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Entrevista a la investigadora feminista Almudena Hernando “Cuanto más avanzan las mujeres, más reacción violenta habrá desde el orden patriarcal”

Redacción: Rebelión

Almudena Hernando (Madrid, 1959) es profesora de Prehistoria y pertenece al Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid. Dirigió importantes investigaciones con grupos indígenas como los Q’echí en Guatemala o los Awá del Amazonas brasileño.
Actualmente trabaja con los Gumuz y los Dats’in en Etiopía. Su perspectiva arqueológica crítica se centra en entender la construcción socio-histórica de la identidad. Presenta La Fantasía de la individualidad (Traficantes de Sueños), un libro que ahonda en la organización identitaria de hombres y mujeres desde un enfoque que “mira largo y muy adentro”.
¿Qué aportan las tesis defendidas en su libro La Fantasía de la individualidad a los estudios de género y a la lucha feminista?
Por un lado creo que aporta una mirada que parte desde el origen, de cómo hemos llegado hasta aquí. Generalmente el feminismo mira al presente y lucha por la igualdad de derechos ahora y no se pregunta tanto por qué estamos en esta situación. El libro aporta una mirada histórica, pero también una mirada a cómo nos construimos subjetivamente los seres humanos.
Me pregunté qué es lo que nosotras, aunque seamos feministas, tendríamos que modificar para que cambiara el orden social y desde luego qué es lo que que tendrían que cambiar los hombres. El libro no plantea una lucha por la igualdad igualándonos a los hombres, sino que sostiene que el modelo para la igualdad es el modelo que desarrollamos las mujeres.
O sea, que los hombres tendrían que ser como somos las mujeres de la Modernidad para poder construir una sociedad de iguales. Plantea la necesidad de un cambio de paradigma. No se puede luchar en las condiciones del discurso social que tenemos ahora por la igualdad sin cuestionar el paradigma más profundo: la organización identitaria.
 
Al comienzo del libro sugiere que sería más útil sustituir el término orden patriarcal por el orden disociado razón-emoción ¿por qué? 
El patriarcado parece que es el orden social en que los hombres, por el hecho de ser hombres, dominan a las mujeres, por el hecho de ser mujeres. Yo sostengo que esto no es así. El orden patriarcal también ha sido reproducido por mujeres. Lo importante es que es un orden lógico, un orden mental. Para mí la clave está en que se valora socialmente todo lo que tiene que ver con lo individual y lo racional, al mismo tiempo que se oculta y se desvaloriza lo que tiene que ver con la emoción y con los vínculos. Si esto lo reproducen los hombres o las mujeres me da igual, están reproduciendo orden patriarcal. Para conseguir que se revierta hay que dar importancia al ámbito relacional y a las emociones vinculares.
El libro se llama La fantasía de la individualidad, el orden patriarcal se mantiene por una ficción. ¿Cuál sería esta fantasía?
 
La fantasía es la fantasía de la Ilustración, la fantasía es que la individualidad se puede sostener a sí misma. Que las personas que construyen su seguridad ontológica a través de vínculos y de comunidad –como son todas las sociedades cazadoras-recolectoras actuales– son más atrasadas y menos evolucionadas que los que construyen identidad individualizadamente.
Digamos que el proceso histórico, según la fantasía, se ha construido de forma que se ha ido pasando de dar importancia a la comunidad, a dar importancia al individuo. Yo digo que esto es una fantasía porque no se puede sostener sin un sentido de pertenencia a una comunidad, es decir, sin la identidad relacional. Si este proceso hubiera sido, como pretende esta fantasía, se hubiera hecho evidente la impotencia del ser humano aislado frente al universo.
Vincula un determinado modelo de desarrollo que se consolida en la Ilustración y que está estrechamente ligado a la dominación sobre las mujeres. ¿Se puede acabar con el orden patriarcal sin acabar con el modelo de desarrollo económico capitalista? 
No. El orden neoliberal es resultado de una construcción identitaria y socio-económica patriarcal. El mundo occidental se ha ido construyendo de forma que los hombres se iban especializando en el control del mundo a través de la razón (ciencia y tecnología) para producir seguridad, e iban desvalorizando socialmente lo que hacían las mujeres. La propia idealización de la ciencia y de la tecnología está asociada históricamente al orden patriarcal. Precisamente esto se pudo construir porque las mujeres garantizaron los vínculos.
El orden económico neoliberal que está basado en la individualidad y en la idealización del conocimiento a través de la ciencia, no se puede separar de su construcción a través de la dominación de las mujeres, porque al irse especializando, los hombres dejaron de atender el lado relacional, que es imprescindible, y por eso necesitaban a las mujeres. El orden neoliberal es en sí mismo patriarcal.
Entonces llega un momento en el que este orden capitalista necesita que las mujeres se individualicen. 
Sí, ellas se individualizan pero no pueden individualizarse del mismo modo en que lo han hecho los hombres. El lado relacional de los hombres lo han garantizado las mujeres. Pero las mujeres no pueden ni quieren dejar de dar importancia, tiempo y energía a la identidad relacional porque no hay nadie que se la garantice y porque saben que aquello que da sentido a la vida es sentirla. Lo que da sensación de bienestar tiene que ver con lo relacional: con los vínculos bien construidos. Las mujeres tienen que ocuparse de lo relacional para construir su propia identidad además de la individualizada.
 
¿Es en ese momento cuando se producen las contradicciones?
 
Sí, exactamente. Además en la Modernidad, los hombres patriarcales van a pedir a las mujeres dos cosas contradictorias: que se individualicen para que entren al mercado de trabajo de producción/consumo y, a la vez, que no se individualicen para que les sigan atendiendo a ellos. Esto es otro aspecto de la conflictiva situación en la que se mueven las mujeres. Ellas tienen que construir identidad relacional no sólo para satisfacer la de los hombres, sino para satisfacer también la propia. Escapar un poco del orden patriarcal consistiría en seguir construyendo una identidad relacional porque es esencial para sostener los vínculos propios, no para sostener a los hombres.
 
Hoy en día las mujeres están intentando avanzar hacia esta individualidad independiente. ¿Por qué sería deseable para los hombres?
 
Los hombres también están muy demandados por el orden patriarcal. El patriarcado, que en este momento se concreta en el neoliberalismo, está enloqueciendo a todos y también a los hombres. Al hombre se le pide que sea el más productivo, el que llega más alto, el que tiene más poder, se les demanda una individualidad constante. Los hombres ganarían mucha más estabilidad emocional, y ganarían un tipo de identidad que es la más potente que existe: la identidad de las mujeres en la Modernidad.
Permite desarrollar todo lo que es verdad: desarrollamos nuestros proyectos vitales porque conocemos nuestros deseos, pero al mismo tiempo sabemos cuidar a los otros, y esto mismo hace que tengamos bienestar. Es una identidad que da independencia en tanto que no se depende de nadie que marque el destino ni se depende de nadie subordinado que garantice el vínculo.
Ganarían la potencia de entender lo que les pasa, de saber cuidar al otro a la vez que tienen su propio proyecto vital. Es una relación de igualdad muy enriquecedora.
Cada vez son más mujeres las que están consiguiendo tener este tipo de identidad que como dice es la más potente que existe, pero, según algunas autoras, tanto la violencia como la crueldad contra las mujeres están en aumento. ¿Cómo entiende la situación actual y este tipo de violencias?
 
Me parece que hay una reacción patriarcal. Mira lo que ha pasado en España con Vox, por ejemplo. Cuanto más avanzan las mujeres, más reacción va a haber desde el orden patriarcal, y esa reacción va a ser violenta. Porque además los hombres no pueden racionalizar lo que les pasa contra las mujeres. No pueden racionalizar la rabia, no saben por qué les pasa. Es una ausencia total de empatía. Cuando las mujeres se independizan y dejan de garantizar los vínculos de los hombres, estos se desorientan y reaccionan sin ninguna lógica. Sale una especie de bestia, porque proviene del agujero negro que las emociones representan para esos hombres patriarcales. No pueden expresar ese agujero negro de una forma racional.
El caso de Vox es particular porque se habilitan discursos y prácticas patriarcales en esa vuelta a modelos identitarios hegemónicos.
Exacto. La prostitución por ejemplo está aumentando también en un momento en el que es más fácil tener relaciones sexuales que nunca. Los que trabajan estos temas hablan de que la masculinidad hegemónica se construye a través de la dominación de las mujeres; como eso se está perdiendo –porque cada vez las relaciones dentro de la pareja son más igualitarias– ese plus de dominación se busca fuera, por ejemplo en la prostitución. Cuando aparecen este tipo de partidos políticos se legitiman este tipo de dinámicas.
 
¿Cómo se enfrentan estas violencias en aumento?
 
Es completamente necesario hacerle frente. Hay que ir consiguiendo que haya un clamor social y que las luchas feministas sigan actuando. Una cosa es que Vox, en una propaganda política, diga que está en contra de la «ideología de género”, y otra es que a la hora de aprobar medidas concretas contra las mujeres no haya una reacción. Yo no creo que esto sea mayoritario.
El triunfo del orden patriarcal y neoliberal pasa por otros lados, por cosas mucho más profundas, sutiles y perversas que por esta gente que hace propuestas tan burdas. Por ejemplo pasa –yo lo estoy viendo en la universidad– por la neutralización de la crítica social. Se está reproduciendo el orden patriarcal y lo están haciendo mujeres también. Esto es mucho más peligroso porque es menos visible que lo que hace Vox.
Por eso insisto en que es un orden lógico: a qué le das importancia como mecanismo de seguridad ontológica de tu grupo. Y en el mundo occidental se está dando importancia únicamente a la razón, al dato, al ser más, a la desconexión emocional, a la irreflexión sobre nuestra sociedad y sobre el futuro que queremos.
 
Anuncios como los de Avène y Gilette promueven otro tipo de masculinidades. ¿Cómo pueden los feminismos contribuir a estos nuevos modelos? ¿Es el papel de las mujeres? 
Es el papel del feminismo, lo desarrollen hombres o mujeres. Me parece que hay una responsabilidad última que desgraciadamente sigue recayendo en las mujeres, pero que cada vez hay más hombres que ya son conscientes de esto. Aunque a los hombres les es difícil reconocer todos los privilegios de los que gozan.
Yo digo siempre: no soy negra, soy completamente antirracista y, sin embargo, sé que no puedo percibir todos los vectores de dominación que ha tenido una persona negra, porque yo no soy negra y estoy en el lado privilegiado de esa relación. Es lo mismo que pasa con los hombres. Me parece maravilloso que aparezcan estos anuncios y que los hombres participen. Ellos tienen que sentirse también responsables de la necesidad del cambio histórico.
¿Cómo se imagina la sociedad del futuro respecto a la igualdad de género y a los lazos comunitarios?
Es una pregunta difícil, porque en este momento hay tendencias muy contradictorias en la sociedad y no sé cuál va a ganar. Por un lado están todos los movimientos de mujeres y por otra parte están apareciendo movimientos de extrema derecha muy xenófobos. No va a ser fácil romper la tendencia ultraneoliberal mundial, dinámica que es patriarcal. No sé qué lado va a triunfar. Lo que sí creo es que hay que seguir luchando.
Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=259926
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Las mujeres de Bangladés ya no tendrán que declarar su virginidad para casarse

Asia/Bangladesh/28 Agosto 2019/El país

Las organizaciones feministas consiguen que el Supremo cambie una exigencia que consideran humillante y discriminatoria

Tras cinco años de batalla legal, defensoras de los derechos de la mujer de Bangladés han consiguido borrar el estigma con el que se certificababa el matrimonio de toda soltera en esta sociedad de mayoría musulmana. Hasta ahora, el código civil del país asiático requería que la novia declarase su estado en el registro matrimonial: viuda, divorciada o kumari, es decir, virgen y/o soltera, según las dos acepciones del término en el subcontinente indio. Una exigencia que se eliminará después de que este domingo, el Tribunal Supremo haya ordenado su sustitución por el término «soltera». Esta  desambiguación legal ha sido celebrada por grupos feministas bangadesíes, que habían criticado el concepto kumari por considerarlo humillante y discriminatorio.

“Este veredicto marca un hito”, dijo Aynun Nahar Siddiqua, abogada de la Fundación para Servicios y Ayudas Legales en Bangladés (BLAST, por sus siglas en inglés). «Es una sentencia que nos hace creer que podemos luchar y crear más cambios para las mujeres en el futuro», declaró a Reuters la letrada, una de las implicadas en el caso desde el principio: «Presentamos un recurso escrito porque preguntar a alguien si es virgen o no va en contra del derecho a la privacidad de la persona».

El litigio se remonta a 2014, cuando la organización de Siddiqua, junto a Nari Pakkho y Bangladesh Mahila Parishad, presentó un recurso para cambiar el formulario existente en la Ley de Matrimonio y Divorcio Musulmán. Según declaró la propia Siddiqua al diario local The Daily Star, la fórmula fue introducida bajo el régimen político anterior, cuando Bangladés aún era Pakistán oriental tras la partición del subcontinente indio, pero no se modificó después de que este país consiguiera la independencia en 1971.

“Nosotros [Bangladés] hemos firmado la Convención de la ONU para la Eliminación de toda forma de Violencia Contra la Mujer para asegurar la igualdad entre hombres y mujeres. Pero la igualdad había sido cercenada para las mujeres desde el comienzo del matrimonio”, añadió la abogada.

El sucinto veredicto del Tribunal Supremo declaró que la palabra kumari debía ser eliminada de todo trámite matrimonial y sustituida por el término bengalí obibahita, que significa literalmente «soltera», según el fiscal general adjunto, Amit Talukder. En una sentencia diferente, el tribunal también exigió que, de ahora en adelante, el novio debía declarar su condición de soltería, divorcio o viudedad. Se espera que ambos veredictos sean publicados en octubre, cuando los cambios en los certificados empezarán a tener efecto.

Desde la capital de Bangladés, el funcionario del registro matrimonial, Mohamad Ali Akbar Sarker, explicaba a Reuters que burócratas como él esperan a que el Ministerio de Justicia les informe oficialmente sobre los cambios. «He registrado muchos matrimonios en Dacca y me solían preguntar por qué los hombres tenían la libertad de no desvelar su estatus y las mujeres no. Siempre les decía que no estaba en mi mano. Supongo que ya no me plantearán más esa pregunta», resumió Akbar Sarker.

Bangladés es el tercer país musulmán con más población del mundo. Cerca del 90% de sus 168 millones de ciudadanos profesan la religión del islam.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/08/27/actualidad/1566905127_414078.html

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La cuota y la crítica: sobre la mirada masculina en el mundo literario

Por: Mario Granda Rangel

El medio literario latinoamericano aún no reconoce a las escritoras por aquello que deben ser realmente reconocidas, esto es, la literatura.

En una reciente columna publicada en el diario español El País, la escritora nicaragüense Gioconda Belli expresó su desacuerdo con la tan extendida idea de las cuotas para mujeres. Su posición surgió a partir del debate que desató la mesa inaugural de la última Feria Internacional del Libro de Lima, que solo estuvo compuesta por hombres. Como se recuerda, muchas escritoras e intelectuales reclamaron la falta de representación femenina en el evento literario más importante de la ciudad. Para Belli, sin embargo, es un error que el feminismo concentre sus críticas en este aspecto: “Me opongo a la idea de cuotas. Me parecen un precedente funesto que nos dejarán para siempre en el limbo de no saber por qué se nos toma en cuenta”. 

Me parece importante detenernos en esta última observación, pues advierte el peligro que significa convertir una acción en un mero gesto protocolar. Con el paso del tiempo, las organizaciones aprenderán a “resolver” la situación de la desigualdad de género (esto es, cumpliendo con la cuota requerida) y no colaborarán con el verdadero cambio. En este sentido, las declaraciones de la autora tienen como primer destinatario a las propias feministas. Lo que quiere decir, en otras palabras, es que hay que apuntar hacia otra dirección. La igualdad de género no se reduce a pretender que en un panel de expositores o en un gabinete ministerial haya un mismo número de hombres y mujeres. Estos “espacios seguros” que garantizan la presencia de las mujeres son en realidad engañosos, pues en vez de visibilizar el problema, lo ocultan.

En realidad, la columna de Belli, titulada “La pluma femenina reclama su importancia”, está dirigida a ese mundo literario que aún se encuentra dominado por la mirada masculina y no reconoce a las mujeres por aquello que deben ser realmente reconocidas, esto es, la literatura. En este mundo, señala, las mujeres suelen ser relevantes cuando son populares, jóvenes y bonitas, o porque han ganado un lugar como columnistas o editoras. La máxima expresión de esta actitud se encuentra también en lo exigentes que se vuelven los escritores cuando se trata de juzgar literariamente una obra escrita por una mujer. Un pedido que, por supuesto, no se observa cuando se juzga una obra de un hombre: “Cantidad de hombres celebrados actualmente escriben literatura light, novelas románticas, eróticas o pueblerinas, narco novelas intrascendentes o tomos impenetrables, sin que les haga mella”. A las mujeres, en cambio, se les somete a los más rigurosos exámenes de una “calidad literaria” que nunca ha sido explicada con claridad. “El ojo crítico leve que usan para sus congéneres se transforma en implacable cuando se trata de la obra de una mujer”.

La advertencia de Gioconda Belli (una reconocida feminista a nivel latinoamericano que participó en esta última FIL) es una seria llamada de atención al juicio crítico de la hegemonía masculina. En estos nuevos escenarios, es necesaria una crítica literaria libre de los prejuicios mencionados y, sobre todo, mucho más creativa. Esto es lo que nos llevará a una paridad de género auténtica y, por lo tanto, a una imaginación literaria más arriesgada y más potente. 

Fuente: https://rpp.pe/columnistas/mariocarlosgrandarangel/la-cuota-y-la-critica-sobre-la-mirada-masculina-en-el-mundo-literario-noticia-1213578

 

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Filipinas: Ellas luchan bajo el imperio de Duterte, el presidente que bromea con violaciones

Asia/Filipinas/15 Agosto 2019/El país

Cinco activistas relatan cómo es ser feminista en Filipinas y cómo es su trabajo desde que llegó al poder un hombre que se ha caracterizado por frivolizar con la violencia sobre las mujeres

“Si hay muchas mujeres bonitas, habrá muchas violaciones», “Hay que disparar a las guerrilleras a la vagina, sin ella son inútiles”, «Era un poco gay pero las mujeres hermosas me curaron». Todo esto son intervenciones del presidente filipino Rodrigo Duterte. Y sigue. En un acto en favor de la igualdad de género expresó: “Limitáis mi libertad de expresión y criticáis todo lo que digo”, “Putas”, “Mujeres locas”. Lo que es peor es que su audiencia normalmente ha acogido estas palabras con risas e incluso con sonoras carcajadas. El mandatario también ha contado cómo abusó de una empleada del hogar como una anécdota de juventud y son habituales sus shows de invitar a asistentes a sus discursos a que suban al escenario para besarlas.

En la sede de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres en Asia Pacífico, en Manila, se reúnen cinco mujeres a la cabeza de entidades que luchan por la igualdad de género en Filipinas. Un país en el que «ser feminista quiere decir muchas cosas y no todas buenas», explica una de ellas. La anfitriona es Jean Enríquez, una de las impulsoras de las marchas del 8 de marzo en el país asiático. Las otras son Nice Coronación (Sentro, organización socialista), Judy Pasimio (Lilak, en defensa de las mujeres indígenas), Alenah Romero (CMA, entidad que protege a las migrantes) y Amparo Miciano (Coalición de Mujeres Rurales). El trabajo de estas activistas cuenta con más baches si cabe desde que Duterte llegó al poder. “Incluso antes ya recibimos amenazas de muerte por protestar contra él. Desde que es presidente ha puesto trabas en la inspección de nuestras organizaciones que hacen peligrar nuestros fondos internacionales”, relata Enríquez.

Filipinas se posicionó durante mucho tiempo como un referente en cuanto a la igualdad en Asia. Se convirtió en uno de los primeros países de la región en promulgar leyes contra el tráfico de mujeres y endureció las penas contra el acoso. Por otro lado, se trata de una nación ultraconservadora. El 85% se define como católico y no están permitidos ni el divorcio ni el aborto, históricas reivindicaciones feministas. Aun con todo, según el último informe anual sobre brecha de género realizado por el Foro Económico Mundial, Filipinas es el octavo país del mundo con mayor igualdad entre sexos.

“El problema es que muchos ven a Duterte como alguien que no pretende aparentar nada y muestra su cara real. Aunque sea la cara de un misógino. Pero lo cierto es que sus declaraciones se están convirtiendo en órdenes y en última instancia en leyes”, señala Pasimio. Lo cierto es que los niveles de popularidad del presidente se sitúan más altos que nunca (70% según las últimas encuestas están satisfechos con su gestión). El amor y el odio que despierta se basan principalmente en la guerra contra los narcotraficantes que libra desde su llegada al poder y que deja cada día en las calles miles de asesinatos sin juicio previo ni investigación posterior. La autoridad filipina reconoce 6.600 muertes en operaciones policiales hasta finales de 2018, pero clasifica una 23.000 más como “casos bajo investigación” y organizaciones como Amnistía internacional denuncia que son muchas más. Esta política ha propiciado que la organización de Enríquez haya ampliado su campo de acción y desde 2016 atiende a los centenares de viudas que deja esta política de asesinatos a discreción.

El país asiático es uno de los únicos cinco en todo el mundo que goza de paridad en los puestos de poder del Estado. “Tiene trampa, la mayor parte de ellas descienden de dinastías históricas de poder”, recalca Pasimio. La exprimera dama Imelda Marcos ha ocupado cargos públicos hasta principios de julio, al borde de los 90 años, y Duterte ya está intentando colocar a su hija en la carrera por la sucesión. Un estudio de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres concluyó en un análisis de las elecciones de 2013 que el 74% de los miembros de la Cámara de Representantes provenían de dinastías.

Donde sí hablan estas mujeres es en la calle. “Desde 2016 las marchas del 8 de marzo están siendo las más articuladas contra lo que consideramos un régimen fascista”, detalla Enriquez. La estudiante Shibby Lapeña se convirtió en una especie de heroína nacional hace tres años tras hacerse viral y convertirse en la cara visible del movimiento #YouthResist, contra Duterte. “Mucha gente joven critica los comentarios sexistas de Duterte, por esa parte estamos contentas porque vemos un clamor, pero por otro lado todavía hace falta mucha educación porque los niveles de violencia son muy altos”, puntualiza Coronacion. Según datos recogidos por la ONU, el 17% de las filipinas mayores de 15 años ha sufrido violencia de género. “El problema es que normaliza los abusos y la violencia contra las mujeres. Es muy difícil luchar por nuestros derechos cuando hay alguien ahí arriba hablando de cómo abusar de nosotras”, indica Romero. Los hombres se suman tímidamente a esta batalla. “Duterte está despertando la conciencia de muchos hombres que se levantan y dicen: ‘A mí no me representas’. Él se jacta de que habla como la gente de la calle, pero muchos no se sienten identificados”, añade Pasimio.

El #MeToo llegó a esta parte del mundo y resonó en las manifestaciones del día de la mujer. “Fue un movimiento inspirador y sentimos la solidaridad internacional”, subraya Enríquez. “Reconocemos la fuerza del hashtag, pero tratamos de mostrar que hay diferentes formas de violencia en diferentes contextos. Este Gobierno por ejemplo está invadiendo las tierras de los indígenas y eso está enfadando a muchas mujeres de estas comunidades que se están levantando contra el sexismo”, remarca Pasimio.

A mediados de julio, Duterte aprobó una ley que penaliza precisamente casi todo lo que hace él habitualmente. La norma castiga con multas, servicios comunitarios y hasta penas de prisión diversos actos de acoso, que van desde los piropos callejeros, hasta «gestos corporales ofensivos». ¿Una manera de entonar el mea culpa o una nueva medida populista?

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/07/04/planeta_futuro/1562254562_357787.html

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Podcast-Feminismo: Voces constructoras de resistencias

Redacción: OVE

Esta nueva entrega de podcast, realizado por Rose Mary Hernández invita a que repensemos un poco nuestro compromiso con el Feminismo, voz donde nos reconocemos las mujeres, constructoras de resistencias desde laconciencia de nuestro ser en el mundo y, que con el tiempo se le han sumado otros colectivos y comunidades que no quieren seguir siendo invisibles, maltratadas, discriminadas, apartadas, burladas, que tienen muchas vidas en una sola vida y aun así no se sienten vivas ni vivos.

Fuente: https://anchor.fm/otras-voces-en-educacion/episodes/Feminismo-Voces-constructoras-de-resistencias-e4s83j

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La educación reduce diferencias: Expresidenta de Ecuador

Redacción: Caracol

Cartagena fue el escenario del Women Economic Forum, en su segundo día. Durante el desarrollo de las actividades, la economía y los retos para la mujer en materia de empleo, siguieron marcando la tendencia del encuentro.

Lo hizo como parte de su conferencia titulada, «Mujeres en la Política y la Administración Pública«, donde llamó la atención de los gobiernos en Latinoamérica, para que inviertan mucho más formando ciudadanos en condiciones igualitarias.

«Las leyes sin embargo son insuficientes, lo más importante es la educación y ahí tenemos que trabajar, educando hombre y mujeres de tal manera que tengamos una concepción más igualitaria de lo que es el mundo y lo que podamos hacer. Yo creo que allí es donde deben trabajar los gobiernos», dijo Arteaga.

Para la activista y exmandataria del vecino país, el maltrato sigue siendo uno de los aspectos negativos de más relevancia cuando se analiza el resultado que arrojan los países de la región.

Fuente: https://caracol.com.co/emisora/2019/08/02/cartagena/1564769786_865036.html

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Rita Segato: “La violencia de género es la primera escuela de todas las otras formas de violencia”

Redacción: La Diaria

De visita en Montevideo, la antropóloga argentina habló sobre la necesidad de deconstruir el “orden patriarcal” que genera violencias.

Dicen que es recibida como si fuera una estrella de rock en todas las actividades públicas en las que participa. Por eso a donde va nunca faltan las extensas rondas de aplausos, los pedidos de autógrafos o alguna selfiecasual. Lo cierto es que Rita Segato es antropóloga feminista y no artista, aunque para muchas personas escucharla constituye siempre un verdadero espectáculo. Su paso por Uruguay esta semana tampoco pasó desapercibido.

La académica argentina llegó el lunes a Montevideo para protagonizar una de las tres conferencias centrales de las Jornadas de Debate Feminista que organizan los colectivos Cotidiano Mujer y Encuentro de Feministas Diversas. La exposición de Segato giró en torno a conceptos que han atravesado su obra durante los últimos años, que se conectan y se retroalimentan. Puso el acento en explicar por qué a su entender el patriarcado no es una “cultura” sino un “orden político”, habló de las nociones de “masculinidad corporativa” y “dueñidad”, y se refirió a la “politicidad femenina”. Ante un Salón Azul de la Intendencia de Montevideo desbordado de gente, la antropóloga también dedicó una parte de la ponencia a desentrañar los desafíos actuales de los feminismos, entre los cuales destacó el “recrudecimiento” de los casos de violencia contra las mujeres, especialmente en América Latina, y la amenaza del avance de los fundamentalismos religiosos.

Un rato antes de empezar la conferencia, en el mismo salón, Segato fue declarada Visitante Ilustre de Montevideo. Mientras recibía la distinción, la concurrencia pobló el lugar. No quedaron asientos libres, también fueron ocupados escalones, pisos y otros espacios vacíos. Cuando la capacidad no dio para más, la gente empezó a agolparse en las puertas del salón. La mayoría eran mujeres jóvenes. Algunas esperaron sentadas, en ronda. La escena parecía la previa de algún recital de rock.

El club de los hombres

El primer trabajo que realizó Segato sobre violencia fue en 1993, en una cárcel de Brasilia, tras un pedido del secretario de Seguridad Pública de la ciudad a la universidad en la que ella trabajaba como docente. Fue durante ese proceso que la experta descubrió que detrás de las agresiones contra las mujeres había “una hermandad masculina, una cofradía, un club de hombres”, según explicó el lunes. “Me di cuenta de que el violador era una figura acompañada, que recibía un mandato de otros hombres de mostrarse hombre, de alguna manera, ante otros pares, que se encuentran ausentes pero que están presentes en su paisaje mental. Entonces hay una demanda a partir de esos otros hombres para que ese violador muestre que merece ser reconocido como un miembro de esa hermandad masculina”, ahondó.

De ese estudio también surgió la afirmación de Segato de que la “estructura elemental de la violencia”, en este contexto, no está únicamente construida por la relación entre el agresor y su víctima. “Hay otro eje de relaciones y de interlocución que es tanto o más importante, que es la relación entre los hombres”, afirmó, y continuó: “Los hombres se ven como perteneciendo a un grupo de prestigio que exige una titulación y esa titulación depende de la exacción de la posición femenina, que debe circular desde la posición femenina a la posición masculina constituyéndola como una posición potente capaz de controlar un territorio, que en este caso es el territorio-cuerpo de la víctima. Ahí aparece por primera vez en mi pensamiento esa idea de la afinidad entre el cuerpo de mujer y el territorio”.

Más adelante, a raíz de otros estudios, la antropóloga amplió esa idea de “fratría de los hombres, de la cual emana un mandato de violación y de apropiación de un tributo que debe circular entre la posición femenina hacia la posición masculina, constituyéndola”, al darse cuenta de que en realidad tiene una “estructura corporativa”. Segato explicó en la conferencia que esa estructura de corporación es aprendida por los varones “desde muy temprano en la vida, al socializarse como varones y al socializarse dentro del mandato de masculinidad”.

La académica feminista nombró las dos características que convierten a ese club de hombres en una corporación. La primera es que el valor supremo que está por encima de todos los otros valores es la “lealtad corporativa”. Esto “se ve fácilmente en la realidad”, dijo. “El hombre siempre tendrá miedo a aliarse a la posición femenina porque ahí estará traicionando esa lealtad que es imperativa en la masculinidad”, agregó. La otra característica de la corporación es que es “internamente jerárquica” y el lugar que ocupe un hombre en esa jerarquía de masculinidades va a ser la posición que pueda conseguir en relación a las potencias sexual, física, bélica, intelectual, moral, económica y política. Para la antropóloga, estas dos características hacen “que la violencia sea inevitable para el mandato de masculinidad, a no ser que los hombres consigan tomar conciencia y enfrentarse a un espejo no narcisista”.

En ese sentido, dijo más adelante que es necesario fundar el “Frente de Liberación del Mandato de Masculinidad”, que a su criterio “sacrifica a los varones, los destruye, los mata antes y en algunas regiones de nuestro continente los mata niños”. Puso como ejemplo a los jóvenes salvadoreños que se suman a las maras para poder cumplir con ese mandato. “Hay varias formas en las que los hombres son conducidos al ejercicio de la violencia y son vulnerables a la seducción de la violencia, porque han creído en el mandato de masculinidad y han adherido a la corporación masculina, que es la pedagogía de la crueldad”, afirmó Segato.

La violencia de género como primera escuela

Al referirse al panorama actual y global de las mujeres, la antropóloga hizo énfasis en el “recrudecimiento de la violencia de género en todos los países”, especialmente en América Latina. A la hora de desentrañar las razones, Segato descartó en primer lugar la hipótesis de que el fenómeno tiene que ver con una “reacción” o “venganza” de los hombres ante los avances del movimiento feminista y las posiciones conquistadas por las mujeres en el mundo laboral o político. “Este no es mi modelo de comprensión. Primero, porque las mujeres seguimos ganando menos que los hombres por tareas iguales. En las relaciones conyugales sí sería posible aceptar que el avance de la posición de una mujer con relación a su cónyuge o compañero puede causar una reacción violenta. Pero fuera de esa relación, decir que alguien sale a la calle, captura a una mujer, la viola y la mata, como está pasando en Argentina de una forma muy frecuente, no se puede pensar como que es una venganza de los hombres por el avance de las mujeres debido al feminismo. Creo que es impensable esa hipótesis aplicada a los casos de feminicidios y violaciones de personas desconocidas”, opinó. Lo que sí puede influir, recalcó, es el hecho de que la masculinidad esté siendo vulnerada “por la precarización del trabajo característica del presente”. Ante la ausencia de la potencia económica, este hombre precarizado ve en la violencia “la última posibilidad para restaurarse en esa posición de dominación territorial y de dominación sobre los cuerpos”.

Otro concepto que introdujo Segato en la exposición del lunes es el de la violencia de género como “la incubadora” de todas las otras formas de violencia. “Cuando los gobiernos se asustan por otras formas de violencia que tienen que ver con el robo, con el homicidio, etcétera, yo estoy convencida y he argumentado que esa violencia primordial que es la violencia de género es la primera pedagogía; la violencia de género es la primera escuela de todas las otras formas de violencia”, aseguró.

Segato contó que hace poco, en una actividad en Buenaventura, Colombia, alguien del público le preguntó cómo hacer para detener la guerra “no declarada” entre pandillas que vive el país por el control de tierras. Ella lo pensó bastante y finalmente respondió que sólo era posible hacerlo “desmontando” el mandato de masculinidad. “Cuando hablo de ese desmonte indispensable no es solamente para que pare la violencia contra las mujeres, sino para que pare la guerra en general”, afirmó la antropóloga. “El mundo se transforma y la historia se reorienta si los hombres se vuelven capaces de desmontar el mandato de masculinidad y de revisar lo que los hace actuar en la búsqueda de potencia, lo que los hace tener que espectacularizar todo el tiempo su capacidad de dominio”.

La arremetida fundamentalista

Además de la violencia de género, Segato mencionó como uno de los principales desafíos actuales para los feminismos el avance de los grupos fundamentalistas religiosos. Y lo vinculó a lo que ella llama “dueñidad”, es decir, el hecho de que este sea “un mundo de dueños, donde hay señores de la vida y de la muerte con gran concentración de la riqueza”. La argentina dijo que el orden patriarcal, que también es un orden de dueñidad, “es funcional al capital de una forma en que nunca lo fue”. A su entender, esta es una de las razones que están detrás de “la gran reacción patriarcal disfrazada de religión que estamos presenciando en el continente y en el mundo”.

La antropóloga considera que la reacción tiene lugar ahora porque “muy probablemente hemos tocado un centro neurálgico de la reproducción de la dueñidad, que es una de las bases fundamentales del orden patriarcal y del capitalismo en la fase contemporánea. Algo de esa arquitectura hemos tocado muy recientemente que ha puesto en riesgo también al poder económico”. La amenaza del movimiento feminista y de todos los movimientos antipatriarcales es que “desacatan el orden patriarcal”, incluido el económico, dijo Segato. Por el momento, “es imposible observar cómo el poder decide, delibera e intenta agendar la historia”, agregó, pero por los fenómenos conservadores que están surgiendo en países como México, Argentina o Chile simultáneamente en defensa del patriarcado “podemos entender que ahí hay un interés mayor de defensa y de blindaje de algo que está siendo amenazado por nosotras, nosotres y todos aquellos que integran las disidencias con relación al orden patriarcal”.

La (no) politicidad femenina

“¿Por qué la historia del Estado es, en realidad, la historia de los hombres?”, preguntó Segato, y contestó rápidamente que en el tránsito de la “colonial modernidad” a la formación del Estado moderno todo lo político fue “secuestrado por la historia de los hombres”. Incluida la politicidad propia de las mujeres, que era la politicidad “del orden doméstico, de la intimidad, del cuerpo a cuerpo, de la proximidad no burocrática de la defensa y la reproducción y protección de la vida aquí y ahora”. Según el análisis de la antropóloga, todo eso continúa siendo la politicidad de las mujeres, aunque hoy no se llame política. Lo que sucedió en la transición de una época a otra también implicó la transición de una estructura dual –donde hay una jerarquía de lo político-público y de lo político-doméstico– a una binaria –que es un mundo de uno y sus otros–.

“En la transición al mundo binario vemos que el espacio de la política se transforma en el normal, en el espacio de los temas de interés colectivo, de toda la gente, donde se enuncian las verdades de valor universal e interés general, y el mundo de la domesticidad se transforma en un residuo despolitizado, encapsulado, íntimo y privado, donde las mujeres nos morimos”, advirtió Segato. “Ahí nuestra vulnerabilidad y la de nuestros hijos se vuelven extremas por la soledad, el encapsulamiento y la despolitización de ese espacio que es el espacio de la familia nuclear”. Por eso, según la antropóloga, el ojo público “siempre ve los crímenes contra nosotras como crímenes menores, porque nuestra existencia está asociada a un espacio que se ha despolitizado y despublicitado completamente”. Para reforzar la idea, agregó: “Las mujeres no somos ciudadanas plenas, no somos personas siquiera, así nos ve el juez cuando juzga los casos de feminicidios o los otros crímenes contra nosotras. Incluso grandes juristas, que he criticado con bastante saña en mi país, ven los crímenes contra las mujeres como crímenes de la libido, del deseo. Los crímenes contra nosotras no son crímenes de la libido, son crímenes políticos de ese orden patriarcal”. Y si fuera un “crimen del deseo”, en todo caso se trata de otro deseo: el del poder.

Feminismo antipunitivista

Unos minutos antes de terminar la conferencia en el Salón Azul de la Intendencia de Montevideo, Rita Segato hizo un paréntesis para referirse con preocupación a los feminismos punitivistas. Para la antropóloga, es necesario que la Justicia “sea pedagógica” y coincide en que debe castigar a los violadores y a los feminicidas para “enunciar al mundo lo que es inaceptable”. Sin embargo, insistió en que la cárcel “no es la que va a frenar el avance de la violencia contra las mujeres”, sino que lo hará “la transformación de la sociedad”. Y, contundente, concluyó: “Yo no creo en la política del enemigo, porque creo que tiene una estructura fascista. La característica de los fascismos es la construcción de un enemigo para producir el mancomunamiento. El feminismo no puede mancomunarse mediante la construcción de un enemigo que serían los varones. Nuestro enemigo principal es el orden patriarcal”.

Fuente: https://feminismos.ladiaria.com.uy/articulo/2019/7/rita-segato-la-violencia-de-genero-es-la-primera-escuela-de-todas-las-otras-formas-de-violencia/
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