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Polonia: Tapabocas con los colores del arcoíris para evitar el contagio de coronavirus y luchar contra la LGBTfobia

Redacción: TN

En Polonia, una pareja de YouTuber repartió barbijos gratis para expandir la solidaridad, la tolerancia y la diversidad.

Jakub y Dawid Myceck-Kwiecinksi, una pareja de YouTuber, lanzó una cruzada para evitar el contagio de coronavirus y luchar contra la LGBTfobia y el odio en las calles de Polonia.

Los jóvenes activistas explicaron en sus redes sociales que vieron la oportunidad de, en medio de la pandemia y la escasez de barbijos, repartir tapabocas hechos con los colores del arcoíris. «El objetivo era crear conciencia sobre dos temas en forma de un pequeño gesto extremadamente significativo», explicaron.

En un país donde organismos internacionales como Amnistía Internacional denuncian que un sector de la población equipara la homosexualidad a la pedofilia, ellos intentaron a través de la solidaridad, generar conciencia e intentar hacer entrar en razón a las personas que por ignorancia u odio rechazan al colectivo LGBTIQ+.

Consiguieron una máquina de coser e hicieron alrededor de 300 barbijos que repartieron por las calles de tres ciudades en el norte de Polonia. «Fue genial ver que el arcoíris no alejó a las personas, sino que les ayudó a mantenerse a salvo. Muchos polacos nos llaman ‘una plaga’, por lo que pensamos, que si ayudábamos a las personas a superar la verdadera plaga, podríamos hacerlos entrar en razón. Sé que es ingenuo, pero si podemos hacer algo bueno, ¿Por qué no?»

Aunque se casaron en España, su matrimonio no está legalmente reconocido en Polonia, donde los derechos del colectivo LGBT son casi nulos.

Protestas virtuales por el acceso al aborto y la educación sexual

Al mismo tiempo que esta pareja repartía los barbijos por las calles de Polonia, en las redes sociales miles de personas protestaban para que el Parlamento polaco no aprobara los proyectos de ley que intentan prohibir el acceso al aborto y penalizar la educación sexual.

La directora de Amnistía Internacional, Draginja Nadazdin informó que el Parlamento de ese país tenía programado debatir sobre los dos proyectos de ley en medio de la cuarentena por coronavirus. «Intentar aprobar estas leyes absolutamente retrógradas sería vergonzoso en cualquier momento, pero apresurarse a hacerlo ahora, aprovechando la crisis de COVID-19, es intolerable», sostuvo.

En un país donde hay regiones que se han declarado «zonas libres de LGBT», desde el organismo internacional explicaron que ambos proyectos de ley son “iniciativas ciudadanas” que el Parlamento formado en octubre de 2019 está obligado a examinar en el plazo de seis meses. “Las nuevas leyes fomentarían el miedo y la ignorancia. No sólo pondrían en peligro la salud y la vida de las mujeres y las niñas, sino que también obstaculizarían el acceso de las personas jóvenes a la información que necesitan para mantener relaciones sexuales sanas».

«En un país donde los derechos sexuales y reproductivos están ya limitados excesivamente, la educación sexual es esencial para ayudar a las personas jóvenes a tomar decisiones sobre asuntos como el consentimiento, los anticonceptivos y la prevención de las infecciones de transmisión sexual. Es fundamental, por tanto, que el Parlamento polaco rechace estos retrógrados proyectos de ley«, sostuvo el organismo internacional en un comunicado.

La acción de los activistas logró que, al menos por ahora, el Parlamento enviara a las subcomisiones los proyectos para que se debatan. “Es una vergüenza que el Parlamento no rechazase rotundamente estas dos regresivas propuestas, pero la votación demostró el poder de la protesta que pese a que sonó amortiguada por las mascarillas, su mensaje se escuchó alto y claro».

Fuente: https://tn.com.ar/internacional/tapabocas-con-los-colores-del-arcoiris-para-evitar-el-contagio-de-coronavirus-y-luchar-contra-la_1064314

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Entrevista a Alfredo Caro Maldonado sobre el COVID-19 (IV) «Miles de mayores han muerto prematuramente en las residencias abandonadas por el sistema»

Por: Salvador López Arnal

Biólogo, máster y curso de doctorado en inmunología, doctorado en muerte celular, postdoctoral en Inmunología y metabolismo, y segundo postdoctoral en cáncer. Desde hace algo más de tres años lleva la plataforma de divulgación científica Ciencia mundana.

Buenos días. Como todo fluye, más rápidamente tal vez de lo que sostuvieron Heráclito y J. L. Borges, déjame señalar la fecha de la entrevista: 20-21 de abril.

Te robo de nuevo tiempo y dedicación a las muchas tareas que tienes entre manos. Gracias por ello.

Déjame empezar por unas preguntas que vuelven a inquietar a muchos ciudadanos. La primera: más allá de los problemas de recuentos (algunos de ellos nada inocentes), y sin olvidarme de situaciones como las de Italia, Bélgica, algunos estados de USA, Nueva York por ejemplo, ¿cómo se explica la alta tasa de mortalidad española por la COVID-19? Un argumento que suele esgrimirse, no con mala intención, es el de Grecia. Su sistema público de salud estaba por los suelos (peor que los nuestros) tras las múltiples agresiones sufridas e impuestas por la troika. Sin embargo, a pesar de ello, su índice de mortalidad y afectación es mucho menor que el nuestro por ejemplo. ¿A qué puede ser debido?

Hay aspectos de la tasa de mortalidad que aún no quedan claros. Está claro que conocer el número de contagiados sería un primer paso. Pero tenemos que hablar de dónde se han producido la mayoría de los muertos. El epicentro de la mortalidad han sido las residencias de ancianos. Más de 11.000 personas han muerto por Covid-19 en nuestras residencias. Esa cantidad, dividida por 18 mil, nos da el 60% de los fallecidos. Más allá de que desconocemos el alcance real de la epidemia, y por tanto la verdadera tasa de mortalidad, la realidad es que miles de personas mayores han muerto prematuramente abandonadas por el sistema en las residencias. Las razones son claras: privatización de un servicio esencial, precarización del personal, falta de previsión, desmantelamiento de la atención primaria y hospitalocentrismo.

A menudo los hospitales no han admitido que se traslade a los enfermos de las residencias, y no se les han dado medios para detectar, aislar y cuidar a esas personas.

En el caso del País Vasco, por ejemplo, los sindicatos y las asociaciones de familiares han tenido que denunciar a los responsables de las diputaciones forales (del PNV) porque no se estaban haciendo públicos los muertos por COVID-19 al ministerio de Sanidad, y han aparecido de repente 500 muertos. Las reivindicaciones, ¡a principios de abril!, eran más medios de protección, tests para todo el personal, formación en prevención, medicalización de las residencias (con su formación aparejada), planes de desinfección, etc.

Las escenas de la UME desinfectando residencias y asesorando en higiene al personal, o sea, la militarización de los cuidados, tendría que ponernos los pelos como escarpias.

En términos generales, los expertos en “salubrismo” y Salud pública lo tienen claro, el desmantelamiento de la atención pública, la privatización y externalización de la sanidad, son los principales causantes de la gran mortalidad.

Cuando hablas de hospitalocentrismo, ¿a qué te estás refiriendo? ¿Podrías definir este concepto crítico?

Es un concepto que cojo de salubristas como Javier Padilla, que se refiere a que el centro de gravedad de la atención sanitaria se desplaza a los centros hospitalarios y se adelgaza la atención primaria. En el caso de la pandemia está claro que los hospitales fueron fuente de contagio, y que mucha de su saturación se podría aliviar en los centros de atención primaria. Pero no soy ni de lejos experto en esto.

Cito una afirmación tuya que es especialmente grave en mi opinión: “A menudo, los hospitales no han admitido que se traslade a los enfermos de las residencias, y no se les han dado medios para detectar, aislar y cuidar a esas personas.” ¿Dónde ha pasado? ¿Puedes darnos algún ejemplo? ¿Alguna referencia?

En concreto son denuncias anónimas de trabajadoras del País Vasco, pero es obvio, de esas 11.000 personas muertas en residencias, muchas no se han llevado a los hospitales a morir. Durante varias semanas se estuvo hablando del criterio de exclusión en UCI, las personas más vulnerables tenían más probabilidades de quedarse sin cama y respirador. La misma lógica se da con los ancianos y ancianas.

La OMS alertó a España recientemente, el pasado 15 de abril, de que no debíamos confiarnos, que aún no se ha pasado por lo peor del virus. ¿Aún no? ¿Cuándo puede llegar ese momento? ¿Qué sería entonces lo peor?

No sé en qué se basan para afirmar algo así. Sobre todo porque después de dos meses seguimos sin datos de la incidencia de la epidemia en nuestro país. La dependencia enorme de nuestro sistema sanitario de la empresa privada ha hecho que aún no se estén haciendo pruebas serológicas sistemáticamente y con un plan epidemiológico. Llevan semanas diciendo que “están en ello”.

Por otro lado, los virus nuevos son más letales y con el tiempo van seleccionándose los menos letales. Básicamente por probabilidades de transmisión. Las variantes SARS-Cov-2 más letales se transmitirán menos.

Esta misma semana dos artículos confirman lo que ya se sospechaba, que la mayoría de los contagiados pasan desapercibidos. En Science se ha publicado uno estimando que el 86% de los casos en Wuhan pasaron desapercibidos y otro, que aún no se ha revisado, en el que se estima que los casos en una región de California son entre 50 y 85 más altos de los diagnosticados.

Esto es un arma de doble filo. Por un lado, la capacidad de propagación es mayor, en el caso de curvas ascendentes como la estadounidense, pero por otro hay más gente con una potencial inmunidad al virus como sería en Europa.

Como ves, cualquier atrevimiento a predecir el futuro es pura especulación. Pero supongo que la OMS lo dice para que los gobiernos y la sociedad no se confíen.

Tal vez sea esa la razón. El doctor Zhang Wenhong, que encabeza la lucha contra el coronavirus en la ciudad de Shanghái, ha señalado hace unos días que, en su opinión, dentro de medio año el mundo se verá obligado a resistir un nuevo brote del covid-19. ¿Es probable? ¿Se puede afirmar una cosa así sólidamente?

Leo las entrevistas y es una opinión, por supuesto muchísimo más fundada que la mía. Básicamente porque no encuentro las justificaciones epidemiológicas o biológicas por las que se repetirá el brote del mismo modo. Me parece especulativo y alarmista, sobre todo porque ahora estamos algo más preparados.

Representantes de la OMS han recordado que siguen sin tener respuesta a la pregunta de si los pacientes recuperados del covid-19 pueden volver a contagiarse o desarrollar inmunidad al nuevo coronavirus. Otra cuestión que también les preocupa es si el SARS-CoV-2 desaparece por completo del organismo de los pacientes considerados «curados», los que han dado negativo en las pruebas finales. Se conjetura que el coronavirus puede ser capaz de quedarse ‘dormido’ (por así decir) y volver a activarse más tarde. ¿Qué puedes decirnos de estas cuestiones? Lo que está sucediendo en China parece confirmar la posibilidad de un nuevo contagio en pacientes recuperados.

En España seguimos en una ventana de entre 2 y 20 millones de personas contagiadas. Si son “solo” dos, entonces sí, aún no hemos pasado lo peor ni de lejos, si son 20, entonces tenemos muchísima más inmunidad de grupo, o no, porque la misma OMS pone en duda que:

1- Exista un suficiente porcentaje de la sociedad inmunizado para la llamada inmunidad de rebaño,

2- Tener anticuerpos contra el virus (haberlo pasado) genere inmunidad,

3- Se pueda hacer, en consecuencia, un pasaporte inmunológico que permitiera salir con normalidad a las personas seropositivas. (Sin mencionar los graves problemas éticos y legales que eso plantea)

Lo que yo estoy viendo es que el virus induce una fuerte respuesta serológica. También lo he hablado con algún compañero que está trabajando en esto y confían en que esa respuesta sea a largo plazo, o sea, que produzca memoria inmunológica. Pero temen que la espícula pueda mutar y entonces esa memoria no sea eficiente, ni una vacuna por cierto. Sin embargo, las respuestas inmunológicas naturales (a diferencia de las vacunas) son policlonales. O sea, de alguna manera el sistema inmune genera una fotografía tridimensional del virus y ataca por varios flancos, unos más eficientes que otros. Y esto es único en cada persona, como un copo de nieve, no hay dos respuestas iguales.

Así que, en mi opinión y la de otros expertos, si hay olas estacionales no serán tan virulentas como esta.

Con respecto a si se puede quedar “durmiente”, tampoco veo una explicación biológica. Los coronavirus son virus ARN que son capaces de replicarse sin pasar a ADN a diferencia de los retrovirus que sí “retrotranscriben” su material genético ARN a ADN lo que le permite integrarse en el genoma de la célula huésped. En el caso del VIH eso le permite pasar años “escondido”. En el SARS-Cov2, el tipo de célula que infecta y su dinámica molecular hace difícil que pueda quedarse escondido. Pero está por probar, claro.

¿Y por qué es tan virulento este coronavirus? La OMS, por boca de su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha afirmado que el covid-19 era 10 veces más mortífero que la pandemia de gripe de 2009.

¿A qué nos referimos con virulencia? Si es al número total de muertes, pues sí. Pero eso no depende de la biología del virus únicamente, sino de otros factores. Por ejemplo:

1. Un capitalismo que apuesta por una forma de consumo cuyo tiempo de rotación sea cercano a cero (turismo),

2. La masificación de las nuevas aldeas ciudad (desakotas como lo llama Rob Wallace)

3. Poner al capital por delante de la vida como se ha demostrado en Bérgamo. ¡no se pierdan este reportaje!

4. Y lo que ya hemos hablado, sistemas sanitarios privatizados y/o enclenques, hospitalocéntricos,

Y luego, sí, la biología. Nuestro sistema inmune no tiene ninguna experiencia con un virus así, y los más envejecidos reaccionan de manera desproporcionada, desequilibrada, generando neumonía.

Otra información de estos últimos días (del portal especializado Stat): el antiviral remdesivir, desarrollado por Gilead Sciences Inc., parece que podría curar los síntomas de los afectados por covid-19 en menos de una semana. Las pruebas se han llevado a cabo con pacientes en un hospital de Chicago (Illinois, EE.UU.). La Universidad de Medicina involucró, ignoro con qué protocolos, a 125 personas afectadas por covid-19, 113 de ellos en estado grave, en dos ensayos clínicos. Desde que se inició el tratamiento, se observó una disminución rápida de la fiebre y de los síntomas respiratorios en casi todos los pacientes tratados. Fueron dados de alta, como te decía, en un plazo no superior a siete días. ¿Hay aquí alguna línea de esperanza o estamos en el ámbito de las especulaciones-negocios?

Otro tema interesante con muchas aristas.

Si volvemos a los nucleótidos de los que hablábamos al principio (A, U, G, C), el remdesivir es un análogo de la A (Adenina), y cuando el virus, en su replicación, incorpora la A del remdesivir (que tiene una modificación) a la cadena en vez de la A nativa, hace que esa replicación se aborte. Entonces, en una situación como en la del ensayo, en la que todas las personas tratadas están muy mal, con una carga y replicación vírica enorme, la avidez por la Adenina es muy grande, así que es lógico que el fármaco reduzca la carga viral, la fiebre, y al final reduzca los síntomas.

Sin embargo, no se pueden lanzar las campanas al vuelo.

Primero, el ensayo no tiene grupo control. O sea, a todos los pacientes se les dio el fármaco. Y eso es un problema, porque no sabemos si en ese grupo de ciento y pico personas el proceso natural de la enfermedad hubiera sido el mismo que sin el tratamiento. Eso, sumado al inevitable efecto placebo. Esos pacientes sabían que estaban siendo sometidos a una terapia experimental, y eso levanta mucho el ánimo.

Por otro lado, cuando se analiza la publicación del ensayo clínico, nada menos que en la revista The New England Journal of Medicine, muy prestigiosa, se ve que bastantes autores recibieron dinero de Gilead, y escribieron el protocolo del ensayo después de llevarlo a cabo.

Pero bueno, si nos basamos en la evidencia general, hay evidencias que hacen pensar que efectivamente este tratamiento funciona.

Lo más importante es tener claro con este y otros antivirales que en el caso de que se pruebe su eficacia es un fármaco paliativo, que no está mal, pero en ningún caso va a evitar la expansión del virus. Y esto es muy importante en las circunstancias actuales. Me explico.

Te lo agradecería

Gilead (tremendo nombre) es la farmacéutica que compró la empresa que había descubierto el famoso Sofosbuvir contra la hepatitis C, y se hizo de oro. No olvidemos que este tipo de multinacionales farmacéuticas están recibiendo millones de euros de dinero público para sus investigaciones. Y han puesto en marcha toda la maquinaria técnica y propagandística. Quieren forrarse. Y aquí está el principal problema: los accionistas, los que mandan, no quieren el mejor tratamiento posible para la humanidad sino los mejores resultados en bolsa. Aunque muchas veces esos intereses coinciden, ojo.

Y esta es la evolución de sus acciones en los últimos seis meses en plena caída de la bolsa:

Entonces tenemos un medicamento muy caro, paliativo, que en el mejor de los casos va a evitar que un puñado de “ricos” eviten morir de Covid-19.

Según la OMS, también es una información de estos últimos días, tres vacunas del covid-19 están en ensayos clínicos y otras 70 en desarrollo. Eso sí, una portavoz de la organización, la doctora Margaret Harris, ha advertido de que una vacuna contra el coronavirus tardará al menos 12 meses en llegar. A grandes rasgos, ¿es esta la situación en el asunto de las vacunas? ¿No son muchos intentos dispersos? ¿Por qué no juntar fuerzas? ¿Alguna aportación de algún equipo de investigación español?

Está claro que hay una competencia feroz entre potencias y entre capitales. No por nada la tecnociencia es uno de los elementos principales del imperialismo contemporáneo. Y esta competencia no es solo Huawei o la guerra espacial, sino también la biotecnomedicina. La potencia que primero alcance la vacuna hará como Alemania con las mascarillas, la priorizará para su población, sus trabajadores, para tener ventaja competitiva con el resto.

En un mundo ideal la cooperación entre grupos y potencias se debería dar para alcanzar determinados objetivos tecnológicos como una vacuna. Sobre todo, en las cuestiones más oscuras y patentadas como los adyuvantes, los datos preclínicos y en animales, etc. Los pobres laboratorios públicos están probando cosas que ya han sido descartadas por otros grupos públicos y privados pero que no son publicadas. La cooperación en ciencia en general es baja o inexistente en algunos ámbitos, y el sistema corrupto de incentivos hace que se fomente la competencia y se vuelva a tropezar una y otra vez con las mismas piedras sin que el resto del mundo se entere.

Y no hablemos del racismo institucionalizado en la ciencia, que bien muestra Angela Saini en Superior: The Return of Race Science. Hay médicos franceses que abiertamente hablan de que se tendrían que ensayar las vacunas en los negros.

En España hay varios grupos que se dedican a investigar vacunas contra virus y están trabajando mucho en la vacuna contra el SARS-Cov2. Pero están en pañales, por más que el ministro Duque haga un ridículo espantoso al afirmar “Vimos desarrollos muy avanzados. Me pareció que allí teníamos un candidato a vacuna o, si no, lo tendremos la semana que viene”.Que lo de la semana que viene no deja de ser un lapsus, pero es significativo.

Insisto un poco más en el tema. Según parece, la multinacional Johnson & Johnson (JNJ), nada menos que la tercera compañía farmacéutica más grande del mundo, planea comenzar próximamente la producción “a riesgo” de su vacuna de prueba COVID-19 (Creo que planea producirla en los Países Bajos y en una instalación renovada que posee en USA). ¿Qué es una producción “a riesgo”? ¿A riesgo de quién?

Me da la risa. A riesgo supongo que se refieren a que van a empezar a producirla sin estar probada y aprobada. ¿Alguien se cree que no han hecho números? Repito: tienen beneficios estratosféricos, están siendo subvencionados con nuestros impuestos, imponen precios desorbitados a nuestros sistemas sanitarios y después se atreven a hacerse los héroes diciendo que van a producir la vacuna “a riesgo”. Como poco, el impacto en su imagen de algo así es muy grande. Puro marketing.

Se ha suspendido estos días en Brasil, tras la muerte de 11 pacientes, un ensayo para combatir el coronavirus con cloroquina. Las personas que tomaron dosis altas presentaron arritmias cardíacas. ¿Qué pasa con la cloroquina? ¿No se habló de este fármaco como un buen método para enfrentarse al COVID-19?

La cloroquina (CQ) es probablemente uno de los fármacos más antiguos, junto con el ácido acetilsalicílico (aspirina). La quina también sirvió como argumento original para desarrollar el cuento de la homeopatía. Lo que hace este compuesto es impedir la acidificación de unas vesículas de las células necesaria para la “autodigestión” o autofagia. No recuerdo el mecanismo, pero impide la proliferación de los parásitos intracelulares como Plasmodium falciparum, el protozoo que causa la malaria. Los indígenas peruanos la utilizaban para ello.

En el caso del Covid todo empezó con un par de artículos que indicaban que la CQ reducía la proliferación del virus. Que para liberar su ARN en la célula necesita que unas vesículas se acidifiquen, algo que evitaría la CQ. Y como suele pasar, a unas concentraciones que matarían a cualquiera, no solo al virus. La propaganda hizo el resto. Se empezaron rápidamente ensayos clínicos. En apenas un mes se ha pasado de 6 a 43 ensayos clínicos. Los primeros miraban carga viral y no resultado clínico; tenían muy pocos pacientes, con gran porcentaje de bajas. Un desastre.

Y efectivamente, la cloroquina es letal cuando por ejemplo se toma con el fármaco contra la diabetes Metformina, y tiene una toxicidad cardíaca enorme. Así que por eso es muy importante que antes de ponerse a probar fármacos, así a lo loco, se hagan los oportunos ensayos de toxicidad. No es lo mismo que la tome una persona joven contra la malaria que una anciana.

Pero donde más indigna este alboroto mediático (hype, como dicen en inglés) es en el asunto Didier Raoult, director de la unidad de investigación en enfermedades infecciosas en Marsella. Este investigador hizo un ensayo con 26 personas, sin los más mínimos controles, no solo no tenía grupo control sino que a 16 de ellos los trató en clínicas distintas. Después hizo algunos “ajustes” como quitar algunos pacientes, se utilizaron distintas técnicas según pacientes para evaluar la carga viral, y publicó finalmente los resultados en una revista que él controla. ¡De nuevo en 24 horas!

A continuación, se puso en marcha la maquinaria mediática y su abogado anunció la cura milagrosa en la cadena de televisión Fox, y de ahí a Trump, que anunció en un tweet que era uno de los hitos más importantes de la historia de la medicina. Las consecuencias no se hicieron esperar. La cloroquina se agota en las farmacias, la gente con diabetes muere por toxicidad. El uso de esos dos fármacos, CQ y el antibiótico Azithromicina, aumentan muchísimo el riesgo de infarto al causar arritmias letales. Los pacientes españoles de Muface autorecetándose CQ, desabastecimiento para otros tratamientos donde sí se ha probado eficacia (Artritis o Lupus).

La falta de ética de muchos investigadores es enorme. Raoult en febrero, antes de que empezara el “ensayo” dijo “Así, es posible el uso de la CQ tanto como profilaxis como en el tratamiento de la infección por coronavirus que será pronto evaluado por nuestros colegas chinos”. Esto último nunca sucedió. Los ensayos se suspendieron, excepto uno que muestra que no hay diferencias entre pacientes tratados y no tratados, ahí sí se hizo bien: grupo placebo y al azar.

Pero la bola de nieve no se detiene y de nuevo la cloroquina se convierte en la excusa de otra homeopatía, esta vez impulsada por el sistema científico.

¿Hay novedades sobre el origen de este coronavirus? Hace unos días, es un ejemplo entre otros, aparecía en la prensa esta información: un análisis genético del SARS-CoV-2 -y otros coronavirus relacionados- sugiere que la pandemia pudo haberse originado en el aparato digestivo de perros callejeros antes de pasar a los humanos. La conjetura proviene, según creo, de las investigaciones del profesor de biología de la Universidad de Ottawa Xuhua Xia. Su estudio fue publicado en la revista Molecular Biology and Evolution el 14 de abril. Según Xia, un grupo de perros callejeros comieron murciélagos infectados y de ahí surge todo.

Me alegra de verdad que me hayas hecho estudiar este hecho, porque yo también había visto el titular y me había quedado con esa información. Al final no es un hecho muy descabellado, ¿verdad? En la búsqueda del culpable chino, la secuencia lógica: murciélago – perro – humano que come perro se infecta y es responsable de la epidemia. Es lo suficientemente atractivo para el occidental como para ser viral y atraiga los tan deseados “clics”.

Pero me he puesto a leer sobre el estudio y es muy interesante. Y es que solo un puñado de personas (y no estoy entre ellas) en el mundo pueden realmente analizar críticamente lo que ahí se dice, más allá de creerse lo que el único investigador del estudio concluye. Pero bueno, esa tendría que ser la labor del periodismo, contrastar los datos. Por ejemplo, yo tengo los conocimientos de biología básicos para entender el contexto, no la experiencia para criticar las conclusiones de Xia, pero sí para entender lo que dicen otros expertos.

Intentaré traducir al lenguaje común las críticas de la comunidad científica

Adelante con ello, te estaremos agradecidos.

Lo primero que se plantea es que nada de lo que Xia escribe en su artículo justifica los titulares que generan alarma y están haciendo que muchísimos perros estén siendo sacrificados.

Toda la conjetura se basa en los CpG, que son dinucleótidos de Citosina y Guanina, seguidos y separados por un fosfato (p). O sea, las “letras” de la secuencia genética de un virus ARN son cuatro: Adenina, Citosina, Guanina y Uracilo. Imaginemos que de todas las combinaciones hay una que es una C y después una G. Pues bien, nuestras células son capaces de detectar secuencias de ARN con alta proporción de CpG, provocando la activación del sistema inmune antiviral. Por ello, muchos virus, por selección natural, tienden a reducir la proporción de CpG para así evitar al sistema inmune. Aunque tampoco se entiende muy bien los mecanismos por los que más o menos CpG generan más respuesta y si siempre es así. Pero esa es la hipótesis.

Xia coge las secuencias de SARS-Cov-2 (Beta-coronavirus), las compara con secuencias de coronavirus presentes en el intestino de perros, que son de otra familia, alfa-coronavirus, (ha mezclado literalmente churras con merinas) y dice, mirad, tienen una proporción parecida de CpG, eso es porque el SARS-Cov-2 se ha adaptado al intestino de perros, no cualesquiera, a los perros callejeros.

Hay algunas razones más, pero no me quiero extender con aspectos técnicos. Lo importante es que como viene siendo habitual ni las revistas científicas ni el periodismo han hecho su trabajo. Es un estudio de mera correlación (churras y merinas pueden ser blancas) que no explica absolutamente nada y que, además, ha obviado intencionalmente factores como la variabilidad en CpG en todas las familias de virus, lo que hace que las diferencias entre SARS sea realmente insignificante.

Mala ciencia, especulación y propaganda.

¿Quieres añadir algo más?

Estoy notando que se están agudizando dos tendencias. Por un lado, el autoritarismo, por llamarlo de algún modo. La militarización del estado de alarma con muchos abusos policiales y restricción de los derechos humanos. Por otro, la fe en el solucionismo tecnológico. Es cierto que se oyen voces que plantean que cuando esto termine tendremos que reivindicar más sanidad pública universal. Sin embargo, hay un fuerte esfuerzo mediático para hacer creer que la pandemia se va a solucionar con medicamentos y vacunas. Solo hay que ver a Jesús Calleja entrevistando a científicos y científicos convertidos en charlatanes. Ese catedrático, José María Fernández, y dueño de la empresa Pharmamar, está pidiendo junto con Calleja que se quiten los controles para aprobar en seres humanos nuevos fármacos. Pero es que ese “fármaco”, lo entrecomillo porque aún no ha servido como tal, ha sido rechazado dos veces por la Agencia europea del medicamento porque no compensa el riesgo. Ahí hay más propaganda liberal y negocio que ciencia.

Si las ayudas tecnológicas vienen, están basadas en la evidencia científica, son universales y gratuitas, bienvenidas. Pero si van a servir, como parece, para apuntalar la desigualdad internacional, mala “solución”. Hay que reforzar el sistema científico, y una parte sería con más financiación, pero alimentar un sistema corrupto como el actual solo va a profundizar en la desigualdad del reparto.

Gracias, muchas gracias. No abuso más. Estos días pasados, ¡el 14 de abril!, falleció Albert Escofet, un compañero de larguísimo recorrido de lucha y entrega social que no sé si llegaste a conocer. ¿Te importaría que dedicáramos a su memoria esta entrevista?

No me importa, en absoluto. Todo lo contrario.

Fuente: https://rebelion.org/miles-de-mayores-han-muerto-prematuramente-en-las-residencias-abandonadas-por-el-sistema/

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ONU: El mundo está al borde de una pandemia alimentaria

Redacción:  CHISPA

La ONU solicita la cooperación del mundo entero para frenar la crisis económica provocada por la pandemia del Coronavirus.

El director del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas advirtió el martes pasado que mientras el mundo se enfrenta a la pandemia del coronavirus, también está “al borde de una pandemia alimentaria” que podría desencadenar “múltiples hambrunas de proporciones bíblicas” en unos cuantos meses en caso de que no se implementen medidas de inmediato.

David Beasley, director general del Programa Mundial de Alimentos, dijo al Consejo de Seguridad de la ONU que incluso antes de que el COVID-19 se convirtiera en un problema, ya había informado a los líderes mundiales que “2020 enfrentaría la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial”. Eso se debe a los conflictos armados en Siria, Yemen y otras partes, las plagas de langostas en África, los frecuentes desastres naturales y crisis económicas, incluyendo Líbano, Congo, Sudán y Etiopía, indicó.

Beasley dijo que actualmente 821 millones de personas se van a dormir con hambre todas las noches a nivel mundial, y otros 135 millones enfrentan “niveles de hambre críticos o peores”, y que un nuevo análisis del Programa Mundial de Alimentos muestra que como resultado del COVID-19, otros 130 millones de personas “podrían verse empujados al borde de la inanición hacia finales del año”.

A través de un informe en video, informó que el programa que encabeza está proporcionando alimentos para casi 100 millones de personas prácticamente a diario, incluyendo “unos 30 millones de personas que, literalmente, dependen de nosotros para permanecer con vida”.

Beasley, quien se encuentra recuperándose de COVID-19, dijo que si no se puede llegar a esos 30 millones, “nuestros estimados muestran que 300.000 personas podrían morir de hambre a diario durante un periodo de tres meses”, eso sin incluir el incremento de hambruna a causa del coronavirus.

“En el peor de los escenarios, podríamos registrar inanición en alrededor de 30 países y, de hecho, en 10 de esos países ya tenemos a más de un millón de personas que están a punto de morir de hambre”, comentó.

Según el Programa Mundial de Alimentos, los 10 países con las peores crisis alimentarias en 2019 fueron: Yemen, Congo, Afganistán, Venezuela, Etiopía, Sudán del Sur, Siria, Sudán, Nigeria y Haití.

Beasley dijo que en muchos de los países, la crisis alimentaria es resultado de conflictos armados.

Pero señaló que habló de la posibilidad de una “pandemia alimentaria” porque “también existe el peligro real de que más personas puedan morir por el impacto económico del COVID-19 que por el virus en sí”.

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Argentina: Nicolás Trotta: «No pensamos en eliminar vacaciones cuando los docentes están trabajando tanto»

Redacción: Perfil

El ministro de Educación rechazó la idea de suspender el descanso de invierno, pensando en los trabajadores.

El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, ratificó este jueves que no se piensa en la eliminación de las vacaciones de invierno en ninguno de los niveles educativos, ya que consideró que «es contradictorio» pensar en eso cuando los docentes «están trabajando tanto» con la enseñanza a distancia ante la pandemia de coronavirus.

«Es contradictorio decir que vamos a eliminar las vacaciones cuando todos están trabajando tanto en el sistema educativo argentino», afirmó el funcionario nacional.

En diálogo con la radio Rock and Pop, el titular de la cartera educativa destacó la necesidad de que haya un receso invernal: «Una vez que logremos superar esto, vamos a necesitar un respiro y cada una de las decisiones las vamos a tomar cuando corresponda».

Por otra parte, al ser consultado si se está pensando alguna excepción para que los chicos puedan salir de un modo controlado en medio de la cuarentena, el integrante del Gabinete respondió que una medida de ese tipo aún no está definida.

«Sabemos el enorme costo social del aislamiento, pero esas no son decisiones educativas, sino decisiones epidemiológicas. El valor de la vida está por sobre todas las cosas», explicó. Y añadió: «Los países del Norte que se relajaron, después les terminó impactando en lo sanitario y tuvieron que optar por un cierre tardío». Finalmente, Trotta destacó que el Ministerio tiene la «gran responsabilidad de que no se profundice la desigualdad educativa en la Argentina», así como también «contener la vulnerabilidad de algunos sectores».

En medio de la pandemia, en las próximas horas siete provincias argentinas serán habilitadas para reactivar dos rubros: los profesionales con título habilitante (como abogados y contadores) y la obra privada. Santiago Cafiero también pasará este jueves por la tarde por la Quinta de Olivos para analizar otros pedidos de distintos gobernadores, los cuáles también podrían ser concedidos en los próximos días.

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/politica/coronavirus-nicolas-trotta-no-pensamos-en-eliminar-vacaciones-invierno-cuando-docentes-estan-trabajando-tanto.phtml

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Las denuncias por violencia de género aumentan un 39% en Argentina durante la cuarentena por el coronavirus

América del Sur/Argentina/ONUNOTICIAS

Las denuncias por violencia de género aumentan un 39% en Argentina durante la cuarentena por el coronavirus y, desde que comenzó el confinamiento, el 20 de marzo, se han producido 19 feminicidios. La ONU la llama “la otra pandemia” y, con el apoyo de la Unión Europea, colabora con el Gobierno para proteger a las mujeres y las niñas, amenazadas doblemente por el COVID-19 y la violencia.

En la América Latina, en promedio 1 de cada 3 mujeres ha padecido violencia física o sexual en una relación íntima a lo largo de su vida y una de las principales estrategias de control de los perpetradores de violencia doméstica es la de aislar a la víctima.

La cuarentena y las medidas de aislamiento para prevenir el coronavirus COVID-19 pueden generar mayores riesgos para las mujeres que viven en situaciones de violencia doméstica.

“Si bien en la región se han potenciado las líneas de atención de casos de violencia, estos han incrementado y lo femicidios no cesan.  Se trata efectivamente de otra pandemia a atacar. Es fundamental tener datos disponibles, más refugios y protocolos específicos, apoyar a las organizaciones y redes de mujeres, y capacitar a la policía”, aseguró Florence Raes, representante de ONU Mujeres para Argentina y Paraguay.

Desde el inicio de la cuarentena se ha visto un aumento en las denuncias de mujeres que sufren violencia de género a la Línea 144 que brinda orientación, asesoramiento y contención a mujeres en situación de violencia.

Según indican fuentes del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad las llamadas crecieron un 39%”.  Al mismo tiempo, alarma saber que durante este período se registraron al menos 19 femicidios en territorio argentino, y que en el 45% de los casos el asesino fue la pareja actual.

Más líneas y canales

Ante el aumento de llamadas y consultas para orientación por los casos de violencia de género, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad habilitó tres líneas de teléfonos por Whatsapp, y una casilla de email para atender las urgencias y no dejar a las víctimas en desprotección.

“Trabajar con mis compañeras y compañeros en este nuevo contexto, donde se profundiza la demanda de llamados a la Línea 144, y a los otros nuevos canales de atención que hemos sumado significa un desafío y un gran esfuerzo. Poner en común lo que nos va pasando, cuidarnos y apoyarnos resulta un refugio en tiempo de aislamiento fortaleciendo nuestro vínculo” expresó una de las personas responsables de atender las denuncias, que prefirió no dar a conocer su nombre.

¿Qué es la Iniciativa Spotlight?

La Iniciativa Spotlight es una alianza global de la Unión Europea y las Naciones Unidas orientada a eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.

En Argentina se lanzó oficialmente el 21 de marzo de 2019, y a partir de ese momento se está trabajando a nivel nacional y especialmente en las provincias de Buenos Aires, Salta y Jujuy, que fueron seleccionadas considerando la tasa y números absolutos de femicidios.

En el país, el foco está puesto en la erradicación de los femicidios y se lleva a cabo con el liderazgo de la Oficina de Coordinación de Naciones Unidas a través de cuatro de sus agencias: ONU Mujeres, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Fondo de las Naciones Unidas para la Población y la Organización Internacional del Trabajo, y la colaboración de UNICEF. El programa cuenta con la activa participación de la sociedad civil, sindicatos, sector privado y academia.

Por ejemplo, el Fondo de Población trabaja  con el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Argentina para poder tener un registro y evaluar la cantidad de denuncias a nivel local en el país, y al mismo tiempo también poder chequear lo que ocurre en la región y el mundo.

“Estamos trabajando con  otros países para contar con información a nivel mundial  y compartir experiencias que se están desarrollando durante la pandemia del COVID-19”, aseguró Mariana Isasi, de esa agencia de la ONU.

Durante la pandemia de Covid-19, Spotlight Argentina está apoyando al Gobierno nacional y los Gobiernos de las provincias mencionadas en el fortalecimiento de los servicios de atención y seguimiento de la violencia hacia las mujeres, niños, niñas y adolescentes.

Algunas acciones están relacionadas con la adquisición de equipamiento para la Línea 144 y centros de atención, la promoción la accesibilidad de mujeres sordas a la línea y el apoyo al trabajo en hogares de protección integral, entre otras.

También se está convocando a organizaciones sociales para desarrollar proyectos para prevención y atención de violencia a nivel territorial. También se está viendo cómo implicar a los sindicatos y las organizaciones empresarias en materia de prevención.

En paralelo, se están desarrollando distintas campañas de comunicación para conciencias y brindar información sobre cómo pedir ayuda y asesoramiento en estas situaciones.

Las campañas, que tienen en cuenta el contexto de las medidas de aislamiento social, están diseñadas para su difusión en las distintas plataformas de todas las agencias, fondos y programas del sistema de la ONU en Argentina. Una de las campañas incluye dos anuncios publictarios.

Uno de ellos llamado “puertas adentro” es una interpelación a las personas que pueden ayudar, contener o brindar información a víctimas de la violencia para que se pongan en contacto con la Línea 144, mientras el segundo llamado “No te laves las manos” visibiliza la dramática situación en la que miles de mujeres afrontan la cuarentena en el país.

La información por canales masivos es clave en esta otra pandemia, visibiliza alternativas y ofrece soluciones que pueden salvar vidas.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2020/04/1473082

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La perspectiva del género ante la covid-19

Por: Susan Papp y Marcy Hersh

Las excusas para no tener en cuenta el género en emergencias sanitarias han entorpecido las respuestas durante demasiado tiempo. Esta vez debe ser diferente.

Cuando hay una pandemia, los líderes del mundo y los servicios de emergencias sanitarias deben adaptarse rápidamente a la amenaza en ciernes. A menudo, el último factor que consideran —si es que en algún momento llega a formar parte de sus listas— es el género.

Como defensoras de los derechos y la salud de las niñas y mujeres, escuchamos las mismas excusas una y otra vez: «En este momento, el género no es una prioridad», dicen los líderes. «Tal vez, cuando se calmen las aguas», afirman. «No es el momento», insisten. Si la intención es encontrar las respuestas más eficaces contra la covid-19 —o cualquier emergencia de salud— esto debe cambiar.

Las niñas y mujeres sufren los brotes de forma diferente que los niños y los hombres. Una mirada de género resalta los riesgos y vulnerabilidades específicos que enfrentan ellas debido a desigualdades y roles de género tradicionales profundamente arraigados. Y los hechos que esa perspectiva revela pueden salvar vidas y garantizar que nadie sea dejado de lado en nuestras respuestas ante las emergencias.

Para replantear nuestra respuesta ante la pandemia a partir del género, primero tenemos que proteger y apoyar a los especialistas en salud en el mundo, el 70% de los cuales son mujeres. Es fundamental que reciban capacitación, equipamiento y cuenten con recursos, lo que implica cubrir la escasez mundial de elementos de protección, como máscaras y guantes, para que tanto ellos como los pacientes estén adecuadamente protegidos.

También implica atacar la brecha de género del 28% en la remuneración en los profesionales de la salud en el mundo y asegurar entornos laborales decentes y seguros, con equipamiento de protección adecuado. Esto evitará las interrupciones en la provisión de servicios, porque los propios profesionales de la salud no se enfermarán, y fomentará la retención mientras trabajan día y noche para combatir la covid-19. Además, debemos desmantelar el sistema discriminatorio que excluye a las mujeres profesionales de la salud de los organismos donde se toman las decisiones que inician los protocolos de emergencia para salvar vidas en entornos atención sanitaria.

De igual modo, será imposible proporcionar evidencia confiable sobre esta nueva enfermedad para los profesionales de la salud, los responsables de las políticas y los medios sin invertir en la obtención de datos desagregados por género y edad en todas las tareas de vigilancia y control. Las emergencias sanitarias como la epidemia del ébola en 2014-16 y el brote del cólera en 2012 en Sierra Leona muestran que la ausencia de datos desagregados por género dificulta fuertemente la toma de decisiones inteligentes, las respuestas firmes y la rápida recuperación. Aunque esas emergencias sanitarias pueden habernos presentado desafíos distintos de los de la covid-19, la necesidad de soluciones basadas en la evidencia respaldadas por información de calidad sigue siendo la misma.

También debemos preguntar por la forma en que los roles de género tradicionales moldean la manera en que la gente con diversas identidades de género y procedencias la experimenta. Esto implica ir más allá de los datos iniciales de China, que sugieren que las infecciones por coronavirus son ligeramente mayores entre los hombres que entre las mujeres. También implica que tenemos que evaluar qué lleva a que las niñas y mujeres, los niños y hombres, y las personas no binarias resulten vulnerables en primer lugar.

Por ejemplo, las emergencias de salud anteriores demuestran que el papel tradicional de las mujeres en la atención de los familiares enfermos suele aumentar su exposición a las enfermedades infecciosas a través del contacto con otras personas. Esto ocurrió durante el brote del ébola en 2014-16, la epidemia de SARS en 2002-03 y la lucha de la India contra el virus Nipah en Kerala en 2018. En todos esos casos, gran cantidad de niñas y mujeres que atendieron a enfermos resultaron infectadas. Saber esto permite que quienes cuidan a los infectados hoy comprendan la importancia de reforzar las medidas preventivas en sus hogares, como se indica en la guía de prevención de la OMS para la covid-19, e informar los casos cuando aparecen los síntomas.

Mientras reforzamos nuestra respuesta médica y epidemiológica, también debemos asegurarnos de que no se interrumpan los servicios básicos de salud materna, sexual y reproductiva. El brote del ébola en África Oriental demostró que las actividades para limitar la enfermedad pueden desviar al personal y los recursos de otros servicios que necesitan las mujeres. Esto puede tener consecuencias desastrosas: la mortalidad materna en la región aumentó el 75% durante la epidemia y la cantidad de mujeres que daban a luz en hospitales y clínicas cayó el 30%.

La necesidad de asistentes expertos para los partos, protección contra la violencia de género, anticonceptivos y abortos seguros suele aumentar durante los brotes. La pandemia de hoy no difiere en este sentido. Se informaron aumentos de la violencia doméstica en Wuhan (China), durante el confinamiento de dos meses en esa ciudad. Y la gente sigue teniendo relaciones sexuales, transita la pubertad, menstrúa, se embaraza y pare durante las emergencias de salud pública, por lo que cubrir esas necesidades debe seguir siendo una prioridad.

Eso requiere que las mujeres asciendan a roles de liderazgo. Ellas son expertas proveedoras de servicios, epidemiólogas, cuidadoras de enfermos, líderes comunitarias y más. Sobre todo, son las mayores expertas respecto de sus propias vidas y deben participar equitativamente en todos los esfuerzos de preparación y respuesta. Esto implica garantizar su participación en todos los grupos de expertos locales, nacionales, regionales y mundiales sobre la covid-19. Las mujeres deben participar en los consejos comunitarios locales y los organismos legislativos donde se toman decisiones importantes. Internacionalmente, los desequilibrios de género en el liderazgo sanitario mundial, donde los hombres ocupan el 72% de los cargos más importantes, se debe solucionar con urgencia.

Con recursos suficientes, podemos evitar los errores del pasado y diseñar respuestas con una perspectiva de género desde el primer momento. Si bien los 15 millones de dólares y los 14.000 millones de dólares de ayuda para emergencias, comprometidos respectivamente por las Naciones Unidas y el Banco Mundial, son un gran comienzo, debemos hacer inversiones adicionales para implementar las políticas que requiere una estrategia eficaz contra la covid-19. Las excusas para no tener en cuenta el género durante las emergencias sanitarias han entorpecido las respuestas que más necesitamos durante demasiado tiempo. Para que todos estemos protegidos, esta vez debe ser diferente.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/04/01/planeta_futuro/1585743351_097387.html

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Libro (pdf): Sopa de Wuhan

Reseña:

Autorxs: Giorgio Agamben, Slavoj Zizek, Jean Luc Nancy,
Franco “Bifo” Berardi, Santiago López Petit, Judith Butler,
Alain Badiou, David Harvey, Byung-Chul Han, Raúl Zibechi,
María Galindo, Markus Gabriel, Gustavo Yañez González,
Patricia Manrique y Paul B. Preciado
Editorial: ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio)

Sopa de Wuhan es una compilación de pensamiento contemporáneo en torno al COVID 19 y las realidades que se despliegan a lo largo del globo. Reúne la producción filosófica (en clave ensayística, periodística, literaria, etc.) que se publicó a lo largo de un mes –entre el 26 de febrero y el 28 de marzo de 2020–. La antología presenta a pensadores y pensadoras de Alemania, Italia, Francia,
España, EEUU, Corea del Sur, Eslovenia, Bolivia, Uruguay y Chile. Sopa… junta en un volumen lo que ya es público y está al alcance de un click.

Tan solo propone un “orden” de lectura, acerca algunos datos biográficos sobre les autorxs e intenta poner en una línea de tiempo una serie de debates. Busca reflejar las polémicas recientes
en torno a los escenarios que se abren con la pandemia del Coronavirus, las miradas sobre el presente y las hipótesis sobre el futuro.

ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio) es una iniciativa editorial que se propone perdurar mientras se viva en cuarentena, es un punto de fuga creativo ante la infodemia, la paranoia y la distancia lasciva autoimpuesta como política de resguardo ante un peligro invisible.

Descarga en: Sopa-de-Wuhan-ASPO

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