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¿La crítica por la crítica misma?

Desconectada de las luchas sociales, sin lugar beligerante contra la opresión, la crítica sirve de bastante poco. A lo sumo se reduce a una especie de “entretenimiento ingenioso” para encontrarle “peros” a todo y ganarse unas palmadas, o unos pesos, “espantando al burgués”. No se negarán aquí los talentos desplegados por algunos “críticos” reconocidos (y temidos) en territorios diversos. No obstante el brillo de los geniecillos críticos suele quedar eclipsado por el individualismo que sofoca al talento con cataratas de egolatría. Toda esa crítica solipsista conduce al aplauso de ellos mismos. Un tedio.

Otra cosa es la crítica, y sus métodos, inflamando las inteligencias populares con escrutinios históricos, dialécticos, éticos y estéticos para fortalecer las tácticas y las estrategias emancipadoras en la lucha de clases. O dicho de otro modo: la fuerza de la crítica -que realmente importa- no está en las contorsiones de los silogismos (o sofismas) lenguaraces, sino en la efectividad de una fuerza del razonamiento sistematizado que esclarece el escenario de las batallas y permite, organizadamente, ascender a la praxis victoriosa, sin reclamar “derechos de autor” ni aplausos para la vanidad.

Aunque estén de moda algunos centros promotores del “pensamiento crítico”, bajo modalidades diversas en cursos, conferencias, talleres o guruísmos… aunque se ofrezcan a crédito (o con “tarjetas de débito”) el asunto es, también, cuánta crítica promueven para ejercer la crítica sobre ellos mismos. Y generalmente no lo resisten. En las refriegas que libra el pueblo trabajador, cotidianamente, contra las condiciones objetivas y subjetivas, impuestas por el capitalismo, se necesita un arsenal creativo de dispositivos críticos capaz de confrontarse a sí mismo en el terreno decisivo de la práctica emancipadora. Crítica fraguada en la crítica de sí, como estrategia dialéctica de acción que garantiza confianza en las organizaciones para las luchas decisivas que se encadenan a diario. No sirven los corpus críticos escleróticos que tanto gustan a las instituciones burocratizadas. No sirven los guiños críticos, de autor, cincelados en el histrionismo de esgrimas lenguaraces. No sirve cualquier cosa en una lucha cruda con objetivos precisos. Especialmente, no sirve el santoral de los sabelotodo críticos, expertos en esconder o negar la lucha de clases.

La clase dominante se esmera en desactivar toda iniciativa de organización transformadora, parida por las bases para emanciparse. Atacan, ridiculizan y desfiguran todo aquello que toque las fibras íntimas de la propiedad privada y la ideología de la clase dominante. Todo aquello que enriquece a los pueblos con las armas de la crítica y la crítica de las armas. En esa guerra por perpetuarse, el capitalismo compra o crea “expertos”, universidades, liceos, academias, “think tanks”, iglesias y todo género de “opio” contra los pueblos. Es decir, los arsenales de guerra ideológica que nosotros debemos someter al campo de la denuncia y de la crítica científica y revolucionaria. O será nada. O seremos nada.

Por definición, todo autoritarismo es enemigo rabioso de la crítica que no puede controlar. Y ha convertido su enemistad en pedagogía para que, a los oprimidos, ni se les ocurra, por miedo o por ignorancia, cultivar las habilidades críticas necesarias para la supervivencia de la libertad. Alguna vez se consideró, incluso bajo el capitalismo, el desarrollo de las capacidades críticas como una virtud de la educación y un logro “civilizatorio” indispensable en las sociedades contemporáneas. Pero duró poco. El desarrollo de las industrias bélicas, la manipulación de conciencias con las industrias mediáticas y el saqueo económico global orquestado por las industrias bancarias… necesitó anular de las cabezas y los corazones todo fundamento o aliento crítico que pudiera exhibir la avaricia burguesa intoxicada de propiedad privada. Para eso han satanizado, perseguido y linchado públicamente a los mejores talentos críticos que han proliferado en las bases sociales y en las luchas emancipadoras. Pero acosada, desfigurada o prostituida, la crítica tiende a sobrevivir sacudiéndose los fardos ideológicos burgueses. Gracias a la fuerza de las luchas hartas de saqueo y humillaciones.

Nuestros arsenales con métodos críticos, no pueden ser armatostes para reverenciar santorales ingeniosos. Por más que estén de moda en los corrillos iluministas. Necesitamos municiones de crítica creativa e inagotable, lúcida y accesible, profunda y portátil, perfectible y autosustentable. Que sea letal contra la economía y la ideología de la clase dominante; que sea fértil en la constitución dialéctica de nuestro programa humanista emancipatorio, que actúe también y sobre sí misma. Un arma inédita para la emancipación de la consciencia. La crítica, como herramienta en manos del pueblo trabajador, debe ser un organismo vivo y producto social, que se necesita a sí mismo para sobrevivir en el medioambiente idóneo que es el aporte y el avance. El acto creador. Por eso es indispensable mantener ajustadas las agujas de sus objetivos, mantener prístinas sus metas y no permitir las desviaciones o las deformaciones que se infiltran al confundir la crítica con el pleito. La crítica necesita sentido y dialéctica. Suele hacerse rancia si se la infecta con cánones repetitivos, si se la aleja de la ciencia y si se dogmatiza. El sentido de la crítica lo aporta la comunidad. La crítica no democratizada suele ser sospechosa y falsa. Nos ha costado mucho aprender que la falsa crítica sirve sólo para poner a la vista las partes que esconden a un todo.

Guardemonos de incurrir en el error, añejamente encumbrado, de abrazar la crítica de los amargos, por más sesuda que parezca. La lucha emancipadora no consiste en propiciar torneos de odios razonados; no consiste en hacer de la amargura un baluarte ni de la revancha un mérito. Y aunque predominen los malestares como atmósfera tóxica donde prospera la crítica, es de urgencia advertir que su fase de realización, su ascenso a la práctica, se logra gracias a los combustibles de la alegría, del espíritu creativo, colaborativo, participativo… organizado, que los pueblos saben darle a todo lo que sueñan, y hacen, para el bienestar común. Se entronizó como un “cliché” la imagen del “crítico” como un mal-encarado espécimen proclive a la intolerancia y a la propagación de verdades a destajo. Pero la crítica debe ser, necesariamente, una alegría. “La creatividad es la inteligencia divirtiéndose” A. Einstein

Hay una crítica que nace, crece y se transforma con el fin de fortalecer a la especie humana en sus luchas y la hay, contrariamente, la que se infiltra para desmoralizar, inhibir y desactivar luchas, luchadores y luchadoras. Nosotros requerimos de un método de crítica fecundo y muy dinámico, generado en todos los frentes permanentemente para que sea capaz de aprovechar las mejores herencias sin caer en emboscadas canónicas. Método de crítica revolucionaria en manos de los pueblos como bandera, como escudo como poesía. De todos, para todos y desde todos. “Deseable, posible y realizable”. (Sánchez Vázquez)

Dr. Fernando Buen Abad DomínguezDirector del Instituto de Cultura y Comunicacióny Centro Sean MacBrideUniversidad Nacional de Lanús.Miembro de la Red en Defensa de la Humanidad.Miembro de la Red Verdad contra las Fake News.Miembro de la Internacional Progresista.Miembro de REDS (Red de Estudios para el Desarrollo Social)

Fuente: https://rebelion.org/la-critica-por-la-critica-misma/

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Huracán Iota: los efectos positivos del fenómeno en el medioambiente

Muchas personas en el mundo están preocupadas por los daños que los huracanes están dejando a su paso; sin embargo, este fenómeno natural tiene sus ventajas.

Por primera vez, Colombia recibió el golpe de un huracán categoría 5 que destruyó muchas casas, causó inundaciones en varios puntos del país y una extrema preocupación por la emergencia que dejó a su paso en lugares como Cartagena y San Andrés y Providencia.

Escuche en este pódcast la opinión de Max Henríquez al respecto

Max Henríquez Daza, meteorólogo y consultor del clima, le explicó a SEMANA que “cuándo los huracanes no pasan directamente por encima del territorio colombiano o de cualquier territorio, su efecto puede ser positivo porque incentiva la presentación de lluvias”.

Y agregó que justamente esto lo comprobó en un estudio que hizo para una empresa de Medellín, ya que ellos estaban interesados en saber qué sucedía cuando pasaban los huracanes con respecto al nivel del agua de los embalses. “Efectivamente, hay una correlación que indica que el paso de los huracanes a una distancia X de Colombia produce el aumento de la nubosidad y el aumento de las lluvias es el efecto positivo”.

Para el caso de Iota, que “no pasó cerca sino sobre la Isla de Providencia, infortunadamente causa daños” ya que un huracán tiene además de los vientos que en el caso de un categoría cinco como este puede llegar a los 300 km/h produce lluvias de 300 mm en un solo día, lo cual corresponde a la tercera parte de lluvia que cae en Bogotá en todo el año.

Henríquez aseguró que “la marea ciclónica se mete a tierra como si fuese un tsunami, por lo que los daños son monstruosos, pero en el caso entonces que no pase el huracán por encima del territorio es beneficioso en el caso de Colombia, porque trae las lluvias”.

Finalmente, el meteorólogo y consultor del clima aseguró que se ha comprobado que en los años en que hay pocos huracanes en el Atlántico y en el Caribe, Colombia generalmente atraviesa por un periodo de sequía.

¿Cómo puede beneficiar un huracán al planeta?

Los ciclones tropicales, pese a su mortalidad y destrucción, pueden resultar beneficiosos para el mundo entero y su naturaleza por estas razones:

1. Dispersa las bacterias y la marea roja

Cada vez que un huracán se mueve a través del océano, las mareas y los vientos que provoca rompen esos ‘parches’ de bacterias que se encuentran flotando en el agua, lo cual logra combatir el fenómeno de la marea roja, que tiene un efecto nocivo para el ecosistema marino a causa de las toxinas que produce, debido al conjunto de organismos que habitan en el mar.

Las aguas superficiales cercanas se pueden oxigenar con los vientos, lo cual ayuda a devolver la vida a las áreas donde hubo marea roja.

2. Equilibra la temperatura global

El equilibrio de la temperatura entre los polos y el ecuador es uno de los principales propósitos de los huracanes en todo el mundo.

No obstante, debido a la orientación del eje polar del planeta, el desequilibrio de las temperaturas siempre existirá, teniendo en cuenta que el ecuador de la Tierra recibe más energía solar, llamada insolación, que cualquier otra latitud en un promedio anual. Dicha insolación eleva la temperatura del océano, que a su vez calienta el aire por encima y lo mantiene más cálido durante el otoño.

Debido a su tamaño e interacciones con los niveles superiores de la atmósfera, los huracanes son motores muy eficientes de calor ecuatorial.

Los polos podrían estar significativamente más fríos y el ecuador sería considerablemente más cálido si no existieran los huracanes.

3. Combate las sequías

Los ciclones tropicales son extremadamente eficientes en la producción de lluvia y, por lo tanto, también pueden ser eficientes para combatir la sequía.

Según la meteoróloga Danielle Banks, para The Weather Channel, la humedad de los ciclones tropicales en el Pacífico oriental en ocasiones se ve atrapada en el flujo de oeste a este de los Estados Unidos y llega al desierto del suroeste (California) y gran parte del desierto del suroeste, regiones que suelen estar “desesperadas por la lluvia”.

4. Reverdecen la Tierra

A medida que los huracanes tocan tierra, su viento sopla esporas y semillas más allá de donde normalmente caerían. Este efecto puede verse a miles de kilómetros tierra adentro a medida que las tormentas se alejan de la costa.

Los huracanes a menudo dispersan el follaje de los árboles, lo que combate los incendios forestales.

Los nutrientes frescos y los sedimentos que traen los huracanes pueden generar nuevos brotes de plantas, lo que más tarde puede conducir a un crecimiento en la fauna.

Fuente e imagen: https://www.semana.com/nacion/articulo/huracan-iota-los-efectos-positivos-del-fenomeno-en-el-medioambiente/202038/

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La escuela antártica

Por: Carmelo Marcén

La aventura podría haber comenzado por un mensaje a través de WhatsApp que escribiría un pingüino al que podríamos llamar Javi, nombre prestado momentáneamente por uno de nuestros amigos científicos, catedrático de Ecología en la UAM. Podríamos haber replicado el nombre de Ana, una exploradora polar, investigadora en la UAM galardonada en 2019 con eI “I Premio Margarita Salas a la mejor trayectoria científica”. Ambos viajan hacia el continente helado cada pocos años para estudiar, entre otras cosas, la evolución de especies invasoras que ya están alterando la biodiversidad propia de esas latitudes. Por cierto, las escuelas deberían dedicar un tiempo a conocer y reconocer el papel de mujeres y hombres que se desplazan desde varios países hasta allí en los meses de nuestro invierno para investigar: leer e interpretar el pasado y adivinar algo el futuro, pues los hielos antárticos guardan señales diversas de ambos estadios.

Desconocemos si el pingüino aludido es un ejemplar de la especie adeia, emperador, barbijo, macaroni o juanito, de las cuales se puede saber algo más en esta entrada de Greenpeace. Estas aves siempre despiertan curiosidad, con sus movimientos aparentemente torpes en tierra y ágiles en el mar; tanto que se han instalado cámaras para seguir su vida, especialmente reproductiva, a lo largo del año. Una recomendación: no se pierdan La Marche de l’empereur (El viaje del emperador) de Luc Jacquet, un delicado y admirable ejemplo de la lucha de esta especie de pingüinos por la supervivencia en un medio extremadamente difícil. Está disponible en varias plataformas de televisión.

Podríamos llevar mentalmente la escuela a la Antártida. Nos serviría de vehículo emocional el libro Antártida. El continente de los prodigios, de Mario Cuesta, por lo que allí cuenta, maravillas extraordinarias, y las preciosas ilustraciones de Raquel Martín. Por cierto, en la portada aparecen nuestros admirados pingüinos. Además convendría conocer un poco de la historia de la exploración de estos territorios. National Geographic nos acerca de forma resumida la carrera que emprendieron Scott y Amundsen para ver quién llegaba el primero al Polo Sur.

Cerramos los ojos y nos imaginamos que nuestra escuela está emplazada allí. Veríamos pingüinos, de especies diversas como cuenta la entrada de Greenpeace que antes hemos mencionado, si recalábamos en alguno de sus santuarios. Aquí incluimos una puerta para entrar en BBC Earth. Planeta vivo II. La mayor colonia de pingüinos del mundo. Seguro que por ahí andarían los imaginariamente renombrados Javi y Ana, o algunos amigos suyos.

Sin duda, ellos y otros nos contarían que este año han vivido el invierno más caluroso de los últimos 30 años; en esos meses hemos tenido un tórrido verano en muchos lugares del Hemisferio Norte. Esa sensación de los pingüinos se corresponde con la realidad pues así lo ha comprobado una investigación de la Universidad de Santiago de Chile, en su zona de administración. Hay que decir, para quienes no lo sepan, que el Tratado Antártico que entró en vigor en 1961 –el 4 de octubre de 1991 se firmó en Madrid un “Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente” para reforzarlo– asigna a una serie de países ciertas responsabilidades sobre diferentes partes del continente helado. Tanto calor ha hecho que el 7 de junio se midió en la Isla Jorge una temperatura máxima de 2,2 ºC, que para allí y en invierno es una auténtica barbaridad. Otra curiosidad: cayeron más de 250 ml en forma de agua a lo largo del invierno, que supone un hecho insólito. Los científicos opinan que detrás de estas anomalías está el cambio climático. Habrá que recordar que en esa zona llueve muy poco anualmente; hay mucho hielo porque la precipitación nivosa se acumula año tras año, siglo tras siglo. Hasta ahora.

A ninguna escuela se le ocurriría viajar de verdad hasta allí. Está muy lejos y harían falta cantidad de medios que suponen un gasto ecológico tremendo. Además, su llegada allí sería un desastre ambiental, habida cuenta de la fragilidad del espacio; llevarían contaminantes varios que harían peligrar mucho su futuro. Quizás se podría conocer algo más de la Antártida escribiendo a alguna escuela chilena o argentina emplazada en el extremo sur de América, no demasiado lejos del estrecho de Magallanes. Es más, la contaminación ya ha llegado a la Antártida y los mares circundantes como denuncian investigadores del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas). Han encontrado contaminantes sólidos llevados por las pocas personas que visitan el continente antártico –los científicos cuidan mucho pero también llegan algunos turistas–, otros contaminantes van por el aire en forma de aerosoles o los llevan las corrientes marinas, como los microplásticos.

En febrero de 2019 publicamos en este mismo blog “Antártida en deshielo, presagio de problemas” invitando a llevar esos territorios a la escuela para trabajar por ellos. Ahora que nos sentimos una escuela antártica, allí emplazada con la imaginación, comprobaríamos con preocupación que dos de los grandes glaciares de la Antártida –el de la isla Pine y el Thwaites en el Mar de Amundsen- se debilitan con extraordinaria rapidez. Es más, parece que el mayor deshielo de los últimos 12.000 años se producirá durante este siglo. Esperemos que el alumnado de las escuelas que nos siguen desde Latinoamérica y España, que recorrerán mes a mes este siglo, no lo vea hecho realidad. Si el hielo de la Antártida incrementa las aguas de los mares…

Para acabar queremos dejar una nota de color que anime a que las escuelas se hagan protectoras de la Antártida, por las maravillas que guarda y se pueden perder. elDiario.es publicaba el 1 de octubre pasado “¿Hay glaciares que sangran?”, pues una catarata suelta aguas rojas. ¿Será verdad o no? Lean el artículo.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2020/10/16/la-escuela-antartica/

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Proyectos educativos para la reconexión con el medioambiente

Por: Carmelo Marcén

Nada resulta fácil en estos momentos en los centros educativos. Embarcados en aventuras inéditas, muchos han tenido que pertrecharse apresuradamente para un ensayo del cual no tenían precedentes ni entrenamiento. A pesar de todo, han ido acondicionando sus espacios e itinerarios formativos a las nuevas exigencias pandémicas; el tiempo dirá si ha sido suficiente. Ojalá tengan más satisfacciones que contratiempos.

Antes de nada, desde cualquier esquina que miremos, hay que reconocer el esfuerzo de todas las comunidades educativas, grandes o pequeñas; desde infantil hasta bachillerato o FP, también las facultades universitarias. Además de las prevenciones sanitarias y organizativas, han debido preguntarse por el sentido y dimensión de la nueva educación. De ahí han brotado iniciativas interesantes de trabajo diferente, por los temas que tratan y porque potencian la Red como vehículo de aprendizaje, como intercambio de experiencias. Han surgido propuestas de diversos tipos; aquí vamos a fijarnos en algunas, especialmente dedicadas a los tramos de enseñanza obligatoria, que se podrían agrupar en algo tan necesario como la Educación Ambiental, desde muy diversas modalidades. De forma generosa, el profesorado que las ha diseñado las ha puesto al servicio de quien quiera. Un detalle bonito en estas fechas en las que los aprendizajes on line han venido para quedarse y se agradecen impulsos de todo tipo.

Un buen ejemplo de estas iniciativas/proyectos podría ser la propuesta de Profesores por el futuro (Teachers for future Spain). Hay que conocerla pues seguro que es útil en algún momento de esta difícil vuelta al aula. De entre todos los proyectos que abordan para favorecer el trabajo escolar y la participación podemos resaltar aquellos que se detienen en el cambio climático y las emergencias que trae consigo. También los que hablan de consumo o residuos cero. La cabecera de su página no podría ser más elocuente: Acciones desde la educación por el medioambiente. Casi nos valdría también su viceversa, porque el medioambiente es un excelente escenario educativo si sabemos dialogar con él. Incluyen enlaces para trabajar otros temas ambientales. Novedoso su Calendario escolar medioambiental.

El profesorado atento tiene muchos sitios donde mirar. #EA26 es una plataforma de búsqueda de horizontes didácticos, a la vez que un escenario de reflexión compartida entre educadores y educadoras ambientales. Allí se encontrarán debates, reflexiones, entradas a la educación ecosocial y una buena colección de referencias bibliográficas y videográficas. Este foro de debate anima a la incorporación de quienes busquen un buen camino para organizar su educación ambiental. Por su parte, ESenRED funciona como una red de centros que llevan muchos años de acción coordinada para rescatar de la vida los temas ambientales y llevarlos a las aulas, con una dimensión de compromiso participativo. Últimamente están ocupados en diseñar e investigar sobre las vacunas que le irían bien al planeta.

Sirvan estos portales como ejemplo, por no hacer demasiado prolija la relación y así evitar olvidos. Seguro que en cada comunidad autónoma podrán encontrarse proyectos similares; solamente hay que buscarlos y adaptarlos a las peculiaridades del centro. Es más, las administraciones –europea, estatal, autonómicas y municipales– intentan potenciar las sugerencias educativas medioambientales entre el profesorado y el alumnado, especialmente aquellas que se apoyan en el trabajo en red, dado que la formación no presencial lo exige cada día más.

Hay también impulsos muy interesantes que surgen desde fuera de las aulas. Traemos aquí uno como ejemplo. Se trata de Re-conectándonos, el programa piloto de apoyo al sistema educativo mediante la generación de nuevos aprendizajes desde la Educación Ambiental, elaborado por la Red de Equipamientos de Educación Ambiental para el primer trimestre del curso 2020-21. Su intención es ayudar a los centros educativos en su búsqueda de escenarios que limiten la posible aparición de brotes en ellos. Pero, además, esta u otras propuestas del mismo tipo suponen un servicio público que va más allá de lo meramente práctico, pues intenta la formación del profesorado y del alumnado en algo tan valioso como es la percepción comprometida del medio natural, tan fundamental para la formación particular y el compromiso colectivo. Exponen en su propuesta: “Este programa piloto se fundamenta en la generación de nuevos escenarios de aprendizaje y pretende utilizar espacios exteriores del aula que faciliten y enriquezcan el desarrollo del currículum escolar. Estos espacios pueden incluir el patio escolar, el entorno cercano, los espacios periurbanos y las áreas naturales”. Para ello se ofrece la colaboración de profesionales de la educación ambiental en el diseño adaptado a cada centro y en la posterior puesta en marcha de los proyectos.

El desarrollo de la labor docente exige en estos tiempos más profesionales educativos que puedan favorecer los aprendizajes en grupos más pequeños. Sería conveniente que todos los centros se asomasen a los retos que el programa piloto se propone, que debatiesen su idoneidad para cada escuela. Aunque esté formulado para el primer trimestre, los argumentos educativos que plantea –dirigidos tanto a la comunidad educativa en su conjunto como al alumnado y al profesorado– son trascendentales cuando vivimos dentro de múltiples incertidumbres.

En los proyectos que comentamos, en otros muchos que no caben aquí, fluye la idea de educar al aire libre, de reconectar con ese medioambiente que hemos tenido muchas veces minusvalorado. La historia escolar y social nos recuerda que ha habido ocasiones en las que se han puesto en práctica formatos renovadores, apoyados en metodologías particulares y dirigidos a la búsqueda de la formación más completa, priorizando el trabajo dentro del medio natural, próximo al centro o más alejado. Quién sabe si ahora es el mejor momento para hablar de ello, para elaborar proyectos colectivos, o habrá que esperar un poco a que la virulencia pandémica nos deje tiempo y permita más alegrías. En cualquier caso, es un escenario que debe quedar abierto para explorar, máxime cuando el profesorado es consciente de que se requiere con urgencia una renovación curricular.

Se pueden encontrar muchos más proyectos, recursos o iniciativas varias para reconectar con el medioambiente, también con la naturaleza, en la Carpeta Informativa del Ceneam del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, el Centro de Documentación y Recursos para la Educación Ambiental de Cantabria (Cedreac) y el Centro de Documentación del Agua y del Medio Ambiente (Cdamaz) del Ayuntamiento de Zaragoza, entre otros sitios. También en la Guía de Recursos educativos sobre cambio climático, elaborada por el Recida (Red de Centros de Información y Documentación Ambiental) o en Resclima (Respuestas educativas y sociales al cambio climático) de la Universidad de Santiago de Compostela. En cada una de estas cinco páginas, podríamos haber citado otras sumamente interesantes, se accede a enlaces a programas y recursos diversos, tanto de España como de Latinoamérica. Igualmente a proyectos de organismos internaciones, entidades sociales y países europeos.

Al final quien quiere organizar un proyecto de futuro puede, el éxito depende del tiempo y circunstancias propias y ajenas. No se debe olvidar que el aprendizaje es experiencia, especialmente cuando se descubre el medio natural o la relación con el medioambiente ecosocial, próximo o lejano. El desarrollo de un proyecto educativo, compartido y comprometido, lo facilita.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2020/09/18/proyectos-educativos-para-la-reconexion-con-el-medioambiente/

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América Latina: Resistir. Mujeres rurales en contra del extractivismo

América Latina/Autora y fuente: Karina Cárdenas

En los últimos años han emergido una cantidad importante de organizaciones de mujeres para luchar en contra del sistema extractivista en Latinoamérica. Especialmente en contextos rurales. Estas mujeres han denunciado los serios efectos causados por este sistema no solo en la naturaleza, sino también en sus vidas, condiciones socioeconómicas y culturales. Para contrarrestar esta situación, mujeres rurales organizadas realizan prácticas de resistencia en contra del sistema extractivista.

Un ejemplo de esto, es las organización chilena Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, ANAMURI, quienes, siendo una organización de base, interesantemente desarrollan estrategias colectivas que no solo buscan mejorar el bienestar de las mujeres y sus familias, sino que también buscan proteger al medioambiente y la cultura rural e indígena de sus socias. Este video por tanto, muestra experiencias de resistencia de las socias de Anamuri a lo largo de Chile recogidas durante mi trabajo de campo el año 2019.

– Investigación: Karina Cárdenas, Trabajadora social; Máster en Estudios Latinoamericanos, Centro de Estudios y Documentación Latinoamericanos, CEDLA, Universidad de Amsterdam.

– Edición: Raúl Palacios

Fuente: Karina Cárdenas

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Una nueva generación de ‘malalas’ y ‘gretas’

Noticia/06 Agosto 2020/elpais.com

Jóvenes desde Brasil, India, Bangladés o Kenia conforman una red que lucha, con iniciativas locales, por los derechos de los transexuales, contra la deforestación, el desperdicio, la falta de agua o la exclusión social. Quieren cambiar el mundo

¿Qué tienen en común una joven de Bangladés que lucha por los derechos de los transexuales, una chica de India que defiende el buen uso del agua y acabar con el desperdicio, un joven brasileño que recorre las escuelas plantando la semilla del activismo medioambiental y una bailarina estadounidense que viaja a Kenia para usar la danza como herramienta contra la exclusión social?

Malala Yousafzai, a sus 15 años, se convirtió, quizás de la manera más trágica, en el símbolo mundial de la defensa de los derechos civiles y la educación para las niñas en Pakistán. Años más tarde, pero a la misma edad, en Suecia, Greta Thunberg comenzaría una huelga escolar que la auparía a portadas de todos los medios de comunicación como símbolo de la lucha contra el calentamiento global. Estas dos adolescentes acaparan la atención mediática y los flashes allá donde van. Sin embargo, no son las únicas que abanderan una lucha desde tan temprano.

Lamea Tanjin Tanha, Garvita Gulhati, Vitor Zanellato y Sophia Andrews comenzaron sus proyectos a los 12, los 15, los 12 y los 13 años respectivamente. Los cuatro querían cambiar el mundo que les ha tocado vivir y aún hoy sueñan y trabajan para ello. Ellos, junto a otros miles repartidos por todo el mundo, pertenecen a la red de jóvenes changemaker, una iniciativa que puso en marcha la Fundación Ashoka, que busca a menores de 21 que no solo tengan proyectos que solucionen problemas localmente, sino que sean referentes y embajadores del mensaje de que todos podemos cambiar el mundo. Estas son algunas de sus iniciativas.

Vitor Zanellato, guardián de los bosques de Brasil

Vitor creció en la localidad de Atalanta en Santa Catarina, una comunidad ubicada en medio del bosque atlántico en Brasil, al sur del país, en la que la mayoría de sus habitantes viven de la producción agrícola de sus granjas familiares. «No queríamos quedarnos en la teoría, queríamos empezar a realizar acciones que tuvieran una repercusión más allá», explica Zanellato, a través de Zoom desde su casa.

El proyecto Plantando o Futuro comenzó en 2016, en una reunión informal entre Vitor y 10 amigos más, después de sus clases del instituto, en un paseo en bicicleta por la zona. Su propósito era trabajar para la defensa, preservación y recuperación del medio ambiente, promoviendo la educación ambiental en centros educativos y escuelas. «Nuestros profesores nos apoyaron desde el principio que les planteamos nuestra iniciativa», explica Zanellato, que ve fundamental, en un país con la biodiversidad de Brasil, y las políticas del Gobierno de Bolsonaro, su función de involucrar a más jóvenes para promover acciones y mitigar los efectos del cambio climático, pero también a la sociedad. «No quiero imaginar cuál sería el impacto real si además de los jóvenes, también otros sectores de la sociedad civil, más organizaciones y un grupo de ciudadanos críticos con las políticas actuales lucharan unidos», añade el joven, de 17 años, que el año que viene ira a la Universidad.

«No teníamos la sensación de que fuéramos jóvenes, teníamos una idea y pensamos que era buena, así que seguimos adelante», asegura Zanellato, sobre la reticencia que podría presentar un grupo de amigos de entre 12 y 15 años que querían iniciar un proyecto medioambiental. Comenzaron con varios ambientales en su escuela, a los que fueron sumándose más jóvenes y más familias. La ONG local Apremavi se interesó por su trabajo, y juntos, desde el verano de 2019, han desarrollado más de 30 proyectos enfocados en la preservación ambiental, consiguiendo plantar 4.000 árboles hasta ahora. «No importan la cantidad de obstáculos que uno encuentre, hay que seguir», zanja Zanellato.

Lamea Tanjin Tanha, defensora de los transexuales en Bangladés

Fue a los 12 años cuando la madre de Lamea TanjinTanha le contó una historia que marcaría su vida y que ella no podía recordar sin ayuda. Recién nacida, a Tanha la visitaba un grupo de hijra, nombre por el que se conocen a los transexuales en Bangladés. Su madre, después de tantos años, aún recordaba el nombre del líder del grupo, Mala Hijra. Su madre, al contrario que la mayoría en Bangladés, fue amigable con ellos y nunca pensó que les traería mala suerte si no le daba limosna, una de las creencias más populares. «Escuchar esa historia me emocionó y decidí que haría lo necesario para ayudarles, por duro que fuera el desafío», asegura Tanjin Tanha.

En 2017 comenzó con su proyecto, que se llama TransEnd y tiene objetivo cerrar la brecha entre la comunidad transgénero y la sociedad general, ayudando a aquellos que se identifican así y obtener libertad financiera y social. Algo tan sencillo como conseguir un trabajo de camarero o un alquiler es algo impensable para los miembros de esta comunidad. «Son abandonados por sus familias, están solos, muchas veces tienen que vivir de lo que piden en la calle y otros muchos se ven obligados a prostituirse», contextualiza Tanjin Tanha. «Cuando comencé a investigar su situación y a hablar con algunos de ellos, al final iban acercándose más y más a mí para confesar sus problemas».

Lamea Tanjin Tanha, a la izquierda, realiza una encuesta entre un grupo de transexuales en Dacca (Bangladés).
Lamea Tanjin Tanha, a la izquierda, realiza una encuesta entre un grupo de transexuales en Dacca (Bangladés). L.T.T.

Tanjin Tanha, que ahora estudia su segundo año de literatura inglesa en la universidad de Dacca, ya no está sola en esta nueva aventura, y trabaja con otros cinco jóvenes más. En 2020, y a pesar de las duras condiciones por la covid-19, ha realizado diversas encuestas para comprender mejor las necesidades de la comunidad y apoyar el diseño de soluciones creadas por la misma. «Luchar por los derechos de los transexuales en Bangladés es hacerlo por los derechos humanos, nada más. ¿Por qué una feminista cuando habla de derechos para las mujeres no puede también incluir a los transexuales?», se pregunta Tanha.

Sophia Andrews, bailarina contra la exclusión social en Kenia

El viaje a Kenia a los 14 años, en 2016, cambió para siempre a Sophia Andrews. «Fue mi primer viaje sin mis padres, fue duro para ellos, pero allí pude conocer la realidad de muchas niñas que como yo, querían bailar, pero no tenían los recursos», explica Andrews a través de Zoom. En Nairobi conoció a Esther, una niña huérfana en la casa de Happy Children Life. A su vuelta, y  con el dinero que ganaba como niñera, apoyó a Esther y el orfanato en el que se encontraba para que pudiera realizar su sueño.

Pero para Sophia conseguir hacer realidad el sueño de Esther no era suficiente. En 2017 fundó Ngoma Kenya, una organización para igualar el acceso a las artes y la capacidad de los jóvenes para alcanzar su máximo potencial a través de la expresión cultural y personal en los barrios con menos recurso en la capital keniana. Su proyecto fomenta el baile y la integración con la cultura local. «Siendo mujer y niña y sabiendo que soy la más joven en una habitación llena de adultos a los que convencer de una idea, sé que tengo que trabajar diez veces más para conseguirlo», explica Andrews, recién graduada en el instituto en Delaware y en plena mudanza para empezar la universidad en Washington. «Lo más deseo es acabar mi carrera para focalizarme en mi proyecto en Kenia», asegura Andrews, país al que ha vuelto ocho veces desde que inició su proyecto.

Garvita Gulhati, salvaguardia del agua en India

«En 2015 India vivió una de las peores sequías que recordamos. Los agricultores se suicidaban por la tragedia de no recoger nada para comer o vender, familias enteras andando muchos kilómetros para conseguir agua para sobrevivir… Aquella situación me marcó para siempre», explica desde su casa en Bangalore Garvita Gulhati, que con 15 años y  junto con su amiga Pooja, crearon Whywaste? (Por qué desperdiciar?, en inglés), una organización que educa a los ciudadanos de manera creativa para reducir el desperdicio de agua, principalmente en los restaurantes donde se calcula que se desperdician cuatro millones de galones de agua por año en India.

«Comencé visitando los restaurantes alrededor de mi casa, pero ¿quién iba a hacer caso a una niña de 15 años?», explica Gulhati, que más tarde pediría a su madre que en coche la llevara a zonas más alejadas, y así poder seguir predicando su mensaje. «En India es normal tener agua en la mesa de cada consumidor. Lo que les planteaba a los dueños era, ¿por qué no preguntas sí quieren agua y en ese caso, servirla? Así no siempre hay agua que a lo mejor no se usa y hay que igualmente tirar», explica Gulhati, que promovió la llamada iniciativa El vaso medio lleno que con el hashtag #GlassHalfFull se hizo muy popular en India en 2019. El método que proponía Gulhati es que cada restaurante solo llene la mitad de cada vaso del consumidor, y así salvar miles de litros de agua cada día.

Garvita Gulhati, durante una charla sobre su proyecto.
Garvita Gulhati, durante una charla sobre su proyecto. G. G.

«Los inicios fueron difíciles, cuando estabas casi sola luchando contra todo, amigos que sí te apoyaban, pero otros que se reían de tus ideas», explica Gulhati, que ahora tiene 20 años y estudia para ser ingeniera de telecomunicaciones. Su organización, Whywaste?, que no ha parado de crecer en este lustro, también trabaja con estudiantes de Secundaria para que se atrevan a plantear soluciones a los problemas que les interesan. Este modelo se ha extendido a otras 20 escuelas de Bangalore y a otras partes de India. «Queremos transmitir la idea de que las personas con ganas de cambiar las cosas son necesarias. Y la importancia que tiene proteger el medio ambiente».

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/08/04/planeta_futuro/1596527853_231190.html

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Actividades para vivir el medioambiente desde casa

Por: Carmelo Marcén

A lo largo de los próximos días y semanas os queremos ir presentando diferentes herramientas con las que poder «salir de casa» y respetar el confinamiento al mismo tiempo. Vamos a ir empezando poco a poco y cada ciertos días iremos añadiendo más y más propuestas que irán, desde pasear por Parques Nacionales a escuchar e identificar pájaros por su canto o conocer el principio de las cosas. ¡Comenzamos!

Un diario muy resumido del medioambiente doméstico

En estos días que no podemos salir hemos de aprovechar el tiempo para hacer cosas diferentes a las habituales. Algo nos ocuparán las actividades, jugaremos con modelos clásicos o a inventarnos juegos, nos responsabilizaremos de ciertas tareas de la casa, veremos un poco la tele o nos engancharemos un rato a los dispositivos electrónicos. Pero hay tiempo para todo; por eso recomendamos pararse a pensar unos minutos en todo eso que hacemos cotidianamente en casa que tiene que ver mucho con nuestra relación con el medioambiente. Aquí caben cantidad de cosas, si bien vamos a indicar algunos caminos para no perderse. Hace falta ponerse las gafas de explorar y tomar notas, pues en muchas ocasiones nuestras rutinas nos impiden sacar partido de lo que hacemos bien, o menos bien. Por eso, mejor si lo vamos escribiendo; así nos servirá a nosotros e incluso podremos enseñarlo, o enviarlo en un whatsapp a nuestras amistades.

Esta es una propuesta para hacer en equipo; estaría bien ensayarla en familia. Después podemos llevarla al grupo de WhatsApp u otras redes que tenemos con los compañeros y compañeras de clase. Seguro que cada cual tendrá su visión de las cosas que hace, aunque si se piensa con un poco de detenimiento se verá que poco a poco surgen coincidencias. Se trata de ir anotando en una tabla pequeñas o grandes acciones que tienen que ver con una parte del medioambiente; el real, no ese que estudiamos en aquella lección en el colegio o el instituto. Esta actividad se podría titular “Una gincana por el medioambiente casero”. Avisamos ya de que nos dará una visión incompleta, hay otras muchas más cosas que podríamos revisar.

Vamos a fijarnos solamente en cada actuación que tiene que ver con el consumo de agua, energía y otros materiales que tienen que ver con la producción de residuos; no tratamos aquí de los alimentos pero habría mucho que hablar. Repasar ciertos hábitos cotidianos es como abrir una ventana de casa y lanzar una mirada a la naturaleza, ahora que está más lejos. Nadie negará que el agua y la energía son parte de ella, como la tierra y el aire. Solo es necesario recordar que en la cultura occidental, desde los griegos, los cuatro elementos motores de todo fueron agua, fuego, aire y tierra; de hecho, están incorporados a las ideas de varias religiones. Quiénes tengan interés lo pueden buscar en Internet y lo comprobarán.

Una cuestión básica para entender cómo funciona una casa, que ahora se asemeja un poco a la naturaleza de la que estamos distanciados, es conocer cómo cada persona se relaciona con ella. Para facilitar esta tarea hemos preparado una tabla, para anotar. Reproducir esa hoja de la ilustración y colocarla en un lugar visible de casa. Enviadla al grupo si esto lo hacéis con la gente de clase. Se trata de que cada miembro de la familia, o del grupo, vaya anotando con una rayita las veces que hace tal o cual cosa. Aquí ponemos un número para identificar a los miembros de la familia: yo mismo, hermanos, madres o padres, otras personas que están en nuestro domicilio. Aunque es mejor que cada cual escriba su nombre. Al final del día, después de la cena, se puede comentar cómo ha ido la cosa. Lo mismo han de hacer quienes están en el grupo de clase. Si resulta complicado dedicar un tiempo diario a la reflexión se puede hacer el recuento semanal; no os olvidéis de hacer los totales de cada persona y los de la familia o grupo.

Convendría guardar los datos de días sucesivos, mientras dure el confinamiento en casa, para comentar entre todos los miembros de la familia, o del grupo, lo que supone tener o no una serie de servicios que nos procura la gente que trabaja para nosotros. Quizás, llegado el momento, se puede hacer un plan general de comportamientos familiares, o colectivos, y ajustar los consumos de algunas cosas; mejorar los hábitos personales ayuda al medioambiente que aquí se limita a agua, electricidad y producción de residuos únicamente.

Convendría resumir los hábitos, a la vista de los datos, referidos a los distintos días o semanas. Habría que jugar también con las cifras de, al menos, tres de semanas; los fines de semana también cuentan, no cabe el relajamiento. Así se podría valorar si los hábitos/usos parecen muchos o pocos, si son necesarios. Incluso distinguir con algún reconocimiento, a los más pequeños les reconforta, aquellos comportamientos que merecen un premio. Se puede hablar igualmente sobre si alguna persona en especial se ha responsabilizado de determinada tarea, y si en los días normales también sucede así, lo cual permitiría organizar la vida posterior y repartir esas ocupaciones fundamentales.
Volviendo al principio. Habíamos comentado que muchas de estas acciones tienen que ver con aquellos cuatro principios de los que hablaban los griegos: agua, fuego/energía, aire y tierra. La tabla que sigue recoge un poco de lo que estamos hablando. Esta sí que hay que completarla en grupo. Se trata de encontrar señales de esos principios de vida en cada una de las acciones y decir en qué parte del proceso es más visible, y cómo. Rellenamos un par de casos a modo de ejemplo. Es posible que los más pequeños necesiten alguna ayuda para la interpretación. Puede quedar alguna casilla en blanco.

También conviene jugar con el tiempo. Hay que estimar las horas que diariamente dedicamos a satisfacer estas necesidades, contemplarlas también en relación con los trabajos que muchas personas habrán tenido que realizar para que disfrutemos de ellas

Por fin, hay que apuntar:

  • Lo que mejor hemos hecho y cómo están de repartidos los compromisos:
  • Aquello en lo que debemos mejorar, ahora y para siempre:

No estaría de más poner nota a cada una de las tareas:

  • Puntuad entre 1 (apropiado) y 10 (imprescindible) cada una de las acciones:
  • Separad aquellas acciones en las que su riguroso cumplimiento es solamente ahora en esta crisis o siempre.

Es interesante llevar a cabo una valoración familiar de nuestra dependencia con el exterior, lo que en forma resumida podríamos llamar medioambiente. Hay que ser sinceros y decir si alguien no ha cuidado mucho a la hora de apuntar y se ha olvidado alguna vez. Aunque ya lo decíamos antes, habrá que hablar de los servicios públicos, de las personas que permiten que en estos días de confinamiento nos resulte un poco menos complicado pasar cada jornada y poder hacer las cosas necesarias. Al final, como síntesis cada cual puede resumir en una frase lo que ha supuesto esta experiencia.

El sueño de repartir el agua como respuesta al Covid-19

Para empezar a repartir afectos hacia el agua un poema. “Toda el agua del mundo es una abuela/ que nos cuenta naufragios y regatas/ que nos moja la sed y da permiso/ para seguir viviendo otro semestre”, al decir de Mario Benedetti.

El agua de la que disponemos para la vida, la dulce, escasea en muchos lugares. ¡Qué paradoja llamar a la Tierra “el Planeta Agua” y decir que escasea! El hecho es que en ocasiones es muy difícil repartirla para todos los seres vivos, ni siquiera mucha gente puede conseguirla cuando más la necesita. ¡Sueña con el agua! Normal que esto suceda. A periodos largos de sequía le siguen aguas torrenciales en algunos lugares. En otros nunca llueve. Además, ahora ya no cae con el ritmo de antes, por lo del cambio climático. Ya lo dice el refrán: si alguna vez el agua moja, no lo hace a gusto de todos.

Cuando la ONU propuso la celebración de la Década del Agua 2005-2015 elaboró un material sumamente interesante: El agua fuente de vida. En él se habla del agua y las mujeres, el agua y salud con saneamiento, el agua y la producción de alimentos y bienes, y muchas cosas de sumo interés a escala mundial. Porque hay que conocer que aunque hay agua en cantidad suficiente para toda la gente en todo el mundo, muchas personas carecen de ella. Lo saben bien esas tres mujeres cuyas vidas fueron transformadas gracias al acceso de agua para beber que relata el documental El poder del agua limpia producido por National Geographic, en el cual se expresan muchas ilusiones y deseos, necesarios para descubrir el sueño que disponer de agua representa para todos. Porque en muchos lugares, en especial en África, el agua y el saneamiento se han convertido en una especie de violencia de género.

¿Pero por qué un llueve si hay agua en las nubes que tanto se mueven? Se cuenta por algunos lugares una leyenda que dice que cuando los grillos estridulan (el cri-cri repetido) es que barruntan la humedad; o sea que va a llover. En tiempos, la gente hacía romerías para llamar a la lluvia, cantaba letanías a los santos. Los grillos parece que no recitan cosas religiosas y desconocemos si sueñan con el agua. Sabemos que el ruidoso movimiento de las alas de los machos es para llamar la atención de las hembras y convencerlas para que se apareen. Recuerdo que de ellos se hablaba en la sedienta estepa monegrina -una zona semi desértica que hay en Aragón de la cual se pueden capturar bellas imágenes asomándose a Internet- donde pasé la niñez; se confiaba en el buen hacer de los grillos (algunos los confunden con las cigarras). También se estima su poder llovedor en Sudamérica.

Hay un pueblo nativo de Bolivia, los Ayoreos –gente que vive de la caza y de la recolección- que tenía una abuela Direjna que era la dueña del agua. Así, dónde sea que ella fuere llovía. Parece ser que hubo un tiempo en el que la gente no la quería. La abuela Grillo se marchó ofendida. A partir de entonces aumentaron los días de calor y sequía. Dice la leyenda que marchó al segundo cielo y desde ahí es capaz de enviar lluvia cada vez que alguien cuenta su historia con un buen deseo. ¿Conocería la leyenda Benedetti que acaba su poema agua que encabeza este artículo diciendo que la abuela da seis meses más de vida? A partir de esta trama, inventada o no, se hizo el guión de La abuela Grillo, un corto de animación precioso. Durante su narración nos hace ver los problemas que generan la distribución y el hecho de compartir el agua. También nos ilustra sobre las guerras del agua, acerca de la codicia de unos frente a la pobreza de otros. Merece la pena verlo en familia, grandes y pequeños, y comentar lo que expresa. Sobre el mismo tema trata También la lluvia, la película de Icíar Bolláin. Seguro que la encuentran en alguna plataforma de tele. Lo más interesante sería comentar/comparar los lenguajes fílmicos que una y otra traen, si abordan o no la misma cuestión, si aparecen en la historia buenos y malos, etc.

Soñar con el agua conduce a espejismos. Para conocer lo que suponen estos en algunos lugares, invitamos a todos a realizar un viaje a la India en busca de “Los sueños del agua”, expresados en el material que la ONU preparó para la exposición internacional “Agua y Sostenibilidad” celebrada en Zaragoza en el año 2008. Soñar con el agua en Mumbay es lo que hace una niña, Nandini, cada día. En un país de tantos contrastes sobra el agua para unos pocos y falta para otros muchos. Repartir el agua no resulta fácil.

Agua que se ha convertido en un sueño debido al COVID-19. En estos momentos, disponer de agua suficiente y de calidad es todavía un ilusión mayor, pero en este caso también está mal repartida. Leímos en una Web americana que millones de personas no tienen agua para combatir el coronavirus. Dicen las cifras del Banco Mundial que por más que Latinoamérica disponga de casi un 31% de las fuentes de agua dulce del mundo, casi 37 millones de personas no tienen acceso al servicio de agua potable. ¿Qué puede suponer eso si allí llega la pandemia? Ahora, según UNICEF-OMS alrededor del 82% de la población de Latinoamérica tiene acceso a agua potable segura, mientras que solo el 37% a un saneamiento seguro; qué decir de lo que está ocurriendo ahora mismo en África, en donde si la pobreza se alía con la pandemia puede componer un aterrador escenario. Tendrán que apelar muy fuerte a Yemayá reparta agua por Nigeria o que el dios Anzar haga lo mismo en el norte. Agua suficiente para mejorar la economía pero también la salud. Por eso, el lavado de manos varias veces al día es fundamental. Si alguien tiene alguna duda, solamente debe mirar la página de Unicef, que habla de lo importante que es el lavado de manos y otras cosas que relacionan agua con higiene y salud.

El agua es un vehículo en donde viaja la salud, se ha convertido en una de nuestras mejores aliadas contra el coronavirus. En nuestros países ricos la potabilizan añadiéndole el hipoclorito –lejía- y otros desinfectantes para destruir los posibles patógenos que pudiera tener en origen. También dentro de ella viajan los desinfectantes que lanzan los equipos que limpian ahora más que nunca nuestras calles, ciudades y estancias –como hospitales, residencias de mayores y lugares de tránsito-. En ella se disuelve el jabón (con sus sales y triglicéridos) que protege nuestras manos una y otra vez de las posibles trazas del coronavirus. Con ella, convenientemente calentada y con los aditivos necesarios, se lavan buena parte de los materiales reutilizables para luchar contra la pandemia. Seguro que el personal sanitario se acuerda de ella cada vez que se prepara para su trabajo, cuando se ducha en casa tras una jornada agotadora, porque le transfiere antisépticos o desinfectantes útiles. Así se lleva los patógenos víricos no se sabe dónde; tampoco nos importa mucho ahora. Bastantes cosas aprenderemos de esta pandemia, seguro que un nuevo sueño de todos será valorar el agua cada día más, para usarla mejor y querer repartirla. Ahora mismo, merece el mismo aplauso, al menos con el pensamiento, que la ciudadanía confinada lanza en España al personal sanitario y de otros servicios esenciales. Porque el agua también será sensible a los afectos, imaginamos.

No debemos despertar del sueño de Nandini hasta que consigamos que llegue a todo el mundo, que dé salud a la gente.

Disfrutar del canto de los pájaros

Un paseo por la orilla de un río reconforta. Solamente mirando con atención se despiertan los sentidos. Nos inundan colores que nos amplían los horizontes buscados, que son distintos a la llegada y cuando nos vamos, porque depende de cómo reciben y reflejan los rayos del sol, imágenes nada estáticas que cambian casi cada metro que recorremos. Qué decir si volvemos pasados unos días. La vegetación es una y muchas a la vez; la del suelo, distinta a todas, no se molesta en competir con esos árboles cercanos de portes tan diferentes. No conocemos sus nombres, da lo mismo. Son singulares y forman conjunto, no sabemos si obedecen reglas o no, tampoco importa demasiado. Si lo pensamos bien, pasear por la orilla del río es algo así como mirar un cuadro; cada uno vemos algo distinto por mucho que te lo expliquen. Sabido es que nadie pasea con la mente vacía, por ellas fluyen recuerdos de otras experiencias. ¡Cuánto nos acordamos de Machado y sus paseos por la orilla del Duero, de aquel poema al olmo herido!

También cambian mucho los sonidos del río. Nos gusta escuchar cómo se expresa el agua. Observemos esas imágenes de la ribera e intentemos ver si nos sugieren algo con claridad o solamente susurran. Imaginemos qué querrá decirnos el agua que fluye por el río. Seguro que emitirá señales, acaso desea explicar temores o hablarnos un poco de su historia. Escuchemos una parte de las grabaciones de dos ríos distintos; no hace falta identificarlos. Serán simplemente el A y el B. Anotemos impresiones y emociones que nos provocan, si nos indican algo. En este otro ejemplo, lo identificaremos como C, ya se mezclan lenguajes diferentes. Suponemos que evocan algo más a quienes quieren escuchar.

Es difícil encontrar algo más bello que el poema Pájaro del agua de Juan Ramón Jiménez, que no resistimos a reproducir aquí: Pájaro del agua/ ¿qué cantas, qué encantas?/ A la tarde nueva/ das una nostalgia/ de eternidad fresca,/ de gloria mojada./ El sol se desnuda/ sobre tu cantata./ ¡Pájaro del agua!/ Desde los rosales/ de mi jardín llama/ a esas nubes bellas,/ cargadas de lágrima./ Quisiera en las rosas/ ver gotas de plata./ ¡Pájaro del agua!/ Mi canto también/ es canto de agua./ En mi primavera,/ la nube gris baja/ hasta los rosales
de mis esperanzas./ ¡Pájaro del agua!/ Amo el son errante/ y azul que desgranas/ en las hojas verdes,/ en la fuente blanca./ ¡No te vayas tú,/ corazón con alas!/ Pájaro del agua/ ¿qué encantas, qué cantas?

Todos sabemos que en una ribera nunca faltan los sonidos de los pájaros. Se puede oír sin más o realizar una escucha atenta. Incluso hay alguien que logrará identificarlos. Quien lo desee puede viajar sin moverse de casa hasta el Museu del Ter para conocer a los pájaros del río, para identificar alguno, para disfrutar de sus cantos e incluso competir con quienes nos acompañan en casa para identificarlos. Pero la riqueza interactiva de este museo no acaba ahí. Los ríos son como la paleta de una artista llamada naturaleza. Al Ter también le pintó una variada vegetación de ribera, en la que colocó múltiples macroinvertebrados, bastantes peces, varios anfibios y algunos mamíferos. Esta Web es muy interesante. Hay que detenerse a mirar. Habla de los pájaros invernantes, estivales, residentes todo el año. Por cierto, se puede descargar el contenido en PDF.

Hay mucha gente por ahí aficionada a la ornitología. Es la que nunca se pierde lo que nos cuentan los de SEO/Bird Life. Permiten observar las aves en directo, una maravilla lograda mediante una instalación de cámaras que no provoca ninguna molestia a las aves –en este caso cernícalo primilla, lechuza común, buitre negro o halcón peregrino- ni cuando están criando. Se empeñan en llevar la naturaleza a las ciudades. Además, tienen una Guía de aves extraordinaria, para disfrutar de su belleza y muy útil cuando toque hacer algún trabajo en clase. Incluye dibujos, características de cada especie, lugares de España en dónde se pueden avistar, etc. Todo un lujo del que hay que disfrutar muchas veces, también elaborar fichas con los pájaros preferidos, los que hay que proteger, los invernantes o veraneantes, etc. Por cierto, el 20 de marzo fue el Día Mundial del gorrión, cuya población está descendiendo de forma alarmante en todo el mundo.

Por si no se sabía, ya está digitalizado el mayor archivo científico de animales del mundo Macaulay Library; nada más ni menos que 150.000 audios. Digamos que unas 9.000 especies (muchos pájaros pero también ballenas, elefantes, ranas y primates entre otros nos mandan sus sonidos).

Más de una vez nos habremos preguntado qué querrán decir los pájaros con sus cantos. Imaginémoslo: se contarán lo que hicieron el día de antes, o los planes que tienen para ese día. Otras veces emitirán llamadas de aviso, de búsqueda, o se sentirán contentos simplemente y querrán que el resto lo sepan. En más de una ocasión advierten a otros colegas de que están en territorio privado, o eso creen, pues en la naturaleza no hay fronteras. Escucha el canto de algunos de estos pájaros; y jugar en familia a adivinar lo que quieren decir es un placer que nadie se debería perder. Con ellos se podría componer una bella sinfonía que titularíamos “La naturaleza alada habla”. Para quien no lo sepa, los pájaros son protagonistas en la música clásica como se explica Julio Andrade en este artículo; quién lo desee, seguro que enlazará fácilmente con las obras citadas. Por ahora facilitamos la entrada a la soberbia interpretación de Emmanuelle Bertrand de El canto de los pájaros de Pau Casals, símbolo de la paz y libertad en todo el mundo, de la cual también se puede disfrutar en otras versiones orquestadas. También a El lenguaje de los pájaros de Jean Sibelius por la NHK Shympony Orchestra.

Quienes amen la literatura no pueden perderse el poema El vuelo de Pablo Neruda, y el relato El príncipe feliz de Oscar Wilde. El multiforme canto de los pájaros, que sin duda expresa tanto esperanzas como temores, se expresa de muchas maneras.

Disfrutar de los pájaros sin salir de casa, por ahora. Todo un lujo que nadie debería perderse. Después, habrá que buscarlos en la naturaleza real.

Visita virtual al Parque Natural o Espacio Singular

Sin salir de casa se puede disfrutar de la naturaleza y ampliar la dimensión de nuestra reducida habitación. La imaginación nos lleva a lugares desconocidos. Si no que se lo pregunten a Julio Verne, que sin viajar fue capaz de viajar por el fondo del mar, dar la vuelta a la tierra y hasta llegar a la Luna.

Nuestra propuesta de viaje es más sencilla. No hay que buscar lo extraordinario sino disfrutar de lo sencillo. Se puede ir cerca o lejos, aquí vamos a sugerir algunas visitas, pero cabe disfrutar de muchas más. Simplemente hay que indagar si cerca tenemos algún enclave natural para que la familia al complejo viaje en estos días que no puede salir de casa. Interesa que cada miembro diga qué quiere ver, qué le parece que va a encontrar. Si hay pequeños en casa, habrá que guiarlos en el descubrimiento de cosas o irles contando historias sobre el sitio elegido. Estaría bien guardar algo sobre los lugares visitados en una carpeta del escritorio del ordenador para que quienes no nos hayan acompañado esta vez puedan verlo, o para volver nosotros mismos a disfrutar de los paisajes. Vayamos con ello.

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido dispone de una completa visita virtual. No costará mucho localizarlo en un mapa. Sí, se enclava en los Pirineos españoles. Una vez allí, hay varios itinerarios para descubrir. Se puede mirar el cielo desde el Bosque de las hayas –qué tienen esos áboles para atraernos tanto–, viajar con el agua por las Gradas de Soaso –quién sería la persona afortunada que le pondría el nombre de gradas–, disfrutar de una vista aérea del parque desde una altura de 5.000 metros –hay pájaros que lo hacen–, maravillarse del Cañón de Añisclo –ese tajo a la roca caliza que parece hecho de artesanía- que ha excavado durante siglos el río Vellos. La posibilidad de ver fotos o acercar otros rincones permite maravillarse de la acción de las aguas a la hora de esculpir estos espacios, o de ascender a las cumbres como el Monte Perdido sin moverse de casa. Quienes quieran volar mucho más, como si fueran pájaros pueden realizar otras visitas virtuales. Hay varios enlaces en Youtube que pueden servir.

La visita sirve para reconocer el valor de los espacios naturales protegidos, para interrogarse, jóvenes y adultos, sobre las ventajas e inconvenientes de hacerlas así. Por cierto, existe una red española de espacios protegidos bajo la figura de Parques Nacionales, pero cada Comunudad Autónoma tiene su propia red de espacios protegidos. También una red internacional Natura 2000, que guarda la naturaleza y la biodiversidad europea. Se puede consultar los espacios de tu provincia poniendo simplemente el nombre detrás del identificador general.

Pero como hay también gente aventurera pueden viajar más lejos, sin necesidad de tomar un avión. Por ejemplo, hasta Yosemite. En una visita virtual se aprecia la majestuosidad de Mariposa Grove of Giant Sequoias; quedarse extasiado sin haberse cansado viendo las cimas de Half Dome, la aventura de Yosemite Falls y la espectacularidad del Glacier Point; explorar zonas tan bellas como Tuolumne Meadows , Hetch HetchyForesta Wawona. Habrá que comentar qué sensaciones produce llevar a cabo esa visita virtual, si se conocía algo del parque, si se sabía dónde está enclavado. Sobre todo, interesa ver de lo que es capaz la naturaleza cuando la dejan sola y le dan tiempo.

Como tras cualquier visita surgen curiosidades, cabe indagar mucho más. Así mayores y pequeños pueden apreciar la riqueza de los ecosistemas. Nada se ha dicho hasta ahora de los animales o plantas que pueden albergar estos santuarios, cofres o reservas de la biodiversidad. Existen webs que informan de quiénes viven allí. También se pueden guardar fichas de ellas en esa carpeta. No hay que escribir mucho de esas plantas o animales: por qué nos atraen, qué tienen de particular, etc. Alguna de ellas se puede adoptar como mascota virtual; seguro que apetece conocer más de ella y contarlo a quien quiera escuchar. Cuando regresemos a clase, que esperemos que sea pronto, hay que contar en el aula lo que hemos aprendido. Incluso ahora mismo podemos invitar a nuestras y nuestros compañeros.

No hay que olvidarse del espacio protegido que tenemos cerca. Hay que indagar en la Web y acudir a disfrutar de los enclaves una vez que ya podamos salir de casa. Puedes consultarlos en poniendo Red Natura 2000 añadiendo detrás el nombre de tu comunidad autónoma.
¡A disfrutar sin salir de casa!

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2020/05/07/actividades-para-vivir-el-medioambiente-desde-casa/

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