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Estados Unidos: «No quiero ir a la escuela y contagiarme de covid»: algunos niños están asustados mientras los adultos debaten sobre los riesgos de reabrir los centros educativos

Nota del editor: La Dra. Edith Bracho-Sanchez es pediatra de atención primaria, directora de telemedicina pediátrica y profesora asistente de pediatría en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia.

(CNN) — Los maestros y los padres que actualmente están sopesando sus opciones cuando se trata de las reaperturas escolares en medio de una pandemia mortal pueden tener un desafío adicional por delante: que los niños teman regresar a la escuela.

Para algunos niños, las restricciones, lo que han escuchado en las noticias y su propia experiencia personal con el covid-19 han hecho que el mundo exterior se sienta como un lugar peligroso.

«Él es diferente ahora, puedo ver eso», dijo Rose Israel, cuyo hijo de 6 años Jeremiah Israel-James se ha negado a salir a la calle en las últimas semanas. En la rara ocasión en que Jeremiah acepta abandonar su hogar en East Harlem, primero debe mirar por la ventana, declarándolo seguro cuando «no hay mucha gente afuera».

Los CDC emiten nueva guía para reabrir las escuelas 0:39

Una vez fuera, Jeremiah quiere volver a entrar lo más rápido posible. «Antes, cuando estaba afuera, quería explorar, quería ver, ahora todo es ‘Regresemos, mamá’», agregó Israel.

«No hay duda de que esta ha sido una experiencia extremadamente estresante y en cierto modo traumática para muchos de nosotros», dijo la Dra. Barbara Robles-Ramamurthy, psiquiatra de niños y adolescentes del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio, UT Health San Antonio.

«Creo que la falta de información, la información errónea, la incertidumbre de cómo se verán las cosas en los próximos meses del año escolar es extremadamente estresante y difícil de manejar para las familias», agregó.

Durante estos meses de aislamiento, Robles-Ramamurthy ha estado alentando a los padres para que saquen a sus hijos mientras guardan el distanciamiento físico y usan máscaras. «[Los niños] necesitan ver los cielos azules y las nubes blancas y los árboles verdes y otros niños riéndose y jugando. Necesitamos esas experiencias cotidianas».

Pero el miedo a contraer covid-19 y la incapacidad de distanciarse adecuadamente una vez afuera ha mantenido a muchas familias adentro por períodos prolongados de tiempo, y algunos niños temen cada vez más al mundo exterior.

«¿Qué pasa con la escuela? Tienes que ir a la escuela», le preguntó Israel a su hijo. «No mamá, no quiero ir a la escuela, no voy a la escuela, me matará. No quiero morir», respondió Jeremiah.

Estados Unidos: medidas para poder reabrir las escuelas 0:49

Los niños luchan con la ansiedad

Jeremiah, como muchos niños, está luchando con ansiedad por el próximo año escolar, explicó Robles-Ramamurthy. «He estado escuchando a los niños decir cosas como ‘No quiero ir a la escuela y contraer coronavirus‘», dijo.

No ayuda que las decisiones sobre las aperturas escolares varíen según el estado e incluso por el distrito escolar, y algunos tengan clases por internet este otoño (boreal), que otras escuelas propongan un modelo híbrido de educación presencial y virtual, y algunas tratarán de comenzar con clases presenciales. Y, por supuesto, eso podría cambiar si aumentan las tasas de infección.

Para algunos niños puede ser más fácil hacer la transición a la educación en persona, dijo la Dra. Neha Chaudhary, psiquiatra de niños y adolescentes en el Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina de Harvard y cofundadora de Stanford Brainstorm.

«Incluso podrían estar emocionados de volver a la escuela y ver a sus amigos y volver a ese ambiente», dijo.

Pero para otros, especialmente aquellos que ya luchan con la ansiedad, la transición de regreso será difícil, agregó.

Niños como Jeremiah también traerán a la escuela una capa adicional de experiencia personal con el covid-19. En su caso, tanto su abuela como su tía, que viven en la misma casa de la ciudad de Nueva York, contrajeron casos graves de covid-19.

«Cada vez que mi madre sentía que no podía respirar, Jeremiah siempre estaba allí», dijo Israel. «Él dijo ‘Quiero ver, quiero ver qué está pasando, mamá’. Ya sabes, la ama, y fue entonces cuando comenzó a entender más sobre el covid», agregó.

Los diferentes niveles de miedo, ansiedad y experiencias personales de los niños con covid-19 pueden en última instancia dificultar el aprendizaje este periodo escolar.

«Cuando un niño está ansioso o temeroso, las partes de su cerebro responsables de la atención, el pensamiento y el aprendizaje simplemente no pueden funcionar tan bien», dijo Chaudhary.

«Los maestros pueden encontrar que algunos niños están más distraídos, aparentemente desconectados, no entienden el material tan fácilmente, o incluso ver que se molestan fácilmente o están más reactivos emocionalmente», agregó.

Tanto Chaudhary como Robles-Ramamurthy reconocieron la enorme tarea que les espera tanto a los maestros como a los padres, y aún así tienen esperanzas para este otoño, haciendo hincapié en la capacidad de recuperación y la capacidad de los niños para adaptarse a las circunstancias cambiantes.

«Los niños suelen ser más propensos a aceptar nuevas normas con gracia que los adultos, siempre y cuando les ayudemos a superar los obstáculos en el camino», dijo Chaudhary. «Y eso significa apoyar a los maestros para que puedan apoyar a nuestros hijos», dijo.

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2020/07/28/algunos-ninos-estan-asustados-mientras-los-adultos-debaten-sobre-los-riesgos-de-reabrir-los-centros-educativos/

 

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Graciela Vizcay Gomez: Los niños de Hiroshima

Mi esperado viaje a Tokio, desde Buenos Aires, tuvo una duración de un día completo. Luego, para llegar a Hiroshima, el tren bala o Japan Railways Shinkansen, son unas cuatro horas más, por tal motivo dejé este viaje para los últimos días de mi estadía.

Desde la terminal de Hiroshima llegué en un tranvía que es toda una reliquia al Parque de la Paz, ubicado cerca de la zona cero de la explosión. Había viajado para eso y no pude evitar las lágrimas al estar frente al único edificio que quedó en pie, la Cúpula Genbaku.

El número de personas asesinadas por la bomba atómica no se sabe con precisión incluso hoy. Sin embargo, se estima que alrededor de 140.000 personas murieron a fines de diciembre de 1945 aun cuando el daño agudo causado por la radiación disminuyó.

A 1,2 km del hipocentro, donde estalló la bomba, casi el 50% murió ese día. Se estima que 80 a 100% murió en áreas más cercanas al hipocentro. Hasta marzo de 2014 Japón contó 192.719 personas como sobrevivientes registrados, según la cadena de noticias Asahi.

Al menos 70.000 personas murieron en la explosión inicial, mientras que aproximadamente 70.000 más murieron a causa de la exposición a la radiación. «El total de muertos en cinco años puede haber alcanzado o incluso superado los 200.000, debido al cáncer y a otros efectos a largo plazo», según la historia del Departamento de Energía sobre el Proyecto Manhattan.

¿Era necesario tal crimen contra la humanidad?

«Los japoneses empezaron la guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto ese golpe multiplicado», fue una de las primeras cosas que dijo el presidente Harry Truman en el mensaje en el que informó al mundo del ataque contra Hiroshima.

La bomba llamada Little Boy fue lanzada, a las 8.15 de la mañana del 6 de agosto de 1945.Tenía 3 metros de largo y pesaba cuatro toneladas. Era de uranio 235.

«La usamos para acortar la agonía de la guerra, para salvar las vidas de miles y miles de jóvenes estadounidenses»,  dijo el presidente tres días después, en un mensaje transmitido el día del lanzamiento de una segunda bomba sobre la ciudad de Nagasaki.

La bomba, llamada Fat Man fue lanzada a las 11.02 a.m. del 9 de agosto de 1945 Tenía 3,2 metros de largo y pesaba 4,5 toneladas. Era de plutonio 239. Alrededor de 74-000 personas murieron en Nagasaki a fines de 1945.

Semejante genocidio no era necesario, EEUU solo quería demostrar su hegemonía ante el mundo y hacerle ver a la Unión Soviética sobre su poderío. Esa es la realidad, y por más que Hollywood lo quiera maquillar con películas donde siempre son las víctimas, lo cierto es que las víctimas no son los estadounidenses, quienes aprobaron tal decisión y la aplaudieron.

Los niños de Hiroshima

Fue el nombre de la primera película japonesa que trató la tragedia de la bomba atómica, producida siete años más tarde del bombardeo. Kaneto Shindo escribió el guión basándose en una colección de cuentos y poemas escritos por los jóvenes supervivientes de la bomba, y reúne testimonios compilados por el profesor Arata Osada. Se estrenó en 1952, y es evidente el claro espíritu antibelicista en la historia y la necesidad del director de acabar con la proliferación de armas nucleares; para ello, educaba a los jóvenes mostrándolos la devastación que producían las armas atómicas.

El triciclo de Shing

Su autor, el sobreviviente Tatsuharu Kodama escribió un libro para niños, publicado en japonés en 1992 y en agosto de 1995 en inglés, cuenta lo que le sucedió a un niño de 3 años llamado Shinichi Tetsutani.

La historia es narrada por el padre de Shin, Nobuo Tetsunani, quien describe la mañana poco antes del ataque como un día tranquilo y soleado. Shin y su mejor amiga, una niña llamada Kimi, se encontraban afuera de la casa, jugando con su juguete favorito, un triciclo con manubrio rojo.

La explosión arrasó todo, su padre lo encontró bajo los escombros, “Le sangraba el rostro y estaba hinchado”, dice el libro. “Estaba demasiado débil como para hablar, pero su mano aún sostenía el manubrio de su triciclo. Kimi ya no estaba, había desaparecido en algún lugar debajo de la casa”. El padre de Shin no soportó la idea de dejar el cuerpo del niño en un cementerio solitario. Por lo tanto la familia enterró a Shin en su jardín trasero, junto con su amiga Kimi y su querido triciclo. En 1985, 40 años después, el padre de Shin decidió trasladar los restos de su hijo al cementerio de la familia. Él y la madre de Kimi ayudaron a desenterrar la tumba del jardín. Ahí, según el libro, vieron “los pequeños huesos blancos de Kimi y Shin, de la mano como los habíamos colocado”.

“Esto nunca debería suceder a los niños. El mundo debería ser un lugar tranquilo donde los niños pueden jugar y reír” manifestó Nobuo. Al día siguiente el padre de Shin donó el triciclo al museo de Hiroshima. Ahí, el legado de un niño de 3 años sigue recordando a las generaciones futuras los horrores de la destrucción nuclear. El relato fue publicado por la CNN el seis de agosto de 2015, por Thom Patterson de la CNN.

 Las grullas de origami

La niña Sadako Sasaki tenía dos años cuando cayó la bomba en Hiroshima. Diez años más tarde, a la edad de doce años, por consecuencia a la exposición de la irradiación, los médicos le diagnosticaron leucemia.  “Es una enfermedad de la bomba atómica”, dijo su madre. Estando internada, no se sabe aún si fue una niña o una adulta llamada Chizuco, le contó una historia: “¿Conoces la historia de las mil grullas? Sadako nunca había escuchado esa leyenda.

Esta amiga le comentó de una antigua leyenda japonesa que promete que quien pliegue mil grullas de origami recibirá un deseo por parte de los dioses. “Pide el deseo de sanarte” le dijo Chizuco. Pero Sadako solo pudo armar 644, murió en octubre de 1955.

Esta ave habita la isla de Hokkaido Cuando alguien ve una grulla lo considera un buen augurio. Se la llama ‘el ave de la paz’ o ‘de la felicidad’.

El origami es un arte que consiste en el plegado de papel o papel de arroz, sin usar tijeras ni pegamento para obtener figuras de formas variadas son muy conocidas en Japón y su símbolo más característico es para dar suerte y traer paz a tu vida.

Según el libro que Eleanor Coerr, la escritora canadiense fallecida en 2010, para el día de su funeral, Sasaki Sadako fue enterrada con las mil grullas que doblaron los otros enfermos, quienes poco a poco murieron en los siguientes meses.

En el Parque de la Paz de Hiroshima se construyó una Estatua de los Niños de la Bomba Atómica, con forma de grulla dedicada a Sadako, pero también a todos los niños que fallecieron a causa de la bomba. Semanalmente, muchos visitantes llegan a dejar grullas como un símbolo de paz universal. En la base de la estatua se lee una leyenda: “este es nuestro grito, esta es nuestra plegaria: que haya paz en el mundo”.

Los niños por nacer también sufrieron la bomba en el útero de su madre

La creciente incidencia de microcefalia y discapacidad intelectual asociada con la exposición ya era evidente a fines de la década de 1950. Entre los sobrevivientes en el útero con una dosis estimada en menos de 0.005 Gy, (grados),  se encontró discapacidad intelectual severa en 9 de 1,068 (0.8%), mientras que los sobrevivientes en el útero con una dosis estimada en 0.005 Gy o más. 21 de 476 (4.4%) fueron diagnosticados con discapacidad intelectual severa. La probabilidad de desarrollar esta discapacidad intelectual severa está fuertemente relacionada con la dosis y la edad fetal en el momento de la exposición (especialmente en una etapa significativa de desarrollo). La aparición excesiva de discapacidad intelectual fue particularmente pronunciada en los expuestos entre las 8 y 15 semanas posteriores a la concepción, y menos en los expuestos entre las 16 y 25 semanas posteriores a la concepción. Por otro lado, no se observó en aquellos que estuvieron expuestos de 0 a 7 semanas o de 26 a 40 semanas después de la concepción Incluso si no se logró una discapacidad intelectual grave, los que estuvieron expuestos entre 8 y 25 semanas después de la concepción mostraron una disminución en el rendimiento escolar y el índice de CI con el aumento de la dosis, y la aparición de enfermedad paroxística, que produce episodios que imitan a una crisis epiléptica.

La resonancia magnética del cerebro fue realizado en seis personas con discapacidad intelectual grave, lo que sugiere que la exposición a los 3-4 meses después de la concepción causa anormalidades aparentes en la estructura del cerebro. Al igual que los sobrevivientes de la bomba atómica infantil, las mediciones corporales anuales de los sobrevivientes del útero también mostraron una reducción general de la altura y el peso en la edad adulta (18 años) en el grupo de dosis alta. En este caso, el sexo y la edad del feto en el momento de la exposición son irrelevantes. Todos estos datos pueden chequearse en el  Radiation Effects Research Institute (RERF),  una organización conjunta de investigación entre Estados Unidos y Japón que investiga los efectos de la radiación de la bomba atómica en la salud con fines pacíficos.

Docenas de bebés que habían estado en el útero de sus madres cuando explotó la bomba nacieron con microcefalia, cabezas anormalmente pequeñas. Desde alrededor de 1950, los casos de leucemia en Hiroshima se dispararon, y desde alrededor de 1955 aumentaron los cánceres de tiroides, seno, pulmón y otros. Persisten los temores de que el problema pasará generaciones.

Los huérfanos

Unos 23.500 niños (alumnos de escuela primaria de tercer grado y superior) habían sido evacuados con sus clases a pueblos y aldeas fuera de la ciudad. De estos, entre 2.000 y 6.500 perdieron a sus padres por  la bomba y quedaron huérfanos. Muchos otros niños de poblaciones vecinas,  que habían estado en Hiroshima en ese momento también perdieron a sus padres . Ambos grupos se conocían comúnmente como «huérfanos de la bomba atómica». Pero algunos de los ni;os, por diversas razones, no pudieron vivir en estas instalaciones. Vivían solos, sosteniéndose a sí mismos limpiando zapatos y haciendo trabajos pequeños.

Había un campamento para alojar a esos huérfanos, y se instalaron cinco más alrededor de la ciudad de Hiroshima a fines de 1955. Sin suministros ni fondos, asegurar la comida era la mayor preocupación. Como resultado, los huérfanos hicieron todo lo que podían hacer, como agricultura, redes de pesca, la excavación de mariscos y todo lo que podían comer.

El periodista Norman Cousins (1915-1990), visitó Hiroshima como uno de los principales autores de la famosa revista literaria «Revisión de literatura del sábado» de Nueva York,  en agosto de 1955, vio la devastación de la bomba atómica y se sorprendió al ver tantos huérfanos’

Después de regresar a los Estados Unidos, el Sr. Cousins anunció un informe titulado «Hiroshima en 4 años» en la misma revista, llamando a fomentar a los huérfanos como niños estadounidenses adoptados mentalmente. La respuesta fue enorme, con muchos estadounidenses esperando «padres espirituales» de huérfanos.

Para cuidar a los huérfanos de la bomba atómica y nutrirlos emocionalmente, Norman Cousins promovió un programa, alentando a los «padres espirituales» a enviar 20 dólares al año para el cuidado de sus huérfanos. El programa fue popular, y muchos estadounidenses se unieron al programa. Durante los diez años transcurridos entre 1950 y 1959, aproximadamente 500 personas enviaron un total acumulado de aproximadamente 20 millones de yenes para ayudar a mantener a los niños. recibió el título de Ciudadano Honorario de Hiroshima en 1964.

Él también tiene su monumento en el Parque Memorial de la Paz, para honrar los grandes logros de Norman Cousins, incluida la promoción del proyecto de adopción moral para la bomba atómica y los huérfanos de guerra, sus esfuerzos para ayudar a las mujeres sobrevivientes de la bomba atómica a recibir tratamiento queloide en los EE.UU. Y su continuo llamado al mundo para la eliminación de tratamiento de armas nucleares.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informo hace horas, de que sigue habiendo en el mundo más de 14.000 bombas atómicas y que muchas de ellas son decenas de veces más potentes que las arrojadas el 6 y el 9 de agosto de 1945 en Hiroshima y Nagasaki.

Japón fue un viaje muy turbador, como todos los que he realizado a zonas de desastre, ignorando la pandemia por coronavirus que se avecinaba a los pocos meses de mi regreso a Argentina.

Quiero dejarles la experiencia de este viaje resumida en una frase del sabio Noam Chomsky :

“Si algunas especies extraterrestres fueran recopilando la historia del homo sapiens, ellos podrían dividir el calendario: en Antes de las armas nucleares y en La era de las armas nucleares. Esta última era, por supuesto, se abrió el 6 de agosto de 1945, el primer día de la cuenta regresiva para lo que puede ser el final poco glorioso de esta extraña especie, que alcanzó la inteligencia suficiente para descubrir los medios eficaces para destruirse a sí misma”.

Fuente: https://rebelion.org/los-ninos-de-hiroshima/

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Los hijos de la violencia

9 de agosto día Internacional de los Crímenes Estadounidenses contra la Humanidad.

¿Hay un plan para encubrir los crímenes contra la Humanidad? Sí, se llama Capitalismo.

Quedarse quieto es hacerse cómplice. Ésta no es una denuncia cómoda para tranquilizar conciencias pequeño-burguesas. Es denuncia y es autocrítica. Mientras Trump y sus jaurías criminales reprimen, humillan y encarcelan a familias de “inmigrantes”; todos los Crímenes Estadounidenses se coagulan en las injusticias fronterizas, la inmensa mayoría de nosotros aporta su cuota de ignorancia, indolencia e inutilidad funcionales. Algunos claman a cielo y oran, otros se subliman mentando madres, algunos hacen donativos, limosnas y gestos compungidos. Otros más, alzan los hombros y siguen viendo sus noticiero favorito.

La única solidaridad concreta ocurre desde abajo, de la mano del pueblo que mira en el que sufre sus propios sufrimientos. Para no importunar al magnate de La Casa Blanca, cientos de funcionarios se cosen la boca con hilos de burocracia y silencian lo que les queda de consciencia para que el horror no les quite el sueño. Algunos abogados fabricaron trincheras de “jurisprudencia” a prueba de toda vergüenza, desde ahí pontifican deyecciones leguleyas expelidas por el “Estado de derecho” y los “tratados internacionales”.

Se exhiben muy pulcros para el tecnicismo y muy puntuales para la cobranza. Van y vienen de congreso en congreso, de conferencia en conferencia, de burocracia en burocracia… mientras los niños aprenden, tras las rejas, que viven en un mundo donde ser pobre se castiga, no importa de dónde vengas ni qué edad tengas. Castigo inclemente sin delito, sin juicio sin defensa. “La única forma de salvar la vida de las personas detenidas es su liberación”, dice el periodista Jacob Soboroff, que ingresó a estas cárceles del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) donde, ya en 2008, vio niñas y niños encerrados en jaulas. Soboroff lo relata en su nuevo libro “Separated: Inside an American Tragedy” (Separados: una tragedia estadounidense).

Es uno más de los Crímenes Estadounidenses contra la Humanidad, convertido en mercancía “mediática”. Mercancía del horror prefabricado por intereses de clase a cuyo servicio está el Estado, para venderla en el mercado de la dominación de una clase sobre otra. Esta vez usando a los niños, sin clemencia, sin defensa, sin piedad. En el alma de esa violencia la complacencia de gobiernos reformistas y oportunistas escupiendo a mansalva discursos legalistas. Se descargan, minuto a minuto, ráfagas de violencia ideológica para esconder la tortura a que son sometidos los más indefensos en el imperio oligarca de la indefensión social. No importa el horario, no importa el tema y no importa el impacto… siempre hay violencia a destajo contra niñas y niños victimados tras las rejas del imperio. Y parece tan “natural”. “Según diferentes cables, en mayo ICE tenía a unos 184 menores, pero los activistas creen que pueden ser más, después de trascender que el gobierno federal está deteniendo a los niños en hoteles de Texas y Arizona antes de deportarlos a sus países de origen.”

Esto no es una arenga contra la solidaridad genuina, es una reflexión contra esa violencia infiltrada en las cabezas de los pueblos para naturalizar todo lo que  el capitalismo impone como modelo para mentalidades dóciles, cómplices de las aberraciones del saqueo y la explotación que reinan planetariamente. “Casi 2.000 niños han sido separados de sus padres desde que el fiscal general, Jeff Sessions, anunció la política que determina que los funcionarios de seguridad interna deriven todos los casos de ingreso ilegal a los EE.UU. para procesamiento.

Esto es un llamado de atención no sólo sobre el papel que cumple el aparato de Estado y gobiernos gerenciadores de esclavitudes a diestra y siniestra, sino también contra las jaurías de burócratas que, con toda impunidad, violan los derechos humanos. El plan de exterminio contra las “familias de inmigrantes”, desatado por Trump, es una declaración de guerra a la que debemos presentar frentes de lucha de todo tipo y a toda costa. Los niños y las niñas enjaulados no pueden defenderse y menos si encuentran otra forma de violencia agazapada en la indiferencia, la ignorancia y la apatía nuestras.

Fuente: https://rebelion.org/los-hijos-de-la-violencia/

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España: Los niños no son una fuente importante de transmisión del Covid-19

Los niños no son una fuente importante de transmisión del Covid-19

Un estudio llevado a cabo por Centro Colaborador Nacional de Métodos y Herramientas (NCCMT), organizado por la Universidad McMaster y financiado por la Agencia de Salud Pública de Canadá, ha confirmado que los niños no son una fuente importante de transmisión del Covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus.

«El resultado final hasta ahora es que es poco probable que los niños menores de 10 años generen brotes de Covid-19 en guarderías y escuelas y que, hasta la fecha, los adultos tenían muchas más probabilidades de ser transmisores de infección que los niños», han dicho los investigadores.

La revisión ha encontrado que entre los niños que estaban infectados, la transmisión se remonta a la comunidad y a los hogares o adultos, en lugar de entre los niños dentro de guarderías o escuelas, incluso en las jurisdicciones donde las escuelas permanecieron abiertas o han vuelto a abrir.

Asimismo, el trabajo ha evidenciado las brechas de género en el empleo entre mujeres y hombres han crecido durante la pandemia, y las mujeres más que los hombres experimentan menos horas y pérdidas de trabajo.

Las mujeres y las personas con mayores ingresos tienen más probabilidades de tener ocupaciones que podrían hacerse desde casa, y entre los padres que pueden trabajar desde casa, las madres redujeron sus horas de trabajo más que los padres, particularmente las madres de niños en edad escolar primaria.

«Reconocimos desde el principio que había una necesidad significativa de resumir la abrumadora cantidad de evidencia de investigación emergente en Covid-19, evaluar su calidad y distribuir ampliamente esa evidencia para apoyar la toma de decisiones de salud pública en Canadá», han zanjado.

Fuente: https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-ninos-no-son-fuente-importante-transmision-covid-19-20200730134547.html

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Resonancias de El Chavo del 8 en la niñez, educación y sociedad latinoamericana

Reseña:

Daniel Friedrich. Erica Colmenares. [Editores]

Nicolás Arata. Daniel Friedrich. Victoria Parra. Ana Paula Marques de Carvalho. Rita de Cássia Prazeres Frangella. Carlos Aguasaco. Limarys Caraballo. Erica Colmenares. Ernesto Treviño Ronzón. José Carbajal Romero. Dulce María Cabrera. [Autores de Capítulo]


ISBN 978-987-722-620-1
CLACSO. Teachers College. Columbia University.
Buenos Aires.
Julio de 2020

*Disponible sólo en versión digital: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20200716045739/el-chavo.pdf

Resonancias de El Chavo del 8 indaga en las imágenes sobre escolarización y niñez, latinoamericanidad y afectividad, medios de comunicación y clase, que emergen de las experiencias de visionado de la serie creada por el popular comediante Roberto Gómez Bolaño. Al explorar las conexiones entre los estudios de cultura visual y de curriculum transcultural, los ensayos que integran este volumen navegan en un espacio poético transnacional de convivencia con la cultura pop, de la que surgen nuevas vías de interpretación y formas de acercamiento al estudio de uno de los fenómenos globales producidos por la televisión latinoamericana. En efecto, no existen demasiadas instancias en las que un producto cultural se haya expandido a lo largo de toda Latinoamérica y más allá (El Chavo del 8 llegó a transmitirse en continentes tan alejados como Asia y África), dejando una huella que perduró durante décadas y entre generaciones. Este libro invita a una reflexión desde una perspectiva internacional y en clave rizomática en torno a las lecturas e interpretaciones de El Chavo del 8.
Fuente: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2214&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1408&orden=01
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América Latina y el Caribe: La recesión podría llevar a miles de niños a trabajar

Redacción: La Prensa Gráfica

La profundización del desempleo y de la pobreza en los hogares podría llevar hasta 326,000 niños y adolescentes a trabajar, según estimaciones de la OIT y la CEPAL.

El deterioro de las condiciones económicas de las familias en América Latina podrían provocar un incremento de entre 1 % y 3 % en el trabajo infantil, lo que significaría que entre 109,000 y 326,000 niños y adolescentes podrían ingresar al mercado laboral sumándose a los 10.5 millones que ya trabajo actualmente.

Una nota técnica publicada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que «la desaceleración de la producción, el desempleo, la baja cobertura de la protección social, la falta de acceso a seguridad social y los mayores niveles de pobreza son condiciones que favorecen el aumento del trabajo infantil».

En El Salvador, habían 101,921 niños y adolescentes de entre 5 y 17 años trabajando, según la Encuesta de Hogares de 2018, de estos 31,310 estaban por debajo de la edad mínima autorizada para trabajar y 70,611 eran considerados como trabajo peligroso. La nota señala que cuando la fuente de empleo son micro, pequeñas y medianas empresas (mipyme) hay mayor riesgo.

Este tipo de empresas son más vulnerables a la crisis sanitaria y económica, lo que se traduce en mayor riesgo de pérdida de empleo. El niño puede verse en la situación de tener que trabajar para buscar un ingreso complementario o incluso para sustituir parte del ingreso perdido.

En el caso de las familias que son propietarias de algún negocio, como microempresas, puede haber presión para que el niño realice el trabajo que antes hacía una persona asalariada a quien ya no alcanza para pagarle.

Por otra parte, donde ya existían condiciones de riesgo, como ingresos insuficientes y altos niveles de informalidad, existe la probabilidad que los niños y adolescentes se incorporen al trabajo en modalidades peligrosas.

«Las zonas rurales, donde existen mayores riesgos de trabajo infantil, se verán posteriormente afectadas por la crisis debido a las características de una menor interacción entre las personas y un menor dinamismo económico», dice la nota.

La OIT también publicó un informe junto al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sobre la relación entre el covid-19 y el trabajo infantil que consigna un aumento de un punto porcentual del nivel de pobreza puede implicar un aumento del 0.7 %, o más, del trabajo infantil.

«A medida que la pobreza aumenta, las escuelas cierran y la disponibilidad de los servicios sociales disminuye, más niños se ven empujados a trabajar. Cuando imaginamos el mundo después de la covid-19, debemos asegurarnos de que los niños y sus familias disponen de las herramientas necesarias para afrontar tormentas similares en el futuro. Una educación de calidad, servicios de protección social y mejores oportunidades económicas pueden cambiar las cosas», dijo la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.

El informe propone medidas como ampliar la protección social, facilitar la concesión de créditos, promover el trabajo decente para los adultos, facilitar el regreso de los niños a la escuela sin costos y disponer de más recursos para realizar inspecciones laborales.

«La protección social es fundamental en épocas de crisis, puesto que permite brindar asistencia a los más vulnerables», dijo Guy Ryder, director general de OIT.

https://www.laprensagrafica.com/economia/La-recesion-podria-llevar-a-miles-de-ninos-a-trabajar-20200620-0044.html

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Italia: Cuarentena por el coronavirus pasa factura a los niños

Redacción: Diario Las América

De los encuestados con niños de entre 6 y 18 años, el 71% informó que sus hijos también mostraban problemas de ansiedad y dificultad para respirar.

Una encuesta realizada en Italia sobre el impacto psicológico en los niños de las cuarentenas por el coronavirus cuantifica lo que muchos padres han observado estas semanas: los niños están más irritables, tienen problemas para dormir y, sobre todo los más pequeños, están llorando más e incluso retrocediendo en su desarrollo.

Esos síntomas fueron más pronunciados en familias donde los padres estaban particularmente estresados y en familias con familiares ancianos o con alto riesgo de enfermarse gravemente de COVID-19, de acuerdo con la encuesta nacional realizada por el Hospital Pediátrico Giannina Gaslini en Génova en conjunto con la Universidad de Génova.

El Ministerio de Salud de Italia publicó el martes los resultados de la encuesta anónima hecha a 6.800 personas que respondieron voluntariamente a un cuestionario en línea del 24 de marzo al 3 de abril. La fecha de inicio fue dos semanas después de que inició el confinamiento de 10 semanas en Italia, el primer país en Occidente a donde se sabe que llegó el virus.

Un niño anda en bici en un parque recién abierto después de varias semanas cerrado debido a la cuarentena por el coronavirus, el 4 de mayo de 2020 en Milán, Italia.

Entre aquellos con niños menores de 6 años, el 65% informó que sus hijos sufrieron problemas de comportamiento y regresión. Los problemas más comunes fueron aumento de la irritabilidad, problemas de sueño y ansiedad por separación. Algunos investigadores también informaron que sus hijos lloraron desconsolados.

. Los adolescentes tenían problemas particulares para conciliar el sueño y despertarse.

“La gravedad del comportamiento disfuncional en los niños se correlacionó de manera estadísticamente significativa con el grado de malestar experimentado por sus padres”, dijeron los investigadores.

Tal malestar incluyó mayor ansiedad, problemas para dormir y uso de productos farmacéuticos y fue más agudo en familias con niños y miembros de edad avanzada, dijeron los expertos.

La viceministra de Salud, Sandra Zampa, dijo que los resultados muestran que la cuarentena afectó de manera particular a los niños. Ahora que Italia está reanudando sus actividades, se les debe ayudar a recuperar una sensación de estabilidad y normalidad, agregó.

“El no permitirles ir a la escuela o ver a sus maestros y amigos, o correr o jugar en el parque con sus amigos sin duda los afecta”, dijo Zampa.

Ahora se debe ayudar a los niños a aprovechar la experiencia y emerger más fuertes, “sabiendo que pueden pelear y ganar incluso una batalla difícil como la que peleamos contra el coronavirus”, agregó.

Fuente: https://www.diariolasamericas.com/mundo/cuarentena-el-coronavirus-pasa-factura-los-ninos-n4201265

 

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