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Rita Segato: “La violencia de género es la primera escuela de todas las otras formas de violencia”

Redacción: La Diaria

De visita en Montevideo, la antropóloga argentina habló sobre la necesidad de deconstruir el “orden patriarcal” que genera violencias.

Dicen que es recibida como si fuera una estrella de rock en todas las actividades públicas en las que participa. Por eso a donde va nunca faltan las extensas rondas de aplausos, los pedidos de autógrafos o alguna selfiecasual. Lo cierto es que Rita Segato es antropóloga feminista y no artista, aunque para muchas personas escucharla constituye siempre un verdadero espectáculo. Su paso por Uruguay esta semana tampoco pasó desapercibido.

La académica argentina llegó el lunes a Montevideo para protagonizar una de las tres conferencias centrales de las Jornadas de Debate Feminista que organizan los colectivos Cotidiano Mujer y Encuentro de Feministas Diversas. La exposición de Segato giró en torno a conceptos que han atravesado su obra durante los últimos años, que se conectan y se retroalimentan. Puso el acento en explicar por qué a su entender el patriarcado no es una “cultura” sino un “orden político”, habló de las nociones de “masculinidad corporativa” y “dueñidad”, y se refirió a la “politicidad femenina”. Ante un Salón Azul de la Intendencia de Montevideo desbordado de gente, la antropóloga también dedicó una parte de la ponencia a desentrañar los desafíos actuales de los feminismos, entre los cuales destacó el “recrudecimiento” de los casos de violencia contra las mujeres, especialmente en América Latina, y la amenaza del avance de los fundamentalismos religiosos.

Un rato antes de empezar la conferencia, en el mismo salón, Segato fue declarada Visitante Ilustre de Montevideo. Mientras recibía la distinción, la concurrencia pobló el lugar. No quedaron asientos libres, también fueron ocupados escalones, pisos y otros espacios vacíos. Cuando la capacidad no dio para más, la gente empezó a agolparse en las puertas del salón. La mayoría eran mujeres jóvenes. Algunas esperaron sentadas, en ronda. La escena parecía la previa de algún recital de rock.

El club de los hombres

El primer trabajo que realizó Segato sobre violencia fue en 1993, en una cárcel de Brasilia, tras un pedido del secretario de Seguridad Pública de la ciudad a la universidad en la que ella trabajaba como docente. Fue durante ese proceso que la experta descubrió que detrás de las agresiones contra las mujeres había “una hermandad masculina, una cofradía, un club de hombres”, según explicó el lunes. “Me di cuenta de que el violador era una figura acompañada, que recibía un mandato de otros hombres de mostrarse hombre, de alguna manera, ante otros pares, que se encuentran ausentes pero que están presentes en su paisaje mental. Entonces hay una demanda a partir de esos otros hombres para que ese violador muestre que merece ser reconocido como un miembro de esa hermandad masculina”, ahondó.

De ese estudio también surgió la afirmación de Segato de que la “estructura elemental de la violencia”, en este contexto, no está únicamente construida por la relación entre el agresor y su víctima. “Hay otro eje de relaciones y de interlocución que es tanto o más importante, que es la relación entre los hombres”, afirmó, y continuó: “Los hombres se ven como perteneciendo a un grupo de prestigio que exige una titulación y esa titulación depende de la exacción de la posición femenina, que debe circular desde la posición femenina a la posición masculina constituyéndola como una posición potente capaz de controlar un territorio, que en este caso es el territorio-cuerpo de la víctima. Ahí aparece por primera vez en mi pensamiento esa idea de la afinidad entre el cuerpo de mujer y el territorio”.

Más adelante, a raíz de otros estudios, la antropóloga amplió esa idea de “fratría de los hombres, de la cual emana un mandato de violación y de apropiación de un tributo que debe circular entre la posición femenina hacia la posición masculina, constituyéndola”, al darse cuenta de que en realidad tiene una “estructura corporativa”. Segato explicó en la conferencia que esa estructura de corporación es aprendida por los varones “desde muy temprano en la vida, al socializarse como varones y al socializarse dentro del mandato de masculinidad”.

La académica feminista nombró las dos características que convierten a ese club de hombres en una corporación. La primera es que el valor supremo que está por encima de todos los otros valores es la “lealtad corporativa”. Esto “se ve fácilmente en la realidad”, dijo. “El hombre siempre tendrá miedo a aliarse a la posición femenina porque ahí estará traicionando esa lealtad que es imperativa en la masculinidad”, agregó. La otra característica de la corporación es que es “internamente jerárquica” y el lugar que ocupe un hombre en esa jerarquía de masculinidades va a ser la posición que pueda conseguir en relación a las potencias sexual, física, bélica, intelectual, moral, económica y política. Para la antropóloga, estas dos características hacen “que la violencia sea inevitable para el mandato de masculinidad, a no ser que los hombres consigan tomar conciencia y enfrentarse a un espejo no narcisista”.

En ese sentido, dijo más adelante que es necesario fundar el “Frente de Liberación del Mandato de Masculinidad”, que a su criterio “sacrifica a los varones, los destruye, los mata antes y en algunas regiones de nuestro continente los mata niños”. Puso como ejemplo a los jóvenes salvadoreños que se suman a las maras para poder cumplir con ese mandato. “Hay varias formas en las que los hombres son conducidos al ejercicio de la violencia y son vulnerables a la seducción de la violencia, porque han creído en el mandato de masculinidad y han adherido a la corporación masculina, que es la pedagogía de la crueldad”, afirmó Segato.

La violencia de género como primera escuela

Al referirse al panorama actual y global de las mujeres, la antropóloga hizo énfasis en el “recrudecimiento de la violencia de género en todos los países”, especialmente en América Latina. A la hora de desentrañar las razones, Segato descartó en primer lugar la hipótesis de que el fenómeno tiene que ver con una “reacción” o “venganza” de los hombres ante los avances del movimiento feminista y las posiciones conquistadas por las mujeres en el mundo laboral o político. “Este no es mi modelo de comprensión. Primero, porque las mujeres seguimos ganando menos que los hombres por tareas iguales. En las relaciones conyugales sí sería posible aceptar que el avance de la posición de una mujer con relación a su cónyuge o compañero puede causar una reacción violenta. Pero fuera de esa relación, decir que alguien sale a la calle, captura a una mujer, la viola y la mata, como está pasando en Argentina de una forma muy frecuente, no se puede pensar como que es una venganza de los hombres por el avance de las mujeres debido al feminismo. Creo que es impensable esa hipótesis aplicada a los casos de feminicidios y violaciones de personas desconocidas”, opinó. Lo que sí puede influir, recalcó, es el hecho de que la masculinidad esté siendo vulnerada “por la precarización del trabajo característica del presente”. Ante la ausencia de la potencia económica, este hombre precarizado ve en la violencia “la última posibilidad para restaurarse en esa posición de dominación territorial y de dominación sobre los cuerpos”.

Otro concepto que introdujo Segato en la exposición del lunes es el de la violencia de género como “la incubadora” de todas las otras formas de violencia. “Cuando los gobiernos se asustan por otras formas de violencia que tienen que ver con el robo, con el homicidio, etcétera, yo estoy convencida y he argumentado que esa violencia primordial que es la violencia de género es la primera pedagogía; la violencia de género es la primera escuela de todas las otras formas de violencia”, aseguró.

Segato contó que hace poco, en una actividad en Buenaventura, Colombia, alguien del público le preguntó cómo hacer para detener la guerra “no declarada” entre pandillas que vive el país por el control de tierras. Ella lo pensó bastante y finalmente respondió que sólo era posible hacerlo “desmontando” el mandato de masculinidad. “Cuando hablo de ese desmonte indispensable no es solamente para que pare la violencia contra las mujeres, sino para que pare la guerra en general”, afirmó la antropóloga. “El mundo se transforma y la historia se reorienta si los hombres se vuelven capaces de desmontar el mandato de masculinidad y de revisar lo que los hace actuar en la búsqueda de potencia, lo que los hace tener que espectacularizar todo el tiempo su capacidad de dominio”.

La arremetida fundamentalista

Además de la violencia de género, Segato mencionó como uno de los principales desafíos actuales para los feminismos el avance de los grupos fundamentalistas religiosos. Y lo vinculó a lo que ella llama “dueñidad”, es decir, el hecho de que este sea “un mundo de dueños, donde hay señores de la vida y de la muerte con gran concentración de la riqueza”. La argentina dijo que el orden patriarcal, que también es un orden de dueñidad, “es funcional al capital de una forma en que nunca lo fue”. A su entender, esta es una de las razones que están detrás de “la gran reacción patriarcal disfrazada de religión que estamos presenciando en el continente y en el mundo”.

La antropóloga considera que la reacción tiene lugar ahora porque “muy probablemente hemos tocado un centro neurálgico de la reproducción de la dueñidad, que es una de las bases fundamentales del orden patriarcal y del capitalismo en la fase contemporánea. Algo de esa arquitectura hemos tocado muy recientemente que ha puesto en riesgo también al poder económico”. La amenaza del movimiento feminista y de todos los movimientos antipatriarcales es que “desacatan el orden patriarcal”, incluido el económico, dijo Segato. Por el momento, “es imposible observar cómo el poder decide, delibera e intenta agendar la historia”, agregó, pero por los fenómenos conservadores que están surgiendo en países como México, Argentina o Chile simultáneamente en defensa del patriarcado “podemos entender que ahí hay un interés mayor de defensa y de blindaje de algo que está siendo amenazado por nosotras, nosotres y todos aquellos que integran las disidencias con relación al orden patriarcal”.

La (no) politicidad femenina

“¿Por qué la historia del Estado es, en realidad, la historia de los hombres?”, preguntó Segato, y contestó rápidamente que en el tránsito de la “colonial modernidad” a la formación del Estado moderno todo lo político fue “secuestrado por la historia de los hombres”. Incluida la politicidad propia de las mujeres, que era la politicidad “del orden doméstico, de la intimidad, del cuerpo a cuerpo, de la proximidad no burocrática de la defensa y la reproducción y protección de la vida aquí y ahora”. Según el análisis de la antropóloga, todo eso continúa siendo la politicidad de las mujeres, aunque hoy no se llame política. Lo que sucedió en la transición de una época a otra también implicó la transición de una estructura dual –donde hay una jerarquía de lo político-público y de lo político-doméstico– a una binaria –que es un mundo de uno y sus otros–.

“En la transición al mundo binario vemos que el espacio de la política se transforma en el normal, en el espacio de los temas de interés colectivo, de toda la gente, donde se enuncian las verdades de valor universal e interés general, y el mundo de la domesticidad se transforma en un residuo despolitizado, encapsulado, íntimo y privado, donde las mujeres nos morimos”, advirtió Segato. “Ahí nuestra vulnerabilidad y la de nuestros hijos se vuelven extremas por la soledad, el encapsulamiento y la despolitización de ese espacio que es el espacio de la familia nuclear”. Por eso, según la antropóloga, el ojo público “siempre ve los crímenes contra nosotras como crímenes menores, porque nuestra existencia está asociada a un espacio que se ha despolitizado y despublicitado completamente”. Para reforzar la idea, agregó: “Las mujeres no somos ciudadanas plenas, no somos personas siquiera, así nos ve el juez cuando juzga los casos de feminicidios o los otros crímenes contra nosotras. Incluso grandes juristas, que he criticado con bastante saña en mi país, ven los crímenes contra las mujeres como crímenes de la libido, del deseo. Los crímenes contra nosotras no son crímenes de la libido, son crímenes políticos de ese orden patriarcal”. Y si fuera un “crimen del deseo”, en todo caso se trata de otro deseo: el del poder.

Feminismo antipunitivista

Unos minutos antes de terminar la conferencia en el Salón Azul de la Intendencia de Montevideo, Rita Segato hizo un paréntesis para referirse con preocupación a los feminismos punitivistas. Para la antropóloga, es necesario que la Justicia “sea pedagógica” y coincide en que debe castigar a los violadores y a los feminicidas para “enunciar al mundo lo que es inaceptable”. Sin embargo, insistió en que la cárcel “no es la que va a frenar el avance de la violencia contra las mujeres”, sino que lo hará “la transformación de la sociedad”. Y, contundente, concluyó: “Yo no creo en la política del enemigo, porque creo que tiene una estructura fascista. La característica de los fascismos es la construcción de un enemigo para producir el mancomunamiento. El feminismo no puede mancomunarse mediante la construcción de un enemigo que serían los varones. Nuestro enemigo principal es el orden patriarcal”.

Fuente: https://feminismos.ladiaria.com.uy/articulo/2019/7/rita-segato-la-violencia-de-genero-es-la-primera-escuela-de-todas-las-otras-formas-de-violencia/
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Entrevista a Isabel de Ocampo: “Si hay un movimiento que tiene fe en los hombres, ese es el feminismo”

Entrevista/01 Agosto 2019/Autor: Héctor Llanos Martínez/El país

Isabel de Ocampo construye en su nuevo documental un mosaico de opiniones sobre el concepto de masculinidad tóxica

Tráiler del documental ‘Serás hombre’.

Un collage de opiniones masculinas de toda índole, de exproxenetas a sociólogos, psicólogos y expertos en género, construyen el documental Serás hombre, que puede verse en Filmin durante el mes de julio dentro del Atlàntida Film Festival. Su directora, la salmantina Isabel de Ocampo, comenta con EL PAÍS las claves de este ensayo audiovisual sobre el concepto de masculinidad.

Pregunta. Dentro del mosaico de opiniones del documental, se defiende que si el feminismo pide un cambio de actitud en el hombre es porque confía en que el hombre es capaz de cambiar.

Respuesta. Suscribo rotundamente que, si hay un movimiento que cree en el hombre, ese es el feminismo. Porque, además, un asunto que deriva en violencia machista y que se cobra más víctimas que el terrorismo (1.005 asesinadas por sus parejas o exparejas a 13 julio de 2019) no es solo un problema de las mujeres. Se necesitan soluciones conjuntas.

P. No se incluye ni una sola opinión femenina en toda la película.

R. Es un asunto que los hombres tienen que empezar ya a comentar. Precisamente la cultura que se les ha impuesto es la de no expresar jamás sus sentimientos y es una de las cosas que hay que cambiar cuanto antes.

P. ¿No le da miedo a que esa ausencia de voces femeninas genere rechazo en parte de los espectadores?

R. La aspiración de este documental es llegar a su audiencia más complicada: hacer escuchar a este tipo de hombres que no encuentran autoridad en la voz de una mujer. Si al menos reciben el mensaje a través de un referente masculino, puede que sus opiniones empiecen a cambiar.

“Si hay un movimiento que tiene fe en los hombres, ese es el feminismo”

Isabel de Ocampo, durante la presentación de Serás Hombre en el Festival de Cine de Valladolid /

P. ¿Y cómo redefinimos la idea de hombre a estas alturas?

R. Se suele entender que ser un hombre significa no ser un niño, no ser una mujer o no ser un homosexual. El problema es que el concepto se construye a partir del rechazo a otras cosas, en especial a lo femenino; el reto consiste en construir una identidad masculina sin basarse en ser lo contrario a otra cosa.

P. ¿Es el momento adecuado de que este mensaje cale en la sociedad?

R. Por primera vez en la historia de la humanidad, los hombres están accediendo al cuidado de sus hijos y empiezan a no ser considerados débiles. Se han liberado de ese estigma y están descubriendo los aspectos positivos de esa nueva carga, no solo los negativos. Es un aspecto más relevante de lo que parece.

P. El machismo no entiende de partidos políticos.

R. Por supuesto. Tampoco de géneros. El machista de derechas es muy parecido al machista de izquierdas… y a las mujeres machistas.

Además de recopilar la opinión de expertos, el documental analiza cuatro aspectos concretos de la sociedad que ayudan a definir lo que es masculino: la prostitución, con el testimonio de un exproxeneta; el arte, observando cómo Abel Azcona canaliza el dolor a través de sus performances; la publicidad, a través de las reuniones creativas de una agencia; y la educación, asistiendo a la clase que un profesor imparte a sus alumnos de secundaria.

P. Un ejemplo de cómo el hombre es víctima de esa masculinidad impuesta son anuncios como los que la marca de desodorantes Axe emitía en un pasado reciente.

R. Además de ser evidentemente machistas al mostrar a la mujer como un objeto sexual, también atacaban al hombre al tratarlo como a un idiota. Los hombres son también víctimas de los roles de género que en teoría deben cumplir, aunque sin duda tienen unos privilegios a la hora de enfrentarse a ellos que las mujeres no tienen.

P. El activista transexual Pol Galofre también participa en Serás hombre. ¿La comunidad trans y su lucha está ayudando a romper con los códigos binarios de género?

R. Las palabras de Pol en el documental nos ilustran muchas cosas que se pueden aplicar a la comunidad cisgénero, como cuando explica que durante un tiempo ha sido socializado como mujer y no reniega de esa parte de su vida. Pero la opresión que sufre la mujer no va a desaparecer del todo aunque se rompa la estructura binaria de género, al igual que el cambio en las clases sociales no liberó a la mujer.

P. ¿Y, en su opinión, cual es la clave?

R. La educación y las políticas sociales dedicadas expresamente a la igualdad de sexos lo son. Eliminar la brecha salarial es un buen principio…

Fuente e imagen: https://elpais.com/cultura/2019/07/19/doc_and_roll/1563537380_819875.html

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Las virtudes de la desobediencia

Por: Rita Segato

Elizabeth Costello me salva siempre cuando me veo en una situación como ésta. Ya lo ha hecho otras veces eso de venir en mi auxilio, desde el cielo de la literatura donde seguramente se encuentra. La profesora Costello, de mi misma edad, es el Ángel de la Guarda femenino que protege a quienes, como yo, no se sienten felices con las formalidades y circunstancias a que debe curvarse quien sobrevive a costas de una profesión letrada. Lo que a mi me gusta y donde me amparo en el célebre personaje que circula por las novelas de Coetzee no es el tema del cual habla, sino el hecho de que habla de algo a lo cual no ha sido convidada a hablar, es decir, su indisciplina, su fineza indómita, su distracción con relación al protocolo académico que, al parecer, la habría llevado hasta el podio que hoy ocupa. Puede haber sido invitada a hablar, por ejemplo, de la literatura inglesa del siglo XVII, y discurre, ante el desconcierto y decepción del público y la reprobación de su hijo varón, sobre la Vida de los Animales. Lo de Costello conmigo es prácticamente un estado alternativo de consciencia, una posesión: me baja un santo, como se dice en el lenguaje del Candomblé, y ese santo es Costello, a la hora de tener que hablar en circunstancias como ésta. Su política, a mi ver, no es precisamente lo que dice, sino su permanente acto de desobedecer, su distracción de la norma. Esa es mi lectura del divino personaje. Y esa es mi lectura de lo más humano de lo humano: examinar los chips que nos programan, y elegir cuál apagamos, a cuál le damos baja, qué mandato extirpamos de nuestra matrix. A mis estudiantes de Antropología les he preguntado muchas y muchas veces, a lo largo de muchos años, ¿por qué estudiamos cómo la cultura nos hace ser de determinada manera, nos formatea, en lugar de estudiar cómo, a pesar de la cultura a la cual supuestamente “pertenecemos”, cada uno de nosotros puede ser único, irrepetible, diferente. La estrella guía de la humanidad es, precisamente, su capacidad de desvío, capacidad a la cual le debemos nada menos que la historia.

Primera desobediencia:

Es por eso que ando diciendo, entre otras cosas, que una politicidad femenina, por una serie de razones, no puede ser principista, sino pragmática y capaz de improvisar, dirigida a la vida aquí y ahora, a su continuidad y a su esplendor, a pesar de todo o, como decimos, contra viento y marea. Por lo tanto, y para esto,  siempre alimentada por lo que he llamado una “ética de la insatisfacción”, bastidor de toda buena política, pulsión opuesta a la de una ética de la conformidad. Una ética para la cual es más importante ser bueno que actuar bien. Se torna necesario, en ese camino, ser pluralista antes de ser feminista; tener un mundo radicalmente plural como meta histórica. Meta que no puede ser alcanzada ni por el patriarcado ni por el proyecto histórico de las cosas, que es el de la acumulación capitalista, siempre en tensión con el proyecto histórico de los vínculos, el del arraigo comunal. Tampoco podrán validarse ahí, en la meta de un mundo en plural, los monoteísmos dogmáticos, ninguno de ellos. Porque para el patriarcado, el capital y los monoteísmos fundamentalistas hay una única verdad, una única forma del bien, una único dios, una única forma de futuro, una única justicia. Son, de esta forma, monopólicos, regidos por una lógica exclusiva y excluyente. Nuestra lógica, la lógica que permitió sobrevivir a tantos siglos de masacre en nuestro continente, no es una lógica monológica, monopólica, regida por la neurosis de coherencia  y del control, la neurosis monoteísta y blanca de los europeos. Nuestra lógica es trágica, en el sentido de que puede convivir con la inconsistencia, con verdades incompatibles, con la ecuación a y no-a, opuestos y verdaderos ambos, y al mismo tiempo.  Y por lo tanto, siempre, siempre, dotada de la intensidad vital de la desobediencia. Una lógica para-consistente para conservar la vida y garantizarle continuidad y mayor bienestar para más gentes, para mantener el horizonte abierto de la historia sin destino pre-fijado, para mantener el tiempo en movimiento.

Segunda desobediencia:

Me remite a Europa, el continente de la neurosis monoteísta, como le llamo en mi libro Santos e Dáimones (sin traducción al castellano).  El continente de la neurosis de control y del juicio moral sobre el mundo. Y así llego a la otra evocación inevitable al preparar esta incómoda conferencia es el malestar que me causó, 36 años atrás, el discurso de García Marquez, al recibir el premio nobel  en 1982, llamado La soledad de América Latina. El recuerdo de ese vago e incomprensible malestar me acompaña desde entonces,  y solo ahora encuentro el espacio para hablar del mismo ante una audiencia. En aquel tiempo, la palabra eurocentrismo ni rondaba mi cabeza, inclusive porque en esos años yo vivía en Europa. Veamos: García Márquez me parecía decir que América Latina estaba sola porque Europa no la miraba, no la veía, no registraba su existencia y no la comprendía.  Definitivamente me desagradaba, como me sigue desagradando hasta hoy, que el subtexto de su discurso indicaba claramente la convicción del autor de que solo en el ojo de Europa era posible que nuestro continente alcanzara su existencia plena. ¿Será que un ser para otro es nuestro destino? Sería problemático, porque para ser para el otro eficazmente /con eficiencia es necesario que de ese otro aprendiéramos a ser. Con los años, y con los vocabularios a que fui teniendo acceso, ese malestar se fue transformando en consciencia. Una consciencia que me permite hoy hablarles, como gente del libro que son, de nuestro tema: la circulación de la palabra y la forma de la palabra.

Como afirmé hace unos veinte días en el Museo Pompidou de Paris, en una reunión con directores de museos de Europa en la que se me propuso responder una pregunta importante, inteligente, muy poco habitual: ¿Cómo incide en Europa el eurocentrismo?, es Europa la que esta sola. Se mira en el espejo narcísico de sus museos, pero carece del verdadero espejo, el que puede ejercer resistencia y mostrarle los defectos, pues esos objetos no pueden devolverle la mirada. Europa carece de ese potente utensilio femenino que es el “espejito, espejito” de la Reina Mala de los cuentos: no ve su defecto en el reflejo que podrían brindarle los ojos de los otros, porque al otro lo tiene solamente atesorado en la vitrina de su poder colonial. La visita al Museo Chirac en el Quai  de Branly me confirmó esa impresión, pues no vi otra cosa allí que “belleza encarcelada”, objetos retirados de su destino propio, de su lecho histórico, del paisaje en el que vivían arraigados. Desde allí hubieran podido seguir su camino e irradiar su influencia. Lo mismo pasa con los libros.

Nosotros, según García Márquez, necesitamos vernos en el ojo de Europa, en los libros de Europa, para no estar solos. Sin embargo, no registra que Europa siquiera percibe su soledad, soledad que la ha ido llevando lentamente hacia una decadencia de su imaginación creadora, la que en otro tiempo nos deslumbró, y a un tedio insoportable.

Tercera desobediencia:

Desesperaba a mis maestras, maestras de elite, en el Lenguas Vivas Juán Ramón Fernández de mi infancia, cuando nunca jamás, desde los seis años, en hipótesis alguna, acepté escribir mis redacciones en el modo del tú, y del háces en lugar del  hacés.  Así como continúo hasta hoy con la ardua tarea de modificar el corrector de lengua, todo el tiempo, a cada línea, para poner un acento en la i de decíme,  en la i de veníte,  en la e y en la a de si querés pasá por mi casa. A contracorriente de la conformidad, en desobediencia. Más tarde aparecería mi amado Arguedas, con su lengua quechua en español, con sus inflexiones del quechua en la lengua sobre-impuesta, su verdadero secuestro del castellano para decir lo que deseaba y era necesario decir:  que era el indio quien llevaba la bandera de la historia y de la soberanía en nuestro continente.

Así como Polanyi ha hablado de  la economía arraigada destruida por el capitalismo, necesitamos hablar de un arraigo de la palabra de su camino re-existente a pesar de la instituciones y en los gestos verbales de la gente.

Cuarta desobediencia:

El 7/08/2018, a las 19:12, Juan Pérez (nombre ficticio) de la muy prestigiosa editorial  española La Eterna (nombre ficticio) escribió:

Estimada Sra. Segato, 

Mi nombre es Juan Pérez y soy el editor de Ediciones La Eterna. Solo quería ponerme en contacto con usted para invitarla cordialmente a incorporarse de alguna forma a nuestro fondo editorial.

Su trabajo crítico me parece una joya intelectual que debería ser conocido y leído en todo el mundo. En España, por ejemplo, no llega con facilidad.

Por supuesto, sé que espacios editoriales para publicar no le faltan, muy concretamente Prometeo, con quien trabaja de forma continuada. 

Aun conociendo esta situación, me permito invitarla desde la admiración de su trabajo.

Un cordial saludo,  

Juan Pérez

Editor Senior

Madrid (España)

De: Rita Segato [mailto:ritalsegato@gmail.com] 

Enviado el: viernes, 10 de agosto de 2018 3:13

Para: Juan Pérez

Asunto: Re: Ediciones La Eterna

Estimado Juan, le agradezco mucho los términos de su mensaje. Es estimulante saber que el esfuerzo de uno es apreciado, y sobre todo por un editor de una editorial tan prestigiosa. Pero creo que me va a entender si le digo que, como sabe, escribo desde la perspectiva de la Colonialidad del Poder y también del Saber. Mi perspectiva es crítica con relación al eurocentrismo, que no es otra cosa que un racismo aplicado a los saberes y productos de quienes habitamos y trabajamos en estas costas, en este lado de acá del mar, en un paisaje marcado y demarcado por el proceso colonial, que perdura hasta el presente. Entonces, yo tengo un editor, que es el primero que me tendió la mano en 2003, cuando deseaba retornar a mi país y nadie me conocía en Argentina. Lo estimo y me ha ayudado en una serie de situaciones de vida que fueron difíciles. Publico con él en español, de la misma manera que publicaría con uds. Sin embargo, por el hecho de que La Eterna queda del lado de allá del mar, la distribución es más fácil en todo el universo de los lectores en lengua española, y aunque mucho me alegró su mensaje, no me es posible concordar con eso, curvarme a eso, reconciliarme con eso. Se puede entender, verdad? Soy terca como una mula, lo sé. Pero es que me duele saber que un editor de América Latina no tiene las mismas facilidades para circular que una editorial española. Lo único que se me ocurre, entonces, es sugerirle que establezca una colaboración de algún tipo con mi editorial, Prometeo, para que entre las dos en asociación editen próximamente algo mío…. Qué le parece esa idea? 

Sea cual sea su respuesta, le mando un abrazo y mi sincero agradecimiento por el aprecio hacia mi obra. 

Rita

De: Juan Pérez  

Asunto: RE: Ediciones La Eterna

Enviado el: viernes, 13 de agosto de 2018 12:22:11 GMT-3

Para: Rita Segato

Estimada amiga,

Lo entiendo perfectamente, por supuesto. Debo decir que me reconforta encontrar una intelectual que es consecuente con su discurso (eso no siempre pasa)…..

Juan Pérez

Editor Senior

Madrid (España)

Cito este intercambio con el editor Senior de una muy apreciada y por demás respetable editorial peninsular por su gran elegancia y el respeto mutuo, personal, que se revela entre el corresponsal que representa el interés de la empresa y yo, como su interlocutora. Se trata de una entre diversas invitaciones a publicar en editoriales globales que he recibido, todas declinadas por la razones que le expongo a Juan Pérez. Básicamente, como me decía en estos días mi querida Claudia Schwartz, que se crió entre los anaqueles de Fausto y ahora edita poesía con gran dificultad en Leviatán: ¿Por qué no puedo conseguir un libro de Chile, por qué no puedo conseguir un libro de Uruguay? ¿ Por qué no puedo acceder a autores de esos países desde Argentina, si no a través de España?

La verdad es que la dictadura persiguió a grandes libreros argentinos y destruyó el gran parque editorial que teníamos por medio de la persecución política, y Menem terminó el trabajo por la total desprotección en que dejó a la industria editorial argentina, que gozaba de gran prestigio en el mundo de habla castellana por su incontestable calidad. Honorables empresarios libreros persistieron y o surgieron para intentar resucitar lo perdido…  Otros murieron de tristeza, como el padre de Claudia, con el cierre final de sus librerías Fausto y de su editorial, Siglo XX, en una supuesta “democracia” que, apenas recuperada, sucumbió a la colonialidad del poder y del saber. Las editoriales españolas compraron las editoriales de textos y manuales escolares, beneficiándose con el know-how ya existente en el país, y amenazaron así la belleza y el valor del pluralismo de la lengua y los modos de decir del arraigo argentino. Lloro por eso: era hermosa la Argentina de Fausto. Como es insubstituible la Argentina del Centro Editor de América Latina. El valor y meta histórica de un mundo en plural quedó así en situación muy frágil, en un proceso no muy diferente a lo que se dio con los sellos globales de grabadoras musicales, que compraron la música del mundo y la “ecualizaron” en un “world music” pasteurizado y rápidamente obsolescente. Quiero rendir homenaje aquí a los editores que sobrevivieron aquel tiempo destrucción y a las que comenzaron después de la ruina: Corregidor, Coligue, de la Flor, Biblos, Manantial, Lugar editorial, Espacio Editorial, Homo Sapiens,  Pequeño Editor, Prometeo, Godot, Leviatán. Y discúlpenme si no he conseguido nombrar todas, o si alguna de las que nombré ya ha perecido.

Quiero que se entienda que no se trata del valor del patriotismo; se trata, sí, del valor del pluralismo.

Quinta desobediencia:

Nombremos nosotros. Demos los nombres. No le pasemos el mensaje a los jóvenes, como hacemos generalmente, de que vienen a la escuela, a la universidad, meramente para aprender. Porque ese aprender se refiere automáticamente a un aprender lo ya pensado, y por debajo de ese ya pensado contrabandeamos inevitablemente la idea de lo ya pensado en otro lugar. La faena del intelectual es la producción y donación de nombres. Lo aprendí de mi amado maestro Aníbal Quijano. Autoría viene de autorizar. Son dos términos profundamente emparentados. Pensemos desde acá, no deleguemos a que nos piensen el mundo en que vivimos desde afuera.

Nos pasa a nosotros, y le pasa a España también. Al igual que nuestro continente, se encuentra del lado del consumo y la aplicación de categorías teóricas, no a su formulación. No nos engañemos… Le pasa a ese país tan tristemente colonial y  criollo como nosotros que es España, una nación que se conquistó a sí misma y siguió por el lado de acá, sin solución de continuidad, en el mismo año, 1492. La lengua española es numerosa, pero no es hegemónica. No produce un pensamiento teórico destinado a atravesar la Gran Frontera Global desde el Sur hacia el Norte. Libros editados acá por grandes conglomerados de editoriales destinadas al lucro global no son catapultados a las lenguas en las que las ideas alcanzan circulación e influencia planetaria. La reserva de mercado del Norte sobre lo que bien podríamos llamar “patentes” en el campo de las Humanidades es cerrado, inexpugnable.  Porque, no nos equivoquemos: es el campo de las Humanidades, con su usina de palabras, su poiesis de conceptos, lo que da forma al futuro de la historia.  Es por eso que se encuentra en manos de pocos, pocos que no están por aquí, la llave del camino de las Humanidades que cierra la puerta de esa circulación planetaria a los conceptos teóricos acuñados en nuestra lengua, con soberanía y autonomía, desde acá mismo, desde el suelo en que nuestros pies se asientan.

Sexta desobediencia:

Junto a la valla que se erige para que nuestras palabras no atraviesen, también se levanta un cerco inexpugnable para impedir el atravesamiento del estilo de escribir. La tecnología del libro de la academia del Norte se nos impone en las universidades. No nos curvemos a esa tecnología del texto originaria de una época en que la información, por su escasez, era un problema, y era un problema que las universidades del Norte imperial no tenían. Un texto o un libro eran la forma de exhibir el acceso a la información, el poder que significaba acceder a esa información. Hoy la información es un problema también, pero de signo opuesto. Estamos asfixiados en información, por eso lo que importa es la capacidad de elegir una ruta autoral en el fardo informativo que nos aplasta. Lo importante es desarrollar la habilidad de identificar lo que existe a nuestro alrededor sin ser nombrado y no abdicar del ensayo, que es nuestra forma de argumentar. No abandonemos el ensayo: el “yo digo”. La voz del ensayista es inexorablemente una voz autoral, que no se esconde por detrás de la coartada del fichaje. Tengamos en cuenta que la verdad es un acuerdo entre interlocutores. Los nombres bien encontrados son como pergaminos en botellas arrojadas al mar que llegan a destino. Puedo afirmar que sencillamente me consta.

Séptima desobediencia:

Construyamos nuestra propia desobediencia. No confundamos el Ni una Menos con el Me Too, y no nos enredemos en su tensión con el Manifiesto de las intelectuales francesas. Cada movimiento y cada feminismo solo puede ser construido con los elementos de su propia historia. En la disputa entre el feminismo anglo y el francés, yo leo claves de dos historias de la conyugalidad, dos formas de la sexualidad y el amor instaladas por civilizaciones y líricas diferentes, como lo ha hecho notar hace tiempo ya Peter Gay y también Josefina Pimenta Lobato. Están en juego allí dos modelos del amor, el anglosajón y el francés.

En lo que al Ni una Menos respecta, recordemos que existe sí una colonialidad al interior de los movimientos sociales. Esa colonialidad suele traicionarnos y desorientarnos. El Me Too, con su raíz en el  feminismo pilgrim norteamericano, se dirige y le hace señas a la paternidad del Estado, a un tercero como árbitro indispensable de las relaciones, a un abogado en la almohada, posiblemente como única herramienta en un mundo de individualismo a ultranza. Mientras el Me Too le habla al Estado, el Ni una Menos le habla a un nosotras y nosotros, le habla a una sociedad.

Nuestro feminismo pertenece a un mundo en el que aun en las metrópolis blanqueadas la vincularidad es vital y puede y debe ser conservada por el amparo que nos brinda y la felicidad que nos trae. Un mundo en el que se han preservado jirones de comunidad. Estoy convencida de que no debemos delegar el arbitraje de nuestra vida erótica a un tercero.

Todavía creo que la gestión del deseo debe ser posible en nuestro mundo cuerpo a cuerpo, cara a cara, y que debemos luchar por eso, creando las condiciones para que sea posible. Para eso habrá que trabajar arduamente sobre las relaciones de poder en el campo del trabajo y del estudio, en los cuales la jerarquía es decisiva y el patriarcado se manifiesta con más saña, y regenerar las estructuras comunales capaces de vigilar y cuidar la forma en que llevan la vida las personas. El resto corre por cuenta de desmontar el orden político patriarcal, e inaugurar una nueva era de la historia. Vamos claramente hacia allá.

Epílogo. La Octava

¡Abajo el mandato de masculinidad!

¡Por el derecho de los pueblos a sus territorios y a su estilo de vida en el arraigo comunal!

¡Sí al aborto legal, seguro y gratuito!

¡Ni una menos!

¡Justicia para Sabina Garnica, niña de 11 años habitante del barrio Virgen Desatanudos de La Rioja y entusiasmada militante de La Garganta Poderosa, violada y asesinada el 14 de abril!

¡Ni una trabajadora de prensa menos!

¡Reconocimiento para los bachilleratos populares!

¡Por un mundo radicalmente plural!

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Las mujeres que el feminismo no defiende

Redacción: Actuall

El aborto selectivo de las niñas por nacer es una de las mayores incoherencias de las que se auto proclaman “defensoras de la mujer”. Optan por callarse a pesar de que la razón por la que esas mujeres son asesinadas es el desprecio por el sexo femenino.

Cuando escuche a una feminista exigiendo violentamente igualdad para las mujeres o reclamando “unos derechos que tradicionalmente han estado reservados a los hombres”, pregúntele si su grupo feminista ha defendido a las niñas por nacer. De seguro no recibirá respuesta porque la casi totalidad de los grupos feministas son pro aborto… y muy probablemente lo que sí recibirá es una andanada de insultos.

Y usted será insultado porque el aborto selectivo de las niñas por nacer es una de las mayores incoherencias de las que se auto proclaman “defensoras de la mujer”. Esta es una de las discriminaciones más groseras y más violentas contra el sexo femenino, pero ellas se han quedado calladas por décadas… y tal parece que seguirán calladas.

Actuall depende del apoyo de lectores como tú para seguir defendiendo la cultura de la vida, la familia y las libertades.

La razón es simple: no querrán denunciarlo para no incomodar los intereses de la industria abortista que las respalda ni querrán dejar de recibir sus generosas contribuciones. Guardan un silencio cómplice ante este asesinato masivo de las mujeres más indefensas y vulnerables de este mundo. Optan por callarse a pesar de que la razón por la que esas mujeres son asesinadas es el desprecio por el sexo femenino: el aborto selectivo se activa en el momento en que se sabe que quien está en el útero no es el hijo varón que tanto se estaba deseando.

15,8 millones de niñas han sido abortadas selectivamente en la India desde 1990

Según el más reciente informe de Population Research Institute, aproximadamente 15,8 millones de niñas han sido abortadas selectivamente en la India desde 1990. Esto es 550.000 niñas abortadas cada año desde el 2014, ¡solo por el hecho de ser mujeres!La preferencia por el hijo varón es una plaga en ese subcontinente y los grupos feministas guardan silencio en todos los idiomas.

El referido informe proporciona estimaciones actualizadas sobre el número de abortos selectivos realizados en la India en los últimos decenios. La cifra es superior a las estimaciones anteriores, lo que indica que esta práctica puede ser mayor de lo que comúnmente se cree.

La investigación también profundiza en las causas de este denominado ‘gendercidio’ masivo. En la India, las niñas son abortadas selectivamente debido a las preferencias culturalmente arraigadas por los hijos varones, así como por prejuicios de sexo. La aplicación de la prohibición del aborto selectivo es prácticamente inexistente en la India. El informe también ofrece una discusión de posibles soluciones para abordar este gravísimo problema.

El aborto selectivo por sexo trae problemas demográficos muy serios y graves violaciones a los derechos humanos. Actualmente en la India el desbalance poblacional entre los dos sexos se proyecta peligrosamente con una tasa de 110,7 niños que nacen por cada 100 niñas. Ya se tienen informes de cómo la política de un solo hijo en la China -donde también existen evidencias de aborto selectivo por sexo en contra de las niñas- ha provocado un exceso de hombres solteros. Son millones de jóvenes chinos que no encontrarán una mujer para casarse. Y este fenómeno luego ha derivado en flagrantes abusos contra las mujeres como la práctica del matrimonio infantil y el tráfico sexual de mujeres secuestradas en otros países para prostituirlas o venderlas como esposas.

¿No era que “si tocan a una, nos tocan a todas”? ¿No era que su lucha era contra el patriarcado asesino de mujeres?

Jonathan Abbamonte, analista de investigación de Population Research Institute y autor del informe, señala que «el aborto selectivo por sexo es una clara afrenta a los derechos fundamentales y la dignidad de las niñas, y crece alarmantemente”. El ultrasonido, siendo un avance tan positivo para conocer la vida intrauterina entre otras cosas el sexo del bebé, en manos inescrupulosas se convierte en una herramienta a favor del aborto selectivo por sexo (herramienta con un evidente uso pervertido en este caso).

Frente a la indolencia de los grupos feministas en relación al  aborto selectivo por sexo en la India, en China y en otros países del mundo, sus slogans suenan muy fingidos y falsos. ¿No era que “si tocan a una, nos tocan a todas”? ¿No era que su lucha era contra el patriarcado asesino de mujeres?

¿Dónde están las feministas? La mayoría de ellas están ocupadas celebrando cada aborto, sin importar cuán coaccionadas estén por el «patriarcado» que dicen despreciar.

El aborto selectivo por sexo es una cruel forma de discriminación contra las mujeres y las niñas. Es una discriminación que mata. Pero lo peor y lo más inimaginable es el silencio cómplice y concertado de los grupos feministas en todo el mundo.

Fuente: https://www.actuall.com/vida/las-mujeres-que-el-feminismo-no-defiende/

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El feminismo se levanta con fuerza en Argelia

Redacción: Noticiero Digital

Nacido al calor de las protestas populares contra el régimen, el novedoso “espacio feminista” argelino pide cada viernes un cambio de la situación de la mujer, reclamando su derecho a ser más libres y emancipadas, pero también iguales en una sociedad altamente machista.

Se trata de mujeres de todas las edades, jóvenes y ancianas, que comenzaron a marchar como el resto de los argelinos el pasado 22 de febrero para exigir la caída del régimen militar liderado por el anciano y enfermo presidente Abdelaziz Bouteflika.

Una vez forzada su renuncia, la continuidad de las protestas ha permitido abrir un lugar propio para plantar la semilla de un movimiento feminista inédito que cobra fuerza enarbolando la bandera de “la igualdad entre hermanos y hermanas”.

El pasado 21 de junio, medio centenar de activistas de la sociedad civil, miembros de asociaciones y mujeres independientes dieron un paso más allá al reunirse en la ciudad costera de Tighremt para sentar los cimientos de un movimiento político “feminista y autónomo” que luche por cambiar las leyes.

“Nos hemos unido con el único objetivo de crear una fuerza de proposición feminista que introduzca la igualdad entre hombres y mujeres en las leyes y en las hojas de ruta (para el futuro de Argelia) que se proponen hoy en día”, explica a Efe Amina Izaruken, una de las militantes.

“Queremos ser fuertes por nosotras mismas, sin necesidad de otras personas. Ser realmente una fuerza política feminista”, la primera de esta naturaleza que surge en este país ultraconservador, agrega Izaruken.

No es un camino de rosas, ni siquiera dentro del movimiento de protesta masivo (Hirak) que desde el pasado 22 de febrero se manifiesta cada martes y cada viernes en el centro de Argel y otras ciudades para exigir la caída de todo el régimen militar, y no solo del círculo más próximo al expresidente.

Consideradas por muchos “intrusas” y denostadas por otros como simple “ventajistas” que se aprovechan de la ola de descontento para azuzar unas reivindicaciones que deberían “posponer hasta lograr el objetivo principal del Hirak”, sufren insultos y agresiones de sus propios compañeros y compañeras de marcha.

Aún así, están decididas a continuar en la lucha cada viernes porque en Argelia la igualdad “no existe en la ley”.

“Aunque la Constitución la garantiza, no es cierto porque se hacen lecturas diferentes masculinas y femeninas de la ley que hacen que la igualdad no sea real”, destaca Izaruken, quien insiste en que si el país se dirige hacia un cambio y una nueva era, debe ser una era feminista.

“Ya no podemos retroceder, es el momento de avanzar. Debemos preservar lo adquirido, pero también ir más lejos para garantizar una perfecta igualdad entre hombres y mujeres”, reitera.

Una estrategia progresista que quedó plasmada en un documento firmado por representantes de 17 asociaciones y colectivos de mujeres comprometidas en “acabar con la violencia física, económica, sexual, psicológica y simbólica contra las mujeres”.

Y que exige, además, la “abolición del Código de Familia y fomentar la participación libre y efectiva de las mujeres en todas las esferas de la sociedad”.

El documento ha sido aplaudido en la calles por jóvenes como Yeles Ludmina, estudiante de Medicina, para quien la creación de un partido de raíz feminista es la mejor forma de combatir “las numerosas presiones que la mujer argelina sufre desde su nacimiento”.

“La mujer argelina debe luchar desde el momento en que nace. Ser mujer en este país es una desventaja se quiera o no. Por eso creo que debería haber partidos u organizaciones para contribuir a su emancipación y mejorar sus condiciones, que son catastróficas”, explica a Efe.

“Existen varias leyes, pero no son respetadas. Carecemos de derechos fundamentales. Marchar en la calle no es suficiente. Pienso que la revolución y la libertad de un pueblo y la sociedad pasa por la emancipación de la mujer”, subrayó Ludmina.

En una línea más conservadora se expresó Chaaban Nuha, estudiante de Derecho, para quien la igualdad entre los dos géneros existe en el terreno jurídico, pero no en la sociedad.

“¿Se va a conseguir con ello algo? Se conseguirá en el caso de que haya un Estado de Derecho, en caso contrario no habrá resultados”, advierte.

“Creo que en Argelia la mujer tiene bastantes derechos, en la mayoría de los casos es igual al hombre, quizás no lo es en los casos de derecho de familia, pero eso se debe a la religión, la mayoría somos musulmanes y no podemos cambiar la religión”, añade con algo de recelo y cierto fatalismo conservador.

Fuente: http://www.noticierodigital.com/2019/07/el-feminismo-se-levanta-con-fuerza-en-argelia/

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Estas mujeres no quieren que les digan cómo ser feministas

18 Julio 2019/Fuente: El país

Cuatro mujeres de distinto origen, religión, raza, identidad de género y orientación sexual explican por qué creen que el movimiento no incluye sus reclamos

Hay algo que une a las cuatro protagonistas de esta historia: todas son feministas, pero no sienten que el movimiento las represente. O al menos no por completo. En su vida diaria no las discriminan solo por ser mujeres, sino también por ser migrantes, no ser blancas o tener una orientación sexual diferente. Consideran que el feminismo debe tener en cuenta estas cuestiones para abarcar las problemáticas de todas las mujeres. “No se nos escucha y se nos dice cómo tiene que ser nuestro feminismo”, dice la profesora Zenib Laari.

El debate no es nuevo. Ya en los años 80, la activista Angela Davis publicó el libro Mujeres, raza y clase que criticaba cómo el movimiento feminista dejaba sistemáticamente fuera a las mujeres afroamericanas y de clase baja. Y en las últimas semanas el fraccionamiento del feminismo ha vuelto a estar de actualidad en España. Durante unas charlas organizadas por la escuela feminista Rosario Acuña en Gijón, la filósofa Amelia Valcárcel afirmó que la teoría queer es un “troyano” que puede destruir la lucha por la igualdad de las mujeres. En seguida, la FELGTB la acusó de marginar a las mujeres transexuales de la lucha feminista. Días después, la secretaria de Igualdad del PSOE y vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, aseguró que el feminismo «no» es de «todas» sino que está vinculado al pensamiento socialista.

La interseccionalidad es una forma de abordar este problema. El término, acuñado por la profesora de la Universidad de Columbia (EE UU) Kimberlé Williams Crenshaw, contempla que una mujer puede estar oprimida por distintos elementos. La profesora lo ejemplifica con una imagen muy concreta. Para ella, el racismo, el sexismo, el clasismo o la homofobia son ejes que atraviesan nuestra cultura. “Pensad en calles que van del norte al sur y del este al oeste y que el tráfico es la discriminación que las atraviesa. Algunas personas viven en esas intersecciones”. El problema se agrava cuando los movimientos sociales que apelan a esas personas solo tienen en cuenta una de esas intersecciones y obvian las demás.

Hay un momento clave en el que el feminismo se fraccionó, para la artista y miembro de Afrogalegas Artemisa Semedo. Cuando a principios de los años veinte las sufragistas lograron el derecho a voto para la mujer en EE UU, las afroamericanas quedaron fuera. “Ese voto solo lo lograron las mujeres blancas y de clase media. Cuando las feministas negras aún estaban luchando por el reconocimiento de sus derechos básicos”, afirma Semedo. Y tuvieron que esperar 45 años más para que se eliminara la limitación del derecho a voto de los negros. Para retratar ese comienzo del afrofeminismo, la publicista Georgina Marcelino emplea la célebre frase de la activista negra Sojourner Truth: “¿Acaso no soy yo una mujer?”.

Tanto Georgina como Semedo creen que esa división sigue presente en el feminismo. Ninguna de las dos acudió a la manifestación del 8 de marzo porque sintieron que su presencia era requerida por distintos grupos feministas de una manera superficial. “Nos invitaron a participar a última hora, para darle un toque de color a la marcha, pero no nos escucharon”, explica Semedo. A Artemisa le habría gustado explicar que no se enfrenta a los mismos problemas una mujer española de clase media que una mujer migrante, negra, de clase baja, que no es heterosexual. Y a Georgina, que hace unas semanas moderó una mesa de debate en el Festival Antirracista que trataba este tema, le habría gustado entender por qué, mientras algunas mujeres iban a la marcha, muchas de las que limpiaban sus casas y cuidaban a sus hijos no pudieron hacer paro.

Ana María Pérez del Campo, feminista pionera durante el franquismo y la transición, cree que el feminismo lucha contra la desigualdad con independencia de que la mujer sea pobre, rica, blanca o negra. «Las mujeres tenemos la lucha perdida desde que nacimos. Y dar la batalla es tener la capacidad de unirnos». Admite que el feminismo aún no ha conquistado derechos al mismo nivel para todas las mujeres. «Ahí esta la razón para seguir luchando por la igualdad», remata. Para Lola Pérez, sexóloga y feminista, la crítica de las mujeres pertenecientes a las minorías es lícita. «Las feministas que están en el poder están muy cómodas en sus sillones y a veces no les interesa tener en cuenta a otras mujeres», explica.

Zenib Laari, hija de marroquíes, señala que el feminismo hegemónico no da cabida a las mujeres árabes y/o musulmanas. “No nos escuchan y nos dicen cómo tiene que ser nuestro feminismo”. Un punto de controversia entre ambos feminismos es el uso del hiyab o velo islámico. Algunas feministas, como la argelina Wassyla Tamzali, creen que llevar velo y ser feminista es incompatible. Y para Zenib, existe más de un único motivo para portar el velo. “Muchas veces, en Europa, las mujeres musulmanas lo usan como un símbolo de identidad por el que sufrimos discriminación pero que dice qué somos y qué queremos ser”. Aunque Zenib no lo usa normalmente, fue con velo a la marcha del 8M para demandar un feminismo interseccional.

Otro de los motivos que la llevó a reflexionar sobre el alejamiento entre el feminismo y la comunidad árabe fue el caso de la denuncia de abuso sexual y explotación laboral de las temporeras marroquíes en los campos de la fresa de Huelva. «No se le dio la importancia que debía porque eran mujeres analfabetas, migrantes y pobres», sentencia.

Fabiana Castro, una migrante mexicana y transexual, explica que su activismo se centra en buscar aliadas. Pese a que denuncia que en múltiples ocasiones ha sido excluida por no ser considerada mujer, o no se ha tenido en cuenta su realidad como mujer latina y migrante, cree firmemente en la sororidad como motor de progreso en los derechos de todas. “Si se usan nuestras interseccionalidades como pretexto para apartarse, muy difícilmente vamos a cambiar el mundo”.

Las cuatro coinciden en que el techo de cristal es un concepto que no les atañe a las mujeres ‘racializadas’ porque para poder llegar a puestos de responsabilidad, primero tienen que resolver asuntos básicos como el acceso a la vivienda, a un puesto de trabajo o a una regularización administrativa. Fabiana Castro cuenta que las mujeres transexuales tienen una tasa elevada de paro. Aunque ella estudió Ciencias de la Comunicación en su país, en España trabaja esporádicamente como limpiadora y en alguna ocasión se ha visto obligada a ejercer la prostitución. “Algunas mujeres blancas, frente al techo de cristal, están en el suelo. Nosotras estamos una serie de sótanos por debajo del suelo”, concluye Marcelino.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/07/15/actualidad/1563209191_774437.html

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5 buenos documentales feministas

Redacción: organizaciondemujeres.org

Para ayudar a dejar claros y afianzar algunos conceptos, así como para desarrollar de una forma más didáctica nuestro discurso feminista, estos documentales son perfectos. Dale al play y no pierdas detalle.

She’s beautiful when she´s angry.

Fundamental para conocer cómo comenzaron y se formaron los primeros grupos feministas en los años 60 y 70. Con imágenes originales de la época y entrevistas a algunas de sus fundadoras, este documental realiza un recorrido por dos décadas definitivas en la lucha por la igualdad.

Simone de Beauvoir. “No se nace mujer…”

52 minutos para analizar la figura de esta mujer vital para comprender lo que ahora entendemos por igualdad entre géneros. Si quieres saber por qué no se nace mujer, sino que nos convertimos en ello.Un documental de Virginie Linhart del año 2007 producido por Zadig Productions en colaboración de con Sofiber y la participación de France 5 en donde se conmemora la publicación del “Segundo sexo” y se valora la figura de Simone de Beauvoir.

The punk singer

Gracias a este maravilloso documental podemos adentrarnos y conocer de cerca la carrera de Katheleen Hanna, la cantante del mítico grupo punk Bikini Kill desde el que dio voz a los abusos e injusticias sufridos por la mujer. Porque el punk no solo fueron los Ramones ni los Sex Pistols, he aquí un retrato de las mujeres más influyentes de la escena. El video es la versión original, en inglés, que en este ENLACElo puedes ver con subtítulos en castellano.

 

 

 

https://youtu.be/DdTHg4SQNGE

The hunting ground

Esta película documental busca destapar el tabú y abrir el debate sobre las violaciones que acontecen en los campus universitarios de Estados Unidos. El primer paso era informar a la sociedad sobre lo que realmente está pasando en las universidades y cómo la cultura de la violación está totalmente instaurada en estas.

Dir. Kirby Dick | Estados Unidos | 103 minutos

Sinopsis: Aclamado documental que relata los frecuentes pero poco conocidos casos de violaciones a estudiantes en los campus universitarios, unos terribles hechos que en muchos casos son silenciados u ocultados incluso por las propias autoridades de las universidades, ante el posible desprestigio y perjuicio económico que el acoso sexual y sobre todo las violaciones a jóvenes conllevan para la imagen de la institución donde se produce. (FILMAFFINITY)

Existe una opinión generalizada de que las universidades estadounidenses son lo máximo, no sólo por oferta académica, sino por todo ese prestigio que rodea sus nombres. Todos hemos soñado en algún punto de nuestras vidas en asistir a HarvardCambridge o Yale, pero pocos nos hemos cuestionado -más allá de los costos- ¿en verdad es todo tan idílico como lo pintan?.

The Hunting Ground recopila los valientes testimonios de una serie de mujeres y hombres, a los que se les nombra sobrevivientes, que fueron victimas de abuso sexual dentro de las instalaciones de diversas universidades de Estados Unidos, las cuales no sólo se han encargado de demeritar las denuncias de las y los estudiantes, sino que además han buscado culpar a las propias victimas por lo sucedido, todo con el afán de proteger la imagen de la institución.

CNN Films, quien está detrás de toda la investigación, nos explica a detalle las razones que llevan a tan prestigiadas casas de estudios a encubrir estos delitos llevados a cabo por parte de sus mismos alumnos, y todo por supuesto termina siendo por razones económicas. ¿A quién le interesa pagar cantidades estratosfericas para mandar a su hija a cualquiera de estas instituciones educativas si ésta puede ser violada incluso antes de que comiencen las clases?. Exacto. Además, ¿van a correr el riesgo de perder las aportaciones multimillonarias de sus benefactores?. Lo dudo mucho. Todo es cuestión de proteger una marca a como dé lugar.

The Hunting Ground es un filme brutalmente revelador que deja expuesto un sistema que durante décadas ha manipulado la información en pro de sus intereses, importándole poco que esta serie de atropellos le hayan costado la vida a más de una persona. Lo dicen muchos de los sobrevivientes, el modo tan irresponsable de actuar de las universidades se vuelve una experiencia aún más traumática que el abuso en sí.

Encuentro bastante triste que este documental haya sido dejado de lado por la Academia de Hollywood en la categoría de mejor documental y sólo haya obtenido la nominación a mejor canción (Lady Gaga de por medio), creo que una candidatura en dicha terna le habría dado un alcance mayor para llegar a oídos del público en general, pero insisto, como nos han dejado muy claro, hay gente que no quiere que esto ocurra. De cualquier manera te invito a checar The Hunting Ground (disponible en Netflix para México), créeme, te hará ver el sueño americano educativo de una manera completamente diferente.

Fuente: cineparrafos.wordpress.com

!Women Art Revolution (!WAR)

La historia y evolución del movimiento artístico feminista surgido en USA en los años 60, documentado meticulosamente durante años por una de las partícipes activas del movimiento, Lynn Hershman. Una maravillosa manera de acercarnos a uno de los momentos artísticos más significativos de la segunda década del SXX. El video está en lenguas originales y substitulado en inglés.

https://youtu.be/azdUcyCkpYI

Fuente: http://organizaciondemujeres.org/5-buenos-documentales-feministas/

 

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