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Entrevista a Miriam Leirós: “La educación ambiental que no recibimos las generaciones anteriores la estamos recibiendo por parte de los niños”

Entrevista/28 Marzo 2019/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El Diario la Educación

Miriam Leirós es una maestra gallega que a base de persistencia se ha convertido, al menos en parte, en referente en temas de educación ambiental. Hablamos con ella de la ‘desnaturalización’ de la infancia y de #FridaysForFuture.

Casi sin comerlo ni beberlo, Miriam Leirós se ha convertido en un referente en la educación ambiental y la defensa de la ecología. Profesora de Primaria desde hace 20 años, educadora e intérprete ambiental, explica que siempre ha estado vinculada a la naturaleza y que un día, viendo que el currículum educativo no entraba en ese área (“está desnaturalizado”, dice ella) lo metió en clase. Los pequeños enseguida abrazaron la causa. A partir de ahí ha realizado varios proyectos como Plasticoff, que consistía en la reducción y reciclaje de plástico, o Residuos Cero. Leirós cree (y practica) que la educación ambiental da de sí como para realizar un enfoque transversal y tocar con ella distintas áreas, como Lengua y Matemáticas.

¿Cómo se convence a un alumnado tan pequeño para que se conciencie por algo a veces tan intangible como el medio ambiente?

No se les convence. Se les habla de ello y sienten atracción. No hay niños a los que no les gusten los animales y la naturaleza. Otra cosa es que tengan oportunidades de hacerlo. Estamos en una sociedad en la que siempre están bajo cuidado de un adulto, luego salen de clase y van a extraescolares. Las pocas veces que tienen ocio al aire libre ni siquiera son parques naturales, son de caucho o cemento. Las oportunidades de tener contacto con la naturaleza son prácticamente nulas, los estamos privando de esto, que antes era impensable. Estudiamos los pistilos o estambres en un libro sin que vean los ejemplos más que en escaparates. Cuando les das oportunidad de salir fuera, observar la naturaleza, hablar de los animales y tener contacto con ellos no hay uno al que no le guste. Otra cosa es que después nos hacemos adultos y volvemos a entrar en la vorágine de la sociedad de consumo y los horarios estrictos y puede que se vuelva a perder el contacto con la naturaleza. Lo primero es el contacto, lo segundo es la concienciación.

El currículum tampoco hace mucho, dice.

Se estudian los mamíferos, las plantas… Pero se hace desde un nivel académico, no naturalista. El currículum está totalmente desnaturalizado. La única ley que contempló un poco la educación ambiental de forma transversal fue la LOGSE, en los 90. Después ninguna tuvo una aproximación transversal, que acerque los niños a la naturaleza más allá del reciclaje, que debería ser el último paso.

¿Somos una anomalía europea? ¿En otros países se hace?

Sí que tienen más contacto con la naturaleza. Tienen programas de no generación de residuos, lo maman desde infantil. También hay muchas actividades en la naturaleza.

¿Qué tipo de actividades realiza?

Salgo con ellos a la naturaleza. Hacemos actividades tan sencillas como hacer un hervario, una vez que estudias las plantas. Por ejemplo, en Ciencias Naturales estudiamos las hojas, salimos, las buscamos, recolectamos, investigamos, clasificamos y cada uno presentaba un hervario. Si vas con ellos paseando por la naturaleza y les explicas, les gusta. También les llevo noticias. Hace poco hablamos de la desaparición de especies tan corrientes como los gorriones, las abejas y vemos las consecuencias de esta desaparición. Los niños son curiosos y a partir de ahí quieren investigar y saber. Relacionamos estos temas con el currículum y a partir de un contacto con la naturaleza surge la intención de ayudar y la ecología.

¿Cómo se puede meter la educación ambiental en el colegio contra el currículum?

Ahora está de moda el trabajo por proyectos. Me parece que la educación ambiental debe ser transversal y trabajarse en todas las áreas. Es un poco grave que la naturaleza y la educación ambiental estén a merced de que el profesor tenga más o menos sensibilidad con el tema cuando vemos que es tan importante. Tenemos los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero no se trabajan casi en las escuelas. No han llegado de forma tangible en la escuela y queda en función de que el profesor lo considere importante. Me parece grave, tanto por parte del Ministerio de Transición Energética como por del de Educación. Tenemos la agenda 2030, pero a la Educación han llegado temas contados.

¿Puede aterrizar un poco la propuesta? ¿Pondría una asignatura, por ejemplo, ahora que está de moda pedir asignatura para todo?

Quizá no como asignatura, aunque igual no estaba de más porque es algo fundamental y relaciona con todas las áreas. Desde una noticia en la que se trabaja la comprensión lectora, un trabajo de investigación y argumentativo después (¿por qué están desapareciendo las golondrinas?), hasta las matemáticas, porque siempre hay cifras (kilos de residuos, por ejemplo). Si se quiere trabajar como una asignatura más habría que delimitar unos puntos para que se trabajara en todos los niveles educativos.

¿Cree que hay un cambio de mentalidad respecto a este tema entre los jóvenes?

Creo que sí. Los que nacimos en los 60-70 respondemos a una sociedad de consumo que se abría entonces. También pasamos a ser supermodernos: todo era de usar y tirar y muy cómodo. Fue un momento social en el que en España se incorporó la mujer al trabajo y había muchas comodidades, pero no se contemplaron las incompatibilidades con el medioambiente. Esta gente de ahora es más consciente de la contaminación, aunque nunca se ha abierto un telediario por un desastre medioambiental, a no ser que sea algo gordo como el Prestige. La contaminación no ha sido nunca un tema de preocupación que haya salido en las listas del CIS. Sin embargo, creo que a la gente joven sí pertenece a otra generación de reutilizar, vienen escuchando estas noticias y quieren hacer algo porque no quieren encontrarse un plantea con una habilitabilidad incómoda.

¿Y entre tus compañeros profesores? ¿Encuentra apoyos o está haciendo la guerra un poco por su cuenta?

Antes de aparecer Fridays for Future (Greta Thunberg, la estudiante de 16 años que empezó el movimiento, empezó a manifestarse en agosto de 2018), desde junio, creamos un blog varios profesores llamado Educando en Medio Ambiente (#guiñoverde, en Twitter). Se creó con la idea de que todos los profesores que hacemos actividades relacionados con el medio ambiente o la ecología volcásemos las actividades ahí, para compartir ideas, dar visibilidad… Hay profesores de toda la península que han colgado actividades. Creo que hay un montón de gente que está haciendo y quiere hacer, pero no es la gran mayoría. También creo que gracias a Fridays for Future se está dando un impulso y aumenta el número de quien quiere hacer esto. Espero que no sea solo en clase, sino saliendo también a la naturaleza.

Entiendo también que hay una llamada a las familias.

Hay un problema grave que es la conciliación familiar. Siempre se busca y se entiende como que los centros deben aumentar su horario para atender a los niños cuando sus padres trabajan. Estamos imponiendo jornadas de ocho horas a los niños. La conciliación tendría que venir de ambas partes. Veo a las familias muy receptivas cuando se les pide algo o invita a hacer una actividad de este tipo. En mi colegio pusimos en marcha un programa llamado Residuo Cero que consiste en no generar residuo en las meriendas, con cantimploras y tuppers en vez de botellas y bandejas, por ejemplo. Las familias han respondido muy bien en general. La falta de educación ambiental que tuvimos las generaciones anteriores la estamos recibiendo de parte de los niños. Hay una reeducación, los niños llevan este feedback ambiental a casa.

¿Cree que el movimiento ‘Fridays for future’ es el bueno y ha llegado para quedarse?

Creo y espero que haya llegado para quedarse. Aunque llevo tiempo hablando de la importancia de la educación ambiental y estamos avanzando en la tecnología (y me parece fenomenal), no podemos desnaturalizar a los niños. Llevo tiempo hablando de esto y veo que por fin hay un movimiento y todos son gente joven reclamando su futuro y un planeta con una habitabilidad digna y lo comento en clase. Mis alumnos fueron los primeros en decir que querían hacer algo. Todo el mundo ha respondido muy bien. Tengo contacto con el movimiento, veo cómo se organiza y creo que sí ha llegado para quedarse.

¿Cómo decidió hacer de esto su principal motivación?

Siempre me gustó mucho la naturaleza y siempre estuve en relación con ella. En el libro llamado Toletis, de Rafa Ruiz, el protagonista dice que todos los libros de árboles dicen cosas que a los niños no les interesan de los árboles. Ahí caí en la cuenta de esta desnaturalización de la que hablaba. Sí, los niños estudian muchos árboles, muchas plantas, muchos mamíferos, pero no tienen esa vivencia. En educación siempre estamos hablando de aprendizaje significativo, que el niño se quede con esta vivencia y tenga la experiencia, pero luego todo es artificial, no tienen la experiencia real de la naturaleza. Ahí mi cabeza hizo clic y llevé todo esto al aula. Es cierto que ya había puesto en marcha Plasticoff, pero era un proyecto más de aula que de salir al campo. Toletis me pareció tan interesante y con una riqueza lingüística tan buena que acabé elaborando un libro de texto de lengua en función de aquel. El libro en España es un libro más, pero he visto que en Inglaterra ha triunfado, hasta me han pedido una crítica como profesora.

¿Hay una edad mínima para abordar estos temas?

Ninguna. Tenemos un proyecto de apadrinamiento ecológico en el que los alumnos de sexto apadrinan a los de cuatro años. Ellos tienen unas meriendas pactadas así que, por ejemplo, recogemos las mondas de la fruta y las llevamos a un compostero que pusimos en marcha. Una vez, al menos, leemos un cuento relacionado con la naturaleza. También les invitamos a participar en Residuo Cero y cada mes que consiguen el objetivo, y a veces lo hacen mejor que los mayores porque los pequeños son muy persistentes, les regalamos algo: una hoja de roble, un muñeco de un animal… Así los de cuatro años van teniendo esta mentalidad.

¿Habla en clase de movilidad, uso de vehículo privado, etc. o aún son muy pequeños para eso?

Mucho. Como tenemos una sección de ecología en el magazine siempre sale alguna noticia relacionada. Hemos hablado muchas veces del problema en Madrid, las restricciones al tráfico, etc. Hablábamos de cómo se puede mejorar. Galicia se caracteriza por tener muchos núcleos rurales y reflexionamos sobre que no siempre es posible ir andando o compartir coche y necesitamos la red de transporte público de calidad. Hablamos de muchas cosas y ahí entra todo. Hemos hablado también de la fast fashion, el consumo rápido…

¿Los pequeños tienen algún tema favorito que les entre mejor?

Más que gustarles más, donde sí veo que entienden todo y empatizan muchísimo es con los animales, y da igual cuál. Les hablamos de los osos polares, de que las abejas están desapareciendo por los insecticidas, que hay islas que pueden desaparecer por la subida del mar y se volvieron muy sensibles con el tema, reflexionamos sobre los refugiados climáticos, etc.

Fuente e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/03/22/la-educacion-ambiental-que-no-recibimos-las-generaciones-anteriores-la-estamos-recibiendo-por-parte-de-los-ninos/

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Educación ecológica: Traigamos el pasado para tener un mejor futuro

Por: Mardelis Huizi/Otras Voces en Educación

Vivir la modernidad occidental implica necesariamente la asimilación de una carga conceptual y emocional, más cuando se trata de ecología y educación. Actualmente, cuando hablamos de naturaleza, la mayoría de las veces lo hacemos basados en el principio del método científico cartesiano y a la relación sujeto– objeto; nos asumimos como sujetos y la naturaleza como el objeto, objeto que está a nuestra disposición y al que podemos arrebatarle lo que se nos antoje. No obstante, la seguridad que implicaba esta relación a mediados del siglo XX, hoy pareciera ser uno de nuestros más grandes errores, esto podemos apreciarlo en informes como Planeta Vivo 2018, publicado por el Fondo Mundial para la Naturaleza;  en éste observamos que ha habido una disminución del 60% en las poblaciones de especies vertebradas (de 1974 a 2014), una disminución del 80% en las poblaciones de especies de agua dulce desde 1970 y el 75% de la superficie de la tierra ha sido sometida al impacto humano. Estas cifras son una alarma de la crítica situación que está viviendo nuestro planeta en nuestros días, y como parte de él tenemos la responsabilidad de movilizarnos y de transformar nuestra relación con el entorno por otra que tenga mayor respeto por la vida y que conserve el equilibrio.

La modernidad nos hizo creer que los saberes de nuestros pueblos originarios eran retrógrados y que estaban descontextualizados de nuestra realidad. Según Atawallpa Oviedo Freire (2007) «por más 50.000 años, los seres humanos se sintieron unidos a la naturaleza concibiéndose como parte de una gran familia cósmica. Sabían que eran fuego, tierra, aire, agua».  Los pueblos originarios de nuestro continente tenían una relación sumamente cercana con la naturaleza, ellos se sentían parte de ella, de hecho, para ellos era su Madre, existía una relación de profundo amor y respeto hacia ella, el mismo que permitía mantener el equilibrio y la armonía entre los seres humanos y las demás especies.Valdría la pena preguntarse ahora, si los saberes de estos pueblos realmente están descontextualizados de nuestra realidad o si por el contrario sería conveniente retomar parte de este saber para ponerlo en práctica en nuestra vida diaria. De ser así, el espacio ideal para recuperar esta relación con nuestro entorno es la escuela.

La escuela es la responsable de educar y formar a la sociedad, es el espacio por excelencia para la producción de ideas nuevas y para la generación de pensamiento crítico, por ello, es que sea aquí donde empiece el trabajo de construir una sociedad más consciente, responsable y respetuosa con su entorno.

Un tema tan emocional como lo es la ecología, necesariamente debe abordarse en la escuela desde la sensibilidad y la empatía; valores que el sistema dominante -capitalista- desprecia y también nos hace despreciarlos trayendo como consecuencia la desconexión con nuestro entorno y la falsa creencia y apariencia de que estamos por encima de él. Por esta razón, como docentes es nuestra responsabilidad ser líderes de esta transformación social. Debemos iniciar la tarea de cultivar estos valores desde las aulas de clases, es necesario hacer ver a nuestros niños y niñas que la naturaleza forma parte de nosotros y nosotros formamos parte de ella, y si la misma sigue siendo violentada como lo hemos hecho hasta ahora, también nos estamos violentando a nosotros mismos y muy pronto será imposible el desarrollo de la vida en la Tierra.

En Otras Voces en Educación estamos conscientes de esta responsabilidad,por lo tanto, desde aquí hacemos un llamado a colegas, maestras, maestros, profesores, profesoras, docentes, ya las y los investigadores en materia educativa a que desarrollen nuevas iniciativas en el marco de una educación más respetuosa y sensible con nuestro planeta. Sabemos que existen muchas ideas, iniciativas y proyectos que se están llevando a cabo desde la escuela para lograr dicha meta. Por esta razón, queremos que nos hagan llegar sus experiencias en este ámbito, ¿qué iniciativas están llevando a cabo para consolidar una educación ecológica? ¿cómo ha sido la receptividad? ¿Qué han logrado?

Todo lo antes expuesto pueden hacérnoslo llegar en forma de artículo a nuestro correo contacto@otrasvoceseneducacion.org para que nuestra plataforma sea eco de sus experiencias. También pueden compartirnos sus experiencias a través de nuestra página de Facebook: https://www.facebook.com/ovemundo/   y seguirnos a través de Twitter @ovemundo e Instagram ove.mundo

No dejes de escribirnos. Nos interesa conocer tus experiencias.

Es el momento de transformar nuestro entorno, pues como dice el Director General del Fondo Mundial para la Naturaleza Marco Lambertini:

«Tenemos ya el conocimiento y los medios para redefinir nuestra relación con el Planeta. No hay excusas para no hacer nada. No podemos seguir ignorando las señales de alerta; ignorarlas sería a riesgo propio. Lo que necesitamos ahora es la voluntad para actuar –y actuar de inmediato».

Referencias:

  • Oviedo, A. (2007). Caminantes del Arcoiris. Ediciones Abya Yala. Quito, Ecuador
  • WWF. (2018). Informe Planeta Vivo – 2018: Apuntando más alto. Grooten, M. y Almond, R.E.A. (Eds). WWF, Gland, Suiza.

*Elaborado para Otras Voces en Educación

Imagen tomada de: https://www.sudamericarural.org/images/madretierra.jpg

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La simetría, un recurso infantil espontáneo para dibujar el mundo vegetal

Por: SINC

Un estudio de investigadores de la Universidad del País Vasco demuestra que ya antes de los siete años los niños y niñas expresan habilidades pictóricas entre las que se encuentra la representación espontánea de simetrías. Este hecho debería ser tenido en cuenta en los procesos de enseñanza y aprendizaje en campos como la biología y la geometría, según los autores.

A las niñas y niños les encanta dibujar, y al dibujar representan la realidad que ven y conocen. Escogen colores, formas y temas que, al mismo tiempo, expresan su nivel de madurez y desarrollo conceptual. Estas habilidades son las que hacen atractivo su estudio desde diferentes puntos de vista. Uno de ellos ha interesado a investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), que han analizado el uso de la simetría que realizan niños y niñas de entre cuatro y siete años en sus dibujos.

El hallazgo supone una oportunidad para investigar la expresión gráfica en la infancia y utilizar este recurso en la enseñanza, dicen los autores

Los resultados del estudio, publicados en la revista Symmetry, revelan que, de modo espontáneo, los niños y niñas de hasta siete años utilizan la simetría en sus dibujos para expresar su conocimiento sobre la vida vegetal. En la muestra analizada, esta es una estrategia muy frecuente y  que se vuelve más compleja con el nivel educativo, destacan los autores.

Representación espontánea

“El hecho de constatar que ya antes de los siete años los niños y niñas expresan habilidades pictóricas entre las que se encuentra la representación espontánea de simetrías, debería tener una significativa influencia en los procesos de enseñanza y aprendizaje infantil relacionados, tanto con el ámbito de la comprensión de los fenómenos biológicos como con el desarrollo del pensamiento geométrico”, asegura José Domingo Villarroel, profesor del Departamento de Didáctica de la Matemática y de las Ciencias Experimentales y uno de los autores.

Villarroel, explica que “un factor muy significativo relacionado con los procesos de enseñanza y aprendizaje consiste en poder determinarlas capacidades y conocimientos del alumnado con el fin de poder adaptar las actividades didácticas a estos condicionantes previos. Esta es una de las reglas de oro de la educación”.

En este sentido, el profesor del mismo departamento, Álvaro Antón, coautor del trabajo, reitera que “saber que utilizan de manera espontánea la simetría es una oportunidad para investigar la expresión gráfica en la infancia y utilizar este recurso en las actividades de enseñanza”.

Para efectuar su análisis, los autores han trabajado con una muestra de116 dibujos que fueron realizados por 65 niñas y 41 niños de tres centros escolares de Educación Infantil y Educación Primaria ubicados en la comarca de Uribe-Kosta en Vizcaya, durante el curso 2012-2013. Fueron dibujos espontáneos, sin conocimientos ni indicaciones previas relacionadas con la simetría.

El equipo trabajó con una muestra de 116 dibujos que fueron realizados por 65 niñas y 41 niños de tres centros de Educación Infantil

Los investigadores escogieron como tema de expresión pictórica la vida de las plantas, una cuestión que, a priori, no tiene aparente relación con la geometría y la simetría. Con la ayuda de un títere, les animaron a realizar un dibujo que explicara al muñeco cómo son las plantas, dónde viven y qué es beneficioso para ellas. La actividad individual duró unos diez minutos.

Dos tipos de simetría

Esas representaciones son las que han analizado el equipo. Los investigadores encontraron que niñas y niños utilizaron dos tipos de simetría.

Como explica María Merino, profesora del área de Estadística e Investigación Operativa, otra de las autoras, “usan la simetría cíclica –la que presenta simetría rotacional entorno a un punto central– cuando representan, por ejemplo, el sol; y la simetría diédrica –la que incluye tanto simetría rotacional como simetría de reflexión– al representar la figura humana. De las dos la más habitual es la simetría diédrica que usan para dibujar el mundo vegetal, las personas y su entorno o los elementos decorativos como estrellas o corazones”.

Asimismo, han observado que la complejidad en la representación de simetrías diédricas es mayor que la correspondiente a las cíclicas, y que, en los niveles educativos más altos, al necesitar expresar conocimientos más amplios, también dibujan elementos pictóricos simétricos más complejos. Desde el punto de vista del género, las niñas utilizan simetrías complejas con más frecuencia que los niños.

Este estudio es un primer paso para conocer la conexión que existe entre el conocimiento de niños y niñas sobre el mundo vegetal y las imágenes que crean; para saber qué relación existe entre el pensamiento geométrico y la expresión gráfica de este pensamiento. “El pensamiento científico está indefectiblemente vinculado el pensamiento matemático y por eso es importante entender cómo durante la infancia se comienzan a establecer relaciones entre ambos tipos de pensamiento, el relacionado con la explicación de fenómenos biológicos y la geometría”, dice Villarroel..

Referencia bibliográfica:

José Domingo Villarroel, María Merino, Álvaro Antón. “Symmetrical Motifs in Young Children’s Drawings: A Study on Their Representations of Plant Life”. Symmetry (2019) https://doi.org/10.3390/sym11010026

Fuente: https://www.agenciasinc.es/Noticias/La-simetria-un-recurso-infantil-espontaneo-para-dibujar-el-mundo-vegetal

 

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Heike Freire, la educadora ‘verde’: «El eje de todas las asignaturas debe ser el medio ambiente»

Por CARLOS FRESNEDA

Antes que «salvar» el planeta, vamos a «amar» el planeta… Esa es la lección primordial que ha aprendido Heike Freire al cabo de dos largas décadas como pedagoga y comunicadora. La autora de «Educar en verde» recorre infatigable nuestra geografía (ayer en Galicia, hoy en Madrid, mañana en Alicante) intentando transmitir a los profesores esa pasión contagiosa que llevan en su propia naturaleza los niños.

A Heike Freire la conocimos en pleno bosque, poniendo en práctica todo lo leído en una escuela que se llamaba Madreselva, en la Vera cacereña. Los niños dejaban atrás las rigideces del entorno urbano, respiraban a pleno pulmón, aprendían todos los días algo nuevo en su entorno natural. Ellos mismos habían ayudado a construir la casita de madera que hacía las veces de aula. Tenían también un «tipi» indio y una vieja «lechera» que servía de biblioteca rodante.

La magia de aquella escuela emboscada quedó atrás. Pero la experiencia acumulada sobre el terreno le sirvió a Heike Freire para dar un nuevo impulso a su idea de «pedagogía verde», frente a los conceptos caducos de «pedagogía negra» (basada en los castigos) y la «pedagogía blanca» (apoyada en las recompensas).

«La pedagogía verde es un enfoque educativo basado en la confianza en la sabiduría innata con la que cada ser vivo está equipado», sostiene Heike Freire, que fue asesora del Gobierno francés desde el Instituto de Educación Permanente y siguió las enseñanzas de Ivan Illich y Paolo Freire. «Los niños y las niñas tienen dentro de sí todo lo que necesitan para crecer plenamente. Lo que necesitan en todo caso es un acompañamiento consciente de los procesos de naturales de desarrollo, autoconocimiento y aprendizaje».

Habla Heike Freire de la necesidad de una relación «triangular» entre el educador, el niño y el entorno natural… «La naturaleza es un espacio sabio y vivo del que nuestra especie emergió hace cientos de miles de años. Es a la vez madre y maestra. Nos ofrece vivencias y experiencias que se pueden emular, especialmente en la infancia. Integrarla en la educación es de alguna manera un reencuentro con nosotras mismas. Y también una manera de empezar a construir esa transición ecológica que tanto necesitamos».

Más que como una nueva «asignatura», Heike Freire propone que el medio ambiente sea «el eje de todo el edificio curricular, que debería ser mucho más concreto y flexible». «No tenemos mucha idea de cómo será el mercado de trabajo dentro de diez o quince años», advierte. «Lo que está claro es que necesitaremos buenas personas, buenos padres y madres… Y agricultores para producir alimentos de proximidad, no contaminados. Y biólogos capaces de recuperar los ecosistemas que estamos dañando. E ingenieros que puedan desarrollar tecnologías limpias, imitando la sabiduría de la naturaleza. Y artista e intelectuales que puedan crear historias e imágenes para simbolizar una nueva cultura centrada en la vida (no solo la humana) y enraizada en la tierra».

«¿Cómo «enseñar» a los niños el cambio climático?», le preguntamos a la educadora «verde». «Mejor no hacer demasiados discuros y empezar a apoyarnos en sus propias vivencias, que es como se aprende fudamentelmente hasta los 12 o 14 años. Las consecuencias del calientamiento global son tan evidentes que no es difícil encontrar hechos palpables, ya sea el aumento de las temperaturas, las olas de calor o la pérdida de biodiversidad».

«Lo importante en cualquier caso es acompañarles en el desarrollo de sus conciencia ecológica, partiendo de los instintos de amor y cuidado al planeta con los que todo niño y niña vienen al mundo», advierte Freire. «Si cargamos las tintas en la culpa por lo que está haciendo nuestra especie y en el miedo a las desastrosas consecuencias para nosotros, les trasmitiremos esos sentimientos, además de una sensación de impotencia y una tendencia a evitar la cuestión… Hay que favorcer en los niños el amor al planeta, antes de pedirles que lo salven».

Recalca también la pedagoga la necesidad de estrechar el vínculo con «una relación cotidiana y continua con la naturaleza». Las salidas semanales o mensuales al campo son «beneficiosas», pero lo que cuenta al final es el roce diaro con el entorno natural, «para desarrollar la sensorialidad y capacidad de movimiento, para observar, explorar, descubrir, arriesgarse, correr aventuras y vivir experiencias «mágicas»… Con el tiempo, integrarán todos los valores que han vivido y practicado y sentirán la Tierra como una extensión de ellos mismos. La cuidarán y la defenderán».

Habla también de Freire de un movimiento ya imparable para «renaturalizar» las escuelas, para susitituir los patios de hormigón por vergeles y huertos, o por áreas con agua y tierra, y extender eses proceso a las ciudades, y reverdecer los solares vacíos, «y crear espacios para la salud y el bienesta de sus ciudadanos».

«La semilla se ha extendido por todo nuestro territorio en los últimos seis años y son ya cientos, por no decir miles de escuelas, las que están implicadas en el proceso de transformación de los espacios exteriores», asegura Heike Freire, que habla con emoción del trabajo de sensibilización en el que se han embarcado «Carme i Pitu», dos maestros jubilados que han desarrollado el proyecto Safareig y han asesorado a cientos de centros en el proceso inaplazable de «renaturalización».

Heike Freire se siente deudora de dos «maestros» que visitarán próximamente Barcelona y que le ayudaron a forjar su propia visión de la pedagogía verde. De la mano de Qing Li, recorrió en Japón las áreas preparadas para el ritual del «Shinrin-Yoku» o «baños de bosque»: «Nadie trasmite como él hasta qué punto nuestra vida, nuestra salud y nuestro bienestar dependen de los árboles».

El segundo «maestro» es el norteamericano Richar Louv, autor de «Los últimos niños en el bosque», que le ayudó a identificar un mal cada vez más extendido en la infancia: el déficit de naturaleza. De esa reflexión nació su segundo libro -Estate quieto y atiende (Herder)- en el que la autora critica el sobrediagnóstico del TDAH y se pregunta si no estamos ante un reflejo del «estilo de vida acelerado que tenemos» o ante una respuesta de los niños frente a la imposibilidad de satisfacer, por ejemplo «su necesidad natural de movimiento, fundamental para su desarrollo orgánico y neurológico, y también para la regulación emocional».

«Las dificultades de niños, niñas y jóvenes nos están indicando que necesitamos un cambio de rumbo», asevera Heike Freire, que reconoce su ambivalencia ante la tecnología y reclama un «uso consciente» de las pantallas. «Tenemos que construir una sociedad más amable, más humana, más lenta… y más conectada con el mundo natural».

Fuente: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2018/09/28/5bad1b0aca4741c7728b45ed.html

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BBC destaca cómo Humberto Maturana hizo reflexionar al Dalai Lama

Redacción: La Tercera

Tras su participación en el primer Congreso «Nobel Prize Dialogue» realizado en Santiago, BBC Mundo publicó un extenso reportaje en torno al hombre que se ha dedicado a entender la naturaleza de nuestro entorno.

Tras su participación en el primer Congreso «Nobel Prize Dialogue» realizado en Santiago, BBC Mundo publicó un extenso reportaje en torno al hombre que se ha dedicado a entender la naturaleza de nuestro entorno.

¿Qué es la vida? Esta pregunta ha sido el motor de trabajo para este biólogo, experto en epistemología y Premio Nacional de Ciencias que, gracias a sus ideas, entregó uno de los conceptos más revolucionarios a nivel mundial. Es a través de la ‘autopoiesis’,  término desarrollado hace casi medio siglo junto a su exalumno y coterráneo Francisco Varela, con el cual ha influenciado en diversas áreas, como la neurociencia, la literatura e incluso el fútbol, con su respuesta a la historia evolutiva.

“La pregunta básica que me hice fue qué es lo vivo y qué muere, o qué tiene que estar pasando en la interioridad de un ente para que yo, mirándolo desde afuera, pueda decir que es un ser vivo”, dijo Maturana a BBC Mundo tras su participación como uno de los 23 investigadores invitados por la Fundación Nobel.

La obra de Maturana se centra en un término que acuñó combinando dos palabras del griego: “auto” (a sí mismo) y “poiesis” (creación), explicando las condiciones que constituyen a un ser vivo, una idea que cambió la forma de pensar y, en palabras de éste, ha sido “revolucionario porque dio una respuesta para lo que antes no había”.

Uno de los postulados que explica lo estudiado, es la autonomía, ya que es lo externo lo que gatilla procesos internos en las dinámicas de los procesos moleculares de cada uno. “Los seres vivos somos sistemas autopoiéticos moleculares, o sea, sistemas moleculares que nos producimos a nosotros mismos, y la realización de esa producción de sí mismo como sistemas moleculares, constituye el vivir”, afirmó el biólogo para BBC, explicando que todo ser vivo es un sistema cerrado que está continuamente creándose a sí mismo y, por lo tanto, reparándose, manteniéndose y modificándose, algo que ocurre continuamente en toda forma de vida.

Un legado mundial

El sitio británico destaca la figura del científico reconocido y admirado a nivel internacional. En el ex Congreso Nacional fue ovacionado por el público, y recibió los agradecimientos y muestras de admiración de Anil Seth, el neurocientífico británico con quien compartía panel. “Leí sus obras por primera vez hace más de 20 años, cuando estudiaba para mi doctorado en la Universidad de Sussex, en Inglaterra, y me he inspirado en ellas desde entonces, como muchos otros científicos en el mundo”, afirmó Seth.

El hecho de que Maturana haya podido explicar la fenomenología de la vida, área de estudio que no ha sido explorado en profundidad en Chile, pero que a nivel global figura como algo trascendental. Por ejemplo, la Enciclopedia Británica, reconoce la  ‘autopoiesis’ como una de las seis grandes definiciones científicas de vida.

El epistemólogo, ha tenido palabras para distintos puntos que afectan nuestro desarrollo, alejándose de lo “estrictamente científico”. En cuanto a educación, dijo en un conversatorio recogido por Culto, que el futuro no son los niños, sino los adultos:  “Los niños, niñas y jóvenes se van a transformar con nosotros, con los mayores, con los que conviven, según sea esa convivencia. El futuro de la humanidad no son los niños, somos los mayores con los que se transforman en la convivencia”, dijo Maturana en la mitad de su presentación.

Una conversación filosófica

Otro de los puntos destacados en torno al chileno, fue la curiosa visita a la India para hablar con el Dalai Lama, reconocida figura religiosa y política.

Junto a la docente Ximena Dávila, viajó en 2013 para discutir variados temas pero, el que recuerda particularmente, fue su diálogo sobre la vida. “La conversación fue esencialmente en torno a cómo vivimos, qué clase de vivir estamos haciendo y cómo estamos realizándonos como seres humanos”, contó para BBC, complementando que fue “una conversación filosófica a la vez que biológica y biológica cultural”.

Según sus palabras, el líder budista le confesó que gracias a él “había aprendido el tema del desapego, porque en algún momento habíamos conversado sobre esto del dejar aparecer”. Su sabiduría fue avalada, detallando que “Con Ximena hemos mostrado que en las relaciones humanas lo fundamental es escucharse, pero para eso tenemos que dejar que el otro aparezca sin anteponer prejuicios, supuestos o exigencias. Ese es el desapego, según el Dalai Lama”.

El monje tibetano, ante lo planteado por Maturana, responde: “Ustedes tienen razón… Lo central en la convivencia es escucharnos para poder hacer cosas juntos en el mutuo respeto, y sobre eso conversamos: sobre dejar aparecer, que viene a ser el amar”, explicó a BBC Mundo.

Fuente: http://culto.latercera.com/2019/01/24/bbc-humberto-maturana-dalai-lama/
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¿Se puede hablar de naturaleza en clase de Matemáticas?

Por: Quique Oñate.

Si la distancia que recorre la ballena jorobada en su migración puede dar pie a un problema de matemáticas interesante, ¿por qué no aprovecharlo? Y si la descripción de un majestuoso orangután de Borneo constituye un buen ejercicio para la clase de Lengua, ¿por qué no tenerlo en cuenta?

Estas y otros ejemplos de inclusión de la naturaleza en materias que no guardan, en principio, una relación directa con ella, se enseñan ya en 25 colegios de España. Desde octubre, estos centros participan en Naturaliza, un proyecto piloto impulsado por Ecoembes, la organización que gestiona el reciclaje de envases, y un grupo de expertos en educación supervisados por Juan Antonio Corraliza, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid. El objetivo es conectar los contenidos de asignaturas curriculares como Matemáticas, Lengua, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales con la biodiversidad y los fenómenos ambientales, algo que muchos expertos reivindican para evitar la desconexión de los jóvenes de lo natural.

«Trabajamos en torno a tres aspectos: ambientalizar los contenidos, formar al profesorado y potenciar las experiencias fuera del aula», explica Silvia López, representante del programa por parte de Ecoembes. «Creemos que es fundamental que los alumnos estén en contacto con su entorno y aprendan la importancia del medioambiente más allá de lo que se da en las clases».

Naturaliza está orientado, por el momento, a estudiantes de quinto de primaria de centros públicos, privados y concertados de las comunidades de Madrid y La Rioja. Uno de ellos es el CEIP Ciudad de Nejapa de Tres Cantos (Madrid). Aquí, hoy toca relacionar la función de los bosques, los pulmones de la Tierra, con el sistema respiratorio humano. Una analogía sencilla para entender como la polución y el cambio climático hacen que el planeta y sus habitantes respiren cada vez peor. La lección se llama Pulmón verde, pulmón gris. «Hoy he aprendido qué puedo hacer para no contaminar el mundo», interviene Iria Mesa, una niña de nueve años. «Tenemos que cuidarlo mucho más porque si no podría acabar muy mal», añade Martina Sutter. Después, los alumnos pegan las hojas de un árbol en un mural y nombran las funciones que este ser vivo cumple en el ecosistema. Fuera, en los pasillos, cuelgan trabajos detectivescos sobre la vida de los murciélagos o seguimientos de insectos como las arañas.

«La respuesta ha sido magnífica», dice Sara Sánchez, profesora de quinto de primaria del Ciudad de Nejapa y uno de los aproximadamente 200 docentes apuntados a Naturaliza. «Estas clases ayudan a que los alumnos tomen conciencia y sean protagonistas y reflexivos, a que desarrollen el pensamiento crítico. Son capaces de desarrollar ideas muy buenas y entender el problema ambiental desde su punto de vista. Y luego se lo transmiten a sus familias. Son los mejores embajadores».

Nicolás Chase, de nueve años, recuerda un vídeo que su profesora les puso en clase hace poco. «Era sobre un experimento para ver cuántos invertebrados hay en un metro cuadrado de suelo de bosque», describe el chico. «Había más de 100. No los vemos, pero son muy importantes».

Una visión a largo plazo

La piedra angular del proyecto es Escuela de Docentes, una herramienta en línea con contenidos ambientalizados que cualquier profesor de un centro adscrito a Naturaliza puede consultar y utilizar. El material, elaborado y revisado por un panel de expertos, está en constante actualización. Los docentes que así lo deseen pueden acceder, además, a tutorías y asistencia por parte de los responsables de Naturaliza.

Si el programa, al que cualquier colegio se puede adherir gratuitamente, tiene éxito, sus impulsores planean ampliarlo a colegios de toda España durante el año que viene. «Para 2020 cabe la posibilidad de extenderlo también a educación secundaria», señala Silvia López, que entiende que lo idóneo sería que, en un futuro, esta educación ambiental transversal se contemplara por ley.

Fuente de la reseña: https://elpais.com/economia/2018/12/18/actualidad/1545133704_297004.html
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El calentamiento global transformará la faz de la Tierra

Por: tendencias 21

En 200 años casi todos los ecosistemas sufrirán profundas transformaciones

 

El 67% de los ecosistemas vitales de la Tierra están amenazados por el cambio climático y pueden sufrir una gran transformación en los próximos 200 años, según una investigación en la que han participado 42 científicos de 9 países. La Tierra se calentará tanto como hace 10.000 años y gran parte del carbono vegetal se liberará a la atmósfera.

Ls bosques, desiertos y ecosistemas vitales de la Tierra están en peligro de sufrir una grave transformación debido al calentamiento global, según un estudio realizado por 42 científicos de nueve países que publica la revista Science.

Algunos de estos cambios ya se han iniciado en el suroeste de Estados Unidos, donde los incendios forestales están destruyendo los bosques y extendiendo las zonas de matorrales.

Durante más de cien años, estos cambios se extenderán a las sabanas, desiertos y bosques de todo el mundo, y alterarán los ecosistemas y pondrán en peligro la vida vegetal y animal en todo el mundo, particularmente en Europa y Estados Unidos.

El estudio analizó  registros de polen y fósiles de plantas de 594 sitios del mundo (excepto la Antártida) y realizó la más completa compilación de vegetación y otros datos desde la última glaciación (hace unos 21.000 años) hasta la era preindustrial.

A continuación proyectó lo que podrían cambiar los ecosistemas planetarios en el futuro a medida que la Tierra se calienta como consecuencia del aumento de emisiones de gases de efecto invernadero, para comparar lo que pasó en el planeta antes de la revolución industrial con lo que ha pasado en los últimos 200 años.

El estudio estableció que nuestro planeta  se calentó entre 4ºC y 7ºC  desde la última edad de hielo hasta el Holoceno temprano (hace unos 10.000 años). Las proyecciones climáticas indican que, si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, la Tierra se calentará en una proporción similar en los próximos 100 a 150 años.

Los investigadores estiman que más del 67% de la vegetación podría sufrir cambios profundos dentro de un siglo si continúa el calentamiento global. Otro 26% de la vegetación planetaria lo haría de forma más moderada. América del Norte, Europa y América del Sur, las que más se han calentado desde la última glaciación, serán las más afectadas.

Esta estimación se considera conservadora porque el calentamiento natural que tuvo lugar desde la última glaciación se produjo en un espacio de tiempo que duró entre 10.000 y 20.000 años, mientras que los cambios previstos en el estudio van a tener lugar en unos 150 años.

Cambios en la vegetación

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores usaron datos paleo-climáticos de varias fuentes para inferir los aumentos de temperatura responsables de los cambios de vegetación observados en los fósiles. Eso, a su vez, les permitió calcular cómo varios niveles de calentamiento futuro afectarían a la vegetación del planeta y a sus ecosistemas.

«Usamos los resultados del pasado para ver el riesgo del futuro cambio en los ecosistemas», explica Connor Nolan, autor principal de la investigación, en un comunicado. «Descubrimos que a medida que aumentan las temperaturas, hay riesgos cada vez mayores de un mayor cambio en los ecosistemas».

En un escenario de emisiones de gases de efecto invernadero como el actual, la probabilidad de cambio de vegetación a gran escala es mayor del 60 por ciento. Pero si las emisiones de gases de efecto invernadero se reducen a los niveles previstos en el Acuerdo de París, la probabilidad de un cambio de vegetación a gran escala es inferior al 45 por ciento.

Gran parte del cambio podría ocurrir durante el siglo XXI, especialmente cuando la perturbación de la vegetación se vea amplificada por otros factores, como los extremos climáticos, la mortalidad generalizada de plantas, la fragmentación del hábitat, las especies invasoras y la recolección de recursos naturales. Es probable que los cambios continúen hasta el siglo XXII e incluso más allá, advierten los investigadores.

Atención al carbono
Los investigadores llaman la atención sobre una de las consecuencias más graves de estos cambios: la liberación de las grandes cantidades de carbono que en la actualidad se almacenan en las plantas y suelos de los ecosistemas terrestres que pueden ser destruidos por el calentamiento global.»Gran parte del carbono ahora encerrado por la vegetación en todo el planeta podría ser liberado a la atmósfera, lo que amplificaría aún más la magnitud del cambio climático», señala Jonathan Overpeck, otro de los investigadores.

Los autores dicen que su enfoque paleo-ecológico basado en la base empírica proporciona una perspectiva innovadora sobre el cambio de la vegetación impulsado por el clima, una perspectiva que complementa estudios previos basados ​​en el modelado y las observaciones.

Destacan que las predicciones de estos diversos enfoques están convergiendo, lo que «fortalece la inferencia de que los cambios climáticos proyectados impulsarán grandes transformaciones de los ecosistemas», escribieron los autores.

«Es un gran desafío que nosotros, como nación y como comunidad global, necesitamos tomar más en serio», dijo Overpeck.

Referencia

Past and future global transformation of terrestrial ecosystems under climate change. Connor Nolan et al. Science, Vol. 361, Issue 6405, pp. 920-923. DOI: 10.1126/science.aan5360
Fuente: https://www.tendencias21.net/El-calentamiento-global-transformara-la-faz-de-la-Tierra_a44732.html
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