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El movimiento estudiantil venezolano

Por: Elías Jaua Milano

El 21 de noviembre de 1991 lo conmemoramos, con dolor y rabia, enterrando a tres jóvenes: dos estudiantes liceístas, Darwin Capote y José Delgado Soteldo, y al soldado Humberto López Arias, que salió en defensa de los muchachos, los tres víctimas de la masacre ocurrida en Macarao.

Cinco días antes habíamos enterrado a Gimmy Hernández, estudiante del Liceo Andrés Bello; en abril de ese mismo año nos había tocado recoger herida de muerte a nuestra compañera Belinda Álvarez en las puertas de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Todos ellos y Belinda asesinados por la Policía Metropolitana (PM), la mayoría con perdigones aliñados (con metras, clavos y tuercas).

Durante 1991 otros cinco estudiantes fueron asesinados y centenares heridos, con lesiones para toda la vida, en distintas partes del país. Prueba de que estábamos enfrentando, una vez más, una política de exterminio por parte del líder adeco Carlos Andrés Pérez, sistemático represor contra el pueblo venezolano.

Con dolores, pero con orgullo, lo digo: yo soy parte de esa corriente estudiantil popular, anti oligárquica, antimperialista, de izquierda democrática y socialista que supo poner el pecho y de abonar con sus mártires, como muchas veces lo reconoció el Comandante Chávez, el camino que se abrió la madrugada del 4 de febrero de 1992 para el pueblo venezolano.

El movimiento estudiantil venezolano tiene un continuo histórico que se remonta a febrero de 1814; a febrero de 1928; al 21 de noviembre de 1957, que da origen al día del estudiante; a la generación de los 60 que tomó el monte, con fusil al hombro, ante la brutal represión del Pacto de Punto Fijo; a las generaciones de los 70, 80 y 90 que en solitario enfrentaron la subasta del país y la exclusión y el atropello contra los sectores más humildes del pueblo. A esa historia pertenezco y a esa historia me debo.

Periodistas al servicio de las élites siempre me preguntan cuál es la diferencia entre las protestas estudiantiles en las cuales yo participé y las protestas en las que participan los estudiantes de derecha. Bien, puntualicemos algunas:

  • Nuestro movimiento era autónomo de cualquier poder interno y externo. Recuerdo que una vez, a finales de los 80, fuimos a la embajada de la Unión Soviética a entregar una carta de denuncia y lo funcionarios diplomáticos nos amenazaron con entregarnos a los órganos de seguridad. En contrario, los estudiantes de derecha están financiados y dirigidos por la embajada e instituciones del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, por sectores paramilitares de Colombia, por poderosos grupos empresariales venezolanos y «bendecidos» por la alta jerarquía de la Iglesia Católica.
  • Nuestros objetivos políticos de lucha eran la defensa de la soberanía nacional, la defensa del derecho a la educación gratuita y demás derechos sociales para el pueblo, la solidaridad con los campesinos, obreros y pobladores de los barrios explotados y reprimidos. Los estudiantes de la derecha han intentado, defendiendo los intereses de poderosas corporaciones mediáticas, empresariales y latifundistas, derrocar al gobierno bolivariano y socialista que recuperó la Independencia y la soberanía nacional, que garantizó la educación pública gratuita, que ha desarrollado un sistema de protección social para los estudiantes y el pueblo, que devolvió la tierra a los campesinos e indígenas, que restituyó plenamente los derechos laborales al pueblo trabajador. En todo esto radica la diferencia ética entre ellos y nosotros.
  • Nosotros tuvimos que enfrentar una sistemática y brutal política de represión, que solo entre 1990 y 1991 arrojó la cifra de media decena de estudiantes asesinados en las calles por efectivos uniformados de los cuerpos de seguridad del Estado, sin posibilidad de denunciar ante los medios, ante la OEA, ante la ONU, ni ante nadie en aquel mundo. En solitario enterramos a nuestros mártires, en solitario lloramos y nuestro dolor lo convertimos en coraje para seguir luchando, sin quebrarnos, sin vender nuestra dignidad. Dejo a ustedes la comparación con los estudiantes de la derecha.

En vísperas del 21 de noviembre de 2016, nosotros, la generación de los 90, nos sentimos orgullosos de la vigorosa Organización Bolivariana de Estudiantes (OBE), de sus logros y sus desafíos hacia el horizonte. En ellos y ellas vemos reflejada nuestra victoria y sobre todo vemos proyectada la vida de nuestros mártires hacia el futuro. Los y las estudiantes bolivarianos, socialistas y chavistas son la continuidad histórica del auténtico movimiento estudiantil venezolano.

«¡Por nuestros caídos ni un minuto de silencio, toda nuestra vida de combate! ¡Hasta la victoria siempre! ¡Que vivan los estudiantes de la Patria! Muchachada, el porvenir les pertenece.

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a237392.html

Imagen: http://www.psuv.org.ve/temas/noticias/instalan-i-congreso-organizacion-bolivariana-estudiantes/#.WDSwnxJGT_s

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Suman más de 220 las universidades ocupadas en Brasil

América del Sur/Brasil/25 Noviembre 2016/Prensa Latina 

Más de 220 universidades permanecen ocupadas hoy en Brasil, en protesta contra la reforma de la enseñanza media y la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC 55) del presidente Michel Temer, que congelará por 20 años los gastos públicos.
El levantamiento fue hecho por la Unión Brasileña de Estudiantes Secundarios (UBES), que organiza una caravana con jóvenes de todo el país para ‘ocupar’ Brasilia el próximo día 29, cuando el plenario del Senado Federal votará en primera instancia la llamada ‘PEC del fin del mundo’.

El movimiento de ocupación de las instituciones de enseñanza comenzó en octubre último y para finales de ese mes se contabilizaban más de mil 100 escuelas de nivel medio ocupadas en 19 estados y el Distrito Federal de Brasilia, así como 82 universidades y cuatro núcleos regionales de educación.

La promulgación de Temer de una Medida Provisional (MP 746) para reformar la enseñanza media fue el detonante de las protestas, que después asumieron también como bandera la lucha contra la PEC que limitará por dos décadas los gastos en sectores clave como la salud y la educación, como parte de un severo ajuste fiscal.

Según los estudiantes, la MP que ‘deforma’ la educación en el nivel medio, adoptará, entre otras cosas, el llamado turno integral y reducirá el número de disciplinas obligatorias, que actualmente son 13 y eliminará la enseñanza de Artes, Educación Física, Sociología y Filosofía.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=44691&SEO=suman-mas-de-220-las-universidades-ocupadas-en-brasil
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Paraná-Movimento Estudantil. «Acreditamos no futuro do Brasil»

América del Sur/Brasil/29 Octubre 2016/Fuente: Kaos en la red

“De quem é a escola? A quem ela pertence? Acredito que todos aqui saibam a resposta.” Foi assim que a secundarista paranaense Ana Julia Pires Ribeiro, de 16 anos, iniciou seu discurso no plenário da Assembleia Legislativa do estado a tarde da quarta-feria (26). Ana Julia se dirigiu aos deputados com alertas sobre as demandas do movimento estudantil, que já ocupa 1.154 escolas pelo país contra a reforma do ensino médio e a Proposta de Emenda à Constituição (PEC) 241, ambas medidas do governo de Michel Temer.

“Os colégios do Paraná e do Brasil estão ocupados pela educação. Não estamos lá para fazer baderna, não estamos lá de brincadeira. Lutamos por um ideal, porque a gente acredita no futuro do nosso país, que vai ser o país dos nossos filhos e dos filhos dos nossos filhos, e eu me preocupo com esse país”, disse a jovem, aluna da Escola Estadual Senador Manuel Alencar Guimarães.

O Paraná é o estado com o maior número de escolas ocupadas: 845 no total, seguida por Minas Gerais (69), Rio Grande do Sul (14) e Distrito Federal (12). De acordo com o levantamento da União Brasileira dos Estudantes Secundaristas (Ubes). Em todo país são 1.047 escolas e institutos federais ocupados, além de 102 universidades, três Núcleos Regionais de Educação e outro espaço ainda não identificado pelo movimento.

“Se vocês ainda duvidarem da legitimidade no nosso movimento, os convido para participar das ocupações, para nos visitar e conhecer de perto o que fazemos. É um insulto a nós que estamos nos dedicando sermos chamados de doutrinados. É um insulto aos estudantes e aos professores”, disse a estudante, emocionada. “Nós estamos na escola e não somos vagabundos como dizem aqui. Estamos lutando por um ideal, porque acreditamos nele”, insistiu.

Os estudantes protestam contra a reforma no ensino médio, prevista na Medida Provisória 746, que foi anunciada pelo governo Temer em 22 de setembro. A MP foi duramente criticada por especialistas, que defendem que ela é ultrapassada e que fragmenta a formação. A reforma prevê, pro exemplo, a flexibilização do currículo para que os alunos escolham entre as áreas de linguagens, matemática, ciências da natureza, ciências humanas e formação técnica e profissional. Artes, Educação Física, Filosofia e Sociologia deixam de ser obrigatórias e os professores não precisariam mais ter diploma de licenciatura.

“A medida provisória está prevista na constituição ela, mas para casos emergenciais. Nós precisamos de uma reforma no ensino médio e em todo sistema educacional, mas ela precisa ser debatida e feita pelos profissionais da área de educação. o projeto tem lados positivos, mas tem muitas falhas e se colocarmos ele em prática assim o Brasil estará fadado ao fracasso”, disse Ana Julia.

A estudante lembrou que a MP do Ensino Médio não é a única reivindicação do movimento: “Tem também a chamada lei da mordaça e a proposta de Escola Sem Partido. É uma afronta: uma escola sem partido é uma escola sem senso crítico, é uma escola racista, é uma escola homofóbica. É falar para os estudantes que querem formar um exército de não pensantes que ouve e abaixa a cabeça, e não somos isso”, firmou em plenário. “Em pleno 2016 querem nos colocar um projeto desse? Isso nos insulta, nos humilha e diz que não temos capacidade de pensar por nós próprio, mas temos e não vamos abaixar a cabeça.”

Nas ocupações, os estudantes também protestam contra a PEC 241, que congelará os gastos públicos por 20 anos, inclusive em educação, prevendo apenas o reajuste pela inflação. Professores da Universidade Estadual do Rio de Janeiro (Uerj) estimaram que se a lei valesse desde 2005, os recursos para a área em 2015 teriam caído de R$ 98 bilhões para apenas R$ 24 bilhões.

“A PEC 241 é outra afronta, inclusive para a Constituição cidadã de 1988. Temos assegurada a à seguridade social e ela acaba com isso. É uma afronta à previdência, à saúde, à educação e a assistência social. Não podemos deixar isso acontecer e cruzar os braços”, disse Ana Julia. “Somos um movimento a partidário que se preocupa com as gerações futuras, com sociedade e com o futuro do país. Que futuro o Brasil vai ter se não nos preocuparmos com uma geração de pessoas que não vão ter senso crítico e acreditar apenas no que estão lendo?”

O clima na sessão chegou a ficar tenso quando a jovem citou a morte do estudante Lucas Eduardo Araújo Mota, também de 16 anos, que na última segunda-feira (24) foi encontrado morto na Escola Estadual Santa Felicidade, em Curitiba, com perfurações no tórax e no pescoço. O estabelecimento está ocupado desde o dia 14 de outubro.

“Os que estão aqui representam o Estado e os convido a olhar as mãos de vocês. Elas estão sujas com o sangue do Lucas.” Nesse momento, o presidente da Casa, Ademar Traiano (PSDB), interrompeu o discurso e ameaçou suspender a sessão. “Aqui você não pode agredir os parlamentares. Ninguém está com a mão suja. Vou exercer minha autoridade”, disse Traiano. “Peço desculpas, mas o ECA (Estatuto da Criança e do Adolescente) diz que a responsabilidade pelos adolescentes é da sociedade, da família e do Estado”, respondeu Julia, bastante aplaudida por parte plenário.

A estudante Nicoly Moreira do Nascimento, 15 anos, aluna do Colégio Estadual Santa Felicidade, que também falou no plenário, defendeu as ocupações por acreditar que o movimento é pacífico e luta por uma educação melhor. “O que me motivou a estar aqui hoje foi saber que tem muitas pessoas que ainda estão apoiando (o movimento). Que dentro do movimento tem jovens querendo educação”, disse. “Estamos aqui para defender as ocupações que são pacíficas, ocupações onde a gente não tem intenção de prejudicar ninguém. Todos querem ter o direito à educação. A gente também quer, mas não quer ter o direito de estudar para tirar um seis e passar de ano. Quer ter o direito de estudar para obter conhecimento.”

“O movimento estudantil nos trouxe um conhecimento muito maior de política e cidadania do que todo o tempo que estivemos sentados enfileirados nas aulas padrão”, defendeu. “Apesar da ridicularizarão, de sermos ofendidos e dos problemas que vamos enfrentar, a gente ainda consegue ter felicidade, porque percebemos que deixamos de ser meros adolescentes e nos tornamos cidadãos comprometidos.”

Fuente: http://kaosenlared.net/brasil-parana-movimento-estudantil-acreditamos-no-futuro-do-brasil/

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Argentina: Se aprobó el boleto estudiantil en la Ciudad de Buenos Aires

América del Sur/Argentina/15 octubre 2016/ Fuente: Notas Periodismo Popular.

“Es una victoria enorme de todo el movimiento estudiantil de la Ciudad”, dijo a Notas Tomás Nieto Scirica, presidente del Centro de Estudiantes Mariano Moreno y referente de la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB).  “Pero”, agregó el joven que también es dirigente de la organización estudiantil Lobo Suelto, “sin dudas hay que seguir luchando para ampliar este derecho hacia todos los estudiantes, que incluya a los estudiantes terciarios y universitarios, a los docentes y todos los trabajadores de la educación”.

Nieto Scirica también planteó que seguirán reclamando por algunas modificaciones como contra el límite de 50 viajes al mes que impone la legislación, porque “siendo 20 días hábiles al mes no nos alcanza”. Desde el movimiento estudiantil exigen que se pueda usar el boleto hasta 100 veces al mes. A su vez, sumó que debería poder tramitarse el beneficio para el transporte no sólo por internet sino también por teléfono y en las sedes comunales.

Notas también consultó a Julieta Escars, coordinadora del Centro de Estudiantes del Terciario Normal 7 (CETEN), quien en primer lugar felicitó a las y los estudiantes secundarios por la conquista, a la que consideró una “lucha histórica del movimiento estudiantil” y luego insistió con la importancia de que los terciarios también sean contemplados.

“Las carreras de terciarios son mayoritariamente orientadas a lo técnico y a la salida laboral, son carreras que la gente elige para poner tener mejores condiciones de vida y mejor trabajo, con lo cual la población es mayoritariamente trabajadora”, contextualizó. Aseguró también que en ese nivel educativo hay muchas jefas de familia y “se sintió muchísimo este año la deserción en los terciarios por la dificultad para poder llegar a los lugares de estudio debido al aumento del transporte y las dificultades para comprar los materiales”.

Por esos motivos los estudiantes terciarios se organizan “hace años” por políticas públicas de incentivo a la formación docente, becas y por que existan las garantías necesarias para que “se formen más docentes en un contexto de emergencia educativa”. Escars aseguró: “Faltan docentes para la escuela pública y las carreras son excluyentes para la mayoría de los compañeros y compañeras por la carga horaria que tienen”.

El miércoles los terciarios se movilizaron al Ministerio de Educación pidiendo una mesa de trabajo que contenga a la comunidad educativa “para pensar políticas públicas que sí incentiven esas carreras y que tengan en cuenta las realidades y las problemáticas que atraviesan los estudiantes en sus trayectorias”, contó la coordinadora del CETEN. “No hemos recibido respuesta, nos siguen bicicleteando”, comentó.

El movimiento de estudiantes terciarios, aseguró Escars, sumó el reclamo del boleto educativo porque “llegar a los lugares de estudio es uno de los problemas que enfrentan los compañeros y compañeras a la hora de poder formarse, cursar y seguir con sus carreras”.

Por último, desde otro de los niveles excluidos de la legislación porteña se expresó Adrián Lutvak, presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) quien aseguró: “Este es un gran paso en la defensa de la educación pública y celebramos la victoria de los estudiantes primarios y secundarios. Sin embargo, es incorrecto dejar a los estudiantes universitarios fuera del boleto estudiantil y desde la federación seguiremos peleando por el mismo”.

“En contextos económicos difíciles las tasas de deserción universitarias aumentan de manera preocupante. En ese sentido es que reclamamos ser incluidos en el boleto estudiantil gratuito y seguiremos reclamando nuestro derecho”, concluyó Lutvak, dirigente de La Mella.

Fuente: https://notas.org.ar/2016/10/14/aprobo-boleto-estudiantil-ciudad-buenos-aires/

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Del movimiento estudiantil a la educación autónoma

Por Raúl Zibechi

El amplio movimiento estudiantil que en 2006 ganó las grandes alamedas con manifestaciones de cientos de miles de jóvenes y con la ocupación de decenas de colegios secundarios, demandando cambios en el sistema educativo, se ha ido sedimentando en parte en la creación de unas 30 iniciativas de educación autogestionada en territorios populares. Otra de sus vertientes se ha institucionalizado.

Desde sus primeros pasos el movimiento enarboló la demanda “educación gratuita, pública y de calidad”, entendiendo que el Estado debía hacerse cargo de hacerla realidad. La mayoría continúa en las calles con las mismas demandas y peticiones. Pero otro sector de quienes se movilizaron desde 2011 optó por las instituciones, donde se incrustaron con la propuesta de realizar una reforma educativa para modificar el sistema heredado de la dictadura de Augusto Pinochet.

Ahora se constata que la reforma es tan limitada que no conforma a la mayoría del estudiantado y a gran parte del cuerpo docente. En las últimas movilizaciones fue visible un fuerte debilitamiento del movimiento. El domingo 4 una convocatoria en favor de los “endeudados por estudiar” convocó a apenas 3 mil personas, cuando meses atrás las marchas eran masivas.

El movimiento por la educación se ramificó en tres vertientes. Los que apostaron por ser gobierno –con el Partido Comunista y la diputada Camila Vallejo a la cabeza– sufren un fuerte desgaste. Los grupos “radicales” ganaron los principales centros universitarios, como la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech ) y la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces), y todo lo apuestan a la lucha en la calle para arrancarle promesas al gobierno. Quizás el desgaste que sufren ambos sectores esté indicando que la dinámica estatista es un callejón sin salida. Despunta sin embargo un nuevo actor, que comenzó su andadura también en 2011, cuando estalló el movimiento con cientos de miles en las calles. Son los que apuestan por construir por fuera de las instituciones, pero también huyendo de la dinámica de la petición al Estado. Construir autonomía educativa implica dejar la vida en el intento, dicen, y han puesto en pie experiencias muy diversas, con contradicciones nada sencillas de resolver.

ESCUELA PÚBLICA COMUNITARIA. En una casona del barrio Franklin, en la zona central de Santiago, funciona desde hace tres años la Escuela Pública Comunitaria (Epc), una de las iniciativas más potentes del movimiento por la educación. La cocina, amplia como las campesinas, parece la oficina principal donde se debaten y toman las decisiones. La mitad de la veintena de docentes son mujeres entre los 25 y los 40 años, y resumen las potencialidades y contradicciones de quienes quieren hacer algo por fuera de las instituciones.

La iniciativa parte de un grupo de docentes disconformes con su trabajo y de estudiantes de pedagogía que participaron en el movimiento desde 2011. Crearon el Colectivo Diatriba, que publica una revista del mismo nombre y pregona “una pedagogía militante”. La participación en los liceos autogestionados durante varios meses, por la alianza entre profesores y estudiantes, jugó un papel cohesionador del colectivo.

Se propusieron dos objetivos centrales: “que las comunidades educativas se reapropien de los espacios educativos” y “la formación de sujetos críticos, conscientes y comprometidos” para motorizar los cambios sociales. Aseguran insertarse en una tradición que remite a las escuelas racionalistas de la Federación Obrera Chilena en las primeras décadas del siglo XX, a las experiencias educativas en las tomas de terrenos urbanos en los años sesenta y setenta, y a la “autoeducación” que protagonizaron sectores populares en la historia reciente.

Parir este tipo de educación implica la territorialización del espacio escolar por parte de la comunidad educativa. La referencia ineludible es el brasileño Paulo Freire, así como otros autores de la llamada “pedagogía crítica”, pero también experiencias educativas de movimientos como los sin tierra de Brasil, los zapatistas o los bachilleratos populares de Argentina.

La pregunta del millón es cómo se financia una escuela autogestionada por docentes, estudiantes y vecinos a través de asambleas comunitarias, que elaboran una propuesta propia o “currículo territorializado emergente”. La respuesta que dieron es que debe hacerlo el Estado a través del traspaso directo de recursos que serán administrados por la escuela. Además proponen la creación de unidades cooperativas capaces de generar ingresos en el territorio para sustentar la escuela.

En estos tres años la escuela formó a dos camadas de jóvenes y adultos que completaron sus estudios y rindieron pruebas para obtener sus certificados a partir de los contenidos que el Estado decide. Es el segundo problema, ya que los escasos fondos que reciben provienen de la aprobación de exámenes por los alumnos. Esto los ha llevado a preguntarse si son realmente una escuela autónoma o simples“colaboradores alternativos del Estado”, con una práctica que “está peligrosamente cerca del asistencialismo”, como señala la socióloga Marcela Fernández.

La financiación de la escuela la han completado con actividades como bingos, comidas, bailes y toques en el barrio, organizados entre docentes, estudiantes y vecinos. Han generado recursos pero a costa de un gran desgaste personal, ya que los docentes no reciben salario y deben, además, procurar su subsistencia en otras escuelas, mientras el apoyo del barrio se reduce al compromiso de unas pocas personas. Cada vez tienen más dificultades para realizar actividades de recaudación de fondos, mientras el Estado sigue aportando recursos regularmente.

Las preguntas que recorren las asambleas son tan realistas como despiadadas: “¿Somos simples colaboradores del Estado? ¿Estamos realmente prefigurando en nuestra escuela la sociedad que queremos construir?”. Es evidente que no tienen respuestas, quizá porque, como dicen en un texto interno, la autogestión no puede ser un medio para obtener recursos, sino “una forma de vida”. Saben que estas contradicciones pueden fracturar al equipo docente pero, por ahora, siguen caminando.

EL HIP HOP COMO EDUCACIÓN. San Bernardo es la última comuna santiagueña hacia el sur, allí donde la ciudad empieza a confundirse con el campo. Llegamos hasta una población que llaman Los Areneros, aunque no parece haber acuerdo sobre el nombre ya que algunos la denominan Los del Fondo y otros Los del Campamento. Lo cierto es que la “pobla” comenzó en 1986, luego de la creciente del río Maipo, cuando el municipio decidió trasladar a los afectados hasta este lugar donde se extraía arena del río.

El barrio nació como un asentamiento irregular e informal. Tres décadas después de aquellas inundaciones, predominan las casitas de una planta, construidas por las familias, muchas de madera con un piso superior para albergar a los hijos. Aunque los vecinos remplazaron las viviendas de cartón y chapas por materiales más sólidos y duraderos, la población no esconde su pobreza ni la marginación social y espacial que sufre, a quilómetros del centro de Santiago.

Una casa amplia con frente de madera luce un gran cartel: “Nuestras comunidades asumen el control popular de la educación en sus territorios”. Se trata de una casona tomada por el colectivo Centro de Operaciones Poblacionales Los Areneros (Copla), un grupo de jóvenes que gestiona un jardín para preescolares, una radio comunitaria, un taller gráfico, una biblioteca, una huerta y salones para actividades abiertas al barrio.

El origen del colectivo es bien distinto al de otras agrupaciones del movimiento social. Se organizaron en torno a la música rap y la cultura hip hop. Hacia 2009 colocaban parlantes en la calle para bailar break dance, generando vínculos y participación de los vecinos. Con los años comenzaron a recuperar espacios para la vida comunitaria, canchas, plazas, sedes sociales. En 2012 seguían rapeando en la calle, pero decidieron empezar con talleres educativos al aire libre.

Uno de los raperos cuenta su experiencia en el primer boletín del Copla. Realizó un taller de break dance con 30 alumnos de 2 a 18 años. “Esto permitió sacarlos un poco del ambiente que los rodeaba, mostrando una cultura distinta que se relaciona con la disciplina, el baile, la humildad y un poco de conciencia social trasmitida en las clases.”

Mientras ensayaban bailes, aparecieron valores como el trabajo en equipo y la necesidad de organizarse. La cultura hip hop, dicen, es un modo de educación y, sobre todo, de autoeducación colectiva en las condiciones de un barrio pobre y marginalizado, donde los chicos sufren hacinamiento, violencia y conviven con el tráfico de drogas.

El salto mayor se produjo en 2014, cuando comenzaron talleres de educación popular que fueron derivando en la autoeducación y sumaron un taller de teatro orientado al público infantil. Durante la obra, los niños deciden cómo quieren que siga, lo que se convierte en un proceso pedagógico que busca “resolver situaciones de la manera más participativa posible y no autoritaria, mediante asambleas y votaciones”.

“Semillero” es como nombran al jardín comunitario, donde aprenden en torno a una huerta en los fondos de la casona, entre juegos de madera que construyeron, y donde festejan los cumpleaños del barrio. Los padres no pagan por llevar a sus hijos al “semillero”, pero se comprometen en trabajos de apoyo o en buscar donaciones para sostener el comedor y materiales para el jardín. Han creado una red de comerciantes y vecinos que aportan alimentos; otros muestran su apoyo dedicando horas de trabajo al espacio comunitario.

Todo lo que recaudan para sostener el “semillero” y la casa cultural proviene de ventas de alimentos en la calle, de fiestas y bailes. Los fines de semana proyectan cine al aire libre en la “placita de la autogestión”, uno de los escasos espacios comunes de la población, recuperado por los vecinos y rodeado de coloridos murales que pintan escenas cotidianas en el barrio: policías persiguiendo adolescentes.

CUESTIÓN DE CULTURA POLÍTICA. “Ya el gobierno no nos manda”, dice una voz que sale de la cocina. Una mujer mayor y menuda, “tía” Emilia, se dirige a la ronda explicando que el grupo que trabaja en la casa toma todas las decisiones, apoyado por los vecinos del barrio sin depender del Estado y que “a eso se le llama autonomía”. Si la escuela pública depende del apoyo institucional, aquí no les llega un solo peso, pero la precariedad no desaparece, ya que funcionan en una casa tomada y están colgados de los servicios.

El empeño de estos jóvenes en la autoeducación recuerda aquel aserto de un asombrado Cornelius Castoriadis, cuando recordaba que en el siglo XIX “la clase obrera se autoconstituye, se alfabetiza y se forma por sí misma, hace surgir un tipo de individuo que confía en sus fuerzas, piensa por sí mismo y no abandona nunca la reflexión crítica”.

Aquel domingo de fines de agosto en el local de Copla se reunieron decenas de personas de varios colectivos educativos de Santiago y Valparaíso. Los anfitriones armaron grupos que debatieron sobre los problemas que enfrenta una educación autónoma y afincada en territorios de pobreza.

Los miembros del colectivo La Maleza, un grupo de liceales recién graduados de la comuna Maipú, activados en 2011, decidieron salirse del preuniversitario para montar una escuela como la que sueñan, con un proyecto educativo propio anclado en la comunidad barrial. Alguien relata que el mismo año nació la Escuela Artística Comunitaria que cuenta con una comparsa, organiza el Carnaval Víctor Jara y decenas de talleres de formación.

Los chicos de La Maleza se dedican a tejer relaciones entre los diversos colectivos que emprendieron el camino de una educación autogestionada. Aseguran que son una treintena de grupos, entre Santiago y Valparaíso, que trabajan para que “la organización de la educación la asuma la comunidad”. En los últimos diez años, desde la “revolución pingüina” de 2006, “hemos aprendido que no podemos quedarnos solamente en las peticiones y demandas”, afirman.

Los cambios de verdad, dicen, vendrán de esa “otra educación” a la que califican como emancipadora, libre, comunitaria o libertaria, según los gustos y tendencias, y que rehúye el control del Estado y del mercado. Viven en un equilibrio muy inestable. Para ser verdaderamente autónomos necesitarían el milagro de “generar alternativas de vida en el territorio”, en barrios donde los vecinos apenas consiguen sobrevivir.

Cuando se levanta la mirada y se observa el movimiento en su conjunto, las cosas cambian. El historiador Gabriel Salazar, uno de los más destacados intelectuales chilenos, hace una lectura demoledora del camino que ha tomado la mayor parte del movimiento estudiantil.“Partió muy bien”, dice, “pero ahora presenta una falla fundamental: no se está planteando como un movimiento social de nuevo tipo, sino como un movimiento de masas de viejo tipo” (Eldinamo.cl, 13-IX-16).

Salazar apela a una organización de base que no se limite “a pedir, a levantar las banderas de partidos, los retratos de los líderes”. La federación de estudiantes, por ejemplo, tiene un presidente que se elige cada año, “es un mandamás y todos los periodistas lo entrevistan, y sigue después el camino de la clase política y se convierte en diputadito”.

Esta cultura política está muerta en Chile, sostiene el historiador. “Todas las encuestas señalan que el 98 por ciento de la población no cree en los políticos, no confía en ellos ni en el sistema”, apunta. Quizá este sea el principal combustible de quienes hacen educación autónoma: es casi imposible, pero afuera hay un desierto.

Fuente: http://brecha.com.uy/del-movimiento-estudiantil-la-educacion-autonoma/

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¡A Democratizar las luchas por la Democracia!

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Desde sus primeros pasos el movimiento estudiantil ha hecho de la democracia una impronta viva de su lucha. Por allá en la Córdoba de inicios del siglo XX la ola “reformista” convocó a una huelga general de estudiantes acompañada del pueblo para exigir una administración más democrática en la universidad: acabar con cargos vitalicios y con el carácter confesional de la formación académica, respetar las decisiones de los estamentos y darles protagonismo en las decisiones de afectación común, eso que se llamó cogobierno, y una serie de reivindicaciones que hicieron eco a lo largo y ancho de Nuestra-América.

Con el tiempo esta herencia se difundió y a la vez que se enraizaba en luchas concretas fue perfilando matices y profundizando las demandas. Fueron sumándose peleas que ya no sólo aludían a la democratización de los asuntos del gobierno universitario (la pelea por el cogobierno que aún está por ganar), sino que se fueron abriendo espacio a las peleas por el acceso democrático del pueblo trabajador a la universidad pública, que pasa por la garantía de su permanencia y estabilidad, el empuje porque la administración de los recursos públicos se dé bajo el control y la veeduría multiestamental, el impulso para que el saber de la academia desborde sus límites institucionales y salga de sí arriesgándose a producir nuevo saber emanado del contacto sociedad-universidad, la promoción de formas efectivas de poder estudiantil en nuestras instituciones de estudio y una serie de reivindicaciones que han sido englobadas bajo el proyecto de construir y profundizar la democracia universitaria.

Pese a esto en el movimiento estudiantil parece seguir viva  una inconsistencia que llega como legado de las viejas fórmulas de la política que cierta izquierda recibió y aprobó sin reparo: Las reivindicaciones por la democracia carecen de  correspondencia con un análisis crítico de las prácticas propias que usualmente redundan en fórmulas autoritarias que se materializan tanto en la vida orgánica de nuestros proyectos políticos como en los espacios que incluyen al mundo complejo del movimiento estudiantil.

Esta inconsistencia llega a niveles de lo absurdo. Por ejemplo, mientras se tachan las elecciones a cargos directivos (rectorías, decanaturas etc.) de la universidad como autoritarias, se construyen a puerta cerrada estructuras y cargos directivos que se autoerigen como representantes legitimas de las estudiantes sin si quiera consultarlas; mientras se exige retóricamente el protagonismo de la comunidad universitaria, se deposita una fuerza mínima en los espacios gremiales y amplios que sin permiso van germinando y posicionándose; mientras se dice defender la autonomía, con facilidad se saltan definiciones asamblearias o se sabotean aquellas decisiones que no son de la conveniencia de mi propio sector, y así podríamos dar continuidad a un repertorio común que no se salva de los ismos conservadores propios de la derecha que hemos identificado, por lo menos discursivamente, como contraria: machismos, sectarismos, mesianismos, en fin.

Hoy, en el contexto actual signado por la penetración y profundización del neoliberalismo, repensar la democracia como proyecto y como práctica cotidiana se hace más que urgente para enfrentar el progresivo desmonte de los derechos y las victorias ganadas antaño por las luchas que protagonizaron estudiantes, trabajadoras y el pueblo en general. La democracia no puede estancarse como un eslogan vacuo que nos permita ganar empatía con amplios sectores, sino debe ser una forma cotidiana de afirmación del poder de lo colectivo para decidir y orientar nuestras propias vidas, como principio de lucha que pueda prefigurar en el ahora y en nuestros propios proyectos organizativos la anhelada transformación social. En definitiva, debe ser una práctica constante de rebelión contra el autoritarismo que niega la pluralidad en los procesos de construcción, que centraliza la acción y que es, además, útil a las tendencias que quieren hacer de los derechos fundamentales una mercancía.

Nuestra reflexión final es simple: Tenemos el desafío de reconstruir un movimiento estudiantil radicalmente democrático y con un espíritu humilde y transformador  para hacer de la autocrítica el móvil permanente de la lucha. Sólo así lograremos proscribir la antidemocracia que corroe hoy las luchas por la democracia.

Nota Final: Aunque la reflexión propuesta se presenta a modo general está inspirada en un hecho puntual que nos interesa señalar y rechazar públicamente: recientemente la Organización Colombiana de Estudiantes (OCE), espacio estudiantil del MOIR, convocó al V Encuentro Nacional de Representantes Estudiantiles (ENRE) de la Educación Superior con el objetivo expreso de constituir una organización gremial a nivel nacional de las estudiantes que paso a llamar Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de Educación Superior (ACREES). A este encuentro sólo fueron invitadas representaciones afines y abiertamente pertenecientes a la OCE, las reuniones preparatorias se hicieron a espaldas de otras fuerzas y finalmente se autoerigieron como constructores de la organización gremial de las estudiantes, repartiéndose entre ellos los puestos directivos y de representación, definiendo, en un acto de suma ironía, principios como la amplitud y la pluralidad, la democracia, flexibilidad, independencia y representatividad.[1]

La denominada ACRES y las prácticas que hoy protagonizan fuerzas políticas como la OCE son muestra del autoritarismo y el sectarismo más dañino que ha venido destruyendo desde hace tiempo al movimiento estudiantil.

Acción Libertaria Estudiantil (ALE)
Proceso Nacional
Septiembre 2016

[1]http://lasillavacia.com/silla-llena/red-de-la-educacion/historia/acrees-57802

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Uruguay: Otoño en primavera

América del Sur/Uruguay/Septiembre 2016/Noticias/http://kaosenlared.net/
Marcha contra la criminalización de la protesta, ayer, en Avenida del Libertador. Foto: Pablo Albarenga
La coordinación del Movimiento Estudiantil, en la que participan la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), los gremios de las carreras del Consejo de Formación en Educación y varios gremios de secundaria, organizaron ayer una marcha desde el liceo Bauzá hasta la sede del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública, con dos reivindicaciones: en contra de la criminalización de la protesta, al haberse cumplido un año del desalojo del Codicen, y en contra del recorte al presupuesto para la educación.
Durante la oratoria, los estudiantes recordaron lo que ocurrió el 22 de setiembre de 2015, cuando se aplicó “una medida autoritaria que no había sido implantada desde el pachecato”, en relación al desalojo de la ocupación en el local del Codicen por parte de gremios estudiantiles. Diego Almada, integrante del Centro de Estudiantes del IPA, añadió, en diálogo con la diaria, que se reclama el “desprocesamiento de los compañeros que fueron procesados” y “que se detenga, por parte de la Policía, el hostigamiento y persecución a militantes”.
También manifestó que “se complica cada vez más la promesa del 6%” del Producto Interno Bruto para la educación, y los estudiantes expresaron su preocupación por el Hospital de Clínicas, ya que “podría estar peligrando su funcionamiento a corto plazo”
Fuente:
http://kaosenlared.net/noticias-uruguayas-24-septiembre-2016/
 Fuente imagen: 
https://lh3.googleusercontent.com/qc9_iSJS-AAD8PuFB74umstCZRcQc-jVO6ETK6uo770B8ADmi0DEwVbywlNFiMB80J8HQA=s128
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