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65 juegos de mesa educativos que deberían estar en todas las aulas (y casas)

Por: Educación 3.0.

La oferta de juegos de mesa educativos sigue creciendo sin parar ofreciendo cada vez más opciones interesantes desde el punto de vista pedagógico y de disfrute en el aula o en familia.

¿Existen juegos de mesa educativos?

Por supuesto que sí. Puede que algunos de ellos los conozcas, que te suenen o que te hayan hablado de ellos. Ya hemos recopilado anteriormente juegos de mesa para educar en valores y hoy te descubrimos hasta 60 juegos de mesa educativos que deberían estar en todas las clases y también en casa. ¡Ayúdanos a seguir ampliando esta lista!

1Emoticapsules

Con ayuda de este juego los estudiantes de corta edad, entre los 2 y los 6 años, pueden identificar y expresar sus emociones y estados de ánimo con el fin de aprender a gestionarlas. Está indicado para jugar en familia y su funcionamiento es muy sencillo: cuenta con 6 cápsulas que representan a las emociones básicas (alegría, tristeza, miedo, enfado, asco y sorpresa), en las que los jugadores tienen que ir metiendo objetos que se relacionen con esa emoción, además de explicar la razón. De esta forma, los estudiantes verbalizan sus sentimientos y los docentes pueden empatizar con sus emociones.

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2Herstóricas Pioneras

El proyecto ‘Herstóricas’ pretende mostrar a las niñas la aportación histórica de las mujeres en diferentes aspectos de la sociedad. Junto al colectivo ‘Autoras de cómic’ han lanzado un juego de cartas que muestra a 30 personalidades femeninas desconocidas hasta ahora a través de ilustraciones. De este modo, será posible conocer desde la infancia y a través de la gamificación a algunas de las mujeres que fueron abriendo camino en muchos ámbitos de la vida y a las que la historia no ha dado voz.

3Risk

Se trata de uno de los títulos bélicos más famosos de la historia. Evoca las Guerras Napoleónicas a través de una estrategia simple y abstracta en la que los principales protagonistas son los diferentes territorios de la geografía mundial, así como la logística de las campañas extensas. Antes de comenzar a jugar, hay que dividir los cinco continentes y los principales países entre todos los jugadores. Puede ser una buena oportunidad para comenzar a conocerlos.

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4Kaleidos Junior 

La agudeza visual es la destreza que se trabaja en este juego de mesa. Incluye ocho tableros diferentes y en cada uno de ellos se muestran varias decenas de objetos: la mecánica consiste en encontrar rápidamente los objetos de una categoría determinada aleatoriamente mediante una ruleta. El jugador que logre conseguir el mayor número de objetos correctamente durante toda la partida, será el ganador. Además, es posible adaptar el nivel de dificultad para cada nivel educativo.

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5Operación

En esta selección no podíamos dejar de incluir un clásico. Operación es un juego de mesa con el que se llevan divirtiendo niños de varias generaciones. Su carácter es más lúdico que educativo, pero también sirve para identificar y localizar las partes del cuerpo humano. Consiste en extraer con unas pinzas, y por turnos, diferentes objetos escondidos. Si al hacerlo se toca el borde del hueco donde están metidos, suena un pitido y al “paciente” se le enciende la nariz. ¡Hay que tratar de salir con éxito de la operación!

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6Penkamino

Para jugar entre dos o más, Penkamino es un título que estimula el aprendizaje y la memorización de las tablas de multiplicar en los estudiantes. Lo hace a través de unas fichas que recuerdan al clásico dominó sólo que, en este caso, deben ir colocándose según los resultados de las multiplicaciones que vayan realizándose. Hay dos tipos de fichas: las que son cuadradas tienen varios números que son el resultado de las multiplicaciones que hay que completar y las que son en forma de cruz poseen un número distinto en cada esquina. De lo que se trata es de ir encajando fichas entre sí con su respectiva multiplicación.

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7Faraway

Para estudiantes de a partir de 10 años, su caja contiene los siguientes elementos: 8 cartas de personajes, 20 de realidad y 40 de fantasía. El propósito es que los chavales sean capaces de construir su propia historia, formada por 6 capítulos, para lo cual deben recurrir a estas que se mencionan. Esto les va a permitir trabajar y desarrollar sus habilidades lingüísticas así como la capacidad de narración, pues tendrán que proponer ideas, sugerir hacía donde se enfoca la historia que tienen que completar…

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8Time´s Up Kids

Forma parte de los juegos didácticos de mesa cooperativos y su mecánica es idónea para los niños de cuatro años en adelante. Hay 20 cartas de dibujos que hay que poner boca abajo sin mirarlas y de lo que se trata (en una primera fase) es de averiguar que se esconde detrás de cada una de ellas, pero explicando con palabras para que sirve o se utiliza. En una segunda fase, habrá que emplear la mímica para explicar cada una de las cartas. Eso sí, hay que hacerlo en el menor tiempo posible porque el reloj de arena corre en contra.

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9La isla prohibida

Avalado por diferentes premios, es un título cooperativo que se desarrollada en una isla misteriosa en la que sus protagonistas se unirán a un grupo de aventureros para hacerse con cuatro tesoros. Para alcanzar el objetivo, todos los participantes tendrán que ponerse de acuerdo. A partir de 10 años.

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10Code Master

Introduce a los chavales en el mundo de la programación, pero sin necesidad de utilizar el ordenador, y a la vez les ayuda a mejorar sus habilidades y capacidades a la hora de resolver un problema o trabajar el razonamiento secuencial. Existe un avatar que se desplaza a través de un mundo imaginario en busca de unos cristales con poder y para ir recogiendo cada uno de ellos -y llegar a la meta- hay que completar correctamente una serie de acciones y secuencias.

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11HedBanz

Quién no ha jugado alguna vez a ponerse el nombre de una persona conocida en la frente y adivinar quién es. En esa línea trabaja HedBanz, jugando con objetos y animales conocidos y pertenecientes a la vida cotidiana, y cuyo objetivo es que niños pequeños (edades a partir de los 5 años) investiguen, identifiquen y aprendan sobre su alrededor, a la vez que afiancen su fluidez y expresión verbal mediante la preguntas al resto del grupo.

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12Race to the Treasure!

Un ogro quiere llevarse el tesoro y debemos evitarlo. Race to the Treasure! comparte mucho en común con otros juegos de mesa clásicos como la oca, pero añadiendo una dosis de estrategia, colaboración y cooperación que los participantes deberán llevar para alcanzar el fin común. Deberán construir un camino conjuntamente, y si consiguen evitar que el ogro consiga su cometido… todos ganarán. Pensado para entre 2 y 4 jugadores de 5 años en adelante.

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13Sequence for Kids

Unas cartas con ilustraciones y un tablero con esos mismos dibujos. Cada jugador irá robando una carta en cada turno, y marcándolas; si consigue cuatro consecutivas, gana. Pero claro, la clave de Sequence for Kids es que también puedes quitar las fichas de tu oponente, e incluso hay comodines que te permiten colocarlas donde tú quieras. Parece fácil, ¿verdad? Su mecanismo de juego permite trabajar el razonamiento lógico y elaborar el pensamiento anticipado y la estrategia.

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14Don’t Let the Pigeon Drive the Bus Game

Una paloma puede conducir un autobús… pero no podemos permitírselo. En Don’t Let the Pigeon Drive the Bus Game, basado en el libro del mismo nombre, tendremos que evitar precisamente lo que indica el nombre, anteponiéndolos mediante la estrategia y la anticipación, moviendo sus respectivos autobuses o la paloma, según lo que indique una ruleta. Para entre 2 y 4 jugadores e ideal para niños a partir de los 3 años.

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15Qwirkle

Uno de esos juegos didácticos de lógica a través de piezas con extrañas figuras, en el que el objetivo es combinarlas del mejor modo. Para ello, Qwirkle requerirá una dosis de paciencia y estrategia, así como afianzar conocimientos sobre formas, colores, matemáticas y resolución de problemas. Sus 108 fichas, construidas en madera, ofrecen una cantidad de posibilidades tal que aportarán diversión para horas. Pensado para entre 2 y 4 jugadores de 6 años en adelante.

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16Elementos

Con una dinámica basada en el piedra-papel-tijera que todos conocemos, Elementos es un juego de lógica y estrategia para dos jugadores que toma tres elementos básicos —fuego, madera y agua— que tendrás que combinar y utilizar para batir a tu adversario. Fabricado en madera, es uno de los proyectos de Kickstarter de juegos de mesa que más éxito ha cosechado en los últimos años.

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17Spot It! / Dobble

Un juego de cartas rápido, rápidisimo, en el que se premia la agudeza visual y la rapidez de reflejos. En Spot It! (en españa conocido como Dobble) tendremos que ir descartando las cartas una a una y detectar cuál de las figuras mostradas está también en nuestra mano; en ese momento ganamos un punto. Muy sencillo y enfocado en mejorar la agilidad mental de los jugadores. Para entre 2 y 8 jugadores, existen diferentes versiones para campamentos, viajes, etc.

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18Telestrations

Para mentes artísticas y uno de esos juegos en los que el buen rato está garantizado. En Telestrations cada jugador manejará una pequeña pizarra blanca en la que debería dibujar algo relacionado con una determinada palabra; luego, el jugador de al lado deberá acertar la palabra. Aprenderán vocabulario y a saber expresarse y dar importancia al significado de las cosas.

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19Sushi Go!

Uno de los juegos de cartas que más éxito están teniendo en los últimos años es Sushi Go!, tan sencillo como divertido y entretenido. Diseñado para entre 2 y 5 jugadores de 8 años en adelante, permite reforzar conceptos matemáticos, rapidez visual y el maravilloso mundo de la estrategia y la lógica. Además, las ilustraciones son tremendamente divertidas y existe una versión de mesa para hasta 8 jugadores.

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20Count your chickens!

A partir de 3 años, en Count your chickens! los jugadores deberán colaborar y cooperar con mucho trabajo en equipo y un objetivo único: que todos los pollos lleguen correctamente a la granja. No requiere de conocimientos de lectura y sí de la compenetración y colaboración, ideal de aprender en estas edades.

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21UNO

Un clásico de los juegos de mesa, más concretamente de la categoría de cartas: UNO es un juego de memoria y estrategia, en el que los jugadores deberán prestar atención a las cartas que se van cogiendo en cada turno, relacionándolas con las que se tienen en la mano. Una mecánica muy sencilla que está orientada a hasta 10 jugadores a partir de los 7 años, con algunas versiones digitales disponibles en plataformas móviles.

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22Mastermind Towers

Con el objetivo de promover aptitudes como la lógica y la resolución de problemas, Mastermind Towers se compone de dos jugadores, cada uno de ellos con una torre con pequeñas tarjetas de animales (también hay otros temas, como Disney, Bob Esponja o Looney Tunes) en un determinado orden. Un jugador deberá adivinar el orden de las tarjetas del otro, y viceversa, a partir de preguntas sencillas con respuestas sí/no sobre sus posiciones.

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23Jenga

Un clásico que lleva décadas alimentando la agilidad de jugadores de todas las edades por el mundo: Jenga está compuesto por 54 bloques de madera que inicialmente forman una torre y que los jugadores, en sus respectivos turnos, deberán extraer uno a uno colocándolos en la parte superior. ¡Que no se derrumbe la torre! Genial para Primaria, para desarrollar ciertas habilidades motrices.

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24Apples to Apples

Orientado a diferentes edades según la versión que contemplemos, con una “junior” a partir de los 9 años, Apples to Apples es un juego de cartas nacido en 1999 que permite ampliar el vocabulario de todos los jugadores en base a realizar alocadas comparativas lingüísticas según la carta que se robe en cada momento. La mecánica es tremendamente sencilla y el potencial es brutal, algo que le ha servido a este juego para ser galardonado con diferentes premios durante su historia.

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25Escaleras y toboganes

También conocido como Serpientes y escaleras, se han hecho mil y una versiones diferentes de este clásico de los juegos de mesa con un toque de azar. Los jugadores deberán ir avanzando por un tablero en el que hay casillas que nos permitirán adelantarnos, y otras que nos retrasarán. Especialmente interesante para usar en Infantil y Primaria, cuando comienzan a aprender a contar para afianzar los números. Siendo un clásico de los juegos de mesa existen múltiples versiones temáticas (¡incluyendo una de Dora la Exploradora!) así como en las plataformas digitales, en forma de app para iOS o Android.

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26IQ Fit

Podríamos decir que IQ Fit es una especie de Tangram moderno: consiste en una serie de piezas que deberemos encajar de un determinado modo para conseguir determinadas formas. En total dispone de 120 retos divididos en 5 niveles según su complejidad, con lo que promete unas cuantas horas de entretenimiento con la finalidad de entrenar nuestras capacidades lógicas y espaciales.

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27Nunca olvido una cara

Un juego muy sencillo a la vez que desconocido, diseñado para chavales a partir de los 5 años. En Nunca olvido una cara tendremos una serie de cartas que representan a 24 niños de diferentes países, con rasgos dispares; nuestro objetivo será identificar pares de chavales, algo que hará que mejoremos tanto concentración como memoria. Los dibujos, además, son ilustraciones ideales para usar con jóvenes, lo cual hará que presen su completa atención en este juego.

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28Zingo

Uno de los juegos más divertidos es Zingo, que por su nombre podréis adivinar a qué otro juego se parece. Sí, pero con la diferencia de tener imágenes y palabras en vez de simples números. Esto hará que chavales, a partir de los 4 años, promuevan el reconocimiento de vocabulario, la memoria y la concentración. Eso sí, ojo porque existen múltiples versiones en inglés, así como una bilingüe español-inglés.

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29Catán

Dirigido a un público más adulto (a partir de los 10 años), Catán es un juego de mesa en el que cada jugador deberá dominar una serie de recursos necesarios para construir ciertos materiales, que son un requisito para alcanzar los puntos necesarios para ganar la partida. Un toque de aleatoriedad y mucho de estrategia para un juego que está entre los más reconocidos, y que puede ser muy interesante tener en clases de Secundaria. Para los que prefieran una modalidad electrónica, también está disponible en varias plataformas.

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30Carcasonne

Uno de esos juegos de mesa tremendamente entretenidos, en el que deberemos ir cogiendo piezas al azar para formar un puzzle de ciudades, carreteras, abadías y murallas, que nos darán puntos según lo hagamos. El objetivo de Carcassonne es conseguir cuantos más mejor, para cual tendremos que tener una estrategia a la hora de colocar nuestras piezas. Quienes quieran una mayor complejidad, entonces tendrá que elegir alguna de sus múltiples expansiones para ampliar horizontes y añadir nueva dificultad al juego.

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31Mancala

Como el ajedrez o el go, Mancala son una serie de juegos de mesa tradicionales africanos. Existen varios tipos, tal y como describen en Wikipedia, de los cuales Kalah es el más habitual en occidente, y aunque el juego es bastante complejo —sobre todo para iniciarse en él— hay mucho material para aprender. Por ejemplo, este Mancala online que incluso incluye un tutorial para dar tus primeros pasos.

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32Rush Hour

A priori parece un juego sencillo: en Rush Hour deberemos sacar un coche que está aparcado junto a otros, moviéndolos como estimemos oportuno… pero sólo en movimientos horizontales o verticales. Fácil, ¿verdad? Termina siendo uno de esos rompecabezas extraordinarios, con los que no puedes dejar de pasar niveles, y más niveles… hasta que uno de ellos te bloquea. El juego de mesa cuesta unos 25 euros y podemos probarlo online por ejemplo en la web de su fabricante principal, aunque existen numerosos distribuidores.

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33TimeLine Inventions

Los juegos de cartas han evolucionado hasta tal punto que incluso nos permiten aprender sobre inventos e inventores, por ejemplo con TimeLine Inventions. Una pequeña baraja de cartas muy sencilla que deberemos estudiar, combinando varias cartas entre si para poder batir a tus compañeros de juego. Y por cierto, también existen otras temáticas como ciencia y descubrimientos, eventos históricos o música y cine, todas ellas con el mismo mecanismo de juego.

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34Hoot Owl Hoot!

Con una estética excepcional, Hoot Owl Hoot! es un juego para los más pequeños (a partir de 4 años) en el que deberán cooperar con un fin: que los búhos vuelvan a sus nidos antes de que se ponga el sol. No busca la competitividad entre los jugadores y su mecanismo es tremendamente sencillo a la vez que divertido, basándose en colores y posiciones dentro de un tablero. Una introducción perfecta como primer juego de mesa para muchos pequeños, divertida y a la vez formativa.

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35Tangram 

Un clásico entre los clásicos al que todos hemos jugado alguna vez, Tangram es un juego de origen chino que consiste en un puzzle en el que partiremos de una serie de piezas, y tendremos que hacer diferentes construcciones y formas en base a unos planos opacos en los que no se ven qué piezas deberemos utilizar, sólo la forma final a conseguir. Si no quieres comprar uno por unos 10 euros (cuestan menos que eso), una excelente opción es crearte el tuyo propio con cartulinas o madera.

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36Rory’s Story Cubes

En los últimos años los Story Cubes se han posicionado como un juego tremendamente sencillo pero divertido y entretenido para los jóvenes y los no tan jóvenes. Son dados de 6 caras que en vez de números hay pequeñas ilustraciones; la idea: tirar algunos de ellos y con los resultados inventar una historia, y así afianzar la creatividad de cada uno de ellos. Hay muchas formas de utilizarlos y también muchos modelos disponibles por unos 10 euros cada pack, que incluye 9 dados.

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37Math Dice Jr.

Definido como uno de los primeros juegos de cálculo mental, Math Dice Jr. es ideal para chavales a partir de los 6 años para que empiecen a pensar mentalmente todas esas operaciones matemáticas que serán esenciales durante los siguientes años de su vida educativa. Para entre 2 y 8 jugadores y con la posibilidad de añadir complejidad cuando necesiten ir al siguiente nivel de dificultad. Cuesta unos 13 euros y tiene también múltiples versiones disponibles.

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Dixit, un juego de mesa para mejorar la creatividad y el lenguaje... con imágenes 3

38Dixit

Hablamos de él el otro día, y por vuestros comentarios es de los más conocidos. Dixit es un juego tremendamente sencillo y brutalmente divertido que nos permitirá mejorar la inteligencia verbal, la creatividad y la imaginación, y también la colaboración con nuestros compañeros. Cada una de las tarjetas que componen este juego nos harán pensar decenas de posibilidades, palabras, frases y mucho más. Su precio es de unos 30 euros, aproximadamente, con muchas ampliaciones disponibles.

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39IQ Splash

Juegos de lógica de esos de estrujarse el cerebro hay muchos, como por ejemplo IQ Splash. Partiendo de unas piezas iniciales —e irregulares—, tendremos que combinarlas según las normas de una serie de tarjetas, y cuya dificultad va incrementándose como si fuesen niveles que debemos batir. Para un solo jugador, está pensado en edades a partir de los 6 años e incluye un total de 111 retos, todo en un formato pequeño y fácil de guardar y de llevar por ahí en caso de ser necesario.

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40Robot Turtles

Con el objetivo de enseñar los conceptos básicos de la programación a chavales a partir de los 3 años, Robot Turtles es uno de esos juegos de mesa nacidos en la plataforma Kickstarter que han cosechado gran éxito entre la comunidad educativa de todo el mundo. Su funcionamiento se basa en personajes y tarjetas con órdenes que tendremos que utilizar y combinar eficazmente para satisfacer misiones y objetivos.

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41Bananagrams

Uno de esos juegos en los que cada ficha es una letra, y tendremos que componer varias palabras. No es tan competitivo como otros juegos de mesa como el más conocido Scrabble, y de hecho Bananagrams tiene además varios packs diferentes incluyendo algunos para fiestas o incluso uno para “tus primeras palabras”, orientado a primeros lectores de Infnatil y Primaria. A favor de Bananagrams, además, que es económico y que también existe una opción en español que incluye eñes y elles.

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42Letra a letra

Para trabajar aspectos del lenguaje como el vocabulario,  es un sencillo pero interesante juego de cartas en el que se van enunciando las letras de una palabra, y el primero que la adivine es el que gana esa ronda. Existe versión en español que incluye 100 cartas con 300 palabras, con lo que la diversión está asegurada durante horas; también puedes jugar a crear tus propias cartas y añadirlas para, por ejemplo, crear retos temáticos que pueda interesarte llevar al aula.

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43Swish

En el momento en el que nos encontramos con un tablero con figuras y colores, lo más probable es que estemos ante un juego para promover la lógica y el razonamiento espacial. Pues efectivamente, así es Swish, que a través de sus cartas transparentes permitirá a chavales de 8 años en adelante elaborar cuáles son las mejores formas de ordenar y colocar cada carta, con el objetivo de juntar varias de ellas de un determinado modo. Diseñado tanto para pequeños como también para mayores.

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44Ocachess

Un juego de la oca tradicional que tiene como objetivo enseñar los principios del ajedrez. Ocachess es uno de esos ‘made in Spain’ divertidos y entretenidos, además de instructivos, que permitirá a los chavales conocer las piezas del ajedrez y sus movimientos elementales, así como descubrir conceptos más avanzados para familiarizarse con esta disciplina, ya que posee dos niveles de juego: básico y avanzado. Consta de un tablero y de 84 tarjetas de juego que también proponen una serie de retos matemáticos, de forma que además del ajedrez también nos servirá para promover toda la parte matemática de nuestros niños. Ideado para niños a partir de los 6 años.

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45Monster Kit

Otro juego español, concretamente elaborado por el autor de juegos de mesa Manu Sánchez Montero, es Monster Kit. Aquí nos proporcionan una serie de cartas con distintas partes del cuerpecillo de un monstruo, que deberemos combinar para elaborar divertidos animalillos y monstruitos con diferentes colores, varios tipos y números de ojos, bocas así o asao… y mucho más. El juego va ya por su segunda edición y permite trabajar la creatividad, la sociabilidad y aspectos como los colores y las formas, los números o las letras, entre mucho más. En Orientación Andújar le dedican un artículo con entrevista al autor, y en el que especifican muchos más detalles.

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46Los Tres Cerditos

Todo el mundo conoce la historia de Los Tres Cerditos y sus intentos de construir sus casas resistentes que les protegieran de el Lobo. Siguiendo este cuento, en este juego los participantes tiran el dado para tratar de aterrizar sobre una pila de paja, palos o ladrillos. Pensado para niños de entre 2 y 4 años, su objetivo es recoger las piezas necesarias para cada tipo de casa hasta tener una casa completa.

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47Three Sticks

Un creativo juego de mesa familiar centrado en la geometría. Hará a los niños aprender más sobre las formas y sus propiedades gracias a los tres palos con distintas longitudes que contiene. Por cada figura que creen ganarán puntos y avanzarán en el tablero.

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48Dobble

Contiene varios mini-juegos cuyo objetivo es ser el más rápido, ya que todos los jugadores juegan a la vez. Un juego de habilidad pensado para niños de entre 2ya 8 años en el que los jugadores mejorarán sus dotes de observación y sus reflejos.

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49Bus Stop

Este juego ayuda a los niños de entre 4 y 8 años a mejorar sus habilidades básicas de matemáticas. Tendrán que tirar los dados para mover el autobús por el tablero e ir subiendo pasajeros. Con esta dinámica, aprenderán habilidades simples de sumar y restar mientras se divierten.

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50Ulysse

Ayuda a mejorar el aprendizaje de las tablas de multiplicar con su mesa de 10 dígitos. Una buena manera de que los niños en edad de aprender esta metería se diviertan mientras mejoran su nivel de matemáticas.

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51Ajedrez

El clásico entre los clásicos. Un juego que aúna habilidades consideradas adultas como la visión estratégica, la utilización de los recursos o el análisis de tácticas rivales resulta realmente instructivo para niños que lo practiquen mucho a temprana edad. Tales son sus beneficios mentales que se está planteando implementarlo oficialmente en las aulas.

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Este juego trata de contar experiencias propias que impliquen una emoción con el objetivo de favorecer la comunicación y crear un ambiente de confianza que potencie la inteligencia emocional de niños de Primaria. No hay ganadores ni perdedores, tan solo historias, diversión y aprendizaje.

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53Findings

Pensado para niños de 3 o más años y planteado como una especie de ‘búsqueda del tesoro’, supone un ejercicio que intercala la actividad física con la mental, haciendo a los jugadores moverse por toda la casa o el aula en busca de ‘pistas’ que les conduzcan hasta la sorpresa final. Todo ello mientras son estimulados por la relación de conceptos.

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54Squadratik

Apodado el ‘nuevo concepto de jugar a los naipes’, se trata de un juego de cartas sencillo pero que requiere de una serie de aptitudes para dominarlo tales como la lógica, la memoria, la astucia y la táctica. Eso lo convierte en un juego inteligente adecuado para el desarrollo cognitivo de los estudiantes.

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No se trata de un único juego como tal, sino que agrupa una serie de barajas de temática histórica en España: las Familias de los Cinco Reinos, las siete Familias Reales de España, las Parejas Reales… Un método para que los alumnos de Primaria aprendan más sobre la historia de su país.

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56Time’s Up Kid

Se trata de un juego cooperativo por lo que, al menos, serán necesarias dos personas para ejecutarlo. Su duración gira en torno a los 20 minutos y la edad recomendada es a partir de 4 años. Contiene varias cartas y un reloj de arena que medirá el tiempo de cada ronda, que son dos en total. En la primera, hay que describir aquello que señala la carta, pero sin mencionarlo, y no se puede pasar a la siguiente hasta que algún jugador lo adivine. En la segunda ronda no se puede hablar, hay que recurrir a la mímica para describir el contenido de la carta y todo, de nuevo, contra el reloj.

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57Cortex

Compuesto de 90 cartas (74 cartas Prueba, 6 cartas Desafío táctil, 10 cartas táctiles en relieve) y 6 puzzle-cerebro (24 piezas), este juego pone a prueba la memoria, la agilidad visual, la coordinación y el razonamiento de los participantes. Algunas de las cartas tienen un componente sensorial, por lo que estimula prácticamente todos los sentidos. Está indicado para alumnos a partir de ocho años, el tiempo estimado para cada partida es de 15 minutos y pueden participar un máximo de seis personas. La dinámica de juego es la siguiente: las cartas se amontonan y se ponen boca abajo, de esta manera se verá en qué consiste la prueba; si se acierta, se recibe un trozo de cerebrito del color que corresponda. Quien consiga antes las cuatro piezas que forman la imagen del cerebro completo, ¡gana!

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58Lince

Pone a prueba la agudeza visual, la memoria y la coordinación ojo-mano. Para jugar hay que montar un tablero circular que contiene imágenes de diferentes objetos cotidianos. Todos ellos tienen una ficha individual cuadrada para que los jugadores sepan qué tienen que buscar. Cada miembro elige tres fichas al azar y debe encontrarlas en el menor tiempo posible marcando cada una con una ficha redondeada de color.

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59Juego de reciclaje

Aprender a clasificar la basura correctamente inculcará en los estudiantes el respeto por el medio ambiente, además de proporcionarles una habilidad fundamental para su día a día en casa. Contiene 100 fichas con imágenes de productos que se desechan normalmente y cuatro cubos de reciclaje en los que se pueden separar. El juego consiste en averiguar qué elementos se pueden reciclar y a qué cubo hay que echarlos. Ganará aquel que haya acertado más. Como las normativas y los colores de los cubos pueden variar en función de la localidad en la que se habita, se recomienda estudiar primero las reglas locales y jugar en base a ellas.

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60Palabrea

Ideal para repasar y reforzar el vocabulario y los conocimientos culturales de niños y niñas a partir de los seis años. El juego consta de 60 cartas con doble cara: por un lado se muestra una de las categorías de palabra en un color determinado y por el otro tres letras, cada una de diferente tono. Hay que encontrar palabras que encajen en las siguientes clase: animal, ciudad, país, personaje famoso, profesión, objeto, planta/árbol, comida, serie de televisión/película o nombre propio. ¿En qué consiste el juego? Se coloca la baraja con la cara de las letras hacia arriba y se voltea a un lado, de esta manera veremos una categoría y tres letras con las que jugar. Hay que buscar una palabra que comience por la letra que comparte el mismo color que la categoría con la que se juega. Cada acierto se señala con la posesión de la carta jugada. Al finalizar el mazo, finaliza la partida y el jugador con más cartas en su poder es el ganador.

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61Aprende con imágenes

Diseñado para niños de entre 0 a 3 años. Con él se estudiarán los colores, los animales, las texturas o las formas a través de imágenes. Contiene diversas láminas en las que hay una pregunta. Para elegir la respuesta correcta se emplea un ‘lápiz mágico’ que se apoyará sobre la imagen seleccionada. Si es un acierto, este dispositivo se iluminará y emitirá una melodía, por lo que se trata de un juego autocorrectivo, en el que los estudiantes saben de inmediato si han dado la respuesta correcta. Aunque está diseñado para una sola persona, se puede jugar en grupo, llevando un recuento de los aciertos de cada participante.

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62Kakaduu

Muy útil para introducir el vocabulario de los animales, tanto en el aula como en casa. Contiene 50 cartas ilustradas con diferentes animales y con su nombre escrito en 5 idiomas distintos: español, alemán, inglés, italiano y francés. Está pensado para niños de 1 a 3 años y se pueden emplear mostrándolas al grupo y pronunciando claramente el nombre para que lo aprendan. Una vez memorizados, se pueden emplear como cartas de memoria para que los jugadores acierten el nombre cada animal.

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63Formar palabras

Juego de mesa para trabajar la lectoescritura. A través de tarjetas ilustradas, cada jugador deberá introducir las letras que formarán la palabra que describe la imagen en el orden correcto. Las fichas son autocorrectivas, es decir, cada palabra está compuesta de unas fichas que tienen una forma determinada, por lo que solo hay que buscar aquellas que encajan este espacio. Con Formar palabras se puede estudiar vocabulario relacionado con animales, profesiones, posiciones, acciones, instrumentos, alimentos, transportes y sentimientos y sensaciones. Existe la posibilidad de jugar a solas o en grupo. Si solo hay un jugador, se elegirán las fichas con las que trabajar, se sacarán las letras que componen las palabras y se mezclarán para recomponerlas de nuevo. En este caso, se establecen grados de dificultad según la edad y facultades de cada uno. Por ejemplo, se dejan las iniciales de cada palabra y el participante debe buscar el resto de ellas. Y a partir de aquí se incrementará la dificultad como se desee, llegando al punto de no contar con ninguna ficha de letra en la tarjeta. Además, puede emplearse como juego en grupo repartiendo una tarjeta por jugador y mezclando todas las letras boca abajo. Por turnos, cada uno volteará una letra, si encaja en su ficha la usará, si no la devolverá a su posición inicial. Aquí entrará en juego la memoria de cada miembro que deberá fijarse bien para coger la ficha adecuada en su turno. Ganará el que antes complete sus palabras.

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64Trivial familiar

¿Quién es el que más sabe de la clase o de casa? La solución a la pregunta se consigue tras una partida de este conocido juego de preguntas. En su edición familiar, se incluyen 1200 preguntas aptas para niños y el mismo número para adultos, de esta manera todo el mundo podrá participar. La dinámica es sencilla: se lanzan los dados y se mueve la ficha hacia la temática que haya tocado. Se le lanza la pregunta al jugador y, si la acierta, recibe un quesito del color correspondiente. El jugador que antes consiga todas las cuñas y complete su ficha, ¡ganará!

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65¡Aventureros al tren! Europa

Aquí prima la estrategia, pero también la suerte. Al desplegar el tablero se descubre un mapa de Europa que conecta diferentes ciudades con líneas de tren en diferentes colores. Cada jugador recibe tres billetes a diferentes destinos y el objetivo es viajar desde las ciudades de origen y hasta la de destino. Para unir ambas, los jugadores sacarán diferentes cartas de un mazo común que muestras distintos tipos de tren. Cuando se reúnan las cartas necesarias para poner en marcha la línea, el jugador dejará las fichas de su color encima, para marcarla. ¿Qué hacer si otro jugador cierra una línea que otro necesita? Se pueden crear estaciones de tren para aprovechar el trabajo de los contrincantes y usar sus líneas ferroviarias en beneficio propio.

Fuente de la reseña: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/juegos-mesa-educativos-clase-aula/37168.html

 

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Cómo criar (y educar) desde la sostenibilidad

Por: Diana Oliver

¿Somos realmente conscientes del impacto que tienen las formas de consumo actuales? ¿Podemos hacer algo las familias desde el lugar que ocupamos?

Ningún país en el mundo ha alcanzado todavía los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, aprobada en 2015 por la Organización de Naciones Unidas (ONU) para acabar con la pobreza y los daños medioambientales. Lo refleja el informe Sustainable Development Report 2019, publicado el pasado verano por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN), cuyo objetivo es analizar el grado de cumplimiento de los ODS en todos los países del mundo. Aún hay tiempo. La cuestión es si hay esperanza de que en los próximos once años se alcancen esos objetivos y de qué depende el éxito de tan ambiciosa misión.

Para José Antonio Liébana, profesor de la Universidad de Granada en el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación que imparte desde hace años la asignatura ‘Intervención en un consumo responsable y salud’, aún hay esperanza. Y todo pese al proceso lento y contradictorio que se está siguiendo a nivel global. “Hay que tener en cuenta que la propuesta de objetivos es muy amplia y ambiciosa –lo que la hace atractiva– pero dificulta más su logro”, dice. Además, según Liébana está la cuestión de lo que cada país considera prioritario, hasta dónde pueden llegar y qué camino deciden trazar para lograr el objetivo. También que las medidas a tomar muchas veces no dependen del interés del ciudadano sino de entes más poderosos, cuya meta no siempre es el bienestar de las personas sino el beneficio económico. ¿Qué se está haciendo contra la inacción política e institucional? ¿Somos realmente conscientes del impacto que tienen las formas de consumo actuales? ¿Podemos hacer algo las familias desde el lugar que ocupamos?

Criar en la cultura del consumo

Cuando en el test de embarazo aparecen las dos rayitas rosas se pone en marcha un extraño mecanismo interno que nos empuja de manera inevitable a consumir. Queremos que no le falte nada a nuestros retoños –aunque muchas veces no sepamos muy bien qué es lo que realmente necesitan–, y ya antes de nacer tienen ropa, productos de higiene y toda clase de artilugios para su supervivencia o para su (nuestra) comodidad. Es aquí donde la línea que separa la verdadera necesidad de lo superfluo se vuelve más fina. Casi traslúcida.

A la cuestión de si podemos hacer algo las familias desde el lugar que ocupamos, José Antonio Liébana responde que el contexto familiar es un agente de socialización básico para el ser humano y a través de él se transmiten valores y hábitos de conducta y pensamiento. Sin embargo, recuerda que no hay que olvidar que las familias están formadas por personas que viven en una sociedad que tiene unas formas determinadas de actuación y que indica las posibles direcciones que se pueden tomar. “Vivimos en un mundo donde a todos nos van creando “necesidades ficticias” que no son útiles pero que se nos proponen como necesarias para, en el caso que hablamos, ser unos “buenos padres”. Para muchos padres la crianza de un hijo se convierte en un gran problema porque en quererle “darle lo mejor” o “hacerlo lo mejor” se incluyen una gran cantidad de cosas que a veces tienen escasa utilidad pero que nos están diciendo desde el primer momento que hay que tenerlas”, lamenta.

Le pregunto a Yve Ramírez, divulgadora medioambiental y autora de Residuo cero (Ediciones Titilante), si ante la cantidad de cosas que compramos cuando nos vamos a convertir en padres y madres no nos habremos vuelto locos con la crianza. Afirma, como Liébana, que la crianza es una de las facetas más proclives al consumismo. “Hay muchas ilusiones en medio, las ganas de dar lo mejor y, claro, como parece que creemos que dar lo mejor es dar más… Nos han llenado de necesidades creadas para cada etapa de la vida y más para la crianza. Y cuando eres primeriza eres mucho más sensible a este engaño porque, simplemente, no tienes experiencia”, explica. Por eso Yve Ramírez siempre recomienda que se compre lo mínimo posible, porque “para comprar algo que realmente echemos de menos siempre estaremos a tiempo”.

En contraposición a este derroche mecánico, el informe El coste de la crianza. ¿Cuánto cuesta tener un hijo?’, publicado por Save the Children en septiembre de 2018. En el documento advierten de que en España hay casi 700 mil hogares que no consiguen cubrir el coste mínimo que supone la crianza de un hijo en condiciones dignas. “Hemos comprobado que el coste mínimo mensual para criar a un niño o niña en España es alto, aumenta con la edad y en algunas comunidades autónomas es especialmente elevado. Muchas familias, a pesar de realizar un inmenso esfuerzo económico, no pueden garantizar que sus hijos e hijas crezcan y se desarrollen en las condiciones adecuadas”, apuntan. Aquí, las más vulnerables, las que necesitarían de las prestaciones del Estado para poder cubrir sus necesidades básicas, no encuentran apoyo: la prestación por hijo a cargo es tan pequeña que no alcanza a cubrir ni el 5% del coste de la crianza.

Acciones para una crianza más sostenible

Tendemos a pensar que nuestras actuaciones individuales intervienen poco –o nada– en la marcha social. Sin embargo, se puede lograr una crianza más sostenible desde nuestras elecciones de consumo, no sólo en cuanto a lo que compramos sino también en cuanto a lo que dejamos de comprar. Para la autora de ‘Residuo cero’ ya desde el nacimiento la lactancia materna se ubica a la cabeza como el más sostenible de los alimentos en todos los sentidos. Así lo defendía en 2016 la Semana Mundial de la Lactancia Materna que bajo el lema “Lactancia Materna: clave para el desarrollo sostenible”, insistía en el papel que cumple la lactancia materna como una pieza más en el puzle de objetivos globales marcados por la ONU. En concreto está directamente relacionada con cuatro: Nutrición, seguridad alimentaria y reducción de la pobreza; Supervivencia, salud y bienestar; Medio ambiente y cambio climático; y Productividad y empleo femenino. Después, cuando comienza la alimentación complementaria, Yve Ramírez cree que más que comprar alimentos etiquetados como “ecológicos” es importante dar a nuestros hijos alimentos “de verdad”: “No potitos, papillas industriales o los que se venden como alimentos para niños sino ofrecerles alimentos frescos y preparados en casa a partir de productos de proximidad. Será más sostenible y también más económico”.

Para Brenda Chávez, periodista y autora de ‘Tu consumo puede cambiar el mundo’ (Ediciones Península) y ‘Al borde de un ataque de compras’ (DEBATE), la alimentación es clave en un consumo más sostenible y valora como positivo ir a comprar con nuestros hijos e hijas y aprovechar esa oportunidad para explicarles por qué elegimos unos productos y otros no. “Que aprendan a alimentarse bien, que se relacionen con lo que son los productos de temporada (qué alimentos pertenecen a cada estación y por qué) y qué son los productos de cercanía”, dice. Esto para Chávez les otorga también una cultura gastronómica importante.

En el tema de los productos de limpieza del hogar también se pueden mejorar nuestras opciones de consumo. Según la periodista tenemos la posibilidad de utilizar productos que no sean agresivos o dañinos para el medioambiente y para la salud. Y lo mismo para los productos de higiene: “Se pueden consumir muchos menos productos de los que se consumen habitualmente. Con un buen jabón y un aceite de coco, que es perfectamente válido para hidratar la piel de toda la familia, se pueden ahorrar otros muchos productos”.

Un punto que siempre es complicado de abordar es el de la ropa y el calzado. Aquí también se puede lograr que nuestro consumo sea mucho más sostenible pero no sin antes tropezar con unas cuantas piedras en el camino. En primer lugar está la cuestión de que cada vez tenemos menos referentes alrededor con hijos pequeños, por lo que la herencia de ropa entre familiares y amigos a veces se complica para las familias. Luego está la cuestión de lo rápido que crecen los bebés –sobre todo durante los primeros meses–, por lo que son muchas las prendas que acaban quedando prácticamente nuevas sin que se hayan llegado a utilizar. Para Yve Ramírez la solución se haya en la ropa y el calzado de segunda mano que podemos encontrar en mercadillos, tiendas físicas u online o aplicaciones de segunda mano tipo Wallapop o vibbo. Una recomendación aplicable a la mayoría de productos de puericultura, como carros, mochilas de porteo, cunas, camas o tronas.

Por último, el consumo que hacen las familias de juguetes también puede ser más sostenible. Yve Ramírez nos anima a preferir la calidad frente a la cantidad. “Juguetes que duren, aunque sea para que los disfrute alguien más después de ellos. No hay nada peor que un juguete-baratija que se rompe tras una semana de uso y luego acaba en la basura o arrastrándose por casa”, opina. En cuanto a la cantidad, recuerda que “llenar” a los niños de juguetes no es sostenible ni a corto ni a largo plazo: “Al final, además de nuestros hijos, estamos criando consumidores y si los llenamos de regalos de niños, no podemos esperar que tomen buenas decisiones de compra cuando se hagan adultos”. Comparte esta última idea Brenda Chávez para quien siempre es más sostenible apostar por la creatividad, la imaginación y el juego que el juguete o su posesión material.

Educar en la sostenibilidad

Sobre qué gestos podemos hacer desde casa para que contribuyamos a una mayor sostenibilidad real, Brenda Chávez cree uno de los primeros pilares se asienta en la educación: educar en la sostenibilidad. “Muchos adolescentes están pidiendo que se tomen medidas por la emergencia climática en la que vivimos. Una crianza y una vida sostenible les permite integrar con normalidad la sostenibilidad en su vida”. Recuerda que es cierto que además de la familia influyen otros entornos en este aprendizaje (el escolar, el social, la publicidad, la familia extensa…), pero considera que nuestro ejemplo en casa, sobre todo en los primeros años, les da una base para poder tener unos criterios más sólidos en el futuro para con sus decisiones. “Si en estos años se les acompaña en el aprendizaje de un consumo más sostenible y se les educa en el respeto por el medioambiente, los recursos, el agua, el gas, la luz, etc., por muchos mensajes que lleguen a ellos a lo largo de la vida, algo quedará”, sostiene.

Para Yve Ramírez educar a nuestros hijos para que sean unos consumidores futuros responsables pasa sobre todo por el ejemplo. “Es importante que crezcan en un hogar en el que se practica realmente un consumo responsable. Es decir, un hogar en el que no se compren cosas por capricho o moda sino porque realmente tienen una utilidad en nuestras vidas, se intente tomar siempre la mejor decisión de compra posible y, desde luego, se aprecie, cuide y valore aquello que tenemos”, explica.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/11/12/mamas_papas/1573556948_837463.html

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Entrevista a Silvia Álava y Ruth Castillo: «Si a los niños se les enseñan habilidades para gestionar correctamente sus emociones se pueden evitar problemas físicos y mentales de por vida»

Entrevista/07 Noviembre 2019/El diario la educación

Las emociones tienen un papel fundamental en nuestras vidas, pero muchas veces se lo negamos o lo ignoramos. Entrevistamos a Silvia Álava y Ruth Castillo sobre el papel que tienen y cómo familias y docentes pueden aprender de ellas para mejorar la inteligencia emocional de niñas y niños.

Hablamos con Silvia Álava, doctora en Psicología Clínica, y Ruth Castillo, doctora en Psicología de la Educación, sobre la importancia de las emociones en la vida de niñas y niños, de adultos también. Qué podemos aprender de ellas, cómo gestionarlas y mejorar nuestra relación con los demás. Ambas han colaborado con el proyecto Aprendemos juntos del BBVA en su reto ‘Hechos de emociones‘ que quiere dar herramientas y conocimiento a familias y profesorado sobre inteligencia emocional para que puedan desarrollarla junto a niñas y niños.

¿Vivimos en un mundo que prima lo racional, que castiga la vertiente emocional de las personas?

Silvia Álava: Vivimos en mundo en el que la formación ha ido dirigida a la parte racional, a generar contenidos y a memorizar datos. Desde pequeños en las escuelas a los niños se les enseña a leer y a escribir, pero las emociones tradicionalmente han quedado fuera de las aulas. Cuando llegamos al mundo adulto, tratamos a los trabajadores como si fueran máquinas, sin pararnos a valorar su parte emocional, sin percatarnos de que esta nos acompaña en cada día de nuestra vida, y que la mayor parte de los conflictos laborales suelen ocurrir por temas emocionales. Si no aprendemos a relacionarnos de forma sana con nuestras emociones, podemos enfermar e, incluso, perder el equilibrio físico y emocional. Por eso es importante que cada vez la educación emocional esté más presente en todas las esferas de la sociedad.

Ruth Castillo Gualda: Más que castigar el ámbito emocional, yo diría más bien que los adultos tenemos todavía muy arraigada la idea de que las emociones nos hacen vulnerables. ¿Cuántas veces nos han aconsejado que deben esconderse determinadas emociones para no mostrar debilidad? Esa mentalidad está compuesta por las pautas educativas, las ideas que nos han inculcado, nuestro autodiálogo a la hora de tomar decisiones, la sociedad o la cultura en la que hemos vivido. Todas estas ideas las llevamos grabadas a fuego muchos de los adultos (papás o maestros) que somos responsables actualmente de la educación emocional de los niños. Por eso, la educación emocional invita a romper esa creencia, a transformar la opinión que tenemos acerca de que las emociones como aspectos que pueden entorpecer o hacernos más vulnerables. En cambio, debemos verlas como mensajes, como una información más a la que debemos atender cuando queremos dar una respuesta efectiva. La inteligencia emocional nos ayuda a entender que mostrar las emociones puede ser un símbolo de valentía y de coraje y que escuchar las de los demás nos hace más efectivos y más empáticos.

Hoy día la neurociencia nos da algunas claves sobre la importancia de las emociones a la hora de, por ejemplo, guiar nuestro aprendizaje, cómo se fija el conocimiento que adquirimos…

Silvia Álava: Así es. Las emociones forman parte de nuestra vida, podemos utilizarlas a nuestro favor para facilitar el aprendizaje o ignorarlas y entorpecer los procesos de aprendizaje. Hoy en día tenemos ya superado el refrán “la letra con sangre entra”, de hecho, sabemos que cuando los alumnos sienten emociones desagradables como el miedo, su aprendizaje se ve afectado. El miedo no va a favorecer procesos claves del aprendizaje como son la atención a los que dice el profesor, el razonamiento lógico, la capacidad de memorización… Más bien todo lo contrario, nos bloquea y no nos deja pensar con claridad. Otro ejemplo con el que seguro que casi todos nos hemos visto reflejados es la ansiedad. Cuando los alumnos están muy estresados merma su capacidad de aprendizaje y fallan en los exámenes. Sin embargo, emociones como la curiosidad, favorecen el aprendizaje porque incitan a que al niño le apetezca aprender. Las emociones mantienen la curiosidad y favorecen el interés por descubrir lo nuevo.

Nadie nunca recibió demasiada información sobre cómo funcionan las emociones. Familias y docentes tampoco. Esto complica mucho romper con la sensación de que hay cosas que es mejor no sentir, ¿no?

Silvia Álava: Es importante que tanto las familias como los docentes estén formados en inteligencia emocional. Lo primero, porque ellos serán el modelo que sus hijos y alumnos seguirán. Si no regulan bien sus emociones será complicado que pidan a los menores que lo hagan. Tenemos que perder el miedo a sentir, a sentir todas las emociones, tanto las agradables como las desagradables. Porque las emociones son información y nos dicen lo que nos está pasando. Cuando no escuchamos nuestras emociones no tomamos bien las decisiones. Y cuando las negamos, estas vuelven con más fuerza e, incluso, si lo hacemos durante un periodo largo de tiempo, puede desembocar en enfermedades somáticas. Es decir, el dolor es el mismo, pero la causa no es orgánica sino emocional. Por ejemplo, molestias gástricas que no están causadas por una intoxicación o un virus, sino por los nervios; al igual que los dolores de cabeza, las erupciones en la piel…

Ruth Castillo Gualda: El problema de esta idea es que nos encontramos con gente adulta que tiende a reprimir o negar sus emociones. Las emociones que se bloquean pueden conllevar a importantes problemas de salud mental, como la ansiedad o la depresión. Es precisamente esa discrepancia entre lo que se siente y lo que se muestra, la principal fuente de estrés y consumo de recursos en una persona. Además, esto no atañe solo a la población adulta. Según informes recientes realizados por la OMS, los trastornos emocionales como la depresión, están siendo la principal causa de discapacidad entre niños de 10 a 19 años. Por ello, la educación emocional se convierte en una herramientas preventiva en la que el centro educativo, los iguales y los adultos con los que se relaciona el niño, representan un elemento clave. Si a los niños, desde pequeños, se les enseñan habilidades para gestionar correctamente sus emociones se pueden evitar problemas físicos y mentales de por vida, y en psicología, como en otras disciplinas, prevenir siempre es más efectivo que solucionar.

Siempre se dice que hay emociones buenas y malas. ¿Cómo lo veis desde vuestro conocimiento?

Silvia Álava: No existen emociones buenas ni malas. Todas las emociones son buenas porque nos dan información. Sin embargo, hay emociones que llamamos agradables o positivas que a todos nos gusta experimentar, como puede ser la alegría, la calma, la tranquilidad… Y otras son emociones desagradables o negativas porque no nos gusta sentirlas, como puede ser el miedo, el enfado, el asco, la frustración… pero que son igualmente necesarias porque nos dan información sobre lo que nos ha pasado y podemos utilizarlas para resolver la situación. Por ejemplo, si me he enfadado por la conducta que un compañero de trabajo ha tenido conmigo, puedo utilizar la energía de la emoción del enfado para decirle de forma asertiva, que cuando hizo algo en concreto yo me sentí decepcionada, o enfadada porque no me ha gustado y me gustaría que para otra vez me pidiese o hiciese lo que en ese momento me hubiese gustado recibir.

Ruth Castillo Gualda: Una persona con inteligencia emocional no es aquella que vive en un mundo happy, entusiasmado o relajado todo el tiempo. Eso es una idea irreal y poco acertada desde de mi punto de vista. La paternidad no es lo que nos contaron, en la que todo sale como esperamos, en la que nos sentimos pacientes todo el tiempo. Tampoco los alumnos en clase están siempre dispuestos a aprender y motivados con las tareas. Pero en ambos casos, como educadores, sí podemos contagiar emociones, es más, las emociones son muy contagiosas y tanto en casa como en clase, estamos continuamenteo co-regulando emociones con los demás. Lo que yo haga y cómo lo haga va a influir en el comportamiento y las emociones del otro, y viceversa. Por ello, nuestra labor es fundamentalmente emocional. Y desde lo emocional podemos activar y despertar muchos procesos cognitivos complejos. Es decir, la educación emocional promueve las habilidades para gestionar o generar las emociones más útiles con el objetivo de dar una respuesta adecuada a la tarea que estamos realizando o al objetivo que perseguimos. Por eso, implica reconocer la utilidad de todas las emociones. La frustración, la decepción o la preocupación pueden ser experiencias muy acertadas en determinadas ocasiones.

¿Por qué las emociones negativas, las que nos resultan desagradables, son más fáciles de recordar?

Silvia Álava: Cuando sentimos una emoción se activa una parte del cerebro que se llama el sistema límbico o cerebro emocional, y los acontecimientos se fijan más en la memoria cuando esa parte está activada. Por eso decimos que el aprendizaje asociado a las emociones es más difícil de olvidar, sobre todo cuando se activa el hipocampo, que es donde se registra la memoria de lo percibido y aprendido. Tradicionalmente, por la forma en la que nos han educado y por nuestras vivencias, ponemos mucho más el foco en lo que nos pasa negativo que en lo positivo. Algunas investigaciones sugieren la activación o el choque de una emoción desagradable, la cual puede igualar o superar el de tres de emociones agradables. Por ello, sería conveniente esforzarnos en tener el triple de experiencias positivas que negativas, y lo ideal sería que las quintuplicasen.

¿Cómo pueden las familias y el profesorado atender a las emociones de niñas y niños?

Ruth Castillo Gualda: ¿Cuántas veces pedimos a nuestros hijos que manejen o controlen su rabia o sus celos, cuando ni siquiera saben que se sienten así, cuáles son sus pensamientos o qué detonantes han provocado esa emoción? Les pedimos “empezar la casa por el tejado”. Actualmente, existe mucha conciencia de la importancia de la educación emocional pero poca estructura sobre cómo trabajarlo. A través del reto ‘Hechos de emociones’ del programa educativo ‘Aprendemos juntos’ de BBVA, se proporciona organización sobre cómo abordar y trabajar cada una de las habilidades relacionadas con la inteligencia emocional. En primer lugar, proponemos y diseñamos ejercicios para trabajar la percepción e identificación de las emociones, posteriormente la comprensión y el vocabulario para describir las emociones, y por último, la regulación efectiva de las mismas. Todo esto tanto a nivel personal como a nivel social. Por tanto, con este reto ofrecemos pautas prácticas y estructuradas para trabajar con los niños de manera progresiva y/o adaptada a su nivel de desarrollo madurativo, desde la etapa de primaria hasta la adolescencia, y en dos ámbitos sumamente relevantes, como son eleducativo y el familiar.

¿Por qué es importante que chicas y chicos conozcan sus emociones, sepan identificarlas y gestionarlas?

Ruth Castillo Gualda: Mi carrera investigadora ha estado fundamentalmente centrada en demostrar la efectividad de la educación emocional. Cuando aplicamos programas de educación emocional estructurados y correctamente implementados, las resultados muestran que los alumnos tienen mayor salud mental, es decir, reportan menos problemas de estrés, ansiedad, somatizaciones o depresión. La calidad de las relaciones entre los alumnos mejora, la respuestas agresivas disminuyen y tienen más conductas empáticas, en comparación con clases que no reciben educación emocional. Además, el impacto de la educación emocional no se limita únicamente al alumnado, los adultos pueden beneficiarse de muchas maneras. Los profesores, tienen mayor capacidad para responder a las demandas del alumnado, saben cómo conectar con sus emociones, validarlas y atenderlas, siendo un buen modelo de gestión emocional. Los profesores que integran herramientas de educación emocional en su pedagogía para enseñar poseen mayores niveles de motivación, manejan mejor el estrés, así como mayor satisfacción y compromiso en su labor docente. En definitiva, la manera en que los educadores gestionen sus propias emociones, así como la forma en la que se relacionen con las emociones de los niños, será el elemento clave y diferenciador para promover en ellos un desarrollo óptimo y saludable.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/extraeducacion/2019/11/07/si-a-los-ninos-se-les-ensenan-habilidades-para-gestionar-correctamente-sus-emociones-se-pueden-evitar-problemas-fisicos-y-mentales-de-por-vida/

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Entrevista a Clara Martínez. Profesora de Derecho Adminisitrativo:

Por: Daniel Sánchez Caballero

“En el ámbito familiar parece que los niños no tienen derechos y cada uno puede hacer lo que quiera”

Los derechos de la infancia, como el derecho de participación, muchas veces no terminan de cumplirse, a pesar de las leyes. Clara Martínez asegura que «no nos creemos que (las y los niños) puedan tener opinión».

Clara Martínez García es profesora de Derecho Administrativo en la Universidad Pontifica de Comillas y hace las funciones de directora de la Cátedra Santander de Derechos del Niño. Desde su posición, Martínez ha investigado en derechos de la infancia y derecho administrativo, lo que la convertía -junto a su equipo- en la candidata ideal para ayudar a elaborar la nueva ley contra la violencia contra infancia, que el Congreso debería aprobar la próxima legislatura (a priori tiene el apoyo de todos los grupos). Martínez, que se declara “muy fan” de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cree que la Agenda 2030 que los enmarca supone “una gran oportunidad de repensar el sistema. La infancia es transversal a todos los objetivos y nos va a dar una dimensión nueva de lo que tienen que ser las obligaciones de los poderes públicos con los niños para que se puedan cumplir sus derechos”. Hablamos con esta profesora sobre la conferencia que ha impartido este jueves sobre derechos de la infancia en el marco de las jornadas La Ciudad de los Niños, que han tenido lugar en La Casa Encendida de Madrid.

¿Se cumple en España la Convención sobre los derechos del niño?

Hay cosas en las que no, está claro. O, si se quiere, se cumple parcialmente. La violencia contra la infancia sin duda que es una en la que se puede mejorar, pero hay muchos apartados. Pobreza, colectivos vulnerables de niños, participación -una cosa muy seria-, déficits institucionales del sistema… Hay muchos aspectos en los que podemos seguir mejorando.

Varias de las cuestiones parecen bastante obvias, pero me llama la atención que señales, con énfasis además, la participación de los pequeños en la sociedad. Parece un campo muy ignorado.

Es como un límite casi psicológico. Ponemos excusas con el tema de la participación. Pero la Convención, el tema de la participación -que lo consagra en un artículo– lo contempla en unos términos amplísimos. Pretende que el niño sea escuchado en aquellos aspectos de su vida que le afectan. No solo en términos procesales (que le pregunten en un divorcio u otro caso en un juzgado), sino que aparece como catalizador de otros muchos: libertad de expresión, de pensamiento, de creencia. Todos los derechos que aparecen en la Convención están aquí. Pero lo incumplimos mucho. Incluso aunque se recoge en el artículo 9 de la Ley Orgánica de Protección jurídica del Menor, se concreta en que se incumple exactamente igual. Hemos avanzado en tener el derecho, pero nos falta trasladarlo a la práctica. No nos creemos que sean capaces de tener opinión, y no las tenemos en cuenta con el peso que deberíamos, sobre todo, en las cuestiones que les afectan. Pasa en muchos países. Esto no significa que no hayamos hecho nada, hay mucha gente intentado concretar formas de hacerlo. Pero ni siquiera está en nuestras cabezas. Seguimos pensando que tenemos que hacer muchas cosas por ellos, pero sin ellos, una especie de despotismo ilustrado para ellos.

¿De qué manera se podría canalizar esta participación?

No hay una única manera. La base estaría -según el Comité y yo estoy de acuerdo- en el ámbito educativo. Los niños pasan cantidad de horas ahí, de forma natural se relacionan con profesores, etc. Están tomando permanentemente decisiones que les afectan, pero no se acaban de canalizar bien esas participaciones. Podemos seguir en el ámbito familiar, un lugar donde parece que el derecho no entra y cada uno puede hacer lo que quiera. Pero, probablemente, si establecemos otra manera de relacionarse padres e hijos, tomando en cuenta a todos, tendrán algo que decir en lo que pueden parecer pequeñas cosas. Hay una cuestión orgánica y de establecer cauces de participación y otra que tiene que ver con una concienciación y un cambio de mentalidad. Creer que los niños son sujetos de derechos y tenerlos en cuenta. Hay gente que critica los parlamentos de niños porque dicen que a quién representan. No sé si representan a todos, pero son los que participan. Pero no los terminamos de crear; tendríamos que hacerlo. Antes de concretar el cómo, hay que estar seguro de que nos lo creemos.

Cumplimos 30 años de la adhesión a la Convención de los Derechos del Niño. ¿Cómo se ha avanzado en sus derechos?

Hemos ido avanzando en todos los ítems en los que el Comité nos examina. Eso ya simplemente en sí mismo es bueno. Cada cinco años -al final son más- el comité va a venir al Estado firmante para que rinda cuentas, dé datos, normas, enseñe planes estratégicos. Creo que estamos en la línea correcta de que esto supone un compromiso para todos los que estamos en el sistema. Retrocesos creo que en según qué sitios no ha habido, pero en algunas cosas estamos muy verdes. Bueno, de hecho creo que sí. En Educación el comité cree que ha habido retroceso con la LOMCE. En pobreza también, y en ayuda oficial al desarrollo. Durante los años de la crisis más fuerte hemos retrocedido. De alguna medida se está intentado paliar y si las cosas van mejor, salir adelante. Pero la educación de calidad estamos lejos de conseguirla. Cada vez más estudios hablan de la segregación escolar por causas económicas, eso es muy duro. Y, además, en los colegios públicos. Algo no estamos haciendo. En educación inclusiva nos ha caído una condena del Comité que señala que España incumple el derecho a la educación inclusiva. En violencia no tenemos una estrategia, nos lo dice el Consejo de Europa y el Comité. Solo hemos quitado del Código Civil el poder a golpear a los hijos (“una facultad de corrección”), pero la gente lo sigue haciendo.

Habla de un retroceso en la pobreza infantil, pero el Gobierno ha creado una figura específica para ello, el Alto Comisionado para la lucha contra la pobreza infantil. ¿No le ha dado tiempo a conseguir resultados o no está acabando de funcionar?

Es un gran logro que se haya creado la figura. Ha tenido el recorrido que ha tenido, pero sí que intentado compensar en materia educativa y de salud, sobre todo, para paliar con recursos todo el retroceso que se había producido. No había, sobre todo para los extranjeros, un acceso universal a la sanidad. Ha hecho propuestas que se han aprobado en los presupuestos fallidos, se han creado dos comisiones permanentes en el Congreso sobre infancia.

Ha mencionado que España fue sancionada por incumplir el Convenio sobre derechos de las personas con discapacidad de la ONU. ¿Ha habido alguna sanción por incumplimiento del Convenio sobre derechos de los niños?

Que yo sepa no, pero no descarto que pueda caer alguna por la situación de los niños en los centros de protección en Melilla. Lo que sí hay son informes que expresan preocupación por determinados temas en España.

Hemos hablado de posibles áreas de mejora. ¿Coinciden con los próximos retos o hay más?

Entendiendo los retos como temas pendientes, tenemos un desafío claro: el tema de las nuevas tecnologías. Es un espacio donde los niños están muchas horas y se relacionan. La respuesta jurídica actual en el sistema de protección puede ser inadecuada para determinados problemas. No se trata de declarar en riesgo o desamparo, esto viene del código civil, pero está desfasado. Tenemos que repensar el sistema. No para destruirlo, creo que lo más importante sería poner el énfasis de la protección en la prevención. El sistema actual sigue dando protagonismo a la reacción. Es verdad que una vez que se han vulnerado los derechos del niño el sistema responde y al niño se le atiende. Pero lo realmente importante sería basar las leyes en los instrumentos que necesitamos para que puedan ejercitar sus derechos. Si fortalecemos esto, seguramente la respuesta reactiva a una vulneración de derechos sería cuantitativamente menor, tendría que haber menos, estaríamos trabajando en la protección ayudándoles a evitar la vulneración de derechos.

Si no me equivoco, estuvisteis en la cátedra trabajando en una nueva ley sobre la violencia contra la infancia que se aprobará la próxima legislatura. ¿Cuáles son los puntos principales?

Esta ley fue una recomendación del Comité de los Derechos del Niño a España en 2010. Estaba el Gobierno anterior, del PP, y pensó que no era el momento oportuno para esto y prefirieron sacar otras dos leyes más generales, en 2015, que modificaron otras 20 leyes a su vez. Son dos leyes importantes porque tocan muchos temas, pero no abordaron de manera global el problema de la violencia. El siguiente gobierno del PP empezó a trabajar en ello despacito. Hay que destacar que hay una Proposición No de Ley en el Congreso aprobada por unanimidad instando al Gobierno para que presentase una ley en esta cuestión. Luego llegó la moción de censura, cambió el Gobierno y aún así el PSOE, partiendo del texto que ya existía, la llevó al Consejo de Ministros. Esta ley está montada de manera paralela a la de Violencia de Género. Es fundamentalmente preventiva, prohíbe de manera explícita la violencia contra los niños. Obliga a los poderes públicos a coordinarse mejor para protegerlos. Esto implica unos pequeños cambios en el Código Penal y cambios procesales para no victimizar, etc. También la creación de unos juzgados especiales para atender la violencia contra la infancia. Es tutela administrativa, tutela penal y tutela procesal, son los tres grandes ejes. Lo importante es que supone un abordaje integral sobre la violencia: en las escuelas, en los medios, cómo se aborda en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, en los servicios sociales, en la familia.

Se recoge un principio de buen trato a los niños (no solo conformarse con no tratar mal, si no dar el paso a tratar bien, que no es lo mismo). Lo que ya tenemos hasta ahora son las leyes de protección, declaración de desamparo: si el niño sufre malos tratos graves se le separa de la familia y entra en un centro. Para el agresor, Código Penal. Esto no va al fondo del problema ni analiza las causas del problema. Y no lo hace con enfoque de derechos. La Convención dice que el niño tiene derecho a vivir con sus padres salvo que no sea bueno para él. No estamos garantizando ese derecho si inmediatamente los separamos. Tendremos que ayudar a los padres a hacer las cosas bien. Y si no lo hacen bien, entonces responder. Son cambios aparentemente pequeños, pero legislativamente de mucho calado.

¿La fuente principal de violencia contra los niños es la familia?

Me temo que sí. Pero para los niños lo peor de la violencia es el acoso o bullying en la escuela, según los informes que hay. Pero la familia, que debería ser un factor de protección, muchas veces no lo es. En abusos sexuales la mayor parte se producen en el seno familiar. La violencia se produce en los ámbitos en los que viven los niños: familia, escuela e, incluso, centros de protección, donde también hay violencia institucional.

¿Qué papel debe jugar la escuela en todo esto?

Está en la ley, hay un deber de denuncia cualificado de denunciar para los profesionales que trabajan con niños. Aunque no se haya producido en la escuela, los profesionales deben, por lo menos, poner en conocimiento de los servicios sociales la posibilidad o sospecha incluso de maltrato a un niño. La escuela no tiene que solucionar el problema. Muchas veces los profesores no se quieren meter porque es un marrón. Solo tienen que notificarlo. Los pediatras en esto están más avanzados y también alertan inmediatamente. Ellos detectan muchas situaciones de violencia y no miran para otro lado. La función del pediatra no es solo curar. Si la sintomatología le lleva a sospechar que hay un posible maltrato, su obligación es denunciar. Lo tenemos todos, pero los profesionales que trabajan con niños tienen un deber cualificado. La detección es fundamental. Para eso, una de las cosas que contempla la ley es la formación a los profesionales en la detección.

Pero esto de la formación para detectar la violencia en el ámbito educativo pasa entre poco y nada, ¿no?

En algunos casos sí, me consta, pero no de una manera tan sistemática como en el ámbito sanitario. Por ejemplo, para ellos la recogida de datos está sistematizada. En otros ámbitos esto cuesta mucho más. En servicios sociales y en el ámbito educativo no está tan interiorizado por cada uno de los profesionales que realmente su papel no es solo ser profesor, sino que forman parte de un sistema y son como las terminaciones nerviosas, están ahí detectando. Se hace menos y peor, en el sentido de que no está sistematizado. Hay protocolos distintos, o no los hay, se aplican o no. Como no es obligatorio… A veces parece que se quitan la responsabilidad por no aplicar un protocolo que no deja de ser una recomendación. ¿Entonces para qué tienen un protocolo?

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/25/en-el-ambito-familiar-parece-que-los-ninos-no-tienen-derechos-y-cada-uno-puede-hacer-lo-que-quiera/

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La teoría de las Inteligencias Múltiples, una nueva vía en la educación infantil

Redacción: ABC

Tradicionalmente en la escuela solo se ha valorado la lingüística y las matemáticas, señala una experta.

«Podemos ignorar las diferencias y suponer que todas nuestras mentes son iguales. O podemos aprovechar estas diferencias». La frase del psicólogo, investigador y profesor de la Universidad de Harvard, Howard Gardner, es el punto de partida para Beatriz Marcos Orellana, maestra de laEscuela Infantil Nemomarlin Torneo (Sevilla), para abordar la Teoría de las Inteligencias Múltiplesque este introdujo. Gardner apostó por un nuevo enfoque de educación en el que la brillantez académica no lo es todo. «Tradicionalmente en la escuela solo se ha valorado la lingüística y las matemáticas, sometiendo a los alumnos/as a pruebas pertenecientes a dichas áreas», señala Orellana.

Para esta educadora de infantil, « el expediente académico no es un factor decisivo para conocer la inteligencia de una persona, pues hay personas con excelentes calificaciones académicas que pueden presentar problemas para relacionarse con otras o para manejar otras facetas de su vida. Por ejemplo, si echamos la vista atrás encontramos a varios genios que fracasaron en su etapa escolar como Albert Einstein, Picasso, Stephen Hawking… y esto se debe a que en el aula no se ha trabajado atendiendo a diferentes gustos, motivaciones e intereses los cuales son muy diferentes en cada sujeto».

Sin embargo, prosigue, « Howard Gardner, al proponer una visión polifacética de la inteligencia, aportó el método de las Inteligencias Múltiples». En él agrupó todas las capacidades que tenemos en ocho categorías, que serían las siguientes:

Inteligencia lógico-matemática: compuesta por habilidades como clasificar, deducir, calcular, relación, resolución de problemas…

Inteligencia cinético-corporal: hace referencia a la capacidad de expresarnos a través del movimiento, control del cuerpo, etc.

Inteligencia naturalista: capacidad para el cuidado del medio ambiente, el mundo natural, armonía con la naturaleza, seres vivos…

Inteligencia intrapersonal: hace referencia al reconocimiento de emociones propias, la capacidad de introspección.

Inteligencia interpersonal: facilidad para establecer relaciones sociales, empatizar e interactuar con los demás.

Inteligencia lingüística: se relaciona con la habilidad del uso del lenguaje oral y escrito, preguntas constantes, interés por letras y palabras…

Inteligencia visual-espacial: facilidad para la orientación y localización de objetos en el espacio, interés por las imágenes, planos, mapas, etc.

Inteligencia musical: capacidad para percibir melodías, ritmos, recordar y componer canciones con facilidad…

Las inteligencias múltiples en E.I.

«Cada niño/a tiene una forma particular de pensar, de ver el mundo y, por tanto, de aprender», asevera Orellana, quien explica que «a través de las inteligencias múltiples es posible ofrecer a cada menor diferentes herramientas y experiencias para potenciar el desarrollo de todas sus capacidades y favorecer así su desarrollo integral». A su juicio, «las personas implicadas en el proceso educativo de los niños y niñas de la etapa de educación infantil desempeñan un papel vital para detectar y potenciar al máximo cada una de las inteligencias».

Para entender esta teoría, prosigue esta maestra, «sería bueno hacer una autoobservación y ver en qué inteligencias destacamos, pues eso nos va a permitir trabajarlo de forma adecuada con los niño». Para que un aprendizaje sea significativo y funcional, explica Orellana, este debe conectar con los intereses de los más pequeños y estos aprendizajes pueden ser abordados a través de las distintas inteligencias.

Así explica esta maestra cómo una misma actividad engloba todas las inteligencias:

1) Por ejemplo, si trabajamos la familia en el aula de educación infantil a través de las distintas inteligencias, podemos contar el número de miembros, ordenarlos por edades, hacer una gráfica con el número de miembros de la familia de cada alumno y comparar (inteligencia matemática).

2) Hacemos un árbol genealógico donde iremos organizando las diferentes categorías (inteligencia visual-espacial).

3) Hablamos cada uno sobre nuestra familia, qué nos gusta hacer juntos, dónde hemos pasado el fin de semana (inteligencia lingüística).

4) Aprendemos una canción sobre la familia o la hacemos nosotros mismos con diferentes ritmos (musical).

5) Vemos que también forman parte de nuestra familia las mascotas que tenemos en casa y hablamos sobre las que tenemos cada uno y la importancia de su cuidado (naturalista).

6) Hablamos de cómo nos sentimos cuando estamos con la familia, cuando nos dan un beso o abrazo, cuando nos riñen,… al hablar de esto, cada uno hace una reflexión interior (inteligencia intrapersonal). Al compartir nuestras ideas y experiencias con los demás fomentamos la inteligencia interpersonal.

7) Bailamos la canción de la familia y hacemos una representación real del cuadro donde adoptemos las diferentes posturas (cinético-corporal).

Esto es un ejemplo de cómo trabajar a través de una misma temática las diferentes perspectivas, dando la posibilidad a cada niño/a de sentirse único e irrepetible.

¿Dónde destaca tu hijo?

Para detectar en qué tipo de inteligencia destacan los niños, continua esta experta, «el instrumento que debemos usar es la observación, pues esta nos dará pistas sobre las ‘’inclinaciones’’ de cada uno. Por ejemplo, en el momento de patio podemos ver cómo un alumno recolecta plantas (naturalista), mientras otro busca un lugar escondido donde tener un momento de soledad y tranquilidad (intrapersonal). Otro alumno puede buscar a sus compañeros para llevar a cabo un determinado juego (interpersonal) y otro puede ordenar piedras según su tamaño (lógico-matemática)».

Así, concluye Orellana, «podemos contar con una amplia gama de materiales y recursos para trabajar a través de las inteligencias múltiples pero, sobre todo, lo más importante, es que lo que utilicemos favorezca la experimentación y la participación de los niños en las diferentes experiencias, pues ellos son los verdaderos protagonistas del proceso de enseñanza-aprendizaje».

Fuente: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-teoria-inteligencias-multiples-nueva-educacion-infantil-201902180206_noticia.html

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“¡Mamá, papá, soy docente!”: creció en la Villa 31, luchó y está por recibirse con las primeras profesoras que se formaron en el barrio

Por: .

 

Gisel Merida es una de las siete mujeres que egresará el título de docente en el Instituto Superior Dora Acosta del barrio de Retiro. Hija de jujeños, sus padres siempre trabajaron para que ella pudiera estudiar y tuviera un mejor futuro. Un tumor de células gigantes la encerró en su casa, pero nunca se rindió y el instituto llegó al barrio para darle una oportunidad

Gisel Merida supo en 2014 que el profesorado llegaba al barrio: el Instituto Superior de Formación Docente Dora Acosta, de la organización social El Hormiguero, se instalaba en Cristo Obrero. Se anotó y hoy está a punto de recibirse con la primera camada de docentes formadas dentro de la Villa 31 (Gustavo Gavotti)

“¿Un profesorado en la villa? ¡Estás loca!”, le contestó Gisel a su amiga Alejandra, aquella tarde de 2014. Incrédula, pero impulsada por unas ganas inexorables de ser docente, al día siguiente caminó hasta la sede del incipiente Instituto Superior de Formación Docente Dora Acosta, de la organización social El Hormiguero, en el barrio Cristo Obrero. Comprobó que era cierto, se anotó y empezó el profesorado para nivel primario. Cinco años más tarde, está a punto de recibirse con la primera camada de docentes formadas dentro de la Villa 31.

La cita para conocer “el profe” -así lo llaman- es a las seis de la tarde en una farmacia de la esquina de la calle doctor Ramos Mejía y Padre Carlos Mujica, al lado de la estación de tren Belgrano Norte, en Retiro. El sol está escondido, el viento es inusual y los gotones, intermitentes. Natalia Aquino, una de las coordinadoras del profesorado, llega a nuestro encuentro para que entremos juntos al mítico barrio que se formó en la década de 30.

Caminamos unos metros, pagamos cinco pesos en efectivo y nos subimos a un colectivo que no es de línea, pero parece. Recorremos algo así como quince cuadras hasta llegar a un puente peatonal. Lo cruzamos, sobre las vías del tren y entre carteles del Gobierno de la Ciudad. Una vez del otro lado, nos saluda Gisel Merida, que sonríe y se apoya en un bastón canadiense para caminar.

“Tengo 32 años. Me crié en la Villa 31. Vivo el barrio YPF”, cuenta al presentarse, mientras avanzamos cuatro cuadras hasta la sede del Profesorado Dora Acosta.

“Viví siempre en la misma casa. Ahora, arriba de la de mis viejos. Al igual que mis hermanos, nos fraccionamos el terreno y construimos. Por suerte es grande. Todas las familias hacemos lo mismo”, asegura Gisel. Y agrega que está en pareja con Eduardo, empleado y estudiante del profesorado, pero con simpatía aclara: “No me casé ni me pienso casar. Tampoco quiero tener hijos”.

El Dora Acosta es una edificación de dos pisos, con rejas en puertas y ventanas. En la planta baja hay dos aulas chicas con bancos individuales, pizarrón de tiza, carteles de cartón y un baño en mal estado. No hay pasillos, ni sala de profesores. Sólo dos aulas contiguas.

“Arriba mejor no subamos porque se cae a pedazos. La humedad hace estragos. Es todo muy precario… Como verás”, asegura Gisel y no hay manera de contradecirla.

Entonces explica que actualmente, el profesorado Dora Acosta funciona el nuevo Centro de Formación Docente Número 28 del Gobierno de la Ciudad, a tres cuadras de ahí y a dónde iremos más tarde. “Estamos pidiendo financiación para la remodelación del profe. Somos más de 70 compañeros estudiando acá y necesitamos un lugar definitivo, no provisorio”, agrega Gisel.

Educada para el compromiso

Hija de jujeños, es la cuarta de cinco hermanos y en su casa siempre que tuvieron algo, fue para compartir. Una bicicleta o un par de patines, siempre para los cinco.

Cuenta que sus padres llegaron a Buenos Aires en busca de oportunidades. Que vivieron un tiempo en provincia, pero alguien les comentó que se estaban vendiendo terrenos en la Villa 31 y aquí compraron hace 34 años.

A ellos siempre les pareció importante que yo estudiara. Mi papá cursó hasta tercer año de Agronomía pero lo detuvieron durante la dictadura. Por las secuelas, no pudo volver a la facultad. Siempre trabajó”, comenta Gisel y apunta que recién cuando estaba en el profesorado supo de su militancia.

“Ellos eran mis compañeros. Todos están muertos”, le dijo Alfredo una noche cualquiera, mientras miraban un documental sobre el Ingenio Ledesma en Canal Encuentro.

“Hasta ese momento en casa no se hablaba del tema y yo tampoco preguntaba. Supe lo que había vivido cuando entré al profesorado, empecé a militar en El Hormiguero y a querer saber más. Pero aún hoy tampoco cuenta demasiado”, asegura Gisel. Sin embargo, agrega que en uno de los tres viajes que hizo en su vida a Jujuy, para visitar a su abuela de 91 años, su padre le mostró el lugar dónde estuvo detenido. Que cayó a pesar de no tener una militancia intensa, pasó cuatro años preso y terminó trasladado a La Plata. ¿Su mamá? Antonia no vivió aquello, pero también sabe de luchas. Sólo pudo hacer el primario, trabaja desde los ocho años y se dedicó a la limpieza en oficinas.

Gisel cursó el prescolar y la primaria “en la periferia del barrio”: en la Escuela French y Beruti, de Juncal y Basavilbaso. Hasta segundo año fue a una escuela en San Telmo. Y cursó tercero, cuarto y quinto en “La Banderita”, en la entrada a la Villa 31

Gisel cursó el prescolar y la primaria “en la periferia del barrio”: en la Escuela French y Beruti, de Juncal y Basavilbaso. Hasta segundo año fue a una escuela en San Telmo. Y cursó tercero, cuarto y quinto en “La Banderita”, en la entrada a la Villa 31

Gisel cursó el prescolar y la primaria “en la periferia del barrio”: en la Escuela French y Beruti, de Juncal y Basavilbaso. Hasta segundo año fue a una escuela en San Telmo. Y cursó tercero, cuarto y quinto en “La Banderita”, en la entrada a la Villa 31.

“Recién ahí me involucré con la gente y descubrí que tiene cosas lindas. Hasta ese momento, yo sólo salía de mi casa para ir a la periferia y pensaba que todo lo bueno estaba afuera. Mis padres, por protegerme, me transmitían eso. Pero cuando empecé a estudiar en mi barrio me hice amigos y encontré un espacio de contención. Tengo los más lindos recuerdos”, revela sobre su etapa de alumna.

Cuando terminó el secundario, Gisel se anotó en el Normal 1 para hacer el terciario de maestra inicial. Además, empezó a trabajar como repositora y cajera en un supermercado de Almagro. Logró entrar a pesar de lo difícil que suele ser conseguir trabajo para aquellos que tienen domicilio en la Villa más emblemática de la Capital Federal.

“Mucha gente cambia de barrio porque las empresas no te toman. Lo comprobé. Yo no decía dónde vivía. Si lo decís, te hacen a un costado. Los prejuicios siempre están”, asegura Gisel.

“Mucha gente cambia de barrio porque las empresas no te toman. Lo comprobé. Yo no decía dónde vivía. Si lo decís, te hacen a un costado. Los prejuicios siempre están”, cuenta

“Mucha gente cambia de barrio porque las empresas no te toman. Lo comprobé. Yo no decía dónde vivía. Si lo decís, te hacen a un costado. Los prejuicios siempre están”, cuenta

Sin embargo, en segundo año del terciario y cuando “tenía por delante una carrera que le permitiría hacer lo que quisiera”, le descubrieron un tumor en la rodilla izquierda. “Tenía 20 años. Me hablaron de un quiste, pero me caí, me fracturé el fémur y me llevaron al Hospital Fernández. Ahí me hicieron una biopsia y me dijeron que se trataba de un tumor de células gigantes. Me operaron. Casi me amputan la pierna. Pasé tres meses internada. Me devastó”, relata sobre el diagnostico que siguió con un año de kinesiología.

Y sigue: “Estuve mucho tiempo sin salir de casa. Volví al Normal 1 pero no había ascensor y me costaba mucho subir las escaleras. Entonces dejé. Y no poder estudiar me puso muy mal. Todo se cerraba. Mis viejos tenían sus energías depositadas en mí. Habían trabajado toda la vida para que yo pudiera estudiar”.

Fue entonces cuando su amiga Alejandra le comentó que estaban por abrir el profesorado. Gisel caminó los 20 minutos que separan su casa del barrio Cristo Obrero -que no conocía-, hasta llegar al Dora Acosta.

“Esto que ves ahora estaba mucho peor. No había piso. Las ventanas estaban rotas y el techo era de chapa. Todo se hizo a pulmón. Tomábamos clases sentados sobre tarros de pintura. Una mesa dada vuelta con un afiche funcionaba como pizarrón”, asegura sobre el espacio que empezó a funcionar en 2014 y que al año siguiente, con mucho esfuerzo fue reconocido oficialmente como profesorado.

Junto a sus compañeros en el instituto

Junto a sus compañeros en el instituto

Gisel empezó a cursar con doce chicas de las que sólo quedaron dos. Después se fueron sumando otras. Y ahora son siete mujeres las que se reciben en esta primera camada del profesorado Dora Acosta: Alejandra, Rosa, Marta, Elba, Lina y Ruth, además de Gisel.

“Varias quedan en el camino porque tienen que atender al marido… Sigue pasando. Aunque suene loco. Todavía vivimos en una sociedad todavía muy patriarcal. Todas lo hacemos con mucho esfuerzo y de manera colectiva. No pagamos cuota. Sólo los apuntes, entre todas. Si una no tiene, la de al lado le presta. Así funcionamos”, se enorgullece Gisel y reflexiona: “El Dorita es sinónimo de oportunidad. Ahora, terminás el secundario y tenés más opciones que ser empleada doméstica u obrero”.

Cuestión de oportunidades

Esquivando charcos y pozos, Gisel nos guía por las típicas calles angostas dónde los cables atraviesan balcones y el movimiento de gente disminuye una vez que bajó el sol.

“¡Chau, seño!”, le grita un chico y Gisel no ve la hora de estar como titular al frente de un aula. “Es que me crié en el barrio. Hay empatía. Entiendo los problemas que pueden surgir. Los nenes y nenas faltan porque las calles se inundan. O porque hubo una pelea de bandas entre adultos y los chicos no pueden cruzarse en el colegio”, comenta.

Desde hace tres años Gisel trabaja cuatro veces por semana como maestra comunitaria en el programa CAI, que depende del Gobierno de la Ciudad. “Hago acompañamiento de chicos del barrio durante su proceso educativo. Soy apoyo escolar, pero además nexo entre la escuela y la familia, además del club, los Boy Scouts o la actividad que realizan”, detalla y cuenta que incluso desde el secundario, daba apoyo escolar a los vecinos.

Por estos días, Gisel está haciendo las prácticas finales de la carrera en “La Banderita”, dónde ella misma terminó el secundario. “Amo mi barrio. Acá construí mi identidad”(Gustavo Gavotti)

Por estos días, Gisel está haciendo las prácticas finales de la carrera en “La Banderita”, dónde ella misma terminó el secundario. “Amo mi barrio. Acá construí mi identidad”(Gustavo Gavotti)

Después de caminar tres cuadras y que cambie la fisonomía del barrio en el nuevo sector La Containera, un empleado de seguridad nos abre la puerta en el Centro de Formación Docente (CFD) del Gobierno de la Ciudad, dónde todo es moderno. Gisel nos presenta a sus compañeras de camada: “Cursamos de 7 de la tarde a 10 de la noche. Aquellos que trabajan en la construcción salen a trabajar a las 5 de la mañana. Las empleadas, en general a las 6. Todos volvemos a nuestras casas a la tarde. Y, de ahí venimos a cursar de noche. ¡Imaginate las que tienen hijos! Estudiar y ser docente es muy gratificante, pero también sacrificado”.

Por estos días, Gisel está haciendo las prácticas finales de la carrera en “La Banderita”, dónde ella misma terminó el secundario. “Amo mi barrio. Acá construí mi identidad”, asegura.

Y cuenta cómo seguirá su camino. “Me gustaría ser docente de primer ciclo en alguna escuela pública de la ciudad, idealmente acá adentro. Lo que más me apasiona son las prácticas del lenguaje”. Convencida de que los logros son colectivos o no son, reflexiona: “Nos estamos por recibir a pesar de todo pronóstico: somos mujeres, trabajadoras y villeras”

Fuente de la reseña: https://www.infobae.com/sociedad/2019/10/09/mama-papa-soy-docente-crecio-en-la-villa-31-lucho-y-esta-por-recibirse-con-las-primeras-profesoras-que-se-formaron-en-el-barrio/
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Por qué la actividad física es tan importante para los niños

Europa/España/29-09-2019/Autora: Paula González/Fuente: El País

Por: Paula González

Miguel Camarena, medallista nacional e internacional y licenciado en Ciencias del Deporte, no solo explica el porqué, sino cómo hacer que nuestros hijos estén sanos.

En jóvenes y adolescentes de siete a 17 años, la Organización Mundial de la Salud define la actividad física como: “juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela o las actividades comunitarias”. Deben ser actividades diarias de 60 minutos de intensidad moderada o alta y los beneficios serán mayores para aquellos chavales que practiquen deporte más de una hora al día.

● Desarrollar un aparato locomotor (huesos, músculos y articulaciones) sano.

● Desarrollar un sistema cardiovascular (corazón y pulmones) sano.

● Aprender a controlar el sistema neuromuscular (coordinación y control de los movimientos).

● Mantener un peso corporal saludable.

Miguel Camarena cree que “hoy en día el sobrepeso en niños y niñas se ha disparado y va en aumento, en parte por la inactividad, ya que se ha cambiado el pilla pilla y el juego del pañuelo por las consolas”. Es cierto que los videojuegos fomentan también otro tipo de habilidades cognitivas y es positivo que los pequeños desarrollen su creatividad e imaginación con actividades más sedentarias como la pintura, los juegos de mesa, la música o la lectura.

Sin embargo, teniendo las clases a la vuelta de la esquina, ya serán suficientes horas de estar parados, concentrados en una actividad más tranquila. Por lo que las pautas que Camarena recomendaría a cualquier familia con hijos se pueden resumir en dos: “Lo más importante es que practiquen un deporte que les guste y, a ser posible, que prueben uno colectivo y uno individual, porque cada uno aporta valores distintos pero muy necesarios”. Así, quizá se pueda combinar la danza con el baloncesto, o la escalada con el balonmano. Según el gusto de cada uno.

Lo importante es que se muevan, ya que según los datos que recientemente ha publicado la fundación Gasol en su estudio PASOS, tan solo el 36,4% de la población infantil en nuestro país cumple con las recomendaciones de la OMS de una hora de actividad física al día. Esto contradice todos los beneficios físicos y psíquicos? que se conocen acerca del deporte hasta el momento: “Se ha demostrado que practicar un deporte genera conexiones neuronales y aumenta la inteligencia” dice Miguel.

¿Qué debemos tener en cuenta sobre el deporte en población infantil?

En primer lugar, el atleta nos recuerda “que los niños no son adultos en miniatura y que requieren un trato emocional correcto y un entrenamiento diferente de los adultos”.

Lo más importante, según Camarena, es “dejar decidir al niño qué deporte quiere practicar y, si quiere cambiar cada cierto tiempo, que pueda hacerlo. No castigar al niño nunca sin hacer deporte – porque el ejercicio le ayuda a relajarse y a estar mejor – y, sobre todo, no castigar al niño poniéndolo a hacer deporte”. Los castigos refuerzan la sensación de negatividad en una actividad y lograríamos justo el efecto contrario de lo que pretendemos.

En las actividades extraescolares es cada vez más habitual apuntar a los pequeños a competiciones, donde los padres van a animar, e incluso a veces a crispar el ambiente, así que Miguel nos recomienda: “Si tu hijo hace algún deporte, celebrar cada competición gane o pierda, porque así asocian el deporte, y no solo el ganar, a disfrute”. Esto no significa que no debamos acompañar a los pequeños, ya que ”hacer actividad física y ejercicio con los hijos es perfecto porque favorece nuestro vínculo con ellos”, asegura Miguel.

¿Y qué hay de los deportes de fuerza? ¿Son recomendados para los pequeños de la casa? Camarena lo tiene claro: “Si tu hijo quiere entrenar fuerza puede hacerlo porque esto no va a detener su desarrollo. Es un mito muy extendido que se frena el crecimiento por entrenar fuerza”.

Aún así, siempre hay que entrenar siguiendo los consejos de un profesional, adaptando las cargas – si las hay – a la forma física de los niños, y siempre nos debemos asegurar de que la equipación sea la adecuada a su talla. En especial el calzado, como nos advierte Miguel, y que vayan siempre con una cantimplora con agua ya que “muchas veces no sienten sed, pero deben cuidar la hidratación”.

Combatir el sedentarismo

Según la AEP (Asociación Española de Pediatría), no basta con seguir las recomendaciones de la OMS de una hora de actividad física al día, también hay que luchar de forma activa contra el sedentarismo con actividades como: Disminuir el tiempo sentados en medios de transporte; ir caminando al colegio; reducir el tiempo frente al televisor, ordenadores y videojuegos; y motivar a los niños a colaborar en tareas domésticas que precisen actividad física.

Como en todo, lo importante en la salud de los más pequeños radica en que ellos tomen ejemplo de lo que los adultos de su entorno hagan, así que quizá esta vuelta al cole pueda ser un buen momento para desempolvar las zapatillas de deporte y buscar una actividad que podáis disfrutar en familia.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/09/13/mamas_papas/1568373773_766385.html

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