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¿Continuidad pedagógica o escuela alterada?

El presente texto se da dentro del marco de la Articulación por la Educación Pública en América Latina, del portal Insurgencia Magisterial, México.

 

Son tres los interrogantes que se presentan, a modo de una entrevista:

1.- ¿Una educación crítica creativo o servicio al mercado?

2.- ¿Cuáles son los enfoques pedagógicos de los sistemas educativos de cada país y las medidas respecto a la COVID 19?

3.- ¿Cuáles serían las propuestas socioeducativas permiten enfrentar de mejor manera la etapa del Covid-19?

 

1.- ¿Una educación crítica creativo o servicio al mercado?

Crisis (derivado del griego krísis ‘decisión’, del verbo kríno ‘yo decido, separo, juzgo’, designa el momento en que se produce un cambio perturbador. De ahí proviene “crítica”, para emitir un juicio a fin de superar el problema. ¿Y cuál es el problema que aquí nos atañe?

Desde mediados de la década de los setenta del siglo XX, lo que más en cuestionamiento se encuentra es el de una escuela pública que, en el marco del neoliberalismo capitalista, se quisiera destruir. Por ello, una especie de “paranoia política” aparece en una constante y sin solución de continuidad “defensa de la escuela pública” que, “resistiendo”, nunca se acaba por destruir. Una crisis casi eterna, no es una crisis, y en este caso es consecuencia de la voluntad de poder del mercado. A mi criterio, entonces, la escuela no se encuentra en crisis, sino que es tal la escuela que existe en el proceso de las relaciones de poder político y económico, es la escuela que puede ser en ese contexto y no otra. Si no hay un reconocimiento de dicha problemática, la escuela siempre se llamará en crisis, y la educación crítico-creativa solamente aparecerá en los textos (orales y escritos), salvo ciertas excepciones muy loables. Y, aún se corre el riesgo de que, bajo la afirmación textual de una intersubjetividad liberadora, contradictoriamente, la praxis pueda encontrarse imbuida por el sentido mercantilista.

 

2.- ¿Cuáles son los enfoques pedagógicos de los sistemas educativos de cada país y las medidas respecto a la COVID 19?

En Argentina, los docentes se sintieron “arrojados” a la virtualidad bajo el  enfoque de la “continuidad pedagógica”, insistiendo más en los “lazos” que en el reconocimiento de la “emergencia” o de la “contingencia pedagógica”, por la quasi alabanza de dichos “lazos”,  llamados por otros “vínculos”, sin su materialidad en el cara-a-cara y sin el reconocimiento de una escuela pre-pandemia “resistiendo en defensa de la escuela pública”, cuyas relaciones intersubjetivas fueron muy problemáticas, cuyos “lazos” fueron muy problemáticos. Precisamente, no son esos “lazos” los más óptimos a prolongar durante la pandemia. Es por ello que cuestiono el término “continuidad pedagógica”, como el de los mismos “lazos”. Tanto el término “continuidad pedagógica” como el de “lazos” son establecidos sin crítica alguna, casi como paradigma incuestionable de interpretación. Obvio, la crítica no pretende ser hiperbólica (exagerada), pues la escuela es un espacio público, no en mera “disputa” (término de moda), sino con múltiples contradicciones reales.

 

3.- ¿Cuáles serían las propuestas socioeducativas permiten enfrentar de mejor manera la etapa del Covid-19?

Nos invadieron bancariamente de “conversatorios virtuales”, escuchando poco a los docentes y nada a los alumnos. Desde aquí, la propuesta es la siguiente:

Indagar acerca de la subjetividad de los alumnos, los silenciados en la llamada continuidad de los lazos, y en las relaciones dialécticas con los docentes. En este momento una vía pueden ser las plataformas de digitales (*), para desde ahí, en la pos pandemia, concretizar las propuestas consensuadas y con sentido liberador. La etapa de pandemia ya está jugada, por ahora. Mientras no existan reales intenciones pos pandemia, más allá de los compromisos político- partidarios, las propuestas educativas serán como una especie de aspirina ante la calamidad, que quizás puedan calmar momentáneamente, pero que no curan.

¿No será, quizás, que la escuela está “alterada” en la virtualidad de la actual emergencia, bajo la presión de las relaciones sociales injustas, con toda una promesa, la promesa que también existe en la escuela real, imposible de lograr sin la constancia de la lucha? Aunque, hablando de la lucha, una lucha que no disocie a los desposeídos, una lucha en la que las comunidades se potencien subjetivamente, pero intersubjetivamente, según las posibilidades y necesidades de cada cual, en la lucha por la reproducción y producción de la vida.

 

(*) Surge el predominio de las plataformas digitales, cuyo pleno logro, entre otros, se ubica en el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), cuyo sentido último es el de formar un “trabajador del futuro”, sin relaciones contractuales más que el de emprender individualmente un proyecto, que luego de su concreción, finalice la ligazón con la empresa, sin sindicatos que defiendan al trabajador, pues este último es mero individuo alienado de otros trabajadores. El único trabajador a existir sería el individuo subsumido en los intereses empresarios.

Desde ahí, vale una crítica a los modelos pedagógicos vigentes, donde los sujetos de la educación ya no sean meramente los alumnos, sino la misma comunidad crítico-educativa.

 Fuente: El autor escribe para el Portal «Otras Voces en Educación»

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BID: ¿En 20 años puede América Latina ser una región de países desarrollados tras una pandemia?

Un nuevo libro del Banco Interamericano de Desarrollo plantea la promoción en cada país de la región de grandes acuerdos políticos al estilo de los Pactos de la Moncloa, que en 1977 sentaron las bases para la modernización de España.

Aunque pueda parecer muy atrevido plantearlo en estos momentos de zozobra mundial por la pandemia del coronavirus, si América Latina pone en marcha un plan de crecimiento basado en la inversión en infraestructura, puede llegar a ser una región de países desarrollados en solo dos décadas.

Descontando por supuesto, este y el próximo año, en los que la crisis dejará un trágico saldo de pérdida de vidas, severo retroceso económico y desplome del empleo. Pero hacia fines de 2021 la región podría recuperar los niveles de crecimiento pre-crisis, de entre el 3,0% y 3,5% y retomar la senda de un crecimiento más inclusivo.

A partir de allí, con un gran impulso a la inversión en infraestructura, logística y la economía digital, varios países de América Latina podrían duplicar su tasa de crecimiento anual hasta el 6% o 7%. Con eso, en 20 años su producto interno bruto per cápita podría ser superior a 30.000 dólares, que ya es un nivel de países desarrollados, con una clase media de más del 70% y la pobreza por debajo del 10%.

El plan para alcanzar esas metas se detalla en el nuevo libro del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), titulado Cómo acelerar el crecimiento económico y fortalecer la clase media en América Latina. En él se plantea, en primer lugar, la promoción en cada país de grandes acuerdos políticos al estilo de los Pactos de la Moncloa, que en 1977 sentaron las bases para la modernización de España. Esos acuerdos deben fijar una serie de puntos de convergencia entre los distintos partidos sobre los principales temas socioeconómicos.

El eje central para el desarrollo de la región es duplicar la inversión pública en infraestructura, servicios y logística, llevándola del 3% pre-crisis a entre el 6% y 7% del PIB. Las principales necesidades son carreteras y ferrocarriles, seguidas de servicios de agua potable y saneamiento, y luego puertos, aeropuertos, electricidad, banda ancha y telefonía móvil.

Para ejemplificar los problemas que acarrea el déficit de infraestructura en América Latina, en Estados Unidos un camión de carga circula 100.000 kilómetros al año, mientras que en muchos países de América Latina circula 50.000. Tomando solo ese factor, la rotación del capital, que tiene un efecto inmediato sobre la productividad, es de la mitad en esta región.

Es crucial fortalecer la clase media y seguir destruyendo la pobreza

Para poder solventar este incremento de la inversión es necesario aumentar los ingresos fiscales. Salvo Argentina, Brasil y Uruguay, que tienen más de 30% de ingresos fiscales respecto del PIB, similar a los de Europa, el resto tiene entre el 15% y el 17%. Es necesario elevar esos ingresos hasta el 20% al 22%. Eso daría a cada país el músculo financiero para incrementar la inversión en infraestructura. Para lograrlo, se precisan reformas que permitan modernizar e informatizar las agencias recaudadoras; ampliar la base impositiva y por sobre todo reducir la evasión y la elusión, que en algunos países de la región son muy elevadas. No hay que cobrar más a los que pagan. Hay que cobrar a todos los que deberían pagar.

Asimismo, es crucial fortalecer la clase media y seguir destruyendo la pobreza. Para afianzar la clase media es necesaria una red de apoyo que incluya mercados laborales eficientes y formales, seguros de desempleo, y mejores sistemas de pensiones, seguridad social, salud y educación.

Existe una concepción entre muchos empresarios y trabajadores de la región de que la informalidad, que llega a más de 50% en muchos países, los favorece porque los exime de pagar impuestos. Además de que la informalidad cierra la puerta a los sistemas de aseguramiento social, también impide el acceso al crédito, clave para poder prosperar. Por tanto, el libro aboga por reducir el costo del dinero para que más personas y empresas tengan acceso a tasas razonables y crear así un incentivo para regularizar su situación.

Para estimular la productividad es también vital incorporar nuevas tecnologías e innovación en los procesos industriales y elevar la calificación de la mano de obra mediante acceso a más y mejor educación. En particular, la región precisa formar a sus jóvenes en nuevas competencias y aptitudes. Un relevamiento de cuatro países andinos reveló que estos poseen solo una cuarta parte de los ingenieros per cápita de las naciones industrializadas, y solo un tercio de la inversión en investigación y desarrollo respecto del PIB.

La Cuarta Revolución Industrial, que abarca áreas como inteligencia artificial, robótica, internet de las cosas, impresión 3D y biotecnología, requiere personal altamente calificado. Crisis como la que actualmente castiga a todo el mundo y a América Latina en particular no tienen nada de deseable. Pero los cambios que permite pueden aprovecharse para repensar el futuro y reinventar la manera en que hacemos las cosas en este continente.

 Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/07/19/planeta_futuro/1595190925_148265.html

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El gobierno italiano prevé desviar aún más su déficit hasta el 11,9 % del PIB en 2020

La intención del Ejecutivo es aprobar un nuevo paquete de estímulos para ayudar a empresas y familias afectadas por el COVID-19

El Consejo de Ministros italiano aprobó hoy una nueva desviación del déficit del país que se situará en el 11,9 % del producto interior bruto (PIB), frente al 10,4 % calculado en abril y al 2,2 % pronosticado en septiembre pasado.

El Gobierno italiano informó en un comunicado de que ya ha transmitido su voluntad de dilatar aún más del déficit a la Comisión Europea y de que someterá la decisión a una votación en el Parlamento.

«El nuevo nivel de déficit se establecerá en el 11,9 % del PIB en 2020. El nuevo nivel de deuda pública será del 157,6 % del PIB en 2020», se lee en la nota oficial.

La intención del Ejecutivo que dirige Giuseppe Conte es aprobar un nuevo paquete de estímulos para ayudar a empresas y familias afectadas por la crisis del coronavirus que será de 25.000 millones de euros y que se sumará a los dos ya impulsados en los últimos meses por valor de 80.000 millones de euros.

Roma pedirá al Parlamento permiso para desviar el gasto público este año y también en los próximos años: 6.100 millones de euros para 2021; 1.000 millones para 2022; 6.200 millones en 2023; 5.000 millones en 2024; 3.300 millones en 2025 y 1.700 millones a partir de 2026.

Italia, tercera economía de la zona euro, es uno de los países europeos más afectados por la pandemia del coronavirus y registra ya 245.032 casos de contagios totales desde que comenzó la emergencia en el país el 21 de febrero y 35.082 fallecidos.

Para paliar los efectos de la crisis económica derivada de la pandemia, el Gobierno italiano está dando luz verde a una serie de ayudas económicas entre las que se encuentra también un esquema de garantías públicas de hasta 400.000 millones de euros en créditos para empresas.

«En esta etapa, es esencial continuar asegurando el apoyo al sistema de producción, los ingresos de los ciudadanos, la recuperación e intervenir cuando sea necesario para preservar el empleo», explica la nota, que subraya que el Ejecutivo ve esencial extender aún más el llamado sistema de «caja de integración», que es similar al expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) español, si bien no especifica por cuánto tiempo.

Se asistirá también a las empresas y a los sectores más golpeados por la crisis de la COVID-19 y se facilitará el acceso a la liquidez, «incluso mediante una reprogramación de los vencimientos fiscales de los próximos meses».

Roma garantiza también asistencia a las autoridades locales, cuyos recursos se han reducido por la falta de ingresos fiscales en los últimos meses, y al sector de la educación para permitir la vuelta a las aulas de los alumnos a partir de septiembre en condiciones de seguridad.

A pesar de ampliar aún más sus márgenes de déficit y de deuda pública, Italia se compromete a reducirlos progresivamente en la próxima década, «a través de una estrategia que, además de perseguir un superávit primario adecuado, se basará en el relanzamiento de las inversiones públicas y privadas».

Italia tiene previsto solicitar a la Unión Europea el acceso a ayudas del fondo contra el paro SURE, del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y del Fondo de Recuperación, este último aprobado el pasado martes por los líderes de los países europeos.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/economia/20200723/italia-desviar-deficit-pib-2020-coronavirus-8051119

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Chile: Presidente del Colegio de Profesores califica como “miserables” y de un “clasismo impresentable” comentarios de Figueroa sobre hacinamiento y riesgo de abuso sexual en niños

“Un niño hacinado, con riesgo de ser abusado sexualmente en su hogar, tiene que tener la posibilidad de ir a la escuela”, dijo ayer el ministro de Educación al referirse a un eventual retorno a clases de los escolares. «Si tiene antecedentes, que denuncie», dijo Mario Aguilar. La Defensoría de la Niñez también lamentó los dichos del secretario de Estado.

Una fuerte crítica hizo hoy el presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, a los dichos realizados ayer por el ministro de Educación, Raúl Figueroa.

El secretario de Estado, en una entrevista televisiva, abordó un eventual retorno a clases de los escolares y señaló: “Un niño hacinado, con riesgo de ser abusado sexualmente en su hogar, tiene que tener la posibilidad de ir a la escuela”.

Aguilar calificó los dichos de Figueroa como “deplorables”, “miserables” y de “un clasismo impresentable”. “Me parecen unas declaraciones muy graves del ministro. Lo quiero emplazar, si tiene antecedentes concretos respecto a casos de que niños en sus casas están siendo abusados sexualmente, él tiene la obligación como ministro de Estado de poner en conocimiento de eso a la justicia. Si no tiene antecedentes concretos, lo que está haciendo simplemente es una especulación, una gravísima acusación que ofende, que maltrata, que violenta a las familias vulnerables y pobres de este país”, dijo el presidente del Magisterio.

En esa línea, añadió: “Me parece que el ministro de Educación queda invalidado para su cargo cuando hace declaraciones tan inexcusables, tan graves, tan violentas contra esas familias. Son dichos de un clasismo impresentable en una autoridad de Estado”.

“Si hay niños que están siendo abusados sexualmente, la solución no es durante el tiempo que estén en el colegio van a estar protegidos. Porque esos niños cuando vuelvan a sus casas, al terminar la jornada, a las 4 de la tarde, vuelven al problema. Lo que tiene que hacer el Estado es defender a esos niños”, afirmó Aguilar.

“Refleja la ansiedad que tiene el gobierno por presionar un pronto retorno a clases para una supuesta nueva normalidad”, dijo, y añadió: “Es un argumento miserable”.

Defensoría de la Niñez

Por su parte, la Defensoría de la Niñez también lamentó los dichos de Figueroa mediante un comunicado. “Estos dichos constituyen una forma de intencionar el retorno a clases presionando con explicaciones que tienen un impacto comunicacional pero que, finalmente, generan una reacción razonablemente contraria de parte de los padres, madres y responsables del cuidado de los niños, niñas y adolescentes”, señaló el organismo.

“La pobreza no es sinónimo de violencia, y las expresiones vertidas por el Sr. Ministro producen una estigmatización indebida e injustificada a quienes, careciendo de condiciones de vivienda con dignidad, la que debiera propiciarse precisamente por el Estado a quien representa el Sr. Ministro, hoy son víctimas de sus dichos, constitutivos de una evidente manifestación de violencia estatal indebida”, se añade en el texto.

Asimismo, se sostiene que “los niños, niñas y adolescentes no viven en los colegios y si la hipótesis que plantea el Sr. Ministro se produce, y un niño, niña o adolescente está siendo víctima de algún delito sexual o de cualquier otro al interior de su residencia, lo que corresponde es que esos hechos se aborden con acciones estatales inmediatas para que el agresor salga de ese domicilio, la víctima sea protegida y, por tanto, no siga expuesta de manera alguna al maltrato o agresión que le afecta, con la oportuna, debida y eficiente intervención de las instituciones responsables”.

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Chile: Estado subsidiario y colapso del sistema sanitario

Por: Sergio Martín Páez.

A julio de 2020, Chile lidera el trágico ranking de muertos por habitantes por causa de la pandemia Covid-2019 en América del Sur. Este resultado está vinculado, sin dudas, con la velocidad con la que se adoptaron las medidas de aislamiento social y las capacidades efectivas de la sociedad de cumplirlas.

Sin embargo, estos no son los únicos elementos; también es necesario considerar las capacidades del sistema de salud, en particular del público, para dar respuesta en una emergencia generalizada. Como han puesto de manifiesto las revueltas populares desde octubre de año pasado, el modelo neoliberal chileno tiene dos caras y cruje por dentro. En esta nota mostraremos algunos números de las dos caras y cómo el Estado subsidiario en salud ha segmentado a la ciudadanía chilena y hoy pone en riesgo la capacidad de respuesta a la pandemia.

Lado A: el modelo chileno “exitoso”

Desde 1990, Chile sufrió solo dos años de recesión y, en términos macroeconómicos, ha sido considerado un “éxito”. Ha mantenido una tasa de crecimiento anual de 3,6 por ciento y 2,8 por ciento per cápita, superando las tres principales economías de la región (Brasil, México y Argentina) y los valores promedio regionales. Estos buenos resultados macroeconómicos serían la base para la expansión del gasto público en salud de la última década (tabla 1), pasando de significar 3,5 por ciento a 4,9 del PBI.

Goyenechea (2019) señala que, desde una mirada externa, el sistema de salud chileno parece ser un modelo a seguir dado que ha conseguido mantener sus macroindicadores sanitarios con buenos resultados, y lo logra con uno de los gastos sanitarios más bajos de la OCDE (por lo que, además, resulta ser eficiente). Sin embargo, como comentaremos más adelante, el investigador también advierte que bajo esos promedios se esconden inequidades y una creciente segmentación de la población, según criterios de riesgo a enfermar y de ingresos.

En términos regionales, el gasto público en salud se encuentra en niveles medios en América del Sur, rondando el 5 por ciento, en la misma línea de otros estados regionales que vociferan a favor del neoliberalismo (como Colombia) y notablemente más que Perú (2,5 por ciento). De esta forma, los números macro no parecerían indicar elementos fuera de la curva.

Lado B: el Estado subsidiario y la “libertad de elegir”

El modelo neoliberal en Chile ha significado la instauración de un Estado subsidiario que promovió la privatización de los servicios sociales y, con ello, el desmantelamiento de la provisión estatal o una reducción considerable en su capacidad instalada en salud, previsión, educación, vivienda y obras públicas.

En términos específicos de salud, la Constitución de 1980 garantiza la posibilidad de acceder a un sistema público o a un régimen privado, sin ninguna mención al carácter colectivo, y la salud pasa ser entendida como responsabilidad individual (Cid & Uthoff, 2018). De esta forma, los chilenos pasaron a cotizar con un porcentaje de sus salarios/ingresos para acceder a servicios de salud y pensiones en forma individual (o familiar). La contrapartida fue la emergencia de holdings de servicios de salud y las AFP, los ganadores del modelo.

Estas directrices han recreado desde los años ’80 un sistema de salud dual que segmenta y segrega sus pacientes de acuerdo a su capacidad de pago y los riesgos de enfermedad. Por un lado, una minoría de mayores ingresos se concentra en las Instituciones de Salud Previsional (ISAPRE-Clínicas) que funcionan como un esquema de seguros y, por otro lado, una mayoría de la población (alrededor del 75 por ciento), de menores ingresos, que son atendidos por el Fondo Nacional de Salud (Fonasa-Red Pública de Salud). La información disponible sugiere que el sistema público atiende a pacientes con mayores requerimientos de cuidados de salud por ser adultos mayores, a la vez que alrededor del 20 por ciento se encuentra por debajo de la línea de pobreza (Castillo-Laborde et al., 2017).

A su vez, la red pública ha comenzado a funcionar con reglas similares a las del mercado a partir del arancelamiento de las atenciones de salud, externalizando servicios al interior de hospitales, buscando el autofinanciamiento de los hospitales, así como asumiendo modelos de gestión propios del sector privado. De la misma manera, la lógica de los subsidios a la demanda han significado una política constante de mecanismos de traspaso de recursos y pacientes a prestadores privados (Goyenechea, 2019).

Producto de los subsidios a la demanda, la estructura de ingresos y gastos del sistema ha quedado desfasado a favor del sistema privado (Tabla 2). El Fonasa recibe USD 50,94 por beneficiario y tiene un gasto de USD 51,43, mientras que las ISAPRE recaudan USD 94,79 y gastan USD 69,63 mensuales por beneficiario, lo que configura claramente un fuerte nicho de acumulación en el sector privado sustentado con fondos públicos (Castillo-Laborde et Al, 2017).

Por último, existe un tercer elemento que tradicionalmente se deja fuera de los análisis, que son los sistemas de salud diferenciados, dispuestos de forma exclusiva para las Fuerzas Armadas y de Orden. Este sistema es no contributivo y se financia mediante impuestos generales, lo que implica una suerte de transferencia de ingresos del resto de la sociedad a los cuerpos armados (Boccardo et al., 2020).

En definitiva, el rol subsidiario del Estado ha servido para producir nichos de acumulación para los grupos empresariales que controlan la salud, como el Grupo Said o el grupo Penta, donde la política o los diseños y marcos institucionales han contribuido a fortalecer y acrecentar el negocio privado en la salud en detrimento de la red pública.

El neoliberalismo y el Covid-19

A inicios de julio, los informes indican que la capacidad hospitalaria en Santiago opera prácticamente al tope, mientras que los fallecidos continúan en aumento. La respuesta del Estado subsidiario ha sido decepcionante y peligrosa. Por un lado, no se presentan modificaciones presupuestarias para otorgar fondos adicionales al sistema de salud, al menos, hasta el 30 de abril, cuando el país ya registraba alrededor de 19 mil casos y 227 muertos (Goyenechea, 2020). Por otro lado, los anuncios del Gobierno solo se han enfocado en flexibilizar las condiciones para el acceso al crédito como “protección a la clase media”, alimentando la perversidad de endeudarse para cubrir gastos básicos. Por otro lado, se ha dedicado a proteger a los “ganadores del modelo”, evitando que se cobre el impuesto a los súper ricos y, hasta su fracaso legislativo, militó rabiosamente por el veto a la extracción del 10 por ciento de las cuentas individuales de las AFP.

El espíritu neoliberal de la Constitución ha alimentado la tendencia general a endeudarse para cubrir los servicios básicos de la vida moderna, lo que ha llevado a altos indicadores de endeudamiento familiar. La desigualdad no solo ha sido evidente en las diferencias de ingresos y riqueza, sino también en el papel ausente del Estado para garantizar condiciones de vida dignas y proteger a los chilenos de la pandemia.

Fuente del artículo: https://www.telesurtv.net/opinion/Chile-Estado-subsidiario-y-colapso-del-sistema-sanitario-20200720-0029.html

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Covid-19 problema sanitario: Crisis en la educación

Por: Telesur.

Unesco ha alertado que existen 258 millones de niños y jóvenes totalmente fuera del sistema educativo.

La crisis sanitaria mundial ha obligado al cierre de escuelas y universidades, afectando a un número sin precedente de estudiantes. Maestros y padres han sentido también el peso de la Covid-19.

El cierre de las escuelas en más de 180 países ha mostrado las desigualdades en materia de educación.

Es tiempo para que los garantes de la educación consigan experiencias de este periodo.

Covid-19: ¿Crisis del aprendizaje?

En 2017, Jim Yong Kim, médico surcoreano nacionalizado en Estados Unidos, y presidente en ese entonces del Banco Mundial, detallaba sobre lo que definía como una crisis del aprendizaje. Kim hacía referencia a que “la escuelas primarias y secundarias no les ofrecen a los estudiantes las herramientas necesarias para prosperar en la vida”. Y es que, según una investigación del propio Banco, se apreciaba ya, desde entonces, lo que definían como “una escolarización sin aprendizaje”.

Kim decía que “no es solo una oportunidad desaprovechada, sino también una gran injusticia para los niños y los jóvenes de todo el mundo”. La investigación mostraba cómo, por ejemplo en Kenya, Tanzanía y Uganda, cuando se les pidió a los alumnos de tercer grado que leyeran una frase sencilla como “El perro se llama Fido”, en inglés o en suajili, el 75 por ciento de los evaluados no entendió lo que leía. En las zonas rurales de la India, casi el 75 por ciento de los alumnos de tercer grado no pudo resolver una resta con números de dos dígitos como 46 − 17, y en quinto grado, la mitad aún no era capaz de hacerlo.

En Brasil, si bien las habilidades de los estudiantes de 15 años habían mejorado, al ritmo actual de avance les llevaría 75 años alcanzar el puntaje promedio en matemática de los países ricos. En lectura, les llevará 263 años. Si bien en 2017 se alertaba sobre la crisis en el aprendizaje, ¿qué sucede ahora cuando una pandemia ha obligado al cierre de todos los niveles formales de educación en 189 países, debido al confinamiento?

Antes de la pandemia… ¿ya había pandemia?

Según estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el mundo hay, estadísticamente, 670 millones de analfabetos. En su discurso ante la reunión anual de la Unión Interparlamentaria en la sede de la ONU, en enero de 2020, el presidente de la Asamblea General, el nigeriano Tijjani Muhammad-Bande, lamentó que, actualmente, uno de cada cuatro países no asigna el 4 por ciento de su producto interno bruto (PIB) ni destina el 15 por ciento de la inversión pública a la educación.

Por su parte, la presidenta de la Unión Interparlamentaria, la mexicana Gabriela Cuevas Barrón, expuso que 258 millones de niños no estarán escolarizados en 2030; que en la actualidad se necesitan 69 millones de docentes en todo el mundo; y que se requieren 39.000 millones de dólares en el mundo para construir escuelas y mejorar capacidades.

Era enero de 2020, cuando la pandemia del coronavirus no había transmitido golpes tan fatales en todas las regiones del planeta. ¿Qué sucede hoy, apenas seis meses después?

La internet: ¿Solución para todos?

Hubo un momento –el 12 de abril de 2020- en que, según la Unesco, más de 1.578 millones de educandos, el 90.1 por ciento de la matricula mundial, cesaron las actividades docentes. Una de las primeras medidas –léase soluciones- tras el cierre de escuelas y universidades en todo el mundo, fue la educación virtual. Pero las diferencias, que aparecían por todas partes, también se mostraban aquí.

El sitio de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) – agencia de Naciones Unidas especializada en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) – muestra, en su último informe, no solo al equipamiento y los costos, sino también al estado del conocimiento y las aptitudes necesarias para avanzar con las tecnologías en el mundo.

En el informe, es fácil observar las enormes brechas digitales que existen, lo que hace pensar que el planeta no está preparado para la educación virtual. Pero… ¿cuál era, según el informe, la situación del acceso a internet en el momento mismo de aparecer la pandemia?

1.- En términos generales, la mitad de la población mundial usa Internet y menos de la mitad de los hogares tiene una computadora.
2.- Estimaciones globales sugieren que 826 millones de estudiantes no tienen computadora en casa, 706 millones no tienen acceso al Internet en casa y 56 millones no tienen cobertura de redes móviles 3G/4G» (Instituto de Estadísticas de la Unesco, 2020).
3.- En 2018, 57,8 por ciento de los hogares tenía conexión de Internet, 48,3 por ciento en los países en desarrollo y 17,8 por ciento en los países menos desarrollados.
4.- En 2019, Internet tenía una penetración de 53,6 por ciento en el mundo. 86,6 por ciento de los usuarios estaba en los países desarrollados y 19,1 por ciento en los PMD.
5.- 6.500 millones de personas (85,5 por ciento de la población mundial) carecen de una conexión fiable a Internet de banda ancha (PNUD, abril 2020).
6.- En 40 de los 84 países para los cuales hay datos, menos de la mitad de la población tiene competencias digitales básicas, como copiar un archivo o enviar un correo electrónico con un adjunto.

Quizás pueda pensarse que las mayores insuficiencias están en el África subsahariana, pero el informe muestra que notables diferencias hay por todo el planeta, incluso en los países desarrollados donde existen también notables disonancias. Un mundo así no ha podido responder por igual a los embates de una pandemia.

Sistema de respuesta en América Latina: Mapeo regional-país por país 

24 países de América Latina y el Caribe, actualizado al 17 de junio de 2020.

Los que nunca han asistido a un aula

Por estos días, es común en los medios leer cifras de estudiantes que están fuera de las aulas a causa de la pandemia… pero ¿cuál es la cifra de estudiantes que, independientemente de la pandemia, no ha asistido nunca a un aula?

Según el estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). el dato más voluminoso es que hay 258 millones de niños y jóvenes totalmente fuera del sistema educativo, y la pobreza fue el principal obstáculo para su acceso.

De ellos, 93 millones (31 por ciento de población en edad escolar) están en África subsahariana; 94 millones en Asia meridional y central (21 por ciento); 33 millones en Asia oriental y sudoriental (9 por ciento); 15 millones en África del norte y Asia occidental (17 por ciento); y casi 12 millones en América Latina y el Caribe. De la población no escolarizada, 15 por ciento son niños y niñas con discapacidades.

La ONU, en un documento titulado “Shared responsibility, global solidarity: Responding to the socio-economic impacts of Covid-19″ (Responsabilidad compartida, solidaridad global: Respuesta a los impactos socioeconómicos de Covid-19), ha estimado que, entre 42 y 66 millones de niños y niñas podrían caer en la pobreza extrema como resultado de la crisis de este año.

En las poblaciones vulnerables, los niños y jóvenes tienen mayores dificultades para acceder a una educación a distancia. I Foto: elsoldepuebla.com.mx

De igual forma, las Naciones Unidas, en un texto publicado este 2020 bajo el título “The Impact of Covid-19 on Children” (El impacto de Covid-19 en los niños) ha proyectado que, en solo un año, se pueden revertir los últimos dos a tres años de avance en la reducción de la mortalidad infantil, y se espera que la desnutrición ascienda a 368.5 millones de niños en 143 países que normalmente dependen de los Programas de Alimentación Escolar.

Ya en marzo de 2020, el Programa Mundial de Alimentos calculaba que 300 millones de alumnos de primaria habían dejado de recibir sus alimentos al haberse suspendido sus clases. Unesco ha señalado, además, que la inactividad física, el acceso restringido a espacios al aire libre, la escasez de espacios interiores abiertos y un mayor tiempo frente a las pantallas, debilitará de manera general el sistema inmunológico. Stefanía Giannini, subdirectora general de Educación de la Unesco, y Anne-Birgitte Albrectsen, directora ejecutiva de Plan Internacional por la Covid-19, han agregado que es posible el aumento en las tasas de deserción escolar que afectará de manera desproporcionada a las niñas adolescentes, a la vez que se arraigarán las brechas de género en la educación y llevará a un aumento en el riesgo de explotación sexual, embarazo precoz y matrimonio infantil forzado.

Las preguntas que rondan

Ante estadísticas y previsiones de organismos internacionales que pueden resultar alarmantes, y teniendo en cuenta, además, el contraste de algunos países u organismos que sí han ofrecido respuestas acertadas, varias preguntas comienzan a rondar:

¿Qué estrategias o modalidades educativas, una vez reabiertas las escuelas, van a perdurar? ¿Qué habilidades tendrán el vigor de programar trasformaciones en los sistemas educativos del mundo? ¿Qué hacer con los millones de niños para los que siempre –no solo ahora, en tiempos de pandemia- la escuela ha permanecido cerrada?

Fuente de la reseña: https://www.telesurtv.net/telesuragenda/covid-problema-sanitario-crisis-educacion-20200720-0063.html

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Universidades de EEUU temen perder reputación académica

América del Norte/ EEUU/ 21.07.2020/ Fuente: www.chicagotribune.com.

Incluso con una victoria en nombre de los estudiantes internacionales, las universidades de Estados Unidos temen estar perdiendo una lucha más amplia por la reputación de la nación como hogar de los mejores alumnos del mundo.

Los líderes universitarios lo ven como una erosión constante. Dicen que los repetidos intentos de la administración de Donald Trump para frenar la inmigración han enviado a los estudiantes un mensaje de que no son bienvenidos en Estados Unidos. Las universidades dicen que los estudiantes extranjeros están escuchando: desde que Trump fue elegido en 2016, el número de nuevos estudiantes internacionales que llegan a Estados Unidos ha disminuido 10%, después de años de crecimiento.

Ya existe la preocupación de que la pandemia de coronavirus y una desaceleración en el procesamiento de visas podrían evitar que miles de estudiantes regresen este otoño. Los estudiantes extranjeros ahora enfrentan aún más incertidumbre ante lo rápido que pueden cambiar las políticas, y por nada más que un capricho político, dijo Kim Wilcox, canciller de la Universidad de California, Riverside.

“La educación superior en Estados Unidos todavía se ve como el estándar de oro en todo el mundo, pero el acceso a ella conlleva todo tipo de riesgos”, dijo Wilcox. “Hay una sensación creciente de que simplemente no somos un lugar acogedor”.

La última política de Trump habría obligado a los estudiantes internacionales en Estados Unidos a transferirse o abandonar el país si sus escuelas tuvieran clases completamente en línea debido a la pandemia. Incluso aquellos en las universidades que ofrecen una combinación de clases en línea y en persona tendrían prohibido tomar todas sus clases en línea.

Más de 200 universidades están respaldando una demanda federal de la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Otras siete demandas siguieron cuando otras universidades y estados apelaron la orden ejecutiva. Al final, convocados por los tribunales, las autoridades federales revocaron la medida.

Esto es visto por muchos como parte de la reciente campaña de Trump para presionar a las escuelas y universidades de la nación para que reabran este otoño, incluso cuando el coronavirus sigue aumentando.

Fuente de la noticia: https://www.chicagotribune.com/espanol/sns-es-coronavirus-universidades-eeuu-temen-perder-reputacion-academic-20200720-3mdhte2isfgqlcnndgnkzzv36q-story.html

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