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Argentina: Se lanzó el Premio Clarín-Zurich a la Educación

Argentina/03 de abril de 2018/Fuente: https://www.clarin.com

Este año se elegirán proyectos para promover el pensamiento científico y tecnológico en la primeras. Hasta el 31 de agosto hay tiempo para participar. Hay 600.000 pesos en premios.

Clarín y Zurich Argentina lanzan la décima edición del Premio Clarín-Zurich a la Educación. En esta oportunidad se distinguirán los proyectos pedagógicos que apunten a promover, en la escuela primaria, el pensamiento científico y tecnológico.

«Son diez años continuados que Zurich junto al Grupo Clarín y la Fundación Noble fundamos este premio y lo sostuvimos a largo de todos estos años, con distintos temas de interés que tiene como objetivo el desarrollo de la educación en Argentina», remarcó Adriana Arias, head of head of communications de Zurich.

En esta edición se entregarán 600.000 pesos en premios. El primer premio es de 360.000: 300.000 pesos estarán destinados a la implementación del proyecto y 60.000 pesos para el/los autor/es. También hay tres Menciones de Honor de 80.000 pesos cada una para implementar los proyectos distinguidos.

Los proyectos pedagógicos que se presenten deberán, entre otras condiciones, poder ser replicados en otras escuelas primarias, ser sostenibles en el tiempo con éxito y vigencia, articular teoría y práctica, incorporar criterios de creatividad e innovación, favorecer la construcción de aprendizajes significativos para alumnos y docentes y establecer sus plazos de aplicación.

“Se valorarán especialmente aquellos proyectos planificados y llevados cabo por más de un docente y que integren el aprendizaje del pensamiento científico con el tecnológico. Algunos ejemplos posibles son: talleres de inventos o de robótica», enumeró Martín Etchevers, gerente de Comunicaciones Externas del Grupo Clarín.

Como en las ediciones anteriores, la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés realizarán el seguimiento de la implementación del proyecto ganador y de los proyectos que reciban menciones.

Podrán participar de este concurso mayores de 18 años, personas jurídicas, escuelas y universidades públicas y privadas de todo el país. Se pueden presentar proyectos pedagógicos a desarrollar o que ya se encuentren en etapa de implementación, pero en todos los casos la condición del Premio es que las propuestas ganadoras se implementen en una o más escuelas primarias públicas de gestión estatal. La fecha de cierre para la entrega de trabajos es el 31 de agosto de este año.

Una comisión de preselección, designada por representantes de Clarín y de Zurich, evaluará el conjunto de los proyectos recibidos y seleccionará un máximo de 10 finalistas que someterá a la consideración del jurado, que elegirá el Proyecto ganador y las tres Menciones de Honor integrado por: Guillermo Jaim Etcheverry: Médico y Doctor en Medicina (UBA); Diego Golombek: Licenciado y Doctor en Ciencias Biológicas (UBA); María Marta García Negroni: Doctora en Ciencias del Lenguaje (EHESS, Francia); Pablo Miguel Jacovkis: Licenciado y Doctor en Matemáticas (UBA); Beatriz Hall: Profesora en Letras (USAL), y Melina Furman: Master y Doctora en Educación por la Universidad de Columbia (EEUU) y Licenciada en Ciencias Biológicas (UBA).

«Se espera la originalidad, la capacidad de replicación y su posibilidades de que tenga un acto impacto en la educación», acotó Pablo Miguel Jacovkis sobre el concurso.

Por su parte, Golombek, habló sobre la importancia de enseñar a pensar. «Es fundamental porque es algo que está bastante ausente en la escuela primaria, a veces inexistente, lamentablemente. Esperamos que este desafío a proyecto importantes cale un poco en la comunidad educativa», sostuvo Diego Golombek.

Las bases y condiciones del concurso están disponibles en www.clarin.com/Premioalaeducacion donde también encontrarán una “Guía para el diseño de Proyectos Educativos”, que tiene como objetivo contribuir a la calidad de los proyectos que se presentan cada año en el marco de este Premio. En ella los participantes encontrarán un documento de fácil lectura y que en su conjunto representa una herramienta práctica para visualizar la forma de pensar y escribir un proyecto educativo.

Fuente de la Noticia:

https://www.clarin.com/sociedad/lanzo-premio-clarin-zurich-educacion_0_rJW9r-n5G.html

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Ciencia y luz|Leyes naturales

Por: Manuel Martínez Morales

Para muchas personas la palabra filosofía se asocia con una actividad más bien ociosa (“El ocio es la madre de toda filosofía”: F. Nietzsche). Se identifica el filosofar con un ejercicio mental puramente especulativo, muy alejado del contexto del pensamiento científico moderno. Repetidas veces se ha anunciado el fin de la filosofía y su sustitución por las ciencias positivas; sin embargo, hoy en día, el reflexionar filosófico es necesario más que nunca para nuestra práctica como seres humanos.

Según se desprende de sus raíces etimológicas, la filosofía es amor a la sabiduría, pero el filosofar debe entenderse como una segunda reflexión sobre el mundo, nuestras acciones y nuestro pensamiento. El objetivo de las ciencias es proporcionar conocimiento de cosas y fenómenos, mientras que la filosofía brinda una guía para el conocimiento y la acción, que si bien por una parte se sustenta en el conocimiento positivo suministrado por las ciencias, recurre también a postulados y conceptos metacientíficos. Para algunos pensadores la filosofía es una actividad intelectual que permite, en un momento dado, establecer una línea de demarcación entre el conocimiento científico y el no científico (ideológico).

Marco subjetivo

Para acercarnos al modo de actuar de la filosofía consideremos brevemente algunas reflexiones sobre el significado de “ley natural”. En un sentido familiar la palabra ley la entendemos como regla obligatoria y necesaria, o bien como condiciones necesarias que derivan de la naturaleza de las cosas, por ejemplo, la ley de la gravedad. En un sentido más preciso el célebre físico Erwin Schrödinger refiere en su libro ¿Qué es una ley de la naturaleza? lo siguiente:

¿Qué es una ley de la naturaleza? La respuesta, en realidad, no parece muy difícil. Al despertar la conciencia superior del hombre, éste se encuentra en un medio cuyos cambios son de la mayor importancia para su bien o para su mal. La experiencia –primero la experiencia no sistemática de su diaria lucha por la vida y después la experiencia obtenida del experimento científico sistemáticamente planeado– le muestra que los procesos que se efectúan en su medio no se suceden de manera arbitraria y caleidoscópica, sino que presentan una notable regularidad. El hombre trata entonces, arduamente, de penetrar en la naturaleza de esta regularidad, pues su conocimiento sería enormemente ventajoso para él en su lucha por la vida.

Cuando el hombre sintetiza y describe las regularidades que ha percibido en la naturaleza, se dice que ha encontrado una ley. Simplificadamente podemos afirmar que el reflexionar filosófico revela que las leyes naturales y la actividad mediante la cual se las alcanza están basadas en ciertos principios y postulados –generalmente no explícitos– que no son demostrables por medio de procedimientos científicos, sino que éstos presuponen aquéllos. Esto significa que las leyes naturales, más que ser condiciones necesarias que derivan de la naturaleza de las cosas, son síntesis descriptivas muy generales que no dependen sólo de las cosas en sí mismas, sino también, de manera importante, del marco subjetivo en que dichas cosas se ordenan o clasifican.

Carácter estadístico

Respecto a lo dicho en la cita precedente, veamos un ejemplo discutido por Schrödinger en la obra ya mencionada. Mediante el estudio de las propiedades de los gases se ha llegado a establecer una ley que relaciona –con bastante precisión– temperatura, presión y volumen de un gas contenido en un recipiente. El gas está formado por millones de moléculas en movimiento que chocan unas con otras y con las paredes del recipiente. La interpretación clásica de la teoría de los gases dice que la relación exacta observada entre temperatura, presión y volumen se deriva del comportamiento de esos millones de moléculas cuyas posiciones y velocidades, en un momento dado, no podemos observar. Sin embargo, aunque inobservables, se suponía que esos millones de movimientos siguen un comportamiento bien determinado por las leyes de la mecánica, la cual da origen a la regularidad observada microscópicamente.

Schrödinger –y antes que él Franz Exner– demostró que las leyes de los gases eran sólo una regularidad estadística resultante de un movimiento desordenado de las moléculas del recipiente:

Aunque hemos descubierto que las leyes de la física son de carácter estadístico, lo que no implica necesariamente la determinación estrictamente causal de los procesos moleculares individuales, […] la opinión general es que, en realidad, descubriríamos que el proceso individual –por ejemplo, la colisión de dos moléculas de gas– está determinado por una rígida causalidad.

El ingrediente infaltable

Lo expresado en la cita previa significa que no es necesario postular un orden primario para explicar las regularidades observadas en la naturaleza. Una regularidad puede explicarse también como la resultante estadística de procesos primarios esencialmente aleatorios, es decir, caóticos, no ordenados. La suposición de que el mundo sea esencialmente ordenado es una proposición metacientífica, es decir, filosófica. Dice Schrödinger:

Es perfectamente posible que las leyes de la naturaleza sean en conjunto de carácter estadístico. La ley absoluta residente detrás de la ley estadística, y tenida por evidente en la actualidad por casi todo el mundo, va más allá del ámbito de la experiencia. Tal doble fundamento del curso ordenado de los acontecimientos de la naturaleza es improbable en sí mismo.

En todo conocimiento que damos por seguro siempre ponemos más de lo que realmente conocemos: el condimento filosófico. Este ingrediente siempre está presente aunque no lo admitamos, es el que determina la interpretación que damos al conocimiento y, por tanto, la vía para su validación o su invalidación.

Fuente: https://www.diariodexalapa.com.mx/cultura/ciencia-y-luzleyes-naturales

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Libro: Manual de introducción al pensamiento científico

Argentina / 3 de septiembre de 2017 / Autor: Amós Arturo Grajales y Nicolás Jorge Negri / Fuente: OpenLibra

Detalles del libro:

GLOBAL
CATEGORÍA
Año: 2017
Editor: Universidad Nacional de La Plata
Páginas: 345 páginas
Idioma: español
Desde: 31/08/2017
Tamaño: 4.29 MB
Licencia: CC-BY

Contenido:

El manual es introductorio, por lo cual pretende ser un recorrido accesible a una materia para aquellos que no hayan tenido previo contacto con la misma, y así, se irá desde los desarrollos teóricos básicos sobre el conocimiento, pasando por los pensadores y teorías más importantes en torno a la evolución del conocimiento científico para terminar afincándose en nociones del lenguaje y de la investigación cercanos al campo de la ciencia jurídica. Introductorio al campo del pensamiento científico, pero no a todos sino a uno específico como el del Derecho, con sus particularidades y exigencias.

En definitiva, el Manual intentará desarrollar los contenidos necesarios para advertir que el pensamiento científico es un “particular tipo de pensamiento”, que se diferencia de otros tipos de pensamientos por su pretensión de corrección, objetividad, racionalidad y sistematicidad, y además, por las exigencias de sus explicaciones y justificaciones.

Fuente:

https://openlibra.com/es/book/manual-de-introduccion-al-pensamiento-cientifico

Link de descarga:

https://openlibra.com/es/book/download/manual-de-introduccion-al-pensamiento-cientifico

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Libro: Educar mentes curiosas: la formación del pensamiento científico y tecnológico en la infancia,

Por RELPE

La educación hoy se enfrenta a la necesidad de formar personas que tengan la capacidad de actuar y desenvolverse en el mundo con plena autonomía y libertad para construir su proyecto de vida y un futuro sostenible.  En consonancia, Melina Furman, en su libro Educar mentes curiosas: la formación del pensamiento científico y tecnológico en la infancia, promueve el aprendizaje activo, significativo, responsable y cultivado por la curiosidad, a través de ejemplos y reflexiones profundas. La educación hoy se enfrenta a la necesidad de formar personas que tengan la capacidad de actuar y desenvolverse en el mundo con plena autonomía y libertad para construir su proyecto de vida y un futuro sostenible.

Melina Furman es Licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad de Buenos Aires y M.A. y Ph.D. en Educación en Ciencias por la Universidad de Columbia. Investigadora del CONICET, profesora de la Universidad de San Andrés
y cofundadora de la Asociación Civil Expedición Ciencia, organización dedicada a la educación científica en contextos informales.

INDICE

Introducción: enseñar a mirar el mundo con ojos científicos 7
i De los pájaros y sus nombres: algunas definiciones 13
ii Científicos y tecnólogos desde la cuna 27
iii ¿Cómo se enseña el pensamiento científico y tecnológico? 41
iv Algunos ejemplos para inspirarse 75
Bibliografía 81

Para descargar el libro hacer clic en el siguiente enlace  Educar_Mentes_Curiosas_-_Melina_Furman

Fuente: http://www.relpe.org/descarga-el-libro-educar-mentes-curiosas/

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Una excelente educación: todas las formas de pensar, del mágico al relativo, cuántico y complejo

Por: Edmundo Vera Manzo

Albert Einstein decía que “en el siglo XX todo ha cambiado, menos nuestra forma de pensar”. Ahora, cerca del final de la segunda década del siglo XXI, podemos seguir diciendo lo mismo. Prevalece ampliamente en el mundo el pensamiento científico clásico de Renato Descartes e Isaac Newton, en las escuelas, colegios y universidades, nacido hace tres siglos. Todavía no predomina lo que en 1932 Gaston Bachelard llamaba el nuevo espíritu científico, constituido por los aportes iniciales de Max Planck en 1900 sobre la teoría cuántica y muchos otros científicos, y los de Albert Einstein desde 1905, sobre la teoría de la relatividad, salvo en las élites intelectuales y en los científicos que se encuentran en la vanguardia de la humanidad. En 1972, en el gobierno nacionalista revolucionario del general Velasco Alvarado, Augusto Salazar Bondy, siendo director de la reforma educativa de Perú, hizo el estudio introductorio de la obra El Nuevo Espíritu Científico de Gaston Bachelard, que tuvo una difusión masiva y que por primera vez se publicaba en español. En la obra se demuestra cómo la materia es vista en forma diferente desde el pensar mágico, del sentido común, la ciencia clásica y en el nuevo espíritu científico. En Ecuador, en el siglo XX no se realizó un esfuerzo igual de difusión y actualización científica y han pasado 45 años de ese hito de divulgación científica.

Sigue predominando en Ecuador y en el mundo el Pensamiento Unidimensional del que hablaba Herbert Marcuse, el pensamiento estrecho, el pensamiento único, donde se ve el árbol, pero no el bosque; “donde se mira al mundo por el ojo de una aguja”, decía Manuel Agustín Aguirre. Lo más grave de todas las formas de pensar anteriores a Einstein el mágico-mítico, el sentido común, el práctico, el intuitivo y el científico clásico, incluido el marxismo, es creer que como cada quien ve a la realidad es lo verdadero y que los otros se encuentran equivocados. No se dan cuenta de que nadie puede ver la realidad totalmente. Que en el mejor de los casos, tan solo puede verse una parte mayor o menor de la realidad y quienes crean verla totalmente, se encuentran totalmente equivocados. Esas son la raíces del sectarismo, el dogmatismo, la prepotencia, la intolerancia y el irrespeto de las ideas de los demás, el racismo y los afanes de dominación religiosos, culturales, económicos y politicos.  Las nuevas formas de pensar posnewtonianas no solamente ayudan a una mayor comprensión de la realidad y al desarrollo de la ciencia, sino también -y es más importante- a abrir nuestra mente, escuchar atentamente a los demás, a ponernos en el lugar de los otros, a mirar la situación desde varias perspectivas y enriquecernos mutuamente.

El pensamiento cuántico se explica principalmente por los aportes de la física cuántica, del mundo de lo microscópico y de la energía. A diferencia del modelo newtoniano, el modelo cuántico propone comprender la realidad sin basarnos en los sentidos. Que la realidad depende de la posición del observador. Que lo que pensamos es lo más poderoso para influir en la salud y la enfermedad. Que el pensamiento influye en todo nuestro cuerpo, incluidos los genes y que es determinante para cambiar la realidad. El pensamiento relativista sostiene que los puntos de vista no tienen verdad ni validez universal, sino que “solo poseen una validez subjetiva y relativa a los diferentes marcos de referencia”. Einstein decía que “toda explicación tiene un campo de aplicación y un límite, que es reemplazada por otra explicación que también tiene un campo de aplicación y un límite”. El pensamiento complejo integra diferentes teorías y principios y que, como en un edificio, desde cada piso puede verse la realidad de manera diferente. De acuerdo con Harry Alder: “Pensar para la excelencia es clave para la vida personal o profesional”. El Ministerio de Educación tiene la palabra.

Fuente: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/una-excelente-educacion-todas-las-formas-de-pensar-del-magico-al-relativo-cuantico-y-complejo

 

 

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Entrevista a Pere Estupinyà: “La ciencia no es para ricos, es para los que quieran serlo”

España/06 de Noviembre 2016/Fuente: La Vanguardia/Autor: La Contra

Tengo 41 años. Nací en Tortosa y vivo entre Barcelona, Madrid y Estados Unidos. Soy científico y divulgador de hallazgos de la ciencia. Estoy casado, sin hijos por ahora. ¿ Política? Intento no tener ideología, soy antidogmático. No tengo creencias religiosas. La inteligencia se contagia.

La idea principal es…

Escucha a personas inteligentes y serás más inteligente.

¿Lo dice la ciencia?

La inteligencia es contagiosa. Escuchar un diálogo razonable, una crítica reflexiva y entusiasta… te arrastra. Y a eso me dedico.

¿A qué?

A localizar y escuchar a las mentes más brillantes de nuestro tiempo: científicos cuyos hallazgos divulgo. El conocimiento es fértil si lo transmites fuera de la academia.

En esta página procuramos hacerlo.

Acceder al conocimiento científico nos ayuda a tomar mejores decisiones y a vivir mejor. ¡Nos mejora!

¿Ponemos algún ejemplo?

La nutrigenómica: estudia cómo tu genética condiciona tu metabolismo de los alimentos. Me he sometido al test nutrigenómico de la doctora Corella, y pronto sabré qué dieta me conviene más por mi genética.

Aceite de oliva y no se equivocará.

¡Alto! A un 10% de la población española le perjudica un alto nivel de grasa, ¡aunque sea de oliva! Y podré saber exactamente cómo me conviene tomar un café.

¿Por qué?

Hay quien tiene un gen que metaboliza rápido la cafeína, y otros no, lo que prolonga su efecto. Si lo tienes, toma café antes de concentrarte en una tarea compleja. Si no, no lo tomes desde varias hora antes de acostarte.

Estos hallazgos son muy útiles.

Por eso cada sociedad debería orientar a sus científicos sobre qué investigar. Y así la ingeniería genética nos salvará de enfermedades autoinmunes como la de Crohn, del alzheimer, cánceres…

¿Crohn?

Graves inflamaciones intestinales: ya han sanado pacientes cambiándoles su flora intestinal. Y pierden la emoción del miedo… ¡Hay un cerebro ahí, en el intestino!

¿A qué científico admira?

Alan Guth, en el MIT: sostiene que el universo se expande y que matemáticamente puede ser infinito.

¿De qué me sirve eso?

El conocimiento es poder. La ciencia no es para los ricos, ¡es para los que quieren serlo!

¿Qué beneficio más palmario nos brinda la ciencia hoy?

La longevidad humana: el número de centenarios está creciendo exponencialmente.

¿Hasta qué edad podemos vivir?

Hasta los 125 años, genéticamente, por desgaste oxidativo. Mi abuelo ni se lo planteaba, ¡pero yo puedo llegar a los cien años tranquilamente!

¿Cómo lo sabe?

Me han hecho un test de telómeros, que son los extremos de los cromosomas, y resulta que, pese a mis 41 años cronológicos, mi edad biológica es de 32,7 años.

¿A qué atribuye su escaso desgaste?

Jamás he fumado, he bebido poco alcohol, hago ejercicio y mi genética me favorece… al menos en este aspecto. Lo sé porque me han secuenciado el genoma completo.

¿Hay algo en que su genética le falle?

Sí: tengo algunos genes que predisponen a ciertos cánceres, otros predispuestos al al­zheimer y otros a una irregular salud cardiovascular.

¿Y de qué le sirve saber todo esto?

Me aconseja adquirir hábitos protectores, conocidas mis fragilidades. Ante un dolor de cabeza, por ejemplo, la farmacogenómica me dicta que a mí me sienta mucho mejor el ibuprofeno que el paracetamol.

Tiene mucha información genómica…

Será útil también para deportistas: sabrán qué grupos musculares o tendones suyos son más proclives a lesionarse, o qué tipo de ejercicio le conviene más a cada uno: ¡llega una medicina de precisión, personalizada!

¿Y qué nos proporcionará la tecnología del futuro?

No sólo información continuada, sino que también tomará decisiones: ante un pico de consultas en internet de la palabra “tos”… declararemos epidemia de gripe: ¡hay muchos científicos trabajando en ello!

¿Llegarán innovaciones que ahora no somos capaces ni de imaginar?

¡Claro! Piensa que hoy tú sabes más física de la que sabía Einstein.

Gracias, hombre, pero…

Einstein dijo: “Newton, perdóname”. Porque la ciencia avanza a base de desmontar lo preconcebido. Es lo relevante de la ciencia: importa tener la mente siempre abierta al asombro, flexible, atenta. La inteligencia es menos una capacidad que una actitud, una predisposición crítica.

¿Qué le asombra a usted?

Lo mucho que tu estado emocional condiciona tus decisiones. Y ya sabemos que la última emoción que experimentas en un trance pesará más en la memoria que el resto y desfigurará así el recuerdo del conjunto.

¿Sí?

Así lo demuestra Daniel Kahneman en sus experimentos. Es decir, que para garantizarte un buen recuerdo de un viaje o de una cita o de una relación… ¡prepara un momento último que sea muy grato! Eso teñirá de bienestar el recuerdo del conjunto. ¿Ves cómo la ciencia te ayuda a vivir mejor?

Fuente de la entrevista: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20161103/411531048304/la-ciencia-no-es-para-ricos-es-para-los-que-quieran-serlo.html?utm_content=buffer930c9&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer

Fuente de la imagen: http://www.lavanguardia.com/ra/lowres/GODO/LV/p3/WebSite/2016/11/03/Recortada/img_fgomez_20160921-134539_imagenes_lv_propias_fez__l2o6908-kxe-W78KLH8OP3RLP3X8-992×558@LaVanguardia-Web.jpg

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Entrevista: “El nuevo escepticismo, o ‘escepticismo científico’, duda ante las afirmaciones pero se detiene en la roca dura de la evidencia científica.”

Entrevista a Angelo Fasce sobre el Congreso de Pensamiento crítico y Divulgación Científica

Por: Salvador López Arnal

Papeles de relaciones ecosociales y del cambio global

Papeles de relaciones ecosociales y del cambio global Angelo Fasce fue el coordinador de la comisión de organización del congreso de Pensamiento crítico.

Nos habíamos quedado en los negocios. ¿Negocio millonario? ¿Y qué empresas y empresarios están detrás de ese negocio?

El ejemplo paradigmático es Boiron, una multinacional de origen francés que es la que promueve y produce industrialmente homeopatía. Boiron se encarga de la difusión masiva e internacional de sus productos fraudulentos, y ha llegado a comprar cátedras universitarias. Como esta empresa hay otras, cada cual especializada en diversas pseudociencias. Cuando uno se mete dentro de ese negocio se da cuenta de que está todo muy bien organizado. Mucho más de lo que aparenta. No son pequeños iluminados que abren un centro, sino que se apoyan entre ellos y a veces funcionan casi como franquicias. Nunca verás a un acupuntor criticar a un quiropráctico o a un constelador familiar, porque están todos metidos en el mismo negocio.

Copio una parte de la información que me ha llegado de la organización del encuentro. El congreso “tiene un marcado carácter transversal, fomentando los intercambios entre diversos campos, como son la filosofía, la ciencia o el periodismo, e incorporando a editoriales y asociaciones de divulgación y pensamiento escéptico”. ¿Qué es eso del pensamiento escéptico? ¿Es lo mismo que el pensamiento crítico?

El pensamiento escéptico es como ha venido a denominarse al pensamiento crítico en los últimos años. No hay que confundirlo con el escepticismo clásico, que dudaba de todo de forma metódica y radical. El nuevo escepticismo, o ‘escepticismo científico’, duda ante las afirmaciones pero se detiene en la roca dura de la evidencia científica. La comunidad de pensadores escépticos está conformada tanto por científicos como por ciudadanos de a pie, y han desempeñado en estos años una labor realmente encomiable de feroz guerrilla contra la superchería y la pseudociencia. En nuestro país, al igual que en el resto de Europa, hay varias organizaciones muy grandes que se acercan a la gente por medios muy interesantes y cercanos (blogs, charlas en locales de ocio, centros de salud o colegios, iniciativas judiciales, etc.).

Es absolutamente imprescindible incorporarlos a un congreso como este y que la comunidad universitaria se vuelque con ellos, aprenda de su experiencia y ponga de relevancia su labor. Muchas veces son ellos los que tienen que enseñar al profesor o al catedrático cómo se han de hacer las cosas y cómo se llega a la gente, y el mundo académico puede enriquecer su labor a nivel técnico.

¿Existe en España filosofía interesada en la ciencia que tenga importancia y solidez?

Acabo de mencionar a los pensadores escépticos. Si se mira con detalle la labor que llevan a cabo uno se da cuenta de que son ellos los que están haciendo lo que la filosofía de la ciencia debería hacer. De hecho, ellos hacen lo que la filosofía de la ciencia hizo durante muchos años: mantener en vereda a la ciencia y luchar contra los fraudes pseudocientíficos. Eso hacían autores como Carnap, Popper, Lakatos, Grünbaum, Bunge y muchos otros. Pero, en algún momento entre el giro histórico, el estructuralismo, la hipertrofia en la atención a los modelos y al realismo, o planteamientos postmodernos como el programa fuerte de la sociología de la ciencia o algunos tipos de CTS, hemos perdido el norte respecto al problema de la pseudociencia, que es, al fin y al cabo, el problema de la naturaleza misma de la ciencia. Sin embargo, esta es nuestra responsabilidad social y no debemos perderla de vista nunca.

Dentro de la filosofía de la ciencia aún hay iniciativas muy interesantes. Ahí está la reciente compilación de Pigliucci y Boudry, el trabajo de autores vinculados al giro cognitivo como Thagard o Goldman; demarcacionistas actuales como Van Fraassen, Bunge, Ladyman o Hansson; o trabajos de relevancia filosófica e histórica como los de Braeckman o Nickles. La llama de este tipo de filosofía de la ciencia no se ha apagado, pese a las grandilocuencias de Laudan y de otros autores. Mantener la filosofía de la ciencia en las nubes de la completa abstracción y en el aislamiento respecto a la ciencia, donde está instalada hoy en día, sólo abocará a su paulatina desaparición como campo de estudio. Para bien o para mal, hay autores como Gordin, Sokal o el propio Dawkins que hacen filosofía de la ciencia más sólida y útil que la mayoría de filosofos de la ciencia profesionales.

Como cualquiera podrá apreciar, la gente a la que cito es toda del ámbito anglosajón, donde los grandes centros de investigación científica tienen departamentos de filosofía de la ciencia muy activos. La explicación es sencilla, y es que en el mundo hispanohablante la situación es desoladora. Hay pocos autores de relevancia en España e hispanoamérica realmente interesados por la ciencia y por hacer que la filosofía de la ciencia tenga utilidad real. La mayoría prefieren continuar aislados y enfrascados en los clásicos problemas y debates de salón. El problema, además, es estructural: los autores jóvenes interesados en este tipo de filosofía de la ciencia tienen la entrada a las facultades más complicada que aquellos que siguen en las nubes y en los círculos endogámicos de publicaciones. Sería interesante que este congreso sacara a relucir la potencia de esta forma de entender la filosofía de la ciencia, todos los puentes por construir y el ingente trabajo intelectual y social por hacer. En España también puede tener lugar. No hay nada especial en el mundo anglosajón, sólo las ganas de hacer las cosas.

Algunas preguntas sobre lo que acabas de apuntar. Hablabas del programa fuerte de la sociología de la ciencia. ¿Qué programa es ese? ¿Por qué es un programa postmoderno?

Me refiero a lo que ha venido a llamarse ‘Escuela de Edimburgo’, con el añadido de autores como Latour. El programa fuerte predica que para entender el contenido mismo de las teorías científicas, incluido su éxito y su aceptación social, lo primordial es el análisis sociológico. Se trata de una visión profundamente constructivista y relativista del conocimiento científico. Genética mendeliana y lysenkismo están al mismo nivel: una es una creación social de la Inglaterra victoriana y la otra un producto del régimen soviético. Nada más. Las evidencias, la capacidad explicativa o predictiva quedan totalmente de lado en su análisis, porque, se supone, son construidas por los científicos. Digo que se relaciona directamente con la postmodernidad porque está íntimamente relacionada con los principales lineamientos de este, por llamarlo de alguna manera, ‘movimiento’. Rorty, por ejemplo, es un autor muy influyente en ellos.

¿Qué es eso del CTS? ¿Ciencia, Tecnología, Sociedad? ¿Qué autores, que corrientes filosóficas están detrás de esas siglas?

Si, son los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad. Estos estudios son muy interesantes cuando están bien hechos y no se extralimitan ideológicamente. Se trata de analizar los condicionantes y las implicaciones sociales y políticas en la tarea científica. El problema de la CTS es que se ha terminado convirtiendo en un coladero de posmodernidad, relativismo y sociologismo, que han acabado desvirtuando un campo de prometía ser más interesante de lo que es. Tengo la intuición de que todo comenzó a ir mal a raíz de la lectura radical de Kuhn y de la hipertrofia del alcance de su concepto de gestalt .

No es mi intención criticar toda la CTS, hay estudios muy serios y gente muy válida en el campo. Antes, durante los 70′ y 80′ era un campo muy interesante con aportaciones de relevancia respecto a las relaciones entre la ciencia, la sociedad y la política. Pero hoy en día la perspectiva del programa fuerte, la visión de la actividad científica de Woolgar o los desarrollos típicamente posmodernos de Latour han ido ganando terreno. En la CTS actual uno puede encontrarse una fervorosa actitud anticientífica, lo cual podría estar bien si dicha actitud estuviera bien fundamentada en lugar de emanar de posiciones puramente ideológicas.

Aparte del mundo anglosajón, ¿no habría que considerar otros mundos que también están en éste? Pienso, por ejemplo, en alguien tan francés, pero tan analítico y científico como Jacques Bouveresse. ¿No merece reconocimiento su obra al hablar de estos temas?

La obra de Bouveresse es muy interesante, pero está bastante aislado en Francia, donde es prácticamente una anomalía. Efectivamente, en todos los contextos podemos encontrar ese tipo de filósofo, ya sea en el alemán, el argentino, el italiano o el sueco. Pero me he referido al contexto anglosajón porque es el más floreciente y activo respecto a la filosofía de la ciencia demarcacionista y con estrechas relaciones con la práctica científica.

No he dicho que Bouveresse no merezca reconocimiento, y como él, muchos otros. Simplemente me he centrado en el espacio más potente.

En cuanto a España, ¿no eres un pelín injusto? Te cito algunos nombres: que me vienen a la mente en estos momentos Jesús Mosterín, Antoni Domènech, Andoni Ibarra, Gustau Muñoz, Luis Vega Reñón, Manuel García-Carpintero, por no hablar de la importante tradición epistemológica de tu propia Universidad, la de Valencia

No creo estar siendo especialmente injusto. Esos nombres que me has dado son de filósofos muy respetados, con aportaciones interesantes, pero casi todos nacidos entre los años 50′ y 60′. Hoy en día muchos de ellos ya superan los 70 años y su actividad es bastante baja. No ha habido un relevo generacional. Además, algunos de ellos son más bien filósofos analíticos, que no es lo mismo que ser filósofo de la ciencia. Sin querer dejar de lado las aportaciones de García-Carpintero o de Luis Vega (quien, por cierto, será uno de los ponentes del congreso), salvo Mosterín, ninguno de ellos está realmente vinculado con la práctica real de la ciencia. Muchos se centran en cuestiones generales de teoría de la argumentación, en problemas de salón como cierta filosofía de la mente, o en desarrollos de la metateoría estructuralista ya bastante dejados de lado.

Con esa filosofía de la ciencia es muy complicado establecer puentes y generar sinergias con la comunidad científica. Necesitamos a gente joven con planteamientos nuevos porque hay caminos que se han ido agotando en las últimas décadas. La filosofía general de la ciencia ha de comenzar a ser más empírica y práctica, y para hacer filosofía especial de la ciencia (de la psicología, de la biología, de la física), es necesario tener conocimientos sólidos de esos campos. El filósofo de la ciencia del siglo XXI tiene que salir de las facultades de filosofía y comenzar a visitar otras.

Ya lo hacen muchos según creo. Sobre los problemas de salón no digo nada. En cuanto al periodismo científico, ¿dónde practicarlo por ejemplo? ¿En diarios, en televisiones, en revistas?

Entiendo que te refieres a dónde debería tener lugar la divulgación de la ciencia.

Sí, sí, a eso me refiero.

Todos los formatos son buenos, pero cada cual tiene su propio lenguaje y hay que saber manejarlo. Una cosa importante de la divulgación es que no es un show. Muchas veces se entiende por divulgar hacer explotar cosas, líquidos cambiando de color y demás, como si fuera un show de magia. Eso está bien para los niños, pero la divulgación ha de ser mucho más. Se ha de poner de relevancia las implicaciones que tienen los descubrimientos científicos en la vida diaria de la gente, en las cosas que les afectan, incluidas cuestiones de índole filosófico como el sentido de la vida o en cosas serias como las enfermedades. La divulgación no tiene que ser, necesariamente, divertida. Lo que sí tiene que ser es entretenida y cercana.

Los periodistas científicos hacen una labor muy importante, pero en el caso español la cosa puede mejorar bastante. A veces los artículos de ciencia de los grandes diarios se basan en divulgar cosas peregrinas o pseudocientíficas que seleccionan según el interés del lector medio. Otras veces son bastante aburridos y se limitan a exponer una serie de datos y poco más. Hay que mejorar mucho eso, porque es un gran déficit social español. La mayoría de la gente saca los datos científicos que sabe de programas como Cuarto Milenio o de los experimentos de El Hormiguero, y eso, en una sociedad que aspira a lo que nosotros aspiramos, no puede ser.

¿Tienes en mente algún ejemplo de estos artículos que acabas de señalar? Por ejemplo, y en sentido contrario, no parece que Javier Sampedro sea un mal divulgador científico

Tengo muchos en mente. El tratamiento que se dio hace poco a toda la polémica de la carne roja fue en ocasiones bastante deficiente. También son típicos los titulares sensacionalistas como: ‘Stephen Hawking afirma que los agujeros negros no existen’ o ‘La cura para el cáncer ya está aquí’. Al final resulta que van a comentar una puntualización introducida por Hawking respecto a las características de los límites de los agujeros negros, o van a comentar un ensayo en modelos animales de un nuevo planteamiento terapéutico que aún está muy verde. Luego están los que no son capaces de reconocer ciencia y pseudociencia, que también abundan.

Javier Sampedro es un gran divulgador, ¿alguien ha dicho lo contrario?

Nadie, nadie, yo sólo recordaba su trabajo. Junto a la ponencias, me baso de nuevo en la información sobre el congreso, “a cargo de un panel de invitados de excepción, se presentarán varias asociaciones de divulgación y defensa de los derechos de los consumidores, se leerá un manifiesto contra las pseudoterapias, se realizará una exposición artística y habrá un mercado de libros de divulgación científica y pensamiento crítico”. ¿Qué invitados de excepción serán esos?

Estamos muy orgullosos del panel de ponentes que tenemos. Nos están todos los que podrían estar (el evento sólo dura dos días), pero creemos que la selección es más que interesante. Los ponentes serán Luis Alfonso Gámez, Ramón Nogueras, Luis Vega, J.M. Mulet, Fernando Cervera, Jesús Alcolea y Fernando Frías, a los que acompañarán para abrir y cerrar el acto Johan Braeckman (de la Universidad de Gante) y Sven Ove Hansson (del Real Instituto de Tecnología de Suecia), que son un auténtico lujo. Todos ellos son autores muy destacados en la divulgación y en el tema de la pseudociencia, y dan al evento una enorme diversidad de puntos de vista.

Habláis también de derechos de los consumidores. ¿Qué derechos son esos?

En el contexto sanitario, la gente tiene derecho a no ser engañada respecto a la efectividad de la terapia que va a recibir. Tiene derecho a recibir el mejor trato sanitario que sea posible y a ser defendida contra las pseudoterapias. También está el derecho de los alumnos a recibir una educación de calidad, que les permita sostener creencias funcionales basadas en la evidencia. Todo eso está en los códigos deontológicos de científicos y educadores. Está también en el código penal y hasta en la constitución.

Es sorprendente que se defiendan más los derechos de los compradores de productos de la teletienda o de agencias de viajes, que los de los usuarios de terapias o los de alumnos de colegios y universidades.

Pseudoterapias… ¿En qué estáis pensando?

Una pseudoterapia es todo acto médico que se dice terapéutico sin tener evidencia a su favor. El problema de la pseudoterapias es un auténtico escándalo. Los que las ofertan se aprovechan de una serie de vacíos legales y de la pasividad de las instituciones públicas que deberían velar por el tema. Hay muchos ejemplos de pseudoterapias, tanto en medicina como en psicología. Antes he dicho algunas, y para una lista más exhaustiva se puede consultar la web de la APETP (Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas). Una asociación que, por cierto, leerá un manifiesto contra las pseudoterapias durante el congreso.

Gracias, muchas gracias. Lo dejamos aquí si te parece.

Fuente: Papeles de relaciones ecosociales y del cambio global, n.º 133, primavera de 2016, pp. 129-140

Fuente de la imagen: http://conceptodefinicion.de/escepticismo-cientifico/

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