México / 9 de junio de 2019 / Autor: Betty Zanolli / Fuente: El Sol de México
II. Del porfiriato al diazordacismo
Al inicio 1870, el 72% de las escuelas -sobre todo a nivel superior- tenía financiamiento público, el 65% del cual procedía de los municipios. Sin embargo, las dificultades económicas que estos enfrentaron, pese a los esfuerzos realizados por el entonces ministro de Justicia e Instrucción, Joaquín Baranda -el promotor en 1885 de la Escuela Normal de Profesores y en 1888 de la Ley de Instrucción Obligatoria-, imposibilitaron poder contar con un eficiente sistema educativo nacional.
La llegada de Justo Sierra como subsecretario de Instrucción Pública dará un vuelco al panorama educativo. En 1905 es nombrado ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes y desde allí proyecta un nuevo sistema educativo para transformar a la población “en un pueblo, en una democracia”. Su base: la educación primaria, su cumbre: la universidad y septiembre de 1910: uno de los meses más importantes para la historia de la cultura mexicana, al ser inaugurada el 22 de dicho mes, en el Anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), la Universidad Nacional de México (UNM) con motivo de la celebración del Primer Centenario de la Independencia de México y en cumplimiento al decreto de su Ley Constitutiva promulgado en mayo de dicho año por el presidente Porfirio Díaz. El organismo naciente reuniría a la ENP con las Escuelas Nacionales de Jurisprudencia, Medicina, Ingenieros, Bellas Artes y de Altos Estudios (art. 2º) y su objetivo primordial sería realizar la obra de la educación nacional (art. 1º).
Más tarde, la Carta Magna de 1917 refrendará el carácter libre de la educación estatuido por la Constitución de 1857, elevando además a rango constitucional su gratuidad y laicidad. En 1920 el presidente Adolfo de la Huerta designa Rector de la Universidad a José Vasconcelos, quien desde su seno habrá de proponer la creación de una Secretaría de Instrucción Pública encargada de implementar programas de educación a nivel nacional. Proyecto que se materializará al fundar Álvaro Obregón la Secretaría de Educación Pública y ser nombrado él su titular, desde la que promovería entre 1921 y 1924 la primera gran reforma educativa del siglo XX en nuestro país, en gran parte sustentada en la consolidación de una identidad cultural nacional. Por algo entre sus principales colaboradores contaba con personajes como Jaime Torres Bodet, Adolfo Best, Ezequiel A. Chávez, Pedro Henríquez Ureña, Gabriela Mistral y Julián Carrillo. Una de sus principales tareas: la alfabetización del pueblo mexicano mediante misiones culturales, considerando que todo aquél que supiera leer debería convertirse en maestro. “Cruzada contra la ignorancia” que se convertiría en uno de los ejes educativos para el resto de la centuria.
En 1925 la Normal es transformada en Escuela Nacional de Maestros, convirtiéndose en un prolífico centro profesional académico. Lamentablemente, no tardarán los avatares políticos del país en dejarse sentir. Asesinado Obregón, México está al borde de la guerra civil. Emilio Portes Gil es nombrado presidente substituto y Vasconcelos contiende como aspirante a la presidencia pero no logra su objetivo. En la UNM, por su parte, desde 1927 se incoa un anhelo autonomista que poco a poco ve incrementar su vis política. En 1929 los conflictos entre el rector Antonio Castro Leal y la Confederación de Estudiantes Universitarios son insostenibles. El 22 de mayo Portes Gil propone otorgar la autonomía universitaria y el 10 de julio promulga la Ley Orgánica que dará nacimiento a la Universidad Nacional Autónoma de México.
Meses después, con Lázaro Cárdenas en la presidencia, el marco jurídico educativo constitucional toma por rumbo la vía socialista, algo de lo que ya se hablaba desde los tiempos obregonistas. El nuevo proyecto, anticlerical, antiimperialista y a favor de los desposeídos, se sustentará en la alfabetización indígena y en considerar a la escuela como un proceso de producción nacional a fin de alcanzar una sociedad igualitaria. En 1936 es fundado el Instituto Politécnico Nacional y Cárdenas se promueve el reparto de libros por el Estado entre los alumnos de escuelas urbanas y rurales. Obras como Simiente pretenderán hacer de los maestros promotores de la democracia y de los infantes, futuros agentes de cambio.
A partir del régimen ávilacamachista, la política educativa se “modera” mientras la matrícula escolar se dispara, sin que las oportunidades de acceso a la instrucción puedan crecer en la misma proporción. Será gracias al impulso de Torres Bodet, Martín Luis Guzmán y René Avilés Rojas que, durante el sexenio de Adolfo López Mateos, se elaboren los libros de texto gratuitos que por décadas formarán a generaciones de mexicanos. No obstante, las principales reformas curriculares tendrán lugar entre 1964 y 1970: bachillerato único, normales para la capacitación industrial y agropecuaria y creación del sistema de telesecundaria. Avances educativos del diazordacismo que la tragedia social en que desembocó el movimiento estudiantil de 1968 eclipsó.
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https://www.elsoldemexico.com.mx/analisis/tres-tiempos-de-la-educacion-mexicana-3640464.html
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https://rosalvamartinez.webnode.es/historia-de-la-educacion-en-mexico/
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