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Un plebiscito por la paz en nuestras escuelas

Mauricio Mora Rodríguez

Una gran idea para hacer de la paz el centro de la vida escolar.

La idea no es mía, la propone el profesor Miyer Pineda, nominado al premio Compartir 2015. Un convencido del poder de la escuela como espacio de renovación social que ha emprendido una cruzada silenciosa desde su humilde escuelita en el sector rural de Duitama, Cundinamarca, para incluir en las elecciones de gobierno escolar un plebiscito acerca del fin del conflicto armado en el país.

En su blog, el profesor Pineda explica su idea: no se trata de organizar la pregunta, realizar el plebiscito y ya; la propuesta contempla previamente unos elementos pedagógicos de reflexión en torno al papel que juegan la guerra y la paz en las vidas de los estudiantes, de modo que sean capaces de calcular la inutilidad de una y de imaginar las ventajas que traería la otra.

En la concepción del proyecto subyace la idea de que la escuela está en la obligación de formar jóvenes con criterio propio, responsables en torno a las decisiones que, como próximos ciudadanos, deben saber tomar y que allí se deben propiciar espacios pedagógicos para el conocimiento, análisis y protección de la vida y los derechos humanos.

Algo que me llama mucho la atención de la propuesta es que, si bien tiene como coyuntura las negociaciones de La Habana, va mucho más allá y con eso evita la absurda confrontación entre los “amigos” y “enemigos” de la paz que se da entre la clase política actual y que reproducen con gran aspaviento los medios de comunicación.

La pregunta sería la siguiente: ¿Está de acuerdo en ordenarle a todos los políticos, y a todos los frentes de violencia que tiene nuestro país, que cesen las hostilidades y los enfrentamientos, y se sienten a dialogar hasta que logren llegar a acuerdos que nos permitan vivir en paz? 

la propuesta contempla previamente unos elementos pedagógicos de reflexión en torno al papel que juegan la guerra y la paz en las vidas de los estudiantes.

El plebiscito escolar también está en plena concordancia con la ampliación de los cargos del gobierno escolar que ha venido aumentando en los últimos años: ahora los estudiantes no escogen solamente a sus representantes de salón y grado, y su personero; también al contralor y en algunos colegios ya están eligiendo cabildantes que, en teoría, permanecen en contacto con los concejales de la ciudad.

De esta forma, un plebiscito por la paz bien planeado y ejecutado entraría también a refrescar aún más el panorama de los mecanismos de participación estudiantil siempre tan necesarios en nuestras instituciones educativas

“La escuela no sirve de nada si no intentamos llevar el saber a la calle”, asegura el profesor Pineda, y con esto lanza el reto a los profesores del país para realizar en sus colegios este plebiscito como una manera de empoderar a los estudiantes de su derecho a informarse, a reflexionar en torno a la sociedad en la que viven, a su futuro próximo como ciudadano de este país.

La invitación no se queda ahí: sería interesante que en el Ministerio de Educación analizaran este planteamiento y ojalá se decidieran a implementarlo como una muestra más de la necesidad que el país tiene de conseguir soluciones dialogadas al conflicto.

Adendo: Siento una gran alegría por los rectores y los maestros nominados al premio Compartir 2016. Se merecen ese reconocimiento por la implementación y la reflexión constante acerca de su práctica pedagógica. Profesores como ustedes son los que necesitamos para ser una mejor sociedad.

Fuente del articulo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/un-plebiscito-por-la-paz-en-nuestras-escuelas

Fuente de la imagen:

 https://compartirpalabramaestra.org/sites/default/files/styles/articulos/public/field/image/un-plebiscito-por-la-paz-en-nuestras-escuelas.jpg?itok

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Argentina: Caso Maldonado y el rol de la escuela,el acceso a la verdad es un derecho irrenunciable.

América del Sur/Argentina/12.09.2017/Autor y Fuente: https://mst.org.ar/

Hace un mes que no se sabe nada de Santiago Maldonado. La última vez que se lo vio, fue en el marco de una violenta represión de gendarmería a integrantes de la comunidad mapuche. A partir de ahí, comenzaron los cruces políticos entre sectores que están a un lado y al otro de la famosa “grieta”. Y se escuchan y se leen comentarios que generan mucho dolor, impotencia e incluso incredulidad ante la justificación de lo aberrante, después de haber derrotado a la dictadura.

Es perverso que se le exija a los que buscan a Santiago, que antes de preguntar por él pidan por todos los desaparecidos. Sobre todo cuando los que lo plantean son personas o medios que justifican la desaparición de Santiago y que nada hicieron en el pasado por esas otras personas. Se niega la gravedad de esta desaparición intentando licuarla en un mar de casos. El razonamiento no es ingenuo, pretende que naturalicemos el hecho de que en democracia también pueda haber desaparecidos; enarbolan a Julio López para demostrar su tesis de que estamos ante algo habitual que no merece tanta repercusión.

Por otra parte, es falso que nadie se preocupe por Marita Verón, Julio López o Luciano Arruga. Cientos de organizaciones políticas y sociales y decenas de miles en todo el país, nos movilizamos y seguimos haciéndolo cada año exigiendo justicia.

El oportunismo de algunos sectores no invalida la legitimidad del reclamo

Es cierto que hay organizaciones políticas y sindicales que hoy hablan de Santiago y que callaron ante la desaparición de López, que hoy defienden a los mapuches y que mantuvieron silencio ante los atropellos al pueblo Qom durante el gobierno anterior. También hay quienes se movilizaron ante la muerte del fiscal Nisman y no hicieron lo mismo ante la desaparición de López, testigo clave en un juicio de lesa humanidad.

Existen hipocresías y oportunismos de varios colores. También existe coherencia en muchas personas y organizaciones que hemos defendido los derechos humanos siempre, sin importar a qué sector político favorezca o afecte coyunturalmente. Porque hoy vuelve a faltar una persona y eso trasciende -o debería-, cualquier cálculo político o electoral. Es objetivo, como también lo es la responsabilidad política del gobierno nacional que ha intensificado la represión como respuesta a los reclamos populares.

Mejor hablar de ciertas cosas

Los ataques gubernamentales a la docencia y los intentos por responsabilizarla de la profunda crisis que atraviesa la escuela pública, es el caldo de cultivo que dio origen a la campaña “con mis hijos no”, que no sólo ataca la libertad de cátedra, sino que se riñe con preceptos pedagógicos y democráticos básicos de nuestra sociedad, consagrados en la Ley de Educación Nacional.

Se aduce que la educación debe ser apolítica; algo que además de equivocado, es imposible. El acto educativo es un acto esencialmente político. Es político hablar en clase de Santiago, como también lo es decidir no hacerlo. La educación es política porque es una instancia indispensable para el ejercicio pleno de la ciudadanía, en la cual se ponen en juego y reproducen valores, ideas y normas. Lo que se prohíbe hacer en las escuelas, es proselitismo o política partidaria.

La ley de educación nacional Nº 26.206 es clara en relación al tratamiento de los derechos humanos. En sus artículos Nº 3, 8, 11, 30, 54 y 92 -por nombrar sólo algunos-, se habla de profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos, la diversidad, la justicia y otras libertades fundamentales. También se plantean como ejes necesarios “contenidos curriculares comunes que promuevan el respeto por la multiculturalidad y el conocimiento de las culturas originarias en todas las escuelas del país, permitiendo a los/as alumnos/as valorar y comprender la diversidad cultural como atributo positivo de nuestra sociedad”.  Lo cual es pertinente abordar ahora, dado que el contexto en el que ocurre la desaparición de Santiago, es el reclamo legítimo del pueblo originario mapuche en contra del gobierno que defiende el interés de una empresa extranjera en detrimento de sus derechos sociales.

Ya dijimos nunca más

La desaparición de Santiago Maldonado ha interpelado a toda la sociedad, las calles, las redes sociales y también a las escuelas. Sólo alguien que no convive en un aula con adolescentes, puede creer que un tema de esta magnitud puede esquivarse o que los estudiantes son presa fácil del adoctrinamiento. Este tema se discute en las aulas, galerías, salas de profesores. Y es un auspicioso síntoma que así sea, ya que la escuela tiene entre sus principales objetivos, formar ciudadanos críticos y comprometidos con la realidad de la sociedad en la que están insertos.

No podemos justificar ni naturalizar las violaciones, las injusticias y los atropellos a los derechos humanos. No puede haber espacio para un nuevo “algo habrá hecho”, no podemos mirar para otro lado.

Fuente: https://mst.org.ar/2017/09/03/caso-maldonado-rol-de-escuela-acceso-verdad-es-derecho-irrenunciable/

Imagen: https://mst.org.ar/wp-content/uploads/2017/09/f620x350-20439_51457_79-400×280.jpg

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Entrevista a Estrella López Aguilar: “Repensar la educación no es una moda”

11 septiembre 2017/Fuente: Blog Tiching

La escuela, tal y como está concebida actualmente, ¿es un reflejo de la realidad que los niños se encuentran al acabar su escolarización?
Nuestro actual sistema educativo está concebido para dar un protagonismo casi absoluto a los contenidos, en detrimento del desarrollo de  las habilidades, destrezas y actitudes del alumnado. Seguimos preparando alumnos y alumnas para vivir en una época que ya no es la suya, que no les corresponde y, añado, que nunca va a volver.

¿Hacia dónde deberíamos avanzar?
Organismos internacionales como la OCDE, nos avisan sobre la importancia de centrarnos menos en el contenido, incluso en menos contenidos pero trabajándolos con mayor profundidad.  Repensar la educación no es una moda, sino la necesaria respuesta a un cambio de ciclo. Sin embargo, para ser realista, me gustaría añadir que el sistema no está parado. Ya se han empezado a producir modificaciones. La escuela, muy lentamente y a diferentes ritmos, empieza a asimilar la necesidad de hacer importantes cambios estructurales.

¿Qué competencias cree que deberíamos transmitir para que puedan gestionar los distintos retos a los que se enfrentarán en el futuro?
Todas las competencias son importantes, pero me gustaría poner en valor la necesidad de desarrollar en el alumnado su capacidad para aprender a aprender. Aprender ya no se circunscribe a un único contexto, ni a una época determinada de la vida. La sociedad del s.XXI, con su vertiginoso ritmo, nos obliga a estar siempre en “modo aprendizaje”.

¿Qué quiere decir con eso?
Aprendemos en la escuela, pero también en los centros de trabajo, en la comunidad a la que pertenecemos, en el ámbito familiar y, por supuesto, en la vida cívica y social. La escuela debe aportar herramientas para la vida, pero sobre todo debe aportar la capacidad para seguir aprendiendo fuera de su entorno.

Los docentes son quienes están en contacto directo con los estudiantes y conocen sus necesidades e intereses. ¿Se tiene en cuenta su opinión a la hora de redactar las leyes educativas?
No lo suficiente. El profesorado debe participar activamente y tener voz a la hora de marcar pautas normativas. Aunque respecto a esto también voy a ser crítica. Creo que los docentes, entre los que me incluyo, deberíamos prestar atención e interesarnos más por todos los procesos que finalmente desembocan en la regulación de nuestro trabajo. Muchas veces nos enteramos por la prensa y no hemos participado en los mecanismos previos a una regulación normativa. Repito que me incluyo.

¿Cree que el currículum debería ser más abierto y flexible, dando más libertad a docentes y centros educativos para adaptarlo a su realidad, como se hace en países como Finlandia?
Creo sobre todo en la necesidad de un mayor autonomía de los centros para adaptar y contextualizar los currículos a su realidad. Aquellos países donde los equipos directivos y los docentes tienen más autonomía en las decisiones, se alcanzan mejores resultados. Y esto lo avalan recientes informes internacionales.

¿Y cómo se puede conseguir?
Las Administraciones educativas deberían favorecer en mayor medida la autonomía pedagógica y organizativa de los centros, el trabajo en equipo del profesorado y deberían estimular la actividad investigadora a partir de la práctica docente. Todo ello unido a una consecuente rendición de cuentas, acorde con la realidad de cada contexto educativo, de cada escuela, de cada grupo.

¿Es eso compatible con consensuar unas leyes educativas supranacionales, por ejemplo, a un nivel europeo? ¿Debe ser un objetivo a conseguir?
Todos los sistemas educativos tienen como objetivo último el éxito del alumnado. Compartimos un mismo fin, pero reitero que es importante no perder de vista las realidades concretas y específicas de cada contexto. Si lo que vale en mi escuela puede no servir en la de al lado, difícilmente servirá en otras a miles de kilómetros… o sí.

Hace años que las escuelas implementan estrategias para que los niños se aficionen a la lectura. En un mundo digital, ¿hay que replantear las estrategias?
Como bien apuntó Prenski, los adultos pertenecemos a una generación que aprendió a entender el mundo a través de la lectura, pero los niños y jóvenes actuales aprenden a entender el mundo a través de la tecnología. A este respecto planteo: ¿existe tecnología sin lectura? Evidentemente no. Simplemente el concepto de lectura se ha ampliado y la escuela debe dar respuesta a esta apertura.

¿Y por dónde empezamos?
En la actualidad las personas interactuamos con otros interlocutores y con los textos en múltiples modalidades, formatos y soportes, para lo que se requiere la interacción de distintas destrezas. Incluir nuevos medios de lectura más allá de los convencionales (websites, blogs, RRSS, chats, audiovisuales…), combinar formatos en papel y digitales y, favorecer la accesibilidad a las nuevas formas de alfabetización es, hoy por hoy, una labor prioritaria de la institución escolar.

¿Cómo podemos promover la afición de la lectura en un contexto como el actual con tantos estímulos de entretenimiento?
No existen recetas para adaptarse a los nuevos retos que nos impone la sociedad del s.XXI. Tampoco en relación a la lectura o a las “alfabetizaciones múltiples”, que según define la Unión Europea “engloban las competencias de lectura y de escritura para la comprensión, utilización y evaluación crítica de diferentes formas de información, incluidos los textos e imágenes, escritos, impresos o en versión electrónica”. Pero se pueden contemplar prácticas que contribuyen a leer de múltiples maneras en las aulas.

¿Qué tipos de prácticas?
Combinar los medios de lectura tradicionales con los modernos o abrir las puertas para pasear por las librerías y bibliotecas virtuales… También facilitar al alumnado los formatos de lectura en torno a un tema, a un texto o a un autor concreto; proponer y facilitar al alumnado la transformación de los textos clásicos a los nuevos formatos; y aprovechar las redes sociales para crear clubs de lectura o implementar espacios para comentar y reseñar textos.

¿Cómo cree que las TIC van a transformar los entornos educativos?
La institución escolar será, cada vez, más abierta a su entorno próximo, pero también al mundo en general. La escuela deberá acercarse a los contenidos para desarrollar competencias del alumnado. Los niños y niñas aprenderán a saber hacer a partir de los contenidos que tendrán siempre a mano gracias a la tecnología (y que siguen siendo importantes, pero no el centro del proceso). Se modificarán las formas de enseñar y aprender, tendiendo invariablemente a contextos de colaboración y cooperación entre alumnos y docentes de un aula, pero también de otras aulas y  de otros centros. Variarán, en consecuencia con lo anterior, los espacios de los centros educativos y también las labores de los profesores.

¿Y cómo debería enfocarse la evaluación en la educación actual?
Hacia la evaluación de procesos de aprendizaje. La meta, lo que hemos aprendido, es importante pero también lo es cómo, cuándo, dónde y por qué lo hemos aprendido.

Si pudiera cambiar tres cosas de la educación, ¿qué cambiaría?
Primero cambiaría, por ley,  los espacios de las escuelas para hacerlos más abiertos, adaptables, modernos, contextualizados y, ¿por qué no?, bonitos. En segundo lugar, buscaría fórmulas menos “burocráticas” y más abiertas para la rendición de cuentas de las escuelas. Entregar larguísimas programaciones, documentos de mejora, memorias, informes… que pueden estar llenos de intenciones, pero vacíos de realidad y resultados, es poco productivo y ocupa demasiado tiempo de trabajo al profesorado.

Y, ¿por último?
Favorecería la integración de la escuela en su contexto real, a través de prácticas de Aprendizaje y Servicio a la comunidad (APS) que desde mi punto de vista deberían ser obligatorias desde el inicio de la Primaria.

Fuente: http://blog.tiching.com/estrella-lopez-aguilar-repensar-la-educacion-no-una-moda/

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Conferencia: Calidad de la Educación en América Latina, Dr. Luis Bonilla Molina, UNESCO

Venezuela / 10 de septiembre de 2017 / Autor: TecnoEduc507 / Fuente: Youtube

Publicado el 30 ago. 2017
La ponencia trata de aspectos generales sobre la creación de las políticas educativas a nivel mundial y su calidad, haciendo énfasis en la evolución de los enfoques pedagógicos desde mediados del siglo XX hasta nuestros días. El autor profundiza en la necesidad de delimitar los factores que inciden en el proceso de enseñanza aprendizaje moderno, principalmente la calidad) versus las tendencias educativas de quienes ejercen el poder mundial a su conveniencia. Resultando como eje de la disertación la relación objeto (enseñanza-aprendizaje), sujeto (estudiante) y medio educativo (maestro-escuela) en la sociedad moderna.
Universidad de Panamá
Foro: La Calidad de la educación en América Latina 2017

Fuente:

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La angustia de los docentes contractuales en Francia

Francia / 10 de septiembre de 2017 / Autor: Silvia Celi / Fuente: RFI

En Francia el mes de septiembre marca el retorno a la escuela, después de unas largas vacaciones. Es un momento intenso para los padres, los alumnos y los profesores. Pero sobre todo es una fecha de mucha incertidumbre para los profesores contractuales que, a menudo, no saben si les han renovado la convención laboral.

Reproductor de audio

Fuente:

http://es.rfi.fr/sociedad/20170904-la-angustia-de-los-docentes-contractuales-en-francia

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Mercè Gisbert: “El cambio implicará ampliar los escenarios educativos”

España / 10 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Tiching

En los últimos 15 años el rol del profesorado en clase ha cambiado mucho. ¿Cree que el cambio continuará produciéndose? ¿Se convierte la figura del profesor en una profesión dinámica en constante evolución?
Sí, claro, el mundo cambia a gran velocidad y también debe hacerlo la educación. Pero una educación en mayúsculas que va mucho más allá de la escuela, propiamente dicha. Hemos de pensar en una comunidad escolar (sociedad, instituciones, familia, centros escolares, profesores y los propios estudiantes). Pienso que, a diferencia de otros cambios educativos, el cambio actual tendrá mucho que ver con la ampliación de los escenarios educativos en los que la escuela solo será uno de ellos.
En este contexto, evidentemente, el papel del profesor será fundamental pero más como “líder” del proceso educativo, como facilitador del aprendizaje, como experto en contenidos y también como estratega en el uso de los recursos tecnológicos. Para poder asumir todas estas responsabilidades en un mundo digital en continuo cambio, hemos de definir un perfil del profesor versátil, flexible, emprendedor y capaz de asumir que debe preparar a los estudiantes para un mundo en continuo cambio del que ya nunca tendrá todas las claves. En definitiva, todo un reto.

¿Cuáles diría que son las 5 cualidades o competencias con las que un docente debe entrar hoy en día a un aula?
Necesitamos  especialista en contenidos y en educación, profesionales que sean competentes digitales, que sean líderes educativos, que sepan colaborar y trabajar en grupo, y que sean flexibles y versátiles para saber gestionar los cambios que se avecinan. Competencias para las que tendremos que formar a las nuevas generaciones de profesionales y para las que deberemos diseñar acciones de formación permanente que ayuden a todo el profesorado en ejercicio a asumir los retos de la educación actual.

Preparar una clase hace 15 años no suponía el mismo esfuerzo que supone ahora. Tampoco los resultados que se obtienen ahora son los mismos. ¿Cree que esto produce reticencias importantes por parte de los profesores para incorporar las nuevas tecnologías?
Sí, la verdad es que la situación del profesorado es diferente a la que era hace 15 años, pero su formación y su preparación también lo es. Desde hace más de una década en la formación inicial del profesorado se trabaja la incorporación y el uso de las tecnologías en los procesos educativos. Que estén preparados no significa que lo asuman como una responsabilidad profesional ineludible y que utilicen las tecnologías de manera natural. También es verdad que el sistema escolar tiene los mecanismos necesarios para poder supervisar el desarrollo de la labor docente.
Dicho esto, yo no utilizaría la palabra ‘reticencia’. Yo creo que si como sistema educativo se instaurara la exigencia de utilizar las tecnologías de manera “natural”, no se encontrarían en la disyuntiva de tener que decidir si se utilizan o no. También es cierto que, si bien en Cataluña hace muchos años que existen iniciativas para la incorporación de las tecnologías en el ámbito educativo, no todos los centros tienen los mismos recursos, no todos los entornos sociales son igual de ricos digitalmente ni todos los entornos educativos son igual de ricos en este sentido. Es imprescindible considerar el hecho educativo siempre de manera contextualizada y huir de las generalizaciones innecesarias.

Las aulas como espacios de aprendizaje también han cambiado, han traspasado las cuatro paredes físicas del centro para involucrarse telemáticamente en entornos de aprendizaje virtuales. ¿Qué supone esto para el trabajo del profesor?
A mí hace tiempo que me parece más adecuado hablar de escenarios para el aprendizaje para referirme a todos aquellos espacios (analógicos y digitales) que favorecen el proceso de construcción el conocimiento y, por tanto, de aprendizaje.
Si la realidad es esta quiere decir, no solo que el los aprendizajes traspasan los límites de las aulas analógicas, sino que el profesor debe imaginar, entender y poder planificar diferentes situaciones educativas en las que los estudiantes desarrollan su proceso de aprendizaje de manera autónoma, con recursos y herramientas que ellos seleccionan a su ritmo y gestionando ellos mismos su tiempo. Ya no hay horarios iguales cada día, no se puede controlar el proceso de aprendizaje en grupo y en tiempo real y nos encontramos con una realidad que es la que Bauman predijo hace unos años cuando habló de la realidad y de la educación líquida para referirse al cambio constante y a la imposibilidad de tener unos referentes constantes y para siempre.

¿Qué beneficio obtiene el alumno de esta abertura?
Cualquier proceso formativo que favorezca el respeto del ritmo y los estilos de aprendizajes de las personas que aprenden siempre tiene un valor añadido. Hemos de tener en cuenta, cuando hablamos de abertura, que no a todas las edades el alumnado tendrá la misma cantidad de recursos profesionales para poder asumir el reto de gestionar su propio proceso de formación y asegurar el aprendizaje permanente.
Sí es cierto que los entornos digitales, los recursos electrónicos y el acceso a la tecnología cada vez en edades más tempranas favorece, por un lado, que el estudiante tenga que asumir más responsabilidades en cuanto a su proceso de aprendizaje y esto siempre es interesante puesto que asume, de paso, la responsabilidad de la construcción de su conocimiento. Por otro lado, el hecho de poder acceder a mucha información y recursos diversos le permite, también, tener una visión mucho más amplia del mundo en el que deberá desarrollarse como persona y como profesional.

Con el cambio del rol del profesor, ¿no deberíamos plantearnos cambios en las dinámicas de las aulas como, por ejemplo, que haya más de un profesor en el aula?
Seguramente sí, aunque yo creo que la pregunta clave es: ¿realmente necesitamos aulas entendidas como un habitáculo con cuatro paredes?
Si por aula entendemos un “espacio” (analógico o digital), perfectamente nos las deberíamos plantear como espacios abiertos y diáfanos. Sin ninguna duda las características del espacio condicionan, en gran medida, los procesos de construcción del conocimiento.

Para hacer frente a todos estos cambios y a los que seguramente vendrán, ¿Los profesores requieren de una formación continua?
Claro, ésta es imprescindible. Especialmente en el ámbito de la actualización de la competencia digital. El nivel de desarrollo de ésta debería someterse a revisión, al menos, cada cinco años.
Si tenemos en cuenta también el contexto multiracial y multicultural en el que trabajan muchos profesores, también deberían existir recursos de formación y de asesoría pedagógica para poder garantizar que el profesorado en ejercicio tenga suficientes herramientas y estrategias para poder gestionar su realidad profesional.

La formación inicial del profesorado, ¿qué requisitos debería cumplir? ¿Con qué herramientas deben salir los profesores de las facultades de educación?
En la segunda pregunta he mencionado las competencias que deberían tener los profesores y por tanto me remito a ellas para considerarlas como los ejes de este proyecto de formación inicial. Por añadir alguna a las ya apuntadas, deberíamos tener en cuenta la necesidad de garantizar la competencia lingüística en lengua extranjera así como una materia transversal que podría denominarse algo similar a “cultura contemporánea y que fuera la que le da una visión general de la realidad del contexto social, político y económico en el que vive y para el que tendrá que preparar al alumnado. Sin ninguna duda, no debería salir de la facultad sin tener un certificado de competencia digital, imprescindible para abordar los retos de la sociedad digital, como ciudadano, como profesional y como aprendiz permanente.

¿Qué espacios cree que son los más interesantes para el profesorado para intercambiar opiniones, experiencias, inquietudes, etc?
Creo que hemos de plantearnos tres tipos de espacios: el propio centro (sería la comunidad educativa próxima), el contexto del centro educativo en el que desarrolla su tarea profesional (barrio, ciudad), y los espacios digitales (colaboración y cooperación interescolar e internacional). Por último, su propio espacio personal de aprendizaje en el que puede organizar todos sus recursos, herramientas y estrategias que él o ella gestiona a su ritmo y en función de sus necesidades, intereses e incluso retos.

Fuente de la Entrevista:

Mercè Gisbert: “El cambio implicará ampliar los escenarios educativos”

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Los temas que dividen a la sociedad y su lugar en la escuela

06 de septiembre de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org/

Por: Abraham Magendzo

La utilización de la controversia como un método en educación implica reconocer el valor de la pedagogía crítica y del aporte educativo

Tomado del libro: Controversia en el aula. Herramientas y técnicas para profesores de todas las áreas. Abraham Magendzo, Editorial Magisterio, 2016: http://www.magisterio.com.co/libro/controversia-en-el-aula

Definiendo la controversialidad

Diferentes autores han proporcionado diversas definiciones para explicar qué son los temas controversiales. Crick, (1998 en Levinson, 2006) señala que son tópicos sobre los cuales no existe un consenso. Vashist (1993 en Asimeng-Boahene, 2007) hace notar que son temas a partir de los cuales se genera conflicto.

Por su parte, Bailey, (1975 en Oulton, Day, Dillon & Grace, 2004) y, Stradling, (1984 en Harwood & Hahn, 1990) acotan que estos temas dividen a la sociedad, porque existen grupos que producen argumentaciones diferentes sobre un mismo tópico o situación y/o proponen resolver un problema de manera diferente. Más aun, estos autores afirman que estos tópicos provocan divisiones en la sociedad porque los grupos producen explicaciones y/o soluciones que son irreconciliables.

Las divergencias se originan en los diferentes sistemas de creencias y valores que sustentan los distintos grupos. Como se trata de premisas de carácter subjetivo, las diferencias argumentativas no se resuelven con la presentación de evidencias (Stenhouse, 1970), dado que en ocasiones pueden desatar emociones y sentimientos entre quienes forman parte de los grupos en conflicto (Vashist, 1993 en Asimeng-Boahene, 2007).

Características de los temas controversiales

Los temas controversiales no son permanentes, cambian con el paso del tiempo. Algunos temas trascienden las generaciones (Hess, 2004). Hay cierto consenso en que un tema o tópico es controversial cuando puede ser percibido y sostenido desde distintos puntos de vista, basados en argumentos no contrarios a la razón (Dearden, 1981). De hecho, casi cualquier tema o tópico puede ser objeto de una controversia.

La controversia puede originarse tanto a partir de visiones diferentes, creencias o valores sobre un mismo tema que afecte a la sociedad o a un grupo de personas (p.e. el aborto en determinadas situaciones, eutanasia), como de la defensa de intereses personales involucrados (p.e. la fijación de un salario mínimo digno), o de propuestas diferentes para resolver un problema (p.e. fuentes de energía sustentables frente a otras más contaminantes, pero más baratas) o, incluso a partir de posiciones relacionadas con experiencias afectivas o emocionales de los sujetos oponentes (p.e. acciones represivas sufridas por grupos sociales que provocan desórdenes).

También puede ser controversial un tema sobre el cual no exista certeza y el resultado de la controversia dependa de la información más o menos plausible que se tenga sobre el tema cuestionado (p.e. una decisión de política económica riesgosa, que dependa de cambios en el mercado internacional). Sin embargo, hay temas que implican aspectos de ética universalmente aceptados que difícilmente pueden ser objeto de controversia (p.e. matar a un ser humano inocente).

Dependiendo del origen de la controversia y de los intereses afectados, algunas controversias pueden durar indefinidamente, por ejemplo, cuando se trata de temas basados en ideologías opuestas (visión capitalista y visión marxista de la sociedad). También, en el plano internacional, hay controversias no resueltas que pueden originarse en pretensiones territoriales de países vecinos que cuestionan límites fronterizos.

Otras controversias pueden dejar de serlo, como resultado de descubrimientos o de nuevas investigaciones científicas o de una mayor clarificación de los conceptos (por ejemplo, creacionismo y evolucionismo; geocentrismo y heliocentrismo). Además, los cambios culturales de la sociedad pueden transformar en aceptables o no cuestionadas, costumbres sociales que hasta un tiempo fueron objeto de controversia (p.e., la homosexualidad) (Soley, 1996).

El tema en controversia puede provocar divisiones entre personas y grupos sociales e incluso crear situaciones violentas. Esto sucede tanto a nivel nacional como internacional, originando rupturas y enfrentamientos armados. Sin embargo, la controversia no debe necesariamente convertirse en un conflicto que no pueda resolverse por medios pacíficos.

Propósitos de la introducción de la controversialidad en la educación

Utilizar la controversia como método educativo supone cambiar la visión tradicional que se tiene de la educación, en la que el conocimiento está controlado y entregado por el docente que solo estimula la repetición del mismo y no motiva al cuestionamiento, dentro de un ambiente abierto a la discusión y creatividad de los educandos (Soley, 1996).

Conviene insistir en que la controversia es parte de la vida real tanto de los pueblos como de grupos o de personas, que a partir de intereses propios y valores diversos pueden enfrentarse a situaciones controversiales. Por esto, la controversia no puede ser caracterizada en sí como buena o mala: simplemente está presente o latente en la relación social.

Podrá ser considerada positiva o negativa, según sea la reacción de los actores sociales y los efectos que produzca. Sin embargo, cabe insistir en los aspectos positivos de la controversialidad, en cuanto es precisamente el intercambio de argumentos opuestos basados en una diferente interpretación de hechos y puntos de vista, lo que ha hecho y hace progresar el pensamiento, la cultura, la ciencia, la filosofía, y el descubrimiento de soluciones a los problemas que enfrenta diariamente la sociedad.

Cabe aclarar que no se puede desconocer que en toda controversia están implícitos, y siempre lo han estado, tanto elementos objetivos como subjetivos, incluyendo en muchos casos aspectos emocionales que pueden amenazar la convivencia en la vida social de los seres humanos.

Precisamente porque los estudiantes en su calidad de ciudadanos viven y vivirán siempre en este mundo controversial, deberán acostumbrarse a aceptar y asumir que la vida social para la que se preparan es, en sí misma, controversial y, por lo tanto, deberán aprender a asumir los valores y riesgos que esto implica. La vida real, ahora y en el futuro, les exige y les exigirá tomar decisiones sobre las cuales pueden existir diferentes puntos de vista y soluciones alternativas, y deberán saber apoyar sus propias decisiones en argumentos bien fundados, al mismo tiempo que aprender a escuchar y reconocer el valor de los argumentos contrarios.

En este sentido, la perspectiva controversial en educación puede ofrecerles a los alumnos la posibilidad de clarificar su pensamiento y sus emociones, desarrollando habilidades creativas que los preparen para estos desafíos y asumirse como ciudadanos críticos y cuestionadores, desarrollar habilidades y actitudes comunicativas como son la escucha democrática, la repuesta empática, hablar persuasivamente, cooperar en el trabajo grupal con otros, promover la tolerancia de puntos de vista diversos, entre otros.

La utilización de la controversia como un método en educación implica reconocer el valor de la pedagogía crítica y del aporte educativo, que hace necesario instalar un espacio en que los estudiantes adquieran protagonismo y abandonen el rol pasivo de escuchar y repetir lo que se les ofrece académicamente.

En síntesis, como lo señala la Oxfam (2006), la pedagogía controversial se propone desarrollar en los estudiantes las siguientes habilidades:

• “Las habilidades de procesamiento de la información capacitan a los educandos para reunir, separar, clasificar, secuenciar, comparar y contrastar información, y establecer nexos entre tipos de información”

• “Las habilidades de razonamiento capacitan a los educandos para justificar opiniones y acciones, diseñar inferencias y hacer deducciones, usar lenguaje apropiado para explicar sus puntos de vista, y para usar evidencia para apoyar sus decisiones”

• “Las habilidades para investigar capacitan a los educandos para hacer preguntas relevantes, planificar el qué hacer y cómo investigar, predecir resultados y anticipar respuestas, probar teorías y problemas, probar conclusiones y afinar sus ideas y opiniones”

• “Las habilidades de pensamiento creativo capacitan a los educandos para generar y ampliar ideas, sugerir posibles hipótesis, para usar su imaginación y buscar otros resultados alternativos”

• “Las habilidades de evaluación capacitan a los educandos para evaluar lo que leen, oyen y hacen, para aprender a juzgar el valor de su propio trabajo o ideas y el de los otros”

Referencias

Asimeng-Boahene, L. (2007). Creating strategies to deal with problems of teaching controversial issues in social studies in african schools. Intercultural Education, 18(3), 231-242.

Dearden, R. (1981), Controversial issues in the curriculum. Journal of Curriculum Studies, 13 (1), pp. 37-44.

Harwood, A., & Hahn, C. (1990). Controversial Issues in the Classroom. www.eric.ed.gov, 1-8.

Hess, D.,(2004). Controversies about Controversial Issues in Democratic Education. Political Science & Politics 37, n° 2: 257-261.

Oxfam. (2006). Global citizenship guides: Teaching controversial issues. Retrieved from http://www.oxfam.org.uk/publications.

Soley M. (1996), Teaching controversial issues. Social Education 60 (1), 15.

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Tomado del libro: Controversia en el aula. Herramientas y técnicas para profesores de todas las áreas. Abraham Magendzo, Editorial Magisterio, 2016: http://www.magisterio.com.co/libro/controversia-en-el-aula

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/alianza-editorial-magisterio-fundacion-compartir-columnas/los-temas-que-dividen-la-sociedad-y-su

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