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Libro(PDF): «Marx, 200 años. Presente, pasado y futuro»

Reseña: CLACSO

Este libro colectivo recoge los trabajos presentados en el Foro Marx 200, organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) en el marco de la Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales y del Primer Foro Mundial de Pensamiento Crítico, en noviembre de 2018. La enorme acogida que tuvo esta iniciativa, desarrollada en ese marco multitudinario, hizo que el Foro se convirtiera en un evento valioso y relevante, a partir de haber logrado conducir el peso retrospectivo que trae consigo la celebración de los 200 años del nacimiento de Marx hacia un debate colectivo de alto nivel en torno al presente y al futuro de su praxis en el mundo.

Autor (a): Esteban Torres. Elvira Concheiro Bórquez. Félix Valdés García. Matías Bosch Carcuro. Pablo A. Vommaro. Rodolfo Gómez. [Coordinadores/as]

Enrique Dussel. Álvaro García Linera. Atilio A. Boron. Marcello Musto. Göran Therborn. Esteban Torres. Bob Jessop. Guilherme Leite Gonçalves. Enrique de la Garza Toledo. Orlando Caputo. Robert Boyer. Anwar Shaikh. Elvira Concheiro Bórquez. Beatriz Rajland. Klaus Dörre. [Autores/Autoras de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-612-6

Descarga: Marx, 200 años. Presente, pasado y futuro

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2207&orden=&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1401

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Conferencia de Adriana Puiggrós: «Educación y Política en la Post Pandemia» (Vídeo)

Por: Otras Voces en Educación/Luz Palomino

Estos seminarios de formación permanente en Pensamiento Crítico, son en alianza con CEIP Histórica de Argentina, Centro de Investigación RÍUS de Clacso-México y Otras Voces en Educación.

En esta oportunidad nos acompaño Adriana Pruiggós quién Doctora en Pedagogía, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Directora General de Cultura y Educación (Ministra) de la Provincia de Buenos Aires (2005-2007). Diputada Nacional (2007-2015), cargo desde el cual se desempeñó como Presidenta de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Profesora Titular Regular de la cátedra Historia de la Educación Argentina y Latinoamericana e Investigadora del Instituto de Ciencias de la Educación, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Directora del programa «Alternativas pedagógicas y prospectiva educativa en América Latina» (APPEAL) en México y Argentina. Recibió la Orden Andrés Bello, entregada por el Gobierno de Venezuela (2005). Actualmente es Secretaria de Educación del Ministerio de Educación de la Nación. Autora, entre otros libros, de Imperialismo y educación en América Latina, La educación popular en América Latina; Democracia y autoritarismo en la educación argentina y latinoamericana; De Simón Rodríguez a Paulo Freire, Educación para la Integración Iberoamericana, editado por la Organización Internacional Convenio Andrés Bello; co-autora de “Carta a los Educadores del siglo XXI”.

Pedagoga, graduada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Es doctora en Pedagogía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y recibió el título Doctor honoris causa de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Recibió la beca de la fundación John Simon Guggenheim. Fue investigadora principal del CONICET y es profesora consulta de la UBA. Publicó 25 libros de su autoría y más de 50 en colaboración. Fue directora general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires y diputada nacional y hoy secretaria de Educación del Ministerio de Educación de la Nación.

Les recordamos que pueden conseguir toda la información de nuestros seminarios de formación en pensamientos critico, en las redes sociales de las organizaciones que hacen posible este espacio como lo son la CEIPH de Argentina, CINPECER de México y Otras Voces en Educación de Venezuela.

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Libro (pdf): “Por un futuro brillante” sin capitalismo. Paul Mason

Reseña: El mes de enero se ha publicado en España el libro de Paul Mason “Por un futuro brillante. Una defensa radical del ser humano” (Paidós, España, 500 páginas de letra un tanto menuda, todo un volumen, y con precio moderado 23,50 euros) al que dedico esta reseña y comentario. Me llamó la atención la portada atípica (grandes letras blancas sobre fondo negro, con un orificio circular con fondo dorado) y al ojearlo, que, entre otros muchos, tratase extensamente el problema de la Inteligencia Artificial y además de modo muy crítico. Y como ese es un asunto que me preocupa muchísimo y al que ya le he dedicado varios textos, uno bastante extenso (ver al final, con los enlaces), y trata otros también de mucho interés (ascenso mundial de los populismos de derecha y neofascismos, el “yo” del tipo humano actual, humanismo y antihumanismo, lo que queda de Marx…), me decidí a leerlo.

En este libro Mason aborda asuntos de la mayor trascendencia para el presente y el futuro de la Humanidad (algunos, mejor que la mayoría de los políticos, incluso de la izquierda más crítica al sistema). Y aunque no se puede decir que sea un libro innovador, que aporte alguna teoría nueva (tampoco se puede exigir, pues cada nuevo libro estaría “rompiendo moldes” y nos encontraríamos todavía más aturdidos ante la sobreinformación y desorientados de lo que ya lo estamos), visto el nivel político general hoy existente, me parece que, para muchas personas (sobre todo jóvenes, a quienes les corresponderá el futuro), la lectura de este libro puede ser un paso positivo en su evolución política, siempre que no se queden ahí, no se estanquen en las limitaciones y algunos errores que contiene, y que precisamente por la trascendencia de los asuntos que trata Mason, deben superarse. Para ayudarlas a seguir avanzando es por lo que le he dedicado esta reseña, con comentaros extensos y recomendaciones de otros materiales. Y me gustaría que Paul Mason también evolucionase positivamente pues, aunque no le conozco, me cae bien.

Como este texto es una reseña, aunque me gustaría daros a conocer muchísimos párrafos del libro (algún capítulo, entero), no es posible (aparte autorizaciones necesarias, etc.) y por tanto, puedo parecer injusta porque mis comentarios y recomendaciones acabarán ocupando mucho espacio. Sin embargo, eso no quiere decir que cuando esté de acuerdo con Paul Mason no sea importante cómo lo explica él y que no lo haga también extensamente, o que sea irrelevante leer a Mason porque otros también traten el mismo tema, pues cada uno lo hace a su manera, quizás incluso con alguna divergencia de enfoque o de conclusiones. Mi interés al hacer una reseña de un libro que me gusta o parece interesante no es algo parecido a hacerle publicidad sino, en la medida de lo posible, establecer un diálogo con él y exponerlo a la consideración de los lectores/as. Y si el artículo es extenso (16 páginas me salen a mí), es porque el libro tiene 500 páginas que, fácilmente, podrían haber sido bastantes más con sólo aumentar un poco el tamaño del tipo de letra. Así que mi artículo viene a ser con respecto al libro, como el plano de una ciudad monumental con respecto a la exploración real de la misma.

GUÁRDATE este ARTÍCULO para DESCARGAR con tiempo los MATERIALES relacionados a los que ENLAZO

Paul Mason es un hombre de izquierda, más a la izquierda de la socialdemocracia y del laborismo británico, que simpatiza en muchos aspectos con Marx (sobre todo el joven Marx de 1844, y el Marx de la Comuna de París de 1871), aunque por lo que explica, se ve que en algunas cuestiones lo ha entendido deficientemente o al menos no ha sido capaz de explicarlo bien, y en otros está en desacuerdo con Marx por entender que ya ha sido superado, aunque no pienso que sea así en todo lo que Mason cree. Pero ya trataré esto más adelante. Mason tiene publicado antes en España “Postcapitalismo, hacia un nuevo futuro” (Paidós, 2016) que se tradujo a varios idiomas y fue un éxito de ventas en el Reino Unido. Recuerdo que lo leí y pensé en hacer una reseña bastante crítica del libro, pero me faltó tiempo. Mason es además periodista y eso se nota en el estilo del libro. Tiene la ventaja de que su forma de escribir se entiende perfectamente (sin complejidades innecesarias), que nos puede ir contando una historia a través de hechos que conocemos y nos hace recordar para tener una visión retrospectiva y panorámica, o dándonos información relevante que nos abre los ojos (hasta “alucinar” a veces) a problemas complejos, o plantear su reflexión de forma más vívida a partir de casos concretos, y que la lectura, aunque prolongada, resulte más ligera; pero también le lleva a caer en la tendencia a pasar un tanto por encima de algunas cosas que necesitan más rigor, como cuando trata cuestiones teóricas o las propuestas políticas. Y precisamente ese punto débil es el que quiero reforzar o ayudar a rectificar para sus lectores/as. El libro, para hacer su contenido más accesible, incluye al final un detallado Índice onomástico y de materias.

Pese a sus puntos débiles, con este libro Mason demuestra tener una capacidad de visión muy superior a la de la gran mayoría de la izquierda, tanto partidos (en particular el conglomerado de Unidas Podemos) como sindicatos, incluso los que se consideran revolucionarios, y que todavía no están viendo venir a muchos problemas, como el de la Inteligencia Artificial General (IAG). Esto no es tanto una prueba de la genialidad de Mason (sin pretender restarle mérito), como de la lamentable mediocridad política, o pereza mental, de la llamada izquierda y los revolucionarios incluso. Pero pasemos ya al asunto.

El mensaje fundamental de este libro creo que se puede resumir así: Nuestra especie, con la crisis objetiva de neoliberalismo, ha llegado a un punto crítico en el desarrollo de la civilización humana. Nuestro futuro será luminoso o tenebroso dependiendo de que se oriente según un humanismo radical y científico (inspirado en el joven Marx) o caiga en el anti-humanismo e irracionalismo en sus diversas variantes (nacionalismo, racismo, misoginia, individualismo, equiparación con el resto de la Naturaleza o la inteligencia artificial, etc.). Veamos cómo lo fundamenta.

En el capítulo 2 (“Una teoría general sobre Trump”), Mason analiza las causas del ascenso de Trump al poder y saca a la luz cuáles son los sectores capitalistas que le han impulsado, y aunque yo no los conocía en concreto (con nombre y apellido), confirma lo que no podía ser de otra manera dada la personalidad y política de Trump, esto es, que son los más parasitarios, salvajes, locos, reaccionarios, antisociales, apoyándose en sectores de la “clase media” y en un sector (minoritario) de la clase trabajadora, resentido, confundido y reaccionario. Esto no hace buenos a los demás sectores del capitalismo, ni mucho menos (no hay más que recordar a los anteriores presidentes de los EEUU, con su historial de guerras), pues acaban colaborando con Trump, pues él también protege lo fundamental de sus intereses. Todo ese capital (no sólo norteamericano) es el que nos ha traído hasta aquí con su neoliberalismo, y previamente con sus guerras mundiales (con sus nazi-fascismo y “democracias” antiobreras), creando, con la crisis de 2008 y el fracaso del neoliberalismo, las condiciones para que triunfe un fenómeno populista de derecha y neoliberal, con un personaje tan impresentable como Trump, y el impulso a casos parecidos en otras partes del mundo, incluida Europa occidental. Mason me ha ilustrado mucho sobre quienes están detrás de Trump y el mundillo de la política en EEUU.

Entramos en la Segunda parte. El Yo. En los capítulos 3 (“La creación del sujeto neoliberal”) y 4 (“Telegramas e ira”), Mason hace un certero análisis de la catástrofe económica, social, política, en los valores humanos, en las relaciones sociales, y en la psicología de las gentes, que ha provocado el neoliberalismo capitalista (el que supuestamente nos conducía al “final de la historia” pues el resto sólo podía avanzar por las mismas vías), repasándolo desde su inicio a finales de la década de los 70s hasta pasada la crisis de 2008.

Todo eso es cierto, pero no debemos perder de vista que el neoliberalismo no es más que una forma que adopta el capitalismo en una fase determinada de su decadencia como civilización, ya iniciada a comienzos del siglo XX, y el neoliberalismo no se puede entender bien si no se comprende lo que es en sí el capitalismo, como no se puede entender a un anciano senil sin comprender lo que es un ser humano, y que llegados a ese punto, no hay manera de volver a ninguna “edad dorada” o a la “juventud, divino tesoro”.

Por ello debemos tener mucho cuidado en no poner demasiado el acento en el neoliberalismo de modo que así quede en un segundo plano y embellecido el modelo de capitalismo previo, con un importante componente de capitalismo de Estado en Occidente o integral en el bloque “socialista” estalinista. Si el neoliberalismo ha sido posible es porque previamente existía ese modelo de acumulación de capital, y porque ese modelo llegó a su agotamiento a la hora de satisfacer los requerimientos del capitalismo para seguir generando una buena tasa de ganancia (a costa de la explotación del trabajo) y de acumulación de capital (crecimiento). Y fue ese capitalismo previo al neoliberalismo el que ya nos creo los graves problemas del consumismo, de agotamiento de recursos básicos y del cambio climático. Cuando ya en 1972 el informe al Club de Roma titulado “Los límites del crecimiento (al margen de lo acertado o no que estuviesen en sus predicciones, léase en https://es.wikipedia.org/wiki/Los_l%C3%ADmites_del_crecimiento ) advertía del peligro de estar consumiendo recursos cruciales de modo irreparable, y cuando para 1979 ya se sabía casi todo lo que hoy sabemos sobre el cambio climático (léase el libro “Perdiendo la Tierra. La década que podríamos haber detenido el cambio climático Nathaniel Rich, Capitan Swing 2020, 191 páginas), aunque la mayoría de la gente nos enterásemos de la gravedad del problema casi 30 años más tarde (en 2006), sobre todo por el documental “Una verdad incómoda” a cuenta de la campaña del exvicepresidente de EEUU, Al Gore (muy blanda y engañosa en su alternativa final). Véase https://es.wikipedia.org/wiki/Una_verdad_inc%C3%B3moda y documental en https://www.documaniatv.com/naturaleza/al-gore-una-verdad-incomoda-video_417669111.html

Durante los apologéticamente llamados “30 gloriosos” (1945-75) la clase trabajadora tuvo que trabajar y luchar muy duro para conseguir mejoras, no sólo en el Tercer Mundo, sino en Europa. Véase mi reseña «“Mayo de 1968 en Francia” de Bologna y Daghini. La verdad» (29-2-2020) sobre la huelga general del mayo 68 francés y la lucha obrero-estudiantil italiana del 69-70s — https://kaosenlared.net/mayo-de-1968-en-francia-de-bologna-y-daghini-la-verdad/. Y en España ni siquiera tuvimos democracia durante todo ese tiempo, hubo muchos años de miseria, trabajo durísimo, emigración en masa (interior y al extranjero), y la lucha obrera costó mucha represión y hasta sangre, hasta el final de los “30 gloriosos”. Véase “Vitoria-Gasteiz 3 de marzo de 1976. Materiales para la memoria” (3-3-2020) — relato y acceso a documentos muy importantes – https://kaosenlared.net/vitoria-gasteiz-3-de-marzo-de-1976-materiales-para-la-memoria/

Los “30 gloriosos” también estuvieron terriblemente marcados por la “guerra fría” que a punto estuvo de llevarnos al holocausto nuclear varias veces (la más conocida, la “crisis de los misiles”, Cuba 1962). Fue durante los “30 gloriosos” cuando siguieron existiendo sistemas coloniales, como el francés (y su guerra en Indochina –Vietnam- y Argelia), el británico, y el más duradero e importante, el portugués. También fueron los años cuando EEUU guerreó durante una década contra los vietnamitas (también laosianos y camboyanos), con un nivel de destructividad y matanza inauditos que hoy desgraciadamente la gente ya ni recuerda. Fue durante los “30 gloriosos” que los negros norteamericanos todavía tuvieron que luchar y sufrir por conseguir unos derechos civiles elementales. Previamente tuvimos la guerra de Corea con una altísima destrucción de Corea del Norte por EEUU y un enorme coste en vidas humanas. Durante esos “30 gloriosos”, Latinoamérica sufrió numerosos golpes de estado militares auspiciados por los EEUU y otros países de democracia burguesa, también europeos o Israel, contra las aspiraciones obreras, campesinas, estudiantiles, con cotas horripilantes de represión y crueldad (genocidios de indígenas en Centro América, los “desaparecidos”, torturados durante meses en cárceles clandestinas, asesinados o tirados vivos al mar desde helicópteros para matarlos y que no se encontrasen sus cuerpos…). Durante los “30 gloriosos” EEUU y otras potencias democráticas apoyaron el odioso régimen Sudafricano racista del “apartheid”. Y muchos más casos, pero con esto es suficiente para dejar claro que la denuncia del neoliberalismo no debe dejar el menor resquicio para el embellecimiento de lo que le precedió, el capitalismo keynesiano, el del supuesto “pacto social” modélico.

Si fueron posibles los “30 gloriosos”, fue también a cuenta de la destrucción material y de millones de vidas humanas provocadas por todos los países capitalistas implicados en la II Guerra Mundial que con el lanzamiento de dos bombas atómicas sobre Japón acabó iniciando la pesadilla de la era nuclear con sus derivadas militares (carrera armamentística nuclear durante la “guerra fría” y que todavía continúa) y también civiles (las centrales nucleares y sus “accidentes” y desastres). Y si se llegó a eso fue porque el capitalismo previo al neoliberalismo, el previo a la II GM, nos había llevado a la gran crisis mundial de 1929, al ascenso del nazi-fascismo y del estalinismo, y antes, a la I Guerra Mundial, y antes… Es decir, que la condena no puede ser sólo al neoliberalismo, sino a toda la historia del capitalismo, y a sus raícesla explotación del trabajo asalariado en la producción de mercancías para conseguir un beneficio monetario.

Si de verdad queremos librarnos del neoliberalismo y de todo lo que lo ha causado, si queremos ir hasta la raíz de lo que lo ha generado, y de todo los problemas que causan, debemos revisar a fondo nuestra visión del capitalismo y nuestra mentalidad. Creo que a ello ayuda la reflexión de mi texto “Crisis triple ¿Derrota total y destrucción en este siglo?” (18-2-2020) — largo documento sobre la crisis de civilización, del sujeto revolucionario y de la teoría revolucionaria, y prospectiva del curso histórico — https://kaosenlared.net/crisis-triple-derrota-total-y-destruccion-en-este-siglo/

Mason también denuncia el papel que ha jugado el crédito, como lubricante para el sistema, y como una “droga” u “opio del pueblo”, para la aceptación de masas del neoliberalismo, permitiendo consumir lo que mediante su reducción del salario real no podrían. Para profundizar en esta cuestión es muy importante el artículo “Crédito a muerte” de Anselm Jappe, incluido en el libro del mismo título “Crédito a muerte. La descomposición del capitalismo y sus críticos” editado por Pepitas de calabaza ed. 2011, 266 páginas, y del que Jordi Maiso hace una extensa reseña-comentario en “ANTE LA DESCOMPOSICIÓN DEL CAPITALISMO Sobre Crédito a muerte, de Anselm Jappe” — http://www.setcrit.net/wp-content/uploads/2012/10/Ante-la-descomposici%C3%B3n-del-capitalismo-Sobre-Cr%C3%A9dito-a-muerte-de-Anselm-Jappe.pdf . Una lectura (acompaña de música) del texto “La Princesa de Clèves hoy” que forma parte del libro, en dos partes en (primera) https://www.ivoox.com/dr-benway-la-princesa-cleves-hoy-audios-mp3_rf_1328594_1.html y (segunda) — https://www.ivoox.com/credito-a-muerte-la-princesa-cleves-hoy-audios-mp3_rf_1662771_1.html

Mason también describe cómo el neoliberalismo ha modificado la psicología de la gente con sus valores y condicionantes mercantiles, competidores, individualistas, consumistas, y cómo su fracaso provoca como reacción la liberación de las tendencias más reaccionarias y autoritarias. Me hubiera gustado que Mason se extendiese más en esto, pues él también sabe, ya que se reivindica de un humanismo congruente, radical y científico (retomado del joven Marx), de la importancia que tiene que recuperemos la conciencia de nuestra dignidad humana por encima del “hombre económico” del neoliberalismo, para no caer en las derivas reaccionarias nacionalistas, etnicistas, sexistas, totalitarias, fascistas.

Para profundizar en esta cuestión e ir hasta sus más profundas raíces, no sólo en el neoliberalismo, sino en las entrañas del capitalismo, me parece imprescindible el libro de Anselm Jappe “La sociedad autófaga. Capitalismo, desmesura y autodestrucción” (Pepitas ed. Febrero 2019, España), al que le he dedicado una amplia reseña e introducción titulada «“La sociedad autófaga” de Jappe. Capitalismo y narcisismo» (6-2-2020) – una presentación y comentario extenso del libro de Anselm Jappe, destacado miembro de la corriente llamada de la “critica del valor” (wertkritik en alemán) – https://kaosenlared.net/la-sociedad-autofaga-de-jappe-capitalismo-y-narcisismo/. Muy relacionado con la promoción del narcisismo ya a comienzos de la década de los 80s, están los estilos musiciales y culturales para la juventud, como aquí en España el fenómeno de la Movida madrileña que he abordado remitiendo sobre todo a material importante en mi texto “Crisis triple ¿Derrota total y destrucción en este siglo?” (18-2-2020) ya mencionado.

En el capítulo 6 (“El camino hasta Kekistán”, un lugar imaginario), Mason expone cómo han evolucionado las ultraderechas, cómo han aprendido a servirse de internet y a hacer campañas repugnantes (en especial, contra las mujeres), en las que podemos reconocer también al partido español Vox. El papel jugado por la Rusia de Putin, un burgués reaccionario de cuidado. Algunas de las informaciones que nos da Mason resultan, sencillamente, alucinantes, impensables para España, y escandalosas viniendo de una supuesta democracia ejemplar como EEUU. Mason nos informa también de los resultados de una encuesta a gente ultraderechista (siguiendo la estela de las realizadas en su tiempo Fromm y Adorno), con resultados que “ponen los pelos de punta” pues delatan que es gente realmente peligrosa.

Si bien es cierto que hay que defender el humanismo universal frente al racismo, la misoginia, etc., teniendo en cuenta que será la burguesía la que se servirá de la ultraderecha y la impulsará a mayores cotas de influencia y poder y que, si le viene bien, mandará a la papelera hasta la Declaración Universal de Derechos Humanos que en otro tiempo firmó, teniendo en cuenta que la única defensa consecuente frente a esto es la lucha contra la burguesía, contra el capitalismo mismo y su Estado, y que ésta lucha sólo puede ser encabezada por los miembros de la clase trabajadora, resulta que la expresión política del humanismo universal más consecuente y avanzada es el internacionalismo proletario, que no por olvidado es menos importante recuperar en estos tiempos y los convulsos que vendrán. Para una reflexión sobre esto, en mi artículo ya mencionado “Crisis triple ¿Derrota total y destrucción en este siglo?” (18-2-2020).

En el capítulo 7 (“Con leer a Arend no basta”), como parece que la filósofa Hannah Arend se ha puesto de moda en los países anglosajones a raíz del ascenso de Trump, Mason hace una exposición y acertada crítica de su teoría del totalitarismo. Demuestra su fracaso total a la hora de prever fenómenos como el ascenso de Trump (por tanto, su inutilidad para quienes recurren a ella en busca de explicaciones). El individualismo burgués (supuestamente el antídoto frente al totalitarismo) con su peligrosidad demostrada en el neoliberalismo y el narcisismo, una vez fracasado el “paraíso” de la libertad burguesa (en nuestro caso, las promesas del neoliberalismo y la globalización), con su amoralidad o inmoralidad, en cuanto las cosas se complican, conduce de cabeza a las ideologías más reaccionarias, fascistas y totalitarias. La incapacidad de Arend para reconocer esto cuando elogia la libertad individualista y burguesa de los EEUU, tiene su raíz política en su posición política general (demócrata burguesa), y la filosófica, en sus “coqueteos” con los filósofos Friedrich Nietszche y Martin Heidegger (seguidor pronazi de Nietszche).

Y no es de extrañar estos resultados, pues tanto el individualismo como el totalitarismo, combinan bien con el sistema capitalista y su Estado (siendo mayor o menor su intervención e integración), y el fascismo italiano, el nazismo alemán, el fascista brasileño Bolsonaro, el populista derechista Trump… han llegado al poder gracias a las facilidades que a ellos les ofrece la democracia burguesa, el apoyo y la complicidad de los capitalistas y de los aparatos del Estado burgués (simpatías entre altos cargos de la administración permanente, policías, militares…). O sea, que nos encontramos con el fenómeno de que “la pescadilla (burguesa) se muerde la cola” o “los extremos (individualismo y totalitarismo, democracia burguesa y fascismo) se tocan”. De aquí también que frente al fascismo, no podamos depositar nuestras esperanzas en la democracia burguesa, ni en la burguesía liberal que, demasiadas veces ya, ha demostrado que es muy capaz (encantada) de abrir las puertas de par en par al fascismo y de apoyarlo y fundirse con él, hasta que ya no le sirva y pase a otra modalidad de dominación (cambiarlo “todo” para que lo fundamental siga igual, y pasar de ser “leales al Régimen” a “demócratas de toda la vida” o la “secreta oposición” –hasta ellos ignoraban que lo fueran-).

En el mismo capítulo (página 166) hace Mason una importante consideración sobre lo que significa el ascenso ahora del populismo de derecha, de la ultraderecha, de los neofascismos, del nacionalismo (en lugar del internacionalismo proletario aprovechando la existencia de la Unión Europea, digo yo), comparado con lo que ocurrió en la década de los 20 y 30 del siglo pasado, y que está al alcance de cualquiera con sólo observar un poco. En cierto sentido, la situación es mucho peor por varias razones. Este ascenso se da pese a que esos fenómenos no son nuevos, ya hemos visto a lo que condujeron los nacionalismos y los fascismos, tenemos la experiencia de dos guerras mundiales y dictaduras feroces, y en España, hasta muy recientemente. Se dan pese a la campaña permanente, en forma de películas y documentales en televisión, sobre las catástrofes que supusieron las guerras mundiales, el nacionalismo, el racismo, la deshumanización del otro (judío, gitano, homosexual, opositor al régimen fascista o nazi…) y a las políticas persecutorias y genocidas que lleva. Se dan pese a que el empobrecimiento de la gente ha sido mucho menor que la miseria sufrida a resultas de la I Guerra Mundial, la hiper-inflación en Alemania en la década de los 20s o de la crisis mundial de 1929. Se dan pese a que hemos vivido durante muchísimo tiempo seguido en democracia (sobre todo en EEUU y Europa occidental), por lo que no se puede decir que la gente, como en Rusia hasta 1917, no haya conocido más que poderes absolutos o dictaduras descaradas, se haya acostumbrado al autoritarismo extremo y no pueda apreciar lo que son unas ciertas libertades (por limitadas y tramposas que sean en la democracia burguesa) y se arriesgue a perderlas. Se da pese a que hoy la gente tiene muchísima más educación (ya no hay ni resto de analfabetismo, se cursan estudios hasta muy tarde, hay una enorme masas de titulados universitarios…), muchísimo más acceso a buenas fuentes de información, en libros, internet…, y por ello debiera ser, supuestamente, menos manipulable y menos bruta. Que se dé pese a que hoy la clase trabajadora no supone una amenaza revolucionaria para el capitalismo y su Estado, pues está extremadamente debilitada, también para resistir al ascenso de esas fuerzas. Que se dé cuando hoy está a disposición del poder del Estado unos medios extraordinarios de manipulación, vigilancia y control de la gente gracias a la inteligencia artificial, y de destrucción gracias al armamento nuclear, químico y biológico que para sí hubieran soñado los nazis.

Esas mismas cuestiones me he ido planteando, y esto merece una reflexión mucho más a fondo sobre cómo hemos llegado hasta aquí pese a las protestas que hemos conocido contra la globalización (Porto Alegre, etc.) y contra las políticas de austeridad. Por eso, aunque no tenga ni mucho menos la respuesta para todo, os invito a leer mi estudio ya mencionado “Crisis triple ¿Derrota total y destrucción en este siglo?” (18-2-2020). También es inseparable de la cuestión del narcisismo, pues su irresponsabilidad e impotencia para afrontar la crisis de esta civilización, da paso a las promesas y supuesta “fuerza” resolutiva del autoritarismo que siempre ha estado a su lado (incluso en la misma persona). Y totalmente relacionado con esto de la irresponsabilidad ante el mundo, “Jóvenes, sois la generación PS, de políticamente suicida” (6-5-2017) http://kaosenlared.net/jovenes-sois-la-generacion-ps-politicamente-suicida/

Entramos en la Tercera parte. Las máquinas. En el capítulo 8 (“Una desmitificación de la máquina”), empieza muy bien defendiendo la teoría del valor-trabajo (de Marx) frente a quienes atribuyen a las máquinas y la digitalización alguna capacidad de crear nuevo valor que justifique el beneficio. Aunque no lo explicita, esto supone que el beneficio sigue surgiendo de la parte del trabajo habitual que nunca se paga (aunque parezca que se paga todo y no dejen de pagarse las horas extras, etc.), traducido en valor (plusvalor o plusvalía). Sobre esto remito a mi estudio “Plusvalía y ganancia. Revisión urgente de una teoría necesaria” (9-1-2020) — un planteamiento nuevo de la teoría de la plusvalía — https://kaosenlared.net/plusvalia-y-ganancia-revision-urgente-de-una-teoria-necesaria/

También, de un modo muy pedagógico, critica el idealismo filosófico en física a cuenta de las especulaciones sobre lo que es la realidad y nuestra relación con ella en base a los descubrimientos de la física cuántica. Y todas las ideas que niegan nuestra libertad en base a supuestos con pretensiones científicas cuestionables.

Y llegamos, a la mitad de texto, al capítulo que debe permitir fundamentar el propósito del libro “una defensa radical del ser humano” que nos permita conseguir “un futuro brillante”, como dice el título. Por eso el capítulo 9 se titula “¿Por qué necesitamos una teoría de los seres humanos?. Pues porque es lo único que nos permitirá armarnos teóricamente para poder realizar todo nuestro potencial como especie y como personas. Mason cuestiona todas las teorías que basadas en supuestos descubrimientos científicos (neurociencia) vienen a negar que exista el libre albedrío, la capacidad real de elección, de la libertad de elección. Critica la concepción neoliberal del ser humano, expresada por Friedrich Hayek que con su reclamación de la libertad individual y del individualismo burgués, en realidad nos condena a convertirnos en prisioneros de nuestra propia creación: la mercancía, el mercado, que crea sociedad (capitalista) pero no comunidad humana que merezca ese nombre, que empobrece al ser humano sobre todo en su calidad de ser social y en lo “espiritual” (materialismo vulgar), y que nos condena a ser dominados por una clase social y su Estado, en una deriva cada vez más autoritaria y amenazante para la Humanidad gracias al extraordinaria arsenal de control social y destrucción del que ahora dispone.

Entonces ¿en dónde podemos inspirarnos para levantar la teoría que ahora necesitamos imperiosamente para poder salvarnos? No en ningún fundamentalismo religioso (cristiano, musulmán…), sino, he aquí la gran sorpresa, en la concepción del ser humano expresada en la obra del joven Karl Marx, en los “Manuscritos económicos y filosóficos de 1844”, de los que aporta enlace https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/index.htm — también en https://webs.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/44mp/ . Tenéis también esta versión en pdf https://pensaryhacer.files.wordpress.com/2008/06/manuscritos-filosoficos-y-economicos-1844karl-marx.pdf Reconozco que hará ya unos cuarenta años que no he vuelto a leerlos; puede que después de esto lo haga. Pero a mí, pese a algunas debilidades importantes (sobre todo con respecto al cristianismo), siempre me gustó el marxismo humanista de Erich Fromm (inspirado en los Manuscritos de 1844), hoy demasiado olvidado pese a que todavía puede enseñarnos muchas cosas, sobre todo con la vuelta de la ultraderecha.

En cualquier caso, sé que Mason no va descaminado. Pero ese humanismo radical y científico que debe enfrentarse al capitalismo, no lo podrá hacer bien si no tiene una correcta comprensión del mismo, que no puede limitarse al neoliberalismo. Por tanto, unamos a esto la comprensión que alcanzó el Marx de El Capital sobre la faceta abstracta del trabajo y la fetichización de la mercancía (véase mi texto «“La sociedad autófaga” de Jappe. Capitalismo y narcisismo»). Puede que todavía sea insuficiente (habrá que prestar especial atención al papel de la mujer y su liberación), pero seguramente es de lo mejor que disponemos, mucho más clarificador que tanto discurso “científico” (recordemos que los nazis también tenían pretensiones de lo más científicas para su racismo). Incluso con esto se fracasaría si no se tuviese una teoría correcta de la naturaleza burguesa del Estado en el capitalismo, descubriendo que lo hace inservible como medio de representación de los intereses anticapitalistas de los trabajadores/as y sectores populares, y como instrumento para la transformación revolucionaria o reformista o gradual de la sociedad que permita superar el capitalismo.

En mi mencionado texto ya expresaba también mi defensa de la existencia de una naturaleza humana que debe desplegar todavía todo su potencial y que siempre se ha encontrado limitada por las sociedades de clases (de explotación y dominación). Y ante el ascenso de la robótica sustituyendo y hasta dirigiendo el trabajo humano, y la perspectiva del surgimiento de una IAG, desde hace un tiempo he expresado también mi preocupación por todo aquello que deje siquiera un resquicio para laminar la dignidad humana, incluido en el marxismo, por sutil que sea, también en la teoría de la venta de la fuerza de trabajo como mercancía (véase el “ANEXO I.- ¿SUEÑAN los ANDROIDES con PLUSVALÍA mecánica?” de mi libro “Capitalismo: modo de vida decadente. Notas sobre estrategia y táctica” (20-10-2016), con enlace al final; y “Plusvalía y ganancia. Revisión urgente de una teoría necesaria” (9-1-2020)).

Marx, en una lectura que supere otras más tradicionales, es un punto de partida fundamental. El humanismo que necesitamos es el que sea capaz de reconocer, no sólo la explotación y la alienación, sino el “sujeto automático” que es el propio capitalismo (la dinámica automática del dinero-capital de “hacer” y acumular dinero-capital a través de la explotación del trabajo vivo), y que no podemos encontrar un “sujeto revolucionario” en nada que siendo parte del capitalismo pretenda perpetuarse, consolidarse, como si el problema fuese sólo “liberarse de las cadenas” del capital, como la clase burguesa se liberó de las limitaciones del poder monárquico aristocrático, para consolidarse e imponerse como clase contra el proletariado (su par inseparable). El humanismo que debe inspirar a los miembros de la clase trabajadora no es el de liberarse del capitalismo para hacerse fuertes como clase, consolidarse como clase, perpetuarse como clase, sino el de liberarse de su propia condición de clase pues es inseparable de la existencia del capital (aunque parezca que ya no existe) y condena a los seres humanos que son los trabajadores/as a estar encadenado (aunque sea de forma “invisible”) a las categorías del capital que lo reproducen automáticamente: la faceta genérica o abstracta (no “inmaterial”) del trabajo-valor, y la producción de mercancías para obtener un beneficio monetario, lo que implica la extracción de plusvalía, sea el capital privado, estatal, cooperativo, autogestionario, etc. Pasar, como decía Marx, de la clase trabajadora al colectivo del trabajador/a libremente asociado.

En estos tiempos de arrogancia “científica” que oculta un idealismo de fondo, oscurantistafatalista, que nos hará impotentes y arrojará en brazos de nuestras peores pesadillas, volver a unos textos de 1844 puede parecer algo trasnochado, contrario al progreso. Eso es porque no se comprende que el “progreso” actual, incluso el que se presenta como “científico”, está demasiado marcado por su condicionante, la decadencia del capitalismo (no sólo la quiebra del neoliberalsmo) y su destructividad Por ejemplo, el “progreso” de la energía nuclear, con todas sus catástrofes hoy más que evidentes, empezó también con el “gran logro científico-técnico” de las bombas atómicas arrojadas sobre la población civil en Japón; y la inteligencia artificial avanza de la mano de la explotación del trabajo vivo, de la fragmentación del saber en los humanos (expertos monotemáticos que se conducen como burros con anteojeras), de una humanidad crecientemente sobrante, de la subordinación al imperio de la mercancía, y de la amenaza de la imposición de una IAG hostil a nuestra especie.

Dada la desorientación hoy existente, incluso las malas intenciones conscientes, que nos llevan a que el ser humano pierda todavía más su libertad y pueda ver cerradas definitivamente y para siempre sus posibilidades de desarrollo como ser humano (no como súbdito de un poder vigilante, o como apéndice de un mundo-máquina o de una IAG), éste capítulo salva al libro, a pesar de sus muchos errores.

Si alguien piensa que exagero es porque no es consciente del grado de desarme teórico, moral, psicológico, al que hemos llegado y que nos expone a ser víctimas en las próximas décadas (ya ahora mismo está ocurriendo) de la mayor amenaza existencial para la Humanidad, aunque resolviésemos el problema de la crisis climática, la energía renovable, incluso se procediese a un desarme nuclear (vamos en la dirección contraria).

Ya en las primera páginas del libro, Mason nos advierte que tras habernos dejado dominar por la lógica de la mercancía, del mercado, y encima rindiéndola culto (con el neoliberalismo), nos hemos vuelto mucho más vulnerables para acabar dejándonos dominar por la lógica de una inteligencia artificial. Pero antes de que ésta nos domine por completo, la clase capitalista, cada vez más reaccionaria y agresiva, procurará servirse de ella para someternos todavía más. Negar que existe una misma naturaleza humana con sus necesidades y potenciales de realización al máximo nivel, negar el humanismo universal, la igualdad fundamental en la diversidad, a cuenta del racismo, la misoginia, etc., nos acaba deshumanizando y poniendo al nivel de los animales o de las máquinas y autoriza a toda clase de manipulaciones para someternos y convertirnos en instrumentos de las decisiones de otros, y finalmente, de Inteligencia Artificial General.

A un nivel más profundo, podríamos expresarlo como sigue. La lógica del neoliberalismo es la lógica del “sujeto automático” que comparte con todas las modalidades del capitalismo, que nos acabará llevando al sometimiento al “sujeto automático” del automatismo de la inteligencia artificial, por seguir ninguneando nuestra humanidad incluso cuando pretendemos rebelarnos pero sin cuestionar lo que somos como parte del engranaje de la mega-máquina (como técnicos, como obreros, etc., que sólo cuestionamos al patrón, pero no la naturaleza de la tecnología que hemos levantado, ni el imperio de la mercancía). Por eso, no bastará con la pretensión de “liberar la inteligencia artificial” de la manipulación y limitaciones del capitalismo y su Estado, sino que hay que cuestionar hasta el final la misma inteligencia artificial (sobre todo en forma de IAG) para ver si existe la posibilidad de que pueda llegar a ser compatible con el ser humano libre y empoderado (de entrada lo tiene todo en contra), incluso aunque nos hayamos librado del capitalismo y sus categorías. Es algo parecido a lo que ocurre ya con las centrales nucleares y todas sus consecuencias, que son en sí un problema que debe llevarnos a rechazarlas, y no sólo su propiedad o gestión capitalista, como tampoco podríamos hablar de una “buena” contaminación medioambiental porque se diese en una sociedad socialista.

El capítulo 10 (“La máquina pensante”) describe de una forma muy sencilla y clara la situación, cómo se camina hacia la llegada de una Inteligencia General Artificial (IGA o IAG), y lo peligrosísima que puede ser para la Humanidad, tanto más cuando está siendo impulsada por los intereses capitalistas y de su Estado burgués (militarismo, espionaje, control de la población…). Explica muy bien las enormes dificultades que existen para que una IAG tenga una ética que la haga amistosa y no hostil. Cuestiona el tipo de ética o, más probablemente, falta total de ella, de la que estaría imbuida semejante IAG. Desconfía totalmente de los comités de ética de los que se puedan dotar empresas y estados, tanto por sus principios como por que sean algo más que un florero para las campañas de imagen. También de la autorregulación de las empresas y que no nos engañen sobre el cumplimiento de las normas que se las quieran imponer. En esto, nuestros planteamientos coinciden muchísimo (basta leer lo que ya publiqué con anterioridad a su libro). También se extiende en el tema, en asuntos más particulares en el capítulo 17 (“Neguémonos a ser controlados por las máquinas”), y sobre las prácticas del Estado chino en el capítulo 18 (“Rechacemos las ideas de Xi Jinping”). Véase sobre esto último mi artículo “Vigilancia masiva y castigo. China 2020 ¿nuestro futuro?” (6-12-2019) — https://kaosenlared.net/vigilancia-masiva-y-castigo-china-2020-nuestro-futuro/

Mason ayuda con esto muchísimo a dar datos y criterios para defendernos de la inteligencia artificial y de los poderes que se sirven y servirán de ella (mientras la IAG no les tome el relevo). Y sin embargo, termina el capítulo 10 (páginas 249-50) diciendo que, por medios democráticos y con regulación, podría sortearse el problema de los intereses de clase contrapuestos y de éticas (de clase) opuestas y así conseguir implantar en la IAG una ética de la virtud (según la entendía Aristóteles, de desarrollo de las cualidades más humanas y de la vida buena en comunidad, nada menos), que la hiciese amigable, que no estuviese al servicio del capitalismo ni de las élites dominantes y nos ayudase a superar todo esto y progresar como Humanidad. Pero lo dice sin precisar lo fundamental: de ser posible semejante IAG amistosa (está por demostrarse, incluso teóricamente), sería imposible en tanto la burguesía fuese la clase dominante y persistiese su Estado burgués, pues mientras sea así, tienen “la sartén por el mango”, poder económico, político y militar de sobra para imponer su ética o falta de ella y que la IAG (programada o espontanea y autodidacta) salga siendo una hipócrita o una psicópata, por tanto, hostil a los verdaderos intereses de la Humanidad. Sólo unos párrafos antes, Mason había sacado prácticamente la conclusión de que con el capitalismo no puede haber una IAG segura para nosotros. Puede que la clave del sabotaje a su conclusión esté en la expresión de “capitalismo impulsado por el mercado” ¿la solución está acaso en una capitalismo “regulado” al modo keynesiano, o en un capitalismo de Estado parecido al de la URSS y cía.?. Esto contradice lo que Mason mantiene a lo largo del texto. Y en la página 324, en un capítulo dedicado a Marx, dice que en su concepción de la naturaleza humana y del papel del trabajo social y de su evolución tecnológica, tenemos una defensa contra la reacción contraria a la robótica y la inteligencia artificial, lo cual, dicho así, es falso si se hace total abstracción de si el trabajo y la tecnología se dan en el capitalismo o en el socialismo-comunismo, de las consecuencias catastróficas que de seguro tendrán en el primer caso (gente que sobra pues no se necesita para explotarla y no tiene capacidad de consumo; IAG al servicio del capital u hostil a la Humanidad), lo que justifica plenamente nuestra reacción adversa.

Creo que le ha conducido a este resbalón final sus buenos deseos y su deficiente compresión del capitalismo, por ello insiste tanto en hablar de neoliberalismo, y no de capitalismo sin más. Ha sido como si estuviésemos bailando un hermoso vals, y de repente la aguja del tocadiscos se saliese del surco del disco de vinilo y, rascando ruidosamente, se interrumpiese la música.

Como su conclusión es una pura incongruencia, no la expone con la coherencia que tiene lo que revelo yo, pero eso es lo que se deduce, por lo que dice y sobre todo por lo que calla. Pues ante las preguntas que quiere responder en esas páginas, sólo cabe contestar con rotundidad y sin ambigüedad ninguna de esta manera: existiendo el capitalismo y su Estado, dominando la burguesía y sus servidores estatales, una IAG no puede tener la ética que necesitamos para ayudarnos a vivir libres de toda explotación y opresión, y desarrollarnos plenamente en comunidad y como seres humanos. No veo cómo podría ocurrir lo contrario si no fuese porque una IAG virtuosa saliese de un pequeño laboratorio doméstico en manos de unos pocos comunistas virtuosos y además con toda la cualificación necesaria para la tarea, y que esa IAG lograse imponerse rápidamente a las proto-IAG promocionadas por las grandes empresas y los estados, se hiciese invulnerable a los ataques, e impulsase la revolución mundial. Todo apunta a que no puede ser así, pues se necesitan muchísimos medios, personal científico, dinero en suma, para avanzar en esa dirección y que, por tanto, el proceso real estará controlado por las empresas capitalista y/o el Estado burgués (especialmente por la rama de espionaje y militar), y además semejante experimento “rojo” debería conseguir pasar totalmente desapercibido hasta lograr imponerse, para no ser destruido, o neutralizado, robado y alterado por algunas empresa o el Estado.

Mason no explica cómo ese final feliz podría ser posible teniendo en cuenta todo lo que previamente ha manifestado y que lleva precisamente a la conclusión contraria. Prácticamente había expulsado por la puerta al capitalismo y al Estado burgués, pero lo deja de vuelva para adentro mediante un argumento de respuesta a unos criterios casi de procedimiento, como cuando hablamos de la tramposa letra pequeña del contrato, la trampa leguleya, el fraude de ley, hecha la ley hecha la trampa, etc. Se queda tan ancho, y pasa a otra cosa.

Con esta maniobra sorprendente de incoherencia y autoengaño involuntario (seguramente, no me parece simple deshonestidad intelectual, no tiene intención de engañarnos), Mason nos hace un pésimo servicio, pues a los lectores/as que tienen recelos por lo que pueda pasar y un cierto sentido crítico, les está acostumbrando a que, a la hora de sacar sus conclusiones que les llevarán posiblemente a una orientación práctica, ante la perspectiva de la extrema seriedad de las implicaciones personales que puede acarrear, para evitar asumir alguna responsabilidad, llegados al punto límite donde ya tienen que dar el salto teórico (y luego el práctico), retrocedan asustados, se hagan “trampas al solitario” y acaben diciéndose el tipo de mentirás tranquilizadoras que las empresas capitalistas y el Estado burgués nos dirán (democracia, regulación, comités de ética…) para que confiemos en que todo se podrá finalmente arreglar a nuestro gusto además y de la mejor manera posible, sin necesidad de cuestionar el capitalismo y su Estado, hasta la raíz (no sólo el neoliberalismo o las limitaciones más descaradas a la democracia creyendo en una “democracia real” en el capitalismo y con su Estado burgués). Si Mason no hubiese terminado así, sino evidenciando las conclusiones que se sacan de su información y argumentación, Mason no estaría sólo, pues como he demostrado en mis textos, hay científicos de primera fila que mantienen que si una IAG fuese consciente de sí, sería hostil a la Humanidad, y que si no fuese consciente, también, o sea, que una IAG sería, en cualquier caso, hostil a nuestra especie.

Podría volver a explicar aquí las razones por las que creo que es imposible que, cuando menos en el capitalismo, una IAG puede ser amistosa y no hostil (por psicópata o hipócrita –de tener algún sentido ético-) a la Humanidad, pero prefiero remitiros a mis textos o esta reseña se alargaría demasiado.

En el capítulo 11 (“La ofensiva antihumanista”), Mason pega un buen repaso a las corrientes del “transhumanismo” y del “posthumanismo”. Reconozco que todavía no estoy muy puesta en estos temas. Pero por lo que ya sé, no puedo sino coincidir con el rechazo que siente Mason. La principal traba a la mejora de nuestra especie está hoy en el capitalismo y su Estado burgués. Todo lo que pretenda “mejorar” a los seres humanos sin cuestionar eso, sólo servirá en el mejor de los casos para algún progreso en la sanidad, poner parches, pero lo más seguro, mejorar la situación de una minoría social ya dominante y, lo más peligroso, facilitar que unas élites, ya de por sí poderosas, consigan serlo más, a costa de dominar al resto con menos poderes. Sin solucionar antes el problema de las clases sociales, del poder del Estado, de todo tipo de desigualdades sociales, los problemas éticos que plantean las nuevas posibilidades tecnológicas se convierten (si ya de por sí son complicados) en irresolubles, pues inevitablemente tendrán un marcado sesgo de clase a favor de los que ya dominan.

Un problema más de fondo es que esas corrientes, en lo filosófico, atacan la dignidad de nuestra especie, tienden a ponernos al mismo nivel de los animales, de las máquinas y de la materia en general, con lo cual nos niegan nuestro derecho a decidir conscientemente sobre el mundo por encima de la lógica de las máquinas. Lo que en realidad hacen es transformar el mundo de tal manera que nos acabarán sometiendo a la lógica de las máquinas, y de su forma más acabada, la IAG, después de haberlo sometido a la lógica del capital y sus mercancías.

Por eso Mason pega también un repaso a las muy diversas corrientes del postmodernismo. Confieso que de muchas de ellas no tenía ni la menor noticia de su existencia, y me asombra que semejante basura intelectual (no merece un calificativo más suave) tenga cabida en las universidades y procure popularizarse. Pero ya conocimos también el poder que adquirieron las “ciencias” nazis. Como ellas, son un reflejo de la decadencia del capitalismo y del esfuerzo de sus decadentes élites intelectuales para negarnos la vía del conocimiento capaz de transformar el mundo de un modo liberador para toda la especie (no en provecho de una minoría privilegiada), lo que indefectiblemente pasa por superar el capitalismo y su Estado, y barrer a esos peligrosos ideólogos de cualquier centro de educación para que no puedan seguir difundiendo su veneno.

En el capítulo 12 (“La insurrección de los copos de nieve” extraño título cuyo sentido nos explica) Mason describe los métodos con los que el poder económico y político controlan internet y lo vuelven contra nosotros. Hace unas reflexiones sobre cómo se manifiesta el “yo” en el mundo de redes sociales, y apunta a la cuestión de las identidades particulares y cómo afrontan la lucha.

Como no se extiende en este tema tan importante, es de ayuda el libro “La trampa de la diversidad. Cómo el neoliberalismo fragmentó la identidad de la clase trabajadora” Daniel Bernabé (Akal 2018, 256 páginas), un llamamiento a la unidad frente a la fragmentación promovida por el actual activismo. Reseñas y video en https://www.akal.com/libro/la-trampa-de-la-diversidad_48986/ , Índice https://www.akal.com/media/akal/files/toc-48986.pdf —– La voz atomizada: una respuesta / Daniel Bernabé 01/07/2018 https://dedona.wordpress.com/2018/07/08/la-voz-atomizada-una-respuesta-daniel-bernabe-01-07-2018/ — La trampa de la diversidad. Una crítica del activismo / Daniel Bernabé 2018 – https://dedona.wordpress.com/2018/07/09/la-trampa-de-la-diversidad-una-critica-del-activismo-daniel-bernabe/

La parte del libro (la Cuarta) dedicada a Marx tiene sin duda algunas cosas que están bien. De entrada Mason no es un derechista reaccionario y mentiroso, hostil a Marx, sino al contrario (por eso se reivindica del joven Marx y del de la Comuna de París), aunque piense que Marx se equivocó “en mucho” (página 325). En el capítulo 13 (“Romper el cristal”) hace una sencilla exposición de la evolución intelectual y política de Marx. Se detiene en la cuestión de su concepción de la naturaleza humana, y de su evolución a través de la historia, sobre todo de la mano del trabajo productivo.

Aquí me parece que conviene precisar los términos, y distinguir entre naturaleza y condición humanas. La naturaleza humana es lo que encontramos en un ser humano sano y normal en el momento de nacer, con todo su potencial físico y mental, que puede llegar a desarrollarse plenamente o no (enfermedades, accidentes, recibir o no educación y de qué tipo, estímulos del medio, posibilidad de hacer su voluntad…). Naturaleza humana es lo que nos da la naturaleza, determinado y programado por nuestros genes. Lo que luego resulte de aquí, dependiendo sobre todo del momento histórico, del modo de producción (previo a la sociedad de clases como cazador-recolector, esclavista, modo asiático, feudal, capitalista…) y del desarrollo de las fuerzas productivas (tomar de la naturaleza, domesticarla con la agricultura y ganadería, maquinaria, revoluciones industriales…), de las relaciones sociales económicas y políticas, será la condición humana, es decir, la expresión de la naturaleza humana, condicionada por el medio social-histórico en el que se da.

No creo que la naturaleza humana haya variado desde que apareció nuestra especie, el Homo sapiens sapiens, y menos todavía que nuestros genes sea relevantemente diferentes a los de las gentes que vivieron hace cinco, diez, quince, veinte o más siglos. Si pudiésemos viajar en el tiempo, no habría ningún problema para poder reproducirnos con ellos, seríamos perfectamente compatibles genéticamente. Ahora, gracias a una mejor alimentación, condiciones sanitarias y cuidados médicos, podemos ser más altos, vivir por lo general muchos más años. Pero si empeorasen mucho nuestras condiciones (a causa de guerras, pandemias, hambrunas…), en unas pocas generaciones, veríamos que perdíamos puntos en esa escala. Si adoptamos a un bebé recién nacido en una tribu de cazadores-recolectores que apenas haya tenido contacto con la civilización moderna (todavía queda alguna en el Amazonas), o apenas haya modificado su estilo de vida pese a tenerlo, esa criatura se convertirá en una persona como cualquier otra en nuestra civilización, pues no tiene una naturaleza menos evolucionada que se lo impida. Como compartimos la misma naturaleza, podemos llegar a entendernos perfectamente humanos cazadores-recolectores y trabajadores súper cualificados de Silicon Valley, y podemos comprender bien los problemas, luchas y dramas de los judíos de los tiempos bíblicos, de los griegos y romanos del mundo clásico, de la gente de la Edad Media y sucesivos.

La condición humana puede estar acorde o no, a favor, o en contra, de la naturaleza humana, perjudicándola en su potencial de desarrollo físico y mental, frustrándola y hasta haciéndola sufrir física y mentalmente, directamente. La condición humana del esclavo, por muy resignado que estuviese, por muy servil que fuese, perjudicaba claramente su potencial (no digamos si había nacido como una persona libre y posteriormente esclavizada) tanto físico como mental, y también lo hacía sufrir por los arbitrarios y caprichosos abusos de sus amos. La condición humana en la civilización capitalista, hace mucho tiempo que se convirtió en un obstáculo al desarrollo del potencial de la naturaleza humana, sobre todo en el plano social (cooperación, trabajo libremente asociado) y mental (tipo de personalidad no narcisista ni autoritaria, productiva; cultura de verdad, no la mercantilización de cultura de masas basura para entretener y pervertir las mentes…).

Creo que esta distinción entre naturaleza y condición, nos permite salir de los falsos debates en los que la burguesía quiere meternos. Cuando mantiene que la naturaleza humana no ha cambiado y que por tanto, el tipo humano hoy existente y que a ella le gusta (individualista, competidor, autoritario, narcisista, etc.) es la expresión de la naturaleza expresada en las condiciones más avanzadas (la mayor tecnología, etc.) y que tanto comparte con lo que han sido siempre los humanos (dominación, poder, guerras…), y que no se puede esperar nada substancialmente mejor, por lo que es utópico desear una sociedad sin clases, sin explotación y dominación, guerras, etc., les podemos contestar lo siguiente. Que confunden deliberadamente la naturaleza con la condición humana y atribuyen a aquella lo que históricamente es ésta. Que la naturaleza humana no ha cambiado, pero sí la condición humana (no sólo las condiciones de vida), y que antes de la sociedad esclavista, existieron sociedades muchísimo más igualitarias, que también existirán en el futuro con una base material incomparablemente más desarrollada. Que el tipo humano que tanto les gusta, es una perversión de la naturaleza humana, como demuestran los estudios psiquiátricos (personalidades narcisistas, psicópatas, autoritarias…) y hasta la neurociencia (léase el libro “El cerebro altruista. Por qué somos naturalmente buenos” de Donald W. Praff, Herder 2017).

Mason simpatiza mucho con Marx, pero por su exposición en el capítulo 14 (“¿Qué queda del marxismo?”), parece no haber ha comprendido bien muchas cosas, sobre la plusvalía, el valor, los precios, el potencial revolucionario en los miembros de la clase trabajadora.

Con respecto a esto último, hace una afirmación muy importante que no puedo dejar pasar sin responder y que, sólo para evitar dudas o la sospecha de que tergiverso, paso a citar textualmente: “Tras haber destruido y dispersado al proletariado industrial, el capitalismo neoliberal ha reubicado a su potencial enterrador en una nueva figura: la del individuo conectado en red. El individuo en red es un “portador” [träger en alemán] de las características de la nueva humanidad liberada mucho más evidente de lo que lo fueron los mineros del carbón de la generación de mi abuelo. […] lo harán de forma consciente y gradual, y no como si fueran los títeres inconscientes de una fuerza histórica.” (página 340). Y pretende fundamentarlo con una serie de argumentos, a cuál más inconsistente.

Que en muchos territorios de Europa y América del Norte hayan desaparecido el trabajo en las minas y en las fábricas, no quiere decir que ya no existan. En las últimas décadas, China y otros países de Oriente, se han convertido en una gigantesca concentración del proletariado “de toda la vida”.

Mason se deja llevar por el asombro de los productos digitales que en su reproducción potencialmente infinita (pensemos en la música digital, ejemplo que él usa en la página 184) llevaría a que el precio por unidad se redujese prácticamente a cero y que pueden ser compartidos gratuitamente por encima del imperio de la mercancía. De una tecnología que nos permite aspirar a un mundo con el trabajo automatizado. Que el mundo digital permite la cooperación para la producción de bienes gratuitos (como la Wikipedia) y que gracias a él son posibles nuevas formas de trabajo cooperativas (como un Uber del transporte, pero sin explotación).

Pero lo principal de la producción y de los bienes que necesitamos no está en la red, pues no tienen nada de digital o “inmaterial”, sigue siendo “física dura” en tres dimensiones (maquinaria pesada, barcos con cientos de contenedores cargados de mercancías, grúas, edificios y viviendas, electrodomésticos, alimentos, ropa y calzado, automóviles, trenes y aviones, etc.), que para nada escapan al dominio del capital y del Estado, que para nada son gratuitos, y ahí se impone como siempre la ley del valor (del plusvalor más bien) y la extracción, con el trabajo nunca pagado, de plusvalía (la de “toda la vida”) como base del beneficio. Si quienes hacen ese trabajo no aspiran al comunismo, ya pueden hacerlo todo lo que quieran “los individuos conectados en red”, que no serán más que sueños. Por tanto, el individuo en red no es “portador” de nuevas relaciones sociales de producción capaces de superar el capitalismo, ni tampoco representa a las fuerzas productivas atrapadas y perturbadas en las relaciones sociales de producción capitalistas.

La resistencia que se puede ofrecer al control digital, la vigilancia, la manipulación, es escasa. Los Estados pueden intoxicar con falsas noticias, orientar la opinión pública sin que nos demos cuenta en base a conocer nuestro perfil político por el rastro que dejamos en la red, censurar, cerrar web, hasta cerrar internet. La verdadera resistencia a todo eso debe venir de la clase trabajadora, desde la producción, que es donde realmente les duele, pues es ahí donde se genera la plusvalía, la que da sostén a las ganancias parasitarias y especulativas (son formas de reparto de la plusvalía extraída en el trabajo, parecido a cuando el capitalista se iba al casino y jugando perdía parte de la plusvalía extraída a sus obreros o se llevaba la producida por otros a cuenta de la pérdida de otro capitalista jugador, y el casino tenía también su parte). Lo mismo que han existido huelgas políticas, huelgas anti-represivas, deberá haber huelgas contra el Estado de la vigilancia.

El poder que puede ejercer el individuo en red es tan grande (o sea, tan pequeño) como el del consumidor cuando se decide por una mercancía en lugar de por otra, pero quien dispone qué se le pone a elegir no es él, sino el capitalismo que siempre produce ante todo en función de lo que le dará más beneficios, no de cubrir las necesidades sociales; por eso recurre a trucos como los de la obsolescencia programada y la creación de necesidades superfluas que antes no ha manifestado nadie y que se podría pasar sin ellas sin ningún problema, en tanto racanea para satisfacer otras fundamentales (seguro médico, apoyo a personas dependientes, guarderías, acceso a la vivienda…).

Las descripciones que Mason ha hecho del mundo de internet y de la amenaza de las máquinas, se vuelve en contra totalmente de la constitución de un sujeto tan “líquido” que no es más que una fantasía que va a parar al desagüe. Si el proletariado, en cuanto que clase, no es ontológicamente (por su ser) la clase revolucionaria (no está obligado, por su ser, inevitablemente, a hacer la revolución), si tampoco es “portador” de nuevas relaciones sociales de producción (es una clase del capital inseparable de la burguesía y no puede crear relaciones sociales de producción socialistas-comunistas en un contexto capitalista) si sólo puede serlo limitadamente de futuras fuerzas productivas (debe revisar toda la tecnología y la división social del trabajo determinadas por el capitalismo), al menos sus miembros sí pueden convertirse en una fuerza social revolucionaria que cuestione su propia existencia como clase, a partir de los centros de producción y la negativa a seguir proveyendo de plusvalía a la clase dominante. El individuo conectado en red no se puede ni comparar con esto, no es un potencial enterrador del sistema, sino un individuo condenado de antemano a ser enterrado por el sistema, y que ya lo está siendo.

Este ha sido el mayor patinazo de Mason. Responder debidamente a todo lo que dice Mason exigiría demasiadas citas y un texto muy complejo, casi otro libro. Por eso, lo mejor es que leáis dos textos míos (uno comenta el libro de otro autor), y que con esas herramientas leáis entonces a Mason y descubráis en qué está equivocado: «“La sociedad autófaga” de Jappe. Capitalismo y narcisismo» (6-2-2020) – en particular la sección II.– dedicada a la faceta abstracta del trabajo en la mercancía y la teoría del valor, y la sección VI.– dedicada al problema del “portador” y del sujeto revolucionario- https://kaosenlared.net/la-sociedad-autofaga-de-jappe-capitalismo-y-narcisismo/ —- “Plusvalía y ganancia. Revisión urgente de una teoría necesaria” (9-1-2020) — un planteamiento nuevo de la teoría de la plusvalía — https://kaosenlared.net/plusvalia-y-ganancia-revision-urgente-de-una-teoria-necesaria/

En su anterior libro, “Postcapitalismo, hacia un nuevo futuro” (Paidós, 2016) Mason veía el futuro con mucho mas optimismo que ahora, con más capacidades para transformarlo. Ahora comprende mejor todo el “lado oscuro” de la revolución digital, a dónde puede conducirnos, a una sociedad todavía mucho peor que la actual. Mason reconoce bastante bien que el capitalismo está llegando a su límite interno (necesita explotar el trabajo vivo para extraer la plusvalía, y avanzando en la robotización no se explota trabajo vivo), pero no saca las conclusiones correctas sobre la vía para superarlo. La transición a una sociedad sin clases sociales y sin Estado, no empezará de la expansión y generalización de experiencias de trabajo colaborativo, cooperativas, comunas, etc., que siempre serán marginales, o que inevitablemente serán absorbidas por la lógica del mercado y del capital, y respetando el poder del Estado burgués, sino abordando frontalmente la totalidad del sistema, mediante la expropiación de los gigantescos medios de producción hoy en manos del capital. Esto exige un camino consciente, pero revolucionario y total, rompiendo la resistencia y el obstáculo del Estado burgués, y no el gradualismo de sucesivas reformas continuando en tanto el capitalismo y su Estado burgués.

De ahí que en el capítulo 15 Des-cancelemos el futuro, en las páginas 367-8 presente “cuatro proyectos estratégicos” que serían reformas importantes pero que, por atentar de tal manera a los mecanismos del beneficio capitalista, al poder de las grandes empresas y del Estado, resultan utópicas. Sus objetivos sólo podrían conseguirse acabando con el capitalismo y su Estado, o casi todos los esfuerzos se estrellarán contra su poder.

Las causas teóricas de este reformismo nos la revela Mason en la página 368, cuando parafrasea aquello de Marx de que “Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben en ella, y jamás aparecen nuevas y superiores relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua”. (Prólogo a la contribución a la crítica de la economía política, 1859) [el subrayado es mío]. https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/criteconpol.htm

Esto le autoriza a Mason para seguir pensando que de momento lo que toca es ir haciendo reformas y procurar crear dentro del capitalismo la red de relaciones sociales que puedan llegar a sustituirlo, lo cual es imposible, pues el socialismo-comunismo no puede crearse desde el interior del capitalismo, sino rompiendo con él y su Estado. A ese planteamiento erróneo de Marx y sus consecuencias le he dedicado varias páginas en mi texto “Crisis triple ¿Derrota total y destrucción en este siglo?” (18-2-2020) ya mencionado.

Mason defiende también, frente a la economía capitalista de mercado, la necesidad de una economía planificada, pero sin caer en el Capitalismo de Estado pues debería ser decidida por los trabajadores/as y tener muy presente todas las consecuencias en la biosfera, a largo plazo, por lo que debiera contar con la ayuda de la inteligencia artificial, muy potente (página 369). Todo eso está muy bien, pero debemos de ser muy cautos, pues la digitalización que haría falta para una planificación de economías tan complejas y de escala mundial y teniendo en cuenta tantos factores “extra-económicos”, entraña el peligro de generar una IAG, y antes de dar pasos que acaben en eso deberíamos resolver ese problema de modo de garantizar una IAG amistosa. Tanto esto como semejante planificación son de entrada imposibles si previamente no ha habido una revolución socialista-comunista que arrebate el poder económico y estatal a la burguesía, por lo que no puede plantearse como una reforma estratégica.

En los capítulos 16 y 20 (Reaccionemos ante el peligro”, “Vivamos la vida antifascista), Mason aborda una vez más la cuestión del ascenso de la ultraderecha y los neofascismos. Distingue entre lo urgente y lo importante. Lo urgente es parar ese ascenso. Lo importante es acabar con esta sociedad capitalista. Aunque reconoce (aportando muchos ejemplos) que el “centro” político y lo que hasta ahora era la “derecha civilizada” se escora cada vez más a la derecha y ultraderecha, que asume muchos de sus planteamientos, que colabora con ella y estará, llegado el momento, dispuesta a abrazarla y darle paso, insiste en que hay que colaborar todo lo posible con el “centro” para frenar esa deriva, incluso estar presente en las instituciones del Estado (a través de las elecciones).

No seré yo quien niegue la necesidad de llegar a todos los acuerdos tácticos posibles con quien sea para lograr ese objetivo, siempre que eso no debilite la tarea la más importante y no confunda sobre quién es quién y qué persigue cada cual, no nos impida llevar nuestra política totalmente independiente de la burguesía y sus organizaciones. La historia nos ha demostrado hasta la saciedad cómo ese “centro” se puede plegar y rendir completamente al ascenso de la ultraderecha, y que no ve en ella nunca su enemigo principal, sino a la clase trabajadora. Y es muy lógico pues el “centro” no es más que una fracción de la representación política de una misma clase, la burguesía, aunque los intereses y tácticas no coincidan siempre e incluso cuando a veces se enfrenten violentamente. Pero eso no significa que el enemigo de nuestro enemigo sea nuestro amigo. Pues cuando la clase trabajadora lucha de verdad por lo suyo y por liberarse del capitalismo y su Estado, todas esas fracciones tienden a superar sus diferencias y enfrentamientos y a unirse contra el enemigo común, por todo los medios, incluidos los más violentos y terroristas. Por tanto, ese “centro” no es de ninguna de las maneras fiable, un aliadoEn nombre de lo urgente no podemos seguir sacrificando lo importante, que es lo que se hace siempre. Precisamente la mejor defensa contra la deriva reaccionaria es armar políticamente lo máximo posible a la clase trabajadora y sectores populares, sobre la verdadera naturaleza del capitalismo y del Estado burgués, en cualquiera de sus formas, de la keynesiana a la neoliberal o de capitalismo de Estado integral, etc., del Estado “democrático” republicano, al fascista, militar o estalinista, pues así podrá ver mucho más claros quiénes son sus amigos, sus falsos amigos, “socios” circunstanciales pero enemigos estratégicos, etc., y no llamarse a engaño, pues entonces verán como esos “socios”, les dan la puñalada trapera a la vuelta de la esquina o los entregan a sus enemigos más desalmados. El conflicto secundario (aunque sea urgente) nunca debe llevarnos a ocultar o descuidar en segundo plano, el principal (el más importante), aunque en un tiempo concreto dado se deba priorizar uno sobre todo. Recordemos por ejemplo cómo los bolcheviques rusos, a finales de agosto de 1917, ante el intento de golpe de estado militar de Kornílov, siendo éste la amenaza inmediata y mortal para la clase trabajadora y los soviets de obreros y soldados, admitieron estar en el mismo lado de la barricada que el gobierno burgués legal de Kerenski pese a que hasta entonces les había perseguido con saña, pero al que todavía no se podía derribar, y sin que eso significase su apoyo político al gobierno, sino una “unidad de acción” nada más, al punto de que ya para primeros de noviembre habían derrocado al gobierno de Kerenski.

En cuanto al Estado burgués, el mismo Mason reconocerá en el capítulo 20 que Marx tenía razón al reconocer en la experiencia revolucionaria de la Comuna de París (1871) que los trabajadores/as no pueden servirse del Estado burgués, sino que deben demolerlo y sustituirlo por su propia organización revolucionaria. Hay experiencias de sobra de lo (poco) que se puede hacer desde dentro del Estado burgués para frenar el fascismo interior y de cómo desde las instituciones de ese mismo Estado es el fascismo-dictadura militar el que se alza para aplastar las pretensiones transformadoras de un gobierno antifascista.

Con una civilización capitalista en crisis y brutalizándose, tenemos el tiempo en contra. La lucha defensiva contra el ascenso de la ultraderecha apoyada por la derecha, teniendo ellos la iniciativa y la ofensiva estratégica, si no va acompañada de una orientación netamente anticapitalista y contra el Estado burgués termina siendo una pérdida de energías y tiempo, y nos acabarán adelantando y pasando por encima. La principal fuerza social contra el ascenso de la ultraderecha sólo puede ser, por tanto, la fuerza principal en la lucha contra el capitalismo y su Estado burgués, que será la fuerza social constituida por los miembros de la clase trabajadora que luchen contra el capitalismo y su Estado y contra su propia condición de clase como clase inseparable que es de este sistema. No es este el lugar para desarrollar más el tema, pero algo de esto ya he tratado en mi libro “Capitalismo: modo de vida decadente. Notas sobre estrategia y táctica” (20-10-2016), con enlace al final.

En el capítulo 18 (“Rechacemos las ideas de Xi Jinping”) denuncia el capitalismo chino y su Estado burgués, y su impulso imperialista (todavía muy por detrás de lo que sigue siendo EEUU y otras potencias), envolviéndose en la bandera roja, y disfrazado de marxismo, en lo que no es más que una amalgama infumable de estalinismo y confucionismo. Y en cuanto a su desarrollo de la tecnología de la vigilancia, ya me he referido a ello en la parte dedicada a las máquinas. El Estado burgués chino es una gran amenaza, no por su poderío militar (el de EEUU es incomparablemente superior), ni por comunista (de eso no tiene ni un pelo, por mucho que ellos y la propaganda derechista lo digan para confundirnos), sino porque oprime a la mayor concentración mundial de la clase trabajadora en sectores productivos, y porque en él se inspirará también la burguesía del resto del mundo para controlar a su propia clase trabajadora y sectores populares.

En el capítulo 19 (“No nos rindamos nunca”), Mason, de un modo muy bello, emotivo, casi poético consigue conducirnos a un hecho histórico de extrema importancia a la vez que dramático que se sigue pareciendo, pese al tiempo pasado, a un tabú. Me refiero a la experiencia revolucionaria de la Comuna de París de 1871. Mason la trata con el máximo respeto, incluso admiración, como la primera experiencia para superar el Estado burgués y el capitalismo que no tuvo tiempo ni para fracasar, pues fue aplastada en un baño de sangre por las fuerzas de la reacción burguesa franco-prusiana (las que sólo un poco antes habían guerreado entre sí). Mason aporta enlace a la obra que dedicó Marx a la Comuna “La guerra civil en Francia” (1871) https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gcfran/index.htm — otra presentación en pdf https://www.fundacionfedericoengels.net/images/PDF/La_guerra_civil_en_Francia_Marx.pdf —- Un libro reciente sobre la Comuna – “Masacre. Vida y muerte en la comuna de parís de 1871” de John Merriman (editorial Siglo XXI, 2017). Film “La Commune (Paris 1871)” (2000) (5:46:02 horas) (subtitulada español) – https://zoowoman.website/wp/movies/la-commune-paris-1871/ — En 4 partes: https://archive.org/details/LaCommuneParis18712000Cd1AngeeParaZoowoman.website —— https://archive.org/details/LaCommuneparis18712000Cd2AnageeParaZoowoman.website —— https://archive.org/details/LaCommuneparis18712000Cd3AngeeParaZoowoman.website —– https://archive.org/details/LaCommuneparis18712000Cd4AngeeParaZoowoman.Website ———- Sobre Louise Michel https://www.traficantes.net/libros/los-cr%C3%ADmenes-de-la-%C3%A9poca — y https://www.traficantes.net/libros/la-comuna-de-paris-1 —– https://archive.org/details/la_commune_1312_librivox —- En zoowoman.website preguntad por Louise Michel

Mason quiere buscar una experiencia próxima que nos haga reconocer lo que de transformador de las personas tiene una revolución. Se me ocurre que nos dirigirá a la revuelta estudiantil y huelga general obrera de Mayo de 1968 en Francia (a la que he dedicado un extenso texto y una reseña) como la experiencia más aproximada y próxima en el tiempo que puedo reconocer. Pero no. Para mi sorpresa y asombro nos conduce al 1 de octubre de 2017, el “referéndum” por la independencia en Cataluña. Mason quiere encontrar en el entusiasmo y determinación de los votantes una muestra de lo que es el espíritu revolucionario. Mason puede electrizarse todo lo que quiera (hasta electrocutarse) con esa experiencia y escandalizarse, muy justamente, por la represión sufrida por los participantes. Pero Mason se engaña completamente. No puede encontrarse el verdadero espíritu y transformación revolucionaria en una experiencia que de tal no tiene nada, ni en el fondo ni en la forma, por mucho que Mason quiera idealizar el proyecto independentista como si supusiese alguna posibilidad de ruptura real con el capitalismo y su Estado, como si en otras experiencias de independencia (véase lo ocurrido en Europa del Este desde el derrumbe del bloque soviético) no se hubiese comprobado hasta el hartazgo lo fácil que es, tras la independencia, reconstruir un aparato de Estado burgués (muy opresivo además), en tanto que existe el capitalismo y la burguesía que así lo requieren para asegurar su normalidad y dominación. Pensar en otros términos es no comprender la relación que existe entre capitalismo y Estado burgués, un par tan inseparable como clase burguesa y clase trabajadora asalariada (proletariado).

El “referéndum” del 1-O 2017 tenía un contenido esencialmente de mistificación de la democracia burguesa (el poder supuestamente a través de un voto) y formaba parte claramente de una política nacionalista hegemonizada por un sector de la burguesía (sobre todo media) apoyada por parte del aparato de Estado burgués en Cataluña (la Generalitat, etc.) y con una activa participación, bajo esa dirección de objetivos, política, de una sector de la “clase media” o pequeña burguesía. No había en eso nada de rupturista con el capitalismo ni con el Estado burgués en sí, pues romper con el español para construir el catalán no es más que continuar con el Estado burgués, aunque sea republicano y con diferentes fronteras. Para colmo, los criterios para validar el referéndum eran claramente antidemocráticos (mayoría simple y sin establecer legalmente un suelo de participación con respecto al censo electoral). Y eso que yo estuve a favor de un referéndum unilateral sobre el tema si se cumplían unos requisitos mínimos para validarlo que, sin embargo, no se dieron en la convocatoria, ni en la forma de proceder, ni de interpretar los resultados como si autorizasen a lo que posteriormente hicieron los independentistas con su pretensión de declarar la independencia que ellos mismos anularon al instante, no por traidores, sino porque eran consciente de que se trataría de un suicidio.

No es este en lugar para desarrollar toda la respuesta que Mason merece, pero os puedo remitir a los siguientes materiales: la NOTA 12 de «“Ética para máquinas” de Latorre. La I.A. psicópata. Llamamiento» (19-11-2019) https://kaosenlared.net/etica-para-maquinas-de-latorre-la-i-a-psicopata-llamamiento/. — “Cataluña y la autodestrucción de esta generación” (25-10-2017) — http://kaosenlared.net/cataluna-la-autodestruccion-esta-generacion/ (hay muchos más artículos míos dedicados al tema) —- Además, el libro “No le deseo un Estado a nadie” (Pepitas de calabaza, SL, 2018), en especial los textos de Corsino VelaAudios sobre el libro https://www.ivoox.com/nevera-vol-15-no-le-deseo-estado-audios-mp3_rf_46062496_1.html (La Nevera, con Tomás Ibáñez) — https://www.ivoox.com/nevera-vol-15-no-le-deseo-estado-audios-mp3_rf_45790355_1.html (La Nevera, con Corsino Vela)

Con esto ya he terminado mi repaso del libro de Mason, y a quienes lo lean espero haberles aportando una guía útil para seguir avanzando. Echo de menos que no se detenga o profundice en algunas cuestiones de extrema importancia para nuestra época como son la transición energética a las renovables, la crisis climática, el agotamiento de muchos recursos naturales (petróleo, gas natural…), los problemas para alimentar a la población mundial de un modo sostenible…, que darían una imagen mucho más ajustada de la realidad, de la catástrofe que nos amenaza, de los enormes retos a los que nos enfrentamos, de la urgencia de los cambios y de qué tipo y cómo conseguirlos. Pero como otros autores y organizaciones ya están haciendo un trabajo importante sobre esto, podemos integrarlo con los aciertos de Mason. Ahora van algunas recomendaciones, aparte las ya expuestas.

«“Ética para máquinas” de Latorre. La I.A. psicópata. Llamamiento» (19-11-2019) — un extenso estudio sobre el peligro para la Humanidad de la Inteligencia Artificial General y una orientación política contra ella https://kaosenlared.net/etica-para-maquinas-de-latorre-la-i-a-psicopata-llamamiento/ ———– “Vigilancia masiva y castigo. China 2020 ¿nuestro futuro?” (6-12-2019) — https://kaosenlared.net/vigilancia-masiva-y-castigo-china-2020-nuestro-futuro/ ——– “Consciente o no, la inteligencia artificial es y será una amenaza” (12-2-2020) — más pruebas al respecto https://kaosenlared.net/consciente-o-no-la-inteligencia-artificial-es-y-sera-una-amenaza/

Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados” (20-12-2019) – estudio de la cuestión del colapso de esta civilización, y propuesta mundial de un eslogan-marco para la confluencia de las luchas y la elaboración política, sucesor del de “Otro mundo es posible” — — https://kaosenlared.net/horizonte-2050-superando-el-capitalismo-o-condenados/

Para ACCEDER a mis artículos, informes y libros. Los artículos del 11 de enero de 2015 hasta hoy, los podéis encontrar poniendo esta nueva dirección https://kaosenlared.net/autor/aurora-despierta/ a la que también os lleva si hacéis clic en mi nombre en el artículo. Para vuestra comodidad, tenéis la relación y enlaces correctos a los textos previos al 20-10-2016 en “Capitalismo: modo de vida decadente. Notas sobre estrategia y táctica” (20-10-2016) – Libro, archivo PDF de 200 páginas — http://kaosenlared.net/capitalismo-modo-de-vida-decadente-notas-sobre-estrategia-y-tactica/ —- Para descargar directamente el archivo pdf — http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2016/10/Decad-capit-estra-tact-EN-PDF1.pdf —– Ahí funcionan los enlaces de los artículos desde el día 21-12-2011 hacia hoy, y también la descarga de los archivos pdf adjuntos. Desde el 26-5-2014 para atrás ya no están accesibles para descargar los archivos pdf. Os recomiendo que os descarguéis los archivos pdf, no sólo por su interés, sino por si hubiese más cambios en la web que llevasen a que se perdiesen. Para poder leer completos una selección de los artículos más antiguos, en Para conocer los míos más importantes tenéis la “Recopilación textos de Aurora Despierta en el viejo old.kaos” (29-5-2017) —- Recopilación selección documentos de diciembre 2007 a diciembre 2011 en el viejo Kaos en la red, en archivo PDF — http://kaosenlared.net/recopilacion-textos-aurora-despierta-viejo-old-kaos-2/ — y descarga directa del archivo PDF en http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2017/05/Recopilacion-textos-de-Aurora-Despierta-en-OLD-KAOS-PDF.pdf

Fuente: https://kaosenlared.net/por-un-futuro-brillante-de-paul-mason-sin-capitalismo/

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Libro(PDF): «Los estudios afroamericanos y africanos en América Latina : herencia, presencia y visiones del otro»

Reseña: CLACSO

Este libro se propone reflejar el estado de la cuestión acerca de la enseñanza y la investigación sobre África y su diáspora en América Latina. Producto de un encuentro convocado por el Programa Sur-Sur de CLACSO en Salvador de Bahía en el año 2006, donde académicos de muy diversas áreas y de diferentes países de América Latina debatieron sobre nuevos abordajes y líneas de investigación, y sobre la enseñanza y difusión de estas temáticas. Esta obra nos introduce desde una perspectiva pluralista y multifocal de la realidad en campos no tradicionales de la academia, identificando trayectorias, impulsos renovadores, influencias externas y paradigmas propios.

Autores y Autoras:  Buffa, Diego – Autor/a  Pineau, Marisa – Autor/a  Álvarez Acosta, María Elena – Autor/a  Maffia, Marta Mercedes – Autor/a  Ferreira Makl, Luis – Autor/a  Pereira, Luena Nascimento Nunes – Autor/a  Vázquez Fernández, Salvador – Autor/a  Buffa, Diego – Compilador/a o Editor/a  Barreto, Paula Cristina da Silva – Autor/a  Wabgou, Maguemati – Autor/a  Lechini de Alvarez, Gladys – Compilador/a o Editor/a  Becerra, María José – Autor/a  Maestri Filho, Mário José – Autor/a  Pires, Ana Flavio Cicchelli – Autor/a  Telesca, Ignacio – Autor/a  Frigerio, Alejandro – Autor/a  Valdivia del Río, Fátima – Autor/a  Lechini de Alvarez, Gladys – Autor/a  Beltrán, Luis – Autor/a  Vagni, Juan José – Autor/a  Pereira, José Maria Nunes – Autor/a  Becerra, María José – Compilador/a o Editor/a

Editorial/Editor: CLACSO

Año de publicación: 2008

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-1110-71-1

Descarga: Los estudios afroamericanos y africanos en América Latina : herencia, presencia y
visiones del otro

Fuente e Imagen: http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=descoloniadidad&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

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Presidentes latinoamericanos reflexionan sobre el futuro de la región desde el ámbito político, empresarial y educativo

Redacción: Madrid Diario

El Centro Internacional de Gobierno y Marketing Político (CIGMAP) de la Universidad Camilo José Cela (UCJC) ha reunido al actual presidente de Argentina y a siete expresidentes de gobierno latinoamericanos -como colofón al curso académico- en la sede de la CEOE, en un encuentro titulado Más Iberoamérica: reflexiones de futuro desde la política, empresa y academia. Este encuentro se ha desarrollado en el marco del ciclo de actividades que vienen desarrollando la Secretaria General Iberoamericana-SEGIB, el Consejo de Empresarios Iberoamericanos-CEIB, y la Federación Iberoamericana de Jóvenes EmpresariosFIJE.

La celebración de las jornadas que se ha celebrado en formato presencial-virtual desde la sede de la CEOE, ha tenido como objetivo generar un espacio de diálogo en el que compartir reflexiones y opiniones sobre las distintas líneas de acción y oportunidades de futuro de Iberoamérica ante la situación inédita que atraviesa la Región debido al avance del COVID-19.

Un año más, la Universidad Camilo José Cela ha reunido a un grupo de expresidentes iberoamericanos: Cristina Gallach, secretaria de Estado de Asuntos Exteriores; Rebeca Grynspan, secretaria de Estado de Asuntos Exteriores para Iberoamérica y Caribe; Carlos Mesa, expresidente de Bolivia; Eduardo Frei, expresidente de Chile; Ernesto Samper, expresidente de Colombia; Jamil Mahuad, expresidente de Ecuador; Vicente Fox, expresidente de México; Arístides Royo, expresidente de Panamá y Luis Alberto Lacalle, expresidente de Uruguay. Alberto Fernández, actual presidente de Argentina, ha sido el encargado de clausurar el acto.

Nieves Segovia, presidenta de la Institución Educativa SEK -a la que pertenece la UCJC- ha reflexionado en su discurso la necesidad de afrontar el futuro de forma colectiva y no individualista, y ha puesto en valor este tipo de foros para conocer y analizar con rigor los retos más importantes que tiene que afrontar el mundo y concretamente, Latinoamérica, ante el avance de la COVID-19. “Los momentos excepcionales requieren respuestas excepcionales y esta pandemia es una prueba de fuego también para el liderazgo en Iberoamérica.”En este nuevo ecosistema, ha dicho que “la educación revalida su posición como elemento esencial al servicio del desarrollo humano para combatir la pobreza, la exclusión, la intolerancia, la opresión y para trabajar por una sociedad más comprometida y sostenible.”

Por su parte, Emilio Lora-Tamayo, rector de la Universidad Camilo José Cela, ha reflexionado sobre la convulsión tan disruptiva que estamos padeciendo con la pandemia, que “nos ha puesto a todos a prueba y nos ha situado en un contexto de volatilidad, complejidad e incertidumbre con un desafío constante y decisivo para la gestión de cualquier plan de formación, trabajo o desarrollo profesional” y ha añadido por ello la necesidad de “crear sinergias entre la formación superior, la investigación y la consultoría política nos permite avanzar en la consecución de una gobernanza democrática de calidad.”

“Liderar desde la libertad para fortalecer la democracia y los valores institucionales no debe de ser sólo una voluntad sino un convencimiento ético que acompañe siempre a los gobernantes en sus responsabilidades para con la sociedad”, ha subrayado en su discurso.

“Lo que hemos perdido puede suponer lo que se construyó en los últimos diez años”

Cristina Gallach ha indicado en su intervención que España es el segundo mayor inversor en América Latina y que hay que trabajar en conjunto para reforzar los principios del libre comercio entre países.

Por su parte, Rebeca Grynspan ha puesto de manifiesto las repercusiones de la pandemia en la región, que de por sí cuenta con desigualdades estructurales. “Lo que hemos perdido en Iberoamérica puede suponer lo que se construyó en los últimos diez años” y ha recordado que distintos organismos apuntan a una contracción del 7,2% en la región, un incremento de 30 millones de personas pobres y de 16 millones de personas en pobreza extrema y en torno a 12 millones más de desempleados.

Grynspan ha manifestado que “este es realmente el comienzo de siglo, que con esta crisis se abre el siglo XXI” y añadió que “todos pensamos que todos vamos a un mundo distinto, a una nueva normalidad, para que no solo sea nueva, sino que sea mejor, pero ¿qué hacer con los problemas estructurales?”.

Los expresidentes han apuntado de forma generalizada en sus intervenciones la necesidad de colaboración entre los países de América Latina, y han señalado la necesaria integración de la región.

Como colofón al encuentro ha intervenido el presidente de la República de Argentina, Alberto Fernández, quien ha criticado con firmeza el “actual sistema capitalista” y ha reclamado “volve a ese capitalismo donde la producción era lo central”, aludiendo a Henry Ford.

“¿Cuánto tiempo hemos discutido cosas que no eran necesarias discutir?” ha analizado en su discurso. “Tenemos que revisar el daño ambiental que durante décadas hicimos al mundo”, y ha añadido que “se deben fijar mejores reglas”. Fernández se ha preguntado también si “después de esto si todo lo que se sepa de esa vacuna se va a socializar a toda la humanidad o va a ser el negocio de un laboratorio”.

Los expresidentes se han dirigido también a los alumnos que hoy concluían sus estudios, deseando que “sean mejores que ellos”. Fernández ha pedido a los líderes del futuro que “entiendan de una vez por todas que cuidar el medioambiente es cuidar al mundo en el que vivimos. Entender estos dilemas son los que van a determinar los liderazgos del futuro. Lo mejor que nos ha dejado la pandemia es la oportunidad que nos brinda para hacer un mundo más igualitario y más justo, es nuestro tiempo, es nuestra oportunidad.”

Fuente: https://www.madridiario.es/presidentes-latinoamericanos-reflexionan-sobre-el-futuro-de-la-region-desde-el-ambito-politico-empresarial-y-educativo
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Alumnicidio II o de la dialéctica del desaparecido a la dialéctica del alumnicidio

Por: Miguel Andrés Brenner

 

Al maestro mexicano:

Este trabajo fue escrito originalmente en el año 2013. Tiene que ver con la dictadura genocida en Argentina, entre los años 1976 y 1983, y los textos prohibidos en el marco de la misma. Es obvio que el dramatismo de aquella época no es el mismo que el actual, pero dramatismo al fin.

Luego de su lectura, más abajo, invito a repensarlo desde el hoy mexicano.

MÁS QUE ABSTRACT, DISPARADOR

La categoría alumnicidio supone la del genocidio, y de ahí una especie de contrapunto que hago en este texto entre aquélla y los desaparecidos. Ciertamente, no puede homologarse el período de la última dictadura genocida a la escuela situada en nuestro hoy, sin embargo, la pregunta que sobrevuela constantemente es si hay o no una ruptura total entre ambas épocas.

Como entiendo la didáctica como práctica política, el planteo por el cual discurro tiene que ver con esa práctica, sin dejar de lado marcos teóricos, pues teoría y práctica conforman una unidad, en el decir de Paulo Freire, decir que asumo como tal.

Muy cruda es la crítica que presento pero, más que nada, subyace una propuesta a partir de la pedagogía intercultural liberadora.

DE LA DIALÉCTICA DEL DESAPARECIDO A LA DIALÉCTICA DEL ALUMNICIDIO

Miguel Andrés Brenner. Agosto de 2013

“Lo que cambia a los hombres no son las ideas,

no basta conocer la causa de una pasión para suprimirla,

hay que vivirla, hay que oponerle otras pasiones,

hay que combatirla con tenacidad, hay que trabajarse.”[1]

¿Y por qué no una insurgencia pedagógica,

una pedagogía otra?

 

A MODO DE INICIO

¿Cómo nace el presente texto? En el marco de una experiencia personal. El lunes 8 de julio de 2013 asistí a la defensa de la tesis doctoral de Celeste Perosino en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Mientras escuchaba la ponencia de la entonces aún doctoranda, algunas vagas intuiciones circulaban por mi mente.

También hay un antecedente significativo, mi texto “Alumnicidio o de la destrucción pedagógica de la infancia”, al que pretendo, de alguna manera, darle continuidad.

Vayamos, pues. Mano a la obra.

 

DE LA DIALÉCTICA DEL DESAPARECIDO …

Para comprender qué son los “desaparecidos” hay que comprender qué son los “aparecidos”, pues dialécticamente la realidad y su explicación se encuentran en la relación, relación contradictoria y, en tanto ello, se requiere de un movimiento histórico en los que se supere la relación “aparecidos-desaparecidos”, posible solamente dentro de una dinámica comunitaria con fuerza ético política.

Veamos.

Desaparecido, acción pasada. La acción pasada no forzosamente es guardada en la memoria, interesa mayoritariamente a determinados sectores directa o indirectamente afectados. A su vez, valga señalar el siguiente interrogante: cuando algún sector político,  dentro de la democracia formal de la partidocracia, se interesa por la cuestión de los desaparecidos, ¿hasta qué punto el interés es genuino o mas bien funcional a los intereses partidarios?

Ahora bien. Si se habla de “desaparecido”, el otro polo del binomio sería “aparecido”. En tal caso, no habría dialéctica alguna. Aparecido: ¿en qué sentido? Es que el aparecido se entiende desde el desaparecido. De otra manera, la desaparición es condición de posibilidad de la aparición. La lógica del entendimiento, en sentido hegeliano, segmenta. Si apelamos a la lógica binaria o simbólica, existen dos polos, uno u otro, verdadero o falso, no ambos a la vez. En lógica digital sería “1 ó 0”. El problema radica en que la desaparición tiene una lógica, aunque macabra, pero lógica al fin. Es que el invisibilizar supone el visibilizar, o uno u otro, ambos son sesgados, y se oculta su implicación. Si se visibiliza es porque se invisibiliza, y viceversa, si se invisibiliza es porque se visibiliza.

La dictadura militar se consideraba a sí misma “reserva moral de la nación”[2]. Bajo la égida de la civilización occidental y cristiana se situaba en el entramado de la guerra fría entonces aún vigente: libertades civiles o cortina de hierro[3]. Era el sistema liderado por los Estados Unidos de América o el marxismo-leninismo-trotskismo[4]. La confrontación se daba entre el “mundo libre” y el “comunismo”[5].  Así, Jorge Rafael Videla afirmaba:

“La Argentina es un país occidental y cristiano, no porque esté escrito así en el aeropuerto de Ezeiza; la Argentina es occidental y cristiana porque viene de su historia. Es por defender esa condición como estilo de vida que se planteó esta lucha contra quienes no aceptaron ese sistema de vida y quisieron imponer otro distinto […] 
[…] consideramos que es un delito grave atentar contra el estilo de vida occidental y cristiano queriéndolo cambiar por otro que nos es ajeno, y en este tipo de lucha no solamente es considerado como agresor el que agrede a través de la bomba, del disparo o del secuestro, sino también aquél que en el plano de las ideas quiera cambiar nuestro sistema de vida a través de ideas que son justamente subversivas; es decir subvierten valores […]
El terrorista no sólo es considerado tal por matar con un arma o colocar una bomba, sino también por activar, a través de ideas contrarias a nuestra civilización, a otras personas.”[6]

Pues bien, seguimos con la dialéctica propuesta poniendo, además, hincapié en las ideas subversivas que ameritarían la desaparición por su cualidad de terrorista, en el decir de Jorge Rafael Videla, con su particular caracterización de la persona humana como bomba que se puede “activar”[7] mediante ideas subversivas. Y conste que la importancia del texto del dictador no radica, meramente, en el dictador mismo[8], empero es representativo de los sectores políticos y económicos del establishment, sean locales o extranjeros.

En términos paulinos, “si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe”[9], la muerte es condición de posibilidad de la vida. En la dinámica de la dialéctica del amo y del esclavo, el pasaje de la muerte a la vida requiere de lucha por el reconocimiento.

Dialécticamente, en la lucha por el reconocimiento de la memoria, diferencio entre “desaparecido” y “desapareciendo”:

  • Desaparecido es un adjetivo de un sustantivo o un nombre, señala cualidad que se imprime en un sujeto ausente por acción ajena. Gramaticalmente, el sujeto padece, no hay acción, hay pasión.
  • Desapareciendo es un verbo transitivo (de acción de desaparecer), señala acción de un sujeto que se está llevando a cabo, implicándose en la pragmática de la comunicación.

La memoria desde una perspectiva ético política no es un dato, es consecuencia de la lucha. Y si tal, señala desaparición en tanto negada en un momento superador[10]. El problema radica en considerar la memoria como un depósito de información. Ésta acontece en la pragmática[11] de la lucha y de la comunicación. La lucha es el contexto que hace a la situación comunicativa.

Puede decirse “desaparición”. Sin embargo, no es lo mismo ese decir en quien tiene un compromiso de lucha por la memoria y la justicia, en quien tiene un compromiso político partidario con la autoreferencialidad de la tradicional partidocracia o en quien tiene un compromiso económico con los anunciantes de un medio masivo de comunicación.

Dentro de esta problemática, Celeste Perosino apela a la figura del cadáver en tanto depositario de los Derechos Humanos a la identidad, a la integridad y a la libre disposición de sí (propiedad), “pues forma parte de una comunidad de leyes, normas e instituciones que le da sentido y tiene un estatuto especial en ella”.[12] Y, considerando que los “derechos humanos” significan una praxis aún no realizada, la deuda es vigente, y la dialéctica un imperativo ético político.

Se habla del “derecho humano a la alimentación” cuando múltiples comunidades adolecen de su ausencia. Todavía no se habla del “derecho humano a la respiración”. Si múltiples comunidades adolecieran de su ausencia ante un contexto de aire con perfil de contaminación mortal y no pudiesen comprar en el mercado “garrafas con aire sano”, habría quienes reclamaran por el derecho humano a la respiración. Si Perosino alude a los derechos humanos del cadáver, es porque aún los desaparecidos siguen desapareciendo. Y la referencia no vale solamente para el caso argentino, sino para todo tipo de genocidio, reconocido políticamente o no reconocido como tal.

De ahí la importancia de la memoria. Perosino[13] afirma: “En una sociedad que tiende a invisibilizar la muerte, hacer públicamente manifiestas las identificaciones redunda en un ejercicio público de la memoria colectiva. Estas formas de visibilización varían en un amplio espectro… desde una nota en un medio televisivo o gráfico o actos y homenajes convenidos comunitariamente, hasta la exhibición de fotos periciales en la vía pública.” Cabe señalar, al respecto, que la autoreferencialidad de la partidocracia y los intereses de las corporaciones económicas inciden en la constitución de agujeros negros en la memoria. Así como, según Benedict Anderson, la “nación” es una “comunidad imaginada”[14], valga expresión similar para la memoria, “memoria colectiva como memoria imaginada”. El problema que avizoro a partir de la definición de Anderson es el ocultamiento de las diferencias, como acaeció en la historia reciente de los últimos siglos hasta la década del sesenta del siglo veinte. Cuando decimos “memoria colectiva”, también es “memoria imaginada”, es un “desideratum”, deseo legítimo de ciertos sectores comprometidos en la lucha por la justicia, que la partidocracia y las corporaciones económicas tienden a boicotear, y si no lo hacen es  “por la presión de los de abajo”. Deseo de difícil cumplimiento en los avatares de la lucha por el poder dentro de la democracia formal y la acumulación de dinero en el actual capitalismo.

El Estado monstruo, Leviatán[15], que atemoriza, lo hemos vivido durante la última dictadura genocida. Ahora bien, ¿a quién o a quiénes pretende atemorizar hoy? No al pueblo, no a las comunidades. Precisamente, la intencionalidad radica en fragmentar todo sujeto colectivo, se atemoriza a los individuos, a cada individuo separado uno de otro, de manera tal que cada uno, sólo,  busque protección en ese monstruo olvidándose del otro, de la responsabilidad por el otro. Acaecida la fragmentación, ese Leviatán puede persistir en el imaginario de esos individuos, reclamando que, entonces, de alguna manera resucite. Y es aquello que se presenta en la actualidad bajo el significado de  “más seguridad”, “más policías”, “más control” sea a nivel local, regional o global. Ese monstruo es la negación de la memoria colectiva y la pervivencia del terror bajo formas más sutiles o diferentes.

La invisibilización de la muerte en términos de “desaparición” tiene como objeto latente invisibilizar la prepotencia del pensamiento único y la pretensión de mercantilizar hasta la vida humana, la sangre humana, economía política de la presente globalización neoliberal. Quizá esto último suene demasiado fuerte. Sin embargo, apelemos, ejemplo mediante, a lo cotidiano de los denominados noticieros de la televisión abierta privada, que hacen de la sangre, consecuencia de delitos contra las personas, un show. La constante exposición al drama ajeno establece las condiciones de posibilidad de la insensibilidad ante el dolor del otro. Así, podemos estar cenando y mirando “en vivo y en directo” ese drama, saboreando la comida que engullimos sin inmutarnos demasiado, salvo que seamos familiares directos y/o amigos de los sufrientes. Aquellas imágenes penetran en nosotros, de alguna manera nos “violan” (violare, en lengua latina significa “forzar”), pues nos compelen a la insolidaridad, a la pérdida de comunidad, a la fragmentación social. Es una “puesta en escena” donde no se pagan a actores, a escenógrafos, a iluminadores, etc., etc. Ingresa dentro de los parámetros de la eficiencia y la eficacia, “con los menores costos y esfuerzos, el mejor resultado”, el rinde económico, en este caso por el rating y la publicidad que conlleva. El Leviatán sigue acosándonos y tiende a crear “representaciones sociales”[16].

Considerando el campo de fuerzas llamado escuela, también la invisibilización del “alumno situado” en términos de alumnicidio tiene como objeto latente invisibilizar la prepotencia del pensamiento único y la pretensión de mercantilizar hasta la vida humana, la sangre humana, economía política de la presente globalización neoliberal con sus procesos de exclusión. De ahí, la dialéctica del alumnicidio.

… A LA DIALÉCTICA DEL ALUMNICIDIO

Parte I

¿Será que Nietzsche se equivocó?: pareciera que Dios no ha muerto.

A partir de aquí se presentan dos textos.

A)

Maestros y profesores recomiendan textos a sus alumnos, con indicación de autor y editorial discriminados por área o asignatura, año y división, o bien recomiendan fotocopias en múltiples oportunidades sin indicación de autor ni editorial ni título de la obra, que resultan una especie de desaparecidos textuales. Es responsabilidad directa de la editorial o de los contenidos mínimos curriculares el control del contenido de los textos. Éstos no deberán apartarse de los consensuados implícitamente en el marco del bloque hegemónico, consensuados implícitamente, por cuanto no existen discusiones previas, no hay debate público entre los actores educacionales implicados, por lo que, en vez de tales, se constituyen más que nada en espectadores pasivos. Las líneas establecidas en bloque hegemónico evitan todo tratamiento en que el pensamiento dialéctico entre en juego y suscite disputas, evitan manifestar las contradicciones existentes que puedan redundar en reclamos y/o problemas con las autoridades educativas[17], con las familias, con el orden establecido en general. Valga a manera de ejemplificación un duro rechazo, en sendos talleres destinados a docentes, a la propuesta pedagógica de mi texto “Alumnicidio o de la destrucción pedagógica de la infancia” bajo el argumento “los padres se nos van a venir encima”. En realidad, la materia de rechazo no radicaba específicamente en la propuesta de una didáctica como práctica política, sino en el “temor” y en la “soledad” frente a la misma. El docente se siente mero individuo, abandonado a su suerte. Se disuelve cualquier comunidad imaginada en la presencia del control ideológico de los contenidos que se enseñan.

  1. B)

“El Señor Director enviará a Inspección General de Unidades Escolares…. la nómina de textos que los señores profesores recomiendan a sus alumnos, con indicación de autor y editorial discriminados por asignatura, año y división. En consecuencia, será responsabilidad directa del Director e Inspectores el control del contenido de los textos que se recomiendan a los alumnos y que constituirán la bibliografía para el presente año lectivo. El contenido de los mismos no deberá apartarse de los principios que determinan nuestro estilo de vida cristiano y democrático.”[18]

“Será responsabilidad absoluta del personal directivo y docente controlar y prevenir toda actividad de tipo ideológico o subversivo que trate de apartarnos de nuestro tradicional estilo de vida democrático y cristiano. Toda actividad sospechosa o hechos que configuren los delitos mencionados, serán denunciados por el señor Director a la autoridad policial o militar según corresponda, sin perjuicio de que con posterioridad se informe a la superioridad.”[19]

Invito, a continuación, a realizar una especie de parangón entre ambos textos, (A) y (B). Generalmente, cuando alguien escribe, ofrece un universo significativo a descubrir tal cual es, o a reinterpretarlo, o bien a realizar una hermenéutica crítica, o bien a reinventarlo. Aquí, en este caso, me alejo de las posibilidades recién presentadas. Simplemente, invito a que Ud. lector compare, como recién señalé, ambos textos, trate de ver cuáles similitudes y cuáles disimilitudes tienen.

Continuando.

Pensemos que aquella memoria colectiva, a la que referimos más arriba, resulta negada en la escuela. ¿Cuándo resulta negada?, cuando desde el pretexto del conocimiento científico cuya “bajada didáctica” corresponde al aula escolar y en su efectividad “se abriría”  una línea de fuga[20] hacia el progreso, se niegan las experiencias de nuestros alumnos, cuestión que acuñé bajo la categoría “alumnicidio”.

Dijimos lo siguiente: La invisibilización de la muerte en términos de “desaparición” tiene como objeto latente invisibilizar la prepotencia del pensamiento único y la pretensión de mercantilizar hasta la vida humana, la sangre humana, economía política de la presente globalización neoliberal. Dicho espíritu atraviesa el sentido de inclusión escolar, inclusión física en el edificio escuela que produce exclusión humana, a saber: a) evita el pensamiento crítico, aunque aparezca reafirmado formalmente como “escritura” en documentos, en proyectos curriculares, entre otros, y b) forma a los excluidos de los “beneficios” de la especulación económica, de los “beneficios” del mercado,  sea por la corrupción política y económica, sea por el narcotráfico y el tráfico ilegal de armas[21] (ilegales ambos pero no clandestinos), sea por la distribución regresiva del ingreso nacional. Resumiendo, acontece la formación de los semianalfabetos del siglo XXI.

 

… A LA DIALÉCTICA DEL ALUMNICIDIO

Parte II

Las Fuerzas Armadas como “reserva moral”[22] de la Nación.

Otros dos textos.

A)

“Decreto nº 1831- Buenos Aires, 24/6/77. … El Presidente de la Nación Argentina Decreta: Artículo 1º. Prohíbese la distribución, venta y circulación en todo el territorio nacional, del libro “Cuentos para chicos traviesos” de Jacques Prévert, de “Ediciones Librerías Fausto” con domicilio en Santa Fe 1715 e impreso en Gráfica Patricios, domiciliada en José C. Paz 3114, ambos de Capital Federal y secuéstrense los ejemplares correspondientes. Artículo 2º. La Policía Federal dará inmediato cumplimiento a las medidas dispuestas.” Firmado Jorge Rafael Videla. [23]

B)

“Decreto nº 3155-Buenos Aires, 13/10/77. Visto las facultades conferidas al Poder Ejecutivo por el artículo 23 de la Constitución Nacional, durante la vigencia del estado de sitio, y Considerando: que uno de los objetivos básicos fijado por la Junta Militar en el Acta del 24 de marzo de 1976, es el de restablecer la vigencia de los valores de la moral cristiana, de la tradición nacional y de la dignidad del ser argentino… Que del análisis de las publicaciones tituladas “Un Elefante Ocupa Mucho Espacio” de Elsa Isabel Bornemann, y “El Nacimiento, Los Niños y El amor” de Agnés Rosenstiehl, ambos de “Ediciones Librerías Fausto”, surge una posición que agravia a la moral, a la familia, al ser humano y a la sociedad que éste compone. Que en ambos casos, se trata de cuentos destinados al público infantil, con una finalidad de adoctrinamiento, que resulta preparatoria  la tarea de captación ideológica del accionar subversivo. … Que actitudes como ésta constituyen una agresión directa a la sociedad argentina… lo que corrobora la existencia de formas cooperantes de disgregación social, tanto o más disolvente que los violentos. Que una de las causas que sustentaron la declaración del estado de sitio fue la necesidad de garantizar a la familia argentina su derecho natural y sagrado a vivir con nuestras tradiciones y arraigadas costumbres. …  Por ello, el Presidente de la Nación Argentina decreta: Artículo 1º. Prohíbese la distribución, venta y circulación, en todo el territorio nacional, de los libros “Un Elefante Ocupa Mucho Espacio” de Elsa Isabel Bornemann y “El Nacimiento, Los Niños y El Amor” de Agnés Rosenstiehl, ambos de “Ediciones Librerías Fausto” y secuéstrense los ejemplares correspondientes. Art. 2º. Dispónese la clausura, por el término de diez días de “Ediciones Librerías Fausto” con domicilio en Santa Fe 1715, Capital Federal. Artículo 4º. La Policía Federal dará inmediato cumplimiento a lo dispuesto en el presente decreto.” Firmado Jorge Rafael Videla.[24]

En referencia al libro de Jacques Prévert, Cuentos para chicos traviesos[25].

En el cuento “Escena de la vida de los antílopes”, se narra lo siguiente: “Los habitantes de África son los hombres negros, pero también hay hombres blancos que van para hacer negocios y necesitan que los negros los ayuden, pero a los negros les gusta más bailar que construir caminos y ferrocarriles […], pero es un trabajo muy duro que a menudo los hace morir […] los negros se ven obligados a hacer el ferrocarril […] y los blancos los llaman ‘trabajadores voluntarios’ […], a menudo los negros están muy mal alimentados”. El cuento también utiliza términos como “camaradas” para referirse a los animales, ya que la historia está narrada desde la visión de los antílopes.

En referencia al libro de Elsa Bornemann, Un elefante ocupa mucho espacio [26].

Víctor, un elefante de circo, decide declarar una huelga general en el circo del que formaba parte por considerar que, junto al resto de los animales, “trabajaban para que el dueño del circo se llenara los bolsillos de dinero”. Luego de convencer al resto y oficiar de delegado se declaró  “Circo tomado por sus trabajadores. Huelga general de animales”. Los animales doblegaron a los hombres y los hicieron hacer piruetas, hasta que los humanos se dieron por vencidos. Como resultado de la contienda, los curiosos huelguistas regresaron a la selva en libertad. Todos viajaron en un avión, menos Víctor que ocupó uno él solo porque “todos sabemos un elefante ocupa mucho, mucho espacio”.

En referencia al libro de Agnes Rosenstiehl,  El nacimiento, los niños y el amor. [27]

Comentado de manera muy breve, se cuestiona la forma en que se explica a los niños como llegan los bebés al mundo. A menudo, las personas mayores sienten la tentación de responder a las preguntas de los niños con discursos. Pero aquí no hay discurso, no hay clase magistral, se trata de un diálogo padres-hijos, muy simple, muy verdadero acompañado de un intercambio de impresiones entre dos chicos, un futuro hombre y una futura mujer, igualmente interesados y en la forma más natural del mundo. No hay ilustraciones en color, ningún adorno.[28]

Disculpe Ud. lector, ahora le doy una “tarea para el hogar” considerando los siguientes ítems:

  1. Juguemos con la mera hipótesis, más allá de su pertinencia, de un Consejo Federal de Educación que aprueba hoy libros de Prévert y Bornemann y los considera obligatorios en los curriculares de toda la nación.[29]
  2. Juguemos con la hipótesis que, a través del Ministerio de Educación de la Nación, una resolución establece la norma pertinente.
  3. ¿Qué dirían los medios de comunicación del establishment? ¿Qué diría un segmento importante de la sociedad, no en términos de cantidad, sino de ejercicio del poder?
  4. ¿Qué dirían los mismos maestros en el ejercicio de su función?

 Pensemos:

¿Acaso la explotación del hombre por el hombre y las huelgas no forman parte de las experiencias de vida de nuestros alumnos? ¿Vale negar en los curriculares aquellos aspectos en los que no hay acuerdos y que suponen la existencia de contradicciones políticas, económicas, sociales y culturales en la actualidad? ¿Es lícito que en la escuela no se consideren, dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, las contradicciones del presente histórico que los alumnos viven, experiencian, como si éstos se encontraran en un mundo ajeno[30] al que viven?  ¿Habría que signar ese presente como “no apto para niños, niñas y adolescentes”?  Perdón por la ironía, pero es lo que acontece en la escuela. Ah, no quiero olvidarme: ¿y cómo habría que trabajar en el aula con los nenes el nacimiento de los nenes?[31] La propuesta no es trabajar únicamente con los alumnos temas otros “sueltos”, empero sistemáticamente establecidos[32]. Ciertamente, un intento de superación implicaría la necesidad de considerar otro tipo de escuela y, de entrada, habrían múltiples conflictos, al respecto, en el entramado social: unos enmarcados en la cultura del bloque hegemónico, otros ocasionados por ciertos sectores denominados “progresistas” o ciertos de “izquierda” que aprovecharían la circunstancia para una “bajada de línea” sin procesos políticos interculturales, según la significación otorgada por Raúl Fornet Betancourt, por Boaventura de Sousa Santos.

Todavía en la actualidad los procesos de homogeneización en la educación son vigentes. A pesar del cambio de época, a pesar de las “teorías” pos estructuralistas, mientras se discursea acerca del valor de las diferencias en el reino celestial de la pedagogía, en el reino terrenal[33] de los alumnos situados acontecen múltiples tipos de discriminación negativa, siendo la misma pobreza[34] un tipo fundamental de discriminación negativa, aún negada como discriminación por cuanto no cabe en los discursos bajo la categoría de “diferencia”, al menos tendencialmente.

Veamos, a modo de ejemplo, un modernoso “caballito de batalla” en los discursos educativos de la diferencia. La pedagogía de la diferencia tiene un hito visibilizado en la denominada educación especial, por cuanto hipotéticamente la educación de los niños “denominados” normales no sería especial. Aunque la cosa se torna más dramática aún, pues cuando se discursea acerca de la integración de los niños/alumnos especiales a la camada de niños/alumnos normales, simplemente, “se mete” (elegantemente se dice “incluye”) a aquéllos en las escuelas “comunes”, pero no existe un proceso a la inversa, es decir, que los niños “comunes o normales” se integren a los otros. Así, el otro se convierte en subalterno de lo uno, y en la pedagogía bajo el barniz de la diferencia continúa sólidamente la narrativa del pensamiento homogeneizador, unidimensional. Por ende, “el gran relato no ha muerto”.  Y en contra de Gianni Vattimo señalo que, básicamente, el pensamiento no es ni fuerte ni débil, hay praxis hegemónicas o contrahegemónicas, dominadoras o liberadoras, que originan el pensar.

Actualmente no es la categoría “reserva moral” la que se establece discursivamente. Mas bien, se impone en la cotidianeidad del lenguaje la expresión “cada uno tiene su verdad”[35], por lo que si cada uno, nos encontraríamos todos en el infinito, es decir, nunca, el diálogo sería, por ende, un acto fallido. Pero sí es la cultura del bloque hegemónico mediante sus tecnologías de poder la que favorece la biopolítica (M. Foucault), que redunda en un tánatopoder [36](R. Espósito). En nuestro caso, la administración de las vidas de los cuerpos de niños y adolescentes y la producción de muerte en tanto la escuela genere semianalfabetos.

No por nada el “cansancio de la pedagogía”[37], no tanto en quienes hacen de esa pedagogía su profesión, sino en múltiples camadas de estudiantes de carreras de profesorados ajenos a dichos específicos encuadres, como a profesores de escuelas secundarias.

 

… A LA DIALÉCTICA DEL ALUMNICIDIO

Parte III

¿Reserva moral de la nación?

Las expresiones que se consignan más abajo[38] tienen que ver con reflexiones escritas por alumnos, entre 16 y 17 años[39], de una escuela pública del Distrito de Almirante Brown. Con el profesor de la materia Sociología[40] ven la película “El Polaquito”, quien recibe una amonestación verbal por parte de la dirección de la institución  por el lenguaje “obsceno” y porque lo único que se percibiría es “pulsión de muerte”. El filme tiene que ver con una historia real, documentada por periódicos y publicaciones de Argentina.[41]

Un chico de la calle (13 años) se gana la vida cantando tangos en los trenes de una estación terminal de la Ciudad de Buenos Aires. Imita a un cantante de tangos argentinos (“Polaco” Goyeneche), por lo que la gente le conoce como “El Polaquito”.  “El Polaquito” conoce a “Pelu”, joven prostituta que también trabaja en la estación, de la cual queda inmediatamente enamorado y a quien intenta rescatar de la mafia que la explota. Este comportamiento de “El Polaquito” lo enfrenta con “Rengo” (Cojo), líder de esta mafia que, en connivencia con la policía de la estación, comienza a hostigarlo tratando de quitarle esa idea de la cabeza e intentando interrumpir esa relación con “Pelu”. Pese a ello, “El Polaquito” acomete una denodada lucha contra la mafia, sin medir riesgos ni consecuencias, procurando emprender, definitivamente, el camino de amor que ha trazado junto a “Pelu”.

En varios comentarios, de diferentes trabajos del grupo de los veintiséis alumnos de la escuela secundaria donde se planteó la dinámica pedagógica en juego, se manifiesta sorpresa por cuanto el filme presenta hechos que usualmente son invisibilizados e ignorados, en consecuencia, por ellos.  Sin embargo, y como hipótesis, hago una segunda lectura. Dichos estudiantes pertenecen a sectores populares, difícilmente ignoren, más allá de los detalles e independientemente de las experiencias vividas de primera mano, la corrupción policial, la violencia en los márgenes, etc. Considero que la sorpresa radica en que esa problemática sea materia de estudio en una escuela, sea materia de análisis crítico, sea materia educativa, pues en la escuela “de eso no se habla”.

Cabe señalar que todos los alumnos identificaron el aire esperanzador del argumento de la película, a pesar de la trágica muerte de su protagonista, el Polaquito, asesinado a mansalva por manos policiales.

Si “…la sociedad les da vuelta la cara…”, ¿hasta  qué punto la escuela también les da vuelta la cara?, donde se enseñan, generalmente, conocimientos “constituidos”, “legitimados”, “instituidos” sin contradicción alguna. Pareciera la pretensión de niños y adolescentes navegando dentro del mundo de las ideas de la ciencia, sin aprender a sortear los escollos de las propias experiencias de vida. El cuerpo vivo, los cuerpos vivientes sumergidos en múltiples contradicciones consecuencia de las injusticias humanas sería ausente del curricular práctico. En términos platónicos, la realidad sensible no sería la verdadera realidad. La sociedad les da vuelta la cara: esa sociedad son las instituciones establecidas, los incluidos. ¿A quiénes les da vuelta la cara?: a esos otros, los excluidos, los que no formarían parte de la sociedad.

Y, ¿hasta qué punto la escuela les da vuelta la cara a los desaparecidos? Conversando con un colega docente en escuelas secundarias del distrito de Almirante Brown, se plantea el interrogante: ¿“los desaparecidos” es generalmente un tema más, porque es un “tema que baja”, o sea, hay que cumplir con la formalidad, o los estudiantes se sienten movilizados por el mismo a partir de su tratamiento educativo, pulsionando la constitución de una memoria viva como memoria colectiva?

Van aquí algunas de las reflexiones, recién señaladas, pertenecientes a estudiantes de sectores populares del conurbano bonaerense,  Distrito de Almirante Brown, cuyas edades oscilan entre 16 y 17 años:

  • “Lo que más nos impactó de la película fué cuando el policia viola a el Polakito y, como estaba comprometida delincuencialmente la policia en la prostitución y la explotación de niños, y como encubrieron su muerte caratulando la causa como ‘suicidio’.”
  • “…la película nos mostro la realidad de lo conflictivo, lo duro, que estos chicos viven, que en muchos casos se los ignoran.”
  • “…y en toda la película la sociedad le dio la espalda.”
  • “…a pesar de que no tenia los recursos para salir de la situación de explotación en la que vivia, él tenia un proyecto de vida diferente y queria tener una mejor calidad de vida.” “…él queria a Pelu, y queria sacarla de esta situación.”
  • “La enseñanza que nos dejo la pelicula fue que nos mostro una realidad que no conociamos…”
  • “…y que la sociedad les da vuelta la cara…”

 

¿PODEMOS CONCLUIR?

¿Cuándo la escuela pública a la que concurren sectores populares será realmente popular? Vale la pena una pedagogía insurgente.

PROPUESTA PARA UNA REFLEXIÓN DESDE EL ESTAR DEL PUEBLO MEXICANO

En algunos trabajos prácticos que promoví en el nivel superior para la formación de maestros surgió un problema: algunos de los textos reprimidos por el poder político de la entonces dictadura genocida, en la actualidad, serían de difícil enseñanza, aunque supuestamente nos encontremos en un período democrático.

Desde aquí, valga el siguiente interrogante: ¿cuáles textos, que hacen a la realidad de México hoy, serían de difícil enseñanza?

[1] Sartre, Jean Paul. Crítica de la Razón Dialéctica. Tomo I. Editorial Losada. Buenos Aires. 1963. Pg. 22

[2] Ejemplos de la materialidad práctica de esa “reserva moral” en la Parte II de la Dialéctica del Alumnicidio, a saber: Decreto nº 1831- 24/6/77 y Decreto nº 3155 – 13/10/77,  ambos con la firma de Jorge Rafael Videla.

[3] Países que se convierten en cárceles donde faltan libertades civiles. La expresión “cortina de hierro” fue propuesta por Winston Churchill en una conferencia en el Westminster College, Fulton, Missouri, el 5 de marzo de 1946. http://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=%22cortina%20de%20hierro%22%20churchill&source=web&cd=9&cad=rja&ved=0CFYQFjAI&url=http%3A%2F%2Fwww.derecho.unlz.edu.ar%2Falumnos%2FPLANNUEVO%2F05%2520galderisi%2Farchivos%2FDiscurso%2520de%2520Churchill%2520(La%2520cortina%2520de%2520hierro)%2520-%252016%2520B.doc&ei=yjncUa7XPOTuigLu84GADA&usg=AFQjCNH0DmRlsbTJ5q3PSS-0JZ9Opuvsrg  (consulta: 9/07/2013)

[4] En aquella época para el establishment era lo mismo decir marxismo o leninismo o trotskismo, todos apelativos de lo subversivo, situado en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y más cercanamente en la República de Cuba.

[5] La sola mención del término comunista era desechable y revulsivo valorativamente.

[6] Diario La Prensa, 18 de diciembre de 1977. Citado en http://servicios2.abc.gov.ar/docentes/efemerides/24marzo/htmls/control/educacion.html    (consulta: 9/07/2013)

[7] Por lo que entonces, en época de dictadura, habría que “desactivar” bombas humanas. Las múltiples definiciones filosóficas existentes acerca del ser humano son reemplazadas, considerando al hombre como explosivo, activado o desactivado.

[8] El problema acaece cuando se sitúa la interpretación a partir de una persona (Jorge Rafael Videla, quien emite el discurso), o a partir de las Fuerzas Armadas, cuando, en realidad, responde a todo el bloque hegemónico de aquel entonces.

[9] I Carta de San Pablo a los Corintios 15,14.

[10] Aufhebung: el sentido en la dialéctica es suprimir, conservar y elevar a la vez.

[11] La pragmática se aboca al estudio del uso del lenguaje en función de la relación que se establece entre enunciado-contexto-interlocutores. Es decir, le importa analizar cómo los hablantes producen e interpretan enunciados en contexto, por lo que se consideran los factores extralingüísticos que determinan el uso del lenguaje. http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/pragmatica.htm (consulta: 10 de julio de 2013)

[12] Perosino, María Celeste. “Umbral. Praxis, ética y derechos humanos en torno al cuerpo muerto.” Tesis doctoral defendida en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires el 8 de julio de 2013, meritando la máxima calificación.

[13] Perosino, C. Ib. Cap. 10.

[14]  “Así pues, con un espíritu antropológico propongo la definición siguiente de la nación: una comunidad política como inherentemente limitada y soberana. Es imaginada porque aún los miembros de la nación más pequeña no conocerán jamás a la mayoría de sus compatriotas, no los verán ni oirán siquiera hablar de ellos, pero en la mente de cada uno vive la imagen de su comunión.”  Anderson, Benedict. “Comunidades imaginadas”. Edición del Fondo de Cultura Económica. México. 1993. Pg. 23.

[15] “Fuera del estado civil hay siempre guerra de cada uno contra todos. Con todo ello es manifiesto que durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que los atemorice a todos, se hallan en la condición o estado que se denomina guerra; una guerra tal que es la de todos contra todos. Porque la GUERRA no consiste solamente en batallar, en el acto de luchar, sino que se da durante el lapso de tiempo en que la voluntad de luchar se manifiesta de modo suficiente.”   “…la naturaleza de la guerra consiste no ya en la lucha actual, sino en la disposición manifiesta a ella durante todo el tiempo en que no hay seguridad de lo contrario.”  Hobbes, Thomas. “Leviatán.” http://eltalondeaquiles.pucp.edu.pe/sites/eltalondeaquiles.pucp.edu.pe/files/Hobbes_-_Leviatan.pdf      Versión digital, pg. 52.

[16] Para Emilio Durkheim, el Estado crea representaciones sociales.

[17] Recientemente, un colega docente fue llamado al orden por haber pasado a sus alumnos (edad promedio entre 16 y 17 años) en clase la película “El polaquito” en virtud de una supuesta manifiesta “pulsión de muerte”, amén que asustaba el lenguaje tumbero. Dicho filme, año 2003, obtuvo dos premios Cóndor de Plata año 2004 y siete nominaciones, además en el año 2003 ameritó el Grand Prix of Jury/best actress/ Montreal Film Festival. Ver “… A la dialéctica del alumnicidio. Parte III.”  del presente trabajo.

[18] Ministerio de Cultura y Educación. Consejo Nacional de Educación Técnica. “Boletín del CONET”. Nº 528, 20 de abril de 1976. Pg.303.

[19] Ministerio de Cultura y Educación. Consejo Nacional de Educación Técnica. “Boletín del CONET”. Nº 531, 3 de mayo de 1976. Pg. 531.

[20] Línea de fuga hacia el progreso: en nuestro presente histórico, desde un occidente globalizado, la noción de progreso se encuentra en crisis, así mismo, es un término equívoco por la multivocidad de sus significaciones que, al no aclararse, redunda en ambigüedades, con lo que progreso o progresismo son categorías que pueden hallarse en un nicho de pensamiento unidimensional, no crítico, nada productivo en función de una política liberadora.

[21] Cuando refiero al narcotráfico y al tráfico ilegal de armas lo hago a nivel global, es decir, en este caso, más allá que involucre o no a la Argentina. También consideremos que existe un tráfico de armas legal que deja enormes ganancias, precisamente, es el negocio de la guerra.

[22] Reserva moral de la Nación: término frecuentemente utilizado en los discursos oficiales en la época de la última dictadura genocida.

[23] Ministerio de Cultura y Educación. Consejo Nacional de Educación Técnica. “Boletín del CONET”. Nº 601, 26 de septiembre de 1977. Pg. 862.

[24] Ministerio de Cultura y Educación. Consejo Nacional de Educación Técnica. “Boletín del CONET”. Nº 615, 19 de diciembre de 1977. Pg. 1175.

[25] http://www.razonyrevolucion.org/ryr/index.php?option=com_content&view=article&id=1870:elefantes-socialistas-la-prohibicion-de-libros-para-ninos-durante-la-dictadura&catid=237:el-aromo-nd-65-qihay-piqueq&Itemid=110  (Consulta: 14 de julio  2013)

[26] http://www.razonyrevolucion.org/ryr/index.php?option=com_content&view=article&id=1870:elefantes-socialistas-la-prohibicion-de-libros-para-ninos-durante-la-dictadura&catid=237:el-aromo-nd-65-qihay-piqueq&Itemid=110  (Consulta: 14 de julio  2013)

[27] http://www.ffyh.unc.edu.ar/alfilo/libros-prohibidos/wp-content/uploads/2012/03/texto-maria-de-los-angeles-rondine.pdf   (Consulta: 14 de julio de 2013)

[28] http://www.elaleph.com/libro-usado/El-nacimiento-Los-ninos-y-el-amor-de-Agnes-Rosenstiehl/9803644/  (Consulta: 16 de julio de 2013)

[29] En nuestro presente histórico no existen normas que prohíban la lectura de determinados libros en el aula escolar…

[30] Desde el pensamiento marxiano podríamos cualificar esta problemática desde la categoría “alienación”.

[31] En tal sentido, convocar siempre a especialistas es descurricularizar de hecho el tema en cuestión.

[32] Igualmente, ya sería un avance que se enseñen esos temas otros de manera “suelta”.

[33] Parafraseo muy libremente un concepto de “La cuestión judía” de Carlos Marx.

[34] Ver al respecto, Brenner, Miguel Andrés. La escuela como práctica política. Ediciones AGMER. Paraná, Entre Ríos. 2011. Cap. 16.

[35] Tampoco es la verdad de cada uno en la medida en que se haya seleccionado, valga la metáfora, como una mercancía en estanterías de un hipermercado. En ese lugar, hay mercaderías más a la vista, otras no -el tipo de lugar tiene un precio como espacio de publicidad-; hay mercaderías que están, otras de las que puede ni saberse de su existencia.

[36] En lengua griega, tánatos significa “muerte”.  Θάνατος, Thánatos.

[37] Discursos pedagógicos que deben estudiarse o mencionarse o escribirse, pero no son significativos para las prácticas reales de enseñanza en el aula. Quizá, en vez del “cansancio de la pedagogía” podría decirse “cansancio hacia la pedagogía”.

[38] La redacción,  sintaxis y ortografía, que se transcribe, es de la producción textual escrita de los alumnos.

[39] Conste que según la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil de la Provincia de Buenos Aires nº 13.634/07 los adolescentes de 16 y 17 años son imputables frente al delito ocasionado por ellos y a nivel nacional tienen la opción de elegir a las autoridades en los comicios que a tal efecto se consustancien según la Ley de Ciudadanía Argentina 26.774/12, pero les sería vedada una película en el ámbito escolar.

[40] Pertenecen al 5º año. El día de la actividad de reflexión se hallan 26 alumnos presentes y trabajan en equipos de 4 alumnos cada uno de ellos, aproximadamente.

[41] http://www.lahiguera.net/cinemania/pelicula/1637/sinopsis.php ;  http://www.filmaffinity.com/es/film288635.html  ;   http://www.unicef.org/argentina/spanish/Proponer_y_Dialogar1.pdf

 

Fuente e imagen: https://insurgenciamagisterial.com/alumnicidio-ii-o-de-la-dialectica-del-desaparecido-a-la-dialectica-del-alumnicidio/

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