentes.

La monotonía en el ejercicio docente está constituida por la ausencia de cambios de ritmo, por la carencia de recursos que festejen el cambio y desafíen hacia la novedad. En esas aulas ni la curiosidad ni el asombro aparecen nunca. La voz predominante, la del docente, es una voz no solo imperativa, sino siempre cargada de la misma tonalidad, sin modificaciones en el pentagrama de sus expresiones.

La consecuencia fundamental de esto es un aburrimiento existencial, profundo, asqueante, que contamina el clima escolar y evita los auténticos y profundos aprendizajes. El aburrimiento representa la cara menos violenta, pero siempre violenta, de una visión, práctica y ejercicio de lo educativo que todavía no cree en el protagonismo, en la participación, en el inter-aprendizaje, en las dinámicas necesarias para que las jóvenes generaciones se aproximen a la comprensión del vasto océano de información en el que nadan. Y naufragan.

Pero en estos años de experiencia, dentro o fuera de aulas, en procesos educativos escolares o propios de la educación popular, he venido descubriendo que el aburrimiento no es solo consecuencia de carencias pedagógicas y didácticas. Es fundamentalmente una deficiencia ética, porque expresa una despreocupación por los demás. Cuando no hacemos el suficiente esfuerzo para que el aburrimiento no sea la marca de identidad de nuestras aulas o procesos, realmente no estamos tomando en cuenta las necesidades, intereses o la vida de quienes motivan nuestra pretensión de desarrollar un proceso de educación transformadora. Quizá porque no interesa transformar nada (ni valores, ni actitudes, ni visiones del mundo), es que tampoco interesa enfrentar el aburrimiento de los otros.

Además de esta consideración ética, el aburrimiento es también un recurso político, porque en medio de la realización formal e institucional de las acciones educativas (esas que acreditan, que otorgan certificaciones), no se contribuye a desarrollar pensamiento crítico ni pensamiento creativo, ni emoción por aprender, ni participación o construcción colectiva del aprendizaje. En otras palabras, cuando todo se reduce a una palabra docente monótona, o a la realización de actividades que no son desafiantes, va pasando el tiempo, se van logrando los avances escolares, pero se sigue ejercitando una educación que no transforma, que no crea ciudadanía, que no afecta los cimientos de los poderes. Si el discurso es de derechas, no importa; si es de izquierdas, tampoco. El aburrimiento mata la capacidad comprensiva y movilizadora, independientemente del contenido.

Por el contrario, una educación que inquieta, que mueve, que genera curiosidades, que emociona, que moviliza hacia la comprensión y transformación del mundo, que desde la alegría causa el asombro, pero también la indignación, esa educación es peligrosa para unas estructuras que se mantienen desde la dominación ideológica y cultural. Tampoco se trata de tomar el disfraz y payasear todo el tiempo, ni de vivir a tope momentos de reflexión, lectura y estudio, que no tienen por qué ser dinámicos. Se trata de hacer esfuerzos para crear nuevos modos de aprender, de abandonar lo fijo, de interconectar procedimientos, de buscar maneras agradables para el aprendizaje. Con las posibilidades telemáticas de hoy, tenemos recursos para la hipertextualidad didáctica que nos permita, además, profundizar y crear conocimiento. Se trata de que la alegría, que nace desde el interior, se convierta en el proyecto y método de educación con el que vamos a nuestro encuentro con los demás.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/07/12/el-aburrimiento-es-politico/

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El Ayuntamiento de Madrid quiere transformar sus patios escolares para mejorar la salud infantil

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo 

En septiembre comenzará un proyecto piloto en tres centros de infantil y primaria con el que busca la implicación de la comunidad educativa y el barrio para mejorar la salud de niñas y niños y la regeneración de los barrios.

Desde hace algunos años hay un importante movimiento en favor de la renovación de los patios escolares, fundamentalmente con la vista puesta en la creación de diferentes espacios para generar cambios en las dinámicas de convivencia, así como en la apertura a usos diferentes, principalmente pensados para el fútbol.

Patios que son protagonistas de proyectos de Aprendizaje-Servicio, por ejemplo, o que traen la naturaleza al centro de las ciudades, o que quieren recuperar actividades lúdicas diferentes, como meter arena o agua en un lugar que principalmente está cementado.

Pero también tienen una importancia grande en la salud de la infancia, al determinar de muchas maneras qué es lo que en ellos puede y no puede hacerse. Tanto por su tamaño como por sus equipamientos.

El pasado 27 de junio se celebró en el Ayuntamiento de Madrid la Jornada “Entornos Escolares Saludables” en la que se dió a conocer a equipos técnicos del consistorio relacionados con las áreas de Salud así como de Regeneración Urbana el estudio MICOS: Entornos Escolares Saludables“.

El informe, realizado por el equipo MICOS (Pablo García de Paisaje y Participación, así como Patricia Leal y Lucila Urda de Pez Arquitectos) presenta a lo largo de 132 páginas la realidad de los patios escolares de la ciudad de Madrid. Lugares muchas veces pequeños, en los que abundan las canchas deportivas sobre cualesquiera otras posibilidades y en muchos casos desconectados de los entornos de su barrio, en donde podrían encontrar otros instalaciones para colaborar.

Necesidad de mejorar la salud

Uno de los puntos fuertes del estudio es la salud y la necesidad de ejercicio físico en los años de la infancia para una mejora en muchos niveles, tanto de la salud general de la infancia, como herramienta frente a los problemas de obesidad y sobrepeso de la niñas y niños, así como para atajar problemas de convivencia que se pueden dar y se dan en los centros educativos madrileños.

Según el texto, los menores no desarrollan suficiente actividad física, a pesar de que correlaciona con el bienestar psicológico, la salud ósea y el desarrollo de sus capacidades motoras. Y a pesar de que hay canchas deportivas, estas suelen ser de fútbol o baloncesto, lo que deja fuera en buena medida a las niñas (las más afectadas por la falta de ejercicio a lo largo de toda la etapa) y a aquellos niños que no les mueven ni uno ni otro deporte.

El estudio ha sido el pistoletazo de salida con el cual, desde el Área de Salud del Ayuntamiento y dentro de la estrategia “La ciudad de los cuidados”, se quieren conectar los diferentes servicios dentro de los barrios así como mejorar la convivencia en ellos y sobre todo hacer de los centros escolares y de sus patios lugares promotores de la salud.

Proyecto piloto

La idea es poner en marcha un proyecto de investigación acción con vistas a una transformación importante de los entornos de los colegios, además de sus propios patios.

Desde septiembre hasta diciembre, tres serán los centros que lideren el proceso con el que se quiere elaborar un proyecto mayor, y a medio y largo plazo, una hoja de ruta que sirva a todos los centros educativos para transformarse y contribuir a la transformación de su entorno.

Para ello se comenzará por pedir la participación de la comunidad educativa de cada centro, así como personal municipal de diferentes áreas y entidades sociales del barrio. Un proceso, comenta Mónica Díaz López, jefa de Departamento de Estudios y Análisis de la Subdirección General de Prevención y Promoción de la Salud del Ayuntamiento, que pretende la “transformación del uso y de la forma del patio y ver cómo usar las zonas de acceso al centro educativo” tanto para la mejora de la salud como para la regeneración urbana.

El proyecto comenzará con el CEIP Valle Inclán (San Blas), el CEIP Juan Sebastián Elcano (Usera) y el CEIP Daniel Vázquez Díaz (Moncloa-Aravaca). Se trata de colegios que tienen un patio de un tamaño bastante bueno, según los parámetros del informe MICOS, con algo más de 3.000 metros cuadrados, y en los que hay cierta heterogeneidad. Mientras en uno hay árboles, en otro la práctica totalidad de la superficie está dedicada a canchas deportivas (toda ella está cementada) y en otro, no hay infraestructuras cercanas que puedan ser utilizadas, de manera que el patio podría llegar a ser el lugar de muchas actividades dentro del barrio.

Se trata de conjugar las posibilidades de cada patio con las que se encuentran en su entorno más cercano (200 metros) en cuanto a elementos como pistas deportivas o zonas verdes y/o ajardinadas de manera que niñas y niños se beneficien de estas y que, en un futuro, el barrio sea el que utilice los patios de sus colegios cercanos como ocurre en ciudades como Barcelona.

El proyecto piloto, que se desarrollará en 5 o 6 sesiones de investigación, sería el primer paso de un proceso de intervención más largo. Empezando por la transformación de los tres patios implicados en el verano de 2018 y, en la horquilla de 3 a 5 años, crear un”modelo” de patios de la ciudad e ir transformando el resto.

Para ello se tendrán en cuenta la configuración y los usos que debería  haber en los patios para que puedan ser considerados como espacios que promueven la salud y, además, se redactaría una metodología dirigida a las juntas municipales para que, dentro de sus competencias, pudieran diseñar o rediseñar estos espacios son la misma finalidad de promoción de la salud.

El tamaño de los patios importa, así lo asegura el informe MICOS. Cuanto más grandes, mejor. Primero porque hay más espacio para niñas y niños, de manera que pueden repartirse cómodamente por la superficie y mejora la convivencia.

También porque se pueden dedicar diferentes lugares a distintas actividades y no siempre a los deportes competitivos como el fútbol. Si a ese mayor espacio se le añaden otros equipamientos para promover otro tipo de actividades más aeróbicas, anaeróbicas, creativas o imaginativas.

Y, claro, con presencia de vegetación. Una de las piedras de toque, puesto que, además del coste de quitar cemento de una pista de patio, hay que realizar la plantación y, sobre todo, el mantenimiento y riego. Pero los beneficios, sobre todo en la primera infancia, de la existencia de vegetación es importante. Y no solo porque mejora los comportamientos o incita a una mayor actividad física de niñas y niños, sino porque, además, incide sobre los niveles de contaminación producida por el tráfico rodado en las inmediaciones de los centros educativos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/07/12/el-ayuntamiento-de-madrid-quiere-transformar-sus-patios-escolares-para-mejorar-la-salud-infantil/

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La importancia de la educación artística en República Dominicana

 

República Dominicana/03 julio 2017/Fuente: El Jaya

La educación artística en República Dominicana tiene gran importancia, pues desarrolla de manera integral a los estudiantes al despertar sus habilidades y destrezas.

La educación artística como medio de aprendizaje asume la transversalidad, es decir, abarca todas las áreas del conocimiento, por tanto permite abarcar las diferentes competencias en el proceso enseñanza-aprendizaje.

Entre las habilidades que los estudiantes pueden descubrir y desarrollar debemos enunciar: la sensorial-motriz, cognitivas, perceptivas, valoración crítica, de expresión estética y artística.

Estas habilidades y destrezas tienen como propósito fundamental buscar respuestas artísticas y creativas en cada uno de los estudiantes. Por medio de ellas los estudiantes expresan sus sentimientos y emociones, poniendo de manifiesto su personalidad, la vida familiar, las relaciones interpersonales, el entorno y sobretodo su creatividad.

Todos estos elementos indican cuan importante es el área de educación artística en el desarrollo de los estudiantes en la República Dominicana.

Fuente: http://eljaya.com/index.php/opinion/21942-la-importancia-de-la-educacion-artistica-en-republica-dominicana

 

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No hay discurso educativo alternativo

Por: Pedro Badía

Es necesario otro discurso educativo basado en la solidaridad, la cooperación, la participación, la convivencia y el compromiso social y político de la profesión docente.

La economía más conservadora y las ideas políticas más reaccionarias han contaminado al sistema educativo. Confluyen un discurso muy conservador fortalecido por el voto ciudadano y poderosos medios de información, con la debilidad y el miedo de la izquierda a exponer sus ideas ante la sociedad.

Los males del sistema educativo no vienen de la comprensividad ni de la extensión de la obligatoriedad hasta los 16 años, ni de la diversidad que hoy frecuenta nuestras aulas; sino de una concepción del sistema educativo que al igual que la globalización ha quedado en manos de la ideología neoconservadora más dura y rancia. La educación es cada vez más un instrumento de selección, y un negocio de miles de millones de dólares al que ya han puesto ojo las grandes multinacionales. Muchos gobiernos del mundo están facilitando la llegada de estos grupos económicos que depredan el sistema con la idea de “excelencia” como bandera, un término tramposo al que toda la comunidad educativa, sin diferencia ideológica, rinde pleitesía. He escuchado y he leído a políticos de izquierda y a expertos en educación hablar y escribir sobre la compatibilidad entre la equidad y la excelencia. Esto significa asumir un ataque directo a los desheredados y a los pobres a los que un sector político y social de España no quiere en el sistema educativo, porque los consideran un lastre académico y un peligro cultural. Todo el sistema educativo está pensado para los que se van a quedar, cuando el sistema educativo tiene que orientarse, sobre todo, hacia los que puedan estar en peligro de exclusión. Hacia los que nada saben y nada tienen, hacia los que menos saben. Los sistemas educativos más conservadores promocionan la desigualdad y la excelencia como una forma de modernidad, como la LOMCE. Hay que conseguir niveles máximos de equidad, no niveles óptimos de excelencia.

La educación necesita un discurso alternativo que sitúe con claridad los derechos y la equidad como las primeras prioridades. Y que se sustente en cinco ideales: a) la solidaridad; b) la cooperación; c) la participación; d) la convivencia; e) el compromiso social y político de la profesión docente.

La educación tiene que estar ligada a los valores de solidaridad y de cooperación que son los que procuran el bien común para todas las personas. La convivencia es compleja y no surge espontáneamente sino que se construye con educación y con perseverancia; aceptar “al otro” no significa aceptar cualquier cosa. Sólo con la participación convertimos la igualdad en una relación social; la participación se construye con el diálogo y la gestión civilizada de los conflictos; se trata de convivir como iguales, reconociendo la singularidad de cada cual. El profesorado debe de trabajar a favor del respeto y de la dignidad humana, para garantizar en el futuro el bienestar de la sociedad.

No hay discurso educativo alternativo porque ningún partido político apuesta claramente por una educación pública, laica y con participación plena de la comunidad educativa. Por un discurso claramente orientado a robustecer la educación pública. Por un sistema educativo que tenga como uno de sus objetivos más importantes corregir las desigualdades e injusticias sociales, cada vez más notorias, donde no debe tener cabida la demagogia ni la ambigüedad.

Fuente artículo: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/07/03/no-hay-discurso-educativo-alternativo/

Fuente imagen: http://mundopedagogico.es/wp-content/uploads/2015/07/Escuela-alternativa_EDIIMA20130222_0406_13.jp

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Un problema de matemáticas y algo más

Por: Jaume Martínez Bonafé

Podemos sacar un 10 en da igual la materia, para acabar haciéndonos mayores y permanecer insensibles y analfabetos ante lo que realmente entorpece una vida plena y una vida digna, hoy el despilfarro de agua, esta noche el programa sexista en la tele.

La maestra sale muy enfadada de la última reunión de claustro. Ha sido imposible convencer al resto del profesorado del centro de la barbaridad ecológica -y no solo ecológica- que se ha planificado para el día final de curso. “Siempre lo hemos hecho así”, se argumentaba. “Los niños se lo pasan bien”, decían. “Es sólo un día, y es el último día”, se utilizaba como pretexto. Al parecer el asunto consistía en que esa mañana se dejaba la manguera del agua abierta permanentemente y los niños y niñas jugaban a tirarse agua y mojarse, entre carreras y risas. Ciertamente, una actividad divertida. Aunque para más irritación de la maestra ese día también se permitían las pistolitas de agua.

Claro que esta actividad entraba en contradicción con los proyectos de trabajo desarrollados a lo largo del curso, en los que la maestra ha intentado mostrar un mapa de conceptos, procedimientos y actitudes que enriquecieran la posibilidad de una vida sostenible, equilibrada y respetuosa con los finitos y ya muy maltratados recursos naturales, cultivando además relaciones pacíficas y prácticas no violentas. La maestra, además, trabaja en una escuela de un pueblecito del País Valenciano en el que según los viejos del lugar cada día se avanza un poco más del predesierto al desierto total.

Ante este desolador panorama educativo a la maestra se le ocurre un último problema de matemáticas, antes de cerrar el curso. Acude con los niños y las niñas al patio y se colocan alrededor del grifo, con la manguera y provistos de una garrafa de 5 litros y un cronómetro. Colocan la manguera en la boca de la garrafa y propone que un niño abra el grifo al tiempo que una niña mide con el cronómetro los segundos que tarda en llenarse. La pregunta es matemáticamente sencilla: ¿Cuánto litros de agua desperdiciaremos si dejamos la manguera abierta entre las 10 y las 13 horas de la mañana? El resultado es objetivo, y aquí se acaban las matemáticas. La valoración del resultado es otra cosa.

¿Qué está pensando el director cuando a través de la ventana ve a la maestra con los niños, las calculadoras, la manguera, la garrafa, los rostros de sorpresa, las expresiones que no llega a escuchar con nitidez? ¿Qué piensan cada niño y cada niña? ¿Y el resto de los colegas del claustro, al ver a “la rara” hacer matemáticas al lado de un grifo? ¿Cómo habrá sido la conversación durante la cena en cada casa, ante el relato de la niña? ¿Quién paga el recibo del agua? ¿Valorará el Alcalde tomar cartas en el asunto según el coste electoral que conlleva? Etc., etc.

Esto podría quedar en simple anécdota si no fuera porque es demasiado habitual la irritante contradicción entre lo que educa y lo que maleduca. Entre lo que se trabaja en un aula y lo que los niños encontrarán en la calle, en la televisión, en el escaparate del centro comercial, en los comportamientos cotidianos de las personas adultas. Seguramente el grifo, la manguera de aquella escuela ya no eran, en la mentalidad de su profesorado “el curriculum”. Y ese es quizás el problema: creer que uno o una entra en el aula con su libro de texto bajo el brazo y enseña lo que toca, lo que le mandan, lo prescrito. El complejo y contradictorio mundo alrededor de la página 37 del libro Naturales no es más que “ruido” al que si se le hace caso entorpece el aprendizaje. Y así nos va: podemos sacar un 10 en… da igual la materia, para acabar haciéndonos mayores y permanecer insensibles y analfabetos ante lo que realmente entorpece una vida plena y una vida digna, hoy el despilfarro de agua, esta noche el programa sexista en la tele, mañana la mentira del periodista, la ausencia de ética del gobernante…

Albergo la tímida esperanza de que cada día sean más las maestras que, claro que sí, acaban enfadándose y nos sitúan ante problemas de matemáticas de verdad.

 

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/06/29/un-problema-de-matematicas-y-algo-mas/

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Una escuela en Nueva Zelanda sin clases ni deberes para combatir la frustración infantil

Nueva Zelanda/26 junio 2017/Fuente: El Diario

  • Los alumnos de la escuela rural Deep Green Bush pasan la mayor parte del tiempo al aire libre explorando y aprendiendo a pescar y cazar
  • Algunos expertos valoran el contacto con la naturaleza, pero advierten de que todos los conocimientos que se necesitan en el mundo moderno no se pueden adquirir con clases de este tipo

En medio de los arroyos y de los bosques de Kauri del sur rural de Auckland, las clases en la escuela más alternativa de Nueva Zelanda ya han empezado. Hace buen tiempo así que ha empezado la sesión de pesca, a la que le seguirá una comida cocinada en fogatas. ¿Deberes y clases? Indefinidamente interrumpidas.

«Dicen que somos una escuela pero en realidad no nos parecemos en nada», cuenta Joey Moncarz, cofundador y director de Deep Green Bush School, que ya está en el segundo semestre de su curso inaugural. «No les decimos a los niños cuándo ponerse a leer o a estudiar matemáticas. Cuando quieran hacerlo, lo harán».

Moncarz es un exprofesor tradicional. Después de cinco años llenos de frustración en típicas escuelas de Nueva Zelanda lo dejó para fundar Deep Green Bush School, que tiene ocho alumnos y clases sin muros, ni sillas, ni exámenes.

Preocupado por el hecho de que las escuelas tradicionales no estaban preparando a los niños para los futuros problemas mundiales –como por ejemplo el cambio climático– Moncarz se imaginó un tipo de educación completamente diferente, basada en prácticas primarias de caza, recolección y supervivencia.

Cuando el tiempo lo permite, los alumnos pasan la mayor parte del día fuera, explorando los montes de Nueva Zelanda, aprendiendo a pescar y a cazar, capturando zarigüellas (a las que se les considera una plaga) y aprendiendo sobre la flora y la fauna de su hogar. El resto de lecciones tradicionales del cole, como por ejemplo leer, escribir o la aritmética las van aprendiendo a su propio ritmo, cuando ellos empiezan a mostrar interés. No cuando el profesor lo manda, explica Moncarz.

Una escuela contra agobios e infelicidad

«No tenemos lo que tradicionalmente considerarías niños problemáticos –continúa–. Los padres vieron que sus hijos no eran felices y estaban agobiados en sus colegios tradicionales y empezaron a hacerse preguntas: ¿Es normal o está bien que los niños vuelvan a casa tristes y estresados? Después de haber trabajado en escuelas tradicionales, diría que la mayoría de los niños están agobiados y son infelices».

Una escuela en Nueva Zelanda sin clases ni deberes para combatir la frustración infantil
Los alumnos de la escuela.

Esta escuela se ha registrado en el Ministerio de Educación como una escuela independiente y es por eso por lo que no tiene que acatar la programación común de Nueva Zelanda, aunque sí que está sujeta a supervisión por parte del ministerio.

Ligeramente inspirada en la Sudbury Valley School en EEUU, la cual a su vez se inspiró en la A. S. Neill’s Summerhill School de Reino Unido, desde que comenzó su andadura en enero Moncarz ha estado recibiendo solicitudes para abrir escuelas similares en otros puntos de Nueva Zelanda o en lugares tan lejanos como China y Europa.

El doctor David Berg, un profesor titular de Educación en la Universidad de Otago, cuenta que estas escuelas «rurales» son un precedente que va tomando fuerza en todo el mundo, especialmente en Escandinavia, donde los niños que acuden a la escuela infantil van a pescar durante la jornada lectiva.

Sin embargo, comenta también que los educadores tienen que ser muy cuidadosos a la hora de ofrecer todo tipo de conocimientos no solo para sobrevivir sino también para que sean capaces de encontrar un empleo en el mundo moderno. «Mucha gente siente que hay una desconexión con la naturaleza y con el exterior, y por eso lo valora y se sienten atraídos por esto», apunta el doctor Berg. «Para tener éxito en una sociedad moderna hay una gama de capacidades que se tienen que desarrollar y quizá solo algunas de ellas se pueden desarrollar al aire libre».

Cathy Wylie, jefa de investigaciones del Consejo de Nueva Zelanda de Investigaciones sobre Educación, aclara: «La escuela Deep Green Bush es un caso atípico en lo que respecta a las escuelas de Nueva Zelanda. Efectivamente, hemos tenido algunas escuelas privadas que han puesto en marcha padres y profesores basándose en Summerhill, pero ninguna que haya diseñado su plan de estudios y su métodos pedagógicos en la caza y la recolección».

Moncarz insiste en que la escuela no es un «experimento» educativo y que más bien se basa en cómo durante millones de años padres han criado a sus hijos en la naturaleza. «No queremos ser un tipo de escuela sino reemplazar a las escuelas típicas», apunta Moncarz. «Estamos usando las mismas sabidurías que los padres han utilizado para enseñar a sus hijos durante millones de años. Encerrar a niños en aulas y obligarles a aprender solo genera un montón de problemas».

Fuente: http://www.eldiario.es/theguardian/Nueva-Zelanda-combatir-frustracion-infantil_0_656535155.html

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Freinet el pedagogo que hizo de la escuela un taller.

Por: Fundación UNAM. 09/06/2017

Célestin Freinet (1896-1966) nació en Gars, Alpes-Marítimos, en el seno de una familia campesina, siendo niño realizó labores de pastor. Esta vida familiar lo mantuvo en contacto con el trabajo de la tierra y las sencillas relaciones con la gente de campo, signo que sería muy importante para sus futuras teorías y proyectos educativos a partir de su formación de maestro y pedagogo.

En 1920 terminó sus estudios de profesor y obtuvo su primera plaza para enseñar en la escuela rural de Bar-Sur-Loup (Alpes-Marítimos). Los métodos oficiales de enseñanza[Insertar vínculo https://www.fundacionunam.org.mx/educacion/la-pedagogia-de-paulo-freire/] no satisfacían las expectativas de Freinet, por lo cual dedicó un tiempo a estudiar en forma autodidacta a pedagogos que proponían diferentes sistemas de enseñanza como Dewey, Montessori, Decloly y Claparède. Estos estudios, unidos a una particular forma de concebir a la persona en tanto ser creativo a través del trabajo, llevaron a Freinet a concebir una forma muy especial para educar a niños y jóvenes.

“El trabajo es como el corazón social del hombre”

“La escuela no debe ser un templo sino un taller”

Estas fueron las ideas principales que inspiraron a Freinet para llevar a  cabo tan particular forma de educar. Así, en su escuela instaló talleres de: labores de campo, herrería y carpintería, hilado tejido costura, construcción y mecánica, documentación, creación, experimentación, comunicación artística y un huerto escolar que estuvo siempre al cuidado de los niños.

¿Qué pretendía Freinet involucrando a los niños en el trabajo? Por principio su idea de trabajar la pensó siempre llevada a cabo con el ejercicio de crear, de creatividad, no un trabajo absorbente para repelerlo, no un trabajo que enajena, y, sobre todo, un trabajo que desarrolle las capacidades manuales con el fin de transformar el viejo esquema que, en la tradición educativa, separaba la teoría de la práctica; en este sentido, además, Freinet pretendía que el niño fuera forjando una autoconciencia de un ser en plenitud. Y, decía él, que el maestro trabaja para “que la escuela vuelva definitivamente la espalda  a la manía de la instrucción pasiva y formal.”

Otra interesante enseñanza aplicada en la escuela es la que Freinet llamó “El texto libre”, que logra un aprendizaje muy determinante en literatura y gramática. En relación con el manejo del lenguaje, la escritura y la lectura. Él escribió:

“El niño habla, ve cómo se fijan en el pizarrón, bajo una forma nueva, los pensamientos o los actos expresados; con su propio trabajo transforma ese texto manuscrito en una emocionante página impresa; comunica así su lenguaje a unas personas que están lejos… El niño compara permanentemente las palabras escritas con las habladas; las que ha escrito él con las que le sirven de modelo en el pizarrón o en la hoja impresa.”

Para este ejercicio la escuela contaba con una pequeña imprenta. Los niños debían escribir un texto que después de leído en voz alta se escribía en el pizarrón y luego se imprimía, esto lograba, de alguna manera, que lo escrito fuera oral y escrito, de tal manera que el infante relacionaba esas dos formas de la palabra.

En la actualidad hay muchas escuelas con la pedagogía Freinet en varios países del mundo, que se agrupan en la organización FIMEM (Federación Internacional de Movimientos de Escuela Moderna). Y en México el MEPA (Movimiento para una Educación Popular Alternativa) pertenece a dicho organismo internacional. ¿Ya los conoces?

Fuente: http://www.fundacionunam.org.mx/educacion/freinet-el-pedagogo-que-hizo-de-la-escuela-un-taller/

Fotografía: Fundación UNAM

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