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Xenofobia en Estados Unidos, combinación de causas

Por: Marcelo Colussi

“Maté en respuesta a la invasión hispana. Matar tantos mexicanos como fuera posible” (Patrick Crusius, asesino de El Paso, Texas)
Estados Unidos, autoproclamado campeón de la libertad y de la democracia, lo que menos tiene es, justamente, libertad y democracia. El espinoso tema de los migrantes indocumentados lo deja ver con palmaria evidencia.
No es ninguna novedad que Latinoamérica representa su “patio trasero”, su supuestamente natural resguardo geoestratégico, proveedor de materias primas a precios regalados y obligado cliente para sus productos. Pero además de todo ello: fuente inagotable de mano de obra barata. Muchos de los trabajos realizados en Estados Unidos son efecto de los millones de latinoamericanos que residen en su territorio, en muy buena medida, en calidad irregular en términos migratorios.
La economía del imperio conoce a la perfección ese carácter “ilegal” (en términos administrativos) de buena parte de la masa trabajadora, y se aprovecha. Siempre ha habido persecución de los inmigrantes irregulares, con lo que se consuma un descarado chantaje: esos trabajadores, huyendo de sus países de origen por la precarias condiciones socio-económicas en que sobreviven, son aprovechados por el capital norteamericano para, chantaje mediante, pagarle sueldos muy bajos en relación a la media estadounidense. Pero pese a que esos ingresos son bajos en términos comparativos, para los latinoamericanos llegados a aquel país, tales salarios representan una “salvación”. Aun viviendo en condiciones indignas, se permiten ahorrar y enviar remesas a sus familiares en América Latina y el Caribe, con lo que se atenúa un poco la grave situación en los países expulsores.
Todo el mundo sabe esto: autoridades estadounidenses y latinoamericanas. Pero estas últimas prefieren ignorar las condiciones paupérrimas y de sobreexplotación de esa masa de gente, y más aún, el calvario que deben atravesar para llegar a suelo norteamericano, por cuanto esos dólares enviados a su territorio ayudan a soportar mejor la pobreza local. De hecho, en muchos países de la región, las remesas representan entre un 15 a 20% del PIB, llegando en algunos casos hasta un tercio de su economía global. Sin dudas, ningún gobierno de la zona desea perder esa suerte de subsidio; de ahí su silencio cómplice con la desdicha de sus conciudadanos.
Por otro lado, los capitales estadounidenses sacan provecho de esa enorme masa de inmigrantes indocumentados. En una nota del The New York Times firmada por Eduardo Porter, se afirma sin vergüenza que “mientras más trabajadores crucen la frontera, inevitablemente se reducirá el costo del trabajo. Su mano de obra barata aumenta la producción económica y reduce los costos.” (…) “Ocho de los quince empleos que tendrán el crecimiento más rápido entre 2014 y 2024 -asistentes para cuidar a enfermos en el hogar, preparadores de comida, conserjes en edificios comerciales y otros trabajos similares- no requieren de ninguna preparación”, por lo que el aprovechamiento (explotación despiadada) de inmigrantes hispanos está asegurado.
¿Por qué ahora, desde la llegada a la Casa Blanca del presidente Donald Trump, se da esta lucha frontal contra los inmigrantes irregulares?
Hay en todo ello un inmoral y despreciable doble rasero: se dice una cosa, y se hace exactamente lo contrario. Ello se evidencia en varios aspectos. Por ejemplo: son denigrados y detenidos/deportados inmigrantes mexicanos y centroamericanos, pero se pone el grito en el cielo -golpes de pecho incluidos- con la población que sale de la “narco-dictadura sangrienta” de Venezuela. Habría inmigrantes “buenos” y “malos” entonces.
Como mínimo, se podrían apuntar tres causas para comprender este endurecimiento de la actual política migratoria del presidente Trump y de su equipo ultra conservador y de derecha radical.
1. Tiene un carácter electoral. Dada la gradual pérdida de pujanza de la economía estadounidense (luego de la Segunda Guerra Mundial aportaba el 52% del producto mundial, ahora no llega al 20%; la pobreza crece entre sus ciudadanos), el mensaje proselitista de Trump buscó encender pasiones en la clase trabajadora de su país, buscando una explicación sencilla, mecánica, efectista. La apelación a un chivo expiatorio como los “migrantes que roban puestos de trabajo” es un buen expediente. Ante una situación de crisis que no cesa, la masa ciudadana estadounidense puede “dejarse” convencer con facilidad con esa pseudo-explicación. De hecho, evidentemente, pudo votar a favor de ese discurso xenófobo, y no sería improbable que pueda volver a hacerlo en las próximas elecciones. De todos modos, la causa de la pérdida de dinamismo de esa economía no son los extranjeros indocumentados: es la crisis general del capitalismo y la recomposición a nivel global del sistema, con nuevos polos que empiezan a destronar a Estados Unidos.
2. Racismo y xenofobia extremos. El llamado a levantar muros inexpugnables se fundamenta en un racismo visceral que atraviesa buena parte de la cultura media estadounidense (ver video inicial), de la cual Donald Trump es un claro exponente. En algunos de sus ya famosos mensajes por redes sociales, en el 2018 dijo que los migrantes latinoamericanos son “muy malos”, y no son personas, sino animales; y los lugares de donde provienen son “países de mierda”. De ahí la necesidad de defenderse a muerte de esa “invasión”. Como lo dicen Lajtman y Romano, en esa lucha contra los presuntos “invasores” “Algunas medidas concretas son la instalación de brigadas de seguridad privada, drones, sistemas de geolocalización, cámaras de vigilancia en los trenes y puntos estratégicos; construcción de bardas y equipos de alarma y movimiento alrededor de las vías.” Por lo pronto el gobierno federal tolera grupos civiles armados (no autorizados legalmente) que se constituyen en “cazadores” de inmigrantes que cruzan la frontera, matándolos a sangre fría. Todo ello es el telón de fondo que permitió/incitó a un asesino como el citado en el epígrafe a aniquilar “invasores hispanos”. Aunque luego de esa matanza Washington se vio obligado a “condenar el racismo, la intolerancia y la supremacía blanca (…) pues “el odio no tiene lugar en Estados Unidos”, el verdadero mensaje lanzado por el presidente, y aceptado por buena parte de la población, es de chovinismo extremo. De ahí estos grupos supremacistas blancos de “cacería de mojados”. Así nació el nazismo en los años 30 del pasado siglo en Alemania. Lo que se está viviendo en el Estados Unidos actual, azuzado por un presidente blanco supremacista que ve con buenos ojos al Ku Klux Klan, no es muy distinto.
3. El chantaje económico que persiste. Es absolutamente mentira que los latinoamericanos y caribeños que llegan en condiciones paupérrimas al “sueño americano” disputan puestos de trabajo con ciudadanos estadounidenses. Eso es una ignominiosa falacia. El endurecimiento de las condiciones migratorias, además de los motivos antes señalados, sigue siendo un buen mecanismo para el capital, a modo de mantener en su nivel más bajo posible los salarios. Se podría decir: “ejército de reserva industrial” a nivel global. Una buena masa de desocupados/desesperados proveniente de países empobrecidos sirve para ser chantajeada ya en suelo norteamericano, azuzándola con el fantasma de la “Migra” y las posibles deportaciones. Es decir: se le fuerza a trabajar en las peores y más insanas condiciones, so pretexto de ser deportada. ¿Dónde quedan las tan cacareadas libertad y democracia entonces?
Definitivamente el acuciante problema de las migraciones irregulares cada vez más masivas, que se dan tanto hacia Estados Unidos (provenientes de América Latina) como en Europa (proveniente de África y de Medio Oriente), es una muestra evidente del agotamiento del sistema capitalista.
La solución no puede ser nunca levantar muros o impulsar políticas y sentimientos xenofóbicos; la única solución es atacar de raíz las causas por las que 1,000 personas diarias llegan huyendo de la pobreza a estas supuestas islas de salvación. Y está visto que el capitalismo no quiere ni puede ofrecer esas soluciones.
Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=259116
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Uruguay: Marcha contra el racismo

Redacción: Tercera Información

Marcha contra el racismo, por la Avenida 18 de Julio hasta la Plaza Libertad, este pasado 28 de marzo.

Convocada en repudio al mensaje racista del cantante del género tropical Alex Stella.

Este personaje le expresa a su productor en duros términos por su color de piel. “No me gustan los negros”, le dijo: “¿Sabes lo que pasa? Yo te voy a ser sincero, loco. A mí los negros no me gustan, loco. Los negros no me gustan. No me gusta el olor de los negros”-

Este hecho generó en las organizaciones afro, total repudio y convocó a una marcha en el día de hoy.

Fotografía Martha Passeggi

La imagen puede contener: una o varias personas y exterior

 

 

Fuente: https://www.tercerainformacion.es/articulo/internacional/2019/03/29/uruguay-marcha-contra-el-racismo
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Tanzania: Día de la Niña: en estas escuelas las obligan a hacerse pruebas de embarazo y las expulsan si dan positivo

Redacción: CNN

Video: https://cnnespanol.cnn.com/2018/10/11/dia-de-la-nina-en-estas-escuelas-las-obligan-a-hacerse-pruebas-de-embarazo-y-las-expulsan-si-dan-positivo/

Nota de los editores: CNN está comprometida a cubrir la desigualdad de género en cualquier parte del mundo. Esta historia es parte de ‘As Equals’, una serie de todo un año.

Arusha, Tanzania (CNN) – Sucede dos veces al año en la Escuela Secundaria Arusha. Cada una de las 800 alumnas de la escuela es acompañada a un baño y se le dice que orine en un frasco. Fuera del cubículo, un profesor espera para asegurarse de que las muestras no se intercambian.

Las chicas están tomando pruebas de embarazo obligatorias. Y si salen positivas, la estudiante es expulsada de inmediato.

CNN visitó otras dos escuelas en las regiones de Kilimanjaro y Arusha donde se realizaron pruebas similares; tres escuelas más confirmaron las pruebas en entrevistas telefónicas.

A Elifuraha, a quien se refiere CNN por su primer nombre, le resulta difícil hablar de la vergüenza que sintió cuando las maestras de la Escuela Secundaria Moshono en Arusha la convocaron para una prueba de embarazo obligatoria.

Elifuraha tenía 16 años cuando quedó embarazada. Intentó ocultar sus náuseas matutinas en la escuela, culpando a la malaria.

Elifuraha tenía 16 años cuando quedó embarazada. Intentó ocultar sus náuseas matutinas en la escuela, culpando a la malaria.

«Llamaron a todas las estudiantes a una sala y las maestras comenzaron a inspeccionarnos… nos tocaban el estómago», dijo la madre de 19 años a CNN, mientras una lágrima rodaba por su mejilla.

Ella sabía que estaba embarazada, pero estaba tratando de ocultar su creciente estómago. Después de admitir su embarazo, fue expulsada de inmediato.

Tanzania utiliza una cláusula de moralidad en una ley de educación de 2002 para dar a las escuelas el marco legal necesario para expulsar a las estudiantes; la práctica se remonta a la década de 1960. La ley se ha aplicado más ampliamente desde que el presidente John Pombe Magufuli asumió el cargo en 2015.

En junio pasado, Magufuli, apodado «The Bulldozer», dio un paso más y anunció que a las estudiantes embarazadas no se les permitiría regresar a la escuela después de dar a luz.

No hay estadísticas oficiales sobre cuántas niñas embarazadas han sido expulsadas de las escuelas de Tanzania.

El Centro para los Derechos Reproductivos, un grupo de defensa internacional con sede en Estados Unidos, estimó en 2013 que más de 8.000 niñas embarazadas eran expulsadas o abandonadas de las escuelas de Tanzania cada año.

El decreto presidencial del año pasado va directamente en contra de los esfuerzos del gobierno anterior para introducir una política de reingreso escolar para madres adolescentes.

Anna Ulimboka, una enfermera que supervisa las pruebas de embarazo en la escuela secundaria de Arusha, dice que las pruebas son una buena cosa. Y muchas de sus alumnas están de acuerdo.

Los estudiantes asisten a clase en la escuela secundaria de Arusha.Las estudiantes asisten a clase en la escuela secundaria de Arusha.

Las estudiantes asisten a clase en la escuela secundaria de Arusha.

«Antes de comenzar a hacer la prueba, muchas niñas se embarazaban mientras estaban en la escuela, pero después de ver que se estaban haciendo pruebas antes y después de sus vacaciones, eso las hace evitar las relaciones con los niños», dijo Ulimboka.

CNN visitó la escuela acompañada por funcionarios del Ministerio de Salud de Tanzania y la oficina del gobierno regional. Hablando en presencia de los funcionarios, Ulimboka dijo que las pruebas y la política de expulsión de las estudiantes embarazadas eran necesarias.

Las niñas se reúnen entre clases en la escuela secundaria de Arusha. Al menos una vez por semestre, después de regresar de las vacaciones, las niñas son reunidas en el comedor para una prueba de embarazo obligatoria.

Las niñas se reúnen entre clases en la escuela secundaria de Arusha. Al menos una vez por semestre, después de regresar de las vacaciones, las niñas son reunidas en el comedor para una prueba de embarazo obligatoria.

Sin embargo, Ulimboka dijo que se sentía mal por las niñas que habían sido expulsadas.

«Siempre les aconsejo que incluso si se quedan embarazadas no es el final y que no deben rendirse».

Shilinde Ngalula, abogada del Centro Legal y de Derechos Humanos en Tanzania, dijo que obligar a las niñas embarazadas a abandonar la escuela viola la constitución de Tanzania, que incluye el derecho a la educación.

En julio de 2017, la diputada de la oposición Halima Mdee fue arrestada por denunciar al presidente por la prohibición de las alumnas embarazadas que, según ella, también es contraria a la Constitución. Su caso fue destacado por el informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre los derechos humanos en Tanzania como uno de los ejemplos de represión contra los críticos de Magufuli.

Junto a Tanzania, Guinea Ecuatorial y Sierra Leona también les niegan el derecho a estudiar en escuelas públicas a las niñas embarazadas y madres adolescentes, lo que los defensores dicen que va en contra de los tratados de derechos humanos que los tres países han firmado.

«Se encuentra dentro de la definición de una violación no solo del derecho a la educación, sino también de otros derechos de las niñas», dijo Elin Martínez, experta en derechos de los niños de Human Rights Watch.

El hijo de Elifuraha mira, lápiz en mano, mientras ella hojea sus notas de una clase de sastrería en el Centro Faraja.

El hijo de Elifuraha mira, lápiz en mano, mientras ella hojea sus notas de una clase de sastrería en el Centro Faraja.

Los tres países se han encontrado en repetidas ocasiones bajo la presión internacional para derogar la política.

CNN se ha comunicado con el gobierno de Tanzania para hacer comentarios, pero aún no ha recibido respuesta. Los gobiernos de Sierra Leona y Guinea Ecuatorial tampoco han respondido a las solicitudes de comentarios.

Debido a que la educación sexual no está en el plan de estudios nacional en Tanzania, muchas niñas no aprenden que tener relaciones sexuales puede llevar a quedar embarazada.

Lilian, de dieciocho años, fue una de ellas. Se quedó embarazada cuando tenía 16 años.

Los calendarios escolares advierten sobre las consecuencias del embarazo y el intercambio de sexo por paseos con conductores de "boda boda" (taxi de motocicleta).

Los calendarios escolares advierten sobre las consecuencias del embarazo y el intercambio de sexo por paseos con conductores de «boda boda» (taxi de motocicleta).

Alrededor de un cuarto de las niñas de Tanzania de entre 15 y 19 años son madres o están embarazadas. El matrimonio infantil sigue prevaleciendo en el país: el 37% de las mujeres de 20 a 24 años de edad habían estado casadas antes de cumplir los 18 años, según los datos oficiales de 2010, los últimos disponibles. Según la misma encuesta, más de una cuarta parte de las niñas casadas antes de los 19 años tienen esposos que tienen 10 o más años más.

Lilian ya estaba esperando a su bebé cuando el presidente Magufuli pronunció su discurso histórico sobre la expulsión de estudiantes embarazadas.

Le gustaba estudiar química, biología y geografía, y saber que no se le permitiría volver a la escuela era devastador.

«Quería alcanzar mis metas, pero me vi obligada a acortarlas, quedarme en casa y esperar otra oportunidad», dijo.

Lilian y su hija Favor ahora viven en el Centro Faraja, un refugio para mujeres vulnerables y madres jóvenes, muchas de las cuales han sido expulsadas de la escuela como resultado de su embarazo.

Al igual que el resto de las residentes del refugio, Lilian está aprendiendo costura y trenzado de cabello. Está muy lejos de estudiar ciencias, pero la ayudará a conseguir un trabajo después de que abandone el refugio.

Lilian se sienta en el borde de su cama después de preparar a su hija Favor para el día.

Lilian se sienta en el borde de su cama después de preparar a su hija Favor para el día.

Y ella todavía no ha abandonado completamente sus sueños. Ella ha guardado su cuaderno de física, envuelto en papel marrón liso. Espera que algún día se le permita regresar a la escuela.

Ninguna escuela pública puede volver a admitir a Lilian y la matrícula en las pocas escuelas privadas que todavía podrían aceptarla tienen un costo de alrededor de 800 dólares al año. Su única opción es encontrar un patrocinador u obtener un lugar en una de las pocas escuelas financiadas por ONG en el país.

Al igual que Lilian, Elifuraha también tenía grandes planes que dejó a un lado cuando quedó embarazada.

Elifuraha soñó con unirse al ejército de Tanzania, pero no completó la educación suficiente para cumplir con los requisitos antes de que fuera expulsada.

«Si las cosas no fueran como son, me encantaría volver a la escuela», dijo.

El proyecto de informes As Equals está financiado por el European Journalism Centre a través de su Programa de Subvenciones para la Innovación en el Desarrollo. Haz clic aquí para ver más historias como esta.

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2018/10/11/dia-de-la-nina-en-estas-escuelas-las-obligan-a-hacerse-pruebas-de-embarazo-y-las-expulsan-si-dan-positivo/

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Anal­fa­be­tis­mo: con­de­na a la po­bre­za y la ex­clu­sión

Autor: Agencia SINC

En el Día In­ter­na­cio­nal de la Al­fa­be­ti­za­ción, el mun­do vuel­ve los ojos ha­cia los más de 750 mi­llo­nes de per­so­nas -de las que casi 500 mi­llo­nes son ni­ñas y mu­je­res- a las que el anal­fa­be­tis­mo pue­de con­de­nar a la po­bre­za y la ex­clu­sión.

El pró­xi­mo 8 de sep­tiem­brese con­me­mo­ra el Día In­ter­na­cio­nal de la Al­fa­be­ti­za­ción, una jor­na­da en la que el mun­do vuel­ve los ojos ha­cia los más de 750 mi­llo­nes de per­so­nas -de las que casi 500 mi­llo­nes son ni­ñas y mu­je­res- a las que el anal­fa­be­tis­mo pue­de con­de­nar a la po­bre­za y la ex­clu­sión.

A pe­sar de que el anal­fa­be­tis­mo y, prin­ci­pal­men­te, el anal­fa­be­tis­mo fun­cio­nal (per­so­nas que tie­nen co­no­ci­mien­tos bá­si­cos de lec­tu­ra, es­cri­tu­ra y cálcu­lo pero que no son ca­pa­ces de uti­li­zar es­tos co­no­ci­mien­tos de for­ma efi­cien­te en las si­tua­cio­nes de la vida co­ti­dia­na) es­tán pre­sen­tes en to­dos los paí­ses del mun­do, es en las na­cio­nes más po­bres don­de es­tas ca­ren­cias se ma­ni­fies­tan con ma­yor in­ten­si­dad.

Para Ma­nos Uni­das “la edu­ca­ción y, como pri­mer paso, la al­fa­be­ti­za­ción, es la prin­ci­pal he­rra­mien­ta para lo­grar que las per­so­nas pue­dan sa­lir de la po­bre­za y para im­pe­dir que ésta se trans­mi­ta de ge­ne­ra­ción en ge­ne­ra­ción”, ase­gu­ra Ma­ría José Her­nan­do, del de­par­ta­men­to de Es­tu­dios de Ma­nos Uni­das. Por­que la edu­ca­ción, ade­más de ser un ga­ran­te para el desa­rro­llo de las per­so­nas, “fa­vo­re­ce la crea­ción de con­cien­cia crí­ti­ca, es fun­da­men­tal para ac­ce­der a me­jo­res opor­tu­ni­da­des de tra­ba­jo y con­tri­bu­ye al desa­rro­llo de los paí­ses”, afir­ma Her­nan­do.

El tra­ba­jo de Edu­ca­ción para el Desa­rro­llo que lle­va a cabo Ma­nos Uni­das hace hin­ca­pié en de­nun­ciar las es­truc­tu­ras so­cia­les y cul­tu­ra­les in­jus­tas que un alto por­cen­ta­je de la po­bla­ción ac­ce­da a la edu­ca­ción en sus di­fe­ren­tes ni­ve­les y, con ella, a la sa­tis­fac­ción ple­na de la ma­yo­ría de los de­re­chos que, como se­res hu­ma­nos, les am­pa­ran.

Con este ob­je­ti­vo, en el año 2017, Ma­nos Uni­das apro­bó 199 pro­yec­tos edu­ca­ti­vos por im­por­te de 10,2 mi­llo­nes de eu­ros, en Afri­ca, Asia y Amé­ri­ca.

Mu­jer y anal­fa­be­tis­mo

En el Día In­ter­na­cio­nal de la Al­fa­be­ti­za­ción, Ma­nos Uni­das quie­re de­nun­ciar, tam­bién, que el anal­fa­be­tis­mo ahon­da la bre­cha de gé­ne­ro y re­cla­ma el ac­ce­so a la edu­ca­ción de las mu­je­res, en igual­dad de con­di­cio­nes con los hom­bres. En el si­glo XXI, cuan­do la tec­no­lo­gía y los me­dios de­be­rían fa­vo­re­cer el ac­ce­so a los co­no­ci­mien­tos y a la in­for­ma­ción para to­dos “es inacep­ta­ble que casi 500 mi­llo­nes de mu­je­res y ni­ñas con­ti­núen pri­va­das del ac­ce­so al co­no­ci­mien­to y, con ello, de las opor­tu­ni­da­des que con­lle­va la edu­ca­ción”, la­men­ta Her­nan­do.

Es inacep­ta­ble que casi 500 mi­llo­nes de mu­je­res y ni­ñas con­ti­núen pri­va­das del ac­ce­so al co­no­ci­mien­to y, con ello, de las opor­tu­ni­da­des que con­lle­va la edu­ca­ción”, la­men­ta Her­nan­do.

Por este mo­ti­vo, el com­po­nen­te de gé­ne­ro, que está pre­sen­te en to­dos nues­tros pro­yec­tos, es un re­qui­si­to fun­da­men­tal en los edu­ca­ti­vos. “Por­que nues­tra ex­pe­rien­cia, y los da­tos cons­ta­ta­dos por di­fe­ren­tes or­ga­ni­za­cio­nes e ins­ti­tu­cio­nes, ava­lan que la in­ver­sión en la edu­ca­ción de las ni­ñas y la con­si­guien­te ca­pa­ci­ta­ción de las mu­je­res se tra­du­cen di­rec­ta­men­te en una me­jor nu­tri­ción, sa­lud y ren­di­mien­to eco­nó­mi­co para sus fa­mi­lias, sus co­mu­ni­da­des y, por úl­ti­mo, para sus paí­ses”, ex­pli­ca Ma­ría José Her­nan­do. “Una mu­jer for­ma­da y edu­ca­da ten­drá las he­rra­mien­tas para cam­biar el cur­so de su vida: pro­ba­ble­men­te se ca­sa­rá más tar­de, ten­drá hi­jos en edad adul­ta, lle­va­rá a sus hi­jos, y tam­bién a sus hi­jas a la es­cue­la y trans­mi­ti­rá sus co­no­ci­mien­tos en su fa­mi­lia y en su co­mu­ni­dad”, afir­ma Her­nan­do.

Apo­ya­mos la al­fa­be­ti­za­ción de mu­je­res en Se­ne­gal

Se­gún da­tos de la UNES­CO, en Áfri­ca sub­saha­ria­na hay cer­ca de 203 mi­llo­nes de per­so­nas de más de 15 años que no sa­ben leer ni es­cri­bir. Ade­más, en esta re­gión del mun­do, que al­ber­ga a la ma­yor par­te de los paí­ses más po­bres del mun­do, casi la mi­tad de las mu­je­res son anal­fa­be­tas.

“El anal­fa­be­tis­mo es una de las cau­sas de la mar­gi­na­ción de las mu­je­res”, ase­gu­ra Ade­la Gon­zá­lez, coor­di­na­do­ra ex­pa­tria­da de Ma­nos Uni­das en Se­ne­gal para el con­ve­nio “Agri­cul­tu­ra, Re­fuer­zo del te­ji­do aso­cia­ti­vo ru­ral y De­re­chos so­cio­eco­nó­mi­cos de mu­je­res y jó­ve­nes en Se­ne­gal”, que la ONG lle­va a cabo, con apo­yo eco­nó­mi­co de la Coope­ra­ción Es­pa­ño­la (AE­CID), y que se co­no­ce en la zona como Pro­gra­ma Ka­ronghen (re­na­ci­mien­to en dio­la). Se lle­va a cabo en la Baja Ca­sa­man­ce, la re­gión sur del país afri­cano, cas­ti­ga­da por años de con­flic­to y ais­la­mien­to.

El Con­ve­nio tie­nen como ob­je­ti­vo lo­grar el desa­rro­llo so­cio­eco­nó­mi­co de la po­bla­ción más vul­ne­ra­ble de la zona y, es­pe­cial­men­te, de las mu­je­res. Ade­más, se bus­ca for­ta­le­cer el te­ji­do so­cial para me­jo­rar la par­ti­ci­pa­ción en la go­ber­na­bi­li­dad, en una re­gión ca­rac­te­ri­za­da por un bajo ni­vel de desa­rro­llo eco­nó­mi­co y por no­ta­bles ca­ren­cias en el ejer­ci­cio de otros de­re­chos hu­ma­nos, es­pe­cial­men­te el de­re­cho a la ali­men­ta­ción.

“Aun­que el ob­je­ti­vo de me­jo­rar la si­tua­ción de la mu­jer esté pre­sen­te en to­das las ac­ti­vi­da­des del con­ve­nio, el com­po­nen­te de al­fa­be­ti­za­ción tie­ne una enor­me re­le­van­cia den­tro de la es­tra­te­gia glo­bal de em­po­de­ra­mien­to de la mu­jer”, in­for­ma Gon­zá­lez.  “De he­cho, este com­po­nen­te re­sul­ta ele­men­tal para que, en­tre otras mu­chas me­jo­ras, la mu­jer pue­da re­cla­mar el res­pe­to de sus de­re­chos en su fa­mi­lia y en su co­mu­ni­dad”, ex­pli­ca.

Para Ma­nos Uni­das y su so­cio lo­cal, la Aso­cia­ción CPAS, la al­fa­be­ti­za­ción es in­dis­pen­sa­ble para lo­grar la edu­ca­ción para to­dos y cla­ve para erra­di­car la po­bre­za, al­can­zar la igual­dad de gé­ne­ro y ga­ran­ti­zar el desa­rro­llo sos­te­ni­ble, la paz y la de­mo­cra­cia.

“Aquí, en la Ca­sa­man­ce, he po­di­do com­pro­bar lo di­fí­cil que es el día a día para una mu­jer que no sabe leer ni es­cri­bir o que no tie­ne no­cio­nes bá­si­cas de arit­mé­ti­ca o de nú­me­ros”, ex­pli­ca Gon­zá­lez. “Es­tas mu­je­res, que son tan­tas ve­ces el sos­tén de sus fa­mi­lias, pue­den ser en­ga­ña­das con las cuen­tas o los pe­sa­jes en el mer­ca­do, don­de ven­den un ele­va­do por­cen­ta­je de la pro­duc­ción de sus huer­tos”, afir­ma la coope­ran­te de Ma­nos Uni­das.  “Esta, en­tre otras cau­sas, nos lle­va a po­ner el én­fa­sis en re­du­cir las de­sigual­da­des me­dian­te el ac­ce­so a dis­tin­tas for­ma­cio­nes en­tre las que la al­fa­be­ti­za­ción es fun­da­men­tal, por­que fa­vo­re­ce su em­po­de­ra­mien­to en el ám­bi­to fa­mi­liar, co­mu­ni­ta­rio y pú­bli­co “, ex­pli­ca la coor­di­na­do­ra ex­pa­tria­da de Ma­nos Uni­das en Se­ne­gal.

En el mar­co del con­ve­nio se han for­ma­do a 1500 per­so­nas, un 90% mu­je­res, que han ad­qui­ri­do com­pe­ten­cias bá­si­cas de lec­tu­ra, es­cri­tu­ra y cálcu­lo, así como co­no­ci­mien­tos de or­ga­ni­za­ción y ges­tión para el desa­rro­llo de ac­ti­vi­da­des que per­mi­tan me­jo­rar sus in­gre­sos. Esta al­fa­be­ti­za­ción de hace en len­gua lo­cal, el dio­la, ya que una gran ma­yo­ría de la po­bla­ción ru­ral no ha­bla el fran­cés, el idio­ma ofi­cial de Se­ne­gal.

Fuente: http://www.agenciasic.es/2018/09/06/analfabetismo-condena-a-la-pobreza-y-la-exclusion/

 

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Estados Unidos: Trump cierra puertas a los más inteligentes del mundo

Estados Unidos/09 de Junio de 2018/Gestión

La xenofobia priva al país del talento que necesita para tener éxito. Si se les da la oportunidad, los inmigrantes de cualquier país del mundo se convertirán en estadounidenses patrióticos, al igual que sus descendientes.

El 6 de junio de 1944, soldados estadounidenses tomaron por asalto las playas de Francia, comenzando una campaña que revertiría el control de la Alemania nazi sobre Europa occidental. Fue una demostración sin precedentes del poderío militar y la destreza organizacional de Estados Unidos.

El hombre que dirigió ese heroico esfuerzo era de ascendencia alemana: el general y futuro presidente Dwight D. Eisenhower. La familia de Eisenhower, que cambió la ortografía del nombre original Eisenhauer (que significa «minero de hierro»), era originaria de un área llamada Nassau-Saarbrücken, irónicamente, uno de los territorios que el general liberaría.

Si EE.UU. hubiera sido en 1944 el mismo país que era en 1917, es posible que no hubiera habido un estadounidense de ascendencia alemana a la cabeza. Conforme EE.UU. se preparaba para luchar contra Alemania en la Primera Guerra Mundial, el sentimiento anti-alemán dominaba la nación.

Las escuelas dejaron de enseñar alemán, los ciudadanos germano-estadounidenses fueron hostigados y despedidos de sus trabajos y 6,000 alemanes y germano-estadounidenses fueron enviados a campos de detención. Parece inconcebible que se le hubiera permitido a un general de ascendencia alemana dirigir el ejército estadounidense contra la patria ancestral de su familia en 1917.

Y sin embargo, apenas 27 años después, esa imposibilidad se había convertido en realidad.

Esta anécdota ilustra un principio central de la historia estadounidense. Cuando EE.UU. acoge a personas de todas las razas y etnias, no solo es justo y equitativo, es eficiente.

La xenofobia priva al país del talento que necesita para tener éxito. Si se les da la oportunidad, los inmigrantes de cualquier país del mundo se convertirán en estadounidenses patrióticos, al igual que sus descendientes.

Desafortunadamente, muchos en EE.UU. nunca han incorporado esta lección. Por un tiempo, parecía que gran parte del país había dejado atrás la xenofobia, especialmente con la disculpa formal y las reparaciones por el internamiento de nipones-estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.

Recientemente, sin embargo, el miedo irracional a los extranjeros parece estar regresando a la política de EE.UU. El arresto y detención de ciudadanos estadounidenses, en su mayoría de ascendencia hispana, por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) no es solo una injusticia, sino una señal ominosa para EE.UU.

Ahora, la administración del presidente Donald Trump anunció planes para restringir los permisos para que estudiantes chinos estudien en el país. Las visas de los estudiantes graduados chinos que trabajan en robótica, aviación y fabricación de alta tecnología estarán limitadas a solo un año y las autorizaciones para visas serán más difícil de obtener.

El objetivo aparente de estas restricciones es prevenir el espionaje industrial chino. China roba grandes cantidades de propiedad intelectual a las compañías estadounidenses, privando a esas cempresas de su ventaja competitiva, lo que tiene como resultado menos empleos y menores salarios en EE.UU.

Es un problema serio y representa una debilidad que enfrentan las sociedades abiertas cuando compiten con naciones cerradas y administradas de manera centralizada.

Pero mantener alejados a los estudiantes chinos es la forma incorrecta de enfrentar el problema. Como escribe mi colega deBloomberg Opinion Adam Minter, los inmigrantes chinos altamente calificados son un importante motor de la prosperidad estadounidense. En la última década, el número de estudiantes chinos en EE.UU. ha aumentado:

Estos estudiantes pagan altas tasas de matrícula que ayudan a subsidiar la educación de los estadounidenses nativos. También son investigadores increíblemente productivos, generando resultados científicos hasta un 30% más altos que otros estudiantes.

Y la gran mayoría de estos individuos brillantes tienden a permanecer en EE.UU. después de graduarse, trabajando para aumentar la prosperidad estadounidense y contribuyendo al talento de la fuerza laboral nacional.

La ofensiva de Trump contra los estudiantes chinos debe verse como parte de una iniciativa más amplia -y altamente contraproducente- de restringir la inmigración de personas altamente calificadas a EE.UU.

Pero más allá de los beneficios materiales que EE.UU. obtiene de los estudiantes y trabajadores chinos, permitirles el ingreso preserva los ideales básicos de la nación. China es una sociedad increíblemente represiva y eso aumenta cada vez más.

El país está tratando de implementar la vigilancia universal, y recientemente experimentó un sistema de «acreditación social» salido de un espectáculo de ciencia ficción distópico, negando a la gente viajes en tren y en avión e incluso entregando menor velocidad de internet si son identificados por mal comportamiento.

Ese tipo de opresión es lo que EE.UU., al menos en teoría, creó para oponerse. Escapar a eso, y disfrutar de más libertad personal en general, es probablemente una gran razón por la cual los chinos envían a sus hijos al extranjero.

Negar esa esperanza de escape y libertad no solo sería como dispararse en el pie en términos económicos para el país, sino que también mermaría la reputación de EE.UU. como un modelo de libertad y oportunidad.

En lugar de excluir a los estudiantes y trabajadores chinos, EE.UU. debería reclutar más y hacer todo lo posible para mantenerlos en el país permanentemente.

El robo de propiedad intelectual es un problema, pero el país debería atacarlo presionando directamente al gobierno chino, no a las personas que intentan escapar de ese gobierno.

Si Trump consigue cerrar las puertas, se arriesga a impedir la existencia de muchas futuras generaciones de chinos-estadounidenses patrióticos y brillantes, toda una legión de futuros Eisenhowers.

El espionaje es una ventaja de las sociedades cerradas, pero la inmigración es una ventaja aún mayor de las abiertas. A la larga, quedarse con las personas será más poderoso que quedarse con las ideas.

 Fuente: https://gestion.pe/economia/management-empleo/trump-cierra-puertas-inteligentes-mundo-235200

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Chile: [Video] Así comienza la tercera marcha feminista por la educación no sexista

Chile/09 de Junio de 2018/El Mostrador

Bajo la consigna “precarización vivimos todas: a la calle estudiantes, migrantes, madres y trabajadoras” comienza la tercera marcha feminista por educación no sexista, citada para el día de hoy.

Fuente: http://www.elmostrador.cl/noticias/multimedia/2018/06/06/video-asi-comienza-la-tercera-marcha-feminista-por-la-educacion-no-sexista/

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