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La prostitución nunca es segura para las mujeres y ahora menos

Hace unos días Julie Bendel escribió en The Critic, para responder a un artículo reciente que escribió Nichi Hodgson que caracterizaba a las “trabajadoras sexuales” como simplemente mujeres autoempleadas.

Y escribió:

Tan pronto empezó la cuarentena, me pregunté cuánto tiempo les tomará a los promotores y facilitadores de la prostitución, incluyendo a los proxenetas que se enriquecen a costa de mujeres vulnerables para tartar y justificar sus negocios de siempre, el comercio sexual. Después de todo, qué harían los hombres si no pueden penetrar el cuerpo de las mujeres para su propio placer sexual.  ¿Como puede ser que todas las instalaciones donde se practica el comercio del sexo como los restaurants, los bares, clubs, cantinas, e instalaciones deportivas iban a quedar cerrados? Y es que los hombres tienen sus necesidades, ¿sabes?”…

Mucho se ha escrito sobre este tema en las últimas fechas y muchas organizaciones también han pedido a sus gobiernos que brindarán medidas de auxilio a las mujeres en situación de prostitución.

…”Un proyecto de reducción del daño – proyectos que usualmente son financiados por el NHS (Servicio Nacional de Salud) con el objetivo de minimizar los riesgos de salud a las mujeres prostituidas – publicó una normativa basada en el uso de cloro y desinfectante mientras está en contacto con un putero, no permitir besos y desnudarse y cambiar las sábanas después de cada servicio, si es posible.

En otras partes, como las agencias de acompañantes se les recomendó a las mujeres bañarse o ducharse con cloro, hacer gárgaras con el cloro.

Las sobrevivientes del comercio sexual con las que hable están furiosas por la manera en la que se está protegiendo a la Prostitución a toda costa, incluso a costa de su salud y su vida. “No podemos estar seguras”, dijo Fran. “Los puteros ponen las reglas y son ellos, no nosotras, los que están en control. Ellos son los que exigen y dicen lo que se va a hacer y lo que no.”

La idea de que la prostitución puede ser segura bajo cualquier circunstancia, y que por eso no hay problema en dejarlas solas frente a esta crisis global de salud es irrisible.  Por qué alguien con un legítimo interés por la salud y la vida de las mujeres podría haber renombrado formalmente a la Prostitución como ‘trabajo’ para reclamar para ellas el estatus de trabajadoras, en lugar de demandar que el gobierno presupuestara dinero para opciones de salida dignas.”

En 2009, junto con otras colegas Julie Bindel en la Universidad del Banco del Sur, condujo un estudio integral sobre las barreras y oportunidades para salir de la prostitución. La gran mayoría de las 114 mujeres entrevistadas respondieron que preferirían estar haciendo cualquier otra cosa que vendiendo sexo. Ellas querían salir. Aún aquellas mujeres que se identificaban a sí mismas como ‘acompañantes de clase alta’ hablaron de su experiencia en la prostitución como degradante, abusiva y traumatizante.  Una mujer que estaba explicando cuanto ‘amaba ella ese trabajo’, pero mientras avanzaba la entrevista se le rodaban las lágrimas que le salían de sus ojos bien maquillados como iba hablando.

Escribió también Bindel

“…entrevisté a docenas de hombres que pagan por sexo, en el Reino Unido y en otros países. Los puteros que se quedaron grabados en mi mente son esos que encontré en los burdeles legales, como los de Nevada, en Estados Unidos. Su sentido de tener derecho y su evidente arrogancia mostrada mientras elegían su ‘cita’ de una línea de chicas que se exhibían a la entrada del burdel. Mientras checaban en la recepción, podían ver una lista de nombres de las mujeres y los resultados de sus análisis de sangre de esa semana exhibidos en la pared. Los proxenetas sabían bastante bien que a pesar de las reglas escritas que exigían a los puteros usar condones, muchos podían rehusarse, y por lo tanto le correspondía a las mujeres demostrar que estaban ‘sanas’.

El burdel del Rancho de Pollos, que visité mientras investigaba para mi libro sobre el comercio global del sexo, ha sugerido recientemente que es seguro para mantener la prosperidad del negocio mientras que las mujeres y los puteros que asisten se laven frecuentemente las manos y usen gel antibacterial o sanitizantes. Esto solo se trata de las ganancias de los proxenetas.

Los intentos de algunos grupos de cabilderos para explotar la pandemia del coronavirus para abogar para normalizar el proxenetismo, el mantener burdeles y la compra de sexo a través de renombrar a la prostitución como ‘trabajo’ es espantosa.

Los países que han legalizado o descriminalizado el abuso comercial de mujeres tendrán que enfrentar las consecuencias y reconocer que la trata, el uso de drogas, las tasas de contagio del VIH y otras ITS, así como de explotación sexual infantil empeorarán cuando a los hombres se les dé carta blanca para pagar por sexo con mujeres desesperadas.

Esta crisis es una oportunidad para nuestros gobiernos para perseguir sin tregua a los proxenetas y los puteros

En Brisbane, Australia, donde la prostitución es legal, la policía ha estado arrestando y multando a las mujeres que trabajan en burdeles sin licencia legal, cuando lo que debían de hacer es arrestar a los proxenetas y los puteros involucrados.

Las mujeres vulnerables necesitan que se les dé la oportunidad de escapar del comercio sexual y no ser engañado con consejos de salud sin sentido y desinfectantes de manos. Esas mujeres ya están expuestas a violencias horroríficas, así como a un número de condiciones de salud física y mental serias y de larga duración. La última cosa que cualquier gobierno debería estar hacienda es encontrar formas para mantener el comercio sexual prosperando.

Esta crisis es una oportunidad para nuestros gobiernos para perseguir sin tregua a los proxenetas y los puteros que están determinados a explotar a las mujeres más vulnerables a pesar de los riesgos sanitarios masivos, para ellas y para la Sociedad en general. Las únicas mujeres que quedan ‘trabajando’ en este clima de riesgo son las más desesperadas. La legislación actual en el Reino Unido relacionada con los que pagan por sexo es que esos que acceden a servicios de prostitución de mujeres que son traficadas o coaccionadas están cometiendo un delito.

Las mujeres prostituidas deben recibir apoyo financiero y clasificarse como desempleadas a largo plazo. Tenemos que reconocer el infierno bajo el que han estado viviendo y poner a su disposición todo, desde servicios de terapia psicológica y salud, cuidado de niñas/os y paquetes de reeducación.

El gobierno debe perseguir a los hombres que están anteponiendo sus propios deseos egoístas a la vida de las demás personas. La prostitución nunca se podrá hacer segura. El COVID 19 no es más que una amenaza para las mujeres que en prostitución, y los proxenetas y los puteros tienen que ser los que pagan el precio.”

Fuente: https://tribunafeminista.elplural.com/2020/04/la-prostitucion-nunca-es-segura-para-las-mujeres-y-ahora-menos/

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9 documentales para niños y adolescentes que también son educativos

Redacción: CNN

Dado que las escuelas en varios estados permanecerán cerradas por el resto del año académico, millones de padres enfrentarán varias semanas el rol de ser profesores improvisados en el hogar.

Si el plan de estudios y la creatividad han comenzado a debilitarse, una opción es usar un poco de tiempo de pantalla para ver un documental.

Puede parecer el equivalente al maestro sustituto que usa un televisor para cada clase, pero, como señalan los expertos, no hay reglas sobre cómo educar en el hogar durante una pandemia. Y de esta manera, se puede hacer doble trabajo con una película que también es absorbente y educativa.

Ya sea que esté buscando algo para despertar el interés en la biología, o si necesita una distracción instructiva para evitar una crisis en una larga pausa, aquí hay nueve lugares para comenzar. Utilizamos Common Sense Media, un sitio de revisión de películas basado en la edad para familias, para ofrecer pautas generales sobre los niveles de edad, pero la pauta  puede variar en su hogar.

Clase de inglés

‘Spellbound’

Este documental de 2002, que sigue a un grupo de estudiantes de diversos orígenes que trabajan para ganar el Concurso Nacional de Ortografía Scripps de 1999, todavía se mantiene casi 20 años después. Venga por el drama competitivo y la inspiración de “Scrabble”; quédese con las sinceras historias de ocho niños encantadores y ambiciosos.

Pruebe con: edades 8+; Encuéntralo en: Amazon Prime; Google Play (alquiler)

‘He Named Me Malala’

La valiente lucha de Malala Yousafzai por la educación de las niñas se desarrolla en este documental íntimo de 2015, que captura los momentos antes y después de que fue atacada por los talibanes por su postura abierta en 2012. Para exprimir en algunas lecturas junto con la observación, podría emparejar esta película con las memorias de Yousafzai, “I Am Malala“, y comparar cómo se desarrolla su historia en ambos medios.

Pruebe con: edades 12+; Encuéntralo en: Netflix; Amazon Prime

Clase de historia

‘Jane’

Hablando de historias de mujeres inspiradoras, esta película de National Geographic de 2017 documenta vívidamente el trabajo pionero de la primatóloga Jane Goodall, particularmente su innovadora investigación de los años 60 entre chimpancés en Tanzania. Los adultos o niños que se sentirían desanimados por escenas de chimpancés apareándose o con violencia ocasional de animal contra animal podrían saltarse este y considerar en su lugar el recientemente lanzado “Jane Goodall: The Hope” de National Geographic.

Pruebe con: edades 8+; Encuéntralo en: Hulu, Disney +

‘Apolo 11’

En el verano de 1969, el vuelo espacial Apolo 11 de la NASA aterrizó con éxito y los humanos pisaron la Luna por primera vez. Hoy, más de 50 años después, este documental de CNN Films relata el momento innovador utilizando imágenes recientemente descubiertas de la época que da una nueva claridad a una historia familiar.

Pruebe con: edades 5+; Encuéntrelo en: Hulu

Clase de ciencias y matemática

‘Underwater Dreams’

Al igual que “Spellbound”, este documental de 2014 trata sobre una prestigiosa competencia de robótica, pero también sobre inmigración, tenacidad, ingenio y oportunidad. La película sigue a un pequeño y desvalido equipo de estudiantes de secundaria indocumentados que construyen un robot submarino y se enfrentan al MIT, en el camino defendiendo la reforma migratoria. Tenga en cuenta que la película, como el trailer a continuación, incluye un lenguaje fuerte.

Pruebe con: edades 10+; Encuéntrelo en: Amazon Prime (alquiler)

‘Chasing Coral’

Si desea seguir con un tema subacuático, este documental de 2017 es una producción visualmente deslumbrante sobre los peligros que enfrentan los arrecifes de coral, que están bajo amenaza debido al cambio climático.

Pruebe con: edades 9+; Encuéntralo en: Netflix

‘Elefante’

Puedes elegir entre la vasta colección de documentales de naturaleza de Disney, que también incluye “Monkey Kingdom” sobre macacos en Sri Lanka y “Wings of Life”, que se centra en las abejas, pájaros, murciélagos y mariposas. “Elephant”, que sigue a una manada a través del desierto de Kalahari, es una de las adiciones más recientes a la colección; también es narrado por Meghan Markle.

Pruebe con: edades 6+; Encuéntralo en: Disney +

Clase de estudios sociales

‘Bebés’

Lanzado en 2010 -no debe confundirse con las igualmente adorables docuseries de Netflix del mismo nombre- este documental narra un año de la vida de los bebés en cuatro partes diferentes del mundo: Mongolia, Namibia, Japón y  Estados Unidos. No es solo una mirada conmovedora al desarrollo humano, sino una ventana al mundo en general, lo que podría ser especialmente bienvenido para las familias que se refugian en el hogar.

Pruebe con: edades 7+; Encuéntralo en: Starz; Amazon Prime (alquiler)

‘Elián’

Los padres probablemente piensen en el caso de Elián González como historia moderna, recordando claramente la historia del niño cubano que se vio envuelto en una batalla de custodia internacional justo antes de las elecciones presidenciales de 2000. Pero incluso los estudiantes de último año de la escuela secundaria son demasiado jóvenes para saber cuán absorbente era esta historia en ese momento. Con intereses que repercutieron en la política exterior, las relaciones entre Estados Unidos y Cuba y la política estadounidense, este documental de CNN Films relata la dramática saga desde múltiples puntos de vista, incluido el del propio Elián.

Pruebe con: edades 12+; Encuéntrelo en: CNNgo

Si necesita más opciones para sus televidentes más jóvenes, o parece que no puede lograr que sus hijos participen en documentales, aquí hay una lista de otros programas para niños con los que los padres pueden sentirse bien al respecto.

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La Educación Pública en “la nube”

Cada quien tiene la “libertad”, en lo individual

En la actual etapa del capitalismo industrial global, neoliberal, (menos proteccionismo y mayor liberación de mercados internacionales; menos Estado de bienestar y mayor participación privada o “privatización” de los servicios públicos), que, entre otras cosas, se ha caracterizado por su alta intensidad tecnológica, los espacios centrales o periféricos del poder científico y tecnológico mundial se encuentran ocupados por empresas trasnacionales, dicho esto en términos esquemáticos.

Así, en este ambiente capitalista “posmoderno”, la ciudadanía elige con “libertad” y si su condición estructural social y económica lo permiten, una marca o un modelo de automóvil a su gusto; o puede concretar la elección de una computadora personal con determinada capacidad operativa; y es libre para adquirir una televisión o un móvil o teléfono celular inteligente con esquema de “tiempo aire” o tarifario a la medida. Por eso vivimos en una sociedad de libertades ¿o no?

Cada quien tiene la “libertad”, en lo individual, dentro de esta sociedad capitalista de la tercera o cuarta generación tecnoproductiva, de seleccionar precio, modelo, funcionalidad, cobertura, etc., de los equipos de telecomunicaciones y sus respectivas aplicaciones o programas. Sin embargo, esa elección se convierte en un problema cuando la preferencia es colectiva, social o de un gobierno, como parte del Estado y como conjunto de instituciones que representan a la sociedad, pues se inclina, en algunos casos, por una compañía de automóviles en particular sin una clara explicación y sin apego puntual de la normatividad; o cuando adquiere un tipo de televisores determinados al margen de la ley; o se mete en un conflicto de interés cuando compra teléfonos celulares específicos de una compañía en especial; o contrata cierta paquetería informática o induce a sus empleados o a la ciudadanía a adquirir o inscribirse en ciertas aplicaciones electrónicas para fines educativos.

Las benditas redes sociales digitales

La SEP (22 de abril, 2020) acaba de anunciar (y lo mismo se observa en algunas instituciones de educación superior públicas), que está de acuerdo con que niñas, niños, jóvenes se inscriban a las plataformas que la poderosa trasnacional Google pone al servicio de la educación pública. Que toda la gente se suba a la «nube», parece decir la Secretaría de Educación Pública; que la ciudadanía alimente “libremente” las bases de datos mundiales… Si esto se cumple, gracias a la SEP de Esteban Moctezuma (2018-2020), se logrará el proyecto de «modernización» que soñó Carlos Salinas (desde 1992) para la educación pública en México.

Según el Boletín 101 de la SEP, publicado el 22 de abril 2020, se indica que “Como parte de las acciones que realiza el Gobierno de México frente a la emergencia sanitaria provocada por el virus COVID-19, el Titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma Barragán, participó en la capacitación inicial, de manera virtual, para más de 500 mil docentes y padres de familia que ofreció Google para Educación, en el uso de la plataforma GSuite… La plataforma digital, es una estrategia auxiliar de educación a distancia, con contenido gratuito y herramientas para el aprendizaje, la cual se estima que llegue a más de un millón de docentes en el país.” (1)

Pregunto: ¿Por qué con esa empresa trasnacional y no con las herramientas digitales que ofrecen otras instituciones públicas o no lucrativas como el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE)? Que es un organismo internacional con capacidad, experiencia y solvencia técnica para dotar de servicios, asesorías y asistencia técnica pertinente en materia de educación mediada por tecnologías. (2)

Google para Educación es utilizada por más de 120 millones de estudiantes y maestros a nivel mundial; permite a los docentes gestionar las clases y comunicarse con los estudiantes. Además, por los próximos seis meses, la SEP en colaboración con Google, dará soporte a los docentes en el uso de la plataforma a través de cursos y talleres de apoyo.”

“Moctezuma Barragán reiteró que todos los materiales que se construyen para el programa Aprende en Casa, tanto para la televisión, radio e internet, son auxiliares educativos emergentes que están relacionados con los planes y programas de estudio, y con los aprendizajes esperados de los Libros de Texto Gratuitos.”… “Al participar en el seminario web de introducción para el uso de estas herramientas La Nueva Escuela Mexicana en línea: Desaprendiendo para reaprender denominado, el Secretario de Educación destacó que “particularmente en este momento de emergencia sanitaria, es muy importante estar unidos y que este aprendizaje a distancia se convierta, para las maestras y maestros, para los padres de familia, en una herramienta alternativa para continuar con el aprendizaje de las niñas, niños, jóvenes y adolescentes”.

“Detalló que el programa, resultado de una colaboración público-privada permite continuar las actividades educativas del país y forma parte de la estrategia de educación a distancia del Gobierno de México, en la Nueva Escuela Mexicana que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.”… “Los datos personales recabados por las secretarías de educación locales serán utilizados y resguardados bajo sus rigurosos estándares de privacidad y Google garantizará la seguridad para el adecuado uso y acceso a sus plataformas… Indicó que los servicios de Google para Educación no contienen publicidad ya que los perfiles se crean únicamente con fines educativos. El uso de la plataforma no implica el ejercicio de recursos públicos.”

“Como anillo al dedo” para Google

Según WP: “Google LLC es una compañía principal subsidiaria de la multinacional estadounidense Alphabet Inc., cuya especialización son los productos y servicios relacionados con Internet, software, dispositivos electrónicos y otras tecnologías. El principal producto de Google es el motor de búsqueda de contenido en Internet, del mismo nombre, aunque ofrece también otros productos y servicios como la suite ofimática Google Drive, el correo electrónico llamado Gmail, sus servicios de mapas Google Maps, Google Street View y Google Earth, el sitio web de vídeos YouTube y otras utilidades web como Google Libros o Google Noticias, Google Chrome y la red social Google+ este último sacado fuera de línea en el primer cuatrimestre de 2019. Por otra parte, lidera el desarrollo del sistema operativo basado en Linux, Android, orientado a teléfonos inteligentes, tabletas, televisores y automóviles y en gafas de realidad aumentada, las Google Glass. Su eslogan es «Do the Right Thing» («Haz lo correcto»). Con miles de servidores y centros de datos presentes en todo el mundo, Google es capaz de procesar más de 1000 millones de peticiones de búsqueda diarias y su motor de búsqueda es el sitio web más visitado a nivel mundial tal como muestra el ranking web internacional… La empresa ha sido criticada por colaborar con determinados países en la censura de Internet con el afán de expandirse comercialmente en ellos y por la infracción reiterada de derechos de autor. También es objeto de críticas por presunta ingeniería fiscal en diferentes países, y por ser una de las empresas que colaboran con las agencias de inteligencia en la red de vigilancia mundial, sacada a la luz en 2013.”

Google reporta, según la misma fuente (3): Ingresos por: 66 001 000 000 USD; con beneficio neto de: 14 444 000 000 USD; y activos por: 131 133 000 000 USD. Por otra parte, se informa que Google es miembro de: American Legislative Exchange Council, Alliance for Open Media, Fundación Linux, OpenAPI Initiative, Internet Association, World Wide Web Consortium, Wi-Fi Alliance, CVE Numbering Authorities, Zigbee Alliance, Node.js Foundation, OpenJS Foundation y FIDO Alliance.

Las filiales de Google son: AdMob, Blogger, dMarc Broadcasting, Endoxon, FeedBurner, G Suite, Google.org, Google Ads, Google Cloud Platform, Google Energy, Google Stadia, Google Store, ImageAmerica, ITA Software, Kaltix, Nest Labs, Urchin Software Corporation, Waze, y YouTube. Google.org es la rama caritativa de Google, una compañía de motor de búsqueda en Internet que fue fundada en octubre de 2005.1 A la fecha de mayo de 2010, la organización ha entregado alrededor de 100 millones de dólares en donaciones e inversiones… Para fundar la organización, Google donó 3 millones de acciones durante su oferta pública inicial (IPO). A la fecha de marzo de 2012, los 3 millones de acciones de Google.org estaban valuadas en aproximadamente 1840 millones de dólares. En 2013, la corporación afirmó en su sitio web que había entregado «100 millones en donaciones, 60 000 horas y 1 000 millones de dólares en productos»

Así continúa el boletín 101 de la SEP: “La plataforma de Google para Educación es la misma que se usa actualmente en Italia, Suecia, Chile, El Salvador, Malasia e Indonesia a nivel nacional, y en grandes ciudades como Río de Janeiro y Nueva York, además de importantes universidades nacionales como UNAM y Universidad de Guadalajara.”

Pienso que las trasnacionales no dan paso sin huarache… ¿Por qué la SEP le da «todo el poder» a una empresa hegemónica de las telecomunicaciones y la informática a nivel mundial? ¿Cuánto obtendrá en ganancias Google como empresa con este respaldo del gobierno mexicano? Debo aclarar que no se trata de dar la espalda a las nuevas tecnologías de la información, la comunicación y el conocimiento, pero me parece contradictorio que un gobierno que se dice «impulsor de la transformación de la vida pública», le entregue la educación pública, sobre todo en esta coyuntura de la emergencia sanitaria, a ese tipo de empresas. Se abre un gran debate.

Fuentes consultadas:

(1) SEP. Boletín 101 del 22 de abril, 2020. https://www.gob.mx/sep/articulos/boletin-no-101-inicia-sep-en-colaboracion-con-google-capacitacion-virtual-de-mas-de-500-mil-maestros-y-padres-de-familia?idiom=es

(2) Ver https://www.ilce.edu.mx/

(3) Ver https://es.wikipedia.org/wiki/Google

jcmqro3@yahoo.com

@jcma23

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Pánico global y horizonte aleatorio

Hemos entrado en tiempos paradójicos propios de una sociedad global en transición. Tiempos de inestabilidad generalizada en la que los horizontes compartidos se diluyen y nadie sabe si lo que viene mañana es la repetición de lo de ahora, o un nuevo orden social más preocupado por el bienestar de las personas…. o el abismo. La angustiosa contingencia del porvenir es la única certidumbre.

Y es que ahora no estamos ante los azares regulares de la cotidianidad como, por ejemplo, cuando tomábamos un metro para dirigirnos al trabajo y no podíamos prever con quiénes nos encontraríamos en el vagón, o si llegaríamos a tiempo. La incertidumbre actual es más profunda, es de destino, porque uno no sabe en realidad cuándo volverá a tomar el metro, si tendrá trabajo al cual dirigirse o, llevado al extremo, si estaremos vivos para entonces. Lo de hoy es, pues, un derrumbe absoluto del horizonte de las sociedades en el que la aleatoriedad del porvenir es de tal naturaleza que todo lo imaginable, incluida la nada, pudiera suceder.

Un diminuto virus de entre los cientos de miles que existen está llevando a que más de 2.600 millones de personas suspendan sus actividades regulares, que una gran parte de los trabajos con los que las personas reproducen sus condiciones de existencia estén paralizadas, y que los gobiernos implementen estados de excepción sobre la posibilidad de desplazarse y agruparse. Un pánico global se ha apoderado de los medios de comunicación y una niebla de sospecha sobre el otro cercano, portador de la enfermedad, quiere encumbrarse en el espíritu de la época.

Las imposturas de la globalización

Y lo paradójico resulta del hecho que en momentos de exaltación de la globalización de los mercados financieros, de las cadenas de suministros, de la cultura de masas y de las redes, el principal cuidado que se despliegue ante una enfermedad globalizada sea el aislamiento individual. Es como una confesión de derrota de esos mercados globales y sus sacerdotes ante la necesaria persistencia de los estados, la sanidad pública y las familias como núcleos imprescindibles de socialidad y protección. De ahí que resulte hasta grotesco ver a los profetas del libre comercio y del “Estado mínimo”, que ayer exigían derribar las fronteras nacionales y deshacerse de los “costosos” sistemas de derechos sociales (salud, educación, jubilación..), salir ahora a aplaudir el cierre profiláctico de las fronteras y exigirle al Estado medidas más drásticas para atender a los ciudadanos y reactivar las economías nacionales.

Que la euforia globalizadora como destino final de la humanidad sólo se aferre al encierro individual, y que la única organización política prevaleciente ante la emergencia de una enfermedad global, resultante del propio curso de la globalización, sea el Estado, habla de una farsa sin atenuantes. Algo anda mal en esa paradoja: o bien la globalización como proyecto político-económico fue y es una estafa colectiva para el rédito de pocos, o bien las sociedades aun no comprenden las “virtudes” del mundo global, lo que equivale a decir que si la realidad no se acomoda a la retórica, la que está fallando es la realidad y no la retórica sobre esa realidad. La verdad es que no hay respuesta globalizada a un drama global, y ahí ya hay una sentencia histórica sobre una época aciaga.

Se trata, en definitiva, de un descomunal fracaso de la globalización tal como hasta ahora se la ha construido y, sobre todo, del discurso político que la acompañó, de las ideologías normativas que la secundaron.

Si se globalizan los mercados de acciones pero no la protección social, las cadenas de suministros pero no el libre desplazamiento de las personas, si se globalizan las redes sociales pero no los salarios ni las oportunidades, entonces la globalización es más una coartada de unos cuantos países, de unas cuantas personas para imponer su dominio, su poder y su cultura, que una verdadera integración universal de los logros humanos en beneficio de todos.

Se trata de una manera mutilada de globalizar la sociedad que, al tiempo de generar más desigualdades e injusticias, debilita los mecanismos de protección y cuidado creados a lo largo de décadas por los diferentes estados nacionales.

Hoy vemos que los mercados financieros no curan enfermedades globales, solo intensifican sus efectos en los más débiles; hoy vemos que el libre comercio ha llevado a un retroceso en las condiciones de igualdad similares a las de inicios del siglo XX. Según Thomas Piketty, el 1% de los más ricos de EE. UU., que el año 1975 llegaron a concentrar el 20% de la propiedad del total de los activos inmobiliarios, profesionales y financieros, al 2018 han aumentado su participación al 40%, como en 1920. Hoy sabemos que ninguna institución global tiene la más mínima posibilidad de cohesionar las voluntades sociales para enfrentar las adversidades globales, y en cambio el Estado sí lo viene logrando. Es como si la “mano invisible” de Adam Smith no sólo fuese inservible para a los cuidados de la humanidad, sino más peligrosa que la propia pandemia. Y es que la globalización hasta ahora funciona como modo de acrecentar ganancias privadas de las grandes empresas del mundo, y en contraparte es inútil para promover la protección de las personas.

La actual epidemia no es la primera de carácter global. Ya se han presentado desde el inicio del mercado mundial a comienzos del siglo XVI, durante la colonización de América, cuando la viruela redujo entre el 70% y el 80% de la población originaria; luego lo hicieron, en distintos lugares del planeta, las infecciones del cólera, de la gripe rusa, la gripe española, la gripe aviar, el VIH, y recientemente el SARS 1, H1N1, etc.

Las enfermedades globales emergen de los modos de subsunción formal y real de la naturaleza viva a la racionalidad de la producción mercantil que fracturan los procesos regulados en la transmisión de enfermedades entre distintas especies animales. Subsunción formal, cuando se presiona a la pequeña economía agraria a internarse cada vez más en bosques y áreas ecológicamente auto sostenibles para mercantilizar la flora y la fauna; subsunción real, cuando la producción plenamente capitalista impone ilimitadamente en bosques modos de trabajo agrícolas extensivos, articulados a los mercados de los commodities. En ambos casos, la interfase entre la vida silvestre y los seres humanos que se regulaban gradualmente durante décadas y siglos a través de la difusión en pequeñas comunidades, ahora se comprimen en días o semanas en gigantescos conglomerados humanos, estallando en contagios fulminantes, masivos y devastadores.

Detrás de cada pandemia hay una manera de definir la riqueza social como ilimitada acumulación privada de dinero y bienes materiales y que, por tanto, convierte a la naturaleza, con sus componentes de seres vivos e inanimados, en una simple masa de materia prima susceptible de ser procesada, depredada y financiarizada. Es un modo enceguecido de producir cada vez más dinero, pero impotente para producir un modo global para proteger a las personas y, mucho menos, a la naturaleza. El resultado es un orden dominante de sociedad que no comprende que su compulsiva manera de devorar la naturaleza en el altar de la ganancia es una manera de devorarse a sí misma.

Que los mercados y las instituciones globales ahora se escuden detrás de las legitimidades estatales para intentar contener los demonios destructivos que esta forma de globalización ha desatado es la constatación de un doble fracaso. De las instituciones globales para proponer factibles respuestas mundiales para proteger la salud de las personas de todos los países; y de los mercados globales para impedir el descalabro económico generalizado que se aceleró por la pandemia.

Al estancamiento económico de los últimos años ahora le sigue la recesión global, es decir, un decrecimiento de las economías locales que va a llevar a un cierre viral de empresas, al despido de millones de trabajadores, a la destrucción del ahorro familiar, al aumento de la pobreza y del sufrimiento social. Y, nuevamente, los sacerdotes de la globalización, insuflados en su mezquindad, se cruzan de brazos a la espera de que los estados nacionales gasten sus últimas reservas, hipotequen el futuro de al menos dos generaciones para contener el enojo popular y atemperar el desastre que los arquitectos de la globalización han ocasionado.

Cuando la pujanza mundial era evidente, la globalización tenía muchos padres, cada cual más enardecido respecto a la fingida superioridad histórica del libre mercado. Y ahora que la recesión generalizada asoma las orejas, ella se presenta como huérfana y sin responsables. Y tendrá que ser el vapuleado Estado el que intente salir al frente para atenuar los terribles costos sociales de una orgía económica de pocos.

El regreso del Estado

Ciertamente asistimos y asistiremos a una revalorización general del Estado, tanto en su función social-protectora, como económica-financiera. Ante las nuevas enfermedades globales, pánicos sociales y recesiones económicas, sólo el Estado tiene capacidad organizativa y la legitimidad social como para poder defender a los ciudadanos.

Estamos ante un momento de regresión colectiva a los miedos sociales que, a decir de Elias, son los fundamentos de las construcciones estatales. Pero, por ahora, sólo el Estado, bajo su forma integral gramsciana de aparato administrativo y sociedad civil politizada y organizada, puede orientar voluntades sociales hacia acciones comunes y sacrificios compartidos que van a requerir de las políticas públicas de cuidado ante la pandemia y la recesión económica.

Bajo estas circunstancias, el Estado aparece como una comunidad de protección ante los riesgos de muerte y crisis económica. Y si bien es cierto que el destino de muchos ha de depender de la decisión de los pocos que monopolizan las decisiones estatales -y por eso Marx hablaba de una “comunidad ilusoria”- estas decisiones habrán de ser efectivas para crear un cuerpo colectivo unificado en su determinación de sobreponerse a la adversidad, siempre y cuando logre dialogar con las esperanzas profundas de las clases subalternas.

Incluso la recesión global halla en el Estado nacional a la única realidad social capaz de reorganizar la flecha temporal del flujo de la riqueza de las naciones para adelantar hoy a todos lo que se producirá mañana, a fin de dar un empujón a los ingresos laborales, al consumo interno, a la generación estatal de empleo y al crédito productivo.

Cuánto durará este retorno al Estado, es difícil saberlo. Lo que sí está claro es que, por un largo tiempo, ni las plataformas globales ni los medios de comunicación ni los mercados financieros ni los dueños de las grandes corporaciones tendrán la capacidad de articular asociatividad y compromiso moral similar a los estados. Que esto signifique un regreso a idénticas formas del Estado de bienestar o desarrollista de décadas atrás no es posible, porque hay unas interdependencias técnico-económicas que ya no pueden retroceder para erigir sociedades autocentradas en el mercado interno y el asalariamiento regular. Pero sin un Estado social preocupado por el cuidado de las condiciones de vida de las poblaciones seguiremos condenados a repetir estos descalabros globales que agrietan brutalmente a las sociedades y las dejan al borde del precipicio histórico. Las formas emergentes de Estado tendrán que combinar una revalorización del mercado interno, la protección social ampliada a asalariados, no asalariados y formas híbridas de trabajo autónomo, profundas políticas de democratización de la propiedad y las decisiones sobre el futuro, con la articulación controlada de las distintas cadenas de suministros mundiales, la fiscalización radical de los flujos financieros e inmediatas acciones de protección del medioambiente planetario.

Ahora, otra de las paradojas del tiempo de bifurcación aleatoria, como el actual, es el riesgo de un regreso pervertido del Estado bajo la forma de keynesianismos invertido y de un totalitarismo del big data como novísima tecnología de contención de las “clases peligrosas”. Si el regreso del Estado es para utilizar dinero público, es decir, de todos, para sostener las tasas de rentabilidad de unos pocos propietarios de grandes corporaciones, no estamos ante un Estado social protector sino patrimonializado por una aristocracia de los negocios, como ya sucedió durante todo el periodo neoliberal que nos ha llevado a este momento de descalabro societal.

Y si el uso del big data es irradiado desde el cuidado médico de la sociedad a la contrainsurgencia social, estaremos ante una nueva fase de la biopolítica devenida ahora en data-política, que de la gestión disciplinaria de la vida en fábricas, centros de reclusión y sistemas de salud pública, pasa al control algorítmico de la totalidad de los actos de vida, comenzando por la historia de sus desplazamientos, relaciones, elecciones personales, gustos, pensamientos y hasta de sus probables acciones futuras, convertido ahora en datos de algún algoritmo  que “mide” la “peligrosidad” de las personas; hoy, peligrosidad médica; mañana, peligrosidad cultural; pasado, peligrosidad política.

La irreductibilidad del cuerpo

La realidad es que el cuerpo, los trazos del cuerpo en el espacio-tiempo social siempre han sido el obsesivo destino de todas las relaciones de poder, y hoy lo es de manera absoluta. Decía Valery, en uno de sus diálogos, que lo más profundo de las personas es la piel, y no se equivocaba. En la piel del cuerpo están grabados los códigos de la sociedad, y por eso lo que más se extraña en el encierro es el encuentro de cuerpos, la acción de los cuerpos cercanos, el lenguaje de los cuerpos que nos hablan y nos educan sin tomar conciencia de ello.

Así, pues, pareciera que también estamos enterrando en la angustia del encierro la cara tecnicista de la utopía liberal del individualismo autosuficiente que pretendía sustituir la realidad social por la realidad virtual. Es que los cuerpos, sus interacciones, son y seguirán siendo imprescindibles para la creación de sociedad y de humanidad. Ahora sabemos que los empleos virtuales, el “teletrabajo”, importantes y en aumento, no son el modo predominante de la generación de riqueza de las naciones; que la fuerza de trabajo es siempre es una composición de esfuerzo físico y mental; que las sociedades nacionales se paralizan si no hay actividad humana corporal interactuando con otras corporeidades. Es como si la piel y el cuerpo fueran fuerzas productivas de la sociedad en general y de las formas de comunidad en particular, comenzando por la familiar, nacional y mundial.

Un like en el Facebook es una convergencia cerrada de inclinaciones que no produce algo nuevo más que el incremento contable de adherencias anónimas. Una asamblea, en cambio, es una permanente construcción social-corporal de conocimientos prácticos y experiencias comunes.

El desasosiego y sensación de mutilación con las que la gente reacciona ante el necesario y temporal encierro revela que el cuerpo no es meramente un estorboso receptáculo de un cerebro capaz de dar el salto a la virtualidad absoluta. No; el cuerpo no es un cajón de neuronas organizadas. El cuerpo es la prolongación del cerebro en la misma medida que el cerebro es la prolongación del cuerpo y, por tanto, los mecanismos de conocimiento, de invención, de afectos y de acción social son actividades integrales de todo el cuerpo en su vinculación con otros cuerpos, con la humanidad entera y la naturaleza entera.

El cuerpo es, pues, un lugar privilegiado de conocimiento social y de producción de la sociedad.

Que los límites de la virtualidad global forzada saque a luz el valor de las experiencias del cuerpo es, también, otra de las paradojas del tiempo ambiguo. Y si bien es probable que de aquí a unos años esta experiencia angustiante sea olvidada, muchos saldrán a las calles con el cuello doblado hacia el celular, pero podrán hacerlo porque la gente está ahí, a la mano, interactuando con uno mismo, a través de las miradas y los gestos del cuerpo, aunque nuestra conciencia este en el diálogo del WhatsApp. Pero también es probable que la desesperación por el encuentro con los otros vuelva a manifestarse recurrentemente si es que no sabemos sacar ahora las lecciones de este tipo de globalización mezquina que no se preocupa ni por la gente común ni por la naturaleza en común. Y, quizá, el pavor se convierta en un estado permanente de la convivencia social. Los seres humanos somos seres globales por naturaleza y nos merecemos un tipo de globalización que vaya más allá de los mercados y los flujos financieros. Necesitamos una globalización de los conocimientos, del cuidado médico, del tránsito de las personas, de los salarios de los trabajadores, del cuidado de la naturaleza, de la igualdad entre mujeres y hombres, de los derechos de los pueblos indígenas, es decir, una globalización de la igualdad social en todos los terrenos de la vida, que es lo único que enriquece humanamente a todos. Mientras no acontezca eso, como tránsito a una globalización de los derechos sociales, es imprescindible un Estado social plebeyo que no sólo proteja a la población más débil, que amplíe la sanidad pública, los derechos laborales, y reconstruya metabolismos mutuamente vivificantes con la naturaleza; pero que además democratice crecientemente la riqueza material y el poder sobre ella; por tanto, también de la política, el modo de tomar decisiones que deberá ir cada vez mas de abajo hacia arriba y cada vez menos de arriba hacia abajo, en un tipo de Estado integral que permita ir irradiando la democrática asociatividad molecular de la sociedad sobre el propio Estado.

El mundo está atrapado en un vórtice de múltiples crisis ambientales, económicas, médicas y políticas que están licuando todas las previsiones sobre el porvenir; y lo peor es que ello viene con un inminente riesgo de que se impongan “soluciones” en las que las clases subalternas sean sometidas a mayores penurias que las que ya se tolera hoy. Pero la condición de subalternidad social o nacional tiene, en ese torbellino planetario, también un momento de suspensión excepcional de las adhesiones activas hacia las decisiones y caminos propuestos por las élites dominantes. El desasosiego planetario por la fragilidad de horizontes a los cuales aferrarse es también de las creencias dominantes, con lo que el sentido común se vuelve poroso, apetente de nuevas certidumbres. Y si ahí el pensamiento crítico ayuda a formular las preguntas del quiebre moral entre dominantes y dominados, ayuda a visibilizar las herramientas de autoconocimiento social, entonces es probable que, en medio de la contingencia del porvenir, se refuerce aquel curso sostenido en las actividades de la comunidad, la solidaridad y la igualdad, que es el único lugar donde los subalternos pueden emanciparse de su condición subalterna.

Sólo así el horizonte que emerja, sea el que sea o tenga el nombre que quiera dársele, será propio; el que la sociedad es capaz de darse a sí misma y por el que vale la pena arriesgar todo lo que hasta hoy somos. [*]


[*] Fragmento de la Conferencia Inaugural del ciclo académico de las carreras de Sociología y Antropología del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martin, Argentina. 30 de marzo de 2020.

Fuente. https://rebelion.org/panico-global-y-horizonte-aleatorio/

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Etiopía: Los padres temen por los estudiantes amhara desaparecidos tras el cierre de universidades por la Covid-19

Redacción: Amnesty

Mientras las universidades de Etiopía cierran para evitar la propagación del virus de la COVID-19, Amnistía Internacional pide a las autoridades etíopes que revelen las medidas que han tomado para rescatar a 17 estudiantes amhara de la Universidad Dembi Dolo, en Oromia occidental, secuestrados por individuos no identificados en noviembre de 2019 y que desde entonces se encuentran en paradero desconocido.

La angustia de las familias de los estudiantes se ve acentuada por el cierre del teléfono e Internet puesto en marcha en enero en la región de Oromia occidental, que dificulta aún más sus esfuerzos por obtener información sobre sus seres queridos desaparecidos.

El sentimiento de temor e incertidumbre que se propaga por Etiopía a causa de la COVID-19 agrava la angustia de las familias de estos estudiantes, que están desesperadas por obtener información sobre el paradero de sus seres queridos.
Seif Magango, director adjunto de Amnistía Internacional para África Oriental

“El sentimiento de temor e incertidumbre que se propaga por Etiopía a causa de la COVID-19 agrava la angustia de las familias de estos estudiantes, que están desesperadas por obtener información sobre el paradero de sus seres queridos cuatro meses después de su secuestro”, ha manifestado Seif Magango, director adjunto de Amnistía Internacional para África Oriental.

“La decisión de las autoridades etíopes de cerrar las universidades para proteger la vida de los estudiantes es encomiable, pero también deben emprender acciones igual de concretas para encontrar y rescatar a los 17 estudiantes desaparecidos, para que también ellos puedan reunirse con sus familias.”

Amnistía Internacional ha hablado con varias familias de los estudiantes desaparecidos, que han expresado su creciente desesperación e impotencia ante la falta de noticias de sus hijos. Esta situación se está produciendo pese al anuncio hecho el 31 de enero de 2020 por el primer ministro de Etiopía, Demeke Mekonnen, de que se había formado un grupo especial para encontrar y facilitar el retorno seguro de los estudiantes a sus familias.

La decisión de las autoridades etíopes de cerrar las universidades para proteger la vida de los estudiantes es encomiable, pero también deben emprender acciones igual de concretas para encontrar y rescatar a los 17 estudiantes desaparecidos, para que también ellos puedan reunirse con sus familias.
Seif Magango, director adjunto de Amnistía Internacional para África Oriental

Girmanesh Yeneneh, estudiante de tercer curso de biotecnología, fue una de las que estudiantes secuestradas cuando se dirigía a su casa en noviembre. Su padre, Yeneneh Adunya, dijo a Amnistía Internacional:

“Enviamos a nuestros hijos e hijas a la universidad para que puedan tener un futuro mejor. Ahora no sabemos dónde están o si están vivos. Estamos de luto desde el día que nos dijo que había sido secuestrada; nos dijo que rezáramos y yo, que soy sacerdote, he ido por todas partes rezando. Pero su madre está devastada, y se está volviendo loca, sin que tengamos ni una noticia del gobierno”.

Aunque los presuntos secuestradores inicialmente permitieron a los estudiantes llamar a sus familias y hablar con ellas, ya han pasado más de tres meses desde que las familias tuvieron noticias suyas. La última vez que uno de los estudiantes habló con sus familias fue el 18 de diciembre de 2019.

Todos los servicios de comunicación en Oromia occidental deben restaurarse de inmediato para permitir no sólo que las familias de los estudiantes desaparecidos accedan fácilmente a la información, sino también para que la población acceda a información vital de salud pública sobre la pandemia de COVID-19.
Seif Magango, director adjunto de Amnistía Internacional para África Oriental

“El cierre de las redes y servicios de comunicación en Oromia occidental es una violación inaceptable del derecho de la gente a la información y a la libertad de expresión”, ha manifestado Seif Magango.

“Todos los servicios de comunicación deben restaurarse de inmediato para permitir no sólo que las familias de los estudiantes desaparecidos accedan fácilmente a la información, sino también para que la población acceda a información vital de salud pública sobre la pandemia de COVID-19.”

Los 17 estudiantes fueron secuestrados en diversas fechas en noviembre de 2019 cuando huyeron de los enfrentamientos étnicos fatales entre estudiantes universitarios oromo y amhara.

Uno de los estudiantes, Gebre-Silassie Mola Gebeyehu, dijo a su tío que él y varios estudiantes más habían sido secuestrados el 28 de noviembre por un grupo de jóvenes oromo mientras se dirigían a Gambella, y que a todos los habían llevado a las profundidades de un bosque de la zona.

Fuente: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2020/03/ethiopia-parents-fear-for-missing-amhara-students-as-universities-close-over-covid19/

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Polonia: Tapabocas con los colores del arcoíris para evitar el contagio de coronavirus y luchar contra la LGBTfobia

Redacción: TN

En Polonia, una pareja de YouTuber repartió barbijos gratis para expandir la solidaridad, la tolerancia y la diversidad.

Jakub y Dawid Myceck-Kwiecinksi, una pareja de YouTuber, lanzó una cruzada para evitar el contagio de coronavirus y luchar contra la LGBTfobia y el odio en las calles de Polonia.

Los jóvenes activistas explicaron en sus redes sociales que vieron la oportunidad de, en medio de la pandemia y la escasez de barbijos, repartir tapabocas hechos con los colores del arcoíris. «El objetivo era crear conciencia sobre dos temas en forma de un pequeño gesto extremadamente significativo», explicaron.

En un país donde organismos internacionales como Amnistía Internacional denuncian que un sector de la población equipara la homosexualidad a la pedofilia, ellos intentaron a través de la solidaridad, generar conciencia e intentar hacer entrar en razón a las personas que por ignorancia u odio rechazan al colectivo LGBTIQ+.

Consiguieron una máquina de coser e hicieron alrededor de 300 barbijos que repartieron por las calles de tres ciudades en el norte de Polonia. «Fue genial ver que el arcoíris no alejó a las personas, sino que les ayudó a mantenerse a salvo. Muchos polacos nos llaman ‘una plaga’, por lo que pensamos, que si ayudábamos a las personas a superar la verdadera plaga, podríamos hacerlos entrar en razón. Sé que es ingenuo, pero si podemos hacer algo bueno, ¿Por qué no?»

Aunque se casaron en España, su matrimonio no está legalmente reconocido en Polonia, donde los derechos del colectivo LGBT son casi nulos.

Protestas virtuales por el acceso al aborto y la educación sexual

Al mismo tiempo que esta pareja repartía los barbijos por las calles de Polonia, en las redes sociales miles de personas protestaban para que el Parlamento polaco no aprobara los proyectos de ley que intentan prohibir el acceso al aborto y penalizar la educación sexual.

La directora de Amnistía Internacional, Draginja Nadazdin informó que el Parlamento de ese país tenía programado debatir sobre los dos proyectos de ley en medio de la cuarentena por coronavirus. «Intentar aprobar estas leyes absolutamente retrógradas sería vergonzoso en cualquier momento, pero apresurarse a hacerlo ahora, aprovechando la crisis de COVID-19, es intolerable», sostuvo.

En un país donde hay regiones que se han declarado «zonas libres de LGBT», desde el organismo internacional explicaron que ambos proyectos de ley son “iniciativas ciudadanas” que el Parlamento formado en octubre de 2019 está obligado a examinar en el plazo de seis meses. “Las nuevas leyes fomentarían el miedo y la ignorancia. No sólo pondrían en peligro la salud y la vida de las mujeres y las niñas, sino que también obstaculizarían el acceso de las personas jóvenes a la información que necesitan para mantener relaciones sexuales sanas».

«En un país donde los derechos sexuales y reproductivos están ya limitados excesivamente, la educación sexual es esencial para ayudar a las personas jóvenes a tomar decisiones sobre asuntos como el consentimiento, los anticonceptivos y la prevención de las infecciones de transmisión sexual. Es fundamental, por tanto, que el Parlamento polaco rechace estos retrógrados proyectos de ley«, sostuvo el organismo internacional en un comunicado.

La acción de los activistas logró que, al menos por ahora, el Parlamento enviara a las subcomisiones los proyectos para que se debatan. “Es una vergüenza que el Parlamento no rechazase rotundamente estas dos regresivas propuestas, pero la votación demostró el poder de la protesta que pese a que sonó amortiguada por las mascarillas, su mensaje se escuchó alto y claro».

Fuente: https://tn.com.ar/internacional/tapabocas-con-los-colores-del-arcoiris-para-evitar-el-contagio-de-coronavirus-y-luchar-contra-la_1064314

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Entrevista a Alfredo Caro Maldonado sobre el COVID-19 (IV) «Miles de mayores han muerto prematuramente en las residencias abandonadas por el sistema»

Por: Salvador López Arnal

Biólogo, máster y curso de doctorado en inmunología, doctorado en muerte celular, postdoctoral en Inmunología y metabolismo, y segundo postdoctoral en cáncer. Desde hace algo más de tres años lleva la plataforma de divulgación científica Ciencia mundana.

Buenos días. Como todo fluye, más rápidamente tal vez de lo que sostuvieron Heráclito y J. L. Borges, déjame señalar la fecha de la entrevista: 20-21 de abril.

Te robo de nuevo tiempo y dedicación a las muchas tareas que tienes entre manos. Gracias por ello.

Déjame empezar por unas preguntas que vuelven a inquietar a muchos ciudadanos. La primera: más allá de los problemas de recuentos (algunos de ellos nada inocentes), y sin olvidarme de situaciones como las de Italia, Bélgica, algunos estados de USA, Nueva York por ejemplo, ¿cómo se explica la alta tasa de mortalidad española por la COVID-19? Un argumento que suele esgrimirse, no con mala intención, es el de Grecia. Su sistema público de salud estaba por los suelos (peor que los nuestros) tras las múltiples agresiones sufridas e impuestas por la troika. Sin embargo, a pesar de ello, su índice de mortalidad y afectación es mucho menor que el nuestro por ejemplo. ¿A qué puede ser debido?

Hay aspectos de la tasa de mortalidad que aún no quedan claros. Está claro que conocer el número de contagiados sería un primer paso. Pero tenemos que hablar de dónde se han producido la mayoría de los muertos. El epicentro de la mortalidad han sido las residencias de ancianos. Más de 11.000 personas han muerto por Covid-19 en nuestras residencias. Esa cantidad, dividida por 18 mil, nos da el 60% de los fallecidos. Más allá de que desconocemos el alcance real de la epidemia, y por tanto la verdadera tasa de mortalidad, la realidad es que miles de personas mayores han muerto prematuramente abandonadas por el sistema en las residencias. Las razones son claras: privatización de un servicio esencial, precarización del personal, falta de previsión, desmantelamiento de la atención primaria y hospitalocentrismo.

A menudo los hospitales no han admitido que se traslade a los enfermos de las residencias, y no se les han dado medios para detectar, aislar y cuidar a esas personas.

En el caso del País Vasco, por ejemplo, los sindicatos y las asociaciones de familiares han tenido que denunciar a los responsables de las diputaciones forales (del PNV) porque no se estaban haciendo públicos los muertos por COVID-19 al ministerio de Sanidad, y han aparecido de repente 500 muertos. Las reivindicaciones, ¡a principios de abril!, eran más medios de protección, tests para todo el personal, formación en prevención, medicalización de las residencias (con su formación aparejada), planes de desinfección, etc.

Las escenas de la UME desinfectando residencias y asesorando en higiene al personal, o sea, la militarización de los cuidados, tendría que ponernos los pelos como escarpias.

En términos generales, los expertos en “salubrismo” y Salud pública lo tienen claro, el desmantelamiento de la atención pública, la privatización y externalización de la sanidad, son los principales causantes de la gran mortalidad.

Cuando hablas de hospitalocentrismo, ¿a qué te estás refiriendo? ¿Podrías definir este concepto crítico?

Es un concepto que cojo de salubristas como Javier Padilla, que se refiere a que el centro de gravedad de la atención sanitaria se desplaza a los centros hospitalarios y se adelgaza la atención primaria. En el caso de la pandemia está claro que los hospitales fueron fuente de contagio, y que mucha de su saturación se podría aliviar en los centros de atención primaria. Pero no soy ni de lejos experto en esto.

Cito una afirmación tuya que es especialmente grave en mi opinión: “A menudo, los hospitales no han admitido que se traslade a los enfermos de las residencias, y no se les han dado medios para detectar, aislar y cuidar a esas personas.” ¿Dónde ha pasado? ¿Puedes darnos algún ejemplo? ¿Alguna referencia?

En concreto son denuncias anónimas de trabajadoras del País Vasco, pero es obvio, de esas 11.000 personas muertas en residencias, muchas no se han llevado a los hospitales a morir. Durante varias semanas se estuvo hablando del criterio de exclusión en UCI, las personas más vulnerables tenían más probabilidades de quedarse sin cama y respirador. La misma lógica se da con los ancianos y ancianas.

La OMS alertó a España recientemente, el pasado 15 de abril, de que no debíamos confiarnos, que aún no se ha pasado por lo peor del virus. ¿Aún no? ¿Cuándo puede llegar ese momento? ¿Qué sería entonces lo peor?

No sé en qué se basan para afirmar algo así. Sobre todo porque después de dos meses seguimos sin datos de la incidencia de la epidemia en nuestro país. La dependencia enorme de nuestro sistema sanitario de la empresa privada ha hecho que aún no se estén haciendo pruebas serológicas sistemáticamente y con un plan epidemiológico. Llevan semanas diciendo que “están en ello”.

Por otro lado, los virus nuevos son más letales y con el tiempo van seleccionándose los menos letales. Básicamente por probabilidades de transmisión. Las variantes SARS-Cov-2 más letales se transmitirán menos.

Esta misma semana dos artículos confirman lo que ya se sospechaba, que la mayoría de los contagiados pasan desapercibidos. En Science se ha publicado uno estimando que el 86% de los casos en Wuhan pasaron desapercibidos y otro, que aún no se ha revisado, en el que se estima que los casos en una región de California son entre 50 y 85 más altos de los diagnosticados.

Esto es un arma de doble filo. Por un lado, la capacidad de propagación es mayor, en el caso de curvas ascendentes como la estadounidense, pero por otro hay más gente con una potencial inmunidad al virus como sería en Europa.

Como ves, cualquier atrevimiento a predecir el futuro es pura especulación. Pero supongo que la OMS lo dice para que los gobiernos y la sociedad no se confíen.

Tal vez sea esa la razón. El doctor Zhang Wenhong, que encabeza la lucha contra el coronavirus en la ciudad de Shanghái, ha señalado hace unos días que, en su opinión, dentro de medio año el mundo se verá obligado a resistir un nuevo brote del covid-19. ¿Es probable? ¿Se puede afirmar una cosa así sólidamente?

Leo las entrevistas y es una opinión, por supuesto muchísimo más fundada que la mía. Básicamente porque no encuentro las justificaciones epidemiológicas o biológicas por las que se repetirá el brote del mismo modo. Me parece especulativo y alarmista, sobre todo porque ahora estamos algo más preparados.

Representantes de la OMS han recordado que siguen sin tener respuesta a la pregunta de si los pacientes recuperados del covid-19 pueden volver a contagiarse o desarrollar inmunidad al nuevo coronavirus. Otra cuestión que también les preocupa es si el SARS-CoV-2 desaparece por completo del organismo de los pacientes considerados «curados», los que han dado negativo en las pruebas finales. Se conjetura que el coronavirus puede ser capaz de quedarse ‘dormido’ (por así decir) y volver a activarse más tarde. ¿Qué puedes decirnos de estas cuestiones? Lo que está sucediendo en China parece confirmar la posibilidad de un nuevo contagio en pacientes recuperados.

En España seguimos en una ventana de entre 2 y 20 millones de personas contagiadas. Si son “solo” dos, entonces sí, aún no hemos pasado lo peor ni de lejos, si son 20, entonces tenemos muchísima más inmunidad de grupo, o no, porque la misma OMS pone en duda que:

1- Exista un suficiente porcentaje de la sociedad inmunizado para la llamada inmunidad de rebaño,

2- Tener anticuerpos contra el virus (haberlo pasado) genere inmunidad,

3- Se pueda hacer, en consecuencia, un pasaporte inmunológico que permitiera salir con normalidad a las personas seropositivas. (Sin mencionar los graves problemas éticos y legales que eso plantea)

Lo que yo estoy viendo es que el virus induce una fuerte respuesta serológica. También lo he hablado con algún compañero que está trabajando en esto y confían en que esa respuesta sea a largo plazo, o sea, que produzca memoria inmunológica. Pero temen que la espícula pueda mutar y entonces esa memoria no sea eficiente, ni una vacuna por cierto. Sin embargo, las respuestas inmunológicas naturales (a diferencia de las vacunas) son policlonales. O sea, de alguna manera el sistema inmune genera una fotografía tridimensional del virus y ataca por varios flancos, unos más eficientes que otros. Y esto es único en cada persona, como un copo de nieve, no hay dos respuestas iguales.

Así que, en mi opinión y la de otros expertos, si hay olas estacionales no serán tan virulentas como esta.

Con respecto a si se puede quedar “durmiente”, tampoco veo una explicación biológica. Los coronavirus son virus ARN que son capaces de replicarse sin pasar a ADN a diferencia de los retrovirus que sí “retrotranscriben” su material genético ARN a ADN lo que le permite integrarse en el genoma de la célula huésped. En el caso del VIH eso le permite pasar años “escondido”. En el SARS-Cov2, el tipo de célula que infecta y su dinámica molecular hace difícil que pueda quedarse escondido. Pero está por probar, claro.

¿Y por qué es tan virulento este coronavirus? La OMS, por boca de su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha afirmado que el covid-19 era 10 veces más mortífero que la pandemia de gripe de 2009.

¿A qué nos referimos con virulencia? Si es al número total de muertes, pues sí. Pero eso no depende de la biología del virus únicamente, sino de otros factores. Por ejemplo:

1. Un capitalismo que apuesta por una forma de consumo cuyo tiempo de rotación sea cercano a cero (turismo),

2. La masificación de las nuevas aldeas ciudad (desakotas como lo llama Rob Wallace)

3. Poner al capital por delante de la vida como se ha demostrado en Bérgamo. ¡no se pierdan este reportaje!

4. Y lo que ya hemos hablado, sistemas sanitarios privatizados y/o enclenques, hospitalocéntricos,

Y luego, sí, la biología. Nuestro sistema inmune no tiene ninguna experiencia con un virus así, y los más envejecidos reaccionan de manera desproporcionada, desequilibrada, generando neumonía.

Otra información de estos últimos días (del portal especializado Stat): el antiviral remdesivir, desarrollado por Gilead Sciences Inc., parece que podría curar los síntomas de los afectados por covid-19 en menos de una semana. Las pruebas se han llevado a cabo con pacientes en un hospital de Chicago (Illinois, EE.UU.). La Universidad de Medicina involucró, ignoro con qué protocolos, a 125 personas afectadas por covid-19, 113 de ellos en estado grave, en dos ensayos clínicos. Desde que se inició el tratamiento, se observó una disminución rápida de la fiebre y de los síntomas respiratorios en casi todos los pacientes tratados. Fueron dados de alta, como te decía, en un plazo no superior a siete días. ¿Hay aquí alguna línea de esperanza o estamos en el ámbito de las especulaciones-negocios?

Otro tema interesante con muchas aristas.

Si volvemos a los nucleótidos de los que hablábamos al principio (A, U, G, C), el remdesivir es un análogo de la A (Adenina), y cuando el virus, en su replicación, incorpora la A del remdesivir (que tiene una modificación) a la cadena en vez de la A nativa, hace que esa replicación se aborte. Entonces, en una situación como en la del ensayo, en la que todas las personas tratadas están muy mal, con una carga y replicación vírica enorme, la avidez por la Adenina es muy grande, así que es lógico que el fármaco reduzca la carga viral, la fiebre, y al final reduzca los síntomas.

Sin embargo, no se pueden lanzar las campanas al vuelo.

Primero, el ensayo no tiene grupo control. O sea, a todos los pacientes se les dio el fármaco. Y eso es un problema, porque no sabemos si en ese grupo de ciento y pico personas el proceso natural de la enfermedad hubiera sido el mismo que sin el tratamiento. Eso, sumado al inevitable efecto placebo. Esos pacientes sabían que estaban siendo sometidos a una terapia experimental, y eso levanta mucho el ánimo.

Por otro lado, cuando se analiza la publicación del ensayo clínico, nada menos que en la revista The New England Journal of Medicine, muy prestigiosa, se ve que bastantes autores recibieron dinero de Gilead, y escribieron el protocolo del ensayo después de llevarlo a cabo.

Pero bueno, si nos basamos en la evidencia general, hay evidencias que hacen pensar que efectivamente este tratamiento funciona.

Lo más importante es tener claro con este y otros antivirales que en el caso de que se pruebe su eficacia es un fármaco paliativo, que no está mal, pero en ningún caso va a evitar la expansión del virus. Y esto es muy importante en las circunstancias actuales. Me explico.

Te lo agradecería

Gilead (tremendo nombre) es la farmacéutica que compró la empresa que había descubierto el famoso Sofosbuvir contra la hepatitis C, y se hizo de oro. No olvidemos que este tipo de multinacionales farmacéuticas están recibiendo millones de euros de dinero público para sus investigaciones. Y han puesto en marcha toda la maquinaria técnica y propagandística. Quieren forrarse. Y aquí está el principal problema: los accionistas, los que mandan, no quieren el mejor tratamiento posible para la humanidad sino los mejores resultados en bolsa. Aunque muchas veces esos intereses coinciden, ojo.

Y esta es la evolución de sus acciones en los últimos seis meses en plena caída de la bolsa:

Entonces tenemos un medicamento muy caro, paliativo, que en el mejor de los casos va a evitar que un puñado de “ricos” eviten morir de Covid-19.

Según la OMS, también es una información de estos últimos días, tres vacunas del covid-19 están en ensayos clínicos y otras 70 en desarrollo. Eso sí, una portavoz de la organización, la doctora Margaret Harris, ha advertido de que una vacuna contra el coronavirus tardará al menos 12 meses en llegar. A grandes rasgos, ¿es esta la situación en el asunto de las vacunas? ¿No son muchos intentos dispersos? ¿Por qué no juntar fuerzas? ¿Alguna aportación de algún equipo de investigación español?

Está claro que hay una competencia feroz entre potencias y entre capitales. No por nada la tecnociencia es uno de los elementos principales del imperialismo contemporáneo. Y esta competencia no es solo Huawei o la guerra espacial, sino también la biotecnomedicina. La potencia que primero alcance la vacuna hará como Alemania con las mascarillas, la priorizará para su población, sus trabajadores, para tener ventaja competitiva con el resto.

En un mundo ideal la cooperación entre grupos y potencias se debería dar para alcanzar determinados objetivos tecnológicos como una vacuna. Sobre todo, en las cuestiones más oscuras y patentadas como los adyuvantes, los datos preclínicos y en animales, etc. Los pobres laboratorios públicos están probando cosas que ya han sido descartadas por otros grupos públicos y privados pero que no son publicadas. La cooperación en ciencia en general es baja o inexistente en algunos ámbitos, y el sistema corrupto de incentivos hace que se fomente la competencia y se vuelva a tropezar una y otra vez con las mismas piedras sin que el resto del mundo se entere.

Y no hablemos del racismo institucionalizado en la ciencia, que bien muestra Angela Saini en Superior: The Return of Race Science. Hay médicos franceses que abiertamente hablan de que se tendrían que ensayar las vacunas en los negros.

En España hay varios grupos que se dedican a investigar vacunas contra virus y están trabajando mucho en la vacuna contra el SARS-Cov2. Pero están en pañales, por más que el ministro Duque haga un ridículo espantoso al afirmar “Vimos desarrollos muy avanzados. Me pareció que allí teníamos un candidato a vacuna o, si no, lo tendremos la semana que viene”.Que lo de la semana que viene no deja de ser un lapsus, pero es significativo.

Insisto un poco más en el tema. Según parece, la multinacional Johnson & Johnson (JNJ), nada menos que la tercera compañía farmacéutica más grande del mundo, planea comenzar próximamente la producción “a riesgo” de su vacuna de prueba COVID-19 (Creo que planea producirla en los Países Bajos y en una instalación renovada que posee en USA). ¿Qué es una producción “a riesgo”? ¿A riesgo de quién?

Me da la risa. A riesgo supongo que se refieren a que van a empezar a producirla sin estar probada y aprobada. ¿Alguien se cree que no han hecho números? Repito: tienen beneficios estratosféricos, están siendo subvencionados con nuestros impuestos, imponen precios desorbitados a nuestros sistemas sanitarios y después se atreven a hacerse los héroes diciendo que van a producir la vacuna “a riesgo”. Como poco, el impacto en su imagen de algo así es muy grande. Puro marketing.

Se ha suspendido estos días en Brasil, tras la muerte de 11 pacientes, un ensayo para combatir el coronavirus con cloroquina. Las personas que tomaron dosis altas presentaron arritmias cardíacas. ¿Qué pasa con la cloroquina? ¿No se habló de este fármaco como un buen método para enfrentarse al COVID-19?

La cloroquina (CQ) es probablemente uno de los fármacos más antiguos, junto con el ácido acetilsalicílico (aspirina). La quina también sirvió como argumento original para desarrollar el cuento de la homeopatía. Lo que hace este compuesto es impedir la acidificación de unas vesículas de las células necesaria para la “autodigestión” o autofagia. No recuerdo el mecanismo, pero impide la proliferación de los parásitos intracelulares como Plasmodium falciparum, el protozoo que causa la malaria. Los indígenas peruanos la utilizaban para ello.

En el caso del Covid todo empezó con un par de artículos que indicaban que la CQ reducía la proliferación del virus. Que para liberar su ARN en la célula necesita que unas vesículas se acidifiquen, algo que evitaría la CQ. Y como suele pasar, a unas concentraciones que matarían a cualquiera, no solo al virus. La propaganda hizo el resto. Se empezaron rápidamente ensayos clínicos. En apenas un mes se ha pasado de 6 a 43 ensayos clínicos. Los primeros miraban carga viral y no resultado clínico; tenían muy pocos pacientes, con gran porcentaje de bajas. Un desastre.

Y efectivamente, la cloroquina es letal cuando por ejemplo se toma con el fármaco contra la diabetes Metformina, y tiene una toxicidad cardíaca enorme. Así que por eso es muy importante que antes de ponerse a probar fármacos, así a lo loco, se hagan los oportunos ensayos de toxicidad. No es lo mismo que la tome una persona joven contra la malaria que una anciana.

Pero donde más indigna este alboroto mediático (hype, como dicen en inglés) es en el asunto Didier Raoult, director de la unidad de investigación en enfermedades infecciosas en Marsella. Este investigador hizo un ensayo con 26 personas, sin los más mínimos controles, no solo no tenía grupo control sino que a 16 de ellos los trató en clínicas distintas. Después hizo algunos “ajustes” como quitar algunos pacientes, se utilizaron distintas técnicas según pacientes para evaluar la carga viral, y publicó finalmente los resultados en una revista que él controla. ¡De nuevo en 24 horas!

A continuación, se puso en marcha la maquinaria mediática y su abogado anunció la cura milagrosa en la cadena de televisión Fox, y de ahí a Trump, que anunció en un tweet que era uno de los hitos más importantes de la historia de la medicina. Las consecuencias no se hicieron esperar. La cloroquina se agota en las farmacias, la gente con diabetes muere por toxicidad. El uso de esos dos fármacos, CQ y el antibiótico Azithromicina, aumentan muchísimo el riesgo de infarto al causar arritmias letales. Los pacientes españoles de Muface autorecetándose CQ, desabastecimiento para otros tratamientos donde sí se ha probado eficacia (Artritis o Lupus).

La falta de ética de muchos investigadores es enorme. Raoult en febrero, antes de que empezara el “ensayo” dijo “Así, es posible el uso de la CQ tanto como profilaxis como en el tratamiento de la infección por coronavirus que será pronto evaluado por nuestros colegas chinos”. Esto último nunca sucedió. Los ensayos se suspendieron, excepto uno que muestra que no hay diferencias entre pacientes tratados y no tratados, ahí sí se hizo bien: grupo placebo y al azar.

Pero la bola de nieve no se detiene y de nuevo la cloroquina se convierte en la excusa de otra homeopatía, esta vez impulsada por el sistema científico.

¿Hay novedades sobre el origen de este coronavirus? Hace unos días, es un ejemplo entre otros, aparecía en la prensa esta información: un análisis genético del SARS-CoV-2 -y otros coronavirus relacionados- sugiere que la pandemia pudo haberse originado en el aparato digestivo de perros callejeros antes de pasar a los humanos. La conjetura proviene, según creo, de las investigaciones del profesor de biología de la Universidad de Ottawa Xuhua Xia. Su estudio fue publicado en la revista Molecular Biology and Evolution el 14 de abril. Según Xia, un grupo de perros callejeros comieron murciélagos infectados y de ahí surge todo.

Me alegra de verdad que me hayas hecho estudiar este hecho, porque yo también había visto el titular y me había quedado con esa información. Al final no es un hecho muy descabellado, ¿verdad? En la búsqueda del culpable chino, la secuencia lógica: murciélago – perro – humano que come perro se infecta y es responsable de la epidemia. Es lo suficientemente atractivo para el occidental como para ser viral y atraiga los tan deseados “clics”.

Pero me he puesto a leer sobre el estudio y es muy interesante. Y es que solo un puñado de personas (y no estoy entre ellas) en el mundo pueden realmente analizar críticamente lo que ahí se dice, más allá de creerse lo que el único investigador del estudio concluye. Pero bueno, esa tendría que ser la labor del periodismo, contrastar los datos. Por ejemplo, yo tengo los conocimientos de biología básicos para entender el contexto, no la experiencia para criticar las conclusiones de Xia, pero sí para entender lo que dicen otros expertos.

Intentaré traducir al lenguaje común las críticas de la comunidad científica

Adelante con ello, te estaremos agradecidos.

Lo primero que se plantea es que nada de lo que Xia escribe en su artículo justifica los titulares que generan alarma y están haciendo que muchísimos perros estén siendo sacrificados.

Toda la conjetura se basa en los CpG, que son dinucleótidos de Citosina y Guanina, seguidos y separados por un fosfato (p). O sea, las “letras” de la secuencia genética de un virus ARN son cuatro: Adenina, Citosina, Guanina y Uracilo. Imaginemos que de todas las combinaciones hay una que es una C y después una G. Pues bien, nuestras células son capaces de detectar secuencias de ARN con alta proporción de CpG, provocando la activación del sistema inmune antiviral. Por ello, muchos virus, por selección natural, tienden a reducir la proporción de CpG para así evitar al sistema inmune. Aunque tampoco se entiende muy bien los mecanismos por los que más o menos CpG generan más respuesta y si siempre es así. Pero esa es la hipótesis.

Xia coge las secuencias de SARS-Cov-2 (Beta-coronavirus), las compara con secuencias de coronavirus presentes en el intestino de perros, que son de otra familia, alfa-coronavirus, (ha mezclado literalmente churras con merinas) y dice, mirad, tienen una proporción parecida de CpG, eso es porque el SARS-Cov-2 se ha adaptado al intestino de perros, no cualesquiera, a los perros callejeros.

Hay algunas razones más, pero no me quiero extender con aspectos técnicos. Lo importante es que como viene siendo habitual ni las revistas científicas ni el periodismo han hecho su trabajo. Es un estudio de mera correlación (churras y merinas pueden ser blancas) que no explica absolutamente nada y que, además, ha obviado intencionalmente factores como la variabilidad en CpG en todas las familias de virus, lo que hace que las diferencias entre SARS sea realmente insignificante.

Mala ciencia, especulación y propaganda.

¿Quieres añadir algo más?

Estoy notando que se están agudizando dos tendencias. Por un lado, el autoritarismo, por llamarlo de algún modo. La militarización del estado de alarma con muchos abusos policiales y restricción de los derechos humanos. Por otro, la fe en el solucionismo tecnológico. Es cierto que se oyen voces que plantean que cuando esto termine tendremos que reivindicar más sanidad pública universal. Sin embargo, hay un fuerte esfuerzo mediático para hacer creer que la pandemia se va a solucionar con medicamentos y vacunas. Solo hay que ver a Jesús Calleja entrevistando a científicos y científicos convertidos en charlatanes. Ese catedrático, José María Fernández, y dueño de la empresa Pharmamar, está pidiendo junto con Calleja que se quiten los controles para aprobar en seres humanos nuevos fármacos. Pero es que ese “fármaco”, lo entrecomillo porque aún no ha servido como tal, ha sido rechazado dos veces por la Agencia europea del medicamento porque no compensa el riesgo. Ahí hay más propaganda liberal y negocio que ciencia.

Si las ayudas tecnológicas vienen, están basadas en la evidencia científica, son universales y gratuitas, bienvenidas. Pero si van a servir, como parece, para apuntalar la desigualdad internacional, mala “solución”. Hay que reforzar el sistema científico, y una parte sería con más financiación, pero alimentar un sistema corrupto como el actual solo va a profundizar en la desigualdad del reparto.

Gracias, muchas gracias. No abuso más. Estos días pasados, ¡el 14 de abril!, falleció Albert Escofet, un compañero de larguísimo recorrido de lucha y entrega social que no sé si llegaste a conocer. ¿Te importaría que dedicáramos a su memoria esta entrevista?

No me importa, en absoluto. Todo lo contrario.

Fuente: https://rebelion.org/miles-de-mayores-han-muerto-prematuramente-en-las-residencias-abandonadas-por-el-sistema/

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