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Uruguay invierte 3.500 dólares al año por niño

Uruguay/19 0ctubre 2017/Fuente: El País

El país destina US$ 1.000 menos en los menores de tres años que en los otros niños.

El futuro de Uruguay mide, en promedio, menos que 1,50 y su peso no alcanza los 45 kilos. En los niños del presente se le va la vida al país del mañana, y aunque suene a cliché, los demógrafos insisten en que invertir en los más pequeños es crucial para una sociedad que sigue envejeciendo. El Estado gasta unos 3.500 dólares al año por cada uruguayo menor de 18 años, según un estudio de la Cepal y Unicef al que accedió El País. ¿Es suficiente?

Los más optimistas dirán que el gasto público social en la infancia significaba el 3,1% del PBI uruguayo a comienzos de los 90, y que a fines de 2013 alcanzó el 5,7%. De hecho, entre los años 2010 y 2013 este tipo de «gasto» aumentó 21%. Los más críticos, por su lado, afirmarán que la inversión específica en los menores de 18 años creció menos en relación al resto de la sociedad (el gasto público social general se acrecentó 25% en esos mismos cuatro años), y que los más bebés son los más desfavorecidos entre los niños.

El Estado uruguayo gasta 1.000 dólares menos en un menor de tres años que en los niños de edades superiores, revela el informe redactado por Maira Colacce, Pilar Manzi y Victoria Tenenbaum. Esta diferencia, según la investigación, está basada en el peso que tiene el rubro educación en la infancia. Mientras que la enseñanza es el 18% de todo el gasto público que el país destina a los más pequeños, en la edad escolar esa categoría significa el 57%.

La mayoría de los Estados, como Uruguay, vuelcan más esfuerzo en los niños grandes y adolescentes que en la primera infancia. La excepción son los países nórdicos, sobre todo Suecia, en que el énfasis está puesto en los menores de tres años.

Cada tanto circula alguna noticia de que los escandinavos han aumentado el tiempo de licencia para lactancia, o que los hombres también gozan de meses enteros para cuidar a los recién nacidos, que inauguran centros para bebés, que la atención médica es de última generación y que a veces llegan a invertir hasta el 3% del PBI solo en la protección social y la salud de los más pequeños.

«La opción que hacen los nórdicos por proteger a la primera infancia es una apuesta», explicó Gustavo De Armas, especialista en Políticas Sociales de Unicef. «Ellos están apuntando a la formación de capital humano: son economías pequeñas, competitivas y que buscan la sustentabilidad a largo plazo».

Un país con las características de Uruguay —con un quinto de los niños viviendo en hogares cuyos ingresos están por debajo de la línea de pobreza— tiene que hacer cosas «parecidas a las políticas implementadas por los escandinavos», dijo De Armas. «Al invertir en los niños, mejoran las trayectorias educativas, los trabajadores del mañana rinden más en menos tiempo, la población activa tiene más chances de soportar el gasto de los pasivos y el país puede desarrollarse».

Desde fines de los 80, cuando surgió la política de CAIF y se consolidó el Instituto Nacional del Menor, el Estado uruguayo viene apostado a herramientas destinadas a los niños y adolescentes. En la última década la inversión se acentuó, sobre todo por tres elementos: la reforma de la salud que incluyó a todos los menores de 18 años en el Fonasa, el cambio en las asignaciones familiares y el aumento de las partidas para la educación (en buena medida por las luchas sindicales), señalaron las autoras.

Pese a ese esfuerzo, el gasto en la infancia que hace Uruguay «está por debajo» de lo que invierten otros países de altos ingresos, señaló De Armas. Esto debe leerse, según el sociólogo, como que «el país todavía tiene margen para destinar recursos a esta población específica».

A la inversa, en los adultos mayores el Estado destina un poco más de lo que ocurre en países con renta similar. La tercera parte del gasto público social de Uruguay va a parar a los mayores de 65 años, gracias a un potente sistema de jubilación y asistencia.

Esto hace que el gasto social en Uruguay tenga, desde el punto de vista gráfico, la apariencia de la letra «U». Entre los menores de 18 años es el 23%, baja a partir de la edad universitaria, y vuelve a crecer entre los adultos mayores superando el 34%.

Entre los más veteranos, la asistencia social es lo que más hace inclinar la balanza. En los niños, sin embargo, la educación es la mitad del esfuerzo específico que hace la sociedad uruguaya. Le sigue, en base al monto, el dinero destinado a la salud (26% de lo invertido en menores de 18 años) y más atrás queda la asistencia social con el 14% (aquí tiene peso el INAU, y las transferencias que hacen Mides y BPS).

Todas las restantes categorías, que representan menos del 9% del gasto público social en la infancia, son bienes públicos (acceso al agua potable, bibliotecas, museos) o gastos ampliados (como pensiones a personas con discapacidad).

La buena noticia, según la Cepal, es que la inversión en educación (el rubro más significativo para la población estudiada) sigue creciendo. Y como la cantidad de niños se está reduciendo, el gasto público en la infancia seguirá aumentando.

Aquí algunos menores «pierden su infancia».

Noruega es el mejor país para ser niño. Eslovenia, Finlandia, los Países Bajos y Suecia completan el quinteto en que la infancia está menos amenazada. En el polo opuesto, los menores de 18 años la tienen muy complicada en Níger, Angola, Malí, República Centroafricana y Somalia. Así lo revela el informe 2017 de la ONG Save the Children, el que ubica a Uruguay en el puesto 74 entre 172 países. El estudio entiende que «algunos niños pierden su infancia» en países con indicadores como Uruguay; sobre todo por el alto porcentaje de embarazos en adolescentes.

El foco entre los que aún no pueden ir a votar.

Como cantaba Joan Manuel Serrat: «A menudo los hijos se nos parecen»; salvo por algunos derechos. Son los que viven en los hogares más desfavorecidos, los que tienen mayores índices de subalimentación y menos posibilidad de reclamos. Durante el último año, la pobreza osciló entre el 21% (en niños de 0 a 3 años) y el 16% (15 a 17 años). Y salvo por herramientas educativas, como los CAIF, los más pequeños suelen recibir pocas políticas específicas. La excepción es Uruguay Crece Contigo, que nació en 2012 y atendió 13.735 niños.

Fuente: http://www.elpais.com.uy/informacion/uruguay-invierte-dolares-ano-nino.html

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Más de 500 escuelas han sufrido ataques en seis meses, denuncia la ONU

Nigeria/16 de Octubre de 2017/Ecodiario

Más de 500 escuelas han sido atacadas en solo seis meses en países en conflicto, denunció el viernes ante el Consejo de Seguridad Virginia Gamba, representante especial de la ONU para los niños.

«En el transcurso de los últimos seis meses, más de 500 escuelas han sido atacadas», lo que significa que la cifra de 2016 -753 ataques dirigidos contra escuelas y hospitales en veinte países- puede ser superada a final de año, señaló.

Hace una semana, Virginia Gamba había sostenido que «los niños se han convertido en el combustible de los conflictos armados modernos», al presentar el informe anual de la ONU sobre los niños y los conflictos armados.

Entre abril y junio, 174 escuelas han sido blanco de ataques en República Democrática del Congo, la mayoría en la región de Kasai, precisó la responsable. Las escuelas han sido utilizadas con fines militares tanto por fuerzas gubernamentales como por fuerzas rebeldes en la mayoría de los conflictos que afectan a varios países, agregó.

Al relatar su emotivo testimonio delante del Consejo de Seguridad, Joy Bishara, una de las jóvenes estudiantes de Chibok, Nigeria, secuestradas en 2014 por el grupo yihadista Boko Haram y que logró escapar, imploró a los gobiernos «proteger las escuelas».

«Los gobiernos deben proteger las escuelas para que los estudiantes puedan estudiar y cambiar el mundo», dijo. «Si las escuelas no están protegidas, se van a perder generaciones. Si no están protegidas, si no se puede estudiar, todos esos sueños, esas esperanzas desaparecerán, y eso está dañando el futuro de los países», insistió.

Refugiada en la actualidad en Estados Unidos, Joy Bishara quiere convertirse en médica.

Fuente: http://ecodiario.eleconomista.es/internacional/noticias/8673353/10/17/Mas-de-500-escuelas-han-sufrido-ataques-en-seis-meses-denuncia-la-ONU.html

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Entrevista a Álvaro Bilbao «La aventura de educar en familia» con una conferencia sobre el uso de las nuevas tecnologías.

Por: Ecoportal/Nieves García Gálvez- Ibiza/13-10-2017

Neuropsicólogo y psicoterapeuta. ´Las nuevas tecnologías en el cerebro en desarrollo de nuestros hijos´ es el título de la conferencia que Álvaro Bilbao pronuncia el viernes a las 19.30 horas en el Palacio de Congresos de Santa Eulària en la séptima edición del ciclo ´La aventura de educar en familia´. El experto aboga por retrasar el uso de las nuevas tecnologías porque primero hay que enseñar al cerebro «a pensar, a estar atento, a imaginar».

NIEVES GARCÍA GÁLVEZ | IBIZA –¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en el desarrollo del cerebro de los niños?

-Lo primero que siempre digo es que las nuevas tecnologías son positivas para la sociedad y algo importante. Sin embargo, en el cerebro en desarrollo de los niños, y sobre todo de los más pequeños, están saliendo investigaciones que hablan de que su efecto puede ser negativo.

-¿En qué sentido?

-En primer lugar pueden reducir su capacidad de tener autocontrol. Las nuevas tecnologías, los videojuegos sobre todo o estar mirando cosas en Internet continuamente, hacen que el niño esté constantemente estimulado y tiene menos oportunidad de ejercer autocontrol, porque todo el control lo lleva la máquina. Otro efecto es que si los estímulos a los que está expuesto son muy intensos, muy rápidos, como en los videojuegos, el niño puede perder el interés por cosas que son un poco más lentas o menos intensas, como la maestra, la pizarra, un libro o jugar en la calle con los amigos; el niño se acostumbra a tener estímulos muy rápidos y cuando bajan de velocidad se empieza a aburrir.

-¿Hasta qué edad cree que los niños deberían estar alejados de móviles, tabletas u ordenadores?

-Sin lugar a dudas, y de acuerdo con la Sociedad Americana de Pediatría y la Clínica Mayo, hasta los tres años no deberían estar en contacto con estas tecnologías en ningún momento. Esa imagen que tenemos de un niño de un año o dos que no sabe hablar y que casi no anda pero que empieza a pasar el dedo por la tableta deberíamos borrarla de nuestra cultura porque los padres que tienen en mente que es positivo y muy beneficioso están muy equivocados; sabemos que es precisamente lo contrario.

-¿Y a partir de ahí?

-Yo voy un poco más allá. Creo que es importante que los niños pasen los seis primeros años de su vida sin tecnología porque es una edad muy importante en el desarrollo de la imaginación, que si no se desarrolla en esos años, luego cuesta mucho. Cuanto más tiempo pasan jugando a lo que llamamos el juego libre –que no va de la mano de otra persona o de un dispositivo o tecnología– mucho más desarrollan la imaginación. El aburrimiento es la madre de la imaginación y si el niño está constantemente entretenido no tiene tiempo para aburrirse ni para imaginarse o crear sus propios mundos donde jugar.

-¿Pero hoy en día es posible mantener a los niños lejos de la tecnología?

-Sí. Yo doy charlas en muchos sitios y hay muchos padres que desde hace tiempo lo tienen claro. A ver, es importante equilibrar. Yo no digo que vayas de vacaciones con el niño, hagas una foto con el móvil y por la noche no se la puedas enseñar, eso es ridículo, porque es bueno que vean fotos, les ayuda a construir su memoria. De la misma manera que es normal que le pongamos al teléfono a la abuela. Pero sí deberíamos limitar todo lo posible esos tiempos que el niño está tumbado en el sofá pasando el dedo por delante de la pantalla. Y se consigue con una palabra mágica que es ´no´.

-Esto va en contra de lo que se vende actualmente que los niños de hoy son nativos digitales…

-Esa frase en el fondo es un mito porque el mundo digital no es un idioma en sí mismo. Cuando el niño juega con un dispositivo no está activando las zonas del cerebro que tienen que ver con el lenguaje sino con el movimiento de la mano y la visión. Sí que es positivo enseñar programación, el tema de robótica, porque sí estamos enseñando a los niños ese lenguaje y estamos ayudándoles a pensar en otro idioma distinto. Pero que esté sentado jugando a un videojuego no quiere decir que sea nativo digital; a una señora de 70 años le das un iPad y en dos o tres días es capaz de enviar correos, whatsapps y buscar cosas en Internet porque es sencillo e intuitivo.

-¿Y que los niños demanden la tecnología desde muy temprano se debe a que es lo que ven en sus casas, en sus padres?

-Sí. Los niños tienen desarrolladas una serie de neuronas que se llaman neuronas espejo y lo que hacen es imitar todo lo que ven en los padres. Cuanto más tiempo pasan los padres delante del iPad es más fácil que el niño intente jugar con esa tecnología. También lo demandan mucho porque sus amigos lo tienen y porque es un estímulo muy interesante para ellos. Es como la Coca Cola: si se las das a un niño de tres años te pedirá al día siguiente y al otro, porque tiene mucha azúcar, cafeína, que le estimula y le encanta; pero que le encante no quiere decir que se la tengamos que dar todos los días porque es muy perjudicial para él.

-¿Pero existe alguna ventaja en el uso de las nuevas tecnologías en niños pequeños?

-No. Hay estudios que dicen que puede aumentar la velocidad de procesamiento, hacer que tenga una atención más rápida, pero son pocos, y hay tantos que van en dirección contraria de estos… Además, que tengan una atención más rápida no es necesariamente bueno: para ser pilotos de combate eso puede ser beneficioso, pero hoy en día lo que piden a los ejecutivos, a las personas mayores, es tener una atención más calmada, que te permita estar concentrado más tiempo. Y tener una atención más rápida también implica que el niño no sea capaz de esperar el tiempo suficiente para que aparezcan los estímulos que interesan.

-Pese a todo esto está de moda introducir pronto la tecnología en las escuelas con ordenadores, pizarras digitales. ¿Es acertado?

-Es distinto usar las nuevas tecnologías como soporte educativo a que el niño esté en casa sentado en el sofá. Yo defiendo que el niño no debe pasar la tarde en el sofá usando el iPad, que es mejor que esté aburriéndose, pintando, haciendo cosas que salgan de su cabeza, y no del ordenador. Aun así, hay estudios que dicen que un niño aprenderá matemáticas mucho antes jugando con unas cuentas, con garbanzos, que utilizando programas de ordenador que están diseñados para que aprenda.

-¿Por qué?

-Porque el cerebro une mucho la parte física y la parte cognitiva. Es decir, que maneja las dos partes y la del razonamiento está estrechamente ligada a la parte de la movilidad de la mano. Entonces, si el niño no tiene que hacer un movimiento de contar, de tocar, físicamente, es más difícil que aprenda todas estas cosas. Yo soy partidario de una metodología basada en el contacto físico con objetos, sobre todo los primeros años, como Montessori, a otra con el mejor dispositivo programado para estudiar matemáticas. Luego, más adelante, es maravilloso que estén en clase y que puedan estudiar por proyectos, hacer un trabajo sobre el descubrimiento de América y sean capaces de mirar en Internet.

-Precisamente hace unas semanas una noticia explicaba que la mayoría de los hijos de empleados de grandes empresas tecnológicas de Silicon Valley estudian en colegios sin ordenadores ni dispositivos electrónicos.

-Estos directivos llevan a sus niños a un colegio tipo Waldorf, donde no hay dispositivos electrónicos y aprenden todo de forma más tradicional. Es que con el hecho, por ejemplo, de algo tan sencillo como estar sentado a la mesa y no levantarte hasta que no terminas de comer se está cultivando la tolerancia a la frustración, el autocontrol, que es una de las capacidades cerebrales que más influye en determinada nota de Selectividad que sacará el niño 15 años más tarde. O sea que fíjate si esas cosas tradicionales son importantes. Ahora las estamos volviendo a poner en valor, pero durante mucho tiempo se ha pensado que ir más deprisa, que el niño aprenda a hablar siete idiomas con cinco años, es más beneficioso. Ahora sabemos que tienen que respetarse una serie de pasos.

-¿Y no es desaprovechar el potencial de la tecnología el introducirla más tarde?

-Desde mi punto de vista no, porque primero tenemos que enseñar al cerebro a pensar, a estar atento, a imaginar, y luego ya le podemos enseñar a dominar las herramientas que tiene a su disposición. Si introducimos las tecnologías demasiado pronto, el niño conseguirá conectar con ellas de una forma muy rápida pero se desconectará de otras cosas más importantes para su desarrollo.

-¿Qué claves daría a los padres para ayudar a desarrollar el potencial cerebral de sus hijos?

-Ir poco a poco, ayudar al cerebro a madurar a su propio ritmo y saber que su hijo dará los frutos en el momento que los tenga que dar.

Y algo muy importante que tienen que hacer cuando estén con los niños, independientemente de que les dejen la tableta a los tres, cuatro o cinco años, es enseñarles a tener autocontrol, tiempos limitados, para que cuando digan ´hasta aquí´, el niño sea capaz de soltarla sin gritar ni enfadarse. En eso los dispositivos electrónicos pueden ayudar. De hecho hay autores que dicen que es mejor que el niño empiece a utilizarlos a los tres años con reglas muy claras, entrenando el autocontrol, a que empiece con ocho o diez años y comenzar a entrenarlo ahí.

-Pero ese fijar tiempos se complica si los padres utilizan las tecnologías para que los niños estén entretenidos mientras ellos se ocupan de otras cosas…

-Efectivamente. Los dispositivos no solo son un refuerzo para los niños, sino un refuerzo enorme para los padres, porque los niños demandan en muchos momentos atención, cariño, que les hablemos… Como cuando hacemos un viaje largo en coche, ponen la televisión atrás y así el niño va tranquilo y el padre, relajado. Es importante también que el niño experimente la frustración, aprenda a dominarla, a aburrirse y a esperar que pase ese momento.

-Los padres se apoyan en esto…

-Es un refuerzo para los padres y esto es una de las cosas que ha hecho que la tecnología sea tan popular y esté tan extendido que los niños estén todo el día enchufados. Muchos padres se engañan porque dicen: ´No, yo dejo a mi hijo media hora´, y en realidad están conectados no solo a la tableta, teléfono móvil o videojuegos, sino a la televisión también dos o tres horas al día. Y sabemos que eso está relacionado con más probabilidades de tener déficit de atención, obesidad infantil, depresión infantil, problemas de conducta, y con más prevalencia de fracaso escolar.

Ecoportal.net

Diario de Ibiza

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Educación emocional en la infancia

Por: Raquel Aldana

Una adecuada gestión de las emociones permite al niño conocer por qué se siente así y reconocer que una situación concreta necesita atenciónLa infancia es el momento ideal para aprender a manejar los sentimientos y a saber cómo ponerlos en palabras.

La vida no solo nos duele a los adultos. Los niños también se estresan, se irritan y experimentan dolor. Ellos también se sienten desbordados por sus emociones y por sus pensamientos, ellos también tienen dificultades para permanecer en la estela de consecuencias emocionales de sus decisiones.

Por lo tanto, manejar las emociones no es una tarea exclusiva de los adultos, sino que es más bien la infancia el momento ideal para aprender a hacerlo. Por ello, podemos decir que la responsabilidad característica de los adultos es dar a los niños la opción de comprender y de abordar sus emociones de una manera adecuada.

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El desarrollo del lenguaje desempeña, sin duda, un importante papel en la regulación del comportamiento y de los pensamientos. Por ello, conversar y facilitar la expresión de sentimientos les ayudará a buscar y a poner las palabras adecuadas a sus experiencias emocionales. Es esencial que cada día les preguntemos cómo se han sentido, que les ayudemos a conducir sus pensamientos y a reflexionar sobre sus vivencias.
Convertir las emociones y los sentimientos en temas de conversación cotidianos.
El desarrollo del lenguaje desempeña, sin duda, un importante papel en la regulación del comportamiento y de los pensamientos. Por ello, conversar y facilitar la expresión de sentimientos les ayudará a buscar y a poner las palabras adecuadas a sus experiencias emocionales. Es esencial que cada día les preguntemos cómo se han sentido, que les ayudemos a conducir sus pensamientos y a reflexionar sobre sus vivencias.
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y que les permitan recapacitar sobre ellas. Esto potencia el proceso de maduración y hace que las estrategias de comprensión y regulación proporcionadas sean útiles, lúdicas y divertidas. El aprendizaje es mucho más significativo cuando se pone en práctica mediante el juego.
Hacer uso de libros, cuentos, juegos y vídeos que hablen de emociones
y que les permitan recapacitar sobre ellas. Esto potencia el proceso de maduración y hace que las estrategias de comprensión y regulación proporcionadas sean útiles, lúdicas y divertidas. El aprendizaje es mucho más significativo cuando se pone en práctica mediante el juego.
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ocurridos y de los sentimientos que nos embargan en estas situaciones. Los celos o la envidia son sentimientos de los que debemos hablar con los niños. El objetivo será mostrarles que no los convierten en «malos» y que, lejos de lo que pueda parecer, es habitual que niños y adultos los sintamos, por lo que lo importante es que aprendan a gestionarlos de manera adecuada y no dañina.
Es esencial que el entorno más cercano del niño promueva la costumbre de hablar de los conflictos
ocurridos y de los sentimientos que nos embargan en estas situaciones. Los celos o la envidia son sentimientos de los que debemos hablar con los niños. El objetivo será mostrarles que no los convierten en «malos» y que, lejos de lo que pueda parecer, es habitual que niños y adultos los sintamos, por lo que lo importante es que aprendan a gestionarlos de manera adecuada y no dañina.
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El enfado o la tristeza son emociones que tienen una función y negarlas o castigarlas no solo es perjudicial, sino también antinatural. ¿Cuántas veces le hemos dicho a un niño «no llores» o «no estés triste» cuando algo le apena? ¿Cuántas veces les decimos a los niños que no se enfaden cuando lo que ellos están percibiendo es una injusticia como, por ejemplo, que le han quitado un juguete? Reprimir o castigar una emoción no es la vía para ayudar a canalizarla; en esos momentos de tensión, lo que tenemos que hacer es proporcionarles un modelo adecuado de comprensión y control emocional.
Las emociones negativas no son demonios que tengamos que erradicar.
El enfado o la tristeza son emociones que tienen una función y negarlas o castigarlas no solo es perjudicial, sino también antinatural. ¿Cuántas veces le hemos dicho a un niño «no llores» o «no estés triste» cuando algo le apena? ¿Cuántas veces les decimos a los niños que no se enfaden cuando lo que ellos están percibiendo es una injusticia como, por ejemplo, que le han quitado un juguete? Reprimir o castigar una emoción no es la vía para ayudar a canalizarla; en esos momentos de tensión, lo que tenemos que hacer es proporcionarles un modelo adecuado de comprensión y control emocional.
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. Para conseguirlo, debemos saber que la conciencia sobre las emociones propias y las ajenas evoluciona a lo largo del desarrollo infantil de una manera particular en cada caso. En términos generales, podemos hablar de que a la edad de 2 a 5 años, los niños deben aprender a diferenciar y comunicar emociones básicas como la alegría, la tristeza, el enfado o el miedo. Sin embargo, en este período aún pueden fracasar a la hora de identificar la sorpresa. Será entre los 6 y los 12 años cuando los niños aprendan a analizar sus propias emociones y a ser más conscientes de las sensaciones corporales que las acompañan, lo cual contribuye a que convivan con la realidad de una manera mucho más rica y ajustada.
Ajustarnos a la edad del niño es clave para favorecer la compresión y expresión de las emociones
. Para conseguirlo, debemos saber que la conciencia sobre las emociones propias y las ajenas evoluciona a lo largo del desarrollo infantil de una manera particular en cada caso. En términos generales, podemos hablar de que a la edad de 2 a 5 años, los niños deben aprender a diferenciar y comunicar emociones básicas como la alegría, la tristeza, el enfado o el miedo. Sin embargo, en este período aún pueden fracasar a la hora de identificar la sorpresa. Será entre los 6 y los 12 años cuando los niños aprendan a analizar sus propias emociones y a ser más conscientes de las sensaciones corporales que las acompañan, lo cual contribuye a que convivan con la realidad de una manera mucho más rica y ajustada.

¿Por qué? La respuesta es sencilla. Es más fácil educar niños fuertes que ayudarles a curar las heridas de una incorrecta gestión emocional cuando son adultos. Por eso, enseñarles a utilizar herramientas para que aprendan a gestionar sus emociones debe ser una prioridad. Pensemos que la consecuencia de que esto no sea así dibuja un horizonte de niños y adultos desbordados por emociones que no se saben manejar con la habilidad y la delicadeza necesarias para un desarrollo adecuado.

El enfado y la tristeza son emociones con una función y negarlas es perjudicial y antinatural

La conciencia emocional.

Claves para desarrollar la conciencia emocional en los niños

Potenciar la conciencia emocional en edades tempranas favorece el desarrollo de la capacidad de considerar y comprender al otro, pero también de conocerse, autorregularse y formar vínculos.

Los primeros pasos

No basta con lograr que un niño sea consciente y comprenda sus emociones, sino que también está en nuestras manos propiciar que aprendan a regular y a controlar sus reacciones, tanto de manera individual como en conjunción con los demás.

Este proceso de regulación emocional es una tarea pendiente en muchos casos. Para enseñar a los niños a controlar su enfado o a hablar de la tristeza, no hay nada tan eficaz como ofrecerles un buen ejemplo. Esto tiene múltiples implicaciones y nos obliga a hacer un examen crítico de nuestros comportamientos. ¿Realmente somos un buen modelo de gestión de las emociones? ¿Creemos que lo que les decimos que hagan cuando están enfadados es lo mismo que hacemos nosotros cuando algo nos molesta? Este tipo de preguntas son una invitación a la reflexión.

Una de las asignaturas pendientes que tenemos como sociedad es enseñar a los pequeños que las emociones desagradables, como la tristeza o el enfado, no deben ser ignoradas u ocultadas. En nuestro entorno algunas veces incluso se promueve la vergüenza hacia ellas («eres un llorica»). El desarrollo de una adecuada comprensión permite al niño conocer la razón que le lleva a sentirse como lo hace y, por lo tanto, notará que la situación es trascendental y que requiere atención.

Es importante que padres, familiares cercanos y educadores sepamos cómo manejar las distintas etapas del desarrollo emocional que atraviesa cada niño. El resultado de este esfuerzo merece la pena, pues así logramos niños más tranquilos y emocionalmente equilibrados. Pensemos que construir niños felices y con más habilidades emocionales se asocia de manera significativa a la plenitud y al éxito en la vida. Esto es algo que no podemos permitirnos olvidar tanto por nosotros como por ellos.

Fuente: http://www.larioja.com/culturas/educacion-emocional-infancia-20171010005942-ntvo.html

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Venezuela: Acnur denuncia que la mitad de refugiados en el mundo son niños

Venezuela/09 de Octubre de 2017/Telesur

Tras un encuentro anual entre representantes de 150 países, organizaciones internacionales y ONG, miembros de la Acnur denunciaron que los niños representan más de la mitad del número de refugiados.
 La Agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los refugiados (Acnur), denunció este jueves que el número de niños refugiados aumentó a nivel mundial y representan a más de la mitad de las víctimas de los conflictos.

El responsable de protección de Acnur, Volker Turk, declaró frente a los miembros del Comité Ejecutivo que los niños refugiados también son víctimas de violencia, persecución y discriminación, tras abandonar su país de origen para salvar sus vidas.

Durante su discurso, el funcionario abarcó la situación actual de la protección de refugiados, al tiempo que informó sobre los procesos de solicitantes de asilo, desplazados internos y apátridas, que son parte de las responsabilidades de la agencia para refugiados.

Turk indicó que existen 22,5 millones de refugiados en la actualidad alrededor de todo el mundo, cifra que critica el funcionario.

«Temas muy sensibles se sacan del bolsillo para ganar votos, para desinformar y crear chivos expiatorios, generalmente de una manera que deshumaniza y genera divisiones», declaró Turk.

El representante de la Acnur reiteró la denuncia de las continuas violaciones de los derechos humanos a los refugiados ante 150 representantes de gobiernos, organizaciones internacionales y ONG que participan en la reunión anual de Acnur.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/Acnur-denuncia-que-la-mitad-de-refugiados-en-el-mundo-son-ninos-20171005-0031.html

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La inversión en la infancia debe estar al centro de los esfuerzos de reconstrucción, señala UNICEF

04 de octubre de 2017 / Fuente: https://www.unicef.org/

• Siete millones de niños viven en zonas en necesidad de inversión para la reconstrucción.
• Salud, educación y vivienda para las familias afectadas deben ser prioridad para la inversión.
• Daños a infraestructura educativa podrían ascender a más de 13 mil millones de pesos (Gobierno Federal).

UNICEF hace un llamado para que la inversión pública y privada de reconstrucción coloque y mantenga al centro de las prioridades nacionales a la población infantil afectada por los terremotos de 7 y del 19 de septiembre, particularmente en lo referente a salud física y emocional, educación y vivienda para familias afectadas.

“Los siete millones de niños que viven en las zonas peor afectadas de Chiapas, la Ciudad de México, Morelos, Oaxaca y Puebla, especialmente los más vulnerables debido a la pérdida de sus hogares y escuelas, deben estar al centro de las discusiones presupuestarias que enfrenta el país,” señaló Christian Skoog, Representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, en México.

“En situaciones de emergencia las niñas, niños y adolescentes tienen necesidades especiales en cuanto a alimentación, salud, higiene, educación y apoyo psico-social que, de no ser atendidas tanto puntualmente como a largo plazo, pueden acarrear consecuencias muy graves para sus vidas y para la sociedad”, enfatizó Skoog.

“México enfrenta un reto de reconstrucción con implicaciones presupuestarias importantes y, en este contexto, UNICEF le pide al país que brinde cuidadosa y sistemática consideración a las necesidades de la infancia y adolescencia en la toma de decisiones de reconstrucción, particularmente en lo referente a presupuestos fiscales. El bienestar de niñas, niños y adolescentes debe ser una consideración central a la hora de priorizar el apoyo a familias afectadas. Por ejemplo, las familias con niños o con mayor número de ellos, o los hogares encabezados por mujeres, deben recibir consideración especial y apoyo acorde”, concluyó Skoog.

México, como país que ha ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y que cuenta con una Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, se ha comprometido formalmente a tomar todas las medidas legislativas y administrativas necesarias para garantizar los derechos de la infancia.

Este compromiso tiene implicaciones en lo referente a políticas económicas y sociales y, por consiguiente, en la asignación de los recursos financieros del país tanto a nivel federal como estatal e independientemente de si se trata de situaciones ordinarias o de respuesta ante una emergencia.

De acuerdo con la Constitución de México, todas las decisiones del gobierno que afecten a la infancia del país deben velar por el interés superior de niños, niñas y adolescentes.

En este marco, las decisiones presupuestarias vinculadas a la reconstrucción de las zonas afectadas por los recientes terremotos deben garantizar el cumplimiento integral de los derechos de los niños en cuanto a salud, educación y vivienda para familias afectadas, sin olvidar otros derechos fundamentales como la protección contra la violencia, el abuso y la explotación infantil.

En un contexto de post-emergencia, es prioritario no solo ajustar sino también acelerar la inversión dirigida a la infancia para que el país alcance, como pautado, sus objetivos de crecimiento económico y bienestar social a largo plazo, indica UNICEF.

Fuente noticia: https://www.unicef.org/spanish/media/media_100957.html

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Estados Unidos: Millones de niños van a la escuela pero no aprenden, afirma el Banco Mundial

Estados Unidos/02 de Octubre de 2017/El Carabobeño

Millones de niños en el planeta van a la escuela, pero no aprenden ni siquiera lo básico para escapar de la pobreza, afirma el Banco Mundial, al advertir de una “crisis de aprendizaje” en la educación global que acentúa la desigualdad social.

Aunque en muchos casos completan la educación primaria e incluso secundaria, los estudiantes no logran calcular el cambio correcto cuando compran algo, no pueden comprender una receta médica o interpretar una campaña publicitaria, según un informe del BM publicado el martes.

La escolarización sin aprendizaje no solo es una oportunidad perdida en términos de desarrollo, sino una enorme injusticia para millones de personas en países de ingresos medios y bajos, concluye la institución en el reporte “Aprender a cumplir la promesa de la educación”, en el que insta a tomar medidas urgentes.

“Esta crisis de aprendizaje es una crisis moral y económica”, dice el presidente del BM Jim Yong Kim, al señalar que los beneficios de la educación en términos de mejores ingresos y mejor salud, dependen del aprendizaje.

“La escolarización sin aprendizaje es una oportunidad desperdiciada. Más que eso, es una gran injusticia”, añade.

El reporte, que sugiere líneas de acción para superar estas deficiencias, señala con preocupación que esta crisis de aprendizaje está ampliando las brechas sociales en lugar de reducirlas.

Según el BM, “los jóvenes que ya están en desventaja debido a la pobreza, los conflictos, a su género o una discapacidad alcanzan la edad adulta sin las habilidades más básicas”.

Nicaragua, Uruguay, Brasil

El estudio cita fallos de alfabetización en Kenia, Tanzania y Uganda, donde tres cuartos de los escolares de tercer grado leían una frase sencilla, pero no la entendían. O de la India rural, donde en quinto de primaria la mitad no podía restar correctamente 46 – 17.

También menciona preocupantes realidades en Latinoamérica. En Nicaragua, dice, solo la mitad de los escolares de tercer año sumaban correctamente 5 + 6. En Uruguay, los niños pobres de sexto grado son evaluados como “no competentes” en matemáticas, cinco veces más que los niños ricos.

Y en Brasil, a pesar de mejoras educativas, el estudio advierte que al ritmo actual llevaría unos 75 años alcanzar el promedio de los países ricos en matemáticas. En lectura, se necesitarían 263 años.

Según los indicadores internacionales de lectura, matemática y escritura, las calificaciones del estudiante promedio en un país pobre son inferiores a las del 95% de los alumnos de los países de ingresos altos.

Esto supone que muchos estudiantes de alto desempeño en países de ingresos bajos y medios se ubicarían en los niveles inferiores en un país más rico.

Estas estadísticas no tienen en cuenta, además, a los 260 millones de niños en todo el mundo que directamente no van a la escuela.

 “Prioridad nacional”

Sin embargo, “cuando los países hacen del ‘aprendizaje para todos’ una prioridad nacional, las normas de educación pueden mejorar dramáticamente”, apunta el informe.

Como ejemplo, recuerda que Corea del Sur tenía una tasa de alfabetización extremadamente baja a principios de los años 1950, pero a través de un programa de alta calidad en educación primaria y secundaria creado en 1995 logró que los jóvenes obtuvieran las mejores calificaciones internacionales en los últimos años.

Vietnam tiene otro caso exitoso: en 2012, estudiantes de secundaria lograron el mismo nivel en matemáticas, ciencia y lectura que sus pares de Alemania en las pruebas PISA de la OCDE.

También menciona el caso de Perú, atribuyendo los buenos resultados de aprendizaje general entre 2009 y 2015 a la “acción política concertada” sobre la educación.

El informe sugiere tres recomendaciones.

Primero, las naciones deben medir el aprendizaje para poder identificar problemas y marcar objetivos claros.

Segundo, los países deben hacer atractivas las escuelas, con profesores bien formados y motivados, tecnologías adecuadas y una buena gestión.

Tercero, generar conciencia social sobre la importancia del aprendizaje, de manera de crear la voluntad política necesaria para lograr cambios en la educación, que deben involucrar a la comunidad.

“Una reforma de la educación es urgentemente necesaria y requiere persistencia, así como la alineación política del gobierno, los medios de comunicación, los empresarios, los maestros, los padres y los estudiantes. Todos tienen que valorar y exigir un mejor aprendizaje”, concluye el peruano Jaime Saavedra, director senior de educación del BM.

Fuente: https://www.el-carabobeno.com/millones-ninos-van-la-escuela-no-aprenden-afirma-banco-mundial/

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