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La mercantilización de la educación a manos de Amazon

Es un despropósito que la multinacional Amazon, en vez de tributar los impuestos correspondientes, utilice los recortes educativos que ha contribuido a provocar también con la evasión de impuestos, para incitar a las familias y a los centros educativos a que compren sus productos y así “donarles” una limosna a quienes le sean fieles como consumidores de su marca con la campaña “Un clic para el cole”.

La multinacional Amazon ha lanzado en septiembre de 2020 una campaña de marketing y publicidad denominada «Un clic para el cole», donde promete hacer donaciones de los materiales que le sobran a los colegios que se lo pidan. Con truco. Esta multinacional, que ha provocado el cierre de innumerables comercios y distribuidores de cercanía, y cuya cifra de negocio en 2019 ha sido de más de 79.220 millones de dólares, exige para hacer esa “donación” que se le compre previamente. Y, solo entonces, donará “hasta” el 2,5% del valor de las compras al centro escolar que seleccione quien haya hecho la compra. Lo cual impulsará a que sean las familias de esos centros quienes gasten miles de euros con Amazon, para conseguir las limosnas de la multinacional. Negocio redondo. Marketing y estrategia comercial de manual de primero de carrera.

De hecho, así lo han empezado a demandar los avispados “emprendedores” de algunos centros educativos que, más bien, parecen haberse convertido en comerciales de Amazon. Escriben a las familias para animarlas a comprar en esta multinacional porque así “conseguiremos un buen pellizquito con ayuda de todos”. Por supuesto, les agradecen la colaboración en aumentar la riqueza que ha acumulado Jeff Bezos, el dueño de la multinacional, diciendo: “mil gracias por adelantado y confiando en vuestra colaboración”.

Si ya han comercializado los espacios públicos educativos con las máquinas de productos azucarados, y han colonizado los centros educativos con patrocinadores que imponen sus logotipos y sus materiales “didácticos” comerciales, especialmente ahora con la edutech y las plataformas digitales que acumulan datos de nuestro alumnado, esta última versión para comercializar y convertir en negocio incluso las compras de las familias y los centros educativos introduce un “nuevo valor” en la educación de estos centros: la incitación al consumo (por supuesto, al consumo de su marca) para conseguir donaciones.

En el libro de investigación “En los dominios de Amazon. Relato de un infiltrado”, Jean-Baptiste Malet, su autor, habla de la explotación sin límites de las mujeres y hombres que generan la riqueza de una empresa. Una multinacional rodeada de un incomprensible secreto donde no se puede acceder y quien trabaja en ella no puede hablar de su jornada en la cadena de producción, de sus condiciones de trabajo, cuando la legislación laboral les permite hacerlo.
Amazon no paga casi ningún impuesto a los estados donde opera y la compra en esta multinacional no está sujeta al IVA, explica Malet. Mediante un inteligente montaje financiero, Amazon ejerce una actividad comercial cuyos clientes, almacenes y trabajadores se encuentra físicamente y en su inmensa mayoría en los países en los que opera, pero cuyo cajero está situado en Luxemburgo, un paraíso fiscal.

Estamos entregando así nuestro apoyo a este tipo de empresa que crea “zonas de libre procesamiento” o maquilas del sur, pero trasladadas al norte. Zonas “libres” de sindicatos, de derechos laborales, de tributación fiscal y de protección del medio ambiente. Es uno de los extremos de la explotación capitalista, que con Amazon se está generalizando por todo el mundo, implantando de nuevo las condiciones de semiesclavitud del siglo XIX.

¿Es este el tipo de educación que queremos para nuestros hijos e hijas? La educación es un derecho que la comunidad social está obligada constitucionalmente a garantizar, según el Título I, destinando los impuestos públicos a ello, en vez de a rescatar bancos o las autopistas quebradas. Pero han sido los responsables políticos de las anteriores legislaturas los que decidieron recortar en educación pública más de 9.000 millones de euros y echar a más de 20.000 docentes de la educación. Por eso, algunos centros se ven aguijoneados a entrar en estos miserables chantajes que se inventan los equipos de comerciales de los hiperricos para seguir enriqueciéndose.

Los servicios públicos deben sufragarse con impuestos. No con donaciones. Las donaciones son una decisión voluble del rico de turno que busca o bien publicidad o bien desgravación fiscal y publicidad o bien expandir su marca, desgravarse fiscalmente y publicidad. Pero la educación es un derecho que debe garantizarse todos los días. Que no puede depender de la caridad, del humor o la bondad con la que se levanten los multimillonarios, que han acumulado su riqueza explotando a otros seres humanos. Qué educación estaríamos dando entonces a las futuras generaciones.

Un principio fundamental de la Escuela pública es la equidad. Lo cual significa que todos los centros tienen que tener una asignación de recursos equitativa en función de las necesidades del alumnado y los centros. No buscar enfrentar a los centros y competir entre ellos por conseguir donaciones y contar con mejores materiales que otros, porque se les ha recortado la financiación que deberían tener.

En caso de producirse donaciones, éstas deben ser claramente desinteresadas, tener un carácter centralizado y que los responsables educativos establezcan un reparto en función de los criterios de necesidad y equidad que deben regir la política educativa.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/11/06/la-mercantilizacion-de-la-educacion-a-manos-de-amazon-2/

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Año escolar 2020-2021, encanto y esperanza

Por:  Dinorah García Romero

La República Dominicana tiene experiencia sobrada de enfrentar dificultades de diversa índole; tiene conocimiento de lo que supone luchar contra naciones colonizadoras. Recuerda con dolor todo lo que le ha supuesto combatir la tiranía trujillista y los 12 años letales de Joaquín Balaguer. Asimismo, sabe muy bien lo que supone lidiar contra la fuerza devastadora de la colonización interna; así como la potencia destructiva de la impunidad, de la corrupción y de la sindemia que nos afectan actualmente. Es una nación formada, sin querer, para vivir y actuar creativamente en tiempos difíciles. Nuestro país puede darle lecciones a otros de lo que implica intervenir las dificultades y cómo sobrevivir, por encima de precariedades fundamentales y sistémicas. Por ello, hoy, que inicia el año escolar 2020-2021, nos encontramos frente a un acontecimiento más que requiere esfuerzos nuevos, corresponsabilidad nacional y puesta en acción del mayor potencial creativo que pueda existir en los dominicanos. Es así una ocasión nueva para aterrizar en el contexto educativo toda la capacidad emprendedora y de transformación que exige este momento.

La acogida del nuevo año escolar ha de alejarse del pánico, aunque tengamos presente que nos movemos en un terreno poco consistente y vertebrado por la incertidumbre. Ha de distanciarse del pesimismo, sin dejar de tener presente que nuestras emociones y sentimientos están afectados, por lo cual somos pasibles de angustia creciente y miedo exponencial. Pero es ocasión singular, la que nos ofrece la COVID-19: asumir y acoger el año escolar con encanto y esperanza. De todas las acepciones del concepto encanto, la que más encaja es la de gracia. Sí, el año escolar necesita que lo recibamos con elegancia, con una apostura que le abra espacio a la capacidad personal y colectiva de reaprender y desaprender.

Todos iniciamos el año escolar. Desde donde estemos, hemos de prepararnos para aprender lecciones diferentes y nuevas. Pero, también, hemos de estar dispuestos a prestar servicio, ideas y propuestas que contribuyan con una educación que, cada vez más, se acerque a la inclusión y a la calidad, dos dimensiones con anemia estructural en el país. Es necesario mirar y vivir este año escolar con la gracia natural y espontánea que brota del encanto. Sin duda, esta postura no puede obviar la dura realidad en la que se va a desarrollar el curso escolar, pero es lo más saludable para la joven generación que está convocada. El desarrollo del curso puede disminuir el atraso en la República Dominicana. Puede contribuir para que algún día podamos sacudirnos de tanta pobreza; y hasta de la indigencia intelectual, cultural y social que palpamos. Apelamos a vivir un encanto situado y comprometido. Se nos brinda una nueva oportunidad para convertir la sociedad dominicana en una escuela viviente, en un tejido abierto al trabajo conjunto para que el curso fluya.

El encanto ha de estar unido a la esperanza; y esta, a su vez, ha de estar mediada por la confianza y por una actitud de alerta. La confianza que necesitamos se ha de alejar de una actuación acrítica. No. El Ministerio de Educación, el gobierno y las familias requieren que nos mantengamos en estado de alerta. La capacidad crítica para interpretar discursos, para identificar eslogan y para desmontar prácticas institucionales y educativas obsoletas, no se puede esconder. Es tiempo de activarla. Al mismo tiempo se ha de poner en acción una actitud proactiva. La esperanza no es un producto de ciencia ficción, es una dimensión del ser humano. Ser esperanzado no es una fórmula coyuntural, es un elemento constitutivo de los humanos. Hoy más que nunca necesitamos robustecer la esperanza y comunicarles esa energía transformadora a las madres, a los estudiantes; y a los docentes que hoy enfrentan desafíos importantes y comprometedores. Este curso escolar se ha de inscribir en la cultura de lo posible. No se hará magia, pero se han de desplegar todos los esfuerzos necesarios para que los niños dominicanos continúen desarrollándose; y, sobre todo, para que puedan ejercer, con el cuidado requerido, el derecho a la educación. Es su derecho; y ningún poder ni ningún sector puede limitarles este derecho. El Ministerio de Educación de la República Dominicana ha de clarificar y consensuar más sus políticas educativas en este año escolar. De igual manera, la sociedad no puede dormir siesta. Se requiere de ella una posición de colaboración y de seguimiento crítico y sistemático a las disposiciones y acciones del MINERD. Esta criticidad ha de estar vinculada estrechamente a propuestas innovadoras, útiles y articuladas a la realidad educativa y social del país. La Asociación Dominicana de Profesores ha de presentarle a la sociedad su programa para fortalecer el ser y el hacer de los docentes en este curso escolar que se inicia. No caben ya las reacciones coyunturales. Es necesaria la planificación racional, actualizada y comprometida. No olvidemos, a partir de hoy, que el hilo dinamizador de la sociedad y de la educación ha de ser el encanto y la esperanza que despierta este curso escolar, 2020-2021.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/ano-escolar-2020-2021-encanto-y-esperanza-8878283.html

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Por qué escribir a mano hará que tu hijo sea más inteligente

Por: ABC

Una investigación comprueba que el cerebro es mucho más activo cuando se escribe con lápiz sobre un papel que cuando se hace en un teclado.

Un estudio llea evidenciado, tras analizar la actividad cerebral en doce adultos jóvenes y doce niños, qvado a cabo por investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología hue escribir a mano logra mejorar el aprendizaje y la memoria.

Los expertos, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista » Frontiers in Psychology«, pusieron una capucha con más de 250 electrodos conectados en la cabeza de los participantes. Cada examen duró 45 minutos por persona y los investigadores recibieron 500 puntos de datos por segundo.

Los resultados, informa Efe, mostraron que el cerebro de los adultos jóvenes y los niños es mucho más activo cuando escriben a mano que cuando escriben en un teclado. «Escribir a mano crea mucha más actividad en las partes sensoriomotoras del cerebro. Muchos sentidos se activan presionando el lápiz sobre el papel, viendo la letras que escribes y escuchando el sonido que haces mientras se escribe. Estas experiencias sensoriales crean contacto entre diferentes partes del cerebro y hace que se aprenda y se memorice mejor», han explicado los investigadores.

Por ello, y a pesar de que los expertos reconocen que el aprendizaje digital aporta muchos beneficios, han instado a que se fomente la escritura a mano de los niños y adolescentes. «Dado el desarrollo de los últimos años, corremos el riesgo de que una o más generaciones pierdan la capacidad de escribir a mano. Nuestra investigación y la de otros muestran que esto sería una consecuencia muy desafortunada del aumento de la actividad digital», han zanjado.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-escribir-mano-hara-hijo-mas-inteligente-202011010134_noticia.html

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Educar fuera del aula, una oportunidad para combatir el coronavirus

Por: Educación 3.0

La voluntad del profesorado y la implicación de equipos directivos y familias es clave para que la educación al aire libre se convierta en una opción segura para los estudiantes en plena pandemia. Darío Pérez-Brunicardi, docente de la Facultad de Educación de Segovia (UVa) y coordinador de la Red Estatal de Educación Física en la Naturaleza, explica las ventajas de este tipo de educación para toda la comunidad educativa.

Sin apenas haber podido recargar las pilas tras el confinamiento y la pandemia (que sigue activa), en los centros educativos nos hemos enfrentado durante los últimos meses a una secuencia de ajustes y reajustes para hacer frente al virus. Entre todos (equipos directivos, profesorado, familias y estudiantes) hemos logrado convertir estos centros educativos en espacios seguros. También hemos ido anticipándonos a las exigencias de una educación a distancia, por cuarentenas o por confinamiento, con formación en tecnologías de comunicación en línea. Cada vez estamos mejor preparados.

¿Para qué ventilar las aulas si fuera tenemos el aire libre?

Sin embargo, hemos olvidado las ventanas y balcones y pasamos por alto que los espacios al aire libre son los más seguros. El arranque de este complicado curso nos ha maniatado. En pocas ocasiones se ha tenido la visión y la capacidad para darse cuenta de la oportunidad que nos ofrecen los espacios al aire libre como espacios educativos. ¡No, no! No se trata de sacar los pupitres al patio o a los porches; se trata de aprovechar las posibilidades educativas de los espacios a cielo abierto. Y no sólo los del centro, sino también los parques y otros espacios más allá de los colegios.

Las posibilidades de movimiento y de mirar lejos, la amplitud para mantener las distancias o el aire extraordinariamente ventilado se suman a las ventajas del aprendizaje auténtico, en la realidad, en tres dimensiones, más allá de las pantallas y los pupitres inmóviles.

educar fuera del aula

A pesar de la gran oportunidad que nos ofrecen los espacios al aire libre, también son muchas las incertidumbres sobre cómo hacer viable una educación sin techo ni paredes; sin el cobijo de un edificio que ahora hay que ventilar constantemente. ¿Para qué ventilar las aulas si fuera tenemos el aire libre?

Ejemplos sobre cómo hacer viable una educación sin techo ni paredes

A principio de curso, una docente de Latín de un instituto en Cartagena (Murcia), se planteó dar sus clases fuera del aula. Con decisión, creatividad e ilusión lo está logrando. Porque no es necesario ser docente de Educación Física para dar clase en el patio. Los nombres científicos de los árboles o las posibilidades de educar en un ‘ágora natural’ pueden ser nuestros aliados.

«No se trata de sacar los pupitres al patio o a los porches; se trata de aprovechar las posibilidades educativas de los espacios a cielo abierto»

Por otro lado, una amiga segoviana, maestra de Infantil en un colegio rural, lleva todos los viernes del curso a sus estudiantes de 3 a 6 años al campo más cercano, donde pasan casi toda la mañana con sus pequeñas mochilas, sus rollos de colchoneta, sus botas y abrigos. En ocasiones, buscando lo que todos llamaríamos ‘mal tiempo’, dedican más tiempo a abrigarse y prepararse en el aula que a jugar en la nieve, para luego volver a clase y dedicar otros 20 minutos a ponerse cómodos, secos y calentitos. El tiempo y esfuerzo invertido ha merecido la pena, y las familias se han dado cuenta de ello poco a poco, curso a curso. Ahora van mejor preparados a clase, porque el cole también está en la calle.

educar fuera del aula

Otra maestra de Infantil de un cole urbano ha implicado a toda la comunidad educativa para transformar el patio y reconquistar los terraplenes y esos espacios que antes se consideraban un peligro, cubiertos de ‘malas hierbas’. Ahora es todo el centro el que está inmerso en una transformación del patio que se presenta como una oportunidad para educar fuera del aula. Y ahora, esta decisión está más justificada que nunca.

Asimismo, podemos apreciar que existen ciertos ‘denominadores comunes’ en estas iniciativas:

  • Una voluntad del profesorado por buscar alternativas a la educación confinada, donde el alumnado está aislado e inmóvil en su pupitre.
  • Un esfuerzo por invertir tiempo y trabajo para lograr hacer viable el aula al aire libre.
  • Un compromiso de los compañeros y del equipo directivo para que apoyen o, al menos, permitan esta posibilidad.
  • Un proceso progresivo de convencimiento e implicación de las familias para entender las posibilidades educativas y de seguridad que ofrecen estos espacios.

Consejos para educar fuera del aula en tiempos de pandemia

El protocolo es sencillo y fácil de cumplir cuando estamos fuera:

  • Mascarilla. Salvo los menores de 6 años, empleamos mascarilla en todo momento para que si nos acercamos a menos de un metro y medio de distancia esto no sea un problema.
  • Se puede mantener la distancia de seguridad. Podemos realizar multitud de actividades que no pierden el sentido manteniendo la distancia de seguridad, aunque al aire libre, esta distancia es más laxa si se utiliza mascarilla.
  • Respetar los hábitos de higiene. Manteniendo los nuevos hábitos de higiene de manos, antes y después, podemos realizar múltiples actividades con materiales naturales o con materiales de uso individual.
educar fuera del aula
  • Actividades que no necesitan del contacto físico con los demás estudiantes. El senderismo, la orientación o el ciclismo no requieren de interacción ni contacto entre los estudiantes. No es necesario forzar un distanciamiento físico, sin perder la proximidad social.
  • Extremar las precauciones en algunas situaciones. Existen algunas excepciones al uso de mascarilla, como en el caso de ejercicio intenso o cuando se come o bebe. En estas situaciones, la clave está en asegurar la distancia.
  • Sostenibilidad. Educar al aire libre implica hacerlo de manera sostenible. Se ha de poner especial énfasis en sensibilizar al alumnado acerca del uso de mascarillas reutilizables o de la importancia de tirarlas a la basura, con los cordeles cortados.

A pesar de todo, nos podemos preguntar: ‘sí, ya, pero ¿si no me dejan?’ Una paradoja que no sé si seremos capaces de comprender algún día es la consigna, más o menos generalizada, de desaconsejar o prohibir las salidas, actividades complementarias y otras actividades educativas que se salgan del protocolo de accesos, circulaciones, agrupamientos y uso de aulas.

Existe la idea de que fuera se relajarán las medidas o que salir fuera es sinónimo de recreo y distracción. Sin embargo, los que usamos habitualmente los espacios al aire libre para educar sabemos que no tiene por qué ser así. Necesitamos convencer a los equipos directivos y éstos, a su vez, a las Consejerías de Educación de que tienen que permitir y favorecer estas actividades educativas al aire libre. Una vez nos quiten el ‘palo en la rueda’, podremos dar el paso con más seguridad.
Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/educar-fuera-del-aula/
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Iglesia en Perú: «Nuestras cárceles son escuelas de criminalidad»

En tiempos de COVID-19 la Pastoral penitenciaria en Perú, a través del Padre Enrique Gonzales, Secretario ejecutivo de la Comisión de Acción Social, en una larga entrevista concedida a la Agencia de Prensa de los obispos revela las consecuencias de las precarias condiciones en que se encuentran las prisiones del país

Davide Dionisi  – Vatican News

Acompañamiento espiritual a las personas privadas de libertad y a sus familias. La pastoral penitenciaria promovida por la Comisión de Acción Social (CEAS) de los obispos peruanos continúa su valioso servicio, incluso en tiempos de pandemia. Las restricciones no impidieron que los voluntarios y capellanes entraran en los centros penitenciarios y asistieran a los huéspedes que, debido al COVID-19, padecen un doble sufrimiento: el estado de detención y la distancia de sus seres queridos.

Así lo revela el Padre Enrique Gonzales, Secretario Ejecutivo de la CEAS, en una larga entrevista con Ancep, la Agencia de Prensa de los obispos:

“Nuestras cárceles son auténticas escuelas del crimen y no lugares de reinserción social”

El Padre Gonzales añade que “las causas deben atribuirse al hacinamiento, a las precarias condiciones” en que se encuentran las prisiones, “a la falta de un trato digno de los huéspedes y, por último, al prejuicio generalizado de la opinión pública con respecto a las prisiones». Tras la propagación de la pandemia, la situación se ha desplomado como en el resto del mundo.

“Pero las cosas empeoraron aquí”

Cuatrocientas víctimas en las cárceles

El sacerdote continúa explicando que «la incapacidad de responder a las necesidades de los numerosos prisioneros los ha hecho más vulnerables”. Con el resultado de que “el número de contagiados ha sido muy alto” y, hasta ahora, han registrado 400 víctimas. Como resultado, se prohibieron las visitas y los detenidos ya no pudieron recibir alimentos y medicinas. “El trabajo también se ha detenido», continúa el Padre Gonzales. Ante un panorama desalentador, los agentes pastorales no se han dado por vencidos y han logrado «también gracias a su imaginación y espíritu de iniciativa» garantizar su presencia constante.

“Los capellanes no podían celebrar la misa, pero la oración y la reflexión sobre la Palabra nunca faltó”

Relanzamiento de los proyectos de pastoral carcelaria

El Secretario Ejecutivo de la CEAS también dijo que tomaron medidas para la distribución de medicamentos y mascarillas. “A través de llamadas telefónicas pudimos responder a las peticiones de los prisioneros». El Padre Gonzales anticipó, después, el relanzamiento de los proyectos de pastoral carcelaria a través de la creación de una «red nacional» dirigida por Monseñor Jorge Izaguirre, obispo de la prelatura de Chuquibamba y presidente del Ceas. El sacerdote observa con satisfacción:

“Las primeras reuniones de la red, todas online, han permitido una comparación fructífera entre los diversos equipos que trabajan en el sector en todas las diócesis”

Mientras por lo que respecta a la medida relativa a la liberación de los presos más vulnerables, el Padre Gonzales califica la decisión de «tardía». Y concluye:

“Muchos de nuestros hermanos y muchas de nuestras hermanas han muerto mientras tanto. A pesar de esto, lucharemos para que se aplique”

Fuente: https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2020-11/iglesia-en-peru-nuestras-carceles-son-escuelas-de-criminalidad.html

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España: La concertada se revuelve contra la ‘ley Celaá’ y prepara movilizaciones

Europa/España/01-11-2020/Autor(a) y Fuente: www.laverdad.es

Patronales, padres y sindicatos se unen para frenar la reforma con recogidas de firmas, concentraciones y una marea de lazos naranja.

La Lomloe, la nueva ley de educación con la que la ministra Isabel Celaá quiere derogar la Lomce del PP, se tramita con rapidez en el Congreso, hasta el punto de que el Gobierno aspira a que la Cámara baja apruebe antes de final de año el texto que debería luego ser ratificado por el Senado. Es el momento decisivo, cuando la Comisión de Educación debate las enmiendas de los partidos y cuando el Ejecutivo debe ver si tiene o no los votos suficientes para sacar adelante una norma que contará con la casi segura oposición de PP, Ciudadanos y Vox.

Es la hora de la verdad y la educación concertada, que considera que la reforma los quiere convertir en centros subsidiarios, terminar con la capacidad de elección de los padres, y cerrar de forma paulatina muchas de sus aulas y colegios, ha decidido dar la batalla en la calle y en las redes para tratar de parar la ley.

El toque a rebato se producirá hoy, cuando una plataforma liderada por las patronales de la enseñanza concertada -con Escuelas Católicas a la cabeza-, las principales asociaciones de padres de los centros y los sindicatos mayoritarios en este ámbito inicien una campaña de movilizaciones y denuncia pública contra la ‘ley Celaá’, para poner en pie de guerra a un sector que supone el 26% del sistema no universitario español, con más de 5.200 centros y 2,1 millones de alumnos.

La campaña, denominada ‘Más plurales, más libres, más iguales’, comenzó a calentar motores el lunes, con la publicación masiva de vídeos y eslóganes contra la Lomloe en las redes sociales y páginas web de todas las organizaciones adheridas. La agitación de la protesta en el mundo digital va acompañada de etiquetas como #StopLeyCelaa.

Hoy miércoles se iniciará en la web masplurales.es una recogida de firmas contra la Lomloe que pretende reunir centenares de miles de apoyos para presionar a políticos y partidos y empezarán a activarse las protestas en la calle, que comenzarán con concentraciones en los centros, los miércoles, al final de la jornada escolar. Toda la campaña de denuncia contra la Lomce tendrá como referente simbólico y visual un lazo naranja.

Puntilla a la elección del centro

El sector rechaza de manera frontal la Lomloe porque suprime la «demanda social» como condicionante de la programación de puestos escolares -lo que permitía mantener y ampliar las plazas de la concertada a solicitud de los padres-; porque, con el objetivo de evitar casos de segregación escolar, da mayores competencias a las administraciones a la hora de distribuir a los alumnos por centros públicos o privados con independencia de la preferencia; y porque apuesta por la ampliación preferente de plazas públicas, sobre todo en la etapa de 0-3 años. Creen que detrás de los cambios está la intención de terminar con la libertad de elección de centro de los padres y de convertir la concertada en un mero complemento de la pública, para ir retirándoles grupos y conciertos paulatinamente.

Además, rechazan que la reforma legal «postergue» la clase de Religión a una asignatura sin materia alternativa y sin efectos académicos, que imponga en Primaria y ESO una asignatura obligatoria de Valores Cívicos y Éticos que creen «un instrumento de adoctrinamiento», que «se limite la autonomía de los centros» por el retorno al consejo escolar de un representante municipal a quien consideran «un comisario político» y por el mayor peso de padres y alumnos en la elección del director, o que pretenda terminar con los conciertos de los centros privados que practican la educación diferenciada (separación por sexo).

Fuente e Imagen: https://www.laverdad.es/sociedad/educacion/concertada-revuelve-ley-celaa-20201028201511-ntrc.html

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Fernando Trujillo: “La educación presencial es insustituible”

Por: Laura Román

Cuatro son los planos que Fernando Trujillo, docente en la Universidad de Granada y socio fundador de ‘Conecta 13’, considera importantes para expandir la educación presencial a través de la tecnología en plena crisis sanitaria: el comunicativo, el curricular, el evaluador y el facilitador. Y para que funcionen, Trujillo lo tiene claro: hay que replantearse el verdadero uso de la tecnología en la educación.

La crisis sanitaria pilló a la educación del revés sin el soporte que le daba la presencialidad en las aulas. El curso ha comenzado de nuevo y los centros, docentes y equipos directivos necesitan pautas y propuestas para estructurar lo que será la educación de ahora en adelante.Y de eso trata el último manual de Fernando Trujillo (docente en la Universidad de Granada y socio fundador de ‘Conecta 13’) ‘Aprender y enseñar en tiempos de confinamiento’, en el que se recogen distintas propuestas para la educación del siglo XXI.

Trujillo señala que un cambio en la educación no es sinónimo de ‘digitalizar las escuelas’ sino de preguntarse cuál es el verdadero uso que se quiere hacer de la tecnología; que hay que reforzar la educación presencial pero sin olvidar (y mejorando) todos los mecanismos que se llevaron a cabo en pleno confinamiento y que la educación es una tarea permanente a lo largo de la vida y también colectiva (en la que las familias son aliadas necesarias).

Y ahí está la clave de la educación del futuro: “La educación dejará de ser una tarea exclusiva de la escuela, aunque ésta siga siendo la institución fundamental y privilegiada de aprendizaje en sociedad”.

Pregunta: El objetivo de este libro es hacer propuestas útiles para la educación del siglo XXI tras la crisis sanitaria. ¿Cuál es el papel que deben asumir docentes y estudiantes en esta ‘nueva educación’?

Respuesta: La pandemia de COVID-19 ha generado en la educación una serie de grietas que nos permiten ver las debilidades del sistema, aquellos aspectos que deben ser reforzados para la construcción de un sistema educativo ajustado no solo a la realidad actual, que es ciertamente excepcional, sino también a los retos que plantea el siglo XXI.

En este sentido, tanto los docentes como los estudiantes comparten un reto: aprender para desarrollar su vida ciudadana y en sociedad, además de sus competencias personales o profesionales. Es decir, el aprendizaje en el siglo XXI es la puerta de una vida plena en lo personal y en lo social y sin unos aprendizajes mínimos parece difícil alcanzar un desarrollo pleno y feliz del individuo en sociedad.

Futuro educación

Para ello, además, tanto docentes como estudiantes viven en conexión. Ser nodos de distintas redes y comunidades nos permite no sólo aprender más y mejor sino también poder contribuir a la mejora de la sociedad y de nuestro entorno, contribuyendo a tareas tan importantes como la promoción de la salud propia y de quienes nos rodean, el cuidado del medioambiente, la defensa de los derechos humanos o la aspiración compartida que representan hoy los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Con este telón de fondo se desarrolla la actividad de construcción del conocimiento y la docencia. Ambas implican hoy nuevos roles como la resiliencia, la búsqueda y gestión de información, la lectura y el pensamiento crítico o el desarrollo de las alfabetizaciones múltiples. Este conjunto de roles representan cómo será el aprendiz y los educadores del siglo XXI, especialmente a partir de esta experiencia de pandemia que, de algún modo, ha alterado la ‘normalidad’ secular de la institución escolar.

P: Comenta que el periodo de confinamiento ha convertido las aulas en un espacio vacío e inerte, desprovisto de su sentido primordial. ¿Qué ocurrirá con la educación presencial a partir de ahora?

R: La educación presencial es un dispositivo de aprendizaje de gran relevancia en nuestra cultura, no sólo por la adquisición de conocimientos sino por representar una experiencia de socialización de gran calidad entre distintas generaciones y perfiles sociales y familiares diferentes. En este momento representa una institución insustituible en nuestra sociedad.

Sin embargo, la irrupción del coronavirus y la puesta en funcionamiento de la educación a distancia durante el confinamiento y de educación semipresencial durante el presente curso tendrá un impacto en la educación presencial. Sería temerario olvidar la experiencia vivida y desmontar muchos de los mecanismos y las prácticas que se han organizado para mantener la educación en funcionamiento más allá de la presencialidad.

«El aprendizaje en el siglo XXI es la puerta de una vida plena en lo personal y en lo social y sin unos aprendizajes mínimos es difícil alcanzar un desarrollo pleno y feliz del individuo en sociedad»

En este sentido, podríamos hablar de una presencialidad enriquecida por la tecnología, que ya estaba presente en muchos centros educativos y que ahora tenderá a generalizarse ya sea por decisión propia de los docentes y los centros o por estímulos ofrecidos desde la Administración educativa u otras instituciones.

P: ¿Cuál es el plan que deberían seguir los docentes para enseñar más allá de la presencialidad? ¿Qué pasos adelante se pueden dar para mejorar nuestra educación presencial tradicional?

R: Hay cuatro planos de expansión de la presencialidad promovidos por la tecnología, algunos de los cuales ya se han experimentado durante el confinamiento: el plano comunicativo, que usa la tecnología para establecer vínculos y garantizar la interacción entre el alumnado, el profesorado y las familias; el curricular, que incluiría tanto la presentación de contenidos como las actividades de aprendizaje a realizar (para las cuales se utilizaría la tecnología especialmente en la promoción de enfoques activos de enseñanza y aprendizaje); el evaluador, que utiliza recursos tecnológicos para promover una evaluación alternativa al examen escrito, más en consonancia con el tipo de actividades que se plantean en el plano anterior y, por último, un plano de la facilitación, que pone la tecnología al servicio del aprendizaje de todo el alumnado para garantizar que todos aprenden con propuestas, como el diseño universal de aprendizaje o la instrucción diferenciada.

Como se puede ver, en todos ellos la tecnología juega un papel importante pero lo central es preguntarnos para qué queremos usar la tecnología. En este sentido, el objetivo no es ‘digitalizar la escuela’ sino aprovechar el potencial de la tecnología para promover una mejora sustancial de la educación, pensando más en cuestiones como la cultura de la institución y las prácticas que tienen lugar en la misma.

P: La organización para este nuevo curso ha traído de cabeza a todos los centros educativos. ¿Cómo debe actuar un equipo directivo para adaptarse a la nueva situación y también para lo que viene?

R: En realidad, si algo ha traído de cabeza a los centros educativos, son dos cuestiones: la falta de instrucciones claras por parte de la Administración (las decisiones sustanciales para el curso 2020-2021 se tomaron a finales de agosto y principios de septiembre, por mucho que nos quieran hacer creer que estaban tomadas con anterioridad) y la falta de recursos en los centros.

Es decir, la cuestión no es cómo deben adaptarse los equipos directivos, que sin lugar a dudas lo están haciendo, sino por qué, a pesar de las peticiones claras y concretas de los centros, no se han dispuesto ni los recursos ni las medidas necesarias con la antelación suficiente. En mi opinión, la responsabilidad recae en el ámbito de actuación de la Administración, que ha actuado tarde y en muchas regiones con dudas y limitaciones.

En el ámbito concreto de los centros, si bien en un primer momento ha sido necesario que los equipos directivos desarrollaran un enorme liderazgo de gestión, especialmente durante el diseño de los planes de contingencia y su puesta en funcionamiento inicial a principios del curso 2020-2021, una vez que ya está iniciado es necesario que este liderazgo de gestión pase a ser invisible y ocupe todo el espacio el liderazgo centrado en el aprendizaje: los centros deben poner en marcha sus proyectos educativos en el marco generado por la COVID-19, a pesar de todas las dificultades y restricciones.

Es decir, es fundamental que se naturalice el uso de mascarillas y demás medidas higiénico-sanitarias y empecemos a hablar de aprendizaje y enseñanza en el contexto actual: este curso tiene que tener valor educativo, no sólo asistencial.

«El objetivo no es ‘digitalizar la escuela’ sino aprovechar el potencial de la tecnología para promover una mejora sustancial de la educación, pensando más en cuestiones como la cultura de la institución y las prácticas que tienen lugar en la misma»

P: ¿Hacia dónde se encamina la educación? ¿Cuál será el papel de las familias?

R: Hay dos grandes lecciones en el confinamiento y la pandemia: en primer lugar, la educación es una tarea permanente a lo largo de la vida y no debemos perder el foco a corto, medio y largo plazo; en segundo lugar, la educación es una tarea colectiva, en la que las familias son aliadas necesarias.

Si la primera afirmación nos debe hacer recordar que aquellos elementos curriculares que se dejan de ver un año podrían ser revisados al año siguiente o en contextos de aprendizaje no formal, la segunda nos recuerda que la educación trasciende el espacio del aula y de la escuela y tiene lugar en el contexto del hogar y, también, en la ciudad.

Así pues, nos encaminamos hacia un futuro donde la educación tendrá un valor más ecológico y dejará de ser (si no lo ha hecho ya) una tarea exclusiva de la escuela, aunque ésta siga siendo la institución fundamental y privilegiada de aprendizaje en sociedad.

Docentes futuro

P: ¿Un mensaje para los docentes del futuro?

R: Es arriesgado lanzar mensajes al futuro. La mayor parte de los mensajes encerrados en botellas o no llegan a su destinatario o quedan obsoletos por el camino.

Quizás la única realidad inmutable en educación es que la docencia es una actividad situacional y contingente. Es necesario estar atentos a los cambios de la sociedad y cómo esta crece en complejidad para ser capaces de responder también desde la complejidad de una profesión que está en permanente evolución.

Hoy nos corresponde dar respuesta a la crisis sanitaria pero más adelante serán otras crisis (medioambientales, con total seguridad, pero también económicas o sociales); la educación y el profesorado representan uno de los principales mecanismos de reacción ante estas crisis, tanto por anticipación de sus causas y sus efectos como mediante la preparación de unos ciudadanos y ciudadanas concienciados y preparados para su presente y su futuro. En esta crisis las educadoras y educadores han demostrado su valía y su capacidad de reacción y lo seguirán haciendo en el futuro.

Fuente  e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/fernando-trujillo-educacion-presencial-es-insustituible/

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