América del sur/Uruguay/28 Octubre 2017/Fuente: El observador
Plan del líder de las pruebas PISA está presente en 48 colegios privados
América del sur/Uruguay/28 Octubre 2017/Fuente: El observador
Plan del líder de las pruebas PISA está presente en 48 colegios privados
Por: Noa de la Torre.
La evaluación del sistema educativo no es algo nuevo. Hay informes internacionales tan famosos como el de PISA, las comunidades autónomas han regulado sus evaluaciones diagnósticas… Pero, ¿quién evalúa a los profesores? Es más, ¿hay que evaluar su tarea docente? En la Universitat de València, en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, arranca este lunes el VI Coloquio de la Red Iberoamericana de Investigadores sobre Evaluación de la Docencia(RIIED), que abordará básicamente la evaluación para la carrera profesional docente.
De hecho, entre los objetivos de RIIED figura el de «visualizar la evaluación docente como una herramienta indispensable para la mejora de la calidad educativa en todas las instituciones educativas independientemente del nivel educativo de que se trate». Por tanto, cabe preguntarse cómo podría extenderse a la enseñanza obligatoria lo que ya se hace también en la universitaria.
De entrada, el catedrático de Medición y Evaluación Educativas y coordinador del congreso, Jesús M. Jornet, afirma que la solución a los males de la educación en España no pasa exclusivamente por la evaluación de los profesores: «Hay muchos factores previos que están detectados y legitiman decisiones político-administrativas acerca de la estructura y funcionamiento del sistema y centros educativos».
En su opinión, por tanto, la evaluación del profesorado debería considerarse sólo después de solventar las deficiencias estructurales y de otro modo, acompañando un nuevo modelo de carrera profesional docente», que por otro lado no existe, según lamenta.
La evaluación personal e individual de cada docente -y no la del conjunto del sistema educativo- no tiene por qué ser la panacea. La evaluación del profesorado, ya sea para mejorar (la verdaderamente válida para los expertos) o para controlar (con incentivos o medidas punitivas), puede versar sobre los siguientes aspectos: las competencias en la materia de su responsabilidad, competencias pedagógicas, aportaciones en la institución educativa en la que trabaja y en relación con la comunidad escolar, etc.
En todo caso, la evaluación más defendida en el ámbito académico partiría de una autoevaluación que deberían luego validar expertos externos. Ahora bien, hay indicadores a tener en cuenta, según Jornet, porque «afectan a la actuación de los centros»: con qué población y en qué condiciones trabaja el docente, qué metodología didáctica utiliza y cuáles son los resultados (sin olvidar el concepto de inclusión educativa).
A partir de ahí, ¿cuáles pueden ser las ventajas y cuáles los inconvenientes de esta evaluación? «Un enfoque institucional que sirva para evaluar a los centros educativos y aporte informaciones que ayuden a planificar sus procesos de mejora sería muy positivo para la innovación permanente. En este tipo de enfoque el profesorado se trataría como una parte de la institución y el énfasis no estaría en evaluar la actuación individual como algo descontextualizado del centro en que trabaje», explica el catedrático de la Universitat.
Por el contrario, «enfoques individualizados de evaluación del profesorado» pueden no ser convenientes en el actual contexto, precisamente porque «producirían más problemas que ventajas». «El mayor inconveniente sería el rechazo a la evaluación y los problemas que añadiría a un sistema que tiene elementos estructurales y funcionales que previamente deberían mejorar, y que no está en las manos del profesorado solucionarlos, sino en las autoridades político-administrativas», afirma Jornet.
Así que antes de implantar la evaluación docente, en opinión de este experto habría que abordar otros problemas «obvios» del sistema educativo español: el acceso y la promoción del profesorado o la asignación de plazas a centros, por ejemplo. Y aquí Jornet se refiere a «la existencia de excesivos docentes transeúntesque pasan gran parte de su carrera trasladándose de un centro a otro hasta que llegan a una plaza estable», lo que a su vez dificulta la creación de equipos docentes estables en muchos centros educativos.
Por otro lado, Jornet apunta a la inexistencia de una carrera profesional «real»: «Es plana, desde el acceso a la jubilación no hay un modelo de carrera que constituya una verdadera promoción personal y profesional que incentive la mejora». Y a todo ello se suma «la falta de autonomía de los centros educativos que no pueden incluir entre sus decisiones la de seleccionar al profesorado más adecuado para desarrollar sus proyectos de centro».
Fuente:
http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/2017/10/22/59eb5eece2704e85378b459a.html
Imagen: http://e00-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2017/10/21/15085974645636.jpg
España/23 de Octubre de 2017/Noticias de Álava
La consejera de Educación cree que la Lomce ha menoscabado el prestigio de las evaluaciones y confía en que el fin de las reválidas planteadas por Wert acabe con esta corriente de opinión.
La consejera de Educación, Cristina Uriarte, está preocupada por algunas “actitudes anti-evaluación” que han surgido en parte de la escuela vasca tras la entrada en vigor de la Ley para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce). “Tengo que reconocer que me sorprende y me preocupa la evolución que está experimentando la percepción que en algunos sectores se está extendiendo en relación a las evaluaciones”, señaló Uriarte en la apertura en Donostia de las jornadas Evaluaciones a Gran Escala: el caso de PISA y otras evaluaciones de diagnóstico, organizadas por el Departamento de Educación y la Facultad de Educación, Filosofía y Antropología de la UPV/EHU.
El Departamento de Educación intentó dilatar en el tiempo la aplicación de las evaluaciones que introduce la ley Wert al margen de los exámenes ordinarios y dio libertad a las direcciones de los centros para su realización o no puesto que estas pruebas no tienen efecto alguno en el expediente académico del alumnado. Prácticamente el 100% de las ikastolas no se ha sometido a estas pruebas los últimos años en respuesta a las directrices de Ikastolen Elkartea. En 2015 el plante a las evaluaciones de 3º y 6º de Primaria fue masivo, únicamente las realizaron 13 centros de Kristau Eskola y uno de la red pública, según Hezkuntza Plataformen Topagunea.
En paralelo, el Gabinete Uriarte encargó al Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa (ISEI-IVEI) el diseño de las pruebas exigidas desde Madrid bajo criterios vascos, tal y como establece el Currículum Vasco. Pero ni aún así, la medida logró calar en la comunidad educativa. El año pasado fue la prueba de fuego de las evaluaciones piloto diseñadas por el ISEI-IVEI para 4º de ESO y 6º de Primaria. Y un 30% de los 90 centros convocados boicoteó su realización.
Entonces Uriarte denunció “múltiples presiones” y “acoso” en ciertos centros y ayer se mostró segura de que la intención de quienes han tomado esa postura pública “no es la de perjudicar a la escuela vasca, pero lo cierto es que esa postura tiene sus consecuencias negativas”.
EVALUACIÓN VS REVÁLIDAS Además de por otros muchos factores, “la nueva ley ha sido muy perjudicial también para la visión que se tenía de las evaluaciones de diagnóstico, y en general para el conjunto de las evaluaciones” advirtió Uriarte, en referencia a la confusión que se ha creado entre el concepto de la evaluación y las reválidas que planteaba inicialmente la Lomce.
“Ha habido ocasiones en las que se han venido mezclando conceptos similares pero a la vez tan alejados entre sí como son una evaluación diagnóstica y una reválida”, señaló la consejera quien criticó que durante meses se ha reflejado el término “evaluación diagnóstica” como sinónimo de “reválida”, o viceversa. “Ahora, por suerte, y espero que de manera definitiva, las reválidas que inicialmente recogía la Lomce, están metidas en el cajón” dijo. Y así mostró su confianza en que “seamos capaces de recuperar el camino”.
No en vano, para Uriarte las evaluaciones juegan “ un papel primordial” para el sistema educativo, en especial para la implantación de los planes de mejora o para adoptar las medidas que redunden en la mejora de resultados y la innovación. “Evaluar y ser evaluados es uno de los elementos fundamentales ante cualquier deseo de mejora”, sostuvo. Uriarte incidió en que los diferentes tipos de evaluaciones, “sean externas o internas, definidas en Euskadi en base a nuestra realidad o confeccionada y dirigida por organismos internacionales, todas ellas tienen un valor” y son “complementarias” y transmiten datos valiosos para la mejora.
Fuente: http://www.noticiasdealava.com/2017/10/20/sociedad/uriarte-contra-las-actitudes-anti-evaluacion-lomce
Asia – Europa / 22 de octubre de 2017 / Autor: Evelynr / Fuente: NewsGur
La última prueba PISA, realizada en el 2016, arrojó que los asiáticos son las superpotencias educativas a nivel mundial. Los tres primeros lugares fueron ocupados por Singapur, Japón y Estonia. Si bien es arriesgado decir que hay una fórmula acertada para mejorar la educación, aquí les dejamos las opiniones de los especialistas acerca de lo que hace que estas naciones destaquen en la educación. Las estadísticas parecen indicar que la expectativa de muchos de los países más exitosos en la educación, es que la gente haga lo que se les dice. Una cultura centrada y conformista, un sentido de propósito colectivo o un Estado de un sólo partido de los tradicionales parecen ser elementos que dan mejores resultados.
Los tres primeros lugares fueron ocupados por Singapur, Japón y Estonia. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó sus clasificaciones internacionales de las pruebas PISA (Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), realizadas cada tres años y que miden el desempeño en ciencias, lectura y matemáticas. El estudio se basa en el análisis del rendimiento de estudiantes de 15 años mediante exámenes estandarizados.
Según dice el informe PISA, las pruebas no miden sólo si un estudiante puede reproducir conocimiento, sino también si este es capaz de extrapolar a partir de lo que ha aprendido y aplicar el conocimiento adquirido en aquellas situaciones que le son poco familiares, dentro y fuera de la escuela. Si bien es arriesgado decir que hay una fórmula acertada para mejorar la educación, aquí les dejamos las opiniones de los especialistas acerca de lo que hace que estas naciones destaquen en la educación.
Las estadísticas parecen indicar que la expectativa de muchos de los países más exitosos en la educación, es que la gente haga lo que se les dice. Una cultura centrada y conformista, un sentido de propósito colectivo o un Estado de un sólo partido de los tradicionales parecen ser elementos que dan mejores resultados. Aunque hay excepciones, por ejemplo, los finlandeses consiguen un elevado rendimiento con un fuerte sentido de independencia liberal.
En la educación existe también un fenómeno llamado «la maldición de los recursos», pues las economías basadas en riquezas naturales, como las que tienen vastas reservas de petróleo, rinden menos en la educación, algo que pasa por ejemplo, en gran parte del Oriente Medio.
Por el contrario, los países pequeños con pocos recursos naturales han tenido que aprender rápidamente cómo vivir de su ingenio. Tal es el caso de Corea del Sur, que hace 60 años tenía uno de los peores índices de analfabetismo a nivel mundial y hoy es una de las potencias en la producción de dispositivos tecnológicos.
Pero la educación depende en gran medida de sus profesores, así lo señala el gurú de la educación de la OCDE Andreas Schleicher al decir que «Ningún sistema de educación puede ser mejor que la calidad de sus profesores». Varios organismos no dudan que el éxito está unido inseparablemente a la oferta de docentes de buena calidad, de ahí la importancia de invertir en maestros.
Otra característica de los principales países en la educación es cuántos tienen que competir con un vecino mucho más grande. Por ejemplo, en las historias de éxito de las naciones europeas, en los últimos años países como Finlandia, Polonia y Estonia, tuvieron que salir de la sombra del antiguo bloque soviético. Por su parte, en Asia, Corea del Sur y Hong Kong están en contra de la China continental y Singapur es una pequeña ciudad Estado rodeada de grandes vecinos con poblaciones mayores.
En cuanto a capacidades adquiridas por los estudiantes los mejores sistemas son aquellos que asumen que todos los estudiantes deben cruzar la línea de llegada, incluidos los más pobres, un elemento que es distintivo de los sistemas principales de Asia: los mejores profesores se dedican a los alumnos más débiles para que todo el mundo tenga un nivel básico.
Por el otros lado, en Occidente la educación se tiende a abordar como una carrera de caballos, con la perspectiva de que muy pocos de los que comiencen la carrera lleguen a la meta. Si bien el que los cambios en un sistema de educación hagan alguna diferencia positivaen el ranking mundial puede tardar hasta 10 años, el mensaje de ese ranking es que para sobresalir en educación se necesita es consistencia y continuidad.
Fuente de la Noticia:
http://es.newsgur.com/2017/10/los-secretos-de-las-naciones-con-mejor.html
Por: Carlos Ornelas
La semana pasada exploré cómo instrumentos conceptuales de la teoría de la cultura mundial podrían explicar la Reforma Educativa del gobierno de Peña Nieto. Otros autores critican esa propensión analítica porque supone que los cambios en los sistemas escolares que empuja la globalización neoliberal son legítimos
Académicos radicales tienden a ver el mundo en conflicto constante entre las fuerzas mundiales y los pueblos de la tierra. Insinúan que la globalización y el neoliberalismo constituyen la etapa superior del imperialismo. En sus análisis se escuchan resonancias del imperialismo cultural. Según Martin Carnoy, las potencias europeas exportaron sus sistemas escolares a sus colonias; los constituían a imagen y semejanza de los sistemas metropolitanos para entrenar a una élite y ponerla a su servicio (Cf. La educación como imperialismo cultural, México, Siglo XXI, 1977). En la visión del neoimperialismo cultural ya no son las potencias las que sojuzgan a otros países, el neoliberalismo tiene otros instrumentos.
Las reformas educativas, en esas reflexiones, son producto del orden global que capitanean las organizaciones intergubernamentales, aunque haya diferencias de grado en sus apuestas entre, por ejemplo, la Unesco, el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. De acuerdo con esta postura, un sistema mundial absorbente secuestró la soberanía de las naciones, en especial las del mundo menos desarrollado. Los paladines del radicalismo perciben que los sistemas escolares mantienen ciertas características nacionales, pero se debe a tradiciones de resistencia y orgullo por su patrimonio cultural.
A quienes perciben el mundo desde esa perspectiva, no les costaría mucho trabajo encontrar pruebas de que el gobierno de México se comporta dócil ante las consignas de organismos intergubernamentales. Acaso argüirían que las reformas educativas de las últimas décadas responden a imperativos de la globalización neoliberal.
Es palpable la influencia de los acuerdos de Jomtien en el Programa de modernización educativa de 1989-1994. El gobierno de Carlos Salinas, expondrían, adoptó sin crítica los postulados de la Educación para Todos que pregonaba la Unesco, lo cual potenciaba ciertas propuestas de equidad. Sin embargo, se mostró más favorable a los afanes del Banco Mundial por la descentralización educativa.
No obstante que la crítica a la globalización y las reformas neoliberales emergen desde perspectivas distintas, los numerosos autores que enjuician la política del Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio y otras organizaciones intergubernamentales destacan tres aspectos fundamentales de su hacer: imposición, ajuste financiero y privatización. Estos autores también critican la ideología que subyace en las propuestas de reforma internacional que promueven esas organizaciones.
La subordinación del gobierno mexicano ante la OCDE, señalan los abanderados nacionales de la tendencia que ven a la Reforma Educativa con los ojos de la perspectiva del neoimperialismo cultural, queda demostrada con el acuerdo que aquél firmó con la organización en 2009. Pero es más patente al observar cómo el gobierno de Peña Nieto adoptó, sin recato, las directrices de ese organismo y de sus aliados nacionales, como Mexicanos Primero. El fin último, apuntan, es privatizar la educación pública.
Consideran que no fue accidente ni mero afán de legitimación poner como primer objetivo de la reforma elevar la calidad de la educación para equiparar a México con otras naciones utilizando el modelo PISA. En el fondo, argumentan, se trata de alinear al país con estándares internacionales que la OCDE identifica como las mejores prácticas.
La OCDE —como antes el Banco Mundial y la Unesco— inspiró, si no es que diseñó, las principales aristas de la reforma. Por lo tanto, carece de legitimidad cultural por no tomar en cuenta las características del sistema escolar nacional ni las tradiciones del normalismo y los maestros mexicanos. Ven a la CNTE y a los opositores a la Reforma Educativa como los defensores de la tradición y cultura nacionales.
Quienes se adhieren a este modelo analítico, aunque reconocen su poder, no les conceden personalidad política a los gobernantes nacionales, los conciben como ejecutores de designios impuestos por el orden neoliberal. No estudian la dialéctica entre lo nacional y lo global. El próximo miércoles expondré esa perspectiva.
Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-reforma-educativa-en-la-globalizacion-iii/
Por: Jorge Grünberg.
La opinión sobre nuestro sistema educativo depende de nuestra visión del país. Si aspiramos a transformarnos en un país próspero y generador de oportunidades para sus ciudadanos en la sociedad del conocimiento, debemos transformarnos en un país productor de bienes y servicios con alto contenido de conocimiento y tecnología. Nuestras empresas y universidades deberán competir en base a emprendimiento e innovación y nuestros ciudadanos estar preparados para aprender y reaprender constantemente. Nuestro sistema educativo actual no tiene la capacidad de formar a nuestros ciudadanos para alcanzar estas metas.
Esta disfuncionalidad existe desde hace décadas, pero sus consecuencias se han agravado a causa de los cambios tecnológicos de los últimos años y se agravarán mucho más y más rápido en el futuro. A diferencia de otros países, Uruguay no ha buscado ocultar sus carencias. Nuestro país se somete voluntariamente a evaluaciones externas internacionales como las pruebas PISA o las acreditaciones universitarias del Mercosur, y en los últimos años fue creado el Instituto Nacional de Evaluación Educativa con la misión específica de evaluar en forma independiente el funcionamiento de nuestro sistema educativo preuniversitario.
Pero la crítica y la autocrítica no alcanzan. Para lograr cambios sostenibles se deben hacer reformas. Desde el retorno a la democracia los sucesivos gobiernos han realizado esfuerzos para lograr mejoras educativas. Uno de los esfuerzos más importantes fue el aumento sustancial de fondos públicos destinados a la educación pública. También se introdujeron cambios legales ampliando la educación obligatoria desde el nivel preescolar hasta la secundaria superior. Uno de los cambios políticamente más discutidos fue la reforma del gobierno de la educación pública que introdujo un régimen electoral interno para elegir algunas de las autoridades. El cambio más ambicioso fue la incorporación de tecnología, conectando todas las escuelas y liceos del país y entregando computadoras a los docentes y alumnos de instituciones públicas.
Estas iniciativas y proyectos muestran la voluntad de los sucesivos gobiernos de realizar inversiones y cambios en gran escala para mejorar la educación. Sin embargo, estos costosos esfuerzos han conseguido resultados limitados o efímeros. Logramos aumentar la cantidad de alumnos, pero la cantidad de graduados continúa estancada y la calidad del aprendizaje en descenso. Más de 30 años después del retorno de la democracia la gran mayoría de los jóvenes de escasos recursos no terminan bachillerato ni acceden a la universidad, y el rendimiento de nuestros alumnos en las pruebas internacionales es cada vez peor en relación a países con los que debemos compararnos.
Nuestros déficits educativos no se resolvieron ni se resolverán aumentando el presupuesto, cambiando el método de elección de los directivos o agregando computadoras. Estos son cambios necesarios pero no suficientes para modernizar nuestro sistema educativo. Estos enormes esfuerzos económicos y políticos no han traído aparejadas mejoras educativas porque la mejora de la educación uruguaya no es un problema. La mejora de la educación uruguaya es un dilema. Un dilema que debe ser enfrentado desde una perspectiva ética y moral y no económica ni tecnológica.
La reforma educativa es un dilema porque refleja un conflicto entre dos derechos. Por un lado el derecho de las instituciones y corporaciones a mantener sus hábitos, beneficios y privilegios históricos. Por otro lado el derecho de las nuevas generaciones a acceder a un sistema educativo que se adapte a sus necesidades y les brinde la oportunidad de acceder a un aprendizaje de calidad que les permita desarrollarse como personas en la sociedad del conocimiento. Es posible y deseable conciliar ambos derechos, pero debe reconocerse que ambos existen y que en determinadas circunstancias un derecho puede primar sobre otro por razones éticas, morales o de interés social. En el pasado reciente la opción ha sido no optar. Pero cuando no se opta entre dos derechos prevalecen la inercia y el poder.
Resolver nuestro dilema educativo requiere el esfuerzo de enfrentar costos en el presente para obtener mejoras en el futuro. Requiere escuchar el reclamo de los que no tienen voz, que son los más jóvenes. Requiere otorgarle un valor inviolable al derecho de aprender. Las escuelas deben ser santuarios para sus alumnos, especialmente para aquellos que tienen menos estabilidad en sus propias casas y menos contención de sus propias familias. Requiere la autoconfianza necesaria para creer que podemos efectivamente ser un país exportador de tecnología e innovación como lo han hecho otros países que eran más pequeños y pobres que el nuestro. Superar nuestro dilema educativo requiere la convicción de que el derecho a una educación de calidad es uno de los más esenciales derechos en la democracia. Requiere la capacidad de valorar nuestro pasado educativo sin transformarlo en una jaula que nos impida imaginar un futuro distinto y mejor adaptado a una sociedad muy distinta de un nuevo siglo.
Siempre es difícil arbitrar un conflicto entre derechos. Pero ese es el dilema de nuestra sociedad y el desafío que debe finalmente enfrentar nuestro liderazgo.
Fuente: https://www.elpais.com.uy/opinion/columnistas/jorge-grunberg/educacion-problema.html
Imagen: http://gastv.mx/wp-content/uploads/2014/01/Telesecundaria-monta%C3%B1a-baja-de-Guerrero-2.jpg
Por: Yolanda Quiroga
El cambio, la innovación en las escuelas y las prácticas educativas, tienen un extenso tratamiento tanto de investigación como su aplicación. Una reforma a fondo es independiente de la tecnología (su aporte es indiscutible, pero no imprescindible) El punto está en que el rol que cumple el docente en el aula, y sus prácticas que allí se desarrollan, puedan enfocarse de otra manera. El universo de la educación está en expansión, va más allá de lo local, del propio espacio y tiempo. Las reformas educativas, están a nivel mundial. Es preciso recordar algunos sistemas educativos que ocuparon los primeros puestos en las pruebas PISA como Singapur. Ellos ven la educación como el pilar esencial en el desarrollo del país. Los alumnos aprenden, no memorizan. Las escuelas tienen mucha independencia y optan por diferentes asignaturas por libre elección. El éxito radica en sus maestros, quienes son respetados y capaces de construir una mejor nación. El segundo lugar lo ocupó Japón, los alumnos allí tienen alto grado de competitividad y estudian muchas horas. Lo particular, además de asistir a clases, reciben tutorías personalizadas. Así también realizan tareas de servicio dentro de la escuela y la ciudad. Esto, les inculca gran valoración al trabajo desde pequeños. Focalizan la habilidad para resolver problemas con juicio crítico. Estonia en tercer lugar, superó a Finlandia. El modelo está basado en la equidad. Los profesores tienen alta cualificación en todos los niveles. País pionero a la hora de proporcionar a sus alumnos un ordenador con la conexión a internet. Taiwan ocupa el cuarto lugar. El gobierno de la República de China (Taiwan), califica a sus alumnos por el conocimiento de la Ciencias y Matemáticas. Ayuda a adaptarse al mundo globalizado y en constante cambio. Finlandia bajó al quinto lugar.
En América Latina, Chile ocupa el primer lugar en la zona (44) segundo, Uruguay (47) Costa Rica (55). La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (38). El peor rendimiento lo tuvo México y Brasil.
En la Argentina toda reforma se pone a consideración del Consejo Federal de Educación (órgano al que asisten todos los Ministros de Educación del país, aunque cada provincia guarda su independencia para tomar otras decisiones). Conocemos que en la ciudad de Buenos Aires aplicará la reforma que tanto alumnos y docentes se oponen. De allí la toma de colegios.
Recientemente se reunió el Consejo Federal de Educación, y le consultamos al ministro de Educación Lic Felipe de los Ríos, quien expresó que no se aprobó ninguna reforma del nivel secundario en ese ámbito. El requisito de todos los ministros fue solicitar mayor tiempo de trabajo que garantice la transformación para una verdadera mejora, no un requerimiento político o administrativo. También se trató la Evaluación a realizarse en el mes de noviembre en las 24 jurisdicciones del país, incorporando Ciencias Sociales y Naturales a Matemática y Lengua. Así también abarcará a los futuros docentes de los Institutos de Formación Docente.
Debemos considerar que ninguna reforma se puede realizar sin la incorporación de las tecnologías y las reformas innovadoras deben asegurar una educación de verdadera calidad.
Cabe destacar en San Juan que se aplica el plan provincial de actualización y capacitación docente en capacidades y competencias. No habiendo otra reforma como las anunciada en Buenos Aires.
Fuente: https://www.diariodecuyo.com.ar/columnasdeopinion/Las-reformas-educativas-20171013-0058.html