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Libro(PDF): Horizontes convergentes II: aportes transdisciplinarios al estudio del ecosistema de la marginación cultural

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

El presente libro es fruto de las colaboraciones de una red amplia y diversa de actoras y actores sociales, de investigadoras e investigadores de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, España, Francia, Georgia, Italia, Marruecos, Perú y los Países Bajos. Es la primera publicación colectiva del proyecto Converging Horizons: Production, Mediation, Reception and Efects of Cultural Representations of Marginality (PIA-ANID/ANILLOS SOC180045) y se divide en dos volúmenes, siendo éste el primero de ellos. El proyecto aborda los diferentes modos de exclusión y de marginalización que se ejercen, especialmente sobre los pueblos originarios, los colectivos de disidencia sexual, las comunidades migrantes y las personas privadas de libertad; ya sea -en general-, desde la sociedad y sus distintos regímenes políticos, como -en particular-, desde las políticas públicas, el modelo económico capitalista y los sistemas de salud y educación altamente privatizados. El libro -como el proyecto-, asume un compromiso no sólo con la presentación de los resultados derivados de diversos trabajos de aplicación de métodos y técnicas científicas, sino que, además, releva las voces de actoras y actores sociales y culturales. Así, el libro combina avances comparados de resultados empíricos y de reflexiones teórico-conceptuales en torno a los procesos de exclusión social y la producción de marginalidades. Es un trabajo caracterizado por su variedad disciplinaria, por el fuerte compromiso con las subjetividades y sus contextos, así como por la búsqueda de posibilidades de lograr horizontes de convergencia.

Autoras(es): Carlos del Valle. Konstantin Mierau. Sandra Riquelme. Beatriz Pérez. Gonzalo Albornoz. [Editoras y Editores]

Editorial/Edición: CLACSO. Converging Horizons.

Año de publicación: 2022

País (es): Argentina.

ISBN: 978-987-813-120-7

Idioma: Español

Descarga: Horizontes convergentes II: aportes transdisciplinarios al estudio del ecosistema de la marginación cultural

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2478&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1618

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Tecnología digital y educación: ¿Necesidad social o negocio para los de siempre?

Antes de intentar dar respuesta a la pregunta formulada sobre cuál podría ser una posible agenda de digitalización para garantizar el Derecho Humano a la educación y entrar en la materia específica de la relación entre tecnologías digitales y educación es preciso trazar las coordenadas de la estructura que subsume a dicha relación.

El nombre de esta estructura es por todas y todo conocido, aunque muchas veces la visión del bosque se pierde por tanto detallar sus árboles, plantas o fauna. Se llama capitalismo. O para ajustarlo a esta época, su derivado, el capitalismo financiarizado.

La única lógica del capital, su entelequia aristotélica (trabajo activo hacia la consecución de un fin, intrínseco a la misma cosa), son el rédito y la acumulación.

De allí que la plena consecución del Derecho Humano a la educación, como cualquier otro derecho universal y por tanto, no pasible de enajenación o apropiación, es en su esencia incompatible con el sistema capitalista.

En palabras del pensador Silo: “Los derechos humanos no tienen la vigencia universal que sería deseable porque no dependen del poder universal del ser humano, sino del poder de una parte sobre el todo.”[1]

Por tanto, el reclamo por los Derechos Humanos en general y por el Derecho Humano a la educación en particular, adquiere sentido, si su reivindicación incluye la superación del sistema mismo, es decir, del tipo de organización social y de valores que impide su plena efectivización.

Por otra parte, la educación cumple un papel importante si ayuda a develar y esclarecer la necesidad de pasar a una fase más digna de la historia humana.

El proceso de acumulación capitalista

El proceso especulativo del capital llevó a la acumulación de sumas enormes, que por su propia lógica necesitaban ser invertidas. Solo para dar un ejemplo, según datos de la consultora Mc Kinsey “la economía productiva, representada por el PIB mundial, se multiplicó por 5,6 entre 1980 y 2007, mientras que los activos de los mercados financieros lo hacían por 16,2, al pasar de 12 billones de dólares en 1980 a 194 billones en 2007 a lo que habría que agregar las operaciones con derivados que superaron en 2007 los 700 billones de dólares.”[2]

Desde entonces, muy poco ha cambiado, continuando con la misma tónica de concentración, especulación y, como contracara, el aumento de la miseria, la desigualdad, el endeudamiento y la asfixia de vastos sectores sociales.

Este ciclo de acumulación lleva casi como un automatismo a “burbujas especulativas”, como la que explotó en la crisis de los 90’ en Japón, en el 2001 con las punto.com y la más reciente, la de las hipotecas subprime en 2007-2008. La banca central responde a los efectos recesivos de estas explosiones con el aumento de liquidez, lo que lleva a nuevas burbujas, además de la apropiación por parte de cada vez menos actores empresariales.

El fenómeno de la hiperliquidez, asociado al descenso de la rentabilidad de activos productivos y la concentración de capital es uno de los principales factores que han llevado al capital al intento de reconvertir el sistema a través de la digitalización, acompañada de un profuso maquillaje de falso interés ecologista.

Este proceso ha empequeñecido la promesa original de internet de distribuir el conocimiento y aumentar la democracia, constriñendo el ámbito digital a una lógica mercantilista, autoritaria y precarizadora en manos de pocas empresas. Estas corporaciones, cuyo buque insignia son conocidas por el acrónimo GAMAM (google, amazon, meta, apple, microsoft), son controladas a su vez por cinco principales fondos de inversión (Vanguard group, Blackrock, State Street corp, Price (T.Rowe) Associates y FMR).

Cooptación económica e ideológica privada del ámbito público

Tal como sucedió en la década de los 80’, en los inicios de la pretendida imposición universal neoliberal llamada “globalización”, el capital vuelve a por su presa, los espacios públicos que no logró capturar.

Es preciso tener en cuenta que un añadido que suma al fenómeno de la hiperliquidez concentrada, es la práctica extendida de la evasión y la elusión fiscal. Por medio de ésta se asesta al bienestar general una doble herida: por un lado, escamoteando recursos imprescindibles para alcanzar una mayor inversión en la igualdad de condiciones y por otro, arremetiendo luego con estos mismos recursos hasta entonces ocultos o reinvertidos de modo opaco para asaltar espacios públicos con objetivos comerciales  o quitar a los Estados activos invaluables, bajo el mentiroso rótulo de “asociación público-privada”.

Tal es así que instituciones y espacios reconocidos por la defensa acérrima del capitalismo como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo o el Foro Económico Mundial, vienen desarrollando una fuerte ofensiva para vender esta ideología y colocar en la órbita del convencimiento subjetivo, la supuesta necesidad de contar con estos actores corporativos, llamado en la misma jerga publicitaria “partes interesadas”, para resolver los problemas sociales en los que ellos han sido principales “partes involucradas”.

El concepto de “partes interesadas” sería plausible si se le agregara “interesadas en su propio rédito”, quitando al concepto todo valor moral positivo que legitimara a las empresas transnacionales para participar o incidir en decisiones que solo competen a los pueblos, en su carácter de único depositario de la soberanía.

La mirada mercantilista y competitiva del reciente informe  “Tecnología educativa en América Latina y el Caribe”, del BID en conjunto con Holon IQ, (empresa de inteligencia de mercado especializada en el desarrollo de plataformas conceptuales de digitalización para la educación), es fiel muestra de lo que venimos comentando.

En sus párrafos introductorios el texto subraya la apetitosa oferta, indicando que en Latinoamérica y el Caribe viven algo menos de 500 millones de personas que “exigen innovación en lectura, escritura, aritmética y la adquisición de habilidades y conocimientos”, a la par que señala, algo más adelante, que el BID ha creado un laboratorio (BID Lab) cuya función es “invertir o co-crear soluciones basadas en el mercado que aprovechen la tecnología y el espíritu empresarial para lograr un impacto social a escala.”

Para completar la frase anterior de su presentación, como preocupante amenaza de co-optación empresarial del sector público, se agrega: “Dentro del BID, tanto el BID Lab como la división de educación están trabajando en colaboración para desarrollar el ecosistema EdTech en la región en áreas que afrontan los principales desafíos del sector público.”

Dada la dirección actual del BID, no podía resultar otra cosa. El banco, desde Octubre 2020 es presidido por Mauricio Claver-Carone, por la presión del entonces presidente estadounidense Trump y en contra de la tradición de reservar este puesto para algún nacional de los países prestatarios. Antes de ocupar esa función, Claver-Carone fue representante de Estados Unidos en el FMI, director senior de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional, siendo una de las piezas claves en la estrategia de agresión de ese país contra Cuba y Venezuela. Con esos antecedentes a cuestas, no sorprende el lanzamiento en Febrero de 2021, de una “Mesa Redonda de Socios del Sector Privado sobre el Futuro de América Latina y el Caribe”, encuentro en el que participaron 40 ejecutivos de emporios globales tecnológicos, comerciales y financieros con el objeto de forjar una alianza con el BID.[3] ¿Qué puede esperarse de esta alianza sino negocios y más negocios?

A su vez el Banco Mundial, como señala un informe de Luis Bonilla Molina, del Centro Internacional de Investigación “Otras Voces en Educación”, apunta en sus políticas a encuadrar la educación como un servicio, poner énfasis en un perfil de egreso con dominio de las competencias STEM, priorizar para los sectores populares carreras técnicas cortas y apoyarse en una estandarización y cultura evaluativa. Es decir, la focalización en la funcionalidad sistémica y una radical negación de cualquier atisbo de humanización educativa.

Por su parte, las prioridades emanadas del Foro Económico Mundial, colocan a la innovación, el espíritu emprendedor, la digitalización, la adhesión irrestricta al modelo capitalista, ahora propuesto como “capitalismo de múltiples partes interesadas”, recubierto por una pátina de atrayente mercadeo sobre la necesidad de desarrollo sostenible y respeto a los derechos humanos.

Preocupante además es el alto nivel de cooptación de la esfera de relaciones internacionales y de Naciones Unidas, a través de programas y proyectos conjuntos con el sector privado, en el que las corporaciones adquieren voz preponderante.

En el libro “La gran captura: Mapeo del multitakeholderismo en la gobernanza global”, los investigadores Mary Ann Manahan and Madhuresh Kumar detallan 103 iniciativas de este tipo en el campo de la educación, la salud, el medio ambiente, la alimentación/agricultura y los datos e internet. Doce de estas iniciativas relacionadas con el ámbito de la educación, en las que se promueve a la digitalización y a las grandes empresas y las fundaciones filantrópicas como las principales fuentes de inversión y superación educativa.

Desde este brevísimo esbozo, se desprende la orientación que se pretende dar al tan mentado “eco-sistema” para digitalizar la educación en la región y el mundo, lo que también podría ser llamado, en atención al vocabulario ambientalista tan en boga en los altos niveles empresariales “jungla del negocio digital con la educación”.

¡Que vivan los nuevos consumidores!, perdón…estudiantes

En América Latina y el Caribe viven 180 millones de estudiantes, considerando todos los niveles de educación formal. Un apetecible mercado para inversores sedientos de nuevos nichos de negocios, además cautivo por la obligatoriedad de cursar los niveles básicos.

Sin embargo, la cuestión exhibe algunas dificultades. El primer problema es que 266 millones de personas no tienen acceso a internet y muchos más carecen de conexiones o equipamiento de calidad que permita un contacto fluido y permanente como el que requiere el negocio tecno-educativo.

Por lo que, como señala el informe del BID ya citado: “El principal apoyo que busca EdTech es que el gobierno lance y respalde iniciativas, y que asimismo proporcione incentivos para el uso de EdTech en escuelas, universidades y lugares de trabajo.”  En otras palabras, que el gobierno, en un “revival” sutil de la ola privatista de los 80’ sirva de puente para los negocios de las tecnológicas, bajo la excelente excusa de promover la conectividad universal y, supuestamente, actualizar la oferta educativa bajo los parámetros de la digitalización.

Otro problema es obviamente que 70 millones de personas (12.5% de la población de la región) viven con menos de dos dólares al día, lo que hace que difícilmente estos puedan constituir clientes de “alta gama”.

En este contexto, dada la tan publicitada mecánica naturalista de la demanda, la oferta y el lucro como base de la teoría económica capitalista, es obvio que las tecnológicas apuntan a hacer sus negocios con los segmentos socio-económicos medios y altos y en espacios urbanos, dejando la inversión social a cargo del Estado.

La conectividad, condición necesaria pero no suficiente

En América Latina, el 57% de las escuelas de primaria, y alrededor del 40% de las escuelas secundarias no contaban con acceso a Internet con fines pedagógicos antes del COVID-19 (Banco Mundial, 2021).

No solo la falta de conectividad y la calidad de la misma, los costos de las tarifas como también de los dispositivos electrónicos son un privilegio al que pueden acceder pocos/as estudiantes de poblaciones vulnerables de América Latina. Además de ello, un alto número de educadores tiene también dificultades para sobrellevar la carga adicional que esto representa para su tarea pedagógica.

Más allá de la obvia necesidad de cerrar la brecha digital para comenzar a paliar estas desigualdades en el ámbito del acceso a conocimientos a través de internet, es preciso señalar que no basta con ello, ya que la conectividad universal es una condición necesaria pero no suficiente para avanzar en la formación equitativa y con contenidos de calidad. Deben para esto exigirse políticas públicas que vayan más allá del acceso universal, limitando el accionar de las corporaciones, para que garantizar la conexión a internet no signifique simplemente tender una alfombra dorada a sus negocios.

Otra digitalización, otra educación es posible

¿Cuáles son las alternativas entonces para una digitalización que ayude al desarrollo humano?

Me permitiré citar en este apartado algunas de las conclusiones y propuestas a las que llegó el Grupo de Trabajo sobre Educación en el marco de las Jornadas “Utopías o distopías. Los pueblos de América Latina y el Caribe ante la era digital”, proceso organizado por el espacio latinoamericano-caribeño Internet Ciudadana.

Cito: “El papel de las nuevas tecnologías en el panorama educativo actual suele ser mayormente instrumental. Por la fuerte presencia de ciertas empresas y productos corporativos, la enseñanza suele producir alumnos y alumnas pasivos, consumidores, clientes de ciertas empresas.”

Es necesario cambiar dicho enfoque desde la dimensión social de la educación, que implica una visión inclusiva, equitativa, soberana y conectada al ser humano. Se requiere entonces que las comunidades recuperen el control sobre qué tecnologías emplea, cómo, para qué y en qué condiciones lo hace.

Formar personas autónomas y con espíritu crítico sobre las tecnologías; actoras y no espectadoras; personas que aprendan a producir y mantener tecnología, y no solo a consumirla.

En línea con esto, hacer de la alfabetización digital crítica un elemento transversal a la educación, integrando la formación en tecnología con las demás materias, conectada con las necesidades, motivaciones y actividades humanas.

Impulsar además procesos formativos docentes que consoliden el uso pedagógico de las tecnologías de la información y el conocimiento (TIC). Más allá de su carácter instrumental, se trata de promover con ellas la producción de conocimiento, el trabajo colaborativo, el trabajo entre pares y el desarrollo de nuevas modalidades de evaluación de carácter formativo.

Es fundamental, al mismo tiempo y más allá del campo educativo, comprender la transversalidad de principios que ayuden a construir nuevas realidades en lo digital y en sus implicancias mucho más allá de éste.

Entre estos postulados básicos, debe estar defender a Internet como construcción humana histórica colectiva,  como un Derecho Humano, como un bien común y de acceso universal, aunque respetando la opción de que aquellos que decidan no conectarse voluntariamente, también puedan hacerlo sin sufrir discriminación ni perjuicio alguno.

Alcanzar la soberanía digital, defendiendo los derechos individuales y colectivos desde la esfera pública y fomentar la equidad desde programas del Estado y las iniciativas de administración comunitaria, que hoy felizmente van proliferando en muchos lugares, mientras se privilegia la generación de tecnología y el desarrollo a través de la economía  cooperativa.

Para evitar indebidas posiciones monopólicas, es fundamental regular la actuación del sector privado, evitando su intrusión en la esfera pública y en el sector educativo en particular. Del mismo modo, es muy importante elaborar una legislación sobre datos, colocándolos en calidad de bien individual o común, según sea el caso e impidiendo su utilización para fines mercantiles.

Asimismo, favorecer la autonomía de todas y todos a través de herramientas libres, plataformas descentralizadas y federadas, con un máximo de protección de la integridad y la privacidad.

Finalmente, no es solo la mediación y el artilugio tecnológico lo que está en debate, sino los fundamentos mismos de la educación. El dilema no es digitalización sí o digitalización no, sino si los criterios más elementales de la construcción educativa tendrán como finalidad la adaptación y la funcionalidad en el sistema o si estarán al servicio de la crítica transformadora.

La disyuntiva central es si habrá de continuarse con una educación para el mercado, apenas una modalidad de esclavitud ilustrada, o se abrirá la posibilidad de educar para un desarrollo humano ilimitado, hacia la libertad, hacia el verdadero mundo del futuro, con todas y todos y para todas y todos.

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(*) El texto es el contenido de la ponencia presentada en el webinario “Educación en contextos de emergencias en América Latina y el Caribe – género, endeudamiento y digitalización”, organizado por la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) en el contexto de la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME).

[1] Silo. Cartas a mis amigos. Obras Completas. Volumen I

[2] Zabalo, Patxi. Financiarización. OMAL. Recuperado de https://omal.info/spip.php?article4821

[3] A esa reunión asistieron, según información del BID, representantes de AB InBev, AES, Amazon, AT&T, Banco Santander, Bayer, BNP Paribas, Brookfield, Cabify, Cargill, Central America Bottling Corporation, Cintra, Citibank, Coca-Cola FEMSA, Copa Airlines, DOW, Engie, Google, Grupo Sura, IBM, Itaú Latam, JP Morgan, Mastercard, Mercado Libre, MetLife, Microsoft, Millicom, NEC Corp, NTT Data everis, PepsiCo, Pimco, Salesforce, Sacyr, Scotiabank, SoftBank, Softtek, Telefónica, The Coca-Cola Company, Unilever, Visa y Walmart.

Fuente: https://www.telesurtv.net/bloggers/Tecnologia-digital-y-educacion-Necesidad-social-o-negocio-para-los-de-siempre-20220427-0001.html

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SAME 2022 llama la atención para la educación en contextos de emergencias en América Latina y el Caribe

Género, endeudamiento y digitalización son algunos de los temas que la CLADE va ​​a tratar durante la Semana de Acción Mundial por la Educación

La pandemia nos hizo enfrentar una situación de alerta y emergencia durante un tiempo prolongado, sin embargo, como han evidenciado muchas reflexiones y estudios, vino a profundizar las desigualdades estructurales de empobrecimiento de muchos países de nuestra región latinoamericana y caribeña. 

La crisis sanitaria mostró intersecciones con la crisis socioeducativa, laboral, tecnológica, de inclusión y protección de derechos que los Estados atendieron de forma apenas tangencial, siendo aún insuficientes los esfuerzos para revertir la discriminación y marginación para la mayoría de la población. 

En este contexto, el derecho humano a la educación enfrenta desafíos determinantes en torno a la pertinencia de los contenidos, las estrategias educativas, el carácter comunitario y de socialización de los centros educativos, sumándose a la precariedad de infraestructura física, tecnológica y de condiciones de enseñanza, entre otros.

La virtualidad también tiene significado un gran desafío con múltiples impactos sobre los cuales las escuelas y centros educativos deben repensar sus propuestas para responder a la complejidad del horizonte que se nos dibuja.

Repensar y proponer en Emergencias

¿Cuáles emergencias educativas enfrentamos en América Latina y el Caribe?

¿Qué miradas comparten estas emergencias?

¿Qué exigimos como sociedad civil a los Estados ante el complejo contexto?

¿Qué debe hacer la escuela para responder a estos desafíos? 

Estas y otras tantas preguntas se nos presentan al poner la cuestión educativa al centro de la emergencia, no para desconocer las otras dimensiones socioeconómicas y sanitarias de importancia, sino para integrarlas desde una mirada intersectorial y una profundización contextualizada.

Webinar: Educación en contextos de emergencias en América Latina y el Caribe – género, endeudamiento y digitalización

La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) convoca abiertamente al Encuentro Virtual Educación en contextos de emergencias en América Latina y el Caribe: Género, endeudamiento y digitalización .

Fecha: 26 de abril (martes)

Duración: 2 horas

Objetivo: profundizar los tres ejes – género, endeudamiento y proceso de digitalización – que la educación latinoamericana y caribeña se ha enfrentado a la situación actual de emergencia, durante y post pandemia. 

Público: profesores/as, educadores/as, estudiantes, investigadores/as, activistas e interesados/as en el tema. 

Traducción: español, portugués, inglés y francés

>> Haz tu inscripción aquí 

El Encuentro tendrá 3 ejes de debate para profundizar la mirada sobre las emergencias en la región: Emergencias educativas vinculadas al género, Emergencias educativas y financiamiento, finalmente, Emergencias educativas e inclusión tecnológica.

Participantes: 

21 años de Acción Mundial por la Educación: SAME

La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) se suma con esta convocatoria, así como otras iniciativas locales, nacionales y regionales a la movilización internacional en el marco de una Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) prevista para realizarse en la última semana de abril, enfatizando el tema educación en emergencias.

Desde 2001, la Campaña Mundial por la Educación (CME) coordina la SAME, una iniciativa internacional que se impulsa simultáneamente en más de 100 países, recordando el aniversario del  Foro Mundial de Educación de Dakar (2000) .

El objetivo es llamar la atención de la sociedad civil e instar los gobiernos, sobre la necesidad de hacer real y efectivo el derecho a una educación pública, gratuita y de calidad para todos y todas, destacando siempre a cada edición de esta movilización, un aspecto o tema clave con respecto a este derecho humano.

Fuente: https://redclade.org/noticias/same2022/

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Las mujeres dominan las universidades estadounidenses ¿qué les pasó a los hombres?

Por: Paulette Delgado

Actualmente las mujeres superan en número a los hombres en las universidades estadounidenses. Sólo el 40 % de los estudiantes universitarios en Estados Unidos son hombres.

Los expertos en educación en Estados Unidos se encuentran alarmados ya que la brecha de género en la educación superior va al alza. Según información del National Student Clearinghouse, un grupo de investigación sin fines de lucro, los hombres representan sólo el 40 % de los estudiantes universitarios en el periodo 2020-2021. Esto es algo que viene sucediendo desde años atrás. En los últimos cinco años, los hombres han representado más del 70 % de la disminución de estudiantes que entran a las universidades en Estados Unidos.

Esta brecha de género en la universidad atraviesa la etnia, la geografía y el entorno económico. Antes, los hombres blancos eran el grupo predominante en las instituciones americanas, sin embargo, ahora las tasas de matriculación de los hombres blancos pobres y de clase trabajadora son más bajas que las de los jóvenes negros, latinos y asiáticos de los mismos orígenes económicos, según un análisis de datos del censo realizado por el Pell Institute.

Conforme a información del Wall Street Journal, después de entrar a la educación superior en el 2012, el 65 % de las alumnas recibieron su título universitario en el 2018, en comparación con el 59 % de los hombres durante el mismo periodo. Esto es corroborado por el director del National Student Clearinghouse, Douglas Shapiro, “en los próximos años, dos mujeres obtendrán un título universitario por cada hombre, si la tendencia continúa”.

Antes, muchos de los empleos que realizaban las mujeres no requerían un título universitario. Sin embargo, a partir de los años 70, las mujeres empezaron a ingresar a trabajos que requerían más educación y algunas de las profesiones que antes no requerían estudios universitarios ahora lo hacen, lo que las empujó a entrar a la universidad. Pero ¿por qué 40 años después, hay más mujeres que hombres en las universidades?

En promedio, los niños tienen calificaciones (GPA) más bajas

Según la organización ACT, que se encarga de realizar exámenes estandarizados para conocer qué tan listos están los estudiantes para entrar a la universidad, los hombres suelen tener calificaciones más bajas, lo que termina perjudicándolos en el proceso de admisión. Hay dos razones principales por las cuales sucede esto; en primer lugar, el sistema educativo americano se enfoca en seguir las reglas y la organización sobre el aprendizaje activo; y segundo, hay una escasez de maestros y consejeros universitarios varones, especialmente que pertenezcan a alguna minoría. Aunque siempre han existido estos factores, se han visto agraviados por los cambios en el mercado laboral de las últimas décadas.

Asimismo, el promedio de calificaciones universitarias no se registra con regularidad pero, según los datos de 2009 recopilados por el Wall Street Journal, es de aproximadamente 3.10 de 4 para las mujeres, frente a 2.90 para los hombres. La brecha de género es particularmente grande en las materias de inglés, pero ellas también tienen calificaciones más altas en matemáticas, ciencias sociales y ciencias. Sin embargo, según ACT, esto no se refleja en sus pruebas ya que, aunque las mujeres siguen dominando en inglés y ciencias sociales, los hombres tienen mayores niveles de rendimiento en matemáticas y ciencias.

Aunque tanto las calificaciones como los puntajes de las pruebas miden el rendimiento académico, las primeras reflejan el desempeño diario del alumno en una disciplina académica, pero son afectadas por factores no cognitivos que no son medidas directas del aprendizaje académico. Por ejemplo, dar puntos por participación, reducir puntos por mal comportamiento, falta de atención o por entregar tareas atrasadas. Para los autores de la investigación, los alumnos masculinos obtienen calificaciones más bajas porque tienen más problemas de conducta. En contraste, los resultados de las pruebas ACT son una estimación más puntual del rendimiento académico.

La habilidad de seguir reglas

Para Jayanti Owens, profesora de sociología en la Universidad Brown, muchos niños enfrentan una desventaja en la escuela desde temprana edad, y cuando llegan a la preparatoria y aplican para entrar a la universidad, ese obstáculo es aún más grande. Un estudio del 2011 para la revista Social Science Research, encontró que las niñas empiezan su educación con habilidades sociales y de comportamiento más avanzadas, lo que les da ventaja durante los primeros seis años de escolaridad; mientras que los niños tienen problemas para prestar atención o quedarse quietos en clase.

Según describen los autores, los psicólogos clasifican muchas de estas habilidades en las categorías de autorregulación cognitiva, autodisciplina, control esforzado o función ejecutiva. Estas habilidades incluyen la planificación, el mantenimiento de la atención, el control esforzado de la atención o la acción, la perseverancia en la tarea y la inhibición de las respuestas impulsivas. Además, los psicólogos incluyen un segundo conjunto de habilidades, las de «autorregulación emocional» que se refiere a la capacidad de manejar la ira, la tristeza, la alegría y otras reacciones emocionales.

Otro estudio también del 2011 de la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos (NBER por sus siglas en inglés), corrobora los resultados. Su evidencia sugiere que el déficit de estas habilidades en los niños podría ser un factor principal que les impide completar la universidad. Además, la mayor tendencia que tienen para presentar problemas de conducta se vuelven factores relevantes para su relativa ausencia. Incluso desde preescolar se ve la brecha de género ya que los niños tienen cuatro veces más probabilidad de ser expulsados, según el Centro Nacional de Salud y Bienestar en la Primera Infancia. El problema también es que, entre más suspensiones tiene su escuela, menor es la probabilidad de acceder a la universidad.

Por su parte, la profesora Owens realizó una investigación sobre el tema en el 2016 donde demuestra que los desafíos de comportamiento que se ven desde preescolar pueden ser predictores significativos de si los niños abandonan la escuela secundaria o decidirán no ir a la universidad. Aunado a esto, ella considera que los niños tienen problemas de conducta porque el sistema de educación temprana prioriza el autocontrol y apegarse a las reglas. «Realmente es necesario tener altos niveles de autorregulación y autocontrol para poder sentarse y prestar atención durante tanto tiempo», dijo Owens a Business Insider International. «Entonces, parte de esto es que las niñas son más capaces de hacer eso, en promedio, y esto hace que los maestros respondan a los niños que no lo hacen como alborotadores o traviesos. Eso puede llevar a una especie de autoprofecía cumplida, por la cual los niños que reciben este mensaje terminan actuando más, en parte porque no tienen las habilidades de atención, y en parte porque se rebelan contra la idea de que no son buenos en la escuela”.

Hay estudios que están de acuerdo con que los maestros a menudo clasifican a los niños como más problemáticos que las niñas. El estudio de NBER incluso menciona que las familias suelen leerles más a sus hijas que a sus hijos, y son más propensas a administrar castigos corporales en ellos que en ellas. Además, la manera en que son vistos los hombres ayuda a disuadirlos de buscar ayuda académica. Si los maestros se expresan negativamente de ellos y crecen creyendo que no son buenos estudiantes estos temen buscar ayuda. Y este miedo puede reflejarse desde el tercer grado de primaria.

Debido a que no tienen tan desarrolladas sus habilidades de autorregulación cognitiva y emocional, muchos niños son clasificados como “malos”, haciendo que los educadores y consejeros les tengan paciencia o los guíen, lo que resulta en que no sepan qué clases tomar o qué exámenes presentar para mejorar sus probabilidades de entrar a la universidad. Algunos descubren qué necesitan hasta el penúltimo o último año de preparatoria, cuando es demasiado tarde.

Los hombres se ven obligados a trabajar por problemas financieros

Además de enfrentarse a problemas de conducta y falta de habilidades, muchos jóvenes enfrentan la necesidad de mantenerse a ellos mismos o a su familia. Anteriormente, los hombres de bajos ingresos eran los menos propensos de cualquier grupo demográfico a inscribirse en la universidad, sin embargo, debido al COVID-19, las preocupaciones monetarias se han exacerbado.

Otro factor es el costo de la matrícula universitaria. Muchos alumnos ven la educación superior como un problema porque no tienen el dinero suficiente para pagar sus estudios, útiles, libros, y mantener su estilo de vida. Adrian Huerta, profesor asistente de educación en la Universidad del Sur de California, dijo a Business Insider que «las tensiones financieras hacen que los jóvenes digan: ‘la universidad es realmente cara. ¿Quién va a pagarla? ¿Quién va a pagar por mis libros? ¿Quién va a pagar por mi auto?'».

La profesora Owens añade que “si eres un niño que proviene de bajos ingresos, es posible que tengas modelos a seguir a tu alrededor que se hayan dedicado a los oficios o que se hayan dedicado a otras ocupaciones no profesionales. Ese es el ejemplo que tienes frente a ti». Para muchos jóvenes es más fácil seguir ese camino conocido que atreverse a hacer las cosas de otra forma.

¿Qué se puede hacer?

Debido a la pandemia, el sistema educativo estadounidense tiene acceso colectivo a miles de millones de dólares en fondos de ayuda COVID-19. Para Huerta, la mejor manera de usar ese dinero es poniendo dos o tres consejeros universitarios en las preparatorias, incluidos hombres de color. Actualmente hay uno por cada 424 estudiantes. Tener más acceso a recibir ayuda temprana puede ser una gran ventaja para los estudiantes varones.

Para Owens, los fondos deben enfocarse en la educación temprana para que los estudiantes de preescolar tengan proyectos más activos y prácticos en lugar de pedirles quedarse quietos en sus sillas. Reclutar más maestros varones en ese nivel también es fundamental, agregó. Esto ayudaría a preparar a los niños con habilidades de autorregulación cognitiva y emocional.

El Wall Street Journal reportó que la solución de varias universidades para balancear la escala es enfocarse en aceptar solicitantes masculinos, pero para Pell Institution, el problema no está en limitar las admisiones de las instituciones sino en analizar los factores que hicieron que existiera en primer lugar.  ¿Cuál crees que podría ser una solución a esta brecha de género? ¿Consideras que el éxito de los jóvenes puede garantizarse desde el bachillerato o debe hacerse algo desde preescolar? Déjanos abajo tus comentarios.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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Género y Educación Superior

En memoria, y exigencia de justicia, para las 11 mujeres que fueron asesinadas justo en ¡El día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer!

El ocho de marzo de 2020, en todo el mundo —y de manera extraordinaria en México— ocurrieron grandes movilizaciones por parte de las mujeres que exigían su derecho a una vida sin violencia, fuera de la constante del miedo cotidiano, y por la igualdad en las oportunidades de desarrollo de sus trayectorias. Coincidió su enorme marcha con la plenitud del florecimiento de las jacarandas en la Ciudad de México y el color de las pañoletas que portaban. Al día siguiente, vivimos el paro de sus labores y apreciamos la relevancia de su participación en la vida social.

Pese al trancazo de la pandemia y el confinamiento al que condujo, quienes saben de procesos sociales advierten que ese movimiento, el de las mujeres organizadas de acuerdo a sus propias decisiones, modalidades y compleja diversidad, es la acción colectiva más importante en nuestros tiempos en el país y el mundo. Les asiste la razón.

Aún en el encierro, las acciones organizadas por ellas, en las universidades y más allá, no cesó: se adecuó a las circunstancias. En marzo de 2021, por ejemplo, en las calles aledañas al sitio desde donde escribo, el día ocho se cubrieron los nombres oficiales con carteles en que estaban escritos los nombres de mujeres que han luchado por esta causa y, desgraciadamente, con los de algunas que fueron asesinadas por el hecho de ser mujeres.

Entre otras acciones, no estuvo ausente la actividad académica: el Programa Universitario de Estudios sobre la Educación Superior (PUEES) de la UNAM, dedicó la decimoquinta versión del Curso Interinstitucional que organiza cada año a la cuestión del género y la educación superior. Entre agosto y noviembre de este año, cada viernes, se llevaron a cabo 16 sesiones para analizar y comprender este fenómeno en y desde estos espacios de la vida social.

De manera virtual, más de 900 personas inscritas, ubicadas en 43 sedes pertenecientes a 22 Instituciones de educación superior (19 en México, y 3 en el extranjero: una en Costa Rica y dos en Colombia, a las que se sumaron asistentes de Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Reino Unido y Bélgica) participaron en este esfuerzo notable no solo por su alcance, sino por la profundidad y solvencia de las personas encargadas de exponer y coordinar las reuniones.

Inició con una introducción dedicada a la contextualización y el carácter transversal de la cuestión en nuestras casas de estudio. Posteriormente, a través de 3 módulos — las mujeres en la educación superior; problemáticas de género en ese campo, y género y movilización estudiantil en y desde los linderos del nivel terciario de los estudios— quienes asistieron pudieron profundizar en el conocimiento y las perspectivas para entender, tanto el problema así y ahí situado, como las formas de organización y legislación que han surgido. No se redujo a lo que acontece en las instituciones mexicanas, sino que la mirada se amplió a otros países.

Como los anteriores 14 cursos, las sesiones del que doy noticia se pueden ver en YouTube y en la página electrónica del PUEES. Revisar las maneras en que las relaciones de género se dan en nuestras aulas, pasillos y espacios universitarios, es importante, no solo por la referencia a la situación de las colegas académicas, estudiantes y trabajadoras y sus luchas, sino porque el curso se abrió a las nuevas masculinidades y las circunstancias en las que se vive desde una perspectiva no heteronormativa ni binaria.

Enhorabuena: la universidad, así, no es ajena ni de espaldas a los problemas nacionales.

Fuente de la información: http://www.educacionfutura.org/generpo-y-educacion-superior/

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Las mujeres ocupan solo el 15% de los cargos directivos en América Latina y el Caribe según informe del BID

Las mujeres ocupan solo el 15% de los cargos directivos en América Latina y el Caribe

Por Mauricio David Vasquez Carvajal

Existen grandes brechas de género en el mundo empresarial de América Latina y el Caribe, donde las mujeres ocupan solo el 15% de los cargos directivos y son dueñas de apenas el 14% de las empresas, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El estudio, titulado “Una olimpíada desigual: la equidad de género en las empresas latinoamericanas y del Caribe”, revela además que solo en una de cada diez empresas el puesto de gerente principal lo ocupa una mujer.

La presencia de mujeres en posiciones de liderazgo, el nivel de capacitación de la fuerza laboral, el uso de tecnologías avanzadas, y una cultura empresarial favorable son los principales factores que inciden en la equidad de género en las empresas de la región, según el informe.

“La desigualdad de género, particularmente en el mercado laboral, ha obstaculizado el crecimiento económico y el desarrollo social en la región durante demasiado tiempo. Es por eso que invertir en el liderazgo femenino y promover empresas propiedad de mujeres es fundamental para impulsar un crecimiento sólido y sostenible en toda América Latina y el Caribe”, dijo el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone.

La igualdad de género es uno de los cinco pilares de la Visión 2025, el plan del BID para lograr una recuperación sostenible y el desarrollo económico y social en la región. Dicha estrategia incluye el diseño de incentivos para financiar iniciativas y empresas lideradas por mujeres, así como mejoras en el acceso a los sistemas financieros.

El estudio se basó en entrevistas a mujeres empresarias y una encuesta a 1.015 empresas de 20 países de la región sobre la participación femenina en sus organizaciones, las políticas hacia sus empleados y el impacto ocasionado por la pandemia del Covid-19.

El estudio incluye recomendaciones como la implementación de legislaciones de cupo de género, la publicación transparente de información salarial, la creación de programas de capacitación y el desarrollo de una agenda que facilite el balance entre el trabajo remunerado y no remunerado que asumen la mayoría de las mujeres.

Principales hallazgos

La presencia femenina predomina significativamente en las áreas consideradas blandas, como comunicación y relaciones públicas. En áreas duras, como comercio exterior, las mujeres representan menos del 35% de las personas empleadas.

Existe una mayor proporción de mujeres en cargos bajos (36%) que en cargos altos (25%).

Las mujeres representan solo un 35% de la fuerza laboral que utiliza tecnologías avanzadas.

Seis de cada 10 empresas no brindan ningún tipo de licencia materna más allá de lo que determina la ley.

Apenas un 15% de las empresas analiza si existen brechas salariales dentro de su organización.

El estudio fue realizado por el Sector de Integración y Comercio del BID y su Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal), BID Invest , que colabora con el sector privado, y la División de Género del BID.

“La igualdad de género contribuye a la reducción de la pobreza y mejora la calidad del capital humano para las generaciones futuras”, dijo Fabrizio Opertti, gerente del Sector de Integración y Comercio. “Nos enfocamos en entender el vínculo entre el nivel de internacionalización de las firmas y su equidad de género. Los resultados indican que es clave que los gobiernos de la región puedan negociar acuerdos comerciales que incluyan cláusulas de género para originar más y mejores empleos para las mujeres”, agregó.

Gema Sacristán, directora general de negocio de BID Invest, dijo que “Estamos ante una oportunidad única para que los inversionistas internacionales financien la recuperación de América Latina y el Caribe a través de las mujeres. También para los inversionistas locales, especialmente los institucionales, que están cada vez más interesados en la agenda sostenible”.

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Las mujeres ocupan solo el 15% de los cargos directivos en América Latina y el Caribe según informe del BID

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El Salvador: Realizan seminario sobre educación, género y sexualidad en colegio de religiosas salesianas

América Central/El Salvador/20-08-2021/Autor(a): L. Martínez/Fuente: www.elsalvador.com

Fundación religiosa considera necesaria la educación sexual y de género.

La Fundación Pro Educación Laura Vicuña (Funelavi) llevó a cabo este lunes el Seminario “Sexualidad, género y educación”, el cual fue impartido por el doctor Antonio Daniel García Rojas, director del departamento de Pedagogía de la Universidad de Huelva y experto en sexualidad, educación sexual, género, igualdad de género y violencia de género. El seminario fue impartido en las instalaciones del Colegio María Auxiliadora de San Salvador a alumnas, docentes y padres de familia.

“Nos encontramos en una sociedad cambiante donde consideramos que la escuela tiene que adaptarse a dichos cambios. Preocupadas por dicha realidad, hemos visto la posibilidad de implementar una formación en nuestros colegios sobre sexualidad y género”, dijo la presidenta de la fundación Sor María Antonieta Salguero Ábrego.

El doctor García Rojas considera necesario tener claro “la distinción fundamental que existe para las ciencias sociales entre sexo y género, debido a que a menudo se utilizan los dos términos indistintamente y, de forma errónea, como sinónimos”.

El académico afirmó que, independientemente del enfoque teórico que se adopte, “existe un común acuerdo en que el sexo de las personas pertenece al ámbito de la biología y es fruto de las diferencias anatómicas, cromosómicas y hormonales entre mujeres y hombres, mientras que el género se construye socialmente y hace referencia a lo que se considera femenino o masculino, tratándose de una concepción susceptible de variar según el lugar y el momento”.

Esto influye en los comportamientos y actitudes que la sociedad espera de las personas. Por lo que García Rojas considera que la educación sexual desde edades tempranas, es “el único medio para erradicar la desigualdad de género y la violencia de género”.

Foto cortesía Colegio María Auxiliadora de San Salvador

El seminario ha sido impartido en todos los colegios de las Hijas de María Auxiliadora en Guatemala, Honduras y El Salvador. En cada colegio, durante tres semanas, han recibido el seminario las alumnas, en la mañana, y los docentes y familiares en la tarde. El programa finalizará en El Salvador el sábado 27 de agosto. El seminario ha sido impartido a 350 docentes y más de 1000 alumnas.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/educacion-sexual-violencia-de-genero/869502/2021/
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