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Cuando la concertada también es inclusiva

Por: Saray Marqués

A veces se caen los clichés: No, no toda la concertada selecciona de modo encubierto al alumnado y sostiene en ese filtro previo la clave de su éxito. También la hay en entornos que no son los más favorecidos y que, en algunos casos, logra obtener una gran “ganancia” pese a las condiciones de partida.

Algunos, cuando oyen a alguien hablar en nombre de la libertad de elección, se echan a temblar por lo que puede venir después. Otros, no creen que los centros concertados sean tan distintos de los privados, como si fueran una especie de privados low cost. Y, sin embargo, bajo el paraguas “concertada” se esconden realidades bien diferentes.

No todos iguales

Hay también, aunque choque con el imaginario colectivo, centros concertados con una alta concentración de alumnado con necesidades educativas especiales, con una gran diversidad, en contextos que no son los mejores barrios de la ciudad, y donde la educación inclusiva se pone en práctica cada día… Cierto, no son los más, pero esta otra concertada también existe.

Y se dan casos, también, de concertada con un alto grado de “resiliencia”, capaz de sobreponerse a sus circunstancias, al contexto en el que se inserta y al nivel socioeconómico y cultural (ISEC) de sus alumnos.
Un experto como Guillermo Gil -30 años en la evaluación educativa internacional, parte de ellos en el Ministerio de Educación- reconoce que resulta muy interesante cuando a los responsables de grandes redes de colegios se les transmiten los resultados, y comprueban cómo centros con un bajo nivel socioeconómico obtienen un resultado excelente en las competencias de sus alumnos mientras que centros con uno nivel socioeconómico y cultural impresionante no logran el resultado que deberían.

En muchos casos, estas redes son religiosas. Congregaciones como marianistas o jesuitas cuentan con centros de un contexto social muy diferente a lo largo de todo el territorio, y han sometido a todos ellos a diversas pruebas, internas o externas, como PISA for schools (a la que, por lo general, se presentan más centros privados y concertados que públicos).

En el caso de los primeros, esta prueba (a la que sometieron a 17 de sus centros) fue un indicativo de que, si bien en matemáticas y lectura los resultados eran aceptables, convenía redoblar los esfuerzos en ciencias. Desde entonces se introdujeron medidas correctoras, con prácticas más experienciales, y los alumnos comenzaron a pasar mucho más tiempo en el laboratorio.

Centro sorpresa

En el caso de los segundos, una de las sorpresas, en positivo, tiene un nombre: SAFA Alcalá la Real, en Jaén. En el curso 2016-2017, 46 colegios de Jesuitas de toda España (todos los que contaban con una muestra suficiente) se presentan a PISA for schools. De media lograron 527 puntos en lectura, 525 en matemáticas y 519 en ciencias. Estas rebasan la media de la OCDE y de España, pero la Delegación de Educación de la Compañía de Jesús no publicitó los resultados. De hecho, no ocultan su sorpresa por el hecho de que en el caso de otras redes de centros sí se hayan empleado los resultados en la prueba como reclamo (como tantas veces se ha hecho con pruebas como las evaluaciones diagnósticas o la selectividad), dado que “es un tipo de estudio que hay que leer en su conjunto, y quizá quedas estupendamente en unas cosas y lo vendes con facilidad, pero has de explicarlo todo”.

En el ADN de los jesuitas está que “la evaluación es el motor de la mejora educativa”, y así se tomaron esta prueba, aseguran (como ocurre siempre, cada centro de la red conoce solo el informe global y el suyo propio, pero sin ver un ranking o una comparación con los nombres de los otros centros, que figuran con claves). De ahí que pretendan repetir “para seguir midiendo y mejorando en aquello que no sale tan bien”.

En el caso de SAFA Alcalá la Real fue el primer acercamiento al universo PISA. El centro cuenta con 1.100 alumnos, 73 educadores que se elevan hasta 90 si se cuenta el personal de administración y servicios y los educadores de la escuela hogar, y lleva desde 1940 en una población de unos 17.000 habitantes en un contexto fundamentalmente rural en que la principal base económica es el olivar.

Su director, Nicolás Molina, lo es desde hace 10 años, en un centro en el que ejerce desde hace 30 y de la misma fundación del que fue su colegio y su escuela de Magisterio, SAFA Úbeda. Nos atiende en sus últimos días en el cargo, que abandona este curso para dedicarse plenamente a la docencia (es profesor de FP, en la familia de administración y gestión).

Una de las claves: la FP

En el centro se imparte desde infantil hasta bachillerato y FP. Hay FP Básica, de grado medio y superior.
De hecho, en sus orígenes todo giraba en torno a la Formación Profesional, en tiempos de la FP1 y FP2, que eran los únicos estudios postobligatorios que se ofertaban, y precisamente en la FP sitúa Molina su esencia: “Estamos muy volcados con las competencias clave, tienen un gran peso en la programación didáctica. Está en nuestro espíritu, porque las competencias son un concepto muy arraigado en la FP desde siempre, por lo que, en nuestro caso, educar desde un paradigma competencial no resulta nada novedoso o extraño, y lo importante no es lo que saben los alumnos de matemáticas, lengua o ciencias, sino cómo son capaces de aplicar esos conocimientos a situaciones reales, casos prácticos. Les educamos para que puedan trabajar bien en equipo, se puedan expresar, cuenten con capacidad resolutiva y, en definitiva, logren insertarse en una sociedad compleja”.

En el centro no se han derribado tabiques, como en el caso de otros centros de Jesuitas, pero sí hay una apuesta decidida por el trabajo en equipo, tanto entre el profesorado –bien por ciclos, bien por departamentos- como entre los alumnos: “Se insiste mucho en que el alumnado ha de ser el responsable de su propio aprendizaje, se incentiva la responsabilidad, el esfuerzo, lo que los jesuitas llaman el magis, intentar sacar el mayor rendimiento de cada uno”, explica el director. Además, se está potenciando el aprendizaje cooperativo y basado en proyectos, y el año que viene arrancará una formación específica sobre aprendizaje basado en problemas.

En el SAFA Alcalá la Real no es extraño, por ejemplo, que alumnos de 3º del Programa de Mejora del Aprendizaje y el Rendimiento (PMAR) acerquen a sus compañeros de 6º de primaria conceptos del área de física y química, como recoge la web del centro: “No hay mejor fórmula para aprender que enseñar a otros… Les han hecho sentirse profesores y científicos a la vez. Un magnifico público y unos excelentes aprendices de profesores que han sabido estar a la altura de las circunstancias”. O que el ciclo de FPB de Fabricación y Montaje colabore con sus compañeros de ESO, desde las materias de educación plástica y geografía e historia, en un proyecto interdisciplinar como Las Meninas.

¿Los mejores profesores?

En el terreno del profesorado, Molina destaca como un valor la estabilidad del claustro, “clave al diseñar las programaciones”, y el grado de compromiso, aunque, si la OCDE la semana pasada recomendaba llevar a los profesores excelentes a los contextos más complicados, Molina lo hace extensible: “Yo lo ampliaría. Yo me llevaría a los mejores profesionales al terreno de la educación, sea a centros con un ISEC más complicado o a otros con un ISEC más alto”.

Lo cierto es que para los profesores del SAFA Alcalá la Real, los resultados de PISA for schools fueron un espaldarazo a su labor. “No preparamos la prueba, porque buscábamos que nos dijese realmente la situación en que nos encontramos, que detectara lo que estábamos haciendo bien, para reforzarlo, pero también áreas de mejora, donde diseñar planes para corregir y rectificar”, asegura Molina, que no oculta su satisfacción por los resultados: “A nivel absoluto, coinciden más o menos con la media de España y la OCDE, pero si se tiene en cuenta el ISEC, el rendimiento de los alumnos supera lo esperado”.

En su caso, un aspecto en que se han propuesto mejorar es en el porcentaje de alumnos que se encontraban en el nivel 1 en matemáticas, que buscan reducir a partir del curso que viene. El porcentaje de alumnos en el nivel más alto era razonable y el grueso se hallaba en los niveles centrales, por lo que se han centrado en el nivel 1, con una marca que han de batir (y que prefiere no desvelar).

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/06/19/cuando-la-concertada-tambien-es-inclusiva/

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Las 7 claves de la educación en Portugal

Portugal / 5 de agosto de 2018 / Autor: Aula Planeta / Fuente: Aula Planeta

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Lo que no dicen los ‘rankings’ educativos

Reseña/02 Agosto 2018/Fuente: El país

El libro ‘Gigantes de la Educación’ recorre el mundo en busca de las historias personales de maestros y escuelas que no se reflejan en los exámenes ni en los informes

Una maestra que daba clases a escondidas a las niñas en Kabul, durante el período talibán. El profesor de una hagwon (academia extraescolar) surcoreana al que los padres exigen más deberes. Robótica en Estonia. Los estudiantes que acabaron con las escuelas segregadas en Estados Unidos. Poesía con el móvil en el Bronx. Violines en Caracas. Boxeo en Río de Janeiro. Monopatines en Adís Abeba. Herramientas diversas para sacar a los niños de la calle. Y del sofá. Sus historias no aparecen en ningún ranking educativo.

El libro Gigantes de la educación. Lo que no dicen los rankings (Fundación Telefónica, 2017) nació con el objetivo de poner rostro, nombre y contexto a las cifras sobre educación internacional. Recoge reportajes y entrevistas sobre educación en el terreno a profesores, padres, alumnos, académicos y políticos, en contextos tan distintos como: Cuba, Corea del Sur, Hong Kong, Singapur, Afganistán, Venezuela, Brasil, EE UU, Estonia o Etiopía, junto a entrevistas a distancia o en España a expertos de otros sistemas enfoques de enseñanza como el de Ontario en Canadá, Reggio Emilia en Italia y la aclamada Finlandia. El prólogo lo escribe el educador británico Richard Gerver, que bajo el título Al final, todo trata de personas, lanza un mensaje a los fanáticos de las evaluaciones: “Los cerdos no engordan por pesarlos”. Estos son algunos de esos rostros, nombres y contextos… que hay detrás de las cifras.

Gigantes asiáticos: la herencia del Examen Civil

Siguiendo la pista de las evaluaciones internacionales, uno de los primeros viajes de Gigantes de la Educación fue a tres gigantes asiáticos: Corea del Sur, Hong Kong y Singapur. Desde que se publicara el primer Informe PISA (el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes de la OCDE que desde 2000 evalúa trienalmente a los estudiantes de 15 años en Matemáticas, Ciencias y Lectura) gobiernos y medios miran al ranking como a la clasificación de la Liga de Fútbol. Y en la quiniela, los asiáticos ganan por goleada. Siete de los diez mejores sistemas de las últimas evaluaciones PISA (2012 y 2015) fueron asiáticos. Singapur (1º), Japón (2º), Taiwán (4º), Macao (6º), Vietnam (8º), Hong Kong (9) y las cuatro provincias que participaron de China —Pekín, Shanghái, Jiangsu, Guangdong— (10º), junto a Estonia (3º), Finlandia (5º) y Canadá (7º). Es más, dice la OCDE que los estudiantes más desfavorecidos de Macao y Vietnám superaran a los estudiantes más favorecidos de 20 países (PISA 2015).

Más allá de los resultados, en los sistemas de Asia Oriental los retos son comunes: los niños estudian demasiadas horas, el sistema es demasiado rígido y muy enfocado a un examen. Las virtudes también se asemejan: la importancia de la educación y el respeto por los profesores. Para el profesor Kaim-ming Cheng, de la Universidad de Educación de Hong Kong, más allá de estereotipos que simplifican los resultados asiáticos, existe una base cultural en las que denomina “las sociedades de los palillos”, que son las sociedades que comparten dos ingredientes: comen con palillos y durante siglos se enfrentaron al Examen Civil: Corea, Japón, China continental, Taiwán, Hong Kong, Macao y Vietnam.

El Examen Civil fue una especie de oposición a funcionario imperial, a la que cualquier varón, sin importar su origen podría presentarse y arraigada en estos países por más de 1.300 años. Aprobar el examen significaba sacar a toda la familia de la pobreza, lo que hizo calar a fondo la meritocracia pero también asentó la idea de que examen y educación eran la misma cosa.

Asia olvidada: las luchadoras de Kabul

Si la educación de Afganistán se reduce a unas cifras, se puede concluir que un 60% de las niñas de Afganistán está fuera del colegio, según datos de 2018 de Unicef. Si los números se sustituyen por personas, la educación en Afganistán es la historia de la profesora Sahila, de las parlamentarias Farida Hamidi y Fawzia Koffi, de las universitarias Mursal, Sadaf, Nagina, Lina y Manizha o de las boxeadoras Sadaf, Shabnam, Farzana y Fátima y el resto de integrantes del equipo de boxeo femenino de Afganistán.

Chicas estudiantes en Kabul (Afganistán).
Chicas estudiantes en Kabul (Afganistán).

Cuando en 2001, los talibán llegaron al poder, la hija de la profesora Sahila tendría que haber empezado el colegio. La enseñanza quedó prohibida a las mujeres a partir de los ocho años y ella decidió dar clases a escondidas a su hija y a las niñas de otros vecinos: “Si me hubieran descubierto, me habrían matado”. La parlamentaria Farida Hamidi también fue amenazada cuando abrió la primera escuela para niñas de Nimruz, tras el período talibán. La lucha de Sadaf, Shabnam, Farzana y Fátima es literal: a puñetazos.

“El Sistema” de Venezuela: La belleza como derecho

El maestro venezolano José Antonio Abreu creía en el arte como derecho universal. Estaba convencido de que la belleza transformaba el alma de un niño para convertirlo en uno más feliz, más completo y por tanto, mejor ciudadano. Defendía que era posible vencer a la pobreza material con riqueza espiritual y que, por eso, cuando entregabas a un niño de un entorno marginal un instrumento, le estabas dando un arma para salir de la pobreza. Con ese propósito, en 1975, Abreu creó el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, una red de orquestas infantiles y juveniles por todo el país.

Chicos participantes en 'El Sistema' en Venezuela.
Chicos participantes en ‘El Sistema’ en Venezuela.

En Los Chorros, uno de los núcleos del Sistema en Caracas, hay niños y adolescentes afanados a sus violines y contrabajos, que de repente, cuando interpretan la Sinfonía número 8 de Beethoven, son algo grande, son artistas. “El Sistema se ocupa de sacar a los niños de la calle cuando no están en la escuela y les enseña unas habilidades, como la disciplina, la tolerancia o la comprensión que muchos, desgraciadamente, no aprenden en casa”, explica el directo del Núcleo de Los Chorros, Lennar Acosta. Lo sabe porque él fue uno de esos niños. Habla sin rodeos: “Si no me hubiera dedicado a la música, estaría muerto”.

EE UU: Los estudiantes que acabaron con las escuelas segregadas

En un pueblo de Virginia, tan remoto como su nombre, Farmville (granja), unos niños cambiaron la historia de su país, Estados Unidos, aunque no aparezcan en los libros de texto. En 2014, se celebró el 60º aniversario del fin de la doctrina ‘separados pero iguales’, una política aprobada en 1896 por el Tribunal Supremo de EEUU, que sostenía que mientras las instalaciones separadas para blancos y negros fueran iguales, la segregación no violaba la Ley. Gigantes de la Educación visitó a los antiguos estudiantes del colegio para niños negros en el que se fraguó una huelga estudiantil que puso fin a esa ley. El 70% de los demandantes del llamado caso “Brown contra Topeka”, que acabó con las aulas segregadas, procedían de ese colegio.

Antiguos estudiantes de Farmville, Virginia (EE UU).
Antiguos estudiantes de Farmville, Virginia (EE UU).

La entrevista tiene lugar en la escuela en la que ocurrió todo, hoy convertida en un modesto museo. Los antiguos estudiantes son septuagenarios. Dicen que nunca pensaron en hacer historia; eran niños, solo querían una escuela mejor. “Yo tenía 10 años, así que realmente no pensaba en las consecuencias. Creo que lo único que me daba miedo era que mis abuelos me regañaran por faltar a clase”, recuerda Joy Speakes, una de las alumnas que participó en las protestas. Explica que su colegio estaba pensado para 180 niños y eran 450, “así que el condado construyó tres gallineros para meternos. Cuando llovía, el agua se colaba por el techo y teníamos que sostener el paraguas durante toda la clase para no mojarnos, nada que ver con el colegio para niños blancos, a solo unas manzanas, con cafetería y gimnasio”.

Aquellos niños, con el apoyo de sus padres y luego de la organización de Derechos Civiles NAACP fueron a juicio y ganaron. El 17 de mayo de 1954, el Tribunal Supremo declaró que las instalaciones educativas separadas eran “inherentemente desiguales”. Pero en Virginia, la batalla duró más. Como el gobierno de Virginia no estaba dispuesto a que niños blancos y negros estudiaran juntos, cuando se publicó la sentencia, cerraron las escuelas públicas durante cinco años. Muchos afroamericanos de esa edad no pudieron volver a estudiar. Mickie Garrington, de 65 años, fue una de las estudiantes afectadas por el cierre: “Cuando me lo dijeron mis padres me sentí muy mal (…). La decisión no tenía sentido para una niña de 10 años”. “No puedes ir al colegio porque la gente blanca cree que no mereces ir a clase con ellos, eso para una niña no tiene sentido”.

Brasil: Cantos de sirena en la favela

“Yo soy vulnerable al canto de sirenas”, resolvió la alumna, de 14 años, tajante y se produjo un silencio incómodo. Era su interpretación tras leer La Odisea de Homero, durante una tertulia literaria que se celebró en una escuela situada en una de las comunidades más violentas de Rio de Janeiro, la Pavuna.

Eloisa Mesquita, la gerente del Ginásio experimental carioca, una red de innovación pedagógica que integra a 28 escuelas de Río de Janeiro, recuerda la anécdota para exponer el alcance de las tertulias literarias dentro de las llamadas comunidades de aprendizaje, a las que se han unido. A través de las tertulias literarias pretenden hacer partícipes de las escuela a toda la comunidad. Participan: profesores, familias, alumnos, vecinos y voluntarios. También en Río, en otra comunidad, Lecimar y Antonio “Gibi” utilizan el boxeo para sacar a los adolescentes del sofá.

Estudiantes brasileños.
Estudiantes brasileños.

Gigantes de la Educación visitó Brasil en 2014, en un momento de descontento popular en el que las calles se llenaban de manifestantes al grito de “¡Brasil despertó!”. Luiz Cláudio Costa, presidente del Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas (INEP), asegura en entrevista que: “Si miras los datos de la última década verás que Brasil no estaba dormido”. Menciona los programas como la Bolsa familia y Brasil sin miseria con los que más de 36 millones de personas superaron la pobreza extrema en los últimos años; los cinco millones de jóvenes que se matricularon en la escuela entre 1991 y 2012, y cerca de tres millones en la educación superior.

Estonia: robots y ruido

Sentada en el suelo del aula, rodeada por pequeños robots, la profesora Birgy Lorenz, explica que, desde hace tres años, en los colegios de Estonia se trabajan los temas de manera transversal porque la vida “no se basa en asignaturas”. En Estonia, un país donde se vota a las elecciones desde el smarthphone, se crean empresas en cuestión de minutos y un par de clics y hasta se donan órganos por Internet, en los últimos años, la tecnología también dio el salto al ámbito educativo. Dos iniciativas sobresalen en esta área, una es la denominada “e-School”, una plataforma que se puso en marcha en 2002 y que pone en contacto a padres, profesores y alumnos; la segunda es la enseñanza de programación, que Estonia imparte en sus colegios, desde 2012, a partir de los siete años.

Birgy Lorenz, con sus robots.
Birgy Lorenz, con sus robots.

Lorenz fue Premio Microsoft en 2009, premio al profesor más innovador de Europa en 2010 y profesora del año de Estonia, en 2011. Dice que enseñar robótica a niños también cambia la forma de dar clase: “Antes se creía que una buena educación era con todos sentados en silencio y cuando enseñas por primera vez robótica, los niños hacen mucho ruido y es que el aprendizaje hace ruido ¡y es un buen ruido!”.

La primera rampa de monopatín de Etiopía

El primer día que Izzy se deslizó con un monopatín por la empinada cuesta del barrio Shiromeda, en Adís Abeba (Etiopía), una multitud de críos le persiguió boquiabierta, entre risitas. Aquel artilugio trotaba divertido, entre motocicletas, asnos y niños con uniforme que salían de clase, en las montañas Ontoto.

Izzy (en el centro), en Adís Abeba.
Izzy (en el centro), en Adís Abeba.

“Donde crecí no hay nada que inspire a la juventud, uso el patín como herramienta para empoderarlos”, asegura el artista que ha creado con ese fin el proyecto Megabiskate, Love in action para ayudar a los niños del barrio, la mayoría involucrados en la venta ambulante. Planeta Futuro publicó la entrevista íntegra con este cantante de reggae que explica su particular fórmula del éxito: “Cree en alguien y esa persona será capaz de hacer cualquier cosa”.

El libro Gigantes de la educación. Lo que no dicen los rankings (Fundación Telefónica, 2017) está disponible en librerías y se puede descargar aquí de manera gratuita.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/07/18/planeta_futuro/1531902520_544390.html

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Educación chilena: la fría espada de las cifras

Chile / 22 de julio de 2018 / Autor: Francisco Ocaranza Bosio / Fuente: UBO

Nadie puede dudar que los últimos años han sido interesantes (y dolorosos) para la educación.

A partir del movimiento estudiantil de 2006, el de los pingüinos, y luego con una frecuencia casi anual, el alumnado nacional, y a veces también los profesores, han manifestado a través de diversos canales y estrategias, su malestar (casi una náusea sartreana), por las condiciones del sistema en relación a aspectos como calidad, financiamiento, inclusión y otros.

Al mismo tiempo, la academia se ha hecho eco de esta situación, proliferando la publicación de libros y artículos relativos al tema, además de la organización de seminarios y jornadas reflexivas. La prensa también hace lo suyo mediante columnas, en especial de fin de semana.

¿Qué hay tras todo esto? Pues es muy probable que una situación de desigualdad que supera por mucho la mera coyuntura, sino que se enraíza profundamente con la historia de nuestro país.

En 2014, de acuerdo al Ministerio de Educación (MINEDUC), Chile contaba con cinco millones de estudiantes. El 76% repartido entre el nivel de parvularia, básica y media, y el 24% restante en el superior. De los 762 mil en edad preescolar, el 32% acude a instituciones de la JUNJI o Integra, mientras que el 68% restante a establecimientos escolares.

A nivel básico hay alrededor de dos millones de alumnos, de los cuales un 53% asiste a instituciones particulares subvencionadas, 40% a municipales, y 7% a particulares pagadas. En el nivel medio, el 51% a particulares subvencionados, el 37% a municipales, el 8% a particulares pagados, y el 5% a corporaciones de administración delegada.

Respecto de la educación superior, el 27.4% de los estudiantes asisten a instituciones del CRUCH, el 31% a universidades privadas fuera del CRUCH, el 29.4% a institutos profesionales, y el 12.2% a centros de formación técnica.

En materia de recursos económicos destinados a cada estudiante, Chile destina la mitad que el promedio OCDE (US$ 5.092 versus 10.000), 6.500 en el nivel parvulario (18% del PIB per cápita), 4.074 en el escolar (19%), y 7.600 (35%) en el superior.

Las cifras relativas al PIB per cápita también se encuentran bajo el promedio OCDE, donde se alcanza un 22%, 25% y 41% respectivamente. Sin perjuicio de esto, cabe destacar que existe un incremento del 12% en el gasto destinado a la educación escolar, entre 2008 y 2013, y de un 5% en educación superior en el mismo período de tiempo.

Asociado a todo esto debe tenerse en cuenta la fuente de financiamiento de la educación, que en Chile cuenta con una importante proporción procedente de la billetera del particular. Así, el gasto privado en la educación escolar asciende al 21% (solo 9% promedio OCDE), y 62% la universitaria (30% OCDE), lo que tiende a compensar lo expuesto en el párrafo anterior.

El sistema de educación, vigente desde la década del 80, y ligeramente modificado en 1994 a través de la instalación del sistema particular subvencionado para el nivel básico y medio, trae como una de sus consecuencias más marcadas, un altísimo nivel de segregación, favoreciendo una inevitable reproducción de la estratificación social.

A este respecto es ilustrativo tomar en cuenta los resultados obtenidos en la prueba PISA de 2012, donde Chile ocupa el penúltimo lugar de la OCDE en competencia lectora mínima (68% frente al 80%). La diferencia en el rendimiento entre el primer y el quinto quintil es de más de 35 puntos porcentuales, mientras que el promedio OCDE es de 20.

En materia de distribución de recursos en la escuela, o disponibilidad de los mismos en relación a la condición socioeconómica, Chile presenta un ratio de concentración superior a 30%, existiendo quince países OCDE con rangos que van del 0% al 10%, y otros cinco con índice negativo, debido a sus políticas de igualdad de oportunidades a partir de las cuales las familias de menores ingresos reciben mayores recursos con un fin de igualación.

Finalmente cabe considerar la segregación social existente entre escuelas, de acuerdo al índice de Duncan (0 es integración total y 1 segregación absoluta), donde Chile ocupa la última posición del listado.

Pareciera que ante esta realidad es inevitable experimentar el frío y lacerante filo de una espada que nos hiere permanentemente, sin perjuicio de algunas notables excepciones que uno podría considerar.

Fuente del Artículo:

http://www.ubo.cl/educacion-chilena-la-fria-espada-las-cifras/

ove/mahv

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Panamá: Meduca pone en marcha la aplicación de la prueba PISA

Centro América/Panamá/19 Julio 2018/Fuente: La Estrella Panamá

Las pruebas nacionales del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) se iniciaron este lunes 16 de julio.

Las evaluaciones serán aplicadas a 6,300 estudiantes durante ocho semanas consecutivas, en unas 212 escuelas de las 16 regiones educativas del sector oficial y particular, informó el Centro Nacional PISA del Ministerio de Educación.

Panamá se reincorpora a los 81 países que participan en el séptimo ciclo de este programa.

El Gobierno Nacional ha destinado $280,000 para realizar las pruebas que servirán para evaluar el nivel de la educación nacional, al compararla a los estándares internacionales que impone la prueba. PISA mide la calidad, equidad y la eficiencia en materias como matemáticas, ciencias y lectura comprensiva de los estudiantes.

Según el centro nacional PISA, las capacitaciones se han realizado en las 16 regiones educativas del país, donde se ha capacitado a personal seleccionado con alto perfil y competencias en el conocimiento informático.

El personal que las aplicará fue elegido con las escuelas de región. Por ahora se está en un proceso de capacitación al personal que se encargará de la aplicación de las pruebas a los estudiantes de las regiones educativas.

La capacitación a los profesionales seleccionados la está brindando personal técnico especializado del Centro Nacional PISA entrenado bajo la supervisión de un observador externo contratado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico.

Además, se aclaró que este es un proyecto del país, cuya responsabilidad de ejecutar recae en el Meduca, el cual permite evaluar los conocimientos de matemáticas, ciencias y lectura de los jóvenes de 15 años y así evaluar las mejoras en el desarrollo educativo que requiera el país, concluyó PISA.

La última vez que Panamá participó en las pruebas PISA fue en 2009, con resultados poco alentadores.

Los resultados de esta actual prueba serán revelados al país en el mes de diciembre 2019.

Fuente: http://laestrella.com.pa/panama/politica/meduca-pone-marcha-aplicacion-prueba-pisa/24073644

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Los peligros de una escuela hostil

España / 15 de julio de 2018 / Autor: Salvador Rodríguez Ojaos / Fuente: El Blog de Salvaroj

«El trabajo de un profesor no es enseñar asignaturas, sino enseñar a los estudiantes.» Ken Robinson

Conviene tener siempre presente que la educación, de un modo u otro, nos afecta a todos (como docentes, como padres, como alumnos, como ciudadanos…). Del mismo modo, no podemos olvidar que todos podemos hacer algo por cambiar la educación, por mejorarla. No valen excusas, no podemos escudarnos en leyes obsoletas y políticas económicamente malintencionadas, no podemos ampararnos en yo solo soy un alumno o un padre, no podemos escondernos detrás de la excusa perfecta: las cosas son así. Afortunadamente hay muchos docentes, directores de escuelas, padres e incluso alumnos que demuestran cada día que una escuela distinta es posible.

La escuela de los estándares, de las reválidas y de PISA corre el riesgo real de convertirse en una escuela hostil, en una escuela para unos pocos, dejando fuera del sistema a un gran número de alumnos, a una gran cantidad de futuros ciudadanos. Es por ello que, más allá de sistemas educativos y de políticas educativas afiliadas a ideologías políticas concretas, la escuela debe ser inclusiva, rica en su oferta, heterogénea en sus planteamientos, rica en lenguajes, variada en sus inteligencias…, es decir, una escuela diversa.

Dice Tonucci que «En esta escuela el maestro no será ya quien posee la verdad y la garantiza, sino quien proporciona el método, el experto que sabe hacer trabajar conjuntamente a los alumnos con sus diferencias, sacando partido de esa diversidad y respetando las potencialidades de cada uno«. De ese modo la escuela podrá cumplir con su verdadero cometido que es el de formar personas capaces de participar en la sociedad de manera activa, crítica y constructiva; formar personas capaces de entender y apreciar su cultura y valorar y respetar las de los demás; formar personas capaces de desarrollar todo su talento y de vivir su vida con dignidad y disfrute con independencia económica.

Los peligros de una escuela hostil son demasiado importantes como para cruzarnos de brazos y dejar pasar el tiempo sin hacer nada. En cualquier momento, desde cualquier lugar todos y cada uno de nosotros tiene la capacidad y la posibilidad de cambiar la educación, sino es así… ¡cuánto talento desperdiciado a diario en nuestros centros educativos!

Fuente del Artículo:

https://www.salvarojeducacion.com/2015/06/los-peligros-de-una-escuela-hostil.html

ove/mahv

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El éxito del modelo educativo en Canadá, donde los profesores no se eligen en oposiciones

Autor: El País

Los directores de centro tienen un rol esencial en el diseño de los programas académicos en uno de los países del ‘top 10’ en PISA

En algunas provincias de Canadá, como Ontario, a los profesores se les contrata en función de las necesidades del colegio. No hay oposiciones, son los directores de los centros los que determinan cuántos docentes necesitan cada curso y para qué asignaturas. Si después de dar una clase ante un comité de expertos y de pasar una entrevista personal son elegidos, se les contrata y pasan a ser funcionarios. Durante los dos primeros años, el director del colegio revisará su trabajo y, si se ajusta a los estándares, volverá a enfrentarse a ese control cada cinco años. A los 54 años de edad, ese profesor podrá jubilarse y su pensión será una de las más altas del cuerpo de funcionarios de Ontario, unos 48.000 dólares canadienses al año (31.600 euros). El salario medio de un profesor en esa provincia, cuya capital es Toronto, es de 80.000 dólares al año (52.750 euros).

En Ontario, donde el 94% de los alumnos están matriculados en centros públicos, cuando los estudiantes cumplen 14 años pueden elegir las asignaturas que más les interesan y crear su propio itinerario. Además, pueden escoger entre tres niveles de dificultad para cada una de esas materias: académico (que les permite acceder a la Universidad), applied level (que les conduce al al llamado college) o locally developed (pensado para una rápida incorporación al mercado laboral). La educación obligatoria es hasta los 16 años.

«Nuestro sistema no es academicista; no se basa en memorizar contenidos de libros de texto, sino en la aplicación práctica», explica Bruce Rodrigues, ministro de Educación de Ontario, que concentra el 40% de la población total de Canadá. La igualdad es una de las prioridades del programa educativo en un país en el que el 22% de los habitantes no nacieron en Canadá. «Tenemos muy presente a colectivos como el LGTBI y modificamos los programas en función de las características de los habitantes de las diferentes zonas», señala Rodrigues.

Pone un ejemplo: si hay un grupo importante de niños inmigrantes que no han vivido en países en los que había jardines en las casas, se elimina ese tipo de contenido de los enunciados o preguntas de los ejercicios de clase. «Estamos identificando las nuevas narrativas que usan los alumnos; ahí está la innovación», asegura el ministro. Su gabinete está participando de forma «muy activa» en la nueva medición de competencias lanzada por PISA para 2018, la denominada competencia global, un nuevo cuestionario que analizará el pensamiento crítico, la capacidad de interactuar con respeto, la empatía, la comprensión de los conflictos mundiales o el conocimiento intercultural de los estudiantes de 15 años.

Rodrigues comenzó su carrera profesional como profesor de matemáticas y confía plenamente en la capacidad de los directores y de los llamados school boards (comités escolares) para diseñar los programas académicos y contratar al profesorado. ¿Cómo pueden estar seguros de que el proceso es justo y transparente? «Todos los profesores tienen que colegiarse y tenemos un cuerpo regulador que lo gestiona. Los directores supervisan que su forma de dar clase es la correcta y, si no cumplen, pueden ser despedidos», detalla Rodrigues.

El presupuesto que el Ministerio de Educación de Ontario ha destinado a educación infantil, primaria y secundaria en el curso 2017-2018 es de 17.900 millones de euros, frente a los 3.250 millones que se llevan las universidades y los colleges (centros de educación superior con un enfoque más práctico que las universidades). En 2017, el Ministerio de Educación español destinó 2.525 millones de euros a Educación, a lo que se sumaron los 36.900 millones aportados por las comunidades autónomas.

Marta Velasco en el instituto Don Mills de Toronto.
Marta Velasco en el instituto Don Mills de Toronto.
Todd Bushell es el director del instituto público Don Mills Collegiate Institute, en Toronto. «Ponemos el foco en el pensamiento crítico, la información está en Internet», cuenta mientras recorre algunas de las aulas más innovadoras del centro, como la de arte y diseño gráfico o la de green industries (sobre el cambio climático). Una de las claves del sistema educativo canadiense es que las habilidades emocionales forman parte de la evaluación. «Medimos los hábitos de trabajo, el auto control, la responsabilidad, la organización, la colaboración y la iniciativa propia. Son los indicadores del éxito en la vida adulta del alumno», precisa. 

Ese instituto tiene 90 estudiantes internacionales. La madrileña Marta Velasco es una de ellas. Llegó en agosto para cursar un año de intercambio. Tiene 16 años y estudia en el colegio concertado Gredo San Diego, en Guadarrama. Está en primero de bachillerato. «La principal diferencia con España es que aquí te autorregulas. Tengo el móvil encima de la mesa y yo decido si tengo una llamada urgente que atender». Le llama la atención que casi todos sus compañeros trabajan en el parque de atracciones los fines de semana. «En España todo es tomar apuntes. Aquí las cosas se consensúan, el profesor nos pregunta qué día nos parece bien entregar. No hay tanta disciplina».

Cuenta que las matemáticas se le dan fatal, pero que este curso ha escogido la modalidad intermedia y está avanzando a buen ritmo. Tiene derecho (legislación de Canadá), antropología o parenting (crianza en español), una asignatura en la que enseñan el proceso de embarazo, la igualdad en la crianza y en la que se llevan un robot con forma de bebé a casa durante cuatro días. La matrícula para estudiantes internacionales cuesta 14.000 dólares al año (unos 9.200 euros), a lo que se suman unos 1.200 de alojamiento en una familia al mes (unos 780 euros).

A ella le ayudó a tramitar su estancia la consultoría de educación The Lemon Tree Education, con sede en Madrid. Gestionan los intercambios de unos 200 estudiantes españoles al año, el 70% viaja a Canadá. «La mayoría se marchan en cuarto de la ESO, pero depende de la madurez del alumno», indica Rubén Castillo, cofundador de la empresa. Analizan cada caso: miden las expectativas del estudiante, sus notas o su experiencia más complicada, entre otras cuestiones. Trabajan con un gabinete externo de psicólogos. Cubren las 10 provincias de Canadá y sus honorarios alcanzan los 3.000 euros. «Desde el punto de vista académico, Canadá es uno de los países más avanzados del mundo. Su visión del respeto a los demás es esencial y eso se transmite muy bien en los colegios. Los alumnos regresan transformados», precisa Castillo. La Fundación Amancio Ortega ofrece 500 becas al año para que estudiantes españoles de cuarto de ESO puedan ir un año gratis.

Fuente: https://elpais.com/economia/2018/05/28/actualidad/1527526183_441482.html

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