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Enseñar lo invisible

Por: Bea Espejo 

Pedagogías Invisibles trabaja desde una postura crítica y feminista para favorecer una alternativa a la educación en arte: la disruptiva

Hacen visibles los aprendizajes que suceden de modo invisible, esos conocimientos que no son explícitos y que incorporamos de manera inconsciente, con un gran aliado: el arte contemporáneo. Pedagogías Invisibleses uno de los proyectos sobre educación más celebrados del contexto español. Nació en 2008 como un grupo de investigación en el contexto universitario, en el departamento de didáctica de la facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, y con profesionales como María Acaso al frente. En diez años le ha dado la vuelta a la idea de educación asociada al arte. Apuestan por procesos de aprendizaje no formales o informales, por una pedagogía disruptiva, crítica, bajo una organización feminista.

El nombre define a este grupo de 15 personas. Por un lado, por ese femenino plural, y por otro, porque alude a la base de su práctica: transformar prácticas, modos de hacer y contenidos. “La forma en la que está organizada la construcción de conocimiento tiene mucho que ver con las pedagogías invisibles de las que nosotras hablamos. A través de ellas, asimilamos inconscientemente unas estructuras de poder. También nos inquieta la forma de evaluación y cómo ésta gestiona nuestras vidas. Siempre marcan nuestro destino dejando siempre a un lado nuestras capacidades y cualidades adquiridas a través del autoaprendizaje o de cualquier otro proceso que se sitúe al margen del sistema educativo formal”, explican.

Pedagogías Invisibles diseña, gestiona e implementa programas educativos en instituciones culturales. Entienden los espacios artísticos como lugares en los que el aprendizaje es posible de diferentes maneras, con diferentes personas y donde poder experimentar con formatos y metodologías que transformen la educación. No se trata de “educación” al uso, sino de un planteamiento crítico. Se trata de pensar la función social de la exposición y los sistemas de presentación del arte. Esta función social no aparece sólo al abordar temas “sociales”, sino que es en la definición del marco de presentación de arte donde podemos encontrarla. Añadir esta capa de valor educativo a la presentación artística implica cambios importantes en todos los estamentos del contexto artístico. Fundamental para cualquier avance.

Dicen que viven en el constante conflicto regenerativo desde las cuatro líneas sobre las que trabajan: mediación cultural, formación de profesorado, investigación y comisariado, y organización de eventos educativos. En diez años han dado un paso de gigante aunque, dicen, queda mucho por hacer, sobre todo en relación a males sistémicos: la precariedad y la falta de definición de la profesión. De todo ello hablamos con el colectivo, que prefiere hablar de modo coral, con una sola voz.

La mediación es uno de los temas de moda ahora mismo. ¿Qué es y qué implica?

Hablar de mediación implica muchas capas. Por un lado, es un término que se adopta del mundo anglosajón que se comienza a utilizar para hablar de las prácticas educativas que se realizan en centros de arte y que sin embargo en España es un término que viene del trabajo social, por eso en sí mismo es un término que implica muchos matices. Dentro de las prácticas situadas en museos, hay múltiples enfoques y modos de hacer. Algunas son bastante tradicionales como la “visita guiada”, que al ponerle la etiqueta de “mediación cultural” parece que es algo actualizado, cuando en realidad continúa siendo una metodología de transmisión de conocimiento jerárquico y vertical. Por eso solo podemos contestar a esta pregunta situándola en nuestra propia práctica. Para nosotras lo más importante de este término es todo aquello referido a la educación y también a entenderse como un espacio “entre”. Nuestros proyectos se sitúan entre el arte y la educación, es decir, en un terreno híbrido.

¿Es el arte un lenguaje difícil?

El lenguaje artístico no es más fácil o difícil que otros lenguajes, lo que sucede es que no somos educados en él. Como cualquier otro lenguaje tiene sus estrategias sintácticas, retóricas. Se pueden articular obras más o menos complejas, más autorreferenciales o más conectadas con lo cotidiano. Pero esto mismo lo podemos decir de un texto escrito. Lo que sucede con la producción artística es que sigue encontrándose con muchos prejuicios y expectativas: la inercia de siglos de “arte=pintura=mímesis”, el prejuicio de la pericia técnica (o “eso lo hago yo”), la identificación entre arte y belleza, la supuesta inmediatez de lo visual… Así se da la paradoja de que mientras, a nivel general, nos resulta mucho más fácil leer literatura contemporánea o escuchar música de nuestro tiempo, nos acercamos con más “comodidad” a “obras clásicas” que al arte contemporáneo: no sentimos que tengamos las herramientas para abordarlo (desconocimiento del lenguaje artístico) ni está presente en nuestra cotidianeidad, no es familiar (como puede hacerlo la música). Por ello es fundamental la educación artística.

¿Qué es una pedagogía invisible?

Es todo aquello que está afectando en nuestro aprendizaje o construcción de conocimiento pero que no tenemos en cuenta de forma consciente. Esos elementos invisibles pueden ir desde cómo está construida la arquitectura pedagógica de un espacio educativo (si hay mesas y sillas, cómo están situadas, cómo son o cómo esa organización responde a una situación de poder) hasta no mencionar un dato concreto como, por ejemplo, que los antiguos egipcios eran de raza negra, pasando por el tono de voz o el lenguaje no verbal que utilizamos (por ejemplo, todos hemos aprendido que cuando una profesora cierra la puerta significa que empieza la clase). Como educadores, en muchas ocasiones, no nos paramos a reflexionar sobre estas cuestiones que participan al mismo nivel del acto educativo que el contenido concreto que queramos trabajar. Por eso es fundamental tener un pensamiento crítico ante ellas.

¿Son una alternativa a la educación tradicional?

No buscamos tanto ser una alternativa a la educación formal, como fomentar, y ser parte, de una educación formal alternativa. Somos muy conscientes de que los modelos vigentes para la educación formal ya están obsoletos e impulsamos acciones, proyectos, modelos y estrategias a través del arte contemporáneo que se infiltren en las estructuras formales (regladas-tradicionales) y catalicen un cambio de paradigma en el sistema educativo. Evidentemente nuestras formas de actuar dentro de la educación formal exploran cauces no tradicionales dentro la educación pero son habituales, en cambio, en el ámbito del arte. Nos interrogamos sobre el hecho educativo y cuáles son sus vías de legitimación; esa es una cuestión sobre la que queremos actuar y ofrecer alternativas: ¿cómo formalizar la legitimación del aprendizaje? La respuesta que dan los modelos reglados tradicionales está totalmente obsoleta y no se adecua a cómo entendemos los procesos de enseñanza aprendizaje. Así que, en ese sentido, es por donde va nuestra voluntad de “ser alternativa”.

¿Para qué instituciones culturales trabajan?

Podríamos decir que trabajamos para nosotras, en el sentido de que hacemos los proyectos que queremos hacer. Algunos porque nos aportan conceptualmente, otros porque están bien pagados y, los menos, por ambas cosas. Tanto con el Ayuntamiento de Madrid con el que desarrollamos el proyecto Levadura(residencias de artistas en centros de primaria) como con la Comunidad de Madrid, con quien desarrollamos los programas educativos de la Sala Alcalá 31 y el Museo Picasso-Colección Eugenio Arias de Buitrago de Lozoya, llevamos varios años trabajando. También trabajamos para fundaciones privadas y hemos solicitado becas y ayudas para desarrollar proyectos que necesitábamos hacer. Pero pensamos que, sobre todo, trabajamos para la gente. Nuestro trabajo tiene sentido porque ponemos en relación conocimientos, personas y procesos participativos.

Actividad en el Museo Picasso-Colección Eugenio Arias de Buitrago de Lozoya.
Actividad en el Museo Picasso-Colección Eugenio Arias de Buitrago de Lozoya. GUILLERMO GUMIEL

Destaquen tres proyectos que provocaran un paso adelante.

Si pensamos en hitos en nuestra evolución hay que hablar del primer proyecto que desarrollamos en Matadero Madrid en 2011, para la sala Abierto x Obras, en el que decidimos crear espacios de aprendizaje intergeneracional con un programa de talleres en el que invitábamos a todo el mundo a que viniera con quien quisiera buscando así una forma de aprendizaje entre generaciones a través de la metodología de las “grandes preguntas” (preguntas ambiguas y abiertas a las que todo el mundo, da igual edad o condición, tiene algo que aportar) y la experiencia de pequeñas acciones que proponíamos al grupo. En 2014 fue cuando algunas de nosotras decidimos dedicarnos en cuerpo y alma a Pedagogías Invisibles. Hoy en día estamos en un cambio de modelo que no sabemos muy bien hacia dónde nos llevará. Sí que hemos equilibrado los proyectos autofinanciados y los que vienen con financiación externa. Solo podemos hacerlo con algunas de nuestras líneas de trabajo pero nos ayuda a ser más estables y sostenibles, aunque eso signifique dedicar más tiempo a la comunicación y gestión de los proyectos. Aún así tenemos todas la necesidad de crecer un poco más pero aún estamos decidiendo hacia dónde. El proyecto Campamentos Desobedientes es un ejemplo.

¿Existe, en temas de mediación, una conexión e intercambio con proyectos internacionales?

Gracias a los encuentros que hemos coordinado en los últimos 3 años en ARCO hemos comenzado a estar más en contacto con otras iniciativas parecidas a las nuestras o con las que nos sentimos primas hermanas. En ARCO Colombia conocimos a muchos compañeros como Nicolas Paris o La Agencia, Monica Hoff en Brasil, Gila Kolb y Node-Center en Alemania. Por mencionar a algunos.

¿Cuál es vuestro mayor objetivo?

En una frase podríamos decir que queremos fomentar la justicia social y nuestro medio de acción es el arte y la educación. Por ello promovemos un paradigma educativo con nuevos formatos, estrategias y contenidos que vienen de la transformación de las pedagogías invisibles y del uso de las estrategias y procesos del arte contemporáneo.

Haced un diagnostico sobre la educación artística hoy. ¿Qué hay que celebrar y qué hay que mejorar?

Tenemos que celebrar que la educación artística hoy está en revisión, durante muchos años ha estado dentro de un paradigma tradicional donde se asemejaba la educación artística a un proceso de pura manualidad, sin reflexión, y un estética escolar de cartulinas de colores, muy alejada del pensamiento crítico, y de prácticas horizontales y colaborativas. Afortunadamente todo esto está dando un giro, y se está posicionando como un desarrollo intelectual, complejo y fundamental para nuestro desarrollo. Sin duda una de las cuestiones que hay que mejorar son los imaginarios que existen sobre la educación artística y que la desplazan de lo que es: análisis y producción de conocimiento. En la educación formal hay que esperar a niveles de especialización (grados universitarios) para que la educación artística sea tomada “en serio”; es demasiado tarde. Además, en ese momento parece que la educación artística corresponda a quienes quieren ser artistas, y esto para nosotras es un gran error. Es fundamental entender el arte como una forma de pensar y no una forma de “hacer”. Una destreza… Los cambios legislativos en este caso han arrinconado las artes a un cajón, apartándola del curriculum oficial, esto nos parece muy grave, y desde luego no ayuda a mejorar los imaginarios que existen.

Fuente: https://elpais.com/cultura/2017/08/04/babelia/1501854516_240378.html

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La distribución de la riqueza no es sólo cuestión de justicia

Por: Tendencias 21

Según un estudio, depende más de la compasión, del interés personal y de la envidia.

Una nueva investigación sugiere que conseguir la igualdad social no es el principal criterio para la redistribución de la riqueza, sino que cuando compartimos nuestros bienes nos movemos más por la compasión, el interés personal y la envidia. Conociendo la importancia de estas actitudes para la gente, es posible deducir entonces su filiación política.

La redistribución de la riqueza está arraigada en la compasión, el interés personal y en la envidia más que en la búsqueda de la igualdad o de la justicia, ha descubierto un estudio de la Universidad de California en Santa Bárbara publicado en PNAS, del que informa en un comunicado.

La redistribución de la riqueza es el principal conflicto del mundo desde hace siglos. Y aunque la búsqueda de la justicia y de la igualdad social parece explicar por qué la gente distribuye o comparte su riqueza, o pretende que sus gobiernos la apliquen, esta investigación ha determinado que en realidad no es así. Hay algo más.

Entender las ventajas económicas y políticas de la redistribución no es algo natural,  según este estudio, aunque los seres humanos hemos aprendido a lo largo de la historia a relacionarnos con los demás para lo mejor y para lo peor. Este proceso ha construido sistemas de neuronas que nos motivan a actuar eficazmente en las situaciones que nos conducen a dar, a tomar y a compartir.

La evolución del espíritu humano ha puesto en evidencia la complejidad de la política pública y de la redistribución de la riqueza que los gobiernos vienen intentando, sobre todo, a partir del siglo XIX. Se percibe por lo general como típico de determinados personajes.

En la concepción social actual, existe el Yo, el Otro  en una situación peor que la mía, y el Otro que está en una condición más ventajosa que la mía. Para comprender la lógica que está detrás del apoyo o de la oposición a la distribución de la riqueza, estos investigadores se han concentrado en tres posibles motivos o causas: la compasión, el interés personal y la envidia.

La compasión

Nuestros antepasados vivían en un mundo sin seguridad social, pero han compensado estos déficits a través de la ayuda mutua: cuando alguien tenía hambre, su vecino compartía la comida y pasaba al revés cuando la situación se invertía, explican los investigadores.

Esta dinámica evolutiva creó una motivación espontánea por ayudar a los que lo necesitan. La compasión es la emoción que anima a esta ayuda basada en la necesidad del otro. Pero al mismo tiempo, las personas tienen en cuenta también su propio bienestar y el de su familia.

De esta forma, un motivo concurrente es el interés personal. Las personas, cuando han ayudado a los demás sin tener en cuenta sus propios intereses y los de su familia, han sido seleccionadas a lo largo de la evolución.

Este interés propio puede limitar el alcance de la compasión y aumentar el apetito de uno por lo que otros tienen. De esta forma descubrimos que el tercer motivo oculto detrás de la distribución de le riqueza es la envidia, centrada en aquellos que tienen más que yo.

Nuestros ancestros tampoco tenían gente sin techo o millonarios en el Pleistoceno, pero a lo largo de la evolución actuaron con otros seres humanos que estaban desamparados. Detrás del afán por la redistribución de la riqueza, rigen hoy los mismos motivos que existían en la época de nuestros homólogos ancestrales. Esos homólogos ancestrales son el Otro peor y el Otro mejor, según los investigadores.

La percepción que tiene una persona de nuestro tiempo sobre la redistribución, sobre el hecho de que esta última sea deseable o indeseable, depende por todo ello de lo solidaria que sea, de su envidia y de lo que espera obtener de la redistribución, explica este estudio.

La redistribución viene con la compasión

Para testar esta hipótesis, los investigadores han preguntado a los participantes en el estudio si apoyaban o se oponían a la redistribución de la riqueza, y han medido al mismo tiempo su disposición hacia la compasión, la envidia y el interés personal.

De esta forma descubrieron que los que apoyan la redistribución son los que muestran más compasión, y que los que esperan beneficiarse de ella son los que se manifiestan más envidiosos.

Este mismo esquema se repitió en los cuatro países objeto del estudio: Estados Unidos, Reino Unido, India e Israel. El hecho de que los resultados sean similares en países tan diferentes puede deberse a una naturaleza humana evolucionada que es compartida por diversas culturas, según los investigadores.

Este resultado es importante porque si podemos conocer el grado de compasión, de envidia o de interés personal, o lo que una persona espera que puede ganar o perder por la compasión, entonces es posible predecir no sólo su opinión sobre la redistribución, sino también su afiliación a un partido político, ya que la afiliación política es un indicador claro de las actitudes hacia la redistribución de la riqueza, señala el estudio.

Pero si la compasión y la envidia hacen más atractiva la redistribución, estos criterios utilizan itinerarios diferentes y pueden conducir a preferencias políticas diferentes. Cuatro participantes sobre cinco declararon que durante los últimos 12 meses habían ayudado a los pobres. Según los investigadores, la compasión ha sido el motivo, no el interés personal o la envidia.

El hecho es que sólo algunos de los motivos que llevan a la gente a apoyar a un gobierno que propugna la redistribución, son los que inclinan a las personas a ayudar a los pobres. Aunque muchas veces pensamos que el apoyo a la redistribución es la misma cosa que querer ayudar a los pobres, no es verdad.

La envidia, sin embargo, funciona de otra manera. Y puede estudiarse la elección que provoca la envidia. Si los impuestos sobre los ricos aumentan por encima de determinado nivel, entonces los ingresos de los gobiernos empiezan a disminuir porque hay menos incentivos a la inversión y la productividad, decae la actividad económica y sube el paro.

Tomando como base esta idea suficientemente extendida, los investigadores preguntaron a los participantes si preferían reducir los impuestos a los ricos y generar mayores ingresos públicos para ayudar a los pobres, o si preferían subir los impuestos a los ricos y disponer así de menores ingresos para los pobres.

Un participante sobre seis prefiere esta última opción. Esta voluntad de penalizar a los pobres para gravar a los ricos sólo puede explicarse por la envidia de los participantes, según los investigadores.

Por último, está el tema de la justicia. Generalmente se piensa que la gente se pronuncia por la redistribución porque le atrae la igualdad social. Introducido este tema en la investigación, los resultados mostraron que la igualdad no explica sus actitudes sobre la distribución. Sin embargo, la compasión, la envidia y el interés personal, sí.

Referencia
Support for redistribution is shaped by compassion, envy, and self-interest, but not a taste for fairness. Proc Natl Acad Sci USA. July 2017:201703801. doi: 10.1073/pnas.1703801114
Fuente: http://www.tendencias21.net/La-distribucion-de-la-riqueza-no-es-solo-cuestion-de-justicia_a44082.html
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Estados Unidos: Plan Internacional considera «crucial» una financiación adicional del G20 para cerrar la brecha de género en educación

Estados Unidos/10 de Julio de 2017/La Información

Plan Internacional ha solicitado a los líderes mundiales del G20 que aumenten la financiación destinada a la educación en los países de desarrollo, algo que considera «crucial» para cerrar la brecha de género en el acceso a la educación primaria y secundaria.

La organización, con motivo de la cumbre del G20 en Hamburgo que ha comenzado este viernes 7 de julio, ha lanzado la campaña global ‘We Are The Next’, para pedir a los líderes mundiales que aseguren que la financiación internacional para la educación en países de ingresos bajos y medios pase de un gasto anual de 16.000 millones de dólares a 89.000 millones en el año 2030.

Esta financiación adicional, serviría para asegurar que «cientos de millones de niñas» no pierdan su derecho a una educación primaria y secundaria de calidad, obligatoria, universal y gratuita.

Plan Internacional asegura que un total de 130 millones de niñas carecen de acceso a la educación en el mundo, algo que, a su juicio, es uno de los «principales factores que perpetúa el ciclo de pobreza».

 La CEO de la ONG, Anne-Birgitte Albrectsen, ha solicitado al G20 que reconozcan la «importancia» de la educación, pongan «sus manos en los bolsillos» y «acaben con la brecha de la financiación» en materia de educación.

«Al cerrar la brecha de financiación en la educación y hacer frente a las barreras que impiden a las niñas participar en igualdad de condiciones en la escuela, podemos contribuir al desarrollo de la próxima generación de mujeres líderes y garantizar un futuro mejor para todos», ha defendido Albrectsen.

Por su parte, la directora general en España, Concha López, ha señalado que es «fundamental» que las voces de las niñas se escuchen en ese foro «tan influyente».

«Los líderes del G20 no deben ignorar el hecho de que la educación es absolutamente esencial para lograr la igualdad y la justicia para millones de niñas. A través de una educación de calidad, las niñas realmente pueden transformar sus vidas y sus comunidades», ha añadido López.

Según Plan Internacional, las niñas tienen 1,5 veces «más posibilidades» de permanecer «completamente excluidas» de la educación primaria y ,»si no se toman medidas», más de 400 millones de niñas «no obtendrán conocimientos de nivel secundario antes de 2030».

Además, apunta que asegurar una educación «inclusiva» y de «calidad» para todos los niños y niñas, es «una de las Metas Globales» que acordaron los líderes mundiales en 2015 para transformar el mundo en 2030. Por ello, advierte que este objetivo «no podrá cumplirse» en 2030 a menos que los países del G20 «tomen medidas urgentes».

Por estos motivos, Plan Internacional insta al G20 a comprometerse a gastar el 0,7% de su Ingreso Nacional Bruto en ayuda internacional, asignar «al menos» el 15% de su gasto de ayuda a la educación y aumentar la cuota destinada a la educación básica, incrementar la financiación de la Alianza Global para la Educación a dos mil millones de dólares anuales para 2020 y financiar «completamente» el fondo de la ‘Educación No Puede Esperar’.

Fuente: http://www.lainformacion.com/politica/ayuda-internacional/Plan-Internacional-considera-financiacion-G20_0_1042397159.html

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Enseñando en la era Trump

Por los editores de Rethinking Schools | Traducido por Floralba Vivas

Repensando las escuelas nació en la era de Reagan. Celebramos nuestro décimo tercer aniversario en la era de Trump.

Sabemos algo acerca de mantenernos esperanzados durante los tiempos difíciles. Hace tres décadas, en nuestro primer editorial, escribimos “No nos lamentemos, organicémonos”, tomando prestado el consejo del gran trovador de los trabajadores Joe Hill.

Si ha existido algún tiempo en el que necesitábamos acatar este consejo, éste es ese tiempo. Sin embargo, no es tan claro cómo seguir exactamente estas palabras en este momento histórico.

Necesitamos apoyarnos en todo
lo que hemos aprendido acerca de la resistencia y la enseñanza para la justicia social a lo largo de los años aunque, como educadores, sabemos que siempre tenemos algo que aprender. Esta es
una razón por la cual continuamos publicando Repensando las Escuelas y para invitar a nuestros lectores a proponer historias acerca de sus propias experiencias en la enseñanza y en sus escuelas –como una manera en la que los educadores y activistas puedan informarse e inspirarse los unos a los otros y para alinear nuestro trabajo con los jóvenes que comparten nuestras mismas aspiraciones a una sociedad mejor y más justa.

Al ser una comunidad multi-generacional, los editores
y contribuidores de Repensando
las Escuelas construimos nuestro entendimiento compartido del mundo y compromiso con la justicia social en los movimientos de los Derechos Civiles,
en contra de la Guerra estadounidense en Vietnam, y por la liberación de la mujer en los 1960 y 1970. Continuamos aprendiendo de las luchas en contra de la intervención de Estados Unidos en Centroamérica; y de los movimientos anti-segregación, LGBT, anti guerra
de Iraq y anti globalización. Más recientemente, los movimientos de Black Lives Matter, justicia climática, derechos de los inmigrantes y la Lucha por $15 han inspirado a un mayor número de educadores a intercalar asuntos de justicia social en sus salones de clase y a identificarse con Repensando las Escuelas.

Ahora estamos frente a Trump
– y la galería de corruptos racistas, billonarios, islamófobos, misóginos, y privatizadores quienes lo aconsejan y le sirven. Para hacer la situación aún peor, a nivel federal y en docenas de estados, los republicanos de la extrema derecha controlan los poderes legislativo, ejecutivo y algunas veces, el judicial. Aún más, la historia y contradicciones del Partido Democrático solamente enfatizan lo mucho que los movimientos sociales independientes necesitarán liderar la resistencia.

En su discurso inaugural, Trump dejó claro lo que él pensaba de las escuelas públicas. Él se quejó de las “matanzas” que han plagado la nación y dio como ejemplo “un sistema educativo inyectado con dinero
pero que deja a nuestros jóvenes y hermosos estudiantes privados de todo conocimiento”. Y ahora tiene a Betsy DeVos como su secretaria de educación, una persona enteramente privilegiada quien ha pasado su carrera socavando y privatizando las escuelas públicas – y promoviendo charlatanerías educativas como su Neurocore “centros de rendimiento del cerebro”.

Bajo estas circunstancias, no solamente tenemos que ser educadores de la justicia social más eficientes sino también guardianes de la seguridad
de nuestros estudiantes y de la salud fundamental de la educación pública. Aún más, tenemos que encontrar el tiempo de organizarnos con otros y participar en los crecientes movimientos de resistencia a Trump y a todos los aspectos de su agenda.

A medida que reflexionamos sobre nuestros 30 años de publicación de Repensando las Escuelas y de nuestro trabajo por la justicia social, nos gustaría compartir algunas lecciones cosechadas de este trabajo.

Construyamos salones de justicia
 social. Hemos abogado por la belleza
y fortaleza de aquellos salones de
clase que prefiguran aspectos del tipo
de sociedad en la que nos gustaría
vivir. Hemos promovido prácticas motivadoras basadas en la teoría liberadora de Paulo Freire y otros. Las características de un salón de clases
de justicia social que describimos
en Repensando nuestros salones de
clase todavía animan nuestro trabajo
y publicaciones. Nuestra enseñanza debe alentar a los estudiantes a hacer preguntas críticas sobre nuestro
mundo. Debe apreciar el activismo y las luchas; y también la bondad, alegría y cooperación – un currículo de empatía que construye destrezas académicas esenciales y un entendimiento poderoso. Es hora de tener audacia en nuestro trabajo, no timidez. Puede que Trump sea el presidente pero no es el presidente de nuestros salones de clase.

Hagamos de nuestras escuelas invernaderos de la democracia. La enseñanza de la justicia social en un salón de clases aislado es difícil de sostener. La enseñanza más exitosa tiene lugar donde las escuelas enteras están comprometidas con esta pedagogía crítica y participativa. En contraste con las declaraciones fortachonas de Trump, “yo solo puedo arreglarlo”, nuestras escuelas deben promulgar
la democracia al ser gobernadas de
una manera colaborativa con una participación significativa de los estudiantes, personal, familias y padres. Dadas las incertidumbres políticas que se están desarrollando, la creación de las escuelas de la comunidad como centros de renacimiento y resistencia –anclas de la esperanza de nuestras comunidades – será una manera importante de luchar contra la agenda de Trump.

Promovamos la solidaridad para enfrentar el racismo y la xenofobia. El asalto de Trump a los inmigrantes y refugiados y la deshumanización de
las personas de color, están basadas en patrones históricos de la supremacía blanca, hostilidad hacia los inmigrantes y la demonización del “otro”, diseñadas para provocar el miedo. El primer 
libro que publicamos fue Repensando a Colón, el cual ofreció a los educadores
y activistas las herramientas para poner de cabeza al mito de El Descubrimiento de América de Colón, y mirar a estos eventos desde el punto de vista de las personas que estaban aquí primero. La publicación inicial de Repensando a Colón, en 1991, fue de 30.000 copias, las cuales se vendieron en tres semanas; y la publicación ha vendido ya más de un cuarto de millón de copias. Esta respuesta nos demostró que hay muchos educadores que, como nosotros, estaban hartos y cansados de un currículo que alababa la supremacía blanca.

El movimiento Black Lives Matter y otras luchas de larga duración por
la justicia establecen el contexto para la resistencia a estos ataques anti- refugiados y anti-inmigrantes de esta administración. En este momento los educadores y las escuelas tienen la gran responsabilidad de asegurarse de que, no solamente los estudiantes estén protegidos del acoso y hostigamiento, sino de que también actuemos solidariamente con aquellos estudiantes y familias quienes se enfrentan a la deportación.

Luchemos contra el sexismo, heterosexismo y transfobia. El sexismo y la misoginia desplegada por nuestro cuadragésimo quinto presidente nos 
ha dejado sin aliento. El que millones de personas puedan haber votado por
él – no obstante, no una mayoría – enfatiza la importancia del trabajo de la educación sobre la discriminación de género. Especialmente comenzando con el trabajo para nuestro libro reciente, Repensando el sexismo, género y la sexualidad, en el cual hemos buscado proveer una visión de lo que los educadores están haciendo – y pueden hacer – para luchar por la igualdad
de género y de la mujer. Las enormes marchas organizadas por las mujeres 
el día después de la inauguración
de Trump demostraron el poder del liderazgo de las mujeres e impulsaron la resistencia que será necesaria para desafiar la agenda de Trump.

Coloquemos a los niños primero, no 
los datos. Las políticas manejadas por las pruebas de las administraciones de Bush y Obama estrecharon el currículo y le colocaron una camisa de fuerza a la pedagogía. La amenaza ahora es que una administración que es profundamente hostil a todas las cosas públicas duplicará las políticas de prueba-y- castigo que comenzaron seriamente con el programa «Que Ningún Niño Se Quede Atrás (No Child Left Behind)», pero continuaron aún con mayor entusiasmo con Obama y Duncan. Siempre hemos sostenido que la mejor defensa para las escuelas públicas es transformarlas – repensar nuestros salones y nuestras escuelas, de manera que genuinamente satisfagan 
las necesidades de las comunidades a quienes sirven. Sin embargo, a medida que trabajamos para mejorar las escuelas públicas, necesitamos continuar oponiéndonos al uso de pruebas estandarizadas para desacreditar y desfinanciar a las escuelas. Las escuelas públicas necesitan más fondos, no menos, y necesitamos continuar luchando por ellos.

Luchemos en contra de la privatización de los bienes comunes. En 1988,
 solo dos años después de comenzar Repensando las Escuelas, hicimos una advertencia acerca de los peligros de la privatización de las escuelas. Milwaukee, donde comenzó Repensando las Escuelas, es el hogar del primer programa de voucher en la nación, con la mayor cantidad de fondos públicos para un programa de escuelas religiosas privadas, el cual ha recibido cerca
de dos billones de dólares en fondos públicos. Esto es un robo, simple y sencillo. A lo largo del planeta, este ataque a los “bienes comunes” – todo
lo que se necesita para el bien público, especialmente las escuelas – está esparcido. El nombramiento de Betsy DeVos como secretaria de educación
y la promesa de Trump de verter 20 billones de dólares en el programa privado de voucher indica el aumento 
de ataques a medida que los fanáticos religiosos y charlatanes a favor de la privatización a nivel local y estatal están envalentonados. Debemos continuar defendiendo la promesa de las escuelas públicas, a medida que trabajamos para asegurarnos de que éstas satisfacen las necesidades de los estudiantes.

Construyamos una solidaridad internacional. Más que nunca, los educadores necesitan pensar de manera internacional. La toma de poder de Trump es paralela a los movimientos de discriminación racial, neofascistas que están aumentando su poder en Europa – incluida Marine Le Pen en Francia, Golden Dawn en Grecia y Geert Wilders en Holanda. Este fenómeno internacional es el chivo expiatorio del “otro” para continuar los siglos de privilegio del norte “blanco” sobre el sur en general.

La gran demostración que hubo alrededor del mundo después de la inauguración de Trump fue una señal alentadora de que más y más personas fuera de Estados Unidos reconocen la necesidad de oponerse a las crecientes tendencias de híper-nacionalismo y un capitalismo sin restricciones.

A través de nuestros libros y revistas hemos alentado a los maestros a incluir una perspectiva global en su enseñanza – a enseñar de manera crítica sobre 
la “guerra contra el terror”, maquilas 
y la labor infantil, las intervenciones militares de Estados Unidos a lo largo del mundo, la ocupación de Palestina 
y la crisis climática. Más que nunca, necesitamos aprender de las luchas 
de los maestros y estudiantes en
México, Quebec, Chile y a lo largo del mundo, y vernos a nosotros mismos 
en solidaridad con las personas en cualquier lugar del mundo, que luchan por una mayor democracia y por un planeta en el que se pueda vivir.

Construyamos un sindicalismo
 de justicia social. Por más de 20
años hemos promovido una visión afirmativa del sindicalismo de justicia social, caracterizado por una mayor democracia y participación por parte
de los miembros, asociaciones con grupos comunitarios y la atención a asuntos de justicia social y pedagogía. El número creciente de sindicatos locales y estatales – en la Asociación Nacional de Educación y la Federación Americana de Maestros – que están poniendo 
en práctica aspectos de este tipo de sindicalismo es alentador y esperamos que inspire a muchos educadores más a llevar a sus sindicatos en esta dirección. Continuaremos publicando artículos que describan esfuerzos ejemplares para incluir a los sindicatos en el amplio movimiento de justicia social.

Apoyemos el activismo estudiantil. Los niños y jóvenes son nuestra mayor esperanza para crear un mundo decente. Como educadores, tenemos la responsabilidad moral y cívica de ser modelos para nuestros estudiantes. Nuestros salones deben ser lugares donde los estudiantes están motivados a pensar críticamente, a ver las cosas desde múltiples puntos de vista – especialmente aquellas que han sido silenciadas – y evaluar a quién sirven estos puntos de vista. Debemos animar a los estudiantes a informarse y tomar acción dentro y fuera del salón de clases. En los meses posteriores a la elección de Trump, miles de estudiantes salieron a la calle a lo largo del país. Creemos que el activismo estudiantil crecerá y debemos promoverlo y apoyarlo. Cuando los estudiantes siguen sus creencias y valores sobre lo que es justo, aprenden que la democracia sucede todos los días, no solamente durante el día de elecciones.
Todos estamos juntos en esto

Nos sentimos esperanzados en 
el crecimiento constante de la organización para la educación de justicia social durante los años recientes, incluyendo el aumento de las reuniones para la enseñanza de la justicia social a lo largo del país. Una de las reuniones más antigua y significativa es la que organiza todos los años Maestros para la Justicia Social (Teachers 4 Social Justice) en San Francisco; otras han surgido
en Nueva York, Boston, Chicago, Milwaukee, Filadelfia, el Noroeste, San Luis y otros lugares. Algunos grupos de educación para la justicia social como Educación para la Liberación y Paso Hacia la Justicia reúnen a maestros, estudiantes, padres y activistas para compartir sus experiencias y conversar sobre estrategias. Nuestro movimiento de rápido crecimiento, tiene un gran potencial de transformar los sindicatos de maestros, escuelas y distritos enteros.

Hace treinta años comenzamos Repensando las Escuelas como un periódico de formato pequeño gratis para los educadores de las Escuelas Públicas de Milwaukee. A medida que hemos crecido, alcanzando una audiencia a lo largo del país, esperábamos que lo que publicáramos ayudara a los educadores a convertirse en maestros y organizadores mejores. Treinta años más tarde, ésta sigue siendo nuestra meta.

Sin duda, se avecinan tiempos increíblemente difíciles pero sabemos que no hay mejor guía que las palabras de Joe Hill, con las que comenzamos hace 30 años: “No nos lamentemos, organicémonos”. ■

Fuente: https://www.rethinkingschools.org/articles/ensenando-en-la-era-de-trump

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Discapacidad. El CERMI llama a “remover conciencias” en España para seguir el ejemplo de Portugal en la inclusión educativa

España/26 de Junio de 2017/La Información

El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) realizó este jueves un llamamiento para “remover conciencias” en España, siguiendo el ejemplo de Portugal, en lo que se refiere a la implantación de un único modelo de educación inclusiva para el alumnado con discapacidad.Así lo manifestó el presidente del Cermi, Luis Cayo Pérez Bueno, durante la conferencia ‘La educación inclusiva en Portugal. Un caso de éxito’, impartida por la secretaria de Estado para la Inclusión de las Personas con Discapacidad del Ministerio de Trabajo, Solidaridad y Seguridad Social de la República Portuguesa, Ana Sofía Antunes.

El acto se celebró en la sede de Fundación ONCE y contó con la participación, además, de Ana Peláez, vicepresidenta del Foro Europeo de la Discapacidad (EDF); Pilar Villarino, directora ejecutiva del Cermi Estatal, y Ana Sofía Carvalosa, consejera de la Embajada portuguesa en España.El presidente del Cermi celebró que en Portugal, pese al modelo implantado, “no se sientan complacidos por los resultados y que estén pensando en mejorar, diagnosticando previamente los déficits. Hay ambición de mejora casi rozando la perfección”. Ana Peláez, por su parte, puso en valor el “compromiso” de la secretaria de Estado portuguesa, “con el que nos ha venido demostrando cómo entendía ella la política social”, y apuntó que la ONCE y su Fundación están al servicio de Portugal para seguir colaborando en el futuro.

Asimismo, Peláez explicó que durante sus ocho años de trabajo en Naciones Unidas “no se dudó en considerar el ejemplo de Portugal para ofrecer una guía a otros muchos Estados que no llegaban a ese nivel de compromiso”.En esta línea, la consejera de la Embajada de Portugal en España declaró que “una de las características que puede diferenciar a Portugal de muchos países es que tenemos una Secretaría de Estado específica sobre discapacidad”.Mientras, la directora ejecutiva del Cermi, además de trasladar las condolencias del movimiento de la discapacidad español por las víctimas del incendio que ha tenido lugar en el país vecino, señaló que el sistema de educación inclusiva en Portugal “supone, para nosotros, un buen modelo exportable para la defensa de los derechos fundamentales de las personas con discapacidad”. MODELO PORTUGUÉS.

En el transcurso de su ponencia, la secretaria de Estado de Inclusión del Ejecutivo portugués enumeró las claves del modelo implantado en su país, apuntando que “la preocupación por la inclusión de las personas con discapacidad en los centros de enseñanza ordinarios no es para nosotros algo nuevo, sino que ha sido un asunto asumido durante las últimas décadas en el seno de los diferentes gobiernos. Hemos querido recorrer un camino con pasos pequeños pero seguros”.En todo caso, Ana Sofía Antunes explicó que hasta 1974, para las instituciones la educación en general y la de las personas con discapacidad “no era ni mucho menos una prioridad”, sino que fue a partir de la instauración de la democracia cuando empezó a abordarse.

Así, recordó que la primera ley que afrontaba la necesidad de escolarizar a todos los menores con discapacidad e ir trasladándolos a la educación ordinaria se aprobó en 1977, “aunque seguía centrada en un modelo médico, basado en el etiquetado del alumnado, haciendo diferenciación entre los que eran escolarizables y los que no».Las dos leyes posteriores fueron la de 1991, “avanzada para su época pero con muchas carencias”, y la de 2008, que fue precedida de la creación de un grupo de trabajo con profesionales de diferentes ámbitos que pusieron las bases para el texto legal que vio la luz tres años después.Según detalló, en la segunda mitad de los 90 todavía había un 20% del alumnado con discapacidad que estaba escolarizado en colegios segregados, proporción que en 2009 era del 2%. En la actualidad, estimó que el dato ronda el 1,2%. “Se trata, en general, de casos con menores que tienen graves problemas de salud. Si bien no renunciamos a seguir reduciendo esta cifra, la prioridad es seguir mejorando la calidad de la atención que reciben los alumnos con discapacidad que ya son escolarizados en las escuelas ordinarias”,  agregó Ana Sofía Antunes.

Agrupar recursos y personal para atender a personas con diferentes discapacidades en algunos centros educativos de cada zona geográfica para que haya cerca de cada familia un colegio adecuado; reclutar profesores expertos en diferentes discapacidades; ir derivando alumnos con adaptación curricular al conjunto de asignaturas que siguen el resto de sus compañeros, o haber reconvertido al personal y los recursos existentes en los centros segregados que se han cerrado para que sigan siendo útiles en los colegios e institutos ordinarios son algunas de las características del sistema educativo portugués enumeradas por Antunes durante su discurso.

Por último, hizo hincapié en los puntos que quedan por mejorar, como el hecho de que en ocasiones haya alumnos que permanecen más tiempo del necesario en las unidades de currículos alternativos, o que si bien se puede hablar de verdadera inclusión de alumnos con discapacidad sensorial o física, “tengo dudas” al hacerlo de quienes tienen discapacidad intelectual y del desarrollo.“Portugal tiene una escuela inclusiva para muchos e integradora para algunos, por lo que es un modelo bueno que presenta lagunas”, enfatizó Antunes, al tiempo que explicó que actualmente se está trabajando en una nueva ley de educación inclusiva que corrija los errores del modelo de 2008.

Fuente: http://www.lainformacion.com/educacion/escuelas/DISCAPACIDAD-CONCIENCIAS-PORTUGAL-INCLUSION-EDUCATIVA_0_1037898115.html

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La educación, un debate ya.

La educación puede producir, a nivel de sociedad y de los individuos, adición a la justicia para contrarrestar la capacidad de generar desigualdades.

Por: Cecilia López Montaño.

A raíz de la muerte de un gran amigo y uno de los profesionales latinoamericanos más sobre salientes en el campo de la investigación en educación, Juan Carlos Tedesco, tuve la oportunidad de conocer su última conferencia, meses antes de su desaparición.
Después de escucharla repetidamente, creo que da los mensajes que hoy se requieren en Colombia. Adicionalmente, estas reflexiones vienen en el momento preciso, en medio de este larguísimo paro de maestros, porque dejan en evidencia la pobreza de nuestro debate sobre la educación. No se trata de desestimar las razones del paro, pero sí es una invitación para abrir una discusión más profunda sobre lo que hoy significa ser educador y frente a los reales objetivos del sistema educativo colombiano.

Pocas veces los economistas tenemos la oportunidad de escuchar una visión histórica, que relacione, de manera clara y contundente, la evolución del sistema educativo de la región con las formas de producción vigentes, y menos aún, con las consecuencias que se desprenden de esta realidad. Por ello, incluyo el link de la conferencia de Juan Carlos Tedesco, porque aporta numerosas luces, en este y otros temas, que no estamos considerando.

http://www.redposgrados.org.mx/red_de_posgrados_en_educacion/.

Precisamente, para los economistas, esos análisis aclararían, en parte, la pregunta de por qué seguimos siendo la región más desigual del planeta y nuestro país uno de los más injustos. Al hacer un recuento histórico sobre la forma como ha evolucionado la educación en el mundo y en América Latina, dos de las reflexiones de Tedesco son particularmente pertinentes. La primera se refiere a que entre nosotros, en algún grado, se dieron los cambios en la educación que buscaban fortalecer la ciudadanía, sin embargo, nadie se ocupó de reconocer que el sistema productivo seguía siendo el mismo, excluyente, concentrador e injusto. Tratando de interpretar a Tedesco, en nuestra región en particular muchas cosas han cambiado, como él afirma, “vivimos transformaciones muy profundas”, pero la forma como se produce sigue siendo intocable. Además, afirma que con esta sociedad del conocimiento, se genera innovación, se exige mayor estudio en las actividades productivas y sociales, pero, al mismo tiempo, se genera exclusión, fragmentación, xenofobia y todos esos males que hoy caracterizan al mundo.

La segunda observación plantea que, a mediados del siglo XX, cuando la educación pierde el sentido de crear ciudadanía, de desarrollar la educación pública para apoyar la nación, la educación entra al campo de la economía. Es decir, deja su sentido de construir ciudadanos para producir recursos humanos para el desarrollo. Se vive un déficit de sentido de la educación, que se acentúa a partir de los años noventa. Ya no se trata de un gasto sino de una inversión, se impone lo privado sobre lo público, que genera cohesión, prima la individualidad y la discusión educativa se centra en lo administrativo. ¿Alguna vez los economistas nos hemos preguntado las consecuencias de este cambio que aplaudimos? Pero resulta que los verdaderos educadores si lo han hecho, y de su preocupación nacen las dos preguntas vitales que de acuerdo a Tedesco, son el desafío actual de la educación: ¿para qué? y ¿para dónde?

Sin embargo, se reconoce que hay una preocupación mundial sobre la necesidad de generar justicia social, y en ese punto, según Tedesco, se debe centrar el debate educativo. La educación es la que puede generar. a nivel de la sociedad y de los individuos, “adición a la justicia” para contrarrestar “la profunda capacidad que tiene el nuevo capitalismo de generar desigualdades”. Se trata de una educación que contribuya a acabar con la hipocresía individual que aprueba la equidad general, pero practica la desigualdad cuando de sus intereses personales se trata. Frente a esta tarea transformadora a nivel individual y social, los docentes dejan de ser empleados públicos para convertirse en actores del profundo cambio que nuestra región exige.

Al mirar el contenido de las demandas de los maestros es evidente que se concentra en temas administrativos, particularmente en la remuneración, los servicios de salud, la dotación de infraestructura, entre otros. Claro que debe reconocerse que en Colombia, ni los maestros ni los policías, han recibido jamás el reconocimiento que se merecen por las imprescindibles tareas que realizan para bien de los individuos y de la sociedad. Estos temas deberían haberse resuelto hace rato, pero como todavía figuran en los pendientes, en la movilización de los maestros no es la política educativa del país la que está en juego. Como afirma Tedesco, mejores insumos materiales no mejoran los resultados, pero, además, la política educativa no se puede limitar a la discusión de los salarios.

Por eso, una vez resuelto el paro en Colombia, se tiene que entrar a discutir para qué estamos educando a nuestros jóvenes y para dónde debe ir el sistema educativo. Tedesco nos deja insumos para esta discusión:

* Colombia, desde ya, debe pensar en el largo plazo y reconocer que la educación anticipa el futuro.

* La educación no tiene plazos gubernamentales, debe ser una política de estado.

* Sin educación, la reducción en pobreza y marginalidad es una tarea imposible.

* La educación no es una política sectorial, sino el pilar de una sociedad más justa.

* Los educadores son actores sociales y no simples funcionarios públicos, porque deben lograr transformaciones en los individuos y en la sociedad.

Fuente: http://www.portafolio.co/opinion/cecilia-lopez-montano/la-educacion-un-debate-ya-analisis-506669

Imagen: https://www.grupopiquer.com/wp-content/uploads/2016/07/ni%C3%B1os-en-el-instituto.jpeg

 

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La paz neoliberal santista, la paz de los sepulcros uribista y la paz como justicia social

Por Oto Higuita
El régimen del narco-presidente Santos busca principalmente desarmar y desmovilizar a las FARC y al ELN al menor costo social y político para su clase

Hacer una campaña nacional para recolectar firmas y presionar la disminución del salario de 300 congresistas es una jugada política que deja titulares de prensa, gana adeptos, desata la rabia e indignación contenida en cada colombiano que está asqueado con la corrupción, la política y la mala gestión, pero no asusta ni preocupa a los funcionarios de salarios “desproporcionados”; y lo más grave es que genera la idea de que si se le baja el salario a los miembros del Congreso, lo cual es dudoso que se logre con firmas, avanzamos hacia la justicia salarial y dado el paso hacia la conquista del poder político en Colombia. Nada más astuto pero falso vender esta idea a la gente.

¿Por qué no emprender una campaña y movilización nacional, no solo de firmas, donde exijamos en las calles el aumento del salario mínimo un 100%, del que viven millones de trabajadores y familias en Colombia? Porque es una estrategia y acción política que requiere no solo compromiso, sino tiempo y sistematicidad, y las elecciones están encima y hay que apresurarse a recoger del momento propicio que otros han creado.

Hay varias agendas políticas a la presidencia que compiten y se disputan el terreno de las simpatías y apoyos en el país. Agendas que se podrían ordenar de la siguiente manera: la paz neoliberal santista con todo su aparato burocrático-estatal sostenida desde la Unidad Nacional, que busca principalmente desarmar y desmovilizar a las FARC y al ELN al menor costo social y político para su clase, con cambios mínimos en la estructura de poder; es la llamada paz barata y sin muchos espavientos que busca esta fracción burguesa.

Luego está la paz de los sepulcros, de la extrema derecha encabezada por el Centro Democrático y sus aliados (terratenientes, “nuevos” propietarios de tierras expropiadas, narco-paramilitares, las iglesias reaccionarias, los falsos moralistas como el ex procurador del OPUS DEI), gemela de la paz neoliberal santista, que busca desconocer los acuerdos y retomar el poder en el 2018 para completar la tarea de “liquidar” el enemigo interno y dejar inmodificable la estructura de poder, sin cambios ni siquiera mínimos.

Finalmente, está la paz con justicia social que pasa por la implementación y cumplimiento de los acuerdos, si lo que buscamos es el fin del conflicto armado y cambios profundos en las estructuras socio-económicas, política y culturales, a lo que aspira la mayoría del pueblo colombiano, pero que va tomar años de lucha, movilización, lágrimas y sangre, tal y como se avizora el panorama con los asesinatos y amenazas a los líderes y lideresas de los movimientos sociales.

¿Es la lucha anticorrupción una agenda en sí misma? Así la usen como bandera principal y única para un programa de gobierno, por el enorme atractivo que produce en millones de ciudadanos, no deja de ser una consigna que servirá para despertar la indignación, apatía y abstención que hay incubada en una inmensa franja de la población. Pero como bandera de gobierno no sería la ruta para llevar a cabo los cambios profundos, estructurales y democráticos que requiere la sociedad, el régimen político, las instituciones y sobre todo el modelo económico vigente, el neoliberalismo. En ese sentido, la lucha anticorrupción será una meta a alcanzar en la medida en que produzcamos los cambios profundos y estructurales que se plantean los acuerdos en sus 6 puntos. Porque como reza la consigna, El sistema no puede combatir la corrupción, porque la corrupción es el sistema.

Por otro lado, se acabó la gran mentira que la corrupción era un mal endémico del sector público. ¿No fue esa una de las razones y argumento con que la mayoría de economistas, ideólogos, creadores de opinión y tanto intelectual funcional al sistema desacreditaron y denigraron del sector público para poder entregarlo a los brazos de la privatización? Hoy con evidencias contundentes, se demuestra la estafa en que estaba montada la llegada de la democracia liberal perfecta. Por supuesto, hubo economistas y analistas que no se dejaron arrastrar de la avalancha de la “apertura económica”, la “globalización”, el “libre mercado”, la privatización de lo público y la “novedad” del neoliberalismo con que alimentaron la campaña publicitaria e ideológica global que anunció el “fin de la historia”, y hasta del “último hombre”.

La historia de la corrupción es tan antigua como la civilización misma, con la diferencia de que adquiere mayor complejidad y sofisticación cuando las sociedades pasaron de sociedades triviales, nómadas y recolectoras, a formas sedentarias más organizadas que desarrollaron y crearon estructuras políticas, militares y burocráticas que hizo al mismo tiempo más difícil descubrirla y controlarla.

En Egipto hubo un monarca, Horemheb, que gobernó entre 1343 y 1315 A.C. y estableció un código que decía: “Se castigará con implacable rigor a los funcionarios que, abusando de su poder, roben cosechas o ganado a los campesinos bajo el pretexto de cobrar impuestos. El castigo será de cien bastonazos. Si el involucrado fuera un juez, la pena será de muerte”. Esto se decía ya hace más de 3 mil años. (http://bit.ly/2j7xSsh) (http://bit.ly/2kbOTWj)

Uno de los historiadores más importantes de nuestro tiempo, el profesor emérito de historia de la Universidad de Princeton, Arno J. Mayer, analizando cómo han sido recurrente los escándalos de corrupción en los EEUU, en un artículo publicado en el 2009 sostenía que la ´“Corrupción”, en realidad, es una palabra-concepto muy polémica, sobre todo cuando su uso retórico intenta aplicarse a la guerra política. Su carga negativa –que incluye el soborno, la extorsión o el nepotismo- se utiliza para movilizar el apoyo popular y partidista contra los competidores o rivales.” Si la venalidad, condición del corruptible o quien puede ser sobornado, es innata a la condición humana, afirma, se entiende entonces que quienes han sido electos a cargos públicos, son administradores o gobiernan lo público, tiendan a ser corruptos o los corrompe el poder, como tantas veces se ha dicho. (http://bit.ly/2jnVmtq)

En la antigua Roma, sostenía el historiador Paul Veyne, la corrupción se institucionalizó hasta el punto que el problema no era que esta fuese una práctica usual, sino que fuera demasiado evidente. Y donde el clientelismo, el favoritismo y el tráfico de influencias eran prácticas comunes en la metrópoli.

Sin duda la Revolución francesa generó un optimismo desmesurado en muchos, a partir del advenimiento de la sociedad burguesa y el capitalismo, en la creencia de que el triunfo de la burguesía sobre el feudalismo, el despotismo, la nobleza, la monarquía y la iglesia supondrían el fin de los abusos de éstos estamentos. Pero una vez ascendieron industriales, banqueros y políticos al poder del Estado, las prácticas corruptas aparecieron de nuevo, sofisticadas y acordes a las exigencias y condiciones de la nueva clase que acababa de ascender al poder.

Los casos más recientes de corrupción en Colombia, o los que estallan a diario por los grandes medios de comunicación, son apenas la confirmación del carácter global e histórico del fenómeno que apropia los bienes públicos en beneficio del interés privado e individual.

Un repaso a los más sonados casos de corrupción, soborno, coimas y otras formas de apropiarse y saquear los bienes públicos en Colombia demuestra que es una tendencia presente en todos los gobiernos desde la época colonial, pasando por las primeras repúblicas, hasta las modernas. De hecho Simón Bolívar hizo decretos declarando la pena de muerte a funcionarios que robaran, usaran o apropiaran bienes o dineros públicos para su propio enriquecimiento o beneficio individual. Estaba en primer orden la guerra de liberación e independencia, y ésta requería no tanto de caudillos corruptos, como de funcionarios para los nuevos cambios y exigencias de las nuevas repúblicas.

De la corrupción no se salva ni la empresa “nacional” como tampoco las extranjeras. ¿O qué otra cosa hicieron las empresas nacionales que crearon carteles de precios, aumentando éstos y restringiendo la competencia, para aumentar sus ganancias y afectar el bolsillo de los consumidores con productos como el arroz, el azúcar, el cemento, el ganado, el papel higiénico, los cuadernos, los pañales? ¿Y cuál ha sido la sanción? ¿Han resarcido a la sociedad por el daño que causaron? ¿Han sido expulsadas de la ANDI?

Ni el futbol ni el periodismo escaparon a la “causa” del enriquecimiento ilícito, como es el caso del expresidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Luis Bedoya, quien según la justicia norteamericana, recibió cerca de 7,5 millones de dólares con el fin de aprobar un contrato de patrocinio comercial para que una empresa española se quedara con estos derechos. ¿O qué otra cosa son los Panamá Papers, donde están comprometidos 1.245 colombianos, entre ellos editores de medios de comunicación como Darío Arismendi, de Caracol radio?

De los escándalos en las esferas del poder se conoce más, no obstante también ha sido desfalcada la salud (SaludCoop), el agro (Ingreso Seguro), la educación (Córdoba), la infraestructura, la nutrición de niños/as (La Guajira y Chocó). Tal vez sea cierto que el escandalo económico del siglo sea Reficar (Refinería de Cartagena), que según la revista Semana tuvo un sobre costo de más de 4.000 millones de dólares. Superando con creces la escándalo de Odebrecht, que según el departamento de Justicia de los Estado Unidos, sobornó funcionarios y políticos colombianos con 11 millones de dólares. Entre otras cosas, ¿cuál es el interés real del Departamento de Justicia de los EEUU con sus investigaciones e inteligencia apoyada por la CIA y el FBI, combatir la corrupción como un mal que puede acabar con el sistema capitalista, o posicionar las trasnacionales gringas en los grandes negociados a costa de las latinoamericanas?

Sin embargo y a pesar de la avalancha de escándalos, hiere más la consciencia humana el despojo de tierras a cientos de miles de familias campesinas pobres y medianos productores en Colombia, durante la guerra. Así como el asesinato de miles de trabajadores y pequeños propietarios del campo, y el desplazamiento forzado de millones de sus territorios. Un asunto nodal y central de los acuerdos, que está en la raíz misma del conflicto armado, que incluso significó que se haya abordado como un puto específico. Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma Rural Integral. Que “sienta las bases para la transformación estructural del campo, crea condiciones de bienestar para la población rural (…) y de esa manera contribuye a la construcción de una paz estable y duradera.” Que sus principios son la transformación estructural; igualdad y enfoque de género; participación; etc. Que crea un fondo de 3 millones de hectáreas de tierra en los próximos 10 años, que se busca formalizar masivamente la pequeña y mediana propiedad rural con 7 millones de hectáreas.

En “LA VERDAD EN EL ABANDONO FORZADO Y EL DESPOJO DE TIERRAS”, Camilo Gonzales Posso, en el Panel, Diálogo de la memoria: Territorio y despojos, que se realizó en Bogotá el 8 de abril de 2013, se preguntaba: ¿Cuántas hectáreas han sido abandonadas forzadamente en Colombia? La cifra más mencionada esta alrededor de 6,5 millones de hectáreas. A la luz de esos datos que se basan en registros realizados por entidades estatales, puede afirmarse que el abandono forzado de tierras registrado entre 1994 y 2102, no es inferior a 400.000 predios, 500.000 familias, ni a 10 millones de hectáreas…500.000 familias expulsadas de sus predios en el desplazamiento forzado (http://bit.ly/1dZxkCv)

En un contexto donde los acuerdos no han empezado a implementarse en firme y cada vez aparecen más trabas y amenazas, donde la implementación es incluso más importante que la firma de estos, por supuesto que es fundamental un gobierno hacia el 2018 que se comprometa por medio de un programa a llevarlos a cabo, lo que quiere decir que los puntos de los acuerdos serían la cuota inicial de ese programa. Pero, ¿se puede realizar dicho programa de gobierno con quienes afirman que la corrupción es el primer problema del país, cuando no hemos ni siquiera empezado la implementación que debe poner fin a un conflicto armado y una guerra que sigue viva? Simplemente no.

Colombia es de lejos el país más corrupto del continente, porque no es una estructura burocrática-gubernamental aislada del contexto internacional y del sistema económico que lleva implícita el virus de la corrupción que saquea la riqueza pública en beneficio del interés privado, individual y de las grandes empresas.

Sostener que la corrupción es el principal mal del país, cuando ni siquiera el respeto a la vida lo es, es sin duda una hábil maniobra política que genera simpatía y posiblemente votos, pero es también una irresponsabilidad histórica y ética. No es bien visto que, a nombre de un discurso desde la oposición democrática, se critique el régimen corrupto y oligárquico que ha gobernado por décadas Colombia, y al mismo tiempo apelar a los viejos estilos y formas para conquistar simpatías políticas y votos.

Más aún, cuando el crimen político sigue vigente e impune y los enemigos de los acuerdos los atacan con la firme intención de destruirlos y devolvernos al pasado de la guerra, y ninguno de los que han propuesto su nombre como candidato a la presidencia y que prometen sacar a Colombia del «terrible» mal de la corrupción, han manifestado públicamente su compromiso con la principal tarea del momento que es construir una alianza política amplia, hacer una consulta sobre candidaturas, y construir un programa de gobierno desde abajo para implementar unos acuerdos que conllevan un cambio estructural, histórico, de profundas reformas que no solo cierren el conflicto armado de más de 50 años, sino que reconcilie la sociedad, que amplíe, profundice y radicalice la democracia: ¿de qué otra manera se puede hablar de acabar con el cáncer de la corrupción y otros males de la nación?

Ponerse de espaldas a los acuerdos de paz y la importancia cardinal de la implementación porque sus posiciones políticas, su anticomunismo, su odio y rencor contra las FARC no se les permite, es una cosa, pero otra muy distinta es tratar de desconocer con la bandera anticorrupción el potencial de cambio y transformación estructural que encierran.

Texto completo en: http://www.lahaine.org/la-paz-neoliberal-santista-la

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