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Costa Rica: Menstruación e incontienencia excluyen a las personas de educación y vida laboral

42% de las mujeres se han rehusado a ir al trabajo o escuela por problemas relacionados con la menstruación.

“Cada día, millones de mujeres, hombres y niños, se abstienen de ir al trabajo, a la escuela o de participar en eventos sociales por motivos de higiene y de salud. Las preocupaciones u obstáculos pueden deberse a la falta de baños limpios o de acceso a productos de higiene, pero también a tabúes y estigmas culturales. Para muchas personas, esto resulta en la exclusión de la sociedad y para la misma, esto lleva a una pérdida de valor económico o a un aumento de los costos. Esto significa que hay una perspectiva tanto humana como empresarial para invertir en la higiene y la salud, difundiendo el conocimiento sobre ella”, comentó Anabel Rodríguez, directora comercial de Essity Costa Rica.

Essentials Initiative recoge las percepciones, retos y conductas globales que 15.000 personas encuestadas alrededor del mundo manifiestan sobre la higiene y cómo podría mejorarse, y contribuye a la discusión sobre temas como el ausentismo escolar, debido al contagio de infecciones en los niños; la falta de comunicación por parte de hombres y mujeres alrededor de la menstruación, entre otros.

Algunos de los datos que se destacan en el estudio global son:

  • 42% de las mujeres se han rehusado a ir al trabajo o escuela por problemas relacionados con la menstruación.
  • 38% de las personas que sufren de incontinencia urinaria se niegan a usar transporte público.
  • 87% de las personas no usan baños públicos, y un 43% no lo hace, ya que no se cuenta con lo necesario en cuanto a limpieza.

Este año, como respuesta a la crisis sanitaria mundial, el estudio incluye los resultados de una encuesta adicional, realizada en julio de 2020, centrada en la higiene y la salud durante la pandemia, en la que se preguntó a más de 10.000 consumidores de 10 países sobre sus actitudes y comportamientos en las áreas de hábitos de lavado de manos, higiene en los espacios públicos y consumo; así como políticas públicas y expertos. De esta forma, se logra conocer que las personas lavan sus manos 10 veces más al día que previo a la pandemia o que un 60% de las personas se sienten más seguras de visitar lugares públicos si se presentaran mejores condiciones de higiene.

“Hoy en día, el panorama es otro, los mismos usuarios nos llaman la atención si ven que el personal de salud o los centros médicos no toman las medidas de seguridad con la rigurosidad necesaria y son más minuciosos en cumplir protocolos recomendados. Esto es definitivamente, muy bueno porque no es solo lo que me afecta a mí como individuo sino el impacto que estas medidas pueden tener en el resto de la población. Es por esto, que todas las enfermedades respiratorias y de diarrea que producían brotes todos los años, han disminuido significativamente”, comentó la Dra Rosalía Fernández,  Jefatura de Control de Infecciones Intrahospitalarias y Vigilancia Epidemiológica del Hospital Metropolitano.

Algunos de los factores que más preocupan con relación al virus, es el uso del transporte y los baños públicos, mientras que el distanciamiento social y uso de mascarillas son vistos como más efectivos como métodos de prevención. Por otra parte, un 72% de los encuestados confía en las recomendaciones de los expertos.

Essity presentó la séptima edición del Informe sobre Higiene y Salud a la Fundación de Naciones Unidas para el Diálogo Global 2020, realizado en conjunto con el Consejo de Colaboración para el Abastecimiento de Agua y Saneamiento de Naciones Unidas (WSSCC).

El diálogo reúne a representantes del sistema de Naciones Unidas, del sector público y privado y de la sociedad civil para debatir las medidas para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Este año, especialmente a la luz de la pandemia de la covid-19 es crítico entender: ¿Qué acciones sobre la higiene y la salud mundial deben ser aceleradas?, de manera que el Informe sobre Higiene y Salud es un aporte clave para comprenderlas.

Fuente: https://www.nacion.com/revista-perfil/bienestar/menstruacion-e-incontienencia-excluyen-a-las/7KV4V3UJZBHOXJTPMB65LJOEKY/story/

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Entrevista a Joan Benach: «Para que las vacunas sean un bien común hace falta una respuesta geopolítica que libere las patentes»


Por: Elena Parreño


Hace un año, una crisis global de salud pública sacudió los cimientos de nuestras vidas. ¿Qué ha dejado al descubierto la pandemia del coronavirus? ¿Cuán determinante es la realidad económica y social para nuestra salud? La covid-19 ha mostrado la gran vulnerabilidad humana y también las deficiencias de un sistema donde quien nace pobre sufrirá las consecuencias también en su salud. Entrevistamos al investigador Joan Benach, que ha publicado el libro La salud es política (Icaria, 2020). Benach es director del Grupo de Investigación en Desigualdades en Salud-Employment Conditions Network (GREDS-EMCONET), subdirector del Johns Hopkins University-UPF Public Policy Center y catedrático del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Pompeu Fabra.

Hace un año de la llegada de la pandemia e inicialmente parecía un “virus democrático”.  A menudo hemos oído que afectaba a todo el mundo por igual. ¿Ha sido así?

En sí mismo, el virus puede ser “democrático”, pero las condiciones sociales de las personas y grupos sociales que lo transmiten y generan sus efectos no lo son. La palabra pandemia hace referencia a la extensión masiva de una epidemia y esto puede hacer pensar que afecta a todo el mundo. Y es cierto, pero no en la misma medida. Por tanto, hay que mirar el problema de manera diferente a como habitualmente nos lo presentan los medios de comunicación. Estamos ante una pandemia desigual, esparcida y amplificada por la desigualdad social que, como he señalado muchas veces, es la peor de las epidemias que estamos sufriendo. Por lo tanto, hay desigualdades pandémicas o, si lo queremos decir con Mike Davis, hay una “constelación de epidemias” que viene determinada sobre todo por factores socioeconómicos y sanitarios inequitativos.

Entonces ya apuntaba a las desigualdades en salud como un factor clave de los desiguales efectos de la covid-19. ¿Qué hace que las personas más pobres sufran más los efectos de la pandemia?

Casi todas las enfermedades interactúan dentro de un contexto social caracterizado por la pobreza, las privaciones materiales y desigualdades sociales crecientes. Por ejemplo, el mayor riesgo de contagio que sufren grupos de población precarizados, desahuciados, migrantes, etc. Además, estos grupos sociales tienen más dificultades para protegerse, por ejemplo, al no poder cambiar a menudo las mascarillas, y tienen más factores de riesgo y enfermedades (hipertensión arterial, obesidad, diabetes, enfermedades del corazón, etc.) que los hacen más susceptibles a que el coronavirus produzca un impacto más grave. Los estudios científicos muestran con claridad cómo los factores sociales actúan sinérgicamente aumentando la probabilidad de ser contagiado, de enfermar y morir. Es por eso que decimos que la covid-19 más que una pandemia es una sindemia. Quizá la pandemia actual se podrá resolver con medidas biomédicas, pero el coronavirus probablemente seguirá con nosotros y aparecerán nuevas infecciones y pandemias. Más tarde o más temprano frenaremos esta pandemia, pero si no somos capaces de detener las causas políticas profundas que la han originado y las desigualdades sociales, las sindemias seguirán actuando con nuevas enfermedades y problemas de salud que afectarán mucho más, como decíamos en un artículo con Juan M Pericàs, a una población “vulnerada”.

El epidemiólogo británico Dave Gordon hizo una lista de las recomendaciones que se suelen hacer en salud y que al final culpabilizan a la víctima, como no fumar o hacer ejercicio… ¿Qué capacidad de elección tenemos en nuestras condiciones de vida?

No se puede comprender –ni resolver– un problema social y colectivo como es la salud pública con una mirada que haga hincapié en los factores personales, por relevantes que estos sean. La ideología liberal nos dice que la libertad es “hacer lo que queremos”, pero no hacemos lo que queremos sino lo que podemos o nos dejan hacer. En 1999 Dave Gordon difundió un texto en forma de broma que me gusta mucho repetir. En su artículo “Consejos alternativos para tener una salud sana” criticó la visión tradicional de los gobiernos que dan consejos “asociales” de los “estilos de vida”. El decálogo de su texto decía cosas como: “No sea pobre, pero si es pobre, procure no serlo por mucho tiempo”, o bien “no trabaje en un trabajo estresante, mal pagado y precario”. Las enfermedades y la muerte prematura se dan en personas, pero determinados grupos sociales las padecen con más frecuencia. Al tener menos derechos, recursos, oportunidades o poder, nuestros grados de libertad se reducen. Cuanto más difícil es la vida familiar, laboral, etc., más probable es que se generen sacudidas y problemas de todo tipo. Por ejemplo, las adicciones no son, como muchos creen, una simple “elección” personal, sino a menudo una respuesta para aliviar algún trauma que sufrimos que nos está generando dolor emocional y sufrimiento. Vale decir que las conductas compulsivas son hoy una verdadera pandemia social, donde nos “enganchamos” a casi todo (el juego, las compras, el sexo, la comida, el trabajo, los juegos de internet, etc), mediante los móviles, las redes sociales, internet, y todo tipo de productos y servicios donde, bajo el neoliberalismo, las grandes empresas y la publicidad nos empujan a ser adictos para así conseguir hacer más ganancias.

A menudo atribuimos la buena o mala salud a elementos biológicos o genéticos, pero según explica en su libro hay muchas más causas… ¿Qué otros factores, más relevantes que nuestros genes, nos generan el tener buena o mala salud?

Más tarde o más temprano frenaremos esta pandemia, pero si no somos capaces de detener las desigualdades sociales, las sindemias seguirán actuando con nuevas enfermedades

Al mencionar las causas de la salud, los medios de comunicación difunden una visión que pone excesivamente el acento en los factores biomédicos y la genética. Tanto es así, que en los últimos años se ha puesto de moda decir: “Es parte de nuestro ADN”, o expresiones similares, al hablar de temas laborales, deportivos y de todo tipo. Los factores genéticos son relevantes para la salud, pero juegan un papel menor en la producción colectiva de la enfermedad. ¿Por qué? Pues porque hay pocas enfermedades exclusivamente genéticas y porque la biología interactúa constantemente con un ambiente, que puede o no compensar una determinada desventaja biológica o genética. Estar predispuestos no quiere decir que estemos predeterminados. ¿Por qué enfermamos? La salud de la población, la salud colectiva, depende fundamentalmente de los llamados determinantes ecosociales de la salud. Por citar algunos, la precarización laboral, la pobreza, los problemas de vivienda, las injusticias ambientales o la debilidad de la “salud pública”, aquella disciplina que tiene por objetivo prevenir la enfermedad, y proteger, promover y restaurar la salud de toda la población. A su vez, estos determinantes dependen de las políticas públicas, sociales, laborales, ambientales, etc., que se elijan y, a su vez, estas políticas dependen de la distribución del poder político en sentido amplio, es decir, de la política.

Cuenta en su libro que desde antes de nacer y hasta la muerte incorporamos en los cuerpos y mentes los determinantes políticos y sociales que más tarde expresamos en forma de salud o enfermedad… ¿Tan relevante es de dónde venimos y dónde crecemos?

Es fundamental, tanto a nivel personal y familiar, como del grupo social (clase, género, etnia, situación migratoria) al que pertenecemos y del lugar (barrio, región, país) donde vivimos. Los humanos somos “seres totales”, todo está integrado, pero el modelo biomédico hegemónico separa la mente del cuerpo, desconecta las emociones de la salud física, y separa al individuo de su entorno, de manera que las personas quedan “separadas” de sus contextos. Sin embargo, la enfermedad y la salud son el resultado de muchas causas interrelacionadas de tipo sistémico e histórico que no deberían separarse. Por ejemplo, si una mujer migrante llega a urgencias de un hospital con un infarto de miocardio, es porque su cuerpo y su mente expresa todos los problemas y factores de riesgo acumulados durante su vida que, finalmente, se reflejan en su psicología y en su biología. Su historia personal es también la historia de su clase social, de su género, de su situación migratoria, y del colectivo social, comunidad y país al que pertenece.

La evolución de las ciencias lleva a una creciente superespecialización que, a pesar de ser útil y necesaria, a la vez nos hace difícil comprender de forma completa la realidad “integrada” que va desde los genes hasta la política. Como si de un virus se tratara, lo político y lo social “entra” dentro de nuestros cuerpos y se “expresa” en forma de daño psicobiológico mediante enfermedades, sufrimiento y muerte prematura. Aunque hay excepciones, los estudios de epigenética muestran que no somos “máquinas biológicas” aisladas de la sociedad donde hay efectos genéticos inevitables, sino animales sociales fuertemente condicionados por el entorno. Pongamos un ejemplo ya clásico. Durante el hambre invernal holandesa de 1944 provocada por los nazis al desviar los alimentos hacia Alemania, las mujeres embarazadas apenas si tenían casi alimentos. Los estudios científicos han mostrado como aquellos que aún no habían nacido (especialmente los que estaban en el primer trimestre del embarazo) al cabo de los años desarrollaron más obesidad y problemas de corazón. ¿Por qué? Pues porque madres y fetos “aprendieron” a “ahorrar” calorías. El cuerpo de estas personas fue “programado”, y más tarde “recuerda”, por decirlo así, la historia sufrida en el seno materno.

¿Cuál es entonces la causa original de esta pandemia? En el libro habla de “las causas de las causas”.

La salud de la población depende fundamentalmente de los llamados determinantes ecosociales como la precarización, la pobreza, los problemas de vivienda o las injusticias ambientales

Siempre ha habido –y siempre habrá– pandemias, pero durante los últimos decenios hemos visto un aumento de brotes producidos por enfermedades infecciosas. Por varias razones. Una urbanización masiva, la alteración de ecosistemas, y la deforestación y pérdida de biodiversidad que interpone especies entre los patógenos y el ser humano. Además, hay un modelo industrial de agricultura y producción ganadera mercantil donde hay un gran número de animales hacinados, así como el crecimiento del turismo de masas, con viajes que en pocas horas esparcen virus por todo el mundo, y la mercantilización y precarización de los sistemas de salud pública. Y un factor muy preocupante es el deshielo de glaciares y el permafrost debido a la crisis climática que puede poner en circulación virus hasta ahora desconocidos. Detrás de todo ello está la lógica de acumulación, crecimiento, beneficios y desigualdad de un capitalismo que choca con los límites biofísicos planetarios. De ese modo, todo apunta a pensar que esta no será la última pandemia, sino que vendrán otras y seguramente serán más virulentas. Es pues fundamental que lo sepamos y que nos preparemos.

Hay datos en su libro que impresionan, por ejemplo: una niña nacida en Suecia puede vivir 43 años más que una niña nacida en Sierra Leona. Con ello parece casi inmoral hablar tanto de la covid. ¿Hemos perdido la perspectiva o es que nunca la hemos tenido?

Sabemos que la covid-19 es un problema de salud pública, económico y social muy serio, pero hay muchos efectos que apenas empezamos a conocer. Hay una parte no visible del iceberg que oculta un número de muertos muy superior al oficial, con muchas enfermedades no atendidas, y problemas de salud mental, sufrimiento, violencia y desigualdades. Además, la pandemia amplifica las desigualdades de una gran parte de la población mundial que ya sufría una “pandemia” de desigualdad. ¿Por qué? Pues, porque 2.500 millones de personas sobreviven con cinco dólares al día, cientos de millones de personas no tienen agua potable ni electricidad, la mitad de personas no pueden acceder a medicamentos esenciales, y 5.200 millones no tienen un sistema de seguridad social mínimamente adecuado. Ahora la pandemia también nos ha tocado a nosotros, y ha frenado la economía global, pero las olas de crisis post-pandémica seguirán matando más a los pobres, y especialmente a las pobres.

Entre las muchas formas de desigualdad existentes, la desigualdad de salud es la más inhumana de todas: no hay peor desigualdad que saber que enfermarás o morirás prematuramente por ser pobre. Es por ello, que a menudo decimos que la equidad en la salud, calidad de vida y bienestar es el mejor indicador de justicia social de una sociedad. Si bien es cierto que han hecho alguna fortuna frases como “es peor tu código postal que tu código genético”, el tema aún se conoce muy poco, y muy en especial en lo que se refiere a las causas que la provocan, que es un tema capital. Desde el punto de vista moral, lo peor es que se trata de desigualdades cada vez más evitables. Como comenta el filósofo Thomas Pogge, debemos valorar la capacidad de hacer frente a la pobreza en comparación con los medios que tenemos. Por ejemplo, eliminar la pobreza en 1990 habría costado el 10,5% del PIB mundial mientras que en 2013 solo habría costado el 3,3%.

Ahora que tenemos vacunas también sabemos que los países del primer mundo han acaparado prácticamente toda la producción en detrimento de los países económicamente empobrecidos. ¿Cree que puede haber solidaridad en la “nueva normalidad”?

La de salud es la desigualdad más inhumana de todas: no hay peor desigualdad que saber que enfermarás o morirás prematuramente por ser pobre

Los medios de comunicación han creado una visión distorsionada de las vacunas generando la sensación de que la pandemia ya está casi resuelta. A corto plazo, las vacunas disponibles son seguras y efectivas, pero a medio y largo plazo todavía hay muchas incertidumbres y sabemos poco sobre las nuevas variantes de los virus. Además, el ritmo de vacunación todavía es muy lento y desigual, y puede costar mucho tiempo hasta que toda la humanidad esté vacunada. Si dejamos de lado el siempre relevante tema de hacer una buena gestión, gran parte del problema se debe a las políticas neoliberales. Aunque las inversiones en investigación de vacunas han sido básicamente públicas, la producción y comercialización se halla en manos privadas. ¿Por qué? Por la puesta en marcha en 1995 del acuerdo sobre los derechos de propiedad intelectual asociados al comercio por la Organización Mundial del Comercio (OMC). La India, Sudáfrica y muchos otros países han tratado de suspender estos derechos durante la pandemia, pero la UE y los EE.UU. se han opuesto. La exitosa creación de vacunas esconde que la pandemia es un espejo de la geopolítica mundial y de cómo funciona el capitalismo neoliberal. Es necesario que las vacunas sean un bien común para la humanidad, pero para que eso ocurra será necesaria una respuesta geopolítica que libere las patentes, o una asociación de países del sur con soberanía para producir y distribuir masivamente vacunas.

Nos sentíamos invulnerables… ¿Podemos sacar algo positivo de este sentimiento de vulnerabilidad?

La pandemia deja lecciones importantes: tener más conciencia del trabajo de una clase trabajadora siempre despreciada; que la sanidad pública y los cuidados son cruciales; y que somos una especie frágil y esencialmente dependiente de los demás y de la naturaleza de la que formamos parte. Desafortunadamente, esto no es suficiente para hacer los cambios profundos que necesitamos. Vivimos en una sociedad pasiva a la que le cuesta aprender y hacer cambios. Las inercias económicas, políticas y culturales conllevan que hacer cambios profundos sea muy difícil. Vivimos en una sociedad que precariza, que genera alienación, adiciones y muerte, que nos roba el tiempo, que no deja reflexionar sobre el mundo en que vivimos. Durante la pandemia han muerto millones de personas de hambre, han muerto cientos de miles de niños por enfermedades diarreicas… fácilmente evitables. ¿Estamos dormidos? ¿Por qué no se habla más de ello? Paulo Freire decía que la ideología dominante enmascara la realidad y nos hace miopes. El neoliberalismo no solo destruye la vida, sino que “infecta” nuestras mentes y hace difícil comprender la realidad y sus causas.

El trastorno que ha supuesto la pandemia en todo el mundo, ¿puede ser bueno para despertarnos masivamente?

Si no crece la conciencia social sobre las causas y efectos profundos de la pandemia, sobre la posibilidad de que haya nuevas pandemias, o sobre la crisis ecosocial sistémica que padecemos, será muy difícil cambiar la realidad. Olvidamos y olvidamos rápido. El historiador Jacques Le Goff decía que una de las máximas preocupaciones de las clases dominantes es “apoderarse de la memoria y del olvido”. La pandemia ha producido una conmoción general que ha cambiado la sociedad, pero eso no quiere decir que el mundo vaya a cambiar a mejor. Habrá que intentarlo, habrá que cambiar radicalmente mediante una lucha organizada, inteligente y persistente, donde sepamos juntar muchas fuerzas locales y globales. Thatcher hablaba de la TINA (There is No Alternative), de que no había alternativa al capitalismo neoliberal. La paradoja es que ahora no hay alternativa: o cambiamos o vamos camino del ecocidio y el genocidio.

Hará falta una transformación ambiciosa para que la humanidad no acabe colapsando… ¿Cuáles serán las claves?

La pandemia es un baño de humildad que nos debería hacer comprender que somos naturaleza, y que al dañarla también nos dañamos. Hay que resolver la emergencia climática generada por los países, empresas y clases sociales más ricas, y hacer frente a la crisis ecológica que provoca que “gastemos” 1,7 planetas, y una próxima crisis de energía. Todo esto es infinitamente peor que la pandemia. El peor “virus” que tenemos es un capitalismo fosilista que necesita una acumulación constante, un crecimiento ilimitado y despojar de los bienes comunes, lo que quiere decir que la “vacuna” más efectiva debe ser un cambio político profundo. Por ello, además de hacer frente a la crisis pandémica y post-pandémica que frenen la precarización laboral y vital, y la desigualdad, y fortalecer los servicios de salud y sociales golpeados por las políticas neoliberales, hay que salir de la lógica económica y cultural de un capitalismo “tecno-feudal” –dice Varoufakis– que está en guerra con la vida. Las reformas son importantes e imprescindibles, pero muy pronto nos enfrentaremos con situaciones límite que obligarán a hacer cambios sistémicos muy profundos para evitar el colapso.

¿Vienen tiempos convulsos,  pues? 

El escritor Carl Amery planteó que la lucha por los recursos escasos en una tierra finita era el tema crucial del siglo, y que un grupo superior neofascista trataría de imponer una sociedad autoritaria, represiva y racista para defender su forma de vida ante grupos “inferiores”. La pandemia ha producido miedo, mucho miedo, un miedo que oculta el dolor y el malestar. Es probable que cuando el miedo se desvanezca surja con mucha fuerza un sufrimiento oculto ahora reprimido. Las consecuencias de este dolor, con un sufrimiento que se ha ido multiplicando y con la falta de expectativas laborales y vitales, puede manifestarse en forma de diversas violencias: hacia dentro, en forma de suicidio, o hacia fuera, en forma de agresividad y destrucción. En un tiempo lleno de inseguridades, miedos, pérdida de legitimidad, desconfianzas y desigualdades crecientes donde, como ya ha anunciado el FMI, aumentarán las revueltas sociales, los movimientos populistas y neofascistas tienen un campo abonado. La alternativa es luchar por una sociedad más democrática y fraterna que tenga cuidado de la vida en todos sus niveles, con una economía homeostática y un decrecimiento selectivo y justo adaptado a los límites biofísicos de la Tierra. Tenemos que aprender a vivir mejor con muchos menos recursos y bienes y eso significa crear una sociedad no capitalista, ecofeminista y anticolonial. No será fácil. Habrá que crear una sociedad consciente y organizada, que aprenda a hacer políticas sistémicas complejas, que haga frente a los que no querrán renunciar a sus privilegios… aunque el mundo se acabe. Menciono cuatro puntos clave. Que mucha gente tome conciencia de la dimensión de la crisis actual y de que es posible vivir bien de otra manera, con mucho menos consumo, de forma más saludable, humana y realmente sostenible, con más tiempo libre y energías para aprender, crear, meditar, desarrollar relaciones más fraternas y ser más conscientes de nuestra vida y de nuestra muerte. Esto significa una reeducación ciudadana política y cultural muy profunda. Hay que seguir experimentando vivir de una manera diferente, con cooperativas de producción y consumo, nuevas formas de vida y relaciones. Es necesario disponer de grupos de análisis (think tanks) potentes que hagan análisis y propuestas para arrinconar las fuerzas reaccionarias y neofascistas. Y hay que juntarse, ganar fuerzas, y movilizarse sostenidamente con movimientos a la vez locales y globales, descentralizados y coordinados, ágiles, resistentes y capaces de adaptarse a los cambios y presionar a los gobiernos.

 Versión ampliada de la entrevista publicada originalmente en catalán en la revista Crític.

Elena Parreño (Crític)

Fuente: https://ctxt.es/es/20210401/Politica/35603/Joan-Benach-entrevista-vacunas-patentes-covid-desigualdad-miedo-neofascismo.htm

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Puerto Rico: Hoy a las 5pm hay manifestación gremial para exigir reclamos salariales y de bioseguridad

Hoy a las 5pm hay manifestación para exigir los reclamos aquí mencionados y muchos más que no caben en la imagen. Parte esencial de lograr lo que merecemos es tomar todas las medidas de seguridad y salubridad, pero hay que salir a la calle a luchar.
Merecemos condiciones dignas de trabajo, aumento mínimo a $4mil a la escala salarial base mediante la aprobación del P del S 92 de la autoría de María de Lourdes Santiago, derogación de la ley 3 para que podamos cobrar carrera magisterial, pasos por mérito adeudados, aprobación del P de la C 120 de la autoría de Lourdes Ramo que NOS GARANTIZA cero recortes a las pensiones y a los maestros activos nos garantiza una pensión vitalicia del 75% de nuestro salario, retorno a clases #SoloCuandoSeaSeguro, eliminación del sistema de descuentos que atenta contra nuestras habichuelas
En fin que hay razones de sobra para salir a luchar…De nosotros dependerá. Esto es hoy miércoles a las 5pm en el Capitolio.
Fuente: Grupo de Contacto Internacional
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El Salvador reinicia las clases entre medidas sanitarias contra la covid-19

www.swissinfo.ch

El Salvador reabrió este martes la escuelas públicas para la modalidad semipresencial, en la que los padres deciden si envían o no a sus hijos a clases, entre medidas sanitarias para prevenir los contagios de la covid-19 y tras un año de cierre.

La ministra de Educación, Carla Hananía de Varela, supervisó la reactivación del sistema educativo en al menos dos centros escolares de la capital y apeló a la «responsabilidad» de los estudiantes para evitar brotes de la pandemia.

Señaló que son unos 5.000 los centros escolares que tienen la autorización de abrir sus puertas con el 50 % de su capacidad, sin precisar la cifra exacta de estudiantes que asistirán a clases ni de las escuelas públicas que abrieron este martes

«El 11 de marzo de 2020 se cerraron estas puertas y hasta este día volvemos a ver a nuestros alumnos» y «hemos trabajado todos los días para que este día ustedes pueden regresar de una manera segura», dijo Hananía de Varela en el Instituto Nacional General Manuel José Arce, en San Salvador.

Agregó que este regreso a las aulas es opcional, gradual y que los estudiantes que decidieron no regresar aún a las aulas seguirán utilizando las plataformas digitales, de las que se valieron en los meses anteriores para continuar su educación.

Indicó que se aplica el protocolo «La alegría de regresar a la escuela», que además de las medidas de higiene establece la vigilancia de los estudiantes en cuatro niveles para evitar la propagación del virus.

Estos niveles son el hogar, el transporte escolar, los maestros y las aulas, y en caso de que un estudiante presente síntomas de la covid-19, este deberá ser trasladado a un centro de atención médica.

El Gobierno adquirió «más de mil toneladas de insumos de bioseguridad» para dotar a las escuelas de termómetros, mascarillas y alcohol.

Las proyecciones gubernamentales indicaban que este lunes se concluiría la vacunación de todos los maestros del sistema público y se iniciaría la inmunización de los maestros de colegios privados.

Hananía de Varela indicó el lunes que espera que la segunda semana de abril «estén vacunados contra el covid-19 todos los maestros y personal administrativo de los centros educativos, públicos y privados del país, incluyendo a las instituciones de educación superior».

El Salvador llegó el fin de semana pasado los 65.491 casos oficiales de covid-19 y 2.030 muertes. EFE

https://www.swissinfo.ch/spa/coronavirus-el-salvador_el-salvador-reinicia-las-clases-entre-medidas-sanitarias-contra-la-covid-19/46509000

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Revista Electronica Alas de Colibrí (PDF)

Revista Alas de Colibri  

Ustedes que leen esta revista les demos amorosamente la Bienvenida; lo hacemos tal como se acostumbra en Oaxaca, México, desde donde les saludamos.

Les damos la Bienvenida con un manjar elaborado de antiguos recetarios de nues- tras abuelas; es producto de nuestra mayor alegría y del mejor esfuerzo; hemos selec- cionado cuidadosamente los ingredientes y condimentos; hemos cocinado a fuego lento nuestra sazón en el tiempo…

Hemos preparado para Ustedes nuestros mejores platillos.

Somos educadoras y educadores populares del Centro de Investigaciones de la Educación Liberadora (CIELO), y decidimos hacer una revista electrónica de educación y cultura.

Nos inspiramos en José Martí, educador popular y estrella del sur que nos guía, pues como seres humanos y personas, como educadoras y educadores que somos, buscamos la verdad esencial de la vida.

Fue esta la razón por la cual decidimos llamar a esta revista «ALA DE COLIBRÍ». Pues esto nos dijo Martí: “Hay un cúmulo de verdades esenciales que caben en el ala de un colibrí”.

Así, mientras más difícil se presenta la pandemia en Oaxaca, México y el mundo, respondemos conforme a nuestra experiencia histórica de lucha y resistencia, como magisterio democrático al servicio de los pueblos de Oaxaca, donde enseñamos y aprendemos, donde encontramos sentido educativo a nuestra práctica crítica y trans- formadora, creativa y humanizadora.

Así somos, así pensamos y sentimos; así amamos, aprendemos y enseñamos; desde nuestra experiencia histórica de lucha: en Comunidad.

Descargar completa aquí: Ala de Colibrí. Revista de educación y cultura

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Uruguay: educación virtual obligatoria mientras la pandemia acecha

Por: https://mundo.sputniknews
El país sudamericano retomó la modalidad en todos los niveles de la enseñanza mientras enfrenta lo peor de la pandemia. ‘En Órbita’ conversó con Mariana Pais, integrante de Familias Organizadas por la Educación Media Pública, en Uruguay.
La modalidad de clases no presenciales se extenderá hasta por lo menos el 12 de abril, pero dependerá de la situación epidemiológica. Para los sindicatos de la educación y el colectivo que reúne a familias de estudiantes de educación media pública, no hay condiciones para exigir la obligatoriedad.

«Hay muchas carencias. Si bien Uruguay tiene fortalezas como el Plan Ceibal y buena conexión a Internet, hay muchas cosas en las que estamos mal. Hay estudiantes fuera de la virtualidad, que no acceden a dispositivos electrónicos, que no tienen un espacio físico adecuado [para aprender] en su hogar», dijo a En Órbita Mariana Pais, integrante de Familias Organizadas por la Educación Media Pública (FOLP).

Las familias sostienen que el organismo encargado de la educación pública (ANEP) presentó un plan que contempla esas dificultades pero aún no se instrumentó. Además proponen incluir en esas medidas internet gratis para los estudiantes, promover espacios de apoyo para adolescentes y volver a la presencialidad con garantías sanitarias.
«Sentimos bastante incertidumbre de cómo se va a desarrollar la educación en la virtualidad. Nosotros planteamos que la educación sea universal, un derecho garantizado a todos los estudiantes. (…) Al perder el espacio presencial, se pierde mucha calidad en la educación», aseguró Pais.
Uruguay atraviesa su peor momento en lo que va de la pandemia, con 23.000 casos nuevos en los últimos 10 días y un promedio de 30 fallecimientos diarios en la última semana.
En esta edición de En Órbita también abordamos —entre otros temas— el comienzo de la cuarentena en Chile, y la posposición de las elecciones de los constituyentes y regionales. Además, conversamos con el enviado especial de Sputnik en Perú sobre la semana previa a los comicios presidenciales.
*https://mundo.sputniknews.com/20210405/la-exsargento-asesinada-por-su-novio-expolicia-el-crimen-que-marco-chile-y-colombia-1110826909.html
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Profesores franceses denuncian al ministro de Educación por no protegerles contra la covid

Macron se reúne con el Consejo de Defensa y esta misma tarde podría anunciar nuevas medidas urgentes para frenar la pandemia ante el radical deterioro sanitario del país

Profesores franceses han presentado una denuncia en los tribunales contra el ministro de Educación nacional, Jean-Michel Blanquer, por «poner en peligro vidas ajenas» al considerar que el ministerio «no protege al personal que está en contacto con los niños» en plena pandemia de la covid-19.

La denuncia fue presentada el lunes ante la comisión de peticiones del Tribunal de Justicia de la República (CJR, en sus siglas en francés) por miembros del colectivo «»Stylos rouges« (bolígrafos rojos), que agrupa a profesores y personal de la Educación nacional. La comisión de peticiones deberá ahora decidir si acepta o no a trámite la denuncia.

Este tribunal es el único competente para juzgar a los miembros del gobierno (primer ministro, ministros y secretarios de estado) por actos cometidos en el ejercicio de sus funciones, pero no al presidente, que tiene inmunidad durante la duración de su mandato.

«Estamos ante un ministro que está en la negación total de la realidad», consideró Nicolas Glière, portavoz de los «Stylos rouges. Glière cree que hay que cerrar los colegios e institutos, ya que «los niños difunden el virus» y los centros son «focos» de contagio. En cambio, la Sociedad Francesa de Pediatría y la Federación de Padres de Alumnos PEEP piden que se mantengan abiertos.

A diferencia del personal médico, los profesores franceses no han sido todavía vacunados como colectivo contra el coronavirus. Francia ha establecido un orden de vacunación por edad. Actualmente se pueden vacunar los mayores de 70 años y los mayores de 50 que tengan alguna comorbilidad.

El presidente Emmanuel Macron está reunido esta mañana con su Consejo de Defensa del coronavirus para analizar si es necesario imponer más restricciones a la población y si hay que cerrar o no los colegios para frenar los contagios, ante el deterioro de la situación sanitaria en el país. El Elíseo ya ha informado que el jefe del Gobierno ofrecerá esta tarde, a las 18.00 horas, una rueda de prensa, lo que algunos medios interpretan con pesimismo, ya que Macron habitualmente solo comparece ante los medios en la crisis sanitaria cuando debe hacer un anunció de mucho peso o enviar un mensaje de alerta a la población de gran envergadura. En el resto de casos, es el primer ministro, Jean Castex, o el titular de Sanidad quienes suelen comparecer.

París ya ha reforzado esta semana el protocolo sanitario en los colegios e institutos. La confirmación de un solo caso de la covid-19 en una clase, conlleva a su cierre temporal en los 19 departamentos en los que se aplican «medidas de frenado reforzado». Antes, se necesitaban tres casos positivos para cerrar una clase. La mascarilla es obligatoria a partir de los seis años y se realizan test de saliva en los centros.

Se teme que el nuevo protocolo haga aumentar considerablemente el número de clases y establecimientos cerrados temporalmente por casos de la covid-19. La semana pasada el 0,24% de los centros escolares en Francia estaban cerrados por coronavirus y el 0,5 % de las aulas. Hasta ahora, el Gobierno ha defendido que el cese de la actividad escolar y educativa en general sólo sería el último recurs. Por eso, los medios aventuran que si Macron anunciase esta tarde el cierre de escuelas e institutos sería una señal de que la pandemia ha alcanzado cotas de extrema gravedad.

Fuente: https://www.elcorreo.com/internacional/union-europea/profesores-franceses-denuncian-20210331125809-ntrc.html

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