Iglesia en Perú: «Nuestras cárceles son escuelas de criminalidad»

En tiempos de COVID-19 la Pastoral penitenciaria en Perú, a través del Padre Enrique Gonzales, Secretario ejecutivo de la Comisión de Acción Social, en una larga entrevista concedida a la Agencia de Prensa de los obispos revela las consecuencias de las precarias condiciones en que se encuentran las prisiones del país

Davide Dionisi  – Vatican News

Acompañamiento espiritual a las personas privadas de libertad y a sus familias. La pastoral penitenciaria promovida por la Comisión de Acción Social (CEAS) de los obispos peruanos continúa su valioso servicio, incluso en tiempos de pandemia. Las restricciones no impidieron que los voluntarios y capellanes entraran en los centros penitenciarios y asistieran a los huéspedes que, debido al COVID-19, padecen un doble sufrimiento: el estado de detención y la distancia de sus seres queridos.

Así lo revela el Padre Enrique Gonzales, Secretario Ejecutivo de la CEAS, en una larga entrevista con Ancep, la Agencia de Prensa de los obispos:

“Nuestras cárceles son auténticas escuelas del crimen y no lugares de reinserción social”

El Padre Gonzales añade que “las causas deben atribuirse al hacinamiento, a las precarias condiciones” en que se encuentran las prisiones, “a la falta de un trato digno de los huéspedes y, por último, al prejuicio generalizado de la opinión pública con respecto a las prisiones». Tras la propagación de la pandemia, la situación se ha desplomado como en el resto del mundo.

“Pero las cosas empeoraron aquí”

Cuatrocientas víctimas en las cárceles

El sacerdote continúa explicando que «la incapacidad de responder a las necesidades de los numerosos prisioneros los ha hecho más vulnerables”. Con el resultado de que “el número de contagiados ha sido muy alto” y, hasta ahora, han registrado 400 víctimas. Como resultado, se prohibieron las visitas y los detenidos ya no pudieron recibir alimentos y medicinas. “El trabajo también se ha detenido», continúa el Padre Gonzales. Ante un panorama desalentador, los agentes pastorales no se han dado por vencidos y han logrado «también gracias a su imaginación y espíritu de iniciativa» garantizar su presencia constante.

“Los capellanes no podían celebrar la misa, pero la oración y la reflexión sobre la Palabra nunca faltó”

Relanzamiento de los proyectos de pastoral carcelaria

El Secretario Ejecutivo de la CEAS también dijo que tomaron medidas para la distribución de medicamentos y mascarillas. “A través de llamadas telefónicas pudimos responder a las peticiones de los prisioneros». El Padre Gonzales anticipó, después, el relanzamiento de los proyectos de pastoral carcelaria a través de la creación de una «red nacional» dirigida por Monseñor Jorge Izaguirre, obispo de la prelatura de Chuquibamba y presidente del Ceas. El sacerdote observa con satisfacción:

“Las primeras reuniones de la red, todas online, han permitido una comparación fructífera entre los diversos equipos que trabajan en el sector en todas las diócesis”

Mientras por lo que respecta a la medida relativa a la liberación de los presos más vulnerables, el Padre Gonzales califica la decisión de «tardía». Y concluye:

“Muchos de nuestros hermanos y muchas de nuestras hermanas han muerto mientras tanto. A pesar de esto, lucharemos para que se aplique”

Fuente: https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2020-11/iglesia-en-peru-nuestras-carceles-son-escuelas-de-criminalidad.html

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